Come Back When You Can || N.C || Audiciones Cerradas, oh. || Resultados.

París, por fin estoy en París. Increíble. Tome mi maleta y comencé a caminar fuera del aeropuerto, tome el primer taxi libre que encontré, cosa que me llevo mas de veinte minutos de espera, y no tengo mucha paciencia. Todo eso hizo que mi humor cambiara repentinamente, pero luego recordé que estoy en París. Y no deje de sonreír. Indique el destino al conductor, gracias a Dios, mi francés era bastante bueno. Después de todo, esos cursos de idiomas tenían sus beneficios. Agradezco infinitamente a mi madre, quien me los recomendó. Pero todo tiene tantas contras como cosas buenas, la contra era que solo conocía a una persona, y no conocía las calles de París. Me perdería fácilmente si me alejara del hotel.

El taxi paro frente al hotel, el hombre me ayudo a sacar mi maleta del auto, al igual que lo hizo cuando subí. Pague el monto y me adentre en el hotel. Luego de darle los datos a la chica que atendía la recepción, me entrego la llave del  lugar en donde me instalaría por los siguientes meses, aun no sé con exactitud cuantos serán. Habitación Nº67, piso cuatro. Trate de memorizar las palabras de la rubia. Tome el ascensor y pulsé el botón cuatro, me mire en el espejo que casualmente estaba detrás mio encontrando con algo bastante desagradable. ¡Con razón la gente me miraba así! Acomode mi cabello, o por lo menos, lo intenté. Moje la punta del dedo con un poco de saliva y la pase por debajo de mi ojo izquierdo, corrigiendo el maquillaje corrido. Las puertas del ascensor de abrieron, sobresaltándome. Suspire y salí, mirando atentamente cada detalle, y sobretodo, el número de cada puerta. Sesenta y siete. Saque las llaves del bolsillo de mi pantalón y abrí la puerta blanca, encontrándome con una bonita habitación. Una cocina-comedor, un pequeño living y dos puertas cerradas, las cuales supongo que serán el baño y la habitación. Y estaba en lo correcto. Me tire sobre la cama matrimonial y cerré los ojos fuertemente. ¡Estaba en París! No puedo creerlo. Tome la cartera sin levantarme de mi lugar y saque el celular. Dos llamadas perdidas de Raphael, mierda, había olvidado llamarlo. Rápidamente marque el número de mi antiguo maestro de cocina. Un tono, dos, tres... Nada, el contestador salto y el molesto ''pi'' sonó.

— Hola Rap, soy yo, Jodie. Llegué hace rato, estoy en el hotel. Llámame.

Mire a ambos lados, y ahora... ¿qué? No tenía sueño, no estaba cansada. Estaba más bien, aburrida. Pero estaba consciente de lo que iba a pasar si salía del hotel sola. Una cuadra o dos, no iba a pasarme nada. Camine al baño, me arregle superficialmente, tome la cartera y el celular y salí de ahí.

Inhale el aire de París, y luego suspire, soltándolo. ¿Izquierda o derecha? Mire a ambos lados tratando de convencerme, derecha, se ve mejor. Camine tranquila, siguiendo una línea recta. Estaba por llegar a la tercer cuadra cuando Marina and the diamonds, comenzó a sonar, por instinto busque en mi cartera el celular.

— Hola, hola.— solté, sin siquiera fijarme quien era.
— ¡Jodie!— el inconfundible acento de Raphael resonó a través del parlante del teléfono. Sonreí inconscientemente.
— ¡Hey! ¿Cómo estas? Te he extrañado mucho.— dije alegre, y era verdad, había extrañado mucho a Rap en estos meses.
— Lo sé pequeña, yo también te extrañe.— dijo con un tono fraternal en su voz.— ¿Cómo he estado? Bien, exceptuando algunos problemas y claro, el hecho de no verte me hacia mal. Eres como mi hija. Tu, ¿qué me cuentas?
— Aw, yo también te extrañe, y tienes mas que claro lo importante que eres en mi vida. ¿Yo? Nada, ahora estoy fuera del hotel. Caminando en línea recta para no perderme.
— Vos y tu curiosidad, ¿por qué no vuelves? Es tarde, mañana te paso a buscar por el hotel. Tengo que hacerte una propuesta.— me comentó naturalmente, ahora estaba intrigada.
— ¿Qué clase de propuesta, Rap?— pregunte con los ojos entrecerrados, caminando devuelta al hotel.
— Una que te gustara.— ¿enserio? ¿eso era todo lo qué iba a decirme?— Bueno, te quiero mi niña, nos vemos mañana.— y cortó, sin darme tiempo a contestarle, aun que sabía que iba a seguir preguntando cuál era la propuesta.

¡Lo hice! Pude volver al hotel, solté un suspiro antes de entrar. La rubia de recepción me dirigió una sonrisa, a la cual respondí con alegría. Hice el mismo proceso del mediodía pero sin mirarme al espejo, no quería sufrir de nuevo. Abrí la puerta, todo estaba exactamente igual a cuando me fui. ¿Qué creía? No tenía comida, ¡claro! Revise la cocina y encontré algunas botellas de agua, unos dulces y unas galletas, todo con el nombre del hotel. Esa fue mi cena.

La alarma resonaba por toda la casa, Dios, ocho en punto de la mañana. Con toda la vagancia del mundo me arrastre al baño. Me duche con agua caliente, como siempre. Cuarenta y cinco minutos habían pasado desde que me metí baño, wow. Tome el celular, tenía un mensaje de Raphael. ''A las nueve estoy allí, estate lista.''Diez minutos para las nueve, ¿por qué a mi? Abrí la maleta y la ropa comenzó a volar y desparramarse por toda la habitación. Tome una remera de los Rolling y un short de mezclilla rojo. Me peine y decidí no usar maquillaje. Todavía estaba descalza, el teléfono de la habitación sonaba, ¿algo más?

— ¿Si?— dije agitada, tratando de ponerme una de las zapatillas, intento fallido que me hice caer en seco de la cama.
— ¿Todo en orden, señorita Franklyn?— dijeron del otro lado, una voz masculina.
— Si, si. Todo en orden.— me apuré en decir.— ¿Qué pasa?
— Oh, al alguien esperando abajo. Raphael...
— Dígale que ya bajo, por favor.— lo interrumpí y corté. Me puse bien la otra zapatilla y tome la misma cartera de ayer.

Corrí a abrazar a Rap, cuanto te extrañe pequeña, susurro en mi oído. Sonreí y lo abrace aun más fuerte.

— Bien, ¿cuál es la propuesta?— le pregunté una vez que estábamos sentados en un café cercano al hotel.
— Seré rápido, no tengo mucho tiempo.— contesto, levante mi ceja izquierda y él prosiguió.— ¿Recuerdas mi restaurante?— asentí, ¿cómo olvidarlo? Me hablaba de el todos los días.— Bien, quiero que te encargues de el, estamos por un momento de ''renovación'' y bueno, tenemos diez candidatos, de esos diez van a quedar solo cinco. Estoy seguro que puedes hacerlo, Jo. No dudo de ti.
— ¿Hablas enserio?— no podía creer lo que decía, ¿renovar el restaurante? Si es lo mas importante que Rap tiene. él asintió serio, cosa que hizo que las ganas de preguntar el por qué, se fueran como vinieron.— Sería un honor.
— ¡Sabía que no me fallarías!— exclamó emocionado.— Terminemos esto, ¡quiero llevarte a conocer Wine & Pasqué!

¿Quién iba a decirlo? Yo, Jodie Franklyn, luchando para ser una especie de nueva dueña de un restaurante de cinco estrellas. Raphael confía en mi, y yo también confío en mi. No voy a fallarle, ni a fallarme. Analice cada detalle del lugar, perfecto. Rap lo describía tan bien, ansiaba conocer este lugar, y aquí estoy. Sentí una mirada sobre mi, me di vuelta para encontrarme con unos profundos ojos celestes mirándome fijamente, cosa que me intimido bastante.

— Jo, te presento a Niall, tu competencia.—