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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Tell your story |nc|
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Re: Tell your story |nc|
Kande ay, loco, me gusta la personalidad de Becca, es ruda y me encanta (?) además me gusta Saoirse es muy linda también me gusta que sea inteligente y que piense lo que pasará si se mete en problemas, porque hay personas, como el moreno que se puso a pelear (?), que no lo hacen y no se dan cuenta de que más tiempo se quedarán ahí si lo hacen D: akdsjlkasd en fin, me encantó y gracias por subir XD ya usteh' sae' (?) akhdkajsd ahora me pondré a escribir creo que subiré el viernes o sábado *-*
cuídense, besootes<3
cuídense, besootes<3
Charlie.
Re: Tell your story |nc|
Ahora si, comentare.
Cami: Nenaaa, me encanto tu cap, Bonnie me encanta es tan, "todo me sabe a mierda", cree que con solo portarse bien podra huir de ahi, me encanta es cerrada y algo arisca la ame, y amo a Trisha *-* Tambien amo la manera en la que escribes, se refleja mucho el como se siente y el como es Bonnie, fue un muy buen primer capitulo. Lo lei hace bastante pero estaba de viaje y no podia comentar T.T no recuerdo muy bien pero esta parte me dio mucha risa fue como : Oh, Shit.
– Lo estoy.
– Entonces no te molestará que revise en tus bolsillos, ¿O no?
Comenzó a palpar mi cuerpo con sus delgaduchas manos, especificando las zonas donde podría esconder algún tipo de artefacto. Finalmente, encontró la pequeña navaja y una caja de cigarrillos.
Jajajaaj, me encanto nena (L).
Kandelin: Yo ya te dije lo que pienso de tu cap, Fue increible y ame con locura y pasion a Becca, de seguro sera mi favorita en esta wea de locura, tambien te he dicho repetidas veces que amo como escribes. Becca al parecer ser la bicha mala del lugar, la portadora de los vicios que intenten dejar los demas estoy tan emocionada, muero porque sigan subiendoo ya quiero que me toque Te ami mujer y me voy a comentar los demas caps T.T
Cami: Nenaaa, me encanto tu cap, Bonnie me encanta es tan, "todo me sabe a mierda", cree que con solo portarse bien podra huir de ahi, me encanta es cerrada y algo arisca la ame, y amo a Trisha *-* Tambien amo la manera en la que escribes, se refleja mucho el como se siente y el como es Bonnie, fue un muy buen primer capitulo. Lo lei hace bastante pero estaba de viaje y no podia comentar T.T no recuerdo muy bien pero esta parte me dio mucha risa fue como : Oh, Shit.
– Lo estoy.
– Entonces no te molestará que revise en tus bolsillos, ¿O no?
Comenzó a palpar mi cuerpo con sus delgaduchas manos, especificando las zonas donde podría esconder algún tipo de artefacto. Finalmente, encontró la pequeña navaja y una caja de cigarrillos.
Jajajaaj, me encanto nena (L).
Kandelin: Yo ya te dije lo que pienso de tu cap, Fue increible y ame con locura y pasion a Becca, de seguro sera mi favorita en esta wea de locura, tambien te he dicho repetidas veces que amo como escribes. Becca al parecer ser la bicha mala del lugar, la portadora de los vicios que intenten dejar los demas estoy tan emocionada, muero porque sigan subiendoo ya quiero que me toque Te ami mujer y me voy a comentar los demas caps T.T
Ariel.
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capítulo 03.
Capítulo 03
Timothea
Tal parecía que las lágrimas de la mujer, a quien considero mi madre, no cesarían por nada del mundo. Intenté hacer algo al respecto, calmarla con un par de palmaditas en la espalda y una sonrisa que, tal vez, podría convencerla de que su decisión de mandarme a un lugar como ese, sería la correcta, sin embargo, no funcionó.
Con su sonrisa tímida y un último abrazo se despidió de mí por enésima vez, recordándome que haría una llamada diaria a las instalaciones para saber de mí y de mi progreso.
Progreso. Sí, claro.
Es como si creyese que podría curarme estando de rodeada de personas con personas que tenían que cargar con sus propios demonios, los que, quizá, fuesen mucho peores que los míos.
Con un movimiento de cabeza, con la intención de despojarme de mis propios pensamientos, le devolví el abrazo a Mariah, sintiendo como sus brazos me estrujaban por última vez antes soltarme.
Su abrazo me recordó a Luciana y su despedida, la que entre lágrimas y llanto logró decirme adiós. Estaba sorprendida de la reacción que tuvo cada miembro de la familia ante mi partida, no me estaba esperando el lloriqueo por parte de mi madre y hermana adoptiva, como tampoco esperaba las reacciones William, quien acordó y buscó esta rehabilitación para mí.
Al sentir un carraspeo a nuestras espaldas, la radiante rubia, con nariz y ojos enrojecidos, producto del llanto, se separó de mi un par de centímetros, escrutando con la mirada al tipo que se había introducido a sí mismo como Garret, el que también, tenía una de mis maletas en su mano derecha y una estúpida e inútil sonrisa plasmada en la cara.
Con una mirada apenada mi madre se alejó de mí, y su mirada viajó desde el estúpido parado en la puerta de Borja hasta mí, y nuevamente lágrimas brotaron por sus ojos.
— Esto es por tu bien – sollozó, dándome una mirada de disculpa.
Asentí con la cabeza, sin decir más y le sonreí. Puesto que sabía que cualquier cosa que le dijera en ese momento, provocaría que nuevamente un mar de lagrimas cayeran por sus ojos y, a pesar de todo, no estaba dispuesta a verla llorar más. No me gustaba ver a la gente derramar lágrimas.
La vi una última vez agitar su mano derecha antes de abrazarse a sí misma y volteé. Le di la espalda y me alejé, con la otra maleta en mi mano, para seguir al tipo con una sonrisa tipo guasón que insistía que mi estadía en el loquero me ayudaría en mil y un sentidos.
Me mordí la lengua para no decirle la sarta de barbaridades que cruzaban por mi mente mientras él hablaba con una felicidad que me exasperaba. ¿Qué hombre en su sano juicio diría que las instalaciones de Borja son perfectas para crear lazos de amistad y ayudar a los demás a superar sus problemas? Quizá el idiota era un paciente que quedó tan traumado que jamás lo pudieron sacar de ahí, he allí la razón por la que aun se encuentra ahí con una alegría que exaspera a cualquiera.
Ingresamos a una oficina, la que parecía ser la recepción. El sujeto me presentó ante el personal y una vez que lograron quitarme mi teléfono celular y audífonos, me dieron la bienvenida al manicomio.
A medida que avanzábamos por los pasillos blancos y sin vida de las instalaciones, menos quería quedarme en el lugar. Pero debía hacerlo, porque si Mariah y William consideraba que lo que sea que me hicieran en Borja me haría bien, debía hacerlo, por ella.
Me sentía en deuda con ella y debía pagárselo de alguna forma.
— ¡Bien! – la patética voz de Garret se hizo presente en mis oídos. Levanté la mirada y lo encontré con la misma sonrisa de antes. – Esta es tú habitación, una vez que estés instalada y lista ¡podrás conocer a tus compañeros de grupo! – añadió.
Murmuré un “está bien” antes de arrebatar mi maleta de su lado, con cuidado de no rozarlo siquiera, y me adentré en la habitación sin prestar atención a lo que decía. Cerré la puerta tras de mí y miré la habitación cruda y sin vida.
Bastantes habían sido las razones de Mariah, Luciana y William para haberme mandado a un lugar como éste. Ellos aun tenían la esperanza de que me convirtiera en una adolescente que fuese normal, dentro de los parámetros para una familia como ellos. Querían verme ir a fiestas, interactuar con otros que no fuesen Luciana, mi hermana, y Diana, la hija del personal de limpieza. Mis padres adoptivos buscaban que pudiese dejar de lado mi pasado y fijase mí vista en el presente y viviese el día a día.
No sé que pretendían, pero para mí, seguían siendo unos ilusos. No obstante, los complacería.
Tiré mis cosas en la cama más cercana a la ventana y me senté en ella. Poco era lo que podía ver a través de los barrotes de la ventana, no obstante, clavé mi mirada e intenté ver más allá del gris desolado que cubría el cielo.
Solté un suspiro, apoyé mis codos en mis rodillas y dejé caer mi cara hacia las palmas de mis manos. Cerré mis ojos por un momento y respiré profundamente. Me mantendría en Borja por mi familia y por los esfuerzos que ellos habían echo por mí. Aun así, no creía que pudiesen cambiar lo que una vida entera había moldeado.
Veinte minutos más tarde, había sacado mi ropa y pertenencias, llenando el espacio designado en el closet blanco junto a la pared, y ya no sabía que más hacer. Tirada en la cama, mirando el techo no lograba concebir que sería de mí durante mi estadía en un lugar tan tétrico y sin vida como aquel.
Me hacía sentir que mi propio interior se reflejaba en las paredes blancas, sin vida ni propósito en la vida, más que vivir día a día, intentando sobrevivir en un mundo en el cual no encajaba ni de una ni otra manera.
Bufé para mis adentros y me senté en la cama. Estaba tentada a ir a recorrer las instalaciones por mi propia cuenta cuando la molesta voz de Garret, seguida por unos golpecitos en la puerta, inundó la habitación.
Rechisté cuando la puerta se abrió.
Y ahí estaba otra vez, esa sonrisa que me tenía incómoda y mi teoría de que el tipo estaba más loco que cada interno que ahí se encontraba, crecía cada vez que aparecía su horrible sonrisa frente a mí.
Murmuró un par de cosas que se me fue imposible entenderlas, debido al timbre irritante de su voz y a que alguien parecía estar detrás de él, sin embargo, logré comprender las últimas palabras que pronunció.
— Les daré un recorrido por las instalaciones, ¡Será divertido! – masculló el hombre y lo único que pude dar en respuesta, fue un leve asentimiento de cabeza.
Me tomó un par de pasos a la puerta percatarme de quien estaba detrás de Garret era un muchacho, un muchacho una cabeza más alta que yo, de ojos castaños al igual que su cabello, mirada severa y pose firme. No me molesté en estudiarlo con mayor detalle a causa de que el parloteo de Garret me estaba mareando de a poco.
Me situé detrás de ambos, alejada de ellos, para evitar cualquier posible contacto con ellos. Estar ante su sola presencia me ponía nerviosa, y, aunque tratase de disimularlo de la mejor manera, no podía conseguir calmarme. No quería un accidente el primer día en lo que sea que haya sido ese lugar de mierda, pero, como debía haber supuesto, el maniaco de la sonrisa horrible no nos iba a dejar en paz hasta que el muchacho y yo nos presentásemos con el otro.
A medida de que avanzábamos por los pasillos y después de su quinto intento de que nos presentáramos con el otro, por nuestra cuenta, el castaño resopló con fastidio y se detuvo en medio del pasillo, volteándose hacia mí con una mirada cansada y aburrida.
— Soy Liam, un gusto – murmuró con una sonrisa forzada, estirando su mano para que yo la estrechase.
Miré su mano con recelo al sentir que los músculos de mi espalda se tensaban ante el miedo del posible contacto. Sentí los vellos de mi piel erizarse cuando dio un paso más cerca, y poco a poco, estaba comenzando a desesperarme ante su cercanía.
Con una mirada desesperada hacia el tipo de sonrisa satánica, pareció comprender. ¡Idiota! Él debería haberlo sabido, él debería haber sabido.
Garret tomó el hombro de Liam y lo alejó, logrando que el castaño diera un paso atrás debido a mi reacción y mirada nerviosa de un lado a otro y fue entonces cuando una bombilla pareció encenderse encima de la cabeza de Garret notando mi evasiva y el temblor en mis manos.
Como una manera de distraer al muchacho, comenzó a hablar, hablar hasta por los codos. Con la intención de que la desagradable escena quedase en el pasado.
Exhalé todo el aire que se había quedado atascado en mis pulmones cuando el payaso logró que el castaño comenzara a seguirlo. El hombre me miró por sobre su hombro enviándome una mirada apenada ante el poco cuidado que tuvo.
No hice ni dije nada, pero me limité a seguirlo a paso lento y sin apuro, calmando mis respiraciones con cada paso que daba, sintiendo, además, la mirada del castaño voltearse hacia mí constantemente.
Yo sólo intenté ignorarlo y alejarme de él lo que el ancho del pasillo me permitía.
Garret dobló a la derecha, seguido del castaño. Quien había dejado de mirarme como un jodido acosador cuando decidí bajar la velocidad de mis pasos hasta llegar a caminar tan lento como una tortuga anciana.
Cuando ambos desaparecieron en la esquina, giré mis talones y troté de vuelta hacia una puerta que dejaba ver los jardines de Borja.
Respiré profundamente el aire frío y fresco que me ofrecían los jardines. La vista era preciosa y los jardines enormes.
Avancé hasta encontrarme con un pequeño banco, ubicado en el sendero que ahí se encontraba. Sin ninguna otra cosa que hacer, caminé hacia él y me senté en el banco de madera.
Contemplé por un momento el verde del jardín, las plantas y árboles que se extendían por metros y metros. Respiré con profundidad y cerré mis ojos por un par de segundos, dejando que mi respiración se ralentizara.
Mi pulso se desaceleró al igual que los latidos de mi corazón.
Pero sabía que no todo podía salir bien. La presencia de alguien más a mis alrededores me perturbó. Abrí uno de mis ojos verdes con cautela y analicé a mi alrededor. Pronto descubrí que unas zapatillas negras se encontraban delante de mí y yo sabía muy bien a quien pertenecían.
Tensándome por completo levanté la mirada para encontrarme con sus ojos castaños, curiosos y resentidos, analizándome de los pies a la cabeza, pero esta vez, se mantuvo a una distancia prudente de mí.
— Aun no me has dicho tú nombre – pronunció el chico que se había presentado como Liam.
No pude comprender el trasfondo de sus palabras, tampoco pude entender el porqué una persona como él se encontraba en un lugar como ese.
Fruncí mis labios y una fina línea se formó antes de que me decidiera a hablar o no.
— Tim.
La palabra escapó de mis labios de manera rápida y dura, queriendo que de una vez por todas se alejase de mí, pero no lo hizo. En cambio, se limitó a dar un asentimiento con la cabeza.
Pronto descubrí su intención de sentarse junto a mí. Cada parte de mi cuerpo se puso alerta y mis ganas de salir corriendo hacia cualquier lugar crecían con el paso de los segundos y con cada uno de los centímetros que el muchacho se aproximaba a mí.
Sabía que lo menos dañino que podía hacer era correr, dado que la última vez que un muchacho se había acercado a mí de esa manera, terminó con un ojo morado y un diente menos.
Estaba lista para correr, o proporcionarle un manotazo (la opción que el pánico escogiese , en aquel minuto) y terminar con la sensación de opresión en mi pecho.
— ¡Hey, ustedes! – la voz de una mujer llegó a mis oídos.
Agradecida por la interrupción de la mujer con una bata blanca, mirada confusa y rasgos duros –lo que contrastaba con sus ojos celestes y cabello castaño–. Me incorporé de la banca al momento en el que ella se había situado frente a nosotros.
— Deberían estar en el comedor – nos reprendió – es ahí donde se encuentran los chicos que pertenecen a su grupo – finalizó, señalándonos con la mano el lugar hacia donde teníamos que ir.
La tortura estaba por comenzar.
Con su sonrisa tímida y un último abrazo se despidió de mí por enésima vez, recordándome que haría una llamada diaria a las instalaciones para saber de mí y de mi progreso.
Progreso. Sí, claro.
Es como si creyese que podría curarme estando de rodeada de personas con personas que tenían que cargar con sus propios demonios, los que, quizá, fuesen mucho peores que los míos.
Con un movimiento de cabeza, con la intención de despojarme de mis propios pensamientos, le devolví el abrazo a Mariah, sintiendo como sus brazos me estrujaban por última vez antes soltarme.
Su abrazo me recordó a Luciana y su despedida, la que entre lágrimas y llanto logró decirme adiós. Estaba sorprendida de la reacción que tuvo cada miembro de la familia ante mi partida, no me estaba esperando el lloriqueo por parte de mi madre y hermana adoptiva, como tampoco esperaba las reacciones William, quien acordó y buscó esta rehabilitación para mí.
Al sentir un carraspeo a nuestras espaldas, la radiante rubia, con nariz y ojos enrojecidos, producto del llanto, se separó de mi un par de centímetros, escrutando con la mirada al tipo que se había introducido a sí mismo como Garret, el que también, tenía una de mis maletas en su mano derecha y una estúpida e inútil sonrisa plasmada en la cara.
Con una mirada apenada mi madre se alejó de mí, y su mirada viajó desde el estúpido parado en la puerta de Borja hasta mí, y nuevamente lágrimas brotaron por sus ojos.
— Esto es por tu bien – sollozó, dándome una mirada de disculpa.
Asentí con la cabeza, sin decir más y le sonreí. Puesto que sabía que cualquier cosa que le dijera en ese momento, provocaría que nuevamente un mar de lagrimas cayeran por sus ojos y, a pesar de todo, no estaba dispuesta a verla llorar más. No me gustaba ver a la gente derramar lágrimas.
La vi una última vez agitar su mano derecha antes de abrazarse a sí misma y volteé. Le di la espalda y me alejé, con la otra maleta en mi mano, para seguir al tipo con una sonrisa tipo guasón que insistía que mi estadía en el loquero me ayudaría en mil y un sentidos.
Me mordí la lengua para no decirle la sarta de barbaridades que cruzaban por mi mente mientras él hablaba con una felicidad que me exasperaba. ¿Qué hombre en su sano juicio diría que las instalaciones de Borja son perfectas para crear lazos de amistad y ayudar a los demás a superar sus problemas? Quizá el idiota era un paciente que quedó tan traumado que jamás lo pudieron sacar de ahí, he allí la razón por la que aun se encuentra ahí con una alegría que exaspera a cualquiera.
Ingresamos a una oficina, la que parecía ser la recepción. El sujeto me presentó ante el personal y una vez que lograron quitarme mi teléfono celular y audífonos, me dieron la bienvenida al manicomio.
A medida que avanzábamos por los pasillos blancos y sin vida de las instalaciones, menos quería quedarme en el lugar. Pero debía hacerlo, porque si Mariah y William consideraba que lo que sea que me hicieran en Borja me haría bien, debía hacerlo, por ella.
Me sentía en deuda con ella y debía pagárselo de alguna forma.
— ¡Bien! – la patética voz de Garret se hizo presente en mis oídos. Levanté la mirada y lo encontré con la misma sonrisa de antes. – Esta es tú habitación, una vez que estés instalada y lista ¡podrás conocer a tus compañeros de grupo! – añadió.
Murmuré un “está bien” antes de arrebatar mi maleta de su lado, con cuidado de no rozarlo siquiera, y me adentré en la habitación sin prestar atención a lo que decía. Cerré la puerta tras de mí y miré la habitación cruda y sin vida.
Bastantes habían sido las razones de Mariah, Luciana y William para haberme mandado a un lugar como éste. Ellos aun tenían la esperanza de que me convirtiera en una adolescente que fuese normal, dentro de los parámetros para una familia como ellos. Querían verme ir a fiestas, interactuar con otros que no fuesen Luciana, mi hermana, y Diana, la hija del personal de limpieza. Mis padres adoptivos buscaban que pudiese dejar de lado mi pasado y fijase mí vista en el presente y viviese el día a día.
No sé que pretendían, pero para mí, seguían siendo unos ilusos. No obstante, los complacería.
Tiré mis cosas en la cama más cercana a la ventana y me senté en ella. Poco era lo que podía ver a través de los barrotes de la ventana, no obstante, clavé mi mirada e intenté ver más allá del gris desolado que cubría el cielo.
Solté un suspiro, apoyé mis codos en mis rodillas y dejé caer mi cara hacia las palmas de mis manos. Cerré mis ojos por un momento y respiré profundamente. Me mantendría en Borja por mi familia y por los esfuerzos que ellos habían echo por mí. Aun así, no creía que pudiesen cambiar lo que una vida entera había moldeado.
✻ ✻ ✻
Veinte minutos más tarde, había sacado mi ropa y pertenencias, llenando el espacio designado en el closet blanco junto a la pared, y ya no sabía que más hacer. Tirada en la cama, mirando el techo no lograba concebir que sería de mí durante mi estadía en un lugar tan tétrico y sin vida como aquel.
Me hacía sentir que mi propio interior se reflejaba en las paredes blancas, sin vida ni propósito en la vida, más que vivir día a día, intentando sobrevivir en un mundo en el cual no encajaba ni de una ni otra manera.
Bufé para mis adentros y me senté en la cama. Estaba tentada a ir a recorrer las instalaciones por mi propia cuenta cuando la molesta voz de Garret, seguida por unos golpecitos en la puerta, inundó la habitación.
Rechisté cuando la puerta se abrió.
Y ahí estaba otra vez, esa sonrisa que me tenía incómoda y mi teoría de que el tipo estaba más loco que cada interno que ahí se encontraba, crecía cada vez que aparecía su horrible sonrisa frente a mí.
Murmuró un par de cosas que se me fue imposible entenderlas, debido al timbre irritante de su voz y a que alguien parecía estar detrás de él, sin embargo, logré comprender las últimas palabras que pronunció.
— Les daré un recorrido por las instalaciones, ¡Será divertido! – masculló el hombre y lo único que pude dar en respuesta, fue un leve asentimiento de cabeza.
Me tomó un par de pasos a la puerta percatarme de quien estaba detrás de Garret era un muchacho, un muchacho una cabeza más alta que yo, de ojos castaños al igual que su cabello, mirada severa y pose firme. No me molesté en estudiarlo con mayor detalle a causa de que el parloteo de Garret me estaba mareando de a poco.
Me situé detrás de ambos, alejada de ellos, para evitar cualquier posible contacto con ellos. Estar ante su sola presencia me ponía nerviosa, y, aunque tratase de disimularlo de la mejor manera, no podía conseguir calmarme. No quería un accidente el primer día en lo que sea que haya sido ese lugar de mierda, pero, como debía haber supuesto, el maniaco de la sonrisa horrible no nos iba a dejar en paz hasta que el muchacho y yo nos presentásemos con el otro.
A medida de que avanzábamos por los pasillos y después de su quinto intento de que nos presentáramos con el otro, por nuestra cuenta, el castaño resopló con fastidio y se detuvo en medio del pasillo, volteándose hacia mí con una mirada cansada y aburrida.
— Soy Liam, un gusto – murmuró con una sonrisa forzada, estirando su mano para que yo la estrechase.
Miré su mano con recelo al sentir que los músculos de mi espalda se tensaban ante el miedo del posible contacto. Sentí los vellos de mi piel erizarse cuando dio un paso más cerca, y poco a poco, estaba comenzando a desesperarme ante su cercanía.
Con una mirada desesperada hacia el tipo de sonrisa satánica, pareció comprender. ¡Idiota! Él debería haberlo sabido, él debería haber sabido.
Garret tomó el hombro de Liam y lo alejó, logrando que el castaño diera un paso atrás debido a mi reacción y mirada nerviosa de un lado a otro y fue entonces cuando una bombilla pareció encenderse encima de la cabeza de Garret notando mi evasiva y el temblor en mis manos.
Como una manera de distraer al muchacho, comenzó a hablar, hablar hasta por los codos. Con la intención de que la desagradable escena quedase en el pasado.
Exhalé todo el aire que se había quedado atascado en mis pulmones cuando el payaso logró que el castaño comenzara a seguirlo. El hombre me miró por sobre su hombro enviándome una mirada apenada ante el poco cuidado que tuvo.
No hice ni dije nada, pero me limité a seguirlo a paso lento y sin apuro, calmando mis respiraciones con cada paso que daba, sintiendo, además, la mirada del castaño voltearse hacia mí constantemente.
Yo sólo intenté ignorarlo y alejarme de él lo que el ancho del pasillo me permitía.
✻ ✻ ✻
Garret dobló a la derecha, seguido del castaño. Quien había dejado de mirarme como un jodido acosador cuando decidí bajar la velocidad de mis pasos hasta llegar a caminar tan lento como una tortuga anciana.
Cuando ambos desaparecieron en la esquina, giré mis talones y troté de vuelta hacia una puerta que dejaba ver los jardines de Borja.
Respiré profundamente el aire frío y fresco que me ofrecían los jardines. La vista era preciosa y los jardines enormes.
Avancé hasta encontrarme con un pequeño banco, ubicado en el sendero que ahí se encontraba. Sin ninguna otra cosa que hacer, caminé hacia él y me senté en el banco de madera.
Contemplé por un momento el verde del jardín, las plantas y árboles que se extendían por metros y metros. Respiré con profundidad y cerré mis ojos por un par de segundos, dejando que mi respiración se ralentizara.
Mi pulso se desaceleró al igual que los latidos de mi corazón.
Pero sabía que no todo podía salir bien. La presencia de alguien más a mis alrededores me perturbó. Abrí uno de mis ojos verdes con cautela y analicé a mi alrededor. Pronto descubrí que unas zapatillas negras se encontraban delante de mí y yo sabía muy bien a quien pertenecían.
Tensándome por completo levanté la mirada para encontrarme con sus ojos castaños, curiosos y resentidos, analizándome de los pies a la cabeza, pero esta vez, se mantuvo a una distancia prudente de mí.
— Aun no me has dicho tú nombre – pronunció el chico que se había presentado como Liam.
No pude comprender el trasfondo de sus palabras, tampoco pude entender el porqué una persona como él se encontraba en un lugar como ese.
Fruncí mis labios y una fina línea se formó antes de que me decidiera a hablar o no.
— Tim.
La palabra escapó de mis labios de manera rápida y dura, queriendo que de una vez por todas se alejase de mí, pero no lo hizo. En cambio, se limitó a dar un asentimiento con la cabeza.
Pronto descubrí su intención de sentarse junto a mí. Cada parte de mi cuerpo se puso alerta y mis ganas de salir corriendo hacia cualquier lugar crecían con el paso de los segundos y con cada uno de los centímetros que el muchacho se aproximaba a mí.
Sabía que lo menos dañino que podía hacer era correr, dado que la última vez que un muchacho se había acercado a mí de esa manera, terminó con un ojo morado y un diente menos.
Estaba lista para correr, o proporcionarle un manotazo (la opción que el pánico escogiese , en aquel minuto) y terminar con la sensación de opresión en mi pecho.
— ¡Hey, ustedes! – la voz de una mujer llegó a mis oídos.
Agradecida por la interrupción de la mujer con una bata blanca, mirada confusa y rasgos duros –lo que contrastaba con sus ojos celestes y cabello castaño–. Me incorporé de la banca al momento en el que ella se había situado frente a nosotros.
— Deberían estar en el comedor – nos reprendió – es ahí donde se encuentran los chicos que pertenecen a su grupo – finalizó, señalándonos con la mano el lugar hacia donde teníamos que ir.
La tortura estaba por comenzar.
- jai
- Hola perdón por la tardanza :c mi compu y el internet me han estado fallando, pero logré terminar el capítulo de una vez por todas e,é espero que sea de su agrado y que me disculpen cualquier error que haya :c no me dio tiempo de revisar porque no sé en qué minuto se me va a ir el internet T.TSigue Mily
Cuídense mucho, besotes<3
Charlie.
Re: Tell your story |nc|
Catita Me encanto tu capi <3 Me da penita la madre adoptiva de Tim :c es que... diablos, pobrecilla :c pero si es lo mejor para su hija, creo que hizo bien entoncesxd Bah, yo los odiaria si me hicieran algo así:B
Liam el niño acosando a la pobre de Tim que no sabe que carajo hacer cuando él se acerca demasiado xd yo que ella dejaria que me toque donde él quisiera ;D
Espero a Emilya <3<3
Liam el niño acosando a la pobre de Tim que no sabe que carajo hacer cuando él se acerca demasiado xd yo que ella dejaria que me toque donde él quisiera ;D
Espero a Emilya <3<3
Jaeger.
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Re: Tell your story |nc|
Cataaaaaaaaaaaaa, amo a Tim *-* es que, loco, el capitulo me hizo sentir nerviosismo cuando ella lo sintio, y casi me vuelvo loca porque queria que ella le gritara a Liam "ALEJATE " pero tambien queria que se quedaran juntitos :ay:Ya sabes que la historia de Tim me parte el corazon en pedacitos D: Y amo, de verdad, como te quedo ;-; Y amo que Liam sea medio acosador(?) y demasiado intimidante, me gusta(? JAJAJAJAJAJ. Mi comentario es corto porque ando rapido ;-; y ya me has pegado la paja(?
Casi digo: espero la siguiente..y esa soy yo e.e seguire lo mas rapido posible <3
Casi digo: espero la siguiente..y esa soy yo e.e seguire lo mas rapido posible <3
hange.
Re: Tell your story |nc|
Garret es demasiado creepy para mi gusto me lo imagine, si, todo guason y maniatico
hange.
Re: Tell your story |nc|
Kande: amé tu capítulo nena. Me encantó como tu personaje y el mío conectaron, dado que tendrán que criticar la miseria del lugar por mucho tiempo(?) Sabes que amo el modo en el que caracterizas a cada uno de tus personajes así que no hay nada que decir. Lo amé <3
Cata: tu cap fue tan ungvvmdns *-* Es que en serio me puse muy ansiosa cuando Liam se acercaba; estaba esperando el grito de pánico o algo por el estilo. Yo lo he hecho(?) Varias personas se han asustado jejeje. Amé tu capítulo y la retinencia palpable entre Garrett y sus pupilos, ah.
Cata: tu cap fue tan ungvvmdns *-* Es que en serio me puse muy ansiosa cuando Liam se acercaba; estaba esperando el grito de pánico o algo por el estilo. Yo lo he hecho(?) Varias personas se han asustado jejeje. Amé tu capítulo y la retinencia palpable entre Garrett y sus pupilos, ah.
Cami
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