"The Boyfriend League" (joejonas & tu)

MIIIL PERDONES ZHIKAS!!! POR NO HABERLES SUBIDO CAP EN ESTOS DIAS PERO ES QUE ESTOY ASISTIENDO A UN CURSO DE ADMISION PARA PODER ESTUDIAR UNA CARRERA EN LA U, Y BNO ES UN POCO PESADO PORQUE SOLO VEO MATEMATICA, FISICA Y CULTURA Y ME DEJAN MUCHA TAREA PARA EL SIGUIENTE DIA... Y ES MUUUY FRUSTRANTE!!! :¬¬: ME HAN EXPRIMIDO MI CEREBRITO ESTOS DIAS ESTO QUE SOLO SON LOS PRIMEROS DIAS!! :¬¬: BNO CREO QUE LES HICE UN TESTAMENTO :risa: BNO AKI LES DEJO EL CAAP!! :D DISFRUTENLOO!!! ;) 8)

CAPITULO 22

Nos besamos bastante durante todo el viaje en autobús a casa. Joe era un besador fantástico.

Cuando el bus finalmente llego al estadio de beisbol Ragland, me despedí de Bird, luego Joe tomo mi mano y me llevo hasta su coche. No vi a Nick y Tiffany, pero dado que habían estado sentados enfrente del bus, asumí que ya estaban de camino a casa. Imagine que Nick se estaba sintiendo un poco raro pasando tiempo con mi hermana después de pasar tiempo conmigo. Pero estaba completamente bien con eso. No era como si hubiéramos realmente conectado. Y desde el comienzo, había sentido como que solo se había interesado después de que me vio como el clon de Tiffany. Así que ahora tenía la cosa real.

Joe sostuvo mi mano mientras nos llevaba a casa. Cuando llegamos, el coche de Nick estaba en la entrada, así que Joe siguió andando. Dio un par de vueltas alrededor de la manzana, hasta que el coche de Nick ya no estaba allí. Joe se detuvo en el camino de entrada, apago el coche, y me beso.

Entonces se puso un poco extraño. Era como: ¿Dónde debería ser nuestro último beso? ¿En el coche? ¿En la puerta? ¿En el recibidor? ¿Afuera de mi habitación? Simplemente no lo sabía. Había evitado dar cualquier pensamiento real de cómo iría lo de tener un novio viviendo en mi casa. Quiero decir, no había planeado enamorarme del chico que estaba viviendo en mi casa, cruzando el pasillo. ¿Qué pasa si mis padres lo descubrían?

Tendríamos que ser muy cuidadosos.


Joe se retiró del beso y presiono su frente con la mía.

—Sabes, podría besarte toda la noche. —Dijo.

—Yo también.

Era un poco romántica, pero también estaba nerviosa, porque sabía que no había forma de que fuéramos a besarnos en la casa de mis padres toda la noche.

—Pero me estoy sintiendo un poco extraño sobre esto. —Dijo.

—¿Toda la cosa de me-gusta-la-hija-de-los-que-me-estan-dando-un-techo-y-que-trabaja-en-el-puesto?

—Sí.

—Lo sé. Si mis padres nos atraparan…

—Sí.

—Tal vez necesitamos reglas para la casa.

Retrocedió.

—¿Cómo qué?

—Sin besos dentro de la casa.

—¿Nunca?

—Bueno, no al menos cuando mamá y papá están en casa. Papá bromea sobre pasar a novios potenciales por un proceso de entrevista, pero puede que hable en serio. A veces es difícil de saberlo con él.

—Se sintió como si me estuviera entrevistando esa primera noche.

—No para ser novio.

Suspiro.

—Está bien. Veo tu punto.

—Entonces, ¿cómo vamos a manejar esto?

—Esto va a sonar extraño, pero qué si pretendemos, por los próximos diez minutos, que no vivo aquí. Te llevare a la puerta. Entraras, entonces regresare a mi coche y conduciré alrededor de la manzana.

Reí tontamente.

—Eso parece un poco drástico.

—Sí, pero si no hacemos esto voy a estar besándote por todo el camino hacia tu habitación. Vamos a tener que romper el ciclo.

—Está bien.

Me beso otra vez. Lento. Demasiado lento. Sus dedos en mi cabello. Su pulgar dibujando círculos en mi mejilla.

Retrocedió.

—Está bien.

Abrió la puerta del coche y salió de un salto. Abrí la puerta de mi lado, y para el momento en que salí, estaba de pie ahí. Tomo mi mano, me dio un rápido beso, y me llevo al porche delantero donde mis padres habían dejado la luz encendida.

—Realmente la pase muy bien. —Dije con el rostro bastante serio.

Se rió ligeramente. —Sí, yo también. Tal vez podríamos volver a salir alguna vez.

Casi me pongo a reír. —Eso me gustaría.

—Buenas noches, ____*. —Dijo tranquilamente.

Entonces me tomo en sus brazos y me dio un beso de buenas noches para recordar. Cuando se alejó, estaba realmente arrepentida de verlo ir, pero sabía que no podíamos quedarnos allí afuera para siempre.

—Buenas noches —dije. Me di la vuelta hacia la puerta, deslice mi llave dentro de la cerradura, luego me volví a dar la vuelta—. Me llamarás, ¿cierto?

Se echó a reír, agacho su cabeza ligeramente, y me sonrió abiertamente.

—Sí, te llamare.

—Si no lo haces, acortaré tus sabanas.

Con eso, me deslice dentro, cerré la puerta, y presione mi oreja contra ella, preguntándome si realmente se iba a meter en su coche y conducir alrededor de la manzana.

Oí la puerta del coche cerrarse de golpe, lo escuche poner en marcha el motor…

Me sentía mareada, muy pero muy feliz. Parecía tonto que él condujera por la manzana, pero por otro lado, parecía como la forma perfecta de realmente señalar el término de nuestra cita. Quiero decir, no estábamos casados, pero estábamos viviendo en la misma casa.

Mamá había dejado la luz prendida de la cocina. Y conociendo a mamá, también estaba despierta. Camine a la habitación de mis padres y toqué.

—Estoy en casa.

—¿Cómo estuvo el juego? —Preguntó mamá.

—Fue divertido.

—Buenas noches, cariño.

—Buenas noches.

Subí las escaleras, pensando en acostarme. Eso hubiera sido la cosa inteligente para hacer. En cambio, fui a la habitación de juegos y prendí la TV. Y espere.

Pero cuando la puerta se abrió, no era Joe, era Tiffany.

Se sentó a mi lado.

—Hey.

—Entonces, ¿te gusto el juego? —Pregunté.

—Estuvo bien. Me gusta mucho estar con Nick, así que supongo que me tiene que empezar a gustar el beisbol.

—Te sentirás diferente sobre eso cuando lo estemos mirando jugar.

—¿Qué vas hacer acerca de Joe? —Preguntó.

—¿Qué quieres decir?

—Le prometiste a mamá.

—Sí, lo sé.

—¿Entonces?

Negué con mi cabeza.

—No lo sé todavía, Tiff.

—Solo quiero que sepas que no diré nada, pero me parece que es algo que será realmente difícil para mantener en secreto.

Sí, lo seria. Siempre había sido honesta con mis padres.

—Encontrare una forma.

—Bueno, me voy a acostar —se levantó—. A menos, tú sabes, que necesites que me quede para asegurarme…

—No tienes que quedarte.

—Está bien entonces. Buenas noches.

Paso un largo rato antes de que escuchara sonidos de pasos por las escaleras. Joe miro dentro del cuarto de juegos, sonrió abiertamente, y abrió la puerta.

—Estaba esperando encontrarte aquí.

—¿Qué te tomo tanto tiempo?

Levanto el DVD de La Roca y una bolsa de Ben & Jerry.

Sonriendo, le di palmaditas al asiento para dos. Podríamos estar juntos en la casa sin meternos en problemas.

Al menos, podríamos intentarlo.

A la mañana siguiente, estaba acostada en la cama mirando al techo, tratando de averiguar exactamente cómo manejar esta relación con Joe, porque pensaba que era seguro decir que, efectivamente, teníamos una relación.

Y vivíamos en la misma casa, lo que era un poco extraño. Sí lo veía en el pasillo, ¿debía de decir hola? ¿Darle un beso de buenos días? ¿Debería prepararle el desayuno?

Podría verter cereales en un tazón. Podría rebanarle un plátano…

Oí una ducha corriendo, una ducha distante, no en el baño al lado de mi habitación, pero si en el otro lado del pasillo. Lo que quería decir que era Joe.

Él tomaba al menos una ducha, por lo general dos por día en ese cuarto de baño. Así que ¿Por qué de repente me asustaba al pensar en él en la ducha? ¿Desnudo?

¡Oh, Dios mío! Esto es una locura. ¿Qué pasaría si viene y abre la puerta de mi dormitorio? ¿Qué pasaría si decide entrar? ¿Qué pasaría si él quería darme un beso de buenos días?

Bueno, eso por supuesto que no iba a suceder. ¿No habíamos dicho no besarnos en la casa?

No es que esa regla nos hubiera detenido de besarnos en la sala de juego de anoche después de que habíamos terminado nuestros helados.

—Todavía estoy anhelando el sabor de masas de galletas con chispas de chocolate. —Había dicho.

Así que por supuesto, le di una muestra.

Pero había sido… estresante.

Porque cada vez que la casa crujía, nos quedábamos viendo las puertas francesas esperando de ver a papá de pie allí con una bate de beisbol en la mano.

Así que estaba bastante segura que Joe no iba a entrar en mi habitación. Aun cuando mis padres ya se habían ido para el trabajo.

Iba terminar su ducha, ir abajo para el desayuno, luego ir a trabajar y luego a la práctica.

Estaba tratando de decidir llamar a Bird o no e invitarla a ir almorzar conmigo en Ruby Tuesday.

Si hiciéramos eso, entonces vería a Joe casi todo el día. Y si Bird no estaba disponible, tal vez Tiffany estaría interesada.

¿Estaba realmente considerando salir con Tiffany? ¿Qué extraño es eso?

Además, estaba segura de que tendría algo que entregar en alguna parte.

Era patética. Quería estar con Joe todo el día y no podía porque él tenía compromisos. Pero no podía verlo, al menos.

¿Eso me haría una acosadora?

Oí la ducha cerrarse.

Muy bien. Tenía que hacer algo. Tenía que decidir. ¿Quería estar en el pasillo cuando él salga de su dormitorio? Todavía no me había cepillado los dientes. De ninguna manera iba a decir buenos días si no me había cepillado los dientes.

Oí otra ducha puesta en marcha. ¡Tiffany! Me había quitado la ducha.

¿Qué era lo de querer lo que no podías tener?

Me levante de la cama, llame a la puerta del baño y camine dentro.

—¿!Hola!? Estoy en la ducha. —Dijo.

—Solo voy a lavarme los dientes. Además, nunca has sido modesta antes.

Agarre mi cepillo de dientes.

—Uh, quizás, ¿quieres ir a Ruby Tuesday para almorzar?

¿Realmente le había preguntado?

—No puedo. Tengo que ir a la práctica del himno nacional. El 4 de Julio solo está a un par de días.

—Ah, cierto. Por cierto, ¿Cómo va la nueva y mejorada versión?

—Va muy bien.

Estupendo. No estaba realmente emocionada de escuchar eso, pero sabía que la mente de Tiffany estaba tranquila.

Me lave los dientes en un tiempo record, me retire el pelo hacia atrás, luego me cambie a mi pantalón desaliñado de estar-alrededor de la casa y una franela. Entre en el pasillo. La puerta de la habitación de Joe estaba abierta, así que me apresure al pasar y baje las escaleras.

Lo encontré en la cocina, en la mesa hacia la ventana, ya comiendo su cereal.

—Iba a prepararte el desayuno. —Le dije.

Él sonrió.

—No quería dejarte por fuera.

—Nadie puede verter cereales como yo. Eso es verdad.

Cruce la cocina. Él deslizo su silla hacia atrás y me senté en su regazo puse los brazos sobre sus hombros.

—Buenos días —le dije, justo antes de que le diera un beso—. Oh, sí, esta es sin duda la mejor manera de empezar el día.

—Estamos en la casa—dijo cuándo dejo de besarme. —Pensé que había una regla de no besarse en la casa.

—Sí, también había una regla de la casa… no te enamores del jugador que viva con nosotros. Ya ves lo buena que soy siguiendo las reglas.

Él sonrió.

—Suerte para mí. ¿Por qué no vienes a Ruby Tuesday para el almuerzo?

—Está bien.

—Después de la práctica.

—Definitivamente.

—Tal vez podríamos hacer algo después.

—Absolutamente.

Me beso otra vez. Él sabía cómo a copos de salvado y uvas pasas y plátanos.

Yo, yo sabía a masa de galletas con chispas de chocolate.

Era una extraña combinación, pero funcionaba de alguna manera.