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The American Dream | Novela Colectiva
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: The American Dream | Novela Colectiva
Ahora sí comento *O* Ay sí, ay sí. Ya sé, soy una floja e incumplida pero ahora estoy acá c':
- Gina:
- Capítulo/Prólogo Gina:
¡OH MY VILLEGAS! Ginalu de mi corazón, sabes que amo completamente como escribes y por eso mismo tus caps./prólogo me dieron feels. Iniciando con el prólogo, ay que bella la relación entre Jackson y Clarisse, sé que esa pareja me hará llorar bc Jackson siente kjhgfghj por su amiga y ella idk .__. pero serán los directores más awesome del world. TAD ya inició *O*
Ahora tus caps. Amo a Lorreine, always bc Lore rlz, por el momento está toda inocente, pero sé que ya saldrá la Lorreine malvada, she's the half queen B bc mi Lya también quiere eso ._. pero Nathan & Lorreine, que bella amistad. Ay no wna, momento Lyss+Lore ese encuentro, fue amor, lo sé, lo sé y una puede estar emocionada con el momento romántico hasta que vuelve el amor entre Nathan y su amiga xD
Aiden, ay con el morenaso de fuego que va todo hecho un volcán hasta que se encuentra con Sean y ZIALL moment es mucho para mi pobre orazón shippeador T_T Camille es pura perfección y no lo digo porque sea una Wright. ¿Cómo Travis pudo perderla de vista? i can't Camille la rulea bc es dramática a mil y por eso la amo.− Owen Bianchi… encantado de conocerte, Camille –se presentó con un tono algo formal-. Ya sabes… cuando quieras que alguien te asalte, no dudes en llamarme.
Chris & Nasti, vos me quiere matar ¿cierto? es decir tu capítulo me ha llenad de frustración con los ships, tan cerca y volviendo con el rubio, he's a dream, cuida a sus hermanos como Travis y Nasti toda bella.− ¿Tus hermanos son rubios y con ojos azules de casualidad?
− ¿Cómo sabes eso?
Pero luego aparece Terrence... y vos terminas matándome con lo de Jenna & Terrence, eso, eso... no me lo esperaba :serio:me dejaste con ganas de seguir leyendo.
- Valu:
- Valu:
Y como siempre ahí aparece Valerie Sykes dejándome como la mierda por tanta perfección escrita. Nunca te cansas ¿verda, mujer? siempre debes matarme con cada capítulo tuyo tu capítulo puede ser descrito en una sola palabra: Demasiadaperfecciónparaojosmortales. ¿qué? es una palabra c:
¿Cómo puedo explicar lo mucho que amo a Nathan? Oh, sí es un amor, lo es aunque no quiera aceptarlo ni mostrarlo, es tan bello con Carrie y la amistad con Lore es purrfect. He's too sassy *O*
Lynn por otro lado tiene un no-sé-qué pero hace que la adore, puede matar con palabras en simples 30 segundos o menos.— Cualquiera que pudiera tolerarte, perdería la paciencia en segundo, así que la entiendo.
— Oh, se lo diré a Lore, seguro te hace un hueco en su lista de “personas a las que no odio… tanto”
— ¿Lo haría abajo o sobre tu nombre?
— Abajo. Niña, soy irremplazable.— Oh, habló el señor de veinte y tantos años que aún vive con sus padres, se acuesta con cada tres mujeres que ve y ha tenido tantas resacas que ya es un estado normal para su cerebro, no me hagas mencionar al Drogadicto de Justin que osa a tocar a nuestra madre, ahora, si alguien ha hecho que mis padres los odien, han sido ustedes mismos. ¡Y sí no vas a tener el coraje de aceptarlo entonces no te atrevas a hablar de mi como tú “hermanita”!
Es independiente y simplemente la rulea, pero ahí aparece Nathan a arruinar el poco orden que cree tener y la jode completamente *O*
Alaska es un pedacito de cielo muy dramático y alterado, todos los Wright son así, por es son los mejores. Que ninguna Wright lo dude, Travis es muy sobreprotector por lo que hará lo que sea por sus hermanas y querrá matar a quien sea que intente dañarlas. Pero Valu, esta parte me puede:
Demi, quiero leer más de ella aunque por el momento la amo y su tío {aka Charles} me la trae por no preocuparse por ella, es decir:— Alaska por el amor de dios, ¡responde! –La morena apenas había notado que su hermano hablaba, había tomado su voz por un murmureo molesto que seguramente habría hecho su caída pero cuando enfocó su vista en sus ojos verdes (los cuales los sacó de su padre, maldito afortunado) que la miraban con la preocupación (además estaba el hecho de que sólo sus hijos podrían tener el apellido Wright) de un típico hermano mayor.
Charles es muy despreocupado y no muestra nada de amor por su sobrina, wn qlo ¬¬ Pero eso no mata a Demi bc ella es un terrón de azucar toda tierna que salta sobre Terrence y se hace su amiga ASAP.
Y Oliver, Oliver simplemente me puede. Primos que no se reconocen xDD bueno, Aiden sí lo hizo. Cuando quiso calmarlo me lo imaginé con "Tranquilo viejo" Idk pero él es todo caballeroso, a su manera, claro.
En fin, amé por completo tu capítulo, Valu.— ¿Qué tal? Soy Oliver. Debo decir que eres realmente hermosa y sin embargo no siento necesidad alguna de meterte en mi cama, así que, si esa no es una presentación para una amistad, es lo mejor que tengo.
- Yazy:
- Yaz:
OMG *O* Gen es maravillosa, un poco exagerada, me gusta, pero al fin y al cabo perfecta. Es del tipo que no se inmuta ante anda, excepto Dominik, yep, él puede volverla loca.
Gen estaba like:— Geneviéve La Fontainne— la rubia rezó por que no se notara el nerviosismo en su voz, y respiró hondo antes de mirar a Dominik. Este seguía sin decir una palabra, se limitaba a observar a la rubia, como si no pudiera creerse que estuviera allí. Bueno, al menos el sentimiento era mutuo.
— Dominik Kingsley— dijo al fin, mirando a Noah y luego a Geneviéve, con una sonrisa divertida— El mundo es tan pequeño...
Será más que interesante saber lo que pasará entre ella y Dominik.
Aria es un completo amor, es dulcesita and ai luff jer, ajalá y Dominik no le haga mal o Ivy, es como toda tierna, buena hija y todo con sus padres, but no man, ella es de las reinas del engaño bc she can be a bitch. Anda medio desinteresada por TAD pero sé que lo ama, ik además ella sabe que le irá perfecto.
Ayden todo amigo celoso que no quiere que Ivy ni siqueira hable con Aleksander. Yaz, escribes bello y quiero saber más de tus personajes.
bxmbshell.
Re: The American Dream | Novela Colectiva
Gash, la Milo comentó JDKLSJADALSDJALSDAS y me hizo sentir like a enamorada con su commet :aah:
Necesito que Vale diga si puede subir o no
¡The Wright brothers RULZ!
si, con amarillito bc yolo.
*había colocado sisters, like a analfabeta._.
Necesito que Vale diga si puede subir o no
¡The Wright brothers RULZ!
si, con amarillito bc yolo.
*había colocado sisters, like a analfabeta._.
Última edición por Nunaico el Lun 02 Dic 2013, 7:58 pm, editado 1 vez
Invitado
Invitado
Atenea.
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Re: The American Dream | Novela Colectiva
tad no se cancela y soy feliz (': ya quiero leer el siguiente cap<3
believe.
Re: The American Dream | Novela Colectiva
Oficialmente volví al foro
pd. Espero tu capi, Tinny<33
pd2. Tad no se cancelará jamás
Atenea.
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Re: The American Dream | Novela Colectiva
hoy subo
lo siento mucho gigi, he tenido miles y miles y mileeeeeeeeeees de problemas familiares y no he estado bien de ánimo, pero acá estoy :3
lo siento mucho gigi, he tenido miles y miles y mileeeeeeeeeees de problemas familiares y no he estado bien de ánimo, pero acá estoy :3
sugg.
Re: The American Dream | Novela Colectiva
Ntp, Tinny, ¿todo bien, bby? kadnsdj :cc
pd. Espero tu capi
pd. Espero tu capi
Atenea.
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Re: The American Dream | Novela Colectiva
Capítulo 004
✖Codes by Kitty Sykes.
→by Valelu.
→Katsandra Bextor | Nora Underwood | Tara Dupont | Gregory Fortescue | Lucas Trideaux | Seth Rose | California Cohen
El aroma a flores secas y tierra mojada era algo que Nora ya estaba bastante acostumbrada, se sentó al lado de la lápida y la acarició, como si aquello podría hacerle llegar hacía sus hermanos, pero no, ya no había vuelta atrás. Estaban muertos; y aunque muchas veces su psicóloga se lo había dicho, al parecer ella no lo entendía, aun no lo procesaba.
Eran aproximadamente las siete y cuarto, la ojiazul se encontraba prácticamente sola así que no le era de mucha dificultad llorar, aun así secaba rápidamente las lágrimas que salían de aquellos intensos ojos.
“Creo que es hora de ir” Susurró para ella misma, tomo sus dos maletas bastante pesadas y llenas de cosas que realmente necesitaría. Sabía que su padre la estaría esperando fuera, usualmente Nora prefería ir al cementerio sola a ver a sus hermanos, no soportaba ver a sus padres llorar desconsoladamente, claro… nadie estaba listo para perder dos hijos de una sola vez.
Bajo los lentes que tenía en su cabeza y se los dejó puesto, no quería que nadie viera su cara no maquillada y para más hinchada por aquel momento de lloriqueo que había tenido. Vio el auto estacionado un poco más allá del cementerio y apuro su paso, solía decir que al haber podido ingresar a The American Dream no era algo que la ponía nerviosa, pero realmente si sentía así, la obsesión que tenía la pequeña Nora era mucho más que la pasión que tenían otras por el Ballet.
— ¿Nada de qué hablar, Norie? —Habló su padre. Para ser sinceros la forma de hablar de su padre era temblorosa, temía decirle algo que le doliera a la castaña.
— Nada. —Dijo no totalmente segura, pero con un tono seguro.
Todo el camino fue silencioso.
Cuando se estacionaron fuera de aquel gran edificio el estómago de Nora se revolvió, algo decía que claro… podía ser una nueva etapa de su vida donde por fin podría ser la gran bailarina e interpretar los mejor papeles de las danzas de ballet. Bajo del auto y esperó a que su padre la ayudara a bajar, aquel le entregó las dos maletas y la abrazó.
— Sé que eres la mejor y realmente te deseo la mejor de la suerte.
— No la necesito. —Respondió cortante.
— Nora. —Dijo en tono de reproche su padre. — Yo sé que quieres ser la mejor y eres la mejor, pero intenta hacer amigos… al menos eso hubieran querido tus hermanos. —Nora arqueó una ceja, se sentía enojada por eso, no necesitaba amigos o eso creía.
— Adiós papá y gracias por traerme.
La chica se dio la media vuelta y arrastró sus maletas, dentro del edificio estaba mucho más helado y supuso que era por el aire acondicionado. Pensó en ir a dejar sus maletas, pero su estómago rugía de una manera bastante rara. De hecho no comía desde hace un buen rato. No quiso preguntar dónde quedaba la famosa cafetería porque sabía que había bastantes letreros donde estaba cada recepción, así que al entrar a aquella cafetería un golpe de olor a café inundo su sentido del olfato. No tomaba café de por sí, la cafeína era pésima para ella. Con la mirada busco alguna mesa sola, no le agradaba la compañía y simplemente pensaba ignorar las palabras de su papá, no le interesaba hacer amigos y probablemente si sus hermanos estuvieran vivos ellos hubieran estado con ella en aquel lugar, eran casi igual de talentosos.
Terminó pidiendo un sándwich, dolía pedir eso pero ¿Qué más daba? Tenía mucha hambre y no quería terminar desmayándose, no el primer día.
Se sentó sola, también tenía un jugo natural de piña (su favorito), abriría el plástico que envolvía aquel sándwich tan delicioso cuando un chico de tez blanca, ojos verdes y una sonrisa de comercial se interpuso en su momento de comer. Quedo con la boca abierta y el sándwich a medio meter, para ser sinceros realmente le dio algo de vergüenza. Lo sacó rápidamente.
— ¿Bárbara? —Nora arqueó una ceja confundida. Debía ser una broma. — ¡Bárbara tanto tiempo!
El chico se sentó junto a ella y la abrazó. Está se quedó paralizada y un poco asustada, ¿Quién rayos era ese chico que la acababa de abrazar? Sí, era guapo; pero Nora se había prometido a ella y a sus hermanos no estar con ningún chico porque le distraería y ella venía a ser la mejor.
— ¿Quién eres? —Dijo confundida.
— ¡Vamos! ¿No te acuerdas de mí? Dipper… —Al ver la reacción de Nora suspiró. — Dipper Hansfield.
— Lo siento, te has confundido de chica. ¿Ahora te podrías retirar?
— Vamos, sé que no te caí bien… pero no lo niegues-
— ¡Mira idiota con cara de payaso!, no soy esa maldita Bárbara. Ahora dejame en paz.
— Que mal vocabulario para una chica tan linda.
Nora se sonrojó, así de fácil fue caer ante ese tal Dipper Hansfield. Nora lo odiaba, Nora no quería volver a verlo jamás si es que era posible.
La ojiazul comenzó a mirar a la gente que se cruzaba, que caminaba buscando gente o simplemente por un puesto para poder sentarse. Ella quería hablar con alguien, rogaba por conocer a alguien por primera vez para librarse, sí; a Nora Underwood le costaba librarse de alguien por primera vez.
Pero ahí vio a una chica rubia, parecía simpática, se veía perdida y traía un par de bolsos. Era rubia, bastante rubia para su parecer, poseía unos ojos azules y una altura normal, perfecta para Nora.
— Bueno… Dipper-
— ¿Qué sucede? —Dijo con su ceño fruncido.
— No, es que hay alguien esperándome. Adiós. —Ella se levantó, pero Dipper tomó la mano de la chica.
— ¿Tu novio?
— Ja. —Dijo burlescamente. — No tengo tiempo para eso.
Dicho eso fue donde la rubia, sabía que el castaño la seguiría con la mirada así que con la extrañes de aquella rubia y la poca vergüenza de Nora; le habló.
— Hola… lo sé es raro, pero por favor salvame hay un chico que me habla y me parece un poco hostigoso, sacame de acá… por favor. —Dijo lo más rápido que pudo.
— Hola. —La chica le sonrió tan amablemente, era casi como un sol. La abrazó. Nora se sintió sofocada. — No entendí nada, pero vamos. Soy Prudence.
— Nora Underwood, futura protagonista del lago de los cisnes.
— Buena presentación. —Nora sonrió de lado, no solía tener amigas, no estaba acostumbrada a una conversación tan amena.
Kat, Katie, Sandra, Kitty Kat o simplemente Katsandra. Había llegado hace un par de horas, su padre la había dejado hace unas horas en aquel edificio y solo le había dejado su patineta, eso sería hasta que su moto se arreglara y su padre pudiera ir a buscarla al mecánico. Comenzó a disminuir su velocidad mientras dirigía la mirada a un chico que venía en moto, hasta que se detuvo.
— Idiota… —Susurró.
Debía admitir que se sentía bastante celosa de saber que él tenía su moto y ella no. Lo observó hasta como se estaciono. Según la rubia se estacionaba bastante mal a su parecer. No le quitó la mirada, sentado aun en aquella motocicleta se sacó el casco.
“Justin Bieber” Pensó ironizando. El chico tenía aquel corte, traía una chaqueta de cuero y probablemente unos levis de jeans. Al tratar de bajarse algún mal movimiento hizo y se cayó, tuvo la suerte de que tomara la moto con las manos. La chica por inercia dejó su patineta y fue a ayudarlo, riéndose claramente.
Llegó a su lado y levantó la moto… riéndose, más que riéndose con un ataque bastante desagradable.
— Gracias por ayudarme. —Dijo irónico.
— ¡Hey! Si no agarro esta moto se cae encima de ti, amigo. —Dijo más irónica.
— No necesitaba tu ayuda. —Se levantó y removió el polvo de sus jeans.
— Lindos levi’s, a mi igual me gustan. —Dijo de aquella forma que solo Kat podría decirla, casi como un chico.
— Chase. —Se presentó.
— Pensé que eras Justin, tienes pinta de Justin.
— Ja, ja, já. Eres bastante graciosa, ¿Quién eres tú? Eres… eres…
— Lo sé, no me parezco a nadie. Acompañame a buscar mi patineta.
— ¿Enserio andas solo con una patineta? —Chase río.
— Idiota. —Dijo burlona. Para ser sincera a Kat le había caído bien el chico. — Es mi compañera y mi moto está en el mecánico.
— Más idiota eres tú que la chocas.
— ¿Cómo sabes que la he chocado?
— Lo deducí. ¿Nombre?
— Lo siento, lo olvide… soy Katsandra pero dime Kat o como quieras.
— Kat está bien.
Lo que no sabían ambos es que se estaba formando una gran amistad entre los dos tortolos, tenían mucho en común y era más que obvio que con lo de la moto sobraba ya. Aquellos fueron a buscar la patineta de Kat, aquella la tomo y fueron caminando por la acera para entrar a The american dream.
— ¿Llegaste hace poco? —Preguntó Kat.
— Hace unas horas aproximadamente.
— Yo también, salí a tomar un poco de aire. Hay un aire tenso ahí.
— Pensé exactamente lo mismo, aunque volví porque tengo algo de hambre.
— Yo también, de hecho también volví por eso. —Dijo con una sonrisa en su cara. No solía hacer amigos tan rápidamente y realmente ya le caía bien Chase.
Ambos entraron y caminaron a aquella cafetería, se acercaron a pedir algo para comer, Kat como siempre pidió una Sprite ya que era su bebida favorita, y un pastel de chocolate. Ambos caminaron hacía las mesas y se sentaron, Kat no demoró en comenzar a comer, tenía un hambre que la estaba carcomiendo por dentro. Mientras Chase estaba perdido, según Kat se había fumado algún porro o lo que sea, estaba demasiado pegado.
— ¿Qué te sucede? —Kat se dio cuenta que miraba tanto Chase. Una rubia de aproximadamente un metro setenta y algo, una nariz bien puntiaguda. Tomaba un café.
— Es hermosa.
— Sí, creo.
Ambos se quedaron mirando a la chica. Pero la decepción al parecer pudo llegar al chico, cuando un chico con pelo desordenado, polera blanca, cejas gruesas y ojos de perrito mojado llegaron a tapar los ojos de la rubia. Aquella sonreía confusa y logró quitar las manos del chico.
Se besaron en los labios.
— Woop, tiene novio y su novio sí que esta sexy. —Dijo con un aire de superioridad.
Kat se sintió algo mal por haber dicho aquello, así que simplemente decidió meterse toda la comida a la boca o casi toda, saboreaba ese maldito pastel de chocolate. Pero decidió en quedarse pegada en otra cosa, una chica.
Cejas gruesas, ojos grandes y se podía divisar de esa lejanía cuan azules eran, un cabello rubio oscuro, alta y delgada, muy delgada. Era casi la perfección a los ojos de Kat.
— Mirala. Ella es perfecta.
— ¿La de las cejas gruesas? —Preguntó Chase.
— Síp.
— Se llama Nirvana, le hice una pregunta cuando llegue.
— Lindo nombre.
— Supongo.
— Ya no estés así, solo es una chica de miles que hay acá. —Kat pasó su brazo por el hombro del chico. — Y no creas que te estoy tirando una indirecta.
— No lo creo.
Tara le estaba testeando a una de sus mejores amigas que había llegado bien, que por fin había podido hallar su habitación y que era un inmenso edificio, esperaba ser una buena modelo. Se sentía emocionada, tenía muchas expectativas para todo lo que quería, y una de esas cosas que quería era dinero, para eso comenzaría a hacer algunos trabajos sucios, ¿pero que más daba? Eso era de noche.
— ¿Puedo? —Un chico de ojos azules, cabello alborotado y algo rizado, con unos lentes bastante hipster estaba parado a su lado, aumentándole que traía una guitarra. Adorable a los ojos de Tara.
— Claro, si es que te agrada sentarte en el suelo.
— Me agrada, creo que está bastante lleno y no tengo muchas ganas de salir.
— Soy Tara, aspirante a modelo. —La pelicafe le sonrió y se formaron aquellos hoyuelos adorables que solo podía tener Tara Dupont.
— Seth Rose, cantante… de pequeño he vivido con esta guitarra, prácticamente es mi vida.
— Cuando tenía doce estaba en un taller de guitarra acústica, se me ha olvidado todo.
— Es fácil, es cosa de sentirlo.
— Wow, eres de otro mundo.
— No, solo soy algo más relajado.
— ¿Y? ¿Has conocido a alguien? —Tara miraba a un punto desconocido.
— Sí, he hablado con un par de personas, realmente no me cuesta mucho hablar con personas.
De la nada se acercó un chico con una sonrisa en la cara. Casi burlona.
— Oh.
— ¿Qué sucede Seth?
— Viene Lucas.
— ¿El chico de ahí? —Lo apuntó.
— Sip, creo que me voy.
— ¿Por qué? —Dijo confusa.
— Lo entenderás luego. —Seth se levantó y comenzó a caminar, se dio vuelta un par de veces mientras Tara miraba confundida a ese tal Lucas.
El chico se sentó a su lado sonriendo.
— Supongo que te debes preguntar qué es lo que sucedió. Seth es mi amigo hace un tiempo, lo conocí en una fiesta.
— ¿Y? —Dijo soltando una risa confusa.
— Te vi, eres linda y creo que soy lo suficientemente guapo para que seamos pareja.
— ¿Hablas enserio? ¿Es una broma de mal gusto? —No le molestaba para nada a Tara, pero quería saber qué era lo que sucedía realmente.
— Sonará raro, pero te vi haces unos días, te quedabas cerca de donde vivo o vivía y bueno… quería hablarte pero no me daba el valor y siempre que trato de hacer algo me sale mal o hago el ridículo.
— Raro.
Tara se levantó y se fue del lado de Lucas.
Lucas no bromeaba, jamás creyó en el amor a primera vista, pero vio a Tara llena de maletas, sola y se veía tan inofensiva, Lucas jamás había estado así, tan profundamente pensando en una chica. Lucas se sentía mal por el rechazo que le habían dado, pensaba que entrar acá sería divertido pero ahora con Tara sería mil veces más divertido, pero si ella lo seguía rechazando de esa forma no sería para nada divertido.
A Tara le agradó, lo encontró guapo y le encantó la forma en que le había hablado pero… no estaba interesada en alguien seriamente. Tara no era de nadie.
Seth al irse fue a la parte más recreativa, donde estaba casi toda la naturaleza. Vio a una chica de cabello café claro, no castaño… Seth era algo fijón en eso. Estaba con un chico de rizos, ambos con guitarras acústicas y cantando (supuso al ver que movían su boca). Estaban con algunas personas escuchándolos. Ambos se veían disfrutar aquello.
Seth quiso ir, pero no, sentía que el chico de rizos era algo de aquella chica. Lo que más le llamo la atención al chico fue que ella se veía tan sencilla, la mayoría ahí se veía tan ambiciosa, pero ella no.
Después de un par de minutos observando a aquel grupo pudo ver como se iban y con ellos el chico de rizos, se acercó.
Estaba decidido, ella lo notó de lejos.
— Creo que estaremos en la misma clase. Seth Rose, futuro guitarrista de alguna cantante o quizás hasta vocalista de su propia banda tributo a Janis Joplin.
— Wow… una banda sin futuro será la que tendrás si no creas algo tuyo. —Seth se sorprendió lo tosca que era la chica. — Supongo que seremos compañeros, California o Nina Cohen; yo seré solista… seré una buena cantautora y quizás tenga hasta algunos temas con mi hermanos.
— ¿El de rizos era tu hermano?
— Se llama Elías.
— Buen nombre.
— Sí.
— Eres difícil. —El chico se sentó a su lado.
— No, no soy ese tipo de chicas. —Nina frunció su nariz. Burlándose.
— Lo sé, lo note desde que te vi.
“Idiota” Pensó Nina. Lo odió en ese mismo instante.
Sería un camino largó, lo sabía y todos lo sabían. Y sería más que difícil.
Eran aproximadamente las siete y cuarto, la ojiazul se encontraba prácticamente sola así que no le era de mucha dificultad llorar, aun así secaba rápidamente las lágrimas que salían de aquellos intensos ojos.
“Creo que es hora de ir” Susurró para ella misma, tomo sus dos maletas bastante pesadas y llenas de cosas que realmente necesitaría. Sabía que su padre la estaría esperando fuera, usualmente Nora prefería ir al cementerio sola a ver a sus hermanos, no soportaba ver a sus padres llorar desconsoladamente, claro… nadie estaba listo para perder dos hijos de una sola vez.
Bajo los lentes que tenía en su cabeza y se los dejó puesto, no quería que nadie viera su cara no maquillada y para más hinchada por aquel momento de lloriqueo que había tenido. Vio el auto estacionado un poco más allá del cementerio y apuro su paso, solía decir que al haber podido ingresar a The American Dream no era algo que la ponía nerviosa, pero realmente si sentía así, la obsesión que tenía la pequeña Nora era mucho más que la pasión que tenían otras por el Ballet.
— ¿Nada de qué hablar, Norie? —Habló su padre. Para ser sinceros la forma de hablar de su padre era temblorosa, temía decirle algo que le doliera a la castaña.
— Nada. —Dijo no totalmente segura, pero con un tono seguro.
Todo el camino fue silencioso.
Cuando se estacionaron fuera de aquel gran edificio el estómago de Nora se revolvió, algo decía que claro… podía ser una nueva etapa de su vida donde por fin podría ser la gran bailarina e interpretar los mejor papeles de las danzas de ballet. Bajo del auto y esperó a que su padre la ayudara a bajar, aquel le entregó las dos maletas y la abrazó.
— Sé que eres la mejor y realmente te deseo la mejor de la suerte.
— No la necesito. —Respondió cortante.
— Nora. —Dijo en tono de reproche su padre. — Yo sé que quieres ser la mejor y eres la mejor, pero intenta hacer amigos… al menos eso hubieran querido tus hermanos. —Nora arqueó una ceja, se sentía enojada por eso, no necesitaba amigos o eso creía.
— Adiós papá y gracias por traerme.
La chica se dio la media vuelta y arrastró sus maletas, dentro del edificio estaba mucho más helado y supuso que era por el aire acondicionado. Pensó en ir a dejar sus maletas, pero su estómago rugía de una manera bastante rara. De hecho no comía desde hace un buen rato. No quiso preguntar dónde quedaba la famosa cafetería porque sabía que había bastantes letreros donde estaba cada recepción, así que al entrar a aquella cafetería un golpe de olor a café inundo su sentido del olfato. No tomaba café de por sí, la cafeína era pésima para ella. Con la mirada busco alguna mesa sola, no le agradaba la compañía y simplemente pensaba ignorar las palabras de su papá, no le interesaba hacer amigos y probablemente si sus hermanos estuvieran vivos ellos hubieran estado con ella en aquel lugar, eran casi igual de talentosos.
Terminó pidiendo un sándwich, dolía pedir eso pero ¿Qué más daba? Tenía mucha hambre y no quería terminar desmayándose, no el primer día.
Se sentó sola, también tenía un jugo natural de piña (su favorito), abriría el plástico que envolvía aquel sándwich tan delicioso cuando un chico de tez blanca, ojos verdes y una sonrisa de comercial se interpuso en su momento de comer. Quedo con la boca abierta y el sándwich a medio meter, para ser sinceros realmente le dio algo de vergüenza. Lo sacó rápidamente.
— ¿Bárbara? —Nora arqueó una ceja confundida. Debía ser una broma. — ¡Bárbara tanto tiempo!
El chico se sentó junto a ella y la abrazó. Está se quedó paralizada y un poco asustada, ¿Quién rayos era ese chico que la acababa de abrazar? Sí, era guapo; pero Nora se había prometido a ella y a sus hermanos no estar con ningún chico porque le distraería y ella venía a ser la mejor.
— ¿Quién eres? —Dijo confundida.
— ¡Vamos! ¿No te acuerdas de mí? Dipper… —Al ver la reacción de Nora suspiró. — Dipper Hansfield.
— Lo siento, te has confundido de chica. ¿Ahora te podrías retirar?
— Vamos, sé que no te caí bien… pero no lo niegues-
— ¡Mira idiota con cara de payaso!, no soy esa maldita Bárbara. Ahora dejame en paz.
— Que mal vocabulario para una chica tan linda.
Nora se sonrojó, así de fácil fue caer ante ese tal Dipper Hansfield. Nora lo odiaba, Nora no quería volver a verlo jamás si es que era posible.
La ojiazul comenzó a mirar a la gente que se cruzaba, que caminaba buscando gente o simplemente por un puesto para poder sentarse. Ella quería hablar con alguien, rogaba por conocer a alguien por primera vez para librarse, sí; a Nora Underwood le costaba librarse de alguien por primera vez.
Pero ahí vio a una chica rubia, parecía simpática, se veía perdida y traía un par de bolsos. Era rubia, bastante rubia para su parecer, poseía unos ojos azules y una altura normal, perfecta para Nora.
— Bueno… Dipper-
— ¿Qué sucede? —Dijo con su ceño fruncido.
— No, es que hay alguien esperándome. Adiós. —Ella se levantó, pero Dipper tomó la mano de la chica.
— ¿Tu novio?
— Ja. —Dijo burlescamente. — No tengo tiempo para eso.
Dicho eso fue donde la rubia, sabía que el castaño la seguiría con la mirada así que con la extrañes de aquella rubia y la poca vergüenza de Nora; le habló.
— Hola… lo sé es raro, pero por favor salvame hay un chico que me habla y me parece un poco hostigoso, sacame de acá… por favor. —Dijo lo más rápido que pudo.
— Hola. —La chica le sonrió tan amablemente, era casi como un sol. La abrazó. Nora se sintió sofocada. — No entendí nada, pero vamos. Soy Prudence.
— Nora Underwood, futura protagonista del lago de los cisnes.
— Buena presentación. —Nora sonrió de lado, no solía tener amigas, no estaba acostumbrada a una conversación tan amena.
***
Kat, Katie, Sandra, Kitty Kat o simplemente Katsandra. Había llegado hace un par de horas, su padre la había dejado hace unas horas en aquel edificio y solo le había dejado su patineta, eso sería hasta que su moto se arreglara y su padre pudiera ir a buscarla al mecánico. Comenzó a disminuir su velocidad mientras dirigía la mirada a un chico que venía en moto, hasta que se detuvo.
— Idiota… —Susurró.
Debía admitir que se sentía bastante celosa de saber que él tenía su moto y ella no. Lo observó hasta como se estaciono. Según la rubia se estacionaba bastante mal a su parecer. No le quitó la mirada, sentado aun en aquella motocicleta se sacó el casco.
“Justin Bieber” Pensó ironizando. El chico tenía aquel corte, traía una chaqueta de cuero y probablemente unos levis de jeans. Al tratar de bajarse algún mal movimiento hizo y se cayó, tuvo la suerte de que tomara la moto con las manos. La chica por inercia dejó su patineta y fue a ayudarlo, riéndose claramente.
Llegó a su lado y levantó la moto… riéndose, más que riéndose con un ataque bastante desagradable.
— Gracias por ayudarme. —Dijo irónico.
— ¡Hey! Si no agarro esta moto se cae encima de ti, amigo. —Dijo más irónica.
— No necesitaba tu ayuda. —Se levantó y removió el polvo de sus jeans.
— Lindos levi’s, a mi igual me gustan. —Dijo de aquella forma que solo Kat podría decirla, casi como un chico.
— Chase. —Se presentó.
— Pensé que eras Justin, tienes pinta de Justin.
— Ja, ja, já. Eres bastante graciosa, ¿Quién eres tú? Eres… eres…
— Lo sé, no me parezco a nadie. Acompañame a buscar mi patineta.
— ¿Enserio andas solo con una patineta? —Chase río.
— Idiota. —Dijo burlona. Para ser sincera a Kat le había caído bien el chico. — Es mi compañera y mi moto está en el mecánico.
— Más idiota eres tú que la chocas.
— ¿Cómo sabes que la he chocado?
— Lo deducí. ¿Nombre?
— Lo siento, lo olvide… soy Katsandra pero dime Kat o como quieras.
— Kat está bien.
Lo que no sabían ambos es que se estaba formando una gran amistad entre los dos tortolos, tenían mucho en común y era más que obvio que con lo de la moto sobraba ya. Aquellos fueron a buscar la patineta de Kat, aquella la tomo y fueron caminando por la acera para entrar a The american dream.
— ¿Llegaste hace poco? —Preguntó Kat.
— Hace unas horas aproximadamente.
— Yo también, salí a tomar un poco de aire. Hay un aire tenso ahí.
— Pensé exactamente lo mismo, aunque volví porque tengo algo de hambre.
— Yo también, de hecho también volví por eso. —Dijo con una sonrisa en su cara. No solía hacer amigos tan rápidamente y realmente ya le caía bien Chase.
Ambos entraron y caminaron a aquella cafetería, se acercaron a pedir algo para comer, Kat como siempre pidió una Sprite ya que era su bebida favorita, y un pastel de chocolate. Ambos caminaron hacía las mesas y se sentaron, Kat no demoró en comenzar a comer, tenía un hambre que la estaba carcomiendo por dentro. Mientras Chase estaba perdido, según Kat se había fumado algún porro o lo que sea, estaba demasiado pegado.
— ¿Qué te sucede? —Kat se dio cuenta que miraba tanto Chase. Una rubia de aproximadamente un metro setenta y algo, una nariz bien puntiaguda. Tomaba un café.
— Es hermosa.
— Sí, creo.
Ambos se quedaron mirando a la chica. Pero la decepción al parecer pudo llegar al chico, cuando un chico con pelo desordenado, polera blanca, cejas gruesas y ojos de perrito mojado llegaron a tapar los ojos de la rubia. Aquella sonreía confusa y logró quitar las manos del chico.
Se besaron en los labios.
— Woop, tiene novio y su novio sí que esta sexy. —Dijo con un aire de superioridad.
Kat se sintió algo mal por haber dicho aquello, así que simplemente decidió meterse toda la comida a la boca o casi toda, saboreaba ese maldito pastel de chocolate. Pero decidió en quedarse pegada en otra cosa, una chica.
Cejas gruesas, ojos grandes y se podía divisar de esa lejanía cuan azules eran, un cabello rubio oscuro, alta y delgada, muy delgada. Era casi la perfección a los ojos de Kat.
— Mirala. Ella es perfecta.
— ¿La de las cejas gruesas? —Preguntó Chase.
— Síp.
— Se llama Nirvana, le hice una pregunta cuando llegue.
— Lindo nombre.
— Supongo.
— Ya no estés así, solo es una chica de miles que hay acá. —Kat pasó su brazo por el hombro del chico. — Y no creas que te estoy tirando una indirecta.
— No lo creo.
***
Tara le estaba testeando a una de sus mejores amigas que había llegado bien, que por fin había podido hallar su habitación y que era un inmenso edificio, esperaba ser una buena modelo. Se sentía emocionada, tenía muchas expectativas para todo lo que quería, y una de esas cosas que quería era dinero, para eso comenzaría a hacer algunos trabajos sucios, ¿pero que más daba? Eso era de noche.
— ¿Puedo? —Un chico de ojos azules, cabello alborotado y algo rizado, con unos lentes bastante hipster estaba parado a su lado, aumentándole que traía una guitarra. Adorable a los ojos de Tara.
— Claro, si es que te agrada sentarte en el suelo.
— Me agrada, creo que está bastante lleno y no tengo muchas ganas de salir.
— Soy Tara, aspirante a modelo. —La pelicafe le sonrió y se formaron aquellos hoyuelos adorables que solo podía tener Tara Dupont.
— Seth Rose, cantante… de pequeño he vivido con esta guitarra, prácticamente es mi vida.
— Cuando tenía doce estaba en un taller de guitarra acústica, se me ha olvidado todo.
— Es fácil, es cosa de sentirlo.
— Wow, eres de otro mundo.
— No, solo soy algo más relajado.
— ¿Y? ¿Has conocido a alguien? —Tara miraba a un punto desconocido.
— Sí, he hablado con un par de personas, realmente no me cuesta mucho hablar con personas.
De la nada se acercó un chico con una sonrisa en la cara. Casi burlona.
— Oh.
— ¿Qué sucede Seth?
— Viene Lucas.
— ¿El chico de ahí? —Lo apuntó.
— Sip, creo que me voy.
— ¿Por qué? —Dijo confusa.
— Lo entenderás luego. —Seth se levantó y comenzó a caminar, se dio vuelta un par de veces mientras Tara miraba confundida a ese tal Lucas.
El chico se sentó a su lado sonriendo.
— Supongo que te debes preguntar qué es lo que sucedió. Seth es mi amigo hace un tiempo, lo conocí en una fiesta.
— ¿Y? —Dijo soltando una risa confusa.
— Te vi, eres linda y creo que soy lo suficientemente guapo para que seamos pareja.
— ¿Hablas enserio? ¿Es una broma de mal gusto? —No le molestaba para nada a Tara, pero quería saber qué era lo que sucedía realmente.
— Sonará raro, pero te vi haces unos días, te quedabas cerca de donde vivo o vivía y bueno… quería hablarte pero no me daba el valor y siempre que trato de hacer algo me sale mal o hago el ridículo.
— Raro.
Tara se levantó y se fue del lado de Lucas.
Lucas no bromeaba, jamás creyó en el amor a primera vista, pero vio a Tara llena de maletas, sola y se veía tan inofensiva, Lucas jamás había estado así, tan profundamente pensando en una chica. Lucas se sentía mal por el rechazo que le habían dado, pensaba que entrar acá sería divertido pero ahora con Tara sería mil veces más divertido, pero si ella lo seguía rechazando de esa forma no sería para nada divertido.
A Tara le agradó, lo encontró guapo y le encantó la forma en que le había hablado pero… no estaba interesada en alguien seriamente. Tara no era de nadie.
Seth al irse fue a la parte más recreativa, donde estaba casi toda la naturaleza. Vio a una chica de cabello café claro, no castaño… Seth era algo fijón en eso. Estaba con un chico de rizos, ambos con guitarras acústicas y cantando (supuso al ver que movían su boca). Estaban con algunas personas escuchándolos. Ambos se veían disfrutar aquello.
Seth quiso ir, pero no, sentía que el chico de rizos era algo de aquella chica. Lo que más le llamo la atención al chico fue que ella se veía tan sencilla, la mayoría ahí se veía tan ambiciosa, pero ella no.
Después de un par de minutos observando a aquel grupo pudo ver como se iban y con ellos el chico de rizos, se acercó.
Estaba decidido, ella lo notó de lejos.
— Creo que estaremos en la misma clase. Seth Rose, futuro guitarrista de alguna cantante o quizás hasta vocalista de su propia banda tributo a Janis Joplin.
— Wow… una banda sin futuro será la que tendrás si no creas algo tuyo. —Seth se sorprendió lo tosca que era la chica. — Supongo que seremos compañeros, California o Nina Cohen; yo seré solista… seré una buena cantautora y quizás tenga hasta algunos temas con mi hermanos.
— ¿El de rizos era tu hermano?
— Se llama Elías.
— Buen nombre.
— Sí.
— Eres difícil. —El chico se sentó a su lado.
— No, no soy ese tipo de chicas. —Nina frunció su nariz. Burlándose.
— Lo sé, lo note desde que te vi.
“Idiota” Pensó Nina. Lo odió en ese mismo instante.
Sería un camino largó, lo sabía y todos lo sabían. Y sería más que difícil.
sugg.
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