My Superhero ||HS Capitulo 6 parte 2

Parte 2/2
-¡Me invitó a salir! –gritó por lo bajo, para que solo Al pueda escucharla. Ella sonrió.
-¿En serio? –estaba sorprendida. -¿Te invitó a salir un miércoles? –preguntó.
A la pelirroja se le desapareció la sonrisa.
-No arruines esto –dijo, pareciendo enojada.
-Oh, sí, tienes razón –hizo una mueca. Paró un segundo, suspiró y sonrió. -¡Wow! –se hizo, otra vez la sorprendida.
 
Sof rió.
 
-¡Si, Wow! –Sof estaba muy contenta. –Vamos a tu casa, así me ayudas a elegir la ropa.
-Obvio, ¿qué clase de pregunta es esa? –Al se hizo la ofendida y confundida.
-No era pregunta, Al –dijo Sof y se rió.
-Sabes que no tengo demasiada ropa –se excusó.
-Ya lo sé, vamos ahora.
-Pero tenemos que ir a clase, es la última clase.
-No importa, tenemos que tener tiempo para prepararme.
 
Terminamos de comer y salieron del comedor. Al salir se cruzaron a Nash otra vez, les sonrió y le guiñó el ojo a Sof, otra vez.
 
-Este chico tiene un tic –afirmó, Alexa.
 
Estaban caminando por el pasillo de la escuela para ir a la casa de Alexa.
 
-¿A qué hora te dijo Nash?
-Dijo que me pasaba a buscar a las 20:30 –sonrió.
-¡¿Y por qué nos tenemos que ir ahora?!  Además no le dijiste que ibas a estar en mi casa –dijo, Alexa. Frunció el ceño. Sof la miró y sonrió, alzando una ceja.
-Tenemos que ir de compras. –dijo, luego
 
La rubia abrió la boca para decirle algo, pero una voz la interrumpió.

-Srta. Morgan, Srta. Hale –llamó el director Rossi.
-Si… -dijeron al unísono.
-¿Podrían mostrarle la escuela a los nuevos alumnos? –preguntó, apuntando con la mano a los tres adolescentes que estaban parados, sonriendo. Eran los mismos que vio por la ventana.
 
El chico castaño tenía unos hermosos ojos celestes. Una sonrisa muy bonita, labios delgados, nariz respingada.  El cabello hacia el costado. Era un chico muy lindo.
 
La chica tenía ojos azules, algo parecidos a los del castaño, nariz respingada y unos labios bastante voluminosos.
 
El chico de rizos tenía unos hermosos ojos verdes esmeralda, también era castaño,  labios finos y unos hermosos hoyuelos a cada lado de su boca.
 
-Eeh… -Alexa miró a Sofie, esta se encogió de hombros. –Sí, si claro.
 
Querían irse a la casa de Alexa, pero no podían decirle que no al director Rossi.
 
-Gracias –los miró. -¿tienen alguna duda? –estos negaron con la cabeza.
-Por acá –sonreí. –Estos son los chicos que vi por la ventana –le susurró a Sof.
Ella los miró.
-Son lindos, lástima que uno tiene novia –Al los miró disimuladamente.

El chico de ojos celestes caminaba de la mano con la rubia. Rizos caminaba, mirando cada centímetro de la institución.
Pararon en el salón donde, momentos antes, estuvieron ellas en Música.

-Este es el salón de música –los miró. Ellos miraron hacia adentro y sonrieron.
-Hola, soy Sofie y ella es Alexa –dijo, Sof sonriendo. Alexa la miró con ceño fruncido.
-Soy Chlöe, pero me pueden decir Chlö o Dest –sonrió la rubia.
-Soy Louis, pero me pueden decir Louis –dijo el castaño, asintiendo despacio con la cabeza.
-Soy Harry –dijo el de ojos verdes. Sonrió de lado.
-Mucho gusto –Alexa hizo una mueca.

Le mostraron cada parte de la escuela. Cuando terminaron dijeron que se tenían que ir.
Louis dijo de cambiar números. Al no quería, pero Sof aceptó al instante. Se despidieron y fueron a la casa de Alexa.

-Son lindos –dijo la pelirroja.
-Aja –respondió Al, tratando de mostrar cero importancia.
-¿Cómo “aja”? –preguntó, moviendo la cabeza.
-Sí, lo son –aseguró, para que Sof la dejara, pero era obvio que no lo iba a hacer.
-Si te encanta –sonrió y le pegó suavemente en el hombro.
-No, mentira –frunció el ceño.

Llegaron a la casa de Alexa. Eran las 1:50 hs. Tenían tiempo para hacer todo.
Fueron a la habitación de Alexa.

-Me voy a bañar –anunció Sof, luego de tirar su mochila en la cama de Al.
-Está bien –Al se sentó en su cama y puso música desde su celular. Simple Plan sonaba en este momento.

Comenzó a moverse al compás de la música,  también a cantar, cataba con mucha pasión, pero sentía que eso no era cantar, si no que era algo muy parecido al aullido de un lobo.

“This song saved my life
I was down
I was drowning
But it came on just in time.
This song saved my life"


10 minutos después, Sofie terminó de bañarse. Con la toalla envuelta en su cuerpo y otra toalla en su cabello, abrió el armario de Alexa. Comenzó a probarse ropa; jeans, buzos, remeras, vestidos. Todo lo que tenía a su alcance. 
Aunque Alexa no tenía mucha ropa. Ella no sabía a dónde iban a ir, así que tampoco sabía si debía cambiarse formal o informal. Mientras Sof se probaba ropa, las dos bailaban.

La rubia le tiró un almohadón juguetonamente y la pelirroja se lo devolvió, tirándole otro almohadón, pero esta fue más bruta así que la tiró a la cama. Y de esta manera comenzaron una guerra de almohadas.

Terminaron las dos tiradas en la cama, riendo. Welcome To My Life de Simple Plan sonaba desde el celular de Alexa. Se quedaron en silencio unos segundos.

-¿Sabes? –La pelirroja la miro. Respiraban agitadamente –. Esta canción me identifica.
-A mucho nos identifica –hizo una mueca.
-¿Por qué “Nos”? –Alexa se sentó y la miró.
-Hay veces que me siento asi –la miró extrañada -¡No soy perfecta, Alexa! Yo también tengo muchos problemas –miró abajo.
-¿Quieres contármelos ahora? –preguntó, con un tono de preocupación. Alexa no sabía que su mejor amiga tenía problemas, ahora. Ella sabía su historia, pero luego de lo que pasó, la veía muy feliz. Con una familia feliz. Pero no quería presionarla, si no los quiere contar la respetaría.
-No –susurró - ¿Puede ser otro día? Es que no quiero arruinar este día –Alexa asintió con la cabeza.
-Vamos a buscar más ropa para que te midas –sonrieron.
-¿Quieres que vayamos de compras? –preguntó, Sof.
-Como quieras, pero primero –levantó su dedo índice. Caminó hasta su armario, y sacó de adentro  una bolsa negra que estaba colgada en una percha. Lo puso sobre su cama y retiró la bolsa de consorcio. Ahí había un vestido negro, era corto y tenía las mangas negras, pero de distinta tela.

Alexa y Sofie se quedaron admirando ese precioso vestido.

-Es hermoso –exclamó, Sof. Lo tomó entre sus manos.
-Sí, lo sé. Era de mi mamá, ese vestido fue el que usó cuando conoció a papá, y cuando no le fue más, me lo regaló –sonrió, Alexa, recordando ese momento.
Sofie se quedó ahí, parada y sonriendo, sin decir nada. Pues no sabía qué era lo mejor para decir.
-Quiero que lo uses –Alexa miró fijamente los ojos azules de la pelirroja. Sofie tartamudeó.
-No puedo hacerlo, Al –le entregó el vestido.
-Si puedes, es mío y quiero que lo uses –dijo, devolviéndole el vestido.
-Pero era de tu mamá, seguro que ella quería que lo usaras tú.
-Y yo estoy segura de que a ella le hubiera encantado que lo uses.

Sonrieron las dos.

-Muchas gracias –Sof estiró su brazo, donde tenía el vestido, hacia el costado y con el otro brazo, abrazó a Alexa. –Te quiero muchísimo, amiga.
-Yo también te quiero muchísimo, amiga –la abrazó y apoyó su mentón en el hombro de la pelirroja. Estaba realmente agradecida de tener una amiga, pero más agradecida estaba de tener a Sofie como mejor amiga, como hermana. Era lo mejor que ella tenía.
Sof se probó el vestido, junto con unos tacos negros, que también eran de la mamá de Alexa.
Al  se quedó maravillada, el vestido le entraba perfectamente, y se ajustaba a su cuerpo. Esas perfectas curvas que tenía su amiga, que cualquiera desearía tener. Ella sonrió.
-Te queda perfecto –sonrió, Al
-Gracias –le sonrió, Sof. se volvió a mirar en el espejo.
Alexa se sentía como una madre, orgullosa de su hija por esto.

Luego, Sof se sacó el vestido y lo puso en su percha. Lo colgó. Y dejó los zapatos. Se puso un buzo y un jogging de Alexa y fueron al comedor. Se pusieron a charlar de cualquier cosa, todo lo que se le venía a la mente. Sofie le aconsejó a Alexa que se comprara más ropa, porque ella tenía el dinero para hacerlo, tenía dinero de sus padres y, además ella trabajaba vendiendo ropa. Aunque solo trabaje dos veces por semana. Alexa aceptó, y le pidió que la acompañara. A las 17:30 de la tarde tomaron la leche; chocolate caliente y pidieron en una panadería unas donas. Miraron la tele y, a las siete, empezaron a arreglar a Sof.

Se puso el vestido, los zapatos, y se sentó en la cama para que Alexa pudiera peinarla y maquillarla. Le aplicó rímel, sombra de ojos color negro y un poco gris, rubor. Le hizo un estilo de trenza que le quedaba realmente hermoso. Por último se puso un colgante pequeño, y el dije era un infinito, un anillo y una pulsera y un sobre negro;  todo haciendo juego.

Estaba muy bella.

Se miró al espejo y sonrió. Alexa sonrió con ella.

-Te ves…preciosa –no sabía que palabra quedaría mejor.
Ella seguía sonriendo, pero luego se desvaneció.
-¿Qué pasa? –le preguntó, Al, viendo que su amiga ya no sonreía.  Ella se dio vuelta, mirándola.
-¿Y si estoy vestida muy formal? ¿Si él solo quería salir a caminar o tomar un helado? –sonaba muy preocupada.
-Cariño, estás hermosa. No creo que en su primera cita solo te lleve a tomar un helado. Además, te he hecho un maquillaje increíble –dijo, exagerando un poco.
-Sí, está bastante bien –dijo, mirándose al espejo.
-¡¿Bastante bien!? Eso está genial, estupendo, el mejor maquillaje de todos, no deberías sacártelo nunca. Debes lucirlo en todos lados –gritaba.
Sofie rió por las palabras exageradas de su mejor amiga.
-¡Ya falta poco para que venga! –gritó, Sof, aplaudiendo como una niña pequeña luego de mirar el reloj de su celular.
-Sí, lo sé –rió, Alexa.

El timbre sonó, Sofie abrió la boca en O, estaba nerviosa y ansiosa a la vez. Alexa solo sonrió y se levantó para ir a atender.

Abrió la puerta y un muchacho castaño, vestido de traje y zapatillas apareció con una sonrisa y una rosa, detrás de esta.

-Hola, Alexa, ¿está Sofie? –preguntó, dándole un beso en la mejilla.
-Hola. Sí, ya viene –anunció, sonriendo. Sof apareció detrás de ella.
-Hola, Sofie –saludó el castaño, nervioso, pero siempre con una sonrisa en su rostro.
-Hola, Nash –saludó, Sof con la mano.
-T-en –dijo, entregándole la rosa –Es para ti –sonó aun más nervioso.
-Gracias, Nash. La pondré en agua. Espérame un segundo –Nash asintió con la cabeza varias veces. Alexa estaba apreciando la imagen desde el umbral de la puerta.
-No estés tan nervioso, Nash. Ella te amará –le aconsejó, Alexa, en un susurro.
-Claro –tragó –Es algo imposible no estar nervioso con ella, parecía más fácil cuando la invité a salir –Alexa sonrió.
-Ella no es como las plásticas –rió.
-Lo sé –dijo, mirando a Sof caminar hasta la puerta –Lo intentaré –sonrió, Nash.
-¿Vamos? –preguntó, Sof.
-Vamos –repitió, Nash.

Nash le agarró la mano y entrelazaron sus dedos.

Alexa los saludó y los vio alejarse de ella lentamente. Cerró la puerta pensando en si algo bueno  le pasaría a ella en el resto de la noche.

Pregunta: