An unexpected mission {FredWeasley&tu/DracoMalfoy&tu}

por **Fuckyeahfredweasley** Mar 07 Mayo 2013, 2:16 pm

Ficha de la serie

• Titulo:An unexpected mission {FredWeasley&tu/DracoMalfoy&tu}
• Autor: Yo.
• Adaptación: Se basa en la serie de Harry Potter, a partir del quinto libro.
• Género: Fantasia
• Contenido: Romance, Drama, Accion y Tragedia.
• Advertencias: Contiene Spoilers. Puede haber alguna escena subida de tono, pero no muy frecuentes.
• Otras páginas: Publique esta novela en Potterfics y Fanfiction.net

Hola, Invitado . Mi nombre es Alison y esta es mi nueva novela. Espero que les guste y que dejen comentarios porque, como seguro muchas les han dicho, los comentarios positivos son los que nos inspiran a seguir escribiendo las novelas.

An unexpected mission

Un mision que cambiara todo lo que sucedio en un mundo paralelo donde Sirius, Dumbledore y muchas mas personas inocentes pierden la vida. ¿Seran capaces estas muchachas de cumplir su mision y salvarlos? Su viaje puede traer mucha consecuencias. Estas chicas tendran que saber como lidiar con el quinto año de el trio de oro en Hogwarts. Tambien tendran que aprender a no enamorarse de la persona incorrecta.

{Camille Jackson}

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{Lucinda Jones}

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¿Podran cumplir la mision o fracasaran, haciendo que muchas personas queden afectadas?

por **NinaUnicornGrintϟ** Miér 08 Mayo 2013, 7:04 am

¡FIRST READER!
Soy NINA, ¡Hola!, ¡Quiero leer ya el primer cap!, encantada :) (?)
Ok...no xD
Ahora si, puedes ~~o te corto el pelo~~ llamarme Nina. Me encantó la sipnosis, ¡estoy deseando leer el primer cap!
CAP! CAP! CAP! CAP!
Besos <3

por **roronoa.** Miér 08 Mayo 2013, 7:33 am

¡Helou!

Soy Sara, me moló la sinopsis!

¿Se podría aparecer en la nove? Si no se puede no pasa nada, seguré siendo tu lectora

Bueno me encanta la idea de tu nove... Evitar las muertes de las personas importantes (Sirius)

Bueno besos

por **Fuckyeahfredweasley** Miér 08 Mayo 2013, 7:22 pm

. "¿Eres Camille o Lucy?" .

Una enorme luz y un hechizo que hara que estas chicas sean obligadas a tomar desiciones

.

" Ginny le dio un beso de despedida a Albus.

— Nos vemos en Navidad.

— Adiós Al —dijo Harry, a su hijo mientras lo abrazaba. — No olvides que Hagrid los invito a tomar el te el siguiente viernes, no te metas con Peeves, y no pelees con nadie hasta que aprendas a hacerlo, y no dejes que James te moleste.

— Pero ¿y si quedo en Slytherin?

El susurro fue solo para su padre, y Harry sabia que solo el momento de la despedida podría haber forzado a su hijo a revelarle realmente cuanto miedo tenia.

Harry se inclinó de forma que la cara de Albus quedo ligeramente sobre la suya, de los tres hijos de Harry, solo Albus había heredado los ojos de Lily.

— Albus Severus —dijo Harry lentamente, de forma que ni Ginny pudiera oírla, y ella fue lo bastante lista como para pretender estarse despidiendo de Rose que ya estaba en el tren. — Fuiste nombrado así en honor de dos directores de Hogwarts, uno de ellos era de Slytherin y fue probablemente el hombre más valiente que yo he conocido.

— Pero digamos que...

— ..entonces la casa de Slytherin habría ganado a un magnífico estudiante ¿cierto? Y no nos importa a nosotros Al. Pero si te importa a ti, déjame decirte que puedes ser capaz de elegir Gryffindor sobre Slytherin, el sombrero seleccionador toma en cuenta tu opinión.

— ¿De verdad?

— Lo hizo conmigo —dijo Harry

Jamás le había dicho a ninguno de sus hijos aquello, y vio la ilusión en la cara de Albus cuando lo dijo. Y mientras la puertas se cerraban a lo largo del tren escarlata, y las líneas borrosas de los padres se inclinaban para el ultimo adiós, Albus brinco al tren y Ginny cerró la puerta detrás de el.

Los estudiantes colgaban de las ventanas que tenían mas cerca, un gran número de caras, dentro y fuera del tren parecía que se volvían hacia Harry.

— ¿Qué están viendo? —dijo Albus mientras el y Rose volteaban alrededor para ver a los demás estudiantes.

— Que no te preocupes —dijo Ron. — Es a mí, soy extremadamente famoso.

Albus, Rose, Hugo y Lily se rieron. El tren empezó a moverse y Harry camino a su lado viendo la pequeña cara de su hijo, en la que se reflejaba gran emoción. Harry siguió sonriendo y despidiéndose, aunque se sentía un poco temeroso de ver a su hijo alejarse de el.

El ultimo rastro de vapor se evaporo en el aire de otoño, el tren dio la vuelta en la esquina, mientras que la mano de Harry aun estaba levantada en despedida.

— Va a estar bien —dijo Ginny

Mientras Harry la miraba, se llevó la mano lentamente hacia la frente, tocando la cicatriz.

— Se que lo estará.

La cicatriz no le había dolido en diecinueve años. Todo iba bien."

"Todo iba bien" Con esa ultima frase, cerro el libro con fuerza. Las lágrimas salieron involuntariamente de sus avellanas ojos, no pudo evitar hipar y se sintió la persona más tonta del mundo. Pues claro, según algunas personas, llorar por un libro era algo tan estúpido como decir que la magia era real. Pero a ella no le importaba en lo más mínimo, no le importaba parecer una estúpida, solo le importaba una cosa: Harry Potter. La saga de Harry Potter había sido su infancia y toda su adolescencia. No lo superaba y no lo podría superar nunca. ¡Por Merlín y sus calzones! ¿Qué le costaba a J.K Rowling hacer algún otro libro? Era la octava vez que leía "Harry Potter y las reliquias de la muerte" pero no se podía cansar de ese libro. Lo leía, lo releía y lo volvía a leer. Podría apostar que se sabía cada parte de ese bendito libro, y tenia que admitir que le enorgullecía.

Se levanto de la banca en la cual estaba sentada y tomo su bolso consigo. El instituto estaba callado, mas callado que nunca, pero no le dio importancia. Había algo raro ahí, lo sabía. Vio a lo lejos a Samantha Sheik, una compañera de ciencias, y se acerco a ella.

— ¿Samantha? —la chica no contesto. — ¿Sam? —seguía sin respuestas. — ¡¿Sam?! —pregunto gritando un poco, y moviéndola.

La chica pego un salto, y se saco los auriculares que tenia en las orejas.

— Camille —suspiro aliviada. —Me has dado un susto, ¿Qué sucede?

— ¿Tienes alguna idea de porque no hay nadie aquí?

— ¿Acaso no te enteraste? —inquirió ella sorprendida. — Matthew Moon fue retado a una pelea por Nicholas Rentz.

— ¡¿Qué?! —grito ella y, sin dejar que Samantha reaccione, salió corriendo en ayuda de su mejor amigo.

Aun con el libro en la mano y el bolso en el hombro, Camille salió corriendo en dirección al gimnasio. Agradeció al cielo haber sido ligera, ya que llego rápido. En el centro del gimnasio había una gran ronda de alumnos que coreaban y aplaudía. Camille se acerco rápidamente y pudo ver como Matt y Nicholas se intentaban pegar mutuamente.

— ¡Matt! —grito ella, poniéndose entre medio de ambos hombres. — ¿Qué demonios crees que estas haciendo?

— Mira quien llego, Moon. Tu adorada noviecita, Jackson. —se burlo con arrogancia, Nicholas Rentz, mientras intentaba limpiarse la sangre que le salía de la nariz.

— Arrójate a un inodoro y tira de la cadena, Rentz. Hazle ese favor al mundo. —escupió con enojo, Matt.

— Ya quisieras que te haga ese favor, Moon.

— ¡Cierra la jodida boca, mono de zoológico! —grito Camille, preguntándose a si misma si matarlo o torturarlo.

En ese momento Nicholas se acerco peligrosamente a ella y la tomo del cuello del uniforme.

— Mira Jackson, no te gustaría verme enojado.

— ¿Eso es una amenaza? —pregunto desafiándolo, sin importarle el hecho de que la podría golpear en cualquier instante, y que el era cuatro veces mas que ella.

— Claro que si, Jackson, claro que es una amenaza.

— No te tengo miedo, Rentz. —mintió descaradamente.

— ¿Quién te crees que…?

— ¿Señor Rentz? —dijo una voz firme, a sus espaldas. —Venga conmigo a mi oficina, tenemos que hablar.

Nicholas soltó a Camille y siguió a la directora por los pasillos. Luego de que los dos se fueran, una cabellera rubia ceniza se asomo. Lucy Jones, apareció con una sonrisa radiante y, luego de mirar por donde Rentz se había marchado, sonrió burlonamente.

— ¿Fuiste tu, Lu? —pregunto Camille, con una sonrisa amplia.

— ¿Quién mas seria, Cami-can? —respondió ella arrogantemente. Lucy Jones era la mejor amiga de Camille, al igual que Matt. Lo único que hacia que Cam y Lucy fueran mas unidas era su amor por Harry Potter.

— Eres la mejor.

— Ya lo se, no hace falta que lo repitas. —comento con arrogancia, pero su cara paso a una de preocupación instantáneamente. — ¿Estuviste llorando, Cam?

« Maldita Lucy, y su maldito tercer ojo » pensó Camille con amargura.

— Si, pero no…

— ¿Te hizo algo ese desgraciado? Si te hizo algo créeme que yo lo voy a castrar. —dijo ella con enfado.

— No estaba llorando por eso, Lucy. —la corto ella, mostrándole el libro que tenia en la mano.

Lucy soltó un suspiro de comprensión. —Ya entiendo. ¿Séptima vez, cierto?

— No, octava.

Lucy rio.

— ¿Qué parte leíste para ponerte a llorar? —inquirió ella, con una sonrisa. — ¿La muerte de Dobby, Snape o Fred?

Lucy sabia que el personaje que mas debilidad le causaba a Camille, era Fred Weasley. Aun recuerda la primera vez que leyó su muerte, tuvo que llevarla al baño para que nadie se preocupara por la forma en la que lloraba.

— Ninguno de esos. —contesto ella, con tristeza. —Estaba leyendo las últimas líneas que fueron publicadas de la más grande saga de todo el mundo.

— El prologo. —susurro Lucy, con tristeza. A ella también le dolía saber que había terminado. — ¿Tienes que hacer algún trabajo o te vienes directamente conmigo? —pregunto, para cambiar de tema.

— Contigo. ¿Y tu Matt? —pregunto al chico, el cual estaba sentado a su lado limpiándose las lastimaduras. — ¿En que momento conseguiste la silla? —dijo confundida.

— Mientras ustedes hablaban de Harry Potter. —dijo el, encogiéndose de hombros. — Yo tengo que ir a la casa de Nathaniel Parren, para hacer un trabajo de francés.

— Bueno, nos vemos Matt. —lo saludo Camille, dándole un beso en la mejilla.

— Adiós, pecoso irritable. —dijo Lucy, riendo.

— Hasta mañana, gnomo asqueroso. —saludo el, riendo. —Nos vemos, Cami-can.

Ambas muchachas salieron del instituto y emprendieron su camino hacia la casa de Lucy, la cual no estaba muy lejos. Caminaron mientras contaban cosas que solo ellas comprendían: chicos, Harry Potter, ropa, Harry Potter, comida, Harry Potter. El tema había llegado hasta el largo y extenso árbol genealógico de los Black.

— Es imposible —susurraba Lucy, sin poder creer lo que sus oídos escuchaban.

— No es imposible, Ginny y Harry son primos. —volvió a repetir Camille, con decisión. — Escucha: Cedrella Black, que era la madre de Arthur Weasley y estaba casada con Septimus Weasley, es la hija de Arcturus Black y Lysandra Yaxley. Arcturus Black era el hijo de Úrsula Flint y Phineas Negullus Black. Arcturus, abuelo materno de Arthur Weasley, tenía por hermano a Cygnus Black. Cygnus Black se caso con Violeta Bulstrode, teniendo como hijos a Pollux Black y Dorea Black, de casada Potter. Ósea, Dorea Potter y Septimus Weasley son primos hermanos, lo que hace que James Potter y Arthur Weasley sean primos en segundo grado. En conclusión, eso logra que Ginny y Harry sean primos en tercer grado pero primos al fin y al cabo. —explico ella, con voz de historiadora. — ¿Entendido?

— Si, pero aun no puedo creerlo. ¡Lily, Albus y James tendrían que haber salido deformes! —exclamo ella con horror.

Camille rio.

— Si, tendrían que haber salido def… —Cam se interrumpió al ver un gran estallido de luz en frente de ellas. — ¡Salta! —grito saltando a un costado de la vereda, junto a Lucy.

— ¿Qué demonios fue eso? —pregunto Lucy, entrecortadamente.

— No tengo ni la menos idea. —suspiro ella, con asombro.

Antes de que Lucy pudiera responder una fuerza magnética las atrajo a la luz que había salido de allí. Camille y Lucy calleron precipitadamente sobre el suelo.

— ¡Sal de arriba mio, vaca! —grito Camille, con la voz ahogada.

— Ya quisieras tener este cuerpo, Jackson. —dijo Lucy con arrogancia, mientras se levantaba de encima de su amiga.

Camille bufo. Cuando estaba a punto de contestar, se dio cuenta que no estaban solas.

— ¿Funciono? —pregunto un hombre castaño, mirando atentamente a la chicas. Se acerco a ella y las pincho con una pequeña vara que tenia en su mano.

— Cuidadito con ese palo —advirtió Lucy, con el ceño fruncido. — ¿Funcionar que?

— ¿Tu eres Camille Jackson? — pregunto el hombre, sin sacar su varita. — ¿O eres Lucy Jones?

— Soy Lucy, pero eso no responde a mi pregunt…

— ¡Funciono! —grito el hombre feliz.

— ¡Por las bolas de Merlin, déjenme terminar! —exclamo Lucy enfurecida, sorprendiendo a todos los presentes. — Gracias, ahora… ¿Qué es lo que funciono?

— Lucy. —advirtió Camille, con tono reprobatorio.

—¿Qué? Solo estoy preguntando como es que llegamos a este lugar. —Lucy dio vueltas para mostrarle el lugar donde se encontraban, extrañamente le parecia familiar.

— Esta casa me parece conocida —murmuro Camille para si misma, aunque todos la escucharon.

La casa estaba desvencijada y ruinosa, decorada con distintas tonalidades de verde. El ambiente era húmedo, olia a algo podrido y dulzón. Tenia un aspecto tenebroso y siniestro. Amabas chicas no pudieron evitar estremecerse al estar en ese lugar, que era sin duda, un ambiente para nada agrandable.

— Tienes razón —coincidió la rubia.

— ¿Dónde estamos? —pregunto Camille, mirando a las personas que las miraban confundidos.

— ¿No querían saber como llegaron aquí?

— Prefiero saber primero donde estoy, y luego preguntarme como llegue aquí.

— Este lugar de llama Grimmauld Place. —contesto el hombre, luego de un largo suspiro.

por **Frey.** Jue 09 Mayo 2013, 1:00 am

Holiiiiiiiiiiiiiiiiii, Aly<3 (Ya se, que llevadita:c)
El capitulo fue tan... lkdjalsdjaljdñlajkl<3
Me senti tan identificada con Lucy, (de hecho siempre me quise llamar así)
Es genial, es perfecta tu novela.
Espero que la puedas seguir pronto:3
Kisses<3

P.S:
¡NEW READER!

por **roronoa.** Jue 09 Mayo 2013, 3:11 am

Oh my Bieber!!
GRIMMAULD PLACE!!!
Yo si estuviera alli ya me hubiera puesto a gritar
AHHHHHHHHHHH!! XD
Me encanta el capi,
siguela en cuanto puedas
xox

por **Fuckyeahfredweasley** Jue 09 Mayo 2013, 11:31 am

. La Razon

¿Porque estamos aqui? ¿Como es posible?

.

Acurrucada contra la cama, se podía ver una suave cabellera castaña. La muchacha estaba arrinconada contra la pared de la habitación rememorando cada cosa que había sucedido los últimos veinte minutos. No podía evitar sentirse intimidada ante tal habitación, ya que era oscura, elegante y siniestra, combinando a la perfección con la casa. La habitación estaba pintada de colores esmeralda y plata, envolviendo la cama, las paredes y las ventanas. Un escudo extraño estaba pintado en la cama, junto a ella, y al lado se podía leer "Toujours Pur". En la pared había una colección de recortes amarillentos de periódico, todos colocado junto a modo de collage.

Lucy estaba dormida en la habitación de al lado, con su cabellera rubia cayéndole por toda la espalda. Después de tal conmoción, había caído desmayada y las personas que estaban allí, habían ayudado a Camille a recostarla en una cama. Camille se sentía sola en esos momentos, tenía una inmensa necesidad de ir a la habitación de al lado, tirarle agua a Lucy y despertarla para que pudieran hablar de lo ocurrido, pero no se sentía capaz de despertarla. Aun no podía creer lo que acababa de suceder, era una mala jugada que le habían echo a su cerebro, estaba fuera de lógica.

Flashback

Lucy y Camille estaban mirando atentamente a las personas que estaban frente a ella, probablemente buscando alguna pista sobre la broma que le estaban jugando. Pero no encontraron ninguna mueca de burla, ni nada parecido. Eso irrito más a Lucy.

— ¿Perdón? —pregunto, rompiendo el tenso silencio que se había formado desde las ultimas palabras que el hombre castaño había pronunciado. Lucy frunció el ceño, odiaba que le tomaran el pelo y, para ello, esta era una de las bromas más idiotas que había escuchado. Camille negó mentalmente con la cabeza, Lucy estaba enojada. — ¿Qué clase de broma idiota es esta? ¿Acaso creen que tenemos once años? —alzo la voz, frunciendo aun mas el ceño. Camille no pudo hacer otra cosa que hacer una mueca, Lucy enojada no era buena combinación y eso lo sabía por experiencia.

— ¿Broma? —pregunto extrañado, el hombre castaño. Uso un tono de voz que parecía como si Lucy hubiera afirmado que le estaba por crecer un tercer ojo. — No entiendo porque esto seria alguna clase de broma.

— Claro, ¿Cómo pude pensar que esto era una broma? —ironizo Lucy, rodando lo ojos. — ¿Ahora vas a decirme que el Rey Arturo va a aparecer mágicamente aquí y me regalara un vestido? —volvió a ironizar.

Camille pudo distinguir el destello de frustración que apareció en los ojos del hombre.

— ¿El Rey Arturo? —el hombre bufo. — El murió hace muchísimos años, al igual que el mago Merlín.

— ¡Eso ya lo se! —estallo Lucy, fulminando al castaño con los ojos. — ¿Qué tan ignorante o idiota crees que soy? Primero lo de Grimmauld Place ¿y ahora esto? —La rubia parecía echar chispas por lo ojos.

— Lucy-luz —la llamo suavemente, Camille. — No hace falta que grites, es una casa pequeña y creo que todos los presentes podemos escucharte bastante bien sin que eleves tu voz. —Lucy pareció reflexionar las palabras de su amiga, tomo un largo suspiro y asintió.

— Por fin, alguien que pudo calmar a la furia. —bromeo otro hombre que se encontraba al lado del castaño. Su pelo era de un color negro oscuro pero, gracias a la buena vista que Camille tiene, pudo distinguir unos cuantos reflejos azules. "Negro azulado, muy lindo" pensó ella, sonriendo internamente. A pesar del color vivido de su cabello, el hombre parecía demacrado. No parecía muy alegre, como si algo lo hubiera arruinado para siempre. — Ya me preguntaba yo si alguien podría callarla. —ambas muchachas fulminaron con la mirada al hombre, y este se encogió de hombros con una sonrisa inocente.

—Entonces, ¿Qué hacemos en este lugar?

— ¿Camille, cierto? —la muchacha asintió. —Bueno, hace unos pocos días descubrimos que habían dos personas que serian de mucha utilidad en nuestra lucha con Voldemort, ósea que, sabían muchas cosas que a nosotros nos ayudaría a derrotarlo. Por eso, Dumbledore…
Lucy lo interrumpió.

— ¿Dumbledore? —inquirió sorprendida.

— Bueno, Dumbledore es un mago que…

Esta vez fue Camille la que lo interrumpió.

— Sabemos quien es Dumbledore, prosiga.

— Bueno, el nos dijo que teníamos que lograr hacer un hechizo para convocarlas. Al principio no creíamos que eran ustedes pero al poco tiempo nos dimos cuenta que ustedes eran las chicas de las que tanto hablaba Dumbledore.

— Eso es cierto, nosotras sabemos un montón de cosas sobre el futuro de Voldemort. —admitió Camille. — Pero, nose porque nos requería especialmente a nosotras cuando podría haber elegido a cualquier muggle.

— Esa es la razón, señorita Jackson. —una voz resonó detrás de ellas, ambas se voltearon.

Alli se encontraba Albus Dumbledore, director de Hogwarts y el hombre al que Camille y Lucy más admiraban. Creían que era una de las personas más valientes que existían y de las más inteligentes. Sabían su historia y entendían el dolor que este sentía, y la razón por la cual había escondido todo. Albus Dumbledore, estaba vestido por una larga túnica morada y un sombrero puntiagudo a combinación. Sus ojos eran del color del mar y, aunque estaban escondidos detrás de unos pequeños lentes medialuna, parecían que te atravesaba como los rayos X. Dumbledore sonrieron a ambas chicas y asintió de modo de felicitación a los demás miembros de la Orden del Fenix.

— No entendí —admitió Lucy, confundida. — ¿Cómo que esa es la razón?

— Yo tampoco entendí. —coincidió Camille.

— Lo que sucede es que ustedes no son muggles. —Esa noticia sorprendió a las dos muchachas. "Este viejo esta totalmente loco de la cabeza" pensó Lucy. — No, señorita Jones. No estoy loco, estoy diciéndole la verdad, la cual sus padres nunca se animaron a contarle. —Lucy bajo los ojos avergonzada, Dumbledore había entrado en su mente.

Camille fulmino a Lucy con la mirada.

— Eso es imposible. —susurro Cam.

— No lo es, señorita Jackson. Si bien recuerdo, su padre era Rupert Jackson. —Camille asintió. — El estudio sus años en Hogwarts, en la maravillosa casa de Ravenclaw. Luego de terminar los estudios, conoció a Rebecca Sheik, ¿Su madre, cierto? —la chica no pudo hacer otra cosa que asentir, estaba demasiado concentrada en lo que Dumbledore contaba.

«Tu padre se unió a la Orden del Fenix unos meses después de que se casara con tu madre. En sus años de Hogwarts fue muy amigo de Remus Lupin, Sirius Black, Peter Pettigrew y James Potter. ¿Sabes quienes son? —la chica murmuro un suave "claro". —Por eso, Rupert nombro a Remus Lupin como tu padrino. Unos meses después de tu nacimiento, 15 de agosto, tu padre se encontraba en una misión con los McKinnons y fueron atacados por unos mortífagos. Tu padre fue una de las peores pérdidas, Camille, era muy querido entre nosotros. —Camille no pudo evitar que una lágrima rodara por su mejilla. Sintió una mano en el hombro y volteo, el hombre castaño le estaba brindando una sonrisa reconfortante.

Camille le sonrió.

— Tu madre era muggle, por eso eres mestiza. Rebecca decidió mudarse al mundo muggle de nuevo luego de la muerte de tu padre, alejándote a ti de nuestro mundo. —continuo contando, Dumbledore. — Por cierto, ¿ella como se encuentra?

— Muerta —contesto Camille, con tristeza. Dumbledore abrió los ojos sorprendido. — Hace tres meses, luego de llegar de la escuela. Me encontraba con Lucy, teníamos que ir a mi casa por un trabajo particular, pero cuando llegamos las ventanas de mi casa estaban rotas. Entramos asustadas pensando que seria un ladrón, pero allí no había nadie. Buscamos por toda la planta baja a mi madre, le sugerí a Lucy si podíamos verificar arriba antes de llamar a la policía.

— ¿Qué son los procesias? —inquirió el hombre de pelo negro-azulado.

— Policías, Sirius, policías. —le corrigió el hombre castaño. — Son gente muggle que se encarga de atrapar a los muggles que cometen crímenes, como lo aurores.

Sirius asintió.

— ¿Sirius? -inquirió Camille, sorprendida. — ¿Sirius Black?

El hombre asintió, con un deje de arrogancia.

— Es increíble —murmuro audiblemente. — ¡Eres un merodeador! —chillo contenta, dando un pequeño salto de emoción. Luego se dio vuelta hacia el hombre castaño. — Si el es Sirius, entonces ¡Tu eres Remus Lupin! —volvió a gritar, aun emocionada. Lucy y Dumbledore la miraban con diversión, parecía una nena en navidad. — ¿Eres Remus Lupin, cierto? —Remus asintió. — Tu eres mi padrino —dijo mas para si misma que para el.

— Si, lo soy. —afirmo él. — Lamento mi ausencia estos, ¿15 años? —Camille asintió. — Estos quince años. —termino diciendo.

— No importa. Bueno, como le decía señor Dumbledore. —continuo Camille. —

« Con Lucy subimos hasta la plata superior de mi casa. Esa parte de la casa era la que en peor estado se encontraba. Lo primero que escuche fue el grito de Lucy, la cual se había separado de mí y había ido a buscar a mi madre en el baño. Cuando llegamos pudimos leer que en el espejo estaba escrita una frase en latín. Lucy y yo sabemos latín porque mi madre siempre creyó que seria necesario. La frase era aterradora y estaba escrita con sangre, sangre de mi madre, decía "Un escondite por muy bueno que sea nunca termina siendo suficiente". Nunca pude entender lo que eso significaba exactamente pero ahora que me cuentan sobre la historia de mis padres, la historia cierra. Luego de ese momento Lucy y yo nos adentramos a la habitación de mi madre, pero no había sangre como nosotros esperábamos. Mi madre estaba tendida boca arriba en el suelo de su habitación, muerta. Estaba muerta, pero no tenia marcas de asesinato aunque no había duda que lo había sido. Lo único que demostraba un deje de violencia fue en su palma derecha, la cual emanaba sangre y el corte era en forma de "LV".

— Lord Voldemort —susurro Remus, Camille le dio la razón.

— Mi duda, sin embrago, es ¿Con quien has estado viviendo? —interrumpió Dumbledore.

— Conmigo, señor. —contesto Lucy.

Dumbledore sonrió y luego asintió.

— ¿Alguna otra pregunta?

— Tengo muchas pero la que mas me interesa en este instante es, ¿Qué hay de mí?

— Usted también es bruja, señorita Jones. —contesto Dumbledore. — Aunque eres nacida de muggles.

— Yo también tengo una pregunta, señor. Si todo esto del mundo mágico es cierto, ¿Por qué nunca nos llego la carta de Hogwarts a los once años?

— Tu madre no quería que la molestáramos, nos advirtió de que no te contáramos acerca de nuestro mundo. Aun que, sin duda, ese plan fallo cuando mi muy amiga, Joanne, una psíquica muy capacitada, decidió escribir un libro acerca de Harry.

— Pero si ella escribió esos libros, ¿Cómo sabe que Voldemort no los leerá? —pregunto Camille, confundida.

— Porque activo un encantamiento para que ningún mago mayor de once años podría leerlo, ósea, ningún mago que sepa de la existencia de Hogwarts.

— ¿Qué hay de los niños menores de once años que son de familias puras o mestizas? —inquirió Lucy.

— Tampoco.

— Asi que usted nos necesita a nosotras para que le digamos que sucederá, ¿Y Joanne no puede decírselo? —pregunto Camille.

— Me temo que hace unos cuatro meses, Joanne fue capturada por los mortífagos y liquidada por negarse a revelar información del futuro del niño que vivió.

Lucy y Camille asintieron, era mucho que procesar.

— ¿Quiere que se lo digamos ahora?—pregunto Lucy.

— No, no quiero que me lo cuenten a mí. Quiero que asistan a Hogwarts y se encarguen de que todo lo benefactor para nosotros se cumpla y, si hay muertes innecesarias, que las detengan. —dijo Dumbledore, firmemente. Las chicas asintieron y se miraron. Ambas sabían que estaban pensando en la misma persona, Sirius.

— Creo que deberían descansar un poco, ha sido mucha la información que les he dado y creo que necesitan un poco de tiempo para pensarlo.

— Los únicos cuartos en los que se puede dormir tranquilamente sin que ninguna rata las despierte, es mi cuarto y el de Regulus. —informo Sirius, con una media sonrisa. — ¿Saben quien es Regulus, cierto?

—Claro, Regulus Arcturus Black. Segundo primogénito de Walburga Black y Orión Black, hermano de Sirius Orión Black. Se convirtió en mortifago antes de terminar sus estudios y murió después de unos años gracias al arrepentimiento que le causo ser parte de tal abominación. Según Walburga y Orión, Regulus era el hijo perfecto y el único que merecía la herencia, ya que odiaban a su hijo mayor Sirius. Regulus, al igual que casi toda la familia Black, fue elegido en Slytherin. Eso fue lo que rompió el poco lazo de hermanos que quedaba entre Sirius Black y Regulus Black. En su adolescencia, Regulus fue amigo de Lucius Malfoy, Severus Snape y Avery, o esos son los rumores. —relato Camille, como si fuera una historiadora. A Sirius se le cayó la boca del asombro, y Lucy soltó una carcajada.

— ¿Impresionante, cierto? —susurro divertida, codeándolo levemente. Sirius asintió, con una gran sonrisa.

— ¿Sabes mucho de mi familia?

— Si, me parece fascinante la cantidad de personas que se encuentran en tu árbol genealógico.

— Se lo ha estudiado todo. —rio Lucy. — Yo quiero tu cuarto, Sirius. Algo me dice que es más divertido.

— Este bien, ¿A ti te molesta, Camille?

— Para nada, prefiero el cuarto "Slytherin" de tu hermano, antes de que ver un montón de chicas en bikini.

Sirius se sonrojo, y ambas jóvenes salieron de allí, soltando una carcajada.

Sirius había subido hace unos pocos minutos, informándole que a la noche iban a llegar los Weasley. ¿Se supone que tenia que actuar como si no supiera nada de ellos o de su historia? Eso si que seria difícil. Aun no podía creer su destino, era una maga. ¡Una autentica maga en el mundo de Harry Potter! Su más grande sueño se había cumplido, pero con eso, se aproximaba una guerra dura y sangrienta. Además, tendría que ayudar mucho a Harry ya que su quinto año había sido, probablemente, el más difícil del chico que vivió. Tambien estaba el hecho que debía intentar soportar al sapo rizón, vestido de rosa. Tampoco sabía como iba a poder contenerse Lucy, que era más impulsiva que ella. Entre esos pensamientos, sus ojos se fueron cerrando y lo último que vieron fue la habitación verde del difunto hermano de Sirius. "Magia" susurro antes de entregarse a los brazos de Morfeo.

por **roronoa.** Dom 12 Mayo 2013, 7:54 pm

Oh Dios mío!!!
Amé el capitulo! De verdad y si evita la muerte de Canuto!!
Es uno de mis personajes favoritos (ciertamente XD)
Besos

por **InfiniteMoment** Vie 31 Mayo 2013, 9:32 pm

OMG
Nueva Lectora!!!
aslkhslkdsh Me Encanta!!!
Tienes que Seguirla c:

por **Fuckyeahfredweasley** Vie 31 Mayo 2013, 10:42 pm

. Los recien llegados .

¿Porque de todas las situaciones Weasley que oyeron justo tenian que presenciar la pelea de Percy y Arthur?

.

Unas voces irrumpieron en el silencio de el numero 12 de Grimmauld Place, un golpe sordo y un espantoso, ensordecedor y espeluznante alarido que sonó por toda la mansión: "¡Cerdos! ¡Canallas! ¡Subproductos de la inmundicia y de la cochambre! ¡Mestizos, mutantes, monstruos, fuera de esta casa! ¿Cómo os atrevéis a contaminar la casa de mis padres?". "Que linda forma de despertar" ironizo Lucy, levantándose de la cama. Se puso un chaqueta que tenia en el bolso de la escuela, que había viajado con ella, y bajo a recibir a los nuevos invitados, los Weasley. Había usado sus horas de sueño para reacomodar sus recuerdos, aun no lo podía creer pero tendría que hacerlo tarde o temprano.

Bajo las escaleras arrastrando los pies, y con una mueca de cansancio plantada en su cara. Definitivamente Lucy Jones no estaba en su mejor hora del dia. El pelo rubio estaba atado en un pequeño moño despilfarrado, sus ojos celestes estaban somnolientos. Debajo de estos, tenia ojeras que no la favorecían para nada y, por ultimo, estaba vestida por un pequeño pantalón marrón desgastado que Remus le había prestado para que pudiera dormir cómoda y una chaqueta color verde musgo. Al terminar su recorrido por las escaleras no pudo creer que eso no fuera un sueño.

En el pasillo se encontraban ocho cabezas pelirrojas y otras cuantas desconocidas. Sirius, que fue el primero en verla bajar, le hizo una seña para que se acercara. Esa seña fue detectada por los Weasley y se dieron vuelta. Lucy reconoció a cada uno de ellos: Molly Weasley, la cual estaba sonriéndole bondadosamente junto a su marido, Arthur Weasley; Percy Weasley, el cual estaba parado junto a su familia pero no prestaba atención a lo que sucedía; George y Fred Weasley, los cuales la estaban mirando con curiosidad y con una mueca burlona incluida. "Debe ser por mi apariencia" pensó ella; Ginny Weasley, la menor de la familia Weasley y la primera mujer en generaciones. Ella también la miraba con curiosidad pero, a diferencia de la cara burlona de los gemelos, la de ella era amable. ; Y por ultimo, Ron Weasley. Lucy lo reconoció al instante ya que era el menor de los hermanos Weasley y, probablemente, tendría la misma edad que ella. Él la estaba mirando, al igual que sus hermanos, con curiosidad pero con desconfianza también.

— Ella es Lucy Jones —la presento Sirius, rompiendo el silencio. — Es la nueva miembro de la Orden del Fenix, junto a su amiga. —esto ultimo se lo dijo a Arthur y Molly, los cuales abrieron los ojos como platos. —Espero que la traten como deben.

Los Weasley y las demás personas asintieron.

— Lucy ellos son los Weasley. —señalo a los pelirrojos. — Molly y Arthur —los nombrados asintieron. — Percy. —el aludido solo se limito a asentir sin interés. — Los gemelos, Fred y George. —ellos sonrieron. — Y por ultimo, pero no menos importante, Ron y Ginny. — Ambos asintieron, pero Ginny se acerco hasta ella y le estrecho la mano.

— Un gusto, soy Ginevra Weasley, pero todos me dicen Ginny a menos que quieran resultar heridos. —sonrío inocentemente, mientras su familia reía. Los señores Weasley y Percy entraron a una habitación junto a Remus y las demás personas. Los únicos que quedaron fueron los Weasley, Lucy y Sirius.

— Lucinda Jones, pero mis amigos me dicen Lucy por la misma razón que tu. —Lucy sonrió al igual que Ginny, haciendo reír a los otros. — Y mi mejor amiga, Camille, me llama Lucy-luz aunque nose porque. —se encogió de hombros.

— Porque eres tan rápida con chicos como la luz —bromeo Camille, sonriendo desde la escalera. Nadie la había visto llegar, ni siquiera Lucy.

A diferencia de Lucy, Camille se había arreglado un poco para bajar a saludar. Tenía puesto un suéter color canela, que por cierto también tenía en su bolso escolar, y un jean desgastado que usualmente usaba para llevarse a la casa de Lucy. Su cabello castaño estaba suelto y lacio, terminando en pequeñas ondas.

— Eso no es cierto. —protesto Lucy, con indignación.

Todos rieron.

— Para nada —ironizo Camille.

— Chicos, ella es… —Sirius fue interrumpido por Camille.

— Camille Jackson, mucho gusto. —sonrió ampliamente. — Aunque el mono con peluca que esta a mi lado me llama Cami-can.

— ¿Mono con peluca? —chillo Lucy, indignada. — Ya quisieras parecerte a mi, Jackson.

— Claro, y viéndote ahora más envidia me das, Lucy-luz. —rio la castaña.

— Bueno Camille, ellos son: Fred, George, Ron y Ginny. —presento Sirius, señalando a cada uno.

— Un gusto. —contesto ella.

— ¿Es cierto que ustedes están en la Orden? —pregunto George.

— Si, nos ha incluido Dumbledore. —respondió Lucy con arrogancia. Camille le echo una mirada fulminante.

— Si, hemos tenido la suerte de ser incluidas. —contesto Camille.

— ¿Por qué? —inquirió Ron, mirándolas con desconfianza.

— La verdad no tengo idea de porque, Ron. —Camille se encogió de hombros. Eso pareció relajar un poco más a Ron, que relajo los hombros y se permitió sonreírle levemente.

Un fuerte golpe asusto a todos. Por la puerta salía un muy enfadado Percy y su padre atrás, del mismo modo. Ambos pelirrojos estaban colorados por la furia y empezaron a gritarse mutuamente. Los Weasley, Lucy, Camille y Sirius se acercaron para oír lo que sucedía.

—¡… Por el amor de Merlín, Percy! —gritaba el señor Weasley. — ¡Fudge solo te ha ascendido porque quiere tenerte en su oficina asi te utiliza para espiarnos a nosotros y a Dumbledore!

— ¡¿Acaso crees que soy tan inútil que no puedo conseguir un ascenso por mis propios medios?! —rebatió Percy. Si bien Lucy y Camille sabían que eso iba a suceder, no sabían que la pelea entre ellos dos iba a ser tan intensa. — ¡¿Sabes lo que he luchado por luchar contra la mala reputación que llevas en el ministerio desde que entre a trabajar en el Ministerio?! ¡No tienes ambición y eso por eso que siempre hemos sido pobres! —grito con furia contenida. El señor Weasley estaba con la boca abierta de la impresión y la señora Weasley, que estaba parada en la puerta junto a Remus, tenía los ojos llenos de lágrimas.

— ¡Te dimos todo lo que pudimos darte, Percy! —grito el señor Weasley, cuando recupero el habla. — Prefiero estar en esta situación que ser como Malfoy que anda lamiendo las suelas de Fudge, solo para no caer en Azkaban que es donde merece estar. Eso tú lo sabes, sabes que Lucius Malfoy es un mortifago y que ayudo a el-que-no-debe-ser-nombrado a regresar. ¿Sino porque crees que Dumbledore esta…? —Percy lo interrumpió.

— ¡Dumbledore! —gimió Percy con desprecio. — ¡Eres un idiota por relacionarte con alguien tan mentiroso como Dumbledore! ¡En cualquier momento Dumbledore se va a hundir a causa de sus mentiras, y tu te hundirás con el! —volvió a decir. — Y yo triunfare porque yo se donde mi verdadera lealtad esta: con el Ministerio.

— No puedo creer que creas eso. —murmuro el señor Weasley, herido.

— ¡Si ustedes van a convertirse en traidores al ministerio, tengo pensado asegurarme de que todo el mundo sepa que ya no pertenezco a esta asquerosa familia! —dicho eso, Percy se dio vuelta y subió al que había sido asignado su cuarto.

La casa entera quedo en profundo silencio, un silencio incomodo. Pasaron unos pocos segundos hasta que alguien rompió ese silencio, la Señora Weasley. Todos se dieron vuelta para ver a Molly, quien tenía ambas manos en la cara y sollozaba fuertemente. Su marido se acerco hasta ella y la rodeo con sus brazos. Lucy y Camille se fijaron en la cara de los hermanos de Percy, estaban todos furiosos. Ron y Ginny tenían el entrecejo fruncido, pero se podía notar que también estaban sorprendidos. Fred y George no ocultaban su enojo y, lo que pensaron Lucy y Camille, era que buscarían la forma de atacarlo con algún elemento de sortilegios Weasley.

— Les sugiero que suban arriba. —les murmuro Sirius. — ¿Camille? ¿Lucy? ¿Podríanmostrarles a los chicos las habitaciones? —las chicas asintieron.

— ¿Cuáles van a ser las habitaciones, Sirius? —pregunto Camille.

— Mi habitación puede ser usada por los gemelos, ya que no creo que ustedes quieran dormir ahí. —las chicas rieron, pero los Weasley las miraron confundidos. La habitación que usaba mi prima Bellatrix cuando venia de visita puede ser la des ustedes dos, Ginny y Hermione, que llega mañana.

— ¿Hermione? —pregunto Camille, suponiendo que ella no debía saber quien era Hermione.

— Mi amiga —contesto Ron.

— Ah, esta bien.

— Y la habitación de Regulus puede ser usada por Harry y Ron. —finalizo Sirius.

— Esta bien. Vengan que les mostraremos. —afirmo Lucy, subiendo por las escaleras.

Los Weasley asintieron y siguieron a la dos chicas. La primera habitación era la de Sirius, en la que dormirían los gemelos. Camille abrió la puerta, dejando que los Weasley pudieran observar la habitación.

— Esta es la habitación de Sirius —explico Camille, señalando la habitación. — Aquí dormirán ustedes, Fred y George. —los susodichos asintieron. Camille los guio a la siguiente habitación. — Esta es la habitación de invitados, y en la que dormiremos yo, Lucy, Ginny y Hermione.

Era la habitación menos terrorífica, ya que era la habitación de invitados y en el pasado, la familia de Sirius solía quedarse allí. Era verde al igual que toda casi todas las habitaciones, pero era menos oscura. Al salir de la habitación, se acercaron a una que decía: "No Pasar sin el Permiso Expreso de Regulus Arcturus Black".

Lucy sonrió.

— No hay nadie a quien le tengamos que pedir permiso. —comento con una sonrisa inocente. Camille la miro con advertencia, no le gustaba que Lucy tomara la muerte de Regulus a la ligera. — Pasen.

Lucy dejo un pequeño espacio entre la puerta para que todos pudieran pasar.

— Esta será tu pieza, Ron. Y la de Harry, por supuesto. —explico Camille. Ron solo se limitó a asentir. — ¿Alguna pregunta?

Fred levanto la mano.

— ¿Qué sucede, Fred?

— Soy George, Camille.

— No estoy para jueguitos, sé que eres Fred porque me acuerdo de como ibas vestido. —explico Camille, con fastidio.

— ¿Te acuerdas de cómo iba vestido, Jackson? ¿Ósea que te cause mucha impresión? —inquirió, alzando una ceja y poniendo una sonrisa torcida que pretendía ser sexy.

— No seas imbécil, Weasley. Nadie se olvida de algo tan pronto a menos que tengan un cerebro del tamaño de un mosquito. —le espeto ella con irritación. George, Ron, Ginny y Lucy soltaron una carcajada. — Volviendo a lo de antes, ¿Cuál era tu pregunta?

— Cierto, me había olvidado. —volvió a poner otra sonrisa torcida. — ¿Me he muerto o es el cielo el que me mando un ángel tan lindo como tu? —sonrió pícaramente y le guiño un ojo.

Todos, incluida Camille, soltaron una carcajada.

— ¿Ese es tu intento de coqueteo, Weasley? —se burló ella. —Yo creo que Mundungus Fletcher tiene mejores cosas.

— Bueno, en realidad te iba a preguntar si eras tan buena en la cama como lo eres explicando, pero pensé que estaba fuera de lugar. —admitió el, encogiéndose de hombros como si estuviera comentando que el cielo es azul.

Camille se sonrojo hasta la medula. Los demás abrieron los ojos como platos, no pensaron que Fred seria capaz de decir algo como eso, excepto George, el cual estaba con una sonrisa burlona pintada en su pecoso rostro.

— ¡Eres un desubicado! —chillo Camille, luego de recuperarse del shock. — ¡Un asqueroso y maldito cerdo, eso es lo que eres! —volvió a chillar, aun mas furiosa. Tomo un largo respiro, y conto mentalmente hasta diez, tratando de calmarse. — Creo que ya es tiempo de almorzar. —comento ella, volviendo a su serenidad diaria.

Ginny abrió la boca para comentar algo, pero Lucy le hizo señas con la mano para que no lo haga, era mejor para todos. George, Fred, Ron y Ginny asintieron y siguieron a las dos muchachas hacia el comedor. Una de las puertas de abrió de repente. De allí, salió un muy enojado Percy junto a sus maletas. Percy salió de la habitación tan rápido que se choco con Camille, tirándola al suelo.

— Lo lamento —mascullo este, aunque Camille podía asegurar que lo hacia solo por respeto. Percy la miro, y le tendio una mano para que ella se levantara. Camille la tomo y le sonrió incómodamente.

— No hay rencores. —le respondió. Percy asintió y, volviendo a tomar su maleta, bajo rápidamente por la escalera.

Los seis jóvenes se miraron y, con una sola seña, salieron corriendo rápidamente hacia abajo para ver que sucedía cuando el señor Weasley vea que Percy se marchaba. Llegaron rápidamente hacia abajo y distinguieron a todos lo adultos que estaban mirando a Percy con cara de desilusión. Pero la mirada que mas les intereso fue la del señor Weasley: Dolor, decepción, y más dolor. La señora Weasley había vuelto a llorar y se tapaba la cara con ambas manos, mientras Remus le daba suaves palmaditas en la espalda. La mirada de Percy se encontró con la de su padre.

— ¿Sigues pensando lo mismo que dijiste hace una hora? —pregunto Arthur.

Percy asintió. — No pienso cambiar mi lealtad.

El señor Weasley negó con la cabeza demostrando lo dolido que estaba por los pensamientos de su hijo, y le señalo la puerta, señalándole su posibilidad de dejar el lugar. Percy miro la puerta, volvió la mirada hacia los presentes, asintió en modo de despedida y salió del lugar con la maleta arrastrada detrás de el. La Señora Weasley volvió a romper en llanto y su esposo la rodeo con los brazos.

— Es hora de almorzar —dijo Sirius, luciendo incomodo. — ¿Mundungus te quedas a cenar? —el aludido asintió, la señora Weasley soltó un gemido de disconformidad a pesar de estar llorando. — ¿Kingsley?

— Lo siento, Sirius. Tengo que volver al ministerio. —respondio Shacklebolt. — ¿Vienes conmigo, Tonks? —la pelirrosa negó.

— Me quedare a almorzar, luego iré hacia el ministerio. —contesto ella, con una tímida.

— Esta bien, adiós. —dijo Kingsley saludando a todos. — ¿Arthur? —llamo a cinco pasos de la puerta. El señor Weasley lo miro. — Prometo asegurarme de que no le pase nada. —Era obvio que hablaban de Percy. El señor Weasley le sonrió agradecido. Kingsley salió por la puerta rápidamente.

— Arthur, tu familia y tú se quedan hasta el primero de septiembre, ¿cierto? —el señor Weasley asintió. — ¡Qué bueno! —sonrió Sirius, con sinceridad. — Dedalus, Elphias ¿Ustedes se quedan a almorzar o tienen que irse?

— Me encantaría quedarme, pero no puedo. Lo lamento. —contesto Dedalus Diggle, respondio con voz chillona. Y se dirigió por el mismo camino que Kingsley.

— Yo también tengo que marcharme. —respondio Elphias Doge.

Y así se fueron yendo varios miembros de la orden: Hestia Jones, Sturgis Podmore, Alastor Moody y Emmeline Vance. En la casa los únicos presentes eran la familia Weasley, Remus Lupin, Sirius Black, Nymphadora Tonks, Lucy Jones y Camille Jackson.

La señora Weasley, la cual seguí deshecha, fue obligada por Sirius a sentarse en la mesa y no preparar nada. Por eso, las encargadas de hacer la mesa eran Camille y Lucy. La cena transcurrió serena y pasible, la Señora Weasley había logrado calmarse y en ese momento estaba regañando a los gemelos por usar magia cuando no la necesitan. Una grito ahogado hace que todos se den vuelta hacia la persona que emitió el sonido, era Tonks.

— ¡Ron! —exclamo ella, luciendo horrorizada. Ron muestra cara de confusión. — Me olvide de decirte que cuando entramos pude alcanzar a ver como una lechuza blanca llegaba, por eso tarde más. La carta venia dirigida a ti pero con todo lo que paso me olvide de dártela. —Tonks sacó del bolsillo de su túnica de auror, una pequeña carta arrugada. — Lo lamento. —volvió a repetir.

— No te preocupes. —Ron agarro la carta y la leyó. Toda la mesa estaba en silencio esperando que Ron dijese algo. — Es de Harry —dijo finalmente, luego de leer la carta. — Y está enojado, demasiado diría yo.

— ¿Por qué? —pregunto la Señora Weasley, curiosa.

— Estoy segura de que es porque se siente desinformado e ignorado. —comento Tonks.

— ¿Pero es que no sabe que corre mucho peligro si llegamos a establecer comunicación con él? —pregunto Bill.

— Sí que lo sabes, pero Harry es muy terco y no le gusta ser ignorado. —contesto Ron.

— Yo lo comprendo —dijo Camille, metiéndose en la conversación. Todos voltearon a verla. — Sirius me conto que Harry fue el que vio como Voldemort regresaba, y también me conto todo lo que Harry tuvo que hacer en sus años de Hogwarts —los presentes, excepto Remus, Lucy y Sirius, abrieron los ojos. Les había sorprendido que haya pronunciado su nombre. — Harry se siente traicionado. Él ha tenido que soportar muchísimas cosas más de las que ninguno de nosotros podrá hacerlo, él fue el que vio a un amigo morir en frente de sus ojos mientras no podía hacer otra cosa que no sea agonizar de dolor y miedo por la presencia de alguien como Voldemort. Harry fue forzado a ver el retorno de Voldemort y con ello, se ve implicado en un duelo contra el para poder salvar su propia vida. —Todos estaban escuchando atentamente cada palabra que Camille decía. —Y cuando todo terminar, él se queda con la esperanza que sus amigos estén junto a él y lo apoyen en un momento como este. ¿Qué es lo que no hacen? Exactamente eso. Se alejan de él y Harry se queda solo, encerrado en la casa de sus tíos locos y sin noticia alguna de la muertes que su peor enemigo puede estar provocando, y con eso, aumenta el miedo y la desconfianza de saber si alguno de sus seres querido ha sido atrapado, matado o torturado. —Camille termina de decir lo que piensa y se ocupa de ver las expresiones de todos.

La señora Weasley tiene la cara llena de lágrimas y susurra: "Tiene razón, lo hemos dejado solo. Yo también estaría enojada."; El señor Weasley estaba mirando el plato con cara de arrepentimiento; Los gemelos Weasley, Tonks y Ginny perecen estar analizando lo dicho; Sirius y Remus mirando a Camille con evidente orgullos porque saben que lo que ha dicho es la verdad; Y Lucy, le sonríe. Ella sabe que lo que acaba de decir es cierto. Sin más que decir, Camille recoge los platos y se dirige a la cocina de la casa de los Black.

por **roronoa.** Sáb 01 Jun 2013, 6:28 am

HOLA!!
Sinceramente, me encantó el discursito de Camille xD
Siguela, está genial el capi. Además, Freddie es un **to guarro...
Kisses

por **Fuckyeahfredweasley** Vie 19 Jul 2013, 11:50 pm

. Merodeando en la madrugada .

No es muy lindo andar de noche por la antigua casa de los Black, no cuando no sabes que puedes encontrar alli.

.

Una luz cegadora perturbo su mente y su adorado sueño.

     — ¡Argh! —gruño en respuesta, frotándose los ojos. A su lado, Camille estaba mirándola atenuantemente. — ¡Por Merlín, Camille! ¿Qué diablos quieres decirme a las…? —se fijo en el reloj que yacía a su lado. —… ¡seis de la mañana! —exclamo horrorizada.

     Camille le tapo la boca rápidamente.

     — ¡Cállate, tonta! Ginny se puede despertar. —le reprocho en un susurro. — Y esto es algo que tengo que contarte a ti.

     — ¿Qué sucede? —su semblante gruñón cambio a uno de preocupación instantáneamente. — ¿Te sucedió algo? ¿Descubriste algo nuevo?

     — ¡Chist! —la chisto, Camille. — Quiero que veas esto. —y antes de que Lucy pudiera comentar algo, Camille puso en la cama su mochila escolar.

     — ¿Quieres que hagamos la tarea? —pregunto alzando una ceja. Camille le dio un zape en la cabeza. — Eso dolió. —se quejo, Lucy, sobándose la cabeza.

     Para sorpresa de Lucy, Camille saco de su mochila los siete libros pertenecientes al mundo que se encontraban ahora.

     — ¿Cómo?... ¿Cuándo? —Lucy estaba boquiabierta y no podía articular palabra alguna. — ¿Desde cuando? —pregunto por fin.

     — Siempre. —contesto Camille. Por un instante, Lucy y Camille prorrumpieron en carcajadas. Se habían acordado lo de la escena de Severus Snape. La primera en dejar de reír fue, sin duda, Camille. — Lucy, esto es serio. —dijo aclarándose la garganta. — Me había olvidado que desde hace meses siempre llevo todos los libros conmigo.

     — ¿Todos los días? —Lucy abrió los ojos como platos. — ¿Por qué?

     — Porque la ultima vez que deje un libro, cabe decir que fue un libro del colegio, en tu casa apareció todo dibujado por Sophie. —explico ella, encogiéndose de hombros. Sophie Jones, la hermanita menor de Lucy y la peor pesadilla de ambas jóvenes. — Además, cuando estoy aburrida me gusta volver a revivir la historia y casi nunca se cual elegir. Asi que traigo todos. —continuo explicando. — El problema es que tenemos que ocultarlos de cada persona de este mundo. — se lamento ella. — Y créeme, no es fácil ocultar siete libros para que nadie los vea.

     — ¿Qué te parece si lo consultamos con Dumbledore? —sugirió Lucy. — El sabe sobre la existencia de estos libros.

     — Tienes razón. —coincidió Camille. — ¿Hay reunión de la Orden, hoy?

     Lucy asintió.

     — Entonces, justo antes de que Dumbledore se vaya, le contamos. ¿Te parece?

     — Esta bien. —accedió Lucy, forzando una sonrisa. — ¿Te puedo hacer una pregunta?

     — Si, supongo. —contesto Camille, un poco confundida.

     — No se si te acordaras pero yo no acostumbro levantarme temprano, esta no es la excepción. Asi que ¿Me dejas dormir?

     Camille rio.

     — Claro, yo creo que me iré a dormir también.

     — Guarda los libros en tu mochila, y duerme con tu mochila al lado. —advirtió Lucy.

     — Claro.

     Camille se levanto de la cama de su mejor amiga y volvió a poner los libros en el lugar donde habían estado anteriormente. Movió la cama, la cual estaba pegada a la pared, y dejo un pequeño espacio para ubicar la mochila. Si alguien quería agarrarla tendría que pasar por encima de ella, y si usara un Wingardium Leviosa, también la despertaría.

     Satisfecha de si misma, se dirigió a su cama. Aunque unas inmensas ganas de tomar agua, la embriagaron. Se puso un pequeño chal para tapar su piyama, y bajo escalera abajo. "Mierda" susurro Camille, golpeándose el pie contra un mueble que estaba en la habitación. "Justo el dedo pequeño" se lamento Camille, agonizando de dolor. Tenia unas cuantas lágrimas sin derramar en sus ojos, odiaba ese dolor que sentía al golpearse el pie. Respiro entrecortadamente hasta que pudo respirar sin dejar soltar un grito, se sereno, y termino su camino rumbo a la cocina del cuartel de la Orden del Fenix. La casa era aun mas aterradora de noche, el incomodo silencio le brindaba un toque espectral a la casa de los Black.

     Llego hasta la nevera y se consiguió un vaso de agua. Lo tomo rápidamente, aun consiente que le podía causar hipo pero aterrada por la apariencia de la casa, y salió de la cocina al instante. Camino a pasos rápidos y grandes hasta que llego a la escalera, cuando choco con algo raro, algo vivo. Camille estuvo a tiempo de sostenerse con el barandal de la escalera y no cayo al suelo. "Hubiera despertado a todos" pensó mentalmente. Luego, se acordó de la razón por la cual casi había caído, y lo vio.

    Una pequeña criatura estaba allí. Tenía pelos blancos que le salían por las orejas, una nariz en forma de morro de cerdo y unos ojos de color verde, nada similares a los que creía que Harry tendría, ya que esta criatura parecía que tenía los ojos inyectados en sangre. Kreacher la miro con desprecio, y ella arqueo una ceja sintiéndose inmensamente ofendida. Kreacher se dio cuenta que al estar viviendo allí tendría que servirle a ella también y, mascullando algunas improperios, se vio forzado a hacer una reverencia con la cual su nariz fea toco el suelo.

     — Joven, invitada de mi amo —pronuncio este, con un respeto que no poseía. — ¿Desea que Kreacher le de algo? —pregunto haciendo otra reverencia. — Asquerosa mestiza, ayuda a la escoria de la familia a ayudar a Potter. Traidora de sangre. Si mi ama viera su casa, torturaría a Kreacher. —mascullo este, sin preocuparse por bajar la voz para que Camille no lo escuchara.

     La castaña rodo lo ojos, sabia que en esos momentos no había nada peor que la actitud de Kreacher y, por eso, no podía creer que en unos años, el mismo elfo pelearía contra los mortífagos en la segunda guerra.

     — No gracias, Kreacher. —respondió ella, con una sonrisa amable que no llego a sus ojos. — Me iré a dormir, descansa. —y, antes de que Kreacher la insultara otra vez, se dio vuelta y subió las escaleras. Camino en puntapié, tratando de no hacer ruido pero todo eso se fue al bote cuando, por accidente, dejo caer una botella que estaba en una repisa del pasillo. — ¡Que asco! —chillo ella, aunque un poco mas bajo de lo común. — ¿Qué se supone que es esta cosa roja? —se pregunto a si misma. La botella había estado llena de un líquido rojo que le cayó a Camille encima del piyama.

     — Sangre —respondió una alegre voz. Sirius estaba parado en la puerta de su habitación con una sonrisa burlona impregnada en su cara. — ¿Has nacido torpe o te ha gustado la esencia de mi prima? —pregunto el, con tono de burla.

     — Estoy bañada en sangre de no-se-que-cosa ¿y todo lo que se te ocurre decir es eso? —protesto ella, casi a punto de echarse a llorar por el olor que el liquido rojo desprendía.

     — Seguramente de elfos —explico Sirius. — Mi madre solía cortarles la cabeza cuando se volvían viejos y ya no podían cumplir las tareas de la casa. —siguió contando. — He oído que la sangre de los elfos domésticos es más mágica que la nuestra, y supongo que por eso guardo un poco de su sangre. Una mujer adorable, ¿no crees?

—Sirius soltó una risa sarcástica. Camille no pudo evitar sentir pena por el. Sabia que Sirius aborrecía esa casa ya que había vivido los peores años de su vida allí, razón por la cual se escapo. Para su pesar, tenia que volver a esta casa y pasar todo el tiempo allí.

     — ¿Sirius? —pregunto con cautela.

     — ¿Qué sucede?

     — ¿Puedo abrazarte? —pregunto en un susurro que Sirius no llego a oír.

     — No te escuche.

     — ¿Puedo abrazarte? —volvió a preguntar, esta vez con mas seguridad.

     Sirius abrió los ojos sorprendido, definitivamente no se esperaba esa pregunta. Camille pensó que había sonado desubicada al preguntar eso. En realidad, le había preguntado eso porque, a pesar de conocerlo personalmente hace solo un dia, siempre había estado encariñada con ese personaje y había llorado mucho la muerte de el. Pensó decirle que lo olvidara y que se iba a dormir pero antes de que pudiera hacerlo, Sirius sonrió y asintió.

     Camille volvió a sonreír tímidamente y se acerco hasta el para abrazarlo. Hace mucho que Sirius no lo abrazaban, la ultima persona que lo abrazo había sido Harry y, extrañamente, Sirius pensó que Camille era muy parecida a Harry emocionalmente. Solos, sin padres, con unos amigos increíblemente leales y una amabilidad que hoy en dia, nadie tenia.

     Luego de unos minutos, ambos se separaron. Sirius la miro, analizándola hasta que cayó en cuenta de algo.

     — ¡Me has manchado de sangre! —le recrimino, apuntándola acusadoramente. Camille se dio cuenta que eso era cierto, y soltó una carcajada. — No es gracioso, no me gusta el olor. —dijo el hombre, con el ceño fruncido.

    — Pues a mi tampoco me gusta, Canuto. —le reprocho ella.

    — ¿Lo sabes? —pregunto Sirius, abriendo los ojos.

   — ¿Acaso te olvidas que se casi todo sobre tu vida?

     — Bueno Camille, no es sencillo asimilar que de un dia para otro llegan dos chicas que saben más de tu vida que vos mismo. —le explico el.

    — Tienes razón. —acepto asintiendo. — ¿Cómo me voy a sacar esta sangre de la ropa?

     — Fregotego —Sirius saco su varita del piyama y apunto hacia ella. La mancha de sangre salió rápidamente, luego hizo lo mismo con su ropa.

    — Gracias. —agradeció ella, pensando que era un tonta por no pensar en que el podía hacer magia. — Creo que iré a dormir un poco, no vaya a ser que me caiga dormida en el medio de la reunión.

    — Buenas noches. —la saludo, Sirius.

    La castaña lo saludo con la mano, y entro a la habitación que le habían asignado. Se movio por la habitación con extremo cuidado, tratando de que nada se caiga como hace un rato. "No valla a ser que haga salir el Boggart que esta oculto por aquí" pensó con un involuntario estremecimiento. Aun no se imaginaba lo que su Boggart podría ser, pero tampoco tenía intenciones de averiguarlo. Se sentó en su cama, sin despertar a Ginny o Lucy, y se dejo caer sobre ella. "Nunca pensé que algo como esto seria verdad" pensó mentalmente. Pues era cierto, ¿Quién lo diría? Hace menos de dos días eran solo dos chicas mas con un fanatismo por Harry Potter incomparable. "Me encantaría ver que dirían los estúpidos que alguna vez criticaron este mundo si se enteraran que estoy aqui" pensó con una sonrisa pasmada en su cara. Y Matt diría… ¡Matt! "Oh por dios, me he olvidado de el" se horrorizo ella. ¿Cómo estaría tomando la situación de que sus dos mejores amigas habían desaparecido de un dia para el otro? ¿Acaso hay algun efecto del hechizo que las trajo aquí que lo haga olvidar de ellas o que no se preocupe? Mañana se lo preguntaría a Sirius o Remus. Entre tantos pensamientos, sus ojos se fueron cerrando lentamente abriendo las puertas de los sueños.

     La luz del sol iluminaba toda la calle de Grimmauld Place y, aunque no sea visible, también el numero 12 era testigo de tan hermosa luz. En la cocina, se encontraba Molly Weasley, preparando un desayuno para todos. La primera en bajar fue Lucy y, detrás de ella, se encontraban Camille y Ginny. Las tres se habían levantado al mismo tiempo y habían acordado bajar juntas. Molly les hizo una seña para que se sentaran. Las tres chicas se sentaron y esperaron pacientemente a que la señora Weasley terminara con su manjar.

     El desayuno fue el mejor plato que habían probado desde hace mucho, Lucy y Camille estaban acostumbradas a desayunar una sobria taza de leche y una tostada con jalea de frutilla. Por eso, ese cambio tan repentino fue todo un baile para el estomago de las dos muchachas. Se terminaron los platos en un abrir y cerrar de ojos. Lucy se froto la panza, haciendo reír a las otras dos chicas, para mostrar que estaba llena.

     — ¿Ginny, me ayudas a limpiar la cocina? —pregunto la voz de la señora Weasley, desde la cocina. La pelirroja se levanto de un tiro diciendo un audible "Claro". La familia Weasley había estado mas cariñosa y colaboradora desde el momento que Percy puso un pie afuera. — ¿Camille, Lucy? ¿Van a despertar a los chicos?

     Las dos muchachas accedieron y se repartieron las habitaciones: Lucy, extrañamente o sospechosamente, quería despertar a Ron por lo que a Camille le toco la habitación de los gemelos.

     Camille camino lentamente hasta la habitación de los gemelos, abrió la puerta y no pudo evitar taparse la nariz por el olor que esta desprendía. "¿Qué demonios es este olor?" se pregunto. Su nariz estaba jugándole en contra y los ojos estaban bañados en lágrimas ya que el olor que la habitación impregnaba era sofocante. "No han pasado ni un dia entero aquí y ya hay este desorden" se horrorizo ella. Se acerco hasta una de las dos camas y sacudió al gemelo que se encontraba en ella, pero no obtuvo respuesta.

     — ¡Arriba! —dijo acercándose a el y gritándole en el oído.

     Sin respuestas. Camille aprovecho para acercarse y fijarse si podía reconocer cual de ellos era. Se dio cuenta que tenia un pequeño lunar en el lado derecho del cuello y supo al instante de quien se trata: George. Entonces, el otro gemelo que estaba a su costado era Fred.

     — ¡Levantate! —aullo con mas potencia.

     George pego un brinco del susto y, al estar Camille tan cerca, levanto la cabeza chocandose con la de ella. Ambos soltaron un grito de dolor.

     — ¿No puedes despertarme con mas cariño? —se quejo el, sobándose la frente.

     — Intente pero no es mi culpa que seas un mamut que no se puede despertar.

     — ¿Mamut? —su semblante enojado cambio instantáneamente por uno burlon. — ¿Es en serio?

     — No tengo muchos animales que se comparen contigo y no me permito decir lo que pienso de ti a estas horas de la mañana. —contesto ella, con simpleza.

     George solto una carcajada, y ella se rio con el.

     — En fin, tu mama dice que bajes a desayunar.

     — Dile que no tengo ganas.

     — ¿De enserio quieres que te venga a buscar? —pregunto alzando una ceja.

     George pareció darse cuenta de lo que Camille intentaba decir.

     — ¡No! —se horrorizo. — Ahora voy.

     — Esta bien, péinate un poco mientras yo intento levantar a tu hermano.

     Fred fue mas fácil de levantar porque, permitiéndose una venganza de lo del dia anterior, le tiro un vaso de agua que George le había alcanzado.

     — ¡¿Pero quien mierda viene a…? —La ira de Fred se vio interrumpida por una Lucy muy agitada que entro en la habitación corriendo y se ubico detrás de George. Unos pocos segundos despues entro Ron con el cabello rojo convertido en rosa palido y un almohadón con forma de araña.

     Fred, Camille y George al captar la escena prorrumpieron en carcajadas.

por **Lirio_nocturno** Dom 21 Jul 2013, 12:39 pm

Hola enserio gracias pero'nueno esta super tu nove siguelaaaaaaaaaaaa

por **roronoa.** Dom 21 Jul 2013, 1:12 pm

Hola, leí el otro día el capítulo, pero no comenté porque me cuesta mucho escribir con el móvil xD (Entiéndeme... Soy cortita de mente)

Bueno, la cosa es que me encanta Sirius, es taaan monoso

Kisses, síguela en cuanto antes

por **Fuckyeahfredweasley** Dom 21 Jul 2013, 3:35 pm

perla esmeralda sanz escribió:Hola enserio gracias pero'nueno esta super tu nove siguelaaaaaaaaaaaa

Oh, muchas gracias. En serio aprecio que les guste mi fic :3

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