¿La magia es real? (James S. Potter & Tú)

James sentía la remera mojada de las lágrimas de Sharon que descansaba sobre su pecho completamente dormida. ¿Cómo habían llegado a eso? El día anterior no podían ni mirarse a la cara sin insultarse y ahora se abrazaban y había llegado a sentir cierto aprecio por ella. No era amistad pero tampoco deseo, era algo raro, jamás se había sentido así y no esperaba sentirlo nunca. ¿Cómo sentir algo de lo que no estás seguro? No lo sabía, pero él quería que todo volviera a ser como antes. No dejaba de maldecirse por haber usado el giratiempo, pudo hacer cualquier otra cosa pero decidió viajar en el tiempo.

Sharon lo rodeaba con un brazo por el cuello y él tenía los suyos en la espalda de la chica. Había dejado de llorar pero aún tenía la cara hinchada y roja lo que la hacía parecer mayor. Dormía tranquilamente junto a Potter quien simplemente no podía cerrar los ojos.

Le enojaba estar así con ella, ambos eran una especie de bipolares y no de los normales, eran demasiado. Un día se odiaban a muerte, al siguiente eran mejores amigos, volvían a odiarse, se querían, era extraña su relación. Demasiado para unos chicos de quince años. Podían ser las hormonas, era la explicación más probable pero ¿tantas hormonas a esa edad? Bien, sus conversaciones y peleas no tenían ni un poco de sentido y ambos lo sabían.

…

Al siguiente día cuando Sharon despertó no había nadie en la habitación, bien, Potter se había ido y no había tenido ni la educación de despertarla. O tal vez May se lo llevó del lugar, o quién sabe, pero se había ido y eso le molestaba. Por primera vez no le molestaba pasar el tiempo con él y éste decide largarse.

Se paro y se dio la ducha más larga de su vida y cuando terminó se hizo una trenza francesa y se puso el uniforme que May le había prestado. Genial, usaba la ropa de su hija, que era más alta que ella. «Las enanas reinarán el mundo algún día», se dijo a sí misma. Salió a la sala común y no había nadie, ¿qué nunca podía llegar temprano? Siempre, siempre se le hacía tarde y nunca podía llegar temprano a ninguna clase.

Cuando llegó al Gran Comedor todos estaban comiendo, segunda vez que llega a la hora de la comida. Cuando llego a sentarse a la mesa de Gryffindor junto a May quien charlaba con Rose, Ted y James. Quería golpear a Potter, pero ya tendría tiempo para hacerlo después. Y sí que le dolería.

—¿Dónde estabas? —preguntó Rose mientras Sharon le daba un bocado a unas chuletas.
—Dofgmida —dijo la castaña con la boca llena de comida.
—Sharon, son las dos y media, ¿qué hacías dormida?
—Todos olvidan que tengo el sueño pesado y que si no me despiertan posiblemente no despierte hasta la hora de la comida si tengo suerte.
—¿Sabías que existe algo llamado despertador? —preguntó May burlona.
—Que sea de la misma edad que tú no cambia el hecho de que soy tu madre así que cállate.
—Desde joven eras fastidiosa.
—Como no tienes idea —dijo Potter.
—Tú cállate Potter que juro que quiero clavarte este tenedor en la frente. Así que vete al demonio.
—Alguien amaneció del lado opuesto de la cama —dijo May en un susurro pero todos escucharon perfectamente.
—Eres idéntica a Potter.

Padre e hija sonrieron burlones y siguieron comiendo en silencio, nadie se atrevía a cuestionar mucho a Sharon, la chica tenía unos humos… bastante malos. Cuando terminaron de comer se quedaron un rato charlando, Sharon ya estaba algo más tranquila pero seguía molesta con James y May quienes cada día se agradaban más, ambos se parecen y realmente son “padre e hija”.

Sharon se tomó el tiempo de conocer a Logan quien era más parecido a ella, ambos eran posesivos y de mal carácter cuando los encontrabas de mal humor. Pero aún la chica se preguntaba por qué había quedado en Slytherin su hijo, sus dos padres iban en Gryffindor. Bien, no quiere ser igual a Potter y despreciar a Logan sólo porque está en Slytherin. Además podría ser culpa de Sharon, dijeron que ella tenía “sangre de Slytherin” cuando el sombrero seleccionador le dijo que pertenecía a Gryffindor.

No le importa mucho, no sabe quiénes son sus parientes pertenecientes a Slytherin y no quiere saberlo por miedo a que “ese pariente” sea alguien que no le agrade o alguien que pueda perjudicarla mucho como Voldemort por ejemplo. Tal vez él era un gran personaje pero no le gustaría ser conocida como: “la hija de Voldemort”, “la nieta de Voldemort”, etc. No le apetecía portar ninguno de esos títulos. Además por lo que sabía Voldemort no había tenido ninguna especie de “novia” o “esposa” así que no pudo tener ni un solo hijo o hija. Y tampoco tenía parientes vivos, se había encargado de asesinarlos a todos a menos que… no lo hubiera hecho. Pero es Voldemort, él asesina y no le importa ni un poco, así hubieran sido su familia no creo que haya titubeado mucho al asesinarlos.

Se sacó la idea de la cabeza, ¡no podía ser familiar de Lord Voldemort! ¿o sí? La vida sorprende pero no tanto, ya bastante tiene con ser la futura esposa de James Potter para que ahora tenga que ser la hija de Voldemort y que todos lo sepan. Posiblemente terminaría arrojándose de la Torre de Astronomía, ¿quién no lo haría? Seamos honestos, si te enteras de que Voldemort es tu verdadero padre te arrojas por un barranco, le pagas a alguien para que te asesine o te suicidas. No hay otra opción, ¿cómo vivir con eso? No puedes simplemente llegar y decir: “hola, soy Sharon Riddle, hija de Voldemort”. La gente no se dignaría ni a saludarla por educación, de hecho estaba segura de que muchos negarían conocerla sólo por no verse relacionados con la hija de el Señor Tenebroso.

Caminó por los corredores y chocó con James Potter quien también estaba bastante distraído. Cayeron al suelo y ninguno se levantó. Estaban bastante cansados como para ponerse de pie y discutir así que decidieron quedarse ahí tirados.

—Lo siento —dijo Potter.
—¿Por qué?
—Por dejarte sola anoche, sólo que…
—¿Qué?
—Nunca había dormido con una chica.

Sharon soltó una carcajada y James la miró molesto, ella sólo rió aún más. ¿Potter? ¿Jamás haber dormido con una chica? Tal vez se refería a una chica menor pero él había salido con muchas chicas menor que él y Sharon dudaba completamente que jamás se hubiera acostado con ellas. Y lo más común cuando te acuestas con alguien es quedarte a dormir con él al menos así era en las películas. Pero esto es Hogwarts, y nada aquí tiene sentido o algo de normalidad, de hecho todo es extraño y sin sentido alguno. Aquí ni siquiera hay un poco de lógica.

—¿Sabes que va a haber un baile cierto? —preguntó James.
—No, y si lo hay no iré.
—¿Por qué? —preguntó burlón.
—Porque no iré con un enano treinta años más joven que yo.
—No se nota la diferencia de edades, Sharon.
—Pero yo sé que soy mayor que él y no tengo nada en contra de salir con alguien menor, pero no voy a salir con alguien menor por treinta años. ¿Tú irás?
—Sí. Aún no sé con quién, hay chicas lindas, pero es extraño. Todas me ven como si fuera un anciano de setenta años. Parece que las espanto y yo nunca espantaría a una mujer.
—A mí me espantas. Ya pasó Halloween, hazle un favor al mundo y sácate la máscara.
—Te encanta mi máscara, quieres besarla.

Sharon sonrió y negó con la cabeza. No quería besar a Potter, de hecho ni borracha lo besaría. Es decir, no es feo, nada feo, pero no quiere besarlo a menos que sea necesario, si su familia estuviera en peligro tal vez lo besaría para salvarlos. Pero en cualquier otra situación no.

—Eres horrible, deberías saberlo.
—Así de horrible te casaste conmigo y tuvimos tres hijos, así que tres veces tuvimos…
—¡Cállate! —interrumpió Sharon.
—¿Te imaginas tu y yo, besándonos en la cama…?
—¡Cállate, Potter, cállate!
—Y luego…
—¡Dije que te calles!

James rió y asintió.