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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 17 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

Mensaje por ElitzJb Miér 16 Abr 2014, 4:17 pm

CAPÍTULO 11


5/5.

Joe y William Cooper, el director técnico de la policía científica, se encontraban en un restaurante del distrito de Manhattan terminando de almorzar, el funcionario había aceptado la invitación del fiscal y aunque eran muy amigos y no le extrañó la acción del joven, si le desconcertaba la actitud entre taciturna y nerviosa, pero también veía decisión y ansiedad en los movimientos y mirada del chico.
Cataba su vino y con diplomacia miraba el sobre manila que estaba en la mesa y el cual Joe mantenía presionado con una mano, asegurándolo, resguardándolo, como si de eso dependiera su vida.
—¿Tú dirás Jonas ? ¿Qué es ese favor que quieres pedirme? — preguntó colocando con cuidado la copa sobre la mesa y fijando la mirada en la de Joe , haciéndole saber que tenía toda su atención.
—Cooper la verdad estoy hecho mierda, estoy muy enredado, no sé ni siquiera por dónde empezar... Pero estoy seguro que quiero empezar, eso lo tengo entre ceja y ceja desde hace algunos años, esto que tengo aquí es un expediente, un caso que quiero reabrir y necesito tu ayuda.
—Bueno el encargado de eso eres tú, no yo, aquí el fiscal eres tú.
—Sí, se perfectamente cuáles son mis funciones, solo que esto, no es cualquier caso. —Su tono de voz frugal evidenciaba la seriedad del asunto —. Y necesito que me respaldes, quiero que me ayudes a darle veracidad.
—Cuenta con ello si tienes las pruebas suficientes y la persona interesada en reabrirlo, no perdamos el tiempo.
—No, ese es el problema no tengo a la persona interesada en reabrir el caso, aquí el interesado soy yo.
—Si es algo del estado a mí no me involucres, déjaselo al FBI, si tiene
que ver con algún político, mucho menos. —El hombre trataba de cuidarse la espalda y al mismo tiempo delegando a otra entidad cualquier problema.
—El FBI no tiene nada que ver. —Enfatizó para que Cooper no dudara en prestarle su ayuda—. No es tan complicado y quiero hacer justicia, esto pasó hace algunos años, pero quedó en el olvido ya qué a los pocos días, el caso fue archivado y se procedió a su sobreseimiento, quiero ordenar la reapertura porque la resolución del juzgado en ese entonces fue precipitada, no se practicaron las mínimas diligencias indispensables para tomar cabal conocimientos de la forma exacta en la que ocurrieron los hechos.
—Entiendo y ¿qué puedo hacer yo? —preguntó removiéndose en el asiento, buscando con esto mayor comodidad y poner toda su atención en su interlocutor.
—Que me ayudes a conseguir pruebas, todas la necesarias, no quiero que vuelva a ocurrir lo mismo, porque lo único que quiero es ver a los culpables tras las rejas, quiero que le den la pena mayor, quiero que se ahoguen en su mierda hasta el día que mueran y no voy a descansar hasta verlos en las celdas máximas. —Sus palabras apenas si evidenciaban la mitad del odio que erosionaba el alma de Joe .
—¡Me asustas amigo! —exclamó algo alarmado Cooper—. ¿Sabes que vas a necesitar la orden de un juez para poder recabar pruebas?
—Te las consigo, todas y cuantas necesites.
—¿Esto lo sabe el fiscal general? —preguntó con cautela.
—No, no lo sabe, es que si le presento el caso como lo tengo, me lo va a mandar a meter en el culo.
—Si crees que el fiscal general no te lo aceptará es porque no son pruebas suficientes.
—¡Dime algo que ya no sepa Cooper! Por eso he recurrido a ti — exclamó algo exasperado.
—Bien, entonces dame lo que tienes, estudio el caso y en un par de días te doy mi respuesta, a ver por donde empezamos... ¿Tienes el caso a mano?
—Sí aquí lo tienes, no es tan descabellado, solo hay que ponerle interés, nadie se interesó por eso, no había quien exigiera justicia, pero ahora no solo quiero que se haga justicia, sino que pesen sobre los culpables todos estos años de impunidad.
—¿Qué tan involucrado estás en esto Jonas ? —inquirió con discernimiento al notar ese estado tan comprometido del chico.
—Lo suficiente.
—Cuenta conmigo, sé que de momento no quieres hablar de que tan metido estás, pero me lo tendrás que decir y lo sabes.
—Sí te diré que tan involucrado estoy. —Su voz entró en remanso y bajó la mirada al sobre, el cual le entregó lentamente al hombre—. ¿Cómo van las cosas en el trabajo? —preguntó elevando la mirada y cambiando de tema y de semblante.
—Lo mismo de siempre, además de agotado porque apenas si he dormido, no es fácil ser padre nuevamente después de nueve años, aunque las emociones son las mismas que se sienten por primera vez. —Sonriendo con orgullo—. ¿Y cuándo te vas a enseriar? Ya es hora de que aportes tu granito de arena para el futuro.
—No, ni loco Cooper, no consigo lidiar conmigo mismo, mucho menos con un hijo y una esposa... Hasta me da escalofríos la palabra, puedo ser responsable con mi trabajo, pero no con mi vida.
—Todo es cuestión de costumbre Jonas , todo ser humano está preparado para vivir esas experiencias.
—No hermano, soy la excepción, niños bien lejos de mí... No tengo la paciencia, ni siquiera para convivir con una mujer, bien sabes que mi familia fue compuesta por hombres, una mujer fuera de la cama a mí no
me sirve.
—Ya encontrarás esa que te despierte el instinto paternal. —Elevando ambas cejas con predominio
—Te soy completamente sincero, no quiero encontrarla... Mi vida ya es bastante complicada, en mis planes un hijo no tiene cabida, una familia de domingos de parrilladas mucho menos.
—Te pondré la mano en el hombro y entonces ese “Te lo dije” me va saber a gloria.
—Me cuido mucho de eso, al menos que seas profeta.
—No hace falta serlo. —En ese momento llegó el mesonero con la cuenta.
Joe sacó una tarjeta de crédito y su identificación y la colocó en la carta, para después en un acto inconsciente de nerviosismo ajustarse el nudo de la corbata y alisarla.
Minutos después ambos se despidieron en el estacionamiento, Cooper con destino a su trabajo y Joe al departamento, ya había despejado completamente su día laboral para llevar a cabo su dulce, pero bien elaborada venganza, la cual había anhelado cada segundo desde que (_Tn) se fue dejándolo tirado en el Spa, aunque muchas veces se vio tentado a llamarla, a mostrar ese interés y esos deseos que sentía por ella, no lo hizo, se conformaba con verla a diario, a cada segundo, robándose su concentración en la valla publicitaria que le habían colocado al fondo de la torre Jonas y que podía apreciar desde su oficina.
Ella tampoco le había llamado, casi nunca lo hacía y eso era lo que le gustaba de (_Tn) , esa muestra de desinterés de su parte, solo hacían que en él las ganas de buscarla aumentaran, nunca había vivido tal travesía, por primera vez en su vida tenía que buscar, pedir... Siempre le habían gustado las cosas difíciles, luchar por eso que quería, porque sentía que más lo valoraba, que le quitaba el sueño, las fáciles lo aburrían rápidamente y con eso llegaba casi inmediatamente el olvido, eran como un vaso desechable
el cual botaba apenas usaba, porque sabía que podría comprarlo o tenerlo sin el mínimo esfuerzo.
(_Tn) seguía con paso seguro a Thor quien la guiaba al gimnasio para mostrarle la emergencia que se le había presentado, había aceptado acompañarlo porque estaba segura que Joe se encontraba trabajando, lo cual confirmó en el momento en que ambos hablaron por teléfono, en el traslado de la boutique al departamento.
Al entrar, el lugar se encontraba en las penumbras que le ofrecía la transparencia de los cristales que fungían de pared, ya que las luces se encontraban apagadas, sin embargo el lugar le traía algunos recuerdos, sobre todo a Joe con el torso desnudo haciendo acrobacias e intentando enseñarle Capoeira, sin lograr ningún resultado positivo en ella, imposible aprender algún paso mientras el profesor le alborotara la hormona a más no poder, sabía que él no era consciente de lo jodidamente sensual que se veía.
—Dame un minuto (_Tn) , voy a encender las luces en el panel de control que está en el pasillo. —Le informó el rubio y se encaminaba sin esperar respuesta, sin embargo ella se la dio.
—Está bien Thor, yo espero, no me escaparé de aquí... —No terminó de hablar cuando las puertas corredizas se cerraron y en un acto reflejo la chica se sobresaltó, paulatinamente todo empezaba a quedar sumergido en la oscuridad total cuando las persianas empezaban a correrse.
—No tendrás la oportunidad de hacerlo, esta vez no te me vas a escapar. —La voz de Joe le llegó desde algún lugar del gimnasio, pero ante la oscuridad no podía decir exactamente de cual.
(_Tn) giró sobre sus tacones, buscando agudizar su vista y con esto adaptarla a la oscuridad, mientras el corazón le brincaba en la garganta y sus piernas empezaron a temblar, excitándose con el tono de voz, pero también se sintió molesta con Thor por haber sido partícipe de la trampa, temió que Joe la sorprendiera en algún momento por lo que empezó a moverse por el lugar, evitando cualquier posible contacto con el hombre
que la hacía saltarse las barreras.
—No vas a encerrarme de por vida, es de cobarde esto que haces Joe —dijo con seguridad, sin embargo su voz vibraba.
—Llámalo como te dé la gana.
—Al menos si te mostrarás, ¿te crees David Copperfield? —inquirió con sarcasmo.
—Él tiene trucos, yo tengo poder, lo tengo sobre ti y lo sabes.
—¡Vaya! Tu humildad me va a hacer llorar —hablaba caminando entre máquinas, las cuales tentaba con sus manos para guiarse, pero un segundo después, supo que había sido mala idea—. ¡Mierda! Te voy a matar Joe —exclamó, ante el dolor que sintió cuando su pantorrilla chocó contra algo, estaba segura que sangraría—. Estoy muy molesta, de verdad que lo estoy, así que déjame salir o enciende las malditas luces. —Mimándose la parte afectada.
La carcajada del chico sólo hizo que su molestia aumentase, porque si había algo que le diese rabia era ser objeto de burla, se encaminó a un lugar seguro, fuera de cualquier máquina que siguiese atentando contra su integridad, el eco de sus tacones sobre el parquet de madera le hicieron saber que había llegado al área que ella había remodelado para la práctica de Capoeira.
Si al menos pudiese ver, se habría armado con una mancuerna; sería suficiente para noquearlo si se acercaba más de lo permitido.
En un abrir y cerrar de ojos una luz se encendió sobre ella, la cual ante la brusquedad del cambio la encegueció, haciéndola retroceder un paso y su cuerpo se topó contra una pared, el zumbido de algo cortando el aire caló en sus oídos y a los segundos cuando quiso moverse no pudo hacerlo, sólo vio un chuchillo vibrando debajo de su brazo y este había clavado la tela de su costoso, exclusivo y hermoso traje en forma de quimono, no se recuperaba del aturdimiento cuando otro chuchillo le inmovilizó el otro brazo, tal vez si tiraba de estos se liberaría, pero no quería dañar aún más
la prenda, no podía creer, sus ojos desorbitados se posaban en uno y otro cuchillo, esos que la mantenían inmóvil, moviendo la cabeza de un lado a otro.
No podía siquiera hablar, estaba a punto de vomitar el corazón y la sangre circulando con tanta rapidez le haría estallar las venas, estaba asustada y enfurecida, no había experimentado antes esa sensación de querer matar a alguien con tanta intensidad como anhelaba hacerlo con Joe , podía ser muy cruel, se imaginaba sacándole las visceras con uno de los malditos cuchillos que estaban arruinando una de sus prendas más preciadas.
La vista se clavó en Joe que salía de la penumbra, dejándose admirar por ella y al susto y rabia ahora se añadía la excitación, su vientre empezó a vibrar y sus rodillas a temblar, la boca primero se le secó, pero después se le hizo agua y aunque no quisiera posar la mirada en él, no podía evitarlo, imposible desviarla al ver a ese hombre con un jean negro, sólo un maldito jean negro y jugaba con un cuchillo entre sus manos, parecía un lobo, no... No era un lobo. Era una pantera, sus pasos con lentitud, pero al mismo tiempo seguros marcaban el ritmo de sus latidos; esa mirada que brillaba entre las sombras, era lo más cercano a un felino que pudiese existir, asustaba pero al mismo tiempo hipnotizaba e inmovilizada ante su perfección, hombría y sexualidad, tanto que aunque los cuchillos no le impidiesen movimientos, no se movería para dejarse devorar de un mordisco por esa pantera.
Joe sentía su entusiasmo aumentar y su nuca empezaba a perlarse ante la mirada desafiante de (_Tn) enmarcada por la cabellera azabache que caía a ambos lados de su cara, la llevaba más lisa que nunca y dividida a la mitad, queriendo con esto adoptar el estilo de una japonesa, pero esos ojos grandes y su altivez era arrolladora definiendo una actitud que las asiáticas no poseían, esa mujer lo encendía como ninguna otra, debió saberlo desde el mismo instante en que la vio, desde que demostró ese carácter que tanto le gustaba, era su esencia, le gustaba discutir de profesión y ahora con (_Tn) había encontrado hacerlo por pasión.
Se acercó lo suficiente, tanto como para sentir el calor del cuerpo femenino y su respiración, aunque había temor en la mirada también había
reto y molestia que empezaban a influenciar en su miembro, ambos se sumergieron en un duelo de miradas por más de cinco minutos, apenas espabilando cuando era realmente necesario, ella había aprendido a no desviársela y él no se dejaría ganar por lo que en un movimiento rápido clavó el cuchillo con fuerza y precisión a un lado de la cabeza de (_Tn) , haciendo con esto que ella cerrara los ojos y se sobresaltase, pero fue cuestión de segundos para que recuperara el aplomo, por lo que una vez más elevó los párpados y fijó en él, sus pupilas, sin decir una sola palabra, no le hacía falta que hablara y ya sentía pequeñas descargas recorrerle continuamente la espina dorsal.
Joe se alejó un paso en un movimiento estudiado y separó un poco las piernas colocándose las manos en las caderas a modo de jarra, esperando que ella dijese algo, que abriera la boca y le pidiese por favor que la liberara.
(_Tn) empezaba a sentir calor, mucho calor al ver a Joe en esa posición frente a ella, a menos de dos pasos de distancia y se sintió morbosa cuando tuvo que controlar a su lengua que quería saltar al pecho de él y robarse ese sudor que empezaba a perlarle la piel, pasear con lentitud y saborear la parte baja de su ombligo tirar con sus dientes la delgada línea de vellos que se perdían en el jean, pero que sabía, ahí morían.
Él no pudo esperar más, ella lo incitaba de manera desconocida por lo que acortó nuevamente la distancia y su mano derecha voló a la mandíbula de (_Tn) tomándola con firmeza, le elevó el rostro para tenerla a la altura de su boca, la mirada de desafío y el silencio de ella no eran ninguna barrera para que cumpliera sus deseos, posó la punta de su lengua en una de las comisuras de la chica y mordisqueó esa esquina de la boca, siendo consciente de como la respiración en ambos se alteraba, se agitaban las ganas, se avivaba la lujuria.
(_Tn) abría y cerraba su boca en busca de más, de mucho más, se había prometido no fingir delante de Joe y no lo haría, él tenía claro cual era la situación, de cuanto lo deseaba y no se reprimiría en ninguno de sus actos, sin embargo pretendía demostrarle que aún tenía el control y que no era el dueño de su cuerpo, que no tenía tanto poder sobre ella, ese del que
alardeaba, sabía que se contradecía pero él la traía de cabeza.
Joe bajó con sus besos al cuello femenino a ese largo y niveo cuello que lo enloquecía, sentir las pulsaciones descontroladas de la arteria carótida de (_Tn) contra su lengua era algo que lo debilitaba completamente, manipulado por la excitación se alejó, anhelando sentir las caricias de ella recorrer su espalda, llevó sus manos a los cuchillos y los jaló hacia abajo con esto rasgando las anchas mangas del vestido, en ese momento un golpe en su nariz lo cegó, fue un golpe con el puño cerrado, de eso estaba seguro.
—¡Era un Roberto Cavalli! —exclamó (_Tn) poniéndose en guardia, de algo tenían que servirle las clases de boxeo.
Como no sentirse furiosa y bajarle de golpe la excitación, si acababa de arruinarle una prenda tan costosa, ella estaba completamente segura que era demasiado materialista, de esto dependía su apariencia y por ende su trabajo.
Aunque se encontrase un poco aturdido por el golpe sorpresa tuvo que reprimir una carcajada al verla tan furiosa por un simple vestido, dispuesta a darle la pelea, en su garganta se ahogó un ronroneo ante lo que despertaba en él, (_Tn) era un verdadero cúmulo de sorpresas que lo llevaban de un lado a otro en un mar embravecido de emociones.
—¿Y? —preguntó al fin alzándose de hombros de manera despreocupada.
—Y... Me lo has arruinado, imbécil —dijo con la rabia bullendo en ella —. Abre las puertas. —Le exigió, con dientes apretados con esto tratando de contener sus impulsos de golpearlo otra vez.
—No voy a hacerlo (_Tn) , eso deberías saberlo. —Su voz pausada demostraba una tranquilidad que a ella la exasperaba, no podía con el descaro de Joe Jonas .
—Hazlo o te vas a arrepentir. —Amenazó, fijando su mirada titilante por la ira en él.
—Quiero arrepentirme. —Apenas soltó las palabras sintió un empujón y un visaje de (_Tn) al salir corriendo—. ¡Vamos (_Tn) ! ¿No crees que es algo estúpido jugar a la película de suspenso?—preguntó divirtiéndose cada vez más con la situación, alejándose del rayo de luz que solo le ofrecía el reflector.
—¡Jódete Joe ! —Mientras buscaba la manera de llegar cuanto antes a la puerta y estaba más que decidida a romper el cristal con una pesa de tres kilos que había agarrado, se encaminaba con decisión cuando las luces se encendieron y a los segundos un brazo cerraba su cintura y la elevaba del suelo, al tiempo que le arrebataba la mancuerna.
—Se cuáles son tus intensiones y lo que menos quiero es que te hagas daño.
—Me lo estás haciendo al tenerme aquí encerrada.
—¡Qué mártir! El único hasta el momento que ha salido lastimado he sido yo, así que quítate la careta de víctima que no te va. —Le dijo llevándola lejos de la puerta.
—¿Qué ganas con todo esto? —preguntaba tratando de que él, la soltase.
—¿Recuerdas lo que me hiciste la semana pasada? ¿Cómo me dejaste? ... Bueno voy a cobrarme tu broma pesada.
—No soy un objeto para que me tomes cada vez que se te pegue la gana.
—No, claro que no lo eres, te mueves muy bien para ser un simple objeto.
—Descarado. —Le decía elevando las manos por encima de su cabeza y hacia atrás para poder jalarle los cabellos pero no lograba alcanzarlo. Joe sabía perfectamente como esquivarla.
—Deja de resistirte (_Tn) , sabes que lo quieres tanto como yo.
—Y sales con el mismo tema, claro que lo quiero si me excitas y me obligas a ceder, no soy de hierro.
La carcajada de Joe y el beso repentino en el cuello hicieron que una rápida sacudida la asaltara.
—Eres de hierro, claro que lo eres... —dijo, colocándola al borde del ring de boxeo sentándola y con esa rudeza y sensualidad le abría las piernas para ubicarse en el medio, cerrándole con las manos la cintura y empezando a moldearla, mirándola fijamente—. Sólo que yo soy el fuego que te funde.
Aunque se encontrase temblorosa y él la torturaba con su manera de mirar y creyera que su cintura era un jarrón de arcilla al cual le daba forma, haciendo con esto que todos los vellos de su cuerpo se erizaran, no pudo evitar soltar una pequeña carcajada envenenada de sarcasmo, a la cual él acompañó de buena gana.
—Soplete te voy a llamar ahora.
—Como tú quieras. —Al verla más tranquila y dispuesta empezó a acortar la distancia, para respirar en la boca de (_Tn) , besarla con embeleso y arrebato, pero una vez más ella lo alejaba de manera abrupta.
(_Tn) después de empujarlo, en un movimiento rápido se giró y empezó a gatear intentando atravesar el ring, emprendiendo su huida. Él de un brinco estuvo al borde y separó las cuerdas para entrar al cuadrilátero, ella se puso de pie e intentaba correr.
—¿Por qué haces el inútil intento de huir? —inquirió tomándola por la muñeca y evitándole que avanzara.
(_Tn) de un tirón se soltó, solo quería salir de ese lugar, huir de ese hombre que intentaba doblegarla y dejarle claro que él tenía la razón y el orgullo no la dejaba, no le permitía que Joe Jonas la gobernara, sin pensarlo, solo por instinto se puso en guardia; tal vez si lo noqueaba de la manera en que Víctor le había enseñado, se libraría de la situación en la que se encontraba.
—¿Qué pretendes hacer? —preguntó llevándose las manos a las caderas y mirándola de arriba abajo.
—Sí no me dejas salir por las buenas, lo harás por las malas, tú lo has decidido.
—Si piensas que puedes darme la pelea te recomiendo que te quites los zapatos, con esos tacones solo ganarás un esguince. —Le aconsejó con preponderancia.
Ella sabía que Joe tenía razón, por lo que sacudiendo sus piernas mandó los zapatos a una de las esquinas, así sería más ágil. Empezó a rodearlo y mantenía los puños en alto, esperando el acercamiento para darle un derechazo en la quijada.
Joe sólo la miraba sonriente y giraba al igual que ella para no perderla de vista, pero en segundos le saltaba como si fuese una cobra, la cual fallaba a propósito la presa, le maravillaba ver lo atenta que se encontraba y verla saltar con estilo hacia atrás, debía admitir que movía muy bien las piernas.
Ella se fue con un golpe certero al rostro de él, pero este le bloqueó el puño tomándolo y jalándola hacia él, rápidamente giró en torno a ella y la colocó de espaldas pegándola a su pecho, pasó uno de sus brazos por el cuello y con urgencia se hizo del nudo de la cinta que unía el vestido, abriéndolo con habilidad.
(_Tn) sólo le dio un pisotón para liberarse de la barrera que se posaba en su cuello, logró el cometido y se alejó rápidamente, al tiempo que se ponía en guardia nuevamente, dedicándose una mirada fugaz a su vestido abierto, en ese momento la rapidez de Joe la desconcertó y al segundo sentía un jalón y su prenda había quedado en las manos de él.
Soltó un gritó de molestia y frustración al tiempo que se giraba y lo golpeaba, pero solo lo hizo en el hombro y no con la fuerza necesaria.
—¿Quieres que abramos las apuestas? —inquirió lanzando el vestido, el cual quedó tendido en las cuerdas.
—Yo no apuesto con tramposos. —Acercándose una vez más sin bajar la guardia, lanzó otro golpe, pero esta vez fue al aire porque él lo esquivo
ágilmente y en cuestión de segundos el espacio frente a ella quedo vacío, estaba por girarse cuando brincó al sentir el ardor, picor y dolor de una nalgada que hizo eco en el lugar.
—Se te ve el culo hermoso con ese hilo... Puede que te lo deje puesto, igual es muy poco encaje y eso no me va a impedir cogerte.
—¡Te vas a arrepentir Joe ! —Le advirtió molesta sintiendo la piel de la nalga derecha caliente, palpitando ante el dolor, pero no se la acariciaría para no mostrar debilidad.
—(_Tn) no pierdas los estribos, debes estar concentrada, con la mirada sobre el objetivo ¿quién carajos te enseña box? —preguntó con burla.
—Sabes perfectamente que es Víctor.
—Lo hace muy mal o te tengo demasiado nerviosa... Creo que es más lo segundo. —Y en ningún momento él se ponía en guardia, sólo esperando los ataques predecibles de (_Tn) —. Pues tienes estilo.
—Sí crees que me tienes nerviosa estás muy equivocado, sólo te estoy dando ventaja.
—¿Me estás dando ventaja? —inquirió fingiendo sorpresa y en un paso hacia adelante sumamente rápido con exactitud y ante la agilidad de sus dedos, le ganó al broche del sostén el cual se encontraba en medio de los senos de la chica. —Touché. —Le dijo, sintiéndose vencedor.
(_Tn) sintió el afloje y su mirada pasó de Joe a sus senos expuestos y viceversa, aumentando esa combinación de rabia y excitación que latía en ella, además de la impotencia por estar perdiendo ante él, tal vez fue muy mala idea creer que podía darle la pelea.
—¿Por qué lo haces Joe ? ¿Por qué sencillamente no me dejas ir y dejas de jugar? —preguntó mientras sus manos temblorosas intentaban abrochar su sostén.
Cuando la chica bajó la vista él aprovechó y se paró detrás de ella
tomándole las muñecas y evitando que lo privase del paraíso, sometiéndola con intensidad, pero sin lastimarla, jamás le haría daño a una mujer, no podía hacerlo.
—Sólo déjame ver, no seas egoísta. —murmuró en uno de los oídos sintiendo los cabellos de ella hacer cosquillas en su vientre—. Lo hago porque no renuncio a lo que quiero, no me importa cuánto tenga que luchar para conseguirlo, no estoy jugando (_Tn) , no lo estoy... Apenas te vi supe que no serías un juego, me he involucrado contigo más de lo permitido, porque eres ese reto que quiero alcanzar, las barreras que me pones solo me excitan más y si intentas alejarte, si te alejas, debes saber que siempre te pisaré lo talones. —Dejando que su tibio aliento atravesara las hebras azabache, obligando a la respiración de ella agitarse y que los ojos se pusiesen en blanco, tratando de tragarse el corazón que lo sentía brincar en su garganta, para ver si podía enviarlo de vuelta a su lugar en el pecho.
Él con movimientos estudiados le sostuvo las muñecas con una sola de sus manos, y la que desocupaba la llevó al seno derecho, apoderándose de este, con cuidado lo masajeó, ahogándole un ronco jadeo, por lo que ella vibró.
Lo acariciaba evitando el pezón y aún con los cabellos ébano interponiéndose entre su boca y la oreja de ella, empezó a mordisquearle el lóbulo, sin impórtale la argolla que llevaba puesta, para después abrirse espacio lentamente con su lengua y la introdujo en el oído, arrancándole gemidos cuando penetraba con sincronía, entrando tanto como podía y moviéndola dentro muy lentamente, haciendo que entre los muslos de (_Tn) se desatara una lluvia ardiente.
Para (_Tn) era imposible no esclavizarse ante esa maestría con que él la excitaba, esa rapidez de arruinarle cualquier defensa, de mandarle al carajo cualquier control, en ese momento era el dueño de su universo.
—¡Joe ! —exclamó al tiempo que su cuerpo se arqueaba involuntariamente al sentir los dedos de él explorando su centro, era tan densa la nube de placer en la que se encontraba que no había sentido en que momento le había soltado las muñecas y se hizo espacio entre su diminuta
tanga y conquistaba ese botón endurecido por la exaltación.
Sabía utilizar perfectamente sus dedos y en un pequeño rayo de cordura, supuso que se debía a las prácticas con la guitarra eléctrica, pues con el pulgar merodeaba en su clítoris y el medio entraba y salía de ella con una lentitud arrolladora que la cegaba.
—¿Aún quieres irte? Si me lo pides te dejaré ir. —Le dijo con voz agitada y sensual.
Qué manera de ofrecerle la libertad, sabía perfectamente que ansiaba alcanzar ese orgasmo que empezaba a retumbar en ella y prefería morir antes de que él la dejase a la deriva.
—Quiero que cumplas tu palabra de cogerme con la tanga puesta — murmuró casi sin aliento.
—Sólo si juras por este orgasmo que estoy reteniendo que no te vas a marchar, que te quedarás conmigo esta noche y que cogeremos hasta que yo aguante, que vamos a pasarla bien, dejando por fuera tu maldito orgullo y mis demonios, que solo seamos tu y yo, sin nada más.
El plan era llegar a este punto e irse y dejarla, pero no podía, no podía hacerlo, para Thor era más fácil, porque no era él, quien tenía una erección en su punto más alto y dolorosa, que masturbarse no sería suficiente, por lo que abortó el plan y se dejó arrastrar por sus deseos, por esa perdición que (_Tn) era para él.
—Lo juro... juro que me quedaré y que me cogerás hasta que no puedas más, lo haremos todas las veces que nos sean posibles. —Le dijo con las venas a punto de explotar, sintiendo que él la liberaba con sus dedos, que la elevaba.
—Si este será el final de todos nuestros encuentros de boxeo quiero que lo hagamos todos los días —dijo abandonándola y girándola rápidamente, para tenerla frente a él permitiéndole que viera en sus ojos lo excitado que se encontraba, al tiempo que él terminaba de quitarle el sostén y con agilidad la tiró en la lona haciendo que sus cabellos se abriesen como un
abanico de terciopelo negro, (_Tn) sintió como el oxígeno se escapaba de sus pulmones ante el golpe en su espalda, pero fue lo más perverso y sensual que había experimentado.
Joe como felino se deslizaba sobre su cuerpo y empezaba a besarla como a él le daba la gana, armándola y desarmándola con todos los roces que le brindaban, con el de la lengua, el de las manos en sus muslos, el de su erección escudada por el jean en su centro, ese que ella le abría cada vez más.
Las manos de ella volaron de los cabellos de él a sus vientres unidos buscando jadeante el botón del jean y con jalones desesperados empezó a bajarlo. Mientras él seguía besándola, a medio quitar y sin dejar de frotarse contra él se apodero de las nalgas masculinas apretándolas con fuerza y Joe le obligó a gemir, gemir y gemir por estar mordisqueándole los senos.
Él empezó a desesperar por querer hundirse en ella, a sentir esa humedad caliente que lo absorbía, por lo que pausó, besos y caricias, mientras se deshacía completamente del jean regresando al cuerpo femenino, jalando hacia un lado la tanga de hilo de la ropa interior de (_Tn) y ambos contuvieron la respiración, mientras saciaban a los cuerpos enardecidos y se fundían las miradas, mezclando el aliento que soltaron cuando se empalmaron a la perfección.
—Si te gusta tanto como a mí este momento, no sé porque lo evitas — murmuró con labios temblorosos sobre los de ella.
(_Tn) para no dar la respuesta de que temía ser arrastrada, que no quería involucrar algo más que lo físico, prefirió mordisquearle los labios, esos labios tan masculinos que la enloquecían, para después succionarlos, una y otra vez, cien veces, mil veces, desgastarlos a chupones y un jadeo retumbó en su garganta cuando lo sintió moverse, lento, muy lento, iniciando ese rito en que ella moriría por segundos, para después como el ave fénix renacer de las cenizas.
Joe aumentaba de velocidad a sus inserciones, queriendo más, mucho más, su sangre enardecida se lo exigía por lo que se incorporó
dejándose caer sentado sobre sus talones, la jaló y ella arqueó su cuerpo creando un puente que lo llevaría a la gloria, la parte superior de su espalda servía de apoyo a los muslos que se encontraban sobre los de Joe , las caderas en el aire y él le ayudaba a mantenerlas de esa manera al aferrarse a ella.
No había nada más erótico en ese momento que Joe mordiéndose el labio inferior, ante la energía que imprimía a sus embestidas despiadadas, rápidas, contundentes, retumbando en ella, sumergiéndola en ese placer y dolor, lujuria y desenfreno, muchas veces ante los movimientos que hacía de abajo hacia arriba, rozaba ese punto que hacía que lágrimas se le anidaran en ojos y garganta ante tanto placer, un placer que la electrizaba por dentro, un placer que la mataría, le daría un ataque al corazón, porque no aguantaba tantos latidos, pero ni loca le pediría que se detuviese y solo quería saber cómo Joe podía tocar tantas fibras en su cuerpo, tantos nervios que ella no sabía que existían.
—Así... no te detengas, Joe ... —Apenas gritaba algunas palabras, el desenfreno no la dejaba hablar, solo sentir, experimentar ese estallido en ella.
Tirones empezaron a quemar la piel de sus caderas, tirones que la hacían elevarse involuntariamente y al abrir los ojos se encontró a Joe rompiendo con sus manos su diminuta tanga. ¡Ala mierda Victoria Secret! Después compraría una docena.
Sin abandonarla le tomó una pierna y la elevó para juntarla con la otra, la mantuvo de esa manera en medio de unas cuantas arremetidas, hasta que le hizo girar la parte inferior de su cuerpo poniéndola a gatas con maestría, ella temblorosa ante la debilidad del reciente orgasmo, no podía mantenerse, sus muslos vibraban demasiado y sus savias le chorreaban por la parte interna.
—Te tengo... (_Tn) te tengo... sólo tienes que respirar, trata de tranquilizarte y respirar. —Le pidió aferrándose a las caderas de la chica, para no dejarla caer y empezó a deslizar una de sus manos de abajo hacia arriba, por la espina dorsal, con esto relajándola, ayudándola a que saliera de la tribulación en la cual se encontraba, posó la mano en la nuca y la
bordeó hasta apoderarse del cuello, se acopló como si fuese una sombra sobre el cuerpo de la chica y le hizo volver a medias la cabeza—. ¿Estás bien? —preguntó besándole los labios con una ternura que hasta ahora ella no había experimentado, una que hizo que, emociones nuevas germinaran en su pecho y asintió en silencio—. Me avisas cuando puedas mantenerte.
—Puedo hacerlo... quiero hacerlo —murmuró y esta vez fue ella quien lo besó, instándolo a que se incorporase.
Joe se puso de rodillas y una vez más la penetro, tratando de contener en cierta medida sus instintos, pero cegándola a ella de placer. Sin pedirle permiso, sólo por sorprenderla, enloquecerla y dejarle saber que anhelaba en un futuro no muy lejano conquistar ese botón que empezó a acariciar con su dedo pulgar, ella dio un respingo al sentirlo, pero Joe la estimuló hasta que se sintiese cómoda, que accediera a la suave caricia, no hacían falta palabras, sus manos le eran sumamente claras y ella sólo jadeaba de manera descontrolada, mientras él aumentaba el ritmo.
El brasileño estaba a segundos, a sólo segundos por lo que la tomó por la cintura y la incorporó, él se dejó caer sentado sobre sus talones y ella quedó sentada encima de él, logrando que su erección por entera quedara en el interior femenino, ambos se movían al ritmo que el chico marcaba y ella una vez más experimentó el estallido de todos los átomos, mientras él seguía, seguía y seguía, aferrándose a ella con firmeza, cerrándole con fuerza arrolladora la cintura y enterrando en la nuca el rostro. En medio de jadeos desesperados, convulsionó y se unía más a ella, como si de ese agarre dependiera su vida, haciéndola sentir indispensable. Había alcanzado el orgasmo, el ronco y largo jadeo era la prueba fiel de ello y a los segundos uno, dos y tres ataques la inundaron por dentro, le calentaron el centro de su cuerpo.
Siendo consciente en ese momento de que lágrimas rodaban por sus mejillas, había sido tanto el placer que había experimentado que lloró, y rápidamente evitando por todos los medios que Joe se percatase de su debilidad se pasó las manos por el rostro, limpiando cualquier evidencia.
Una línea de cortos y húmedos besos se deslizaba por la parte posterior de su clavícula derecha, hasta el hombro y regresaba a la base de su cuello.
—¿Estás bien? —Fue ella quien murmuró la pregunta.
—Muy bien, mejor que nunca —respondió en medio de un suspiro que estrelló contra el cuello femenino—. Sabes... Quiero hablar contigo, pero no sé cómo hacerlo sin que pienses que te estoy ofendiendo de alguna manera, quisiera saber cómo es que ordenas las ideas en tu cabeza para siempre sacar conclusiones erróneas. —hablaba tanteando el terreno mientras la hacía girar, él se sentaba y ella hacía lo mismo frente a él colocando sus muslos sobre los de Joe al tiempo que se hacía un moño de tomate y dejando el espacio suficiente para que su vagina no rozara el miembro de Joe , quien le llevaba ambas manos al cuello y masajeaba con sus pulgares la mandíbula, perdiéndose en su mirada.
—¿Crees que mis conclusiones son erróneas? —preguntó enlazando su mirada con la de él.
—Conmigo lo son, aunque no me lo creas y pienses que sólo lo digo para ganar tu indulgencia igual te lo diré... (_Tn) estoy preocupado, por ti, lo estoy... ¿Por qué has cometido la locura de hipotecar el apartamento?
—Porque debía pagar una deuda.
—¿Y yo te estaba cobrando? No, claro que no lo estaba haciendo... Quiero mañana acompañarte al banco y que devuelvas el dinero.
—Yo puedo ir sola, no voy a ocupar tu valioso tiempo.
—Mi tiempo es más valioso cuando estoy contigo —susurró acercándose a ella y depositándole un beso en los labios, contactos que hicieron despertar los poros de la chica.
—Está bien permitiré que me acompañes mañana al banco. —Le dijo sonriéndole, actuando por instinto, porque lo que deseaba en el momento era disfrutar de la compañía de Joe —. Sólo si me frotas la espalda y me haces uno de esos masajes, ya sabes, el mismo del Spa. —Le pidió guiñándole un ojo.
—Te lo haré, pero tengo otras técnicas que estoy seguro te van a gustar.
—Entonces no perdamos el tiempo. —Le dijo poniéndose de pie y él la imitó.
(_Tn) estaba por agarrar el vestido que estaba en las cuerdas y Joe no se lo permitió, tomándola por la mano y jalándola, ella adivinó que él quería que salieran desnudos del gimnasio.
—No Joe , estás loco... Thor puede vernos, por cierto tengo una cuenta pendiente con él.
—Thor no está, debía regresar al grupo, es justo que te enteres que él jamás estará de tu lado.
El chico la guió a su habitación sin soltarla un solo segundo, al entrar, se encontraba en completo orden y el olor del perfume que usaba Joe se podía sentir en el ambiente.
—Espérame un segundo voy a poner a llenar la bañera. —Le informó y ella asintió en silencio, quiso sentarse en la cama pero por el momento no quería humedecer las sábanas grises, vio el iPhone de Joe al cual se le iluminaba la pantalla con un llamada entrante, por curiosidad femenina se acercó lo suficiente a la mesa de noche, donde reposaba y el nombre de Gerard Russell titilaba.
—Joe te están llamando. —Le hizo saber al creerse descubierta cuando él salía del baño.
—Seguro es Thor —acotó sin saber que ella había visto el nombre de la persona que llamaba—. ¡Mierda! —exclamó cuando vio que su teléfono se iluminaba con otra llamada, dudó por unos segundos pero al final lanzó el móvil sobre la cama y se hizo de la cintura de (_Tn) , en un movimiento rápido que la sorprendió, la hizo sentir como la recién casada que entraba en los brazos de su esposo a la suite matrimonial, pero su destino era el baño.
Con cuidado se metió en la tina y la sentó entre sus piernas, dejándola de espaldas a él, quien con sus manos recogía agua y la derramaba sobre la espalda de la chica, esa acción la repitió varias veces mientras la bañera se
llenaba.
—¿Puedo saber de quién era la llamada? —preguntó ella sin poder más con su curiosidad.
—Del fiscal general.
—¿Y por qué no lo atendiste? Seguro eran malas noticias.
—Siempre son malas noticias... La muerte no puede ser una buena noticia, pero hoy dije que no iba a trabajar y no lo voy a hacer. —Tomando una esponja y frotándole la espalda a la chica y a segundos le depositaba besos en la espalda.
(_Tn) tomó una de las manos de Joe y empezó a admirarla, le gustaba lo masculinas que eran, pero de suave textura, jugando con está, en un movimiento espontáneo la entrelazó con la de ella y se la llevó a los labios depositándole besos, cerrando los ojos y viviendo esa sensación que le agradaba en demasía.
Joe nunca había experimentado esa cercanía con ninguna otra mujer, ninguna le había besado las manos, por lo que se sintió realmente vulnerable y al mismo tiempo una presión en su pecho le hacía difícil respirar, era como un gran cúmulo de emociones que se agrandaban cada vez más abarcando todo, despertando deseos irrefrenables por ella, esos que se saltaron la barrera, y le instaron a hacerla su mujer una vez más en la bañera, de las maneras que el lugar le permitía y derramando agua sin importar. Lo único, lo verdaderamente importante eran las miradas, caricias, besos y por supuesto alcanzar el umbral del cielo.

ElitzJb
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Mensaje por aranzhitha Miér 16 Abr 2014, 8:05 pm

Awwww ya quiero que se reconcilien!!
Thor es un amor!! Quiero un novio como el!!
Y otro como Joe!!
Síguela!
aranzhitha
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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 17 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

Mensaje por chelis Jue 17 Abr 2014, 12:53 pm

Guau!!!!... Thor es mi héroe!!!!.... Y joe aaaaaaahhhh lo es todo!!!.... Pero mira que si la amma con locura!!!!
chelis
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Mensaje por imontserrat Jue 17 Abr 2014, 9:07 pm

gracias, gracias, me encantaron los capítulos
imontserrat
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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 17 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

Mensaje por chelis Vie 18 Abr 2014, 1:08 pm

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Mensaje por imontserrat Lun 28 Abr 2014, 10:22 pm

sigue, por favor  Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 17 961472736
imontserrat
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Mensaje por chelis Mar 29 Abr 2014, 3:50 pm

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Mensaje por imontserrat Jue 01 Mayo 2014, 9:23 pm

por favor, sigue  :lloro:
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Mensaje por chelis Vie 02 Mayo 2014, 10:23 am

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Mensaje por ElitzJb Sáb 03 Mayo 2014, 10:47 am

CAPÍTULO 12



La sonrisa de (_Tn) evidenciaba lo feliz que se encontraba y que en cierta medida ella no era realmente consciente de esa dicha, sin embargo las personas que la rodeaban sí, Sophia, Oscar, Silvia y algunas dientas ya le habían hecho saber que se le veía radiante, lo que ellos no sabían era que, debajo de ese perfecto maquillaje había escondido sus ojeras, esas que eran la prueba de que, no le habían perdonado su desvelada a causa de su maratón de sexo, intenso y delicioso con Joe Jonas , tanto, que temprano tuvo que recurrir a anti-inflamatorios.
Y su corazón latía emocionado al saber que en cualquier momento se presentaría en la boutique, para acompañarla al banco, apenas si pudo almorzar, la sensación de mariposas revoloteando en su estómago, no le dejaban espacio para nada más.
El aleteo cobró más intensidad y su emoción se desbordó al ver a un chico entrar a la boutique con un hermoso e inmenso ramo de rosas rojas, sin duda tenía más de cincuenta unidades, su presentimiento se convirtió en realidad cuando el chico preguntó por la señorita (_Tn) Winstead.
—Sí soy yo —dijo, sintiéndose estúpida sin poder controlar la sonrisa, era mujer y como a toda le gustaban esas muestras de afecto.
—Firme, aquí por favor. —Pidió tendiéndole una tablilla que tenía la hoja de recibimiento.
Ella se dio cuenta que las manos le temblaban y respiró profundo para calmarse un poco, primera vez que se emocionaba de esa manera, tal vez porque las rosas eran de Joe , muchos le habían regalado flores, pero ningún ramo le había alegrado tanto, lo recibió y lo colocó sobre el mostrador con una sonrisa imborrable y en ese momento Sophia se le acercó.
—¡Lo has dejado por el suelo! —dijo emocionada la pelirroja. —¿Qué
esperas? Mira que dice la nota.
(_Tn) tomó el sobre y sacó la tarjeta, antes de leer soltó un suspiro tratando de no hacer tan evidente su nerviosismo.
Eres una mujer inolvidable, aunque lo intenté no pude sacarte de mi mente y mucho menos de mi corazón, soy ese búmeran que regresa a ti.
Richard Sturgess.
La sonrisa de (_Tn) se congeló inmediatamente y no podía definir las emociones que la asaltaban, no estaba preparada para eso, no lo estaba y el gesto en la cara de Sophia le indicaba que él se encontraba parado detrás de ella.
El corazón le iba a explotar y sintió marearse, pero si no se volvía y no constataba por ella misma que Richard estaba ahí terminaría por desmayarse, se giró muy lentamente y todos sus momentos vividos con ese hombre rubio, pasaron frente a sus ojos rápidamente, no había cambiado nada, se encontraba igual de hermoso e interesante, seguía siendo ese por el cual empezó a sentir de manera diferente, ese que la sumergió en el mundo del sexo y que le dio tantos momentos especiales, que le llenaron el alma en muchas oportunidades.
Inmóvil, muda, temblorosa se encontraba frente a él, después de un año Richard irrumpía en su vida con sus maravillosos detalles y su magnífica sonrisa.
—Estás más hermosa —murmuró en medio de su sonrisa de felicidad al verla, sintiendo que todavía la amaba, que esa niña que le había robado el corazón aún ejercía el mismo poder sobre él.
—¿Por qué no me avisaste que venías?; ¿Qué haces aquí? —preguntó,
con voz temblorosa sin poder creer a quien tenía en frente, sabía que no eran las preguntas más amables, pero no pudo cerrar su boca y pensar antes de soltar el cuestionario.
Sophia decidió alejarse del lugar, para brindarle privacidad a la pareja, por lo que se fue al lado de Oscar.
—Quería darte la sorpresa, sabes que me gusta sorprenderte. —Su tono de voz seguía siendo el mismo, esa manera tan sublime de tratarla permanecía intacta.
—Me alegra verte —dijo tratando de sonreír y con esto imitar el gesto del hombre mientras el corazón le martillaba en las sienes.
—No lo parece... (_Tn) sé que debes estar dolida conmigo por la manera en que me fui, debí hablarlo contigo, pero ya no podía más... No podía, todos mis intentos de futuro a tu lado solo recibían de tu parte una negativa y yo te quería conmigo, en mi casa, en mi cama todas las noches, dormir abrazados, anhelaba un par de hijos...
—Richard... Bien sabes que no es lo que espero, el matrimonio no fue hecho para mí, te lo expliqué... Te confié por qué no podía aceptar tus propuestas.
—Y en ese momento no pude entenderlo, soy un imbécil, me tomó mucho tiempo asimilar la situación, comprender que te quiero tanto que estoy dispuesto hacerlo a tu manera... Déjame darte un abrazo, porque aún no creo que por fin esté aquí. —Sin esperar una respuesta por parte de (_Tn) la abrazó—. Quiero que me des una segunda oportunidad.
La mirada verde de Sophia se ancló en el Opel Ampera blanco, el cual tenía en su placa la insignia de abogado y que ella estaba segura pertenecía a la firma jurídica Jonas , detrás del auto se estacionó la camioneta de los guardaespaldas.
Vio bajarse al fiscal y éste se dirigía a la puerta con paso seguro, destilando seguridad y sexualidad.
—¡Mierda! Oscar esto está para reality show —murmuró cuando Joe cruzaba el umbral de la boutique y su mirada se ancló en el abrazo entre (_Tn) y Richard, evidenciando su molestia al tensar la mandíbula —. Creo que deberás fungir de referí.
—Yo la verdad no me voy a meter, cuanto mucho alejaré a (_Tn) — dijo sonriendo—. Prepara para que grabes, puede que le saquemos provecho. —Sin poder evitar burlarse.
—Buenas tardes. —La voz con acento portugués irrumpió en el lugar y los que aún no se habían interesado en la presencia del fiscal volvieron la mirada automáticamente a éste.
(_Tn) rompió el abrazo casi de manera abrupta y por primera vez en su vida se sentía temerosa de lo que un hombre pudiese pensar de ella, sintió como si a su estómago y corazón lo hubiesen apretado en un puño, la agonía hizo que la boca se le secara inmediatamente, en ese momento definiendo los sentimientos de los dos hombres frente a ella.
Richard despertaba en ella cariño y hermosos recuerdos, también agradecimiento, pero ya no había deseo, no había esa sensación de tranquilidad y ese querer estar a su lado.
Joe explotaba en ella, era intensidad, era calurosa pasión que empezó a latir por todo su cuerpo y miedo, sintió miedo a que se marchase o interpretara de manera errónea ese abrazo, la mirada de él fija en ella despertaba llamas en su piel, era una extraña combinación de deseo y temor.
—Disculpa un momento, Richard —murmuró mirando a los ojos verdes del hombre, tratando de que Joe no escuchase el nombre.
El rubio desvió la mirada fugazmente a Joe y en ese instante adivinó en los ojos de (_Tn) esa mirada que le dedicó al recién llegado, no dio ninguna respuesta sólo asintió lentamente y ella se encaminó.
Joe como el más primitivo de los hombres y marcando el territorio inconscientemente, importándole una mierda si ella estaba o no estaba de
acuerdo, apenas se acercó le llevó una mano a la parte lateral del cuello regalándole una sutil caricia con su pulgar en la mejilla, fundiendo la mirada fuego en las pupilas dilatadas de (_Tn) y le succionó el labio inferior, para después hacerlo con ambos y finalmente depositarle un sutil contacto de labios.
—Vine por ti —susurró, tratando de controlar esa sensación de acidez en su estómago y que estaba seguro no se debía al almuerzo sino a la presencia de ese hombre.
—Ya nos vamos... Pero Joe , aún hay tiempo, necesito hablar algo con...
—No sabía que Richard Sturgess estaba en el país —intervino en voz baja para que ella supiera que lo había reconocido.
—Yo tampoco lo sabía, me tomó por sorpresa hace un par de minutos. —Manteniendo el mismo tono de voz que Joe .
—Con rosas incluidas —dijo, sin apartar su mirada de la de ella. Apenas entró se dio cuenta del arreglo floral.
—Siempre fue de esa manera, Joe necesito aclararle algunas cosas, sólo serán unos minutos, pero si estás muy apurado, yo iré sola, no te preocupes.
—Esperaré, no estoy apurado. —Frotándole con el pulgar la barbilla y tratando de parecer despreocupado, cuando en realidad quería sacarla de la boutique y no permitir que ese hombre se le acercase, nunca antes había experimentado esa sensación de inseguridad, al verla con Brockman era odio, desconfianza, pero con Richard era temor.
—Gracias —dijo sin poder evitar sentirse realmente aliviada y en un acto reflejo le tomó la mano, necesitando ese contacto con él, sentir la energía y el calor que le brindaba el agarre, el cual soltó lentamente y se encaminó—. Richard podrías acompañarme a la oficina. —Le pidió y el rubio tenía la mirada fija en Joe , quien se la mantenía.
(_Tn) pasó de largo rumbo a las escaleras y Sturgess la siguió mientras intentaba controlar la emociones que asaltaron a su pecho cuando vio a (_Tn) besarse con ese hombre frente a sus narices, bien sabía que no debía exigir nada, había sido él quien la había abandonado, pero no podía evitar sufrir y enfurecer.
—¿En qué momento este par volvieron? —preguntó Oscar en un susurro a Sophia y echándole un vistazo disimulado a Joe Jonas .
—¿No me digas que te has comido el cuento de que ayer desapareció porque estaba en los almacenes, verificando las confecciones?
La sonrisa de Oscar demostraba que si le había creído, al hombre le faltaba un poco de malicia y también intuición femenina.
Sophia se encaminó hasta donde Joe había tomado asiento en un sofá ticiano de haya en color ciruela y cojines negros, el cual le daba una decoración elegante a la boutique.
—Hola Joe , ¿deseas algo mientras esperas? Agua, zumo... —Daba sus opciones cuando él intervino.
—Whisky —dijo con la mirada a la oficina queriendo en ese momento tener el don de poder escuchar.
—Bien... —dijo juntando los labios la pelirroja para no soltar la carcajada. —Que sea Whisky entonces. —Mordiéndose un “Para pasar el trago amargo”
Se dirigió al salón de refrigerios y en el camino le hizo un ademán a Silvia que solo miraba a Joe con el chorro de baba en las prendas que organizaba, con esto pidiéndole un poco de discreción, se sabía que el fiscal era un muñeco, pero debía respetar a la pareja de su jefa.
(_Tn) al llegar a la oficina invitó a Richard a sentarse frente a ella y su mirada necia observó a Joe sentado y aunque él quisiera disimular la tensión, en él, era evidente.
—¿Es tu pareja? No pensé que me olvidarías tan rápido —musitó el hombre sintiéndose molesto y atrapado en el ojo del tonado de celos.
—Ha pasado más de un año Richard, no esperabas que te estuviese esperando en el mismo lugar y con la misma ropa.
—Me dijiste que no estabas preparada, que nunca ibas a estarlo... Que no me querías como esposo y ahora le das la oportunidad a otro. —No podía evitar reprocharle.
—No le estoy dando la oportunidad a nadie, no voy a casarme... Él acepta mis condiciones, por el momento lo hace y quiere lo mismo que yo.
—¿Lo quieres? —preguntó mirándola a los ojos.
—No tengo porque darte ninguna respuesta, es mi vida... Sabes que nunca me ha gustado que se involucren.
—¿Estás molesta conmigo? (_Tn) dijiste que me comprendías, que podías ponerte en mi lugar...
—No estoy molesta contigo y sí te comprendo, comprendí que tú querías una familia que yo no puedo ofrecer. Casarme, tener hijos y un vivieron felices para siempre no está en mis planes, ni ahora, ni en un futuro.
—Te dije incontables veces que yo podía hacerte feliz, todavía puedo hacerte feliz.
—En el tiempo que estuvimos juntos me hiciste muy feliz, de hecho me has hecho más feliz que nadie, pero no tenemos los mismos planes.
—Quiero adaptarme a tus planes, quiero estar en tu vida con tus reglas, esta vez lo haré, podrías venir conmigo a Londres y abrir Winstead boutique allá y si ves que las cosas no salen como quieres, si te das cuenta que te estoy sofocando podrías regresar.
—No es lo que te mereces Richard, tu anhelas una familia, quieres a tu lado a una mujer que te espere todas las noches con la cena preparada, te quite los zapatos y te de masajes en los pies, que pueda escuchar cómo fue
tu día de trabajo, bien sabes que yo no podré, no es que no quiera... Es que no puedo, porque siempre voy a temer y estaré a la expectativa de algún cambio en ti.
—Yo no voy a cambiar... No lo haré (_Tn) .
—No es lo que creo, no soy esa mujer a la que puedas amar, no lo seré... Ahora te pido disculpas, tengo un trámite pendiente debo estar en el banco en media hora. —Le dijo poniéndose de pie.
—Está bien no te quito más tiempo, pero te hago saber que he regresado con la convicción de hacerte comprender, que sí eres mujer a la que quiero amar de la mejor manera. Te haré creerlo (_Tn) .
—Te has dado cuenta que tengo compañía, estoy saliendo con él.
—Ese niño no es algo que me preocupe.
Pues debería preocuparte. —Caviló la chica encaminándose y tomando su cartera, pero prefirió ignorar el comentario.
—Si necesitas algo más, pídeselo a Sophia. —Antes de salir y dejó la puerta abierta.
Richard se puso de pie y la vio bajar las escaleras, con esa elegancia que la caracterizaba, esa belleza que lo había enloquecido desde que la vio por primera vez caminando bajo la lluvia, abrazándose a sí misma.
—Sophie, regreso apenas termine con el trámite en el banco, voy a cancelar lo de la hipoteca... Dile a Silvia que por favor coloque las rosas en un florero.
—Ve tranquila —dijo con emoción al enterarse que Joe la había convencido.
Sturgess tuvo que tragarse la bilis, cuando vio que el hombre guiaba a (_Tn) y le posaba la mano en la parte baja de la espalda, le abrió la puerta y salieron, esta vez no iba a renunciar a la mujer que amaba, eso lo había decidido.
Cuando se acercaron al auto los guardaespaldas del brasileño les abrieron las puertas y los invitaron a subir, para después de cerrarlas dirigirse a la camioneta y custodiar al sobrino de Reinhard Jonas .
En el Opel Ampera reinaba el silencio, ninguno de los dos quería iniciar ningún tema de conversación, porque deseaban evitar por todos los medios alguna discusión, sin embargo (_Tn) necesitaba corroborar que Joe no estuviese molesto con ella.
—¿Pasa algo? —preguntó al fin.
—No... Nada que yo sepa. —Aunque se mostrase amable, su tono de voz era adusto.
—Entonces ¿por qué estás tan callado?
—Estoy concentrado, solo eso... Voy al volante —respondió sin desviar la mirada del camino.
(_Tn) sabía perfectamente que si, estaba molesto, su mandíbula tensada y el músculo que latía en esta se lo dejaban claro, pero ella no era de las mujeres que se desvivían por contentarlo, no le rogaría que le perdonase algo, porque no había hecho nada malo.
—Bien, entonces no te voy a desconcentrar. —Desviando la mirada hacia la calle y una vez más el silencio reino por varios minutos.
—Quiere volver contigo, por eso su actitud, por eso las rosas que te emocionaron... —Ésta vez fue Joe quien corto el elipsis afirmando con sus palabras.
—Sí, quiere regresar conmigo, pero yo no quiero... Ya no, en cuanto a lo que las rosas me emocionaron es obvio que sí, soy mujer a todas nos gustan las rosas.
—No te creí tan básica.
¡Ay la madre que lo parió! —Pensó la chica enfadándose.
—Pues sí, soy bastante “Básica” en algunos aspectos —contestó con petulancia—. Lástima que algunos hombres se crean una exclusividad.
—Si lo dices por mí, no me creo ninguna exclusividad, solo tengo personalidad. —Deteniéndose ante un semáforo en rojo, repentinamente se acercó a ella y le agarró con firmeza la mandíbula.
—Bueno deberías buscarte a una mujer con personalidad —murmuró, mirándolo a los ojos y no podía creer como él la descontrolaba ante la cercanía, volviéndola completamente estúpida logrando sobresaltarla con tan solo un movimiento.
—No me hace falta buscar, me gusta oler... —Le hizo saber bajando la cabeza y metiendo la nariz en el escote de la chica, aspirando el perfume que se concentraba en esa zona, obligándola a ella a poner los ojos en blanco ante el deseo y él regresó con su boca a los labios de ella—. Besar. —Regalándole suaves y húmedos besos a los cuales ella correspondía—. Y coger con esta mujer básica, eres el equilibrio de este hombre con personalidad, después del banco nos vamos un par de horas a pasarla bien. —No era una pregunta, evidentemente ya había tomado la decisión.
—Tengo otros asuntos pendientes que son inaplazables, pero si quieres venir esta noche a mi departamento solo tienes que adivinar la clave. — Aunque ella desease en ese momento coger con Joe más que respirar, debía cumplir con sus compromisos, si no terminaría con él entre las piernas, pero en la banca rota.
—A ver, intenté con tus documentos de identificación, con la placa de tu auto, con la fecha nacimiento, con el número de registro de la boutique... Si quieres que vaya deberás darme pistas. —Haciéndole saber a (_Tn) que había querido entrar en el departamento.
—Bien te las daré, pero no ahora, deberás estar atento a mis mensajes.
—¿Piensas torturarme toda la tarde? Otra me la habría dado enseguida —dijo con media sonrisa de predominio y sensualidad, lo que lo salvó de que lo mandase al carajo, por estamparle en la cara de esa manera, las aventuras con otras mujeres.
En ese momento la luz cambió a verde y él la atendió, percatándose de las miradas de algunos peatones sobre ellos, antes de meterle la nariz en las tetas a (_Tn) debió recordar que los vidrios eran transparentes, pero ya nada podía hacer.
—Bueno, eso es para que veas que no soy tan básica, ni tú tienes tanta personalidad—. Y fue la oportunidad de ella para mostrarle sus armas.
—¿No hay manera de que te dejes ganar? —inquirió con la mirada al frente y tomándole el muslo con firmeza, queriendo con esto doblegar la fuerza de la chica.
—No... No la hay —acotó ante el comentario de él y retirándole la mano que se había apoderado de su muslo izquierdo y que la quemaba, encendiendo esa hoguera en el centro de su vientre. Sin permiso encendió el reproductor de sonido, el cual prosiguió con la lista que Joe había estado escuchando y ella reconoció el tema Don't go away de Oasis.
Ambos conocían la letra y aunque no decían nada se sentían plenamente identificados con el tema que les decía. —Entonces no te vayas, dime que te quedarás para siempre y un día más, por toda mi vida, porque necesito más tiempo para hacer las cosas como deben ser, maldigo mi educación, no puedo encontrar las palabras para decir lo que tengo en mente... —El tema no terminaba cuando Joe aparcó en el estacionamiento del banco y como el caballero del siglo XV que a veces se le metía en el cuerpo la ayudó a bajar.
Al entrar a la entidad bancaria le tomó la mano dejándole claro a todos los presentes que eran pareja y ella no podía negar que se sentía extremadamente bien, su corazón daba volteretas dentro de su pecho de la felicidad, una que no quería sentir, no con tanta intensidad, pero tampoco tenía el valor de romper el agarre con Joe .
El brasileño se acercó a una de las oficinas de atención al cliente, donde se encontraba una mujer de cabello castaño, ojos avellanas, labios voluptuosos. La mirada que le dedicó a Joe , además de la actitud de él, evidenciaron que habían tenido una relación más allá de empleada - cliente, esa sonrisa de burla en ella mientras miraba el agarre de ambos,
hicieron que en (_Tn) una rabia desconocida se apoderara de su ser, extraña incomodidad e instintos asesinos la gobernaban, intentó soltarse, pero Joe la sostuvo con firmeza sin siquiera evidenciar que lo hacía.
—Buenas tardes señor Jonas . —Lo saludó, con un tono de voz que evidenciaba lo que él despertaba en ella—. Tome asiento por favor, voy a anunciarlo con el gerente.
La muy perra me ignora totalmente. —Se dijo (_Tn) mentalmente.
—Gracias, Cameron —Regalándole un asentimiento de cabeza con esto invitándola a salir del lugar, al tiempo que ambos tomaron asiento. Cuando la chica pasó al lado de Joe le regaló un apretón en el hombro, el cual no pasó desapercibido para (_Tn) .
Una vez solos, ella tiró nuevamente de la mano, pero esta vez con más ímpetu, sin embargo no pudo liberarse del agarre.
—¿Acaso te han soldado la mano? Suéltame. —Le pidió evidenciando su molestia.
—No quiero hacerlo. —Su voz fue firme, para que supiera que hablaba enserio y la miraba a los ojos, pero ella le desvió el gesto, volviendo la cara y posándola en una imitación de “El Desayuno en la hierba” de Picasso que adornaba esa pared—. (_Tn) deja las niñerías y mírame.
—Sí dejas de creer que somos siameses y me sueltas... No soy de tu propiedad —dijo determinante.
—Bien te suelto. —Haciéndolo lentamente—. Ahora mírame. —Le pidió y ella le regaló su mirada, dándole la oportunidad de verse reflejado en esos ojos que le devolvían lo mejor de lo que había sido hasta el momento—. ¿Pasa algo?
—Ahora se te mete el niño retrasado... Si vas a andar conmigo me respetas sino te vas derecho a la mierda... No voy a ser objeto de burlas, evidentemente has cogido con ella. —Con esas palabras le dejaba ver su molestia.
—Sí —respondió sin siquiera espabilar—. No te voy a mentir, te vas a encontrar con muchas mujeres con las que he cogido (_Tn) .
—¿Y te ha gustado? —inquirió sintiendo un nudo en su garganta.
—Sí, pero no más de lo que me gusta coger contigo, sino estaría con ella... No he sido un monje, no te voy a enumerar, ni nombrar a las mujeres con las que he estado, porque eso a mí verdaderamente ahora no me importa, eso es pasado y ya no puedo hacer nada, tampoco voy a cambiar nada de lo que he sido hasta hoy solo por complacerte, si te sirve lo que soy, como soy, bien aquí estoy, pero no pretendas que cambie...
—Quieres decir que seguirás cogiendo con otras mientras estés conmigo... —Intentaba formularle una pregunta pero él intervino.
—No, tú me das lo que me hace falta, me tienes satisfecho, lo que quiero decir, es que no me gusta que quieras recriminarme por cosas que pasaron antes de conocerte, si estuviste con diez, veinte, treinta hombres antes de conocerme no me voy a amargar la vida pensando en eso, sólo quiero estar aquí, ahora y marcar la diferencia.
Ambos se miraron a los ojos por más de un minuto, como si se estuviesen retando, pero sólo se estaban poniendo de acuerdo, en silencio lo hacían.
—Acepto que has tenido un pasado, pero coloca límites para que no salte al presente, ella quiere contigo, ¿Acaso estas muerto que no sentiste que te tocó el hombro? ¡Eso es insinuación!
—Pero yo no quiero con ella, quiero contigo... Es a ti a quien quiero en mi cama y en mi espacio, es tu cuerpo desnudo el que quiero ver paseándose por la habitación, otro no me excitará, no de la misma manera, no con las mismas ganas y estoy aquí intentado hacerte sentir segura cuando no hace falta y eso deberías saberlo.
—No me siento insegura, no por ti, me da igual si quieres andar con ella, la de al lado o la conserje del edificio, solo que no, mientras estés conmigo.
—Puedes bajarle una raya al drama, solo una... A ver, yo no armé una hecatombe cuando llegué y te vi abrazada a Sturgess, no te reclamé nada, porque sé que quieres estar conmigo, cuando te acercaste, con tu mirada me lo dijiste, antes de que me dijeras cualquier cosa, yo ya había comprendido tu situación, por eso te pido que me mires, que no te miento si te miro a los ojos.... —Estaba por decir algo más cuando la mujer regresó.
—Disculpen... Señor Jonas el gerente lo espera en su oficina, sígame por favor. —Dirigiéndose a Joe , quien antes de ponerse de pie, le tomó nuevamente la mano a (_Tn) .
Ambos se encaminaron siendo guiados por la mujer la cual al caminar contoneaba las caderas de manera intencional para que Joe fijara su mirada en ella.
—Sabes, a veces también se me pega lo estúpido de las mujeres básicas —murmuró (_Tn) , en respuesta a todo lo que Joe le había dicho, él tenía razón no podía permitir que ciertas féminas quebrantaran su seguridad y le bajaran líneas a su autoestima.
Todo era culpa del brasileño que había despertado en ella esa zozobra de que le brindase a otra lo que hasta el momento le había dado, eran emociones que no había experimentado y con las cuales no sabía lidiar.
En la reunión con el gerente (_Tn) le realizó una transferencia por el monto total del dinero con esto saldando la deuda y recibiendo nuevamente los documentos de su departamento lo que le quitó un gran peso de encima, evidenciándolo al dejar libre un suspiro.
Ambos se despidieron amablemente para regresar a la boutique donde Joe dejó a (_Tn) después de comprobar que Sturgess no se encontraba, sin embargo las rosas rojas en el mostrador volvieron a encender esa llama en la boca de su estómago y esa molestia que sabía disimular casi a la perfección.
Antes de regresar a su auto se despidió con un beso formal, aunque sus ganas eran tirarla sobre el diván y arrancarle la ropa, el público presente no
se lo permitiría, apenas cruzaba el umbral de la puerta para salir a la calle cuando buscó en el bolsillo de su pantalón el iPhone.
—Tío, necesito que me hagas un favor. —La conversación con Reinhard la llevaba en portugués—. Quiero que me envíes lo que te voy a pedir, te lo pasaré al correo.
—Está bien, trataré de hacerlo, si no es difícil lo que quieres, Joe .
—No, no es difícil. —Le hizo saber encendiendo el auto y poniéndolo en marcha. —Sólo que necesito que sean varios envíos, en uno solo no me sirve... Por ahora te dejo estoy conduciendo, en unos minutos te hago llegar el correo. —Finalizó la llamada y se encontró un mensaje de (_Tn) cuando apenas había avanzado una cuadra.
Muse. —Era lo único que decía y él supuso que serían las pistas, para la clave y no pudo evitar sonreír.
Ya había despejado dos horas de su tiempo para pasarlo con (_Tn) y no le quedó más que regresar a la torre y adelantar trabajo. Después de algunas horas, sumergido en varios casos y el asesoramiento jurídico vía telefónica con un cliente, le llegó otra pista.
Adour. —Estaba seguro que era el nombre del restaurante, estudió las dos posibilidades por varios minutos hasta que recordó que en ese lugar se habían conocido.
—Seguro es la dirección del restaurante ¿o no?... Es el día que no conocimos, esa es la clave... ¡Lo tengo! Me la has puesto muy fácil (_Tn) , pero mierda... Mierda ¿qué día fue ese? —Se llevó las manos a la cabeza frotándosela con impaciencia y dejó libre un pesado suspiro—. Fue Marzo, si fue en el mes de Marzo. —Se decía contando con sus dedos y con esto calculando el tiempo que llevaba conociendo a (_Tn) —. Estoy jodido, no recuerdo el día y si intento más de cinco veces activaré la alarma y para mi mala suerte Marzo trae treinta y un días, recuerdo que almorcé con Thor y que estaba leyendo el diario... —Apenas se dijo recordó la nota que tenía su atención captada en el momento y se fue a la página web del New York Times. Después de varios minutos de búsqueda
dio con la noticia y con la fecha del 12 de marzo de 2013. Agarró el iPhone y respondió al mensaje de (_Tn) .
No necesito más pistas, ya tengo la clave.
¿Estás seguro? —La respuesta de la chica llegó casi inmediatamente.
Tan seguro como que te quiero despierta toda la noche. Envió su mensaje sintiendo que desde el mismo instante empezaba a excitarse, al pensar lo que la noche le tenía preparado.
Dijiste que un par de horas, si seguimos de esa manera voy a parecer un mapache.
No digas eso que me siento un zoofílico y no tengo ganas de cometer ningún bestialismo. —No podía evitar la ironía en sus respuestas.
Entonces yo si lo soy, he cogido en varias oportunidades con una pantera. —Joe al leer el mensaje no pudo evitar soltar una carcajada que retumbó en la oficina, giró en su silla para ver a (_Tn) en la valla publicitaria que tenía detrás de él.
Me rindo, me has ganado, pero eso no te salva de la noche que desde este instante estoy imaginando, quiero que me sorprendas y no precisamente con la cena. —Envió el mensaje instantáneo y arrastrado por la lujuria se frotó por encima del pantalón su naciente erección al observar detenidamente a la mujer que la causaba en la gigantografía.
Trataré de hacerlo fiscal, necesito concentrarme en mi trabajo y creo que usted debe hacerlo también.
Estoy concentrado en lo que estoy haciendo ¿quieres saber lo que hago?
¡Joe ! Deja de ser tan pervertido e insaciable, estoy ocupada y no puedo acompañarte en la travesía así que no me tortures... Envíame una foto.
Aún cuando él se encontraba atento a lo que hacía no pudo evitar sonreír
ante la respuesta de la chica.
Sin siquiera pensarlo bajó el cierre de su pantalón, se hizo espacio entre el slips y sacó su miembro, tomó un marcador de pizarra y con una sonrisa picara anclada en sus labios le escribió a lo largo "(_Tn) ” le tomó la fotografía y la envió.
(_Tn) que se encontraba de pie detrás del mostrador organizando unas facturas, al ver la fotografía no pudo evitar que el iPhone se le escapara de las manos y cayera al suelo, al ver la imagen, boqueó y su cuerpo enardeció en latidos queriendo salir corriendo en ese instante.
En ese momento se percató de que era el centro de miradas y, su sonrojo a causa de la excitación ahora se transformaba en uno de vergüenza, rápidamente se puso de cuclillas y agarró el teléfono, anclando la mirada una vez más en la imagen y su morbosidad la obligó a darle al zoom, admirando el miembro con detenimiento, ella lo había visto de cerca, lo había tocado y saboreado, pero mirarlo a través de una pantalla, la cual no le permitía sentir la suave textura la hacían desearlo más, creyéndolo en ese momento algo inalcanzable.
¿No te ha gustado? —Le tomó por sorpresa la pregunta percatándose de que se había sumergido en un universo donde solo existía el miembro de Joe .
Me encantó, esta noche te recompensaré por la obra de arte. —Envió la respuesta y no pudo evitar morderse el labio inferior al pensar lo que haría con su boca.
Bien te dejo trabajar, eso sí... Si sientes calor es que estás conmigo cumpliendo mi fantasía, conocerás el baño de mi oficina, espero pronto tenerte físicamente sobre el lavamanos y no solo con la imaginación.
—Este hombre me va a matar ¿Qué he hecho? ¿Con qué maniático sexual me he enrollado? —Se dijo en un murmullo al leer el mensaje, siendo más que todo un lamento por no poder participar corpóreamente en la fantasía del chico, sabía que debía cortar los mensajes sino ella también tendría que encerrarse en el baño por lo que solo respondió con un: Ok

ElitzJb
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Mensaje por aranzhitha Sáb 03 Mayo 2014, 11:54 am

Ahhh regreso Richard!!
No te pongas celoso Joe!!
Tu eres su vida, su amor, su todo!
Síguela! Quiero más!
aranzhitha
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Mensaje por imontserrat Dom 04 Mayo 2014, 12:00 am

bien por fin alguien que sea una "amenaza" para Joe. Como siempre me encanto el capitulo, quiero saber qué fue lo que le pidió Joe a su tio  Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 17 961472736
imontserrat
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Mensaje por ElitzJb Dom 04 Mayo 2014, 11:28 am

CAPÍTULO 13

Cuando Henry Brockman se proponía algo no había fuerza sobre la tierra que lo hiciese desistir, por lo que después de varios intentos y para la mayor de sus suertes se enteró de que Richard Sturgess se encontraba nada más y nada menos que en Nueva York hospedado en el Waldorf Astoria.
Sólo le quedaba concretar una reunión con él, para hurgar de manera sutil en su pasado con (_Tn) y encontrar la medida de presión para que la chica cediera.
—Jesica necesito que me pautes un encuentro con Richard Sturgess. — Le informó a su secretaria entregándole un papel con los datos del multimillonario—. Él se encuentra en el hotel Waldorf.
—¿Para cuándo la necesita señor? —preguntó, mientras deslizaba y pulsaba con sus dedos en la pantalla de la agenda electrónica en sus manos.
—Lo antes posible, te dejo la tarea de convencerlo, dile que el presidente de Elitte está interesado en algunos negocios con él y que aprovechará su visita en el país para hacerle algunas propuestas.
—Bien señor en este momento me comunicaré con el señor Sturgess... ¿Desea algo más?
—No, por el momento eso es todo, apenas tengas respuestas me avisas.
—Sí señor, con su permiso.
Henry sólo le hizo un vago gesto con su mano para que se retirase y una vez más se sumió en sus pensamientos.
****
Aunque algunas veces Joe pareciera una máquina sexual, definitivamente no lo era, no era más que un hombre al cual el cansancio
también consumía, la noche anterior no pudieron rendir lo que deseaban, la extenuación salió vencedora cuando después de un par de encuentros en los cuales ella alcanzó cuatro orgasmos, terminaron por quedarse dormidos a las tres de la madrugada, al despertar él no estaba a su lado, una vez más llegaba y se iba como un ladrón, el cual le arrebataba la cordura y una sensación de vacío se ancló en su pecho, porque había anhelado despertar y encontrarlo dormido, ya que verlo de esa manera era su faceta más vulnerable, donde parecía un niño que la invadía de ternura, pero también era el hombre que le despertaba los deseos más carnales.
Después de un baño con agua bien fría y que debía soportar dando saltitos que la animaran a continuar bajo la regadera, sabiendo era el justo sacrificio para mantener su piel tonificada, se dirigió al closet donde se colocó un pantalón de vestir en color blanco y una blusa turquesa de seda con unas cintas de la misma tela que hacían un lazo en el cuello y los puños cerrados con botones de perlas, era uno de sus diseños, eligió los zapatos que más apreciaba ya que eran en los que más había gastado, pero desde que los vio simplemente se enamoró, eran unos Stuart Weitzman negros que le hacían lucir los pies maravillosos.
Llegaba a la boutique y bajaba del auto cuando Sophia y Oscar llegaban, era como si hubiesen acordado encontrarse en ese momento, el hombre se encargó de abrir y las chicas entraron encendiendo las luces y empezaron a organizar sin perder tiempo, a los minutos llegó la señora Amparo, que se encargaba de la limpieza, y Silvia.
(_Tn) le delegó a Silvia su trabajo de buscar en el depósito algunas prendas y colgarlas en los aparadores, para ir a su oficina y organizar la información que debería enviarle al contador, además hacer vía electrónica los pagos de algunos servicios públicos.
Recordó que no había llamado a Joe y él tampoco lo había hecho, seguramente estaría en la fiscalía y aunque ansiaba escucharle la voz no quería irrumpir en su rutina laboral, no quería sofocarlo, su mirada se desvió del monitor al ser incitada por la persona que se encontraba en la puerta y que Oscar atendía, al parecer firmó algo y el hombre se marchó.
La boca de (_Tn) se abrió involuntariamente al ver que un ramo con
piernas se acercaba a la puerta y que esta vez no eran rosas, se puso de pie adivinando que era para ella, porque si hubiese sido para Sophia la misma lo hubiese recibido.
Oscar cargó el inmenso ramo y se encaminaba a las escaleras, cuando ella salió y bajó rápidamente sin ser consciente de que se comportaba como una adolescente deslumbrada y no era para menos porque era el arreglo más hermoso que alguna vez hubiese visto, eran exóticas y hermosas orquídeas que inundaban no solo con su belleza, sino con su aroma el lugar.
—No sé qué le estás haciendo a estos hombres (_Tn) . —Le dijo Oscar sonriendo sintiéndose orgulloso de la chica—. Porque esto definitivamente no es de Richard, ya sabemos que lo de él son las rosas y las orquídeas en su mayoría se dan en Colombia, Venezuela y Brasil, yo solo conozco a alguien de uno de esos tres países.
—Son hermosas. —Fue lo único que atinó a decir en medio de tanta emoción.
—Te las voy a dejar en el escritorio porque tú no podrás con el... Quiso impresionar el fiscal ¿será que se sintió amenazado con la presencia de Sturgess? —inquirió a manera de burla y detrás de él venía Sophia.
—No lo creo, no sé qué pensar... Ni siquiera sé si son de Joe .
—Bueno te dejo para que lo averigües. —Le dijo colocando el arreglo sobre el escritorio de (_Tn) .
Oscar salió, pero Sophia se le instaló en el diván, de ahí no la movería ni un ejército.
—¡¿Qué esperas?! Lee esa nota. —Pidió con impaciencia, al ser torturada por la curiosidad.
—Ya va Sophie... Déjame respirar, déjame asimilarlo —dijo acercándose y robándose con su nariz el aroma de una de las flores—. Nunca había recibido orquídeas, son realmente hermosas.
—Y costosas también son.
(_Tn) dejó libre un suspiro y agarró el sobre, sacó la tarjeta y empezó a leer.
¿Recibir flores te emociona? Bien, quiero ser yo quien lo haga todos los días y a mi manera, cuando te dije lo de básica no fue por ti, sino por el tipo de flor tan común, todos regalan rosas, puedes encontrarlas hasta en los semáforos, no es eso lo que mereces.
Joe Jonas .
(_Tn) al terminar de leer se dejó caer sentada pesadamente en el sillón sintiendo el corazón a un latido de reventar, ese hombre le estaba volteando el mundo poco a poco, la estaba arrastrando por emociones desconocidas, estaba derritiendo su escudo que empezaba a caer gota a gota y lo que más le había impresionado era que la nota había sido escrita por él, con esa caligrafía tan hermosamente masculina y no por alguien que laborase en la floristería como lo habían hecho los hombres que le había regalado rosas anteriormente, Joe y Oscar habían marcado la diferencia, ya que al que consideraba su padre siempre le regalaba margaritas para su cumpleaños.
Sophia aprovechó el estado de conmoción de su amiga y prácticamente le arrancó la tarjeta de las manos, moría por saber que era lo que tenía escrito para afectar de tal manera a (_Tn) , al leer sin poder evitarlo soltó un silbido de sorpresa.
—A eso yo le llamo marcar territorio... Pero tiene toda la razón. — Sophia al ver que su amiga no respondía no pudo más y soltó una carcajada —. Te ha eclipsado.
—Para que te lo niego, ya ves, las orquídeas son hermosas y la nota, es tan encantadoramente prepotente como es él. —Señalando el exótico arreglo.
—Te lo he dicho (_Tn) hay hombres que son únicos, que tienen para ofrecer cosas buenas, cosas lindas, momentos extraordinarios, no te ciegues.... Conoces el proceder de un hombre y sabes que el fiscal aunque no quiera mostrarlo está enamorado de ti, se ha enamorado, ha buscado la manera de sorprenderte, si no fuese de esa manera sencillamente le hubiese valido mierda el ramo de Richard y mira el monumento que ha enviado con el único motivo de opacar los detalles de ese hombre que sabe puede atentar contra lo que tiene.
—No es así Sophia, no hables porque no conoces a Joe , a él solo le gusta demostrar que tiene el poder, le gusta competir y jamás perder... Eso es todo. —Dando su mejor explicación, buscando motivos para no seguir alimentando los latidos que llevaban el nombre de Joe Jonas .
—Parece que quien no lo conoce eres tú o no quieres conocerlo, si es así entonces deja de involucrarte cada vez más, córtale las alas.
—No puedo, no quiero... Estoy bien, por ahora estoy bien, tengo el control Sophia, me gusta estar con Joe , pero eso no quiere decir que este enamorada, voy a estar con él hasta que encuentre a alguien mejor, eso es todo.
—¿Sabes que me provoca hacer en este preciso momento? Darte un par de cachetadas y unos cuantos jalones de pelo, para hacerte entender, ya estoy cansada de tratar de convencerte con palabras que eres tú la del problema y debes salir de ese hueco y para eso debes dejar que un hombre entre en tu vida. —Molestándose con (_Tn) y su testarudez.
—Si lo dejo entrar me va a pasar lo mismo, yo no cumplo los requisitos para ser amada y lo sabes.
—Y dale con el tema... —Hablaba poniendo los ojos en blanco.
—Y sigo con el tema y no me vas a hacer cambiar de parecer.
—Bien yo no lo haré, el amor lo hará —dijo determinante y poniéndose de pie, dejando caer la tarjeta en el diván.
—Sigue leyendo esos libros rosas con finales felices y no despiertes Sophia. —Le advirtió, dejándose llevar por sus demonios—. Yo viví, yo vi lo que el amor verdadero puede hacer.
—Bueno sigue creyendo que eso era amor y yo sigo soñando con mi final feliz, sé que lo encontraré uno tiene que luchar por lo que quiere y no me refiero profesionalmente también hay que apostar por los sentimientos —dijo saliendo y cerrando de un portazo.
(_Tn) sentía el corazón brincar en la garganta y las lágrimas subir a esta con rapidez, ancló la mirada en el ramo, no le gustaba discutir con Sophia y algo le decía que esta vez había sido enserio, sabía que era intransigente, que no escuchaba razones pero no podía hacerlo, no podía simplemente creer en palabras cuando ella había vivido los hechos.
Sin poder controlar más las lágrimas, se puso de pie y se encaminó al baño, donde se sentó en el retrete y empezó a llorar, nadie la molestaría y lo sabía, por primera vez necesitaba un abrazo, que alguien le dijese que todo iba a estar bien, alguien que comprendiese sus miedos.
Joe debió salir temprano del apartamento de (_Tn) no quiso irse sin avisarle, pero tampoco quería despertarla porque si lo hacía sabía que no le daría tiempo de enviar el arreglo de las orquídeas catleya labiata en colores rosa-lila y blancas que le había encargado a su tío, además debía estar en tribunales a la hora pautada y atender el juicio pendiente.
Caminaba por los pasillos de la corte con iPhone en mano, enviándole un mensaje instantáneo a (_Tn) .
Espero que te haya emocionado lo que te envié, estaré muy ocupado todo el día y hoy como casi siempre algunos van a agradecer mi trabajo
y otros me odiaran por un buen tiempo, es más creo que de por vida, cuando pida 35 años de prisión para el caso que tengo, pero son gajes del oficio, que ya no me afectan, después debo ir a presentarme en Rochester para defender personalmente un informe, de ahí a la torre y por último a tu cama, lo cual me mantendrá muy ocupado pero será lo que haré con mayor placer.
Envió el mensaje y guardó el móvil en el bolsillo de su pantalón, mientras se dirigía con paso recio al salón donde prepararía su material de trabajo para presentar, solo le quedaban unos veinte minutos y debía estar diez minutos antes del juicio oral, frente al estrado y al lado derecho.

ElitzJb
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Mensaje por ElitzJb Dom 04 Mayo 2014, 11:31 am

CAPÍTULO 14

Thor observaba divertido como Joe mantenía una lucha con el corbatín y trataba de contener la risa, mientras los movimientos torpes de su primo empezaban a exasperarlo.
—¿A dónde la llevarás? —preguntó tratando de desviar la mirada del nudo que Joe hacía.
—Al Per Se —contestó tratando inútilmente de armar el lazo—. ¡Maldita cosa! —exclamó dándole un jalón y liberándolo del cuello de la camisa de seda blanca.
—Si quieres te presto uno de los míos, que ya vienen armados. —Thor no era de los que se complicaba con esas prendas, siempre buscaba lo más fácil.
—Por favor, porque esta mierda me va a hacer perder los estribos. — Dejándose caer sentado sobre la cama para colocarse los zapatos.
Thor salió de la habitación en busca del corbatín. Regresando a los minutos con varios de diferentes colores.
—Me parece que el gris va mejor, porque con el negro parecerás un camarero. —Le aconsejó entregándoselo—. Entonces otra noche que no te espero para dormir, deberías mudarte de una vez por todas con (_Tn) , quien iba a pensarlo que Joe Jonas el presidente de la firma de abogados más importante de Nueva York y fiscal del distrito de Manhattan, terminaría de refugiado en el apartamento de una diseñadora —hablaba en tono de burla.
—Para tu mala suerte esta noche la traigo al departamento, así que te recomiendo antes de dormir coloques Vivaldi. —Ajustándose las mancuernas en los puños de la camisa.
—Para que hablé —masculló arrepentido.
—Bien, me largo, no quiero llegar tarde —dijo agarrando el saco, colocándoselo y encaminándose a la salida.
El tercer piso del complejo Time Warner en Columbus Circle, lugar donde se encontraba el exclusivo restaurante de estilo francés, Per Se, les daba la bienvenida a (_Tn) y Joe , él la guiaba y aún de soslayo le dedicaba miradas fugaces a la chica, la cual verdaderamente lo había impresionado, llevaba un hermoso y elegante vestido en color blanco con un peinado que la hacía lucir más alta, el niveo cuello despejado lo incitaba a morderlo suavemente, a saborear cada poro, pero debía guardar sus ganas para el final de la noche.
Los encaminaron a la mesa que él había reservado previamente, donde los esperaba una botella de champagne enfriándose en la hielera.
Joe comportándose como el más atento de los caballeros no permitió que el maitre le ayudase con la silla, fue él mismo quien lo hizo al igual que, al servirle la espumosa y dorada bebida, descubriendo en el brasileño a un hombre altamente servicial.
No sabía si la actitud tan encantadora de Joe se debía a la presencia de Richard en el país, a que de cierta manera se sentía amenazado o a que como Sophia le había dicho un par de días atrás, se estaba enamorando. Algo a lo que verdaderamente le temía, porque no quería que él empezara a exigirle cosas que no podía ofrecer, que llegase al mismo punto en que Richard decidió marcharse, porque no podía vivir con lo que tenía para dar.
—¿Por qué quieres brindar? —preguntó elevando su copa.
—No sé, tal vez porque llevamos dos semanas sin discutir —dijo sonriendo, gesto que hizo que sus ojos brillaran.
—Quien se arma las discusiones eres tú y eso que el abogado soy yo, pero quiero brindar por tu éxito laboral, me siento orgulloso de todo lo que haces, es de admirar.
—Gracias por pensar en mí antes que en ti.
—Debo hacerlo para que me pagues lo que me debes... —Ante el gesto de ella no pudo evitar sonreír y poner en evidencia su broma.
—Prometo que esta semana te pagaré la primera cuota.
—Sabes que solo estaba tratando de molestarte un poco, no lo he dicho enserio.
—Sé que no lo has hecho en serio, pero yo si te pagaré enserio y si no quieres que rompa el brindis que acabamos de hacer acepta lo que he dicho.
—¡Vaya! Aún no me he dejado amarrar a la cama, ni mucho menos me han dado azotes en el culo, pero es poco lo que te falta para que lo hagas.
—Joe no intento dominarte, solo deja de ser intransigente y creo que podremos llevar las cosas bien... Olvidemos el tema del préstamo y cuéntame ¿cómo te ha ido en el trabajo?
—Sí te cuento como me va en el trabajo terminarás con la cara enterrada en el plato principal... Quiero conocerte un poco más (_Tn) , no a la diseñadora, quiero conocer a la mujer.
—No estoy preparada para presentarte lo que soy... —dijo bajando la mirada y con manos temblorosas trataba de colocar la servilleta sobre su regazo.
—¿Ni siquiera un poco? Sólo ábreme una ventana (_Tn) porque me voy a volver loco tratando de descifrarte... Hazlo como los amigos que somos. —Ofreciéndole la mano por encima de la mesa, ella se armó de valor y correspondió al gesto de él, sintiendo ese calor tan reconfortante en el agarre.
—No sé hasta donde pueda llegar, entiendo que quieras comprender ciertas cosas de mí, porque me pasa lo mismo contigo Joe , pero no quiero ir más allá.
—Arriésgate... ¿Quieres saber algo de mí? Yo trataré de responder a tus dudas, pero si de verdad no puedo te lo diré, podrás hacer lo mismo, solo serán pequeñas cosas pero que pueden ser fundamentales para nosotros.
—¿Puedo hacer cualquier pregunta? ¿Y responderás con la verdad? — Aventurándose porque ella también ansiaba saber cosas de él y este era el momento preciso, porque cuando estaban encerrados en la habitación solo hablaban de cuanto disfrutaban el sexo, aún no habían aprendido a abrirse sentimentalmente en la intimidad.
—Puedes hacerlo y te responderé con la verdad, si no simplemente no contestaré. —Ansiando con esto poder hurgar en el pasado de (_Tn) , quería conocerla un poco más, anhelaba saber que escondía tras esos ojos misteriosos.
—¿Qué significado tiene tu tatuaje y quién es Elizabeth?... Debo confesar que me siento un poco incomoda cada vez que lo veo.
—Mi tatuaje... —dijo con voz frugal. No imaginó que fuese a empezar precisamente por esa parte, pero si quería saber de (_Tn) debía dar esa respuesta—. No es más que tinta negra y un juramento, Elizabeth era mi madre, me lo hice cuando cumplí catorce años, porque no quería olvidar que debía hacer algo por ella.
Al terminar de hablar le dio un gran trago a su champagne para bajar las lágrimas que se le arremolinaron en la garganta y (_Tn) comprendió que no debía seguir aguijoneándole en el dolor que claramente se expresó en sus facciones, moría por saber cuál fue el juramento y qué era lo que debía hacer por su madre, pero prefirió guardar sus dudas para otra oportunidad.
—Lo siento, no quise... —dijo buscando la mirada de él que se la esquivaba.
—No debes sentirlo... Ahora estarás más tranquila cuando me veas con el torso desnudo. —Y en ese momento no podía dejarse ver el alma de (_Tn) , porque no quería quebrarse en ese lugar y no delante de ella.
—¿Y tu padre? —preguntó, sintiéndose trastocada por la situación de
Joe .
—Mis padres murieron la misma noche, mi padre unos minutos antes que mi madre o tal vez fueron unas cuantas horas, no lo sé... —No quería seguir hablando sobre ese tema por lo que decidió conocer a (_Tn) . — ¿Cuándo te diste cuenta que querías ser diseñadora? —Preguntó y una vez más le daba un gran trago a su bebida.
—Desde que tengo uso de razón a mis muñecas nunca las puse a jugar a la mamá y al papá... Sólo me gustaba hacerles ropa —dijo sonriendo sinceramente.
En ese momento llegó el maitre por el pedido y ambos se dieron cuenta de que ni siquiera se habían percatado de la carta y no pudieron evitar sonreír al tiempo que la agarraban.
(_Tn) y Joe eligieron platos diferentes, de acuerdo a sus gustos y el chico hizo una pequeña reverencia mientras tomaba el pedido, para después retirarse.
—Pronuncias muy bien el francés. —Le hizo saber Joe .
—Eso también tiene que ver con mi pasado... Mis vecinos eran Canadienses y muchas veces me enseñaban un poco de francés... Joe . —Tanteando el terreno porque había llegado el momento de decirle de su viaje. —No te lo había dicho y no sé por qué razón, pero quiero que sepas que en tres días me voy de viaje. —El gesto de él era justamente el que esperaba—. Voy a Italia... Siempre he querido ir, tengo la credencial para asistir a un desfile de suma importancia que se realizará en Milán.
—En tres días —murmuró sin poder creerlo y una extraña sensación empezaba a ahogar su pecho, no se sentía molesto sino otro sentimiento que de momento no podía definir.
—Sí.
—Y ¿ya tienes todo preparado? Puedo poner a tu disposición el avión, te acompañaría, pero no puedo, no tengo permiso en la fiscalía y estoy en
medio de un caso, no puedo abandonarlo. —Sabía que era lo único que lo retenía y pedirle a (_Tn) que no viajara sería un acto de egoísmo y de cierta manera le estaría mutilando los sueños, no era eso lo que deseaba, además quería que ella viviese su propia vida, que fuese independiente, no era del tipo que le agradaban las mujeres que se esconden tras un hombre, (_Tn) debía brillar con luz propia.
—Ya tengo el pasaje comprado, sé que tienes trabajo y que antes que el placer está el deber.
—Pues en eso estás muy equivocada... Si me lo hubieses dicho con tiempo habría mandado el caso a la mierda con tal ir a coger contigo en los hoteles de Milán.
—No tienes idea de lo que acabas de hacer ¿ahora cómo se supone que podré dormir? —inquirió con una sonrisa.
—Yo me encargaré de que no lo hagas.
—Si definitivamente ya lo has hecho... —Tuvo que pausar su conversación, ante la llegada de la cena.
El maitre dejó la comida y una vez más les dio privacidad y Joe aprovechó la oportunidad para cambiar de tema y no poner al descubierto la idea que había surgido en su cabeza—. ¿Hace cuánto que conoces a Sophia? —indagó con esto queriendo descubrir un poco más de ella.
—Bueno a Oscar lo conocí primero, un par de días antes, lo que quiere decir que a ambos los conozco desde hace ocho años y hemos sido inseparables, con Sophia discuto todo el tiempo, pero Oscar siempre nos trata como si fuésemos unas niñas y nos obliga a hacer las paces, con abrazo incluido —dijo mostrándole a Joe una sonrisa que la hacía lucir como una niña y a él lo invadió de ternura, tanta que quedó mudo, solo maravillándose con el gesto—. Sabes sé que tu tío es separado ¿qué pasó con tu tía?
—Mi tía, bueno yo no la llamaría de esa manera, no es más que una hija de puta... Ambiciosa, apenas si la conozco... Cuando me fui a vivir con mi
tío ella ya no estaba, se había ido con un garoto menor que ella y no era amor, porque a los meses lo cambio por otro y así... Así creo que se ha cogido a medio Brasil, era modelo y ahora es actriz, un día de estos te la mostraré, ahora está trabajando en un dramón que pasan en horario estelar en un canal brasileño.
—Bueno hay de todo tipo de mujeres —acotó elevando ambas cejas ante la sorpresa—. ¿Y qué piensan tus primos de ella?
—Lo mismo que yo y no porque los haya influenciado, cuando abandonó a mi tío, Thor tenía seis años y le quitó una fortuna para cederle la custodia total de Ian y Thor... Técnicamente se los vendió... Cuando llegué a casa, Thor aún no lo asimilaba, no podía entender que su madre no lo quería y de eso ya habían pasado dos años, se acostumbró a dormir con mi tío, eso como hasta los doce años, después creó un escudo no quería mujeres cerca, no se encariñaba con ninguna porque decía que lo iban a dejar, mi tío lo llevó un tiempo con un psicólogo que lo ayudó a afrontar el abandono de su madre, después de eso ha sido el Thor que ya conoces.
—Admirable lo que ha hecho el señor Jonas .
—Reinhard Jonas es invaluable, todo el dinero que tiene no es nada comparado con la calidad de ser humano que es y no lo digo porque sea mi tío, es porque así es, en Brasil lo idolatran, poco le importa adentrarse en las favelas con cargamentos de comida, ropa, medicamentos... ¿Por qué crees que nunca lo han secuestrado?
—No deberían hacerlo si es quien les ayuda... Uno ve a esas personas como si fuesen ángeles protectores, esos que pueden tenderte la mano en los peores momentos... Es lo que Oscar es para mí, ha sido mi guardián, nos hemos ayudado el uno al otro, pero en definitiva si él no hubiese estado conmigo yo no estaría aquí hoy.
—Tengo mucho que agradecer a Oscar, debo hacer las paces con él.
—¿Debes hacer las paces con él? No lo entiendo, Oscar no tiene nada en tu contra. —Le aclaró un poco desconcertada por las palabras de Joe .
—Claramente no le caigo bien, siempre que tiene oportunidad me hace advertencias... Y comprendo que así sea, ya que una vez intente atropellarte, no era mi intención hacerlo.
—Estás equivocado Oscar no es un persona rencorosa y él sabe que eso solo fue un accidente.
—Voy a creer en tu palabra, pero sinceramente no le veo el mínimo interés de querer ser mi amigo —dijo para después bajar la mirada a su comida y probar un poco.
—¿Y necesitas la amistad de Oscar? No creo que sea algo a lo que le des importancia —espetó sabiendo que Joe era de pocos amigos.
—En este momento es a quien más necesito de amigo —contestó buscando la mirada de ella, queriendo demostrarle que quería estar bien con las personas que ella quería.
—Quieres aliados, estás buscando la manera de que te apoyen y me den la espalda cuando discutamos —señaló sonriendo.
—Si quieres verlo de esa manera, no puedo hacer nada... ¿Quieres contarme de tus padres? —Tanteó buscando la manera de seguir descubriendo a la mujer que en los últimos meses le había robado el sueño.
—No es algo de lo que quiera hablar... No de momento.
—¿Y otro integrante de tu familia? —Insistiendo de manera sutil.
—Sólo sé que tengo un tío que vive aquí en Nueva York, pero al que nunca conocí, mi padre venía a visitarlo en algunas oportunidades, pasaba tiempo aquí pero regresaba a la casa, no puedo contarte más... Por favor, no quiero hacerlo —musitó evidenciando la súplica.
—Está bien, prometí no presionarte... Además me interesa saber de ti no de tus padres.
Esa fue la tregua que Joe le dio, ya al menos había logrado hablar con ella y que no se pusiese a la defensiva. Al terminar la cena (_Tn)
pidió permiso para ir al baño y él aprovechó la oportunidad para hacerlo también.
Joe entraba al tocador masculino, cuando su mirada captó a Richard Sturgess parado frente al espejo lavándose las manos, la comida en el estómago del brasileño en ese momento se revolvió y fue como si se prendiera en llamas, sin embargo apegándose a su manera de ser, decidió ignorar al británico.
—Buenas noches... ¿Es usted quien está saliendo con (_Tn) ? —Saludo el hombre dirigiéndose a Joe con la mirada a través del espejo, no había nadie más, lo que lo convertía en el blanco de su pregunta.
—Sí, soy yo quien tiene una relación con (_Tn) —objetó con decisión y observando atentamente como el hombre tomaba una toalla desechable se secaba las manos y se daba la vuelta para encararlo.
—Debería ir pensando en darle fin, antes que ella lo haga.
—Está muy seguro que ella va a dejarme y pensará que es por usted — dijo de manera despectiva y llevándose las manos a los bolsillos del pantalón, con el gesto demostrando predominio y tranquilidad.
—No lo pienso, es un hecho he sido el hombre de (_Tn) ...
—Ausente —intervino Joe con cierta burla que a Richard no le agradó.
—Sólo nos dimos un tiempo, pero ese tiempo ya se extinguió, he regresado y esta vez la llevaré conmigo. —Contraatacando con sus palabras que causaron el efecto esperado en el contrincante que claramente lo evidenció en su rostro.
—¿Y eso ella ya lo sabe? Porque hasta ahora no le veo la mínima intensión de querer desistir de lo que tiene para irse con usted. —Sin dejarse intimidar por las palabras del británico. En ese momento entró otro hombre al baño, pero pasó de largo a los cubículos.
—Ella lo hará... (_Tn) es mi mujer, siempre lo ha sido, yo la hice mujer. —Recalcó las últimas palabras y esas fueron un tirón de bolas para Joe , quien se llenó de rabia, pero que supo disimularla a la perfección, sólo se apoyó un poco más sobre sus talones, conteniendo las ganas de partirle la nariz a Sturgess.
—Si la hizo mujer o no, me importa muy, pero muy poco, mujer puede hacerla cualquiera no es una función en la cual se deba destacar uno como hombre... Al fin y al cabo por experiencia sé que las mujeres pierden la virginidad en medio de un error, pero mantenerla satisfecha es la gran travesía, ser capaz de proporcionar el placer que la mantenga al lado no cualquiera lo hace, hay que ser muy atento con eso señor Sturgess, pregúntese ¿Por qué está conmigo y no con usted en este momento? ¿Por qué no saltó a sus brazos a la primera y amablemente lo ha rechazado? (_Tn) y yo tenemos una relación en la cual hay comunicación, con su permiso. —dijo encaminándose y evadiendo al hombre sin dejarle opción a defenderse, entró a un cubículo y antes de cerrarlo apretó fuertemente la puerta descargando las ganas de lanzarla, si lo hacía le demostraría que lo había descontrolado con su estúpido comentario al hacerle saber que él fue el primer hombre en la vida de (_Tn) .
—Terminará dejándolo y entonces sabrá que el que ríe de último ríe mejor. —Lanzó sus palabras envenenadas al sentir su orgullo masculino herido y se dispuso a salir.
Las ganas de cualquier necesidad en Joe desaparecieron solo quería reventarle el alma al imbécil de Sturgess, pero controló con respiraciones profundas a esa pantera y no la dejó salir.
Al llegar a la mesa ya (_Tn) lo esperaba, sin duda alguna se había tardado más de la cuenta gracias al desagradable encuentro y al tratar de controlar sus instintos asesinos en el baño.
Pagó la cuenta y se encaminaron al vestíbulo donde le entregarían el elegante abrigo de (_Tn) , Joe inmediatamente se dio cuenta que no era su día cuando su mirada tuvo la desgracia de toparse con Henry Brockman, sintiendo ese tornado violento y poderoso hacer estragos en él cada vez que tenía la oportunidad de verlo, un vórtice que le era casi
imposible de dominar, no estaba en él, estaba en esas ganas de golpearlo hasta matarlo que siempre lo asaltaban y que sin embargo no podía hacerlo.
El agarre de (_Tn) en su mano lo sacó del ojo del huracán, ese cálido apretón más fuerte que de costumbre le hizo saber que ella estaba presente y lo instaba a ignorar a Henry y largarse del lugar.
Sin embargo Brockman ya había clavado la mirada en ambos y su semblante demostraba molestia por verlos juntos.
A Joe ya una vez le había arrebatado a la mujer que más amaba en la tierra, no estaba dispuesto a que también le quitase a (_Tn) , ahora si lo mataría, ahora tenía la fortaleza y el odio suficiente para hacerlo sin piedad alguna.
(_Tn) le apretó la mano a Joe , afirmándole que era él quien verdaderamente le importaba en el momento, con éste agarre dejándole saber a Henry que su pareja, era quien tenía al lado, era Joe quien tenía todas las oportunidades con ella, nadie más y entonces en fracción de segundos comprendió la actitud de Joe en el banco con la zorra que descaradamente se le insinuaba, él le dejaba claro a ella y a todos que quería estar con ella con nadie más.
Fue decisión de (_Tn) encaminarse sin saludar a Henry sin más que un leve asentimiento de cabeza, al cual él correspondió, porque la última vez que se habían visto no habían quedado en buenos términos y el hombre lo sabía.
Subieron a la limosina y ambos se mantenían en silencio, Joe sólo iba pensando en una cosa que asaltó su razón inmediatamente y era subyugada por su lado malicioso y desconfiado, el saber a Richard Sturgess y Henry Brockman en el mismo restaurante, no era casualidad, nunca había creído en esta, pero si en las causalidades y esto tenía un trasfondo el cual descubriría, agradeció en ese momento que (_Tn) tuviese ese viaje en puerta, con ella lejos podría investigar por qué Henry y Richard estaban manteniendo contacto y si era para hacerle algún daño a (_Tn) debían prepararse porque estarían adelantando su apocalipsis.
(_Tn) observaba a Joe en silencio, pero sobre todo completamente sumido en sus pensamientos y podía apostar que estos tendrían que ver con Henry Brockman, no quería que el encuentro inesperado con el hombre le arruinará la noche, ella apenas había visto la limosina estacionada frente al edificio, cuando Joe paso a buscarla y se excitó inmediatamente, teniendo que hacer acopio de todo su autocontrol para que él no descubriera sus deseos y durante la cena esperaba ansiosa ese momento, que simplemente se le estaba escapando de las manos, pero no iba a permitir que terceros interfirieran en sus ganas, por lo que le tocaba tomar la iniciativa.
La chica buscó en su cartera estilo sobre su iPhone y se fue a la carpeta de música, algún tema que le ayudase a ambientar el interior de la limosina, encontró una que le iba como anillo al dedo, sobre todo por su pronta despedida, quiso reproducirla, pero quería más y sabía que el lujoso auto contaba con ciertas ventajas y estaba dispuesto para muchas cosas, por lo que se incorporó y corrió la ventanilla que la comunicaba con el chofer.
—Disculpe señor ¿por casualidad tendrá un adaptador para audio? — preguntó mostrándole el teléfono móvil, ante un Joe desconcertado.
—Sí señorita.
—¿Podría adaptarlo, alzar el volumen, reproducir el tema señalado y conducir sin rumbo? —Nunca en su vida se había comportado de tal manera, no había sido tan osada, pero con Joe el lado irreverente y sexual latía descontroladamente en ella.
—Sí, claro... Como usted ordene. —El hombre agarró el iPhone y (_Tn) cerró la ventanilla para después dejarse caer en el asiento y le dedicó una mirada picara a Joe al tiempo que levantaba las caderas e introducía sus manos por el vestido y se quitaba la tanga, observando como la mirada del chico se iluminaba y las notas sensuales de la música le daban vida al interior del vehículo donde empezaba a hacer mucho calor. Antes de que la melodía diera paso a la letra y de que él reaccionara se sentó a ahorcajadas, colocándole en la cabeza la ropa interior que acababa de quitarse, su mayor premio fue la mirada y sonrisa llena de lujuria que él le dedicó.
Joe automáticamente le llevó las manos a las caderas al tiempo que el corazón se le desbocaba, rompía barreras y mitigaba los temores que lo atormentaban.
—Quiero besarte en París —murmuró contra la boca de Joe la letra del tema y él estaba por besarla, pero ella se alejó retirando las manos de él de sus caderas y entrelazándolas con las suyas llevándolas al espaldar del asiento y reteniéndolas ahí, mientras observaba las pupilas de Joe al dilatarse y el deseo aumentar progresivamente mientras se dejaba seducir.
—Quiero tomar tu mano en Roma. —Proseguía con el tema y la excitante sensación de sentirlo endurecer y calentarse, empezaban hacer llorar su centro—. Quiero coger contigo en un tren. —Lo miraba fijamente haciéndole saber con el gesto que se portaría muy mal y en ese momento buscó la boca de Joe robándole la cordura con el beso más lento y sensual que ella alguna vez hubiese dado, inventando un nuevo beso para él y estaba segura que no había hombre sobre la tierra que se adaptara tan rápidamente a los deseos de una mujer de esa manera en que lo hacía Joe Jonas . Ella desenlazó el agarre muy lentamente y él esta vez llevó las manos a las nalgas y las apretó con arrebato, haciendo que jadeos se dejaran escuchar al unísono.
—(_Tn) ... —murmuró con voz temblorosa por el furor que lo recorría y nunca su nombre se había escuchado mejor.
—Joe , déjame hacerlo, quiero cogerte, quiero hacerlo yo... —Retirando nuevamente las manos de él—. Quiero que sientas lo que yo siento cada vez que llevas el control, quiero hacerte enloquecer de la misma manera en que tú lo haces... Dame la oportunidad de intentarlo, porque si empiezas a tocarme terminarás venciéndome y me dejaré voltear el mundo... Dejaré que tomes los hilos de mi placer y hagas conmigo lo que quieras, pero esta vez quiero hacerlo contigo. —Le pidió mirándolo a los ojos manteniéndose unidos por las puntas de las narices, respirando un solo aliento de pasión.
—Haré lo que pidas, lo que quieras, pero quiero que sepas que, con el solo hecho de haber tomado la iniciativa me has derretido, me has sorprendido como nadie... Y esto no estaba en los planes, no estaba que
actuaras de esta manera y rompieras mis índices, no eres lo que esperaba (_Tn) , lo que quieras, como quieras. —Hablaba mientras la música seguía alimentando la sensualidad del momento y él dejó caer las manos a ambos lados del asiento venciéndose ante ella.
La chica una vez más lo besó lentamente, torturándolo y alejándose cada vez que él quería aumentar ese ritmo que ella había impuesto, pero él le sonreía con eso disculpándose por sus impulsos incontrolables y ella le correspondía de la misma manera para después regresar al beso, aprovechó que él se sumergió en el tango que sus lenguas bailaban y llevó sus manos al corbatín desabrochándolo.
Con la prenda en mano (_Tn) pausó una vez más el beso y se alejó, dedicándole su mirada más sensual, subió lentamente su vestido, ese que le llegaba a los tobillos, con la suave tela acariciaba su piel hasta descubrir uno de sus muslos, sintiendo el poder de la mirada de Joe sobre su piel expuesta. Atento a cómo ella colocaba el corbatín en su muslo, lo abrochó simulando un liguero.
—Esto es para mí. —murmuró, y él ronroneó como un gato siendo amansado por caricias.
(_Tn) llevó sus manos a los botones de la camisa y empezó a deshojarlos con extrema lentitud anclando su mirada deseosa en la de Joe , a quien la respiración se le aceleraba cada vez más, así como la temperatura corporal le aumentaba, con jalones lentos y estudiados le sacó la camisa y terminó por abrirla, dejando al descubierto pecho y abdomen del brasileño, con parsimonia se acercó y escuchar los latidos acelerados del corazón del chico, hacia aumentar la excitación en ella.
Con la punta de la nariz acarició la piel expuesta, robándose el aroma del perfume de él, ese que le hacía bullir la lujuria, ese que la convertía en una mujer insaciable.
Joe empezó a sentir como lentos y húmedos besos caían en su piel, como copos de nieve sobre las aceras y con eso le arrancaba temblores a su vientre, abriendo su boca para poder respirar porque el deseo lo estaba ahogando. Sus pulmones se habían cerrado casi por completo jadeando por
una tregua entre tanto placer.
(_Tn) deslizaba sus labios con lentitud, hasta el costado izquierdo de Joe y empezó a besarle con ternura el tatuaje, a mimar y darle un poco de consuelo a ese lugar que resguardaba tanto dolor, ese que ella pudo percibir cuando se abrió a contarle, pero que el orgullo le obligó a esconder, le obligó a hacerse el fuerte delante de ella.
Sus manos se deslizaron hasta el pantalón, con discreción desabrochó la correa y él se comportaba como el más obediente de los niños, no la tocaba aunque en ocasiones se frotase contra ella tal vez para atenuar el dolor de su erección.
Una de las manos traviesas de (_Tn) se adentró al delicioso infierno entre las piernas de Joe , maravillosa textura, suave y rígida, caliente y palpitante entre sus manos sintiendo como la sangre hacía las venas notorias al tacto, ante la acelerada circulación y él se convirtió en pez fuera de agua en un par de oportunidades, implorando oxígeno y siendo torturado por el placer.
—Estás como me gusta —musitó y mordió uno de los labios temblorosos de Joe —. Quiero que esta vez seas tú quien me pida más, voy a ponerle el collar a esta pantera —hablaba mientras lo masturbaba muy lentamente y sólo aumentaba la tortura en Joe .
—Me gustaría más que te encerraras en una jaula con esta pantera y lo digo literalmente... Cuando regreses sabrás lo excitante que es coger en una jaula.
—Dónde quieras y cómo quieras... Estoy dispuesta a hacerlo, ya ves que no me acobardo.
—Entonces, ¿sí nos vamos al salón de interrogatorio?
—Será lo primero que hagamos apenas llegue de Italia, así que prepara todo. Ahora necesito un poco de tu colaboración. —Le pidió apoyándose sobre sus rodillas e incorporándose y con la ayuda de él le bajó los pantalones los cuales se arremolinaron en los pies del chico—. Eh... Un
segundo no tan rápido fiscal. —Advirtió presionando con su mano el vientre de él, que intentaba incorporarse y penetrarla—. Recuerda que quien lleva el control soy yo ¡te voy a coger! —Sonriendo con malicia al tiempo que se apoderaba con una de sus manos nuevamente de la erección ansiosa y con la otra mano luchaba con su vestido para que no estorbara.
Descendió con lentitud y apenas lo atrapó en su centro, segura de que no se le escaparía llevó ambas manos al cuello de Joe , aferrándose a éste con fuerza y uniéndose por frente y narices ahogando el jadeo de satisfacción en el de él, mirándose a los ojos fijamente.
—Así... (_Tn) , si no te mueves vas a hacer que explote. —Le advirtió un Joe que bramaba tembloroso, ante la necesidad que lo azotaba.
—No lo harás, sé que eres muy resistente. —Atada al extraño hechizo de la mirada de Joe , esa que aceleraba aún más los latidos del corazón.
(_Tn) se dejó vencer, se tragó por entera la estaca delirante del brasileño y era momento de sacudirle los cimientos, de manera muy lenta empezó a danzar sobre él, ayudada por la ligera vibración de la limosina, aspirando el aliento, mordiendo el espacio entre ambos, tentándolo, enloqueciéndolo, percatándose del esfuerzo que él hacía para no romper la regla principal de ese encuentro, apretaba sus puños conteniendo sus ganas por tocarla, por agarrarla y marcar el ritmo delirante al que estaba acostumbrado, ese que a ella la cegaba de placer - dolor, pero quería demostrarle que también le gustaba hacerlo con paciencia que la ternura y estoicismo también podrían hacer estallar los sentidos.
Empezó a ascender y descender con lentitud sintiéndolo rozar su entrañas, con ese calor que la fricción les brindaba, con la viscosa humedad que la excitación aumentaba, haciendo el momento perfecto. El tema Justify my love de Madonna había llegado a su fin y ahora (_Tn) movía sus caderas al ritmo de Walk away de Christina Aguilera.
Joe no podía más, por lo que elevó su cabeza y buscó la boca de (_Tn) , si ella no le daba de beber su saliva moriría, necesitaba mitigar la sed que el goce despertaba, mientras seguía temblando sin control, estaba arrastrándolo, dejándolo sin fuerza.
El orgasmo empezó a retumbar en (_Tn) y para alcanzarlo necesitaba intensidad y rapidez por lo que se apoyó con las manos en los hombros de Joe , encontrando el impulso perfecto, la plataforma para su despegue a las puertas del cielo, su cuerpo involuntariamente se arqueó y se echó hacia atrás llevando las manos a las rodillas de Joe con eso presionando aún más, uniéndose más a él y su pelvis oscilaba lentamente, su vientre se contrajo violentamente y las palabras se le ahogaban en medio de los jadeos, la estocada final se la dio él cuando atacó.
Joe Jonas no estaba hecho para cumplir reglas y menos en el sexo que para él era algo primitivo y salvaje, todo absolutamente todo era válido y no tenía por qué ser limitado. Al ver a (_Tn) a un hilo de estallar, su instinto no le permitió que se quedase sin hacer nada por lo que encontrando apoyo en sus pies y espalda embistió en ella con precisión liberándola de ese orgasmo que solo esperaba que él actuase.
—Lo siento (_Tn) , pero soy indomable, me he comportado lo suficiente —dijo tomándola por las caderas, dejándola inmóvil y elevó su cuerpo, penetrándola con rapidez, obligándola a cabalgar sobre él, sin siquiera dejar descansar su cuerpo sobre el asiento, sintiendo el esfuerzo al mantener en el aire el peso de (_Tn) que bramaba ante el placer, siempre lograba enmudecerla y convertirla solo en una hembra, entretanto el rugía como animal mientras se entregaba al rito de poseerla, aumentando esas ganas en él al sentir como el resultado líquido del orgasmo de ella corría por su erección que irrumpía sin permiso y humedecía hasta sus testículos que irreverentes se estrellaban en la unión de los cuerpos aumentando el placer en ambos, dándole más intensidad al sonido de los cuerpos que no se dejaban opacar por la canción que inundaba el ambiente.
En la nube de placer delirante (_Tn) no era consciente y su cuerpo podía tener el equilibrio perfecto con tal de explotar en millones de pedazos en medio del éxtasis, pero al recobrar el conocimiento, se volvió temerosa, no sabía cómo Joe tenía la resistencia para mantenerla de esa manera y sólo apretaba los dientes soportando ese dolor que asaltaba cada vez que llegaba lejos, muy lejos, pero que el placer que le hacía sentir no le permitía pedirle que se detuviese, tampoco quería hablar por temor a morderse la lengua, ya que ella era una muñeca de trapo sobre un toro de rodeo, tanto que tuvo que apoyar una mano sobre el techo de la limosina
para no caer.
Si esa rapidez y resistencia se las proporcionaban las prácticas de Capoeira, debía agradecer a quienes inventaron el deporte ¡Bendito sea Brasil! ¡Los esclavos! Y todo lo que relacionaba al arte de la combinación baile y lucha.
Joe alcanzó la gloria, la disfrutó el tiempo que quiso y se dejó caer nuevamente en el asiento, evidenciando que sus energías se habían agotado, su pecho estaba a punto de reventar y era necesario respirar con la boca abierta sin embargo la sonrisa de satisfacción nada podía borrarla.
La tomó entre sus brazos y la pegó a su cuerpo.
—Se ha hecho mierda... Tu peinado —dijo ahogándole media carcajada cansada en el oído.
—Claro, sí has creído que estábamos en un coleo, me has creído una Cowgirl.
—Para no serlo sabes maniobrar muy bien sobre el toro.
—Tampoco es para tanto Joe Jonas , bájale un poco al ego, que aquí los tres no cabemos —acotó bajándose del chico y dejándose caer sentada a un lado de él.
Joe buscó en uno de sus bolsillos el pañuelo y con su mano se aventuró entre las piernas de la chica, para asearla un poco.
—Vamos al departamento... —Le informó en un susurro contra los labios de ella, quien asintió en silencio por no encontrar las palabras para poder expresarse, sólo disfrutando en su centro tembloroso y palpitante, la sutil caricia que el pañuelo de seda le brindaba.
Joe se limpió un poco con el mismo pañuelo y se subió los pantalones que aún los tenía enrollados en los tobillos, se abotonó la camisa y al estar un poco presentable corrió la ventanilla.
—Edgar, vamos a casa —pidió al chofer.
—Sí señor —contestó el hombre casi inmediatamente.
Joe cerró la ventanilla y se dejó caer cómodamente en el asiento, cuando la carcajada de (_Tn) irrumpió en el lugar y él se quedó mirándola fijamente sin saber a qué se debía, sólo la veía retorcerse por algo que sólo a ella le causaba gracia.
—Si me cuentas el chiste puede ser que te acompañe con las carcajadas —dijo divertido, el sólo hecho de verla tan feliz le encantaba.
Ella no dejaba de reír y le señaló la cabeza, en ese momento fue consciente que el motivo de la burla era la tanga que tenía en la cabeza, como si fuese una de esas cintas que las mujeres se colocan para hacer ejercicios, se la quitó y la guardó en uno de los bolsillos de su pantalón.
—Obviamente el chofer me la ha visto, pero eso no importa... ¿Acaso crees que él no sabe lo qué pasó? —inquirió llevándole las manos a la cintura, elevándola y sentándola en sus piernas—. Diría que le ha pasado muy bien esta noche, pero aún nos queda mucho por delante, mañana es nuestro día de descanso así que voy a aprovecharlo.

ElitzJb
ElitzJb


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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 17 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

Mensaje por aranzhitha Dom 04 Mayo 2014, 8:15 pm

Owww amo a Joe!!
Ese Richard mejor que ni se meta entre ellos!
Síguela!
aranzhitha
aranzhitha


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Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn - Página 17 Empty Re: Dulce Mentiras Amargas Verdades REVELACIONES Joe y _Tn

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