Pacific Coast Academy. {1D and Logan Lerman} ¡CANCELADA!

 ♡

 ♡

ME ENCANTÓ TÚ CAPÍTULO, POR DIOS, LA TRAMA FUE ESPECTACULAR. Me diste la idea de mi capítulo, así que te lo agradezco)? kaskas, ñaw. Amé el capítulo, es enserio. ¡Logan sí que insiste! entonces quiere decir qué... si le gusta bc la molesta sexymente)?
En cambio yo soy una mujer decente y sé jugar al billar de maravilla, no necesité a los hombres, ellos son basura, claro, menos mi osito <33
Parte favorita bebé:
... No dije nada.
—Bien, yo estaré con Fran—dijo Liam y las mejillas de ella se encendieron.
—Yo... yo quiero hacer equipo con Niall—soltó Ems.
¡Maldición!
—Y yo estaré con Destiny—dijo Logan burlón.
Nos pusimos como mandaban los grupos y yo pensé: "Vamos, déjate llevar, haz lo que sabes hacer"
Le sonreí a Lerman y él me devolvió la sonrisa.
Se acercó a mi oído, y susurró:
—Admítelo, me amas.
¡Escribiste todo tan maravilloso! ah, Des no tuvo otra opción, oh si :happy dance: fue tan pícaro, dulce y hermoso por parte de Logan, awweeee<3.
Esperen mi capítulo pronto, te amooo un besote<3.

—¿Se podría explicar la razón de su felicidad? —inquirí abriéndoles la puerta del dormitorio y cediéndoles el paso—. Oh, lo olvidé; eso tiene nombre y apellido. Niall Horan y Logan Lerman, ¿a que sí? —señalé a cada una con los dedos y ellas me fulminaron con la mirada.
—Cierra el pico, Francesca —gruñó Des.
Su mal genio hizo que mi risotada fuera escandalosa y burlona.
—Bájale dos a tu odio, hermana —entorné los ojos.
—¿Y tú qué me dices? ¿Un ramo de flores y osito de felpa te hicieron cambiar de parecer? —intervino Ems tomando en las manos el presente de Liam.
—A lo nuestro, ¿vale? —farfullé arrebatando mi osito de sus peligrosas manos.
Destiny se recostó de la cama con el ceño fruncido, claramente irritada.
—Creo que sería conveniente irnos en mi auto. Es un volvo, y es más espacioso —recomendó Niall, agradable como siempre.
Hace aproximadamente una hora que las chicas y yo nos habíamos terminado de arreglar para la cita improvisada idea de Liam. Habíamos acordado encontrarnos en el campus principal de la Academia, paralelamente cerca de la entrada y de la mini oficina de los hombres de seguridad. Unas farolas alumbraban el lugar, dándole una vista que solo se podía apreciar en el trascurso de la noche. Más otros detalles asombrosos que me dejaron sin aliento.
Debía comentar que Destiny se mostraba indiferente y quejosa por salir de la situación rápido; como que si con su mal humor la noche desaparecería. Logan la contralaba con miradas que no supe descifrar, pero que ella entendía y las acataba tal como perrito obedeciendo a su dueño.
Agregando el hecho de lo maravillosamente tiernos que se exponían Niall y Ems. Las miradas lanzadas hacia ella eran muy dulces, pero siempre las retiraba en cuánto ella se percataba del hecho.
Liam, estaba algo… extraño a mí parecer; más decidí no darle vueltas al asunto y concentrarme en lo que esperaba de la noche.
Le sonreí a Niall y asentí.
—Claramente es lo mejor, ¿les parece bien?
—Por mí está bien —contestó Liam con indiferencia y los demás estuvieron de acuerdo.
El día de la semana en que nos encontrábamos constataba lo que mis ojos evaluaban. Era viernes en la noche y las calles estaban abarrotadas de gente –la mayoría adolescentes–. Los casinos haciendo de las suyas en una noche de apostar el todo a la posible nada; la bahía se podía apreciar con facilidad; chicas saliendo de compras con media tienda expresada en un par de bolsas; los chicos parecían descontrolarse por una milésima de segundo y me pregunté la razón de su agite. Era solo un ordinario viernes. ¿Qué tenía de especial?
Caminamos entre la multitud de jóvenes y personas que retornaban de sus trabajos, yo apegada al brazo de Liam pero sin tomar su mano.
—¿Y bien? ¿Qué tiene planeando? —inquirió Destiny con cansancio detrás de nosotros.
Lo percibí aunque no pudiera apreciarla.
El pecho de Liam se elevó y bajó con rapidez en un suspiro divertido.
—Perdónenla, es muy ansiosa —se disculpó Lerman antes de que Liam formara palabra alguna.
Las risas de Niall y Emily atrajeron mi atención.
—Será mejor que controles a tu can, Logan —dijo Emily a punto de estallar en risas.
Destiny balbuceó algo indescriptible y por lo que le regañó Lerman, estuvo a punto a de morderle el brazo.
—Se aman secretamente —murmuré en voz bajita muy cerca del cuello de Liam.
Liam trató de disimular su expresión y se oyó otra queja de Des.
De un momento a otro, Liam detuvo su paso en frente de un local-bar, que por lo visto, tenía mesa de billar. Ya había venido con antelación aquí, recuerdo que frecuentaba este lugar con… Justin.
Sacudí la cabeza y la golpeé con el costado de mi mano para evitar distraerme pensando lo que significó una verdadera y genuina amistad para mí.
—Llegamos —anunció Liam en cuanto la entrada se vio delante de nosotros.
No fui del todo sensata de lo que paso después del anuncio de llegada de Liam, en verdad, tenía la cabeza al otro lado del mundo. Canadá, por cierto.
Observé el lugar, no había cambiado casi nada. Moderno, elegante pero al mismo tiempo juvenil. No me di el tiempo de recorrerlo con la mirada; pues ya me había despistado lo suficiente.
—¿Jugamos? —preguntó Liam algo impaciente.
Aunque la causa de sus ansias era Emily.
—Yo digo que podemos armar equipos —propuso Emily.
—Parece buena idea —agregó Logan.
Des mantuvo los labios sellados en una mueca.
—Bien —Liam hizo una pausa y me miró con una sonrisa. Asentí—, yo estaré con Fran —se apresuró a decir Liam casi en una nota elevada.
—Yo… yo quiero hacer equipo con Niall —soltó de repente Emily.
Destiny articuló un maldición en voz lo suficientemente baja para que Logan la escuchara.
—Y yo estaré con Destiny —sopesó Logan burlón.
Nos colocamos de dos en dos alrededor de la gran mesa que Liam había reservado y Des preguntó:
—¿Quién va primero?
Sorpresivamente una sonrisa jugueteaba en su rostro con complicidad.
—Nosotros —indicó Niall.
Le susurró algo a Emily con rapidez. Creí que su lengua se enredaría. Después, se posiciono detrás de ella y le ayudo a tirar.
Un recuerdo me golpeó el subconsciente, hundiéndome con su fuerza arrebatadora.
—¿Estas segura de que puedes hacerlo ya? —inquirió Justin mirándome a los ojos.
Por un segundo, consideré la idea de algo ridículo; me dio miedo hundirme en la oscuridad de sus ojos miel.
—Aprendí del mejor —aseguré con seguridad.
Y aunque no se lo haya pedido en lo absoluto, su abdomen chocó con mi espalda en cuestión de milésimas de segundos.
—Te quiebras bajo presión, ¿lo sabías? —tomó mi mano con suavidad y me ayudó un poco para el impulso de la bola.
—Eres sólo mi mejor amigo, ¿lo sabías? —repetí en un susurro casi inaudible para Chaz y Ryan.
Justin pegó sus labios a mi frente con dulzura.
—Me voy a Canadá en menos de seis horas —dijo sin más.
Me deshice del agarre de Liam con el miedo y la angustia que presencié esa noche reflejado en los ojos.
Pero al parecer, este no se percató de nada.
Suspiré de alivio y me regañé mentalmente por permitir que mis pensamientos se fueran a ese extremo.
Al mirar con detenimiento que Emily ya había terminado de tirar; me costó un poco creer que en apenas unos segundos el recuerdo haya demandado seguridad en mí.
—Seguimos nosotros —apunté con una sonrisa poco fácil de creer.
No necesité mucha ayuda por parte de Liam, por lo que me animé a tirar sola.
La mirada fija de Liam se recargó en mí, inspeccionando hasta el más mínimo movimiento. Tuve miedo de que divisara lo que sucedía, por lo que sonreí de lado para despejar sus posibles dudas.

{…}

—¡Que noche fabulosa! —comentó Emily.
Se lanzó hacia su cama –que era parte de una litera de dos partes–, y suspiró. Pero este no era de frustración, di de pesadez, era de puro gozo.
Le di la razón con un asentimiento.
—Sí, bueno, no estuvo tan mal —dijo Des, de forma poco convincente.
Largué una carcajada junto a Emily. ¡No estuvo tan mal! Casi se podía apreciar con facilidad lo feliz que se encontraba, aunque todo esto oculto bajo una máscara de fastidio, era evidente.
Ella enarcó una ceja.
—Por favor, todos sabemos que disfrutaste mucho la forma en la que Logan te ayudó a tirar —dije con una nota de picardía.
Rodó los ojos.
—Ay, no se hagan. Ustedes tiraron en las mismas condiciones que yo.
—Sí, sí, sí. Me voy a lavar los dientes para acostarme a dormir —avisó Destiny dando traspiés hacia el baño.
Me quité los tacones y los lancé por alguna parte del dormitorio.
Para mi mala suerte y la de mis habilidades de mentir, Emily frunció el ceño en mi dirección.
—¿Liam te hizo daño?
Su pegunta fue claramente concisa y un punto clave en todo este lío.
—En lo absoluto.
—A mí no se me engaña, Francesca —sentenció mirándome y frunciendo los labios.
—Eso me suena a amenaza, Ems —dije con una mueca en el rostro.
—Para nada, Fran. Sólo que te noto rara y no me gusta.
—No me pasa nada, Emily. Estate tranquila, ¿vale? —rezongué en voz baja antes de tomar mi cubrecamas y tapar todo mi cuerpo con ella.

[Sábado 12 de octubre. 8:00 am].

—¿Diga?
Pude distinguir entre parpadeos pesados la voz gruñona de Destiny. Tan agresiva que consideré la idea de golpearla por despertarme.
—Es el móvil de Francesca, y sí, soy yo, Liam. ¿Qué querías?
Me paralicé bajo las sabanas, más no abrí los ojos. ¿Qué hacía Des con mi móvil?
—Yo le avisaré, está bien. Sí, sí, cuando despierte. Vale, hablamos.
Unos pasos se aproximaron a mí, y fue cuando un gruñido salió de mis labios cuando la sabana que me protegía de la tenue luz de la ventana fue arrebatada sin previo aviso.
—Levántate ya antes de que Liam se vaya a las prácticas de futbol, ¿quieres?

{…}

—Okey. Si lo deseas, puedes contarme que es lo que te sucede —su exigencia fue tan considerada que creí que este pequeño dialogo formaba parte de una ensoñación extraña.
—¿A qué te refieres? —pregunté sin dejar en evidencia lo nerviosa que me sentía en aquella milésima de segundo.
—Digo, no creerás que soy lo suficientemente despistado como para no notar como piensas por largos segundos sin ser consciente de tu especie de trance, ¿no? —me otorgó una sonrisa que me inspiro confianza.
—Sería una… estupidez de mi parte contarte. Pero debes saber que no tiene nada que ver contigo, te lo aseguro —contesté avergonzada.
—Me ofende que no confíes en mí, pero así lo quieres, por mi está bien.
En ninguna pausa de su frase mostró que su ego había sido lastimado, pero yo sabía bien que así era.
Bajé la mirada y mis ojos cafés se cruzaron con el movimiento nervioso de su pie martillar contra el suelo. Estaba desesperado y no tuve el corazón para no retractarme de lo que le había dicho.
Levanté la vista y me encontré con la misma sonrisa de hace unos segundos. Tan hermosa y sencilla que me robaba un suspiro.
—Verás, es algo complicado de entender desde tu punto de vista varonil, pero es lo que siento. Mi mejor amigo se fue a Canadá hace dos años y en esa prolongación de tiempo no he sabido absolutamente nada de él —hice un pequeña pausa para respirar debido a la rapidez de mis palabras—. Cuando fuimos al bar anoche, recordé de ipso facto como me había dado la noticia.
—No era mi intención para nada que te agobiaras con tus recuerdos.
—¿Por qué te disculpas de algo de lo que yo soy responsable? —cuestioné.
—Porque yo lo causé, Francesca.
Noté que sus ojos se habían apagado y el brillo que tanto adoraba mirar se desvaneció en un parpadeo.
Con mis manos temblorosas acerqué su rostro al mío y besé su frente. Temí que se sintiera culpable de un desliz inoportuno.
—No causaste agobio. Tu presencia hace que la carga sea más liviana, ¿entiendes?
Liam asintió y una sonrisa de un afecto en especial iluminó su rostro, dándole brillo a sus ojos.
Cerré los ojos y suspiré de consuelo.
Yo sabía que era una mentira en gran parte.
Él empezó a juguetear con mis dedos con diversión al segundo de que mis manos liberaron su nuca.
De repente, en un intercambio de miradas entre yo y la nada, mis ojos captaron a nada más ni nada menos que el chico de ojos bonitos que en un tiempo pasado, había sido mi mejor amigo.
—Justin está aquí —más que un alivio de mi parte, fue una pregunta que se formuló en un susurro solo audible para Liam.
Volví mi vista al chico que se acercaba a mi ubicación en pasos lentos y maravillosos al mismo tiempo. Una sonrisa torcida se apoderó de mi rostro.
¿Cómo era posible que la vida me concediera tantas alegrías? Me alegré en mi fuero interno de estar en compañía de Liam, siendo así mi felicidad estaba completa.
—Te extrañe mucho, Fran —intentó decir ocultando el nerviosismo que lo abrumaba a tal punto de no parar de sonreír.
Seguía siendo el chico guapo y tan dulcemente inocente que yo recordaba. A diferencia de los evidentes cambios físicos.
No supe que responder.
—¿Y él es…? —inquirió Liam levantándose del césped en el que nos encontrábamos y miro con amabilidad al joven que no retiraba su vista de mí.
Me sentí confundida. ¿Pero por qué razón Liam Payne sentiría celos de mí? Bueno, quizás por la misma razón de mis cautos alejamientos de toda relación amorosa.