Into a Monster {n.c

Capitulo 05.

Un fuerte ruido de metal chocando contra otro fue lo que la despertó. Tardo un poco en volver en si, como todas las mañanas. Odiaba tener que ser levantada así, pero es lo que obtienes por vivir en el mundo subterráneo. Por eso prefería la superficie, quitando de lado todos los peligros que te rodeaban si estabas ahí. Como la muerte, y usar ese estúpido collar todo el tiempo. Gracias al cielo ella lo había usado durante poco tiempo. 
Pensándolo bien, tenía que dejar de quejarse. Ese era uno de sus defectos.

Se miró a través del espejo roto que colgaba frente a su cama. Tenía el cabello hecho un lio horrible, y su pijama estaba agujereada. Conseguiría una nueva. 

Tomo una rápida ducha y se cambió con la ropa de siempre, toda de negro. Su madre solía quejarse de eso, cuando aún vivía. A veces dolía recordarla. Solo a veces. Había muerto en un golpe de estado que habían intentado dar en Canadá, el cual no funcionó. Ella, ciega por el dolor, había decidido dejar todo atrás y marcharse a Inglaterra, olvidando el pasado. Cuatro años habían pasado desde entonces. 

xoxoxoxoxoxo xoxoxoxoxoxo xoxoxoxoxoxo xoxoxoxoxoxo xoxoxoxoxoxo

-¿Todo listo, Trisha?

Movió la cabeza afirmativamente.

-Genial, saldrán mañana al amanecer- El jefe se dió la media vuelta, dirigiéndose hacia la salida.

Ella no pudo evitar fruncir el ceño ante eso.

-Señor- se aclaró la garganta, él se limitó pararse –Espero que no le moleste, pero siento que es mejor que salgamos al anochecer- 

La miró durante un largo rato. Sus acompañantes sostenían la respiración. 

-Está bien, no soy quien para juzgarla. Usted sabe lo que hace.

Trisha no pudo evitar sonreír ante la afirmación.

Era buena en lo que hacía, y eso lo sabía. También tenía un ego enorme, pero era imposible no tenerlo. Sus misiones, en su mayoría se lograban completar con éxito. A excepción del año pasado. Ugh, no quería ni recordarlo. La habían traicionado, carajo. 

Odiaba con todas sus fuerzas a Luke, a quien le había confiado no solo su vida, si no la de todos los rebeldes, y quien la había regalado en bandeja de plata. Gracias al cielo que se había dado cuenta a tiempo, y lo detuvo. Después lo golpeó hasta asegurarse de que no pudiera tener más hijos. El único lindo recuerdo de aquello.
Hace cuatro años, su madre, en cambio, se había dado cuenta demasiado tarde de la traición por parte de sus espías en el gobierno canadiense. Ellos la habían matado, se la habían arrebatado. 

-Eso fue arriesgado, lo sabias ¿no?

Rió ante el enojo de Candy.

-Sí, pero más arriesgado sería irnos en pleno día.
-Lo sabemos- Matt se metió –pero ¿no podías evitar usar ese tono arrogante que tienes?
-No use ningún tono arrogante.
-Claro que sí.
-George, se supone que tú eres mi amigo.
-No debo decir mentiras-

Súbitamente le dieron unas ganas de darle un puñetazo.

xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxo

-¿Nos faltó alguien?

Pregunto mientras se abría camino entre el bosque, escuchando pisadas tras ella.

-¿En seria te importa?-Matt le respondió.
-Si no me importara no estaría preguntando.
-No, nadie falto Wen- intento calmar los ánimos George.
-Odio que me digas así.
-Y nosotros odiamos que seas tan mandona, Wen.
-No soy mandona Candy, simplemente los mantengo con vida.

Presintió que rodaron los ojos ante eso.

-¿Entonces, a quien tenemos que salvar?
-Candice...- bufó –Al primo, tío, hijo, sobrino, hermano, abuelo o nieto del jefe.
-¿En serio no sabes quién es?
-Si se quién es, pero no sé cómo se relaciona con él.
-¿No te dijo?
-Sí, pero se me olvidó.
-Y ella es nuestra capitana, señoras y señores- Dijo George imitando una voz grave.
-Oh, cierren la boca.

Siguieron caminando silenciosamente. Calculaba que en una hora llegarían en la cabaña donde guardaban los disfraces, ropa color negra y demás armas. Estaba como a dos horas de la salida, pero andaban rápido.
Lo único malo era la poca luz que había, siendo media noche no podía esperar mas, y usar linternas llamaría la atención. Era mejor hacerlo de noche, de esa forma nadie se percataría de su presencia. 

Seh, tenía el ego un poco grande.

Hidding.:

Capitulo 06.