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[Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
O W N :: Archivos :: Canceladas
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Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
siguelaaaaa
lorenitajonas
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
siguela quiero capitulo :(
lorenitajonas
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
Que bueno k regresaste
Siguela!!!!
Siguela!!!!
joenatik
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
yo tambien quiero cap :(
Suzzey
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
veo que sigues como los magos apareces y desapareces por favor siguela pronto me matan las ganas de leer otro capitulo de tu nove :( :( :sad:
lorenitajonas
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
siguelaaaaa
lorenitajonas
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
Porque ya no la sigues
Suzzey
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
No me odien, chicas pero es que ahora voy a la universidad y nos ponen bien difíciles los horarios durante la semana. No obstante la nove se esta terminando y acá traigo un nuevo capítulo que no es así como de color de rosas pero espero que les guste :) Gracias por comentar y esperarme a que publique, son las mejores.
Y luego todo fue peor, regresar a América con completos desconocidos e intentar encajar en la familia de los Jonas. ¿Qué habría sido de ellos sin los Jonas? Dios vaya a saber, pero sin duda no pudo elegir mejor lugar para ellos.
Dylan daba vueltas en la cama con su mente a mil por horas pensando en cómo sería su vida y la de sus hermanos si Jazmín los hubiera criado. ¿Serían felices? ¿Se sentirían amados? ¿Estarían juntos? Jamás lo sabría.
Si bien él era más frágil en cuanto a salud se hablara, también tenía una fuerza espiritual de hierro. Cuando la nueva familia intentaba contenerlos de pequeños y Tom lloraba en sus rodillas, Dylan solo le limitaba a acariciar su espalda temblorosa y a asegurarle que estarían bien. Ni una sola vez Dylan se derrumbo frente a Tom, Dean o Macy. Nunca, él siempre era la roca de su mellizo, él siempre juntaría las piezas rotas de los demás corazones aunque el suyo estuviera hecho añicos.
Luego, sin saber cómo o cuando, mucho menos porque, se sintió a gusto con aquellos extraños que le brindaban todo sin pedirle nada a cambio. Siempre tenía una sonrisa de parte de Joe y un beso tierno por las mañanas con un desayuno de dioses de parte de ______ (Tu). Dylan no podía pedir nada mejor… bueno, a lo mejor tener a su madre biológica. Pero eso era otra historia. Su madre los había abandonado ¡Por diez años! Y ________ (Tu) no tuvo problemas en esforzarse una y otra vez para ganarse ese lugar. No sentir presión fue bueno.
Unos piecitos hacían rechinar la madera del piso al otro lado del pasillo. Dylan podía contar cuantos le faltaban a Lucie para que tocara a su puerta que era la última del pasillo.
Cuatro, tres, dos…
—¿Dylan? —dijo suave.
—¿Qué pasa linda?
—El almuerzo está listo. Mamá dice que bajes ahora mismo o ya sabes…
—Está bien.
Lucie cerraba nuevamente la puerta con cuidado para no molestar a su hermano cuando este hablo de nuevo:
—Oye, nena ¿Quieres que vamos esta tarde al parque tu y yo en el auto de Dean?
—¿Podemos llevar a Rebecca? —pregunto tímidamente.
—Claro, telefonéale.
—Bien. —dijo asintiendo y volvió a salir. Lucie era la niña más tierna y tímida que Dylan jamás conoció.
¿Tendría alguna idea Jazmín de los hijos que engendro? Él no se creía la gran cosa pero sus hermanos eran maravillosos: Tom era un adonis, fuerte, inteligente, seguro de sí mismo y Emma, Dios santo, un ángel caído del cielo. Un regalo. Un ser de luz impresionante. Siempre de bien humor, siempre dispuesta, siempre servicial.
Debía hacer algo, se dijo a si mismo mientras entraba en los shorts que encontró en el suelo. Él tenía que llegar hasta ella antes de que ella encontrara a sus hermanos. Y le diría con toda seguridad que si estaba aquí para lastimarlos, él la lastimaría más aunque con eso estuviera muriendo mismo en vida. Dylan no se olvidaría jamás de su rostro, ni de que era su madre biológica.
—Solo un momento, chicas, iremos por unas sodas y de ahí directo al parque ¿Va? —prometió Dean.
Rebecca sonrió y asintió a la vez que Dean le regalaba una sonrisa. Lucie lo miro ceñuda.
—¿Puedes comprarme un caramelo, Dean? —pidió Becca.
Dean la miro nuevamente, ¿Cómo una pequeña de tan solo seis años podía enamorarse de un asno como Dean de diecisiete? Rió para sí mismo. No olvidaría jamás la carta que Lucie le entrego en navidad de parte de su mejor amiga Rebbeca, dónde ella le declaraba su amor eterno y le proponía casamiento. Dean se sintió tan halagado que le prometió que si seguía enamorado de él en diez años más, serían novios. Ni una chica de su edad lo hizo sentir tan bien nunca jamás. Y claro que fue el hazme reír de todo su grupo de amigos por semanas pero al menos ellos no tenían una muchacha tan linda enamorada de ellos.
—Claro, nena, traeré para todos.
Dylan empuñaba el móvil en su mano y la otra le sudaba dentro del bolsillo de sus bermudas negras. Por todos los infiernos que se sentía nervioso, pero después de todo lo que le costó convencer a Dean de conducir hasta Enzo’s, mentirle a sus padres y usar a su hermana de pantalla, no emprendería una retirada ahora mismo.
Enfilaron hasta la puerta y una vez adentro echaron un vistazo al lugar, totalmente desierto. Solo un camionero o un grupo de tipos del otro lado almorzaban. Dean tomo lugar en un taburete de la barra principal y espero a que apareciera la mesera.
—¿Seguro que trabaja aquí? —Dean pregunto mirando a ambos lados—.Digo ¿cómo lo sabes?
—Ella tenía un delantal de Enzo’s anoche. Trabaja aquí, créeme, y no debe gustarle en lo absoluto.
A Dylan comenzaba a faltarle el aire cuando de la cocina apareció una muchacha con cuatro platos dispuesto estratégicamente a lo largo de sus ante brazos, los cuales deposito en la mesa de los cuatro tipos del otro lado. Un momento después regreso con ellos.
—¿Cuál es la orden, muchachos? —dijo masticando un chicle asquerosamente. Ella usaba demasiado maquillaje en las pestañas, lucían pegajosas y pesadas con aquel sol abrazador del verano en Jersey.
—Buscamos a Jazmín. —Dylan pidió—. Ella trabaja aquí de noche, tiene un gran tatuaje en el brazo…
—Oh, sí. Su turno comienza después de las seis.
Dean miro a Dylan y comprendieron el mensaje.
—¿Chicos, van a ordenar? Porque me encantaría quedarme aquí a cotillear pero tengo mucho trabajo.
—Adiós. —dijo Dean y salieron sin mirar atrás.
La respiración de Dylan fue normal otra vez. Una parte quería enfrentarla y dejarle claro que no jodería con sus hermanos, pero otra parte de él temía por su reacción. Dean le prometía a las chicas un helado en el parque e inventaba alguna mentira mientras él intentaba que el color regresara a su rostro. Quería vomitar, lo haría en cualquier momento, pero se contuvo. Dylan jamás se mostraba destruido frente a nadie. Salvo por la noche anterior en la que la situación lo tomo por sorpresa y tuvo que inventar un ataque de asma.
Una hora más tarde, diez dólares en helado después y un viaje relámpago a casa fueron el fin de aquella odisea. La tarde de domingo parecía no tener fin y cuando posteriormente subieron al auto nuevamente para conducir otra vez hasta Enzo’s, antes de salir el corazón se le detuvo.
—¿Por qué andan tan encubiertos? —pregunto _______ (Tu) desde la puerta de la cocina con ambas manos en la cadera. Santo Dios, si ella los descubría, los castigaría de por vida y eso era mucho tiempo.
—Tenemos una cita. —Dean sonrió socarronamente.
—¿Con quién?
—Con un chico. —dijo y un segundo después rió estruendosamente—. Vamos, mamá, no es nada malo. Lo prometo.
—Más les vale, o ya van a ver…
No escucharon el resto de la reprimenda, estaban ocupados en escaparse de la noche de limpieza de cada domingo. Era terrible tener que limpiar la casa entera los domingos por la noche ¡en verano! Al menos la situación tenía una parte buena, no había limpieza para ellos aquel domingo.
Durante el camino, ambos guardaron silencio. Dean analizando que podía salir mal; Dylan repasando las pequeñas opciones para que todo saliera bien.
Apenas el motor dejo de rugir en el estacionamiento, Dylan miro por la ventanilla y vio bajar de un viejo chevy anaranjado entre oxidado y sucio a la mujer en cuestión. Tenía que interceptarla ahora antes de que entrara y tuvieran que hablar frente a todos. Pero sus piernas temblorosas no se lo permitieron, justo después de él, Dean entro.
—Jazmín. —la llamo Dylan. Entre todo el bullicio del local ella no lo escucho, por lo que él llamo su atención agarrando con firmeza su brazo. Cuando se giró, no supo cómo reaccionar—. Tenemos que hablar.
—¿Quién eres tú? —ella le espeto safándose de su agarre.
Una leve brecha de decepción se abrió en su corazón. ¿Ella no recordaba su nombre? ¡Ella no recordaba a su hijo!
—Soy Dylan, tenemos que hablar.
—Dylan. —Jazmín repitió lentamente, degustando el sonido de aquel nombre en sus labios, en su voz. Su hijo…
—Sabes quién soy, vamos, afuera.
—¿Por qué viniste a buscarme aquí?
—Tengo que asegurarme de que no te entrometerás en nuestras vidas, no lastimaras a mis hermanos, no más, Jazmín. ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué volviste?
Cuando él pronunció su nombre, la voz de la mujer se quebró. El dolor la recorrió, él no la llamo mamá. Sus hijos seguramente llamaban madre a aquella mujerzuela.
—Ustedes no conocen la historia completa y tienen que saberla.
Tal y como Dylan lo sospecho, ella quería meterse en sus vidas ahora que estaban en orden y eran felices. La ira se desato en su pecho.
—No quiero conocerla, solo quiero que te alejes de nosotros, mujer.
Bien, las cosas no se le estaban poniendo fáciles a Dylan, su ojos quemaban, quería llorar, quería gritarle. Quería escupir en su cara todos los años de sufrimiento y dudas que guardaba en lo profundo de su alma.
—Yo… yo los necesito, chicos. —mascullo ella.
—¡Nosotros te necesitamos cada noche aquel año que papá murió y luego el siguiente y el siguiente y tu no estabas ahí! Tu no fuiste quien calmo los llantos de Tom ni debió mostrarse fuerte aunque quisiera morir por dentro. Tú no tienes idea de todo lo que pasamos, ahora es tarde. Tienes que alejarte, si te importamos un poco, aléjate.
—¿Qué ha pasado con Emma, Dylan?
—Ella está bien, es grande, fuerte, inteligente y hermosa. Y tiene unos padres que la aman.
—Dios, puedo imaginarla y a la vez no. Quiero verla… ¿Dean, no vas a decirme nada, hijo? Lo que sea.
Dean frunció el ceño y se enderezo de un respingo. La situación ya era de por si incómoda, pero cuando ella lo llamo < < Hijo > > bien, todo empeoro. ¿Por qué ella lo llamaba hijo? Seguramente lo estaba confundiendo, seguramente ella creía que él era Tom. ¡Pero no, ella lo llamo por su nombre! Dylan lo miro fijamente.
—Disculpe, señora, yo… usted me confunde una vez más.
—No. No sé que cuento te habrá dicho tu padre pero estoy segura de que eres mi hijo y desde lo profundo de mi corazón te pido perdón.
—¿Perdón? —Dean quiso reír—. Insisto, usted se está equivocando. Mi madre se llama ______ (Tu).
—Tu madre soy yo, Dean. Mira nuestro cabello, el color de nuestros ojos, el ángulo de nuestras narices. No hay duda…
—No… tú no lo eres. Yo pensé… y papá dijo…
—Dean, no la escuches, ella es tramposa. ¡No la escuches!
Cientos de pequeños hechos comenzaron a tener conexión y pronto cada cabo tenía su nudo. Dean sintió una tonelada de hielo caer sobre su cabeza, paralizándolo, estallando en su espalda. Dean miro a Dylan a su lado, incluso más confundido que él mismo. ¿Qué clase de broma de mal gusto era esta…?
—Tranquilo, hijo, yo sé que…
—¡No me llames hijo! —le espetó.
El mundo se rompía frente a él, el peso del dolor le quemaba el pecho.
Capítulo 7
Con la reaparición de Jazmín en su monótona vida de adolescente en Jersey, Dylan se sentía descolocado. Claro que la recordaba, y lo haría por siempre. Tenía buenos recuerdos de ella y su padre pero eran difusos. De pronto con su regreso esos recuerdos fueron suplidos por las peores memorias que tenía de la muerte de su padre y como la vida cambió rotundamente. Ese viaje, la vida en Europa, y luego su desaparición, así como por arte de magia, como si la tierra se la hubiera tragado.Y luego todo fue peor, regresar a América con completos desconocidos e intentar encajar en la familia de los Jonas. ¿Qué habría sido de ellos sin los Jonas? Dios vaya a saber, pero sin duda no pudo elegir mejor lugar para ellos.
Dylan daba vueltas en la cama con su mente a mil por horas pensando en cómo sería su vida y la de sus hermanos si Jazmín los hubiera criado. ¿Serían felices? ¿Se sentirían amados? ¿Estarían juntos? Jamás lo sabría.
Si bien él era más frágil en cuanto a salud se hablara, también tenía una fuerza espiritual de hierro. Cuando la nueva familia intentaba contenerlos de pequeños y Tom lloraba en sus rodillas, Dylan solo le limitaba a acariciar su espalda temblorosa y a asegurarle que estarían bien. Ni una sola vez Dylan se derrumbo frente a Tom, Dean o Macy. Nunca, él siempre era la roca de su mellizo, él siempre juntaría las piezas rotas de los demás corazones aunque el suyo estuviera hecho añicos.
Luego, sin saber cómo o cuando, mucho menos porque, se sintió a gusto con aquellos extraños que le brindaban todo sin pedirle nada a cambio. Siempre tenía una sonrisa de parte de Joe y un beso tierno por las mañanas con un desayuno de dioses de parte de ______ (Tu). Dylan no podía pedir nada mejor… bueno, a lo mejor tener a su madre biológica. Pero eso era otra historia. Su madre los había abandonado ¡Por diez años! Y ________ (Tu) no tuvo problemas en esforzarse una y otra vez para ganarse ese lugar. No sentir presión fue bueno.
Unos piecitos hacían rechinar la madera del piso al otro lado del pasillo. Dylan podía contar cuantos le faltaban a Lucie para que tocara a su puerta que era la última del pasillo.
Cuatro, tres, dos…
—¿Dylan? —dijo suave.
—¿Qué pasa linda?
—El almuerzo está listo. Mamá dice que bajes ahora mismo o ya sabes…
—Está bien.
Lucie cerraba nuevamente la puerta con cuidado para no molestar a su hermano cuando este hablo de nuevo:
—Oye, nena ¿Quieres que vamos esta tarde al parque tu y yo en el auto de Dean?
—¿Podemos llevar a Rebecca? —pregunto tímidamente.
—Claro, telefonéale.
—Bien. —dijo asintiendo y volvió a salir. Lucie era la niña más tierna y tímida que Dylan jamás conoció.
¿Tendría alguna idea Jazmín de los hijos que engendro? Él no se creía la gran cosa pero sus hermanos eran maravillosos: Tom era un adonis, fuerte, inteligente, seguro de sí mismo y Emma, Dios santo, un ángel caído del cielo. Un regalo. Un ser de luz impresionante. Siempre de bien humor, siempre dispuesta, siempre servicial.
Debía hacer algo, se dijo a si mismo mientras entraba en los shorts que encontró en el suelo. Él tenía que llegar hasta ella antes de que ella encontrara a sus hermanos. Y le diría con toda seguridad que si estaba aquí para lastimarlos, él la lastimaría más aunque con eso estuviera muriendo mismo en vida. Dylan no se olvidaría jamás de su rostro, ni de que era su madre biológica.
* * *
—Esto no es el parque, Dean —se quejo Lucie en la parte de atrás del siento.—Solo un momento, chicas, iremos por unas sodas y de ahí directo al parque ¿Va? —prometió Dean.
Rebecca sonrió y asintió a la vez que Dean le regalaba una sonrisa. Lucie lo miro ceñuda.
—¿Puedes comprarme un caramelo, Dean? —pidió Becca.
Dean la miro nuevamente, ¿Cómo una pequeña de tan solo seis años podía enamorarse de un asno como Dean de diecisiete? Rió para sí mismo. No olvidaría jamás la carta que Lucie le entrego en navidad de parte de su mejor amiga Rebbeca, dónde ella le declaraba su amor eterno y le proponía casamiento. Dean se sintió tan halagado que le prometió que si seguía enamorado de él en diez años más, serían novios. Ni una chica de su edad lo hizo sentir tan bien nunca jamás. Y claro que fue el hazme reír de todo su grupo de amigos por semanas pero al menos ellos no tenían una muchacha tan linda enamorada de ellos.
—Claro, nena, traeré para todos.
Dylan empuñaba el móvil en su mano y la otra le sudaba dentro del bolsillo de sus bermudas negras. Por todos los infiernos que se sentía nervioso, pero después de todo lo que le costó convencer a Dean de conducir hasta Enzo’s, mentirle a sus padres y usar a su hermana de pantalla, no emprendería una retirada ahora mismo.
Enfilaron hasta la puerta y una vez adentro echaron un vistazo al lugar, totalmente desierto. Solo un camionero o un grupo de tipos del otro lado almorzaban. Dean tomo lugar en un taburete de la barra principal y espero a que apareciera la mesera.
—¿Seguro que trabaja aquí? —Dean pregunto mirando a ambos lados—.Digo ¿cómo lo sabes?
—Ella tenía un delantal de Enzo’s anoche. Trabaja aquí, créeme, y no debe gustarle en lo absoluto.
A Dylan comenzaba a faltarle el aire cuando de la cocina apareció una muchacha con cuatro platos dispuesto estratégicamente a lo largo de sus ante brazos, los cuales deposito en la mesa de los cuatro tipos del otro lado. Un momento después regreso con ellos.
—¿Cuál es la orden, muchachos? —dijo masticando un chicle asquerosamente. Ella usaba demasiado maquillaje en las pestañas, lucían pegajosas y pesadas con aquel sol abrazador del verano en Jersey.
—Buscamos a Jazmín. —Dylan pidió—. Ella trabaja aquí de noche, tiene un gran tatuaje en el brazo…
—Oh, sí. Su turno comienza después de las seis.
Dean miro a Dylan y comprendieron el mensaje.
—¿Chicos, van a ordenar? Porque me encantaría quedarme aquí a cotillear pero tengo mucho trabajo.
—Adiós. —dijo Dean y salieron sin mirar atrás.
La respiración de Dylan fue normal otra vez. Una parte quería enfrentarla y dejarle claro que no jodería con sus hermanos, pero otra parte de él temía por su reacción. Dean le prometía a las chicas un helado en el parque e inventaba alguna mentira mientras él intentaba que el color regresara a su rostro. Quería vomitar, lo haría en cualquier momento, pero se contuvo. Dylan jamás se mostraba destruido frente a nadie. Salvo por la noche anterior en la que la situación lo tomo por sorpresa y tuvo que inventar un ataque de asma.
Una hora más tarde, diez dólares en helado después y un viaje relámpago a casa fueron el fin de aquella odisea. La tarde de domingo parecía no tener fin y cuando posteriormente subieron al auto nuevamente para conducir otra vez hasta Enzo’s, antes de salir el corazón se le detuvo.
—¿Por qué andan tan encubiertos? —pregunto _______ (Tu) desde la puerta de la cocina con ambas manos en la cadera. Santo Dios, si ella los descubría, los castigaría de por vida y eso era mucho tiempo.
—Tenemos una cita. —Dean sonrió socarronamente.
—¿Con quién?
—Con un chico. —dijo y un segundo después rió estruendosamente—. Vamos, mamá, no es nada malo. Lo prometo.
—Más les vale, o ya van a ver…
No escucharon el resto de la reprimenda, estaban ocupados en escaparse de la noche de limpieza de cada domingo. Era terrible tener que limpiar la casa entera los domingos por la noche ¡en verano! Al menos la situación tenía una parte buena, no había limpieza para ellos aquel domingo.
Durante el camino, ambos guardaron silencio. Dean analizando que podía salir mal; Dylan repasando las pequeñas opciones para que todo saliera bien.
Apenas el motor dejo de rugir en el estacionamiento, Dylan miro por la ventanilla y vio bajar de un viejo chevy anaranjado entre oxidado y sucio a la mujer en cuestión. Tenía que interceptarla ahora antes de que entrara y tuvieran que hablar frente a todos. Pero sus piernas temblorosas no se lo permitieron, justo después de él, Dean entro.
—Jazmín. —la llamo Dylan. Entre todo el bullicio del local ella no lo escucho, por lo que él llamo su atención agarrando con firmeza su brazo. Cuando se giró, no supo cómo reaccionar—. Tenemos que hablar.
—¿Quién eres tú? —ella le espeto safándose de su agarre.
Una leve brecha de decepción se abrió en su corazón. ¿Ella no recordaba su nombre? ¡Ella no recordaba a su hijo!
—Soy Dylan, tenemos que hablar.
—Dylan. —Jazmín repitió lentamente, degustando el sonido de aquel nombre en sus labios, en su voz. Su hijo…
—Sabes quién soy, vamos, afuera.
—¿Por qué viniste a buscarme aquí?
—Tengo que asegurarme de que no te entrometerás en nuestras vidas, no lastimaras a mis hermanos, no más, Jazmín. ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué volviste?
Cuando él pronunció su nombre, la voz de la mujer se quebró. El dolor la recorrió, él no la llamo mamá. Sus hijos seguramente llamaban madre a aquella mujerzuela.
—Ustedes no conocen la historia completa y tienen que saberla.
Tal y como Dylan lo sospecho, ella quería meterse en sus vidas ahora que estaban en orden y eran felices. La ira se desato en su pecho.
—No quiero conocerla, solo quiero que te alejes de nosotros, mujer.
Bien, las cosas no se le estaban poniendo fáciles a Dylan, su ojos quemaban, quería llorar, quería gritarle. Quería escupir en su cara todos los años de sufrimiento y dudas que guardaba en lo profundo de su alma.
—Yo… yo los necesito, chicos. —mascullo ella.
—¡Nosotros te necesitamos cada noche aquel año que papá murió y luego el siguiente y el siguiente y tu no estabas ahí! Tu no fuiste quien calmo los llantos de Tom ni debió mostrarse fuerte aunque quisiera morir por dentro. Tú no tienes idea de todo lo que pasamos, ahora es tarde. Tienes que alejarte, si te importamos un poco, aléjate.
—¿Qué ha pasado con Emma, Dylan?
—Ella está bien, es grande, fuerte, inteligente y hermosa. Y tiene unos padres que la aman.
—Dios, puedo imaginarla y a la vez no. Quiero verla… ¿Dean, no vas a decirme nada, hijo? Lo que sea.
Dean frunció el ceño y se enderezo de un respingo. La situación ya era de por si incómoda, pero cuando ella lo llamo < < Hijo > > bien, todo empeoro. ¿Por qué ella lo llamaba hijo? Seguramente lo estaba confundiendo, seguramente ella creía que él era Tom. ¡Pero no, ella lo llamo por su nombre! Dylan lo miro fijamente.
—Disculpe, señora, yo… usted me confunde una vez más.
—No. No sé que cuento te habrá dicho tu padre pero estoy segura de que eres mi hijo y desde lo profundo de mi corazón te pido perdón.
—¿Perdón? —Dean quiso reír—. Insisto, usted se está equivocando. Mi madre se llama ______ (Tu).
—Tu madre soy yo, Dean. Mira nuestro cabello, el color de nuestros ojos, el ángulo de nuestras narices. No hay duda…
—No… tú no lo eres. Yo pensé… y papá dijo…
—Dean, no la escuches, ella es tramposa. ¡No la escuches!
Cientos de pequeños hechos comenzaron a tener conexión y pronto cada cabo tenía su nudo. Dean sintió una tonelada de hielo caer sobre su cabeza, paralizándolo, estallando en su espalda. Dean miro a Dylan a su lado, incluso más confundido que él mismo. ¿Qué clase de broma de mal gusto era esta…?
—Tranquilo, hijo, yo sé que…
—¡No me llames hijo! —le espetó.
El mundo se rompía frente a él, el peso del dolor le quemaba el pecho.
MenitaJonas
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
:O k genial pero pobre dean xk tenia que tener una madre como esa
joenatik
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
pobre dean enterarse de una verdad asi debe ser muy difícil...
siguelaaaaaaa
siguelaaaaaaa
lorenitajonas
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
siguelaaaaaaaaaa
lorenitajonas
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
¡Oh, no!
Estoy deacuerdo con Dylan, ella no estuvo ahi cuando la necesitaban; no se a que regresa ahora :x
Dean se entero de la verdad
¡Ya quiero saber que sigue, & que le diran la rayis & Joe a los chicos! ¿Les contaran por fin la verdad?
¡SIGUELA!
Estoy deacuerdo con Dylan, ella no estuvo ahi cuando la necesitaban; no se a que regresa ahora :x
Dean se entero de la verdad
¡Ya quiero saber que sigue, & que le diran la rayis & Joe a los chicos! ¿Les contaran por fin la verdad?
¡SIGUELA!
Kardashian♡.
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
lorenitajonas
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
VAMOS SÍGUELA MIRA QUE ESTOY PENSANDO EN COMERME LA UÑAS DE LOS PIES PORQUE YA EN LAS MANOS NO TENGO ACABE CON ELLAS POR LA CURIOSIDAD DE SABER QUE VA A PASAR AHORA CON DEAN, JOE Y LA RAYIS.
SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
lorenitajonas
Re: [Resuelto]'Una Lección De Vida' ( Joe & Tu ) Segunda Temporada -Capítulo Nueve- ¡HE VUELTO!
OH POR DIOS!
SÍGUELA !
SÍGUELA !
fernanda
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