Tienes derecho a guardar silencio. (One Direction y Tú) Semi-Hot

 
 
 
—    Estás siendo desconsiderada con tu hermana.
—    ¿Ahora es mi hermana? Al parecer ella es más importante en la casa que verme a mí en particular.
—    ¿De qué estás hablando, Ann?
—    Ya tengo diecinueve años, mamá. Desde que Emily nació dejaste de ver lo que realmente me gustaba, me hiciste llevarla a todo lugar donde ella quería ir cuando tú bien podías hacerlo. —Tomé mi bolso con firmeza y caminé hacia la escalera.
—    ¡Ann Blair!
—    ¡Ya basta de Ann Blair! —Le grité.
Mamá estaba siguiéndome por los peldaños mientras subía al segundo piso, llegué hasta la puerta de mi habitación y volteé a enfrentarla una vez más.
—    ¡Soy ____! ¿Has pensado alguna vez en mi nombre de pila? Oh, espera, solo pensabas en llamar a Emily por su nombre. Nunca fui ____ para ti.
El rostro de mamá se oscureció en el enojo. Yo debía de estar igual.
—    ¿Qué te han dicho esos chicos? ¿Por qué estás diciendo todas estas estupideces?
Solté un bufido y la miré cínicamente para decir—: No debería de haber regresado…
Sus ojos se abrieron con sorpresa y la puerta de al lado se abrió. Emily nos estaba observando petrificada. Giré a verla y su rostro se exaltó.
—    Em… —Musité.
Ella volteó a mirar a mamá, frunció el ceño, tomó mi mano para guiarme a su cuarto y cuando mamá quiso detenerla cerró la puerta con fuerza.
—    ¡Emily! —Gritó mamá.
—    ¡Deja a ____ en paz! —Le respondió.
Me arrastró hasta su cama y encendió la luz. Los posters de los chicos con quién había estado estos últimos días aparecieron ante mí como imágenes mentales. Emily se sentó a mi lado y me abrazó por sobre los hombros, ignorando los llamados desde la puerta de su habitación.
—    Pensé que no llegarías nunca. —Me susurró al oído.
Aquello me hizo bajar de la tormenta y cerré los ojos, conteniendo dentro las lágrimas que querían salir.
—    Lamento lo de mamá. —Balbuceé. Aquello no debía de haber pasado frente a ella.
Negó con la cabeza y se separó observándome.
—    Me siento algo culpable por dejar que me llame Emily todos los días.
Ambas sonreímos y volvió a abrazarme con más fuerza. Aquello fue la disculpa final.
 
Tenía puesto un vestido largo azulado con flores blancas que combinaban con el chaquetón largo rosa de otras flores alrededor, unas calzas cafés y botines grises para la nieve; cuando Emily apareció en la cocina por la mañana siguiente. (X)
—    ¿Te irás ahora? —Preguntó.
Le asentí mientras comía un pedazo de mi tostada, y me acomodaba el sombrero negro en mi cabeza que sostenía dentro mi cabello.
Debía de ver a Lou a las nueve en el centro de Londres para comprar un par de accesorios que debía de escoger por ella. Aunque realmente creo que solo quería un día de chicas.
—    Te compraré un par de camisetas, ¿De acuerdo? El dinero que me dieron este mes es no suficiente solo para mí, puedo compartirlo contigo.
Su sonrisa se agrandó y yo le devolví la mía con gusto. Antes de que mamá bajase a desayunar, me despedí con un abrazo de Emily y salí de casa caminando hacia el metro.
Al comprar mi boleto del día, pasé junto a la tienda de suvenires sin prestarle demasiada atención, pero cuando realmente lo hice, casi me atraganto de mi propio asombro.
Una de las revistas en portada, tenía impresa la imagen de Liam en su auto y yo cubierta con su chaqueta en el asiento de al lado. La frase decía: «¿Será la famosa nueva estilista?» y bajo aquel título remarcaban «La chica fue vista salir de la casa que la banda comparte en sus días libre junto a Liam Payne, integrante del grupo One Direction y puede ser su nueva novia. ¿Alguien ha visto su rostro?»
Reí ante el comentario final, que nadie además de mi familia y amigos supieran de mi trabajo me daba una ventaja. Aún podía salir de casa normalmente y no comenzarían rumores extraños.
Lou llamó. Entré al vagón del metro justo después de atender y me senté frente a un par de chicas.
—    ¿Qué ocurre? —Dije.
—    Quiero que nos juntemos en Victoria’s Secret. Hay una genial oferta de adelanto para bikinis que quiero ver. Lux me acompaña y creo que necesitaré ayuda extra.
Reí al recordar a su hija pequeña, Lux apenas tenía un año y medio pero era el bebé más envidiado del mundo.
—    ¿Lux conmigo? Creo que apestaría con mi sentido de estilista a su lado. —Dije.
Me saqué de encima el sombrero y ordené mi cabello, se sentía muy apretado ahí dentro. Sonreí al escuchar el llamado de la bebé detrás de Lou y suspiré.
—    Está bien, te ayudaré con esto. —Aclaré mi garganta—. ¿Viste las revistas sobre Liam?
—    Lamento el problema que te causaron esos estúpidos… —Se disculpó.
—    No te preocupes, de todas maneras nada ha ocurrido.
El nombre de la estación sonó en mis oídos y me preparé para salir, me despedí momentáneamente de Lou diciéndole que nos veríamos arriba y salí.
Cuando finalmente llegué con ella, me sorprendió lo indiscreta que podía llegar a ser.
Su cabello plateado estaba amarrado con una liga detrás de su cabeza y llevaba unas gafas oscuras de sol que combinaban con las de la pequeña Lux en sus brazos.
Reí al verla.
—    Pasarías desapercibida en una de las películas de hombres de negro. —Comenté.
Lou rió y vi sonreír a la bebé. Ambas entramos en la tienda y comenzó mi día.
Todo iba bien, Lux no se molestó en ningún momento mientras estaba conmigo y en un par de ocasiones Lou me hizo probar también uno de sus bikinis. No recordaba hace cuánto que no salía de compras con alguien que no fuese Emily, ni mucho menos con Lindsay y Hannah.
Cuando salimos de la tienda llegamos a una cafetería y pedimos un café para cada una, Lux un vaso de leche.
—    ¿Le comprarás unas camisetas? —Me preguntó, cuando nombre a Emily.
—    Casi nunca puedo llevarle un regalo a casa, y creo que se lo merece.
Ella asintió con cuidado y su teléfono vibró en el bolsillo de su chaquetón.
—    Habla Lou. —Respondió.
Bebí un sorbo de mi café y al minuto después me fijé en la mirada que puso, estaba estupefacta, observándome atentamente mientras pensaba en las palabras que quería decir.
—    Ni si quiera hemos gritado algo sobre ellos… ¿Estás seguro? —Preguntó por fin.
Mi corazón comenzó a latir rápido sin sentido, ¿Por qué estaba tan agitada?
—    De acuerdo, la llevaré de inmediato. Llama al quinteto de idiotas y nos veremos allí. Adiós. —Y cortó.
—    ¿Qué…?
—    Hay una foto de ti por todo internet, creo que te han descubierto cuando hablamos por teléfono.
Y entonces recordé a las chicas frente a mí. No me había dado importancia alguna, pero al pasar a su lado pude ver una imagen de Harry con Louis como el fondo de pantalla de una, y recordé sus rostros cuando les sonreí inconscientemente. Me habían escuchado.
 
 
—    Ya no puedes esconderte ahora, ____. —Me advirtió Lou cuando vimos a la distancia todos los paparazis y las fans amontonadas sobre la entrada a la casa de los chicos.
Lux estaba en la parte de atrás del coche y yo me acomodé más en mi asiento del copiloto, esperando otra vez el momento de presión.
—    No hables ni los mires, solo baja la mirada y absórtate en algo lejos de los comentarios, ¿De acuerdo?
Su sugerencia me hizo reaccionar e hice lo que me indicó. Pronto, toda la multitud se encaramó sobre el vehículo y los gritos agregando las preguntas de la prensa entraron por los vidrios.
¿Cuál es tu nombre?
¿Qué edad tienes?
¿Cuánto tiempo llevas trabajando con el grupo?
¿Por qué te escondes?
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué?
Cerré los ojos un momento y de a poco el sonido fue disminuyendo, Lou entró en el estacionamiento y dejó el auto fuera de la vista de todos.
No asimilé nada hasta que me vi bajando con el corazón en la garganta, seguí a la estilista hacia la puerta principal, entré a la casa y mantuve la mirada baja todo el tiempo.
Llegué hasta la sala de estar, no escuchaba nada a mi alrededor, solo veía el suelo y mis piernas temblando sobre en él.
—    ¿____? —Dijo alguien.
Levanté la mirada y los ojos esmeraldas de Harry aparecieron en mi campo visual, pude ver más allá de su rostro y todo el grupo me observaba preocupado, incluyendo a Josh y la banda sonora.
—    ¡Están locos! —Estallé.
Mi grito sonó más bien a un alarido mientras mi pecho subía y bajaba por lo exaltada que estaba. Louis se acercó hacia mí y por costumbre retrocedí, no quería que nadie me tocase en ese momento o comenzaría a enojarme otra vez con ellos y aquella no era una opción.
Tenía que hacer algo para que eso no me afectara, no me iban a descubrir totalmente, ni si quiera sabían mi nombre.
Busqué frenéticamente mi móvil en el bolsillo de la chaqueta y llamé al número que tenía de emergencias.
La voz de la persona al otro lado de la línea me tranquilizó—: Habla Will.
Me dejé caer al suelo con mis rodillas ya fallando y solté un suspiro, mi mejor amigo siempre era el primero en la lista para ocasiones así.
—    Debo verte ahora mismo. Estoy en problemas, Will.
—    ¿Quieres que hable con Lindsay y Hannah? —Preguntó.
—    No, no. Contigo. Solo… diles que si preguntan algo sobre mí no cuenten nada.
Aceptó. Le di la dirección del lugar y se despidió.
Cuando finalmente cortó, sentí las manos de uno de los chicos sobre mis hombros y luego sus brazos me rodearon. Supuse sería Niall luego de ver su cabello rubio.
—    Puedes hablar con nosotros, si quieres. —Susurró—. Will es tu novio, ¿Verdad?
Observé a Liam por unos instantes. Él sabía realmente la verdad y no les había dicho lo que ocurrió días atrás cuando me encontró en la nieve. ¿Por qué no les contó?
Luego entendí todo. El rostro de cada uno estaba pasando por un torbellino de emociones, desde preocupados a confundidos y a interesados. Todos creían que Will era algo más que solo un amigo.
Incluso Liam parecía que tuviese sus dudas luego de que escuchara mi conversación hace poco.
Abrí la boca unos centímetros para decirles la verdad pero no pude, mi garganta se apretó sin saber la razón y ellos lo tomaron como un sí.
Cerré mis labios y me separé de Niall, me levanté tambaleándome aún por las sensaciones mezcladas al encontrarme con los paparazis y me arrojé al sofá soltando un bufido.
—    Busca algo de café, Josh. —Escuché decir a Harry.
Lou llevó a los demás a ordenar sus habitaciones y limpiar el desastre que en la noche dejaron en la sala de juegos. Yo solo apoyé mis brazos sobre las rodillas y tapé mi rostro con las palmas de mis manos.
La taza de café aún seguía sobre la mesa de centro cuando pasaban los quince minutos desde que me quedé inmóvil en mi lugar, podía sentir todas sus miradas sobre mí y los gritos de las fans desde afuera tratando de llamar la atención.
Había sido tan descuidada al hablar con Lou en el vagón del metro que aquellos eran los resultados.
El sonido del timbre me alertó, levanté la cabeza y los cuerpos de Harry y Zayn saltaron frente a mí.
Lou fue a abrir y yo inmediatamente salté hacia la entrada, cuando la puerta dio espacio suficiente para ver el cabello castaño y ondulado de Will me arrojé a su torso.
Dejé que mis piernas rodearan su cintura y mis brazos su cuello. Él se tambaleó hacia adelante y ambos caímos al suelo chillando por el pequeño dolor que nos daría.
—    ¡Estás aquí! —Grité.
Su peso estaba sobre mí y su risa se mezcló en mis pensamientos. Amaba estar de vuelta con mi mejor amigo.
Se separó inmediatamente cuando sentimos las toces disimuladas de personas a nuestro alrededor. Mis mejillas enrojecieron de vergüenza y nos levantamos del suelo.
Tomé el brazo izquierdo de Will entre mis manos y sonreí ante su risa al ver a sus cinco chicos preferidos frente a él.
—    ¿Vas a presentarme o qué? —Dijo por fin.
Le sonreí aún más y dije—: William Benneck, ellos son mis cinco molestias, aunque ya te sabes sus nombres.
Él me sonrió y sus dientes iluminaron el azul de sus ojos.
—    Es un placer conocerlos, soy un gran admirador.
—    No tanto como Emily. —Murmuré.
El rió—: Exacto, no tanto como Emily pero lo soy.
Estaba tan sumida en nuestro mundo que ni si quiera me di cuenta de los rostros enojados de los chicos, incluso después de sentar a Will a mi lado en el sofá pude divisar el ceño fruncido de Zayn observándonos.
¿Qué les ocurría?
—    ¿Y bien? Creí que estabas en problemas. —Will.
—    Bueno…
—    ¿Acaso no viste todas las cámaras allá afuera? —Me interrumpió Harry.
Volteé a verlo confundida por su reacción, estaba molesto.
—    Creí que eso era normal para ustedes. —Le respondió Will.
La risa irónica del rizado me dejó en alerta, no le estaba dando una oportunidad. Volví con mi amigo y le expliqué todo lo ocurrido desde la mañana.
—    ¿Y ellos no fueron en tu rescate? —Me preguntó al terminar la historia.
Oh, Dios. Will quería saber si alguno de ellos me gustaba. Siempre sacaba preguntas como esa para molestar al chico que realmente yo le atraía. Y nunca fallaba en saberlo, ya que siempre el chico respondía…
—    Sería más obvio si hubiésemos ido. —Soltó Louis.
—    La prensa nos estaría vigilando con mayor presión. —Agregó Liam.
Niall bufó y dijo—: Además, nos prohibieron salir de aquí hasta que ella llegase.
—    Harry casi estalla cuando supimos la noticia. —Dijo Zayn.
—    Y tú lo hiciste de todas maneras. —Le respondió el rizado.
No. Podía. Ser.
Will me observó aturdido, debía de estar con el mismo rostro si él no se hubiese reído a carcajadas después. El nerviosismo me comenzó a comer desde la punta de los pies hasta lo alto de mi cráneo. Él era un genio en relaciones, sobretodo conmigo siendo su mejor amiga. Pero había un solo problema.
Si su teoría era cierta, los cinco frente a nosotros estaban ahí por mí. Y eso quería decir que yo les gustaba.

Como prometí, subo capítulo nuevo  después de poco tiempo jaja