INOCENCIA, VENGANZA Y UN AMOR PROHIBIDO_SKANDAR Y TU

El móvil empezó a sonar insistentemente, no quería contestar, quiera o no la semana en la universidad se había hecho eterna y agotadora, llena de trabajos y tan cansonamente como ninguna otra pues creo que en tiempo que llevaba como vampira nada me había afectado como esto… posiblemente ya me estaba cansando… de lo que era, soy y seré.
Uno, dos, tres y seguía igual, buscando a algo o a algunas personas que habían desaparecido, pero no me cansaba de luchar por algo que posiblemente jamás acabara, por algo que muy posiblemente nunca acabare.

-Vamos ___T/N___, se hace tarde –escuchaba a Cedrick hablar tras la puerta.
-Ok, en un momento bajo –musite para que se fuera mientras yo terminaba de recoger algunas cosas en mi cuarto.

Otro día como cualquiera en donde en la universidad me mirarían como algo extraordinario y único, los mismos pensamientos en donde todos hablan sobre lo extraños y perfectos que somos, todo era tan corriente, quería una aventura una gran aventura donde todo dependiera de una sola decisión y poder tenerla al borde de mi mano, de que esta sea como una granada explosiva a punto de detonar y en el momento en donde suelte el seguro el detonante dirá todo en un segundo y ese segundo ser el más crucial de la trágica y dramática historia… pero…
-no pienses en eso ___T/N___ -murmuro Cedrick volteándome a ver, con los brazos firmes y las manos sujetas al volante del auto. –si así fuera y la vida misma dependiera de una sola decisión y entonces… ¡seria un cinismo vivir! –me miro fríamente
-no deberías tu, leer mis pensamientos son míos, ahora mucho menos opinar sobre ellos –formule rápidamente tratando de llevarlo a otra conversación.
-es cierto, pero soy tu hermano y me preocupo mucho por ti, no sé qué sería de mi sin ti, ___T/N___. –termino y me miro tan penetrantemente como le fue posible.
-deberías ver la carretera, ya llegamos a la universidad. –musite cambiando mi vista hacia el parqueadero de la universidad.

Clase de cálculo II, el profesor Stanley era bastante abrupto en su forma de enseñanza, era lo bastante anciano y creo que posiblemente necesitaría un cambio, pero ya estaba en este preciso momento escuchándolo y oyendo lo que por décadas siempre va a ser lo mismo…

…entraba a la cafetería y como de manera directa e indirecta todos me miraban no se por mi actitud o por lo raro que nos veíamos todos. Necesitaba de Cedrick para que me sacara de dudas de todo lo que decían; con una sonrisa sutil y eludista vi a todos los presentes, nuestra mesa ya estaba definida al lado de la gran ventana observando el campus de medicina y el parque que adornaba su caminar.
-___T/N___, ¿vamos? –Dijo una voz que conocía perfectamente.
-a la misma mesa de siempre, ven dame tu mano quiero ver que piensan los mortales –musite molesta al hecho de no poder ser parte de ese grupo, de ese grupo tan insufrible.
-Ok! aunque no crees que pensaran mal de nosotros, bueno somos hermanos –mascullo Cedrick a mi anterior orden.
-solo hazlo por favor –murmure suplicante.
-está bien ___T/A___.

Así fue otro día en la famosa universidad de Cambridge, en la ciudad en que todo empezó y posiblemente en la ciudad en donde todo terminara…