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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
popular ruining.
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Re: popular ruining.
Ya, subo, subo ahora edito y ya está (?) XD no me golpees si no te gusta :c
Charlie.
capítulo 03.
Capítulo 03.
Kyle Rickford.
— Insisto, él es un asco – saqué la lengua en señal de desacuerdo, mi nariz se arrugó con disgusto y repulsión mientras que ella negaba con la cabeza y su cabello pelirrojo se movía de un lado a otro negando seriamente mi comentario.
— Estás equivocada, Kyle, es… lindo – habló Jane soltando un suspiro mientras parpadeaba con rapidez y sus pecosas mejillas tomaban un leve color rosa.
La miré mientras mis labios y mi entrecejo se fruncían notoriamente. No podía creer lo que acababa de escuchar de la boca de Jane. Sus mejillas aun enrojecidas me decían que lo que me había dicho era… verdad. La observé boquiabierta ante tal confesión mientras que ella, con cada segundo que transcurría, lograba colocarse más roja de lo que estaba, asemejando el color de su piel con el de su cabello. Meneé la cabeza por un par de segundos antes de regresar mi vista a una enrojecida y nerviosa Jane. Jamás pensé que una chica, que parecía tan inteligente como ella, pudiera fijarse en el adefesio rubio que tengo por hermanastro.
— Creo que he perdido el poco respeto que tenía por ti – bromeé tratando de aligerar el ambiente que de pronto se había condensado. Regresé mi vista hacia la pantalla del computador que tenía en frente – lo digo enserio – advertí cuando ella soltó un resoplido de diversión en medio del salón de ediciones.
— Lo que sea – murmuró haciendo un ademán con su mano libre, intentando pretender que la situación no le incomodaba – A mí me parece lindo y punto – río a medias y una sonrisa coqueta comenzó a surcar su pálido rostro.
Solté un bufido y blanqueé los ojos por primera vez antes de regresar al jodido artículo que tenía en frente. Era imposible hacer que eso pareciera interesante para un montón de adolescentes que utilizaban menos de un tercio de su cerebro en el diario vivir. Joder.
— Cambiando el tema – dijo Jane de pronto volteándose nuevamente a mí. Abrí la boca a punto de protestar, sin embargo, cuando su mirada gris se cruzó con la mía a la espera de alguna objeción u otra cosa, decidí complacerla.
— Esto es imposible – me quejé señalando la pantalla con mi mano derecha – No se puede trabajar de ésta manera – murmuré y ella rodó los ojos haciendo caso omiso a mi comentario.
— Sé que puedes, eres genial haciendo que esos artículos de cuarta pasen a ser la cosa más interesante del mundo – señaló con ironía incorporándose de su silla – ahora, espero que puedas tener el artículo para el lunes por la mañana – murmuró con voz aun más baja – el periódico escolar sale el lunes por la tarde y debemos tener todas las columnas listas en la mañana.
— ¿Eso es todo? ¿No te gustaría que editara todas las demás columnas? – alcé las cejas riendo entre dientes cuando ella ya había rodado los ojos por segunda vez en menos de cinco minutos.
— Sí, lo es – tosió de repente para ocultar una pequeña sonrisa que comenzaba a formarse en su pálido rostro cubierto por un sinnúmero de pecas. – Nada más, Kyle – volvió a toser y enarqué una ceja ante la mueca que comenzaba a aparecer en el rostro de la pelirroja a unos cuantos metros de mí.
— ¿Jamás dejas el sarcasmo de lado, verdad? – preguntó una voz masculina en mí oído haciéndome dar un salto en mi asiento.
— ¡Jesús! – solté con el corazón en la mano producto del susto. Llevé una mano a mi pecho, dónde mi corazón latía desbocado.
Las risas de Jane se escucharon por toda la habitación en cuanto me giré, para encontrarme con unos ojos tan azules y profundos como el océano. Sam me observaba con una sonrisa socarrona en el rostro mientras que los pequeños hoyuelos en sus mejillas hacían acto de presencia.
— No, sólo soy yo – comentó y la sonrisa socarrona que apareció en el rostro de Samuel era difícil de igualar. Pasó una mano por su cabello y comenzó a acercarse lentamente a mí, teniendo cuidado con mis manos y los posibles golpes que le pudiera proporcionar.
— ¡Eres un idiota! – jadeé divertida y golpeé su hombro derecho con mi puño. – Sabes que odio que me asustes de esa manera – me quejé rodando los ojos.
— Pero así me quieres – el pelinegro se encogió de hombros y se acercó para abrazarme fuertemente, besó mi mejilla sonoramente y se alejó una vez que comencé a protestar.
Samuel se sentó en mi escritorio, junto a mí cuando Jane carraspeó.
— Bien, me largo – murmuró la pelirroja, ya en un segundo plano. – Tengan un lindo fin de semana – murmuró divertida.
— Nos vemos, Jane – Sam apartó la vista de mis ojos y miró directamente a Jane caminar hacia la puerta.
— Hasta luego - alcé mi mano y me despedí con ella antes de que la pelirroja atravesara la puerta, no sin antes guiñarme un ojo.
Revoleé mis ojos verdes cuando lo hizo y regresé mi vista hasta la pantalla de la computadora que tenía en frente ignorando el hecho de que Sam estaba jugando con mi cabello como siempre solía hacerlo.
Él, junto con Bunny, Alex, Ruth y Sophia, eran los únicos que sabían de mi pertencia al periódico escolar. Ni siquiera había tendió la confianza de contarle a mi padre que llevaba un par de a los escribiendo columnas en él, que intentaba mejorar mi forma de redactar y que soñaba con estudiar periodismo en Oxford, porque sabía lo que él me diría, sin embargo, contaba con el apoyo de las personas que más me importaban; mis amigas y Sam.
Sam apoyó su mentón en la curva de mi hombro mirando la pantalla por sobre éste y comenzó a moverse levemente producto de su risa contenida.
— No te rías – le advertí golpeando su cabeza ligeramente.
— ¿Es enserio? – preguntó conteniendo sus ganas de reír con todas sus fuerzas.
— Lo digo muy enserio, Samuel – contesté moviendo mis dedos por sobre el teclado tratando de arreglar el artículo que había mandando uno de los chicos de primer año.
— Al menos se ve interesante – bromeó señalando el artículo en la computadora.
Rodé los ojos y miré nuevamente el maldito artículo sobre los pros y los contras de la comida de la cafetería. ¿A quién le interesaba leer eso? Personalmente, creo que a nadie.
— Cambia la cara – rió Sam – las chicas hablaron de una pequeña junta esta tarde, ¿te unes? – alzó las cejas y me sonrió ampliamente.
— Será divertido - contesté estrechando los ojos ante la mueca de diversión que apareció en el rostro del pelinegro.
— Estás equivocada, Kyle, es… lindo – habló Jane soltando un suspiro mientras parpadeaba con rapidez y sus pecosas mejillas tomaban un leve color rosa.
La miré mientras mis labios y mi entrecejo se fruncían notoriamente. No podía creer lo que acababa de escuchar de la boca de Jane. Sus mejillas aun enrojecidas me decían que lo que me había dicho era… verdad. La observé boquiabierta ante tal confesión mientras que ella, con cada segundo que transcurría, lograba colocarse más roja de lo que estaba, asemejando el color de su piel con el de su cabello. Meneé la cabeza por un par de segundos antes de regresar mi vista a una enrojecida y nerviosa Jane. Jamás pensé que una chica, que parecía tan inteligente como ella, pudiera fijarse en el adefesio rubio que tengo por hermanastro.
— Creo que he perdido el poco respeto que tenía por ti – bromeé tratando de aligerar el ambiente que de pronto se había condensado. Regresé mi vista hacia la pantalla del computador que tenía en frente – lo digo enserio – advertí cuando ella soltó un resoplido de diversión en medio del salón de ediciones.
— Lo que sea – murmuró haciendo un ademán con su mano libre, intentando pretender que la situación no le incomodaba – A mí me parece lindo y punto – río a medias y una sonrisa coqueta comenzó a surcar su pálido rostro.
Solté un bufido y blanqueé los ojos por primera vez antes de regresar al jodido artículo que tenía en frente. Era imposible hacer que eso pareciera interesante para un montón de adolescentes que utilizaban menos de un tercio de su cerebro en el diario vivir. Joder.
— Cambiando el tema – dijo Jane de pronto volteándose nuevamente a mí. Abrí la boca a punto de protestar, sin embargo, cuando su mirada gris se cruzó con la mía a la espera de alguna objeción u otra cosa, decidí complacerla.
— Esto es imposible – me quejé señalando la pantalla con mi mano derecha – No se puede trabajar de ésta manera – murmuré y ella rodó los ojos haciendo caso omiso a mi comentario.
— Sé que puedes, eres genial haciendo que esos artículos de cuarta pasen a ser la cosa más interesante del mundo – señaló con ironía incorporándose de su silla – ahora, espero que puedas tener el artículo para el lunes por la mañana – murmuró con voz aun más baja – el periódico escolar sale el lunes por la tarde y debemos tener todas las columnas listas en la mañana.
— ¿Eso es todo? ¿No te gustaría que editara todas las demás columnas? – alcé las cejas riendo entre dientes cuando ella ya había rodado los ojos por segunda vez en menos de cinco minutos.
— Sí, lo es – tosió de repente para ocultar una pequeña sonrisa que comenzaba a formarse en su pálido rostro cubierto por un sinnúmero de pecas. – Nada más, Kyle – volvió a toser y enarqué una ceja ante la mueca que comenzaba a aparecer en el rostro de la pelirroja a unos cuantos metros de mí.
— ¿Jamás dejas el sarcasmo de lado, verdad? – preguntó una voz masculina en mí oído haciéndome dar un salto en mi asiento.
— ¡Jesús! – solté con el corazón en la mano producto del susto. Llevé una mano a mi pecho, dónde mi corazón latía desbocado.
Las risas de Jane se escucharon por toda la habitación en cuanto me giré, para encontrarme con unos ojos tan azules y profundos como el océano. Sam me observaba con una sonrisa socarrona en el rostro mientras que los pequeños hoyuelos en sus mejillas hacían acto de presencia.
— No, sólo soy yo – comentó y la sonrisa socarrona que apareció en el rostro de Samuel era difícil de igualar. Pasó una mano por su cabello y comenzó a acercarse lentamente a mí, teniendo cuidado con mis manos y los posibles golpes que le pudiera proporcionar.
— ¡Eres un idiota! – jadeé divertida y golpeé su hombro derecho con mi puño. – Sabes que odio que me asustes de esa manera – me quejé rodando los ojos.
— Pero así me quieres – el pelinegro se encogió de hombros y se acercó para abrazarme fuertemente, besó mi mejilla sonoramente y se alejó una vez que comencé a protestar.
Samuel se sentó en mi escritorio, junto a mí cuando Jane carraspeó.
— Bien, me largo – murmuró la pelirroja, ya en un segundo plano. – Tengan un lindo fin de semana – murmuró divertida.
— Nos vemos, Jane – Sam apartó la vista de mis ojos y miró directamente a Jane caminar hacia la puerta.
— Hasta luego - alcé mi mano y me despedí con ella antes de que la pelirroja atravesara la puerta, no sin antes guiñarme un ojo.
Revoleé mis ojos verdes cuando lo hizo y regresé mi vista hasta la pantalla de la computadora que tenía en frente ignorando el hecho de que Sam estaba jugando con mi cabello como siempre solía hacerlo.
Él, junto con Bunny, Alex, Ruth y Sophia, eran los únicos que sabían de mi pertencia al periódico escolar. Ni siquiera había tendió la confianza de contarle a mi padre que llevaba un par de a los escribiendo columnas en él, que intentaba mejorar mi forma de redactar y que soñaba con estudiar periodismo en Oxford, porque sabía lo que él me diría, sin embargo, contaba con el apoyo de las personas que más me importaban; mis amigas y Sam.
Sam apoyó su mentón en la curva de mi hombro mirando la pantalla por sobre éste y comenzó a moverse levemente producto de su risa contenida.
— No te rías – le advertí golpeando su cabeza ligeramente.
— ¿Es enserio? – preguntó conteniendo sus ganas de reír con todas sus fuerzas.
— Lo digo muy enserio, Samuel – contesté moviendo mis dedos por sobre el teclado tratando de arreglar el artículo que había mandando uno de los chicos de primer año.
— Al menos se ve interesante – bromeó señalando el artículo en la computadora.
Rodé los ojos y miré nuevamente el maldito artículo sobre los pros y los contras de la comida de la cafetería. ¿A quién le interesaba leer eso? Personalmente, creo que a nadie.
— Cambia la cara – rió Sam – las chicas hablaron de una pequeña junta esta tarde, ¿te unes? – alzó las cejas y me sonrió ampliamente.
— Será divertido - contesté estrechando los ojos ante la mueca de diversión que apareció en el rostro del pelinegro.
✦✦✦
Reprimí el sonido de mis carcajadas cuando Sam comenzó a menear el trasero de un lado a otro intentando imitar a un stripper al ritmo de la música, levantó la botella entre sus manos y comenzó a tararear el ritmo de la canción mientras se acercaba a mí lentamente.
No sé de dónde había salido esta idea, pero definitivamente, estaba a punto de darme un ataque cardíaco.
Los gritos de mis amigas se escuchaban por todo la sala de mi casa. Ruth no paraba de reír mientras se abrazaba con Quinnie, quien estaba roja como un verdadero tomate y no dejaba de reír ante las ocurrencias de Sam y, Sophia por su parte, se atragantaba con un par de galletas que recientemente había ingerido.
Sólo había bastado una apuesta para que Samuel se prestara para el espectáculo principal. Aun no comprendía como Ruth podía ganarle en un juego de póquer con tanta facilidad. Tampoco comprendí cómo es que a esas cuatro mujeres se les ocurrió que hiciera un striptease en medio de mi sala de estar un día viernes por la tade.
— ¡La camisa, la camisa! – gritaron a coro las tres una vez que el chico se paró delante de mí.
— ¡Complace a Kyle! – gritó Bunny apareciendo desde la cocina con una lata de cerveza en la mano.
Respire con profundidad cuando el chico clavó su mirada en mis ojos verdes. Sus manos lentamente subían hasta el primer botón de su camisa y los alaridos desesperados de las chicas me ponían más que nerviosa.
Agradecía rotundamente que; tanto mi padre y su nueva esposa, como el rubio, no estuvieran en casa.
— ¡La camisa, la camisa! – reiteró Sophia entre risas.
Sam desabrochó el primer botón de su camisa a cuadros al compás de la música. Los gritos y chillidos pasaron a un segundo plano cuando el me guiñó un ojo y quitó el segundo botón de su lugar. Podría decirse que mi rostro rojo y mi mirada embelesada en el cuerpo de Samuel era lo único que podía delatarme.
No podía apartar la vista de él cuando se quitó la camisa y comenzó a ondearla por sobre mi cabeza. Las chicas no dejaban de gritar y, como si hubiese aparecido de la nada, un montón de billetes comenzaron a flotar por nuestras cabezas cuando las chicas ya habían comenzando prácticamente a relinchar debido al espectáculo que el pelinegro estaba haciéndome.
Solté una risita nerviosa cuando Sam pasó su camisa por sobre mi cuello y me obligó a levantarme para él.
Otro bramido se escapó de los labios de las chicas seguido de un montón de gritos, los que fueron acallados cuando la puerta principal se abrió.
— ¡Qué mierda está pasando aquí! – escuché al mismo demonio en mi sala.
— Tenemos una pequeña fiesta privada – la voz ronca de Sam me había sacado del trance. – a la cual no están invitados – atacó de inmediato cuando logré divisar al rubio y el séquito de idiotas –todos hermanastros de mis amigas – entrar por la puerta.
La mirada de Niall se posó en nosotros dos, en Sam y en su camisa faltante, en cómo el muchacho tenía dinero entre la cinturilla de su jean negro y su piel.
— Creo que deberíamos terminar esto en mi habitación – palmeé el trasero de Sam con burla mientras que alguien detrás de mi hermanastro apretaba los puños.
Liam observaba la escena con los puños apretados y su mirada puesta en mí. No había notado cómo las chicas se habían levantado del sofá cuando la pequeña interrupción terminó en una poco grata reunión de hermanos.
Bunny tosió divertida y Zayn la fulminó con la mirada.
— No podría estar más de acuerdo – Sam pasó una mano por mi cintura apegándose a mí cuando Niall comenzó a tornarse de un color rojizo.
— Creo que lo mejor será correr – escuché cómo Sophia apretaba los dientes al pronunciar aquellas palabras y, en menos de dos segundos, las cuatro muchachas se encontraban corriendo hacia mi habitación despavoridas y yo estaba siendo jalada por Samuel hacia el lugar.
— ¡De esta no te salvas, Kyle! – gritó el rubio desde la parte baja de las escaleras. - ¡Estás en problemas!
No sé de dónde había salido esta idea, pero definitivamente, estaba a punto de darme un ataque cardíaco.
Los gritos de mis amigas se escuchaban por todo la sala de mi casa. Ruth no paraba de reír mientras se abrazaba con Quinnie, quien estaba roja como un verdadero tomate y no dejaba de reír ante las ocurrencias de Sam y, Sophia por su parte, se atragantaba con un par de galletas que recientemente había ingerido.
Sólo había bastado una apuesta para que Samuel se prestara para el espectáculo principal. Aun no comprendía como Ruth podía ganarle en un juego de póquer con tanta facilidad. Tampoco comprendí cómo es que a esas cuatro mujeres se les ocurrió que hiciera un striptease en medio de mi sala de estar un día viernes por la tade.
— ¡La camisa, la camisa! – gritaron a coro las tres una vez que el chico se paró delante de mí.
— ¡Complace a Kyle! – gritó Bunny apareciendo desde la cocina con una lata de cerveza en la mano.
Respire con profundidad cuando el chico clavó su mirada en mis ojos verdes. Sus manos lentamente subían hasta el primer botón de su camisa y los alaridos desesperados de las chicas me ponían más que nerviosa.
Agradecía rotundamente que; tanto mi padre y su nueva esposa, como el rubio, no estuvieran en casa.
— ¡La camisa, la camisa! – reiteró Sophia entre risas.
Sam desabrochó el primer botón de su camisa a cuadros al compás de la música. Los gritos y chillidos pasaron a un segundo plano cuando el me guiñó un ojo y quitó el segundo botón de su lugar. Podría decirse que mi rostro rojo y mi mirada embelesada en el cuerpo de Samuel era lo único que podía delatarme.
No podía apartar la vista de él cuando se quitó la camisa y comenzó a ondearla por sobre mi cabeza. Las chicas no dejaban de gritar y, como si hubiese aparecido de la nada, un montón de billetes comenzaron a flotar por nuestras cabezas cuando las chicas ya habían comenzando prácticamente a relinchar debido al espectáculo que el pelinegro estaba haciéndome.
Solté una risita nerviosa cuando Sam pasó su camisa por sobre mi cuello y me obligó a levantarme para él.
Otro bramido se escapó de los labios de las chicas seguido de un montón de gritos, los que fueron acallados cuando la puerta principal se abrió.
— ¡Qué mierda está pasando aquí! – escuché al mismo demonio en mi sala.
— Tenemos una pequeña fiesta privada – la voz ronca de Sam me había sacado del trance. – a la cual no están invitados – atacó de inmediato cuando logré divisar al rubio y el séquito de idiotas –todos hermanastros de mis amigas – entrar por la puerta.
La mirada de Niall se posó en nosotros dos, en Sam y en su camisa faltante, en cómo el muchacho tenía dinero entre la cinturilla de su jean negro y su piel.
— Creo que deberíamos terminar esto en mi habitación – palmeé el trasero de Sam con burla mientras que alguien detrás de mi hermanastro apretaba los puños.
Liam observaba la escena con los puños apretados y su mirada puesta en mí. No había notado cómo las chicas se habían levantado del sofá cuando la pequeña interrupción terminó en una poco grata reunión de hermanos.
Bunny tosió divertida y Zayn la fulminó con la mirada.
— No podría estar más de acuerdo – Sam pasó una mano por mi cintura apegándose a mí cuando Niall comenzó a tornarse de un color rojizo.
— Creo que lo mejor será correr – escuché cómo Sophia apretaba los dientes al pronunciar aquellas palabras y, en menos de dos segundos, las cuatro muchachas se encontraban corriendo hacia mi habitación despavoridas y yo estaba siendo jalada por Samuel hacia el lugar.
— ¡De esta no te salvas, Kyle! – gritó el rubio desde la parte baja de las escaleras. - ¡Estás en problemas!
✦✦✦
La reprimenda que había tenido, luego de que las chicas y Sam escaparan por mi ventana, fue monumental y todo cortesía de mi adorado -nótese el sarcasmo- hermanastro.
— ¿Están completamente seguras de esto? – inquirió el pelinegro llevándose a los labios su vaso de café.
Estudió la expresión de la castaña junto a mí, para después mirarme nuevamente. Sus ojos azules estudiaron hasta la más mínima mueca de mi rostro antes de que Samuel negara con la cabeza y pasara su mano por sus cabellos oscuros.
— Es… sólo… – tartamudeó Briane con la mirada clavada en su café – ya estoy harta de ellos y creo que es hora de que se le bajen los humos de la cabeza – se encogió de hombros algo avergonzada por lo que acababa de admitir.
Ambas estábamos completamente molesta con la actitud de los cinco estúpidos que no nos dio tiempo para recodar el por qué estábamos ahí. Poco después de que los chicos se fueron, tuve que lidiar con los gritos de Niall y las miradas fulminantes de los otros cuatro, ¿pero a ellos que les importaba? no comprendía por qué estaban metidos en medio de la discusión.
— No me mires con esa cara, Samuel – me quejé apartando la vista de su rostro y a su vez de mis propios pensamientos – tú más que nadie sabe que no soporto a ese intento de rubio, además sus amigos me tienen harta, sobre todo el hermanastro de Quinnie. El imbécil no me deja en paz – levanto los brazos con exasperación.
— Para eso me tienes a mí. Sabes que estaré cuando me necesites.
— No siempre estarás conmigo, Sam – murmuré apartando la vista de los ojos azules de Sam, mientras que Bunny poco a poco se encogía en su asiento.
— Sabes que eso no es verdad – susurró entrelazando sus dedos con los míos cuando Bunny soltó un resoplido y se murmuró algo entre dientes para sí misma.
Todos sabían que entre Sam y yo había algo más que la amistad, aunque no quisiéramos admitirlo o corresponder a aquel “algo”. Era difícil entender cómo se había dado la relación entre ambos en un comienzo, sin embargo, para mí todo había quedado claro la noche anterior.
Cuando me mudé a Londres, no sólo descubrí que tenía un chico completamente difícil y estúpido como hermanastro, sino que también, comencé a alejar a quienquiera que se me acercase. Era mi forma de protegerme en un ambiente extraño y, por un tiempo, aquello resultó.
En la escuela no era nada más que la rubia llegada de los Estados Unidos, el anonimato era la clave para sobrevivir, aunque poco a poco se fue haciendo más complejo, con el paso de los días le gente se iba enterando de que el Horan era mi hermanastro, lo que significó –dado nuestra pésima relación de “hermanos”– una serie de chismes y mentiras que el rubio difundía sobre mí.
Todo aquello fue irritante, las miradas, los susurros al caminar y por sobre todo, la presencia constante de uno de los amigos del rubio cerca de mí.
Lo único que deseaba al llegar a Londres era la tranquilidad de ser yo misma, de ser una persona completamente diferente a la que había dejado en casa, de poder relajarme sin la presión de ser perfecta, como buscaba mi madre y mis demás hermanas. Pero mi llegada a Londres fue todo lo contrario a lo que esperaba.
¿Cómo era posible escapar de un infierno para llegar a otro? Por suerte, durante lo meses que transcurrieron, una pequeña ventana de amistad se había abierto paso por todo lo demás.
Todo sucedió de manera sorpresiva, un choque de pasillos y Sam había caído a mis pies, literalmente. Su sonrisa sincera, sus ojos azul cielo y su sarcasmo habían logrado forjar una amistad entre nosotros, amistad que derivó en que él me presentara a Alex, una de sus amigas cercanas.
Quinnie había sido mi primera amiga, ¿cómo surgió aquella amistad? No tenía ni la más mínima idea, pero me agradó al instante en que la vi. Su manera de ser me recordaba en parte a mi hermana menor, la única que extrañaba de todas mis hermanas. A los días de haberla conocido me enteré que ella era la hermanastra del chico que no dejaba de molestarme. Poco después de aquello Bunny, Sophia y Ruth se unieron a mi lista de amigas y siempre estuve agradecida con Sam por eso.
Sabía que Sam era especial desde el momento en el que lo conocí. El chico hacía que hasta la más pequeña de mis terminaciones nerviosas se activara con tan solo una mirada, me sentía protegida junto a él, pero jamás nos habíamos puesto a pensar un “¿Qué tal sí…?” Yo no quería perder un amigo como él. Significaba demasiado para mí, tal como significaban Bunny, Alex, Ruth y Sophie.
— Yo creo que… basta de sus demostraciones amorosas – se bufó la castaña rodando los ojos sacándome de mis pensamientos de manera abrupta. Sentí como un leve calor se propagaba hasta mis mejillas – está decidida, Sam – carraspeó – los cinco tienen sus días contados.
— ¿Están completamente seguras de esto? – inquirió el pelinegro llevándose a los labios su vaso de café.
Estudió la expresión de la castaña junto a mí, para después mirarme nuevamente. Sus ojos azules estudiaron hasta la más mínima mueca de mi rostro antes de que Samuel negara con la cabeza y pasara su mano por sus cabellos oscuros.
— Es… sólo… – tartamudeó Briane con la mirada clavada en su café – ya estoy harta de ellos y creo que es hora de que se le bajen los humos de la cabeza – se encogió de hombros algo avergonzada por lo que acababa de admitir.
Ambas estábamos completamente molesta con la actitud de los cinco estúpidos que no nos dio tiempo para recodar el por qué estábamos ahí. Poco después de que los chicos se fueron, tuve que lidiar con los gritos de Niall y las miradas fulminantes de los otros cuatro, ¿pero a ellos que les importaba? no comprendía por qué estaban metidos en medio de la discusión.
— No me mires con esa cara, Samuel – me quejé apartando la vista de su rostro y a su vez de mis propios pensamientos – tú más que nadie sabe que no soporto a ese intento de rubio, además sus amigos me tienen harta, sobre todo el hermanastro de Quinnie. El imbécil no me deja en paz – levanto los brazos con exasperación.
— Para eso me tienes a mí. Sabes que estaré cuando me necesites.
— No siempre estarás conmigo, Sam – murmuré apartando la vista de los ojos azules de Sam, mientras que Bunny poco a poco se encogía en su asiento.
— Sabes que eso no es verdad – susurró entrelazando sus dedos con los míos cuando Bunny soltó un resoplido y se murmuró algo entre dientes para sí misma.
Todos sabían que entre Sam y yo había algo más que la amistad, aunque no quisiéramos admitirlo o corresponder a aquel “algo”. Era difícil entender cómo se había dado la relación entre ambos en un comienzo, sin embargo, para mí todo había quedado claro la noche anterior.
Cuando me mudé a Londres, no sólo descubrí que tenía un chico completamente difícil y estúpido como hermanastro, sino que también, comencé a alejar a quienquiera que se me acercase. Era mi forma de protegerme en un ambiente extraño y, por un tiempo, aquello resultó.
En la escuela no era nada más que la rubia llegada de los Estados Unidos, el anonimato era la clave para sobrevivir, aunque poco a poco se fue haciendo más complejo, con el paso de los días le gente se iba enterando de que el Horan era mi hermanastro, lo que significó –dado nuestra pésima relación de “hermanos”– una serie de chismes y mentiras que el rubio difundía sobre mí.
Todo aquello fue irritante, las miradas, los susurros al caminar y por sobre todo, la presencia constante de uno de los amigos del rubio cerca de mí.
Lo único que deseaba al llegar a Londres era la tranquilidad de ser yo misma, de ser una persona completamente diferente a la que había dejado en casa, de poder relajarme sin la presión de ser perfecta, como buscaba mi madre y mis demás hermanas. Pero mi llegada a Londres fue todo lo contrario a lo que esperaba.
¿Cómo era posible escapar de un infierno para llegar a otro? Por suerte, durante lo meses que transcurrieron, una pequeña ventana de amistad se había abierto paso por todo lo demás.
Todo sucedió de manera sorpresiva, un choque de pasillos y Sam había caído a mis pies, literalmente. Su sonrisa sincera, sus ojos azul cielo y su sarcasmo habían logrado forjar una amistad entre nosotros, amistad que derivó en que él me presentara a Alex, una de sus amigas cercanas.
Quinnie había sido mi primera amiga, ¿cómo surgió aquella amistad? No tenía ni la más mínima idea, pero me agradó al instante en que la vi. Su manera de ser me recordaba en parte a mi hermana menor, la única que extrañaba de todas mis hermanas. A los días de haberla conocido me enteré que ella era la hermanastra del chico que no dejaba de molestarme. Poco después de aquello Bunny, Sophia y Ruth se unieron a mi lista de amigas y siempre estuve agradecida con Sam por eso.
Sabía que Sam era especial desde el momento en el que lo conocí. El chico hacía que hasta la más pequeña de mis terminaciones nerviosas se activara con tan solo una mirada, me sentía protegida junto a él, pero jamás nos habíamos puesto a pensar un “¿Qué tal sí…?” Yo no quería perder un amigo como él. Significaba demasiado para mí, tal como significaban Bunny, Alex, Ruth y Sophie.
— Yo creo que… basta de sus demostraciones amorosas – se bufó la castaña rodando los ojos sacándome de mis pensamientos de manera abrupta. Sentí como un leve calor se propagaba hasta mis mejillas – está decidida, Sam – carraspeó – los cinco tienen sus días contados.
- hola :
- Jesús acá está el cap espero les guste bueno, es un sentimiento extraño porque me gustó y a la vez no XD akdjklasd debo decir que Sam es un amor ;-; y que eso complicará las cosas con Kyle y Liam y yo... ay, no sé XD aslkdjaklsd espero les guste y no me maten si no es así :c me disculpo si hay algun error por ahí, pero Deya no me dio tempo de revisar me tenía amenazada :c XDSigue; Maggie
eso, cuídense, besoootes<3
Charlie.
Re: popular ruining.
CATAAAAAAAAAAAAA CAPPPP Ay, ame el capitulo :') me enamore de Sam & de Kyle juntos Jesus; mas siendo representado por Joshua loco,, ame el capitulo <3 ME REI TANTO XD JAJAJAJJAJAJAJA ES que, primero Jane "enamorada" del Nayal, por favor es como que....aunque, nadie se puede resistir al rubio(? Y luego cuando apareció Sam, y comenzó a jugar con el cabello de Kyle, ae <333 me encanta <3 es tan bello :') Liam se jodió :') JAJAJAJAJAJAJA.
Y EL STRIPTEASE, LOCO, AJAJAJAJJAJAJAJAJAJAO; AME TANTO ESA PARTE Y ME REÍ COMO UNA HIENA XD JAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA XD Al mismo tiempo que moría imaginándome a Sam acercándose a Kyle(? JOJOJOJO, que genial fue eso :') Y las mujeres volviéndose locas XD Y luego, llegaron los chicos pensaba que era Niall solo, o su papa, pero no JA, apuesto a que disfrutaron el espectáculo(?) Y luego Kyle palmeandole el trasero a Sam XD JAJAJAJAJA AY, Leeyum se puso celoso :') Ame tanto tu cap ;-; amo tanto todo lo que escribes ;-;
Entonces, Sam no esta de acuerdo con aquella idea? bueno, el se lo pierde Jjajajajaja, ellos acaramelados y Bunny haciendo el mal trío(? tocando el violín(? XD Maldito Niall, esparciendo rumores de su hermana, envidioso e.e ay, ya quiero leer el cap de Magga <3
lo ameeeeeeeeeeeee <3 te amo <3
Y EL STRIPTEASE, LOCO, AJAJAJAJJAJAJAJAJAJAO; AME TANTO ESA PARTE Y ME REÍ COMO UNA HIENA XD JAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA XD Al mismo tiempo que moría imaginándome a Sam acercándose a Kyle(? JOJOJOJO, que genial fue eso :') Y las mujeres volviéndose locas XD Y luego, llegaron los chicos pensaba que era Niall solo, o su papa, pero no JA, apuesto a que disfrutaron el espectáculo(?) Y luego Kyle palmeandole el trasero a Sam XD JAJAJAJAJA AY, Leeyum se puso celoso :') Ame tanto tu cap ;-; amo tanto todo lo que escribes ;-;
Entonces, Sam no esta de acuerdo con aquella idea? bueno, el se lo pierde Jjajajajaja, ellos acaramelados y Bunny haciendo el mal trío(? tocando el violín(? XD Maldito Niall, esparciendo rumores de su hermana, envidioso e.e ay, ya quiero leer el cap de Magga <3
lo ameeeeeeeeeeeee <3 te amo <3
hange.
Re: popular ruining.
CAAAAAAAAAAAAAAAAATU. Ya te lo he dicho muchas veces, pero lo vuelvo a repetir si es necesario.(?) El cap ha estado genial, con cada una de esas palabras. fdsjfkhdkhfka. Weón, cuando leí la parte erótica de Sam(??????????????), estaba en la sala, como con 10 familiares rodeándome, y hacía hasta lo imposible por no estallar en carcajadas. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ. Nunca lo olvidaré. Esa weá fue épica. XD Y TODAS GRITANDO, CSM. ¿CUÁNTO A QUE YO IGUAL QUE QUINNIE ME PUSE ROJA? AJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA. yo me pongo roja hasta al estornudar o sonreír. ;-; eso es lo malo de mi tono de piel.:C bueno, me encantó. ;-; tarde, pero me encantó. ;-; lo amé.<3 y qué hermoso que alex fuera su primer amiga, me hizo sentir especial.(?) :-w-: ah. Y CUANDO LOS CHICOS LLEGARON, CSM. SDKJAHFKJDSHAFKJHASJKHFJSDKAHKS. me sentí tan genial al imaginarlo todo.(?) Liam celoso, ahrre. JARRI, MÁS TE VALE HABER VOLTEADO A VER A MI ALEX.(?) sufro por esha. ;-; y, idk, está sonando música antiguita re rancherita y dkjhfakshfkas de la época de mi abuelo, y como que me siento medio borrashina.(?) ¿has leído Besos de Murciélago? pues me siento como James borracho.(????????????) JAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJA. ay, morí en esa parte. ;-; Peor buano, ya me salgo del tema. XD
Espero a Maggu.<3
ai lov iu, quesosposa.<3
Espero a Maggu.<3
ai lov iu, quesosposa.<3
Kurt.
Re: popular ruining.
kjsdlaskd ay, gracias amores akjsdaksd amo que les haya gustado el cap de veritas ;-; significa mucho para esta mujer (?) asdkljaslkd en fin, espero a Maggie :eaea: asdlkjasl las quiero <3
Cuídense<3
Cuídense<3
Charlie.
Re: popular ruining.
mi geme tuvo que dejar la nc, y maggu pasó su turno, y si a eso le agregamos que debo buscar una nueva chica y yo aún no tengo cargador de la lap... la nc queda pausada por el momento. se aceptan recomendaciones, siempre y cuando esa chica tenga el tiempo suficiente y sea responsable (además de la buena ortografía y gramática), para evitar que esto vuelva a suceder.
sin más que decir, me despido, amores.
selesama.<3
sin más que decir, me despido, amores.
selesama.<3
Kurt.
Re: popular ruining.
que demonios significa seslanna..no, espera; selesama? Es que tengo sueño :c
Y :c Bueno :c espero que Barbu este bien :c y sobre reemplazo, pensare en alguien, vale? :3 y te digo. Y, ay :c espero que regresos ya y que la nc no dure mucho estancada :c
las adoro <3
Y :c Bueno :c espero que Barbu este bien :c y sobre reemplazo, pensare en alguien, vale? :3 y te digo. Y, ay :c espero que regresos ya y que la nc no dure mucho estancada :c
las adoro <3
hange.
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