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The pursuit of happyness.
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Re: The pursuit of happyness.
entonec escribo yo o directamente en la segunda?
kaaaaaaaaaaate es absolutamente genial, me ha encantado!
prometo que este finde te comentaré más concreto <33
kaaaaaaaaaaate es absolutamente genial, me ha encantado!
prometo que este finde te comentaré más concreto <33
✦ ausente.✦
pixie.
Re: The pursuit of happyness.
Tú, zoe, se me había olvidado cierto. Por cierto, amo tu avy, <3 maximoff.
trunks
Re: The pursuit of happyness.
ay mierda! puedes creer que no leí estofrodo. escribió:Tú, zoe, se me había olvidado cierto. Por cierto, amo tu avy, <3 maximoff.
gracias por del av <3 y bueno si les parece este finde lo subiré que ya podré escribir (cuento yo xd)
✦ ausente.✦
pixie.
Re: The pursuit of happyness.
haha no hay problema, suele pasar. Más que perfecto, zoe, lo esperamosVelvet. escribió:ay mierda! puedes creer que no leí esto
gracias por del av <3 y bueno si les parece este finde lo subiré que ya podré escribir (cuento yo xd)
trunks
Re: The pursuit of happyness.
James Carter. {velvet.
El doctor Robinson me dio ayer junto con la medicación una grabadora. Según él hablar en voz alta grabándolo puede ayudar a que mi cerebro siga en desarrollo y a que no pierda la memoria, aun que se supone que la amnesia no entra dentro de mis competencias. En cualquier caso es de las cosas más estúpidas que me han obligado a hacer, ahora definitivamente pareceré un loco total.
― Bueno hoy es 14 de febrero. Mi nombre es James Jota Carter. ¿Jota? Si de Joseph, mi abuelo. Tengo diecinueve años y..En realidad tienes veintidós ¡James cállate, trato de hacer esto! No me digas que me calle, solo soy la voz de tu cabeza. Ah esto es imposible.
Suspiré fuertemente, luego pagué la grabadora y la tiré en el suelo. Cogí la ropa de la cama y me vestí, busqué entre los cajones mi pajarita roja aun que me cuesta encontrarla finalmente la acabé sacando. Después bajé a desayunar con mis padres pero solo estaba mi madre en la cocina. Tenía ojeras como siempre, probablemente aquella noche al igual que las otras habría dormido un máximo de cuatro horas y habría estado llorando. No suelo escucharla pero una vez la vi en la sala de estar.
― ¿Qué es ese olor? ―pregunta ella mientras me da la taza de leche.
― Me he puesto colonia ―le expliqué, cuando me quiso poner el cacao le paré― Hoy quiero café.
― Cariño, sabes que no te sienta bien y el doctor aún no te deja tomarlo ―me dijo mientras dejaba caer el cacao de la cuchara y se evaporaba en la leche aún caliente. Dí un golpe sobre la mesa― ¡James!
― Perdón.
A veces me pasa esto sabes, me enfado y doy golpes. O rompes cosas. Ahí estas otra vez, ¿no te cansas de estar en mi cabeza?
Acabé el desayuno rápidamente y luego esperé a que mi madre se lo terminara, limpiara las cosas mientras la veía y ella bailaba con la radio. Me recordaba a cuando tenía cinco años, solo que ella parecía más feliz. Al acabar vio que sigo en la cocina, extrañada me miró y preguntó:
― ¿Quieres algo James?
― Mama, íbamos a ir al centro. Tengo que comprarle las flores a Mandy.
― Oh, eso. No creo que sea buena idea.
― ¡Si venga vamos! ―le dije para luego agarrar las llaves del coche y cogerle de la mano.
Me gustaba ir en coche, y más con la ventana abierta por que me gusta el aire. Sin embargo mama siempre acaba diciéndome que la cierre por que no quiere que me acatarre, ni que fuera un niño tonto. En el centro hay muchas tiendas, mi zona favorita es la de las tiendas de casa de ladrillo, son de las más viejas pero las mejores. Finalmente llegamos a la de Lola, la floristería. Compro Gardenias rosa palo, prefiero eso antes que las rosas que son muy obvias. Luego le dije a mi madre que me llevara a casa de Mandy por que estaba bastante lejos de la mía.
Al llegar me peiné el pelo con las manos mientras me miraba en el espejo del coche y luego salí y fui hasta la puerta con mi mejor sonrisa. Llamé al timbre:
din, dong. Tardó más de lo que esperaba, pero al final abrió deprisa y riendo junto con su compañero que la tenía cogida por la cintura. "¿Es la pizza?" dijo alguien por detrás y Mandy me miró y cambió la expresión de su cara, ahora parecía medio triste y había dejado de sonreír.
― Te he traído flores ―empecé.
― Oh son muy bonitas, gracias supongo ―las cogió y sostuvo en sus manos.
― Como todos los años, también quería llevarte a cenar, nos puede llevar mi madre.
― Ya escucha no puede ser James ―me contestó y yo forcé mis cejas extrañado. Un silencio empezó a forzarse pero no quería que eso pasara, así que acabé preguntando.
― ¿Por que? ¿Es por las gardenias, es que preferías rosas?
― Es por que no estáis juntos bobo. ―dijo el chico de detrás de ella.
― Cállate Brad, ves dentro quieres.
Él se fue dentro riéndose tranquilo mientras me miraba y seguía riendo, bueno más bien burlándose. Yo traté de coger aire y seguir mientras trataba de entender lo que pasaba.
― Entonces ya no me quieres, estás con él por que has dejado de quererme.
― No, James cielo yo aún te quiero es solo que esto no puede ser ya te lo expliqué. Desde lo que te pasó has ido cambiando, todos hemos cambiado por que también hemos ido creciendo y lo nuestro era difícil. Tu eres complicado, y yo, yo necesito algo más... sencillo.
Me giré para salir del portal y un hombre con una pizza estaba ahí, le esquivé y fui hasta el coche de mi madre. Me subí y ella condujo sin preguntar. Estábamos en un semáforo y sentí como me ardía la garganta así que me quité el cinturón y salí del coche. corrí y corrí hasta llegar a una cera con un bordillo grueso y me senté, apoyando mi cabeza contra un poste. No pude remprimirlo y dejé salir mi llanto. Al poco rato ella estaba ahí con los ojos vidriosos al verme me vio y me abrazó como consuelo, sabía que al llegar a casa me diría: No vuelvas a hacerme esto, por favor.
― Mama, ¿es cierto lo que dice Mandy? Eso de que soy complicado, es lo que tengo en la cabeza lo entendí. Todo el mundo se burla de mi como Brad. Cuando voy a comprar el pan, cuando hago cualquier cosa, y las madres apartan a los niños por que creen que les voy a hacer daño pero solo quiero jugar con ellos. El doctor me trata como un tonto, y a veces como un loco, por lo que solo me manda pastillas y cosas tontas que hacer como lo de la grabadora. No se preocupan por mi. Y tu te estás haciendo vieja, vieja y triste por mi culpa. Papá nunca está en casa por que se avergüenza de mi. ―cuando lo solté todo paré para limpiarme con la manga y deshacer mi pajarita para guardarla en el bolsillo.― Si he acabado haciendo daño, si mi vida es como consecuente traer tristeza por que sigo aquí.
― Dios te salvó de la muerte cariño.
―Dios parece haberse burlado de mi también mama, solo doy sufrimiento a mi familia y consigo el desprecio de la gente. Deberíais haberme dejado en el psiquiátrico. Así al menos estaría con gente más parecida a mi.
― ¡No digas eso! ―dijo ella besando mi cabeza― además yo no quería dejarte solo.
― Habría estado con James, no existe pero me habla. Es lo más parecido a un amigo.
― Algún día encontrarás a alguien, te lo prometo hijo.
- Spoiler:
si bueno lamento no haber subido antes, el tiempo y la noción de este no es lo mio. en fin lo iba subir ayer pero resultó que mi ordenador y su costumbre por apagarse lograron que no pudiera hacerlo así que recien reescribir lo que recordé y aun que no es gran cosa traté de presentarles a james :)
✦ ausente.✦
pixie.
Re: The pursuit of happyness.
no me maten, hacía mucho que no escribía y creo que tengo mil faltas
✦ ausente.✦
pixie.
Re: The pursuit of happyness.
¡oh por dios! mando es tonta por dejarle y decirle eso, claro que encontrara a alguien, pero si James es un amor me emocioné mucho, demasiado en verdad, pero es que en verdad adore toda la historia de James, todo el capítulo, ¡dios! no puedes hacerme esto zoe, aparte de que en verdad de quedo perfecto el capítulo, ¡fue increíble! yo lo amé, estoy segura de que las demás lo amarán también, así que no digas que quedo raro o feo ya que no lo creería, tú escribes hermoso aún cuando llevas tiempo que no escribes, ¿sabes? ñ.ñ
Creo que me toca a mi... si, me pondré a escribir a la voz de ya, saludos a todas y procurare estar más activa, los parciales finales son un asco u.u
Creo que me toca a mi... si, me pondré a escribir a la voz de ya, saludos a todas y procurare estar más activa, los parciales finales son un asco u.u
trunks
Re: The pursuit of happyness.
Devis Jackson. {frodo.
Lo cierto era que solía ser un desastre total por las mañanas, y aún más cuando el despertador no sonaba a la hora justa, en esos momentos la opción de saltar desde lo más alto de un edificio me parecía algo agradable.Sabía que cuando a un niño le crecían los dientes podían estar de los más sensibles y que las ansias por meterse cualquier cosa a la boca aumentaban, lo supe en el momento en el que Loick trataba de quitarme las llaves y se aferraba al ajustador de mi mochila, pero jamás me imaginaba que sería tan duro. Con cada mes más que él cumplía parecía dificultarme las cosas para mi.
Vagamente había despertado aquella mañana con veinticinco minutos de retraso, la noche anterior la había pasado en vela a causa del ensayo de historia que tenía que entregar al siguiente día con no menos de cincuenta hojas blancas de tamaño carta y por ambos lados, solían decirme que la universidad era difícil pero habían omitido mencionarme que estudiar siendo padre soltero dificultaba aún más las cosas, pero no podía arrepentirme de ello ya que estaba por terminar con la carrera de economía; escasos meses faltaban para que pudiese obtener un título ante la sociedad que me daría un lugar finalmente aparte del que ya poseía de idiota por haber quedado abandonado con todo mi hijo a los veinte años de edad. Podía decirse que estaba por dar un gran paso.
No festejaba nunca los días “importantes” desde que mi vida comenzó a ser de lo más oscura, para mi no había días importantes a menos aquellos en los que me llegaba un buen sueldo, por lo que ni aunque en la ciudad se notaba el ligero cambio de temperatura, que no constaba más que de dos o tres grados cuando mucho, por el cual la gente parecía más animada yo simplemente no podía pensar en lo positivo que era eso. No comprendía del todo a la gente de Berlín aún.
Marzo. Ese mes parecía gritar a cada día que debía de esforzarme más, mucho más, desde que Loick comenzó a llorar después de recogerlo con Rebecca hasta las tres de la mañana, día con día hacia lo mismo, y la verdad era que más de una vez quería aventarme desde lo más alto de un edificio para terminar con todo; pero no podía hacerlo. Sería egoísta de mi parte, y aunque no me costaba nada hacerlo, me detenía a pensar en los demás antes que solamente en mi, después de todo resultaba que si había gente que me echaría de menos por cometer un estúpido suicido, así que cuando marzo comenzó lo único que pude hacer fue trabajar como máximo a las diez, recoger al niño, intentar ver películas hasta altas horas de la noche mientras que Loick se calmase y, al día siguiente, tomar mucho café.
Aún así tenía tiempo para pasarme con la banda entre semana y los fines de semana eran dedicados únicamente a mi hijo, la banda y yo, nada más, pero justamente fue que por ser un catorce de marzo se les había ocurrido al profesor de historia un día perfecto para entregar el monstruoso ensayo final de la Segunda Guerra Mundial, aquel que había pasado la noche anterior terminando como pude, arruinando así mis planes de despertar tarde para salir a merodear por la ciudad después de las dos; finalmente me había decidido a ver algo positivo en los sábados y tenía que entregar lo que parecía un libro en lugar de un ensayo.
Aquella mañana no tenía nada de especial a las demás, incluso la señora Di Angelo ya estaba hablando y con el televisor encendido cuando apenas me había despertado como comúnmente pasaba, pero el hecho de cargar con Loick a la universidad le daba ese “algo” extraño en el día. Había convencido a Becca para que pudiese estarse tranquila aquel día que yo podría encargarme del bebe, pero no fue fácil ya que la rubia solía ponerse en el papel de amiga temerosa de todo lo que según su imaginación me podía pasar, y cuando comenzó a indicar, como por décima vez, todo lo que debía de hacer aquel día para evitar que se pusiera a llorar cada dos por tres Loick temí que tuviese la razón en que era un error llevarlo conmigo a la universidad.
Y así fue como amanecí con jaqueca, sueño y, más que nada, un humor del todo pesimista.
—En verdad no se como demonios es que puedes hacer tantas cosas aún si te has llevado muchas desgracias. —Había comentado hace mucho Dustin cuando recién había conseguido retomar mis cinco sentidos después de lo del bebe—. Admiro tu resistencia ante todo esto, Devis, otro hubiese cedido ya.
Las comisuras de mis labios se curvaron en un intento de sonrisa al recordar las palabras de mi amigo cuando caminaba en dirección al aula de historia, en donde el profesor Hoult esperaría hasta las diez para recibir los ensayos, disfrutando del agradable silencio que no era común de la universidad y tratando de ignorar el hecho de que los botones de mi camiseta podían ser arrancados por las pequeñas manos del rubio que cargaba en mis brazos. Loick simplemente no podía estarse quieto ni en los momentos más inoportunos.
¿Qué era peor que asistir a la universidad un sábado por la mañana? El hecho de que se acercaban los finales y debía estudiar mucho más que antes, eso más poder recaudar la capacidad suficiente para después de la graduación salir y dedicarme plenamente a mi trabajo, podía sentir fácilmente como temía en verdad a las últimas etapas de un curso.
Cuando un estudiante de secundaria reside la vaga noticia de que a sacado un sesenta en historia puede sentirse gratamente afortunado de no pasar a repetir automáticamente, y hubiese sido mi caso también si tan sólo fuese un poco más joven, pero cuando recibí la grata sorpresa de que tenía un noventa lo único que pensé fue en reclamar por tan baja nota en comparación del reporte que había hecho, pero entonces recordé en las veces que me había quedado dormido en esa clase y simplemente tomé mi nota para después marcharme de ahí, sin decir ni hacer nada, no me importaba ponerme a hablar en una situación tan simplemente como lo era esa. Siempre era visto de manera extraña en el campus y el hecho de llevar a Loick conmigo aumentaba aún más, de eso estaba seguro.
Y así fue como salí del horripilante lugar del cual ansiaba olvidarme lo antes posible, detestaba en verdad estar rodeado de universitarios estúpidos que creían sufrir mucho al sacar un insuficiente, pensaba que cada quién se merecía lo que debía. Yo me conformé con un noventa cuando quería mínimo un noventa y cinco.
Nada fuera de lo común, todo era tan ordinario que perdí el interés en lo que no abarcaba mis planes de fin de semana, como solía pasar en siete de ocho ocasiones por semana, y me desconecté casi por completo; “casi” hizo la excepción de aquel día porque caí al suelo antes de poder desconectarme por completo.
Se podría decir que fue suerte lo que pasó después, ya que de no haber sido por mis reflejos y que tenía bien agarrado a Loick me hubiese estrellado en la barda derecha de la entrada, en el jardín delantero del campus, trayendo consigo un brazo roto por mi parte junto con un buen golpe en la cabeza y una fuerte caída para el niño, en esos momentos experimente un miedo terrible al pensar en los daños de la pequeña versión mía que cargaba en mis brazos. La suerte apareció en mi vida, nuevamente desde hace tiempo, ahí mismo.
—¡Pero que torpe, discúlpame! —exclamó la persona causante de mi caída unos escalones más arriba que yo.
No contradije, porque yo concordaba con su descripción, en cambio me dispuse a levantarme con Loick lentamente para no dar un traspié y caer de nueva cuenta. Sentía mi cara roja, más de rabia que de vergüenza, porque esa persona había asustado a mi hijo, por un momento había temido que se echase a llorar cuando comenzó a hacer pucheros al mirarle para ver si estaba bien, pero aún así sabía que no tardaba mucho para que comenzase con el llanto. No me gustaba ver llorar a nadie y mucho menos a mi familia, por más pequeña que fuese.
La mejor manera de alejarse de algo era ignorándolo según me habían dicho hace mucho así que bastó con darme media vuelta para seguir con mi camino.
—¡Oye! —exclamó esa voz aguda otra vez detrás mío— ¡T-Tú, el del bebe!
No tenía intención alguna de voltearme desde un principio, pero cambie de parecer en escasos segundos, porque la voz era tan patéticamente chillona y aguda que me recordó extrañamente al típico grito desesperado de las mujeres en las películas de terror. Estaba seguro de que era una muchacha menuda, con ropa de marca y cargada posiblemente de superficialidad como lo eran la gran mayoría; no me interesaba para nada pero algo en su tartamudeo me hizo voltear. Para mi grata sorpresa me había equivocado al describirla por su voz.
Con sus botines negros alcanzaba a la perfección la altura a mi oreja, su cabello liso entre castaño y pelirrojo estaba atado en una coleta alta con un lazo blanco, su pálida piel estaba cubierta por arriba con una blusa beige con cuello redondo debajo de un cardigan negro que hacían juego a sus jeans. No estaba listo para ver a una chica sencilla y hermosa a la vez.
—En verdad lo siento, discúlpame, pero tenía prisa y no miraba hacia arriba. —Sus ojos veían a todas partes excepto a mi cara, aún así distinguí que eran de un color azul oscuro, eso me pareció divertido.
—No te disculpes, no importa —murmuré como pude para evitar sonar grosero—, se que hay gente despistada y más por las mañanas.
Sonaron frías mis palabras y no me importaba lo que ella pensase después, lo que menos quería era entablar una conversación con una chica torpe; sin embargo en ese momento ella me miró a los ojos fijamente.
—Y-yo no pretendía tirarte por las escaleras con un niño en brazos —Abrió sus ojos de par en par—, en verdad lo siento, y te doy la razón porque soy despistada. ¡En verdad muy despistada!
Nadie me había dado la razón antes, mucho menos una chica tan mona que parecía ser de las huecas, eso me sorprendió aún más. Su pequeña figura iba de izquierda a derecha frente a mi agitando sus brazos y explicando una y otra vez lo despistada que era además de disculparse con cada pausa que hacia.
—Eh, no digas más —comenté poniendo los ojos en blanco antes de que volviese a disculparse que ya me tenía mareado y quería irme de ahí—, nada paso, ¿si? Yo estoy bien, mi hijo está bien y tú también. No hace falta más disculpas de tu parte.
—Bueno, yo... —habló y se mordió la lengua antes de volver a pedir disculpas por lo que agradecí internamente pero para mi mala fortuna siguió hablando— él se parece mucho a ti, creí que era tu hermano o algo así, ¿como se llama?
—Loick. —constaté mirando como ella se acercaba y le hacia mimos al niño, ¿que demonios pretendía esa loca?, por instinto yo di un paso atrás.
—Muy original, aunque no son de por aquí, ¿cierto? —Negué con la cabeza apretando los labios en una línea—. ¿Tienes prisa?
—Algo. —mentí soltando un suspiro.
—Bueno, tal vez nos veamos luego, un gusto en conocerte... —alargó la 'e' tendiéndome su mano derecha.
—Davis Jackson. —murmuré tomando su mano con cuidado de sujetar bien el rubio con sólo un brazo.
—Kaya Stewart, es un gusto conocerte a ti y a tu hijo. —Sonreía abiertamente, cosa que me incomodó aún más, pero finalmente soltó mi mano—. Bueno, creo que es hora de irme, acabo de entregar algunos documentos para la beca que tomaré aquí próximamente, adiós.
Sin más se dio media vuelta y bajó los escalones casi corriendo, sin darse cuenta por donde iba, pero aún así algo me hizo mirarle hasta que desapareció cruzando la calle. Esa chica era diferente en muchos aspectos y más rara que nadie.
No era muy sociable, para nada en verdad, por lo que no esperaba volver a verla después de aquello para evitar su actitud fresca que me incomodaba por completo. Pero simplemente la suerte nunca estaba de mi lado, Loick empezó a gruñir por el llanto que se avecinaba, y entonces fue cuando giré para seguir con mi camino pero al momento de dar un paso había pisado algo, me agaché y lo junte, pero deseé no haberlo hecho ya que se trataba del movió de la castaña insoportablemente despistada. Tendría que devolvérselo, pero no hoy que era mi día libre, y eso traía consigo volver a verle; en verdad que tenía suerte.
- ;-;:
- Siento mucho la demora, pero es que apenas termine hace dos días con el instituto y todo el embrollo de las calificaciones y eso se hizo presente, pero finalmente creo que ya está todo bien, finalmente. Por eso mismo estuve muy corta de inspiración y esto fue lo mejor que pude hacer, esta cortó lo sé, pero juro que el próximo será mucho mejor. Sin más pues... es turno de Adry.
Última edición por frodo. el Lun 15 Jun 2015, 10:27 am, editado 1 vez
trunks
Re: The pursuit of happyness.
Me encantó el cap *-* algo me dice que se kaya le hará pasar muchos momentos incómodos a devis con su torpeza xD... me reía como desquiciada imaginando a kaya caminando frente a él y moviendo los brazos desesperadament, me recordó a mí cuando hago algo mal xd.. me encantó y si vuelves a decir que estuvo malo te cortaré la cabeza!! okno. te amo.. espero el proximoooo!!
baekhyun.
Re: The pursuit of happyness.
¡Volví! lo siento mucho chicas pero la escuela me tiene vuelta nada, y luego me fui de vacaciones y fue todo un lió ;--; Ame los capítulos, pls, todas son buenísimas escribiendo ;__; y bueno, voy a subir pronto, espérenme ahr. soy Adry, por cierto, cambie mi user
crybaby.
Capítulo 011.
Jim Bradwell - Aaron Wright. {sally.
Por milésima vez en menos de dos minutos, Jim gruño, y con pesadez estiro el brazo hasta que la alarma detuvo su ruido ensordecedor. Se restregó los ojos y se dijo a si mismo que esto lo hacía por Natasha, no por él ni por nadie más, sólo por ella. Lo de seguir adelante, por supuesto, porque aunque él era un hombre racionable debía ser honesto consigo mismo, pues una que otra vez se le había pasado por la cabeza recurrir al suicidio como medio de acallar su realidad.
Se incorporó soltando un bostezo que cubrió con su brazo, y luego se dirigió al baño, no sin antes confirmar que aun el sol no salía. Cuando estuvo duchado y con café en su organismo se dedicó a revisar varios trabajos que sus estudiantes habían entregado esa semana, se dio cuenta de que el chapuzón que días antes su laptop se había dado en el fregadero fue más grave de lo que pensaba. Hizo nota de ir a comprar una nueva esa misma tarde.
A las seis en punto comenzó a hacer el desayuno de Natasha, quien aún no daba rastros de vida. Seis treinta y tenía que tocarle la puerta a su sobrina para que despertara como si de un infante se tratara, tampoco pensó mucho en torno a eso, recordando que la chica tan sólo tenía diecinueve años.
—Nat, es hora de levantarse.
No tuvo una respuesta inmediata y estuvo a punto de volver a la planta baja cuando escucho que la chica gritaba:
—¡Déjame en paz, joder! —Jim rodo los ojos pero no le volvió a insistir, le gustaba que Nat durmiera, pues generalmente tenía pesadillas que le impedían hacerlo como debía.
A él le gustaría hacer más por ella, de verdad que le gustaría, de alguna forma poder cambiar todo lo ocurrido, o que de alguna manera Natasha le pasara a él todo el peso que tenía sobre sus hombros. No sabía si tenía que ver con el hecho de que extrañaba mucho a su hermana y Natasha le recordaba a ella de sobremanera, o si ella era la hija que Emily y él jamás habían podido llegar a tener, pero le hubiese gustado haberle dedicado el mismo espacio que le había dado a Mathew, con Natasha no había tenido eso.
Alrededor de las siete y diez, cuando Jim ya estaba terminando de fregar los platos Natasha bajo con ojos somnolientos y parpadeando continuamente, él sonrió un poco. Ella hizo una mueca.
—No me pongas esa cara, a nadie le gusta madrugar —dijo, él iba a abrir la boca para contestar pero la chica se adelantó—. Excepto a los viejos, como tú.
Jim no le dijo que él odiaba tener que madrugada —Y tener que levantarla a ella cuando sabía que rara vez lograba dormir bien—, tan sólo hizo un movimiento de cejas y dejo un plato con panqueques, jarabe de espesor y arándanos en la mesa frente a ella. Natasha comió mientras él alimentaba a Floyd.
—Me estoy ahogando, tío Jim —Natasha dijo mientras fingía toser. Jim rió un poco.
—Tienes piernas, ¿no? —pero Tasha no contesto y Jim abrió el refrigerador sacando un cartón de jugo de naranja.
Le dio un poco a Natasha y veinte minutos después ya ambos estaban con sus abrigos, gorros, bufandas y botas, Jim cerró con llave y subieron al auto, tomando camino a la Universidad donde Natasha estudiaba y Jim trabajaba. Si bien, estaban en el mismo terreno, prácticamente nunca se veían, teniendo en cuenta que nada tenía que ver lo que Natasha estudiaba con lo que Jim enseñaba.
—¿Necesitas dinero? —Jim le pregunto a su sobrina cuando estuvieron en el campus.
—No, estoy bien. Adiós, te quiero.
—Y yo a ti, pequeña —Y dejando un beso en la frente de la chica, cada quien emprendió su camino.
La jornada transcurrió como debía ser, sus alumnos no eran un problema, hablaban cuando debían hacerlo pero aun así siempre dejaban en claro su opinión, y contribuían a su propio aprendizaje. A él le gustaba eso, saber que tal vez algo de lo que ensañaba era de utilidad para alguno de sus alumnos. Por ahí había oído que él era considerado el “Maestro Cool” del campus, no entendía como se había ganado ese mote, pero tampoco trataba de buscarle sentido, debió haber sido por algo.
Si tan sólo pudiera convencerse también de que por algo Emily se había ido. Pero poco sentido había en eso, ella era el amor de su vida y probablemente jamás se volvería a enamorar si no era de ella.
Estaba en su escritorio con pluma en mano cuando tocaron la puerta, alzo la vista acomodando sus gafas de lectura al sentir que se estaban resbalando. El chico frente a él le sonrió, Jim intuyo entonces que debía ser ya la hora del almuerzo y recordó que tenía planes para ello.
—Hey, Jim, ¿Qué haces aquí? Es el almuerzo —Jim le sonrió de vuelta y se encogió de hombros.
—Tengo mucho trabajo ahora, Dustin —dijo—. Mi laptop se ha estropeado y todo es más difícil sin ella.
El chico se rió adorable y asintió con la cabeza, Jim se preocupó de lo poco que duro su sonrisa y buen humor.
—¿Sucede algo? —pero el rubio parecía estar en otro mundo.
—¿Uh?
Jim frunció el ceño.
—¿Necesitas hablar, es eso? —Dustin no respondió pero tampoco negó y eso fue suficiente para que Jim decidiera seguir con el trabajo en otro momento.
Dustin Reynolds era su alumno, el mejor de su clase, si podía presumir. Pero también era una especie de amigo, se habían visto algunas veces fuera del campus y aunque no eran los mejores amigos, una que otra vez Dustin iba a por él en busca de consejos, diciendo que él tenía más experiencia por ser más viejo. Eso hacía reír a Jim.
—Todavía podemos almorzar —el rubio sonrió un poco.
Jim guardo los folders en sus correspondientes lugares, al igual que sus gafas y acomodando de vuelta su bufanda a su cuello, él y Dustin salieron del edificio. Llegaron a una cafetería a los alrededores del campus y el resto de la hora del almuerzo lo usaron más en una plática casi amena que en almorzar. A Jim le preocupaba ese chico, debía ser difícil que te dejaran en el altar, en especial siendo tan joven. Le gustaba decirle que el tiempo curaba todas las heridas, pero en el fondo sabía que no siempre era así.
Cuando la jornada término se sentía tenso con un dolor de espalda impresionante, sus nudillos ardían, y se lo atribuyo a la última clase de boxeo. Quería llegar a casa y tomar una siesta pero en su lugar llevo a Floyd a su revisión de seis meses con el veterinario, hizo aseo al notar un poco de polvo en el mueble de la televisión, echo de menos a Emily y término el trabajo que tenía pendiente. Ya se había puesto el sol cuando pudo salir a conseguir una nueva laptop, no estaba totalmente desesperado porque tenía un disco de respaldo con todo lo indispensable, pero igualmente era necesaria una nueva pronto.
[###]
—¡Esta es la vida que yo me merezco! —Aaron Wright gritaba a los cuatro vientos, de nuevo con más alcohol en su organismo que sangre.Eventualmente todos en su vida le advertían sobre el alcoholismo, pero una cosa era escucharlos y otra dejar sus largas noches de fiestas y alcohol. Después de todo, ¿Por qué debería detenerse? Tenia dinero brotándole hasta por el culo, amantes que si bien nunca le duraban más de una noche, era porque así él lo quería. No tenía nada por lo cual quejarse, o no lo tenía estando ebrio. Sobrio era otra cosa.
Él debía estar ocupado todos los días y noche, en cualquier momento, entonces no tendría que pensar en esa sensación de ser insuficiente que lo carcomía vivo. Eso de lo que nadie sabía y que con mucho esfuerzo podía quitarle importancia.
Con pasos flojos se dirigió de vuelta a su mesa donde su amiga Hope estaba con todos los integrantes de Black Shouldered, habían tocado esa noche y estaban celebrando el éxito que habían tenido, el cual había sido mejor que el que esperaban. Sintió un brazo posarse sobre sus hombros.
—Aaron, tal vez deberías moderarte un poco, ¿sabes?
Él aludido parpadeo varias veces. Ese era Jasson, ¿no? Se rió escandalosamente y negó con la cabeza.
—¡No seas aguafiestas, hombre! ¡Esto apenas está comenzando! —ninguno aparte de Jasson dijo nada, pues realmente no lo estaban pasando mal.
Aaron sintió unos ojos sobre su espalda y se dio la vuelta, una rubia de caderas voluptuosas le sonreía coquetamente. Él le sonrió de la misma forma.
—Ahora vuelvo —dijo para luego emprender su camino hacia la chica.
Iba por la mitad de la pista y entonces sintió como unos fuertes brazos lo arrebataron de su camino, arrastrándolo hasta el callejón del bar. Frunció el ceño.
—¿Qué carajo, tío?
—Cierra la boca, Wright. ¿Ya no me recuerdas? —Aaron trato de enfocar su vista mientras luchaba en mantenerse de pie, el hombre frente a él era alto, fornido y pelirrojo. No le importo no reconocerlo, después de todo estaba ebrio. O eso le habían dicho.
—Aja, sí. ¿Qué quieres? —sólo pudo ver como el pelirrojo hizo rechinar los dientes y cerro sus manos en puños.
—Sigo esperando mi dinero, Wright. ¡No tengo toda la vida!
—Estoy consiguiéndolo.
Pero Aaron no se esperó el puñetazo que recibió en el rostro.
—¡Mentiroso, ni siquiera me recuerdas! —Y fue cuando otro puñetazo le hizo quemar el rostro—. Sé que tienes dinero, Aaron. ¡Lo que no sé es por qué no me has pagado!
Quería defenderse pero apenas y podía mantenerse en pie, de repente el sombrío pensamiento de que no le importaría si moría ahí mismo en ese momento, se hizo presente. Trato de respirar hondo cuando los golpes comenzaron a llegar más continuamente, y entonces recordó al hombre, tenía serios problemas de ira. Aaron sintió pena por él y espero que su encuentro le ayudase a desahogarse.
La voz de un desconocido le llego como un ligero zumbido a los tímpanos, vio como un hombre castaño de hombros anchos amenazaba al pelirrojo con llamar a la policía, Aaron sonrió para sus adentros, si algo sabia del hijo de Dürrenmatt, era que brotaba cobardía pura. Este lo confirmo al salir corriendo de la escena del crimen.
Con poca fuerza se incorporó, agradecido de alguna manera de que la cosa no hubiese pasado a mayores. Por supuesto, debía verse como una masa de carne humana en el rostro, al menos Dürrenmatt Jr. no lo había tocado del cuello para abajo. El desconocido, o “Su héroe” como Aaron lo llamo mentalmente, se acercó a él con con ojos preocupados, ojos que le hicieron sentir bien porque le recordó a los de un cachorro. Le ayudo a ponerse de pie.
—No voy a preguntar si estás bien porque se nota que no es así pero, ¿tienes algo roto a parte de tu nariz? —Aaron trato de reír pero en su lugar dejo salir una mueca de dolor.
—Podría estar mucho peor —musito, con esfuerzo hizo crujir su cuello y dejo en vista su lengua entre sus dientes.
—Voy a llevarte al hospital, ¿de acuerdo…?
—Aaron.
—Sí, Aaron. Mi auto está aparcado en la esquina.
Él no tuvo tiempo a responder, el hombre ya lo estaba ayudando a tomar camino. De nuevo sonrió internamente, tal vez no todo estaba perdido.
—¿No crees que debería saber el nombre de mi héroe? —el, hasta ahora, desconocido sonrió un poco.
—Jim. Y no ha sido nada.
Aaron se quedó con las ganas de decirle que aquello había sido todo para él.
- Holaa:
- Lamento el capítulo mierda pero lo hice muy tarde y con sueño y esto salio. eh, aún así espero que les guste.<3
crybaby.
Re: The pursuit of happyness.
adry, hermosa, que bello es tenerte de vuelta :rhianpls: tu capítulo fue sensacional, dios, juro en verdad que amo con toda mi alma al viejo jim, ahre que la nat es dura con el tío xd, y aaron es un problemático, menos mal que llegó su héroe a tiempo, hahaha. en fin, adore el cap tal cual te quedo, no importa si lo hiciste medio dormida cb a mi me pareció muy cool y como últimamente acá esta medio olvidado espero que suba la siguiente pronto, o por lo menos que lo haga, pls, ¡vuelvan! ;-;
trunks
Re: The pursuit of happyness.
A él le gustaría hacer más por ella, de verdad que le gustaría, de alguna forma poder cambiar todo lo ocurrido, o que de alguna manera Natasha le pasara a él todo el peso que tenía sobre sus hombros.
Me llegó hasta el fondo de kokoro omg, adry, me aguaste los ojos con eso.. u.u que bueno que hayas vuelto y mucho más con este sensual capítulo. Lo amé, de verdad lo hice, fue todo tan lsakhfa.. le salvó la vida *-* es SU heroe, me matas adry, ME MATAS. la ternura con Natasha, el cariño con Floyd y ahora el héroe de Aaron... demasiada perfección en una persona para mí
Ya me comenzaba a hacer falta esta ene ce :c
baekhyun.
Re: The pursuit of happyness.
que bueno que les haya gustado, chicas<33 si, es que no quiero que esta nc se estanque ;-; gracias babes
crybaby.
Re: The pursuit of happyness.
Acá estoy, tengo mucho po leer, me pongo al día y comento lu juro.
bomb.
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