"The Boyfriend League" (joejonas & tu)

Joe y Nick. Nick y Joe. No pude dormir. En vez de eso, empecé a trabajar en mi artículo, escribiéndolo desde mi perspectiva.

¿La parte más difícil de vivir con un Serpiente?

Encontrarse a una misma enamorándose de él cuando prometiste a tú mamá que no lo harías.

De todos modos, ¿Quién hace una promesa como esa? ¿Quién piensa que enamorarse es algo sobre lo que se tiene alguna clase de control?

La puerta de mi cuarto se abrió.

—Pensé que te había escuchado aquí —dijo Tiffany—. Quería tu opinión sobre algo.

Realmente no estaba de humor. —No quiero escuchar tu nuevo y mejorado himno.

—Por favor, no está ni de cerca listo para ser compartido. Es algo más. —Se sentó en el borde de la cama, la espalda recta, hombros derechos. Se estaba convirtiendo en Bree Van de Kamp de Desperate Housewives.

—Tranquila, Tiff. No voy a puntuar tu postura.

—Estoy relajada. Ahora, este es mi dilema. La biblioteca y el ASPCA están copatrocinando un evento en próximo sábado: Books ´n´ Barks. Como Señorita Adolescente Ragland, deberé, por supuesto, hacer una aparición. Pero quiero hacer más, porque el ASPCA acoge a muchos perros perdidos, lo que son como huérfanos, y como ya sabes, creo en ayudar a los huérfanos.

Ella estaba tan seria como yo quería reír, pero no lo haría. En vez de eso, agarre la pelota de beisbol autografiada de las Serpientes y empecé a lanzarlo entre mis palmas. —Bueno.

—Quiero decir, si hago la charla, debería hacer la caminata —continuo—. Por lo que tengo una idea para poder recaudar fondos, pero necesita algunos voluntarios. En realidad, muchos voluntarios. Pero no sé si alguien querría hacerlo, porque es realmente un poco asqueroso.

—¿Hacer qué?

—Lavar perros. Esa es mi idea. Un lavado de perros. El evento es en el parque. Tendrán todo tipo de vendedores de cosas para perros. Las personas traerán a sus perros. Así que pensé que podría pagar los honorarios y montar un lavadero de perros. Las personas harían una donación para tener a sus perros lavados, y el dinero iría a ASPCA.

—Estoy impresionada, Tiff. Es una gran idea.

Su necesidad de tener una gran idea fue un pensamiento que me dio que pensar, porque si de hecho ella había recibido un cerebro, también… bueno, me habían estafado.

No estoy segura de como lo hizo, pero se sentó incluso más derecha. —¿En serio?

—En serio.

—¿Pero quién querría lavar perros? Ese es mi dilema. Porque te aseguro que no quisiera hacerlo.

Enrolle mi pelota entre mis manos. —¿Tiene que ser el lavaderos de perros Tiffany Runyon?

—Oh, no, no lo voy hacer por mi gloria. Lo voy hacer para recaudar dinero para el orfanato de perros.

Me volví a mi computadora, hice clic en mi navegador, y active el sitio web de las Serpientes Ragland. Fui al calendario de la temporada. Tal como pensaba. No tenían un juego programado para el próximo sábado.

—¿Qué tal si consigues a las Serpientes de voluntarios para lavar perros?

—¿Piensas que lo harían?

—¿Chicos y perros? Sí, pienso que lo harían.

—¿Hablaras con ellos?

—Es tu idea. Habla tú con ellos.

—De ninguna manera. Terminaría poniéndome nerviosa y diciendo algo tonto —se dio un golpecito en la cabeza—. A veces no puedo creer lo que me escucho decir. Es, como, comprometer el cerebro antes de poner en funcionamiento la boca.

—Pero eres genial con esos chicos. Y es tan obvio que ellos te adoran. Como en el concierto, y el parque acuático. ¿Y aquí en la casa? Joe está tan relajado a tu alrededor. Hacen codas juntas. En la fiesta de papá, todos los chicos estaban relajados a tu alrededor. Tienen cosas en común. Cosas de las que hablar…

—Tiffany —dije, cortándola antes de que pudiera seguir más—. Los chicos andan a tu alrededor todo el tiempo. Tienes, como, ¡un millón de citas!

—Con un millón de chicos. ____*, salgo con un chico solo una o dos veces. Y siempre es muuuuuuuuy incómodo. ¿De qué hablamos? De nada. ¿Por qué cuantos chicos se preocupan por la mejor manera de aplicar mascara o quieren discutir el tono indicado de sombra? Eso es todo lo que sé. Consejos de belleza. Así que trato de llenar el aire muerto entre nosotros y siempre todo suena tan estúpido.

—No me malinterpretes. Me encanta ser “Señorita Adolescente Rangland”. Pero en serio, la verdadera razón por la que entre a la competencia para empezar, fue para conseguir un novio. ¡¿Hola?! No funciona. ¿Y la peor parte? A veces estoy tan celosa.

La mire fijamente, aturdida por todo lo que ella había dicho. —¿Celosa de qué?

—De ti y la vida normal que tienes.

—No es normal. Nunca he tenido un novio. —Estaba empezando a tener dudas de que Nick realmente contara.

Si, era un chico, y posiblemente un amigo. ¿Pero un verdadero NOVIO? No estoy muy segura.

—Tienes a Nick. Cuando fuimos a buscar bebidas en el concierto, todo lo que hablamos fue de cuan genial eras. ¿Y Joe? La manera en que te mira a veces… si mamá alguna vez ve esa mirada, el chico estará durmiendo en su coche.

—¿Cómo puedes decir eso de Nick? Lo vi abrazarte ayer…

—Solo porque se lo pedí. Es tan lindo. Y estaba teniendo uno de esos momentos de celos.

No pude creerlo. ¿Tiffany estaba celosa de mí? ¿Cuán a menudo había estado celosa de ella?

—Esa mirada que Joe me da… cuéntame un poco más de eso.

Se encogió de hombros. —Parece como si te adorara, como si cruzar el pasillo y golpear tu puerta pasara por su mente a veces. Entonces, de todas maneras, ¿le hablaras al equipo? ¿Ver si se ofrecerán de voluntarios para ayudar?

Quería un poco más de información acerca de esa mirada, pero supe que Tiffany no iba proporcionarme más información.

—Seguro, hablare con ellos. Probablemente podrías conseguir que papá donara algunas pelotas de goma para que los jugadores pudieran autografiarlas. Las personas podrían hacer una donación para conseguir una pelota que lanzarle a sus perros.

Tiffany destello una de sus sonrisas deslumbrantes de concurso de belleza. —Oh, me gusta esa idea. Esto podría resultar ser divertido.

—¿Un lavadero de perros? —Repitió Bird a la mañana siguiente.
La había llamado para dejarle saber que necesitaba hablar. Ella estaba haciendo su paseo de Scoopin Poopin y me había invitado a sumarme con ella.

Me encogí de hombros. —Podría ser interesante, chicos en camisetas mojadas.

—Hmm. No había pensado en eso. Aun así, va a ser mucho trabajo, y tú eres una de las que terminara haciéndolo.

—Como sea. Es por una buena causa. Orfanato de perros. Pero eso no es por lo que llame en realidad.

—No pensé que lo era.

—Solo me estaba preguntando… ¿Has notado en la manera en la que Joe me mira?

Miro en su espejo retrovisor, miró en el espejo de la vista lateral.

—¿Bird?

—Estoy pensando.

—No es una pregunta de un cuestionario. Es un sí o un no.

—Sí.

—¿Y?

—Pensé que dijiste que no era un cuestionario.

—Vamos, Bird, ¿Cómo me mira?

Suspiró. —Te mira como si fueras algo que quiere y no puede tener.

Mire por la ventana, las casas pasando. —¿Cuándo lo has visto mirarme así?

—¿Cuándo no lo he visto mirarte así?

—¿Por qué no dijiste nada?

Levanto un dedo. —Vive en tu casa —otro dedo—. Pensé que te gustaba Nick.

—Estoy tan confundida, Bird. Quería un novio.

—Y tienes uno. —Dijo ella.

—Correcto. Nick. El problema es que Joe me gusta tanto. Y estoy descubriendo que podría gustarle también. Pero sería tan raro, con él viviendo en la casa.

—Así que estás atorada con Nick.

—¿Es así como te sientes con respecto a Brandon? ¿Qué estas atorada con él debido a que es conveniente?

—De ninguna manera. Estoy completamente loca por él.

Y ahí es que lo descubrí. No era suficiente tener novio. Quería alguien que me volviera loca. Tanto como me gustaba Nick, la verdad era, que no era Joe.

No ayudo que el primer perro que lave la mañana del sábado se llamara Joe. ¿Quién le pone a sus perros nombres de personas?
Bird y yo habíamos llegado al parque temprano. Llevábamos enormes camisetas sobre nuestros trajes de baño y nuestras gorras de las Serpientes Ragland. Habíamos encontrado grifos, conectado mangueras a ellos, y arrastrado los cubos al área designada para nuestro “stand”. Aunque realmente no era nada más que una mesa y un área abierta en la loma donde todos teníamos espacio para movernos.

Siguiendo la práctica del viernes, había tenido que alistar a los chicos para el intervalo de tiempo, los que querían lavar perros y los que querían sentarse y autografiar las pelotas de goma que papá había donado. Entonces tenía chicos sentados en la mesa, asignando personas al equipo de lavado, y tomando las donaciones.

Para el primer turno, Bird y Brandon eran un equipo, Nick y yo éramos un equipo, Joe y Ethan eran otro equipo.

Tome el control de la manguera de mi equipo. Regar con la manguera un perro era mucho menos trabajo que enjabonarlo. O al menos, pensé que lo seria.

El perro Joe era un ladrador negro que quería jugar, y seguía tratando de saltar sobre mí. Cuando Nick y yo finalmente estábamos terminando, tuve su pata húmeda impresa sobre mí.

Nos sentamos en el suelo, esperando que otro perro sea signado a nosotros.

—Fue algo divertido. —Dijo.

—Sí, lo fue. Y estamos ayudando a perros huérfanos.

Miro alrededor. —Pensé que dijiste que Tiffany iba estar aquí.

—Estoy segura de que llegara eventualmente, como Señorita Adolescente Ragland.

—Ella es tan ardiente.

—Disculpa, pero estas hablando de mi hermana.

Sacudió su cabeza, sus ojos bien abiertos. —Eso es totalmente fuera de onda, ¿no?

—Por completo.

—Lo lamento.

Antes de poder decidir si aceptar sus disculpas o no, alguien trajo a Lhasa. Una dulce perrita que no fue problema lavar. Pero Nick y yo aun así conseguimos mojarnos cuando hizo la cosa entera de sacudirse el agua.

Cuando terminamos, mire a Joe, viéndolo lavar una pequeña bola blanca excitable de pelaje que siguió ladrando. Su esfuerzo me hizo sonreír.

—Realmente le gustas, sabes. —Dijo Nick tranquilamente.

Sacudí con fuerza mi cabeza y lo mire fijamente.

Él sacudió su cabeza. —De eso se trataba la otra noche. En el montículo, entrando en la caseta. Él no pensó que yo fuera un buen novio —Nick comenzó a tirar briznas de pasto—. La cosa es que, tú y yo, no te veo realmente como mi novia. Llegado el final del verano, manejare hacia el amanecer y no volveré la vista atrás —me miro—. Así que si no te parece bien…

Trague fuerte. —No estoy segura de que lo este.

—Bueno, piensa eso. Voy a buscar algo de beber. —Dijo Nick.

Antes de que pudiera ofrecerle algún tipo de respuesta, se había ido. Se establecieron stands de estudiantes en el parque. Incluso podías comprar golosinas para perros.

Hasta me pregunte si se molestaría en regresar. Aunque había usado palabras diferentes de las que Joe, básicamente me estaba diciendo que descubriera lo que quería. ¿Quién era el chico correcto?

Volví a mirar fijamente a Joe. Todavía luchaba con el perrito. No pude evitarlo. Me desborde de risa. Su cabeza se levantó como si supiera que estaba riéndome de él.

—¿Crees que es gracioso? —Pregunto.

Me encogí de hombros. Me roció.

—¡Oye! —Grite. Encendí mi manguera y envié una lluvia de roció de regreso.

El dueño del perro levanto a su mascota en sus brazos, le dijo algo a Joe que no pude escuchar, y se alejó caminando.

Joe se levantó de estar acuclillado, manguera en mano. Me puse pie, levantando una mano como defensa.

—Bien, mira, no quise reír…

Me roció de nuevo. Chille y le di su merecido, lleno de fuerza. Él trato de esquivar la lluvia, trato de golpearme con su agua, pero me moví rápidamente fuera del camino, manteniendo mi manguera dirigida hacia él. Estaba empapado, absolutamente mojado, y empecé a reír. Es difícil correr cuando estas riendo tan fuerte que tus costados duelen.

Joe se abalanzo sobre mí, me tiro, de alguna manera rodando para que él golpeara el suelo mojado —tomando la peor parte del impacto—, y aterricé sobre él. Ambos sonreímos ampliamente, respirando pesadamente, completamente mojados.

Mirando en sus ojos sonrientes, sentí como si hubiera sido golpeada por una pelota.

Estaba loca por este chico, absolutamente completamente loca por él.

Su sonrisa disminuyo. Su mirada vago a mi boca. Pude ver claramente cuanto quería besarme.

Y supe que no lo haría.

Por lo que lo besé yo.

Y él me devolvió el beso.

—Disculpen, pero se supone que estamos recaudando dinero para los perros huérfanos.

Alcé mi mirada para encontrar a Tiffany parada ahí en sus jeans; su banda de Señorita Adolescente Ragland plegada sobre su dorada, reluciente musculosa sin mangas; y su tiara reflejando la luz del sol lo suficiente para darme un dolor de cabeza.

No sé qué me poseyó. Pero la rocié.

Soltó un chillido estridente, retrocedió, y me miró fijamente, con agua goteando por su rostro. —¡No puedo creer que hicieras eso!

—Necesitas calmarte. —Dije mientras me despegaba de Joe.

—¿Disculpa?

—¿Cuándo fue la última vez que te divertiste?

—Estoy aquí como…

—Lo sé. Señorita Adolescente Ragland. Pero esta es tu empresa, tu idea.

Ella se echó con fuerza hacia atrás cuando la alcance y agarre su mano.

—Vas a lavar a algunos perros. —Dije.

—¡De ninguna manera!

—¡Sí!

La empuje donde había dejado el shampoo. —¡Oye! —Grite para nadie en particular—. Necesito un perro y un par de chicos para ayudarme.

Nick dio un paso enfrente de mí. —La ayudare.

¿Cuándo había vuelto?

—Nick… —Podía asegurar que me había visto con Joe. No sé qué iba a decir. ¿Perdóname? ¿Decirle que había pensado las cosas?

—Hacemos un pésimo equipo, de todos modos. —Dijo.

No estaba segura de si yo iría tan lejos como declararnos pésimos, pero estaba dándome una salida fácil. Agradecidamente la tome.

Agarrando la manguera, miro a Tiffany. —Hare el trabajo, tú rociaras el agua.

Rápidamente presione un dedo contra la boca de Tiffany. —No digas nada por un momento, no hasta que te sientas cómoda.

Ella asintió.

—Solo se Tiffany —dije en voz baja—. Y le cobraremos el doble a quien quiera que la Señorita Adolescente Ragland lave su perro.

Asintió nuevamente, mirando a donde Ethan y Nick estaban enjabonando a un collie.

—Son solo chicos, Tiff.

Asintió una vez más antes de caminar para convertirse en parte del equipo. La escuche decir, —¿Qué clase de perro es este?

En cuestiones de preguntas, no era una mala.

No pude escuchar la respuesta de Nick, pero mientras Ethan continuaba refregando al perro, Nick se puso de pie, puso su mano sobre la de Tiffany, y la ayudo a guiar la dirección de su rocío. Alzo la vista hacia él y sonrió. No una sonrisa de Señorita Adolescente Ragland. Si no una sonrisa de Tiffany.

Y Nick pareció absolutamente deslumbrado.

—¿Y ahora qué? —Pregunto Joe.

—Supongo que necesito encontrar a alguien que me ayude a lavar.

—Estoy disponible.

Lo enfrenté. —Tengo la sensación de que estoy disponible, también.

Y supe que ninguno de los dos estaba hablando de lavar perros.

—No tenemos juego mañana, y el entrenador ha rentado un autobús. Nos van a llevar al campo Ameriquest para mirar el juego de los Rangers, como un viaje. De todos modos, podemos invitar a alguien para que vaya con nosotros. ¿Quieres venir?

¿Era enserio? ¿Realmente creía que diría que no la oportunidad de mirar a los Rangers de Texas?

Pero lo que era más importante, era una invitación para una cita oficial. No una salida de reconocimiento. Es decir, por lo general hay una cita antes del beso, pero yo no era muy puntillosa en la concerniente a tradiciones. Podía ir con la corriente.

—Me encantaría ir.

—Genial.

—Sí —dije, sonriendo—. Genial.

—¡Oh Dios Mío! ¡Necesito ayuda!

Solo me había puesto mi camiseta Ragland Rattler sobre mis shorts de mezclilla cuando Tiffany irrumpió en mi habitación en una escala llena de pánico la mañana siguiente.

Mi corazón empezó a tronar. —¿Qué está mal?

—No sé qué vestir.

Me quede mirándola mientras mi corazón reanudo su pulso normal.

—¿Perdón?

—Nick me invito a ir al juego con él hoy… y eso es, como, ¿qué me pongo?

Sonreí y apunte hacia mi estante de sombreros. —Agarra un gorra, cualquiera.

—¿No hablas enserio?

—Tiff, es un juego de beisbol en un estadio abierto. Y vamos a tomar un autobús para ir allí. Quieres estar fresca y confortable.

Levanto su mano y cerró los ojos como si el pensamiento la asustara. —Solo dime exactamente que vestir.

Ella hizo todo el proceso entero de maquillaje, por supuesto. Yo arregle su cabello. Lo puse en una cola de caballo.

—Solo un elástico. —Dije, sonriéndole a través del espejo.

Llevaba puesto un par de jeans de diseñador y una de mis viejas camisetas Ragland Rattler. Puse una gorra en su cabeza, y tire de su cabello a través de la apertura de la parte posterior.

—Ya estas lista para salir. —Dije.

Se miró en el espejo, y pude ver las dudas cruzando su rostro. —Supongo que no luce tan mal.

—Te ves grandiosa.

Ella se giró. —¿Para ti está bien que salga con Nick?

—Me siento bien con eso. Él y yo… realmente nunca conectamos.

—Él es tan divertido.

—¿Lo es?

Asintió. —Dice que lo hago sentir como un motor de búsqueda de internet con todas mis preguntas, pero se siente bien con eso.

—Él piensa que eres atractiva.

—¿De verdad?

¿Cómo podía dudar de cualquier chico la encontrara atractiva?

—Sí, lo menciono ayer.

—Simplemente no quiero avergonzarlo en el juego.

—No lo harás.

—Y no lo tomes como una ofensa, pero no vamos a estar cerca de ti, porque eso sería demasiando extraño, ya que estabas saliendo con él.

—No hay problema.

—Tú y Joe… es una cita, ¿no?

—Uhm… Sip.

—Probablemente no deberías decirle a mamá y papá.

—Probablemente no. Al menos no todavía. Quiero decir, podría no funcionar.

—¡Por faaaavor! Ten un poco de fe en ti misma.

La Señorita Adolescente Ragland acaba de darme aliento.

Joe y yo estuvimos con las manos juntas en el estacionamiento del estadio de beisbol de Ragland, esperando a que el bus llegara. Él llevaba puesto unos jeans y un jersey de beisbol de Ragland Rattler.

De hecho, todos los chicos llevaban puesto lo mismo. Imagine que tenían que ir como representantes del equipo.

—¿Tiffany y Nick? —Susurro Bird, cuando Brandon y ella se nos unieron.

Tiffany y Nick estaban parados a una corta distancia, hablando. Verdaderamente hablando. Imagina eso.

Me encogí de hombros. —¿Qué puedo decir?

Entonces escuchamos el bus traquear por la calle. Era un viejo bus de escuela.
—Ah, hombre —dijo Joe—. Para este evento, pensé que usarían otro que no fuera nuestro transporte usual a los juegos. Pensé que sería… ya saben… uno de esos elegantes buses con aire acondicionado.

—Todavía no estamos en las mayores. —Dijo Brandon.

—Realmente lo siento. —Dijo Joe.

—Hey, no es gran cosa.

—Vamos al menos a entrar primero, así podemos sentarnos en la parte de atrás. —Sugirió Bird.

Todos parecían tener la misma idea. Para el momento en que Joe y yo subimos, el único asiento que vi era el que estaba detrás del conductor del bus. Y dos de los entrenadores sentados cruzando el pasillo. Así que no quería sentarme allí. Luego escuche a alguien diciendo mi nombre, cerca de la parte trasera del bus.

Y allí estaba Bird, saltando arriba y abajo, moviendo su brazo. No lo bastante atrás, pero lo suficientemente cerca. Ella estaba en un asiento y Brandon estaba en el asiento detrás de ella. No sé cómo logro entrar en el bus tan rápido delante de nosotros, pero no iba a quejarme.

Joe y yo hicimos nuestro camino hacia allí, y Bird salió de un salto del asiento y se sentó atrás con Brandon. Me deslicé dentro así que estaba al lado de la ventana. La ventana estaba abajo. Pensé en ponerla arriba, pero había ceca de cien grados afuera. Y el bus no tenía aire acondicionado. Estaba deseando haber vestido ropa más pequeña.

—¡Muy bien! —Grito uno de los entrenadores—. Voy a tomar la lista y estar seguro de que todos están aquí.

Después de que Joe contestara cuando su nombre fue llamado, me miro y sonrió. —¿Alguna vez has visto a los Rangers jugando en persona?

—Oh, sí.