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El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
.___.
Basta! No podes dejarme siempre con cara de " " Cada que termina un capítulo!
Tenes que seguirla porfavor!
Basta! No podes dejarme siempre con cara de " " Cada que termina un capítulo!
Tenes que seguirla porfavor!
helado00
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
En serio que bueno que la encontraste , creo que la lei hasta dos caps mas ,y luego la cancelaron
síguela amo la nove
síguela amo la nove
fernanda
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
SIGUELA!:D pero ese Joseph si es fresco! -_- Yo le voy a decir quien es que tiene el mando ahorA! -_- xD
AniitaRP4
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
Nueva lectora!! :D
Oh my...! Te juro que me enamore de la novela ni bien leí el título.
Es maravilloso!!! Me encanta, tiene su toque místico, romántico, intrigante y sensual de modo que cuesta respirar.
Sólo puedo agradecerte la maravillosa elección de novela y que por favor la continues !!
Cuídate!!
Oh my...! Te juro que me enamore de la novela ni bien leí el título.
Es maravilloso!!! Me encanta, tiene su toque místico, romántico, intrigante y sensual de modo que cuesta respirar.
Sólo puedo agradecerte la maravillosa elección de novela y que por favor la continues !!
Cuídate!!
Augustinesg
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
helado00 escribió:.___.
Basta! No podes dejarme siempre con cara de " " Cada que termina un capítulo!
Tenes que seguirla porfavor!
hehhe xD Es para dejar con ganas de mas. Ahorita subo! ;)
Vanee LovatoD'Jonas
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
fernanda escribió:En serio que bueno que la encontraste , creo que la lei hasta dos caps mas ,y luego la cancelaron
síguela amo la nove
Hehehe Si yo no resisti y la tuve que buscar :D
Pero no la cancelare :)
Ya la sigo
Vanee LovatoD'Jonas
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
AniitaRP4 escribió:SIGUELA!:D pero ese Joseph si es fresco! -_- Yo le voy a decir quien es que tiene el mando ahorA! -_- xD
Hhahha xD Si se cree el rey del mundo!
Pero aun asi lo amo!
Ya la sigo
Vanee LovatoD'Jonas
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
Augustinesg escribió:Nueva lectora!! :D
Oh my...! Te juro que me enamore de la novela ni bien leí el título.
Es maravilloso!!! Me encanta, tiene su toque místico, romántico, intrigante y sensual de modo que cuesta respirar.
Sólo puedo agradecerte la maravillosa elección de novela y que por favor la continues !!
Cuídate!!
Holi! Bienvenida :hug:
Aww si yo pienso lo mismo!!!
Es de mis favoritas
Ahorita mismo la sigo! :D
Vanee LovatoD'Jonas
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
AniitaRP4 escribió:SIGUELAAAA!!:D
Ahorita la sigo! (:
Vanee LovatoD'Jonas
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
_____ sofocó un jadeo de alarma. O tal vez era un jadeo de anticipación. Incluso quizás fuera de cólera al escucharle decir que preferiría olvidarla. Cualquiera que fuera la razón, ella ya había perdido todas las pretensiones de cordura. Cualquier otra mujer ya habría gritado pidiendo ayuda antes de que él hubiera terminado la última frase. Acostarse con ella, ni más ni menos.
El silencio se alargó entre ellos. Con cada segundo que pasaba, se hacía cada vez más consciente de la desnudez, de él. Aspiraba su olor caliente, masculino, sentía la caricia de su mirada fija sobre todas y cada una de las partes de su cuerpo como si ella estuviera desnuda. Su sangre se calentó, y sus hormonas corrieron abrumadas, gritando: “Le tomaré, le tomaré, y es algo que tú quieres”.
—Ni hablar de acostarnos —dijo, cortando el silencio—, y también debes saber que no existen los hechiceros.
Durante un momento bajo la guardia y su expresión reveló dolor y furia, pero también desolación, una desolación que ató su estómago en mil nudos diminutos.
—Aunque tenemos psíquicos —añadió ella, dispuesta a decir cualquier cosa para borrar tal desolación.
—¿Psíquicos?
¿Estaba fingiendo perplejidad o realmente no lo sabía?
—Los psíquicos son la gente que asegura que pueden ver el futuro con sus poderes sobrenaturales. Ya sabes, a través de la magia.
Él hizo una pausa, considerando sus palabras.
—Simplemente busco a alguien que maneje la magia, tu psíquico servirá. —A pesar de que ahora su tono era amable, la fría determinación marcaba las líneas de su mandíbula—. Ahora, quítate la ropa. Cuando nuestros cuerpos sean saciados, te permitiré llevarme hasta el psíquico.
¿Él le permitiría? Ni hablar, gracias.
—Mi respuesta es no —dijo ella con firmeza—. No cuentes conmigo.
El azul de sus ojos brilló como trozos de hielo en una tormenta de invierno y esa fue la única advertencia que recibió sobre sus intenciones. Antes de que tuviera tiempo de parpadear, ya estaba sobre ella, sujetándola contra una estatua. Sabía que debería estar asustada, pero no lo estaba. Ella, de forma extraña, estaba excitada.
No conozco nada de este hombre, se recordó. No sabía cómo le gustaba el café, o si él pateaba a los pequeños cachorros cuando nadie miraba. Y aun así su cuerpo, durante mucho tiempo dormido, saltó a la vida. Los pezones se endurecieron ante el contacto, y las caderas se arquearon, apretándose contra él. Hacer el amor con él no parecía una idea tan mala en este momento.
—No te lo pregunté, _____, ordené que lo hicieras. —El timbre bajo de su voz sostenía el borde acerado de una espada.
Tragó aire, insegura de si todavía estaba excitada o muerta de miedo. El hombre rezumaba poder y autoridad y si ella no conseguía poner su mente en funcionamiento, ellos se unirían allí mismo.
—Uh, sobre el psíquico. Todos las consultas y negocios están cerrados hasta mañana por la mañana.
Él hizo una pausa.
—Cuando salga el sol, me llevarás a ver a ese hombre de magia. Tendré tu palabra en esto. —Sus labios permanecieron separados mientras esperaba su respuesta, mostrando los blanco y nacarados dientes de debajo—. En cuanto a acostarnos…
—Si terminas esa frase, juro por Dios que nunca te llevaré a ver a un psíquico.
Su boca se cerró, y él permaneció tranquilo, aunque la cólera bullía justo debajo de la superficie de su piel.
Wow. Ella no había esperado que la amenaza funcionara, pero ahora que lo sabía…
—Quiero que me contestes a algunas preguntas.
Su expresión se oscureció pero la sorprendió al ladrar:
—Pregunta.
Entonces ella lo hizo.
—¿Cómo lo hiciste para que desapareciera la piedra?
Las finas líneas alrededor de su boca se tensaron.
Ella esperó, esperando oír palabras como el nuevo vecino de al lado, la trampilla y la pintura de plata. En cambio, sólo oyó silencio, y minuto tras minuto, un sentimiento de inquietud creció. Finalmente, no pudo soportarlo más.
—Empiezas a asustarme. Creo... sé que lo que creo no es posible, y aún así… —Ella le echó una ojeada a través de sus pestañas.
Otra vez, silencio. Pensó que sus nervios se harían completamente trizas antes de que él contestara.
—Magia —chasqueó finalmente, como si fuera la mujer más mala del mundo por hacerle responder—. La piedra desapareció gracias a la magia.
Ella abrió la boca para continuar con sus preguntas, pero los brazos de él se cerraron alrededor de su cintura, atascando las palabras en su garganta. De repente, un temblor la recorrió, y se inclinó sobre él. Su cuerpo reaccionaba por sí solo, desatendiendo su voluntad. Aunque con un hombre así era natural, hasta esperado, tener sexo con un extraño estaba lejos de lo que ella consideraba aceptable.
Eso no le impidió que su mente se imaginara que las manos vagaban por su estómago, resbalando dentro de sus pantalones, bajo sus bragas, y… otro temblor la atormentó. Caray, tenía que alejarse de este hombre, tenía que pensar con claridad antes de que hiciera alguna locura, como arrojarse ella misma sobre él y exigirle que “la pusiera en su lugar”. Pero cuando ella trató de salir corriendo, los brazos se apretaron a su alrededor, manteniéndola sujeta.
—Suéltame —exigió ella. Su excitación mezclada con otro brote de miedo.
Su asimiento sólo se apretó más fuerte.
—Te lo advierto. Déjame ir antes de que te demuestre las habilidades maestras del mejor estudiante de Kai.
—No conozco a ese Maestro Kai, pero ni él ni su mejor estudiante pueden compararse conmigo. —Para demostrárselo, él atrajo a _____ más cómodamente hacia él, dureza contra suavidad. Ropa contra carne desnuda.
Lejos de estar intimidada o halagada, estaba ahora furiosa. Los ojos se le estrecharon, rechinando los dientes.
—¿Solamente pensamos en eso, verdad? —Estaba a punto de propinarle un rodillazo en la ingle cuando él agarró su pierna, asustándola.
—Permíteme darte una demostración de mis habilidades persuasivas. —Él presionó la coyuntura de los muslos contra la base de su erección. A pesar de sus racionales y buenas intenciones, ____ se encontró con que su sangre se volvía lava fundida, en un infierno de necesidad. Mientras la parte inferior de su cuerpo se balanceaba rítmicamente contra el suyo, él tocó uno de sus pechos. Tan nuevos como inesperados, estos toques la electrificaron, moviéndose a través de cada fibra de su ser con la intensidad del relámpago. Sus rodillas se debilitaron, a la vez que su voluntad.
Ella lamió sus labios y rezó para que él no notara su deseo.
Él lo notó.
Una oscura ceja se elevó, burlándose.
—¿Has cambiado de idea, pequeña, sobre lo de acostarnos?
Sí, sí, sí.
—No —gritó ella con fuerza—. Quiero que me dejes ir. Ahora.
Él no pareció convencido, pero dijo:
—Que sepas que consiento en tu voluntad porque yo decido hacerlo. —Con aquellos dedos mágicos, hábiles, amasó cada curva hasta sus nalgas—. De otra forma tal demanda sería desatendida. —Entonces de pronto, la soltó.
Ella salió corriendo.
—Tócame otra vez, y lo lamentarás.
Él soltó una ronca carcajada que retumbó profundamente en su pecho.
—Dulce _____, brillantes llamas se despiertan en tus ojos y tu cuerpo tiembla cuando te toco. Podrás huir de mí, pero no escaparas. Cuando te toque otra vez, lo único que pedirás es perdón... por tus evasivas.
Ella jadeó ante sus amenazas, aun cuando eran ciertas.
—Eso no es deseo en mis ojos, es cansancio. —Mentira—. Tiemblo porque tengo frío. —Mentira más grande—. Y para tu información, yo no huyo porque estoy esperando la oportunidad para aporrearte. —La mentira más grande de todas.
—¿Es así como llaman ahora al acoplamiento en tu mundo? —Su media sonrisa se ensanchó lenta y deliciosamente. Su mirada fija se desplazó por todo su cuerpo en un descarado escrutinio, de algún modo haciéndole sentir a _____ como si él le quitara cada pieza de ropa—. Entonces esperaré con mucha ilusión tu... aporrear, _____.
Ella frunció el ceño.
—Mi nombre es _____, no ____. (Se llama Katie pero Joe dice Katya)
—Tú eres ____ para mí. Una… —buscó las palabras exactas— pequeña bruja.
Su mandíbula cayó, luego la cerró con un chasquido. En vez de ser halagada con una palabra cariñosa al estilo de “querida” o “mi amor”, estaba siendo insultada.
—¿Te gustaría que yo te llamara: “bastardo gigantesco”?
—Llámame como quieras. —Su sonrisa permaneció en su lugar—. Te advierto, sin embargo, que te haré curar el escozor que causa un apodo tan fuerte. El deber de una mujer, después de todo, es dar placer a su hombre.
Él actuaba como si controlara el destino del universo, su universo, en particular. Bien, había algo que él pronto aprendería sobre ella: Era una mujer, no un felpudo.
—Mira —le dijo—. Me gustaría que dejaras de hablar de sexo. Soy una mujer, no un número 900.
Él frunció el ceño con confusión.
—Sé que eres una mujer. ¿Acaso no sostuve tu pecho en mi mano?
No gritaré.
—Tienes cinco segundos para ayudarme a entender que pasó o... —Nada parecía lo bastante brutal, así que terminó con— ...o lo lamentarás.
—¿Qué debes entender? —Como si él no pudiera tolerar la ausencia del contacto físico, comenzó a cerrar la distancia entre ellos de nuevo, esta vez con paso firme, predador—. Tú rompiste la maldición, _____. Tú me liberaste. Ahora debes darte en cuerpo y alma para que la maldición sea rota para siempre.
Como si eso lo explicara todo. Pero no tenía tiempo de considerar sus palabras ya que él se acercaba por segundos. Acercamiento de hombre desnudo. Acercamiento de hombre desnudo. Ella se lanzó a la izquierda. Él la siguió.
—Te advertí que no me tocaras. —Ahora se lanzó a la derecha. Él la siguió. Y de repente estuvo una vez más delante de ella, tan cerca que pudo sentir el calor de su cuerpo. Su trasero se apretaba contra una alta columna, cerca de un espinoso arbusto. Miró fijamente por encima de él, el olor de su cruda virilidad masculina le llegó hasta las ventanas de la nariz, carnal y atractivo. Sin parase a pensar en sus acciones, astutamente torció y colocó el pie detrás de su rodilla. Aquella rodilla se dobló y lo propulsó en su dirección. Aferró su brazo y lo derribó al suelo, de cara. Cuando cayó, cayó con fuerza, con todo ese músculo y fuerza física tumbada. Pero él no se quedó quieto. En un suspiro ya estaba de pie frente a ella, mirándola casi con crueldad.
—No intentes eso de nuevo. —Por su expresión y tono, luchaba con su necesidad de tomar represalias. Aunque él no lo hizo. Permaneció quieto, resoplando y mirándola ferozmente—. La próxima vez no me sorprenderás y serás vencida.
—Sólo mantén la distancia y no habrá una próxima vez.
Sus labios se apretaron con disgusto, diciéndole sin palabras que preferiría lanzarla sobre sus rodillas y azotarla ‑su corazón traidor dio un salto de anticipación ante aquel pensamiento‑ pero él cabeceó rígidamente.
—¿Donde aprendiste ese truco?
—Practicando mucho. —Cuando por fin fue capaz de estabilizar su aliento, ella forzó a los latidos de su corazón a reducir la marcha. Conseguir mantener la mirada lejos de él era otro asunto completamente diferente. Gruesa cicatrices de guerra surcaban arbitrariamente su abdomen, aunque eso no le restaba encanto. Un fino vello rodeaba su ombligo y bajaba provocativamente hacía… No mires hacia abajo, se ordenó. Pero lo hizo de todos modos y rezó para que él no se diera cuenta.
A cambio, él le devolvió el lento y experto escrutinio.
_____ se aclaró la garganta.
—Cuéntame más sobre la maldición.
La amargura endureció sus rasgos, y ella sintió una punzada de culpa por mencionarlo ya que, obviamente, era un hecho doloroso. Sin embargo, aquella punzada no era lo bastante fuerte como para hacerle retirar la pregunta.
—Eso no te que concierne —dijo él.
¿Oh, de verdad?
—¿Quieres mi ayuda o no? Con el psíquico —añadió rápidamente, disipando cualquier insinuación sobre hacer el amor.
Sus ojos se estrecharon.
—Percen de Locke es un hechicero poderoso, así como también mi hermanastro. Él me maldijo, encerrándome dentro de la piedra, capaz de oír, ver y sentir todo lo que ocurría a mi alrededor, pero incapaz de responder. Hasta que el beso de una doncella pura me otorgara la libertad. Temporalmente.
Bueno, pensó ella. Había querido una explicación racional, y esa distaba mucho de serlo. El tipo había sido convertido en piedra y su beso lo había liberado temporalmente. Sí, claro. Aquella clase de cosa sólo pasaban en los cuentos de hadas. Además, ella no era ninguna princesa encantadora. _____ tamborileó los dedos sobre los brazos cruzados y pensó en una forma de desenmascarar la mentira.
Vanee LovatoD'Jonas
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
—¿Tú, por casualidad, no tendrás poderes propios? —le preguntó—. ¿Poderes mágicos que puedan demostrar tu historia?
Él arqueó una ceja.
—¿Qué hay de mi transformación?
—Necesito algo más.
Mirándola pensativamente, él dijo:
—¿Me invitarías de buen grado a tu cama si poseyera esos poderes mágicos?
No estaba segura, pero creyó escuchar una nota de resentimiento en su tono. _____ estudió los rasgos masculinos pero ni un atisbo de emoción lo traicionó.
—No —dijo ella—, no y no. Y no cambies de tema otra vez. ¿Puedes demostrar tu historia o no?
Él suspiró con frustración.
—Aunque este jardín esta retirado y no ha pasado mucha gente por él a lo largo de los palmos, he tenido siglos para estudiar tu mundo. Tú perteneces a una raza que sólo cree en lo que ve, en lo explicable. —Un brillo compasivo iluminó sus ojos—. Tu gente teme a la magia porque no pueden controlarla. De donde yo procedo, tanto grandes Señores como campesinos, poseen bajas habilidades místicas, y antes de que me lo preguntes de nuevo, sí, utilizo la magia. Y te lo puedo demostrar.
Un sentimiento de inminente fatalidad se deslizó a lo largo de su columna vertebral.
—Dijiste que has estudiado mi mundo. Has querido decir estado, país o continente, ¿verdad?
—No. Mundo significa cuerpo celeste. Planeta. Estrella. —Su mirada se volvió ausente, triste, dándole un aura vulnerable que la conmovió—. Para mí, mundo significa Imperia. Mi casa.
Él extendió la palma de la mano y cerró los ojos. Su expresión se endureció ante la intensa concentración. Mientras ella miraba, un globo pequeño y brillante se materializó en el aire por encima de su piel, girando despacio. Tres globos más pequeños giraban encima de ella. Cada centímetro era exquisitamente detallado, haciendo parecer a cada orbe sólido, y con vivos colores traslucidos.
Ella extendió temblorosamente la mano y tocó el globo más grande, sorprendida de encontrarlo firme y caliente. En el momento del contacto, vivas imágenes penetraron en su mente como si fueran fotografías. Ella jadeó. Castillos de cristal alzándose hacia un rosado horizonte. Criaturas majestuosas, parecidas a dragones se elevaban en un nebuloso cielo. Árboles arqueados en todas direcciones, ante el peso de la brillante fruta roja como zafiros o blancas como diamantes. Lo más hermoso de todo eran las extensiones de blanca hierba que ondeaba con una suave brisa, besada por el rocío.
Su expresión se tornó tirante, como si él usara cada onza de fuerza para mantener la imagen de su palma, pero los globos comenzaron a oscilar, luego desaparecieron totalmente. Su mano cayó a un costado.
Oh. Dios mío. Él decía la verdad. Magia. Un temblor frío la atravesó, congelando sus miembros. Ningún hombre mortal podría evocar una aparición tan maravillosa. Y ningún hombre terrenal podía transformarse de piedra a carne y hueso en un latido del corazón.
—Posees poderes mágicos, y eres un extraterrestre. —Parpadeó, luego parpadeó otra vez. Las imágenes de naves espaciales bullían a través de su cabeza—. Posees poderes mágicos, y eres un extraterrestre. —Tal vez si ella lo decía mil veces, su shock desaparecería—. Eres un extraterrestre. Un extraterrestre con poderes mágicos.
Cuando él no respondió, ella añadió:
—No te pareces a una criatura de otro planeta. —Realmente, ¿qué más podía decir? Su mente aún no estaba de vuelta.
—¿A qué se parece una criatura de otro planeta? —preguntó él.
—La piel verde, un cuerpo largo, viscoso y con ojos grandes y oscuros que te observan como si tuvieras que estar en una habitación, sobre una mesa, con una sonda que se introduce en partes de tu cuerpo que no merece la pena mencionar.
—Me he encontrado una raza que mira tal y como lo has descrito —se encogió de hombros—. Ellos viajan de planeta en planeta buscando el saber y el conocimiento.
—¿En naves espaciales?
—Sí.
Ella tembló, deseando no encontrarse nunca cara a cara con esa raza “culta”. ¿Pero, Dios mío, alguna vez había pensado en tener contacto con algún ser de otro planeta? ¡NO!
—¿Cómo viajaste tú hasta aquí? —_____ se felicitó mentalmente. Aquí estaba, conversando racionalmente con un extraterrestre y no desmayada, muerta, sobre la tierra.
Los labios de él se tensaron.
—Mi madre intentó ayudarme —contestó con fiereza—, y abrió un vórtice que me envió de mi mundo al tuyo.
Su intensa mirada recorrió el recinto, catalogando a las otras estatuas. ¿Habían sido enviadas todas ellas de otro mundo? ¿Todas ellas esperaban sólo el beso de un extraño para volver a la vida?
El guerrero delante de ella soltó una risita baja, como si oyera su tácita pregunta. O tal vez simplemente había hablado en voz alta. En este punto, ____ no estaba segura de lo que hacía, decía o pensaba.
—Soy el único —le aseguró—. Los demás son simplemente de piedra.
Sus hombros cayeron con alivio. Señor, sabía que sus nervios no podrían soportar a otro macho como… se quedó en blanco.
—¿Cómo te llamas?
—Soy Joseph en Sarr. Una vez el primero al mando del gran Lord Gui, en el ejército de Sarr. —Alzando orgullosamente la barbilla, él cruzó los brazos sobre la sólida pared del pecho.
—Bien, soy ____ James, primera al mando del James Real Estate.
—_____. —Él pronunció su nombre de una manera diferente a la que ella jamás hubiera escuchado, parándose sobre cada sílaba y prolongando la a y la e. ___‑____. Él cabeceó con aprobación—. Similar a ____. Ese nombre me complace.
Por alguna extraña razón, ella se alegró de que pensara así.
En este mismo instante, el frío viento de la noche, convirtió sus pezones en guijarros. _____ se sintió orgullosa de notarlo porque eso significaba que no había estado mirando hacia más abajo.
—Sabes —dijo ella—, se me acaba de ocurrir que podríamos continuar con la conversación dentro de casa. Debes de tener frío. —Lo mejor de ir adentro consistía en que así podría cubrir su desnudez con una sábana. Eso, a su vez, sofocaría su creciente atracción.
Dios mío, sentía lujuria hacia un extraterrestre.
Al menos él no es un asesino psicópata, susurró su mente.
—Tú no tienes frío —dijo él—, aunque no lleves prácticamente nada.
—Llevo un recio top y unos tejanos cortos. Es un conjunto perfectamente decente.
—Y yo voy así ataviado a propósito, como Elliea.
—Pero...
—No te olvides, tienes que darme tu palabra de que me ayudaras a localizar a un hechicero mañana al amanecer.
Otra brisa sopló, y esta vez ella miró hacia abajo. Sus mejillas se calentaron.
—¿Y bien? —preguntó Joseph. Obviamente la paciencia no era una de sus virtudes.
—Es difícil de concentrarse cuando estas... —ella buscó en su mente la palabra adecuada— ...agitándote así. Por Dios, cúbrete.
Él miró hacia abajo, a su desnudez y se encogió de hombros, imperturbable.
—No hay que avergonzarse del cuerpo masculino, _____. Mejor que te acostumbres al mío rápidamente.
¿Qué quería decir con eso? ¿Que él nunca llevaría ropa en su presencia? ¿O es que el sucio y calentorro neandertal planeaba acostarse con ella, tanto con su permiso como sin él, así que debería acostumbrarse a su tamaño? ¡Lo uno o lo otro, él ya podía ponerse algo de ropa por su maldito bien!
—Te doy mi palabra de que te llevaré a un psíquico mañana. ¿Contento ahora?
—No. —Él inclino la barbilla hacia un lado, y colocó la mano sobre la mandíbula con expresión preocupada. Su mirada cautelosa, a la espera de algo. Parecía un hombre al encuentro de una tormenta peligrosa—. No se puede confiar en que las mujeres honren su palabra.
_____ resopló. Quiso preguntarle por qué había insistido tanto en que le diera su palabra ya que nunca tuvo la intención de creerla. En cambio, hizo rodar sus ojos.
—Tienes suerte de que me sienta amable, Joe. Voy a permitirte vivir después de esa observación tan machista.
Él frunció el ceño.
Ella sonrió abiertamente.
—Ahora vas a entrar. A no ser que, desde luego, intentes romper tu palabra.
—Sólo un hombre deshonroso haría algo así. No yo —razonó con un tono duro.
—¿De verdad? Bueno, creo que el trato era que te daba mi juramento solemne de que te llevaría ante un hechicero mañana… cosa que ya hice… si entrabas… pero aquí estás de pie. ¿¡Um!, qué debo pensar ante eso?
Sus cejas se unieron en un ceño feroz.
Bueno. Ella se había anotado un punto, aunque el porqué lo aguijoneaba con eso, ella no lo entendía. Realmente comenzaba a sentirse a salvo en su presencia. Extraño, pero cierto.
—Después de ti. —Ella señaló hacia delante, en parte para echarle un vistazo a su trasero mientras caminaba y en parte porque no lo quería detrás de ella. Aunque, cuando le siguió, comprendió que no le gustaba la implicación sumisa que aquella posición le proporcionaba
Él la lanzó un vistazo sobre el hombro, con un malicioso destello oscureciendo su azulado iris.
—Quizás, la próxima vez podrías devolverme el favor y pasearte desnuda delante de mí.
Ni hablar, aunque se estuviera muriendo y ese fuera el único modo de salvarlo.
Mientras se acercaban a la casa, comprendió que este hombre era su responsabilidad. Él podía saber más dulce que el helado de chocolate durante un caliente y caluroso día. Él podía planear seducirla pare enseñarle cual era “su lugar apropiado”. (Eso aun tenía el poder de enfurecerla.) Y él podía ser un guerrero controlador. Pero lo había besado. Lo había puesto en libertad, y eso significaba que su bienestar, durante un ratito, al menos, recaía sobre sus hombros.
Dentro, observó a Joseph precipitarse al interior e inspeccionar la madera astillada, las muestras de empapelado y los instrumentos que estaban dispersados por todas partes. _____ cogió una sábana salpicada de pintura del suelo y la colocó alrededor de sus hombros. Él no dio muestra de reconocer su acción. Por suerte, su falta de atención no desalojó la sábana. Lamentablemente, el colorido lino hacia poco para desmerecer su masculinidad. Él podría sostener una caja de tampones en una mano y un monedero en el otro y de todos modos ella no dudaría de su virilidad.
—¿Si somos de mundos diferentes —preguntó ella—, cómo conoces mi lengua?
—¿Crees que no sería capaz de aprender tu primitiva lengua a lo largo de todos estos palmos pasados? —parecía enfadado, ofendido y divertido a la vez.
Ella abrió la boca para explicar que no dudaba de su inteligencia, que simplemente se había preguntado si, también, fue a través de la magia, pero en cambio, dijo:
—Si eres lo bastante listo como para aprender una lengua entera, ¿qué clase de bloqueo mental te impidió aprender sobre la liberación de la mujer?
—Conozco todo sobre la igualdad de derechos y esas otras tonterías, pero lo que aprendí no es lo que a ti te gustaría. Aprendí que tu raza comenzó a debilitarse en el momento en que sus hombres perdieron sus instintos de guerrero.
—Bueno, tal vez lo que pasa es que no tuviste los profesores adecuados. —Con los puños apretados dijo—: Vamos a la sala de estar y te enseñaré una cosa o dos sobre el poder femenino.
Por fin él giró aquellos alarmantes ojos azules hacia ella.
—Cuando entre en esa “sala de estar” contigo, no será para hablar.
Cambio de planes.
—¿Tienes sed? —Salió precipitadamente y sin esperar su respuesta dijo—: Desde luego que la tienes. Has sido incapaz de beber desde la Edad de Piedra. Te buscaré algo. Tengo una nevera en mi camioneta. —Con eso, ella corrió hacia el frescor del aire nocturno.
Él rió suavemente, y susurró las palabras:
—No escaparás de mí esta noche —que la persiguieron todo el camino hasta su vehículo.
Listo! Aquí esta la continuación del capitulo 2
Hhahha xD no se pero yo amo como se comportan los dos!!!
Espero les guste!!! :D
Las quiero!
XOXO VG
Vanee LovatoD'Jonas
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
HAY NO ! :(
TIENES QUE SEGUIRLA POR FAVOR , ahora que me acuerdo , solo llegue hasta este cap , no me acuerdo de haber leído mas , SÍGUELA!
TIENES QUE SEGUIRLA POR FAVOR , ahora que me acuerdo , solo llegue hasta este cap , no me acuerdo de haber leído mas , SÍGUELA!
fernanda
Re: El Principe De Piedra (Joe & Tu) -Adaptación-
(: en un rato más la sigo!fernanda escribió:HAY NO ! :(
TIENES QUE SEGUIRLA POR FAVOR , ahora que me acuerdo , solo llegue hasta este cap , no me acuerdo de haber leído mas , SÍGUELA!
:D
Vanee LovatoD'Jonas
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