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Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
suuubeee maass! y se le acaba el tiempoooo! hkgsdfghdfh
Pao Jonatica Forever :3
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
wwaaaaa eerriaaaaa! pase de pagina :3 me amo! e.e okno! siiiguelaa!
Pao Jonatica Forever :3
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Aghdhudejbrjddijren!!!
Sigue por favor, a me comi los dedos. Y voy por la mano de los nervios hahhah
Gracias por subir!!
Sigue por favor, a me comi los dedos. Y voy por la mano de los nervios hahhah
Gracias por subir!!
Augustinesg
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
-_____________...
Una sola palabra y ya estaba en sus brazos. Joseph la abrazó y _____________ se le colgó del cuello y apretó su cuerpo contra la figura alta y esbelta del hombre. No le había dicho nada de lo que había planeado. Se había limitado a soltar la verdad.
-Lo siento, Joseph. Sé que sólo te he causado problemas -se disculpó.
Sintió la presión suave de los labios de Joseph en la coronilla. En el fondo de su corazón, no soportaba la idea de implicarlo en su plan.
-No es culpa tuya -la tranquilizó el marqués-Nada de esto debería haberte pasado.
_____________ echó la cabeza hacia atrás y, al mirar a los os oscuros y penetrantes de Joseph, captó el brillo plateado alrededor de las pupilas. Vio pasión en ellos, un ansia que ya había visto con anterioridad en esa mirada.
-¿Me das un beso, Joseph? -pidió en voz baja-Sé que está mal, pero no me importa. Te necesito, Joseph. Te necesito tanto...
De la garganta de Joseph escapó un sonido grave. La estrechó con una fuerza casi dolorosa y la acalló con su boca, con un beso tan ardiente que la dejó sin aliento además de sin palabras. Hundió las manos en los cabellos sueltos y la mantuvo inmóvil mientras con la lengua le saqueaba la boca y la saboreaba profundamente, de un modo que hizo que a ella le fallaran las piernas. El beso fue brusco, ardiente, apasionado. Fue salvaje, violento y, de un modo extraño, de lo más tierno. La habitación giró alrededor de _____________. Las paredes parecieron desaparecer. Se tambaleó y habría caído si él no la hubiese es¬tado sujetando.
El beso se volvió más profundo y apasionado. Joseph buscó con la mano un pecho, lo levantó con suavidad a través de la seda brillante y con el pulgar acarició el pezón, que enseguida adquirió rigidez, con unas pulsaciones que seguían los latidos del corazón de _____________. Ella se estremeció en su interior y sintió calor en el vientre, un calor que se extendió a las piernas y se infiltró en lo más íntimo, dejándola húmeda y ansiosa.
-Joseph... -susurró.
Le devolvió el beso con la misma pasión, sorprendida ante la ansiedad que surgía en sus entrañas. Lo necesitaba como jamás había imaginado. Entrelazó los dedos en los cabellos oscuros de Joseph y, al quitarle la cinta que los recogía en la nuca, él gimió. Tomó aire con fuerza cuando los largos dedos del marqués se deslizaron bajo el corpiño del vestido y le cubrieron un pecho mientras le recorría el cuello con los labios. Los besos ardientes y húmedos de Joseph le quemaban en la piel, y las gentiles manos la acariciaron y la instigaron hasta que creyó que se desmayaría.
Él desabrochó los botones de la parte posterior del vestido, uno a uno, y después lo fue dejando caer desde los hombros hasta dejar al descubierto el corsé y la camisa. Besó la desnudez de los hombros y siguió hacia abajo, hizo deslizarse la camisa por los brazos y tiró de los lazos del corsé. Los aflojó lo suficiente para bajarlo y entonces atrapó un seno con la boca.
A _____________ empezaron a temblarle las piernas. El suelo pareció abrirse a sus pies y tragársela. Se le escapó un sollozo bajo; no había imaginado nunca que existiera un placer tan intenso. Parecía como si unas lengüecitas cálidas la lamieran por dentro siguiendo el recorrido de los besos de Joseph. Echó la cabeza atrás, y eso permitió a Joseph acceder mejor primero a un seno y luego al otro para lamerlos, saborearlos, rodear las puntas rígidas y volver después a cubrirlos por completo con la boca.
Ardía en deseos por él. Todo su cuerpo se estremeció y un dolor débil le brotó fulgurante entre las piernas. Había querido seducirlo y jamás sospechó que, al hacerlo, ella también acabaría seducida. Vagamente, se preguntó cuánto tiempo habría pasado, pero Joseph volvió a besarla y el pensamiento se esfumó, sepultado bajo la apasionada destreza de la boca y las manos del marqués.
Casi ni se dio cuenta de que el vestido caía al suelo, de que le quitaba la enagua, el corsé. La camisa se arremolinaba alrededor de las caderas. Apenas fue consciente de que Joseph la cargaba en brazos y la llevaba al sofá, y sólo de un modo confuso alcanzó a ver que él también tenía el torso descubierto.
La volvió a besar y se puso encima de ella. Los senos desnudos quedaron en contacto con las franjas lisas y duras de la musculatura de Joseph. Tenía un torso espléndido, fuerte como el suelo de piedra de debajo del sofá. _____________ recorrió los tendones rígidos con los dedos y después con la lengua. Comprobó al tacto la elasticidad del vello del pecho y palpó un pezón plano, sorprendida al notar que se contraía y oír el aire que se escapaba siseante de la garganta de Joseph.
Él la besó de nuevo, haciendo que todo su cuerpo se estremeciera. Los pezones le dolían de deseo y tenía lo más íntimo de su feminidad húmedo y caliente. En algún rincón de su mente surgió la idea de que ya era de sobra el momento de detenerlo. No formaba parte de su plan que la seducción llegara tan lejos. Tenía que terminar con ese juego peligroso antes de que fuera demasiado tarde, pero no logró reunir la suficiente fuerza de voluntad.
Joseph le separó las piernas y se colocó entre ellas. Se estaba desabrochando los pantalones y levantándole la fina camisa, que todavía la cubría desde la cintura hasta los muslos, cuando, la puerta del pabellón de caza se abrió de golpe y su tío entró seguido de tres de sus hombres y del alto, canoso y circunspecto obispo Tallman.
Una sola palabra y ya estaba en sus brazos. Joseph la abrazó y _____________ se le colgó del cuello y apretó su cuerpo contra la figura alta y esbelta del hombre. No le había dicho nada de lo que había planeado. Se había limitado a soltar la verdad.
-Lo siento, Joseph. Sé que sólo te he causado problemas -se disculpó.
Sintió la presión suave de los labios de Joseph en la coronilla. En el fondo de su corazón, no soportaba la idea de implicarlo en su plan.
-No es culpa tuya -la tranquilizó el marqués-Nada de esto debería haberte pasado.
_____________ echó la cabeza hacia atrás y, al mirar a los os oscuros y penetrantes de Joseph, captó el brillo plateado alrededor de las pupilas. Vio pasión en ellos, un ansia que ya había visto con anterioridad en esa mirada.
-¿Me das un beso, Joseph? -pidió en voz baja-Sé que está mal, pero no me importa. Te necesito, Joseph. Te necesito tanto...
De la garganta de Joseph escapó un sonido grave. La estrechó con una fuerza casi dolorosa y la acalló con su boca, con un beso tan ardiente que la dejó sin aliento además de sin palabras. Hundió las manos en los cabellos sueltos y la mantuvo inmóvil mientras con la lengua le saqueaba la boca y la saboreaba profundamente, de un modo que hizo que a ella le fallaran las piernas. El beso fue brusco, ardiente, apasionado. Fue salvaje, violento y, de un modo extraño, de lo más tierno. La habitación giró alrededor de _____________. Las paredes parecieron desaparecer. Se tambaleó y habría caído si él no la hubiese es¬tado sujetando.
El beso se volvió más profundo y apasionado. Joseph buscó con la mano un pecho, lo levantó con suavidad a través de la seda brillante y con el pulgar acarició el pezón, que enseguida adquirió rigidez, con unas pulsaciones que seguían los latidos del corazón de _____________. Ella se estremeció en su interior y sintió calor en el vientre, un calor que se extendió a las piernas y se infiltró en lo más íntimo, dejándola húmeda y ansiosa.
-Joseph... -susurró.
Le devolvió el beso con la misma pasión, sorprendida ante la ansiedad que surgía en sus entrañas. Lo necesitaba como jamás había imaginado. Entrelazó los dedos en los cabellos oscuros de Joseph y, al quitarle la cinta que los recogía en la nuca, él gimió. Tomó aire con fuerza cuando los largos dedos del marqués se deslizaron bajo el corpiño del vestido y le cubrieron un pecho mientras le recorría el cuello con los labios. Los besos ardientes y húmedos de Joseph le quemaban en la piel, y las gentiles manos la acariciaron y la instigaron hasta que creyó que se desmayaría.
Él desabrochó los botones de la parte posterior del vestido, uno a uno, y después lo fue dejando caer desde los hombros hasta dejar al descubierto el corsé y la camisa. Besó la desnudez de los hombros y siguió hacia abajo, hizo deslizarse la camisa por los brazos y tiró de los lazos del corsé. Los aflojó lo suficiente para bajarlo y entonces atrapó un seno con la boca.
A _____________ empezaron a temblarle las piernas. El suelo pareció abrirse a sus pies y tragársela. Se le escapó un sollozo bajo; no había imaginado nunca que existiera un placer tan intenso. Parecía como si unas lengüecitas cálidas la lamieran por dentro siguiendo el recorrido de los besos de Joseph. Echó la cabeza atrás, y eso permitió a Joseph acceder mejor primero a un seno y luego al otro para lamerlos, saborearlos, rodear las puntas rígidas y volver después a cubrirlos por completo con la boca.
Ardía en deseos por él. Todo su cuerpo se estremeció y un dolor débil le brotó fulgurante entre las piernas. Había querido seducirlo y jamás sospechó que, al hacerlo, ella también acabaría seducida. Vagamente, se preguntó cuánto tiempo habría pasado, pero Joseph volvió a besarla y el pensamiento se esfumó, sepultado bajo la apasionada destreza de la boca y las manos del marqués.
Casi ni se dio cuenta de que el vestido caía al suelo, de que le quitaba la enagua, el corsé. La camisa se arremolinaba alrededor de las caderas. Apenas fue consciente de que Joseph la cargaba en brazos y la llevaba al sofá, y sólo de un modo confuso alcanzó a ver que él también tenía el torso descubierto.
La volvió a besar y se puso encima de ella. Los senos desnudos quedaron en contacto con las franjas lisas y duras de la musculatura de Joseph. Tenía un torso espléndido, fuerte como el suelo de piedra de debajo del sofá. _____________ recorrió los tendones rígidos con los dedos y después con la lengua. Comprobó al tacto la elasticidad del vello del pecho y palpó un pezón plano, sorprendida al notar que se contraía y oír el aire que se escapaba siseante de la garganta de Joseph.
Él la besó de nuevo, haciendo que todo su cuerpo se estremeciera. Los pezones le dolían de deseo y tenía lo más íntimo de su feminidad húmedo y caliente. En algún rincón de su mente surgió la idea de que ya era de sobra el momento de detenerlo. No formaba parte de su plan que la seducción llegara tan lejos. Tenía que terminar con ese juego peligroso antes de que fuera demasiado tarde, pero no logró reunir la suficiente fuerza de voluntad.
Joseph le separó las piernas y se colocó entre ellas. Se estaba desabrochando los pantalones y levantándole la fina camisa, que todavía la cubría desde la cintura hasta los muslos, cuando, la puerta del pabellón de caza se abrió de golpe y su tío entró seguido de tres de sus hombres y del alto, canoso y circunspecto obispo Tallman.
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Heart attack mode on.
Voy a morir, listo, vayan a visitarme al cementerio por favor..
Gracias por subir, voy a llorar :'(
Ay caramba! Que va a pasaaaaar!##!
Voy a morir, listo, vayan a visitarme al cementerio por favor..
Gracias por subir, voy a llorar :'(
Ay caramba! Que va a pasaaaaar!##!
Augustinesg
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Como te atreves a dejarla asi? sjdfshfj
tengo ganas de encontrarte, golpearte y obligarte a seguir escribiendo
sdjfisd siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
tengo ganas de encontrarte, golpearte y obligarte a seguir escribiendo
sdjfisd siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
jonas_dayi_avril
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
ahhh ya los encontraron!!!!
Que dira el tío??!!
Santo Dios!!! Siguela!!!
Deberias de hacer un maraton!!! Aunque sea un mini-maraton siii!!
Que dira el tío??!!
Santo Dios!!! Siguela!!!
Deberias de hacer un maraton!!! Aunque sea un mini-maraton siii!!
aranzhitha
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Me dio un ataque un paro fdsjdfdjdf omg! Joe es un clientele :B asi me gusta jkjs omg! La que se armara wow! Por que llegan en el momento que no deben :lloro:
*Ire a llorar a un rincon* y ahora que pasara? Que incomoda situacion deperdido hubiesen dejado que Joe se desnudara!
*Ire a llorar a un rincon* y ahora que pasara? Que incomoda situacion deperdido hubiesen dejado que Joe se desnudara!
Pao Jonatica Forever :3
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Que lectoras más clienteles que tengo, hahaha y demasiado exigentes eh... Las amo mucho, pensare en hacerles un pequeño maratón.
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
Por un instante, Joseph se quedó inmóvil.
-Por el amor de Dios, ¿qué rayos...? -Dunstan no tuvo que acabar la pregunta. Era más que evidente lo que estaba pasando.
Joseph soltó un taco mientras volvía a subirle la camisa a _____________ para taparle el pecho y agarraba su chaqueta y le cubría con ella el cuerpo casi desnudo. Apretó la mandíbula y se puso de espaldas para abrocharse los botones de los pantalones y recuperar su camisa.
-Esperad fuera -ordenó Dunstan a sus hombres, que se quedaron un momento boquiabiertos y, después, se marcharon cerrando la puerta tras ellos-. Así que después de todo fue usted -acusó a Joseph con una mueca-. No creí que tuviera la frescura de hacer eso.
-¿Qué significa esto? -quiso saber el obispo-. Usted es Jonas, ¿verdad? Creo que nos conocemos.
-Soy Jonas -asintió Joseph con frialdad. Se pasó la camisa por la cabeza pero no se molestó en apretar la cinta que cerraba la abertura del cuello-. El obispo Tallman, si no me equivoco. ¿Por qué están ustedes aquí, en mi propiedad, sin permiso?
El obispo no contestó. Se limitó a sacar la nota que _____________ había escrito de un bolsillo de la sotana. Joseph la leyó y se la devolvió, con una expresión todavía más adusta.
-Recibí esto hace tres días -le explicó Edwin Tallman-. Como puede ver, no está firmada, pero, al parecer, era muy exacta.
El obispo lanzó una mirada a la joven, acurrucada bajo la chaqueta de lana y con la cara muy colorada. _____________ suponía que iba a resultar dificil, pero era mucho peor de lo que había imaginado. La mirada del obispo regresó a Joseph y ya no se apartó de él.
-¿Se da cuenta de que se trata de lady _____________ Grayson, hija del difunto conde de Milford?
-Sí -respondió Joseph, que apretaba con fuerza las mandíbulas.
-Muy bien. Entonces también debe de saber lo que esto implica. Ha seducido a una joven pura, la hija de una familia noble y de arraigo. Lo único que puede hacer es casarse con ella.
-¿Casarse con ella? -Dunstan sacudió la cabeza al oír esas palabras y abrió unos ojos como platos, asombrado-. Esperen un momento...
-Como ya he dicho, la chica es pura -se dirigió el obispo a Joseph como si el conde no hubiera hablado-. Usted, sin embargo, tiene fama de libertino. Ha echado a perder la reputación de la chica. Ahora, su honor le obliga a casarse con ella.
La mirada dura de Joseph se desvió hacia _____________ y, en un sólo momento de claridad, supo exactamente lo que ésta había hecho. Supo que ella había escrito la nota, que planeó para que pasara precisamente eso. Supo que estaba atrapado sin remedio y que ella era la culpable, y aunque comprendía el porqué de su acción, estaba furioso por haber sido manejado de una forma tan perversa.
Se le tensó un músculo de la mandíbula. La cólera imprimía un color rojo oscuro a su rostro. Tal vez iba a responder algo, pero Dunstan intervino justo entonces:
-No podéis pedirle a este hombre que se case con la chica. La pobre está loca.
El obispo mantenía la mirada fija, implacable, en el marqués.
-¿Es eso lo que usted cree, milord? ¿Cree que lady _____________ está loca? Ha habido rumores de que usted trataba de lograr que ella dejara el hospital de Saint Bartholomew, que estaba usted convencido de que no esta¬ba loca en absoluto, sino totalmente cuerda. ¿No es así, milord?
_____________ contuvo el aliento. Si decía las palabras adecuadas, Joseph todavía podía escapar a su suerte. ¿Estaba tan enfadado como para abandonarla al destino que su tío tuviera reservado para ella? Se mordió el labio inferior, temblorosa, y rogó que no.
Joseph contestó mirándola a ella fijamente:
-Lady _____________ no está loca.
«Ni mucho menos» -decían sus ojos-. «Es una furcia maquinadora y embustera, dispuesta a usar su cuerpo para lograr lo que quiere, pero no está loca.» _____________ sintió esa mirada glacial como un cuchillo que le atravesara el corazón.
El obispo dio unos pasos adelante, con la sotana flotando a su alrededor.
-Si cree que está cuerda, su deber es casarse con ella -sentenció.
-La chica es peligrosa -rebatió Dunstan-. Trató de envenenar a mi hija. Trató de...
-¡No es verdad! -soltó _____________, que se arrodilló en el sofá sin dejar de cubrirse con la chaqueta de Joseph-. Intentaba ayudarla y tú lo sabes.
-¿Tiene miedo de la chica, milord? -preguntó el obispo con calma.
-No -respondió el marqués, y un músculo se le tensó en la mandíbula-. No creo que lastimara a nadie adrede. -Pero su expresión feroz indicaba que acababa de asestarle a él un golpe mortal.
-Entonces avisaré al arzobispo por la mañana. No estamos demasiado lejos de Canterbury. El matrimonio debería celebrarse en un par de días.
-¡Eso es absurdo! -exclamó Dunstan a la vez que avanzaba con el tricornio sujeto con fuerza bajo un brazo-. La muchacha no está en su sano juicio. Os digo que está...
La mirada de advertencia del obispo lo detuvo.
-Es su tutor. Su padre la dejó a su cuidado porque confiaba en usted. Su deber es hacer lo mejor para lady _____________. ¿De veras cree que casarse con el marqués de Jonas sería peor para ella que volver a Saint Bart?
-Bueno, no -admitió el conde tras aclararse la garganta. Tenía la cara colorada y movía los ojos como un animal arrinconado-. Claro que no, pero...
-Entonces está decidido. El matrimonio se celebrará en cuanto pueda obtenerse una licencia especial.
Dunstan no dijo nada más, pero la expresión de furia de su semblante indicaba que el asesinato habría sido mucho más de su agrado.
-Mientras tanto, con el permiso de lord Jonas, lady _____________ y yo lo acompañaremos a su casa, donde permaneceremos hasta que se haya celebrado la ceremonia. Tengo intención de hacer los honores en persona. Se lo debo al padre de lady _____________.
El conde apretó con tal fuerza la mandíbula que sus dientes emitieron un ruido áspero. Asintió con la cabeza, se volvió y salió de la sala. _____________ oyó cómo gritaba órdenes a sus hombres. Después, sonó el chasquido de la correa de una silla y el tintineo de bridas y bocados, seguido del repiqueteo de los cascos que se alejaban a medida que él y sus hombres se marchaban.
-Por el amor de Dios, ¿qué rayos...? -Dunstan no tuvo que acabar la pregunta. Era más que evidente lo que estaba pasando.
Joseph soltó un taco mientras volvía a subirle la camisa a _____________ para taparle el pecho y agarraba su chaqueta y le cubría con ella el cuerpo casi desnudo. Apretó la mandíbula y se puso de espaldas para abrocharse los botones de los pantalones y recuperar su camisa.
-Esperad fuera -ordenó Dunstan a sus hombres, que se quedaron un momento boquiabiertos y, después, se marcharon cerrando la puerta tras ellos-. Así que después de todo fue usted -acusó a Joseph con una mueca-. No creí que tuviera la frescura de hacer eso.
-¿Qué significa esto? -quiso saber el obispo-. Usted es Jonas, ¿verdad? Creo que nos conocemos.
-Soy Jonas -asintió Joseph con frialdad. Se pasó la camisa por la cabeza pero no se molestó en apretar la cinta que cerraba la abertura del cuello-. El obispo Tallman, si no me equivoco. ¿Por qué están ustedes aquí, en mi propiedad, sin permiso?
El obispo no contestó. Se limitó a sacar la nota que _____________ había escrito de un bolsillo de la sotana. Joseph la leyó y se la devolvió, con una expresión todavía más adusta.
-Recibí esto hace tres días -le explicó Edwin Tallman-. Como puede ver, no está firmada, pero, al parecer, era muy exacta.
El obispo lanzó una mirada a la joven, acurrucada bajo la chaqueta de lana y con la cara muy colorada. _____________ suponía que iba a resultar dificil, pero era mucho peor de lo que había imaginado. La mirada del obispo regresó a Joseph y ya no se apartó de él.
-¿Se da cuenta de que se trata de lady _____________ Grayson, hija del difunto conde de Milford?
-Sí -respondió Joseph, que apretaba con fuerza las mandíbulas.
-Muy bien. Entonces también debe de saber lo que esto implica. Ha seducido a una joven pura, la hija de una familia noble y de arraigo. Lo único que puede hacer es casarse con ella.
-¿Casarse con ella? -Dunstan sacudió la cabeza al oír esas palabras y abrió unos ojos como platos, asombrado-. Esperen un momento...
-Como ya he dicho, la chica es pura -se dirigió el obispo a Joseph como si el conde no hubiera hablado-. Usted, sin embargo, tiene fama de libertino. Ha echado a perder la reputación de la chica. Ahora, su honor le obliga a casarse con ella.
La mirada dura de Joseph se desvió hacia _____________ y, en un sólo momento de claridad, supo exactamente lo que ésta había hecho. Supo que ella había escrito la nota, que planeó para que pasara precisamente eso. Supo que estaba atrapado sin remedio y que ella era la culpable, y aunque comprendía el porqué de su acción, estaba furioso por haber sido manejado de una forma tan perversa.
Se le tensó un músculo de la mandíbula. La cólera imprimía un color rojo oscuro a su rostro. Tal vez iba a responder algo, pero Dunstan intervino justo entonces:
-No podéis pedirle a este hombre que se case con la chica. La pobre está loca.
El obispo mantenía la mirada fija, implacable, en el marqués.
-¿Es eso lo que usted cree, milord? ¿Cree que lady _____________ está loca? Ha habido rumores de que usted trataba de lograr que ella dejara el hospital de Saint Bartholomew, que estaba usted convencido de que no esta¬ba loca en absoluto, sino totalmente cuerda. ¿No es así, milord?
_____________ contuvo el aliento. Si decía las palabras adecuadas, Joseph todavía podía escapar a su suerte. ¿Estaba tan enfadado como para abandonarla al destino que su tío tuviera reservado para ella? Se mordió el labio inferior, temblorosa, y rogó que no.
Joseph contestó mirándola a ella fijamente:
-Lady _____________ no está loca.
«Ni mucho menos» -decían sus ojos-. «Es una furcia maquinadora y embustera, dispuesta a usar su cuerpo para lograr lo que quiere, pero no está loca.» _____________ sintió esa mirada glacial como un cuchillo que le atravesara el corazón.
El obispo dio unos pasos adelante, con la sotana flotando a su alrededor.
-Si cree que está cuerda, su deber es casarse con ella -sentenció.
-La chica es peligrosa -rebatió Dunstan-. Trató de envenenar a mi hija. Trató de...
-¡No es verdad! -soltó _____________, que se arrodilló en el sofá sin dejar de cubrirse con la chaqueta de Joseph-. Intentaba ayudarla y tú lo sabes.
-¿Tiene miedo de la chica, milord? -preguntó el obispo con calma.
-No -respondió el marqués, y un músculo se le tensó en la mandíbula-. No creo que lastimara a nadie adrede. -Pero su expresión feroz indicaba que acababa de asestarle a él un golpe mortal.
-Entonces avisaré al arzobispo por la mañana. No estamos demasiado lejos de Canterbury. El matrimonio debería celebrarse en un par de días.
-¡Eso es absurdo! -exclamó Dunstan a la vez que avanzaba con el tricornio sujeto con fuerza bajo un brazo-. La muchacha no está en su sano juicio. Os digo que está...
La mirada de advertencia del obispo lo detuvo.
-Es su tutor. Su padre la dejó a su cuidado porque confiaba en usted. Su deber es hacer lo mejor para lady _____________. ¿De veras cree que casarse con el marqués de Jonas sería peor para ella que volver a Saint Bart?
-Bueno, no -admitió el conde tras aclararse la garganta. Tenía la cara colorada y movía los ojos como un animal arrinconado-. Claro que no, pero...
-Entonces está decidido. El matrimonio se celebrará en cuanto pueda obtenerse una licencia especial.
Dunstan no dijo nada más, pero la expresión de furia de su semblante indicaba que el asesinato habría sido mucho más de su agrado.
-Mientras tanto, con el permiso de lord Jonas, lady _____________ y yo lo acompañaremos a su casa, donde permaneceremos hasta que se haya celebrado la ceremonia. Tengo intención de hacer los honores en persona. Se lo debo al padre de lady _____________.
El conde apretó con tal fuerza la mandíbula que sus dientes emitieron un ruido áspero. Asintió con la cabeza, se volvió y salió de la sala. _____________ oyó cómo gritaba órdenes a sus hombres. Después, sonó el chasquido de la correa de una silla y el tintineo de bridas y bocados, seguido del repiqueteo de los cascos que se alejaban a medida que él y sus hombres se marchaban.
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
lo hizo!!! Y Joseph esta furioso!!! :misery:
Ojala que se le pase pronto!!!
Siguela!!!! Atte. Tu lectora latosa!!
Ojala que se le pase pronto!!!
Siguela!!!! Atte. Tu lectora latosa!!
aranzhitha
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
aranzhitha escribió:lo hizo!!! Y Joseph esta furioso!!! :misery:
Ojala que se le pase pronto!!!
Siguela!!!! Atte. Tu lectora latosa!!
Señorita, usted no es latosa, es una lectora muy fiel y yo le amo :D
NiinnyJonas
Re: Seda y Acero (Joe y Tu) [Adaptación Terminada]
NiinnyJonas escribió:aranzhitha escribió:lo hizo!!! Y Joseph esta furioso!!! :misery:
Ojala que se le pase pronto!!!
Siguela!!!! Atte. Tu lectora latosa!!Señorita, usted no es latosa, es una lectora muy fiel y yo le amo :D
aww gracias, y como no ser fiel si me encantan todas las noves que subes :P
siguela!!!
aranzhitha
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