Un secuestro: Sexo y Amor? NUEVO CAPITULO =)

Agente.
Aquel hombre la tiro bruscamente al piso, sintió un dolor tremendo en su espalda y brazo derecho al chocar contra la pared, quiso gritar y mandarlo al mismísimo demonio, pero se tuvo que contener, un agudo gemido salió de su garganta y luego trato de restarle importancia al dolor. Sintió la presencia de alguien más, sentía el calor de otro cuerpo alado suyo, lo podía sentir demasiado bien, lamentablemente no podía ver nada puesto que seguía vendada.
-te hemos traído compañía ruliento- hablo el de la voz gruesa.
No escucho más nada, todo había quedado en completo silencio, parecía que aquellos hombres ya se habían ido, espero unos largos minutos más y todo seguía igual. Suspiro, cansada, asustada, temerosa de que algo malo pudiera pasarle. Seguía sin encontrar explicación a lo que estaba pasando, se sentía tan mal y por primera vez se largo a llorar, lagrimas saladas y llenas de miedo se deslizaron por su rostro.

Casa de la familia Jonas – L.A California.
-Que te han dicho?- pregunto Joe a su padres tras haber terminado una llamada telefónica con las autoridades.
-Aun no tienen ni la más remota idea del paradero de Nicholas- hablo Paul con tremenda frustración, era frustrante que ni las mismas autoridades sepan que había sido de su hijo, se suponía que ese era su trabajo, investigar, averiguar, buscar y hacer justicia.
-Pero como es eso posible!- exclamo Denise- Esto es increíble, las autoridades no sirven para nada!- ella más que todos se sentía frustrada y sin consuelo alguno, le habían arrebatado a su hijo, a su pequeño Nicholas, el más consentido, el más apreciado por todos.
-Paul, Denise- hablo Delta quien venía de la sala principal hacia ellos que se encontraban en el despacho- ha venido alguien muy importante, alguien que nos puede ayudar mucho.
-Quien?- pregunto Denise secándose las lagrimas que hace segundos atrás comenzaron a caer de nuevo.

Departamento de Policía – California.
El oficial McGregor revisaba unos archivos sigilosamente, una taza de café humeante yacía a un lado de su computadora, sus pies estaban apoyados a su escritorio, de repente alguien irrumpió su atenta concentración a aquellos innumerables papeles.
-¡¡Esto es el colmo!!- exclamo el agente Blade azotando la puerta fuertemente.
-y ahora que te sucede?- pregunto McGregor sin despegar la vista de los papeles.
-Es esto una broma acaso?- dijo posicionándose frente al escritorio del oficial.
-pues si a ti te parece una broma que este revisando estos documentos bien…- dijo con sarcasmo.
-Eres un idiota, sabes bien a lo que me refiero.
-Pues no fíjate que no soy ningún adivino para saber qué demonios te sucede- el oficial tiro fuertemente los papeles que segundos antes los tenía en su mano, estos cayeron esparcidos sobre su escritorio.
-Qué demonios se te cruzo por la cabeza para poner a una niña al frente de un caso tan importante como lo es el de Nicholas Jonas?- McGregor rodo los ojos y se llevo la taza de café humeante a la boca, bebió unos tragos y luego volvió a depositar la taza de café en su lugar.
-En primera Williams no es una niña, es tan capaz de resolver un caso como lo eres tu o los demás agentes, desde cuando eres tan machista Blade?- El agente Blade lo fulmino con la mirada y se apresuro en contestar.
-Sabes perfectamente que NO es machismo, simplemente es impotencia, es una niña, apenas tiene 20 años, no lleva ni un año aquí y tu ya le asignas uno de los casos más complicados e importantes que hemos tenido en los últimos 5 años?- El agente Blade protesto, y lo hiso con ganas, se veía realmente furioso, pero lo que más le molestaba era la expresión del oficial, a quien parecía no importarle lo que le decía.
-Williams es muy astuta, confió en ella, se que ella lograra encontrar a Nicholas Jonas.