The Punk Muffins Tour.

Aunque el lugar estaba tenso y se veían personas venir de aquí a allá, Blythe estaba tranquila con su guitarra apoyada en su regazo. Tocaba suavemente las cuerdas esperando que estas sonaran en su tono perfecto, y cuando su agudizado oído encontraba la mínima diferencia, un pequeño giro en la cabeza bastaba para que estuviera nuevamente perfecta. Después de repasar dos veces, dio su guitarra por afinada y la dejó descansar contra la caja en la que estaba sentada.

Good Morning America estaba al aire tras ellos y Blythe tendría qué tocar como parte de la banda de apoyo que es. Ella realmente disfrutaba su trabajo. Veía a Rainbow siempre sufriendo por los groupies y los paparazzi y todo para hacer lo que amaba, y ella tenía la enorme ventaja de hacer lo que amaba sin esa parte del drama, porque, ¿Quién conoce a la banda de apoyo? ¿A quién le importa la banda de apoyo? Bueno, A Tessa y Wild Lilies les importaba, claro que sí, tenían qué sonar bien, pero para los fans de estas, ellos no eran importantes.

Suspiró tranquila y volvió a tomar la guitarra entre sus manos. Le había colocado nombre, por supuesto que sí. Wayne era su nombre, porque era negra y opaca y le recordaba a Batman. Y por eso se llama Wayne. Sacó la aguja de Panic! At The Disco (regalo de Rainbow, la mejor tía del mundo) y comenzó a rasgar descuidadamente notas al azar.
—Eso suena bien —no levantó la mirada, reconoció el tono de voz. Derrie, cantante de Wild Lilies.
—Gracias —ladeó la cabeza en una dirección—, Lucas está por allá.
— ¿Por qué tan agresiva?
—Sólo está nerviosa, déjala —Blythe rodó los ojos y se interrumpió a sí misma.
—Claro que… —Cindy alcanzó a cubrir su boca y le regaló una sonrisa apenada a Derrie.
—Discúlpala, puede ser algo gruñona —protesta inentendible por parte de Blythe.
—Bien, vale. Voy con Lucas… las veo luego.
—Sí, vale… —Cindy esperó a que Derrie estuviera lo suficientemente lejos—. ¿Te la das de muy chula tratando a la gente así, eh, Blythe?
—No es eso —comentó mirándola mal y apretando los dientes—. No me gusta la gente, eso es todo.
—Pues no te entiendo.
—Exacto, no lo haces —dejó a Wayne en el suelo y miró a Cindy, una de las pocas que la soportaba. La chica levantó manos en señal de rendición y se alejó. Blythe tomó aire y como cosa nerviosa, volvió a tomar a Wayne entre sus manos. Tocó cada cuerda y cuando notó la sexta un poco floja y fue a apretarla, alguien empujó su brazo haciendo que la tensara tanto que reventó.

Le golpeó el rostro. Fue un latigazo, fuerte, por un instante vio violeta y luego había arrojado a Wayne al suelo y se sujetaba el rostro con las manos.

—Dios, dios, ¿qué pasó? Oh, lo siento tanto —no reconocía este tono de voz. Ladeó la cabeza, el ojo derecho (el lugar de más impacto) estaba lloroso pero lograba abrirlo, finalmente el dolor pasó un poco y pudo quitarse las manos del rostro.
Miró al chico frente a ella durante dos segundos y recordó con qué se había golpeado.
— ¡Mierda! —tomó a Wayne con las manos—. Mierda, mi guitarra.
— ¿Está dañada? ¿Lo he arruinado?
—No es nada que no se pueda arreglar pero tengo qué desenrollar la cuerda y acomodarla y luego afinarla, ¿y si no queda bien?  Dios, ¿quedó marca en mi rostro? ¿Se ve muy mal? Tengo la piel sensible, seguro se inflama, ¿y si no puedo ver? Digo, me sé a la perfección la canción pero no tengo qué presumir y dios —estaba hiperventilando. Las cosas no salían de acuerdo a plan y eso ponía mal a la pobre de Blythe.
—Cálmate, cálmate, chica, primero lo primero. ¿Te sientes bien?
— ¿Qué importa cómo me siento? A mi guitarra le falta una cuerda.
—Solucionaremos eso en un minuto, no te preocupes —el chico se sentó junto a ella y tomó a Wayne en sus manos. Blythe estaba conmocionada porque de lo contrario no habría dejado que nadie en el universo tocara su guitarra—. ¿Y ese golpe?
—Ya casi no duele —mentira.
—Me alegro. Lo siento por tanto embrollo, soy Elliot.
—Blythe.
—Lindo nombre.
—Gracias.
—En serio, ¿Quién tiene la oportunidad de llamarse Blythe?
—Bueno, cerca de cien mil personas.
—Eso es relativamente poco —había comenzado a desenrollar la cuerda sobrante en la cabeza de la guitarra.
—Sí, oye, ¿sabes lo que haces? Porque Wayne es mi más preciada posesión y sí la dañas creo que no vivirás para contarlo.
— ¿Wayne? Tengo mi teoría pero dime si me equivoco. ¿Bruce Wayne? ¿Batman?
—Es mi guitarra, Elliot.
—No te juzgo.
— ¿Seguro que sabes lo que haces?
—No —le dedicó una sonrisa. Fue la tranquilidad con lo que lo dijo, esa frescura, esa espontaneidad que le robó a Blythe una risa, la chica tomó su guitarra y siguió con lo que él hacía—. Nuevamente lo siento.
—Lo siento yo, por mi comportamiento, puedo llegar a ser rara a veces. Obsesivo compulsiva con el orden y que todo salga bien.
—El lado bueno es que nadie salió he… no, ¿sabes algo? Mejor me callo. —Blythe rio nuevamente— ¿Banda de apoyo?
—Creo que eso es obvio —Blythe apretó los ojos por un instante y se auto regañó—. Lo siento, es que tiendo ser algo gruñona, en palabras de Cindy.
—Está bien, creo.
— ¿Tú haces?
—Sonido.
—Oh, bien, entonces tú te encargas de que mi guitarra suene bien pero le arrancas una cuerda.
—En mi defensa… No, no tengo nada en mi defensa. ¿Me disculpas?
—Lo hice hace rato, Elliot. Ahora, ¿no tienes cosas que checar? Estaré bien, lo juro.
—Más te vale, Blythe. Mis amplificadores no sonarán bien si no arreglas tu guitarra —la chica rodó los ojos monumentalmente y siguió acomodando a Wayne, finalmente Elliot se fue, meneando la cabeza.
A punto ya de terminar de afinar a Wayne, fue nuevamente interrumpida.
— ¿Qué te pasó en la cara? —al menos ahora reconocía la voz.
—Se me reventó una cuerda y me dio en la cara —comentó encogiéndose de hombros—. Estoy bien, ¿Cómo estás tú, tía?
—Algo nerviosa —confesó frotándose las manos—, creo que nunca me acostumbraré. ¿Tú?
—Bueno, somos dos —finalmente se convenció a sí misma de que la guitarra estaba perfecta y la dejó a una lado. Se levantó, se sacudió el pantalón y metió sus manos en los bolsillos—. Éxitos, Rainbow.
—Igualmente, Blythe —le dio un abrazo rápido—, será mejor que me vaya. Y, hey, no te quiero tan gruñona, me recuerdas a Marc cuando estás así.
—Me enseñó todo lo que sé —comentó con una sonrisa, encogiéndose de hombros. Rainbow la empujó suavamente.
—No seas tonta.  

Rainbow se giró y caminó hacia el lugar dónde había ido. Se escuchó la orden y pronto el programa comenzó. Blythe no entró en pánico, no inmediatamente, aún faltaba un poco para que tocaran así que tomó su teléfono y se permitió a sí misma algo de calma.


—Ziggy, como que hay un cielo sobre nosotros si vuelves a preguntarme sobre qué voy a hablar en la entrevista perderé la cordura y me clavaré el encrespador en el ojo —anunció Sydra después de soltar un bufido irritado—. Te preocupas más que Nikky y eso es, créeme, mucho decir.
— ¿Acaso está mal que me preocupe tanto por mi niña? —Sydra rodó los ojos.
—Sólo eres un poco mayor que yo.
—Sydra, cariño —intervino Kristy dulcemente—, tranquilízate. Todos tenemos los pelos de punta, unos más que otros —inclinó la cabeza hacía Ziggy—, pero arrancarnos las cabezas entre nosotros no logrará nada.
Kristy soltó el último mechón de cabello que cayó ondulado sobre los demás. Sydra estaba lista, la chica se miró al espejó y sonrió.
—Quedó muy lindo, Kristy, gracias. —Ziggy se colocó tras Sydra tomándo sus hombros y se inclinó para que sus rostros quedaran juntos. Lucía como una madre orgullosa.
—Hermosa, simplemente eso —se enderezó—. ¿Quién falta?
—Yo —dijo Svy. Breeze se decidía sobre el color de su atuendo aún y eso comenzaba a exasperar un poco a la chica.
—Breeze, apúrate por favor, Svy aún tiene qué peinarse y salimos en media hora —dijo Nikky tan dulce como pudo.
—Lo hago tan rápido como puedo, sólo que no sé sí por las luces lucirá pálida con negro.
—Lucirá fantástica, eso es lo que hacen, por eso están en la banda, para lucir fantásticas y contrastar lo desaliñado de los chicos —dijo Gerard. Aquel hombre lleno de tatuajes sabía cuándo intervenir y de quién tomar partido. Sydra se rio mientras se levantaba de la silla, se dirigió al sofá dónde él estaba sentado con Thomas y Gus.
—Estás hermosa —dijo simplemente Gus.
—Gracias Auggie, aunque, bueno, sólo sea por ahora, en la tarde seré tu fea hermanastra nuevamente.
—Uy, sí. Sacada de las profundidades de feolandia —dijo Thomas siguiéndole el juego.
—Exacto, justamente de dónde ustedes dos vienen. Hey, quizás no seamos tan hermanastros como dicen.
—Ustedes son una familia muy extraña.
—Ella es la extraña —acusó Gus señalándola.
—Perdón, habla el que sale con su futura hermanastra.
—Tienes suerte de estar arreglada porque de lo contrario te ganarías una buena ración de cosquillas, ¿oíste pulga?
— ¿No pueden actuar como personas normales por veinte minutos? —dijo Gerard en tono cansino. Sydra se recostó contra él.
—Nope —Gerard la miró y la diminuta joven le regaló una deslumbrante sonrisa que él devolvió casi enseguida.
—Sois como padre e hija —Ziggy estaba mirando encantada la escena.
—Sí, y tú eres mi madre. Thomas y Gus, mis hermanos, o sea vuestros hijos —señaló a ziggy luego a Gerard—, Carter, Svy y Ryder son los hijos que adoptasteis y Nikki es la tía solterona.
—Muy graciosa.
—Un placer —le guiñó un ojo a la mujer—. ¡La familia Greenless! —justo en eso su teléfono sonó. Una vieja canción de My Chemical Romance. Gerard se lo pasó, puesto que ella le pedía que lo guardara porque ella siempre lo dejaba en cualquier lugar. Sydra vio la pantalla la fotografía de su padre, deslizó el dedo para desbloquear y se llevó el teléfono al oído.
—Mi querida niña —sonrió. Se levantó para tener algo de privacidad.
—Te has acordado.
— ¿Acordarme? Estoy viendo el programa. No puedo esperar a que salgas. —desde que su padre había sentado cabeza con la Sra. Grimm (ahora Sra. Monterleigh) se parecía más al padre que realmente siempre quiso—. Seguramente lo harás excelente.

—Gracias papá, significa mucho para mí —y sí que lo hacía. Ante toda esa presión y cuando salió el tema de la familia Greenless (bueno, ella misma lo sacó) una parte de ella le recordó que realmente nunca había tenido una familia hasta entonces.

Su madre había muerto hacía ya mucho tiempo. Una boquilla de gas abierta, una inocente chispita y la casa ardió hasta los cimientos con su madre dentro. Después de eso su padre nunca fue el mismo, no sólo descuidaba a ella y su hermana si no que era más antipático de costumbre. La Sra. Grimm fue casi un milagro.

Un nudo había crecido en su garganta y se mordió la lengua con fuerza para no llorar porque arruinaría el maquillaje de Kristy y saldrían en diez minutos, tomó aire y respiró varias veces.
—Te quiero, papá.
—También te quiero, hija —«No llores, Victorya, por el amor de Dios, no llores»—. No te entretengo más, debes estar ocupada. Te veré pronto, ¡Éxitos pequeña mía! —antes de cortar la llamada, su padre tuvo un ataque de tos que hizo un nudo en el estómago de Sydra.
— ¿Papá? ¿Estás tomando la medicina que…? —colgó. Miró el teléfono en su mano, consternada. ¿Debía llamarlo?
—Hey, Guisante —la llamó Svy—, vamos a practicar por última vez qué vamos a decir. ¿Te nos unes? —lo pensó por un momento. Podía llamar a su padre y ocuparse de que se tomara sí o sí los medicamentos, sin embargo estaba con su esposa. Seguramente ella le habría recordado porque, ¿para qué son los esposos? Corrió con Svy.

Después de una Ziggy queriendo hacer el trabajo de Nikki y una Nikki volviéndose loca por ello, dejaron a los chicos cinco minutos para que se “tranquilizaran”. Sydra por su parte necesitaba masticar algo dulce así que salió en cacería de algo de comer.

Mientras caminaba por encima de un montón de cables, cuidando pisarlos, alguien tiró de ella cubriendo su boca y arrastrándola hacia un pequeño cuarto. Sydra ni siquiera se dio cuenta en qué momento estaba encerrada en el cuarto de suplementos con Dexter Hepburn.
—Hola, Sydra.
—Dios, Dexter, estás loco —Sydra intentó ocultar lo intimidada que se sentía ahí.
—La locura es existencial, querida.
—Cállate —comentó juguetonamente, lo miró a los ojos, le sacaba casi una cabeza. «Malditas hormonas disfuncionales.»
—Admite que soy tu tipo.
—En realidad me gustan más bien los deportistas dedicados a su pasión y trabajo. Pero qué haremos, tendré qué conformarme con un bajista súper cool de la banda de punk más influyente del momento —Dexter sonrió.
—Suertudo de mí, eh. —Sydra le golpeó en el costado.
—No hagas más eso, Dexter, porque si lo haces otra vez te sacaré la mierda a golpes.
— ¿Me estás amenazando? —se acercó peligrosamente a Sydra— Dios, ¿qué voy a hacer contigo?
A Sydra se le ocurrieron un par de ideas. Entonces sacudió la cabeza por ser tan estúpida y se recordó a sí misma que tenía que irse. Se liberó de Dexter aprovechando su baja estatura y se las arregló para llegar a su marca justo a tiempo sin despeinarse.
— ¿Dónde mierda estabas? ¡Nos retrasas! —la regañó Nikki.
— ¡Pero si estoy a tiempo!
—Quince minutos antes es estar a tiempo, y en Hollywood aun así es considerado retraso.
—Ya entendió, no la abrumes más, Nikki —el par de agentes se dieron esa mirada, esa mirada que intentaba ocultar lo que sentían el uno por el otro. Sydra quiso vomitar.
—Consigan una habitación —dijo antes de que el asistente de cámaras les diera la señal de entrada.

Muchos aplausos, luz, y bienvenidos a Good Morning America.


Era demasiado pedir para Circe que se quedara quita tras bambalinas mientras Tristan estaba en el escenario ganándose la vida. Por suerte para la rubia, no tenía qué hacerlo.

Se deslizó a lo largo de la pared y cuando llegó al borde asomó primero su arma y luego tiró su cuerpo. A diferencia de como esperaba, Ed no estaba tras la pared. Escuchó un movimiento de pies rápido tras su espalda y fue suficiente para que se girara y apretase el gatillo cuantas veces pudiera antes de que Ed escapara.

El chico dejó de moverse cuando la primera bala de plástico lo golpeo. Circe sonrió triunfadora.

—Es Nerf o nada —dijo imitando la propagada, entonces estalló en risas. Ed la miraba con una sonrisa. Circe sabía (era obvio) que el moreno se dejaba ganar, y aunque le parecía lindo (adorable) a Circe le gustaban los retos.
—No quiero jugar más, Circe…
— ¡Ed, por favor! ¡Me estoy muriendo del aburrimiento! —juntó sus manos e hizo un puchero. Ella sabía que cuando hacía eso nadie le decía que no. Ed, por su parte, rascó su nuca y miró a sus zapatos. Parecía que se esforzaba por decir algo.
—Y… ¿Y sí mejor te invito?... A comer, quiero decir. ¿Y sí te invito a comer? —la miró. Circe sonrió porque parecía como si fuera a decirle no y además abofetearlo por atreverse a hacer tal pregunta.
— ¿Cómo una cita? —Inquirió enarcando una ceja. Ed se coloró un poco y tartamudeó—. Me encantaría, Ed. —dijo con una sinceridad que hizo que Ed suspirara del alivio.
—Hay un restaurante que sirve desayuno a una calle de aquí, seguramente podemos ir sin llamar la atención —dijo quitándose el equipamiento Nerf.
—Las ventajas de NO ser famoso —señaló Circe con una sonrisa. Ed se encogió de hombros y el par salieron del estudio de Good Morning America. Habían millones de fans afuera, con todo tipo de carteles. The Punk Muffins, Mad Sounds, Greenless, Tessa, Alex, Wild Lillies. Circe sonrió porque si no conociera a Tristan, lo más probable es que ella estuviera entre esa multitud también… o en el Warped Tour como había planeado. La vida no es nunca como uno quiere.

Salieron sin mayor problema, hacía un día muy bonito, al menos durante la mañana, y se sintió mal de que Tristan tuviera qué perdérselo por estar siendo entrevistado, pero era parte de ser músico y Circe había sido de las primeras en apoyarlo a pesar de todo eso.

Cuando llegaron al restaurante (uno bastante moderno con colores vino tinto y sillas estilo vintage), Ed pidió un desayuno para los dos (sin saber qué traía) y entonces Circe comenzó a preguntar.

Resulta que la blonda odiaba no conocer a aquellos que consideraba parte importante de su entorno. Ed se estaba convirtiendo en uno de ellos más aún cuando Tristan parece estar un poco demasiado ocupado para ella.

Eso no era cierto. Según el Molusco, siempre tenía tiempo para su Sardina favorita (esta es, por supuesto, Circe) y si no lo había lo sacaría. La cuestión de todo eso es que Circe no quería acaparar el tiempo de Tristan, parecía que él era tan importante que ella no quería ser una molestia en su vida, y por eso se alejaba, y por eso pasaba tiempo con otras personas.
Como Ed.

No, no usaba a Ed. Adoraba a Ed y quería que él la adorara también, sí, porque por dentro era como una pequeña malcriada que siempre esperaba lo mismo en cuanto daba.

—… Y en realidad, sabes, Lucas y yo no nos llevamos tan bien y… llevo hablando todo el tiempo. Lo siento —«Ed tiene una sonrisa de “lo siento por ser un idiota” muy linda» pensó la blonda después de dar un sorbo a su jugo de naranja—. ¿Qué me dices de ti? ¿Tienes hermanos?
—Sí, tres. Soy la menor. Era una vida complicada, soy de Australia a propósito. Bueno, siempre esperaban de mí que rellenara los zapatos de mis hermanos mayores. Yo no quería eso, quería ser sólo yo. Fueron días oscuros. Entonces mi hermana Stella se mudó y yo me mudé con ella y conocí a Tristan. El resto es historia —su teléfono vibró agresivamente sobre la mesa sobresaltando a la chica. Tomó el celular y observó la pantalla—. Hablando del rey de Roma —dijo moviendo las cejas con una sonrisa. Contestó—. Molusco.
— ¿Dónde carajo estás, Circe?
—Con Ed —tomó más jugo de naranja—, desayunando.
—Dios, Sardina… ¿puedes estar en el estudio en cinco minutos?
—Ahí estaremos, Molusco.
—Ah, gracias, Y… ¿Sardina?
— ¿Sí, Molusco?
—Te quiero —su corazón golpeteó con fuerza y sonrió.
—También yo. —colgó. Miró a Ed quién dejó cuarenta dólares en la mesa y se levantó. Ella lo siguió.
—Circe, ¿puedo preguntar algo?
—Claro que sí.
— ¿Tristán y tú? —la chica dejó caer su cabeza hacía atrás mientras reía, el sol acarició su rostro y su melena le hizo cosquillas en la espalda.
—Definitivamente no… él es como otro de mis hermanos, sólo que… el favorito.

«Correcto Circe —se dijo mentalmente—, algún día lograrás engañarte a ti misma.»

Circe contempló a Ed bajo la luz del sol. Había visto a ese chico, sí que lo había hecho. A veces podía ser tan serio y era como si cada atisbo de felicidad se hubiera esfumado de su vida. Se preguntó por qué pero supuso que algo trágico sería y no quería ser imprudente.
Sin embargo lucía una pequeña sonrisa, parecía mucho más joven. De su edad de hecho. Tuvo el presentimiento que era por ella y eso, por algún motivo, la hizo sentirse extraña.

— ¿Tengo monos en la cara, acaso? —dijo cuando finalmente llegaron al estudio y Ed mostró sus pases para que los guardias les dejaran entrar.
— ¿Por qué preguntas?
—Llevas mirándome desde que salimos del restaurante.
— ¿No has pensado que quizás sólo eres guapo? —silencio, su sonrisa se ensanchó más.
—Sí, lo he pensado… —Circe se rio y se abrazó a su pecho. Así era ella, completamente inoportuna y confianzuda. Pero Ed no se quejó, la rodeó con su brazo mientras caminaban al camerino de Mad Sounds.

Al llegar, la mirada gélida de Tristan fue lo primero que divisó. Circe rodó los ojos dramáticamente y se soltó del abrazo de Ed, aunque se colocó sobre la punta de sus pies y le plantó un beso a Ed.

—Gracias por el desayuno, Ed —el chico se coloró hasta las orejas.
—No es nada, Cece. —y se deslizó fuera. Tristan parecía abatido, Circe enarcó una ceja y se abrazó de su tórax. Tristan la abrazó después de un par de minutos.
— ¿Acaba de llamarte Cece?
—Te quiero, Mollusco. ¿Cómo te fue en la entrevista?


Ives comenzó a meter todas las cosas en su bolso con prisa, pronto debería estar con los demás Vloggers si no quería quedarse en el estudio de Good Morning America. En realidad siempre terminaba siendo así de distraída y en apuros. Se colgó el bolso de un hombro y tomó su teléfono. Con él entre manos comenzó a caminar hacia la salida cuando tropezó con un cable. El celular salió disparado de sus manos y ella cayó sobre su estómago golpeándose el mentón y las rodillas. Se quejó.

— ¿Estás bien? ¿Te caíste?
—No, es una tradición de familia estrellarme el mentón contra el suelo cada dos horas —Ives ni siquiera lo decía con mala intención, el chico frente a ella se rio con ganas e Ives le acompañó con una sonrisita mientras se incorporaba.
—Lo siento, soy un idiota —le tendió una mano que Ives tomó con fuerza y al estar de pie, se tambaleó un poco pero eventualmente se estabilizó—. Soy Peter.
—Yo soy…
—Ives Kane. —La rubia enarcó una ceja mientras agitaba la mano de Peter (la cual aún sostenía).
—Sí… ¿me conoces?
— ¿Kane vlogs? Claro que te conozco, yo… amo tus vlogs. ¡Te admiro! —Ives se rio.
—Bueno, eso es nuevo. Con tantas estrellas no es algo que se escuche muy a menudo —soltó su mano. De pronto recordó su teléfono— ¿Has visto un teléfono?
—Ah, claro, cayó justo ahí —él mismo se ofreció para recogerlo. «Todo un caballero». Pronto su teléfono estaba nuevamente en sus manos.
—Gracias Peter. No sabes, este teléfono es mi vida… por cierto, ¿Tienes Whatsapp? —Peter volvió a reír. Ives le pasó el teléfono y él mismo escribió su número. Luego se lo devolvió.
— ¿No te diste un golpe muy fuerte?
—Nah —agitó una mano para restarle importancia—. Me he dado peores.
—Toda una dura, entonces.
—Algo así —dijo encogiéndose de hombros con una sonrisa. Entonces recordó que se tenía que ir—. Oh, cielos. Está tarde y tengo que irme porque no me quiero quedar a vivir con el elenco de Good Morning America…
— ¿Por qué no te quedas? Tengo qué recoger un par de cosas. Mi bus se va dentro de un par de horas. Ya sabes, los de luz y sonido la tenemos peor. Puedes irte conmigo. —Ives no sabía si era la sonrisa o que de pronto no quería irse, pero entonces dejó el bolso en el suelo y se sentó sobre una caja. Encendió su teléfono y comenzó a grabar a Peter.
— Él es Peter, y me acaba de secuestrar.
— ¿Qué haces, Ives? —el chico lucía aún más lindo tras cámaras. La chica rio.
—Exige un millón de donuts por mi rescate. Enviar donaciones al 555-Salva a Ives —se enfocó a sí misma y colocó una cara triste—. Por favor. —entonces dejó de grabar y lo subió a Instagram. Ambos rieron cuando lo reprodujo por primera vez.
— ¿Cuántas personas lo verán?
—Sólo cerca de doscientas mil. No es mucho, tengo menos seguidores en Instagram que en Youtube.
—Eres tan modesta —comentó mientras comenzaba a levantar cables.
—Lo sé, soy un ángel. La madre Ives de California.


Vesna había congeniado con Arabella desde que la conoció. Ara casi muere cuando se dio cuenta que era prima de Carter y eso le encantó a Vesna. La chica insistía en decirle Prim y Vesna no se quejaba realmente. Todos se estaban llendo y Ara le contaba entretenidamente cómo había sido su complot con Derrie. Esa chica era toda una dulzura.

Entonces algo la distrajo. No muy lejos, un chico rasgaba suavemente una guitarra. Vesna lo habría reconocido en cualquier parte. Por un instante el chico la miró y el tiempo se detuvo sin saber si avanzar o colapsar. Vesna sintió eso justo en la boca del estómago.

— ¡Dios mío! ¿Ves cómo Alex DeLarge te está mirando? —Vesna sonrió, así que no se lo imaginaba. Rompió el contacto con un resoplido—. ¡Él es mi platónico!
— ¿Quieres decir uno de tantos? —preguntó Vesna dulcemente con las cejas enarcadas.
—Si… bueno. ¿Lo conoces? —sus ojos brillaban con la intensidad de un sol. La chica se encogió de hombros.
—He compartido un par de palabras con él, no es gran cosa yo… bueno, me preguntó mi nombre y le dije que me llamaban Prim, adivinó que no era mi verdadero nombre y bueno, quedé en dárselo mientras que él quedó en darme otro cigarrillo. Yo… no he hablado mucho con él desde entonces… más bien nada.
— ¡¿A QUÉ ESTÁS ESPERANDO?! —Vesna creyó que Arabella colapsaría de tanta emoción. Tiró del brazo de la chica hasta dónde estaba Alex. El chico miró al par con una ceja enarcada, Vesna sonrió apenada y Ara le dio un empujoncito antes de irse dando saltitos de alegría.
—Lo siento.
—Parece linda.
—Lo es… es un amor, créeme. Aunque se la pasa sorprendiéndose porque cada dos por tres ve famosos.
—Tú pareces muy tranquila al respecto…
— ¡Lo estoy! —Alex sonrió ante tal acto de sorpresa—. Quiero decir… uff, estoy nerviosa —sacudió sus manos.
— ¿Te pongo nerviosa? —la miró divertido.
— ¡Claro que me pones nerviosa! Dios, deja de mirarme así —se cubrió el rostro con las manos. Había comenzado a temblar. Alex se rio, una risa despreocupada, eso la tranquilizó… un poco.
— ¿O qué harás, Prim? —descubrió su rostro.
—Recuerdas mi nombre.
—Tu apodo —corrigió—. ¿Y cómo podría olvidarlo? —el chico sacó de su bolsillo una caja de cigarrillos, tomó uno y se lo tendió a Vesna. Cuando lo tomó él lo alejó de su alcance—. Tenemos un trato, Prim. —Vesna sonrió y tomó aire.
—Vesna Carlengher. Vesna significa Primavera, por eso algunas personas me dicen Prim. En realidad mi nombre no me gusta tanto… es raro, pero Prim está bien. Como Primrose Everdeen. —Alex dejó que esta vez tomara el cigarrillo.
—Bonita historia —se colocó uno entre los dientes y sacó un encendedor, Vesna se lo colocó entre los dientes mientras él lo accionaba. Cuando se acercó para encender el cigarrillo, cubrió las llamas con la mano aunque no había necesidad de cubrirlas con el viento.
Se miraron. Una débil hila de humo salió de entre los dos y Vesna se sintió cohibida. Retrocedió torpemente.
—Gracias, gracias… esto, ah… Buena charla. —le dio la espalda a Alex y corrió a dónde estaba Ara, quien parecía no caber en sí misma.
— ¿Qué te dijo?
— ¿Qué me dijo? —apagó el cigarrillo—. ¡Te voy a matar, Ara!
—Uh, uh, uh —dijo negando con el dedo—. Aún no somos tan amigas.
—Eso me dolió.
—Lo siento. ¡Ven! Vamos a stalkear a Mad Sounds.
—Ah, bien. Al menos tengo una amiga ahí. ¿Conoces a Circe?
— ¿¡CIRCE WESTERLAND!?
—Ah, ¿por qué no me sorprende? —dijo meneando la cabeza mientras caminaba a la par con Arabella.


—Estoy algo cansada de las bromas de Derrie y el chico ese —Joanie se sentó junto a él.
—Mira, no lo hicieron esta vez, lo cual es, admítelo, increíble.
—Esto me gano por dejarme arrastrar por Alex… y por ti, claro que sí.
—Bum, justo en el corazón —Nikola escribía distraídamente en su computador.
— ¿Qué haces?
—Sólo escribo un artículo sobre lo que sucedió hoy.
—Nikola, ¿por qué haces todo esto?
—Por qué —terminó de teclear y miró a su hermana—, porque si hago esto bien, algún día tendré mi propio programa de entrevistas. ¿Te imaginas? ¿The Harrie’s show?
—Niko. ¿Has pensado en volver a casa?
—No.
—Lo digo en serio.
—También yo —miró a su hermana. Lucía imperturbable pero él la conocía bien. Le dolió—. Jo, he trabajado por todo esto, en serio. Y volver a casa no sería lo mejor ahora. —la chica asintió y se enfrascó en su celular.

Nikola no supo qué hacer para levantarle el ánimo.

Cuando el bus se detuvo y su hermana se desapareció, lo siguiente y primero que vio fue a Kristy. Esa joven sí que la había cautivado. Ella se había molestado con él porque la grabó durante la pelea de bolas de pintura, pero él no se arrepentía ni un poco.

Quizás era hora de enmendar las cosas.

Se colgó el maletín al hombro y trotó para llegar junto a la chica la cual lo reconoció en tanto lo vio y rodó los ojos dramáticamente.
—Quizás debí pedirte permiso para subir el vídeo.
— ¿Sólo quizás?
—Quiero recompensártelo. ¿Qué puedo hacer?
—Borrarte de la faz de la tierra.
—Eres una chica complicada.
—Yo te daré complicaciones —se detuvo y lo miró desafiante. Nikola por su parte le regaló una sonrisa—. Tienes nombre de chica.
—Eso no es cierto, suena como de chica pero no lo es. No es como que puedas decir mucho, Kristyanna.
—Ni siquiera quiero saber cómo hiciste eso —volvió a caminar.
—Lo siento, Kristy. Irrespeté tu privacidad al subir el vídeo sin tu permiso, y si quieres lo borro. —Kristy lo miró. No le creía. El chico abrió su portátil y fue corriendo a Youtube. Se metió en su cuenta y seleccionó el vídeo. Colocó el puntero sobre la opción de borrar.
—En serio lo harás…
—En serio lo siento… —iba a presionar el botón.
— ¡No!
— ¿No?
—No.
— ¿No? —Kristy apretó los ojos y tomó aire.
—Está bien, olvídalo.
— ¿Significa que me perdonas?
—Significa que no me molesta más.
— ¿Puedo invitarte a un café?
—La respuesta es no.
—Nunca dije que te invitaría ahora —le guiñó el ojo. Divisó a Ara a lo lejos, caminando con Vesna. Se despidió de Krity quién aún estaba algo afectada y corrió hacia ellas. Entonces escuchó un chillido.
— ¿Nikola Harrison?
— ¿Ives Kane? —la rubia tenía una expresión de sorpresa en el rostro y corrió a abrazarlo.
—Tengo que decir que tu voz suena mucho mejor en vivo y en directo.
—Tengo que decir lo mismo de tu cara. Oh, pensé que nunca te vería, no desde la vez de…
—El LIVE de gameplays de terror —dijeron al unísono, entonces se rieron.
—Consigan una habitación —dijo un chico de cabello negro que al pasar empujó juguetonamente el hombro de Ives.
—Es mi hermano, déjalo.
—Hey, tengo rato sin hablar contigo.
—Tendremos tiempo para desatrasarnos, ¿no?
— ¿Lo tendremos?
—Claro, esta noche en el after party. Te veo ahí, Niko.
—Claro que sí, Ives. Un placer verte.
—Lo mismo —le guiñó un ojo y se metió con un grupo de personas al ascensor. Cuando este iba a subir agitó su mano a manera de despedida.
— ¿Quién es ella?
— ¿En serio no lo sabes?
—Lo sé, sí. ¿Qué haces con ella?
—Ella es mi Jackie —Ara abrió la boca en la repentina sorpresa.
— ¡Nikola, yo…!
—Déjalo, mujercita. ¿Vamos?


—Dexter, ni siquiera pienses en beber cuando lleguemos —Lucy hizo hincapié por décima vez Dexter rodó los ojos.
—Hermanita —rodeó con un brazo a su pelirrojiza hermana—, deja al pobre en paz. Se está perdiendo el after party y además tiene un evento importante mañana.
—Escucha a tu hermano de vez en cuando, Lucinda —el chico meneó la cabeza. El aeropuerto estaba vacío—. Iré por una soda.
—Qué sea una soda… —comenzó Lucy.
—Lo será —aseguro Ian. Soltó a su hermana y se frotó las manos—. ¿Tienes frío?
—No —comentó meneando la cabeza
— ¿Cómo vas con tu novio?
—Apuesto que ni siquiera recuerdas su nombre.
— ¿Es importante?
—Ian —lo reprochó. Su voz resonó por el vacío del lugar. Ambos se callaron. Ian le sonrió.
— ¿Cómo es que siempre eres tan tímida o tan fiera?
— ¿Qué dices, Ian?
— ¿Recuerdas, hace mucho tiempo ya, cuando fui tu primer beso? —Lucy se quedó de piedra mientras sus mejillas se coloraban.
— ¿Fuiste… mi primer beso?
—Sí. Eras tan hermosa como lo eres ahora… yo —se detuvo a sí mismo. Era su hermano mayor, eso era—. ¿Ese chico te trata bien?
—Ian…
—Sólo quiero saber, puedo saberlo, ¿cierto? —no dijo nada más. Lucy no respondió y se quedaron en silencio cuando de pronto unos zapatos resonaban en el lugar. Ian sonrió ampliamente al ver el pequeño cuerpo de su prima Mia. Extendió ambos brazos como si fuera el Cristo Rey de Brasil y gritó.
— ¡PRIMAAAA! —entonces echó a correr hacia la chica. Mia se encogió e intentó huir de sus brazos pero Ian la alcanzó a tiempo y la aplastó con mucho cariño.
— ¡Déjame ir, Godzilla!
— ¿No puedo abrazar a mi querida prima?
—Sobre todo quería —dijo rodando los ojos.
—Créeme que te queremos —Dexter salvaje aparece—, es la una de la mañana, tengo una fiesta y mañana un acto en el MADISON SQUARE GARDEN, claro que te queremos.
—Un gusto verte Dexter —Mia lo abrazó y después a Lucy—. Gracias por invitarme.
—Hey —Ian la rodeó con un brazo—. A la fiesta Hepburn van todos o no va nadie.
—Lo que él dijo, ahora, ¿podemos irnos por favor? Tengo una fiesta qué atender.
—Sí, porque perderte una fiesta debe dolerte en el alma.
—Lucy.
—Ian.
—Lucy.
—Dexter.
—Lucy.
—Mia.
—Basta —sentenció Dexter. Los Hepburn se rieron.


Reed localizó a la pequeña Arabella en la multitud. Parecía un pez fuera del agua, con todas esas personas bailando y pasándola bien, ella estaba en una esquina con su teléfono y una bebida en sus manos. Esperaba a alguien.

— ¿No sales mucho, verdad?
— ¿Qué te importa?
—Te he estado observando, al parecer sólo tiendes a mostrarte hostil conmigo.
— Será por lo idiota que eres.
—No creas, Ara, eso para mí es un honor. —en ese instante la canción que sonaba (una muy buena mezcla de My Song Knows What You Did In The Dark) se apagó y por su parte un ritmo suave y melancólico comenzó. Las parejas comenzaron a juntarse en la pista. Reed miró a Ara con una sonrisa.
—Ni siquiera lo pienses —advirtió la chica, pero Reed tomó su bebida y la dejó en la mesa más cercana, entonces tiró de ella y la pegó a su cuerpo, colocando la mano en su cintura. Comenzó a mecerse, suavemente. Ara lo observó con sus ojos grandes y oliva, como si no supiera por qué hacía eso. El chico se inclinó a su oído.
—No te estás resistiendo.
—No he de negarte una canción, supongo —se estuchaba algo tímida. Reed sonrió y la separó para girarla suavemente, entonces la tomó por la espalda—. Y… dime, ¿haces esto con todas?
— ¿Con todas?
—No me creas idiota, Reed. Eres exactamente ese tipo. —La sonrisa no se perdía del rostro de Reed.
— ¿Qué tipo soy?
—Ya sabes, ese que es el “chico malo”, que las conquista a todas y les saca sonrisas, la saca a bailar justo como tú estás haciendo y entonces caen en tu cama. Las despachas en la mañana prometiendo que las llamarás y nunca lo haces.
—Creo que ves muchas películas, Ara —otra vuelta y esta vez se quedaron mirando.
—He pasado más de la mitad de mi vida pegada a pantallas, no me culpes. —Reed comenzó a hacerse espacio, bailando por toda la pista. Ara lo seguía como podía.
—Tienes suerte de que sea yo quién te guíe —Ara rodó los ojos.
— ¿Niegas ser ese tipo?
—Bueno, no soy “ese tipo”, en mi más honesta opinión.
—Ugh, claro. Sería muy idiota admitirlo.
—Sé que no quieres admitirlo, pero te gusto.
— ¿Yo? Pff, claro que no. Eres un arrogante, pretencioso, prepotente…
—Sí, sé exactamente quién soy. Dices que no te gusta, pero no te creo. Todas las mujeres quieren un chico malo…
—Estás muy equivocado, Reed —Ara se detuvo
—Yo no soy un chico malo, Ara —Su sonrisa se agrandó—. Los detesto. La cuestión es que no sabes quién soy yo, pero yo sé quién eres tú, y tarde o temprano, lo sabrás. —Ara iba a decir algo pero la canción se detuvo. Reed se alejó con una sonrisa, sin decir nada más.


Circe sentía que el mundo le daba vueltas. Alguien tiraba de ella, la música resonaba y estaba cansada pero al mismo tiempo quería estar en el centro de la multitud, bailando. Iba a tomar más del vaso que tenía pero vio que estaba vacío. Justo entonces llegaron a los baños, un lugar más tranquilo.

— ¡Edmond! —dijo y estalló en risas.
—Dios, Circe. ¿Por qué…?
—Te he estado buscando.
— ¿A mí?
—Sí, a ti, tonto.
— ¿Por qué? —Circe se colgó del cuello de Ed y lo atrajo a sí. Sus labios se juntaron. Circe sintió la corriente por su espina dorsal. Se inclinó para profundizar el beso y encontró que Ed no sabía qué hacer. Entonces se soltó. Su embriaguez había bajado un par de grados.
—Ed, ¿nunca habías besado a nadie? —el chico lucía incómodo. Circe se sintió fatal porque había sido su primer beso y estaba ebria. Lo volvió a acercar a sí y en sus labios murmuró algo—. No importa que esté ebria, Ed. Porque te quiero, ¿sí? Te quiero mucho.

Y lo volvió a besar. Y lo siguió besando durante un rato, a veces se reía porque Ed se sentía perdido respecto a eso y entonces recordaba que eran sus primeros besos y pensaba: «ya no más»


Sydra había salido por dos razones: demasiada multitud y además quería irse ya al hotel. Camino por la calle camino a la camioneta que le había asignado a Greenless cuando sintió pasos a sus espaldas. Se giró algo alarmada para encontrar a Lucas siguiéndola.

— ¿Por qué me sigues? Es raro…
—Eres hermosa —eso destruyó por completo su muralla. Se sonrojó.
—Bueno, Kristy hizo un gran trabajo en mi cabello y Breeze siempre sabe qué ponerme, yo…
—No dije que te vieras hermosa. Dije que eres hermosa. —Sydra se cohibió por completo.
—Estás ebrio, Lucas…
—Ebrio sí, pero no ciego.  —se tambaleó. Sydra negó con la cabeza, firme.
—Basta.
—YYYYYYYY ahí lo tienes. —una sonrisa socarrona.
— ¿Qué?
—Me sacas. Eres hermosa pero no me dejas entrar a tu vida. Quiero conocerte, Sydra, quiero descubrir quién eres realmente, no la Monterleigh que muestras en las cámaras. Como la de hoy en Good Morning America, dios sabe que esa no eres tú, Sydra. —Sydra sonrió un poco.
— ¿Qué tan ebrio estás? Del uno al diez.
— ¿Seis? Cinco quizás. ¿Por qué?
—Por esto —se inclinó (de nuevo, malditas hormonas) y besó castamente sus labios. Y lo sintió, sintió realmente a Lucas Robenson. Y dios sabe que le gustó, pero no podía gustarle. De pronto estaba a las afueras del After Party besando a Lucas Robenson cuando debería estar descansando para el día siguiente su actuación en el Madison Square Garden—. Lo siento, Lucas… lo siento. —cuando miró por sobre su hombro, Derrie estaba mirando la escena ¿lucía sorprendida? Sydra se giró y corrió a la camioneta.




Ian estaba detrás del escenario más grande e importante del lugar. El Madison Square Garden. Divisó una pelirroja distraída con su teléfono y se acercó con una sonrisa.

— ¿Bobbie? ¿Eres tú? —la chica lo miró confundido.
—Ahh… ¿disculpa?
—Sí, Bobbie, del campamento, ¿me recuerdas?
—No, no soy tu chica —dijo encogiéndose de hombros—. Pero no te preocupes, aquí todos me confunden con alguien más. —dijo haciendo una mueca. Ian sonrió.
—Lo sé. Mírate, en el bosque los insectos de comerían viva. Sólo quería un tópico para hablarte.
— ¿Querías una crema para hablarme?
—Uso incorrecto de palabras —la pelirroja se rio—, empecemos otra vez. Hola, soy Ian.
—Rebekah.
—Un gusto, Rebekah.
—Créeme, el placer es tooodo mío.


Ziggy, Svy y Sydra seguían haciendo esos ruidos vocales que servían para que la voz sonara mejor cuando Lucas llamó su atención inapropiadamente. Sydra se coloró e intentó ignorarlo pero Ziggy declaró un descanso y la dejó ir, así que no se salvó de Robenson.

—Hola pelusita —tenía una sonrisa de idiota. Sydra quiso creer, por un instante, que era gracias a ella… Mejor no hacerse ilusiones.
— ¿Cómo me llamaste?
—Vine a desearte suerte, aunque no la necesitas, claro, eres la mejor bajista del tour.
—G-gracias —hubo un silencio incómodo que hizo que la sonrisa de Lucas se volviera más grande—. Respecto anoche…
—Será nuestro secreto… —algo parecía complicado respecto a eso. Sydra asintió sintiendo una tormenta en su estómago. Quiso creer que eran los nervios de presentarse en el Maddison.
—Sí, es lo mejor… ah, yo…
—Con una condición —interrumpió. Sydra rodó los ojos monumentalmente.
— ¿Me chantajeas, Lucas? —el chico se rio y se acercó a su rostro.
—Déjame entrar.
— ¡Sydra, ven por la marca! —la llamó Kristy. Lucas la tomó por la muñeca, no la dejaría ir.
—Promételo, Sydra. —Sydra lo miró a los ojos y sonrió.
—Lo prometo. —se inclinó, besó su mejilla y Lucas la dejó ir. Ella corrió dónde Kristy.
Svy con la marca de la mano Verde en su rostro, Sydra con la Azul, Carter tenía la roja y Ryder la amarilla. The Punk Muffins terminaban su presentación y era su momento. Los nervios podían con ella.
—Todos, acérquense —pidió Gerard. Todos hicieron un círculo mirando al suelo—. Sólo tengo algo qué decirles, chicos: Gracias por todo. Y a mí banda favorita: Rock The Shit Outta Off Them. —todos rieron e hicieron ruido.
—Yellow! —Ryder colocó su mano en el centro.
—Red! —Carter lo acompañó.
—Blue! —dijo Sydra entre risas.
—Green! —completó Svy colocándola sobre todos. En ese instante todo el crew colocó sus manos también y en un fuerte coro gritaron: LEES!
Se separaron, aplausos, y justo en eso los llamaron. Sydra cogió su bajo, Carter su guitarra y Ryder se las hizo con las baquetas, Svy sujetaba el micrófono con fuerza. Todos corrieron a su marca cuando el humo empezó y los gritos se aumentaron.

La multitud era agobiante, le quitó el aliento a Sydra por un instante. Se colocó frente a su micrófono y tomó aire, le dedicó una mirada a Svy quien lucía tan nerviosa como ella.

— ¡Buenas noches, Nueva York! —millones de gritos llegaron a sus oídos que la hicieron sonreír hasta más no poder.



Ryder comenzó a marcar el ritmo con las baquetas y eso la sacó de la realidad. Posicionó sus dejos y se preparó para dejar su marca. Cuando Ryder golpeó el tambor por primera vez una explosión de sonido provino de la banda y la música comenzó. Svy se adueñaba del escenario haciendo que el público la amara, mientras que se turnaba algunos párrafos con Sydra y esta tocaba su bajo.

Las personas cantaban la canción (parece mentira que se la supieran tan bien), el público estaba muy movido y Sydra se sentía en las nubes, con la adrenalina corriendo por su torrente sanguíneo.

Podría haberse quedado de esa manera toda la vida.

VAAAALLLLLLLLLLLLEEEEEEEEEEEEERRRRRRRRRRRRRIIIIIIIIIIIIIIAAAAAAAAAAAAAAAA
RRRRRAAAAAAAAAAAAAAMOOOOOOOOOOOOOOOONNNNNNNNAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Me has matado.

POR LOS CIELOS POR DIOS POR EL UNIVERSO EN SERIO. Creo que el estar estresada por subir te sentó bien, querida, porque el capítulo me ha dejado LOCA o sea ya me viste por fb así no se puede ay DIOS

Bien, me calmo *se calma*
*no se calma*
*todo es una mentira*
*explota*

El comienzo fue todo así chill, tranquilo, relajante y todo y y sí, Blythe la pobre estaba con su manojo de nervios y además no le gusta la gente y se pone de grosera, como dice Cindy xd pero que se entienda, cada quien tiene su carácter xd

Ramona. escribió:—Sí, oye, ¿sabes lo que haces? Porque Wayne es mi más preciada posesión y sí la dañas creo que no vivirás para contarlo.
— ¿Wayne? Tengo mi teoría pero dime si me equivoco. ¿Bruce Wayne? ¿Batman?
—Es mi guitarra, Elliot.
—No te juzgo.
— ¿Seguro que sabes lo que haces?
—No —le dedicó una sonrisa. Fue la tranquilidad con lo que lo dijo, esa frescura, esa espontaneidad que le robó a Blythe una risa, la chica tomó su guitarra y siguió con lo que él hacía—. Nuevamente lo siento.

Ay me encantó toda la interacción de Blythe con Elliot, en serio Primero, cuando la cuerda casi le saca un ojo yo me quedé 'MIERDA chico eres carne muerta ' pero los nervios le ganaron a Blythe y no se puso violenta la cosa(?) lo que es muy bueno xd y adjakdakdjakdjakd mucho mejor de lo planeado, porque eres una genia con los diálogos y con tu escritura mujer en serio te lo digo, amo como escribes :') adoré toda esa parte

Ramona. escribió:—Perdón, habla el que sale con su futura hermanastra.
—Tienes suerte de estar arreglada porque de lo contrario te ganarías una buena ración de cosquillas, ¿oíste pulga?
— ¿No pueden actuar como personas normales por veinte minutos? —dijo Gerard en tono cansino. Sydra se recostó contra él.
—Nope —Gerard la miró y la diminuta joven le regaló una deslumbrante sonrisa que él devolvió casi enseguida.
—Sois como padre e hija —Ziggy estaba mirando encantada la escena.
—Sí, y tú eres mi madre. Thomas y Gus, mis hermanos, o sea vuestros hijos —señaló a ziggy luego a Gerard—, Carter, Svy y Ryder son los hijos que adoptasteis y Nikki es la tía solterona.
—Muy graciosa.

Amé todo el momento del equipo Greenless qué digo, amé todo el cap pero ya sabes, parte por parte
Como sea, de verdad, no sé xd se me hacen como una hermosa y divertida y rara familia así como dice Sydra, con cada quien con su rol correspondiente y y y me encantan
Me imagino a Nikki como la tía solterona que sabotea a sus sobrinos con regalos para que se vuelva su tía preferida, pero todo indirectamente(???

y Gerard como el quese queda con cara de 'ya ni me sorprende' cuando saltan con sus cosas raras y es como '¿acaso soy el único con sentido común?'

Ramona. escribió:—Te quiero, papá.
—También te quiero, hija —«No llores, Victorya, por el amor de Dios, no llores»—. No te entretengo más, debes estar ocupada. Te veré pronto, ¡Éxitos pequeña mía! —antes de cortar la llamada, su padre tuvo un ataque de tos que hizo un nudo en el estómago de Sydra.
— ¿Papá? ¿Estás tomando la medicina que…? —colgó. Miró el teléfono en su mano, consternada. ¿Debía llamarlo?

Sé que leí la ficha de Sydra, pero no recuerdo si leí su historia o si eso estaba en su historia
como sea...mi corazón, mujer es que, estaba más o menos aguantando bien con eso de su mama porque el incendio fue un accidente y aunque fue duro, ahora ya esta la madrastra y eso es bonito porque está feliz de nuevo y bueno todos felices, PERO CUANDO LO DE LA TOS, casi me da un paro porque comencé a pensar en todo lo malo y Sydra con los ojos aguados y los FEELS y no que no le pase nada malo, me da algo

Ramona. escribió:—Hola, Sydra.
—Dios, Dexter, estás loco —Sydra intentó ocultar lo intimidada que se sentía ahí.
—La locura es existencial, querida.
—Cállate —comentó juguetonamente, lo miró a los ojos, le sacaba casi una cabeza. «Malditas hormonas disfuncionales.»
—Admite que soy tu tipo.

VALU, YO QUERÍA ACCIÓN    
heh, mentira
Pero en serio, cuando Dexter la agarró así y se metieron en el armario o lo que sea, lo único que pensé fue: 'ya la viola oh por jesús     ' pero nuestra Sydra es SYDRA OSEA  
Aún así, ahí hay chispa      

Ramona. escribió:—Y… ¿Y sí mejor te invito?... A comer, quiero decir. ¿Y sí te invito a comer? —la miró. Circe sonrió porque parecía como si fuera a decirle no y además abofetearlo por atreverse a hacer tal pregunta.
— ¿Cómo una cita? —Inquirió enarcando una ceja. Ed se coloró un poco y tartamudeó—. Me encantaría, Ed. —dijo con una sinceridad que hizo que Ed suspirara del alivio.

Estos dos van a hacer que fuego se desate, señoras y señores  
Es que, Circe es como las chica Lotto de la película de Percy Jackson (es que no he leído los libros, así que digo peli) y Ed es como un chico tímido que acaba ahí por error y si no se da cuenta a tiempo, nunca va a poder salir del loto ni de la chica del Loto y adiós al sentido común lógico(??

Ramona. escribió:— ¿Tristán y tú? —la chica dejó caer su cabeza hacía atrás mientras reía, el sol acarició su rostro y su melena le hizo cosquillas en la espalda.
—Definitivamente no… él es como otro de mis hermanos, sólo que… el favorito.

SIGUE ENGAÑÁNDOTE, NIÑA, SIGUE.
no entiendo por qué estos OTP's me hacen la vida tan difícil es decir, loco, acepten las cosas y sean felices, y déjenme ser feliz y no sufrir de estos feels intensos que carcomen mi espíritu como el fuego a la madera

Ramona. escribió:—Gracias por el desayuno, Ed —el chico se coloró hasta las orejas.
—No es nada, Cece. —y se deslizó fuera. Tristan parecía abatido, Circe enarcó una ceja y se abrazó de su tórax. Tristan la abrazó después de un par de minutos.
— ¿Acaba de llamarte Cece?

TRSITÁN NO LO NIEGA, ¿ves la cosa?
pero tampoco lo dice en vos alta, ¿ves la cosa?    
por eso me frustro y exploto

Ramona. escribió:— ¿Estás bien? ¿Te caíste?
—No, es una tradición de familia estrellarme el mentón contra el suelo cada dos horas —Ives ni siquiera lo decía con mala intención, el chico frente a ella se rio con ganas e Ives le acompañó con una sonrisita mientras se incorporaba.
—Lo siento, soy un idiota —le tendió una mano que Ives tomó con fuerza y al estar de pie, se tambaleó un poco pero eventualmente se estabilizó—. Soy Peter.
—Yo soy…
—Ives Kane. —La rubia enarcó una ceja mientras agitaba la mano de Peter (la cual aún sostenía).
—Sí… ¿me conoces?
— ¿Kane vlogs? Claro que te conozco, yo… amo tus vlogs. ¡Te admiro!

Ives me cae bien, me parece una chica super simpática y divertida y amé esa respuesta que le dio a Peter xd Peter también me cae bien, parece estos chicos super amigables y simpáticos que amas después de un día porque son como el chocolate con almendras...irresistible(?    

RAMONA ME HAS PUESTO MALA

Ramona. escribió:—Lo sé, soy un ángel. La madre Ives de California.

AMÉ ESO AMÉ ESO AMÉ ESO AMÉ ESO LO AMÉ
           

Ramona. escribió:— ¡Dios mío! ¿Ves cómo Alex DeLarge te está mirando? —Vesna sonrió, así que no se lo imaginaba. Rompió el contacto con un resoplido—. ¡Él es mi platónico!
— ¿Quieres decir uno de tantos? —preguntó Vesna dulcemente con las cejas enarcadas.
—Si… bueno. ¿Lo conoces? —sus ojos brillaban con la intensidad de un sol. La chica se encogió de hombros.
—He compartido un par de palabras con él, no es gran cosa yo…(...)más bien nada.
— ¡¿A QUÉ ESTÁS ESPERANDO?!

Arabella es de lo mejor, en serio     Amo a esa niña, es como la representación de mí, y de ti y de ella y de ella y de ella y de todas como fangirls normales en un tour de YO ESTARÍA COLAPSANDO CADA SEGUNDO

Ramona. escribió:—Bonita historia —se colocó uno entre los dientes y sacó un encendedor, Vesna se lo colocó entre los dientes mientras él lo accionaba. Cuando se acercó para encender el cigarrillo, cubrió las llamas con la mano aunque no había necesidad de cubrirlas con el viento.
Se miraron. Una débil hila de humo salió de entre los dos y Vesna se sintió cohibida. Retrocedió torpemente.
—Gracias, gracias… esto, ah… Buena charla.

Otro momento en el que mi corazón hizo BOOM BOOM POW porque en serio, de verdad, en serio, Alex de por sí me mata y entonces como habla con Vesna y lo del cigarro y el apodo y el nombre y la sensualidad del momento aunque odio los fumadores NO PUEDE CONMIGO

Ramona. escribió:— ¿Sólo quizás?
—Quiero recompensártelo. ¿Qué puedo hacer?
—Borrarte de la faz de la tierra.
—Eres una chica complicada.
—Yo te daré complicaciones —se detuvo y lo miró desafiante. Nikola por su parte le regaló una sonrisa—. Tienes nombre de chica.

Vaya, Kristy es ruda    wow, no me esperé una Kristy ruda    
'Tienes nombre de chica'          
morí con eso
Pero en serio, Nikola tratando de ser amable y de recompensarle el asunto y ella de toda odiosa y diciéndole que se vaya a cagar, prácticamente
Mujer, hay que saber perdonar y aceptar las cosas

Ramona. escribió:— ¿Nikola Harrison?
— ¿Ives Kane? —la rubia tenía una expresión de sorpresa en el rostro y corrió a abrazarlo.
—Tengo que decir que tu voz suena mucho mejor en vivo y en directo.
—Tengo que decir lo mismo de tu cara. Oh, pensé que nunca te vería, no desde la vez de…
—El LIVE de gameplays de terror —dijeron al unísono, entonces se rieron.

Amé mucho ese momento, como el reencuentro de dos amigos, así super chulo y nice y me encantó muchísimo :')

Ramona. escribió:— ¿Cómo es que siempre eres tan tímida o tan fiera?
— ¿Qué dices, Ian?
— ¿Recuerdas, hace mucho tiempo ya, cuando fui tu primer beso? —Lucy se quedó de piedra mientras sus mejillas se coloraban.
— ¿Fuiste… mi primer beso?
—Sí. Eras tan hermosa como lo eres ahora… yo —se detuvo a sí mismo. Era su hermano mayor, eso era—. ¿Ese chico te trata bien?
—Ian…
—Sólo quiero saber, puedo saberlo, ¿cierto?

Lucy no me cae bien, desde siempre. Es como que, me dan ganas de meterla en un closet lleno de larvas y  
Ian, eres muy lindo, por favor déjate de cosas sucias y adiós al incesto mijo bello se fuerte y dile adiós a las hormonas rebeldes de tu organismo sin igual(?)  

Ramona. escribió:— ¿No sales mucho, verdad?
— ¿Qué te importa?
—Te he estado observando, al parecer sólo tiendes a mostrarte hostil conmigo.
— Será por lo idiota que eres.
—No creas, Ara, eso para mí es un honor. —en ese instante la canción que sonaba (una muy buena mezcla de My Song Knows What You Did In The Dark) se apagó y por su parte un ritmo suave y melancólico comenzó. Las parejas comenzaron a juntarse en la pista. Reed miró a Ara con una sonrisa.
—Ni siquiera lo pienses —advirtió la chica, pero Reed tomó su bebida y la dejó en la mesa más cercana, entonces tiró de ella y la pegó a su cuerpo, colocando la mano en su cintura. Comenzó a mecerse, suavemente. Ara lo observó con sus ojos grandes y oliva, como si no supiera por qué hacía eso. El chico se inclinó a su oído.
—No te estás resistiendo.

Y ESTO HIZO MI CORAZÓN Y MI ALMA EXPLOTAR PORQUE SINCERAMENTE NO PUEDO NO PUEDO O SEA
SHIPPEO A ESTOS DOS DESDE LA DISCUSIÓN Y LUEGO SUS FIRMAS Y AHORA ESTO
'No te estás resistiendo'
No te estás resistiendo
No te estás resistiendo

           

Reed, sé mío    

No pero en serio, amé toda la parte de ellos dos, LOS AMO. LOS AMO JUNTOS. LOS QUIERO JUNTOS. LOS SHIPPEO JUNTOS. OTP. OTP OTP OTP OTP OTP          

Ramona. escribió:— ¿Yo? Pff, claro que no. Eres un arrogante, pretencioso, prepotente…
—Sí, sé exactamente quién soy. Dices que no te gusta, pero no te creo. Todas las mujeres quieren un chico malo…
—Estás muy equivocado, Reed —Ara se detuvo
—Yo no soy un chico malo, Ara —Su sonrisa se agrandó—. Los detesto. La cuestión es que no sabes quién soy yo, pero yo sé quién eres tú, y tarde o temprano, lo sabrás.

BASTA basta basta basta            

Amé todo eso, de verdad. Porque se me hacen tan SDKSJFAJDA que se yo ella tan fangirl y honesta y el tan directo y misterioso y como que chocan pero a la vez combinan perfectamente
me hacen la vida tan difícil    

Ramona. escribió:— ¿Por qué? —Circe se colgó del cuello de Ed y lo atrajo a sí. Sus labios se juntaron. Circe sintió la corriente por su espina dorsal. Se inclinó para profundizar el beso y encontró que Ed no sabía qué hacer. Entonces se soltó. Su embriaguez había bajado un par de grados.
—Ed, ¿nunca habías besado a nadie? —el chico lucía incómodo. Circe se sintió fatal porque había sido su primer beso y estaba ebria. Lo volvió a acercar a sí y en sus labios murmuró algo—. No importa que esté ebria, Ed. Porque te quiero, ¿sí? Te quiero mucho.

Y lo volvió a besar.

           

eso es todo lo que tengo por decir.

ES QUE VALERIA RAMONA COMO PUEDES HACER
ugh, necesito rspirar. Pero en serio, mija, en serio, AQUÍ HABRÁ FUEGO JO JO JO JOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
     

Ramona. escribió:— ¿Por qué me sigues? Es raro…
—Eres hermosa —eso destruyó por completo su muralla. Se sonrojó.
—Bueno, Kristy hizo un gran trabajo en mi cabello y Breeze siempre sabe qué ponerme, yo…
—No dije que te vieras hermosa. Dije que eres hermosa. —Sydra se cohibió por completo.
—Estás ebrio, Lucas…
—Ebrio sí, pero no ciego.  —se tambaleó. Sydra negó con la cabeza, firme.
—Basta.
—YYYYYYYY ahí lo tienes. —una sonrisa socarrona.
— ¿Qué?
—Me sacas. Eres hermosa pero no me dejas entrar a tu vida. Quiero conocerte, Sydra, quiero descubrir quién eres realmente, no la Monterleigh que muestras en las cámaras. Como la de hoy en Good Morning America, dios sabe que esa no eres tú, Sydra. —Sydra sonrió un poco.
— ¿Qué tan ebrio estás? Del uno al diez.
— ¿Seis? Cinco quizás. ¿Por qué?
—Por esto —se inclinó (de nuevo, malditas hormonas) y besó castamente sus labios. Y lo sintió, sintió realmente a Lucas Robenson. Y dios sabe que le gustó, pero no podía gustarle. De pronto estaba a las afueras del After Party besando a Lucas Robenson cuando debería estar descansando para el día siguiente su actuación en el Madison Square Garden—. Lo siento, Lucas… lo siento. —cuando miró por sobre su hombro, Derrie estaba mirando la escena ¿lucía sorprendida? Sydra se giró y corrió a la camioneta.

Lo LO CITÉ TODO PORQUE ES QUE NO PUE-DO.        
De verdad amo Lurrie pero Sydra y Lucas tienen química y se ven hermosos y la borrachera significa honestidad y ESE BESO Y ESO DE NO TE DIJE QUE TE VES HERMOSA DIJE QUE ERES HERMOSA Y EL ME SACAS AY NO LA VIDA LA VIDA MIA LOS AMO TANTO NO ME HAGAN ESTA CLASE DE COSAS
ANDY ME LO ADVIRTIÓ
DIJO VERAS LAS TRAMAS QUE PLANEAMOS
Y YO ME QUEDÉ TRANQUILA
PERO AHORA ENTIENDO TODO
Y
Y
Y
yo no puedo

además, estoy 1385028402402940257395 veces más sensible porque ando con el periodo

Ramona. escribió:—Uso incorrecto de palabras —la pelirroja se rio—, empecemos otra vez. Hola, soy Ian.
—Rebekah.
—Un gusto, Rebekah.
—Créeme, el placer es tooodo mío.

Tengo una conclusión. ¿Sabes cuál es?
Todos los Hepburn son unos promiscuos coquetos sinvergüenzas

Ramona. escribió:—Hola pelusita —tenía una sonrisa de idiota. Sydra quiso creer, por un instante, que era gracias a ella… Mejor no hacerse ilusiones.
— ¿Cómo me llamaste?
—Vine a desearte suerte, aunque no la necesitas, claro, eres la mejor bajista del tour.
—G-gracias —hubo un silencio incómodo que hizo que la sonrisa de Lucas se volviera más grande—. Respecto anoche…
—Será nuestro secreto… —algo parecía complicado respecto a eso. Sydra asintió sintiendo una tormenta en su estómago. Quiso creer que eran los nervios de presentarse en el Maddison.
—Sí, es lo mejor… ah, yo…
—Con una condición —interrumpió. Sydra rodó los ojos monumentalmente.
— ¿Me chantajeas, Lucas? —el chico se rio y se acercó a su rostro.
—Déjame entrar.

PELUSITA LUCAS QUÉ TE PASÓ, PELUSITA
Lydra(???? omg Lydra
DÉJALO ENTRAR

Y EL FINAL LO AMÉ PORQUE MYSERY BUSINESS ES VIDA, ESA CANCIÓN ES VIDA Y GREENLESS ES SUPER GENIAL Y AMÉ MUCHÍSIMO TU CAPITULO OSEA MIRA COMO ME TIENES OKEY. LO AMÉ. TE AMO. AMO ESTA NC.

tengo que irme a descansar oh por dios

YO QUIERO CAP LIZZIE