"The Boyfriend League" (joejonas & tu)

Después de que Joe contestara cuando su nombre fue llamado, me miro y sonrió. —¿Alguna vez has visto a los Rangers jugando en persona?

—Oh, sí.

El entrenador finalizo la llamada de lista. Todos estaban aquí, así que despegamos. Con el viento soplando a través de las ventanas, todos nos quitamos nuestras gorras. Mi cabello estaba azotando sobre mi rostro. Escuche un chillido del frente del bus. Tiffany, aprendiendo a tratar con el cabello volando.

Había demasiado ruido del viento para hablar. Bird trato de iniciar una conversación, pero simplemente no funciono cuando tuvimos que gritar en nuestros oídos. El paseo era realmente duro. No exactamente la atmosfera perfecta para una primera cita oficial.

Por supuesto no éramos el únicos bus lleno de gente que llego al estadio de beisbol. Tuvimos una pequeña caminata por el estacionamiento, pero no importo porque Joe estaba sosteniendo mi mano de nuevo.

—Primera parada, el puesto de comida —dijo Brandon—. Estoy hambriento.

—No sé si pueda comer comida de un puesto de esos, otra vez —dijo Bird—. Ahora que se cuán difícil trabajan en ellos.
—Pero a estas personas les pagan, Bird. —Le recordé.

—Oh, eso es una diferencia, ¿no?

Joe me entrego mi boleto. —Si el paseo en bus es alguna indicación de qué podemos esperar, sospecho que los asientos no son nada para escribir de ellos.

—¿Escribes? —Pregunte.

—Les mande un correo electrónico a mamá y a mis hermanos —dijo—. De vez en cuando.

—¿Alguna vez van a venir a verte jugar?

—Probablemente no. Van a los juegos de la universidad, pero están ocupados con sus propias vidas, y no creo que estén interesados en esta liga colegial.

No podría imaginar eso.

—A mí me encanta la liga colegial. —Dijo Bird, acurrucándose contra Brandon.

Pasamos a través de las puertas y nos dirigimos al puesto de comida. Los chicos se pusieron en fila. Obviamente no éramos los únicos con la comida en nuestras mentes.

Bird y yo nos dirigimos al baño. Tiffany estaba allí, cepillándose su cabello.

—Entonces, ¿qué piensas hasta ahora, Tiff? —Pregunte mientras empezaba a peinar mi cabello.

—Creo que el próximo año necesitamos tener alguna clase de recaudación de fondos. Estos chicos merecen algo mejor que unos viejos buses de escuelas.

—Si alguien puede hacer que suceda, es la Señorita Adolescente Ragland.

—El siguiente año, solo seré Tiffany.

Se puso su gorra y tiro del borde. —Creo que Tiffany también puede hacer que suceda.

—Especialmente ya que tú y Bird estarán en mi comité.

Salió antes de que pudiéramos responder.

—¿Simplemente nos nombró voluntarias?

—Sip. —Tire mi peine en el bolso. Me puse la gorra y las gafas de sol de nuevo. El comité de recaudación de fondos del siguiente año era en la última cosa que quería pensar, por las próximas horas, planeaba enfocarme en el equipo de este año, en el lanzador de este año.

En la cita de esta noche.

Mientras las posibilidades parecían en contra, de alguna manera terminamos con nuestros asientos juntos: Brandon, Bird, yo y Joe, en ese orden. Estábamos rodeados por otros jugadores del equipo. Tiffany y Nick estaban varias filar por encima de nosotros, que garantizaba que Tiffany y yo permaneciéramos cómodas con nuestras citas.

—No puedo creerlo —dijo Bird—. ¿Cómo hicieron para conseguir nuestros boletos juntos?

—Sabíamos que querían sentarse juntas —dijo Brandon, inclinándose y besándola—. Así que hicimos que sucediera.

Tuve un presentimiento de que aquí iban haber muchos besos entre estos dos.

—Espero que los asientos estén bien para ti. —Dijo Joe.

—Están geniales —apreté su mano—. Realmente geniales.

Nuestra bebida estaba en el portavasos entre nosotros. Estábamos compartiendo una bebida, pero teníamos nuestros propios hot dogs. Nada mejor que unas salchichas.

Terminamos de comer justo mientras nos pedían que nos paráramos para el himno nacional. Después que la canción terminara, sin adornos adicionales, dieron la bienvenida a los Ragland Rattlers al juego, mostrando el nombre de nuestro equipo sobre una de las grandes pantallas. Todos empezamos a gritar, moviendo nuestras gorras.

—¡Deseo que hubiéramos traído nuestros cascabeles! —Grite sobre la multitud. Si hubiera sabido que íbamos a ser reconocidos, Bird y yo tendríamos por seguridad.

Tomamos nuestros asientos y el juego empezó. Estaba realmente tranquilo en nuestra sección, y me di cuenta que estos chicos realmente no estaban aquí para disfrutar el juego. Estaban aquí para obtener consejos. Joe estaba inclinado hacia adelante, sus codos sobre su muslos, mirando al bateador, al lanzador, siguiendo la bola.

También me incline hacia adelante. —¿Encuentras difícil ser leal a un equipo del que solo eres un miembro temporal?

Él me miro. —¿A qué viene esa pregunta?

—Bueno, estas aquí como un miembro de los Ragland Rattlers, pero había pensado que el fondo, te ves a ti mismo como un miembro de tu equipo universitario. Quiero decir, si un reportero pregunta para qué equipo juegas, ¿no dirías la Universidad de Texas?

Él asintió lentamente. —Sí, lo haría, pero eso no significa que no sienta ninguna lealtad a los Ragland. Quiero decir, jugare lo mejor que puedo hasta el final de la temporada.

—Sé que lo harás. Pero debe sentirse extraño.

—Un poco, sí. Quiero decir, estos chicos del equipo son contra los que estaré lanzando la siguiente temporada. Estaré tratando de eliminarlos; ellos estarán tratando de librarse de mí. No será nada personal. Es todo sobre el deporte.

Austin estaba a cuatro horas en auto de Ragland. —Quizás iré a verte jugar la siguiente temporada. —Dije.

—Eso sería genial.
Y sabía que estaba muy por delante de mí misma, pero cuando él estaba mirándome así, mirándome en lugar de los jugadores en el campo, pensaba. Si, iré a Austin y te veré jugar.

Joe volvió su atención al juego.

—Estos chicos están viendo el juego como si fuera una tarea. —Dijo Bird después de un rato, inclinándose hacia adelante así podía hablarme en voz baja.

—Es su trabajo, supongo. Probablemente es duro sentir el placer en algo que es tan importante para ti. Cuando sea una reportera, probablemente pararé de ver las noticias que son cubiertas y en su lugar me centrare en como son cubiertas. Escuchare las inflexiones de voces y observare varias posturas. Esas clases de cosas.

El vendedor de algodón de azúcar camino por el pasillo. Bird y yo compramos una bolsa, azul para ella, rosa para mí. Era un vendedor placer, porque no vendíamos algodones de azúcar en el campo de Ragland. Tome un pedazo de azúcar y lo sentí derretirse tan pronto como mi lengua lo toco.

Mire a Joe. —¿Quieres un poco?

Él sonrió. —Seguro.

Arranque un poco, y se lo extendí. Él abrió su boca ligeramente, un reto en sus ojos. No sé porque había pensado que lo tomaría de mí.

Finalmente, lo dijo. —No quiero que mis dedos se ensucien.

Oh, bien. Me puse muy acalorada, pero puse el algodón de azúcar en su boca, y no pude dejar de pensar sobre una novia metiendo el pastel en la boca del novio.

Los labios de Joe apenas tocaron mis dedos mientras su boca se cerró, y me retiré, pero eso me acaloró mucho más, había sentido su respiración sobre mis nudillos. Era tan íntimo, tan personal, como algo que hubieras hecho con alguien con quien tuvieras un enamoramiento serio. Mucho más íntimo que cucharearle helado. Con helado, allí estaba la distancia de la cuchara, sin mencionar que era frio.

—No he tomado algodón de azúcar en mucho tiempo —dijo él—. He olvidado cuan… dulce es.

—Es puro azúcar.

—Me pregunto quién lo invento.

—Creo que fue un dentista.

Él rio, una risa que revelo su perfecta sonrisa, sus dientes perfectos. —Apostare a que tienes razón.

Hubo un crujido del bate, y nuestra atención estuvo una vez más en el juego.

Entre el cuatro y el quinto turno, pusieron la Cámara de Besos. Un corazón fue exhibido sobre una gran pantalla en el estadio y una cámara de enfocaría sobre pareja. La pareja entonces se besaría. Allí aparecía una vieja pareja con cabello blanco, tenían que estar casados. Luego la movieron sobre una pareja de niños, que solo rieron y movieron sus manos.

Luego allí estábamos Joe y yo. En la gran pantalla. Un enorme corazón rojo a nuestro alrededor. Sentí que mi cara se ponía tan roja como ese corazón. Escuche a Bird chillar y la sentí golpear mi brazo, pensé que escuche a Tiffany gritar detrás de mí.

—¡Bésalo! —Ordeno Bird.

La cámara se quedó sobre nosotros. Sabía que lo estaría hasta que nos besáramos. Gire mi cabeza y mire a Joe, pero él ya estaba allí, besándome mientras los espectadores gritaban y aplaudían, especialmente los Ragland Rattlers.

Supongo que era oficial… estábamos en una cita.

La Cámara de Besos pareció desencadenar el inicio real de nuestra cita… o quizás solo sirvió como un rompe-hielo en cuanto al beso se refiere. Porque después que el estadio entero nos había visto besándonos, Joe ya no estuvo lo bastante tímido sobre besarme. No muchos besos lentos, no la clase de besos que pudiera mostrarse en televisión nacional, pero besos de todas maneras.

Cada vez que el lanzador ponchó a alguien… un beso.

Cuando los Rangers dieron un golpe… un beso.

Cuando hicieron una carrera… un beso más largo.

Sostuvo mi mano, me sonrió, y parecía realmente feliz que estuviera aquí. Yo también estaba feliz de estar aquí.

Durante el tramo del séptimo turno, nos paramos y cantamos “Take Me Out to the Ball Game”. Joe y yo nos balanceamos juntos. No podía haber estado más feliz.

Los Rangers ganaron.

—¿Ves cómo hace una diferencia cuando los rituales son honrados? —Dijo Joe, su brazo alrededor de mi cintura manteniéndome anclada contra su lado.

—Estoy demasiado feliz para discutir. —Dije.

Paramos fuera de la tienda de regalos, y él me compro una gorra de los Rangers de Texas.

—Quizás puedas empezar a decorar una pared con las gorras de los juegos a los que vamos juntos. —Dijo.

Sonreí ampliamente, porque sabía lo que realmente estaba diciendo: Está noche solo era el principio para nosotros.

Ya había oscurecido cuando el juego termino. El aire se había enfriado una fracción. Todo parecía más tranquilo mientras caminábamos al bus.

—Te vi en la Cámara de Besos. —Dijo Tiffany cuando fuimos detrás de ella y de Nick, esperando a subir al bus. Tenían las manos unidas. Ella parecía feliz.

Nick y Joe hicieron eso de asentirse uno a otro.

De alguna manera Joe y yo terminamos en el último asiento. Quizás todos los demás solo estaban demasiados cansados para caminar tan lejos.

Joe puso su brazo alrededor de mí y me acerco contra su lado. Una vez el entrenador llamo la lista y todos fueron contados, nos dirigimos a casa. El bus estaba realmente oscuro. No parecía asustada. Quizás porque Joe estaba manteniéndome cerca de él.

Entonces me beso. Un beso largo, lento y profundo. Un beso que me hizo ve fuegos artificiales.

Cuando se retiró, pude verlo sonriendo, incluso en la oscuridad. —Adoro el sabor de helado de masa de galletas de chispas de chocolate.

—Sabes donde puedes obtener siempre el sabor. —Dije.

Y me beso de nuevo.