Re: Tócame despacio (Larry Stylinson) TERMINADA

por **Smile♡.** Sáb 21 Dic 2013, 9:30 pm

lsahdañsl, lo leí al ratito que subiste pero no pude comentar, no estaba en mi casa sdfghjk. Ay, me tengo que acostumbrar al nuevo diseño u.u
En fin, creo que estuvo bueno el que Harry y Gemm sepan que Louis a veces se hace daño, así ellos están alertas. Louis aprendió al toque a flotar :((, yo fuí a natación por unos años, ¡hasta me tiré en la parte honda! Pero nunca aprendí a flotar .-. Y bueno, estoy emocionada, ya quiero que Loueeeh & Harold se besen askjdasñldasñ, pero de apoco, Louis todavía sufre de pánico.
¡Me encanta! Espero las sigas pronto xx.
Besos linda!

por **MajooSancheezz** Sáb 21 Dic 2013, 11:09 pm

Hay que bellos Harry y Gemma! No puedo imaginarme a Louis asi, el es tan bello y tan hermoso <3 Todavia tiene muchisimo panico pero se que Harry lo va a mejorar ;)SIGUELA PRONTO ME GUSTA MUCHO. y me encanta como tratan a Louis como si fuera de porcelana, i love it!

por **bethlasforh0ran** Lun 23 Dic 2013, 4:52 am

L(ove)arry Stylinson escribió:Ohh esto es muy tierno,harry se re preocupa por louis y ya están teniendo mas confianza sjhdjhsajhdjhd.
Me quede sin palabras esto es muy lindo*.*. Obvio que te voy avisar si me saludan o algo aghshjsjs bueno no me quiero ilusionar tampoco jaja.
seguila cuando puedas (pronto) besosss Elu S2

Si, cada vez se pone mejor*-*
Si, ahora la sigo, besos xx

por **bethlasforh0ran** Lun 23 Dic 2013, 4:54 am

Agustina3 escribió:Hola hermosa (:
nueva lectora ¡Aqui!
wjihagkjasgdihkfsajgmfngs AMO TU NOVELA ESCRIBES DE MARAVILLAS!!
Pobre Louis T.T , PERO OSEA ENAMORATE DEL SEXY DE HARREH NO LO PIENSES MAS BOLUDO!
Y Harry re sexy ahi protegiendolo ♥
gksashljdsfsa SON MUY TIERNOS!
Seguila cuando puedas!
Besos xx

Hola! Bienvenida<3
No, espera, no es mia, yo solo la adapto :)) es una genia la que la escribio:3
Si, son unos tiernos :3
Ahora la sigo, besos xx

por **bethlasforh0ran** Lun 23 Dic 2013, 4:56 am

Smile♡. escribió:lsahdañsl, lo leí al ratito que subiste pero no pude comentar, no estaba en mi casa sdfghjk. Ay, me tengo que acostumbrar al nuevo diseño u.u
En fin, creo que estuvo bueno el que Harry y Gemm sepan que Louis a veces se hace daño, así ellos están alertas. Louis aprendió al toque a flotar :((, yo fuí a natación por unos años, ¡hasta me tiré en la parte honda! Pero nunca aprendí a flotar .-. Y bueno, estoy emocionada, ya quiero que Loueeeh & Harold se besen askjdasñldasñ, pero de apoco, Louis todavía sufre de pánico.
¡Me encanta! Espero las sigas pronto xx.
Besos linda!

Ya se, es un poco extraño, pero es muy lindo<3
Si, cada vez les interesa mas Louis y Louis por ellos y se aman y amor amor amor, ah.
Si, aun tiene miedo, peor ya menos :')
Ya la sigo, besitos xx

por **bethlasforh0ran** Lun 23 Dic 2013, 4:58 am

MajooSancheezz escribió:Hay que bellos Harry y Gemma! No puedo imaginarme a Louis asi, el es tan bello y tan hermoso <3 Todavia tiene muchisimo panico pero se que Harry lo va a mejorar ;)SIGUELA PRONTO ME GUSTA MUCHO. y me encanta como tratan a Louis como si fuera de porcelana, i love it!

Si, mejorara cada vez mas :3
Ya la sigo :3
besos xx

por **bethlasforh0ran** Lun 23 Dic 2013, 4:59 am

Cuando Louis terminó de cambiarse, salió para encontrarse con Gemma. Al acercarse, vio que estaba guiando a un caballo fuera del establo. El caballo era ligeramente más pequeño que Mantacor, con pelaje rojizo, casi del tono de las llamas. Su melena y cola de color café se movían cada vez que caminaba. Gemma sonrió y le indicó que se acercara donde estaban parados ella y el caballo. Se aproximó cautelosamente, manteniendo la vista en el caballo.
—Ésta es Brandy. Tiene dos años y es bastante dócil. Puedes aprender fácilmente con ella. Acércate y estira tu mano para que ella pueda olerla. Así es como comienzan a conocerte.
Louis reaciamente levantó la mano y la extendió con la palma hacia arriba.
El caballo colocó su nariz contra su palma y los bigotes le hicieron cosquillas. Sus labios esbozaron una sonrisa y le empezaron a brillar los ojos de felicidad y alegría.
—Es muy hermosa.
—Bien. Debes montar a un caballo siempre por lado izquierdo. Toma las riendas con tu mano izquierda. —Gemma le entregó las riendas y él las colocó en su mano izquierda y se movió nerviosamente hasta que ella lo posicionó al lado del caballo. —Bien. Ahora coloca tu mano izquierda, la que sostiene las riendas, en la silla. También puedes sostenerte de su melena. Ahí no tienen terminaciones nerviosas, así que no tienes que preocuparte por lastimarla. Hizo lo que le ordenó y esperó que le diera más instrucciones.
—Muy bien, ahora coloca tu mano derecha al final de la silla. Justo así. Bien. Ahora pon tu pie izquierdo en el estribo. Ahora rebota sobre tu pie tres veces y elévate, sube la pierna a la silla mientras lo haces.
Louis casi suelta las riendas y tuvo que intentarlo varias veces mientras trataba de seguir sus instrucciones. Por fin en la silla, jadeó por el cansancio de intentar montar un caballo. Se aferró a la silla y a las riendas. Notó lo lejos que quedaba el suelo. El caballo cambió de posición y Louis gritó, aferrándose con fuerza a la melena del caballo. Gemma se carcajeó y un hoyuelo apareció en la comisura de su boca.
—Relájate, Louis. La yegua puede sentir que estás nervioso y eso la pondrá más nerviosa.
El chico intentó relajarse. Lentamente soltó el pelo y observó mientras Gemma caminaba hacia el otro lado del caballo para asegurarse que su otro pie estuviera en el estribo. Instintivamente lo había hecho al montarse. Ajustó la longitud a su pierna y se aseguró de no lastimar al caballo. —Ahora te guiaré al corral de allá y caminaremos lentamente. ¿De acuerdo Louis?
Cuando Gemma comenzó a guiar el caballo, Louis apretó las piernas y se tensó. Los movimientos del caballo lo asustaban y pensó que se iba a caer.
—Relaja las piernas o no la dejarás respirar. —Escuchó una voz ronca detrás de él. Louis giró la cabeza y se encontró con Harry al otro lado del corral.
Los ojos del hombre reflejaban una emoción que Louis no pudo identificar y giró la cabeza para no mirarlo. Trató de concentrarse en el animal que tenía debajo de él y en las instrucciones de Gemma. La chica caminó con ellos alrededor del corral varias veces, permitiéndole acostumbrarse al ritmo. Cuando sintió que ya tenía un buen equilibrio, se detuvo al lado de Harry.
—Muy bien, te daré la oportunidad de caminar con ella a solas. Sólo tienes que apretar las piernas y mecer tus caderas hacia adelante. Así harás que camine. No trates de hacer nada más. Te tienes que acostumbrar a montar un caballo y a sus movimientos.
Louis asintió. Hizo lo que le indicó y cuando el caballo comenzó a caminar, volvió a mirar nerviosamente a Gemma, pero esta se limitó a sonreírle. Mientras el caballo caminaba por el corral sólo con él, continuó mirando hacia donde estaban Gemma y Harry, y le pareció que hablaban de algo serio. Se preguntaba si tendría que ver con él. Frunció el ceño y se centró en las riendas que tenía entre sus dedos. No tenían por qué estar hablando de él. Decidió ignorarlos y disfrutar del momento al máximo. Había tomado una decisión, así que miró hacia arriba y sonrió cuando el caballo se acercó a los hermanos.
—Cuando desees detener el caballo, tira ligeramente de las riendas. Pero no te olvides de que están adheridas a su boca y podrías lastimarla si lo haces muy fuerte —le explicó cuando Louis se acercó. Hizo lo que le mandaron. Tiró ligeramente de las riendas y el caballo se detuvo.
—¿Cómo me bajo?—preguntó.
—Sólo tienes que mover la pierna hacia la parte trasera del caballo y te dejas caer antes de quitar el pie izquierdo del estribo—dijo Harry, antes que Gemma contestara. Observó la forma en la que los músculos del delgado cuerpo de se movían mientras se bajaba del caballo—. Lo has hecho bien, chico.
Louis casi se derrite por los cumplidos y sonrió enormemente. En menos de una semana, esa mirada atemorizada había comenzado a desaparecer y Harry sintió un enorme alivio y felicidad por haber podido ayudar al adolescente. No tenía que analizar ni examinar los otros sentimientos de su interior. El chico estaría aquí durante tres meses y después regresaría a Nueva York y Harry no tendría que volver a preocuparse por esos sentimientos. Sin embargo, pensar en que Louis volvería a Nueva York hizo que el corazón le doliera y el estómago le diera vueltas. De repente enojado consigo mismo, Harry se alejó del corral.
—Tengo que trabajar en la contabilidad, los veré en la cena. —Se dio la vuelta y se marchó.
—¿He hecho algo malo? —murmuró Louis, mirando al suelo.
—No, para nada. Es sólo que está cansado. Se pone así cuando está exhausto—mintió Gemma y miró a su hermano con hostilidad. ¿Por qué insistía en ignorar sus propias emociones? Y ahora había molestado a Louis—.Vamos, deja que te muestre cómo peinarla y quitarle la silla. La siguiente lección será como ponérsela, ¿vale? Así podrás hacerlo tú mismo.
Le quitaron la silla a Brandy y la cepillaron, asegurándose que estuviera limpia y feliz antes de llevarla a su establo. El sol estaba a punto de ocultarse: se encontraba justo arriba de las montañas cuando volvieron a casa.
El amor y la ternura no existían en la solitaria vida de Louis. Había perdido la esperanza de volverlos a tener por las muchas penalidades a las que se había visto enfrentado desde pequeño. Su fe en muchas cosas había muerto el mismo día en el que habían enterrado a su madre, incluyendo su creencia en Dios. ¿Qué clase de Dios cruel permitiría que tuviera la vida que había tenido? La necesidad de estar a solas se apoderó de él y se excusó con Gemma antes de dirigirse a su dormitorio.
Tomó su cuaderno, se recostó en la cama boca abajo y comenzó a escribir acerca de las montañas y el cielo azul de esa mañana, de la lección de caballos y del enorme hombre que nunca parecía estar lejos de sus pensamientos pero al que jamás podría comprender. Las letras fluyeron por sus dedos y para cuando levantó la mirada, el reloj indicaba que ya eran las siete y media y el cielo se había oscurecido. Colocó el lapicero sobre el cuaderno y lo cerró. Luego se detuvo y se estiró con un suave gemido. Su espalda le dolía por estar mucho tiempo en la misma posición. Decidió preparar algo para cenar para todos y al llegar a la cocina se encontró con que Gemma ya estaba cocinando. Se paró sorprendido y la observó un momento. Estaba preparando una caja de macarrones con queso, así que no tendría problemas con ello, supuso. El agua comenzó a hervir y como estaba ocupada buscando algo en el refrigerador, el agua comenzó a echar espuma. Louis se acercó a la cocina y bajó la temperatura, asegurándose de que el nivel del agua hubiera descendido antes de moverla.

—Lo siento. Tenía que haberme quedado aquí para cocinar—le dijo a Gemma mientras trataba de hacerse cargo de todo, pero ésta rehusó y le obligó a sentarse.
—Estoy bien, simplemente no me di cuenta de que el agua ya estaba hirviendo. Como dijo Harry, todos necesitamos un día libre. —Dejó caer los macarrones en la olla y los movió para asegurarse de que no se pegaban.
Louis se preguntó si Harry seguiría en su despacho y reposó su barbilla en una mano mientras observaba a Gemma moverse por la cocina. Antes le había parecido que estaba muy agitado, ¿qué lo habrá molestado? Parecía estar enfadado. Pensar en ello le hirió y se mordió el labio inferior con preocupación. Sin percatarse de ello, dejó escapar un suspiro y luego saltó alarmado cuando escuchó esa bella voz que había empezado a extrañar.
—¿Por qué el enorme suspiro?
Giró la cabeza y miró a Harry recostado contra el umbral de la puerta, tenía los brazos cruzados y una expresión de cansancio en el rostro.
—Nada, sólo pensaba.
Harry asintió brevemente y se acercó a Gemma para ayudarle a colocar los platos y vasos. Continuó mirando a Louis. Lo observó con cuidado por si reflejaba en su rostro sus pensamientos. El chico era bueno ocultando sus emociones la mayor parte del tiempo, excepto cuando se trataba del temor. El temor parecía estar intrínsecamente ligado al adolescente y estaba feliz de no haber visto esa emoción reflejada en el rostro de Louis todo el día.
Los tres se sentaron a comer. Lo hicieron casi en silencio con sólo un par de palabras intercambiadas ocasionalmente. Incapaz de tolerar el silencio, Gemma suspiró, alejó el plato vacío y se marchó. Harry la miró irse sin mostrar interés y luego volvió a mirar a Louis.
—Llevas aquí casi una semana, ¿cómo te sientes?
Levantando la mirada de su plato, Louis sonrió suavemente.
—Creo que es el mejor lugar en el que he estado jamás. Es bonito, tranquilo, y tú y Gemma sois las personas más bondadosas que he conocido. Cuando me vaya, los voy a extrañar. —Después de haber dicho eso, se puso de pie y caminó al fregadero, colocó su plato y abrió el grifo.

Algo similar a la desesperación comenzó a molestar a Harry, pidiéndole que le dijera a Louis que no tenía que marcharse. Pero antes de avergonzarse a sí mismo, se puso de pie y se detuvo al lado de Louis para entregarle su plato. Notó que Louis no se asustó esta vez y sonrió como un idiota al salir de la cocina.
Louis terminó de lavar los platos y se fue a la cama. Últimamente se le hacía más fácil dormir: cada noche lo hacía por lo menos unas cuantas horas, si no toda la noche. No le había mentido a Harry al decirle que le echaría de menos a él, a su hermana y al rancho. Era un hermoso lugar para vivir y sólo podía soñar con quedarse allí. Su mente sabía que eso no podía ser, pero era lo que añoraba su corazón. Para evitar que su corazón se rompiera nuevamente, tendría que distanciarse, pero tal vez fuera demasiado tarde. Guardó los pocos utensilios que habían utilizado, apagó la luz y caminó a su dormitorio. Algo le dijo que sería otra noche en vela.

Comenten si les gusta, la sigo mas tarde... besitos xx

por **I'mLarryShipper** Lun 23 Dic 2013, 2:01 pm

Me encanto el cap!
Pobre Louis, no quiero que vuelva a Nueva York, ahí va a estar solito,
que se quede el rancho!!
Seguila por favor, muero por saber que va a pasar.
Saludos :hug:

por **ayludanae** Lun 23 Dic 2013, 4:53 pm

hay nooo seguila
soy nueva lectora me llamo aylen soy de argentina me encanta
pobre loulou quiero saber que le pazo lo de los pies y eso porfavor que en el próximo le explique lo que le paso hayyyyyy me intriga

por **L(ove)arry Stylinson** Lun 23 Dic 2013, 6:42 pm

Ay que idiota Harry le tiene que decir que se quede! Pobre lou, ojalá que no se aleje de ellos porque progresaron mucho :( .
seguila por favor,sabes que me gusta. Jaja besos.

por **bethlasforh0ran** Jue 26 Dic 2013, 1:55 am

Transcurrieron un par de semanas con la misma rutina. Louis, por supuesto, preparaba las comidas los seis días de la semana que los hombres llegaban a trabajar y Gemma continuó con sus lecciones de cabalgar. Seguía yendo a ver a Mantacor por las mañanas después de que los hombres se marcharan. El caballo había comenzado a confiar en él y trataba de no ser muy obvio cuando Gemma y Harry estaban alrededor. Sin embargo, el caballo se quedaba en el corral y lo llamaba, relinchando y caminando de un lado a otro, observándole. Le hacía sentir culpable no poder ir a saludarlo o acariciarle el hocico. Pero sabía que Harry se enfadaría mucho con él si lo hacía.

Para su desgracia, Harry lo descubrió. Había transcurrido un mes desde que empezó a trabajar de cocinero en el rancho, y salió justo después de que los hombres se marcharan, casi corriendo al corral donde el caballo le estaba esperando.

—¿Qué tal, Mantacor? —dijo suavemente, riendo cuando el caballo lamió los cubos de azúcar de la palma de su mano. Le dio unas palmaditas en el cuello y se carcajeó mientras el caballo le hacía cariños con el hocico.

—¡¿Qué diablos crees que estás haciendo?!—escuchó una voz ronca gritando detrás de él a cierta distancia. Vio a Harry correr en su dirección y trató de huir de la figura que se acercaba—. ¿Acaso no te dije que te mantuvieras lejos de él? ¡Es peligroso! —gritó Harry y, sin pensarlo, tomó al chico fuertemente del brazo. Louis se quedó congelado. Se preguntó si Harry le iba a golpear y cerró los ojos. Pareció ocultarse dentro de sí mismo. Harry se dio cuenta horrorizado de lo que Louis estaba pensando y le soltó inmediatamente, empuñando las manos.

—Creía que durante estas últimas cuatro semanas que llevas con nosotros ya sabrías que yo jamás, jamás te golpearía, Louis —dijo en voz baja y Louis pudo notar que había herido al otro hombre—. ¡Aléjate del caballo! —Habiendo dicho eso, el vaquero se dio la vuelta y se dirigió al cobertizo de las herramientas detrás del granero. La furia irradiaba de Harry mientras Louis observaba cómo la tensa espalda se alejaba de él. No entendía qué había hecho para herir a Harry. No era como si fuera algo más que un empleado para él. Pero sabía que la culpa lo hacía pensar de esa forma y trató de reprimir su voz interna que le decía que huyera, rápido y lejos. Quizá sería mejor si desapareciera de sus vidas. No había traído más que problemas y aprietos para los hermanos, aunque ellos habían sido muy generosos y amables desde el principio. Su mano se elevó instintivamente a su mejilla, sus dedos tocaron la abultada piel de sus cicatrices. Había pasado un tiempo desde la última vez que recordó que existía y la tocó para hacerse recordar por qué no debía tener relaciones íntimas con nadie.

Louis tomó una decisión. Volvió a la casa, empacó sus cosas en la bolsa que había traído y se dirigió a la cocina para preparar el almuerzo de los hombres.

Dispuso todo en la mesa y lo cubrió para evitar que se llenara de moscas. Después preparó la cena y la colocó en el horno. Escribió las instrucciones en una hoja de papel para que Harry la terminara. Sabía que le debía mucho al hombre, así que se sentó a escribir una nota de agradecimiento. Escribió lo mucho que había disfrutado del tiempo que había pasado en el rancho y lo mucho que lamentaba haber causado tantos problemas. Explicó que el caballo había comenzado a confiar en él y le permitía tocarlo, incluso esperaba sus visitas diarias con ansia. Se disculpó por desobedecer sus órdenes, pero se había sentido atraído por el caballo porque eran muy similares. La confianza costaba ganársela. Dejó la carta sobre el horno, tomó la bolsa de su dormitorio y caminó hacia la puerta, pero no sin mirar atrás una última vez. Con el corazón partido, comenzó a caminar hacia el pueblo. Harry le había dado su paga cada semana y estaba en el fondo de su bolsa. Tenía lo suficiente para regresar a Nueva York y encontrar un apartamento. Quizás sería buena idea trasladarse a otro lugar. Terry probablemente se enfadaría con él por abandonar otro trabajo. El sol le quemaba, el sudor le caía por la frente, el labio superior y por debajo de los brazos, pero Louis continuó, acomodándose la bolsa. Maldición, sí que hacía calor. Afortunadamente, enseguida llegaría al pueblo y ya se habría marchado para cuando Harry regresara a almorzar. Lo único con lo que no contó Louis fue con el hecho de que Harry volvería a intentar disculparse con él.

Louis llegó al pueblo aproximadamente media hora después de salir de la casa porque alguien se detuvo y le llevó en autoestop. Cuando se bajó del vehículo, le dio las gracias al sujeto detrás del volante y se dio la vuelta para encontrarse con una chica de cabello oscuro que salió del salón de belleza, era la misma que había conocido en el bar, la cita de Harry.

—Eres Louis, ¿no? —preguntó al verle, y se acercó caminando hacia él con una sonrisa.

Asintió distraídamente preguntándose que desearía.

—Soy Helen Chambers. Te vi aquella noche en el bar honky-tonk. No tuvimos la oportunidad de conocernos por ese cabrón de Franklin.—Le extendió la mano y él la tomó cautelosamente mientras la estudiaba—. ¿Qué haces aquí en el pueblo? ¿Ha venido Charlie a comprar más provisiones? —Miró a su alrededor para ver si podía encontrar al vehículo del rancho.

—No, me voy a casa —dijo Louis en voz baja.

—¿Oh?¿Y eso a qué se debe? La temporada alta no acabará hasta dentro de un par de meses y sé que Harry jamás te despediría. Le gusta demasiado tu comida y me ha dicho lo contento que está de que su primo Terry te haya recomendado para este trabajo. Ha sido muy difícil hacer que alguien acepte tal responsabilidad. —Helen rió suavemente. Notó la mirada atemorizada a la que Harry se había referido la última vez que habían hablado y tuvo el presentimiento de que este joven era la razón por la que Harry no había venido a verla últimamente. Algo en la forma en la que hablaba y en la mirada de sus ojos le daba esa impresión. Jamás hubiera sospechado que un hombre tan grande y tan masculino como Harry pudiera estar interesado en otro hombre, pero al parecer eso era lo que había ocurrido. Aunque el chico era un tanto femenino.

—Es sólo que necesito volver a casa —mintió. No quería decirle la verdad.

—Bueno, será una verdadera pena, cariño, porque esos hermanos Styles te quieren de verdad y creo que te echarán mucho de menos si te marchas. Por supuesto, es tu decisión, pero al menos piensa en despedirte antes marcharte —Su voz tenía un tono serio y se acercó a tocar su mejilla sin la cicatriz—.Si necesitas que alguien te lleve al aeropuerto, Walter Moseby va en esa dirección para ir a recoger a su hija. Estoy segura que te llevará.

Louis miró al suelo, su mente le daba vueltas pensando en las palabras y en su significado. ¿Sería cierto? ¿Lo extrañarían? Nadie lo había echado de menos antes y eso le hizo sentir incómodo. Si escuchaba atentamente, podría oír el hielo derretirse poco a poco dentro de su corazón. Las lágrimas amenazaron con brotar y parpadeó rápidamente para deshacerse de ellas. Levantó la cabeza, sonrió tímidamente y asintió.

—Creo que volveré. Gracias, señorita Chambers.

—Llámame Helen y ni lo menciones chico. ¿Quieres que te lleve de vuelta? —dijo sonriéndole y guiándolo hacia donde estaba estacionado su vehículo. Asintió con entusiasmo y la siguió al coche. Vio aproximarse al coche de Harry según abría la puerta del pasajero. Cerró los ojos por un instante y agachó la cabeza: sabía que Harry comenzaría a gritarle. Abrió los ojos, sonrió a Helen y señaló a Harry con su barbilla, alejándose del vehículo.

—Supongo que ya lo ha descubierto. Gracias por la oferta. Seño... este... Helen.

—Cuídate, Louis. Estoy segura que se calmará. Es un buen hombre con un enorme corazón en ese amplio pecho. No te preocupes demasiado si actúa como un oso con una espina en la pata. Le gustas mucho. —Le guiñó el ojo antes de reírse de la expresión del sorprendido Louis, quien comprendió el verdadero significado de sus palabras. Se subió al vehículo y se alejó, despidiéndose de Harry con un movimiento de su mano.

Harry aparcó al lado de Louis, se acercó y abrió la puerta.

—Entra —pidió en voz baja.

Louis hizo un gesto de dolor y subió al vehículo, diciendo inmediatamente—: Antes de que me grites, no me atreví a marcharme. Helen se había ofrecido llevarme de vuelta al rancho. Lo siento.

El vaquero permaneció en silencio un momento, sus manos se aferraron al volante y sus nudillos estaban blancos por la tensión. Finalmente rompió el silencio.

—¿Por qué?—fue todo lo que dijo; dos palabras.

Louis se sintió culpable y se miró las manos, que reposaban sobre sus piernas.

—Porque no quería causaros problemas a ti y a Gemma. Ya os he causado más de un problema y vosotros no os merecéis eso, después de todas las cosas maravillosas y generosas que habéis hecho por mí. No quería pagarte complicando más las cosas.

—¿Y crees que marchándote así, sin una palabra, sin ni siquiera despedirte, no me habrías complicado las cosas? Maldita sea, Louis, yo... —se detuvo, cerró la boca y se mordió la lengua.

—Lo lamento, Harry. De verdad. Dame otra oportunidad, por favor. Te prometo que me esmeraré más —rogó Louis, preguntándose si quizás ésta sería su última oportunidad para estar con el vaquero.

—No te despediré, Louis, si es eso lo que estás pensando. —Harry suspiró—.Ya te lo dije antes, quiero ayudarte. No... te dije esto antes porque no quería asustarte o hacer que te marcharas antes, pero quiero que te quedes para siempre. Continuarás en el mismo empleo, pero cuando acabe la temporada alta, sólo cocinarías para mí, Gemma, Charlie y otros dos empleados que se quedan todo el año.

Louis se le quedó mirando asombrado, feliz de que Harry le ofreciera algo tan maravilloso: la oportunidad de formar parte de un equipo, de hacer amigos y de tener un lugar donde curarse. Lo dejó sin palabras y observó cómo Harry le miraba titubeante y preocupado.

—No...no sé qué decir. No puedo creer que me estés pidiendo que me quede después de todos los problemas que he causado.

—No eres problemático, Louis. Lamento haberte gritado así, debí haber controlado mejor mi temperamento. Pero las cosas han sido de esta forma, y así es la vida. Durante tres semanas, no ha pasado nada ¿no es cierto? Además, decías en tu carta que pareces agradar a Mantacor. Bueno, si eso es cierto, quizás sea el momento en que puedas ayudarme con él y de esa forma contribuir, ¿eh? —dijo Harry, notando la tensión que emanaba del cuerpo de Louis y la felicidad que había comenzado a instalarse en su mirada. Si no hubiera regresado a disculparse, Louis quizás se hubiera marchado. La idea de que Louis no estuviera y no pudiera ver más su dulce sonrisa y escuchar su melodiosa voz, lo asustaba.

—¿En serio? ¡Eso sería genial! ¡Es un caballo tan dulce! ¡De verdad! ¡Además sé que si llegara a conocerte, tú también le gustarías!—Louis prácticamente estaba saltando en su asiento mientras miraba a Harry.

Harry asintió mientras escuchaba a Louis hablar del caballo, de cómo cada mañana le llevaba una golosina y pasaba tiempo con él. Le hizo sentir mejor escuchar esa voz porque parecía feliz y libre. Su corazón se había roto por el chico desde que llegó y observó la cicatriz de su mejilla y las de las plantas de sus pies. Sabía que, durante las tres últimas semanas, el chico no había tratado de lastimarse a sí mismo porque la banda de su muñeca había desaparecido después de que aquellas heridas sanaran y no se la había puesto otra vez. Durante este mes pasado, había logrado conocer a Louis un poco mejor y su vida en Nueva York; al menos lo poco que el chico le había contado. Lentamente había ido ignorando las objeciones de su mente y estaba aprendiendo a aceptar su atracción. Había entendido el hecho de que deseaba a Louis y lo hacía como nunca antes hubiera deseado a ninguna mujer. Le asustaba un poco la intensidad de sus sentimientos por el joven y la lujuria que experimentaba cada vez que lo miraba, pero lo aceptaba. Descubrió que le era cada vez más difícil no hacer algo por la atracción que sentía. Especialmente cuando le veía como ahora. Feliz. Quería tocarlo, abrazarlo y besarlo. Se contenía por el temor de que Louis pudiera asustarse o alterarse. Sin embargo, eso lo frustraba y se descargaba con sus hombres. Ellos habían comenzado a quejarse a Charlie de su actitud y de la forma en la que los explotaba, especialmente porque los reprendía hasta por las cosas más insignificantes. Tenía los nervios alterados y había comenzado a crisparse: estaba a punto de explotar en cualquier momento.

por **I'mLarryShipper** Jue 26 Dic 2013, 3:49 am

Holaaa!
Me asuste, pensé que Louis se iba a ir. Menos mal, él se tiene que quedar con Harry y ser felices por siempre! :P
Seguila!! Necesito a esos dos juntos, YA!
Saludos :hug:

por **ayludanae** Jue 26 Dic 2013, 7:54 am

Si al fin acepto lo que le paza on louis hay zoy re feliz pero para cuando un beso si los dos sienten lo mismo hay y pobres los empleados de hazza el los trata re mal seguro que despues de que este con louis va a estar re feliz seguro les xa vacaciones jaja

por **LuciaHoranAvoletta** Jue 26 Dic 2013, 4:36 pm

Siento haber desaparecido
Me encantaron los capitulos!
Hazza y Lou Son tan tiernis!
Siguela pronto
Besitos Virtuales

por **bethlasforh0ran** Jue 26 Dic 2013, 6:00 pm

La camioneta se detuvo en el rancho. Gemma estaba de pie en el porche esperando con ansiedad su regreso. Tan pronto como vio a Louis en el vehículo, sintió que la tensión abandonaba su cuerpo y bajó corriendo los escalones abrazándose a Louis en cuanto salió del coche. Éste se tambaleó por el peso y la abrazó también, inhalando profundamente el aroma de su perfume.

Cuando se alejó de él, tenía lágrimas en los ojos y él se sintió culpable.

—Por favor no llores, Gemma. No puedo soportarlo. Lo siento, no me iba a marchar. En cuanto llegué al pueblo, sabía que estaba cometiendo un error. Tenia que volver.

—¡Imbécil! ¡No lo vuelvas a hacer! —volvió a abrazarle, sollozando y tratando de contenerse.

Louis rió.

—No lo haré, lo prometo.

—Tengo que regresar al trabajo. Probablemente se estarán preguntando dónde estoy. Los veré en la cena —dijo Harry, recostándose en la ventanilla y condujo hacia donde los hombres le esperaban cada día.

Louis le observó, preguntándose si todo iría bien entre ellos. Esbozó una sonrisa para Gemma y subió los escalones justo detrás de ella. Lo primero que hizo fue volver a guardar sus cosas. Gemma no parecía querer perderlo de vista, así que lo siguió hasta su dormitorio, se sentó en la cama y lo observó mientras desempacaba. Le preguntó por los cuadernos, pero él se limitó a encogerse de hombros y los puso en el cajón superior de la cómoda. En cuanto terminó de guardar sus escasas pertenencias, le siguió a la cocina y se quedó allí mientras él comenzó a preparar la cena. Insistió en almorzar con él, lavó los pocos platos que usaron y después Louis pidió a Gemma que le siguiera afuera de la casa.

La guió al corral de Mantacor.

—La razón por la que me marché esta mañana fue que Harry descubrió un secreto. He... estado viniendo a ver a Mantacor a diario y ha comenzado a confiar en mí.

Le indicó que se quedara al final del corral y él se acercó, esperó pacientemente hasta que el caballo se acercó a él. Aunque el animal mantenía la vista en Gemma, se acercó lentamente a Louis. El joven le dio unos terrones de azúcar en la palma de su mano y el caballo los lamió; después colocó la cabeza contra su hombro.

Gemma se quedó mirando con sorpresa y asombro. Su hermano había intentado meses y meses hacer que el animal confiara en él, pero para su frustración e infelicidad el caballo se negaba a acercarse. No podía creer que el chico hubiera logrado en un mes lo que su hermano intentó durante casi un año.

—No me lo puedo creer, ¿cómo?

—Supongo que somos muy parecidos —explicó Louis suavemente, mirando al caballo, sonriendo y acariciando su hocico—.Y he venido aquí a diario, le hablo y le doy golosinas. Hasta ha comenzado a esperar mis visitas, incluso me llama o corre a la cerca cada vez que me ve.

—Cielos, es increíble. ¿Crees que podrá hacer lo mismo con Harry?

—Yo...no sé. Llevará tiempo ganarse su confianza. Ha sido muy maltratado.

—¿Como tú?—preguntó Gemma en voz baja.

Louis se tensó, recostó su frente contra la del caballo y lentamente asintió.

—Sí, como yo.

Pasó la siguiente hora tratando de mostrar a Mantacor que Gemma no le haría daño, pero el caballo continuaba alejándose de la chica y corriendo al otro lado del corral, a menos que ella se alejara. Así que finalmente Louis se dio por vencido después del décimo intento, se despidió del caballo y volvió a la casa. Gemma se quedó con él mientras terminaba de preparar la cena para todos. Estaba a punto de terminar, cuando llegó la primera de las camionetas. Pasarían unos quince o treinta minutos antes de que todos entraran, así que se apresuró a poner la mesa. Una vez más, Gemma y Harry se sentaron en la cocina con él mientras los hombres lo hacían en el comedor.

Un cansancio enorme por el día que no parecía tener fin se apoderó de él y en cuanto terminó de lavar los platos, Louis se recostó agradecido en la cama y se quedó dormido casi al instante. Aproximadamente a las dos de la mañana un sonido extraño le despertó y se percató horrorizado de qué era lo que había causado tal sonido. Podía escucharse una tormenta desde afuera. Los rayos iluminaron su dormitorio y sacudieron las ventanas haciéndole gritar y salir de la cama. Las tormentas lo horrorizaban, incluso ahora, después de todos estos años. Corrió hacia el armario, abrió la puerta y la cerró después de entrar. Se pegó contra una esquina, se acercó las rodillas al pecho y se cubrió las orejas con las manos. Los gemidos continuaban escapando de su garganta, porque a pesar de tener las manos en las orejas, aún podía escuchar los truenos y sentir la energía a su alrededor.

Harry se había despertado por la tormenta unos cuantos minutos antes que Louis y fue a usar el baño. Levantó las sábanas para cubrirse cuando escuchó una especie de grito. Su corazón comenzó a latir con fuerza y salió corriendo en dirección al dormitorio de Gemma, abrió ligeramente la puerta y la encontró dormida. Bajó rápidamente las escaleras y se dirigió al dormitorio de Louis. La puerta no estaba cerrada con llave y giró el pomo, al abrirla se encontró con la cama deshecha y vacía. Entró en el dormitorio y miró a su alrededor. Intentó calmarse y se dijo que debía buscar a Louis en otro lado de la casa, así que estaba a punto de volver a la cocina cuando escuchó un sonido. Se percató de que provenía del armario.

Un relámpago volvió a iluminar el dormitorio mientras abría la puerta del armario y encontró a Louis sentado en una esquina.

—¿Louis? ¿Qué ocurre? —Se arrodilló frente al chico, podía ver los temblores que se apoderaban de su cuerpo y el terror que reflejaban sus ojos. Movió la mano y la colocó suavemente sobre la rodilla de Louis.—¿Louis? ¿Te dan miedo las tormentas eléctricas? ¿Es eso?

Louis sintió la mano en su rodilla y levantó la mirada, sin pensarlo, se lanzó a los brazos de Harry y se aferró a la cintura del hombre. Sintió los brazos del otro hombre en su espalda. Harry le levantó y le acomodó en su regazo como si fuera un niño pequeño mientras se recostaba en la puerta del armario.

—Shh. Está bien. Es sólo una tormenta. Terminará pronto. —Harry acarició con ternura la espalda de Louis, y casi gruñó por lo bien que se sentía al tener al hombre entre sus brazos y contra su cuerpo.

Harry sintió cómo el adolescente temblaba, y cuando un trueno resonó por la casa él chico gritó, aferrándose más al vaquero.

—Louis, shhhh. No tienes nada que temer, estoy aquí contigo. Cálmate.

La tormenta terminó, y únicamente dejó atrás un poco de lluvia, mientras Harry continuaba abrazando a Louis para tratar de tranquilizarle. Intentó concentrarse en algo, además de en lo bien que se sentía con el trasero del chico contra su entrepierna. Era exquisitamente doloroso. El contacto lo hizo desear más a Louis. El delgado cuerpo recostado sobre él era frágil y casi tembló al pensar en que alguien pudiera haber lastimado a un ser tan delicado. Louis había enterrado su rostro contra su garganta y podía sentir el calor de su aliento rozando su piel. Su temperatura corporal se elevó y apretó los dientes para evitar excitarse. Eventualmente, los únicos sonidos en el dormitorio eran las gotas de lluvia chocando contra la ventana y sus respiraciones.

Louis se dio cuenta de que alguien lo estaba abrazando. Después se percató del aroma profundo aroma a tierra debajo de su nariz, lamió sus labios resecos, tocando accidentalmente la salada y sensible piel del cuello de Harry. Sintió cómo el otro hombre se estremecía y los brazos de Harry lo apretaron levemente. Se alejó para mirar al otro hombre y trató de sonreír, aunque sin éxito. Harry inclinó la cabeza y rozó sus labios ligeramente sobre los de Louis, luego se alejó. Louis se sorprendió y sólo pudo mirar al otro hombre, los labios le cosquilleaban. Harry acarició la mejilla de Louis con su mano, ignorando la cicatriz debajo de sus dedos. No notó resistencia, así que se acercó nuevamente y lo besó con más firmeza.

Sintió la respuesta del chico, Louis movió sus labios y Harry gimió, lamiendo el grueso labio inferior, acariciándolo. Los ojos de Louis se abrieron de la sorpresa y jadeó. Un inmenso calor recorrió sus venas como llamas líquidas.

—¿Louis? —Harry preguntó con voz ronca. Sus ojos verdes se encontraron con los azules de Louis.

Cerrando los ojos lentamente, Louis se acercó y esta vez respondió al beso usando su lengua de forma titubeante; casi se desmaya por las sensaciones que recorrieron su cuerpo cuando la lengua de Harry tocó la suya. Era delicioso besar a Harry. Lenta y lánguidamente hicieron el amor con sus bocas, olvidándose de todo lo que estaba a su alrededor y se dejaron llevar por el beso. Sus manos permanecieron inmóviles, únicamente sus labios se conectaron íntimamente. Sólo rompieron el beso para respirar. Louis enterró el rostro en el cuello de Harry. Su rostro estaba rojo por la vergüenza.

Harry rió suavemente y recorrió sus dedos por el cabello de Louis.

—¿Te ha gustado? —Preguntó con curiosidad y sintió a Louis asentir—. Bien.

Acarició la oreja de Louis un momento y reaciamente soltó al chico y se puso de pie, extendiendo la mano para ayudar al joven a levantarse.

—Vamos a dormir. Te veré por la mañana. —Besó la cabeza de Louis.

Louis miró anonadado a Harry retirarse del dormitorio y tocó con su mano sus labios, pero luego comenzó a dudar. ¿El vaquero lo había besado porque estaba alterado? Su mente le exigía creerlo, pero la mitad de su corazón que había sido liberada de la jaula de hielo que se había formado años atrás, le pedía creer que el beso había sucedido después de que se había calmado. Así que el hombre debió besarlo porque lo deseaba. Louis se subió a la cama y se recostó hasta que sonó la alarma, pensando en lo que había ocurrido. Sintió el beso hasta la punta de los pies.

por Contenido patrocinado

ϟ hypatia. aka Kate. MP ϟ Ver perfil.	ϟ dépayser aka Lea. MP ϟ Ver perfil.
ϟ youngjae aka . MP ϟ Ver perfil.	ϟ Stark. aka Cande. MP ϟ Ver perfil.

ϟ Legendary. aka Steph. MP ϟ Ver perfil.	ϟ chihiro aka Zoe. MP ϟ Ver perfil.
ϟ Kurisu aka Teph. MP ϟ Ver perfil.	ϟ Calore aka idk. MP ϟ Ver perfil.

Tócame despacio (Larry Stylinson) TERMINADA