The Punk Muffins Tour.

Oh, la ironía de la vida, pensaba Derrie mientras observaba a su hermana alistar todo su equipo (cámaras y baterías y todo eso) en su bolso, para grabar el meet and greet o algo así. La ironía se debía a que su querida hermana se iba a juntar con Arabella, como lo había estado haciendo muchísimas veces. Se llevaban increíblemente bien.

Mientras, los hermanos mayores de ambas, se odiaban en todo el sentido de la palabra.

—Oye, peque, hazme un favor —comenzó a decir, obteniendo la atención de la chica.
—No me llames peque.
—Pregúntale a Arabella cuál es el mayor miedo de Marc, ¿sí? —sonrió persuasiva.
—No haré eso.
—¿Por qué no? —frunció el ceño— Son amigas, ¿no? Las amigas se ayudan y se hacen favores.
—No si eso es para jugarle una broma a su hermano que probablemente lo dejaría con un trauma.

La pelirroja frunció los labios y se quedó en silencio. Jackie suspiró, satisfecha de que la había hecho callar. Sin embargo, eso no duró por mucho tiempo.

—Oye, peque —habló de nuevo. Jackie intento ignorar la ola de irritación que la llenaba cuando la llamaba ‘peque’— ¿Me podrías conseguir una foto de cuando era un bebe? Preferiblemente desnudo, eh.

Jackie hizo una mueca, desconcertada con la mirada brillosa de su hermana.

—No lo haré —se encogió de hombros— No seré tu espía, mente malévola.
—Creo que no comprendes la gravedad del asunto, Jackie —suspiró teatralmente— ¡ME HIZO PIPI ENCIMA! —explotó— Creo que si no me vengo, voy a explotar. Y lo voy a asesinar. Le heriré su precioso ego del tamaño de un globo aerostático tan fuerte que se va a quedar del tamaño de una pasa. Con todo y arrugas.

La chica se quedó con los ojos abiertos y las cejas levantadas, atónita, ante la explosión de palabras repentina de su hermana.

—Wow, sí que te hizo enojar.
—Pipi, Jackie —Derrie se acercó a ella, muy, muy cerca. Humo parecía salir de sus orejas— Pi-pi.


—¿Qué miras, cabeza de cereza?
—Pienso en cómo voy a vengarme de ti. Por tu culpa me vendaron un pie.
—¿Quién fue la que entro al baño a acosarme mientras hacía mis necesidades? —se acercó a ella y a pesar de sus diferencias de altura, Derrie no se sintió intimidada. Si cualquier cosa rara sucedía, lo iba a privar con sus muletas— Aquí entre nos, sé que te gusta lo que ves.

La chica no respondió por unos momentos. Estaba demasiado ocupada imaginándose como estrangulaba al idiota de Marc con sus propios cabellos. Ya le habían quitado el vendaje, porque no había sido ninguna torcedura grave —las muletas solo fueron producto de Brett y su sobreprotección. Así que estaba en total capacidad de masacrarlo en ese momento.

—¡Eres una rata con herpes y cabello grasoso! ¿Gustarme? —preguntó irónicamente— Es mas como que me das urticaria.
—El sentimiento es mutuo —escupió Marc, con la quijada tensa— No me acercaría a ti aunque estuviese muriendo de sed y fueras el último vaso de jugo del universo.
—Cuando encuentres un mejor insulto, me lo avisas, eh.
—Y encima de todo, eres de lo mas retardada y tienes tendencias psicóticas. Tus bromas no son normales —continuó.

En serio, lo voy a matar.

—¿Por qué no vas a chuparte un mojón por ahí, mal nacido? —gruñó con exasperación.

Ambos estaban lo bastante cerca para subir los brazos y ahorcarse simultaneamente. Pero antes de que alguno pudiese moverse, alguien jaló a la chica hacia atrás y Dexter apareció, con una expresion indescifrable y llevándose a Marc de allí.

Derrie resopló y se giró para ver quien habia sido el responsable de evitar que le hiciera un favor a la vida, elimando la existencia de Marc. Ojos azules llenos de diversión, aunque trataba de suprimirla, la miraban.

—Eh, gracias y no gracias —le dijo, pasando una mano por su cabello— Porque en serio quería golpearlo, pero si lo hago podrian meterme presa. O peor, Brett me sermonearía como nunca.
—¿Un sermón de Brett es peor que estar en la cárcel? —cuestionó, sin evitar la sonrisa. La chica necesitaba un chequeo de proridades.
—Es que no conoces a Brett cuando se enoja de verdad —explicó, encogiéndose de hombros— Así que...sí, gracias por no dejar que mi hulk saliera a la superficie —sonrió.
—No hay problema —le devolvió el gesto— Soy Joey, de luces —extendió su mano— Y fan de tus bromas.

Al escuchar esa última oración, toda la cara de Derrie se iluminó. El chico pensó que se veía mas linda, en vez de mas perturbadora —como diría Jackie o Emma o Brett o cualquier otra persona.

—Así que, ¿eres de luces? —el asintió, soltando su mano— Creo que necesitaré tu ayuda con algo, ¿qué dices?


Todavía quedaba un gran rato para comenzar el meet and greet. Derrie había decidido ir con su mejor forma de relajación en momentos así: Lucas. No llevaba mucho tiempo conociendo al chico, la verdad; sin embargo, él se estaba metiendo por debajo de sus barreras tan rápido que no lo parecía. Después de pasar por varios camerinos, llenos de los artistas con sus managers planeando todo, encontró al castaño caminando por el escenario.

—¿Imaginando a todos gritando tu nombre, shin shan? —cuestionó la chica, sonriendole y avanzando hacia él.
—¡Y el mejor baterista del mundo: Lucas Robenson! —puso ambas manos alrededor de su boca, imitando un megáfono y posteriormente fingió una ovación del publico— Suena muy bien. ¿Qué pasó con el acuerdo de dejar de llamarme como una caricatura, eh?
—Eres bueno, shin, pero nunca como Dominic —sentenció la pelirroja— Y no es un acuerdo si solo esta a favor un lado del contrato.
—¿Dominic? —preguntó, confundido.
—Howard. El baterista de Muse y el mejor de todos —guiñó un ojo— Como sea, vengo aquí a recibir mis primeras lecciones...antes de que comience el meet and greet.
—¿Lecciones de qué?
—Tú, mi querido amigo —dijo mientras se acercaba a la parte en donde se encontraban los instrumentos— Me vas a enseñar cómo tocar la batería.

Le sonrió y Lucas se quedó mirándola hasta que le sonrió de vuelta. ¿Cómo no sonreirle a esa chica? Además, eso de que quería que le enseñase lo comenzó a emocionar de más.

—¿Quieres que te enseñe? —preguntó.
—Si, eso dije. ¿Estás sordo ya? —rodó los ojos.
—¿Y por qué ahora? ¿No que hay un meet and greet?
—Por eso mismo. Si no me distraigo, acabar volviéndome loca o haciendo algo, como lo diría Brett, ‘malo para la salud humana, animal y vegetal que me rodea’. Así que vamos a esto —aplaudió y señaló hacia la batería.
—Sus deseos son órdenes, mi señora —respondió y caminó hacia ella.


Aleen se encontraba junto con Gerard y Nicky, arreglando las listas de los fans y como sería el meet and greet. Querían organizar todo de modo que los chicos pudiesen pasar tiempo considerable con la mayor cantidad de fans posibles. Así como también se encontraban preparando el lugar en donde se tomarían las fotos. Era una especie de salón mas grande que un camerino.

Ronald estaba afuera, indicándole a las fans por donde entrarían y las reglas del evento, mientras Thomas se mantenía dentro de la habitación.

—Estén listos chicos, el meet and greet comenzara en unos quince minutos —anunció la castaña a través del megáfono que logró conseguir. No era muy fanática de estar gastando su garganta gritando las cosas cuando el hombre ya ha inventado algo para ahorrarle el disgusto.

Dejando eso de lado, se acercó a Thomas y a Ronald, el cual había entrado recientemente.

—Chicos, no quiero que dejen pasar a alguna de esas chicas Betty Boop o con panties como shorts, ¿okay? —les ordenó Aleen de la forma más sutil posible.
—¿Puedo saber por qué? —cuestionó Thomas, con un atisbo de sonrisa en sus labios.
—Sí, hermana, ¿podrías iluminarnos? —intervino Ryder que habia cruzado por ahí justo en el momento en que dijo aquello.
—No quiero gente sucia en el meet and greet —frunció el ceño.
—Pero si esas son las mejores…
—Cállate, Ryder, te pondré en la esquina más lejana en todas las fotos.
—¿Pero por qué?
—Por estar de chulito, por eso.


Derrie había logrado zafarse de Alison únicamente porque ella estaba ocupada con Nova y Emma. Tenía que ir a cuadrar lo que tenía planeado hacer para después del Meet and greet. Sin embargo, al doblar por el pasillo, se topo con otro de seguridad. Y ahora llevaba como cinco minutos de su tiempo perdido en discusión por él. ¿Por qué era tan difícil dejarla salir?

Tuvo que haber pensado en conseguir planos del Estadio para así salir desapercibida. De pronto, se le ocurrió una razón por la cual la dejaría salir. Comenzó a hablar desesperadamente.

—Siento que me voy a morir si no hago algo. No, olvida eso: siento que me voy a suicidar ahogándome a mi misma en pudín de vainilla si no hago algo. Tienes que entenderlo.
—¿Por qué pudín de vainilla?
—Porque lo odio, duh. Ahora, ¿vas a dejarme salir? ¿o tengo que hacerlo a escondidas?
—No puedes andar así por la calle.
—¡Quiero verlos y decirles hola! Míralo así: esos pobres miserables pasan un montón de tiempo ahí afuera cuando ni siquiera la mitad de nosotros se toma la molestia para ir y dedicarles un hola. Y eso no me gusta para nada. Siento como si eso catalogara a las personas, como si valiésemos mas que ellos. Y no es así, todos los seres son igual de importantes. El hecho de que nosotros nos dediquemos a esto, y ellos a otra cosa; como tu, por ejemplo, no quiere decir que seamos más y que tengan que estar ahí como menos que nosotros. ¿Entiendes lo que digo?

Sasha se quedó contemplándola por unos momentos. Al parecer la chica bromista tenía más cosas en su cerebro que plan malévolos de cómo irrumpir con la paz pública.

—Bien, pero tengo reglas.

Derrie asintió súper emocionada. ¡Lo estaba convenciendo!

—Vas a hacer lo que yo diga, ¿okey?
—Lo siento míster, no me llevo bien con las reglas.
—Derrie, no voy a-
—No estoy bromeando, Sasha.
—¿En serio? Pensaba que eso es lo único que haces.

Derrie se quedó callada por un momento y sonrió con diversión.

—Vaya, sabes cómo hablar bien, nombre-unisexual.


Si Sasha pensaba que ella no haría lo que tenía planeado, estaba muy (pero muy) equivocado. Verificó la hora una vez mas en la pantalla de su celular antes de meterlo en su bolsillo derecho y comenzó a caminar hacia su objetivo. Había observado al rubio junto con PJ, estar de pie cerca de la entrada del Estadio, vigilando bien quien entraba y quien salía. Lo que le había dicho sobre los fans era verdad, pero eso no es lo que haría en ese momento.

Buscó con la mirada a su hermana, porque sabía muy bien que donde fuera que estuviese su hermana, Arabella estaría cerca. Cuando encontró a la chica tecleando su celular en una esquina, una sonrisa un poco perturbadora para muchos curvó sus labios. Estuvo en frente de ella lo mas rápido que pudo.

—Oye, Arabella —la llamó.

La cabeza de la chica se disparo y su boca se abrió al observar quien estaba en frente de ella, y quien había recordado su nombre. ¡Derrie Sheehan!

—Vaya, si que te pareces a tu hermano —Derrie ladeó la cabeza, examinándola— A excepción del aura asquerosa que emana su alma.
—Oh por Dios…
—Niña, no me des el ‘oh por Dios’, estás en camino a ser la mejor amiga de mi hermana —bufó la pelirroja— Además, me caes bien, así que tratémonos como personas normales, ¿okey?
—Creo que ahora te admiro mas —soltó la menor Allman.
—Oh vaya —Derrie suspiró, pero después sacudió la cabeza. Tenía que mantenerse concentrada— Vine aquí porque necesito que me ayudes con algo, ¿podrías?

Arabella hizo amague de gritar de la emoción, porque su idola de las bromas estaba pidiéndole su ayuda. Sin embargo, solo abrió la boca cuando Derrie se la cubrió con ambas manos y le lanzó una mirada amenazante.

—Esto es secreto, no llames la atención —siseó— Tengo a Alison, a Freddie y a Brett en mi culo, además de los guardias cuando no están ocupados con las otras bandas. Así que sh.

La chica asintió, así que Derrie destapó su boca.

—Lo que necesito que hagas es que distraigas a Sasha por mi, ¿puedes? Aléjalo de esa puerta, que de lo otro me encargo yo.

Arabella sonrió malévolamente. ¿Distraer a Sasha? Claro que podía. Era una experta, si se le permitía alardear, en el asunto.

—Cuenta con eso —asintió emocionada— ¿Puedo saber qué harás?
—Tranquila, no es ninguna broma que puedas filmar —se encogió de hombros— Es que quiero salir y no me dejan. Ya sabes, “seguridad” y toda esa porquería.


Sasha se encontraba apoyado en la pared de una de las entradas, con los brazos cruzados y el rostro inexpresivo. La verdad es que tenía unas inmensas ganas de comer Donas glaseadas en ese momento, pero su turno aun no terminaba. Estaba un poco relajado, porque habían logrado mantener a los fanáticos a distancia, con ayuda de la intervención de alguno de los chicos para calmar a algunas fans que llegaban a un nivel psicótico. ¿Cómo rayos podían atreverse a hacer tantas locuras por personas iguales a ellos?

Nunca lo entendería.

Desvió su atención de sus alrededores cuando notó una sombra cerca de él. Bajó la mirada para encontrarse con nadie mas que Arabella, la hermana menor de Marc, mirándolo con ojos brillantes. Desde ese instante supo que algo tramaba.

—¿Qué quieres?
—Ay, pero que seco eres, Sashi —se mofó la chica, sonriendo— ¿Y si solo vine a saludarte? Lo has arruinado con ese seco ‘saludo’.
—Es Sasha —respondió, tensando la quijada— Y no solo viniste a ‘saludarme’, no soy estúpido.
—Bueno, eso lo has dicho tú, no yo —replicó, haciéndose la listilla— Sabes que eres mi guardia preferido.
—Aja, tanto como sé que algo estas tramando —el hombre entre-cerró los ojos en ella, desconfiado.

Arabella suspiró y borró su sonrisa.

—Bien, la verdad es que quería decirte que en la mesa de bocadillos hay dos cajas de donas —murmuró, para que nadie mas la escuchara— Y quería decirte porque se que te gustan, para que fueras a comer antes de que aquellos animales terminen con todas —señaló hacia los chicos del tour con su pulgar.

Sasha la miró con sospecha. No es que Arabella fuera alguien que se aprovechaba así por así, es decir, no en plan malo —o eso pensaba y ella daba a relucir. Pero algo sobre como estaba actuando le daba mala espina. De todos modos, con una mirada de reojo hacia la mesa, pudo ver las cajas de donas en una esquina. Y su boca se hizo agua de solo verlas.
Contempló sus opciones…

—Bien, pero vendrás conmigo —sentenció, volviendo a mirarla.

Si es que ella estaba tramando algo, la arrastraría con el para asegurarse de que no pasara nada de eso. La chica rodó los ojos y masculló un si, por lo que Sasha se giró y comenzó a caminar hacia la mesa, con Arabella pisándole los talones. En el otro lado del lugar, se hallaba una Derrie sonriendo con satisfacción. Oh, si solo supiera el que había pasado justamente lo que la pelimarron había predicho.

No perdió tiempo y salió caminando casualmente de allí, aprovechando que el resto del equipo Wild se encontraba en discusión acerca de lo que podrían decir y no frente a los fans cuando comenzaran a dejarlos entrar. No se preocupó mucho, sabia que volveria a tiempo para el inicio del mismo.



La pelirroja se levantó de la cama después de cinco minutos de estar en total silencio. Emma la miró, alerta al instante, sabiendo que las órdenes de las tres era descansar y quedarse tranquilas por el resto del día. Pero la chica era inteligente, había estado obervando a Alison y esperó el justo momento en que fue al baño para hacer su movimiento. Tomó su celular y su mochila garabateada.

—¿A dónde vas?  —le preguntó.
—Al fin del mundo a buscar a Jack Sparrow —respondió sin siquiera voltear la mirada.
—¡Tráeme un souvenir! —chilló Nova, justo antes de que cerrara la puerta de la habitación.

Se dirigió al ascensor lo más rápido posible. Cualquiera que la mirada en el momento pensaría que estaba tramando otra de sus bromas pero no. Después de responder muchísimos tweets y de ver lo apasionados que eran los fans (hablando de los fans de todos los artistas) al quedarse fuera del hotel, esperando por un saludo personal que probablemente nunca les llegaría, no se sintió para nada bien.

¿Qué clase de persona era para dejarlos así?

No exactamente porque no quisieran, eran cuestiones de seguridad y otras cosas que no escuchó por no prestarle atención a Brett, Freddie y Alison. Ugh, Freddie, todavía estaba enojada con él.

Media hora después, ya había ordenado todo, contactado con un amigable hombre de seguridad para que ayudara —no como los seguridad del tour, que nunca la dejaban hacer nada cuando ella era un ángel inofensivo. Les mandó un mensaje a Nova y a Emma en el grupo que tenían en whattsapp aparte del que tenía todo el equipo wild.

'Muggles, bajen ahora mismo a la recepción del hotel, haremos algo.'
‘Ya te dije que no participaré en tu complot inmaduro y sobre-imaginativo.’
¿Ya encontraste a Jack? ¿Y me trajiste mis souvenirs?
‘ESTO ES ALGO SERIO, JODER. BAJEN YA, POR EL AMOR A LA MAGIA.
‘La magia no existe.’
'Y si no existe, ¿¡por qué veo lucecitas de colores a veces, eh?!
'Porque andas fumada, imbécil.’
‘Miren acéfalas, si no bajan ahora, las voy a ir a buscar y las arrastraré por los cabellos. Y saben que no me importa una mierda hacerlo, así que bajen ya.’
'Calma tus pelotas, Derrie, ya estamos en el ascensor  


Derrie resopló y guardó su celular, irritada ante aquellas dos chicas. Muchas veces sentía ganas de explotarles algo en la cara, solo para darles una pequeña lección. La puerta del ascensor abrió y por el mismo salieron las dos: Nova iba vestida con uns shorts shorts y una blusa de cuello v, mientras Emma iba con unos shorts normales y una blusa sin mangas de ‘Karma is a bitch’. Derrie, en cambio, se encontraba con su gorra al revés, un shirt de ‘Calm yo tits’ y unos jeans rotos. Gracias al cielo, nadie del tour estaba cerca de allí, se había asegurado de verlos en el buffet.

—¿Por qué la prisa? —preguntó Emma, curiosa ante la actitud de la chica.
—Miren por el cristal —dijo, señalando hacia afuera, donde se podían ver un montón de fans detrás de los barrotes que habían sido instalados—¡Llevan ahí todo el día, todo el jodido día, y ni siquiera saludamos!
—Claro que sí, desde la ventana en las habitaciones—argumentó Nova.
—Pero hablo de algo mas directo —replicó— Dime, ¿no sería bonito si fueras tu a un hotel a esperar a tu celebridad favorita, y el saliera a decir hola? Estoy segura de que ahí hay mas de la mitad de los que saludamos en el meet and greet.
—Oh, ya veo —asintió la pelinegra— Quieres que vayamos a saludar.
—Puntos para la ruda slytherin, por fin pensaste —levantó su puño al aire, provocando una mirada fulminante por parte de Emma y una risotada de Nova.
—Señorita Derrie, su orden ha llegado —intervino un hombre con el uniforme del hotel, hablando en un tono bajo.


Emma y Nova se miraron antes de mirar a Derrie.

—¿Orden? ¿Qué ordenaste?
—Ehm, donas, para los fans —rascó su nuca— ¡Oh, y dulces! Ya saben, por si no alcanzan las donas. Esos pobres hermosos fans se merecen el mundo y más.
—Vaya —silbó Emma.
—¿Puedo comer dulces yo también? —preguntó Nova poniendo ojitos de cachorro.
—No, rubia, eso de los fans —negó Derrie.

Se acercó al hombre y le dijo algo al oído, a lo que él asintió y se retiró.

—¿Con qué lo pagaste?
—Pues...Brett me quitó la tarjeta por hacer compras “inusuales”, así que tomé la de Freddie prestada —habló con un tono de voz más rápido de lo normal y se encogió de hombros al final.
—Oh, jo jo jo —se rió Nova, llevando una de sus manos a tu boca— Se la robaste, y él se va a enojar. Y Brett tambien. Mala Derrie
—Le devolveré el dinero —rodó los ojos— Ahora vamos, tengan esto —se acercó a una bolsa de plástico enorme que se encontraba junto al mostrador y saco megafonos personalizados de ella. Los mandó a hacer después de deambular por tumblr y encontrar eso.

Nova tomó el suyo, vio como tenía su nombre y sus colores favoritos, y saltó encima de Derrie, abrazándola con todas sus fuerzas. Emma tomó el suyo y miró a la chica, luego al megáfono, luego a la chica.

—Ni siquiera voy a preguntar de dónde sacaste esto. Mejor vamos —medio sonrió, dejando algo desconfortadas a las otras dos wild.

La siguiente hora fue espectacular para las tres chicas. Salieron al frente del hotel y los gritos aumentaron al instante, con solo ver las tres figuras acercándose a la gran masa de personas. Por igual, la adrenalina y emoción dentro de las chicas aumentó considerablemente. Habían conseguido más personas para ayudar a pasar los dulces y donas, que se alinearon junto a ellas esperando a que dieran la orden.

Los chillidos eran ensordecedores. Chicas gritando, saltando, estirando sus brazos, llorando —de todo. Todo por los artistas del tour, que eran únicamente personas normales con un talento como todo ser humano

—¿¡Cómo están estos queridos fans!? —chilló Nova sin poder contenerse. De solo verlos asi de emocionados, sentía ganas de saltar y saltar hasta que sus piernas no dieran para mas

Una ovación fue lo que recibió como respuesta.

—Vinimos a traerles un pequeño regalo —Continuó Emma, sonriéndole en grande y de manera sincera a todos los rostros.
—También, de parte de todo el tour, queremos agradecerles por ser tan dedicados y apoyar tanto a The Punk Muffins como al resto de los artistas, ¡muchísimas gracias! —concluyó Derrie, la chica sentía que estaba sonriendo tan grande que sus cachetes se reventarían

Repartieron las donas y los dulces entre todos, pidiéndoles que por favor fueran equitativos. Se tomaron fotos y selfies como pudieron, las cuales se subieron de inmediato a las redes sociales y así fue como pudieron encontrar a las tres chicas. Alison había estado revisando todo el hotel, hasta que recibió una llamada de Freddie contándole todo. Jackie había visto las fotos en twitter. Incluso, hicieron su versión acapella de la canción ‘Gives you hell’ a petición de los fans.

Se sintieron tan satisfechas y felices de haber hecho algo así de lindo por ellos, que ninguna borró la sonrisa de su rostro cuando regresaron al hotel y se encontraron con Brett y su sermón sobre las maneras de acercarse a los fans. Aunque no fue tan severo, al final se le escapó una sonrisa ante el buen corazón que tenían sus chicas, a pesar de lo estrafalarias que eran

—Solo avisen la próxima vez, ¿vale? No queremos que les pase algo —dijo, palmeando la cabeza de Nova como si fuese un cachorro.
—Si, avisen, ¿saben lo genial que hubiera sido esto en mi vlog? —se quejó Jackie, ofendida por que su hermana no le había avisado del plan.
—Fue de improviso, peque, te lo recompensaré —colgó su brazo en el cuello de su hermana, abrazándola-aprisionándola contra su pecho.


Aleen se encontraba en la habitación de su hermano y Carter, después de haber terminado con las preparaciones para el concierto de mañana. Por lo menos, con las preparaciones hasta el momento —tenía muy claro que siempre surgían problemas de improvisto a última hora. Aunque los detestaba con toda su alma, no había nada que podía hacer para evitarlos.

Ryder había insistido en que no la necesitaba allí porque no estaba nervioso ni nada por el estilo. Pero su mirada inquieta, incapaz de quedarse fija en un punto por mucho y el constante movimiento de sus piernas, lo delató. ¿Creía que podría engañar a la chica con la cual compartió vientre? No señor. Así que había ordenado servicio a la habitación con cena para ambos y encendió su laptop, con el propósito de hacer una vídeo-llamada con sus padres y calmar los nervios del muchacho por los conciertos próximos.

—¿Puedes dejar el celular y venir aquí? —inquirió, enojada porque llevaba esperándolo como por quince minutos.
—Si, ya voy...—contestó distraídamente.

Cansada de obtener esa misma respuesta una y otra vez, tomó una de las almohadas de la cama y la lanzó justo en su cara, con toda la fuerza que pudo acumular. Ryder sacudió la cabeza y la miró incrédulo.

—¿¡Pero qué rayos te sucede, mujer!?
—Nada, solo que llevo media hora llamándote para que vengas y no me haces caso —contestó dedicándole una sonrisa irritada.
—Pero te dije que ya voy.. —hizo un puchero.
—¡Eso dijiste las 10 veces anteriores! Te confiscaré el celular porque te distrae de tus responsabilidades—entrecerró los ojos, volviendo su expresión seria y autoritaria.

En realidad, esa era una regla que utilizaba el equipo Greenless para que ninguno de los muchachos se distrajera antes de entrar a escena. Pero podría fácilmente aplicarse a esta situación.

—No puedes hacer eso —frunció el ceño.
—Si puedo, y puedo llamar Gerard y decirle que me de autoridad —se encogió de hombros— Le caigo mas bien que tú —agregó, solo para molestarlo y le sacó la lengua.
—¡Eso es chantaje!
—Le diré que el celular no te va a dejar dormir, por lo que estarás con cara de sueño en el concierto mañana —continuó presionándolo— ¿Quieres apostar?

Aleen lo miró con una ceja enarcada, esperando su reacción. Segundos después, su mellizo suspiró y se levantó del sillón para caminar con derrota hacia ella.

—Bien, me las cobraré —la fulminó con la mirada.

Ella, en cambio, le sonrió.

—¿Cuándo será el día en que ustedes no peleen? —una voz les llamó la atención.

En la pantalla de su laptop se encontraban sus padres, sonriéndoles con nostalgia y felicidad. Aleen se había olvidado de que había presionado ‘vídeo-llamada’ antes de comenzar su discusión con Ryder.

—¡Hola! ¡Los extraño! —chilló Ryder de inmediato, cogiendo todo el portátil para si solo y moviéndose a sentarse en el medio de la cama.
—¡Oye, la tenía yo!
—También los extrañamos, cariño —habló su madre.
—Deja de molestar a tu hermana, ¿quieres? —ordenó su padre.

Aleen se movió hasta estar junto a él y movió la laptop para que quedase justo en el medio.

—¿Yo? ¡Es ella quien me molesta a mi! —se quejó teatralmente— El problema es que utiliza su faceta de angelito y por eso nadie se da cuenta.
—Cállate —dijo antes de cubrir su boca con una de sus manos. Miró a sus padres con una sonrisa enorme— ¿Cómo estan ustedes? ¿Qué han hecho?





A excepción de los que se habían quedado en cama desde que se les declaró libre por el resto de la tarde, ya la mayoría de los integrantes del tour se encontraban preparándose para dormir o durmiendo. El siguiente día iba a ser uno de los más emocionantes, ¡presentarse en el Madison Square Garden! Los que no podían dormir por la emoción se encontraban escuchando canciones instrumentales para inducir su cerebro al sueño.

Tessa se encontraba recogiendo un montón de zapatos que había sacado de su maleta, buscando un par de pantuflas que no encontraba por ningún lado. Fue frustrante, pero ya las había encontrado. Shelby se encontraba en la habitación contigua, viendo televisión y riendo a carcajadas.

Alison estaba aliviada, porque ya iba a descansar de Nova, Emma y Derrie, después de haber andado todo el día detrás de ellas. Con certeza, mañana estarían tan nerviosas por el concierto que se quedarían tranquilas hasta que les tocara salir a escena. Esta vez, cerrarían el acto telonero y estaban centradas en hacer uno inolvidable.

De pronto, en medio de toda la paz, comenzó a sonar una alarma. Fue aumentando de volumen a cada momento, hasta que resonaba por todo el pasillo. Todos comenzaron a salir de sus habitaciones, preguntándose por qué sonaba la alarma de incendios. Y esperando por que no fuese alguna tragedia.

La Teresa Calcuta del tour salió de su habitación para quedarse de pie en frente de la misma, confundida. ¿Por qué había humo por todos lados? Curiosamente, el humo solo llegaba hasta su cintura. Y olía a...¿podrido?

De pronto, sintió algo rozar por su tobillo. Abrió los ojos y trató de enfocar la vista, porque el pasillo estaba un poco oscuro y el humo no ayudaba en nada. Antes de poder lograrlo, un ‘¡Boom!’ sonó a su costado, seguido de varios gritos.

Aleen y Ryder, que estaban fuera también, se giraron simultáneamente para toparse con una lluvia de cosas negras cayendo desde el techo, por donde se supone que ventilaba el aire acondicionado. El resto de los que habían salido, ya que todos se quedaban en el mismo pasillo de habitaciones, miraron todo confundidos.

—¡SON CUCARACHAS! ¡JODER! —chilló nadie más que Marc, abriendo los ojos a más no poder, observando con miedo las cucarachas volar hacia ellos.
—¡SE ME METIÓ EN LA BLUSA! —chilló Annabelle, sacudiéndose con brusquedad.
—Oh por Dios —murmuró Adelice, el olor a podrido y el viscoso suele le habían provocado náuseas. Ahora esto— Vomitaré.

Otro ‘¡Boom!’ resonó al otro lado del pasillo y lo siguiente que se vio fue a Adam y a Kenzo, el primero corriendo detrás del segundo.

—¡SÁCAMELA, SÁCAMELA!
—¡DEJA DE CORRER O SE TE VA A ENTRAR MÁS!

Rebekah estaba dando vueltas sobre su eje, golpeándose la cabeza, después de haber sentido como varias se movían en su cabello. ¡Odiaba tanto las cucarachas! Chocó con Blake, lo cual lo hizo caer al suelo, acabando envuelto en humo y encima de más insectos. Se levantó tan rápido como pudo, pero al hacerlo chocó con Jason y ambos terminaron de boca en el suelo.

—Ew, ew, ew, ew, ew, ew —repetía Ziggy una y otra vez. Cerró los ojos, tratando de imaginar que todo era un sueño. Pero mandó la idea al diablo cuando sintió algo caer en su hombro. Chilló a todo dar y se mandó corriendo.
—¡RAINBOW, MÁTALAS! ¡POR JESÚS! ¡POR NIRVANA! —gritó Marc, mientras se escondía como podía detrás de su pequeña amiga. Su verdadero terror eran esos malditos insectos.

De no haber estado chillando todos, habrían escuchado las risas de hiena saliendo de la boca de Derrie. Se encontraba en la habitación de Jackie, observando todo en alta calidad. Con la ayuda de su hermana y Joey, habían colocado las cámaras con luz nocturna en lugares estratégicos. Como en la pared justo al frente de la habitación en donde se encontraba Marc, por ejemplo. La broma en principios estaba dirigida a él, pero la pelirroja pensó: ¿por qué no mejor hacerlo para todo el mundo?

Lucas ya se encontraba llorando de la risa, apoyándose en ella.

La cara de Allman no tenía precio. Había alguien rodando por el piso —Cat. Los rizos de Emma tenía sus rizos con más de un insecto dentro de ellos, y encima tenía a Nova jalándole el cabello tratando de sacárselos. Sydra había comenzado a arrojarle todos los objetos a la vista a las horribles criaturas, pegángole un zapato en el rostro a Carter (lo que lo hizo chocar con la pared y caer al suelo), Damian y Breeze.

—¡NO TE MUEVAS, MOLUSCO! —chilló Circe, la cual se encontraba encima de la espalda del chico, golpeando su cabeza tratando de matarle dos arañas mientras el chico se sacudía, moviéndola como un trapo.

En ese momento, todo el humo comenzó a dispersarse y las luces se fueron encendiendo. El cabello de Lucinda parecía salido de un remolino. El Ricky se encontraba a punto de romper el cajón del extintor con un jarrón que valía más que todo su closet, para matar a las cucarachas con eso. Aleen estaba escondida detrás de Ryder, clavando sus uñas en la piel del pobre chico y muy a pesar de que él intentó esconderse detrás de ella primero. Marc estaba abrazado a Rainbow, aterrorizado, mientras la chica sujetaba la única pantufla que le quedaba a modo de arma.

Todo era un desastre. Y al verse con la luz encendida, solo bastaron unos minutos para percatarse de todos los demás a su alrededor y de que, a fin de cuentas, los insectos eran unos muy realistas juguetes de plástico y hule.

A la gran mayoría le tomó solo ese poco tiempo para darse cuenta de lo que en realidad había ocurrido. Del enojo, Nova el dio un tirón al mechón de cabello que aún sujetaba de Emma. La pelinegra la golpeó en el brazo. Nadie decía nada. Marc sintió una mezcla entre furia y vergüenza apoderarse de él. Sabía muy bien de quién había sido la idea.

—¡Y NOS GRABÓ, NOS GRABÓ, MALDICIÓN! —chilló Joanie, harta de todo.
—Voy a asesinar a esa chica, en serio —siseó Allman, todavía sin percatarse de que sujetaba a Rainbow con fuerza.

De pronto, la puerta de una habitación al final del pasillo se abrió. Por ella, salió la pelirroja más excéntrica que había conocido el tour, con una sonrisa parecida a la del gato Cheshire decorando su rostro. No se acercó hasta ellos, sino que encendió el megáfono que había comprado y gritó:

—¡Y ASÍ ES COMO SE HACE, BITCHES! Recuerden esto como una lección de por qué no deberían meterse con Derrie Sheehan —sus ojos brillaron en dirección a Marc— Soy peor que el karma, ¡au revoir!




—¿Cómo es que lo consigues? —se preguntó Freddie, extupefacto, mirando la escena delante de sus ojos.

La muchacha lo había planeado todo.  

Después de haberle causado un pre-intarto y de decir todo aquello, había salido corriendo como alma que lleva el diablo. Nadie sabía a dónde y la verdad es que todos estaban demasiado enojados-asustados como para ponerse a perseguirla por todo el hotel. Quién sabe en dónde se habría escondido, cuando su mete piensa en cosas tan retorcidas. El castaño no sabía si estar agradecido o no de que los managers se hayan hospedado pisos más arriba del hotel y por el hecho de las paredes a prueba de sonido, no hayan escuchado nada de lo que ocurrió.

Encima de todo, después de que algunos se desahogaron gritando toda clase de insultos en contra de la chica por haber jugado tal broma, después de que otros se burlaran Marc y su miedo, después de que Rainbow lo defendiera y de que el Ricky aplaudiera y alabara a Mainbow, mucamas comenzaron a salir por una puerta con utensilios de limpieza.

¡Comenzaron a limpiarlo todo! ¡Los insectos, rociaron aromas para el olor a podrido! ¿¡Qué clase de complot era que había hecho!?

Así que la idea de unos pocos de grabarlo todo para mostrarlo como prueba a los managers, se fue por el caño. Aunque estaban segurísimos de que saldría en youtube en muy poco tiempo. Al final, no les quedó de otra que irse a dormir con las ganas.

El asistente del trío se encontraba caminando por el hotel, sin ningún destino en específico. Después de haber conseguido que Emma y Nova se fuesen a dormir y no de perseguir sus instintos asesinos —bastante fuertes—, había salido en busca de la pelirroja. Mañana tendrían un día muy largo y agotador. Además de que, después de lo que pasó con Emma, ella lo había estado evitando y tratando cortadamente.

Realmente lo que pasó con la pelinegra fue un dezlis. Se emborracharon y...eso. Aunque él no era un chico de chucucheo de una sola noche, había pasado. Y lo había hablado con Emma. Y ya no había más nada que hacer.

De todos modos, no entendía por qué Derrie estaba así con él.

Pasó por un restaurante y se devolvió al notar algo raro. Debajo de una de las enormes cortinas que cubrían la pared, sobresalían dos pies con converse con muchos garabatos. Rodó los ojos y caminó hacia allí. Muy original tuyo, Derrie.

Sin dudarlo, levantó la cortina y la tomó por el brazo. Caminó jalándola e ignorando sus protestas hasta que llegó a un área solitaria.

—Frederick Nathaniel, si no me dejas ir en este momento te aplastaré tus-
—¿Estás enojada conmigo? —la interrumpió.

Odiaba que la gente se enojara con él. Menos cuando no tenía idea alguna de por qué.

—¿Yo? Pfft, ¿enojada? Nunca —manoteó en el aire. Él, en cambio, la miró sin creerle nada y cuando se iba a ir, volvió a sujetarla— Fred, déjame en paz, en serio.

Algo que nadie quería presenciar es a una Derrie enojada.

Suspiró exasperado.

—Si no estás enojada conmigo: ¿por qué no me miras? ¿Y no me dices Fredster?
—Pensé que no te gustaba que te dijera Fredster, me lo decías a cada rato, ¡quién te entiende! —bufó y extendió los brazos.
—¿Y desde cuándo haces lo que te digo? —inquirió, cruzándose de brazos.
—Uh, buen punto.
—¿Ajá?
—¿Qué es lo que quieres? Ya tengo sueño.
—Te hice una pregunta —insistió, cansado del juego de palabras.
—‘Ajá’ no es una pregunta.
—Derrie, colmas mi paciencia.

La chica se quedó en silencio y desvió la mirada de nuevo. Freddie soltó aire y pasó una de sus manos por su rostro, cansado. También tenía sueño.

—¿Me puedes decir por qué estás mal y así lo arreglo?
—¿Qué hice? —insistió.
—Nada, señorito follador de Emma’s —dijo entre dientes.
—¿Qué?
—¿Qué?
—¿Cómo me llamaste?
—¿Te llamé de alguna manera? —cuestionó confundida, sin mirarlo.
—Sí.
—Lo siento, creo que los gritos te dejaron sordo.

Y entonces su cerebro registró lo escuchado. Volvió a jalar a la chica antes de que se desapareciera. Derrie era una buena corredora.

—Así que es por eso...—murmuró, no muy convencido.
—Déjame, Fred.
—No, vas a escucharme —hizo una mueca, en serio odiaba cuando le decía así— No es que esté orgulloso ni nada. Fue algo que pasó, y ya. Ahora está en el pasado. No pasa nada entre Emma y yo, en serio.

Silencio.

—¿Lo prometes? —preguntó, alzando el dedo meñique pero sin alzar la vista.
—Lo prometo —entrelazó su meñique con el de ella.
—Okay.

Al final, caminaron hasta el ascensor y presionaron el piso en donde se estaban quedando.

—¿Estabas celosa? —preguntó después de un rato, no pudo evitarlo.
—¿Tal vez?
—¿Por qué? —preguntó luego de soltar un risita.
—Porque sí —apretó los labios— Porque no tienes permitido estar con alguien sin yo aprobarlo —Freddie alzó las cejas— Y no me gustan esas cosas de una sola noche. Es...putilesco —se encogió de hombros.

Tenía que hablar de eso con Emma también. Y con Nova. Además de fumadoras y muggles, eran desacatadas. A veces Derrie se preguntaba si ella era la única seria del grupo. Se sentía como la mamá.

Y luego la llamaban infantil a ella.

Freddie volvió a reírse, encantado con la chica. Al llegar al piso, le besó la frente y la mandó a dormirse. Tendrían que levantarse temprano al día siguiente.

Aleen se levantó a la tercera vez que sonó su alarma, con la canción ‘Sweet Child o’Mine’ como melodía. Sus ojeras decían lo absolutamente mal que había pasado la noche anterior. ¿Cómo rayos se le ocurría hacer esa clase de cosas a Derrie? Y casi nadie iba a tener tiempo para reprocharle por mucho, ya que tendrían muchas cosas que hacer para tener el concierto listo como fue planeado.

Después de alistarse, tomó su bolso y en el mismo colocó su agenda y la tablet, su celular y su cartera. Y prosiguió con su tarea del día: despertar a todos. El primero, Ryder, dormía en la misma cama que ella —habían decidido dormir en la misma habitación, aún tenía a las cucarachas en su mente—, y estaba desplomado como el rey del mundo en el enorme colchón. Entre todos los integrantes de Greenless, su hermano era el dormilón más pesado.

Y en la otra cama se encontraba Carter, por lo que mataría dos pájaros de un solo tiro. Buscó las bocinas inalámbricas y las conectó al celular de su mellizo. Rebuscó entre las canciones hasta encontrar una de Papa Roach, Last Resort. Se colocó sus beats antes de subir el volumen al máximo y presionar play. La música resonó por toda la habitación, espantando a los dos chicos y haciéndolos gritar tan agudo como ella.

—¡ALEEN! ¿¡POR QUÉ ERES TAN MALA!? —se quejó Ryder, lanzando una almohada torpemente y escondiendo su rostro entre las almohadas nuevamente.
—Oficialmente, estoy sordo de por vida. Adiós a mi carrera musical —dramatizó Carter, rodando por el colchón para añadir efectos.
—Beethoven era sordo.
—Pero no desde el principio. Además, Beethoven no era punk —aclaró, sentándose y despeinando su cabello (más de lo que ya estaba).
—Tú tampoco lo eres —se burló la chica.

Soltó un bufido cuando vio que Ryder seguía escondido bajo las almohadas. Carter ya estaba de pie, caminando hacia el baño como una aciana ya que aún estaba medio dormido. Ryder, en cambio, se encontraba inmóvil. A pesar de que la canción continuaba sonando.

—Ryder, levántate ya. Sé que estás despierto.
—Jehuej alamerda.
—Si no te levantas, buscaré a Thomas y a Ronald para que lo hagan.
—No johdash.
—O a la chica de Wild Lilies, Derrie. Tú elijes.

La asistente sonrió satisfecha cuando el chantaje le resultó positivamente.

Pasó a la otra habitación, donde se encontraban Sydra y Sivy durmiendo plácidamente. No era tan pesado despertarlas, eso era lo bueno. Así que con varias sacudidas y después de poner música en un volumen considerable, las chicas estaban de pie y estrujándose la cara.


Otra vez, en días consecutivos, Freddie cometía la osadía de ir a despertarlas a horas que no eran de Dios. Pero tenían que ir a ensayar temprano para descansar y prepararse en la tarde. Además de que Brett había insistido en que les tendría una sorpresa para el almuerzo.

Después de levantarlas, él y Brett las dejaron junto con la banda, para que ensayen en lo que volvían de hacer unas diligencias. Claro, las chicas solo escucharon lo que les beneficiaba y se tomaron el tiempo para terminar de despertarse. Al parecer, Emma y Nova habían tenido una mala noche, porque sus rostros dejaban ver lo cansadas que estaban. Y como no, con la jugarreta de Derrie, a todos se le fue el sueño.

—Emma —habló Derrie.
—¿Qué quieres?
—¿Por qué te ves como el demonio de Tasmania?

Nova comenzó a reírse como una hiena y la pelinegra se limitó a echarle dagas con los ojos, que dejaba más en claro lo afectada que se encontraba.

—No lo entiendo, ¿Por qué tan temprano? —inquirió Cindy, estrujando sus ojos.
—No tengo idea.

Derrie estaba harta de estar allí sentada, en las sillas que habían colocado en un lado del escenario. Sin decir nada, se levantó y caminó hasta el centro del mismo, donde estaba la parte mas larga de la T del escenario. Allí se recostó y cruzó los brazos por detrás de su cabeza, como una almohada. Lucas, quien la había seguido con su mirada, entrecerró los ojos y trató de llegar a una conclusión lógica de por qué ella estaba haciendo eso. Antes de llegar a una, Nova se puso de pie y siguió a la pelirroja, acostándose en el suelo y colocando su cabeza en los muslos de ella. Emma no tardó en sentarse junto a ellas y continuar bebiendo su latte.

Si lo comparaban con la escena de la noche anterior, nadie se lo hubiese creído. Emma y Nova habían esperado a la chica con sus almohadas listas para ser desplumadas, y con su objetivo de volver a Derrie saco de boxeo hasta que se cansaran. De alguna forma tendrían que vengarse por la broma.

El silencio se apoderó del ambiente. Los chicos de la banda se miraron sin decir nada con los labios y todo con los ojos. Spike se apoyó en el piano y alzó una ceja con interés. De todo el tiempo que tenían ensayando y tocando con las muchachas, no sabían que era más inusual: la manera en que discutían o el cómo se comportaban cuando no lo hacían. Cindy, dudosa, fue quien habló primero.

—Eh, ¿Qué están haciendo?

Nova subió la mirada, deteniéndose en la chica, mirándola como si le hubiese salido una segunda nariz.

—Preparándonos para el ensayo, ¿no es obvio?

Blythe quiso decir: “si, porque todos los grupos artísticos hacen lo mismo…normalísimo.” Sin embargo, Derrie comenzó a hablar primero.

—Oye, Em, ¿Por qué tienes café y yo no, ah? —preguntó con una irritación que ninguno de los músicos había visto antes. Se les ocurrió que Derrie era tan excéntrica que nada le molestaba tanto para sentirse enojada— ¡Son como las ocho, necesito mi café!
—No empieces-
—¿Por qué nadie me comprende? —chilló, con la misma irritación de antes— ¡Mi cabeza se está derritiendo! —ahora su tono cambió a completa desesperación— ¿Y dónde están Brett y Freddie? —exclamó llena de tristeza infantil.

Lucas se abstuvo únicamente a parpadear. El resto no sabía muy bien cómo reaccionar, y debido a que las otras dos chicas actuaban normal —como si el comportamiento de Derrie no fuera desconcertante— decidieron no intervenir. El ojiverde se preguntaba si no era cansino ser tan cambiante con las emociones.

—¿Quieres que te ayude a relajarte? —preguntó Nova, sus claros ojos brillando con esperanza.
—No, tu eres una corrupta salida de-
—¡Hey! ¿Se puede saber por qué no están ensayando? —la voz dura de Brett atrajo la atención de todos a la entrada lateral del escenario.

Caminaba junto con Freddie hacia el grupo. Emma no se inmutó y continúo mirando todo con desinterés. Al parecer las cucarachas le habían dado duro. Nova se asustó y terminó poniéndose de pie tan rápido que su estómago se revolvió y casi acababa vomitándole encima a la pelinegra. Derrie, en cambio, se había quedado mirando a Freddie y luego notó que en su mano izquierda sujetaba un embace mediano de café.

—¡Eres estúpida, Nova! ¡Casi me vomitas encima! —chilló Emma, al parecer estaba de vuelta.

Derrie se puso de pie y se alejó de la pelea de sus amigas.

—Oye, Derrie, te traje-

El castaño no pudo terminar la oración por el chillido de la pelirroja. Tan rápido que sorprendió, corrió hacia el asistente y de un salto se colgó encima de él.

—¡Trajiste café, Fredster! —chilló en su oído. Había abrazado el cuello del muchacho y la cintura con sus piernas. Freddie tuvo que agarrarla con su brazo derecho de la cintura para no terminar en el suelo. Se sintió algo bien haberla escuchado decir Fredster, por mucho que no le gustara ese apodo.
—Se-se va a derramar, Derrie, bájate —trató de decirle a la chillona chica. Sabía cómo se pondría si no se tomaba su café.

Si la gente pensaba que Derrie ya tenía un poco de desequilibrio mental, al no tomar café eso se volvía cien veces peor. Había aprendido aquello de la mala manera. Por otro lado, sentado detrás de su instrumento, Lucas contemplaba la escena con un sabor amargo en la boca. Su ceño se frunció y trató de no dejar que sus labios hicieran una mueca, demostrando el desagrado que sentía en aquel momento. ¿Por que sentía desagrado?

Finalmente, Derrie lo soltó y tomó su café.

—Gracias, gracias, un millón de-
—Sí, tranquila. Y deja de llamarme Fredster. —y volvían a lo mismo.
—Nunca lo haré. Deberías cambiarte el nombre a Fredster, es más bonito —le sonrió y comenzó a dar sorbos a su preciado café.


Alex se encontraba sentado en un sillón, entonado algunas notas para liberar la tensión. Aún así, pensó Aleen, uno podía ver el talento que derrochaba por los poros. Aquel chico le parecía uno de los mejores talentos de todo el tour. Su creía sutileza resultó ser fallida cuando Alex la cachó mirándolo. Le sonrió y la hizo gestos de que se acercara hasta él, lo cual hizo gustosa.

—¿Estabas disfrutando la vista? —preguntó, provocando un sonrojo y desviación de mirada.
—No al egocentrismo, Alex —fue su respuesta.
—Oye, siento lo de la otra vez, con Joanie —comenzó a decir— No sé...
—Ya te disculpaste por eso, tonto —rodó los ojos y se encogió de hombros— Tranquilo. Ella...tiene su forma.
—Si, pero eso no le da derecho de hacer-
—Epa, calma. No quiero que andes peleando por ella solo por eso, ¿bien? —cuando él no la miró, jaló de su camiseta para que lo hiciera— Estoy hablando en serio. No deben pelear por eso, son familia.

El chico mordió su labio y la miró. Aleen trató con mucha fuerza e ignorancia a su voluntad no mirar su boca; en cambio, se enfocó en sus ojos.

—Eres demasiado dulce, ¿sabías? —dijo de pronto, tomándola por sorpresa.

Se quedó pasmada y la sangre se acumuló en sus mejillas, reacción que lo hizo sonreír adorablemente.

Pero el momento fue interrumpido cuando la voz de Ryder la llamó desde unos metros. Le dedicó una mirada de disculpa y se fue de allí, aún con el corazón acelerado.

Al llegar al camerino, se encontró con su mellizo mirándola de brazos cruzados, el cejo fruncido y los ojos entrecerrados. Aleen abrió la boca para preguntar qué rayos sucedía, pero la cerró cuando Ryder levantó una mano, haciéndole saber que no quería que hablara. Bajó la mano y tomó aire.

—¿Qué te traes con Alexander?

Pasó de confundida a irritada.

—Uno: es Alex, no le gusta Alexander. Dos: nada por lo que tengas que estar así —lo señaló de pies a cabeza.

Su respuesta solo pareció enojarlo más.

—Uy, es Alex, no Alexander —imitó, bajando el tono de su voz a uno más chillón— ¿Se ve que me importa cómo le gusta que lo llamen? Que le gustes tú es lo que me importa.
—Yo no hablo así —se quejó, tratando de ignorar lo que provocaba la última acusación en su interior— Y no pasa nada.
—No puedes engañar a tu mellizo.
—No sé de que hablas.
—Hablo de ti y aquel chico con complejos de rockero con baja autoestima.
—¡Ryder! ¡No lo llames así!
—Oh, entonces sí sabes de qué hablo.
—Solo somos-
—A otro perro con ese hueso, hermana —la interrumpió.
—Si no me vas a creer, ¿para qué preguntas? —se cruzó de brazos.
—Para ver si mentirás —imtió la pose.
—Sabes que Lucy tiene novio, ¿verdad?
—¿Y eso que tiene que ver con nuestra conversación?
—Todo y nada.

Cuando no puedas ganarles, confúndelos.



La pelirroja estaba caminando con la vista centrada en su celular, en los hermosos tweets que se dedicaban a enviar las fans de Wild Lilies. ¡Eran tan hermosas! Y había chicos, también. Es que no podía concebir como tanta gente comenzaba a seguirla y a mandarle todas esas cosas para conseguir su atención, cuando ella solo era una chica con suerte. Una chica común, de su casa, que nunca se metía en…

Su monólogo interior se vio abruptamente interrumpido cuando chocó con el pecho de alguien. Paró de caminar y subió la mirada para encontrarse con unos ojos que la miraban intensamente.

—¿Por qué no te fijas por donde andas, chico coach? —inquirió ella, cruzándose de brazos y ladeando la cabeza.
—¿Chico coach? —Parker alzó una ceja y sonrió con diversión— Además, tú eras la que venía mirando el celular.
—¿Celular? ¿Yo? —Bufó confundida— No veo ningún celular aquí. ¿Admites haber chocado conmigo a propósito?
—Si digo que sí, ¿Qué harás al respecto? —Parker ladeó la cabeza y no quitó sus ojos de ella.

Quería probar una teoría…

—Aléjate de mí, complejo de modelo de abercrombie. Te puedo provocar un esguince —le advirtió cuando el castaño comenzó a acercarse a ella.


—¿Qué hablabas con Parker? —le preguntó Freddie mientras caminaban hacia donde los esperaba Brett.
—¿Con quién?
—Parker, el chico con el que estabas-
—Ah, el chico coach abercrombie… —comentó asintiendo repetidamente con la cabeza—  ¿Me crees loca si te digo que creo que me acosa?
—No, Derrie, ya te creo loca.
—¿Qué insinúas?! —refutó, pero no lo dejó replicar, ya que volvió a hablar— Además, ¿por qué preguntas? Yo solo hablé con él, a diferencia de ti y tu apareamiento con Emma la otra noche —entrecerró los ojos y sus labios formaron una firme línea.

Freddie estaba listo para responder, pero ese ultimo comentario lo dejó sin habla. Su entrecejo se frunció y miró a Derrie, sin saber qué decir o qué pensar. ¿Por qué rayos traía ese tema a la conversación de nuevo? Encima de todo, sintió como un sonrojo subía a sus mejillas.

Derrie, al ver eso, lo señaló con euforia.

—¡Aja! Ahí esta —lo acusó con un siseo.

—Dejen de estar gastando tiempo y apresúrense, ¿bien? —los llamó Brett desde la puerta de su oficina improvisada (en otras palabras, un camerino que encontró vacío).

Allí dentro estaban las otras dos chicas, aún algo somnolientas y deseosas de irse a comer. Se sentaron en uno de los sillones, Freddie se sentó en un sillón individual y Brett se quedó en frente de las chicas.

—Bien, hace unos días un chico se sonido se acercó a Freddie diciéndole que tenía algunas canciones para ustedes —explicó el manager— le dijimos que venga con su equipo portátil para que-
—¿Equipo portátil? ¿No es mejor decir laptop y listo? —se burló Emma sin poder contenerse.

La quijada de Brett se tensó. En serio, a veces juraba que estas tres chicas eran su pago por no querer tener hijos.

—No me interrumpas, gracias. En fin, va a venir a enseñarles que tal. Y entre todos decidimos si quieren que trabaje junto a ustedes cuando estén grabando y componiendo, ¿bien? —no esperó a la respuesta de las tres, porque en realidad estaba afirmándolo todo. Cuando Brett se ponía en modo autoritario, era en serio— Oh, y nada de intimidarlo.

Minutos después, entró a la habitación un chico de estatura media, cabello marrón y rasgos bien definidos. Tenía una mochila con su laptop en la mano y sus auriculares en el cuello. Por fuera, tenía una mascara de calma en su rostro, pero por dentro Elliot se encontraba bastante ansioso y nervioso a la vez.

—Hola —agitó su mano, algo nervioso ante la mirada de las tres chicas.

La primera, Derrie, lo miraba con una curiosidad tan intensa que lo hizo moverse incómodo; luego estaba Nova, la cual cubría sus ojos con unos lentes de sol, lo que le hizo imaginarse que tal vez estaba mirándolo aburrida y por último, Emma, la cual tenía el entrecejo fruncido.

—¿Escribiste canciones para nosotras? —habló Derrie, sonando emocionada y colocando el café que habían traído antes de la llegada del muchacho en una mesita.
—Eh sí, y quiero que...
—¿En serio hiciste eso? —exclamó Nova, uniéndose a la pelirroja y quitándose los lentes— ¡Eso es genial! ¡Gracias! ¿Cuándo las vamos a escuchar?
—Ahora, Nova, por eso las trajimos aquí... —Freddie rodó los ojos ante la chica. Cuando dormía poco, estaba mas confundida de lo normal.
—¿Te he visto en algún sitio? —preguntó Emma de la nada.
—Pues... —iba a comenzar a relatar el incidente, pero Derrie se le adelantó.
—Arrojaste tu bota en su cara el día del concierto, el de los Teen Choice —la chica chasqueó la lengua, divertida.

Elliot se sonrojó y Emma frunció el cejo, otra vez, tratando de recordar ese día. Brett solo la miró y negó con la cabeza, no muy sorprendido por que haya hecho eso, porque ya había aprendido a esperar lo inesperado de esas tres.


Después de salir del Estadio, Brett les dijo que podían ir a hacer lo que quisiesen luego de comer. Emma y Nova subieron directo a la habitación, a dormir por unas cuantas horas antes de tener que irse al Estadio nuevamente. Al parecer, se habían olvidado de sus sorpresas. Derrie tenía su energía intacta y Jackie por igual, luego de haber tomado del café de su hermana cuando tenía sed.

—¿Cuál es la sorpresa?

Al preguntar por las de las otras dos, dijo que ellas las recibirían más tarde.

—En realidad, no fue mi idea —se encogió de hombros— Volteen.

Las dos chicas voltearon simultáneamente y se encontraron con quién menos esperaban. ¡Eran sus padres!

—¡Oh. Por. Dios! —chillaron, logrando desvanecer sus claras diferencias por esos segundos.
—¡PANQUECITOS, LAS EXTRAÑÉ! —exclamó un señor con cabello rubio y ojos verdes.
—¡HOLA CARA DE MONO! —chilló Derrie, corriendo a abrazar a su padre y luego a su madre. Jackie hizo lo opuesto, fue a saludar a una mujer con cabello rojo y ojos marrones.
—Por favor, esperen a que subamos a la habitación para hacernos pasar vergüenza —se lamentó Jade, cubriendo su frente con una de sus manos.
—Muy tarde, ma —Jackie le palmeó el hombro. Estaba tan feliz de verlos que dejaría la rareza de sus parientes pasar por desliz.

Brett observaba la escena con una sonrisa. Freddie también, el cual se encontraba con Ryder y Carter a su lado, ya que irían a comer tacos.

—Ya sé de dónde salió la peculiaridad de Derrie —opinó Carter, pasando sus dedos índice y pulgar por su mentón.
—Eso que aún no lo has conocido bien —replicó Freddie, negando con la cabeza.

La familia Sheehan-Edwards se acercó hasta el manager de las chicas.

—Gracias por cuidar de las chicas, Brett. Y por conseguir las habitaciones —le dijo Jade, después de saludarlo con un abrazo.

El moreno sonrió y estuvo a punto de responder, pero el padre de las chicas habló primero.

—Claro, sabes que si no lo haces, te cortaré tus canicas y te haré una sopa-veneno con ellas, ¿verdad? —espetó Darren, sonriendo perturbadoramente.

Los muchachos, incluyendo a Brett, se encogieron en sus lugares y sus manos automáticamente cubrieron sus amigos. Jackie se escondió detrás de su madre, la cual fulminó a su esposo con la mirada, el cual seguía sonriendo. Y Derrie soltó una carcajada.

—Es broma, hombre —soltó y le dio un apretón de manos— Sabes que es broma, aprecio mucho todo lo que has hecho.
—Si, je, buena broma...—carraspeó y sacó de su mente la imagen de sus ‘canicas’ siendo extraídas— Y saben que para mi es un placer. Más adelante hablaremos de algunas cosas, de todos modos.
—Oh, no. ¿Qué hizo Derrie ahora? —preguntó Jade.
—Su hija no ha hecho más nada que poner a todo el mundo de pies a cabeza, señora —intervino Marc, quien estaba entrando al hotel seguido del resto de la banda.

Sabía que no lo habían llamado, pero no pudo abstenerse. Era eso o insultarla delante de toda su familia, lo que no era muy recomendable. Siguió caminando hacia el ascensor, queriendo salir de allí de inmediato.

—¡No es cierto! Yo solo estaba matando el aburrimiento.


Sasha se encontraba conduciendo hacia el Madison Square, junto con Jason a su lado, quien había ganado el asiento de adelante después de literalmente saltarle por encima a Dexter. Muchas veces no sabía por qué se sorprendía de las cosas con las que saltaban esos chicos. Mientras conducía, miraba por el retrovisor a Rainbow cada cierto tiempo, rezando para que la chica no comenzara con sus nervios (es decir, vómitos repetitivos) por el concierto. Al menos, que no comenzaran mientras estuvieran dentro del vehículo. No soportaría el hedor y mucho menos quería ver un auto mojado con vómito. Ni siquiera con agua, menos con desechos estomacales.

Kelsie, Kean y Brazil habían salido mas temprano para terminar de cuadrar todo. Los chicos se quedaron descansando hasta que Brazil lo llamó para indicarle que debía llevarlos. Suprimió una sonrisa cuando los cuatro quisieron salir del vehículo al ver tantos fans con carteles y shirts y bandanas, corriendo hacia el Madison en la emoción desbordando por sus poros.

Hasta que el otro lado de la situación golpeó a Rainbow.

—Oh Dios, ¿y toda esa gente? —dijo asustada— Voy a vomitar.


Leonor se encontraba buscando la ropa de las chicas, o terminando de hacerlo. Tuvo que hacer modificaciones de último momento únicamente porque Emma quería mas púas en su chaleco. Esa noche llevarían el chaleco de piel como elemento común. El de Nova la tenía de muy buen humor: más porque tenía una boca con pintalabios morado que brillaba en la oscuridad en un costado, rodeado de brillo de un tono del mismo color. Derrie estaba tomando su cuarto café del día. Y sentía unas enormes ganas de saltar y correr por todo el lugar, pero su madre la había dicho que le prometiera quedarse tranquila para ahorrar energía.

En el escenario iba a correr o si no explotaría. Además, sus padres habían venido desde Nevada para verla, ¡eso era más que genial! En el momento se encontraban con Jackie, en un lugar donde podían verlo todo cómodamente.

—Bien, chicas, creo que ya hemos terminado —Leonor aplaudió, satisfecha con su trabajo en las tres chicas— Ahora, necesito que no tomen nada ni se toquen el rostro o alguna ropa —las señaló acusadoramente.
—¡Eres genial, Leo! ¿Lo sabías? —exclamó Nova.
—Si, mujer, ya no tengo ojeras —agregó Emma.
—¡Y encima genia con la ropa! —concluyó Derrie.
—Ay, saben que para mi es un placer —sonrió la chica— Amo trabajar con ustedes.
—¿Eso significa que vas a estar en mi boda, no? —preguntó la rubia.
—Pobre del alma que se case contigo.
—¡Emma! Por eso yo seré la madrina y tu no, grosera —Derrie le sacó la lengua.
—A ti ni siquiera debería invitarte, vas y le das una bomba como regalo —rodó los ojos.
—Ouh, ¿y tu como sabías eso? ¡Era sorpresa, tonta muggle!
—¿Me ibas a regalar una bomba de regalo de bodas?
—Sí, pero ni creas que te diré de qué. Y a Emma un pasaje a China.
—¿De avión? ¿Para qué? —preguntó Alison, la cual se había mantenido al margen hasta ahora.
—Pues para cuando vaya a huir de su esposo. Emma no es exactamente una ama de casa ideal.

Alison comenzó a reírse, luego de haberse imaginado a Emma con un delantal y guantes verdes haciendo los deberes domésticos de una casa. Al poco rato, se unieron el resto de las muchachas.




Los gritos junto con la batería de Lucas recibieron al trío de muchachas. Los demás instrumentos se unieron a la canción. Brett y Freddie dieron la señal para que comenzara el show. Salieron corriendo por los lugares correspondientes, extasiadas con tantas personas, casi confundiendo la realidad con el más hermoso sueño. ¡Era increíble!

Sus voces comenzaron armonizando y luego Nova comenzó a cantar.


En ese último verso, señaló a Emma con una sonrisa traviesa, la cual continuó cantando.


Derrie comenzó a bailar con el ritmo de los versos que cantó luego:


Las tres voces se unieron para el coro de la canción. Las chicas saltaban, avanzaban de un lado a otro y pasaban las manos por el público cada vez que podían. ¡Estaban en el Madison! Haciendo historia, su propia historia. Aunque fuera solo un acto telonero, lo estaban dando todo de ellas.

Se iban a asegurar de tener eso en DVD para enseñarlo a sus hijos, nietos y bisnietos.

Con el siguiente verso comenzó Emma, la cual se situó en medio de Nova y Derrie y comenzó a mover sus caderas al ritmo de la canción. Las otras dos chicas armonizaron y luego Derrie tomó la iniciativa del verso, para terminar con Nova.

Derrie comenzó a saltar junto con el público cuando comenzó el segundo coro. Tenía energía para repartirle a todo el mundo.

Para después del segundo coro, en el estribillo, las chicas se colocaron en la punta del escenario y comenzaron a aplaudir, instando al público a hacer lo mismo. Y en ese momento, los cañones de confeti se dispararon, regando confeti de colores neón por todas partes, volviendo los gritos mas ensordecedores y el ambiente más maravilloso.



La ‘peque’ Sheehan había esperado a después del concierto para subir su edición del video de la broma de la otra noche. En realidad, por ella lo habría subido antes, pero desistió debido a las amenazas de su hermana de hacerlo después del concierto para que así Brett no le corte la cabeza antes de presentarse en el Madison. Jackie sabía que de todos modos Brett no le haría nada, pero ya que. Se lo debía por haberle permitido grabar aquello.

Sus padres se fueron al siguiente día, lamentablemente, porque aún estaban trabajando. Su padre había desaparecido sin decir nada al restaurante y su madre había echo un viaje independiente para hacer un reportaje —uno del tour, claro está. Por lo que ambas se levantaron bastante temprano para ir con Alison a despedirlos en el aeropuerto.

—¿Por qué vinieron para irse tan pronto? No es justo —se quejó Jackie, apoyando su cabeza en el hombro de su mamá.
—Vamos a volver pronto, galletica —trató de alentarla su padre.
—¿Galletica? ¿Por qué siempre son nombres de comida?
—Porque son cool —respondió Derrie, imitando su voz de Dexter.
—A ti no te queda, Derrie.
—Si me queda y lo sabes, peque.
—¡No me digas peque!
—¿Entonces no le puedo decir presidente a Obama? —pregntó.
—Pero Obama sí es el presidente...
—Y tú sí eres peque.
—Ya, ya, no me escucha que peleen tanto —las detuvo Jade— Ya veremos cuando regresamos para quedarnos más días junto a ustedes, tranquilas. Mientras tanto, quiero que te comportes, Derrie.

La pelirroja suprimió las ganas de rodar los ojos. Ya sabía perfectamente que Brett le había hablado de todas sus inocentes jugarretas. ¿Por qué tanto lío? Solo estaba diviertiéndose y dándole bonitos recuerdos a los demás (encima, era gratis). A sus nietos les iba a encantar escucharlos contarles aquello. Esa había sido otra por las razones que le pidió (u obligó) a Jackie a que pospusiera la publicación de ese vídeo. El sermón de su madre sería ochenta mil veces peor.

—Pero si yo siempre me comporto —discutió la chica, suspirando con tristeza.
—Sabes muy bien de qué estamos hablando —insistió su madre. Le dio una mirada significativa a Darren para que interviniera.

El hombre realmente no era el de los sermones. Prefería dar directas indirectas y atacar sorpresivamente. Curioso, jo.

—Filmar a un chico mientras desahoga su vejiga no es comportarse, querida —fue lo que dijo, y la forma en que lo hizo terminó provocando la risa de Derrie. Y la de Jackie al recordar lo frustrada que estuvo su hermana por la pipí.
—Superen eso, por el amor a la magia —siseó la chica— Todo el mundo menciona la jodida pipí.
—Es que, ¿cómo rayos has podido-?

La madre fue interrumpida cuando las bocinas del aeropuerto hablaron, indicándole a los pasajeros del vuelo con destino a Nevada que comenzaran a abordar.


—¿Qué es lo que haremos hoy? —preguntó por enésima vez Carter, mientras rascaba su cabeza y caminaba con su cabeza en el hombro de Ryder. Tenía tanto sueño.
—Hoy tienen sketch y acto en Saturday Night Live —respondió Gerard con tono cansino.
—¿Y por qué vamos tan temprano si es en la noche? —se quejó Ryder.
—Si serán idiotas —suspiró Sivy— Se supone que tenemos que aprendernos el programa y conocer con quienes estaremos en el programa.
—¿Ves por qué te digo que tenemos que ponerles proteínas en la comida a estos dos? —le dijo Sydra a Nicky, señalando al par de dormilones.
—No durmieron mucho, dales crédito.
—No, es que siempre son así.


—¿Ustedes creen que Seth Meyers se tome una foto estrambótica conmigo? —preguntó Nova, mientras arreglaba su cabello.

Se encontraban en uno de los ascensores, ya en el Rockefeller Center, dirigiéndose a los Estudios NBC. Alison, que estaba junto a ella, la miró con el ceño fruncido.

—¿A qué te refieres con eso?
—Créeme, no quieres saber —masculló Freddie, sin levantar la vista de su tablet.
—No va a ver nada estrambótico hoy, chicas —sentenció Brett, cruzándose de brazos— Ya lo hablamos en el camino. Van a hacer su guión, luego a presentarse y todos felices.
—¿Y qué tal si quiero improvisar? He visto que las mejores escenas de películas han sido improvisadas, como una de Harry Potter en la que-
—A nadie le interesa, Derrie —la calló Emma.
—¡No estoy hablando contigo-!
—Ya, es suficiente, compórtense.

La mañana para los grupos se fue volando entre presentarse a Seth Meyers y el actor que haría el sketch junto con ellos —nadie más que Kenan Thompson. Derrie se volvió completamente loca y quiso tocar su cabello y su barriga; y Brett tuvo que disculparse por su comportamiento, nuevamente. Se les dio el guión con el programa y su contenido a cada manager y asistente, para que comenzaran a aprenderse lo que pasaría y a que hora tocarían. Los sketch’s no serían dedicados cada uno a un grupo ya que, por más que se quisiera, los episodios no duraban más de 90 minutos (comerciales incluídos).

—Entonces, ¿esto significa que ensayaremos junto con The Punk Muffins y Mad Sounds? —inquirió Carter.
—Si, algo así.
—Genial, podré ser cool junto a Dexter.
—Nunca serán tan cool como Ryter —intervino Ryder.

Por otro lado, después de convencer a Nova y a Derrie de que no siguiera sus instintos de fangirl intensos dirigidos hacia Seth Meyers, comenzaron a hablar de qué podrían hacer.

—Escuchen bien, traten de ser lo más...—hizo una pausa, buscando la palabra correcta para no ofender— decentes posibles. No se busquen problemas.
—¿A qué te refieres con eso, querido Brett?
—¡No! ¿Sabes por qué? Seth dijo que podemos improvisar.
—Sí, pero tal vez haya niños viendo el programa.
—Eso es culpa de sus padres, no tenemos nada que ver —chasqueó Emma.
—Tampoco creo que vayan a sacar algo inapropiado, no tienen un tema tan raro y tampoco tanto tiempo —añadió Freddie.
—Estás subestimando nuestra capacidad de volver cualquier tema inapropiado, querido Fredster.


El Show comenzó con una presentación de Mad Sounds. Al finalizar, Kenan introdujo al público un video de uno de los conciertos.

—¿Ven a ese chico? El chico tiene el cabello más sedoso que yo, sé lo cuida más que yo —se quejó una muchacha, con un vestido de encaje corto, con vuelos y el cabello largo y castaño— Eso no es punk.
—¿Me estás diciendo afeminado por tener mejor cabello que tú? —discutió un muchacho con cabello marrón y hoyuelos en sus mejillas.
—Sí, yo soy más punk que tú —intervino otro chico con cabello de arcoiris, literalmente.
—Cállense todos, están haciendo que mi fallada cool quede mal —espetó otro chico de cabello negro, con los lados rapados.
—¡Ninguno de ustedes lo es! —gritó nadie menos que Jack Black, poniéndose de pie en su asiento en el público. Aplausos, gritos y risas se escucharon— ¿Saben por qué? ¡PORQUE EL ROCK AND ROLL ES MEJOR QUE EL PUNK!

Una ovación del público interrumpió la respuesta de uno de los muchachos. El show continúo de manera espectacular. Detrás de escena se encontraban los verdaderos artistas, riendo a más no poder y encantados con la representación de ellos que estaban haciendo. SNL tenía los mejores guionistas. Cuando fue tiempo de que intervinieran, el público de volvió aún más loco.

Despúes se presentaron Tessa y Alex, haciendo un dueto; seguidos por el verdadero dueto del tour, Damian y Adelice. Después del break, Greenless se presentó con una de sus mejores canciones. Posteriormente, tocó el monólogo en el que intervenía Jack en una discusión junto a los integrantes de The Punk Muffins.

Al final, quedó un solo monólogo, luego de que TPM se presentara. Enseñaron un corto vídeo subido por el vlog de Jackie Sheehan de Wild Lilies mientras ensayaban y se preparaban para una sesión de fotos. Kenan tomó el escenario.

—Me gustan esas chicas, ¿saben? Me agradan mucho porque siento, siento como si en realidad fueran ellas mismas y no una imagen de las adolescentes de hoy falsa —explicó— Claro que, son un poco más cucú de lo que pensé pero.. —risas— Son buenas chicas, son buenas —hizo una pausa— Como el tipo de chicas que te jalan el cabello hasta sacarlo de raíz cuando te robas su comida —risas— O el tipo de chicas que ponen una fiesta de patas arriba. Sí, tal vez sean un poquito desacatadas... —risas— Pero creo que serían un buen ejemplo de como ser fiel a uno mismo, ¿saben?

—No podríamos estar más de acuerdo con eso —intervino Emma, mientras las tres entraban al escenario.

El público comenzó a aplaudir emocionado, recibiéndolas con emoción.

—¡Oh por Dios! ¡Estoy en SNL! —chilló Nova, cubriendo su rostro con sus manos.
—¿Ven lo que les digo? —sonrió Kenan, señalándola con su dedo.
—Creo que no estoy lo suficientemente preparada para esto...
—¿Qué harás esta vez para aliviar los nervios? ¿Hacer yoga en el techo de la van? —inquirió Derrie. Risas se escucharon— La última vez fue ir a ca-
—Como seguíamos, Kenan —interrumpió Emma, sonriendo incómoda— Lo que nosotras realmente queremos es dejar ver que somos nosotras y que no importan las reglas o límites que nos ponga la sociedad. Somos nosotras y nos queremos de esa forma.
—Sí, pero no se lleven de la forma de Emma, no es sano —dijo Nova.

Una muchacha del público comenzó a levantar sus manos y a saltar para llamar la atención de Kenan.

—¿Si? ¿Tienes una pregunta?
—Si, si —suspiró y se pasó la mano por su cabello rubio cobrizo rizado— Me imagino que han tenido experiencias románticas, ¿no? Mi pregunta es, para las jóvenes de ahora, su consejo para: ‘¿si me gusta un chico como le digo?’
—¡Buena pregunta! Ya estamos en el siglo 21, el prototipo de ser el macho que siempre pregunte debe romperse —habló Nova, asintiendo repetidamente con la cabeza.
—Eso no es una respuesta...—susurró Kenan, sonriendo de lado.
—Ah, bueno. Es fácil: primero necesitas la fumada del mes porque tienes que estar suelta y relajada para confesarte sin dudar —dijo la rubia. Detrás de escena, Brett y Freddie se golpearon la frente.
—Y lo suficientemente ida para que no te importe partirle el culo si no te corresponde.
—¿Y si no fumo? —preguntó la chica.
—¡Haz como yo! Tiñe su cabello de amarillo pollito y luego lávalo con heces de gallina —sonrió Derrie.

Si supieran todos que ninguna estaba siguiendo un guión, sino que actuando como lo hacían diariamente...

—No, pero cualquier consejo que le daría a todos, es que no se acerquen a estas dos —señaló a Nova y a Emma— más de lo profesionalmente necesario si quieren conservar su buena moral en la vida.
—Tampoco se acerquen a Derrie —contraatacó la rubia.
—¡Ey! Yo soy normal.
—Tan normal como una playa en un desierto —se burló Emma.
—Eso ni siquiera tiene sentido.
—Exacto, justo como tú.



Al final de todo, el monólogo no salió tan desastroso como Brett temía. Y a pesar de que Freddie mantuvo una fachada positiva, también rezó solo por si acaso. Su presentación fue minutos después de finalizar. Harían una versión acústica de Louder, una de sus pocas canciones lentas. Tocarían con Lucas, Amber; y a Shane y Parker en el violín y en el chelo. Derrie trató de ignorar las sonrisas ladinas de éste último.

Emma comenzó cantando, seguida de Nova y por último Derrie. Las tres se encontraban con las mismas emociones que sentían en el Madison, pero de alguna forma, estaban intensificadas. Era diferente presentarse en un estadio que hacerlo en un programa de televisión en vivo, que se transmitía internacionalmente. Solo eso era suficiente para ponerlas con los pelos de punta y los nervios alerta. Millones de personas las estaban viendo en ese momento y la presión de presentarse lo mejor posible las llenaba de pies a cabeza.


‘Si pueden soñar con ello, también pueden hacerlo realidad’, recordaron una de las frases que les había dicho Brett la primera vez que las escuchó, mientras pasaban el rato limpiando el teatro de la Escuela en donde estaban. Fue su respuesta a la confusión de las chicas por el interés de él en ellas tres como un grupo, porque realmente ninguna vio eso pasar realmente. Y ahora se encontraban cantando en vivo para muchísimas personas, dándole la oportunidad a su música de ser escuchada por muchos oídos.

No podían pedir más.

y espero que no les aburra por ser tan largo