fake boyfriends.

Llega un momento en donde quieres tener el control de tu vida, saber lo que disfrutan los demás mientras tú duermes y querer probar de los placeres de la vida. Fue la primera vez que me escape a hurtadillas de mi casa, fue tan emocionante que volvería hacerlo y volvería a vivir lo que paso ese día: Lo conocí a él.
La fiesta ere en un antro conocido por todas las personas, no tuve problemas para entrar en él ya que uno de mis amigos era guardia de seguridad. La música resonaba por todos lados, las personas bebiendo, los jóvenes calientes por todos lados; me dirigí hacia la barra para pedir un trago.
—¡Una cerveza, por favor!—me levante ligeramente sobre la barra para que pudiera escucharme.
El ambiente era cada vez más intenso, quizás esas copas me hicieron efecto. Me encontraba bailando sola en el centro de la pista, a lo lejos podía ver a un chico que se acercaba hacia mí con una sonrisa en su rostro.
—Las chicas guapas como tú, deberían de tener un acompañante—susurro en mi oído mientras bailábamos al compás de la música.
—Bueno… ahora las chicas sabemos valernos por nosotras mismas—sonreí mientras me alejaba de él.
Era tiempo de irme, mis padres se darían cuenta en algún momento y no quería tener problemas con ellos. Salí del antro, las calles estaban completamente vacías y hacia demasiado frío; continuaba mi camino, cuando un par de brazos fuertes me tomaron por la cintura y me pegaron hacia la pared más cercana, podía sentir su cálido aliento en mi oído.
—No puedes desacerté de la gente tan fácil—su voz era ronca, no sabía el por qué pero eso era excitante.
—Quizás… quería que me siguieras—me acerque más hacia él.
Sus labios rozaban los míos, era tan desesperante que no me besara y si continuaba así tendría que besarlo yo. De repente nos fundimos en un beso desesperado, sus labios tenían un toque de sabor a alcohol. Sus manos viajaban por todo mi cuerpo y creo que era tiempo de pararlo.
—De…detente—me aleje un poco de el para poder mirarlo—ni siquiera se tu nombre y ya estaba a punto de echar un polvo contigo.
—Los nombres sobran aquí, así que no intentes averiguar el mío pequeña—mordió mi labio mientras se alejaba de mí y se montaba en su motocicleta.
¡Maldita sea! El idiota solo quería echarse un polvo conmigo, no puedo imaginar que hubiera pasado detrás de esos botes de basura.


Al día siguiente desperté con una jaqueca horrible, mis padres no se enteraron de que salí sin permiso de casa y que un chico estuvo a punto de follar conmigo.
Decidí salir a disfrutar del hermoso día que hacia hoy, así que tome unos jeans gastados, una sudadera gris y mis tenis. Mis padres estaban de acuerdo con que saliera un poco, eso no le hace daño a nadie, así que tome un poco de dinero y salí de mi casa.
Unas cuantas cuadras después de mi casa, el ruido de motores me hizo estremecer, los chicos solían hacer carreras de motocicletas cercas de mi casa y eso era algo desagradable para mí; continúe mi camino como si no hubiera escuchado nada.
—¡Oye! ¿Qué te parece si nos damos unos besos detrás de un antro?—gire sobre mis talones para ver al idiota que había dicho eso.
—Para tu información, niño bonito, no he ido a un antro y mucho menos me besaría contigo detrás de uno—intente continuar mi camino
—¿Segura? Por qué los besos que nos dimos ayer fueron muy buenos
Pare en seco, el chico con el que estaba “no manteniendo una conversación” era con quien me había besado. Intentaba asimilar todo pero solo podía quedarme callada, no quería que el divulgara que me vio en un antro y mucho menos que lo bese.
—¿Qué pasa? ¿A caso el gato te comió la lengua?—escuche la risa del otro chico.
—No, pero si se comió mis recuerdos—camine lejos de él y de su estúpido amigo.