Enamorada de mi… ¡¿Hermano?! (Zayn Malik y tú) | Terminada |

Narrador Omnisciente:
Zayn bajó la cabeza con confusión. El sabía que _____ tenía razón, comenzando por aclararse ellos mismos, tenían que enfrentar a su familia, sus amigos… Su relación y finalmente, a la sociedad. Podía sonar increíblemente estúpido pensar en el “qué dirán” pero ninguno de los dos querían atravesar un trago amargo. Estaban decididos a darse tiempo de pensar. Al menos durante el resto de ese día. _____ tenía que pensarlo, reflexionarlo y encontrar las palabras perfectas para contarle a sus amigos, para terminar su relación con Harry y finalmente, enfrentar temiblemente a la patética rubia: Perrie.
Narra _____:
El hambre que tenía debido a un día tan sorprendente y ajetreado se había ido. No tenía idea si mis papás habían escuchado nuestra discusión. Pero ahora, ahí estaba yo sentada en uno de los bancos color vino, acolchonados y extremadamente cómodos. Llevé un poco de jugo de naranja a mi boca mientras digería cada suceso. De una cosa a otra. Discusión, momento “íntimo”, confrontación y finalmente… Confesión. A pesar de estar temiblemente arrasada por mis sentimientos, me sentía increíblemente feliz. Feliz de haber vaciado mi corazón, feliz de saber que él me ama de la misma manera que yo a él, feliz de saber que estaremos juntos… Pero no podía ocultar el gran temor que guardaba mi alma. No quería lastimar a Harry. No debo… Llevé mis pesados y cansados pies hasta mi alcoba, mis padres no se dieron cuenta de que salí ya que estaban aferrados al televisor, abrazados como un par de adolescentes inocentes y riendo como tremendos estúpidos con el programa Oprah Winfrey. Programas de televisión increíblemente sosos… “Estadounidenses” pensé. El humor europeo es mucho más blanco y divertido que esas idioteces. Al fin en mi cama, tirada sin saber que hacer… Pero con mucho que pensar me hundí en mis sentires. Cada caricia, cada beso y cada palabra; me hacían sentir como Julieta esperando a su Romeo. Ya sabía que iba a hacer… Ser feliz con la persona que amo. Planeando acertadamente cada palabra, cada movimiento, cada gesto… Esperando llegar con éxito a mis fines, muy positivamente. Era lo que me hacía sentir valiente. La positividad. Harta de llevar esos ajustados shorts los removí de mi cuerpo, metiéndome en un delicado y fresco camisón color lavanda que me llegaba hasta las chaparreras; cubriendo perfectamente mi voluptuoso trasero. Una coleta y una fresca lavada de rostro, removiendo todo el ligero maquillaje que llevaba encima. Saqué mi libro de la mochila, recargada en una delicada almohada de plumas que me había regalado mi abuelo Walter; comencé a devorar las letras con mis ojos. Página 7, Capítulo 2.
“Ellos no saben de nosotros”
Hogar, dulce hogar:
Ya faltaban solo unos escasos minutos para que concluyera el día y Vivian aún no lograba dormir. Se encontraba entre las penumbras, colocando focos, algunos arreglos, cuadros y limpiando lo restante. El fin de semana empeñaría todo el día en dejar reluciente el ático empolvado y abandonado. Deseaba convertirlo en una especie de habitación de huéspedes o hacer algo para un futuro uso. –He terminado- dijo victoriosa llevándose una toalla color naranja claro sobre su hombro. Al fin saliendo de la bañera y adentrándose a una elegante y gigantesca cama matrimonial, refundida entre mil edredones y cobijas –¿Cómo puedo dejar de pensarlo?- se repetía a ella misma. No podía olvidar el tono tan descaradamente sensual con el que Müller se le insinuó y esos intensos y brillantes ojos color azul rey… Tan bellos y profundos como el océano.


El despertador no sonó a la hora deseada y se levantó media hora después de lo planeado. Apenas y tendría tiempo de cambiarse e irse lo más pronto posible. Escasamente cumpliría su quinto día en la empresa y ella con atrasos –Estúpido despertador viejo- decía mientras lavaba su rostro y cepillaba sus dientes con salvajismo. Abriendo el inmenso clóset color chedrón sacó una entallada falda color azul rey –Como sus ojos- pensó Leblanc entre suspiros; una camisa de encaje blanco y un conjunto de zapatillas del mismo tono que la pollera. Metiendo con sumo cuidado sus piernas entre la fina tela de las medias beige. Un sujetador blanquecino para ocultar sus voluptuosos pechos y con rapidez colocando lo restante. Tomó el viejo teléfono que había en la pequeña mesa de noche y llamó al sitio de taxis. Le daría tiempo de arreglarse un poco más. Tomó la cartera y descendió por el elevador encontrándose con el eficaz taxi color amarillo –A IntraWorlds, por favor-. Tomó una liga color negra como su cabellera y ató su cabello en un delicado chongo elegante. Un poco de polvo, rubor, mascara y labial rojo. Un tanto sexy –Por él- dijo sonriente. Finalmente llegó a tiempo, pagó por el viaje y entró de prisa al gran edificio. –Buenos días- le dijo al portero y ascendió hasta el último y solitario piso. Encontrándose dentro del ascensor a Patrick Müller. Quedando atrapada en su nerviosismo. –Bu…buenos, días jefe- dijo tartamuda y con un tono rojo natural en sus mejillas –Buenos días Vivian ¿ha dormido bien?- preguntó con una gran sonrisa dejando muda a la Leblanc –Sí- dijo firme. Piso 3… faltaban aún 22 pisos. Era un castigo –Al parecer hemos llegado un poco retrasados ¿no?- dijo Müller rompiendo el hielo en el piso 11. Ella solo asintió con vehemencia y el la acorraló en sus brazos en el piso 17 parando el ascensor. –No he dormido bien a causa de usted- ella lo vio sorprendida –¿Cómo dice jefe?- dijo perpleja, sintiendo el aliento a cigarrillo chocar con su boca –Me tienes loco Vivian- atrapó sus labios con los suyos –Usted ha reinado mis sueños, jefe- dijo levantando la mirada. –No te avergüences- Al fin llegaron al piso 25 en completo mutismo. Cada quien por su lado. –Te he dejado tu trabajo por la bandeja de entrada del correo de la empresa, ten buen día- dijo sereno, entrando a su acogedora y gigantesca oficina. –Muy bien día seguramente- dijo para sí misma bufando con sarcasmo. Las horas se pasaban lentas frente al gran monitor, no sacaba de sus pensamientos el fugaz y cálido beso.
Otra estúpida… dije para mí misma. Prontamente caí en un profundo sueño y al despertar, me di cuenta que ya era de mañana. Más temprano que lo de costumbre, pero me daba tiempo en arreglarme. Me metí a la ducha y me cambié algo sencillo. Desayuné un omelette y cuando estaba cepillando mis dientes sentí unos brazos en mi cintura.
-¿Cómo dormiste?-dijo sonriente, yo lo veía desde el espejo. Me enjuagué la boca.
-Bien gracias ¿y tú?-nos dimos un pico y charlamos durante unos diez minutos. Nos fuimos en su deportivo negro y llegamos a la escuela.
-¿Qué significa esto _____?-preguntó Dalhya completamente anonadada.
-Oh amiga-dije besando la mejilla de ella y la de Niall-Tengo que contarles lo que pasó-sonreí.
-Simple… Zayn y tu ya se confesaron su amor-dijo cruzándose de brazos y sonriendo.
-Que aguafiestas eres Niall-dije fulminándolo con la mirada-Brujo maldito-reímos los tres-Pero sí, de una discusión nos fuimos a los besos y pues nos confesamos que nos amábamos. Pero nos dimos tiempo para pensar bien que haremos… Respecto a Harry, Perrie y con nuestros papás…-suspiré.
-Sí, el problema con sus padres es lo más difícil… Pero ya verás que todo saldrá bien-sonrió Dalhya-A propósito con Harold… No ha llegado y ayer, durante el almuerzo no se despegó de su estúpido iPhone, se la llevó riendo como imbécil y mandando mensajes-torció la boca y yo me encogí de hombros.
-Quien sabe que pasará, se me hace muy raro que haya faltado…
-De hecho-dijo Niall-Ha de andar con la pelirroja, Emily Scott-sonrió-O tal vez con Taylor Swift… A ella tampoco se le ha visto hoy-se encogió de hombros también.
-No lo creo… Harry puede ser muy coqueto, pero no me engañaría, que a estas alturas me facilitaría el trabajo-reímos-Iré a mi casillero, los dejo solos ya que me toca entrando Química y Laurent es un sangrón de primera, adiós… Nos vemos en Lengua-dije despidiéndome con la mano y dirigiéndome a mi destino. Eureka, una nueva nota… Dejé mi mochila dentro y saqué la post-it color lavanda “cambió de color” pensé.


“Zorra tú”, pensé y acerté en el comentario… Es una zorra, una perra. Todo. Saqué los útiles que necesitaba y la bata blanca reluciente. Laboratorio. Bufé un poco cansada y me dirigí al salón. Encontrándome con los químicos y los artefactos necesarios. Quien sabe que querría hacer hoy el loco de Laurent con los químicos de colores. Al parecer mezclaríamos las tonalidades del arcoíris y dejaríamos que luciera como tal creando espuma. Veríamos si no explotaba el laboratorio. Reí un poco y me senté en mi lugar a lado de la hermana de Perrie. Tiene mi edad pero no tiene nada que ver con ella. Es castaña, bronceada, ojos perfectamente verde olivo y es físicamente hermosa, pero muy tímida y consternada por la burla continua de su hermana. Aun que muchos chicos la deseaban, ella se escondía de ella misma. Hilary Edwards.
-Hola Hilary-le sonreí y ella volteó cabizbaja.
-Hola ____-dijo en un tono no tan audible-Mi hermana no deja de hablarle de ti a las huecas de su amiguitas Taylor y Emily… Disculpa que te lo diga pero ayer Harry estuvo la mayoría del día con ellas.
-¿Qué?-yo sabía que no tenía motivos para enojarme con el ya que estaba haciendo lo mismo. Pero es frustrante saber eso y tener en cuenta la inasistencia de ambos. Bufé molesta-No importa…
-¿Ya no son novios?-dijo sorprendida.
-Al parecer sí, necesito hablar con él.
-Mi hermana insiste en quedarse con Zayn, pero ella se la lleva de fiesta en fiesta, quien sabe con cuantos no se ha de acostar-frunció el seño-Da asco ser la hermana de ella… Desde pequeñas es tan indiferente conmigo. Pero he sobrevivido con eso, mi padre me consiente mucho a mí-sonreímos.
-No te preocupes… Te tiene envidia por ser inteligente, hermosa y sencilla… en cambio ella tiene que ser fácil para ser popular.
-Gracias, tienes razón-dijo sonrojándose.
-Y… ¿Qué viste ayer? Con respecto a… Harry-dije mordiéndome el labio inferior.
-Oh _____-suspiró-Estuvieron en la piscina y no te voy a negar que las tres estaban de jabón-reímos-Pero, como a Taylor le ha gustado desde siempre… Aprovechó el momento y se besaron y durante todo el día anduvieron muy melosos
-¿Se besaron?-dije sorprendida y suspiré-Nunca lo esperé de él…
-Ya lo sé, pero veo que estas muy calmada… A lo que sé llevan dos años de noviazgo ¿no te duele?-la pregunta del millón, no me dolía… pero ¿Qué explicaciones le daría a la hermana de Perrie?. “Mierda”.