INOCENCIA, VENGANZA Y UN AMOR PROHIBIDO_SKANDAR Y TU

-que sucede ___T/N___, te veo muy pensativa
-no es nada –musite volteando a ver dulcemente a August
-no es bueno que guardes tanta tristeza y amargura en tu corazón –le mire aun mas asombrada e incrédula de lo que decía
-es irónico lo que dices, sabes, antes de hablar medita tus palabras –respondí severamente a lo que él me decía
-eres cruel contigo, que piensas de ti –respondió a la defensiva de lo que decía yo
-que pienso de mi –bufe y sonreí con tristeza –que soy un monstruo, un engendro del demonio, algo que jamás debió existir
-basta, Novacheck –murmuro Gustav entrando a la estancia y refiriéndose a mi –no eres, ni serás y mucho menos seremos la prole de Satán –dijo el vocalizando demasiado bien las palabras
-estaré en mi habitación –dije mirando amenazante a Gustav y August.
Al pasar por la cocina, le mire a Elizabeth que me miraba con dolor incrustado en el “alma” que no tenia, desde que empecé a vivir con ellos me aleje demasiado y me llene de cosas que hacen daño, pero que podía hacer, jamás me pareciese tener esta vida tan dolorosa y triste, aunque quisiese ocultarlo ante los ojos de Elizabeth, Gustav, Claire y August.
De repente vinieron a mi recuerdos felices en ese entonces, y ahora recuerdos que estaban llenos de amargura: cuando lo conocí, el paseo por el parque, el beso, el baile, el primer te amo que fue una farsa y de ahí mejor paremos los recuerdos que muy bien sé que son amargos.

Escuche el claro latido de un corazón vivo, las respiraciones, los movimientos torpes, el hablar des aclaradamente, el parpadeo de sus ojos y el movimiento continuo de su cuerpo.
Un humano estaba en casa.
Mis ojos se llenaron de lujuria de probar la sangre humana, en los cinco años que llevaba como una vampira jamás había bebido la sangre de un humano recién salida de su cuerpo, tibia y adictiva si lo hacía; quería bajar al primer piso y agarrar del cuello a la persona de quien se tratase y beber de ella.
-___T/N___, necesitan que bajes a la estancia –susurro Claire por la puerta y yo asentí rápidamente.
Baje despacio las escaleras, repitiéndome una y otra vez las cosas que me habían dicho Gustav y August que hiciera en presencia de un humano: parpadear, respirar, mover mi cuerpo y hacer todo lo posible para que mis sentidos no me traicionaran.
-me necesitabas padre –dije mirando a Gustav
-ya hablaremos ___T/N___ -me miro y se dirigió hacia el hombre –lo acompaño a la puerta.
Regreso después de un momento pensativo y susurro lentamente.
- Gregory Hurts. Ha muerto –me miro expectante de mi reacción.
Yo abrí los ojos como platos sintiendo como mi ser se partía en pedazos.