Dom caliente-Sum frío {Larry Stylinson} -Terminada-

Louis se quedó mirando el pequeño y alegre culo colgando frente de él y no sintió nada. No tenía ganas de azotar el culo, no necesitaba ver sus marcas enrojecer en los redondos globos.



Ni siquiera estaba duro. Sentía una abrumadora sensación de pérdida. Había estado muy seguro que traer a casa a otro sum para jugar curaría la extraña obsesión que tenía por Harry. Había estado seguro de que sería capaz de quemar el control que este tenía sobre él y volver a ser un Dom controlado, a cargo de sí mismo y su sum.



En cambio, sintió que su corazón estaba siendo arrancado de su pecho. Los dedos de Louis se apretaron alrededor del flogger en su mano. Trató de alejar esos sentimientos. Necesitaba renovar su interés en la flagelación del hombre que tenía delante. Tenía que estar controlado.



Todo lo que podía ver era la angustia y la desesperación en el rostro de Harry cuando el hombre le rogó que echara a Zayn. Louis podía ver caer el rostro de Hazz a su fría respuesta mientras estaba todavía arrodillado en el suelo delante de él, e hizo que el corazón de Louis se sacudiera.



Se dio cuenta que había recuperado su control, algo, pero ¿a qué costo? Mirando hacia atrás a los últimos días… La forma en la que Harry le había suplicado, la manera en la que había utilizado su palabra de seguridad. Oh, Dios. ¿Qué había hecho? Había roto a Harry, la única cosa que un Dom nunca debía hacerle a un sumiso.



Louis cogió el mando a distancia y bajó Zayn al suelo. La luz se encendió en su cabeza, tenía su respuesta. La salvación no residía en huir de Harry, sino en que no necesitaba un sumiso sustituto. Tenía que echar a Zayn e ir a hacer las paces con Harry. Quería a su sum. Quería a Harry.



—Voy a decirle a Berwick que te pida un coche, Zayn — dijo Louis mientras ayudaba al hombre con las ataduras—. Gracias por tu tiempo.



—¿Me estás despidiendo?



Louis trató de sonreírle al sum pero supo que no lo había logrado cuando las cejas de Zayn se dispararon hacia arriba.



—Me disculpo, Zayn. No eres tú.



—Es él, ¿no es así? —Zayn hizo un gesto hacia la puerta por donde había salido Harry.



Louis asintió.



—No lo habría creído si no lo hubiera visto con mis propios ojos. —Zayn se rio entre dientes ligeramente, sin verse incómodo—. Louis Tomlinson, el Dom de los dominantes, cayendo por un sumiso.



Louis pasó la mano por la parte de atrás de su cuello mientras sus mejillas se sonrojaron. —Sí, bueno, ¿qué puedo decir? Harry es un sumiso único en su clase.



—No puedo decir que no extrañaré nuestras pequeñas escenas juntos, pero te deseo toda la felicidad con tu sumiso.



—Gracias, Zayn. —Louis estaba un poco sorprendido por la reacción de Zayn al ser despedido—. Eso es muy amable de tu parte, dadas las circunstancias.





Zayn se encogió de hombros mientras empezaba a ponerse la ropa. —Eso es todo lo que cualquiera de nosotros realmente quiere, Louis, alguien a quien pertenecer a largo plazo. Después de escuchar a tu pequeño sum pedirte que me enviaras lejos, sospecho que eso es lo que él quiere.



Louis hizo una mueca. Creía que Zayn tenía razón, y si la tenía, Louis tendría mucho trabajo con Harry. Lo primero que tendría que hacer era convencer al hombre de que podían tener algo juntos. Sospechaba que podría mendigar un poco por su parte.



Había sido muy duro con Harry desde el momento en el que se conocieron. Ni siquiera había contemplado la idea de que podría ser feliz con un contrato de exclusividad con un solo sum, pero cuanto más pensaba en ello, mejor sonaba la idea.



La idea de tenerlo solo para él le dio una enorme calma que no había sentido desde que había puesto los ojos en el hombre en la pista de baile. Le había quitado la constante necesidad que sentía de estar en control con todo lo que lo rodeaba y le había dado paz.



Louis podía imaginarse el futuro con Harry, cumpliendo sus fantasías, representando escenas, incluso teniendo al hombre dormido en sus brazos todas las noches, todas las cosas que Louis nunca había considerado necesarias a tiempo completo.



Siempre había permanecido separado, emocionalmente distante de las escenas que hacía. Harry había sido el único que alguna vez había atravesado el muro que había construido alrededor de sí mismo. Era el único que Louis deseaba que lo hiciera cada vez más.



—Gracias por tú tiempo, Zayn, y tus palabras de sabiduría —dijo Louis mientras el hombre caminaba hasta la puerta de la sala de juegos—. Espero sinceramente que firmes un contrato con el Dom de tus sueños algún día.



—Oh, no tengo ninguna duda de que lo haré. —Zayn se rio de nuevo—. Sólo tengo que encontrarlo.



—Si alguna vez necesitas una recomendación, por favor no dudes en llamarme.



Zayn sonrió y caminó por el pasillo. Louis soltó una pequeña risa cuando observó al hombre irse. Tenía la esperanza de que Zayn encontrara lo que estaba buscando. El hombre era un gran sum. Sólo que no era Harry.



Louis se volvió y caminó por el pasillo hacia la habitación y al sum que quería. De repente sintió su corazón ligero, un rebote en su paso. Sabía lo que quería, y lo iba a conseguir.



—¿Harry? —Louis llamó suavemente a la puerta, bien, la puerta de la habitación de invitados. Si tenía algo que decir al respecto, Hazz dormiría en su habitación a partir de ahora—. ¿Podemos hablar, ángel?



Louis frunció el ceño cuando no oyó nada desde el interior de la habitación. Había esperado oír de los pies de Harry sobre la alfombra al cruzar la habitación. O tal vez el sonido de algo golpear la pared. Tenía que estar alterado después de como lo había tratado.



—¿Harry?



Cuando Harry no contestó, Louis abrió la puerta y entró. La primera cosa que notó fue la cama vacía. Lo segundo fue el hecho de que Harry no estaba en ningún lugar de la habitación. Se veía exactamente igual que antes de que Louis lo llevara a casa esa primera noche, hasta la cama estaba perfectamente hecha.



La mente de Louis se quedó en blanco por un momento. No podía ver nada, excepto la habitación vacía. Nada de Harry.



Un tormento interior comenzó a roerlo. ¿Dónde diablos estaba su sumiso?



Corrió por el pasillo hasta el cuarto de baño, pero estaba vacío, la puerta abierta. Louis corrió a su habitación, esperando contra toda esperanza que hubiera entrado allí, pero encontró esa habitación vacía también. Buscó en el baño y el vestidor, cada vez más alarmado.



Louis estaba en el medio de la habitación, frotándose la mano sobre su boca mientras trataba de averiguar dónde se había ido. Mientras miraba alrededor de la habitación, los ojos de Louis cayeron en un destello blanco en la almohada.



Cerró los ojos, con el corazón destrozado por el dolor. Sabía lo que estaba viendo incluso antes de abrir los ojos de nuevo. Su garganta se cerró mientras miraba hacia abajo al símbolo de lo que su necesidad de control le había traído.



El contrato que habían firmado Harry y él, y el collar que le había dado al hombre. Louis sabía en su corazón que era la manera de Harry de decirle que no quería ser el sumiso de Louis nunca más.



Louis levantó el collar y lo apretó en su mano mientras se sentaba en el borde de la cama. Su corazón se apretó por la angustia al darse cuenta de que lo había dejado. Realmente lo había dejado.



Louis no sabía cómo traer al hombre de vuelta. No sabía si tenía algo que ofrecerle al hombre que pudiera convencerlo para que volviera. La había jodido realmente mal, dudaba que Harry le diera siquiera la hora del día, y mucho menos el tiempo suficiente para sentarse y escucharlo rogar.



—¿Señor?



—Sí, Berwick. —Louis se quejó por la interrupción.



—El coche del joven no tardará en llegar. ¿Quiere que le acompañe cuando llegue?



—Sí, Berwick.



—Muy bien, señor.



Louis esperó oír que Berwick se alejara. Cuando no lo hizo, Louis se volvió hacia el hombre.



—¿Necesitas algo más, Berwick?



—Si no le importa que lo diga, señor, su joven no parece estar en condiciones de viajar solo. ¿Quiere que lo acompañe, o debería permitir sólo que se vaya por su cuenta?



Louis frunció el ceño. Berwick había estado con él durante mucho tiempo, y nunca comentó sobre los sumisos que iban y venían a la casa de Louis. Además, Zayn no estaba en mala forma cuando se había ido. Aun así, Louis apreciaba la preocupación de Berwick.



—Zayn va a estar bien, tan pronto como tome una noche de sueño reparador. No te preocupes por él, Berwick.



—No me refería al señor Zayn, señor, sino a su invitado, el señor Harry. Parece bastante molesto, señor, y no me atrevo a dejarlo salir en su condición actual.



—¿Harry? —gritó Louis mientras se ponía en pie, dejando caer el collar en el suelo—. ¿Harry todavía está aquí?



—Sí, señor —respondió Berwick—. Actualmente está en el estudio.



El corazón de Louis tronó. Corrió hacia su armario y tiró del cajón con tanta fuerza para abrirlo que cayó al suelo. Louis se agachó y sacó las cosas del cajón hasta que encontró el elemento especial que había estado buscando, el que había estado esperando en casa desde el día en el que Louis se convirtió en un Dom.



Louis se puso de pie y corrió pasando a Berwick por el pasillo. Se tambaleó bajando las escaleras, estuvo a punto de caerse varias veces antes de llegar a la parte inferior, y luego corrió hacia la entrada de su estudio.



Louis golpeó la puerta abriéndola, haciendo una mueca cuando se estrelló contra la pared y Harry saltó. Se puso de pie junto a la ventana, con un brazo envuelto alrededor de su estómago. Estaba masticando una uña, y se veía realmente enfermo.



—Harry. —Louis soltó un suspiro de alivio, luego se tragó el repentino nudo en su garganta cuando este le dio la espalda para mirar por la ventana—. Yo... ¿Te vas?



—Creo que es lo mejor —susurró Harry—. Lo he arreglado para que recibas tu dinero de la subasta. Si decides presentar una queja por incumplimiento de contrato, no lucharé en contra.



—Harry, eso no es lo que quiero.



La risa repentina de Harry era casi tan dolorosa como el dolor en su rostro.



—No siempre conseguimos lo que queremos, Louis.



—¿No podemos hablar de esto, Harry?



—No hay nada de qué hablar.



Louis no se había dado cuenta de la magnitud del daño que había hecho o lo mucho que tendría que trabajar para conseguir que Harry regresara hasta que el hombre se volvió a mirarlo. Las lágrimas caían silenciosamente por su pálido y angustiado rostro.



—Tú has dejado tu posición muy clara.



—No, no lo he hecho. —Louis caminó lentamente por la habitación y se acercó más a Harry, como si se acercara a un animal asustado—. No he dejado nada claro.



Harry pareció que creyó en Louis durante aproximadamente medio segundo, entonces negó. —Nunca funcionará —susurró mientras miraba hacia abajo a sus manos, retorciéndose los dedos—. Queremos cosas diferentes.



—Queríamos cosas distintas, Harry —dijo Louis cuando se acercó más—. Eso es una gran diferencia.



—¿En serio?



Louis dio un paso más cerca. —Lo es, ángel, una diferencia muy grande.



Las oscuras cejas marrones de Harry se juntaron en un ceño. Parecía estar tratando de procesar lo que estaba diciendo, lo que Louis estaba diciendo pero dudaba en ver demasiado en sus palabras. Louis imaginaba que este estaba tratando de proteger su corazón, un corazón del que tenía toda la intención de ser el propietario antes de que dejara esta habitación.



—Mira, si me hubieras preguntado hace un par de días lo que quería, te habría dicho que un buen sum que no me exigiera nada, uno que pudiera dejar de lado cuando la escena hubiera terminado y en el que nunca pensaría otra vez.



El rápido inhalar de Harry fue un sonido bajo y torturado en la habitación. El dolor en el pequeño ruido hizo que los ojos de Louis se aguaran con lágrimas no derramadas. Dio otro paso, y luego otro hasta que estuvo justo delante de Harry. Louis extendió la mano y levantó su mentón con la mano.



—Si me preguntas esta noche lo que quiero, yo te hubiera dicho que quiero un sum, un sum en particular.



La respiración de Harry se enganchado de nuevo.



—Quiero un sum que esté dispuesto a llevar esto. —Louis levantó el objeto en su mano, el que había sacado de su cajón. Lo había encargado el día en el que se convirtió en un Dom, nunca pensó que realmente lo necesitaría. Ahora sabía que había estado esperando a que Harry llegara.



Louis pasó los dedos por el cuero marrón oscuro, las secciones lisas y los diseños intrincados estampados en él. Era un collar único, con la intención de mostrarle a todo el mundo que el sumiso que lo llevaba pertenecía a Louis. Podía ver los ojos de Harry seguir cada movimiento de sus dedos con los ojos hambrientos.



—Este es un collar muy especial, ángel. —Louis hizo un gesto hacia el enganche en cada extremo—. Mira aquí, una vez que lo ponga en mi sum, nunca podrá ser quitado. Este es un collar para toda la vida, ángel, destinado al sum que pasará su vida conmigo. Ha estado en el fondo de mi cajón. Hasta ahora.



Los dedos de Harry temblaban mientras extendía la mano para acariciar el cuero suave, pero justo antes de tocar el collar, los retiró, como si temiera sentirlo bajo sus dedos.



—Adelante, ángel —susurró Louis en voz baja—. Lo puedes tocar. Es para ti.



—¿Q-qué quieres decir?



—Mi entrenador, Rufus, me dijo el día que me declaró un Dom, que un día encontraría al sumiso que se llevaría todo mi control, pero que me daría la paz. Y ese día, me gustaría que mi sum fuera mío en todos los sentidos de la palabra, quiero que el mundo sepa que eres mío. Yo quiero que uses este collar.



—Pero si tú… —Harry se mordió el labio y apartó la cara, pero no antes de que Louis viera la lágrima que caía por la pálida mejilla del hombre.



—¿Si yo qué, ángel?



—Si me querías, ¿por qué trajiste a ese otro sum? Te habría dado lo que querías. —Harry lo miró brevemente entonces se volvió de nuevo—. Yo hubiera dejado que me follaras.



—Ah, ángel —dijo Louis mientras acariciaba con la mano un lado de la cara de Harry—. Esto no se trata de mí follándote. Por supuesto, eso es algo que desesperadamente quiero hacer, nunca pienses lo contrario, pero no se trata de eso.



La frente de Harry se arrugó de nuevo con el ceño fruncido. —¿Entonces de qué se trata?



—He aprendido con los años que tengo que tener el control de mi vida. Esa es una de las razones por las que me convertí en Dom, para tener el control. Tú, mi hermoso ángel, me has hecho sentirme necesitado, obsesionado. Te llevaste cada pedacito de mi control lejos y me has vuelto loco. No puedo soportar la idea de que alguien te mire, te toque. Te quiero todo para mí.



—Pero me puedes tener, te lo dije.



—Cuando traje a Zayn a casa, todavía estaba luchando con las cosas que me haces sentir. Tenía miedo de dejar ir el control que he tenido en los últimos años. Tenía miedo de que pudieras tener el control.



Harry negó. —Pero no quiero controlarte.



—Puede que no me quieras controlar, pero lo haces. — Louis sonrió ante la idea de cuánto lo controlaba Harry—. Tú respiras —Louis acarició con los dedos el pulso en la garganta de Harry—, y mi corazón tartamudea. Lloras —dijo mientras le limpiaba una lágrima pérdida—, y mi corazón sangra. Tú sonríes —Louis tomó la mano de Harry y la apretó contra su pecho, justo sobre su corazón—, y mi corazón canta.



—Louis. —Harry lo miró atónito. Sus ojos eran tan grandes que su color verde pálido dominó su rostro.



Louis sostuvo el collar en una mano hasta que Harry se acercó. Envolvió la otra alrededor de la cintura del hombre y tiró del cuerpo del hombre a ras con en el suyo. —Quiero que te pongas esto Harry, y no para la semana, no por unos pocos meses, sino de forma permanente.



—¿En…? —Harry ingirió—. ¿En serio?



—Seriamente. —Louis sonrió. Pensó que Harry podría estar de acuerdo y empezó a colocar el collar alrededor del cuello del hombre sólo para ser detenido por una mano en su brazo—. ¿Harry?



—Espera, tengo que decirte algo primero.



Harry se veía tan nervioso que el corazón de Louis empezó a hundirse. ¿No quería Harry esto con él? —¿Qué?



—Yo te elegí.



—¿Me elegiste? —Louis frunció el ceño. No tenía la menor idea de lo que significaba esa declaración—. ¿Elegirme cómo?



—Lo que quiero decir es que, bueno, yo... yo... —Harry comenzó a retorcer los dedos juntos de nuevo—. Vi tu foto, y tú estabas tan... y yo quería ser tuyo, así que empecé a entrenar con otros Dom. Quería ser el sumiso que pudiera satisfacer todas sus necesidades.



—¿Qué otros Dom? —gruñó Louis.



—Rio, Liam y mi tío Rufus.



—¿Tío Rufus? —Los ojos de Louis se agrandaron cuando el shock se disparó a través de él—. ¿Rufus es tu tío?



Harry asintió rápidamente. —Ahí es donde vi tu foto, cuando fui a visitarlo. Me dijo que yo era demasiado joven en ese entonces, y que tenía que aprender cómo ser un buen sum para ti, así que empecé a entrenar.



—¿Te entrenabas con ellos?



Harry asintió.



—¿Has tenido relaciones sexuales con ellos?



—Oh, no, mira, esa es la cosa, por eso había esa cláusula en el contrato. Nunca tuve relaciones sexuales con ninguno de ellos. Nunca he tenido relaciones sexuales. Yo estaba guardando eso para ti. Yo quería que fuera mi regalo para mi Dom permanente. Yo quería que fuera para ti.



Louis retrocedió hasta que sintió el lado del sofá contra sus piernas y se sentó golpeado de repente con las palabras de Harry que lo llenaban. Era virgen. Su Harry era virgen, ningún otro hombre lo había tocado. Louis se tambaleó con el conocimiento.



Harry rápidamente se acercó y se arrodilló a sus pies, con las manos descansando sobre las rodillas de Louis. Parecía ansioso.



—Yo pensé que te haría feliz. ¿Estaba equivocado? ¿Tú no me quieres ahora que sabes lo que hice, y que soy virgen?



Louis se rompió. Extendió la mano y agarró a Harry por los brazos, y tiró al hombre a su regazo. Envolvió una mano alrededor de su cintura para mantenerlo allí. La otra mano la envolvió alrededor del cuello de Harry, atrayendo al hombre a un profundo beso.



Louis no conseguía suficiente de Harry, no de su dulce sabor, o la forma en la que el hombre se sentía pegado a él, sobre todo sabiendo que era todo para él y siempre sería suyo.



Louis tomó a Harry en sus brazos y se levantó. Mantuvo sus labios pegados mientras caminaba por la casa y subía a su dormitorio. La sala de juegos estaba para jugar y Louis no estaba jugando. Esto era real.



Suavemente puso a Harry en la cama y se inclinó sobre él, tratando de alcanzar el dobladillo de la camiseta de Harry para quitársela. Este no se resistió, sólo lo miraba, alzando los brazos cuando fue necesario, o las piernas cuando le quitó los pantalones de correr que llevaba.



Louis sonrió mientras se levantaba y tiraba la ropa al suelo. Se tomó un momento para disfrutar de la belleza acostada en la cama, y luego empezó a quitarse su propia ropa. Harry era realmente precioso.



Una vez que se las había quitado, se arrastró sobre la cama entre las piernas del hombre. Él podía sentir la dura polla de Harry chocar contra él, sabía que estaba excitado. Aunque no lo hubiera sentido, lo habría visto en los ojos de Harry. Brillaban de emoción.



—Te quiero. Ya lo sabes, ángel, pero no te voy a follar hasta que te comprometas a ser mío. —Louis levantó el collar—. Te azotaré, te chuparé la polla. Incluso te mostraré en la fiesta de Año Nuevo, pero no te follaré hasta que te comprometas a ser mío.



Harry frunció el ceño. —Te das cuenta de que esto es por lo que he estado trabajando durante los últimos dos años, ¿no?



—Lo hago.



—¿Entonces por qué es aún un problema?



—Porque, Harry, necesito oír de tus labios que esto es lo que quieres, no de un sum a un Dom, sino de ti a mí. Sin papeles, sin contratos, sin nadie que presencie las cosas entre nosotros. Sólo tú y yo, aquí y ahora. —Louis frotó el cuero suave sobre labios de Harry—. ¿Qué dices, ángel? ¿Quieres ser mío a largo plazo?

jajajaja dios

me imagino que me lo dijera a mi ja yo me lo pongo inmediatamente y me lo violo

me encanta que Louis porfin ha entendido tienes que seguirla antes que me muera :imdead:  :imdead:  :imdead:  :imdead: