INOCENCIA, VENGANZA Y UN AMOR PROHIBIDO_SKANDAR Y TU

Un siglo y sesenta años mas he vivido, todo ha pasado tan rápido que mi mundo es y será diferente a lo que es hoy.
Skandar Keynes se ha esfumado prácticamente de la faz de la tierra, no sé si sabe que lo busco o simplemente coincidencia que nunca lo rapto; Rose, me ha informado de todos sus movimientos pero siempre y oportunamente logra escapar.

Rose, es una vampira nómada que sigue rastros y ve el peligro presente y futuro, su don me es tan fascinante que con éxtasis de este cambiaria una gran parte de mi existir.

El rastro de aquel hombre, que por mucho tiempo sin hacer nada alimente mi odio hacia Skandar y mi sed de probar su muerte, me llamaban a buscarlo con tanto afán, por eso me encontraba aquí, en Siberia, uno de los lugares más fríos del mundo y menos hospedado, por el hecho de que debía seguirlo.
Correr y correr se hicieron adictos y buscar era sed de encuentro al egonico mundo que rodeaba su cabeza… su cabeza que quería tener entre mis manos para sacarla de su cuerpo y quemarla en el momento de tenerla en cenizas a mis pies, y completar mi venganza, ¿pero qué haría de ahí en adelante?
Probablemente seguir con mi vida y mi futuro deparador sea ya, bueno o malo, o los dos cogidos de las manos inseparablemente a porvenir.
El pequeño vibrador empezó a sonar y me di cuenta que me llamaban al móvil, que mi madre me había hecho cargar para llamarme y saber cómo me encontraba.

-bueno –dije hablando ante la persona que me llamaba, ya que era un número desconocido.
-buscar sin rumbo es malo, tanto para ti que tu cuerpo inmortal se cansara y buscara morir –dijo una voz arrasadora y macabra como solo una, llena de maldad que prácticamente se convirtió en miedo hacia ella.
-¿Quién es? –pregunte tontamente
-no me conoces y dudo que lo hagas algún día, pensé que habías muerto –y desde el otro lado del móvil se oyó una gran carcajada estrepitosa y burlona –cariño, yo siempre te vigilo y no te das cuenta, soy más grande y mejor que tu. Yo soy perfecto y tu débil –contesto ahora la voz, dura y fría.
-quien mierda eres –pregunte nuevamente con los nervios a punta.
-Hmmm, no te puedo decir, aunque solo te digo… corre o te alcanzare y esta vez sí morirás. –colgaron de repente.
Baje el móvil al bolsillo trasero de mis jeans y me quede quieta entre la calle.
Que persona tan macabra podía haber sido, su voz no me era familiar y una voz así sería difícil borrar de mi memoria, era tan mística, tan diferente, que era única y tenebrosa como aquella voz.

Me dirigí a una cafetería de la ciudad helada y me puse a pensar en la última llamada que se había vuelta tan penetrante en mi mente que se era imposible sacarla de esta, era única…