¿La magia es real? (James S. Potter & Tú)

Sharon entró a su dormitorio que compartía con su hija, no era malo hacerlo sólo que hubiera preferido estar sola con Rose o Lottie, pero la segunda estaba en Slytherin y no podía quedarse para siempre con las serpientes evitando a todo el mundo. Pero quería hacerlo, quería evitar a todos y a todas, sólo le recordaban que estaba casada con Potter y aún no conseguía entender por qué lo había hecho, ¿tan ebria estaba? Tal vez Potter tenía algo de encanto… No, eso no puede ser, siempre ha sido tan idiota y arrogante, sintiéndose el centro del universo y el hombre más atractivo que ha pisado el planeta. Pero el hombre más atractivo que ha pisado el planeta es y será Brad Pitt.

Maia entró a la habitación y saludó a Sharon con una sonrisa, era algo más alta que ella pero no mucho, sólo unos cuantos centímetros.

—Hola, mamá.
—No me llames así, me hace sentir vieja, Maia.
—Soy May, todos me dicen May.
—Claro, lo siento.

May se sentó junto a Sharon y la miró curiosamente, ambas eran muy parecidas, casi idénticas salvo por el cabello pelirrojo de May, ese pertenecía a los Weasley.

—¿Qué hay de James? Aún no puedo creer que se odien —dijo May.
—Es que… —suspiró— es un idiota —respondió Sharon, pero tenía muchas más cosas que decir. Era un egoísta, necio, terco, estúpido, idiota, imbécil, ingenuo, mujeriego, maldito, vanidoso, orgulloso, en fin podría hacer quinientos libros con las cosas que odia de James Potter.

May soltó una carcajada.

—¿Qué los idiotas no son de los que solemos enamorarnos?

Sharon lo pensó, May tenía razón, mucha razón, todos los hombres que tenían mujeres a sus pies eran el ser más idiota que había pisado el planeta. Pero siempre había sido así, los idiotas eran los más atractivos no importaba qué, siempre serían atractivamente atractivos. James no era feo ni mucho menos, era muy, muy guapo… «cállate» se ordenó Sharon. James no era guapo, ni atractivo, ni nada por el estilo era feo, muy, muy feo. Pero por más que lo repitiera no se creía ni una palabra de lo que había dicho, sí, era atractivo.

—Es diferente —respondió Sharon.
—Lo pensaste, quiere decir que no piensas que sea del todo un idiota.
—¡Lo es!
—Si lo fuera no intentarías negarlo con tanta desesperación.

¿Así me escucho yo? Tiene la inteligencia de Rose y mi habilidad y la de Potter para contestar. Me frustraba que no me hiciera caso sobre James, era un idiota no había nada más qué discutir, pero al parecer para May habían muchas cosas aún pendientes.

—Cállate, ¿quieres?
—Te gusta.
—Si y lo quiero violar, cállate.

May sonrió triunfante y se tiró en la cama junto a su madre que era sólo un año mayor que ella, muy normal. Era muy parecida a Rose en muchos aspectos, eso le agradaba a Sharon, Rose siempre había sido un gran ejemplo para ella. Pero también tenía el mismo carácter fastidioso de su padre, la habilidad para joder a todo el mundo y el carisma para no poder odiarla haga lo que haga.
La puerta se abrió de golpe y entró Potter, ¿cómo había subido? Ningún chico podía subir a las habitaciones de chicas a menos de que fuera mujer pero eso era imposible, tal vez Potter era mitad mujer, eso explicaba mucho… May le sonrió pícaramente a su madre y ella rodó los ojos al igual que James que se percató de lo que May había hecho.

—¿Sharon puedo hablar contigo?
—Me voy —anunció May—. No rompan la cama, ¿quieren?

Sharon la miró mal y ella sonrió triunfante. Salió de la habitación y le guiñó un ojo a James, susurró algo que Sharon no pudo escuchar, pero supuso que era algo sobre relaciones sexuales ya que James hizo una expresión extraña. Se sentó junto a ella y la miró, el tener tres hijos juntos los había vuelto más unidos de lo que esperaban ser, de hecho jamás hubieran esperado ser unidos.

—Ya sé cómo nos enamoramos, Logan me lo dijo.
—¿Hablaste con él? —preguntó Sharon impresionada.
—No, nos leímos la mente y me lo contó todo —dijo con sarcasmo y ella bufó—. Por supuesto que hablé con él.
—Bien, cuéntame.

La boda de Ted Lupin se acercaba, todos se preparaban para ello, era emocionante que al fin Victoire le hubiera prestado la más mínima atención y terminaran por casarse. Todos estaban emocionados y bastante preparados para la boda de la rubia. Sucedería en casa de los Weasley como se acostumbraba a hacer, ahí habían sucedido todas las bodas de la familia y está no sería la excepción. Sharon traía puesto un vestido corto, hasta antes de la rodilla color rosado claro con un lazo negro debajo del pecho. Llevaba zapatos de tacón color negros lo que la hacía ver de la misma estatura de Albus. Se había maquillado los labios de rosa muy claro y los ojos con color negro. Su cabello estaba suelto salvo por una pequeña trenza que le cruzaba toda la cabeza. Había decidido no invitar a ningún acompañante a la boda, quería disfrutarla y bailar con todos y no sólo con su acompañante.

James Potter estaba en la habitación de sus tíos junto a Albus, Fred y Louis. Los tres llevaban traje de gala, la diferencia era que el de James era negro, el de Fred azul marino y el de Louis blanco. El cabello del chico Potter estaba alborotado como siempre lo había estado, pero de lo más estaba irreconocible, se veía mucho más guapo de lo usual.

—¿Vendrá Wendy? —preguntó Albus a James.
—Por supuesto. ¿Invitaste a Lottie?
—Si y dijo que si vendría conmigo.

James le sonrió a su hermano y terminó de arreglarse, bueno de desarreglarse, se alborotó más el cabello y después salió de la habitación hacía la cocina. Aun no había llegado ni un invitado y el lugar estaba completamente vacío, al parecer todos seguían arreglándose. Sharon entró y James se fijó en ella, venía deslumbrante, hermosa y perfecta en pocas palabras. Sus ojos azules resaltaban con el maquillaje y se clavaron en él.

—Potter —dijo como saludo.
—Smith.
—¿Invitaste a la zorr… —James la miró mal— a la hermosa y perfecta Wendy?
—Si, es mi novia, por supuesto que iba a invitarla.
—No me agrada esa chica.
—Seamos honestos, ¿cuándo te ha agradado alguna chica con la que haya salido?
—Nunca y jamás lo harán, siempre traes a chicas hombreriegas por no decirlo de otra forma.
—Esa palabra no existe, Sharon.
—¿Les digo putas entonces?
—No, hombreriegas está mejor. Además no lo son.
—¿Enserio? ¿Sabes siquiera cuántos acostones ha tenido Wendy? —negó con la cabeza—. Créeme cuando te digo que la he oído, al menos dos a la semana. No te conviene. Si salieras con una chica como Lottie no tendría problema.
—Ella es de Albus además quiero a alguien que se parezca a mí, que sea capaz de hacer cualquier locura y no le importe nada, que me rete y sea terca.

Bien, estaba describiendo a la chica que estaba frente a él, Sharon era todas esas cosas, era capaz de hacer cualquier locura que se le viniera a la mente y no importaba mucho la opinión de los demás. La chica estaba algo loca, era terca, siempre se mantenía en lo que decía no importaba cuan equivocada estuviera, para ella sus respuestas y pensamientos eran correctos. Y por último lo retaba más que su madre, ella era la chica por la que se mantenía estresado todo el día.

Los invitados comenzaban a llegar, se dieron cuenta por las voces que provenían del jardín, Ted y Vic estarían casados pronto. James perdería a su fiel compañero, siempre se ligaban a chicas pero ahora él chico Lupin no podría hacerlo debido a que tenía a una esposa que amaba más que a nada en el mundo y James se alegraba por ello, sólo que lo iba a extrañar demasiado.

La fiesta comenzó, mejor dicho el vals iniciado por Ted y Vic que bailaban tranquilamente como los enamorados que eran. No dejaban de mirarse y susurrarse lo mucho que se querían. Sharon estaba sentada junto a sus amigas, Lottie, Rose, Molly, Lucy, y algunas cuantas entre ellas la idiota de Wendy que había pasado toda la boda besuqueando a James como si estuvieran solos. Sharon comenzaba a desesperarse y querer golpearlos a ambos pero todos estaban muy callados y tranquilos, ya lo haría después.

—¡¿Por qué no se consiguen un hotel?! —chilló ya enfadada haciendo que varias miradas curiosas se giraran hacía ella. El vals había concluido así que al menos no interrumpió a la nueva pareja. Wendy la fulminaba con la mirada y James se limitaba a mirar avergonzado al suelo.

Estaba cansado de Wendy, de que ella siempre quisiera estarlo besando como si no hubiera nada más interesante. Los besos eran una gran actividad, pero jamás charlaban, no sabía nada sobre ella que no fuera que le gustaba besarlo. No la conocía. Se paró y decidió ir a bailar con ella para tener que dejar de besarla.

Sharon no tardó en quedarse sola, pero después de unos momentos llegó Jason Longbottom para pedirle que bailara con él, la chica aceptó. Jason siempre había sido lindo con ella, era muy atractivo, tenía los ojos verdosos, cabello azabache, muy alto, tez blanca, en fin muy guapo.

James se fijó en lo alegres que estaban Longbottom y Sharon, ¿por qué estaba con él? ¿le gustaba? ¿eran novios? ¿pensaban en casarse como Ted y Vic? Preguntas así y más comenzaron a asecharlo, las ignoró un rato pero cada vez que volteaba veía a Sharon muy pegada a Jason y sonriendo. Se molestó y se acercó a ellos dejando a Wendy sola y con curiosidad. Alejó a Jason y le pidió a Sharon bailar, ella aceptó pero no estaba del todo feliz.

—¿Qué te sucede, Potter?
—Nada.
—¿Nada? Siempre lo arruinas todo, ningún chico se acerca a mí por tu culpa.
—¿Por mí culpa? Te he hecho un favor, él es un idiota.
—¡Todos para ti lo son, no quieres que esté contigo pero tampoco quieres que esté con nadie más!
—¿Conmigo? ¡Jamás, nunca saldremos!
—¡¿Ahora ya no te gusto?!
—¡Jamás me gustaste, eres insoportable! —gritó Potter atrayendo las miradas de todos.

Sharon lo miró mal y se alejó lo más rápido posible de él, corrió como nunca lo había hecho y Potter no dudó en seguirla. A pesar de que ella tenía tacones era mucho más rápida y James a penas pudo alcanzarla. La tomó de la mano y la jaló hacía él, notó que tenía los ojos llenos de lágrimas. Ella se soltó de golpe y se alejó, pero James fue más rápido y la jaló de nuevo haciéndola caer junto con él a un lago cercano. Se empaparon rápidamente. El lago no era nada profundo pero cayeron hasta el suelo así que no tardaron en sentir la ropa pesada y comenzar a tiritar de frío.

—Sharon, lo siento.
—No, no lo sientes, siempre lo dices, no hay una vez que no lo hagas. Pero si en verdad lo sintieras no te esforzarías tanto por hacerme sentir tan mal como lo haces.

Sharon a penas si podía pronunciar las palabras, tenía la voz llorosa y entrecortada. Ya comenzaban a salir las lágrimas de sus ojos haciendo sentir peor a James.

—¡Basta! —gritó él.
—¡¿Ahora qué!? —chilló de coraje.
—Estoy harto, harto de ti y tus cosas estúpidas. ¿Por qué no puedes aceptarlo?
—¡¿Aceptar qué?!
—¡Que estás tan enamorada de mí como yo lo estoy de ti!

No esperó respuesta, tomó a Sharon por la cadera y juntó sus labios con los de ella, la chica opuso resistencia e intentó soltarse para recuperar su orgullo que había caído en pedazos. Pero Potter era mucho más fuerte y la besaba sin importar que ella intentara soltarse tan desesperadamente. Comenzó a relajarse y sentir los labios del chico Potter que se movían sobre los de ella, enredó sus manos en el cuello de éste y comenzó a juguetear con su cabello. James la abrazó aún más fuerte y la besó más desesperadamente metiendo la lengua a la boca de la chica que aceptó gustosa. Nunca había besado a alguien con tanta ternura, nunca había besado a alguien de la que verdad estuviera enamorado. Sharon había sido la primera.

Les faltaba aire pero no querían soltarse, querían que ese momento durara para siempre. James tropezó y la tiró sobre él hacía el lago mojándolos aún más, ella se limitó a sonreír para seguir besándolo. Le gustaba la sensación de sentir los labios de Potter sobre los suyos.

—¡James, Sharon! —chilló una voz desde el otro lado del lago.

Dejaron de besarse por más costoso que fuera y se encontraron con Albus mirándolos del otro lado con la boca abierta y los ojos muy abiertos. Se pararon y se acercaron a él aún tomados de la mano.

—Los estaban buscando… —dijo aún algo desorientado por lo que acababa de ver.
—Ahora vamos.
—No, disfruten de su noche, diré que… Que no están, adiós.

Albus se marchó lo más rápido que pudo y ahora sí estaban solos. ¿Qué diría? Se preguntó James, primero la había herido y ahora estaba enamorado de ella, se tardó mucho en darse cuenta pero en verdad lo estaba.

—Te quiero, no sabes cuánto —dijo James y la acercó a él para besarla pero Sharon se detuvo un poco antes.
—Te quiero mucho más.

La besó y ella lo rodeó con sus brazos por el cuello acercándolo a ella. Después de todo la boda no había sido tan mala, no sólo había unido a una pareja, sino a dos.

James terminó de contar y Sharon lo había escuchado cada momento atentamente, tal vez el chico Potter no era tan idiota.

—Iré a dormir —dijo James y se paró.
—No. Quédate.

Potter se acercó de nuevo a la cama de la chica y ella lo abrazó, quería llorar con tanta desesperación que no tardó en hacerlo. Sus lágrimas resbalaban por las mejillas y mojaban la remera del chico que la abrazaba más fuerte. No le gustaba verla triste, siempre era tan fuerte… No quería verla llorar.