My Superhero ||HS Capitulo 6 parte 2

-Bueno, Al dime, ¿por qué haces esto? –fue directa.

-Es complicado, Sof –respondió Alexa.

-Yo entiendo todo –dijo. –Además, tengo tiempo –suspiré.

-Ok, pero prométeme que no se lo dirás a nadie, ¿está bien? –Alexa estaba dispuesta a decírselo, sentía como si estuviera completamente loca por hacerlo, pero era su mejor amiga, no merecía que le siguiera ocultando esto.

-¿A quién crees que se lo voy a contar? –preguntó Sofie, demasiado obvia. Tomo un sorbo de su chocolate caliente y se acomodó en el sillón.

-Tú sabes cómo ha sido mi vida –empezó. Ella asintió.

-Cuando mi mamá murió, me sentía muy mal, demasiado. Me sentía completamente sola, pero tú sabes que no quería irme con nadie –Sofie asintió con la cabeza, recordando. –Luego, un poco después de su muerte, y de todo esto –dijo, refiriéndose a que no quería irse con nadie, y lo de la mancipación que hizo su tía. –Adam… Adam… -no sabía cómo decírselo, tenía miedo, una lagrima comenzó a correr por su mejilla, suspiraba y su labio temblaba por el miedo. Sofie esperaba paciente a que ella se relajara un poco para seguir hablando, acariciaba su espalda con su mano, sin decir nada, porque sabía que, si le decía algo ella rompería y no le diría nada. –Él comenzó a salir a bares, iba casi siempre, iba solo ya que sabía que a mí no me gusta mucho eso. Luego comenzó a emborracharse casi todas las noches, y venía a mi casa, primero el solo decía cosas, yo dejaba que se quedara a dormir para que no haga nada estúpido, pero luego comenzó a hacer cosas peores. –se calló unos segundos y luego prosiguió. –Me gritaba, me decía muchas cosas horribles, un día me pegó, solo porque yo me había defendido de lo que él me dijo, pero terminó pidiéndome perdón y así lo hice. El fin de semana siguiente hizo lo mismo, y el siguiente también y el siguiente y el siguiente… hasta que ya no se disculpaba por lo que hacía.

Las lágrimas salían de sus ojos sin pedir permiso y corrían por sus mejillas haciendo una carrera sobre quien llegaba primero a su cuello.

Sofie acarició su brazo con su mano, e hizo un recorrido por su piel hasta llegar a su mejilla y acariciársela sacando sus lágrimas. La miraba con preocupación, tristeza y algo enfado por enterarse ahora de lo que le sucedía a su amiga.

-Al, ¿por qué no me lo has dicho antes? –le preguntó.

-Lo siento, no lo sé. Tal vez tenía miedo –dijo, pensando en alguna respuesta coherente.

-¿No confiabas en mí? –hizo otra pregunta, con algo de decepción en sus palabras.

-No, Sof. No es eso. Claro que confío en ti. Solo no quería porque sabía que tú ibas a querer que le haga una denuncia o que me vaya de aquí.

-¿Y por qué no quieres hacerlo? –Alexa sabía que su cuestionamiento de preguntas no iba a tardar en llegar cuando ya  terminara de hablar.

-Adam me ha dicho que si lo hacía iba a hacer todo lo que esté al alcance de sus manos para encontrarme y hacerme la vida imposible.

-¿No lo está haciendo? –dijo en un tono de burla y preocupación, ella sabía que era un chiste malo. Así que la abrazó. –Lo siento –dijo, disculpándose al darse cuenta de que la sonrisa de Alexa había sido falsa.

-Por favor –volvió a hablar Sofie. –No…no lo hagas mas –se refirió a los cortes. Acarició delicadamente su muñeca. Sus cortes se notaban a simple vista. –Por favor –le suplicó.

-Está bien, lo haré solo por ti –le respondió, Alexa.

-Prométemelo –dijo con firmeza.

-Lo prometo –luego de eso. Se dieron un fuerte abrazo, uno de esos que le hacían falta a Alexa, como los que le daba su mamá todas las noches antes de irse a dormir.

-Dice que lo engaño con otro tipo –continuó, Alexa al separarse del abrazo. –Tengo miedo, Sof. Solo no quiero denunciarlo o irme. –comenzó a llorar ora vez.

-Ay, cariño –le dijo, Sofie poniendo un mechón de pelo detrás de la oreja a Alexa. -¿Quieres venir a vivir conmigo y con mamá? –preguntó, sonriendo ligeramente. –Tú y Thomas se llevan bastante bien, sabes que él te adora como una hermana menor –dijo, Thomas era el hermano mayor de Sofie.

-No, Sofie –Alexa bajó la mirada.

-Vamos…, puedes decírselo cuando él… no esté borracho, de día no se emborracha, ¿o sí? –dijo, haciendo muecas pensativas. Alexa soltó una pequeña carcajada al ver sus muecas.

-Nunca ha venido borracho de día –respondió Alexa, con una sonrisa que se iba borrando a medida que pasaban los segundos.

-¡Perfecto! –sonó como si estuviera eligiendo el vestido perfecto para una fiesta y lo hubiera encontrado.

Alexa sonreía, aliviada y algo contenta por la idea de Sof. Aunque muy dentro suyo sentía que no iba a funcionar.

-No sé qué haría sin ti, Sof.

Al cabo de un rato, Sofie decidió irse ya que tenía que ayudar a su mamá en algunas cosas y además hacer la tarea para la escuela.

Alexa decidió darse una ducha. Al salir su mirada chocó con algo plateado sobre el lavabo, brillaba demasiado, sentía que si se acercaba solo unos centímetros más podía ver su reflejo. Lo siguió mirando por unos segundos, parecía como si la navaja la llamara. La tentaba, de alguna forma. La agarró.

La guardó.

<< No lo hagas, Alexa>> se dijo a sí misma. << Empecemos de a poco, ¿de acuerdo? >> hablaba en voz alta. << Primero…por una semana >>

Pensaba no cortarse por una semana, cuando terminara esa semana, no lo haría por otra semana y así sucesivamente hasta que ya no tenga que ni pensar en no hacerlo. Además se lo había prometido a su mejor amiga, ella odia cuando las personas no cumplen sus promesas. Un recuerdo vino a su mente; Sofie se había enojado cuando Thomas no cumplió su promesa de no decirle a su mamá de que comía los chocolates que no debía por las noches. Sonrió por ese recuerdo.

9:00 p.m. ya había anochecido hace algunas horas, el viento entraba por la ventana de su habitación haciendo que esta se volviera más fría que lo normal. Se puso un buzo viejo color gris que le quedaba un poco grande, era de su papá. Era lo único que había conservado de él, además de sus fotos. Cuando era pequeña siempre agarraba ese buzo y jugaba con él.

Al hacer la tarea de historia, sentada en la cama, Alexa se quedó pensando. Adam no vino esta noche, así que podría dormir bien sin ningún dolor. Sonrió. Pero su sonrisa se borró de inmediato, tal vez está con la chica con la que la estaba engañando, o tal vez vendría el fin de semana o tal vez mañana.

Alexa maldijo el día que se conocieron.

Miró por la ventana, nadie caminaba por estas frías calles de Salford, nubes negras cubrían el cielo. La luna llena iba desapareciendo por culpa de las nubes que se iban moviendo. Vio una pareja pasar caminando por la vereda, agarrados de las manos, sonriendo y besándose cada tres segundos. Ella deseaba poder hacer eso con su novio.

Bostezó. Su estómago rugía. Tenía que comer algo. En la cocina se preparó un sándwich. Lo comió y fue al baño a lavarse los dientes. Sacó las sabanas y se acostó en la cama, envolvió su cuerpo frío para poder calentarlo. Cerró los ojos.

-Que alguien me salve por favor -susurró