Dom caliente-Sum frío {Larry Stylinson} -Terminada-

Maria_Smile escribió:
QUE HERMOSO  :enamorado:  AMO A LOUIS DOMINANTE, ME ENCANTA Y QUE SE QUISIERA HACER UNA MAMADA CON LA BOCA DE HARRY ES OMG!! SIGUELA, TE AMARE POR SIEMPRE SI LA SIGUES PRONTO.
Love u  :(L): 

lkjadkljda quién no quisiera que Harry le hiciera una mamada, con la boca esa que tiene...

cobulaa escribió:Diios mujeer me quieres matar     ame cada sucia palabra louis dom es tan sexy y harry sumiso caliente me mata
siguee pronto pls
Cuidate. Besos
Byee :3

Son tan perfectamente ardientes que duele.

Ya la sigo (:

Harry oía el susurro de la ropa y a Louis respirar cerca de él, pero aparte de eso, el hombre no hacía ningún sonido. Casi estaba agradecido porque le hubiera vendado los ojos. No estaba seguro de que fuera una buena idea dejar que el Dom viera cómo lo había afectado lo que acababa de suceder.

Si el hombre podía arrancarle una de las capas que protegían el corazón de Harry con una simple mamada, estaba profundamente asustado de lo que el hombre podría hacer si realmente lo intentaba. Estaba tan absorto en tratar de encontrar una manera de ocultarle sus reacciones, que no oyó al hombre levantarse hasta que sintió las calientes manos resbalar por encima de su muslo. Harry se sacudió, luego sintió su cara enrojecer ante su inesperada reacción.

—¿Te he hecho daño, ángel?

—No. —A Harry le dolía, pero no de la manera en la que Louis creía. Sus labios estaban un poco doloridos e hinchados, pero eso era de esperar. El dolor más grande estaba profundamente dentro de su pecho donde Louis no podía verlo.

Quería compartir este espectacular momento con Louis, gritarle al mundo que finalmente había sido capaz de darle placer a su Dom, que había experimentado el placer del hombre como se había imaginado haciéndolo todos estos años. Harry sentía que había esperado una eternidad para pertenecer a Louis. Pero permitirle al otro saber lo mucho que significaba para él podría alejarlo por completo, y eso no podía permitirlo. Él sabía que tenía que jugar de cierta manera, y eso significaba no compartir sus pensamientos y deseos internos hasta que Louis pudiera realmente apreciarlos.

Este no era el momento.

—No, ¿qué?

—No, Maestro. —Harry escondió su mueca mordiendo su labio. Él deseaba que sus manos estuvieran libres porque necesitaba el consuelo de morderse el pulgar. En este punto, se habría conformado con acurrucarse en un abrazo si pensara que así podría escaparse de esta.

Necesitaba consuelo. Necesitaba los fuertes brazos de Louis envueltos a su alrededor y la profunda y rica voz del hombre calmándolo. Necesitaba saber que había satisfecho a su Maestro. Y ninguna de esas opciones estaba abierta para él.

Harry trató de recordar las palabras que Rufus, Rio, y Liam le habían dicho. Se suponía que sería distante y no le mostraría lo mucho que su tiempo juntos significaba para él. Se suponía que iba a hacer que Louis trabajara por su relación.

Eso era difícil de hacer cuando finalmente estaba consiguiendo todo lo que deseaba. Estaba empezando a tener dudas sobre el gran plan. No estaba seguro de cuánto tiempo podía ocultar su necesidad por Louis. Por el momento, no estaba seguro de por qué se suponía que tenía que ocultarla.

Estar rodeado por los brazos de Louis sonaba malditamente bien en estos momentos. Harry estaba muy decepcionado y tuvo que contener un gemido de protesta cuando Louis lo desenganchó y le quitó las restricciones en torno a sus muñecas.

—¿Necesitas ayuda para limpiarte?

—No, Maestro. —Harry se estremeció ante la indiferencia en la voz de Louis. Una pequeña parte de su corazón se apretó en su pecho. Al parecer, el momento no había significado tanto para Louis como para Harry—. ¿Puedo ir al baño?

—Es la puerta situada a la izquierda —respondió Louis con severidad—. Tienes cinco minutos, quítate la venda de los ojos y límpiate, luego la quiero de vuelta en su lugar.

Harry asintió mientras se ponía la máscara en la frente. Parpadeó cuando las brillantes luces de la sala lo cegaron por un momento. Una vez que pudo ver, le robó una rápida mirada a  Louis, y su corazón se hundió aún más.

Acababan de tener lo que  Harry había sentido como una experiencia que había cambiado su vida, y el hombre parecía completamente imperturbable, sin un cabello fuera de lugar. Sus pantalones ni se habían arrugado. Nadie que mirara a Louis siquiera hubiera imaginado que el hombre había hecho ejercicio físicamente. Nadie sabría que sólo unos minutos antes, su polla estaba hasta los huevos en el interior de la boca de Harry.

Harry se dio la vuelta antes de que Louis pudiera ver las lágrimas que brotaban de sus ojos. ¿Tal vez no era cierto que era tan especial? ¿Tal vez era el único que lo veía de esa manera?

Harry cogió su tanga del piso y se dirigió al baño. Empezó a cerrar la puerta tras él cuando escuchó a Louis aclararse la garganta. Los hombros de Harry se hundieron, dejó la puerta abierta y caminó hacia el lavabo.

Se miró en el espejo. No vio nada distinto, el mismo pelo castaño oscuro, la misma cara cuadrada y delgada. Sus ojos de color verde pálido parecían un poco más tenues de lo usual, pero creía que podía ser debido a la luz del cuarto de baño.

Harry se sintió decepcionado. Debería haber algo que gritara su cambio de estado, su condición de sum, su paso de agente libre a ser uno tomado, aunque fuera temporalmente. Bueno, tal vez no una fiesta, pero por lo menos un reconocimiento de algún tipo.

Harry sacudió la cabeza ante la inutilidad de sus emociones y agarró una toalla limpia. Rápidamente se limpió, se puso el tanga, entonces se miró en el espejo de nuevo. Agarró el borde del mostrador y tomó varias respiraciones profundas lentamente mientras intentaba recuperar la compostura lo suficiente como para salir de nuevo a la otra habitación y enfrentarse a su nuevo Dom.

—Es tiempo, ángel.

Harry se dio la vuelta y le llevó dos pasos estar entre la puerta y él. Se detuvo en el marco de la puerta y deslizó la venda sobre sus ojos. Al menos este pequeño material negro le daría algún tipo de barrera entre sus sentimientos y Louis.

—Muy bien.

—Gracias, Maestro.

—Ven, ángel.

Harry caminó hacia la voz de Louis, confiando en que el hombre impediría que nada lo lastimase. Había dado varios pasos en la habitación cuando sintió las manos suavemente agarrar su brazo.

—Las manos juntas, ángel.

Harry colocó las manos juntas, a continuación, sintió cómo Louis le volvía a colocar las restricciones. Se estremeció. Había descubierto durante su entrenamiento que le encantaba ser inmovilizado. Le daba la oportunidad de lanzarle todo el control a otra persona y lo liberaba para disfrutar simplemente de su placer.

—Creo que vamos a tomar una pequeña siesta y luego algo de comer antes de comenzar realmente a jugar. ¿Qué te parece a ti, ángel?

—Sí, Maestro.

De hecho, sonaba maravilloso para Harry, especialmente la parte de la siesta. Sintió que se derretía. No podía pensar en nada que deseara más que acurrucarse con Louis y descansar, con la esperanza de tener los brazos de su Amo ciñéndolo.

—¿Debo dormir contigo, Maestro? —Harry se preocupó cuando Louis no respondió de inmediato—. ¿Maestro?

—Normalmente, los sumisos no pasan la noche en mi casa, Harry. Esta es una situación inusual.

—Yo podría dormir en la habitación de invitados, si lo prefieres —ofreció Harry, él se encogió a la idea. Sabía que algunos amos preferían que sus sumisos durmieran en la alfombra del suelo o incluso en habitaciones separadas. Harry odiaría eso, pero lo haría si eso es lo que Louis prefería.

—Creo que, dadas las circunstancias, puedo suavizar las reglas, por el momento, ángel. Puedes dormir en mi cama. — Louis tiró de las muñecas atadas de Harry—. Pero tú, sin embargo, seguirás atado y con los ojos vendados.

Harry casi rebotó con alegría. —Gracias, Maestro.

Perdió la cuenta de las vueltas y revueltas que habían dado, y de las escaleras que habían subido. Cuando Louis lo condujo por una puerta y de repente se detuvo, Harry se preguntó si habían llegado a su destino y dónde exactamente era eso.

Se quedó en silencio, esperando la siguiente orden. Su cuerpo zumbaba con anticipación. Se estremeció cuando sintió a Louis bajarle el tanga. Harry salió de él y esperó de nuevo.

—Tan lindo como luces, creo que podemos deshacernos de esto —dijo Louis mientras desataba el lazo alrededor del cuello de Harry.

Louis se apartó, y Harry lo oyó caminar por la habitación. Un momento después, regresó. Sintió algo envolverse alrededor de su cuello y cerrarse en su lugar. —Tengo algo mejor para que uses.

Harry intentó tragar saliva, pero un repentino nudo de emoción llenó su garganta. Louis le había colocado un collar alrededor de su cuello. Por mucho que le gustaba estar atado y con los ojos vendados, justo en ese momento, deseaba estar libre. Quería ver el collar alrededor de su cuello. Quería tocarlo. Él quería una prueba visual de la reivindicación de Louis por él.

—Ahora, esto luces lindo —murmuró Louis. Harry se estremeció cuando sintió los dedos de Louis moviéndose a lo largo del collar de cuero, las puntas rozando su piel—. Muy sexy, ángel.

—Gr-gracias, Maestro.

—Ven, ángel, hora de la siesta para los dos.

Harry siguió la guía de Louis hasta que sintió la esquina de cama contra sus piernas. Se sentó, luego se deslizó hacia atrás hasta que sintió las almohadas detrás de él. Un momento después, el colchón se hundió y Louis se extendió a su lado.

—Ruédate de lado, ángel, quiero mi polla entre tus muslos mientras duermo.

Harry estaba para todo eso. Entusiasmado se rodó de lado. Louis se acurrucó a su espalda. Su pierna fue levantada, y la dura polla de Louis se metió entre sus muslos. Louis pasó un brazo alrededor de la cintura de Harry y apretó su cara contra la parte posterior de su cabeza.

—Duerme, ángel, tendremos una noche muy ocupada por delante de nosotros, y tú necesitarás tu fuerza.

¿Dormir? Claro, como si pudiera dormir con la dura polla de Louis entre sus muslos. La tentación de moverse un poco, sentir cómo se deslizaba esa polla con fuerza contra él, casi lo abrumaban.

Sus tumultuosos sentimientos no se aliviaron cuando Louis acercó su cuerpo y envolvió sus dedos alrededor de su polla. ¿Se suponía que iba a dormir así en realidad?

—Shh, ángel, estás pensando demasiado. —La voz de Louis era tan suave, el interior de Harry se fundió con el sonido—. Cierra los ojos y duerme.

Harry cerró los ojos y se deslizó hacia atrás contra el cálido cuerpo mientras trataba de relajarse. Era casi imposible. Su mente daba vueltas a todo lo que había sucedido en las últimas horas y todo lo que Louis le había prometido que iba a pasar próximamente.

Sobre todo, Harry no podía creer que por fin estaba aquí, en los brazos de Louis. Había sido el objetivo de cada uno de sus momentos de vigilia durante los últimos dos años. Bueno, casi la meta. Que lo reclamara era definitivamente el objetivo principal, pero esto bastaría mientras tanto. Sólo rezaba para poder convencerlo de que lo mantuviera para siempre.

No sabía qué iba a hacer si el hombre optaba por dejarlo en libertad cuando la semana terminara. El último pensamiento de Harry antes de quedarse dormido era el infierno que viviría si tenía que alejarse de Louis cuando esto hubiera terminado. No estaba seguro de que lo haría para sobrevivir a ese tipo de angustia.

Hola
Nueva lectora!!!!
Quiero que pasen esos 7 dias rapido y louis lo reclame jghfhugf
Tu nove es genial

Nelshipper escribió:Hola
Nueva lectora!!!!
Quiero que pasen esos 7 dias rapido y louis lo reclame jghfhugf
Tu nove es genial

Hi!!
Es lo que todas esperamos jaja gracias, linda :D <3

holi soy nueva lectora y lei tu nove y me encanto e.e esta bien hot síguela cuando puedas

Hola soy nueva lectura soy abby
el smut es la vida lml ah
no me puedo imaginar a harry con el pelo largo D: hahahahaha siguela pronto xx. :3

ximiwis escribió:holi soy nueva lectora y lei tu nove y me encanto e.e esta bien hot síguela cuando puedas

Hola (:
Bienvenida, linda.
Gracias por leer, ya la sigo.

cobulaa escribió:Duermeen juntos :33 con la cosa entre los muslos hdfkjhfd  Louis por mas frio que sea no puede aguantarse a tratarlo bien :33
siguee pronto
Besoos
Bye <3

Louis quiere ser rudo y no le sale jaja 
Solo Harry podría dormir con tal cosa entre los muslos.
Ya la sigo. xx

lklfdjlkjlgkdj sigue! Sigue! Me encantó y lo de Louis... es un poco puto :c Pero en fin! se que caerá! lo se (? Ah...

Harry sintió el movimiento de la cama debajo de él cuando Louis se apartó. Escuchó con atención, oyó los pasos del hombre mientras este cruzaba la habitación. Un cajón abrirse, se oyó un crujido, entonces Louis volvió de nuevo a la cama.

Harry rodó sobre su espalda cuando el colchón se hundió mientras Louis se sentaba. —¿Maestro?

—Estoy aquí, ángel.

Harry lanzó un pequeño gemido de placer que corrió por su cuerpo cuando Louis ahuecó un lado de su cara. Deseaba más allá de cualquier cosa no tener los ojos vendados en ese momento. Quería ver a su Maestro mirándolo, ver al hermoso Louis, a sus sensuales ojos.

—Es hora de levantarse y jugar, ángel. Nos hemos quedado dormidos, y la noche ha pasado para nosotros.

Harry ansiosamente rodó a un lado de la cama después de que Louis se levantara. Giró sus piernas por un lado y se puso de pie, esperando la siguiente orden de su Maestro.

—¿Necesitas algo de comer antes?

—Prefiero esperar, Maestro.

—Muy bien, ven conmigo.

Harry sintió el tirón de la mano de Louis en su brazo y lo siguió de buena gana. De buena gana seguiría a Louis hasta los confines de la tierra, con los ojos vendados o no, si eso es lo que el hombre quisiera.

Sabía que Louis lo había llevado de vuelta a la sala de juegos cuando el fuerte olor del cuero le golpeó. El aroma embriagador amenazó con hacer que sus rodillas se doblasen. Amaba el olor del hombre, del cuero y del sudor. Era crudo, primitivo, y una manera segura de hacer que la polla de Harry estuviera tan dura como sus uñas.

—Posición de reposo, ángel.

Harry hizo lo que Louis le había ordenado, bajando las rodillas hasta el suelo. Cuidadosamente separó las piernas y apoyó sus manos atadas sobre sus muslos. Harry cuadró sus hombros y miró al frente, a pesar de que no podía ver nada a través de la venda en sus ojos.

Su piel se erizó cuando los dedos de Louis se arrastraron a lo largo de su mejilla. Comenzó a apoyarse en la palma de Louis, pero el hombre de pronto movió su mano, agarrando un puñado grande de su pelo y tirando de su cabeza hacia atrás.

—Eres un muchacho ansioso, ángel —le susurró Louis al oído—. Me gusta eso.

—Gracias, Maestro.

—¿Vas a ser tan ansioso cuando sientas el beso de mi cuero a través de tu piel?

Harry tragó saliva y asintió. —Sí, Maestro.

—Ya veremos. —Louis se echó a reír—. Dame tus manos, ángel.

Harry levantó las manos y las sostuvo para Louis, tirando un poco cuando Louis las agarró y tiró de ellas sobre su cabeza. Había esperado que Louis agarrara sus manos, pero aun así estaba un poco en shock. Una vez más ató sus manos al gancho del techo.

Un momento más tarde, Harry sintió el tirón del gancho del techo y se puso de pie mientras sus manos se elevaban hacia arriba. Louis no tiró demasiado, sólo lo suficiente para que Harry estuviera de pie con la espalda recta, las manos atadas por encima de su cabeza.

—Tan hermoso —dijo Louis mientras lo acariciaba con la mano desde el torso hasta la curva de la cadera. Harry se estremeció ante el ligero toque, su cuerpo tenso—. Demasiado hermoso.

Una vez que estuvo donde Louis quería, el hombre se apartó de él. La alfombra amortiguaba los pasos de Louis, pero Harry lo oía moverse por la habitación de todos modos.

Tal vez tenía un sexto sentido en lo que a Louis concernía porque toda su atención se centraba en el hombre. O tal vez era sólo la perturbación en el aire cuando este se movía por la habitación. Cualquiera que fuera el caso, sabía exactamente dónde estaba.

Su corazón empezó a latir más rápido cuando Louis volvió al otro lado de la habitación junto a él. Podía oír el suave chasquido de cuero contra la desnuda carne y se estremeció por la anticipación.

Harry había entrenado durante mucho tiempo sólo para este momento. Pasó meses bajo la mano de todos los Dom que su tío le había sugerido, entrenando para ser el sum perfecto. Pero de repente, sentía que cada parte de la formación que había tenido no valía nada. Se sentía como un novato.

Casi salta fuera de su piel cuando sintió los largos mechones de cuero arrastrándose por encima de su hombro. Louis no hizo nada más que mover el flogger alrededor de su cuerpo, los extremos de las tiras de cuero susurrando a través de su carne cuando Louis utilizó el flogger para empujar su pelo por encima de su hombro.

Su piel se puso de gallina. La respiración de Harry se volvió áspera. Podía sentir su polla llenarse cuando la excitación se extendió por él. Dio una vez más gracias por la venda de los ojos. No creía que pudiera ocultar su deseo por Louis si el hombre decidía mirarlo a los ojos.

—Tan bonito, ángel, tan sensible.

La alabanza de Louis fue directa a la cabeza de Harry, haciéndolo girar. Inhaló con suavidad, tratando de calmar su corazón a toda velocidad. El hombre ni siquiera había comenzado con el flogger, y ya estaba sobrecargado. Ni siquiera quería pensar en cómo iba a ser una vez que comenzara a usar las pequeñas cuerdas de cuero.

—Recuerda tu palabra de seguridad, ángel.

—Sí, Maestro.

Harry contuvo la respiración mientras esperaba sentir la primera caricia suave de cuero en su piel. Cuando llegó, el golpe fue casi sorprende por su ligereza. Por alguna razón, Harry había esperado que Louis lo golpeara más duro, más fuerte, no la ligera azotada que le estaba dando.

Los suaves y continuos golpes del cuero en su espalda hicieron que se arquera en el aire. Cada vez que los latigazos caían, cada uno le traía a un placer más allá de lo imaginable. Sus gritos llenaron la sala de juegos.

—Maestro.

Las manos de Louis estaban repentinamente en su espalda, acariciando hacia abajo la suave curva de la parte inferior de su columna vertebral y parándose en sus nalgas. Sus dedos trazaron los verdugones que Harry podía sentir en su piel.

—Está bien, ángel, te marcas hermosamente.

—Gr-gracias, Maestro.

Harry jadeaba mientras Louis seguía acariciándolo. Entre los azotes, el olor del cuero y del hombre que llenaban la habitación, y estando atado como estaba, montaba el borde de su autocontrol, apenas colgando de un hilo.

Le dolía, entre los omóplatos, bajando por su espalda y sobre las nalgas. Un dolor delicioso, que hacía palpitar y gotear a su polla y tronar a su corazón.

Harry gimió cuando Louis repentinamente bajó el gancho y lo empujó sobre sus rodillas, soltando las manos de las restricciones en sus muñecas. Independientemente de su deseo de cubrir su expuesta erección, Harry todavía separó las piernas como Louis quería.

Louis levantó de pronto la venda de la cabeza de Harry. Él parpadeó con fuerza por la brillante luz hasta que sus ojos se adaptaron lo suficiente para mirar a su Maestro. Tragó duro por la necesidad de hambre que podía ver en el rostro de Louis. El hombre se lo comía con los ojos. Nadie nunca lo había mirado así.

—Chúpame.

Harry mantuvo su mirada pegada a Louis cuando abrió la boca y tomó la rígida polla del hombre. El sabor del pre-semen explotó a través de su lengua. Podría haber chupado a Louis una vez antes, pero la experiencia fue tan explosiva en esta ocasión como lo había sido la última vez. Sólo ahora, Louis le permitía ver, y estudió el rostro de su Maestro, para medir sus emociones, mientras se tragaba la polla del hombre.

Louis no movió ni un músculo. Dejó a Harry hacer todo el trabajo, todos los movimientos. Sus ojos, por otro lado, lo decían todo. Cada dolorosa necesidad y cada deseo brillaban en los ojos color avellana.

Con cada golpe de su lengua, con cada succión de su boca, Harry podía ver el placer que le estaba dando a su Maestro, y eso lo ponía más duro de lo que jamás podía recordar haber estado.

Harry gimió, deseando poder agarrar su propia polla, acariciarse a sí mismo. Podía sentir su sangre golpeando a través de su cuerpo, instalándose en su ingle, y le dolía. Pero la orden de su Amo debía ser obedecida.

Así que en lugar de darse placer a sí mismo, apretó más sus manos juntas y renovó su ataque a la polla de Louis, chupó y lamió por todo lo que valía la pena. Necesitaba demostrar que era el sumiso perfecto para el hombre.

La mirada de Louis empezó a volverse vidriosa, sus párpados caían más y más hasta que solo mostraban un destello de color azul. Sus labios se curvaron, su mandíbula apretada. Harry notó una palpitante vena en la sien del hombre. Pequeñas gotas de sudor goteaban por los lados de su cara. Pero aun así, el hombre no se movió. Si su pecho no hubiera estado subiendo y bajando rápidamente, se habría preguntado si el hombre aún respiraba. Excepto por sus ojos, y la rapidez de su respiración, estaba quieto como una estatua.

Sin previo aviso, la cabeza de Louis cayó hacia atrás sobre sus hombros, y un fuerte gemido se hizo eco por toda la habitación cuando la crema caliente llenó la boca de Harry. Este se lo tragó y lamió la polla alrededor, hasta que limpió hasta la última gota.

Gimió en protesta cuando Louis de pronto se apartó. Harry estaba confuso. Louis tenía un ceño gracioso en su rostro. Él no dejaba de mirar hacia abajo a Harry con una expresión burlona, como si estuviera tratando de encontrar algo.

—¿Maestro?

—Silencio, Harry.

Harry parpadeó sorprendido. Louis no lo había llamado por su nombre de pila desde que lo había conocido. Él siempre lo había llamado ángel. ¿Qué había ocurrido que cambiara eso?

Una oleada de miedo corrió a través de él. ¿Había hecho algo mal?

Quería preguntarle, pero había recibido la orden de guardar silencio. Si se quedaba callado, nunca sabría qué había hecho mal. Pero si no se quedaba tranquilo, estaría desobedeciendo la orden.

No sabía qué hacer, así que se quedó sentado esperando a que Louis decidiera lo que fuera que tuviera que decidir. Se moría de ganas por correrse, pero cuanto más esperaba a Louis, menos intensa era su necesidad. Cuando finalmente Louis se acercó y lo levantó, Harry estaba tan agradecido que casi llora... hasta que Louis dio un paso atrás.

Podía sentir algún tipo de pared que se elevaba entre Louis y él, y no entendía por qué estaba ocurriendo. Pensaba que las cosas iban a la perfección. ¿Podría haber estado tan equivocado?

—Ven conmigo.

La orden de Louis era simple, y Harry siguió ansiosamente detrás de él, con la esperanza de averiguar qué le estaba molestando al hombre tanto. Su corazón comenzó a hundirse cuando pasaron el dormitorio de Louis y entró a lo que obviamente era una habitación de invitados.

—El cuarto de baño está al otro lado de la sala, por si lo necesitas, Harry. Te veré dentro de poco tiempo.

—¿Maestro, qué…?

Los dedos de Louis se apretaron contra los labios de Harry, deteniendo sus palabras. —Descasa, Harry.

La boca de Harry cayó. Vio en estado de shock cómo Louis salía de la habitación y cerraba la puerta. Se quedó mirando la puerta cerrada, sin tener idea de lo que acababa de suceder.

Después de un momento, cuando la puerta no se abrió, Harry se acercó y se sentó en un lado de la cama. Su mente se aceleró pensando en la escena anterior con Louis mientras trataba de averiguar por qué esto le había estallado en la cara.

Todo parecía marchar perfectamente. A Louis le gustaban las marcas que había dejado en su cuerpo, las marcas que ahora Harry podía sentir palpitar en su piel. Parecía que le había gustaba mucho la mamada que le había dado.

Sólo después fue cuando Louis cambió de humor, volviéndose más frío y distante. Y por su vida, Harry no podía entender lo que había ocurrido para el cambio de comportamiento de Louis.

Frunció el ceño, su mente corriendo. Tal vez Louis no estaba tan molesto por algo que hubiera hecho, tal vez estaba enojado por algo que Harry no había hecho, o mejor dicho, no haría. ¿Podría estar cabreado porque no le permitiría que lo follara? ¿Podría ser ese un punto de ruptura para Louis? ¿Había llegado a estar tan frustrado, que había decidido que ya no lo quería en absoluto?

Tal vez eso era algo que tenía que tener en cuenta.