Into a Monster {n.c

Capitulo 01.

Caminaba con las manos sobre la espalda, estaba esposada y con la cabeza agachada se lamentaba de todo pecado que había hecho y no hecho, rezaba a ángeles y demonios de que esta pudiera salir viva aunque tenía una probabilidad de uno en un millón. Un agente de los monstruos la tenía agarrada de brazo derecho, gracia al agarre ya no sentía nada desde el hombro al codo, la fuerza del hombre era brutal, las primeras lágrimas salieron de sus grandes ojos azules, pero ella no tenía la culpa de lo sucedido solo estaba en el momento y lugar equivocado.
Miro por última vez su elegante collar de meta pensando en cómo la matarían, entraron a una sala blanca con dos enormes espejos en las paredes laterales, al final se encontraba el camino a la muerte, un largo tubo de cristal con una plataforma de metal, tenias que entrar en el subías hasta la arena principal donde sabrás tu destino, que claro es morir pero el cómo aun es una pregunta no contestada.
—  Cuando yo te indique tienes que subir al elevador para esperar tu sentencia  — le anuncio algo que algo la chica ya sabía — ¿entendiste? —  ella solo asintió mientras levanto la mirada, un golpe la hizo caer al piso cerro lo ojos con fuerza para no dejar salir las lagrimas de dolor y desesperación, la piel donde el puño del agente se había estrellado le ardía y gracias a los espejos sabía que su mejilla esta enrojecida y de su labio inferior estaba roto —  no has entendió que no me debes de mirar — grito de manera brusca y monótona — ahora levántate mocosa—  y de un jalón la levanto, por un segundo creyó que su brazo se desprendería de su cuerpo y moriría desangrada.
En cuanto el hombre la levanto las puertas de madera se abrieron solo un poco y dejaron entrar dos bombas, no eran granadas de eso ella estaba segura las había vito un millón de veces eran bombas de gases. El gas blanco se apodero de en pocos segundos de la habitación y Lia empezaba toser  lo que llegaba a inhalar. Unos cinco hombres entraron con armas y en posición de ataque con mascaras anti gas, el agente empezó a disparar hacia aquellos hombres, pero claramente ellos ganaban en número, uno ellos se acerco a mi me entrego una máscara ya que noto mi molesta tos y tomo mi mano hasta salir la sala infestada de gas.
—Te dije que era más que un simple ladrón— le dijo el joven desasiéndose de su máscara.



Caminaba de la mano de su hermana pequeña con la mirada en el camino y con su cabeza cubierta de una capucha de su capa negra al igual que su Suzy, su hermana, sus hombros ya no estaban erguidos como antes, el peso del aro que tenía alrededor del cuello hacia parecer algo jorobada, se detuvo en donde un señora algo grande como de un sesenta y tantos años que vendía a fruta, lo cual sorprendía toda la gente, al parecer las parcelas donde plantaban y cosechaba habían sido destruidas y convertidas en alguna otra cosa, poco servible para la población. Lia se paro frente a una meza con una pequeña torre de manzanas, eran grandes y de un asombroso color rojo, no pudo tolerar el querer tomar una  y así los hizo con las dos manos tomo una manzana y una vaga sonrisa cruzo el rostro de la chica. Con una rara felicidad le compro a la mujer  cinco manzanas las cuales le salieron un poco caras, el trance de volver a ver fruta y mas manzanas de ese tamaño había pasado y el pánico la había invadido de forma masiva, sintió como su pecho se encogía y el aliento se perdía, su manos se movieron de manera nerviosa y su mirada no se podía enfocar en una sola cosa, la mano de Suzy se había perdido de su tacto y su bella cara de su vista.
Con la bolsa de manzanas en la mano izquierda empezó a trotar, buscando de forma desesperada a su pequeña hermana, se paro en la conexión e calles para autos ya no pasaban, no desde hace ya muchos años. Tenso todos sus músculos cuando la vio, caminaba de la mano con otro joven y entre risas la pudo divisar con sus largos cabellos rubios y ojos tan intensos como los suyos, tenía la nariz de su padre al igual que lo labios delicados de su madre, a Lia se le cayeron un par de lagrimas en saber que tenía tanta suerte, y aunque vivir un nuevo día era todo en estos  tiempos, Suzy corrió y abrazo las piernas de Lia con gran sentimiento, esta solo pudo dar gracias.
El chico era alto y con la piel tostada, facciones perfectas, ojos intensos de color café y la barba de un par de días lo hacía ver más grande de lo que probablemente era. Cuando la adrenalina de la perdición se salió de ella pudo ponerse de cuclillas y abrazar tiernamente a su hermanita, el chico de nombre desconocido había parecido a un lado de ellas, tenía la cara seria no mostraba algún sentimiento no como hace unos segundos cuando se encontraba con Suzy.
— Aléjate de ella —  le amenazo Lia, se puso de pie con una posición rígida y fría, protegía a Suzy a sus espaldas.
— ¡Hey! yo no le he hecho nada a la niña — dijo sorprendido ante la reacción de la chica —  Es mas la encontré llorando porque al parecer tú la dejaste sola— le respondió de manera dura.
— Solo me distraje unos segundos— se defendió de manera absurda ante alguien que no conocía pero de ellos se dio cuanta después              
— ¿Cómo comprando estas cosas? — le pregunto quitándole la bolsa de las manzanas de la mano —Estas cosas no las ha cultivado esa señora, ¿tal vez vengan de ellos (los monstruos)? —le dijo mientras acaba una de ellas y la veía.
— Deja esa manzana en la bolsa y entrégamela, ahora—  le ordeno la chica al tipo parado frente a ella.
— ¿Sabes lo difícil que es conseguir comida en estos días? — le pregunto con sarcasmo — y yo por unas bellas damas me arriesgaría a para tal vez bombas o unas deliciosa, digo envenenadas manzanas— le dijo cortando por la mitad  a la manzana y dejando ver el delicioso fruto de este así como el jugo que escurría por los guantes negros de este.
— Dame eso ¡ya! — le volvió a ordenar pero esta vez no solo, le hablo si no trato de quitarle la bolsa, pero su intento fallido solo hizo reír más al ladrón.
— No, no, no —  le dijo mientras se burlaba de Lia, Suzy reía suavemente ante la reacción de los dos "adultos" frente a ella —  cualquier día que te quieras librar de esa bruja háblame— se puso de cuclillas para estar a del tamaño de Suzy  y le guiño un ojo entregándole la otra mitad de la manzana cortada,  solo le dirigió  una última mirada a Lia y camino lejos de ellas.
— Eres un maldito ladrón— le grito Lia
—  Yo soy más que un simple Ladrón, quien sabe tal vez algún día te salve la vida le respondió por última vez.      

wachu wachu friki fri: