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"Amor en Horas de Trabajo"-(Nick y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Amor en Horas de Trabajo"-(Nick y Tu)
Capítulo 6
Nick raramente tenía miedo, pero lo tenía en aquel momento. Aquella chica iba a plantarlo... ¡otra vez!
No podía permitírselo después de haberla encontrado. La idea de no volver a verla le había perseguido durante todo el fin de semana.
Por supuesto, le gustaría saber por qué lo había plantado en el bar. La única razón que se le ocurría era que se lanzó demasiado rápido.
Pero ahora no sabía qué pensar.
Sin embargo, nada había cambiado desde el viernes por la noche. Ver aquellos ojos increíbles lo devolvía a la pista de baile, consumido por el deseo de llevarla a la cama.
¿A la cama? Esa idea lo hizo reír. La cama estaba muy lejos. La pasión que provocaba en él esa mujer demandaba algo mucho más rápido: una pared, el suelo, incluso el escritorio.
Nick tragó saliva. Se estaba volviendo loco. Y volvería a perderla si ella adivinaba lo que estaba pensando.
—Lo del viernes no tiene importancia alguna —le dijo, con asombrosa compostura—. Ahora estamos hablando de trabajo. Aunque quizá deberíamos quitarnos de en medio el pasado... ¿te importaría sentarte y decirme por qué te fuiste?
Ella no se movió. Nick intentaba no mirarla de arriba abajo, pero era una mujer magnífica. Y tan sexy con esos vaqueros que era un crimen.
—¿Para qué? —preguntó ___(Tn) entonces—. No puedo trabajar para ti. Supongo que estarás de acuerdo.
No lo estaba, pero quizá ella temía que la acosara. Y quizá con razón, a juzgar por cómo la deseaba en aquel momento. Pero podía controlarse cuando era necesario. Lo último que deseaba era asustarla. Hacía mucho tiempo que no sentía por una mujer lo que había sentido por ella el viernes por la noche. En realidad, no recordaba haber sentido nunca lo que sintió el viernes.
Normalmente, podía controlar sus instintos, analizar la situación, usar el juicio crítico para saber si el objeto de su deseo era o no una pérdida de tiempo.
Pero no había sido así en aquella ocasión.
Quizá por eso lo había obsesionado durante todo el fin de semana. No sabía nada sobre ella, excepto que había ido sola a un bar, vestida para matar. Y ésa no era una gran recomendación.
Y, aun así, seguía deseándola como un loco.
Pero no pensaba dejarla escapar por segunda vez. Quería experimentar la magia que había sentido en sus brazos una vez más. Y sería una pena que no lo llevara a ninguna parte. Estaba harto de pensar en el futuro, de planearlo todo. Había olvidado lo interesante que era actuar de forma impulsiva y su vida empezaba a convertirse en un aburrimiento.
Deseaba a aquella mujer e iba a tenerla, fuera buena para él o no.
—Pero, en realidad, no trabajarás para mí —le dijo—. Trabajarás para Harry Wilde. Yo sólo estaré aquí durante el mes de diciembre. Después, cualquier relación profesional entre nosotros habrá terminado.
Ella seguía mirándolo con expresión recelosa... ¿Por qué? Le gustaba, pensó entonces. El viernes había sentido lo mismo que él... hasta que fue al lavabo.
Y Nick se quedó helado cuando no volvió a aparecer.
—¿Qué pasó el viernes? ¿Por qué cambiaste de opinión?
—Pues...
Colorada hasta la raíz del pelo resultaba encantadora. Quizá no era una calentona como había pensado. Ni una chica alegre, de las que van de bares los fines de semana buscando una diversión barata.
—No es un delito cambiar de opinión, ___(Tn). Aunque a él se lo pareció el viernes. Se puso furioso al ver que no aparecía.
—No cambié de opinión —dijo ella entonces.
—¿Entonces?
___(Tn) decidió que tenía que encontrar una explicación o parecería una tonta.
—Una chica... en el lavabo, me dijo que estabas casado —contestó a toda velocidad—. Yo... no me acuesto con hombres casados.
Sin duda, la excusa lo había sorprendido porque parpadeó un par de veces. Y luego hizo una cosa extrañísima.
Sonrió.
—Casado —murmuró, con una risita—. ¿Cómo no se me había ocurrido antes? ¡Casado! —repitió, soltando una carcajada.
—A mí no me hace ninguna gracia —le espetó ___(Tn). Mucha gente joven se tomaba el estado civil a broma, pero ella no.
—Ah, pero es que tiene mucha gracia. Yo no estoy casado —dijo Nick entonces—. El que está casado es mi hermano. Mi hermano gemelo. Somos gemelos idénticos. Lleva algún tiempo yendo a ese bar, así que es comprensible que una chica lo haya confundido conmigo.
___(Tn) abrió la boca y la volvió a cerrar. El hombre con el que había tonteado, el hombre al que había deseado con todas sus fuerzas el viernes por la noche, no era el hombre que Jack Keegan le había marcado como objetivo.
Aunque la revelación era asombrosa, explicaba las pequeñas diferencias: el corte de pelo, el color de los ojos... y su personalidad. El hombre de la fotografía parecía más suave.
Y no había nada suave en Nick Jonas
Entonces se dio cuenta de algo, mucho más importante: Nick Jonas era soltero. Y disponible. No había ninguna razón para no decirle que sí, si le pedía que saliera con él.
Y lo haría. Podía verlo en sus ojos.
Un cosquilleo ¿o era un escalofrío? recorrió su espalda. Y ella que había decidido no complicarse la vida con un hombre...
Por supuesto, no había anticipado que sería ese hombre. Nick Jonas era completamente diferente.
—Entonces, ¿no estás casado?
—No. Me divorcié hace unos meses.
Esa noticia no la emocionó. No sabía por qué. Quizá porque sabía que los hombres recién divorciados sólo buscaban una cosa. Era como si, después de haberse separado de sus mujeres, sólo tuvieran sexo en la cabeza. Había conocido a muchos en el restaurante y, normalmente, le daba asco cómo la miraban, como si fuera un trozo de carne.
¿Era eso lo que Nick Jonas había pensado el viernes por la noche, que era un trozo de carne? Había ido sola al bar... ¿Por qué iría una chica sola a un bar más que para conocer a un hombre? Y la única excusa que le había dado para no irse con él era que lo creía un hombre casado.
Ahora que sabía que no lo era, debía pensar que se acostaría con él a la primera oportunidad.
—No estoy casado, no tengo hijos y no tengo novia. Para que no haya más malentendidos.
___(Tn) parpadeó. Eso era poner las cartas sobre la mesa. ¡Sólo faltaba que le dijera que no tenía ninguna enfermedad contagiosa!
—¿Ahora quieres trabajar aquí?
—¿Me estás ofreciendo el puesto?
—Claro que sí.
—¡Pero si ni siquiera has mirado mi carpeta de trabajo!
—No hace falta. Confío en el criterio de Karen. Ella tiene más experiencia que yo en este campo. Sólo quería verte en persona, para ver si tenías el estilo y la presencia que Harry exige de sus empleados.
___(Tn) arrugó el ceño. «En persona». Quizá no le ofrecía el trabajo por su talento creativo, sino porque quería verla más «de cerca».
Pero si era sincera consigo misma, ella quería lo mismo. Cada vez que la miraba, y la miraba todo el tiempo, no podía pensar más que en estar entre sus brazos otra vez.
¿No había llegado a la conclusión de que necesitaba a un hombre en su vida? ¿Un novio, un amante? ¿Por qué no Nick Jonas? No estaba casado y era un hombre tremendamente interesante. Sería una locura luchar contra una atracción tan fuerte como aquélla.
—Aunque te estuviera comparando con la otra candidata, estaría muy contento de ofrecerte el puesto —siguió él—. Si sigues interesada, claro está.
___(Tn) sospechaba que le estaba preguntando si seguía interesada en él, además del trabajo.
—Sí, claro que sí —contestó. Sería hipócrita decir otra cosa.
—Muy bien —sonrió Nick.
Era muy listo. E increíblemente seguro de sí mismo.
La excitaba y la ponía nerviosa a la vez. Una extraña combinación. Siempre le habían atraído los hombres fuertes, pero Nick Jonas representaba algo más que fuerza física. Tenía un carisma excepcional y un magnetismo turbador. Su mirada de acero tenía la capacidad de robarle la fuerza de voluntad, pero era su sonrisa lo que más daño podía hacer. Sospechaba que, si se convertían en amantes, podría obligarla a «hacer» cosas. Cosas salvajes. Cosas perversas.
Ese pensamiento envió un escalofrío erótico por su espalda. De repente, se le doblaron las rodillas.
—Yo... será mejor que me siente.
Cuando levantó la cabeza, después de cruzar las piernas primorosamente, él estaba mirando su currículum.
—Veo que eres madre soltera.
___(Tn) levantó la barbilla.
—¿Algún problema?
—En absoluto. Admiro a una mujer que puede hacerse cargo de un hijo sin contar con nadie.
—¿Quiero decir si es un problema para ocupar el puesto de trabajo?
—No tiene por qué serlo. Tu hija va a una guardería, ¿no?
—Así es. Pero algún día podría tener que quedarme en casa, si está enferma. O si ocurre alguna emergencia.
—Las condiciones laborales en Ideas Bárbaras son muy flexibles. Lo único que se exige es que el trabajo esté hecho y que se acuda a las reuniones. Tu jefa también tiene una hija y está esperando otro, así que supongo que será comprensiva. Y hablando de Michele, lo mejor será que te la presente. Llamó antes para decir que necesitaba a alguien en el ordenador de inmediato.
—¿Quieres que empiece ahora mismo? —preguntó ___(Tn)
El levantó una ceja.
—¿Alguna razón para no hacerlo?
—No, supongo que no. Pero tendré que llamar a la guardería para decirles que iré un poco más tarde a recoger a Emily.
—¿Eso es un problema?
—No, pero... no sé a qué hora salen los trenes... tengo que ir a buscarla antes de las seis.
—¿No tienes coche?
—No —contestó ___(Tn)—. No puedo permitírmelo.
—Pues ahora podrás. Tu salario es de sesenta y cinco mil dólares al año.
___(Tn) se quedó sin aire en los pulmones.
—Lo dirás de broma. ¿Sesenta y cinco mil dólares al año?
Antes de tener a Emily sólo ganaba cuarenta mil.
—Tu salario será revisado una vez al año, con posibles aumentos dependiendo de los resultados.
—Pero eso es increíble.
—No te preocupes. Tendrás que demostrar lo que vales.
—Lo haré.
Sus ojos se encontraron una vez más y ___(Tn) se preguntó si, de nuevo, la conversación tenía un doble sentido. Esperaba que no. No quería pensar que, bajo esa impresionante fachada, Nick Jonas no era más que otro aprovechado.
—Podrías alquilar un coche. Curtis siempre dice que alquilar es la opción más sensata en los negocios. Mi hermano es contable.
___(Tn) ya lo sabía, aunque no podía decírselo. ¿En qué trabajaría Nick Jonas? Karen le había dicho que era un buen director y un buen motivador. Pero, ¿para qué empresa?
—Sólo tienes que decirme qué clase de coche quieres.
—Yo... la verdad es que no lo sé. Tengo que pensármelo.
—Si me dices el modelo por la mañana, podría estar listo por la tarde. Mientras tanto, no me importa llevarte a casa.
___(Tn) lo miró. Desde luego, no perdía el tiempo.
—No hace falta. Puedo llamar alguien para que vaya a buscar a Emily.
—¿Un amigo?
La pregunta parecía sin importancia, pero había curiosidad en sus ojos. Era una locura pensar que estaba celoso, pero tenía la impresión de que así era.
—No —contestó ___(Tn)—. Es una señora mayor, mi casera. Y también una buena amiga.
—No me importa llevarte a casa. Además, me gustaría tener la oportunidad de hablar contigo fuera de la oficina.
—Muy bien —asintió ella, un poco incómoda—. Gracias.
—De nada —sonrió Nick.
___(Tn) contuvo un suspiro. Era guapísimo. ¿Cómo iba a decirle que no?
Pero no quería que pensara que era presa fácil.
Ella sabía lo que muchos hombres pensaban de las madres solteras. Las consideraban desesperadas. Desesperadas por tener compañía, por encontrar a un hombre que pudiera ofrecerles la seguridad económica que, evidentemente, no les había ofrecido el padre de su hijo.
Pero ella no era así. Ella siempre se había enorgullecido de ser autosuficiente. Después de Lyall, no había querido apoyarse en un hombre para nada. Ni siquiera para el sexo.
Hasta que conoció a Nick Jonas.
Ahora no dejaba de pensar en él. Y estaba deseando que la llevara a casa. Se le puso piel de gallina sólo de pensarlo.
Cuando debería estar concentrándose en el magnífico puesto de trabajo que acababa de ofrecerle...
—Ahora que ya está decidido, debería empezar a trabajar, ¿no crees?
El se levantó despacio, abotonándose la chaqueta.
Era un hombre alto, fuerte, con unos hombros anchísimos.
Desnudo sería impresionante.
___(Tn) contuvo un suspiro. Estaba metida en un lío, en un buen lío.
—Por aquí —dijo Nick, señalando la puerta.
Afortunadamente, no la tocó. Pero su mirada la ponía nerviosa.
No era totalmente diferente a los otros divorciados que la perseguían en el restaurante, pensó. La diferencia estaba en ella. Los otros no la hacían temblar con una mirada, no la hacían olvidar los consejos de su madre sobre los hombres.
No, eso no era verdad. No había olvidado los consejos de su madre. Sabía lo que Nick Jonas quería.
La diferencia era que ella quería exactamente lo mismo.
ESPERO QUE LES GUSTE EL CAP :D
COMENTEN
Byeeeeeeeeeeee :D
Nick raramente tenía miedo, pero lo tenía en aquel momento. Aquella chica iba a plantarlo... ¡otra vez!
No podía permitírselo después de haberla encontrado. La idea de no volver a verla le había perseguido durante todo el fin de semana.
Por supuesto, le gustaría saber por qué lo había plantado en el bar. La única razón que se le ocurría era que se lanzó demasiado rápido.
Pero ahora no sabía qué pensar.
Sin embargo, nada había cambiado desde el viernes por la noche. Ver aquellos ojos increíbles lo devolvía a la pista de baile, consumido por el deseo de llevarla a la cama.
¿A la cama? Esa idea lo hizo reír. La cama estaba muy lejos. La pasión que provocaba en él esa mujer demandaba algo mucho más rápido: una pared, el suelo, incluso el escritorio.
Nick tragó saliva. Se estaba volviendo loco. Y volvería a perderla si ella adivinaba lo que estaba pensando.
—Lo del viernes no tiene importancia alguna —le dijo, con asombrosa compostura—. Ahora estamos hablando de trabajo. Aunque quizá deberíamos quitarnos de en medio el pasado... ¿te importaría sentarte y decirme por qué te fuiste?
Ella no se movió. Nick intentaba no mirarla de arriba abajo, pero era una mujer magnífica. Y tan sexy con esos vaqueros que era un crimen.
—¿Para qué? —preguntó ___(Tn) entonces—. No puedo trabajar para ti. Supongo que estarás de acuerdo.
No lo estaba, pero quizá ella temía que la acosara. Y quizá con razón, a juzgar por cómo la deseaba en aquel momento. Pero podía controlarse cuando era necesario. Lo último que deseaba era asustarla. Hacía mucho tiempo que no sentía por una mujer lo que había sentido por ella el viernes por la noche. En realidad, no recordaba haber sentido nunca lo que sintió el viernes.
Normalmente, podía controlar sus instintos, analizar la situación, usar el juicio crítico para saber si el objeto de su deseo era o no una pérdida de tiempo.
Pero no había sido así en aquella ocasión.
Quizá por eso lo había obsesionado durante todo el fin de semana. No sabía nada sobre ella, excepto que había ido sola a un bar, vestida para matar. Y ésa no era una gran recomendación.
Y, aun así, seguía deseándola como un loco.
Pero no pensaba dejarla escapar por segunda vez. Quería experimentar la magia que había sentido en sus brazos una vez más. Y sería una pena que no lo llevara a ninguna parte. Estaba harto de pensar en el futuro, de planearlo todo. Había olvidado lo interesante que era actuar de forma impulsiva y su vida empezaba a convertirse en un aburrimiento.
Deseaba a aquella mujer e iba a tenerla, fuera buena para él o no.
—Pero, en realidad, no trabajarás para mí —le dijo—. Trabajarás para Harry Wilde. Yo sólo estaré aquí durante el mes de diciembre. Después, cualquier relación profesional entre nosotros habrá terminado.
Ella seguía mirándolo con expresión recelosa... ¿Por qué? Le gustaba, pensó entonces. El viernes había sentido lo mismo que él... hasta que fue al lavabo.
Y Nick se quedó helado cuando no volvió a aparecer.
—¿Qué pasó el viernes? ¿Por qué cambiaste de opinión?
—Pues...
Colorada hasta la raíz del pelo resultaba encantadora. Quizá no era una calentona como había pensado. Ni una chica alegre, de las que van de bares los fines de semana buscando una diversión barata.
—No es un delito cambiar de opinión, ___(Tn). Aunque a él se lo pareció el viernes. Se puso furioso al ver que no aparecía.
—No cambié de opinión —dijo ella entonces.
—¿Entonces?
___(Tn) decidió que tenía que encontrar una explicación o parecería una tonta.
—Una chica... en el lavabo, me dijo que estabas casado —contestó a toda velocidad—. Yo... no me acuesto con hombres casados.
Sin duda, la excusa lo había sorprendido porque parpadeó un par de veces. Y luego hizo una cosa extrañísima.
Sonrió.
—Casado —murmuró, con una risita—. ¿Cómo no se me había ocurrido antes? ¡Casado! —repitió, soltando una carcajada.
—A mí no me hace ninguna gracia —le espetó ___(Tn). Mucha gente joven se tomaba el estado civil a broma, pero ella no.
—Ah, pero es que tiene mucha gracia. Yo no estoy casado —dijo Nick entonces—. El que está casado es mi hermano. Mi hermano gemelo. Somos gemelos idénticos. Lleva algún tiempo yendo a ese bar, así que es comprensible que una chica lo haya confundido conmigo.
___(Tn) abrió la boca y la volvió a cerrar. El hombre con el que había tonteado, el hombre al que había deseado con todas sus fuerzas el viernes por la noche, no era el hombre que Jack Keegan le había marcado como objetivo.
Aunque la revelación era asombrosa, explicaba las pequeñas diferencias: el corte de pelo, el color de los ojos... y su personalidad. El hombre de la fotografía parecía más suave.
Y no había nada suave en Nick Jonas
Entonces se dio cuenta de algo, mucho más importante: Nick Jonas era soltero. Y disponible. No había ninguna razón para no decirle que sí, si le pedía que saliera con él.
Y lo haría. Podía verlo en sus ojos.
Un cosquilleo ¿o era un escalofrío? recorrió su espalda. Y ella que había decidido no complicarse la vida con un hombre...
Por supuesto, no había anticipado que sería ese hombre. Nick Jonas era completamente diferente.
—Entonces, ¿no estás casado?
—No. Me divorcié hace unos meses.
Esa noticia no la emocionó. No sabía por qué. Quizá porque sabía que los hombres recién divorciados sólo buscaban una cosa. Era como si, después de haberse separado de sus mujeres, sólo tuvieran sexo en la cabeza. Había conocido a muchos en el restaurante y, normalmente, le daba asco cómo la miraban, como si fuera un trozo de carne.
¿Era eso lo que Nick Jonas había pensado el viernes por la noche, que era un trozo de carne? Había ido sola al bar... ¿Por qué iría una chica sola a un bar más que para conocer a un hombre? Y la única excusa que le había dado para no irse con él era que lo creía un hombre casado.
Ahora que sabía que no lo era, debía pensar que se acostaría con él a la primera oportunidad.
—No estoy casado, no tengo hijos y no tengo novia. Para que no haya más malentendidos.
___(Tn) parpadeó. Eso era poner las cartas sobre la mesa. ¡Sólo faltaba que le dijera que no tenía ninguna enfermedad contagiosa!
—¿Ahora quieres trabajar aquí?
—¿Me estás ofreciendo el puesto?
—Claro que sí.
—¡Pero si ni siquiera has mirado mi carpeta de trabajo!
—No hace falta. Confío en el criterio de Karen. Ella tiene más experiencia que yo en este campo. Sólo quería verte en persona, para ver si tenías el estilo y la presencia que Harry exige de sus empleados.
___(Tn) arrugó el ceño. «En persona». Quizá no le ofrecía el trabajo por su talento creativo, sino porque quería verla más «de cerca».
Pero si era sincera consigo misma, ella quería lo mismo. Cada vez que la miraba, y la miraba todo el tiempo, no podía pensar más que en estar entre sus brazos otra vez.
¿No había llegado a la conclusión de que necesitaba a un hombre en su vida? ¿Un novio, un amante? ¿Por qué no Nick Jonas? No estaba casado y era un hombre tremendamente interesante. Sería una locura luchar contra una atracción tan fuerte como aquélla.
—Aunque te estuviera comparando con la otra candidata, estaría muy contento de ofrecerte el puesto —siguió él—. Si sigues interesada, claro está.
___(Tn) sospechaba que le estaba preguntando si seguía interesada en él, además del trabajo.
—Sí, claro que sí —contestó. Sería hipócrita decir otra cosa.
—Muy bien —sonrió Nick.
Era muy listo. E increíblemente seguro de sí mismo.
La excitaba y la ponía nerviosa a la vez. Una extraña combinación. Siempre le habían atraído los hombres fuertes, pero Nick Jonas representaba algo más que fuerza física. Tenía un carisma excepcional y un magnetismo turbador. Su mirada de acero tenía la capacidad de robarle la fuerza de voluntad, pero era su sonrisa lo que más daño podía hacer. Sospechaba que, si se convertían en amantes, podría obligarla a «hacer» cosas. Cosas salvajes. Cosas perversas.
Ese pensamiento envió un escalofrío erótico por su espalda. De repente, se le doblaron las rodillas.
—Yo... será mejor que me siente.
Cuando levantó la cabeza, después de cruzar las piernas primorosamente, él estaba mirando su currículum.
—Veo que eres madre soltera.
___(Tn) levantó la barbilla.
—¿Algún problema?
—En absoluto. Admiro a una mujer que puede hacerse cargo de un hijo sin contar con nadie.
—¿Quiero decir si es un problema para ocupar el puesto de trabajo?
—No tiene por qué serlo. Tu hija va a una guardería, ¿no?
—Así es. Pero algún día podría tener que quedarme en casa, si está enferma. O si ocurre alguna emergencia.
—Las condiciones laborales en Ideas Bárbaras son muy flexibles. Lo único que se exige es que el trabajo esté hecho y que se acuda a las reuniones. Tu jefa también tiene una hija y está esperando otro, así que supongo que será comprensiva. Y hablando de Michele, lo mejor será que te la presente. Llamó antes para decir que necesitaba a alguien en el ordenador de inmediato.
—¿Quieres que empiece ahora mismo? —preguntó ___(Tn)
El levantó una ceja.
—¿Alguna razón para no hacerlo?
—No, supongo que no. Pero tendré que llamar a la guardería para decirles que iré un poco más tarde a recoger a Emily.
—¿Eso es un problema?
—No, pero... no sé a qué hora salen los trenes... tengo que ir a buscarla antes de las seis.
—¿No tienes coche?
—No —contestó ___(Tn)—. No puedo permitírmelo.
—Pues ahora podrás. Tu salario es de sesenta y cinco mil dólares al año.
___(Tn) se quedó sin aire en los pulmones.
—Lo dirás de broma. ¿Sesenta y cinco mil dólares al año?
Antes de tener a Emily sólo ganaba cuarenta mil.
—Tu salario será revisado una vez al año, con posibles aumentos dependiendo de los resultados.
—Pero eso es increíble.
—No te preocupes. Tendrás que demostrar lo que vales.
—Lo haré.
Sus ojos se encontraron una vez más y ___(Tn) se preguntó si, de nuevo, la conversación tenía un doble sentido. Esperaba que no. No quería pensar que, bajo esa impresionante fachada, Nick Jonas no era más que otro aprovechado.
—Podrías alquilar un coche. Curtis siempre dice que alquilar es la opción más sensata en los negocios. Mi hermano es contable.
___(Tn) ya lo sabía, aunque no podía decírselo. ¿En qué trabajaría Nick Jonas? Karen le había dicho que era un buen director y un buen motivador. Pero, ¿para qué empresa?
—Sólo tienes que decirme qué clase de coche quieres.
—Yo... la verdad es que no lo sé. Tengo que pensármelo.
—Si me dices el modelo por la mañana, podría estar listo por la tarde. Mientras tanto, no me importa llevarte a casa.
___(Tn) lo miró. Desde luego, no perdía el tiempo.
—No hace falta. Puedo llamar alguien para que vaya a buscar a Emily.
—¿Un amigo?
La pregunta parecía sin importancia, pero había curiosidad en sus ojos. Era una locura pensar que estaba celoso, pero tenía la impresión de que así era.
—No —contestó ___(Tn)—. Es una señora mayor, mi casera. Y también una buena amiga.
—No me importa llevarte a casa. Además, me gustaría tener la oportunidad de hablar contigo fuera de la oficina.
—Muy bien —asintió ella, un poco incómoda—. Gracias.
—De nada —sonrió Nick.
___(Tn) contuvo un suspiro. Era guapísimo. ¿Cómo iba a decirle que no?
Pero no quería que pensara que era presa fácil.
Ella sabía lo que muchos hombres pensaban de las madres solteras. Las consideraban desesperadas. Desesperadas por tener compañía, por encontrar a un hombre que pudiera ofrecerles la seguridad económica que, evidentemente, no les había ofrecido el padre de su hijo.
Pero ella no era así. Ella siempre se había enorgullecido de ser autosuficiente. Después de Lyall, no había querido apoyarse en un hombre para nada. Ni siquiera para el sexo.
Hasta que conoció a Nick Jonas.
Ahora no dejaba de pensar en él. Y estaba deseando que la llevara a casa. Se le puso piel de gallina sólo de pensarlo.
Cuando debería estar concentrándose en el magnífico puesto de trabajo que acababa de ofrecerle...
—Ahora que ya está decidido, debería empezar a trabajar, ¿no crees?
El se levantó despacio, abotonándose la chaqueta.
Era un hombre alto, fuerte, con unos hombros anchísimos.
Desnudo sería impresionante.
___(Tn) contuvo un suspiro. Estaba metida en un lío, en un buen lío.
—Por aquí —dijo Nick, señalando la puerta.
Afortunadamente, no la tocó. Pero su mirada la ponía nerviosa.
No era totalmente diferente a los otros divorciados que la perseguían en el restaurante, pensó. La diferencia estaba en ella. Los otros no la hacían temblar con una mirada, no la hacían olvidar los consejos de su madre sobre los hombres.
No, eso no era verdad. No había olvidado los consejos de su madre. Sabía lo que Nick Jonas quería.
La diferencia era que ella quería exactamente lo mismo.
ESPERO QUE LES GUSTE EL CAP :D
COMENTEN
Byeeeeeeeeeeee :D
maru!!
Re: "Amor en Horas de Trabajo"-(Nick y Tu)
si me encanto el papitulo.. y la va a llevar :) jaja
siguela!!!!
siguela!!!!
zai
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