Into a Monster {n.c

Capitulo 02.

Capitulo 03.

La oscuridad que le rodeaba era más grande que su propio miedo, podía escuchar las ratas ir de un lado para otro horrorizada mientras mantenía las rodillas contra su pecho. No estaba rezando, simplemente no sabía hacerlo por que nunca había creído en ningún dios. Ningún dios habría permitido que esto pasara, no habría permitido que el mundo se hubiera ido a pique reprimiendo los ciudadanos. Sin embargo ella no sabía donde se encontraba, sabía que era una especie de alcantarillado pero no sabía por donde salir que no fuera la superficie, si la encontraban en el mundo de arriba la arrestarían y llevarían a castigar, había sufrido lo suficiente como para preferir estar en el lugar putrefacto donde ahora se encontraba, además si lo hacían no solo la harían sufrir también acabaría muerta.

Mojó sus labios intentando que se curaran con su saliva de los cortes profundos por la deshidratación, podía lograr oír el ruido de la superficie creándole más miedo. Sus ojos se movían de un lado para otro intentando lograr captar a algún ser humano en el lugar, se había perdido, llevaba a si días pero cuando el hombre que la rescató murió simplemente le dijo que siguiera por el pozo que le llevó a este lugar parecido a un laberinto en la cloaca. Sentía como si fueran sus últimos minutos de vida.



No le gustaba su trabajo sin embargo ella seguía con él para poder sobrevivir. Se dedicaba al contrabando secreto, ni siquiera sabía para quien lo enviaba pero ella simplemente se dedicaba a poner los paquetes en enormes cajas de madera con un extraño símbolo para obtener un salario con el que poder vivir. Había bastante control y en el tiempo que llevaba el negocio iba bastante bien, por lo que nunca les habían pillado. Y a que mala hora lo pensó.

Unos guardias empezaron a aporrear las puertas, luego entraron bruscamente para empezar a quemarlo todo y apresar a la gente. Cuando la cogieron intentó soltarse pataleando pero solo consiguió que la dejaran inconsciente con sus armas eléctricas para luego ponerle una bolsa y llevarla hacía su castigo.

Sus rodillas se chocaron contra el suelo bruscamente proporcionando un dolor no muy agradable para luego apoyar sus manos en el suelo del impulso con la cabeza mirando hacia el suelo, y entonces uno de los guardas le quitó la capucha para luego agarrar su cabello estirando de él para que la morena mirara a sus superiores. No podía creer lo que sus ojos veían, era él, era Joshua.

—Mira que tenemos aquí, una pequeña pordiosera.
— Mira un capullo —respondió la chica ganándose una bofetada.

LE conocía perfectamente, no era ni más ni menos que su hermano. El mismo que había querido que su hermana se casara con uno de sus amigos por negocios pero ella no estuvo a favor, sabía que aquél hombre era un monstruo y tan solo tenía dieciséis años, no pensaba hacer nada contra su propia voluntad. Por lo que él prefirió desheredarla y echarla a la calle, a merced de la oscuridad.

— Que ganas tenía de jugar contigo mi querida hermanita.

Un fuerte estruendo salió del pasillo por donde habían pasado, las luces se apagaron y un humo entró por la ventilación. Pocos minutos después unos brazos musculados la agarraban llevándola hacia la salida para después desatarla y darle la orden que corriera, su ritmo no paró durante más de diez minutos pero estaban siendo perseguidos.

— Quiero que corras hacia la izquierda y te metas en una trampilla que hay en los contenedores, después solo tendrás que ingeniártelas para por los pasillos llegar a tu salvación. Así que huye por tu vida. —esas fueron las palabras de aquél hombre robusto, Sky quiso preguntar el porque pero al ver la mirada del hombre obedeció y incluso cuando el disparo que indicó el final de su vida no giro para verlo caer en la acera.


Un sonido metálico la alertó, miró a sus dos lados asustada intentando buscar algo con lo que defenderse pero solo podía optar por coger su propio zapato, deseaba que no fuera ningún guarda que había encontrado el escondite. Las pisadas se acercaban con rapideza, se levanto apoyándose sobre la pared. Su respiración empezó a agitarse cuando una luz proveniente de una linterna la enfocó y unos ojos azules intensos como el cielo se situaban sobre el cuerpo de un hombre que sujetaba la linterna con firmeza, acompañado de uno que seguramente sería mayor por sus facciones.

— ¿Quien cojones eres tu? —preguntó acercándose a la chica.
— skyler, ¿y vosotros? —le cuestionó la morena.
— Nuestros nombres no importan, ¿qué haces aquí?
— Un hombre me salvó y me dijo que viniera aquí, que luego buscara la puerta a mi salvación pero yo no he encontrado nada. Estoy muriéndome de hambre y sed. —contestó, el rubio sin parecer pensarlo la agarró ligeramente del cuello en señal de amenaza.
—¿Qué le ha pasado a Mike?
— ¿Mike es un hombre robusto y de pelo canoso? —pregunta la morena intentando quitarle las manos. Ellos asintieron.— Él está muerto.