Un verano para recordar (Harry Styles) ~Terminada

95.

Harry.
Me encontraba afuera del aeropuerto esperando un taxi, Kristen ya se había ido hacia la universidad, aunque me ofreció que me fuera con ella simplemente me negué, quería pensar un poco, Alex aún no estaba aquí pero aun así quería saber dónde estaba su casa. Al fin un taxi se detuvo enfrente mío, le pedí que me llevara a la escuela Juilliard, el asintió y puso el auto en marcha durante todo el camino no pude evitar soltar suspiros de nervios si estaba muy nervioso viendo todo aquí había venido tan solo una vez el día en que hice la audición, no es del todo agradable andar tu solo por una ciudad que no conoces aunque mirando el lado bueno sería una excelente aventura de la cual me reiría en unos años. El taxi se detuvo, me quede estático a recordar que no traía dólares conmigo, mi cara se tornó roja y no sabía que hacer hasta que un chico el cual jamás en mi vida había visto pago lo que le taxímetro marcaba el taxista me miro extraño pero tomo el dinero y se fue.
—Prometo que al cambiar las libras que traigo te lo pagare—el chico sonrió.
—no importa, esta será mi buena acción del día—dijo—me llamo Damien ¿y tú extraño sin dólares?—pregunto.
—Harry.
—supongo que eres extranjero ya que ni un solo dólar traes contigo, y hablas de libras.
—vengo de Inglaterra, Londres siendo exacto.
—oh lindo lugar, una vez fui de vacaciones con mis padres haya, fue de lo mejor lo que más me gusto fue, el London eye, el puente milenio y entre otras cosas, creo que ya estoy hablando demás ¿cierto?
—no te preocupes, ya que yo no sé ni de qué hablar.
—bueno… oh acabas de llegar tienes que ir a las oficinas administrativas para que te den tus horarios y esas cosas, como el dormitorio y blablablá, haya te explican mejor que yo.
—De acuerdo… ¿Dónde están?—pregunte.
—Mejor te llevo—soltó una carcajada, después de recorrer algunos pasillos y llegar a lo que supongo que eran las oficinas administrativas, entre y como dijo Damien, me dieron todo un reglamento, junto con una llave, más una hoja que tenía mis horarios, tome todo y salí del lugar Damien aún me esperaba afuera— ¿habitación?—pregunto.
—mmm… 102.
—el destino nos quiere juntos amigo.
— ¿E?—exclame.
—yo también estoy en la 102.
—a…—solté una carcajada.
—Mirando tu cara supongo que has pensado otra cosa, no soy gay—dijo.
—No pensé eso—sonreí.
—oh claro que lo hiciste.

Alex.
Nuevamente Riley me pidió dormir con él aunque esta vez a quien el abrazaba era a tini, estaba mirando el techo. Me sentía cansada pero aun no tenía sueño. Así que me puse de pie coloque mis tenis en mis pies y camine hasta mi habitación saque mi celular, tía Mandy me hiso el favor que ponerle crédito a mi celular, regrese a la habitación de Riley acostándome a su lado pero aún más alejada, empecé escribir en él celular.
“Hey…, bueno… quería saber cómo estabas, y como va todo haya en Londres, con las chicas y eso, sabes mañana entierran al abuelo, la abuela lo decidió aunque mi madre no estaba del todo de acuerdo, así que iré a un funeral. Es de noche aquí supongo que en Londres es de día ¿no?, aún sigo confundida por los horarios, espero… no se verte pronto, con amor
Alex”
Enviado, y así colocando el celular en el buro me acomode en la cama, mire por la ventana un largo tiempo hasta que sin darme cuenta me dormí. Riley hizo que me despertara, me movía hacia atrás y adelante.
—wow alto ¿Qué pasa?—pregunte.
—tía Clara dijo que te cambiaras, ya es hora de tu sabes, abuelo bajo tierra—suspiro, y un sollozo vino después.
—oh no, no llores—le dije, estire mi mano tomando a tini—abrázalo—le dije—te pondrás mejor—el pequeño niño ya estaba vestido completamente de negro, me puse de pie y descalza salí de la habitación con los tenis en una mano y con el celular en la otra, lo revise y Harry aun no me contestaba decidí no tomarle importancia, tome mi ropa negra por supuesto y me dirigí a la ducha tarde muy poco diez minutos si acaso, unos jeans negros, más una básica negra y una de cuadros con negro y gris, coloque mis calcetas estas daba igual de qué color eran, y mis tenis, salí del baño secándome con la toalla, y caminando hasta mi habitación mientras me topaba con Riley el cual tenía mi celular en la mano.
—creo que tu novio quiere hablar contigo—dijo extendiéndome el celular, asentí y lo tome.
“estoy bien mi amor, que pena por lo de tu abuelo en verdad lo lamento quisiera estar contigo dándote abrazos y llenándote de besos pero no puedo y lo lamento bastante, si todo va bien en Londres, pero te tengo una sorpresa que pronto te dare, te amo, Harry”
¿Sorpresa?, pero porque una sorpresa si después del entierro yo vuelvo a Nueva York no a Londres, eso me dejo algo confundida.
Estábamos todos alrededor del gran holló que habían cavado, con la lápida del abuelo encima era de color blanco, con algunos toques de plateado, un gran adorno de flores encima, mi cabello estaba en mi cara ocultándola para que no me vieran llorar era absurdo ya que me daba igual el que me vieran o no pero esta vez era diferente. Riley lloraba abrazado de la tía Mandy, mientras mama estaba con papa, y la abuela abrazada de una señora que no conozco, la tía helen estaba llorando en silencio y yo abrazada a mí misma, este día era nublado y por alguna extraña razón hacia algo de frio, mire al cielo y las nubes no daban muy buena señal seguro llovería. Al finalizar mi abuelo fue enterrado, mi mama y tías dieron un par de gritos era su papa y claro que les dolería ver cómo era enterrado tres metros bajo tierra, la señora que estaba con la abuela ya se había ido junto con ella. Riley estaba en el auto esperando a su mama para irse al igual que yo. Los dos estábamos en silencio mientras él le susurraba cosas a tini.
—tini dice que el abuelo está bien y que se está divirtiendo mucho Max—dijo el pequeño, admito que eso sonó algo aterrador pero bueno da igual.
—Eso espero Riley, en verdad. —mi padres, tía Helen y tía Mandy llegaron y todos subieron al auto, el transcurso del cementerio hasta casa de la abuela fue totalmente silencioso. Fui la primera en bajar y subir hasta mi habitación, tendría que empacar mañana volvería a Nueva York aunque en realidad no quería aun no, la abuela no estaba del todo bien aunque mis padres si se quedarían un poco más igual que la tía Helen, y no falta mencionar a tia Mandy y Riley porque ellos ya viven aquí, además en unos días el pequeño seguro estará como nuevo o eso espero.

Harry.
Damien se había ofrecido a acompañarme a buscar la casa de Alex, al encontrarla me quede impactado era bastante grande, y muy… como lo explico elegante, parecía más una mansión que una casa, recordando a Alex, no me la imagino viviendo en un lugar así, a pesar de todo es sencilla y rara a la vez que no parece una niña rica.
No llame a la puerta solo quería saber dónde vivía, tenía pensado regresar a la escuela, aunque Damien dijo que primero quería ir a comer, y a McDonald si no, no, parecía un niño pequeño al poner condiciones tan infantiles. Estábamos ya en el lugar y me topé con aquella melena rubia rojiza, la chica se giró y hay estaba Kristen.
— ¡Harry!—exclamo.
—Hola—sonreí.
— ¿Quién es ella?—pregunto Damien.
—a… es una amiga que conocí en el avión—ella asintió.
—Así es, señor no sé cuál es tu nombre, ¿comerán aquí?—pregunto—ya que vine sola—dijo apenada, ambos asentimos.
—por cierto mi nombre es Damien—dijo. Ella asintió dedicándole un sonrisa, los tres ordenamos, pero el que pidió más comida fue Damien, si no fuera porque el chico es algo más alto que Niall, su cabello es negro y sus ojos cafés, diría que es el mismo rubio que trae loca a mi hermanastra llamada Cloe, ya que es igual de risueño, infantil y con un apetito qué diablos.
Los tres salimos riendo de McDonald, Damien contaba chistes muy malos pero su risa era bastante graciosa. Tomamos un taxi y apenado deje que los chicos pagaran mañana mismo conseguiría donde cambiar las libras por dólares.
Estando ya en mi habitación con el reglamento en mano, primero antes que todo lo demás venia lo que era la historia de Juilliard:
La escuela fue fundada en 1905; entonces estaba ubicada entre la Fifth Avenue y la 12th Street. En su primer año, el instituto tenía 500 estudiantes. Se trasladó en 1910 a Claremont Avenue. En1920, se creó la Fundación Juilliard, llamada así por el mercader textil Augustus Juilliard, quien aportó una cantidad sustancial de dinero destinado al avance de la música en Estados Unidos. Establecida en 1924, la fundación de la Escuela de Graduación Juilliard se unió con el Instituto de Arte Musical dos años después. Alrededor de 1946, las dos escuelas juntas se llamaron The Juilliard School of Music. El presidente de la escuela en aquel tiempo era William Schuman, el primer ganador del Premio Pulitzer de composición musical.
Y etc.
Damien me miraba de una forma extraña, mientras negaba con la cabeza.
— ¿Para qué lo lees?—pregunto—las reglas son simples, solo llega a las clases a tiempo, tienes que estar en tu habitación antes de las diez, cumple con tus tareas y trabajos lo normal en todas las escuelas pero más divertido en cierto punto—se encogió de hombros, asentí dejando todas las hojas en el buro.
— ¿desde cuándo estas acá?—le pregunte.
—llegue hace una semana—sonrió—ya recorrí toda la escuela y te diré aléjate de Finn Marton—suspiro.
— ¿Porque?—dije divertido.
— ¡¿porque?!—Exclamo— ¡¿cómo que porque?!—lo mire extraño—oh es verdad se me olvida que llegaste hoy, lo siento bueno… porque ese chico diablos, te hará la vida de cuadritos si te cruzas en su camino.
—No seas exagerado—me acomode en la cama poniendo mis brazos debajo de mis cabeza.
—exagerado yo por favor no mientas hablo enserio Harry—suspiro—el primer día que pise los suelos de esta escuela por un pequeño accidente bueno le derrame su café en su camisa y termine en un bote de basura—dijo frustrado— ¡en un bote de basura!—exclamo—traía pedazos de comida pegados a la ropa, nada agradable.

Capítulo 14— "En casa" parte—96.

"Alex."
Estaba ya en mi cama observando mis maletas, solté un bostezo, estaba realmente cansada, y aun no asimilaba el que el abuelo Michael no estuviera con nosotros, esta vez tía Mandy dormiría con Riley, dijo que debía descansar ya que mañana viajaría.
Sin dar muchas vueltas en mi cabeza me dormí, estando ya en los brazos de Morfeo en los confortables brazos de Morfeo tuve un sueño bastante raro y loco:
Había llegado a Nueva York, mañana entraría a la escuela no sabía si querría quedarme en un dormitorio de la universidad o en casa pero sería un problema el trafico así que opte por el dormitorio, me encontré con una chica de cabello rubio rojizo, ojos cafés algo almendrados muy bonitos, tez blanca su cabello llegaba hasta su cintura, la cual me saludo y me dio un fuerte abrazo como si nos conociéramos de toda la vida, dijo que se llamaba Kristen, mientras que yo la saludaba cordialmente y le decía mi nombre me había tocado la cama de abajo, deje mis maletas a un lado pero lo extraño fue que en ese instante nos encontrábamos fuera de la universidad platicando cuando me topo con un chico alto, y al sentir su cuerpo contra el mío sentí y este era fornido, gire mi vista a su rostro y no podía creerlo Harry estaba enfrente mío, el me sonrió y rápido se levantó, me extendió la mano quise darle un abrazo pero… este se fue directo hacia Kristen la cual lo recibió eufórica, muy feliz, y simpática, me explicaron que se habían conocido en un vuelo hacia acá, era muy extraño ya que ambos estaban tomados de las manos pero lo más extraño es que yo estaba abrazada a un chico que en mi vida había visto, alto, cabello negro, con unos ojos cafés muy bonitos, quien dijo llamarse Damien y que era mi novio a lo cual me quede estupefacta, en ese instante Kristen y Harry se estaban besando y ese tal chico Damien se acercaba a mi rostro…
Y en ese instante los gritos de Riley me despertaron últimamente este pequeño era mi nuevo despertador, estaba sudando y mi respiración era agitada sentía desesperación vamos solo llevo unos días lejos, además no… jamás pasaría solo es un sueño si solo eso, me cambie de ropa. Él entro corriendo a mi habitación, lo mire el me sonrió y me puse los anteojos.
—te diré algo para mi eres hermosa con los anteojos—se encogió de hombros.
—Sabes… a pesar de tener 6 años, pronuncias y creas muy bien tus frases—el sonrió.
—quiero ser escritor así que debo saber hacer eso ¿no?— dejando las pláticas tan raras que tenía con un niño de 6 años bajamos a tomar el desayuno, saben… de lo único que lamento de llegar a casa será que me topare con mi extravagante vecina Charlotte Winters, seguro moriré en cuanto pise la acera de mi casa, atacada por abejas, o su perro encajara sus filosos dientes en mi pierna. La odio, en verdad lo hago -dije que no era rencorosa pero en esta vida siempre hay un excepción para todo- me ha hecho la vida imposible desde los 5 años, una larga trayectoria si 13 años viviendo con esa cosa que se dice ser llamada persona, no es del todo como lo digo cómodo o agradable.
Tengo una larga lista de inconvenientes con esa personita, como por ejemplo… se inscribió a todos los clubes y equipos que desee entrar, a excepción de deportes que mi hermano por hacerme una broma el muy idiota me inscribió en futbol americano ¿pueden creerlo?, yo en futbol americano y no es para decir que esa chica también lo hiso, demonios fue una de las peores experiencias de toda mi vida.
Nuevamente desayunaba Froot Loops con Riley quien esta vez si decidió comerlos o más bien por obligación ya que la tía Mandy estaba cocinando el desayuno a tan solo un metro y medio de nosotros, el pequeño trataba de darle de comer a tini, no dije nada aunque el pobre peluche termino todo bañado de leche y con cereales. Iba por mi segundo tazón cuando mire el reloj que estaba en la pared de la cocina, eran las 10:30, me atragante con la comida y del cartón de leche bebí.
—Oye—dijo Riley.
—lo lamento pero era un asunto de vida o muerte—dejando el cartón de leche en la mesa subí corriendo de una manera muy torpe las escaleras, tome mis cosas mochila y maleta bajando de la misma manera, mi tía Mandy y Riley me miraban divertidos mientras yo subía y bajaba por cosas que olvidaba, ¿acaso el verme histérica era divertido?, supongo que lo es ya que ambos contenían la risa, caminaba de una lado al otra pensando si había olvidado alguna cosa.
—cariño tranquila—dijo la tia Mandy.
—Tranquila, tía no quiero ser grosera pero en menos de media hora sale mi vuelo—estaba por jalarme los cabellos, ya que la maldita sensación de que algo olvidaba no se iba.
—pero tu vuelo sale a las once—comento.
—si eso lo sé y ahora solo faltan…—mire hacia el reloj de la cocina—mierda 15 minutos tía estoy frita perderé el vuelo—ambos estallaron el risas, y yo los miraba molesta, si…no creo que las tragedias ajenas sean divertidas pero mejor me guardo mis comentarios ya que yo igual me reía de ese tipo de cosas.
—Pero ese reloj esta adelantado una hora—me detuve en seco y los mire detenidamente, mientras estallaba en risas de acuerdo ahora si me terminare haciendo loca yo solita. Aun así prepare, termine de guardar todas mis pertenencias para no estar como una maniática corriendo de un lado a otro, mi cabello un desastre, estaba sudando, y ni digamos de mi condición que ya es de imaginarse, tuve que tomar otra ducha, rendida me tire en el sofá junto a Riley quien veía atentamente Bob esponja.
—sabes patricio siempre me ha desesperado—suspire.
—a mi igual pero es una buena estrella de mar aunque si es muuuuy toooontoooo—enfatizo, alargando las dos palabras, mientras compartíamos comentarios constructivos sobre la caricatura no pude parar de reír, mientras decía, “¿fogatas en el mar? ¿Dentro del mar?, ¡por dios! ¿Se mojan la ropa con cualquier bebida o liquido aunque estén en el océano?” y termino finalizando con “el creador de Bob esponja es un demente total.”
Y con esto termino de concluir Riley es un niño sin igual, ya que yo a mis 6 años creía todo lo que la televisión y mi padres decían. Mis padres, tía Helen y la abuela ya estaban despiertos y desayunando, mi madre y tía Helen se veían horribles, con ojeras, sus ojos hinchados y rojos mientras su cabello parecía estropajo algo realmente extraño de las Parker, vamos cuidan mucho su aspecto y no exagero cuando digo que cada dos minutos se miran al espejo –bueno si exagero un poco-.
–Venus ahora si hora de irnos—dijo tía Mandy. Me despedí de todos; Riley y claro tía Mandy me llevarían al aeropuerto los demás no estaban en “condiciones” de salir a ninguna parte.
Estando ya en el aeropuerto caminando hasta lo que era la puerta que me llevaría al avión 146, Riley me abrazo estilo koala mi pierna derecha.
—Riley suelta a Venus—decía tía Mandy mientras tiraba del pequeño.
—Alex, mama es Alex, no quiero que se vaya—esto era una escena extraña, las personas nos miraban y comenzaban a susurrarse cosas entre sí, yo tan solo decía “no se preocupen estamos jugando” y palmeaba la espalda de Riley. Al instante Riley soltó mi pierna. —De acuerdo compostura ya entendí—se acomodó su camisa y ambos me despidieron, corrí hasta la puerta 5, ya habían dado la última llamada en estos instantes quería ser Flash o por lo menos tener una buena condición y correr lo suficiente mente rápido. Al llegar una chica recibió mi boleto.
—no tenías por qué correr te habíamos visto mucho antes—me maldije a mí misma por todo mi show en el lugar, pase por el gran pasillo me estaba familiarizando con los aeropuertos demasiado bien y entre al avión, tumbandome en el asiento con pesadez y dejando la mochila en mis pies.
—días más raros no creo que pueda vivir—exclame.

"Harry."
Nos encontrábamos en el comedor de la escuela, este parecía más una cafetería, estábamos sentados mientras Damien me decía todo lo que había en el menú, quería unos hot cakes, al tenerlos enfrente mío no dude ni un segundo y comencé a comerlos.
—soy Harry, y soy británico mi acento es muy raro y sexy conquistare chicas muy rápido, aunque también puede que chicos no lose—empecé a reír a mas no poder, mientras Damien hacia una imitación pésima de mi—soy tan… pero tan guapo que… no sé qué hacer con mi guapura, aunque chicas lo lamento ya estoy apartado tengo novia y se llama Alex, aunque Damien pensó que era hombre—larga historia, bueno en realidad no, ayer me pregunto sobre a quién fuimos a visitar le explique que había sido a mi novia Alex, aunque el muy cabeza hueca, me pregunto que si era hombre o mujer, ¿acaso tengo pinta de homosexual?, no es que tenga algo contra ellos pero solo quiero saber.
—cállate retrasado mental—le golpee en la cabeza.
—Chicas Harry me ha tocado ámenme, ámenme—solté un sonora carcajada—ven hasta su risa es hermosa, traerás chicas a tus pies en menos de lo que crees.
—estoy llegando a dudar respecto a tu inclinación sobre tus gustos querido amigo.
—cállate idiota—suspiro—ahora nadie puede alagar a las personas porque ya piensan que son homosexual, pfff… un punto menos Styles.
— ¿qué?, pero si yo…
— sabes creo que sería mejor actor que pianista—sonrió.
— ¿Eres pianista?—el asintio.
—Ajam, aunque no soy la gran cosa—se encogió de hombros.
—claro que debes serlo por algo has quedado aquí tonto—lo volví a golpear.
—deja de hacer eso, sabes lastimas mi cerebro puedo llegar a contraer amnesia.
—eres tan melodramático.
—te lo dije sería un buen actor—se encogió de hombros. En ese momento un chico alto y algo moreno se acercó a nosotros su cabello un poco largo, tenía flequillo, fornido, en verdad fornido.
—vamos actor por dios, eres un chico sin talento Morris, avergüenzas al alumnado de esta escuela, con el simple hecho de haber entrado—suspiro, en ese momento su vista y toda su atención al igual que la de sus acompañantes se tornó hacia mí.
—creo que el sin talento eres tú, sea como sea que te llames—dije—además por algo Damien está aquí, ¿no lo crees?, niñito engreído—un “uuuu”, se escuchó.
— oh chico, no creo que quieras pelear conmigo sería mejor si estuvieras con nosotros viéndote, podría aceptarte en mi grupo—sonrió mientras mostrada toda su hilera de dientes.
—no gracias todo es mejor que pasar tiempo contigo y sabes que es aún más trágico que te conozco hace menos de cinco minutos y ya me caes peor que una patada en el culo—dije con tono más calmado, mientras me recargaba en el respaldo de la silla.
—mira, más vale que te calles sea quien seas.
—no creo que quiera, además quien ha venido a molestar has sido tu no nosotros y si nos permites vete y déjanos desayunar, toma en cuenta que me estoy portando lo más respetuosamente que puedo en estos momentos—sonreí de la manera más forzada y falsa que mi cara podía.
—Harry mejor cállate—dijo Damien—él es Finn Marton—trago saliva sonoramente.
—Que me importa, estoy desayunando y no me deja comer tranquilo, además él es quien ha venido a molestar no yo—me cruce de brazos.
—me estas colmando la paciencia…--me miraba y un signo de interrogación de formaba en sus rostro, quería saber mi nombre.
— Harry Styles—sonreí con todo cinismo—un gusto conocerte Finn Marton, me han contado cosas esplendorosas de ti y todas son ciertas siéntete alagado—el muy idiota exasperado suspiro.
—te partiría la cara en este momento, pero como vez no puedo ya que hay maestros en el lugar, mejor cuídate Styles—y haciendo una salida triunfal del comedor el glorioso Finn Morton salió de la cocina.
—te dije que no te metieras con el—adquirió Damien quien miraba aun atento la puerta.
—da igual Damien, no le tengo miedo a ese idiota ni por su tonto aspecto de "oh soy muy majo y el mas malo de la escuela, temanme" simplemente patético—suspire—ahora termina de desayunar.

"Alex."
Estando ya en el avión, lamente mucho, en verdad lo hago, el no tomar la oferta de mis padres de ir en primera clase estaba entre un sujeto gordo, sudoroso y baboso y un niño irritante y grosero con el cual llevaba peleando más de una hora, el sujeto gordo me había llenado de baba y sudor el hombro además que olía a pollo y papas fritas con salsa, me dieron nauseas en verdad, su bellos faciales raspaban mi hombro desnudo diablos quise acomodarme bien la blusa pero no podía su cabeza pesaba demasiado.
Me sentí como tiempo atrás, fue uno de mis peores vuelos a Londres. Niños poniéndome plastilina en el cabello, y comida masticada cayendo sobre mi totalmente desagradable, me sentía mareada y los oídos me zumbaban, diablos si no muero en este momento en verdad que eres grande señor, ya de acuerdo soné demasiado dramática pero quien se encontrara en mi lugar estaría pensando lo mismo que yo esto, ¡Es demasiado!. Aquel mocoso se metió un mechón de mi cabello a su nariz, cerré mi ojos con fuerza apartándole el mechón de cabello de sus manos, pero aun así quedo una sustancia pegajosa en la punta, el niño se sorbió la nariz.
—ups… lo había olvidado tengo gripe—estaba por ahorcarlo enserio, ¿que su madre no haría nada?, me gire hacia atrás donde la madre de este monstruo se encontraba.
— ¿señora no le dirá nada a su hijo?
—Jim, cálmate—dijo sin siquiera verlo ¿Jim cálmate? ¿Era lo único que diría? por supuesto que si ya que al parecer ver la revista Vogue del mes le era más importante que controlar a su demonio, las horas pasaron, las tres horas más largas de mi vida. En cuanto la azafata dio la autorización de que podíamos ponernos de pie y bajar salí corriendo de ese lugar, quería darme una ducha, vamos está bien que sea rara pero no es para tanto, no quería traer cubierto de sudor y baba un hombro y algunas puntas de mi cabello con mocos, ¡Qué asco!, no quiero enfermarme, y menos ahora que faltan menos de tres días para entrar a la escuela.
Había recogido mi equipaje y lo más rápido que pude llame a casa avisándole a Rose que ya estaba acá, le dije que si podría decirle a Tom que viniera por mí, ella soltó una carcajada, por mi pregunta tan tonta ya que el recogerme y manejar por mí era el trabajo de Tom a eso se refiere ser un chofer y al parecer no me quedaba claro, si… ¿creerán que aún no me acostumbro a tener una nana que haga casi todo por mí y chofer?, si y eso que todo eso ha estado siempre durante que tengo uso de razón.
Tom había llegado, al abrir la puerta una música totalmente fuerte, venia escuchando country claro ama tanto ese genero, la cantaba a todo pulmón, por dios fui criada por él y Rose y aun me pregunto porque me falta un tornillo, me quiso abrazar pero le advertí de todo lo que venía cubierta así que mejor dijo: “ya que te des un buen baño me das mi abrazo”, asentí, antes de subir al avión tome una gran bocanada de aire y suspire mientras que de mi boca salía “De vuelta a casa”.

97.
Alex.
Ya en el auto, miraba todo a través de la ventana mi mejilla estaba aplastada contra el cristal, me encontraba aburrida y la música romántica de Tom no me ayudaba en nada, ni el Sudoku de mi celular, ni el libro del cual tan solo unas 5 páginas me faltaban para terminar, solo quería estar con Scarlet y pelear con ella, o con Wendy aunque me cansara de oírla hablar tanto sobre ropa y la nueva tendencia que se aproximaba, o con Zoey que en cada oportunidad que tenía quería que fumara, estaba totalmente loca jamás fumaria, quiero mis pulmones sanos por mucho tiempo pero el humo que aspire no me ayudó mucho.
Estaba afuera mirando mi gran casa desde la acera, apreciándola la recordaba más chica, mi mochila en mis hombros, limpie mis anteojos y mi vista se dirigió a la pelirroja que hablaba por teléfono entretenidamente sentada en la acera, esta se dio cuenta ya que de golpe giro su rostro hacia mí, abrí mis ojos de par en par y ella me saludo con la mano, Charlotte Winters la chica más bipolar de la historia, cuando no me quiere matar me trata de la manera más gentil posible.
Casi corriendo entre a casa, ya que su perro Loki ¿lo recuerdan? Bueno corría hacia mí, mostrando su gran dentadura, y no me quedaría a esperar a ver que quería hacer el gran canino.
—Alex—grito Rose, me gire sobresaltada, esta me abrazo demasiado fuerte.
—Rose—dije casi inaudible, ya que me costaba el respirar.
—oh pequeña te extrañe demasiado, ¿Cómo te la pasaste con Helen?, me entere que Zayn volvió ¿el como esta?, ¿tus padres bueno… tu sabes no se enojaron?—negué con la cabeza.
—ese asunto está más que arreglado no te preocupes—dije con dificultad—Rose no quiero portarme grosera pero suéltame que necesito aire—ella me soltó al instante con sus mejillas rojas.
—oh Alex entiéndeme te extrañe, pero aun así lo siento por dejarte sin aire—se encogió de hombros.
—no descuida todo está bien—sonreí—yo también te extrañe—bese su mejilla.
Estando en mi habitación desempacando, toda mi ropa apartando la limpia de la sucia, y acomodando mis cosas, pero faltaba una gran caja.
—Rose—dije al bajar las escaleras— ¿no ha llegado una gran caja?, por si la abriste estaba llena de material de arte—dije— ¿rose?—pregunte ya que no recibí respuesta, entre a la cocina topándome con una nota.
“Alex cariño, Tom y yo fuimos a comprar algunas cosas, volvemos en un par de horas, hay pastel de chocolate en el refrigerador tuviste suerte, lo hornee hoy, bueno pequeña te quiero solo no te acabes el pastel ya que yo también quiero”
Solté una sonora carcajada, me conocía a la perfección pero vamos ¿quién deja un delicioso pastel de chocolate solo a mi alcance?, solamente Rose o quien no me conociera, sentada en el sofá con una gran rebanada de pastel y un vaso de leche mientras veía la tele, solo caricaturas y películas antiguas no tenía ganas, nada de ganas de ver eso, seguí pasando canales hasta que me topé con un programa de decoración de interiores era mejor que todo lo demás, deje el control en la mesita del centro. Concentre mi atención a la televisión y al delicioso manjar que estaba en mis manos, las horas pasaron, vi alrededor de 6 programas con una duración de media horas, así que 3 horas habían pasado desde que Rose y Tom se fueron, haber díganme estaba arriba a unos metros y me dejan una nota vamos, al menos un grito de “Alex saldremos” o que se yo, recostada en sofá mirando al techo, era increíble que en vacaciones era rara la vez que estaba sola, si sola en total silencio ahora esto era extraño, muy extraño, si vamos siempre estaba invadida de rubias malhumoradas, o chicas obsesionadas con la moda, o dos clases de morticias, más un chico con rulos que me volvía loca de tan solo besar mis labios. En pocos días la universidad empezaba, tenía que decidir entre quedarme en los dormitorios o en casa, aunque preferiría quedarme en un dormitorio no me gustaba mucho el hecho de levantarme muy temprano para que Tom me llevara a la escuela además de que el trafico aquí a veces era un maldito sacrilegio.
Pase de nuevo los canales sin ganas, hasta que termine viendo Blanca Nieves, claro… si lo admito cuando era pequeña me encantaba todo esto ahora solo eran mis últimos recursos para no caer en aburrimiento total, era una santa perezosa podía ir al parque que se encontraba a unas dos cuadras de aquí, pero claro que no lo haría. Termine cantando cada una de las canciones de la película,
“Ay ho!!
Ay ho!!
Ay ho, ay ho, ay ho
Ay ho, ay ho, ya es hora de cerrar
Ay ho, ay ho, ay ho
Ay ho, ay ho, nos vamos a cenar
Ay ho, ay ho, ay ho
Ay ho...”,
De acuerdo quien me viera sentiría pena por mí, vamos una chica de 18 años cantando la típica canción de los 7 enanos, diablos. Aunque eso de irme a cenar era cierto, camine hasta la cocina revisando a través de la puerta transparente del refrigerador, podía ver el glorioso pastel pero ya Alex deja esa tentación a un lado, así que bueno sin más que decir me serví un delicioso tazón con los magníficos trozos de colores “Froot Loops” creo que me he vuelto adicta a este cereal, de nuevo sentada delante del televisor con el celular en la mano, si había olvidado avisar a mis padres que había llegado sana y salva, que el avión no se había desplomado por el aire, aunque bueno… el vuelo no fue nada agradable. Si… Rose al enterarse se puso demasiado molesta bueno… porque… será que me abrazo cuando estaba cubierta con baba y sudor de un sujeto gordo que esperaba que en mi vida jamás volverlo a ver, y a ese tal Jim menos.
Ahora veía cenicienta, si demasiado patético para mí oh eso diría Alice Cotton, pero qué más da, era un tanto divertido, no me pondría a ver una película de terror en esta gigante casa, sola y de noche, ha… no estoy tan idiota, tome el celular y avise a mis padres que estaba en casa comiendo un rico tazón de Froot Loops, luego de unos minutos me acorde de Harry, me sentí culpable ya que no me acorde de el en todo el día, pero… bueno el punto es que ya le dije que me encontraba en casa, viendo cenicienta y que había comido una gran rebanada de pastel de chocolate.
Harry.
Damien ya se había dormido, la baba caía por su boca dejando una gran mancha húmeda en su almohada era comido el ver a ese sujeto en esa situación, tenía en mi pecho el libro que Alex me había dado apenas llevaba 5 capítulos.
Tome mi celular el cual había sonado dándome cuenta que había recibido un mensaje de Alex, lo abrí velozmente, ya estaba aquí, ok… eso era lo importante pero vaya que me dio risa lo que estaba haciendo: comiendo y viendo la tele, vaya vida…
Alex.
Caminando por toda la casa, diablos ¿a qué horas piensan regresar?, parezco la mama preocupona y sobre protectora de dos adolescentes irresponsables, de acuerdo exagero pero así es como me siento.
Resignada subí las escaleras entrando a mi habitación, estaba impecable a comparación de la habitación que tenía en Londres, será porque Rose limpio esta y la de Londres si acaso la llegue a ordenar unas tres veces.
—Wa, Wa—del aburrimiento hacia sonidos con mi lengua y boca, comencé a hablar sola, me volveré loca, en verdad lo hare, en ese momento se hoyo la puerta principal abrirse y cerrarse, Rose y Tom habían llegado, ahora si Rose grito avisándome que había llegado, tenía un pants bastante cómodo, con una camisa algo ancha y de manga corta, quería dormir soy peor que un oso perezoso el cual solo se la lleva durmiendo y comiendo de un árbol.
Sin más remedio tome mi DS, del cajón del buro que estaba a lado de la mesa, comenzando a jugar Mario Bross, al menos Mario me divertiría y distraería un poco, pero… aun me sentía idiota, anti-social, porque demonios no soy una hechicera y no vivo en Hogwarts, ¿Por qué dios?, o en Forks, siendo una vampira, o en Narnia, como sea, mi vida era un completo aburrimiento, apenas llevaba un día y me sentía morir donde no sabía qué hacer. Centre toda mi atención en el video juego.
—Alex ya duérmete—grito Rose, desde abajo.
— ¿Porque?—conteste—aun me quedan unos días de vacaciones, puedo dormirme tarde—proteste—estoy ocupada—y con eso finalice, mientras seguía jugando, la puerta de mi cuarto se abrió, dejándome ver a Rose.
—Vaya que ocupada estas—sonrió burlona— ¿en qué nivel estas ahora?, supongo que uno ya bastante alto, porque si no ya estuvieses dormida—asentí.
—Así es mi querida nana—sonreí.
— ¿nana?, hace tiempo que no me llamas así, es raro, me hace sentir más vieja—protesto.
—De acuerdo mi querida Rose—sonreí—solo… estoy ocupada—alce el DS, y proseguí con lo que hacía—no sabes lo difícil que es tratar de salvar a una princesa—dije burlona, ella me miraba divertida y en alrededor de 5 minutos me sacudí en la cama gritando:— ¡Mamma Mia!, Joder he muerto—dije frustrada—maldita planta carnívora—suspire frustrada.
—Ya dame eso—me arrebato el video juego de las manos y camino hasta fuera de la habitación—ya duérmete oh mañana si parecerás un zombie recién salido de la tumba—sonrió—mañana te lo regreso—rodee los ojos, soltando un suspiro frustrado pero acepte, ella salió cerrando la puerta.
— ¿Cómo carajo me duermo?—me pregunte, me gire de un lado a otro sobre la cama, cambie de posición miles de veces pero no pude dormirme, ya en el suelo con una almohada y una sábana cubriéndome me dormí.
El sonido espantoso de mi celular me sobresalto, mire el reloj que estaba en la pared, diablos eran las siete de la mañana, me dormir a las dos, ¿Quién interrumpe mi sueño?, con pesadez me levante del suelo tome mis anteojos, busque mi celular por la cama hasta encontrarlo debajo de la almohada, Harry era el dichoso de despertarme, haciendo un esfuerzo sobre humano para no enojarme abrí el mensaje.
“Sal de tu casa ahora de ya, y no importa si estabas dormida, lo siento es que estoy desesperado pero ya sal”
Me extraño ese mensaje, y con pesadez fui al baño lave mi cara y dientes tampoco saldría viéndome como un zombie aunque bueno no mejore mucho mi aspecto, con tan solo el agua en mi cara, tenía ojeras si eso era más que obvio, dormí solo cinco horas. Abrí la puerta topándome con una gran cantidad de globos y un arreglo con flores en la entrada.
— ¿e?—me quede estática, al ver un par de rulos a un lado de un globo azul, moví el globo dando a notar el rostro de Harry, salté un grito sentía que me desmayaría de la emoción, alegría no lose, solo no podía creerlo, sin importar mi aspecto me avente encima de él, lo extrañaba demasiado, más de lo que podría imaginar el y en verdad ni siquiera yo podía imaginar lo que sentía en este momento yo.
—sí que me extrañaste.
—Más de lo que te imaginas—suspire dándole un beso en el cuello—no sabes cuánto, aunque lo olvide cuando tuve aquella rebanada de pastel de chocolate en mis manos.
—mm… así que puedo ser remplazado por un trozo de pastel.
—no solo es un pastel—dije—fue hecho por Rose y era de chocolate no comerás nada más rico que eso—suspire.
—Esa es la Alex que tanto extrañaba—dijo estrujándome tan fuerte como podía.
—lo sé, lo se soy difícil de olvidar.
—Que modesta eres—dijo burlón, asentí.
—Espera—lo mire confundida—estas en Nueva York, no en Londres a miles de kilómetros de tu casa…—el asintió con una gran sonrisa— ¡¿acaso estás loco?!—Dije alarmada—sí que lo estas si no… no estuvieras aquí, demonios—el soltó una carcajada mientras negaba con la cabeza, su rostro tenía una mueca de diversión— ¿qué?—pregunte.
—Nada… solo que estas actuando demasiado, como decirlo… usas demasiado el cerebro, la Alex que conocía no lo usaba tanto—se encogió de hombros—y… hace tan solo una semana o menos que la deje de ver—suspiro.
— ¿Qué? pero… qué más da, pero si estás loco—sonreí.
—no ni tanto—suspiro—además tengo miles de cosas que contarte, algunas de ellas también tiene que ver por lo que estoy aquí—dijo de lo más despreocupado— ¿quieres ir a desayunar?—pregunto, este era el extraño Harry, el despreocupado Harry que conocía.
—Mmm… déjame mirar mi agenda—el golpeo leve mi hombro—hey ¿Cómo te atreves en golpear a tu novia?, oh dios me has zafado el hombro, moriré—el solo comenzó a reír—no es broma estoy muriendo mira mi hombro—lo moví de una manera exagerada—vez, lo haz roto, eres malo Harry Styles—negué con la cabeza.
—ya Alex, ve cámbiate y a desayunar—sonrió.
— ¿Qué?, ¿no me veo sexy así?—alce una ceja.
—bastante, pero… no creo que quieras salir con pants de Bob Esponja—me encogí de hombros.
—son cómodos—sonreí—ya de acuerdo me vestiré—suspire—¿pasas o te quedas afuera?—el me miro sorprendido—es una pregunta, además te conviene pasar no sea que Loki te ataque—mire hacia la casa de Charlotte y el canino no daba señales de vida—y hablo enserio—lo mire, el asintió pasando por un lado mío con los globos y el arreglo de flores—haber dame eso—extendí mis brazos y manos dándome el las cosas—gracias—sonreí, subí las escaleras, hasta mi cuarto dejando todo en la habitación, camine hasta el armario, tome unos pantalones, una blusa sencilla de color gris, una camisa a cuadros azul, un par de calcetas, me despoje de mi pijama lanzándola a la pila de ropa sucia que estaba en una de las esquinas del cuarto.
Baje las escaleras, intentando aplacar mi cabello, no traía los tenis ya que los había dejado en la sala, si solo tengo dos pares de tenis, ya se es bastante raro ¿no?, buscando por la sala hasta que di con el par de zapatos a lado del televisor, sentándome en el suelo para ponerme estos en los pies, Harry solo me miraba y negaba con la cabeza.
—Sigo sin poder creer que vivas aquí—sonrió.
—Comprendo lo que sientes, yo me digo lo mismo desde hace años, así que… no importa—me encogí de hombros.
— ¿Nos vamos?—pregunto.
—Ajam, solo le digo a Rose que saldré contigo, aunque sé que me hará un interrogatorio después—subí las escaleras hasta la habitación de Rose, toque la puerta un “pase” escuche, abrí la puerta y entre la señora estaba, leyendo un libro sentada en una silla a lado de la ventana—hey Rose—sonreí—buenos días.
—Buenos días—contesto— ¿qué pasa?—pregunto.
—bueno… Harry, este mmm… mi novio ha venido y quiere que vayamos a desayunar, así que solo vine a decirte eso—suspire.
— ¿Novio?—dijo confundida— ¿desde cuando tienes novio?, y ¿porque no lo sabía?—alzo una ceja.
—bueno es una larga historia que pronto te contare—sonreí—así que me voy, oh si, ¿me darías mi DS?—pregunte mientras extendía mi mano hacia ella, ladeo la cabeza, poniéndose de pie, sacando el video juego de una cajón de su tocador.
—Toma, pero no te quiero tan tarde jugando con esta cosa—asentí.
—Claro, no volverá a pasar—sonreí.
Baje, con el celular y el video juego en mano, mientras trataba de echarlo a un bolso de lado que usualmente siempre usaba, Harry tan solo me miraba, mientras me dirigía a la puerta.
— ¿Vienes o voy sola a desayunar?—pregunte, el camino hacia mi tomando mi mano.
—Voy, yo fui el de la idea—sonrió.
Y así, ambos salimos de casa tomados de la mano, esto era sumamente raro, parecía más un sueño tonto de los cuales acostumbraba a tener todas las noches, no era nada similar a mi realidad. Pero sin percatarme de un punto bastante importante era, ¿Cómo se enteró de dónde vivía?, frene en seco.
— ¿Qué sucede?—pregunto.
— ¿Cómo sabes dónde vivo?—pregunte, mientras alzaba una ceja, él sonrió.
—Bueno… mmm… fui con Zayn y le pedí tu dirección—sonrió.
— ¿Y cómo Zayn sabe mi dirección?—la pregunta iba más bien para mí, hasta que recordé que se la había dado para que mandara el gran paquete.
— ¿Qué?—dijo.
—no nada olvídalo, solo deliro tengo hambre—sonreí.
—estas actuando más raro de lo normal—dijo.
—Lo sé—suspire—pero… no es nada de lo cual debas preocuparte—sonreí—ahora vamos a tomar un rico desayuno.

98.
El día paso lento, aun no asimilaba el hecho de que Harry estuviera aquí conmigo sentado justo a un lado mío tomando de mi mano, era una de las sensaciones más extrañas pero más agradables en toda mi vida, me sentía cómoda demasiado cómoda, me sentía segura, sentía que podía actuar como soy aunque eso no importa lo hago a pesar de todo. Además esto no era temporal bueno lo es pero a lo que me refiero es que vivirá años aquí, años, sentía como mi corazón latía a mil por hora. Estudiaría en Juilliard vaya que la noticia me sorprendió y mucho, mientras el leía, yo entretenidamente jugaba tratando de pasar el maldito nivel 9 jamás en la vida había tardado tanto era pan comido estoy totalmente oxidada necesito práctica, rendida guarde nuevamente el DS en mi bolso y me gire a verlo.
— ¿Qué te parece?—le pregunte, mientras recargaba mis codos en la mesa y entrelazaba mis manos.
— ¿Qué cosa?—pregunto apartando la vista del libro.
—El libro—dijo obvia.
—Oh bueno ya voy en el capítulo 10—dijo sencillamente—falta poco.
—Si claro—sonreí—y… bueno… ¿compañera o compañero?—pregunte.
— ¿e?
—De habitación—sonreí— ¿oh te estas quedando en algún apartamento de la ciudad?—pregunte.
—a… no, me quede en un dormitorio en la escuela—sonrió— ¿por qué lo preguntas, celosa?—alzo una ceja mientras cerraba el libro pero no sin antes ponerle un separador.
—no… ¿debería estarlo?
—no lose… es muy simpático—sonrío.
— ¿Simpático?—asintió—Harry Styles no me salgas con eres gay porque te mato—me cruce de brazos.
—valla… él tiene razón, no puedes alagar a nadie porque ya creen que te inclinas a otros gustos—suspiro.
— ¿Qué? eso no—dije—si no que si fueses gay como te atreves a enamorar a una chica y a insinuártele de esa manera, te recuerdo lo que me decías cuando estábamos en mi habitación o la tuya—le apunte con el dedo—si me llegaras a decir oh Alex lo lamento perdón soy homosexual, enserio que no llegas al día siguiente, con los sentimientos de una chica no se juega.
—y menos con los de una tan loca.
—Hey—le golpee el hombro.
— ¡oh! sufro maltrato de parte de mi novia, ves tu ahora eres la mala, ¡moriré!, ¡dios moriré!
—Ya cálmate exagerado—suspire.
— ¿exagerado yo?, disculpa pero te recuerdo quien es el más exagerado de aquí y esa eres tu—sonrío.
— Eso es una vil mentira—me cruce de brazos.
Estábamos en casa, había presentado a Harry a Rose y Tom, Rose me hizo muchas caras, señas hasta comentarios vergonzosos, que solo provocaron que mi cara se pusiera como un tomate: rojo, naranja, amarillo, del color que fuese pero no era mi tono de piel normal.
Tom por otro lado miraba muy detenidamente a Harry, ni siquiera mi padre era tan celoso como mi querido amigo Tom, si… el parecía más papá que papá, pero no importaba de todas maneras al finalizar el día los dos terminaron siendo algo así como amigos. Cenamos unos ricos nachos que Rose había preparado dijo que no tenía muchas ganas de cocinar, eran las 9 y 15, Harry tenía que irse, en la escuela la hora máxima para estar fuera de las habitaciones era a las 10, me despedí de él.
Cerré la puerta soltando una gran y largo suspiro. De acuerdo… pasado mañana las clases inician tenía que ir a la universidad para aclarar el asunto de los dormitorios, horarios, etc. De tan solo pensarlo me dolió la cabeza. Ya en mi cama recién bañada, con mi pijama puesta, miraba el techo detenidamente analizando cada uno de los días que viví estos dos meses, como era posible que una persona pasara por todo eso en tan poco tiempo, y aún más impactante porque esa persona soy yo, simplemente yo.
Sin darme cuenta ya había amanecido, sin darme cuenta había quedado dormida pero de lo que si medí cuenta fue de los estruendosos ruidos que Rose hacía con una cacerola y un cucharon de metal.
—arriba señorita es un muy, pero muy largo día, tienes que ir a la universidad, además de que si decides irte a quedar en la escuela tienes que empacar—gruñí en la almohada, girándome boca arriba.
—Ya calma no se para que tanto escándalo, el día tiene muchas horas no pasa nada si duermo otra—Rose se llevó la manos junto con los dos objetos a la cintura.
—Venus Alexandra Jones Parker, más vale que no me retes y saca tu maldito trasero de esa cama, ya es hora de que te levantes las vacaciones han acabado hoy.
—Alguien se levantó con el pie izquierdo de la cama—me miro desafiante.
— ¿qué? No… solo fue Tom quien me dio un maldito susto de muerte y me puso los nervios de punta… no te conviene hacerme enojar en estos momentos así que arriba ya es tarde—gire mi cabeza al reloj de la pared, el cual marcaba las 8 y 17, sin decir una sola palabra más me puse de pie, Rose salió de mi habitación, dejándome sola.
—mis vacaciones han terminado—bufe, mientras buscaba algo adecuado o al menos descentre para salir a la calle, unos jeans, una sudadera blanca, una blusa azul y los tenis sin olvidar las calcetas, a hurtadillas baje, no había nadie en la cocina, tome una rebanada de pan, del paquete de pan tostado y unte mermelada en él, lo comí con rapidez hoy al menos quería disfrutar este día, no quería ni a Rose ni a Tom encima mío. Salí por la puerta trasera, saltando por la barda cruzando hasta el patio trasero de los Winters, Loki no lo veía, con cuidado camine sigilosamente por alrededor de la casa hasta que llegue a la acera, el metro no estaba lejos unas cuantas calles solamente.
Estando sentada esperando el subterráneo, mientras veía la hora en el celular, al igual que llamadas perdidas de Rose me compadecí de ella y le mande un mensaje que decía que solo pasearía por la ciudad que no se preocupara. Haber Alex una lista, este será tu ultimo día de vacaciones, saque una hoja de papel, el tan deseado tren subterráneo llego subí y con la hoja en mis muslos comencé a anotar un pequeña lista en ella.
1-Ir a Cooper Unión y arreglar lo que sea que tengo que hacer.
2-Ir por Harry a Juilliard.
3-Raptar a Harry por todo el día completo
4-Ir a Zoológico del central Park
5-Ir al cine a ver cualquier película da lo mismo
6-Comer un helado
7-Ir a cualquier restaurante mexicano a comer un delicioso burrito o alguna quesadilla.
8-Llevar a Harry a la estatua de la libertad durante la noche.
9-Cerrar la grandiosa noche con un beso, de acuerdo esto sonó bastante cursi, pero soy una chica debo suponer que eso es normal ok… Alex deja de escribir tus pensamientos en la hoja ¡Basta!
Guarde la lista en mi bolso, en verdad me volveré loca, el metro se había detenido y salí de él, caminando por las calles hasta llegar a la universidad, sin siquiera fijarme por donde iba camine por los pasillos al estar dentro, hasta que decidí preguntarle a una chica donde estaban las oficinas administrativas, la cual me indico que siguiera derecho y que girara a la izquierda y a la segunda puerta hay estaban, le di las gracias, casi corriendo llegue al lugar, salude gentilmente a la señora que se encontraba.
Después de terminar con todo lo que tenía que hacer en la universidad salí de ella, al estar en la puerta de entrada saque la pequeña lista y tache el punto con el número 1.
—listo—suspire—ahora por Harry—volviendo al metro y esta vez tomando uno que llegara cerca de Juilliard.
Para mi sorpresa al estar ahí, me di cuenta de que estaba completamente loca, no sabía ni siquiera cuál era su habitación, así que mi segunda opción fue marcar a su celular y decirle que saliera. Espere alrededor de 5 minutos, al verlo tome de su mano y sin dar explicación pare un taxi lo subí a él y le dije al taxista:
—Al zoológico de Central Park—Harry me miraba confundido—tranquilo—sonreí, saque la lista y tachando el punto con el número 2.
— ¿Raptar a Harry por todo el día completo?—pregunto el con un tono divertido, asentí con calma.
—todo el día—sonreí—oh y la noche—solté una pequeña risita—bueno hasta la 10—el taxi se detuvo enfrente del zoológico, pagando al señor y saliendo del vehículo, entramos, vimos casi todos los animales, nos paseamos por casi todo el lugar pero al darme cuenta de que hora era, tire de su mano nuevamente y salimos de ese sitio, saque nuevamente la lista tachando el número 4, pare otro taxi y esta vez nos dirigimos al cine, casi corriendo baje pero al darme cuenta que no había pagado me regrese y le pedí disculpas al conductor dándole el dinero y un poco más por el pequeño inconveniente.
—Estás loca—afirmo Harry.
—calla es mi último día de vacaciones y quiero disfrutarlo así que… ¿qué película vemos?—pregunte mientras me detenía enfrente de la cartelera— ¿qué tal la Huésped?—le pregunte.
—La que tú quieras—sonrió mientras tomaba mi mano, caminamos hasta la taquilla él estaba por pagar.
—no alto—dije—yo pagare todo lo del día de hoy ha sido mi idea así que guarda tu dinero—el asintió divertido mientras llevaba nuevamente su cartera al bolsillo trasero de su pantalón.
Al estar en la sala con unas palomitas grandes y dos refrescos mediamos, mirábamos detenidamente la película, Harry tomaba mi mano con la intención de atraer mi atención le dedicaba una sonrisa y volvía mi vista a la gran pantalla, nota mental -cuando sea una cita jamás venir al cine, me distraigo con la película-. Al acabar salimos del cine, aun tomados de la mano.
— ¿Y ahora que haremos?—sonrió.
—iremos a comer un helado, pero antes…—saque la pequeña lista y tache el número 5, ambos nos dirigimos hasta la heladería la más cerca gracias al cielo, un helado de vainilla y Harry de choco chips, ambos sentados en una de las mesas, al estar fuera mi cara estaba pegajosa, mire a Harry indignada, mientras buscaba toallitas húmedas en mi bolso—ahora si las hormigas me atacan será tu culpa—el soltó una carcajada.
—Exagerada—sonrió. Nuevamente con la lista en mano tachando el número 6.
—Te he dicho que no lo soy, las hormigas son atraídas por lo dulce y gracias a ti estoy cubierta de helado de choco chips—suspire—así que no exagero, pero si amanezco muerta quedara en tu conciencia—el soltó una ligera carcajada.
—eres tan dramática.
—a…a… no lo soy—sonreí—soy más que realista

99.

— Ahora a cenar—dije, el asintió, esta vez tomamos otro taxi llegando a Mexicana Mama. Un largo camino, entramos buscando una mesa al localizar una tomamos asiento, un chico se acercó a nosotros preguntando que deseábamos comer, yo claro pedí dos quesadillas Harry sin hacer mucho revuelo ordeno lo mismo que yo.
—Amo este restaurante—sonreí, en ese momento a unas mesas de nosotros una pareja discutía la chica lloraba me sentí mal por ella, el chico furioso se fue en dirección al baño de ahí, no quería ser imprudente pero me sentí mal por ella, así que me acerque a ella.
—disculpa, ¿te encuentras bien?—le pregunte, que pregunta más idiota Alex, por dios, ella negó con la cabeza— ¿quieres contarme que paso?, sé que soy una total desconocida pero dicen que es más fácil hablar con un extraño que con alguien quien ya conoces—ella se giró a verme, y asintió, después de contarme todo lo ocurrido quería matar al estúpido chico, como se atreve a tratar así a su novia por favor la chica era hermosa, buen cuerpo, muy bonita, un cabello hermoso, largo, con ojos azules, castaña, la había llamado gorda, que no podía conformarse con un solo burrito, ya que había ordenado tres ¿en serio?, es un estúpido, Harry se acercó a nosotras y trato de calmarla, vamos que te griten así de horrible no debe ser nada bonito si Harry lo hiciera me pondría mal pero digamos que soy muy impulsiva no sería una bonita escena, el chico volvió con una sonrisa en los labios y al vernos su cara se deformo.

— ¿y ustedes quién demonios son?, y tu risitos de oro suelta a mi novia—ordeno.

—mira cavernícola sin cerebro, ¿cómo le dices eso?, que eres un estúpido, tu novia es muy bella—me cruce de brazos.

—haber lindura mejor cállate—me guiño un ojo—ya te dijo niñito suelta a mi novia.

—mira estúpido, como si quiera aun te atreves a decirle mi novia la has tratado muy mal, ¿qué te sucede?, si la quisieras la aceptarías como es, es hermosa que no lo vez—por reflejo me gire a verlo—no te preocupes mi amor—sonrió—como decía, como le dices algo así a una chica, que no piensas en tus palabras ella te quiere y de seguro que por solo complacerte es capaz de matarse de hambre y si come tan solo comería ensaladas y agua, eres un idiota—dijo frustrado.

—mira risitos cállate, es una maldita ballena le había pedido tan solo un burrito y ella ordeno otros dos—no me contuve y le estampe mi mano en su cara.

—En tu vida le dices de nuevo ballena estúpido troglodita—me gire hacia la chica, con intención de llevarla a asentarse con nosotros a la mesa, sentí dos grandes manos sobre mis hombros, con un hábil movimiento aquel chico me giro hacia el.

—A mí no me pegas zorra—dándome un golpe en el rostro provocándome caer en el suelo, en ese instante Harry no se contuvo tirándose encima de él.

—a mi novia no la tocas imbécil, has oído—decía mientras le daba grandes golpes alrededor de todo su cuerpo, el mesero que había tomado nuestra orden me ayudo a ponerme de pie junto con la chica, mientras otros dos meseros separaban a Harry del chico—eres un idiota—decía Harry mientras pataleaba, puse una mano en su mejilla.

—No vale la pena—le sonreí, aunque el hacerlo me dolió, pero ese estúpido si era un maldito animal, hasta sonreír me dolía.

—pero…

—No Harry enserio—sonreí— ¿cálmate de acuerdo?—el asintió mientras el mesero lo soltaba.

—lo lamento no debí dejar que te golpeara—dijo mientras me abrazaba.

—Está todo bien tranquilo—decía mientras acariciaba su espalda.

—y-yo-lo-lo-la-lamento—dijo la chica increíblemente nerviosa.

—Vámonos Tamara no tenemos que hacer nada más aquí—dijo el chico mientras se sobaba la quijada y apretaba el brazo de la chica.

—lo lamento pero usted no se la lleva—dijo el mesero.

—además yo no pienso ir contigo Gabe—dijo la chica cruzándose de brazos—sabes esto me lo he guardado hace bastante tiempo me tienes harta me molesta que critiques mi forma de vestir, actuar, comer, de milagro no me pones condiciones de cómo ir al baño eso ya sería el colmo, me tienes cansada agobiada simplemente harta y yo ya no veo el caso de que sigamos juntos así que adiós, que te vaya bien y ve con otra tonta tal vez ella te soporte pero yo ya no—me quede boquiabierta junto con Harry, el mesero soltó una leve carcajada al ver como el chico se ponía rojo del coraje—además sé que Jena está más que dispuesta a andar contigo—achico los ojos—fui una estúpida al perdonarte que te hayas acostado con ella—suspiro—el más grande error de mi vida—ese fue un golpe bajo, sé que no lo hacía intencionalmente pero me sentí mal, mi cuerpo se tensó, Harry se dio cuenta ya que con delicadeza acaricio mi espalda.

—no te preocupes yo no soy como ese patán—me susurro al oído. El chico totalmente furioso salió del restaurante.

—lo lamento en verdad—dijo la chica—no yo no quería bueno…

— no te preocupes—suspire—descuida no fue tu culpa—sonreí—autsh—me queje—, pero al menos acabaste con eso, no te conozco pero te diré que fue lo mejor que hubieses hecho—ella asintió.

—creo que si—se encogió de hombros—no sé de dónde saque tanto valor pero me siento orgullosa de mi misma y ahora si me permiten, tengo demasiada hambre desde hace semanas que solo como ensaladas y muero por un mega burrito—dijo avergonzada.

—un mega burrito en camino—dijo el mesero burlón—no hay pero si te puedo dar dos normales—sonrió.

—no importa solo dame algo de comer—dijo ella—en verdad gracias extraña, soy Tamara.

—Alex—le extendí el mano—mucho gusto.

—Lo mismo digo, ahora si me permiten iré a comer—al decir eso la chica se fue, Harry aun me miraba y con delicadeza paso su mano sobre la herida.

—Tranquilo, no duele mucho—sonreí—nada que unas ricas quesadillas no curen.

—creo que mejor traigo una bolsa de hielo—dijo el mesero.

—no gracias en verdad estoy bien—sonreí sin ganas, aunque si me dolía en verdad vamos Gabe dile gracias a dios porque no tuve un maldito tenedor cerca.

— ¿te parece si las pedimos para llevar?— pregunto.

—claro no hay problema, estoy comenzando a pensar que soy inmortal me he salvado de dos palizas de dos grandes gorilas, sin ofender.

—Alex eso no me parece gracioso—contesto serio.

—pues a mí sí y mucho, me siento más que fuerte, invencible—sonreí, el me miro con el ceño fruncido—está bien ya no bromeare con eso.

Al llegar a casa nos percatamos que no había absolutamente nadie, de nuevo me dejan sola, arroje mi sudadera en el sillón más cerca del pasillo caminando hasta la cocina, mientras Harry me seguía por detrás y colocaba las bolsas con comida sobre la barra de la cocina.

— ¿Jugo o refresco de cola?—le pregunte.

—Refresco—sonrió, mientras tomaba asiento, asentí y saque un jugo de durazno junto con un refresco de cola colocándolos en la barra, tome la nota que estaba pegada a la puerta del refrigerador.

“Alex, Tom y yo salimos a cenar, volvemos en unas horas te queremos
P.D. compórtate si es que Harry esta en casa contigo.
Atte: Rose.”

—Según esto estaremos solos durante un par de horas—dije dejando la nota en la barra, mientras me estaba y tomaba mi comida.

—esa idea me agrada—dijo él.

Comimos todo lo que habíamos ordenado me sentía como un gran globo, respire hondo mientras subía y bajaba las escaleras.

— ¿Qué haces?—dijo él.

—Tratando de bajar la comida creo que comí demasiado—me encogí de hombros mientras proseguía con lo que hacía.

— ¿Crees?—pregunto burlón—te comiste 5 quesadillas
—soltó una carcajada.

—vamos son deliciosas, ¿o no?—pregunte.

—si en verdad que sí.

— Su aroma dijo Alex, pide tres más, pide tres más—suspire, mientras el descansaba su cabeza en una de los extremos del sofá, después de 5 minutos de subir y bajar escaleras. Termine sentándome en uno de los escalones recargando mi espalda a la pared mirando el techo. Llame su atención, arrojando una pequeña pelota que estaba en las escaleras.

—Hey—le dije—quiero mostrarte algo sígueme—me levante pero aun así gateando subí algunos escalones. Ya estando en mi cuarto el solo dijo “Wow”—bienvenido a mi hogar—di unos pasos dentro.

—es… es genial, Alex—sonrió.

—Gracias—una de las paredes estaba completamente pintada con un gran mapa, haces unos meses lo había hecho y en verdad me sentía satisfecha con el resultado—ese sería mi mundo perfecto—le señale el gran mapa, con todos aquellos lugares en donde había vivido a través de un personaje de un libro.

—Sí que te gusta leer—dijo mientras veía el gran librero que había a un lado de mi cama.

—Si—dije ruborizada.

— ¿Eso es un bosque durante el invierno?—pregunto
— ¿un lago?—asentí—tenías mucho tiempo libre—dijo burlón.

—Más de lo que te imaginas—suspire.

Estaba mirando el gran mapa pintado en la pared con la vista perdida en la pintura analizando todo eso,

— ¿En qué piensas?—pregunto.

—en cosas.

— ¿qué cosas?

— ¿Quieres saber?—el asintió—bueno… en muchas cosas por donde empiezo—suspire, mientras miraba el techo.

—Creo que por el principio ¿no lo crees?—dijo divertido.

—eso es obvio—puse los ojos en blanco— bueno pensaba en todo lo que ha pasado—suspire mientras me tumbaba en mi cama—ha sido el verano más loco de toda mi vida—dije mientras restregada mis dedos en mis ojos.

—ni me lo digas—sonrió—yo Harry Styles enamorándome de una chica tan demente que vivía a otro lado del mundo.

— ¿Enamorado?—pregunte, mientras el asentía—por dios Harry eso es algo muy serio, no bromees con eso—me cruce de brazos.

— ¿Crees que bromeo?—pregunto, me encogí de hombros.

—No lo sé, no soy tu para saberlo—conteste.

—Es increíble que los dudes—suspiro—pero bueno da igual ¿qué era lo que querías mostrarme?—pregunto.

—Oh si—sonreí avergonzada—pero no aquí tenemos que ir a un lugar—sonreí.

— ¿Estas segura?—pregunto— ¿no te duele?—paso su mano por mi mejilla.

—un poco pero me llevo una bolsa de hielo y listo—dije simple, caminando a la puerta—vamos—le hice señas mientras salía del cuarto, había hecho una lista claro que haría todo lo que apunte en ella, además el que tenga un golpe en el rostro no me impide que pueda salir, me encamine a la cocina tomando una bolsa con hielo del congelador cosa curiosa de Rose siempre tenía una lista, como dije era propensa a accidentes y no he mentido en ningún sentido.

Al salir de casa ambos caminamos hasta el metro era necesario tomar un ferri desde battery park no era tan tarde, aunque ya comenzaba a oscurecer. Al llegar al lugar pude presenciar que estaba cerrado, demonios lo había olvidado, no me importaba el tiempo que debía esperar en la cola para comprar los tickets.

—Maldita sea—exclame, mientras arrojaba la bolsa de hielo al suelo.

—Calma—dijo Harry, mientras me abrazaba por detras—podemos ir a otro lugar.

Lo mire estaba por decirle que no quería ir a ninguna otra parte pero no pude negarme ¿qué clase de hechizo tenia este chico en mí?, <> dijo la pequeña vocecilla de mi cerebro <> le conteste <> respondió, soltando un bufido sacudí la cabeza, tome la mano de Harry, con intención de al menos ir a otro sitio, saque la pequeña lista y apunte a un lado de ella, “suspendido temporalmente”, Harry al verlo soltó una sonora carcajada, lo mire nerviosa había leído mi discusión tan inmadura que tuve conmigo misma en una hoja de papel seguro mi cara estaba roja.

—lo del beso aún se puede hacer—dijo coqueto—y aún más si la bella chica lo desea—mi cara seguro estaba más que roja, me tomo por la cintura mientras me giraba para quedar justo en frente de él, me sonrió con picardía plantándome un feroz beso en los labios.

—dios mío, chico la devoraras—exclamo un sujeto, me aleje aún más roja de la vergüenza.

—A mí no me importaría si me devorara—dijo la chica que venía a un lado de él, una onda de celos invadió completamente mi persona, con ganas de decirle que te valla a devorar otro que él es mío.

—Lo siento—dijo Harry—pero a la única que quiero devorar es a esta bella dama que me acompaña—aún más apenada, y a la vez posesiva abrase a Harry, hundiendo mi rostro en su pecho.

— ¿vamos chica en donde se consiguen chicos tan majos como este? yo quiero uno—prosiguió la rubia, con una sonrisa.

—no creo posible que haiga dos igual que él, vamos parece un dios griego—sonreí, mientras llevaba mi vista hacia él, jamás lo había visto de esa manera hasta ahora era posible dos meses con él y hasta ahora lo notaba enserio que estas mal de la vista Alex muy mal necesitas un chequeo urgente, por dios no haberlo notado antes vamos, me decía a mí misma, como no notarlo, y en ese instante caí en cuenta un chico como Harry se fijó en mi por dios se fijó en mi esto era totalmente increíble, en verdad increíble el opuesto a lo creíble.

—Sí que lo parece, ¿no te importaría compartir?—dijo de lo más calmada.

—Claro que me importa, él es mío—dije aun abrazándolo— ¿cierto Harry?

—Cierto Alex—sonrió—soy solo de ella totalmente de ella—beso mi frente—por cierto tu y yo tenemos algo pendiente desde hace unos días.

—Así… ¿qué?—pregunte.

—oh vamos, tu sabes—dijo el, con una sonrisa seductora.

— ¡Harry!—exclame.

— ¿Qué?—pregunto.

—hay cielos, mejor cállate—la chica ya no dijo nada, los dos caminamos hasta llegar al metro tomando un devuelta a casa.

100.

Al llegar subí corriendo hasta mi cuarto seguida por Harry le había quitado los lentes de sol que tenía colgando del cuello de la camisa.

—Alex abre ahora—ordeno mientras golpeaba la puerta.

—No—dije aguantando las carcajadas.

—si no abres te castigare—dijo.

— ¿Así como?—pregunte.

—bueno… tenía pensado muchas cosas—dijo ya con aquel tono que reconocía a la perfección y velozmente abrí la puerta entregándole sus lentes Ray ban en la palma de su mano— ¿es enserio?—pregunto con una mueca divertida en su rostro.

—Si querías tus lentes y ya los tienes—dije.

—No eso—soltó una carcajada.

—No sé a qué te refieres en ese caso—me senté en la cama despojándome de mis zapatos.

—oh vamos sabes muy de que hablo—negué con la cabeza mientras se sentaba aun lado de mi— ¿dios griego?—dijo divertido, asentí avergonzada.

Se quitó la chaqueta que llevaba, dejando ver sus brazos desnudos, en verdad que me pasaba desde cuando tiene todos esos tatuajes.

— ¿Harry?

— ¿Mm?—dijo él.

— ¿por qué tantos tatuajes?—él se giró a verme, con una sonrisa en su cara.

—la verdad es que no lose—suspiro.

— ¿cómo que no lo sabes?

—bueno… el primero que me hice fue solo por diversión, el segundo algo significativo pero el tercero, cuarto, quinto, sexto, etc. Fueron no lose sin sentido, bueno tienen significado pero… no lo se me gusta, es como una adicción—se encogió de hombros.

— ¿y duele mucho?—pregunte.

—bastante pero ya casi no—sonrió—el primero si dolió, pero los demás me estoy acostumbrando—asentí.

Tumbada en la cama mirando al techo un millón de cosas locas pasaron por mi cerebro. Harry se subió a la cama mientras llevaba mi cabeza a su pecho y me abrazaba, gire a ver el reloj el cual marcaba las nueve y media.

—Tienes que irte—suspire.

—No—al decirlo me gire a verlo.

— ¿No?—pregunte.

—así es, hoy es nuestro último día de vacaciones completamente libre en meses, asi que quiero pasarlo contigo le pedí a Damien que me cubriera—sonrió.

—Esta demente—negó.

—no ni tanto, ya que muchos llegaran mañana así que puedo colarme con ellos no habrá problema, además aun no están aplicando la regla de llegar temprano—eso me desconcertó.

—entonces… ¿porque ayer te fuiste temprano?—pregunte.

—Damien hasta ahora me lo dijo—contesto mientras rascaba su nuca, su mirada nerviosa se guio hasta una foto que estaba en mi buro, la tomo en sus manos.

— ¿Eres tú?—pregunto, mientras me la mostraba asentí levemente—¿quién es ella?—pregunto.

—Alice Cotton—suspire.

— ¿Amiga tuya?—asentí levemente.

—sabes creo que eso de que la muerte mate a mis seres queridos cada verano ya se hará costumbre—dije con una sonrisa sínica.

— ¿Qué?—dijo él.

—Alice Cotton, la única amiga a excepción de Zayn que tuve en toda la vida hasta este verano, la única persona que jamás me insulto, en realidad me defendía, decía que parecía una pobre conejo asustado—solté una carcajada, mientras me acostaba de nuevo en la cama.

— ¿Dónde está ella?—lo mire incrédula al parecer no capto mi indirecta.

—falleció el verano pasado—suspire—murió por desangrado en el baño de su cuarto, no sabía que se cortaba y se suponía que éramos mejores amigas—me levante de la cama tomando dos anillos en el frente venia un infinito y por dentro decía mejores amigas—me lo dio cuando cumplí 13 años, fue cuando nos tomamos esa foto, uno es mío y otro es de ella, se me hace muy difícil el verlos jamás me lo quito pero… no lose cada vez que lo veía me ponía en depresión así que Rose me pidió que me fuera sin el a Londres—sonreí—yo… yo no sabía por lo que ella estaba pasando, no me tenía tanta confianza yo pude ayudarla, yo pude hacer algo por ella pero no me di cuenta se me hacía muy extraño que usara todo el tiempo, blusas manga larga, chaquetas, suéteres aunque estuvieses a altos grados de temperatura, los más extraño nunca sudaba, así que no le decía nada—suspire entre un sollozo—ella era muy buena conmigo, ahora creo que tengo un maldito Karma con la muerte—suspire frustrada—ella era buena persona, al menos me dejo un cinta donde me decía una cuantas cosas buenas, tenía un cierto afán con la tecnología vieja decía que la moderna no le agradaba en lo absoluto nada se compraba a los disco de vinilo y los casetes pero los vinilo eran mucho mejor, tenía una gran colección de cada tipo de banda, sus padres me dieron la gran mayoría y más lo que mi abuelo Michael me regalo—sentía que rompería a llorar al nombrarlos, no era posible en verdad tenía una maldita suerte con la muerte—tengo ahora una gran colección de discos, algunos aun están en Londres, pero la mayoría aquí, sabes… Wendy y Scarlet son la combinación perfecta de Alice y Zoey la complementa—sonreí—creo que por eso me lleve bien con ellas al instante de conocerlas—suspire—Alice Cotton, la chica que me decía que si yo seguía leyendo Alicia en el país de la maravillas al tener 18 sería una antisocial total, me daba mucha risa escucharla decir eso. Ella estaba profundamente enamorada de Kurt—trague sonoramente—y mi hermano de ella—suspire—creo que para ella fue mucho peor el saber que mi hermano murió que para mí, ya que a la semana ella falleció el verano anterior tan solo fui si acaso unas tres semanas con mi tía Helen, Max era mi compañero en esos momentos y ahora sabes es duro, porque ellos han muerto cuatro seres que amaba, que quiero, que sentía que me querían fallecieron ¿sabes lo duro que es eso?, tuve un momento de locura donde no podía asimilar el a ver perdido a Alice y a Kurt, me siento culpable porque en todas las vacaciones ni una sola vez me acorde de ella ni una sola, es horrible—apretaba la mandíbula tan fuerte al igual que los ojos—y… y…—comencé a pasar mi manos desesperadamente por mi cara—jamás había hablado con alguien de esto Harry, jamás, es sorprendente que no esté ya en el borde de la locura, en la escuela me trataban peor que una mierda, los chicos apostaban para ver quien salía conmigo y era el primero en acostarse con la rara y fea de Alex Jones, ganarían 500 dólares el que llegara hacerlo, las chicas me miraban de una forma horrenda con asco y repulsión, libros que no eran míos que tomaba de la biblioteca de la escuela me rompieron pero al menos la señora del lugar no me decía nada, siempre me veía llorando mientras pasaba página por página, es más que horrible el saber eso, hasta que llego Alice a la ciudad, al vecindario, a la escuela, su pasión por los libros era la misma que la mía, podíamos estar horas y horas leyendo no nos molestaba el no hablar nos agradaba estar juntas tener compañía, yo no sabía que tenía problemas en casa, yo no sabía que su padrastro abusaba de ella, jamás me tuvo la suficiente confianza para decírmelo recuerdo el día en que su madre escucho aquella cinta que me había dejado para explicarme porque hizo lo que hizo y aquel hombre estaba justo a su lado, la pobre mujer le araño todo el rostro, lo golpeo hasta que se cansó y la policía se lo llevo preso—apretaba fuertemente los puños al recordar todo eso—la vida no es un maldito cuento de hadas a los que acostumbro leer es una estúpida porquería—me lleve las manos a los ojos, mientras las lágrimas comenzaban a salir, Harry me abrazo tan fuerte, me abrase de el de igual manera—es una completa porquería, lo lamento—dijo entre un sollozo—no… no debía hablarte de eso—suspire—no debí, ahora pensaras que si estoy demente, loca—el me aparto un poco pero no dejo de abrasarme.

—claro que no lo creo—sonrió—eres muy fuerte Alex demasiado fuerte—suspiro, los malditos recuerdos de todo lo que viví en la secundaria me abundaron por completo la mente, estúpidos, tome a el rostro de Harry en mis manos dándole un feroz beso en sus labios, quería olvidar solo quería sentirme bien, olvidar por un instante todos esos recuerdos, todos esos fantasmas que se apoderaban de mi cordura, el correspondió a mi acto de la misma forma mis manos viajaron hasta su camisa, no sabía que estaba haciendo, solo escuchaba la voz de Alice diciéndome lo que debía hacer, aquellas platicas tan raras que llegue a tener con ella, termine sacándole la camisa, mientras me aferraba más a él, comenzó a besar mi cuello, los anillos cayeron al suelo, al igual que mi blusa, el pantalón de Harry ya estaba en el suelo, sabía lo que hacía, de alguna manera me sentía bien y de otra mal estaba utilizando a Harry de cierta forma sabía que quería estar con él en algún tiempo algún día iba a pasar pero… ahora ni siquiera yo me reconocía, ya estando ambos en ropa interior en mi cama, Harry besaba cada parte, cada centímetro de mi cuerpo, me retorcía de tan solo sentir su húmedos labios en mi piel, pero de pronto para, me queje por eso.

—Alex no creo que sea buena idea tu no estas bie…—no pare que terminara ya que mis labios estaban en los suyos, quería olvidar, eso solo quería, por una vez en la vida quería sentirme bien quería no pensar y valla que es algo muy difícil en mí, paso su manos hasta el sujetador deshaciéndose de él, me miro me ruborice ante eso, ni siquiera el hecho de que Rose entrara a mi cuarto por los ruidos me preocupaba aún no habían llegado, me sentía mal también, pero las malditas hormonas y la excitación que sentía acabaron con cada gramo de cordura que aún quedaba en mí, bese a Harry de forma desesperada, se deshizo de los bóxer que llevaba puestos al igual que de los míos, no acostumbraba a usar ropa sensual dios tampoco era que siempre estuviese precavida para este tipo de ocasiones tampoco soy una maldita ninfómana, entre caricias, besos, Harry separo mis piernas con su codo acomodando entre mis muslos, <> las palabras de Alice llegaron a mí, apreté los ojos con fuerza esperando la ola de dolor, pero al parecer Harry lo noto ya que paso una de sus manos por mi mejilla.

—no quiero que hagas algo que no quieras, Alex no estás bien, no quiero hacerlo si tu no estas segura—dijo suavemente, sus palabras me reconfortaron sin contestar moví mis caderas incitando a que continuara.

—hazlo—le ordene, el asintió aunque dudoso lo hizo pero no sin antes darme un beso en los labios y colocarse un condón en su miembro erecto, un ola de horrible dolor llego a mí, pero poco a poco fue cambiando a placer, tampoco era una experta en estas cosas, era como diría mi primera vez.

— ¿Te hice daño?—pregunto el, negué con la cabeza, aunque aún seguía apretando la mandíbula con fuerza

—claro que lo he hecho, es mejor que pare—dijo a punto de sacar su miembro de mi entrada.

—no—dije—no lo hagas—esta no era yo, no lo era, los malditos recuerdos aún seguían en mi cabeza, las risas, conversaciones entre Alice, y Kurt, el hecho de que me dio nauseas escuchar su experiencia con mi hermano, aunque de cierta manera era bueno el saber que ellos se amaban que habían encontrado el amor, quería llorar eso quería hacer no solo por el dolor físico si no por también todo aquello que tenía guardado dentro mío, quería llorar y llorar, Harry seguía con las embestidas en mi mientras trataba de relajarme, sus manos acariciaban mi cintura, era algo increíble todo esto se suponía que en estos momentos tal vez yo estuviese viendo “Scooby-Doo” los viernes había maratón por la noche de 6 capítulos, jamás me hubiese imaginado esto, Harry salió de mi besando nuevamente mi cuello, yo pase mi manos por su espalda y cabello, tal vez no sea la mejor en el sexo pero no era para demostrar que era un diosa en este asunto, me sentía mal de nuevo lo estaba usando, mi primera vez fue un arranque de melancolía para olvidar, claro de una loca como yo me lo esperaría.
Harry se recostó aun lado mío con la respiración agitada, mientras me abrazaba, una gran mancha roja había entre las sabanas, aun sentía dolor mucho dolor, seguía llorando, Harry me abrazo con fuerza.

—no llores mi amor, no lo hagas—decía mientras me daba pequeños besos en el rostro, de mi actitud todo paso a amargura, tome una de las sabanas enrolle mi cuerpo en ella, sin decir nada me puse de pie, estaba mal definitivamente mal, sabía que no era una puta pero así me sentía, ni siquiera me preocupe por el hecho de dar amor en ese momento no solo quería olvidar, con dificultad entre al baño, con mi pijama, ropa interior me encerré hay, para darme una ducha de agua fría, ¿Qué carajo hice?, me decía a mí misma sentada en suelo de la ducha, golpeando mi cabeza con la pared.

—Alex abre—decía Harry, no le conteste—Alex abre por favor—tocaba una y otra vez sin parar la puerta, no podía si quiera contestar, por los malditos sollozos, no llores idiota no llores, me decía a mí misma era una completa imbécil, en eso la puerta se abrió me sobresalte un poco Harry entro estaba sentada con la piernas pegadas al pecho mientras que con los brazos las abrazaba y mi rostro lo hundía entre ellas alce la miraba para verlo, el me miro su rostro reflejaba tristeza, estaba vestido tan solo con sus bóxer, entro a la ducha y sentó a mi lado abrazándome, me aferre más a mi cuerpo, seguro encontró la llave del baño en una gaveta del tocador—por favor—decía el—ya no llores—me abrase a su cintura hundiendo mi rostro en su pecho, todo lo que llevaba guardado durante años, meses, salió esa noche como una maldita bomba al estallar, me sentía completamente vulnerable, completamente mal.

Harry.

No podía verla así, se había entregado a mi completamente como ella un día lo dijo, pero no estaba feliz como imagine que iba a estarlo, estaba llorando cascadas parecían sus ojos al verla en la ducha parecía un cachorrito, sus ojos se veían grandes, hinchados, rojos, su pequeño cuerpo abrazado. Me destrozaba el verla así. No me importo el mojarme y me senté a lado de ella, después de minutos me abrazo, su respiración de tranquilizo y sus sollozos se fueron.

—Lo lamento—dijo de nuevo—en verdad lo siento.

—no tienes nada que lamentar—dije, mientras besaba su frente—absolutamente nada preciosa—la ayude a ponerse pie, la ayude a ducharse, ella se cambió, la ayude con las sabanas, cambiándolas por unas nuevas, me recosté con ella en la cama, tome un libro que tenía en el buro, era el cuento de Peter Pan, me pidió que se lo leyera, me era más sensato leerle su preciado libro “Alicia en el país de las maravillas” pero este estaba en mi cuarto, en la universidad muy lejos de aquí, y no la dejaría sola ni un instante, está completamente vulnerable, verla así me destrozo por completo. Me había prestado un pijama de su padre, y así ambos terminamos dormidos en su cama, la abrazaba con fuerza mientras acariciaba su cabello y velaba su sueño, era hermosa, le quite sus gafas colocándolas en el buro.

No podía creer todo lo que había vivido, yo hubiese matado a todo aquel idiota que la hubiese tratado mal, apuestas sobre eso por dios ¿qué clase de persona hace esas cosas?, a ella no jamás, la rabia que había en mí, diablos me gustaría conocer a esos idiotas y partirles las cara.

Mientras la observaba caí igualmente dormido como ella. Me desperté por unas sacudidas a mi cuerpo, Rose estaba hay con una sonrisa burlona en su rostro, Alex aún seguía dormida, la señora me hizo un pequeño gesto de que no hiciera ruido, en una hoja me anoto algo y salió de ahí, abrí el pequeño papel.
“no te espantes, venia decirles que el desayuno está listo pero no creo que Alex esté en condiciones, ha llorado sus ojos están hinchados, me alegra que hayas estado aquí Harry, en serio, saldré con Tom a comprar unas cuantas cosas, le hare un pastel de chocolate, quería decirte si no te molesta acompañarla a su escuela, tengo entendido que se quedara en un dormitorio haya, bueno descansen”

Esto era increíble, deje la nota en el buro, Alex comenzó a abrir los ojos levemente aún se veía algo triste, le dedique una de mis sonrisas más sinceras.

—Hey—dijo ella.

—Hola—sonreí mientras le daba un corto beso— ¿dormiste bien?—le pregunte, ella asintió.

—si gracias por quedarte—dijo.

— No te dejaría sola Alex—suspire, ella asintió poniéndose de pie—¿a dónde vas?—le pregunte.

—Quiero cambiarme—dijo secamente—lo siento—volvió a decir.

Alex.

No me sentía bien, mi estómago y corazón se comprimían al verlo, sentía nauseas muchas nauseas, me tumbe en el suelo cruzándome de piernas, me sentía estúpida, por dios, me empecé a tambalear hacia adelanta y hacia atrás mientras comenzaba a sollozar, comenzó a darme un ataque de pánico, la lagrimas comenzaron a salir de nuevo no podía parar de llorar no podía.

Quería se fuerte pero no podía me sentía culpable y el estarlo viendo no me ayudaba, sentía que lo utilice en ese momento mi cabeza no paro de dar vueltas no paro jamás paro de pensar, no me preocupe por hacerlo sentir querido o todas aquella cosas que mi madre y tía Helen o Rose decían cuando esto pasaba decían que era bonito que era especial y lo arruine lo arruine por completo, aun sentía algo de dolor, pero no tan fuerte, Harry se paró y me abrazo con fuerza, mi respiración era bastante agitada parecía una ardilla olfateando. <>, <> mi mente decía una, y otra y otra vez tratando de reconfortarme.

101.

—Por favor, ya no llores—dijo el—no lo hagas, todo está bien estoy contigo nada te pasara lo prometo—me abrazo con fuerza muchas fuerza— ¿lo entiendes?—dijo el, asentí levemente—te quiero—dijo mientras me daba un beso en la mejilla.

—yo también Harry—lo abrase por la cintura.

Tratando de calmarme y recuperar toda mi esencia para poder pensar nuevamente, me levante caminando hasta mi tocador tomando un pequeño libro donde tenía todas aquellas frases de personas increíbles, que en tan solo leerlas me hacían sentir bien, soy humano puedo cometer errores mi error de la noche pasada no fue entregarle mi virginidad a Harry si no hacerlo con la intención de olvidar mis tormentos, utilizarlo, mi cabeza me daba vueltas miles de vueltas, respiraba entre cortado.

—toma—le arroje el cuaderno a Harry—lee un poco, son frases fantásticas, hay muchas de Lennon al igual que de Cobain y Marley—sonreí—personas que jamás conocí pero con tan solo leer apreciar lo que ellos pensaban te hace sentir mejor—suspire—a veces llego a olvidarlo y bueno me pongo como ya lo has visto, lo siento es raro cuando me pasa, lamento que haigas visto de esa manera—el me miro perplejo.

—Es increíble—sonrió.

— ¿Qué cosa?—pregunte.

— ¿Cómo haces eso?—pregunto.

— ¿Qué cosa?—sonreí.

—eso, hace unos instantes estabas demasiado deprimida ni siquiera mirarme a los ojos podías y ahora estas igual que siempre.

—no lose pensar y analizar de cierto modo cada una de mis opciones, puedo deprimirme toda la vida por como algunas partes de mi vida han sido una escoria, o seguir adelante y tratar de cambiar eso y sinceramente opto por la segunda, aunque si me topo con ciertos puntos de tensión y desesperación que me llevan a portarme como la noche anterior, y vuelvo a pedirte perdón—suspire—en verdad lo lamento.

— ¿Lamentas haber hecho el amor conmigo?—pregunto, trague saliva sonoramente y negué con la cabeza.

—jamás, eso jamás lo lamentaría—él sonrió—solo que de alguna manera siento que te utilice para poder llegar a sentirme mejor y en verdad lo siento, contigo, contigo no quería hacer eso, no me parece lo correcto utilizar a las personas—el negó con la cabeza.

—no me has utilizado—sonrió—no siento que haya sido así, fue una de las mejores noches de toda mi vida, y suena raro ya que lo digo yo y no tu—dijo con un tono confundido—lo que me desconcierta es que sigas dudando del amor que tengo hacia ti—lo mire incrédula.

—es difícil confiar en lo que te dicen las personas en algunas ocasiones, no soy de confiar mucho créeme que en verdad hablaba en serio cuando te dije que jamás había hablado con alguien más sobre lo de ayer ni siquiera a mi psicóloga, aún sigo pensando en eso, sabes desde pequeña he escuchado a The Beatles, y leído todas las frases del grupo, aunque por supuesto una quedo completamente grabada en mí, una pequeña anécdota sobre un día común y corriente de Lennon, le preguntaron que sí que quería ser de grande, el escribió feliz, ellos le dijeron que no entendía la pregunta y el contesto ustedes no entienden la vida, no todos somos Lennon pero esa clase de frases son como salvavidas para mí, esa clases de frases me ayudan mucho en verdad, ese cuaderno que tienes en tus manos, desde que tengo 6 años e transcribido cada una de esas frases que han llegado a marcar mi vida, algunas son mías que son las que lleva anónimo en vez de un nombre, además de al abuelo Michael eres al único que se lo he mostrado—me encogí de hombros—por eso la letra varia—sonreí—las primeras están un poco indescifrables ya que apneas aprendía a escribir—mis mejillas se tornaron rojas.

—eres una de las chicas más dementes que jamás he conocido.

—lo tomare como un alago gracias—hice una reverencia— como te decía creo que si deberías leer las frases si te confundes con alguna solo dímelo iré a cambiarme tengo que empacar e irme a la universidad—suspire—el cuerpo me duele quisiera seguir dormida—dije agobiada, el soltó una risita traviesa.

— ¿Cómo no te dolería el cuerpo?—pregunto.

—se supone que ayer descubrí que era algo así como súper wow, pero ahora me doy cuenta de que no—me encogí de hombros.

—en verdad cada día me sorprendes más.

—todas las personas siempre terminaran sorprendiéndote por eso es la frase jamás terminas de conocer a alguien—suspire—por cierto solo te pido que tengas mucho cuidado con la libreta hablo enserio al decirte que ha vivido bastantes años para que Harry Styles la eche a perder.

—no lo hare ve cámbiate tranquila—y con ello me fui al baño a cambiarme una frase más de las sientas que tenía, en aquella libreta llego a mí:

“Somos quienes somos por un montón de razones. Quizás nunca conozcamos la mayoría de ellas. Pero, aunque no tengamos el poder de elegir de dónde venimos, todavía podemos elegir a donde vamos desde ahí. Todavía podemos hacer cosas. Y podemos intentar sentirnos bien con ellas”

Salí de balo con unos jeans, una blusa manga corta blanca y mi tenis, Harry leía atentamente la pequeña libreta mientras yo me tumbaba en mi cama, tome una plumilla la había mandado hacer para Kurt, era aún más fanático que yo por los Beatles, me había parecido un buen detalle regalarle la plumilla con un verso de alguna de las canciones elegí let it be una de mis favoritas como las de él, la plumilla traía grabado esto:

“Let it be,
Let it be,
whisper words
of wisdom,
let it
be.”

Recuerdo ese día grito como loco al darse cuenta lo que le había dado y corriendo hacia su habitación fue por su guitarra y lo curioso fue que comenzó a tocar hey jude en debes de let it be, ese día no pare de reír. Me sorprende el hecho de que esto estuviese aquí, se supone que todas sus cosas mi madre las tenía en su cuarto bajo llave.

Mi hermano y yo éramos demasiado unidos, mi padre se preguntó si mi madre no tuvo un retraso de tres años para tenerme, lo cual era extrañamente imposible pero no digo nada ya que ahora dios sabe que cosas puedan pasar.

“Malditos hippies” gritaba nuestra hermosa vecina Charlotte, cuando Kurt tocaba la guitarra y ambos cantábamos como locos, parecíamos lobos aullando pero era de esos momentos que siempre recordaras en la vida.

Harry chasqueo los dedos enfrente de mi rostro volviéndome a la realidad, le sonreí y mostré la plumilla.

—era de Kurt, me sorprende que este aquí en verdad, creo que mi madre se apiado de mí y permitió que la conservara—el la tomo en su mano.

—¿let it be?—pregunto, asentí.

—yo misma la mande a hacer, ahorre un año entero es de oro, aunque claro que la uso muy pocas veces porque estas podían gastar mas la cuerda y esas cosas, pero le termine comprando plumillas de plástico—asintió.

— ¿A tu hermano también le gustaba tocar la guitarra?—lo mire incrédula.

—no como crees, solo le quise dar la plumilla para su colección—sonreí—claro que sí, tenía una acústica Yamaha F370 y una Gibson Les Paul ese fue uno de los tantos regalos de mi padre, el muy egoísta jamás me dejo tocarlas, decía que podía romperlas o algo así, pero no importa yo jamás deje que tocara uno solo de mis pinceles, así que supongo que estábamos a mano, sabes que era gracioso, que no me encontraba parecido a el—solté una carcajada— ¿lo conoces?—le pregunte.

—No, aun no tengo el placer de conocerlo—Harry sonrió.

— ¿Quieres hacerlo?—pregunte, el asintió, y como rayo me puse de pie—ahora vuelvo—saben pensaba que no conservaba nada de el pero si, una foto donde estaban Alice y el, ambas habíamos ido a comprar un par de DVD’s, y el cavernícola de mi hermano decidió acompañarnos. La tome en mi manos y se la entregue

—no recodaba el tenerla pero me alegro de hacerlo—
se la di—si él estuviese vivo, enserio se llevarían de lo mejor, él también tenía pensado estudiar en Juilliard—sonreí.

— ¿Es Alice?—pregunto, asentí.

—hacían la pareja perfecta, solo que me daban nauseas cuando se ponían demasiado cariñosos, ewg—suspire—me hubiese fascinado que siguieran vivos, no me fascinaría que estuviesen vivos, seria genial, como no te imaginas—suspire—pero bueno eso no pasara así que me tengo que conformar con solo verlos en fotos, y recordar todos los momentos vividos con ellos.

—ya no te martiries con eso—dijo él.

—no lo hago, solo que bueno… es triste eran personas fantásticas—dije—nuestras peleas sobre músicos, diablos eran geniales, siempre terminábamos cantando y peleando sobre cuales canciones y grupos eran mejores.

—Sigo estando impactado—sonrió.

— ¿Por?—pregunte.

—por la manera tan rápida que te repones.

—a… no lose creo que… se me olvida estar triste y recuerdo estar feliz—me encogí de hombros—es tonto pero creo que así es—sonreí—las personas deberían recordar el ser feliz, para que estar en un mundo en el cual no quieres estar, no eres feliz, para eso no naces mi madre siempre me lo dejo claro, siempre haz lo que te hace feliz—sonreí—creo que me voy del tema todo el tiempo.

—En serio que si—dijo él.

Harry.

A pesar de que su comportamiento volviese a la normalidad una chispa de tristeza se mostraba en sus ojos al hablar de su hermano y Alice, cuando menciono a Max se contrajo un poco pero lo asimilo.

La ayude a empacar mientras ella desayunaba, baje, tenía la mirada perdida en una equina de la cocina mientras agitaba los cereales con la cuchara.

—Tengo una duda—dijo aun viendo aquella esquina.

—Pregunta—dije sentándome a su lado.

— ¿Porque demonios traías un condón?—dijo girándose bruscamente hacia mí y alzando una ceja, me puse nervioso, no me esperaba esa pregunta.

—bueno… no lose ya es una costumbre—me encogí de hombros—siempre traía uno en el bolso de lado, porque en la cartera no se puede ya que no deben calentarse, eso es gracioso, porque bueno lo que más pasa cuando los usas es que la temperatura es caliente—dije simple, ella me miro con cierta burla y desconcertada.

—Eras un maldito gigolo—me apunto con el dedo.

— ¡¿qué?! No yo no me vendía, no soy un prostituto—me cruce de brazos, realmente ofendido.

—Perdón fue la palabra equivocada, aunque si eres un ninfomano señor Styles, pero diablos ¿enserio?—dijo aun incrédula—por dios un condón en tu bolso.

—que uno siempre debe estar prevenido para cualquier situación—suspire—y jamás me digas de nuevo gigolo por favor.

—Lo siento—dijo avergonzada—me bueno… mmm… me exalte fue la primera palabra que vino a mi cabeza, lo lamento.

—Ya de acuerdo te perdono pero con una condición—asintió—si me das un beso, no me has dado uno en todo el día—hice puchero, ella asintió tomo mi rostro en sus manos y me planto un beso.

Habíamos dejado sus maletas en el dormitorio, para mi sorpresa una increíble sorpresa seria compañera de Kristen, eso me tranquilizo de una manera reconfortante, venia seria, cuando hacia eso me daba algo de pánico. Al llegar a su casa se fue directo al sofá y se sentó a lado de Tom, por mientras aproveche para preguntarle algo a Rose.

— ¿Rose?—la llame.

—Aquí—se escuchó su grito que provenía de la cocina
—¿qué pasa?—pregunto al verme.

— ¿Puedo preguntarte algo?—asintió—bueno… ayer Alex me conto sobre una chica—suspire.

— ¿Alice?—sonrió.

—ajam.

—Por eso lloraba—asentí— ¿qué te dijo?—pregunto.

—bueno… supongo que lo más importante—dije dudoso—sobre su muerte, sobre cómo eran ellas.

—oh no tranquilo—sonrió—eso solo le pasa unas cuantas veces, es duro para ella—dijo viéndola desde la cocina, Tom y ella hablaban entretenidamente sobre un programa que estaban viendo siendo exacto Pretty Little Liars, era bastante extraño ver a ese gran sujeto estar viendo esa serie—pero… al instante o en horas se calma—sonrió—solo lloro cierto, porque encontré su sabana, estaba escondida detrás de la lavadora pero lo más extraño era que tenía una gran mancha roja—me miro, me atragante con mi propia saliva.

—eso bueno mmm…

— hay diablos—dijo la señora caminando hasta Alex— ¿estas mejor cariño?—pregunto.

—algo así—sonrió—Tom es un idiota.

—hey respeta a tus mayores—dijo.

—si claro por dios, vamos Tom ¿qué tipo de 40 años a
parte de ti ve la serie de pretty Little liars?

—Como sea—dijo.

— ¿porque me preguntas Rose?—sonrió.

—bueno es que… ¿Tom puedes ir a tu cuarto por unos minutos?

— ¿qué? Pero ¿porque yo?—dijo.

—anda ve ahora.

—si todo siempre yo—aquel sujeto vaya que era cómico.

— ¿Qué pasa?—dijo Alex.

—Encontré tu sabana—dijo ella—ustedes bueno ya saben, ¿lo hicieron?—Alex me miro, yo estaba rojo, que demonios jamás esto me pasaba por dios.

—creo que a Harry le incomoda hablar de eso—dijo ella apuntándome—esta rojo, pero bueno no puedo mentirte a ti… si, pero bueno es complicado—hizo un desdén con la mano—no debes de preocuparte—la amargura que se había plasmado en ella hace unas horas había vuelto, y la tensión a su cuerpo igual—da igual, si era todo ¿puedo seguir viendo la televisión?—pregunto, la señora asintió y tomo de mi mano, tirando de ella llevándome de nuevo a la cocina.

—dime exactamente que paso—exigió—ahora—se cruzó de brazos, ¿tan grave era esto?, vamos solo ella se puso mal, quien no lo haría al recordar cosas como esas.

—ya te lo dije.

—No es cierto—me apunto con su dedo—no es verdad, Alex no es tan idiota como para hacer eso así de la nada, caramba, ¿tan mal se puso?—pregunto, asentí confundido.

— No paraba de llorar—suspire—no sabía qué hacer y… bueno como lo explico ella de pronto… ¿tengo que explicar esa parte?—negó con la cabeza.

—No es necesario—dijo. —solo esperemos… que su padre no te mate—suspiro—admito que lo que me has contado no es muy agradable jovencito, pero ya están grandes para decidir esas cosas. Solo esperemos… a que ella se calme, a Alex no le importa mucho eso, a veces es difícil encontrar algo que la emocione. Oh anhele que no sean libros.

Las horas pasaron comimos pastel de chocolate Alex no mentía era el mejor pastel que probaría en la vida, Alex se despidió de los mayores.

Cada uno había vuelto a la universidad, era de una manera extraña lo que sentía en estos momentos confusión, al menos ella ya estaba mejor bromeo conmigo todo el camino.

102.

Me sorprendido que Rose, no me preguntara sobre el golpe que traía en mi rostro gracias al cielo no lo hizo, gracias a la amiga de Harry Kristen que me había hecho el favor de maquillarme la herida para que ya no se viera tan mal. No estaba de ánimos como para decirle que un cavernícola sin neuronas ni sentimientos me había golpeado por darle un cachetada y llamarlo troglodita pero vamos era un idiota troglodita.

Estaba acostada en mi cama moviendo mis manos mientras hacía figuritas con ellas, lámpara seguía encendida a Kristen no le molestaba al parecer, ya que parecía un cadáver tumbado en su cama. Pero después de media hora ya no pude más por la pesadez de mis ojos cayendo en mi cama y quedando totalmente dormida, Kristen me era familiar muy familiar, hasta que lo recordé entre sueños.

Había soñado con ella y un chico llamado Damien, no creo que pase nada tan solo es un sueño así que Alex tranquilízate.

Al día siguiente, aun me sentía algo confundida sobre
todo esto ver tantos rostros desconocidos era incomodo, el día solo se la pasaron pidiendo materiales y enseñando una que otra técnica sobre las escalas.

Quería ir a casa, Kristen no estaba en el dormitorio, tome mi bolso caminando hasta el metro las personas me veían con cierto desconcierto, al llegar a casa Rose soltó un grito y dejo caer al suelo el florero que llevaba en las manos.

— ¿Qué demonios te paso?—grito.

— ¿e?

—En la cara, ¿qué te paso en la cara?—seguía preguntando histérica, carajo lo había olvidado el maldito golpe que el estúpido troglodita me había dado.

—oh nada grave—sonreí—tuve una pelea con motociclistas y gane Rose—dije burlona.

—déjate de tonterías ¿qué te paso?

—Solo me golpee—dije simple.

—solo te golpeaste esa mejilla esta morada demonios, ¿cuándo ocurrió?

—mm… antier—me encogí de hombros—me dolía mucho la cabeza, además de que… según Harry estaba actuaba más raro de lo normal—solté una carcajada.

—Estas demente—me apunto con el dedo—seguro sufriste una estúpida contusión y no captabas nada por eso hiciste lo que hiciste carajo ¡Alex!—grito—en la vida te vuelvo a dejar sola te pondré un chip GPS o si es necesario te traeré con correa—abrí los ojos de par en par.

— ¿Contusión?—dije confundida—hay no… ¿enserio?, carajo—me tumbe en el sofá—si antes me sentía estúpida ahora me siento peor, ¿segura que crees que eso paso?—le pregunte.

—vamos no soy doctora pero tampoco idiota eso es más que obvio mírate el rostro.

—no creo que haya sido eso.

—a no me crees si quieres llamo a John sabes que el padre de Charlotte es médico—se cruzó de brazos—sabes que si lo llamare esa cosa purpura que tienes en el rostro no me agrada ni un poco, demonios Alex—dijo saliendo de casa, me quede recostada en el sofá ¿contusión? ¿Enserio?, por eso andaba tan delirante y estúpida, que carajo no me faltan tonterías en mi vida. A los minutos en señor Winters llego a casa, traía un maletín a un costado, me reviso todo el rostro y algunos reflejos, me miro con el semblante serio.

—Rose está bien ahora, pero creo que el día del impacto el golpe la dejo toda confundida, ¿hizo alguna tontería por el estilo?

—más de las que te imaginas—suspiro la señora, trágame tierra, enserio hazlo, me sentía idiota vamos al menos ahora sé que todo mi comportamiento fue a que sufrí un estúpido golpe que me dejo idiota toda la maldita noche. Diablos si andaba de mal humor ahora estoy peor, el señor Winters y Rose fueron a la puerta de salida le dijo que tuviese más cuidado y que dejara de estresarme tanto, rose le dio algo de dinero y el sujeto se fue—pensé que te habías vuelto loca—dijo Rose.

—vamos todo el mundo lo piensa—dije sarcástica—y la maldita contusión no me ayudó mucho la noche antepasada, joder perdí mi virginidad por eso—estaba entrando en una burbuja de estrés, me da igual lo que dijo el doctor pero me estaba poniendo histérica.

— ¿que tú qué?—grito Tom, bajando por la escaleras.

— ¡Nada!—grite entrando al armario del pasillo que daba al jardín trasero y encerrándome en él.

—Es mejor que la dejemos unos minutos—rompí un trapeador y una escoba estaba enojada conmigo misma joder como…como…, Alex demonios enserio te encerraras en este lugar hasta que estés segura de que al menos podrás estar bien.

—esto debe ser una maldita broma, si un mal sueño muuuuuuy largo, haber vamos me pellizco y me despierto ahora, no me dolerá, es un sueño—lo hice—autshh—chille—eso me dolió.

—Alex sal ya—dijo Tom.

—no lo hare mi maldito cerebro es una mierda, sabes todas las cosas que ha hecho, no, me quedare aquí encerrada hasta que… no lose, sea algo normal, mierda ¿seguros que soy de este maldito planeta?—de acuerdo ya me estaba hiperventilando.

—Alex sal de una vez, no quiero que rompas mi bat de beisbol—habla enserio, estoy más que estresada y lo único que le importa es su maldito bat.

—no seas idiota Tom, no tengo tanta fuerza como para romperlo—de acuerdo, ahora si me he pasado.
Dure como tres horas encerrada intentando calmarme, Rose hasta le marco a Harry de mi celular, no me agrado mucho que lo hiciera, ahora como le daría la cara y le diría Harry “sabes estuve contigo porque estaba tan idiota y sentimental gracias a una estúpida contusión ¡hey! ¿No es genial?”, de acuerdo eso sonó bastante raro hasta para mí.

Tenía que ir al baño así que a duras penas salí del armario, sin mirar al trio sentado en el sofá me encamine al baño, casi corriendo entre.

—haber tú la del reflejo escúchame deja de hacer tonterías—me decía— de acuerdo ya estoy demente, haber Alex inhala y exhala, pero es que ¿Por qué a mí?, dios soy buena persona por favor, ¿Qué te he hecho?—salí del baño, y camine hasta la cocina buscando la leche— ¿rose dónde está la leche?—grite.

—Aquí—dijo ella con una gran vaso de líquido blanco en sus manos, lo tome con manos temblorosas y en una sola toma me acaba la leche.

— ¿Mejor?—pregunto, asentí.

—un poco—suspire.

—El estrés no es bueno—dijo burlona, la mire con recelo y aguanto una carcajada.

—No te burles, estuve a punto de romper el bendito bat de Tom, que al parecer era lo único que importaba
—me cruce de brazos.

—oh vamos fue un obsequio ya de acuerdo—dijo el—lo siento, pero… ¿mejor?—pregunto.

—Creo que sí, ya que viviendo con un par de locos, no puedo estar mejor ¿no?—suspire.

—Alex—dijo Harry.

— ¿Qué?—pregunte.

—No nada—dijo nervioso.

—lo siento—suspire—solo que… bueno vamos es increíble que no esté encerrada en un maldito manicomio ya, es que caramba, un contusión ¿enserio?—en ese momento comencé a reírme como loca de mí, de las cosas que me han pasado, y luego a llorar.

—déjala en un momento se calma—le dijo Tom en susurro a Harry—de seguro está en sus días—Harry soltó una carcajada, y yo con mirada fulminante los observe a los dos.

—Cállate Tom tampoco sería tan estúpida—bufe.

–en el estado que estabas no se sabe—dijo Tom.

—Tom cállate que no ayudas—dijo Rose golpeando al hombre, a los 20 minutos logre calmarme, Rose medio una rebanada de pastel, vamos es que es increíble que me pase todo esto.

— ¿Alex no te cansas de maltratarme?—pregunto Tom, lo mire enfada.

—Deja de hacer comentarios tan tontos mientras esta alterada y veras que no te insultare ni maltratare—le alce un pulgar junto con una sonrisa.

—a veces eres muy tosca ¿lo sabias?—me encogí de hombros.

—solo cuando lo necesito, soy muy amable casi la mayoría del tiempo—sonreí.

— ¿Mayoría?—dijo burlón.

—Mira Tom después te quejas por cómo te contesto—me cruce de brazos.

—ya de acuerdo, no quiero amanecer muerto en la piscina de los Winters con una bolsa de plástico en la cabeza y asfixiado.

—No me des ideas—le apunte con el dedo.
Me gire a ver a Harry quien comía entretenidamente un trozo de pastel, no había hablado desde hace ya mucho rato, me rasque el cuello.

— ¿Harry?

—mm…—dijo aun con un trozo de pastel en la boca.

—Tom andando afuera—dijo Rose mientras ella lo empujaba y salían de la cocina.

—bueno mmm… tu…—suspire—seré clara, es increíblemente increíble el que no te hayas ido al verme como me viste—suspire, el dejo de masticar la comida y con mirada frustrada me observo.

—sabes si no fuera porque eres chica te hubiese dado un gran golpe en la cabeza, eres bastante testaruda—suspiro—que tengo que hacer para que entiendes que te quiero y jamás te dejare ir, te quiero Alex, te amo con el corazón, sabes lo que sentí la semana que te fuiste con tus abuelos, sentía un vacío enorme en mí, porque había encontrado a quien me complementa, y aunque seas una bipolar, propensa a accidentes, testaruda, loca, demente, rara lo que quieras yo a si te quiero te pese o no, así que deja de decir eso que me tendrás toda tu vida a tu lado—sonrió—haría lo que fuera por ti, jamás te dejare sola entiéndelo, daría todo por ti, dejaría todo por ti, si eso no es amor entonces no se lo en realidad que es porque eso provocas en mí y mucho más—en ese instante se puso de pie dándome un flamante beso en los labios, no sabía si quiera que decir me había quedado impactado por lo que había dicho, un “Owww” se escuchó desde la puerta de la cocina, Rose y Tom asomaban sus cabezas por el marco de la puerta.

—Chismosos—dije sonriendo.

—Son toda una ternurita—dijo Tom.

— Tom enserio te lo vuelvo a decir ¿no eres gay?—le pregunto Rose a él, Harry y yo estallamos en carcajadas, mientras el indignado de Tom negaba rotundamente con la cabeza y decía “No, no, no, no cuantas veces te tendré que decir NOOOO”

Desde ese día, Rose me estuvo hablando todos los días para preguntarme como estaba, mis padres llegaron a la semana, claro que no les conté al momento ni siquiera les conté yo, Rose fue a mi rescate. Mi padre quiso matar a Harry pero yo le dije que él no tenía la culpa que fue… mmm… que yo lo seduci estando en cero sentidos. Kristen y yo nos volvimos muy amigas, pasábamos casi todas las tardes en las cuales no teníamos tarea o trabajos con Harry y Damien. Una de esas tardes decidí contar el glorioso sueño que me estaba torturando, porque al conocer a Damien sentí como las piernas se me volvían tan escuálidas y temblorosas que una gelatina. Al narrar mi sueño los tres estallaron en risas y Harry dijo: deja de pensar en eso, sabes que a la única que quiero y querré será a ti.

Las escuela fue increíble, los de ultimo año estaban por hacer algunas exposiciones de todas sus obras, para mi sorpresa Tamara la chica que por defender me gane un buen golpe y una noche que en la vida podre olvidar, de solo recordar me dan ganas de encerrarme en mi cuarto a comer chocolate para controlar las ansias. Ella también estudiaba en la misma universidad me entere porque era mi vecina de dormitorio.
Hablaba cada tres días con Zayn y las chicas por Skype.

Todos habían conseguido entrar a la universidad que deseaban, Zoey bueno… al fin de cuentas tomo la carrera de psicología siempre bromeaba con ella en decirle que después de graduarse yo sería su primera paciente. Una de las tantas razones por la cuales Harry me regañaba.

Habían pasado 4 meses desde aquel día, aquellos días, me encontraba en una cafetería disfrutando de un muffin y un delicioso cappuccino. Teníamos una semana libre, vacaciones de invierno.

Siempre ame esta época, estaba leyendo un libro el cual fue incendiado por Cloe cuando fuimos a la cabaña, pero hace unos meses me topé con la mama de Alice, dijo que estaba molesta conmigo por no haberla ido a visitar, le pedí disculpas y fui a su casa a tomar una taza de café, ese día fue cuando me entrego la copia de Alice, la copia de “las ventajas de ser un marginado” le agradecí con el alma. Esperaba a un flamante trio, si a Kristen, Damien y Harry.
Kristen y Damien, hace dos meses comenzaron a salir, no me sorprendió mucho ya que el pobre al solo mirarla daba la impresión de que era un retrasado mental. Harry y yo no parábamos de reír al verlo de esa manera.

Tenía una hora en el lugar y los chicos no llegaban ya me estaba impacientando. Cuando la puerta se abrió dando a notar las tres cabelleras, la rubia rojiza de Kristen, la negra de Damien, y la castaña con rulos de Harry. Los tres venían riendo. Alce mi mano y los salude, caminaron hasta la mesa tomando asiento, Harry se sentó a lado mío tomando mi mano y depositando un beso en mis nudillos. Me ruborice un poco ante aquel acto.

Habían ordenado tres tazas de café y tres trozos de pastel de chocolate, la plática fue muy amena a lo que haríamos esta semana, Kristen dijo que serían las mejores vacaciones de la vida, pero fue corregida por Harry al decir: las mejores vacaciones de mi vida ya las he vivido, fueron en verano, me beso la mejilla, y creo que Alex está totalmente de acuerdo al decir que será verdaderamente un verano para recordar.
Jamás en la vida podre imaginar un verano como el que viví hace meses, no es solo por el punto de que encontré a amigos, que Zayn volvió, oh el hecho de que dos personas murieron si no porque al fin había encontrado a aquella persona que me hacía sentir bien, que aunque sabía realmente como era él lo aceptaba, claro teníamos peleas pero a los 5 minutos todo volvía a tornarse normal, casi siempre eran por el mando del televisor porque me robo de mi chocolate, oh por el hecho de que quería ayudarme con un par de cuadros. El punto es que… sea lo que sea, no creo poder imaginar otro verano u otras vacaciones como esas, u otra persona con quien pasar el resto de mis días, al mirarlo estoy segura, pero si eso el destino o alguna fuerza sobrenatural no quiere que suceda entonces por ahora lo único importante es que yo viviré cada instante que pueda junto a él.
Salimos del lugar todos en dirección a la casa de Damien, no había hablado en todo el camino porque mi cerebro estaba demasiado ocupado pensando y recordando todas aquellas cosas que habíamos vivido hace cuatro meses, al llegar a su casa y sentarnos en el sofá mire a Harry dedicándole una sonrisa.

—Totalmente de acuerdo mi amor—me miro confundido pero después de un corto minuto pareció entender, eso me fascinaba no necesitaba que explicar mucho porque tan solo una mirada tenía que darle para que el lograra entenderme, mire fijamente sus ojos mientras él tomaba mi cara en sus manos y llevaba mis labios a los suyos.

Podre vivir miles de veranos más, miles de historias más, pero definitivamente ese verano, esa historia serán lo mejor de todos.

Fin.