Re: El Encanto de un lobo (Nick y Tu) [Adaptacion]

por **ElitzJb** Lun 01 Abr 2013, 3:31 pm

quiero mas capitulos

por **jamileth** Mar 02 Abr 2013, 2:20 pm

siguelaaaaaaaaaaaa

por **ElitzJb** Miér 03 Abr 2013, 10:14 am

mas quier mas capitulos

por **jamileth** Jue 04 Abr 2013, 4:09 pm

siguelaaaaaaaaaaa

por **ElitzJb** Jue 04 Abr 2013, 5:00 pm

mas por favor te lo suplico

por **FlayTC** Vie 05 Abr 2013, 9:23 pm

Perdon, perdon! Andube muy ocupada con el cole ultimamente! D=
Pero ya ando de vuelta, gracias a todos por los comentarios!
Ahora en un ratito voy a subirles cap!
Las deje en el siente primera parte... asi que les dejare hasta el capitulo 11?
Espero que les guste! ya que son cuatro capitulos enteros =D!
Bueno enseguida se los subo!
Gracias por todo! Besos
Flay!♥

por **aranzhitha** Vie 05 Abr 2013, 9:37 pm

ok, esperando

por **FlayTC** Vie 05 Abr 2013, 10:08 pm

¡Capitulo Anterior!

—No lo alejarás de mí. No puedes —dijo ella, mientras una lágrima empezaba a rodarle por la mejilla. Por mucho que trató de mantenerse firme, la voz se le quebró.
—Nada me gustaría más que dejarlo contigo —murmuró él, secándole la lágrima con el pulgar—. No tengo ningún interés en hacerte daño, pero parece que es inevitable. Ojalá pudiera ahorrártelo.
—¿Y tu manera de ahorrarme sufrimientos es apartarme de Oliver? Si me alejas de él,
te llevas mi vida —afirmó, sujetándolo por las solapas de la chaqueta y tratando de sacudir aquella montaña de hombre, sin lograrlo.
El duque le cogió las manos y se las llevó a los labios. Tras besarle los nudillos, se alejó de ella. Abrió la puerta y salió de la habitación sin mirar atrás. ____ se dejó caer en la cama y lloró hasta quedarse sin lágrimas.

Capitulo Siete Segunda Parte

Nicholas se sentó en una silla de la taberna. A lo lejos oyó un trueno. Parecía que el tiempo compartía su estado de ánimo. Al ofrecerle una dote a ____, lo había hecho con la mejor de las intenciones. Había sido ella la que había dicho que seguía soltera por falta de dote. No comprendía cómo no había recibido propuestas de matrimonio aunque no tuviera nada material que aportar, pero había pensado que se alegraría al recibir tal ofrecimiento. Con una buena dote le resultaría más fácil encontrar un buen marido. Alguien decente.
Nunca se habría imaginado que pudiera enfadarse tanto. Ni que se pondría a llorar. Se le había encogido el corazón al ver aquella lágrima cayendo sobre su piel blanca.
Si quería llevarse a Oliver a su casa era por el bien de todos, especialmente por el de ____, que corría peligro al lado de un muchacho que pronto sería incapaz de dominar sus instintos. No importaba lo mucho que Oliver la quisiera. Seguía siendo un peligro para quienes estaban cerca. Necesitaba que alguien lo guiara en su etapa de transformación.
Y él era la persona adecuada.
Tenía que apartar a ____, mantenerla lejos de Oliver. Y también de él. Y si para ello hacía falta conseguirle un marido, le conseguiría uno. Aunque las imágenes de ____ sonriéndole a otro hombre, besando a otro, abrazando a otro… le revolvían el estómago.
—Tienes un aspecto tan oscuro como un nubarrón —le dijo Joe, sentándose a su lado.
—No estoy de humor para hablar contigo, Joe. —No lo estaba para hablar con nadie.
Joe se reclinó en la silla para observar a su hermano con más atención.
—No, por lo que parece solo estás de humor para ladrarle a las damas. Enhorabuena. Buena actuación. Has sido un perfecto idiota.
—No sé de qué me hablas.
—Mi habitación está al lado de la de ____. Y las paredes de esta posada son de papel.
Nicholas cerró los ojos y deseó que su hermano se cansara de molestarlo y se marchara.
—No puedes decir en serio lo de la dote —murmuró Joe.
El duque respiró hondo, se levantó de la silla y fulminó con la mirada a su entrometido hermano.
—Vete a incordiar a otro.
—Estás cometiendo un error, Nick.
—Tengo tanto derecho a cometer errores como cualquier persona, ¿no te parece? — Aunque no se estaba equivocando. Estaba haciendo lo correcto, por duro que le resultara. ¿Qué pretendía Joe?—. Ahora vete a buscar a alguien que aprecie tu compañía.

Capitulo Ocho

Nicholas no sabía qué era peor, si la intensa atracción que sentía por ____ Rutledge y su incapacidad de hacer nada al respecto, o el evidente odio que ella le profesaba. Los sentimientos de la joven eran tan intensos que emanaban de su cuerpo en oleadas mientras viajaban de regreso a Westfield Hall. La dichosa lluvia no cesaba de caer, por lo que la idea de cabalgar no resultaba demasiado atractiva. Y aunque no lloviera, Joe se había sentado al lado de ____ y parecía estar tan a gusto que no quería dejarlos a solas.
Al salir de la posada, ____ había aceptado el brazo de Joe y había empezado a hablar animadamente con él. Le sonreía. Reía con él. Y no hacía caso a Nicholas, como si no existiera.
El humor del duque siguió empeorando durante el camino. ____ no se conformaba con sonreírle a su hermano, sino que también lo tocaba. Le apretaba el brazo cada vez que le decía algo. El sonido de su risa lo estaba volviendo loco.
Y para acabar de empeorar las cosas, Joe tampoco le hacía caso. Tenía la atención puesta en ____, como si no existiera nada más. «Ahora vete a buscar a alguien que aprecie tu compañía.» Qué estúpido había sido al decirle esas palabras a su hermano. No le había sonreído ni una sola vez. Ni le había gastado una broma. Ni había apartado los ojos de las deliciosas curvas de ____.
Cuando se quedara a solas con él, se arrepentiría. Tal vez ni siquiera esperaría. Si aquello duraba mucho más, lo atacaría allí mismo y le arrancaría los miembros uno a uno.
Se preguntó si a ____ le molestaría que le salpicara la sangre si atacaba a su hermano en un espacio tan reducido. Probablemente.
Se sintió aliviado al comprobar que estar en su presencia le resultaba más fácil cada día, a pesar de que la luna llena se acercaba. El primer día casi se le había echado encima a plena luz. Pero el día anterior, cuando la besó, había mantenido a la bestia bajo control.
Más aliviado aún se sintió al ver que habían llegado. Jenkins abrió la puerta. Nicholas bajó y se volvió para ofrecerle la mano a ____, pero ésta lo ignoró y tomó la del cochero.
Nicholas contuvo un gruñido de frustración.
—Bienvenido a casa, su excelencia —lo saludó Billings cuando entró. Nicholas ni siquiera lo saludó. Se volvió y se dirigió a su despacho, ansioso por alejarse de la muchacha lo antes posible.

—Bien jugado, ____ —la tranquilizó Joe en voz baja, mientras el duque se alejaba de ellos a grandes zancadas. Ella se mordisqueó el labio inferior mientras veía a Blackmoor arrojarle el abrigo y el sombrero a Billings con tanta violencia que el mayordomo casi perdió el equilibrio.
—No sé a qué te refieres —replicó ____, sonriendo con dulzura a Joe.
Éste usó un dedo para alzarle la barbilla y obligarla a mantenerle la mirada. Sus ojos azules, tan distintos de los del duque, brillaban traviesos.
—Sabes muy bien a qué me refiero. Le harías menos daño si lo ataras entre dos caballos y tiraras de él. Pobre diablo.
La joven suspiró. No descartaba la idea de Joe. Tal vez así el corazón le dolería menos.
—Pero ten cuidado —le aconsejó Joe—. No juegues con él. Tal vez el juego no te resultara divertido.
—¿Qué voy a hacer, Joe? No puedo permitir que me arranque la vida sin pedirme ni siquiera mi opinión. Quiere que me case con alguien, ¿te lo puedes creer? —Fue elevando el tono y las últimas palabras las dijo casi gritando, pero bajó la voz cuando vio que Joe miraba en dirección al despacho de Nicholas.
—____, hay cosas que desconoces —apuntó él.
—Entonces, explícamelas, ¡por favor! Tú tampoco lo entiendes. Yo… —Se detuvo cuando notó las manos de Joe sujetándola por los hombros.
—Es el turno de Nicholas, ____. Tú has jugado tu carta; ahora le toca a él. Espera a ver si la recoge —añadió, pellizcándole la nariz mientras le entregaba el sombrero al mayordomo.
—Billings, ¿puedes ocuparte de que a la señorita Rutledge no le falte de nada mientras esperamos a que llegue el conde de Maberley?
—Sí, señor.
—Os dejo, pues. Hay un whisky en el despacho de Nicholas esperando a que lo pruebe. Para ver si es bueno, ya sabes —añadió, guiñándole el ojo a ____.

Nicholas estaba enfrascado en los libros de cuentas que Billings le había dejado sobre la mesa para que los revisara. Necesitaba pensar en algo que no fuera el dolor que sentía en el pecho, en cualquier cosa que no fuera ir arrastrándose en busca de ____ para rogarle que lo perdonara.
Dejó caer la cabeza en las manos, preguntándose cómo iba a resolver esa situación.
—No vas a encontrar el perdón a tus últimos pecados en esas páginas, Nick —dijo Joe, arrancándolo de sus cavilaciones.
Sin molestarse en responderle ni en levantar la mirada, Nicholas le lanzó el libro a la cabeza. Tenía una puntería inmejorable, pero Joe era ágil y se agachó a tiempo.
Sin alterarse, éste se sirvió una copa del mejor whisky de Nicholas y se sentó frente a él.
Apoyando una pierna sobre el reposabrazos de la butaca, la balanceó con despreocupación.
—Y bien, ¿qué planes tienes? —le preguntó con cordialidad—. ¿Cuánto tiempo piensas torturarte antes de decidirte a acostarte con ____? La luna llena está a punto de llegar y a pesar de eso la traes a Westfield Hall o, lo que es lo mismo, a la boca del lobo.
—Ya lo sé —bramó Nicholas, levantándose con tanta furia que la silla se cayó al suelo. Se restregó los ojos, tratando de aclararse las ideas.
Joe respiró hondo.
—Nick —dijo, intentando calmar a su hermano—, nuestros padres tuvieron una relación maravillosa.
Nicholas clavó la mirada en su hermano.
—Sabes que es así —continuó Joe, encogiéndose de hombros—. Nuestro padre era como nosotros; se enfrentaba a la misma bestia a la que nos enfrentamos nosotros cada día… y nuestra madre lo amaba.
—____ no puede enterarse —gimió Nicholas—. No quiero que lo sepa.
—¿Por qué no? —preguntó Joe, con tanta naturalidad como si estuviera preguntando qué había para cenar, aunque para Nicholas el asunto era tan serio como el origen del universo.
—Viste lo que le pasó a su hermana con Daniel. Tras la boda se convirtió en una criatura asustadiza, tenía miedo hasta de su propia sombra.
—A Daniel nadie le enseñó a comportarse como un hombre —replicó Joe en voz muy baja—. Tu caso es muy distinto. Eres una persona muy distinta.
—Soy el mismo tipo de persona que él, Joe. Parece que lo hayas olvidado. Solo hizo falta una luna llena. Tras pasar una luna llena juntos, Emma no permitió que volviera a acercarse a ella. No de ese modo. Sé que no podría soportarlo. No soportaría ver a ____ sufriendo como lo hacía Emma. —Se moriría si ____ le tuviera miedo. Y aún sería peor si sintiera lástima por él.
—Cuéntaselo, Nick, y deja que ella decida —le aconsejó su hermano antes de levantarse de la butaca y dirigirse a la puerta.
Nicholas le lanzó el tintero esa vez. Joe volvió a ser más rápido y aquel objeto acabó por estrellarse contra la puerta ya cerrada, salpicándolo todo de tinta. El duque tuvo que contenerse para no ir a estrangularlo cuando lo oyó reírse desde el pasillo.

____ suspiró mientras pasaba los dedos por los lomos de los ejemplares de la biblioteca de Westfield Hall. El tiempo no le daba tregua, por lo que no había salido de la casa, aunque nada le habría apetecido más. Se sentía atrapada e ignorada al mismo tiempo.
¿Cómo lograr que Blackmoor cambiara de idea sobre Oliver? No creía que suplicar fuera a funcionar. Ojalá tuviera algo con lo que negociar. O algo que apostar. Tenía entendido que al duque le gustaban las apuestas. Pero no poseía nada que pudiera tentarlo. Y aunque dispusiera de algún objeto de valor, tampoco sabía jugar.
—Ah, ahí estás —le llegó la voz de Joe desde la puerta—. ¿Buscando un buen libro?
____ se volvió y le dirigió una sonrisa.
—Preferiría dar un paseo, pero con este tiempo…
—¿Cómo te encuentras? —preguntó Joe, entrando en la biblioteca.
____ deseó que Joe fuera el tutor de Oliver y no Nicholas. Todo hubiera sido mucho más sencillo. ¡Maldito fuera Daniel por haberle dejado la custodia a un hombre que era tozudo como una mula! Sacudió la cabeza.
—¿Cuál es el mejor juego de cartas para hacer trampas?
Joe se quedó unos instantes con la boca abierta antes de repetir:
—¿Para hacer trampas?
—Necesito mantener a Oliver a mi lado —respondió, encogiéndose de hombros—. He pensado que tal vez jugando a las cartas…
—¿Haciendo trampas y quedándote todas las cartas buenas? —Joe se echó a reír—. Desde luego, Nick no se aburriría contigo.
—¿Tienes una idea mejor?
Una risa femenina acercándose captó la atención de Joe, que hizo una mueca. La sonrisa que siempre adornaba su cara se esfumó. Su reacción despertó la curiosidad de ____.
—¿Algo va mal?
—No es algo, es alguien —refunfuñó.
Con un suspiro de desesperación, se volvió hacia la puerta y miró pasillo abajo, como si estuviera buscando una vía de escape. ____ se echó a reír.
—¿De quién se trata?
—De una vecina —respondió—. Oh, no. Es demasiado tarde. Podríamos escondernos, pero nos encontraría de todos modos.
A ____ no le cabía en la cabeza que lord Joseph quisiera huir de alguien. Pasó por su lado y se asomó al pasillo, por donde se acercaba la mujer más hermosa que había visto jamás. Tenía el cabello color caoba recogido en una coleta baja; los ojos color violeta le brillaban bajo unas finas cejas, y el vestido, cubierto en parte por el abrigo, era elegante y saltaba a la vista que muy caro.
La mujer le sonrió.
—Usted debe de ser la señorita Rutledge. Por favor, dígame si Joseph se ha escondido detrás de una estantería.
____ se mordió la lengua para no echarse a reír. Casi había acertado.
El aludido apareció en el umbral de la puerta, fulminando a la recién llegada con la mirada.
—Mi querida Prisca, sufres delirios de grandeza.
La mujer entornó los ojos hasta que casi desaparecieron, pero en seguida se recobró. Dando un paso adelante, se acercó a ____.
—Bestia salvaje. Ya que su señoría es incapaz de presentarnos, lo haré yo misma, señorita Rutledge. Soy Prisca Hawthorne, de Langley Downs.
Se desabrochó el abrigo y lo lanzó a las manos de Joe.
—Oh, deja que me ocupe de tu abrigo —replicó éste, con descaro.
—Es un placer, señorita Hawthorne —dijo ____, sonriendo divertida.
—Oh, tutéame, por favor. Y llámame Prisca, insisto.
—Muy bien, Prisca, pero entonces debes llamarme ____. ¿Te apetece una taza de té?
Prisca alzó una ceja y dirigió una mirada altiva a Joe.
—Bonita y educada. No me imagino qué hace perdiendo el tiempo contigo, Joe.
El joven volvió a mirar pasillo abajo, como si buscara a alguien más.
—¿Dónde está Emory? No me digas que te ha soltado en Westfield Hall y se ha marchado, o tendré que poner fin a nuestra amistad.
—Pues claro, adelante. Mi hermano estará mucho mejor sin ti —replicó Prisca antes de coger a ____ del brazo—. Me encantaría tomar un té, ____.
Ésta la guió hacia el interior de la biblioteca, sorprendida por su conversación con Joe, quien las siguió.
—Dime, señorita Hawthorne, ¿te afilas la lengua por las noches con la esperanza de verme al día siguiente?
—¡Mira quién es el que tiene delirios de grandeza! —respondió ella, echándose a reír —. Pues la verdad, Joseph, es que apenas pienso en ti. Oí en el pueblo que los hermanos pródigos habían vuelto a Westfield Hall y he venido a ver si estaba Kevin.
Joe se detuvo en seco, con el cejo fruncido.
Prisca le dedicó una sonrisa angelical que la hizo parecer aún más deslumbrante.
—Emory ha ido a hablar con su excelencia. Con él lo encontrarás.
Joe la miró fijamente sin decir nada y se inclinó ante ____.
—Continuaremos nuestra conversación más tarde.
Cuando se hubo marchado, la cara de Prisca se iluminó con una sonrisa sincera.
—Por favor, no me digas que has estado sin compañía femenina durante mucho tiempo. Si hubiera sabido que Blackmoor tenía invitados, habría venido antes. Debes de haber estado muy aburrida, si has tenido que hablar con Joseph para pasar el rato.
—Lo cierto es que lord Joseph ha sido muy atento y agradable —replicó ____, sacudiendo la cabeza—. ¿De verdad lo encuentras tan odioso? —Le costaba creerlo. No sabía qué habría hecho sin él.
—Prefiero a Blackmoor —respondió Prisca, frunciendo el cejo—. Al menos una sabe qué suelo pisa con el duque.
____ sintió una punzada de celos. No importaba que estuviera furiosa con Nicholas Westfield, ni que se hubiera imaginado la escena en que lo estrangulaba con sus propias manos varias veces, no podía olvidar sus abrazos, sus besos… y su facilidad para conseguir que perdiera la razón. ____ se sintió tan vulgar comparada con una criatura tan exquisita como Prisca Hawthorne, que no sabía qué pensar.
—¿Va todo bien? —le preguntó Prisca, alarmada.
—Sí, por supuesto —mintió ____. No, no iba todo bien. En realidad, las cosas iban muy mal. Había besado al tutor de Oliver, y ahora él amenazaba con arrebatarle al chico. Su vida se estaba haciendo añicos—. Solo es que me sorprende que prefieras a su excelencia. Me ha parecido un hombre inaccesible.
—No, solo tienes que aprender a tratar con hombres —le aconsejó Prisca con una sonrisa—. Dios me castigó dándome cinco hermanos, pero ese castigo me ha servido para aprender. ¿Tienes algún hermano, ____?
—Perdí a mi única hermana hace seis años.
La sonrisa de Prisca se esfumó.
—Lady Maberley, la vi una vez. Tengo entendido que estás cuidando del joven conde.
____ asintió, esforzándose por no romper a llorar.
—¿Hasta cuándo vas a quedarte?
Hasta que Blackmoor la echara de la casa o la obligara a casarse con algún desconocido. ____ no pudo resistir más y las lágrimas empezaron a rodarle por las mejillas.
—Oh, vamos —la consoló Prisca, ofreciéndole un pañuelo—, no puede ser tan grave.
—Es horrible —sollozó ____, mientras la recién llegada la abrazaba—. Vaya, lo siento. Ni siquiera te conozco y estoy aquí llorando como una tonta. —Se secó los ojos.
—¡Tonterías! Sea lo que sea, lo mejor es que te desahogues.
—Eres muy amable —dijo ____, sorbiéndose las lágrimas.
—Que no te oiga Joe. Tengo una reputación que mantener —replicó Prisca, haciéndola reír. —Lo que quería saber, ___, era si estarías aquí toda la semana. El viernes hay baile en el salón de actos del pueblo. Los bailes que se celebran aquí son muy sencillos, nada que ver con los de Londres, pero resultan muy divertidos. Y después de estar aquí encerrada con los hermanos Westfield, seguro que te hará bien.
¿Un baile? ____ no se acordaba de la última vez que había acudido a uno. Negó con la cabeza.
—Oh, gracias pero no. No tengo nada que ponerme.
—¿Ése es el problema? —preguntó Prisca, con los ojos brillantes.
—Lo digo en serio —suspiró ____—. No tenía previsto quedarme y no he traído nada adecuado para un baile.
—¡Perfecto! —exclamó Prisca, aplaudiendo entusiasmada—. Tengo una pieza de seda verde y no sabía qué hacer con ella. Me encanta coser. Estoy segura de que la tela resaltará el color de tus ojos. Por favor, dime que te quedarás y que dejarás que te haga un vestido.
—Oh, no sé… —Tenía tantas preocupaciones que un baile le parecía algo muy frívolo en esos momentos.
—¡Por favor, ____! —insistió Prisca con los ojos brillantes—. Si vienes, ese canalla de Joseph Westfield tendrá que acompañarte y no hay nada que odie tanto como un baile campestre.
—Verás, no querría… —empezó a protestar ____. No le apetecía molestar a Joe. Era su único aliado posible para tratar de convencer a Blackmoor de que cambiara de idea respecto a Oliver.
—Vamos, di que sí, ____ —la interrumpió Joe desde la puerta—. No parará hasta que aceptes. —Y dirigiendo la mirada hacia Prisca, añadió—: Resérvame un vals, Prissy.

Capitulo Nueve

Nicholas se quedó mirando a su hermano boquiabierto. Pero ¿en qué estaba pensando?
—¡No, no y no! Nada de bailes.
—Lo siento, Nick, pero ya he aceptado —replicó Joe, examinándose las uñas, apoyado en la pared—. Prisca no dejó de insistir hasta que dije que sí.
—Pero ¡el viernes! —exclamó Nicholas, recorriendo la habitación de un lado a otro—. Es…
—La noche después de la luna llena. Lo sé. Para entonces, lo peor habrá pasado.
—Pero no del todo. Tendremos que seguir luchando contra la bestia —le recordó Nicholas. No entendía por qué su hermano se ponía a propósito en esa situación. Tendría que pasarse la noche luchando contra sus instintos animales. El aroma de una mujer, el roce de una mano, el contacto de los cuerpos al bailar… No podría ignorarlos.
—La bestia siempre está ahí, Nicholas. Todos los días —dijo Joe, sujetando a su hermano por el hombro.
El alegre sonido de la risa de ____ sacó a Nicholas de su despacho. Esa era la primera vez que lo oía desde que había llegado a Westfield Hall. Su risa era capaz de hacerlo salir hasta de las profundidades del infierno.
Al llegar al salón dorado con Joe pisándole los talones, se encontró a ____ pasándoselo en grande con su viejo amigo Emory Hawthorne y la hermana de éste. Nicholas pensaba que los vecinos ya se habían marchado. No entendía por qué seguían allí hasta que vio la expresión de arrobamiento en la cara de Emory al mirar a ____.
La bestia se puso en guardia. ¿Por qué todos los hombres tenían que mirarla de esa manera?
—Señorita Rutledge, me gustaría hablar con usted —dijo Nicholas, apretando los dientes. ____ y los demás se volvieron hacia él, sorprendidos, pero Blackmoor no suavizó la expresión de su cara. Esperaba que ____ captara la indirecta y levantara la mano que tenía apoyada sobre la de Emory. En ese preciso instante.
____ alzó la barbilla.
—Estaré con usted en un minuto, su excelencia —replicó en tono altivo antes de volver a dedicar toda su atención a Emory.
Nicholas sintió que el pelo de la nuca se le erizaba y estuvo a punto de enseñarle los colmillos a uno de sus amigos más antiguos, pero Joe lo impidió interponiéndose en su camino.
—¿Nos veremos en ese baile del que tu hermana no deja de hablar, Emory? —le preguntó Joe, sujetando a su vecino con amabilidad por el hombro y acompañándolo hasta la puerta, al tiempo que dirigía una mirada de advertencia a su hermano por encima del hombro. Nicholas pensó que Joe debería haberle dirigido esa mirada a Emory, ya que era él el que estaba en peligro.
Pero Emory no tenía ni idea del peligro que corría su vida.
—Señorita Rutledge, ¿me concedería el honor de ser su acompañante?
Nicholas gruñó.
—Bueno, yo… —empezó a responder ____.
—Si la señorita Rutledge insiste en acudir al baile, seré yo quien la acompañe, Hawthorne.
—¿De veras? —preguntó ____, llevándose una mano al pecho.
Nicholas sintió deseos de besarla ahí. Apartó la vista de su escote.
—¿Por qué no vamos todos juntos, Emory? Podemos recogeros en Langley Downs. Nos viene de camino —dijo Joe.
—Oh, Joseph —replicó Prisca, inocente—, si querías ser mi acompañante, no tenías más que pedírmelo. No te hacían falta tantas triquiñuelas para conseguir meterme en tu carruaje —comentó, guiñándole el ojo a ____.
—Para salvar la vida de tu hermano —musitó Joe—, te acompañaría hasta el altar. — Solo Nicholas oyó sus palabras, pero estaba demasiado alterado para responder.
Nicholas caminó lentamente hacia Emory Hawthorne, que seguía demasiado cerca de ____ para su gusto. Como no hizo caso de su mirada de advertencia, Nicholas lo golpeó con el hombro.
Emory perdió el equilibrio.
—Mis disculpas, Hawthorne —se excusó el duque, sujetando a ____ por el codo y alejándola del grupo.
—De verdad, Blackmoor, qué poca paciencia —protestó ____, soltándose de un estirón —. Ya te había dicho que iba en seguida.
Nicholas volvió a agarrarla, esta vez con más fuerza.
—¡Ahora, ____! —Esperaba no tener que llevársela a rastras delante de sus vecinos, pero si era necesario, lo haría.
—No pasa nada, ____ —la tranquilizó Prisca, con el cejo fruncido por la preocupación —. Será mejor que lo acompañes. Parece dispuesto a devorarte aquí mismo.
Solo Prisca era capaz de hacer ese tipo de comentarios en público, sin embargo, Nicholas pensó que ____ se lo había ganado con su comportamiento.
—Enviaré un coche a recogerte mañana, ____, y seguiremos con los preparativos para el baile —siguió diciendo Prisca, mientras ____ desaparecía empujada por Nicholas.
—¡Gracias! —gritó ____, justo antes de que Nicholas cerrara la puerta del despacho tras ellos. Volviéndose hacia él, le dedicó una mirada de indignación.
—¡Sinceramente, su excelencia!
—Nicholas —la corrigió él como si tal cosa, pasándose las manos por la cabeza en un gesto de frustración, mientras luchaba por mantener a la bestia bajo control. No entendía por qué se alteraba tanto cuando veía a otros hombres a su lado.
—¿Qué?
—Que dejes de llamarme «su excelencia». A Joe lo llamas por su nombre.
—¿Y por eso te has puesto así? ¿Por eso me has tratado de esa manera delante de tus vecinos?
—¿De qué manera?
—Pues con una falta de educación del todo injustificada —añadió ____, frotándose el codo.
¿Le habría hecho daño? Nicholas la examinó de arriba abajo. Estaba ruborizada. Con el enfado, hasta el escote se le había puesto colorado. Tenía las mejillas encendidas y el pecho le subía y le bajaba al ritmo de una respiración muy agitada. Ese pecho… Que lo hipnotizaba cada vez que respiraba. No podía desviar los ojos de él. Ojalá la tela le dejara ver un poco más…
____ se dio cuenta de dónde la estaba mirando y se cubrió el escote con la mano.
—Tal vez acabaríamos antes si me desnudaras de una vez en lugar de estar haciéndolo con la vista.
Nicholas sintió una erección al oír sus palabras. Dio dos pasos hacia ella.
—Puede que tengas razón.
____ se olvidó de pronto del dolor que sentía en el codo cuando lo vio avanzar hacia ella. ¿Qué estaba haciendo? No había pretendido provocarlo con sus palabras… Levantó una mano, como si eso fuera a detenerlo.
No se detuvo.
____ se movió hacia un lado, interponiendo una silla entre los dos. Nicholas la derribó de un empujón. ____ se protegió detrás del escritorio.
—Nicholas, ¿qué te pasa? —gritó, con una voz tan aguda que resultó dolorosa incluso para sus propios oídos. Sin embargo, a él no pareció molestarlo en absoluto, ya que siguió avanzando hacia ella como si tal cosa.
—Quiero ver si te he hecho daño en el codo, ____ —respondió él. Su voz era un suave murmullo.
—¿Por qué me estás acechando? —preguntó ____, agradecida por la solidez del mueble que los separaba.
Nicholas rió sin ganas.
—Qué absurdo. No te estoy acechando, ____.
No obstante, ____ no podía quitarse de la cabeza la imagen de un cazador al acecho. Y ella era la presa. Sabía que parecía una tontería, pero muchas veces Blackmoor le recordaba a un animal salvaje. Y ésa era una de esas veces. El duque alargó una mano sobre el escritorio.
—Deja que compruebe si te he hecho daño.
A ____ le pareció ver un rastro de culpabilidad en su expresión. Extendió el brazo con el codo hacia arriba, poniendo los ojos en blanco para mostrarle su exasperación.
—Deberías haber pensado en ello antes de agarrarme así delante de todo el mundo. De hecho, no deberías haberlo hecho —lo regañó.
Nicholas le sostuvo el codo sobre la mano extendida y lo examinó con delicadeza. Vio que tenía la piel enrojecida y la acarició con los labios.
Cuando sus miradas se cruzaron, ____ vio el remordimiento reflejado en sus ojos, pero también vio… ¿hambre? Le apartó la mano de un golpe.
—Ya basta, Nicholas, estoy bien.
Sus ojos no se desviaron ni un instante de los de ella al tiempo que le decía:
—No me apartes de tu lado, ____. No puedo soportarlo. Es una tortura.
—Pero ¿qué te ocurre? —____ no entendía nada. Primero se mostraba distante y ofrecía una dote al primer hombre que se la llevara lejos. Luego trataba de comérsela con los ojos. Por no hablar del comentario sobre desnudarla. Eso era mejor olvidarlo.
Dio un brinco cuando Nicholas saltó de repente por encima de la mesa, tirando sobre la alfombra todos los objetos que había encima. En un instante, estaba frente a ella, a escasos milímetros de distancia. ¿Cómo se había movido tan rápido? ¿Y sin hacer apenas ruido?
—Deja que me disculpe como es debido —dijo, volviendo a levantarle el codo y besándole la parte interna del brazo. ¿Había sido eso un ruego? No se lo parecía, pero si lo había sido, su excelencia no había esperado a su respuesta.
—¿Y si no acepto tus disculpas? —preguntó ____, tratando de soltarse.
—Entonces tendré que esforzarme más para convencerte de la sinceridad de mi arrepentimiento —respondió, con un brillo travieso en la mirada—. Deja que te bese el codo para que se cure antes.
—Creo que ya me has besado lo suficiente…, su excelencia —replicó ella, con un suspiro.
Las manos de Nicholas le soltaron el codo para enmarcarle la cara. Le acarició la mandíbula con suavidad y luego extendió los dedos para sujetarle la nuca. Bajó la vista hasta sus labios justo antes de besarlos.
—Nunca es suficiente, ____.

Capitulo Diez

Nicholas supo en qué momento ella había dejado de resistirse: cuando apoyó sus manos en el torso. Su contacto lo inflamó. Al principio pensó que pretendía apartarlo de ella, pero en seguida se dio cuenta de que se arqueaba contra su cuerpo y le devolvía el beso con el mismo ardor con que él la besaba.
Ya nadie se acordaba del codo. Aunque en realidad, el causante de todo había sido Emory Hawthorne y su oferta de acompañar a la joven al baile del pueblo. Iba a borrar a Emory de la cabeza de ____. De hecho, iba a asegurarse de que perdiera la cabeza por completo; que solo pudiera pensar en él y en lo que podía hacer por ella, en cómo la hacía sentir.
La rodeó con los brazos, acercándola más a su cuerpo, como si quisiera que se fundieran en un solo ser. Los brazos de ____ fueron subiendo por su pecho hasta rodearle el cuello. Una vez allí, tiró de su cabeza hacia abajo con fuerza mientras se apretaba aún más contra él.
Nicholas a duras penas podía controlar sus pensamientos, pero en un rincón de su mente apareció la idea de que le encantaba que ____ fuera tan alta. La mayoría de las mujeres se veían diminutas a su lado. Ella, en cambio, se amoldaba a sus formas como si hubiera sido diseñada para él. Sus pechos se apretaban contra su torso, y los pezones, endurecidos por la pasión, le arañaban el fino tejido de la camisa. Se veían muy pequeños comparados con la generosidad de sus senos.
Con una mano, Nicholas jugó a acariciarle la piel del escote, provocándola, sin dejar de besarla. Ella se arqueó más contra su cuerpo y ahogó un grito dentro de su boca mientras el duque la agarraba por las nalgas y la sentaba sobre el escritorio. ____ no se resistió.
Nicholas le separó las rodillas y se acomodó entre ellas. Ella se abrió a él con docilidad y tampoco hizo nada por impedir que él la acercara más al borde de la mesa, para sentir su calor más cerca.
Al oler el aroma de su deseo, Blackmoor se endureció más de lo que creía posible. Le recorrió el cuello con los labios, dejando a su paso un reguero de fuego.
«Con cuidado. Ve con cuidado, Nicholas.»
—¿Con cuidado? —susurró ____—. No quiero que vayas con cuidado. Quiero que seas tú mismo.
¿Lo había dicho en voz alta? No se había dado cuenta. Pero de todos modos, ____ no sabía lo que estaba diciendo. No era consciente de lo mucho que le costaba mantener sus emociones bajo control. No dejarse arrastrar por la locura. No sabía lo cerca que estaba de ser devorada como un aperitivo antes de la cena. Estaba usando toda su humanidad para no cruzar el límite.
Pero no quería detenerse aún. Iba a arriesgarse un poco más. Pondría a prueba su capacidad de control… y también la de ella. Mientras la acariciaba con los labios, la fue empujando sobre la mesa hasta que tuvo que soltarle el cuello para apoyarse con ambas manos. En esa nueva postura, sus pechos quedaban aún más al descubierto, eran una tentación mucho mayor.
Nicholas le sujetó un pecho con la mano, como sopesándolo. Ella inspiró de golpe y echó la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados por el placer, dejando el cuello expuesto ante él.
Sin dejar de acariciarle el pezón con una mano, le tomó el otro pecho con la otra. ____ apretaba los ojos con fuerza, disfrutando de las sensaciones que él le provocaba.
Pero de repente se incorporó y le apartó las manos, cortando la escena. Respiraba de manera entrecortada y el pecho le subía y bajaba sin cesar.
—Oh, no —gruñó Nicholas.
—¿Has oído eso? —preguntó ella, mirando hacia la puerta.
¿El latido de su corazón? Sí, claro que lo oía. Era normal, no tenía que avergonzarse por ello.
—No es nada, solo el corazón… —trató de explicarle.
—¡Nicholas! ¿Quieres hacer el favor de escuchar? —exclamó ella.
Solo entonces empezó a oír el sonido de unos pasos decididos en el pasillo. Y oyó la voz de Billings, diciéndole a quienquiera que fuera, con educación pero con firmeza, que el duque no recibía visitas.
____ lo apartó de ella e intentó colocarse bien la ropa. ¿Cómo se atrevía, si aún no había acabado de arrancársela?
Se oyó una voz en el pasillo:
—Tía ____, ¿estás ahí?
Oliver, el pequeño conde de Maberley, había llegado al fin.
____ salió corriendo del despacho de Nicholas, casi chocando contra un adolescente demasiado alto para su edad. Blackmoor tuvo que hacer un gran esfuerzo para no parecer embobado. Mirar a Oliver era como volver al pasado. No cabía duda de que el joven conde era hijo de su padre. Tenía el cabello castaño de Daniel y sus ojos color chocolate. Y desde luego, su cuerpo era el de un hombre, no el de un niño.
Oliver, que seguía abrazando con fuerza a su tía, casi ni lo miró.
—¿Por qué te marchaste de esa manera? Pensé que solo ibas a pasar el día fuera.
___ le dio un beso en la mejilla y se separó del muchacho.
—Hubo un inesperado cambio de planes, Oliver.
—¿Y por qué me has traído aquí con tanta urgencia? —preguntó con cierta irritación —. El cochero apenas ha parado, me duele todo y…
Nicholas lo interrumpió, dando un paso adelante.
—Fui yo quien ordenó que te trajeran, no tu tía. —¿Así que ése era el niño al que ____ defendía con tanta agresividad? Ese jovencito no era ya un niño inocente. No se imaginaba a ____ cantándole nanas ni contándole cuentos antes de irse a la cama. Entonces ¿por qué se resistía a un buen matrimonio solo para cuidar de un jovencito desgarbado?
Sabía que al chico no le debía de resultar fácil controlar su genio con los cambios que tenían lugar en su cuerpo, pero no por eso iba a permitir que le faltara al respeto a ____.
Los ojos se Oliver se clavaron en él y frunció el cejo, enfadado.
—¿Así que tú eres «él»?
____ se interpuso entre ambos.
—Oliver, por favor —dijo con suavidad—. Él es tu primo, su excelencia el duque de Blackmoor, así que haz el favor de comportarte como es debido.
La expresión del chico se ensombreció aún más. Nicholas le devolvió la mirada, sin entender la impertinencia del muchacho. La cercanía de la luna llena no justificaba esa conducta. Iba a tener que hablar muy en serio con él y tendría que hacerlo lo antes posible, pero no podía mientras ____ estuviera en la habitación. Por un momento deseó que Prisca Hawthorne no se hubiera marchado. Al menos, así ____ estaría distraída.
—____, cariño, ¿puedes dejarme un momento a solas con el conde?
—¿Por qué? —preguntó ella, parpadeando con tanta inocencia que Nicholas sintió renacer el deseo en su interior.
—Me gustaría hablar un momento a solas con él. Una charla de tutor a pupilo. Cuando acabemos iremos a buscarte. ¿Por qué no vas a ver si Joe está todavía resentido de su encuentro con Prisca?
No del todo convencida pero sin saber cómo negarse, ____ asintió y se alejó pasillo adelante. Cuando Nicholas logró apartar los ojos de su cuerpo, le hizo un gesto al chico para que entrara en el despacho.
—Detrás de ti, Maberley.
Éste se detuvo en la puerta y echó un vistazo a su alrededor con el cejo fruncido.
—¿Qué ha pasado aquí?
Nicholas hizo una mueca. Si no hubiera estado tan distraído observando a ____, no se le habría pasado por alto un detalle tan evidente. Las sillas estaban tiradas por el suelo, igual que todos los objetos del escritorio.
—A veces tengo un poco de mal genio. Te recomiendo que no me obligues a mostrártelo. —Con una mirada de advertencia, enderezó una de las sillas y le indicó al chico que se sentara.
Mientras Oliver ocupaba su asiento, Nicholas rodeó la mesa de caoba y se desplomó en su silla.
—Tu tía está preocupada por ti.
—¿Por qué la has llamado «cariño»? —preguntó el chico. Su voz sonaba a algo parecido a un gruñido.
Ese muchacho no sabía con quién estaba hablando.
—No te he traído para que me hagas preguntas, hijo, sino para hacértelas yo.
—No soy tu hijo —replicó él, sacudiendo la cabeza—. Y la tía ____ lleva años pidiéndote que vengas a visitarnos. ¿Por qué este repentino interés?
A Nicholas nunca antes le había echado una reprimenda un chaval de doce años. Era evidente que a ese chico le hacía mucha falta una figura paterna en su vida. Se le acercó y le dedicó una mirada seria.
—Todavía eres un niño, Oliver. No es tarde para conocernos. De hecho, es el momento perfecto. Ahora cuéntame lo que te pasa.
—Nada. Por lo menos nada que justifique esta entrevista.
Nicholas decidió probar con otro enfoque. Alguna manera tenía que haber para conseguir que el chico le dijera lo que quería saber.
—¿Sabías que tu padre pasó aquí una parte de su infancia?
—¿Y por qué tendría que interesarme eso? —replicó el chico, encogiéndose de hombros.
Nicholas se pasó una mano por la mandíbula, sorprendido de que ____ no quisiera quitarse de encima al joven cuanto antes. Esperaba que esa conducta estuviera causada por la transformación, y que ése no fuera el comportamiento habitual del mocoso. De momento, le estaba concediendo el beneficio de la duda, pero la paciencia no le iba a durar eternamente.
—Deja que te explique una cosa, Oliver. Por lo que tengo entendido, estás experimentando algunos cambios. Notas que no eres el mismo. Que te cuesta controlar tu cuerpo y tus pensamientos. Tantos cambios, a tantos niveles distintos, tienen que resultarte difíciles de llevar.
Por primera vez desde su llegada, Oliver pareció vulnerable, un niño de nuevo y Nicholas se sintió aliviado.
—Lo que te pasa es normal. Bueno, normal en nosotros. En mí, mis hermanos, tu padre, tú y unos cuantos más repartidos por el mundo.
Oliver frunció el cejo pero no dijo nada.
—Hay sistemas para controlar esas sensaciones, esos impulsos que no entiendes. Te he mandado venir para enseñarte cómo hacerlo, para entrenarte.
—¿Entrenarme?
—Así es —asintió Nicholas—. Podrás llevar una vida casi normal, excepto unos cuantos días al mes, en que no habrá nada que hacer. Pero puedo ayudarte a dominar lo que hay dentro de ti los demás días.
—Haces que parezca un monstruo.
¿Cuántas veces había pensado él lo mismo?
—No, no eres un monstruo, solo eres distinto.
—Hace un momento me has dicho que era normal y ahora me dices que soy distinto.
—Eres normal entre nosotros, Oliver, pero la mayoría de la gente no es como nosotros, y no entienden los cambios ni la confusión que sentimos. Lamento no haber podido ayudarte antes. Debería haber ido a verte hace tiempo.
La expresión de Oliver pasó del alivio a la inquietud.
—Tía ____ dijo que…
—Tu tía no lo sabe. Y así debe seguir. —Era más fácil decidir su futuro con ____ cuando ella no estaba en la habitación—. Dentro de unos días, ella regresará a Essex, pero tú te quedarás aquí.
—¡No! —exclamó el muchacho, levantándose de la silla de un salto—. Si ella se marcha, yo también.
—Tú no eres quien toma las decisiones aquí, hijo —replicó Nicholas con calma, esperando ser capaz de dejar marchar a ____ cuando llegara el momento. Era lo mejor para ella, no importaba lo mucho que la deseara—. Tu padre me encargó tu tutela porque confiaba en mi criterio. Tú tendrás que hacer lo mismo.
—No quiero quedarme aquí sin tía ____.
Nicholas tampoco quería.

Capitulo Once

___ se sentó entre Oliver y Nicholas durante la cena. Su sobrino estaba muy callado y ella no veía el momento de poder hablar con él en privado. Nicholas tampoco hablaba y ____ también deseaba verlo a solas, aunque por otros motivos. Tenían que hablar de lo que les estaba pasando.
La joven tenía la sensación de que Nicholas no quería soltarla, pero al mismo tiempo trataba de empujarla para que se alejara. Ese hombre era una contradicción andante. Aunque tenía que reconocer que a ella tampoco le estaba resultando fácil entender sus propios sentimientos.
No sabía qué le estaba pasando. Hasta ese momento, nunca se le había pasado por la cabeza que pudiera encontrar a un hombre al que amar. No tenía sentido pensar en cosas que no era probable que sucedieran. Sin embargo, las circunstancias la habían llevado hasta la puerta del duque y ahora ya no tenía nada claro. Su corazón latía por Nicholas, pero quería mucho más de lo que él parecía dispuesto a darle.
Le dirigió una mirada de reojo y la intensidad con la que él se la devolvió la dejó sin respiración por unos instantes. Fuera lo que fuese lo que había nacido entre ellos, él también lo compartía. Lo que ____ no entendía era por qué parecía tan decidido a alejarla de su lado.
En el otro extremo de la mesa, Joe clavó el tenedor en una zanahoria como si quisiera asesinarla.
—¡Qué pesada! —masculló Joe, con el cejo fruncido.
—Espero que no estés hablando de mí, Joe —dijo ____.
Joe levantó la mirada del plato.
—Vaya, no me había dado cuenta de que estaba hablando en voz alta. Discúlpame, ____.
—¿Qué te tiene tan disgustado?
—No estoy disgustado —respondió de mal humor.
Nicholas puso la mano sobre la de ____ con delicadeza para captar su atención, provocándole un escalofrío.
—Mi hermano y la señorita Hawthorne disfrutan haciéndose rabiar mutuamente. Llevan años practicando. Con gran éxito.
____ ya se había dado cuenta.
—¿Por qué? —preguntó de forma inocente.
—Buena pregunta —replicó Nicholas, con una sonrisa irónica—. Cuéntanos, Joe, ¿por qué?
—Preferiría no hacerlo —respondió, y luego dirigió sus ojos azules como el hielo hacia ____—: Ten cuidado mañana. No te fíes de ella. Es muy hábil y…
____ se echó a reír.
—No creo que vaya a hacerme nada, Joe.
—¿Adónde vas a ir? —la interrumpió Oliver. ____, sorprendida al oír su voz, dio un brinco en la silla.
—No le ladres a tu tía, chico —lo reprendió Nicholas, apretando la mano de ____ para tranquilizarla.
—¿Y a ti qué te importa, si vas a echarla de la casa?
____ ahogó un grito de sorpresa. Oliver estaba cada día más agresivo. Su dulce sobrino nunca habría respondido de esta manera unos meses atrás. Se soltó de la mano de Nicholas y se volvió hacia el chico.
—Solo voy a visitar a unos vecinos. No me marcho.
—Pero él dijo… —empezó a decir Oliver, fulminando a Nicholas con la mirada.
—No hay nada decidido —lo tranquilizó ____—. Siempre he estado a tu lado, Oliver, y no tengo ninguna intención de dejarte ahora.
—____ —gruñó Nicholas, aunque su voz quedó ahogada por la risa de Joe.
—Así se hace, ____. Mantente firme. No cedas terreno.
Si las miradas matasen, Joe habría caído fulminado en ese momento.
—Ocúpate de tus asuntos, Joe.

____ contempló el baúl lleno de ropa que habían dejado en su habitación. Gracias a Dios, Oliver le había traído su guardarropa casi al completo. Llevaba días con solo dos vestidos y tenía muchas ganas de cambiarse.
Se lavó, se puso el camisón de algodón amarillo y cerró los ojos, disfrutando de su agradable tacto.
Cuando oyó que llamaban a la puerta, se apresuró a ponerse el salto de cama que hacía juego con el camisón. Mientras se ataba el cinturón de la bata, dijo:
—Adelante.
Oliver asomó la cabeza, frunciendo el cejo al ver cómo iba vestida.
—No pensé que te fueras a la cama tan pronto, tía ____. Ya hablaremos mañana.
Ella sacudió la cabeza, acercándose a su sobrino.
—No, no te vayas. Quiero saber cómo ha ido la conversación con el duque.
Oliver entró en la habitación.
—No quiero quedarme aquí. Quiero volver a Maberley Hall contigo.
____ le tomó la mano entre las suyas.
—No me marcharé sin ti, Oliver.
—¿Por qué quiere que te vayas? Si tengo que quedarme aquí, ¿por qué no puedes quedarte tú también?
Menudas preguntas. El problema era que ella no conocía las respuestas. ____ lo guió hasta un par de butacas estampadas situadas cerca de la ventana.
—No te preocupes, cariño. Estoy segura de que conseguiré que su excelencia entre en razón. —No se podía creer que Nicholas quisiera de veras que se marchara, con las miradas que le dedicaba. Además, ¡no se conformaba con mirar!
—Si te marchas, me iré contigo —prometió Oliver. Volvieron a llamar a la puerta, pero esta vez con tanta intensidad que ____ dio un salto en la silla. Con unas palmaditas tranquilizadoras en la mano del pequeño, se levantó a abrir la puerta. Los ojos de Nicholas se oscurecieron cuando vio cómo iba vestida.
—Oliver no debería estar aquí contigo.
—¿Perdón? —preguntó ____, incrédula.
—Es peligroso —respondió Nicholas en voz baja, abriendo más la puerta—. Maberley, es hora de que vayas a tu habitación.
—Solo estoy hablando con mi tía —replicó el muchacho con el cejo fruncido.
—Y podrás seguir hablando con ella por la mañana. Es tarde —añadió, señalando la puerta con un golpe de cabeza.
Oliver, por supuesto, se mostró reacio a obedecer. Siempre lo hacía cuando alguien se dirigía a él en tono autoritario. Con más razón ante el duque, al que apenas conocía.
—Ya no soy un niño pequeño, Blackmoor. Yo decido cuándo me voy a la cama. Y ahora mismo, estoy hablando con mi tía.
____ no pudo ocultar una exclamación de asombro. ¡Qué falta de respeto hablarle así a un duque! Horrorizada, se tapó la boca con la mano mientras Oliver volvía a sentarse.
Levantó un dedo para reñir a su sobrino, pero Nicholas le empujó la mano hacia abajo, lo que provocó que ____ deseara reñirlos a los dos.
—Oliver, creo que debes disculparte ante su excelencia —dijo, y a pesar de la mirada de desaprobación que recibió de Nicholas, continuó—: Puede que no lo conozcas mucho, pero es tu tutor.
—Eso no le da derecho a darme órdenes —repuso el chico con desdén.
Nicholas decidió que era un buen momento para poner fin a esa muestra de rebeldía.
—En realidad, me da derecho a hacer contigo lo que me plazca.
La tensión que había en el aire se podía cortar con un cuchillo. Blackmoor avanzó hacia el muchacho, que se limitó a levantar aún más la nariz y a apartar la cara aparentando indiferencia. ____ sabía que Oliver estaba sintiendo de todo menos indiferencia, pero no era fácil ganarse su confianza.
Por desgracia, Nicholas no parecía tener tampoco ningún interés en ganársela. ____ se acordó de cuando era una niña y ayudaba a la cocinera yendo a buscar huevos al gallinero. Cada vez que entraba, los dos gallos empezaban a luchar, queriendo demostrar su supremacía.
Y eso era más o menos lo que parecían estar haciendo el duque y su sobrino. Pero ____ sabía que Oliver tenía todas las de perder, así que se interpuso entre ellos.
—Apártate, ____ —dijo Nicholas.
—No si vas a hacerle daño —replicó ella, alzando un dedo como hacía cuando regañaba a Oliver. Se dio cuenta de lo poco amenazador que resultaba el gesto cuando vio sonreír a Westfield y bajó la mano.
—No le haré daño, ____. Si escucha y hace lo que le mando —dijo, y volviéndose hacia Oliver, añadió gritando—: ¡Ahora mismo!
Oliver no se movió, por lo que Nicholas dio otro paso hacia él.
Joseph apareció en la puerta.
—¿Estáis representando alguna obra de teatro? Os estoy oyendo desde el piso de abajo —afirmó, echando un vistazo a la habitación—. ¿Y por qué estáis todos en la habitación de ____ si ella está en camisón? —preguntó, con una mirada picara a sus pies descalzos—. Tienes unos pies preciosos, ____ —comentó, en tono desenfadado. ____ sabía que estaba tratando de romper la tensión de la habitación, pero no lo logró. Nicholas no le hizo ni caso y Oliver, aún menos.
A pesar de su tono desenfadado, Joe no perdía detalle de lo que estaba pasando. Rodeó a su hermano y se puso al lado de ____. Tras intercambiar una mirada con Nicholas, la rodeó con sus brazos y se la llevó a un extremo del dormitorio. Nicholas avanzó hacia Oliver y de pronto todo pasó a tanta velocidad que se volvió borroso.
Segundos después, ____ y Joe estaban solos en la habitación.
—Te soltaré, ____, si me prometes que no irás a buscarlos. Nicholas necesita darle una lección a ese chico y ha llegado el momento.

por **FlayTC** Vie 05 Abr 2013, 10:08 pm

Listo! Espero que les guste y que disfruten!
Dios, recien el capitulo 11 jajaj si supieran los que faltan xD
Bueno me ire!
Cuidense! Mañana si puedo subo otra tanda!
Besos!
Abrazos esponjosos y empalagosos! =D
Goodbye!♥

por **aranzhitha** Vie 05 Abr 2013, 11:11 pm

awww pero Nicholas vaya que es contradictorio!!
Primero huye de la rayiz y despues casi le hace el amor??!
Va a golpear a Oliver??!!
Que pasa entre Joe y Prisca???
Siguela!!! Quiero mas!!

por **jamileth** Lun 08 Abr 2013, 8:41 am

El Encanto de un lobo (Nick y Tu) [Adaptacion] - Página 5 1857533193

Siguela. . Por favor...ahh no entiendo a Nick..la quiere y no la quiere . Siguelaaaaa

por Invitado Lun 08 Abr 2013, 1:19 pm

Holaaaa!! nueva lectora!!! :amor:

Ame tu novee! esta genial!! :aah:

Siguela.... besos! :hug:

El Encanto de un lobo (Nick y Tu) [Adaptacion] - Página 5 Btr3

El Encanto de un lobo (Nick y Tu) [Adaptacion] - Página 5 Tumblr_mkp1jwHYS71s7t4zio2_500

**Secretos Hechizados (Kendall & Tu)**
Una Relación Por Conveniencia (Nick Jonas & Tu) Adaptada

:bye:

por **Scooby-Doo ∞** Lun 08 Abr 2013, 1:49 pm

O.O Nueva lectora, ME ENCANTO! Síguela!

por **ElitzJb** Lun 08 Abr 2013, 6:33 pm

hay dios esto se pone muchisimo mejor adoro esta nove y lo sabes bien siguela yaaaaaaaa por favo ♥

por **aranzhitha** Lun 08 Abr 2013, 7:20 pm

siguela!!!

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