Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-

por **Vanee LovatoD'Jonas** Mar 12 Nov 2013, 8:08 pm

—No. No puedo. Creé el hechizo de tal forma que ni siquiera yo puedo deshacerlo.

Sus hombros cayeron. ¿Qué bien le podría hacer él a ella si no era capaz de concederle su más ansiado deseo?—

Sal de mi casa, Percen. No te quiero aquí.

—Lo que puedo hacer, sin embargo, es enseñarte el hechizo de piedra.

Él podía enseñarle el… _____ sentó mas recta. Sí. ¡Sí! ¿Por qué no había pensado en esto antes? Si ella se convertía en piedra, podría estar al lado de Joseph para siempre. Ella no tuvo que pensar su respuesta.

—Sí. Enséñame el hechizo.

—¿Estás segura?

—Sí. ¡Maldito seas, sí!

—Entonces necesitarás esto. —Colocó una pequeña piedra azul en su palma.

El calor zumbó por su brazo, y el poder canturreó en las yemas de sus dedos.

—Vamos, —dijo Percen—. Me gustaría verlo. —Juntos anduvieron hasta la estatua de Joseph.

Cada vez que lo veía, _____ se sentía inundada por el amor, la ternura y la desesperación que había negado sentir por este hombre durante tanto tiempo.

Percen estaba de pie, mirando fijamente a su hermano.

—¿Por qué no me libré de mi cólera mucho antes? —Su barítona y profunda voz rezumó nostalgia y dolor—. ¿Por qué?

Vaya par, pensó _____. El hermano de Joseph incapaz de dejar ir el pasado. Ella, incapaz de agarrar el futuro.

—Tenemos nuestros motivos para hacer las cosas que hacemos. Sólo podemos aprender de los errores, y continuar.

—Heather dice lo mismo. —Percen suspiró, el sonido fue un eco de su tormento interior.

Señor, en su pena, ella se había olvidado de Heather.

—¿Así que Heather está bien?

—Sí. La he hecho mi compañero de vida, a pesar de la oposición del Druinn. Pero soy el Sumo Sacerdote, y ellos no pueden hacer nada en contra de mi ley. —Él desvió su mirada—. Yo... yo siento todo el dolor que te causé, _____. Lo lamento muchísimo.

_____ pensó en todas las cosas que podría haber dicho en ese mismo momento. Te odio por lo que me has hecho. Espero que sientas tanto dolor como yo siento. Pero comprendió que, realmente, no quería decir aquellas cosas. No podía. Bastaba sólo mirar los azules ojos de Percen, tan parecidos a los de Joseph, para ver que él también sufría mucho. Tomó un profundo aliento y luego suspiró—. Estas… perdonado. Yo te perdono, —soltó ella precipitadamente, y antes de que pudiera detenerse—. Esto es culpa mía tanto como tuya. Si yo no hubiese sido tan obstinada, tan egoísta, Joseph nunca habría vuelto a ser una estatua.

Una mirada de incredulidad apareció en los ojos de Percen.

—¿De verdad me perdonas?

—Creo que incluso Joseph te ha perdonado, —añadió ella—. El rencor que sentíais el uno por el otro no os trajo nada más que dolor.

Percen casi sollozó.

—No. También nos trajo el amor.

Durante un largo momento, el único sonido que se escuchó fue el de los pájaros que gorgojeaban cerca. ____ no creyó que pudiera responder a tal declaración. Su amor por Joseph la mataba.

Como si le doliera mirarla, Percen desplazó sus ojos hacía la puesta de sol que se decoloraba y dijo.

—He liberado al señor Craig. Si decides no pronunciar el hechizo, y deseas visitar Imperia, visítalo y él te llevará.

Sus labios temblaron, y ella negó con la cabeza.

—Joseph puede oírnos, ¿lo sabes?

—Sí, —susurró ella—. Lo sé.

—Quiero que sepa quién mató a su padre. Ese es mi regalo para él, aunque sé que esto nunca compensará lo que he hecho. —Él afrontó a la estatua—. Fue... nuestra madre. Pero no la culpes, —añadió Percen precipitadamente—. El rey se lo pidió. Él odiaba ser viejo mientras que ella era tan joven.

El conocimiento impresionó a _____, y ella supo que también había sobresaltado a Joseph.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó.

—Deduje la verdad el mismo día que ocurrió. —Percen hizo una pausa y tomó una bocanada de aire, como si enterrara el pasado. Incapaz de hablar más de eso, dijo—, y ahora, mi regalo para ti. ¿Estás lista para aprender el hechizo, _____?

Ella no vaciló.

—Sí.

—Primero debes saber, que si decides hacerlo, quedarás atrapada dentro, incapaz de responder. Nada, ni siquiera un beso, te pondrá en libertad.

—Entiendo. —Apretó con más fuerza la joya que sostenía entre sus dedos, recordando de pronto al psíquico que ella y Jorlan habían visitado. El poder para volver a tu hogar está en tu interior. Su hogar estaba con Joseph, y _____ usaría cada onza de poder que poseía para estar con él. Incluso como estatua.

Percen convocó un tomo amarillento y se lo dio.

—Mientras sostienes la piedra, di estas palabras... hermana mía, y debes saber que estaré eternamente agradecido por tu perdón. —Con esto, él desapareció.

_____ pasó la siguiente hora poniendo en orden sus asuntos. Escribió una carta al banco, informándoles de que donaba a Frances el Victorian. Escribió una carta a cada uno de sus hermanos, explicando cuánto los quería y que esperaba seguir viva en sus corazones. Por último, escribió una carta a su padre. Fue lo más difícil de escribir, y a menudo tuvo que hacer una pausa para limpiarse las lágrimas. Cuando ella terminó, firmó, con Amor, tu sexto hijo.

Dejó las cartas en la mesa, sabiendo que sus hermanos irían a buscarla en un día o dos. Rezó para que lo entendieran.

Sin nada más que hacer, se colocó al lado de Joseph, tocándolo con una mano y sosteniendo la joya de color azul en la otra. Estaba a punto de abandonar su libertad, su familia, y su vida, pero oh, ella ganaba mucho más a cambio. Si no podía tener una vida junto a Joseph, pasaría la eternidad a su lado. Tomando un profundo aliento, comenzó a pronunciar el hechizo. Segundos más tarde, ella creyó sentir que se formaba una brisa. Incluso vio caer al suelo unas hojas. Pero no pasó nada más,

Pronunció el hechizo de nuevo. Otra vez, nada. Ella todavía era de carne y hueso. Comprendiendo que no poseía el poder para que funcionara, se apoyó contra el brazo de Joseph, cerró los ojos y comenzó a llorar. Con sollozos, llorando intensamente, sin que las saladas lágrimas terminaran de deslizarse por sus mejillas. Dios, echaba tanto de menos a Joseph.

La palma de _____ comenzó a calentarse. La joya quemó como las cenizas que surgen de un volcán y ella sintió que algo se movió su lado. Luego… nada.

—Te amo, Joseph, —dijo, ya que parecía que no había nada más que decir. El hechizo no había funcionado.

—Oh, _____, —dijo una voz masculina, llena de promesas—, nunca me cansaré de oír esa confesión.

Sobresaltada, levantó la cabeza para mirar fijamente al hombre que estaba de pie a su lado, con esa bronceada piel que tanto le gustaba y que había echado tanto de menos.

Joseph estaba allí, sonriéndole. Señor, él estaba aquí y con ella. Realmente a su lado. Ahora fueron lágrimas de felicidad, esperanza y amor lo que manaron de sus ojos como un torrente, lágrimas que ella misma se negó soltar antes. Ella lloriqueaba como una tonta pero no le importaba.

Joseph la apretó contra él y le limpió las lágrimas.

—Se siente tan bien el abrazarte otra vez.

—¿Pero cómo? —Ella le dio una sonrisa acuosa—. ¿Cómo es posible que estés aquí de pie, Joseph?

Él sonrío con calma.

—Lo que pronunciaste no era un hechizo de piedra, si no un hechizo de los deseos. Es algo que sólo funciona cuando un acto es completamente desinteresado. Cuando dijiste las palabras, tu buena voluntad de quererte unir a mí, hizo realidad tu más ansiado deseo.

—A ti, —jadeó ella—. Mi deseo eras tú.

—Parece que estoy en deuda con mi hermano. —Él acarició con el dedo su mandíbula—. Tienes razón ¿sabes? He perdonado a Percen. ¿Cómo podría seguir odiándolo cuando gracias a él te he recuperado?

De repente, vencida por la fuerza de su alegría, ella lanzó sus brazos alrededor de su cuello.

—Oh, Dios mío, —dijo entre besos—. Eres real. Eres real. Eres real.

Él inhaló el olor de su pelo.

—Soy real, y me quedaré aquí contigo, para siempre.

Frunciendo el ceño, ella se retiró sólo un poco.

—No tienes porque quedarte aquí, Joseph. El señor Graig puede llevarte a Imperia. Y si quieres... me gustaría ir contigo.

—Te tendré, _____, pero te tendré aquí. Esta es mi casa. Además, ahora ya soy capaz de abrir un vórtice por mí mismo. No necesito al señor Graig.

—Pero si no regresas, no verás a tu familia o a tu...

—Tú eres mi compañera de vida, mi familia. La otra mitad de mi alma. Hace unos días que comprendí que Imperia es mi pasado. Tú eres mi futuro.

Con aquellas palabras sonando en sus oídos, _____ se sintió entera y completa de nuevo, realizada. ¡Joseph había vuelto y quería pasar su vida a su lado! ¿Qué había hecho ella para merecer tanta felicidad? Una sonrisa de alegría se formó en sus labios, para luego borrarse lentamente.

—Siento lo de tu madre, Joseph. Lo siento muchísimo.

La tristeza parpadeó en sus ojos.

—Ella está junto a mi padre. Sé que es dónde quería estar, y me alegro por ello.

—Te amo, —susurró _____.

Él la besó suavemente y ella se pegó a él. Cuando él se apartó, ambos jadeaban excitados.

—No puedo creer que esto esté ocurriendo, —dijo ella—. ¿Sabes cuáles eran las posibilidades de que tú y yo nos encontráramos alguna vez? De todos los planetas de las galaxias, tu madre te envió al mío.

—No vine aquí por casualidad, pequeña bruja. Siempre estuvimos destinados a encontrarnos el uno al otro. Te amo, y siempre te amaré. ¿Me permitirás quedarme contigo, ser tu compañero de vida y tu amante? Te ayudaré en tu trabajo y te amaré todos los días de nuestras vidas. Si me dejas.

Ella alzó la vista, parpadeando con inocencia.

—Siempre y cuando estés de acuerdo con una regla más.

Él arqueó una ceja, y sus labios se estiraron.

—¿Y cuál sería?

—Violarme al menos una vez al día.

Ante eso, él sonrió ampliamente.

—Es una regla que no necesita ningún ajuste. Ahora vamos adentro, pequeña bruja, ya que tengo la intención de obedecer esa regla inmediatamente.

por **Vanee LovatoD'Jonas** Mar 12 Nov 2013, 8:15 pm

EPÍLOGO

—Estás tan atractivo.

—Nunca he visto a nadie parecer tan caliente con satén y encaje.

_____ soltó una risita. Simplemente no pudo contenerse. Gray había perdido la apuesta, aquella que hicieron el día que Joseph entró en su vida. Hacía sólo un mes, había vendido el Victorian a su marido por cinco mil y un dólares entre gastos de renovación y el precio de compra.

Como había perdido, Gray llevaba un vestido en el almuerzo de su padre.

Ahora, reunida la familia entera en el patio trasero, silbaban y piropeaban a Gray por su atavío. Incluso Brian había volado desde Nueva Orleáns para el acontecimiento.

—El rosa es sin duda tu color Gray —le dijo, sentada cómodamente en el regazo de Joseph.

—Idiota —se quejó Gray. Estaba de pie frente a la humeante parrilla, dándole la vuelta a las hamburguesas y los hot dogs. —Joseph, ven aquí y ayúdame con esto.

—No. Tú solito ya lo haces bastante bien, y me gusta donde estoy en este momento.

Todos los hermanos de _____, excepto Gray, rieron entre dientes ante la respuesta.

Joseph masajeó la base del cuello de _____ y ella suspiró, relajada y encantada. Oh, la vida de casada era más maravillosa de lo que jamás se había imaginado. Joseph la cuidaba de todas las formas posibles. Hacían el amor todos los días, la mimaba, jugaba al baloncesto con ella y hasta ayudaba en las tareas de la casa. Se ocupaba de todas sus necesidades.

Realmente era su Príncipe Azul.

Había besado sus labios y lo había liberado pero, en realidad, era él quien la había salvado.

La mano se deslizó del cuello al vientre, y una intensa alegría la inundó. El nacimiento de su primer hijo estaba previsto para menos de un mes. Incluso su padre se había ablandado ante la llegada de ese primer nieto.

—Bueno, soy una que está cansada de esperar. Quiero comer. —Eso vino de Frances, que estaba de pie al lado del padre de _____.

_____ y Frances habían desarrollado una buena amistad durante los pasados meses. Lo más sorprendente de todo, sin embargo, fue que a Frances realmente le gustaba y aceptaba Joseph por lo que era, aunque no lo comprendiera.

Ryan giró hacia Frances.

—¿Usted está harta de esperar? Entonces mueva el pequeño trasero de ahí y ayude. Después de todo, esa es la obligación de una mujer.

Los ojos de Frances se estrecharon. Las chispas entre los dos fueron casi visibles.

—Le diré cuál es la obligación de una mujer. Buscar en su interior la autodisciplina para no matar a cada hombre que vea.

Ryan resopló.

_____ soltó una risita. Oh, grandes cosas le esperaban a Frances y a su padre; simplemente lo sabía.

—Te amo, _____—susurró Joseph en su oído.

—Yo también te amo.

La vida nunca había sido mejor.

FIN

Aquí esta el fin :(
Espero les haya gustado mucho
A mi me encanto!!!
Muchas gracias por haberse quedado hasta el final <3
Aquí les dejo mi otra nove por si se quieren pasar
https://onlywn.activoforo.com/t64167-pasion-italiana-nick-tu-adaptacion#3338362
Muy pronto subiré otra por si también que quieren pasar
Las quiero mucho
XOXO VG

por **Deni rt** Mar 12 Nov 2013, 11:29 pm

guau me encanto me pasare yo creo pasado por obvias razones enserio iras mañana ? q genial no crees? ahhhhh aun no me la creo me ire con una chica q no conozco bien pero ama a los chicos asi q con eso me basta jaja y pss lo mínimo q puedo hacer en darte las gracias por compartirla con nosotras gracias enserio y ahhhhhhhhh los veré ya viste los videos de la prueba de sonido de donde eres?
ahhhhhh me dará un paro cardiaco ..!

por **@ntonella** Miér 13 Nov 2013, 9:40 am

:( Sinceramente ameeee la noveeeeee...:ilusion:

gracias por subirlaaaa...

por **helado00** Sáb 16 Nov 2013, 3:19 pm

Dios mio! No puedo creer que ya haya terminado!
Para empezar sufrí demasiado cuando Joseph se convirtió en piedra!! D: casi me largo a llorar
pero..Su hermano.. y todo lo que paso, simplement eme ha encantado.
Muchas gracias por compartir la historia con nosotras!!

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