Butterflies and Bullets.|Novela Colectiva

Capitulo 001. +

El trabajo menos elocuente que puedes conseguir jamás. Ni siquiera sé ¡¿en que estaba pensando?! O ¿en qué estoy metido?.

Todo lo que necesitaba era un empleo, de medio, largo, o corto tiempo. Cuando te gastas el dinero que tus padres te mandan para estudiar y quedas en la banca rota, hasta vender galletas es una buena opción. Pero, ¿esto?. Y si soy sincero el ambiente del tétrico cafetín, no ayudaba.  

—Entonces, ¿Aceptarás?—preguntó por segunda vez, aquel hombre, que curiosamente sentía que lo conocía. Corpulento, tez blanca, cabello marrón casi rojizo.

Resoplé. —¿Cuánto dice que ganaré?—me atreví a preguntar. Algo habitual en mí, responder una pregunta con otra pregunta.

Parecía que ya me entendía con el viejo, éste soltó una risa. Seguidamente tomó un maletín, que yacía recostado de una de las sillas, sacó un sobre amarillento y me lo pasó.

Con cierta duda lo miré, pero a la final lo terminé tomando. Lo abrí con cierto recelo, pero una sonrisa se dibujó en mi rostro al ver el contenido.

—Acepto—Concluí. El hombre también sonrió victorioso—Usted, sólo diga la hora y…

—Hoy—contestó al instante.

—Sí, ya sab...—paré en seco, ¿había escuchado mal?, ¡¿hoy?!.Que tan urgente puede ser un estúpido viaje.

—¿Hoy?—solté de repente.

—Así es, necesito alejar a mi hija de este país lo más pronto posible—finalizó mi interlocutor.

—Está bien, en unas horas estaré en el sitio acordado. Su hija estará segura—dije tratando de sonar serio y comprometido. Pero, francamente me oía ridículo. Y que me haya levantado y estrechado una última vez más la mano de aquel hombre no lo hacía más varonil o formal.


Las tormentosas agujas del reloj no paraban de moverse. Momento, ¿desde cuándo, yo uso algo tan insignificante, cómo un artefacto de muñeca?

Las 4:00 pm, la parte de afuera, no es muy cómoda que digamos, aunque, la casa es impresionante, de 2 plantas, un enrejado muy bien incursionado, una piscina y un jardín adornan la parte delantera de la casa. Con una casa así, una fiesta al estilo proyecto X, no estaría nada mal.

Dejé de observar la casa cuando de la misma salían, mí ahora jefe, y una chica alta, cabello rojizo, llevaba unos shorts blancos al tope de las rodillas, una sencilla blusa verde y unos tenis.Y claro una maleta color rojo. Simplemente hermosa, la seguí con la mirada, y fue un largo tiempo, porque la distancia entre la puerta de la casa hasta el portón de la entrada era bastante largo. Mientras más se acercaban, me daba la impresión de que ya la conocía.
De repente, el portón se abrió sacándome de mis pensamientos.

—Señor—saludé, fijando mí vista en él y después en su hija, quien estaba bastante molesta.

—No es seguro, que estemos aquí—dijo bajando su tono de voz, ¿a qué vino eso?, éste tipo sí que es paranoico.

—Cariño recuerda lo que hablamos—agregó dirigiéndose a su hija, luego fijó su vista en mí—Tomlinson, has bien tu trabajo, en la guatera del carro, están 2 pasajes, directo a Londres, no levanten mucho las miradas—concluyó.

—Así será señor—dije—Vamos ehh...—hasta ahora no me había preocupado por aprender el nombre de la chica.
Pero no respondió, me miró como si quisiera ahorcarme, ni siquiera se despidió de su padre. Sólo, se dirigió hacia el auto, que estaba frente de nosotros, abrió la puerta del copiloto y se subió.
Me despedí con un leve movimiento de cabeza de mi jefe. Y me dirigí al auto. Cuando subí, se podía sentir el tenso ambiente. No decía nada solo miraba  sus uñas. Arranque, unos pocos minutos de silencio y parecían años.

—Ehhh… ¿Quieres escuchar algo de…Ya sabes…Música?—Pregunté rompiendo ese incomodo silencio. Ella me dirigió una mirada cargada de enojo. Pero observé detalladamente esos ojos color miel. Preciosos.

— ¿Qué pretendes con esto? ¿Por qué lo haces?, Se cuidarme sola, y que mi papá te haya ofrecido dinero, para que me saques de aquí, no significa que no haya olvidado lo que hiciste—Espetó elevando su voz.

—Aguarda, ¿Qué?—me extrañé ante lo que había dicho, acaso nos conocíamos. Imposible, jamás la había visto.

—Me lo esperaba, tan fácil olvidas, Tommo— pronunció cada palabra con mucha ironía. Al instante reaccioné, me llamó Tommo, sólo pocas personas me decían así y más cuando la que invento ese apodo fue… ¡Claro!,¿ cómo pude olvidarlo?

—Tu, eras la amiga de Claudia—atiné a decir como si fuera descubierto América.

—Dalia—corrigió ella, con su mirada más severa que al principio—Veo que nunca aprendiste su nombre, y para ir a revolcarte con otra también la olvidaste—aseveró.

—De verdad lo siento, pero eso pasó ya hace mucho tiempo. Y lo que paso con Clau...digo Dalia fue algo entre ella y yo, ahora te recuerdo que si vamos a Londres, es porque aquí puedes morir—Hablé con la intención de por lo menos se serenara.

— ¿Qué?—su cara de confusión hizo que también frunciera el ceño.

— ¿No sabes nada verdad?—inquirí

—Él que no sabe eres tú, abandonar tu vida, tu ciudad, tus amigos, porque resulta que tu padre siempre trabajo de encubierto en la CIA, no creo que eso sea no saber nada—ironizó, vaya esta chica sí que es dura.  

—De acuerdo, aunque ya que sabes que no soy tu enemigo, tratemos de llevar la paz en el camino—dije lanzándole mi mejor sonrisa coqueta.

— ¿Quién dijo que no eras mi enemigo?—contestó retándome—Te aligeraré el trabajo, yo me quedo en una ruta muy cerca de aquí y tú haces como que si me llevaste a Londres—propuso.

—Estás loca, tú papá dijo que me mataría, de una forma que de verdad no quiero recordar, tu vienes Europa quieras o no, no por tu bien por el mío— afirmé volviendo mi vista al volante.

—Veremos qué piensas cuando veamos a las otras chicas—respondió con desdén

— ¿Qué otras chicas?— no sé porque seguía sacándole conversación.

—No las conozco, pero son las hijas de los compañeros de mi papá, mientras hurgaba en su oficina, vi unas fotos de 8 chicas que al parecer también “escapan”, no creo que sea bajo su propia voluntad— respondió sin mirarme. Bien, sea o no sea cierto no me frenaré por otras caprichosas al fin y al cabo me están pagando es por una sola. Espero no matarla antes de llegar, si es que, ella no me mata a mí o los  maniáticos del país nos matan a nosotros. Lo que ocurra primero.