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"Amor en Horas de Trabajo"-(Nick y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Amor en Horas de Trabajo"-(Nick y Tu)
Awwww Emily es mas dulce!! me encanta esta niña!!!!
no les habria resultado mas sencillo a los detectives y a la Rayis si antes de solo seguir al hermano de Joe lo hubiesen investigado?
digo, asi sabrian que tiene un gemelo-....
siguela Maru! o te envio a Barney para que te coma :twisted:
Barney es un dinosaurio que vive en la esquina!
fuma marihuana y se inyecta cocaina!
(ni idea porque puse la cancion)
no les habria resultado mas sencillo a los detectives y a la Rayis si antes de solo seguir al hermano de Joe lo hubiesen investigado?
digo, asi sabrian que tiene un gemelo-....
siguela Maru! o te envio a Barney para que te coma :twisted:
Barney es un dinosaurio que vive en la esquina!
fuma marihuana y se inyecta cocaina!
(ni idea porque puse la cancion)
eli_jonatika
Re: "Amor en Horas de Trabajo"-(Nick y Tu)
Capítulo 5
IDEAS Bárbaras estaba al norte de Sidney, en la tercera planta de un edificio de oficinas no lejos de la estación. Afortunadamente, porque ___(Tn) no tenía coche.
Llegó al vestíbulo muy temprano, con sus mejores vaqueros, una camisa blanca bien planchada y unos mocasines negros de piel. Del brazo llevaba una chaqueta, por si tenían el aire acondicionado a toda marcha, y un maletín en la otra mano.
Se había recogido el pelo en una coleta, con un pañuelo blanco y negro que le había prestado Dora. Apenas llevaba maquillaje y los pendientes eran unas crucecitas de plata.
Y el reloj. Ella no podía vivir sin reloj.
En ese momento, lo estaba mirando. Las diez menos veinte. No pensaba subir a la agencia todavía para que no pensaran que estaba desesperada. Sólo los desesperados llegaban tan pronto. En lugar de eso, fue al lavabo para comprobar de nuevo su aspecto.
En realidad, su imagen sería considerada muy conservadora en el mundo de la publicidad. Pero ella nunca había vestido de forma llamativa, incluso cuando podía hacerlo.
Por fin, salió del lavabo y tomó el ascensor. Llevaba meses sin hacer una entrevista de trabajo y tenía los nervios en el estómago. No porque no se sintiera capacitada. A ella nunca le había faltado confianza en su talento. Pero después de haber hecho tantas entrevistas sin éxito, empezaba a preguntarse si alguna vez iba a encontrar trabajo en su campo.
Aquella era la mejor oportunidad que le habían ofrecido en varios meses.
Cuando salía del ascensor, se preguntó si estarían entrevistando a la otra candidata. Y si los habría impresionado tanto que no se tomarían la molestia de hablar con ella. Con su mala suerte, la recepcionista podría decirle: «Muchas gracias por venir, pero el puesto ya está ocupado».
___(Tn) respiró profundamente, intentando tranquilizarse. A Harry Wilde le había gustado su currículum y tendría la decencia de entrevistarla, por lo menos.
La recepción de Ideas Bárbaras era acorde con su imagen: moderna y llena de color, con las paredes pintadas de rojo, el suelo de mármol negro y enormes sofás de piel beige.
La recepcionista era rubia, pero no exagerada ni muy llamativa. De unos treinta años, llevaba un traje oscuro y la miraba sonriente.
—Hola. Tú debes ser ___(Tn) Denton.
—Sí, soy yo —contestó ella, secándose el sudor de las manos en los vaqueros—. Llego temprano, creo.
—Eso es mejor que llegar tarde. O no venir en absoluto —sonrió la chica—. Voy a llamar a Karen para decirle que estás aquí. Karen es la ayudante personal del señor Wilde —le explicó—. Siéntate un momento, por favor.
—Gracias.
—Ha llegado ___(Tn) Denton, Karen —oyó que decía la recepcionista por teléfono—. Sí... ahora se lo digo.
Ella se había sentado y hacía lo imposible por mostrarse tranquila. Aunque por dentro era un manojo de nervios.
—El señor Jonas no ha terminado la entrevista con la otra candidata y...
—¡El señor Jonas! —exclamó ___(Tn), levantándose de un salto.
—El señor Wilde está de viaje. El señor Jonas se encarga de la agencia hasta que vuelva.
—Ah, ya veo —___(Tn) respiró profundamente. Qué tontería pensar que ese Jonas sería el mismo Jonas del viernes. Jonas no era un apellido tan raro. Además, su señor Jonas era contable. ¿Cómo un contable iba a dirigir una agencia de publicidad, aunque fuese temporalmente?
—Por cierto, me llamo Margaret —dijo la recepcionista—. Será mejor que nos vayamos conociendo. No debería decir esto, pero creo que tú le gustarás más que la chica que está dentro.
—¿Por qué? —preguntó ___(Tn).
No había terminado la frase cuando oyeron un portazo.
—Juzga por ti misma —dijo Margaret en voz baja.
En ese momento, una criatura asombrosa apareció en recepción.
Lo primero que sorprendió a ___(Tn) fue su pelo naranja, que parecía cortado con un hacha. Con un hacha oxidada.
Lo segundo fue la cantidad de pendientes que llevaba en la cara. En las orejas, en la nariz, en las cejas, en los labios, en la barbilla...
A saber qué otras partes de su anatomía llevaba perforadas. Posiblemente, muchas.
Afortunadamente, la chica iba tapada hasta el cuello. Su estilo, sin embargo, era una combinación de punky y siniestro y la ropa parecía sacada de un cubo de la basura. Y las botas militares habían visto días mejores. Muchos días mejores.
—Dile a Harry Wilde que me llame cuando vuelva, si sigue interesado —murmuró aquel miembro de la familia Adams mientras se dirigía al ascensor—. No trabajaría para ese tío aunque fuera el último empleo que quedase en la tierra. No sabe lo que es una persona creativa. No tiene ni idea.
En cuanto desapareció, Margaret miró a ___(Tn)con una sonrisa en los labios.
—¿Lo entiendes ahora? Me parece que tienes el puesto asegurado.
___(Tn) no podía creer que el destino hubiera sido tan amable con ella.
—Eso espero. Necesito este trabajo.
El teléfono sonó inmediatamente.
—Sí, Karen. La mando para allá ahora mismo. Y no te preocupes, ésta sí le gustará —dijo Margaret, antes de colgar—. Te toca. Es la última puerta al final del pasillo.
___(Tn) tragó saliva.
—Una cosa más. ¿Sabes cómo se llama el señor Jonas?
—Nick. ¿Por qué? Ella suspiró, aliviada.
—No, por nada. Conocí a un Jonas una vez y... afortunadamente, no es el mismo.
—Siempre hay uno de ésos en el pasado —rió Margaret.
Cierto. Pero no era en el pasado para ella. Había sido sólo dos días antes y con sólo pensar en él seguía poniéndose a temblar.
Los nervios empezaron a desaparecer al saber que no era Curtis Jonas. Y tampoco podía negar que se alegraba de que la competencia no tuviese nada que hacer. Claramente, Nicholas, de Adstaff, no había aconsejado bien a la del pelo zanahoria. Y si lo había hecho, la chica no había seguido su consejo.
La puerta al final del pasillo era el despacho de la ayudante personal de Harry Wilde. No era tan original como la recepción, pero sí espacioso y moderno. La propia Karen no era lo que esperaba: de unos cuarenta años, era una pelirroja natural, más bien gordita y simpática.
—¡Ah, gracias a Dios! —exclamó al ver a ___(Tn)—. ¿Has visto a la otra?
—Sí, la he visto. Pero la verdad es que no es raro ver gente como ella en el mundo de la publicidad.
Probablemente se cree una artista de vanguardia y tiene que llevar una imagen a juego.
—Aquí no contratamos artistas de vanguardia —bromeó Karen—. Contratamos gente con ideas innovadoras que sabe trabajar. Y que trabaja mucho. ¿Margaret te ha dicho que el señor Wilde está de viaje?
—Sí.
—Mejor. Entonces entenderás por qué yo hago parte de la entrevista. El señor Jonas es un buen director y un motivador excelente, pero no tiene experiencia en el mundo de la publicidad. Yo llevo muchos años con el señor Wilde y sé qué le gusta —murmuró Karen, mirando su currículum—. Y tu currículum me gusta mucho. ¿Podrías enseñarme tu carpeta de trabajo?
___(Tn) sacó del maletín una carpeta que incluía copia de sus mejores trabajos y algunos anuncios propios que haría si la dejaran.
—Ah, éste es buenísimo. Michele, tu jefa, estará encantada contigo. Michele es una de nuestras ejecutivas. Su ayudante dimitió la semana pasada después de un pequeño altercado porque ella le recriminó su falta de motivación... faltaba mucho al trabajo y creemos que tenía un problema con las drogas —suspiró Karen—. El caso es que necesita un buen diseñador gráfico porque tiene que terminar varios encargos antes de Navidad. Además, pedirá un permiso por maternidad dentro de unos meses... va a tener otro niño. Y cuando eso ocurra, esperamos que tú puedas hacer su trabajo. En Adstaff me han dicho que eres una persona ambiciosa y que tu objetivo es ser directora creativa.
—Sí, es verdad. Los diseños al final de la carpeta son ideas originales, no son campañas en las que haya trabajado.
—A ver... —Karen empezó a pasar páginas—. ¿Esto es tuyo, el anuncio de electrodomésticos?
—Sí.
La página tenía un fondo azul fuerte para destacar los electrodomésticos de color blanco. Tumbada encima había una rubia tipo Mae West, con un vestido de noche blanco, acariciando los electrodomésticos con unas manos de uñas muy rojas. Sobre ella, la frase: No son los electrodomésticos de tu vida, sino la vida de tus electrodomésticos, como una parodia de la famosa frase de Mae West:
«No son los hombres de tu vida, sino la vida de tus hombres».
—Es muy bueno —dijo Karen.
___(Tn) sonrió.
—Gracias.
—Tenemos una firma de electrodomésticos como cliente... esto les iría muy bien. Tengo que enseñárselo a Peter, es el que lleva esa cuenta. Ya me imagino a Michelle y a Peter peleándose por ti —rió Karen entonces—. Pero, claro, el señor Jonas tiene que decir la última palabra... aunque estoy segura de que eso es una formalidad. Ven, vamos a su despacho. Espero que se haya recuperado de la última candidata... deberías haber visto su cara cuando abrió la puerta. Culpa mía, claro. Su currículum era buenísimo, pero en realidad no había sitio aquí para ella.
—¿Te importa si te pregunto por qué? La imagen puede ser engañosa. Podría haber tenido mucho talento a pesar de los piercing.
—Y lo tenía. Era una buena diseñadora, pero no habría podido llegar más lejos. Harry quiere que su gente tenga una imagen determinada. Después de todo, un director creativo tiene que tratar con los clientes y algunos de ellos son muy conservadores.
Harry cree que la primera impresión es muy importante y Nick está de acuerdo con él. Y tú, ___(Tn) Denton, causas una buena impresión.
—Pero si voy en vaqueros...
—Vaqueros nuevos —sonrió Karen—. Y me encanta tu pelo. Es divino.
___(Tn) no podría haberse sentido más segura de sí misma.
El destino había sido bueno con ella, por una vez.
Pero cuando el hombre que estaba sentado en el sillón de Harry Wilde levantó la cabeza, su corazón se detuvo.
Oh, no, no, no. ¿Cómo podía ser? La recepcionista había dicho que se llamaba Nick, no Curtis.
Pero era él. Sin ninguna duda. No había olvidado uno solo de sus rasgos. Y, además, iba vestido de la misma forma, con un traje italiano, corbata y camisa blanca.
Cuando los ojos azul cobalto se clavaron en ella lo vio levantar las cejas, sorprendido.
—Sí, estoy de acuerdo —sonrió Karen—. Mucho mejor que la señorita Jaegers. Es ___(Tn) Denton y aquí está su carpeta de trabajo. Le he echado un vistazo y es estupenda, así que os dejo —añadió, volviéndose hacia ___(Tn)—. Tranquila —le dijo en voz baja antes de salir.
Ella se quedó parada en medio del despacho, sin saber qué hacer. El destino no había sido bueno con ella después de todo. Le había presentado la mejor oportunidad de su vida... para arrebatársela después. Porque aquel señor Jonas, se llamara como se llamara, no iba a contratarla.
Si le contaba la verdad, se sentiría humillado y amenazado. Si no le contaba la verdad, tendría que volver a esa otra realidad, más sórdida: que le gustaba muchísimo y que, a pesar de saber que estaba casado, había estado a punto de irse con él a la cama.
No, eso no era así. Si mantenía su trabajo como señuelo en secreto, ella no tenía por qué saber que estaba casado. Al fin y al cabo, no llevaba alianza.
Y en ese caso, ¿cómo iba a explicarle su repentina desaparición?
Decir simplemente que se lo había pensado mejor sonaría... un póco infantil, ¿no? El podría pensar que sólo había querido tomarle el pelo.
También podría decirle que una chica en el lavabo le advirtió que era un hombre casado...
Eso salvaría su orgullo y su reputación, pero difícilmente la de Jonas.
El problema era que, estando casado, le había pedido que se fuera a un hotel con él.
Recordar ese momento provocó un escalofrío que la recorrió de arriba abajo. La atracción salvaje, el deseo que había despertado en ella un completo extraño...
No había salida, excepto la puerta.
—Será mejor que me vaya ahora mismo —consiguió decir—. Devuélveme mi carpeta y me iré.
Las dejo con ganas de saber que va a pasar muahahahaha :twisted:
Espero que les guste el cap mañana o pasado subo otro cap sin falta :D
COMENTEN :D
bye
IDEAS Bárbaras estaba al norte de Sidney, en la tercera planta de un edificio de oficinas no lejos de la estación. Afortunadamente, porque ___(Tn) no tenía coche.
Llegó al vestíbulo muy temprano, con sus mejores vaqueros, una camisa blanca bien planchada y unos mocasines negros de piel. Del brazo llevaba una chaqueta, por si tenían el aire acondicionado a toda marcha, y un maletín en la otra mano.
Se había recogido el pelo en una coleta, con un pañuelo blanco y negro que le había prestado Dora. Apenas llevaba maquillaje y los pendientes eran unas crucecitas de plata.
Y el reloj. Ella no podía vivir sin reloj.
En ese momento, lo estaba mirando. Las diez menos veinte. No pensaba subir a la agencia todavía para que no pensaran que estaba desesperada. Sólo los desesperados llegaban tan pronto. En lugar de eso, fue al lavabo para comprobar de nuevo su aspecto.
En realidad, su imagen sería considerada muy conservadora en el mundo de la publicidad. Pero ella nunca había vestido de forma llamativa, incluso cuando podía hacerlo.
Por fin, salió del lavabo y tomó el ascensor. Llevaba meses sin hacer una entrevista de trabajo y tenía los nervios en el estómago. No porque no se sintiera capacitada. A ella nunca le había faltado confianza en su talento. Pero después de haber hecho tantas entrevistas sin éxito, empezaba a preguntarse si alguna vez iba a encontrar trabajo en su campo.
Aquella era la mejor oportunidad que le habían ofrecido en varios meses.
Cuando salía del ascensor, se preguntó si estarían entrevistando a la otra candidata. Y si los habría impresionado tanto que no se tomarían la molestia de hablar con ella. Con su mala suerte, la recepcionista podría decirle: «Muchas gracias por venir, pero el puesto ya está ocupado».
___(Tn) respiró profundamente, intentando tranquilizarse. A Harry Wilde le había gustado su currículum y tendría la decencia de entrevistarla, por lo menos.
La recepción de Ideas Bárbaras era acorde con su imagen: moderna y llena de color, con las paredes pintadas de rojo, el suelo de mármol negro y enormes sofás de piel beige.
La recepcionista era rubia, pero no exagerada ni muy llamativa. De unos treinta años, llevaba un traje oscuro y la miraba sonriente.
—Hola. Tú debes ser ___(Tn) Denton.
—Sí, soy yo —contestó ella, secándose el sudor de las manos en los vaqueros—. Llego temprano, creo.
—Eso es mejor que llegar tarde. O no venir en absoluto —sonrió la chica—. Voy a llamar a Karen para decirle que estás aquí. Karen es la ayudante personal del señor Wilde —le explicó—. Siéntate un momento, por favor.
—Gracias.
—Ha llegado ___(Tn) Denton, Karen —oyó que decía la recepcionista por teléfono—. Sí... ahora se lo digo.
Ella se había sentado y hacía lo imposible por mostrarse tranquila. Aunque por dentro era un manojo de nervios.
—El señor Jonas no ha terminado la entrevista con la otra candidata y...
—¡El señor Jonas! —exclamó ___(Tn), levantándose de un salto.
—El señor Wilde está de viaje. El señor Jonas se encarga de la agencia hasta que vuelva.
—Ah, ya veo —___(Tn) respiró profundamente. Qué tontería pensar que ese Jonas sería el mismo Jonas del viernes. Jonas no era un apellido tan raro. Además, su señor Jonas era contable. ¿Cómo un contable iba a dirigir una agencia de publicidad, aunque fuese temporalmente?
—Por cierto, me llamo Margaret —dijo la recepcionista—. Será mejor que nos vayamos conociendo. No debería decir esto, pero creo que tú le gustarás más que la chica que está dentro.
—¿Por qué? —preguntó ___(Tn).
No había terminado la frase cuando oyeron un portazo.
—Juzga por ti misma —dijo Margaret en voz baja.
En ese momento, una criatura asombrosa apareció en recepción.
Lo primero que sorprendió a ___(Tn) fue su pelo naranja, que parecía cortado con un hacha. Con un hacha oxidada.
Lo segundo fue la cantidad de pendientes que llevaba en la cara. En las orejas, en la nariz, en las cejas, en los labios, en la barbilla...
A saber qué otras partes de su anatomía llevaba perforadas. Posiblemente, muchas.
Afortunadamente, la chica iba tapada hasta el cuello. Su estilo, sin embargo, era una combinación de punky y siniestro y la ropa parecía sacada de un cubo de la basura. Y las botas militares habían visto días mejores. Muchos días mejores.
—Dile a Harry Wilde que me llame cuando vuelva, si sigue interesado —murmuró aquel miembro de la familia Adams mientras se dirigía al ascensor—. No trabajaría para ese tío aunque fuera el último empleo que quedase en la tierra. No sabe lo que es una persona creativa. No tiene ni idea.
En cuanto desapareció, Margaret miró a ___(Tn)con una sonrisa en los labios.
—¿Lo entiendes ahora? Me parece que tienes el puesto asegurado.
___(Tn) no podía creer que el destino hubiera sido tan amable con ella.
—Eso espero. Necesito este trabajo.
El teléfono sonó inmediatamente.
—Sí, Karen. La mando para allá ahora mismo. Y no te preocupes, ésta sí le gustará —dijo Margaret, antes de colgar—. Te toca. Es la última puerta al final del pasillo.
___(Tn) tragó saliva.
—Una cosa más. ¿Sabes cómo se llama el señor Jonas?
—Nick. ¿Por qué? Ella suspiró, aliviada.
—No, por nada. Conocí a un Jonas una vez y... afortunadamente, no es el mismo.
—Siempre hay uno de ésos en el pasado —rió Margaret.
Cierto. Pero no era en el pasado para ella. Había sido sólo dos días antes y con sólo pensar en él seguía poniéndose a temblar.
Los nervios empezaron a desaparecer al saber que no era Curtis Jonas. Y tampoco podía negar que se alegraba de que la competencia no tuviese nada que hacer. Claramente, Nicholas, de Adstaff, no había aconsejado bien a la del pelo zanahoria. Y si lo había hecho, la chica no había seguido su consejo.
La puerta al final del pasillo era el despacho de la ayudante personal de Harry Wilde. No era tan original como la recepción, pero sí espacioso y moderno. La propia Karen no era lo que esperaba: de unos cuarenta años, era una pelirroja natural, más bien gordita y simpática.
—¡Ah, gracias a Dios! —exclamó al ver a ___(Tn)—. ¿Has visto a la otra?
—Sí, la he visto. Pero la verdad es que no es raro ver gente como ella en el mundo de la publicidad.
Probablemente se cree una artista de vanguardia y tiene que llevar una imagen a juego.
—Aquí no contratamos artistas de vanguardia —bromeó Karen—. Contratamos gente con ideas innovadoras que sabe trabajar. Y que trabaja mucho. ¿Margaret te ha dicho que el señor Wilde está de viaje?
—Sí.
—Mejor. Entonces entenderás por qué yo hago parte de la entrevista. El señor Jonas es un buen director y un motivador excelente, pero no tiene experiencia en el mundo de la publicidad. Yo llevo muchos años con el señor Wilde y sé qué le gusta —murmuró Karen, mirando su currículum—. Y tu currículum me gusta mucho. ¿Podrías enseñarme tu carpeta de trabajo?
___(Tn) sacó del maletín una carpeta que incluía copia de sus mejores trabajos y algunos anuncios propios que haría si la dejaran.
—Ah, éste es buenísimo. Michele, tu jefa, estará encantada contigo. Michele es una de nuestras ejecutivas. Su ayudante dimitió la semana pasada después de un pequeño altercado porque ella le recriminó su falta de motivación... faltaba mucho al trabajo y creemos que tenía un problema con las drogas —suspiró Karen—. El caso es que necesita un buen diseñador gráfico porque tiene que terminar varios encargos antes de Navidad. Además, pedirá un permiso por maternidad dentro de unos meses... va a tener otro niño. Y cuando eso ocurra, esperamos que tú puedas hacer su trabajo. En Adstaff me han dicho que eres una persona ambiciosa y que tu objetivo es ser directora creativa.
—Sí, es verdad. Los diseños al final de la carpeta son ideas originales, no son campañas en las que haya trabajado.
—A ver... —Karen empezó a pasar páginas—. ¿Esto es tuyo, el anuncio de electrodomésticos?
—Sí.
La página tenía un fondo azul fuerte para destacar los electrodomésticos de color blanco. Tumbada encima había una rubia tipo Mae West, con un vestido de noche blanco, acariciando los electrodomésticos con unas manos de uñas muy rojas. Sobre ella, la frase: No son los electrodomésticos de tu vida, sino la vida de tus electrodomésticos, como una parodia de la famosa frase de Mae West:
«No son los hombres de tu vida, sino la vida de tus hombres».
—Es muy bueno —dijo Karen.
___(Tn) sonrió.
—Gracias.
—Tenemos una firma de electrodomésticos como cliente... esto les iría muy bien. Tengo que enseñárselo a Peter, es el que lleva esa cuenta. Ya me imagino a Michelle y a Peter peleándose por ti —rió Karen entonces—. Pero, claro, el señor Jonas tiene que decir la última palabra... aunque estoy segura de que eso es una formalidad. Ven, vamos a su despacho. Espero que se haya recuperado de la última candidata... deberías haber visto su cara cuando abrió la puerta. Culpa mía, claro. Su currículum era buenísimo, pero en realidad no había sitio aquí para ella.
—¿Te importa si te pregunto por qué? La imagen puede ser engañosa. Podría haber tenido mucho talento a pesar de los piercing.
—Y lo tenía. Era una buena diseñadora, pero no habría podido llegar más lejos. Harry quiere que su gente tenga una imagen determinada. Después de todo, un director creativo tiene que tratar con los clientes y algunos de ellos son muy conservadores.
Harry cree que la primera impresión es muy importante y Nick está de acuerdo con él. Y tú, ___(Tn) Denton, causas una buena impresión.
—Pero si voy en vaqueros...
—Vaqueros nuevos —sonrió Karen—. Y me encanta tu pelo. Es divino.
___(Tn) no podría haberse sentido más segura de sí misma.
El destino había sido bueno con ella, por una vez.
Pero cuando el hombre que estaba sentado en el sillón de Harry Wilde levantó la cabeza, su corazón se detuvo.
Oh, no, no, no. ¿Cómo podía ser? La recepcionista había dicho que se llamaba Nick, no Curtis.
Pero era él. Sin ninguna duda. No había olvidado uno solo de sus rasgos. Y, además, iba vestido de la misma forma, con un traje italiano, corbata y camisa blanca.
Cuando los ojos azul cobalto se clavaron en ella lo vio levantar las cejas, sorprendido.
—Sí, estoy de acuerdo —sonrió Karen—. Mucho mejor que la señorita Jaegers. Es ___(Tn) Denton y aquí está su carpeta de trabajo. Le he echado un vistazo y es estupenda, así que os dejo —añadió, volviéndose hacia ___(Tn)—. Tranquila —le dijo en voz baja antes de salir.
Ella se quedó parada en medio del despacho, sin saber qué hacer. El destino no había sido bueno con ella después de todo. Le había presentado la mejor oportunidad de su vida... para arrebatársela después. Porque aquel señor Jonas, se llamara como se llamara, no iba a contratarla.
Si le contaba la verdad, se sentiría humillado y amenazado. Si no le contaba la verdad, tendría que volver a esa otra realidad, más sórdida: que le gustaba muchísimo y que, a pesar de saber que estaba casado, había estado a punto de irse con él a la cama.
No, eso no era así. Si mantenía su trabajo como señuelo en secreto, ella no tenía por qué saber que estaba casado. Al fin y al cabo, no llevaba alianza.
Y en ese caso, ¿cómo iba a explicarle su repentina desaparición?
Decir simplemente que se lo había pensado mejor sonaría... un póco infantil, ¿no? El podría pensar que sólo había querido tomarle el pelo.
También podría decirle que una chica en el lavabo le advirtió que era un hombre casado...
Eso salvaría su orgullo y su reputación, pero difícilmente la de Jonas.
El problema era que, estando casado, le había pedido que se fuera a un hotel con él.
Recordar ese momento provocó un escalofrío que la recorrió de arriba abajo. La atracción salvaje, el deseo que había despertado en ella un completo extraño...
No había salida, excepto la puerta.
—Será mejor que me vaya ahora mismo —consiguió decir—. Devuélveme mi carpeta y me iré.
Las dejo con ganas de saber que va a pasar muahahahaha :twisted:
Espero que les guste el cap mañana o pasado subo otro cap sin falta :D
COMENTEN :D
bye
maru!!
Re: "Amor en Horas de Trabajo"-(Nick y Tu)
aishhh
ccomo la dejas asii!?!?!
jaja era nick el mismo jonas jaja
sigulaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ccomo la dejas asii!?!?!
jaja era nick el mismo jonas jaja
sigulaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
next to you
Re: "Amor en Horas de Trabajo"-(Nick y Tu)
ahhh quiero mas cap!!!!
quiero saber que va a pasar!!!
siguela!!!
quiero saber que va a pasar!!!
siguela!!!
jamileth
Re: "Amor en Horas de Trabajo"-(Nick y Tu)
Maru, mi queridisima Maru... COMO RAYOS TE ATREVES A DEJAR EL CAPITULO AHI?!?!
quiero saber que pasa YA! de verdad niña que si!!!
siguela!!!!!!
P.D.: me encanto el cap
quiero saber que pasa YA! de verdad niña que si!!!
siguela!!!!!!
P.D.: me encanto el cap
eli_jonatika
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