Enamorada de mi… ¡¿Hermano?! (Zayn Malik y tú) | Terminada |

Narrador Omnisciente:
“Pasos lentos, corazones destrozados, lágrimas derramadas y perdones olvidados”. Aquél morocho con su amor embarrado por el suelo. Con su orgullo hasta el tope, pero ¿de qué servía el orgullo? Si solo es una “satisfacción” personal que destruye situaciones, sentimientos y relaciones. “Idioteces”, pensaban el par de personas tiradas en sus respectivas camas. Un día ajetreado, no faltaban más que unos diez minutos para que empezara un nuevo día: domingo. Zayn estaba deseoso por que la preocupación y el desconcierto al fin se fueran de su alma, muchas cosas que descubrir y aclarar. Una _____ destruida por su misma inseguridad, emboscada por sus mismos sentimientos, ¿es que acaso aún no dejaba de amar a su hermano? “¿Por qué a mí?” repetía entre sollozos, no encontraba la respuesta correcta para su situación. “La vida nos puso como hermanos para que nos conociéramos y nos amaramos” pensaba hace dos años atrás, pero ¿Cómo saber si era cierto? Cuando aún no descubría si Zayn sentía lo mismo que ella. “Se le ve muy enamorado”. ¿Qué mierda? ¿Cómo es que ella no notaba que la amaba? No hacían más que odiarse y demostrarse lo contrario. El reloj ya marcaba las doce en punto. Ya era un nuevo día. Ojos cansados fueron cerrados al fin, dejando que las dudas divagaran en su mundo de sueños.

Narra _____:
Los rayos del sol atravesaban con valentía las ventanas de mi habitación. Lentamente mis ojos cansados se abrían con pereza, bostecé y me aferre a mi almohada. Lo único que quería era quedarme en un mundo de fantasía, en donde los sueños solo mostraban un final feliz o un final incierto, fantástico y la mayoría de las veces incompleto; los sueños suelen dejarte con la duda y prefería reflexionarlo en la ducha. Me levanté con la esperanza de que mis pies cansados no dieran para más y así era, pero tenía que sacar la arena de mi cuerpo. Un cabello despeinado, enredado y enmarañado adornaba mi cabeza. Eran las once de la mañana, muy temprano para mí. Adentrada entre las gotas de agua, retirando cada miligramo, cada resto que quedaba de aquél salvaje mar en mi cuerpo. Pasando constantemente la esponja llena de jabón y tallando con fuerza mi largo cabello que lo que más quería en ese momento era rapármelo. Parecía un chango, ahora no dudaba de ser hermana de un primate. Mierda, acabo de despertar y ya pienso en el simio bipolar… Después de un largo rato quitando polisones de mi cuerpo salí victoriosa, con una piel suave y olorosa y un cabello limpio, brillante, sedoso y desenredado. Una capa de crema, un poco de perfume y una lencería cómoda. Deje mi ropa en el cesto de ropa sucia y pasé el cepillo por mi pelo dejándolo más cómodo para mí. Añadí un poco de crema para fijarlo y salí con mis descalzos pies y mi semidesnudo cuerpo hacia mi habitación. Ropa, ropa y más ropa. Hallé lo más deseable para el día. El conjunto más Harry, amamos los gatos. Salí de mi alcoba pasando ya del medio día y bajé encontrándome con un Zayn en calzoncillos. “Sexy”. Pensé mordiendo mi labio, no debía pensar eso, pero ese hombre es un monumento. Pectorales marcadas, oblicuos definidos, cintura pequeña, abdomen trabajado. Es un Dios. Volteo al escucharme bajar las escaleras y me recibió con una sonrisa, la sonrisa más sincera que había visto después de hace mucho tiempo. Sonreí satisfecha y suspiré sin si quiera pensarlo. Lo que más deseaba en ese momento era treparme entre su cuerpo y sus brazos, necesitaba tanto abrazarlo, besarlo… Sentirme suya, sentir su amor. De nuevo un suspiro derrotado y ahogado. No sabía por qué pensaba tales cosas.