Crazy In Love |Niall Horan| [Terminada]

—yo… em... claro, eres mi amiga y te quiero—estúpido, tonto, estúpido, idiota. ¿dije que era estúpido?
—sí, eso pensé.

Aquello seguía en su mente y no lograba borrarlo. Se había hecho la estúpida esperanza de que Niall la quisiera como ella a él. Pero se equivocó.
¿Acaso era poca cosa para él? ¿No era bonita? ¿Su personalidad no es lo que Niall buscaba?.
Realmente se sentía pésimo, y más por haberse hecho ilusiones.
—¿estás bien? —la voz de Louis la sacó de sus inútiles pensamientos. Ella se volteó para mirarlo.
—no—confesó.
—Sam… ¿quieres faltar hoy?
—¿puedo?
—sólo porque estás así, no te aproveches… ¿sabes? Tu cama es más cómoda que la mía—dijo riendo. Ayer jueves, cuando Sammie llegó prácticamente a llorar y a contarle todo lo que le sucedía a Louis, él decidió dormir con ella.
—tú no te aproveches, es la última vez que duermes conmigo. Me golpeaste seis veces, Louis ¡Seis veces! —exclamó.
—sabes que soy algo… inquieto para dormir—sonrió—¿quieres que te traiga el desayuno?
—Louis, estoy mal anímicamente, no físicamente. Puedo levantarme e ir a tomar desayuno contigo.
—linda, en verdad, si quieres te lo traigo.
—olvídalo, igual me levantaré—dicho y hecho, Samantha se levantó y se puso sus pantuflas de panda que Eleanor le había regalado la navidad pasada.
—te ves ridícula con pandas en los pies—dijo riendo él. Ella lo miró mal.
—me las regaló tú novia William, así que cállate si no le diré que las encontraste ridículas.
—son preciosas igual que la chica que las lleva puestas y la chica que las compró—dijo rápidamente. Ambos rieron
—gracias Lou.
—¿por qué?
—¿te das cuenta que con solo el hecho de que tú digas una palabra yo muero de la risa?
—es que soy un completo payaso.
—oh, eso tenlo por seguro!. Ahora hombre, levántate, debes ir a trabajar y después comprar los pasajes a Manchester! NOS VAMOS A MANCHESTER LOU!
—¡cierto! Lo había olvidado—Samantha rodó los ojos y negó con la cabeza riendo. Siempre tan olvidadizo.
—bueno, levántate ya
—enseguida mi capitana—Louis se levantó de un salto y se posicionó al lado de Sammie, para luego darle un beso en la cima de su cabeza y salir junto a ella a la cocina.
—¿Qué quieres desayunar? —le preguntó Louis una vez ya abajo.
—lo que tú quieras, total, buscaré películas cursis mientras no estás, tomaré aquel bote de un litro de helado y luego, bueno ya sabes el resto.
—no entiendo por qué las chicas hacen eso—frunció el ceño
—yo tampoco, lo copio de las películas—ambos volvieron a reír.

El desayuno gracias a Louis había sido excelente para Sammie. Amaba que su primo la consintiera, fuera uno de sus mejores amigos y que supiera todos sus problemas.
Ayer cuando le había contado la situación de la enfermería sus lágrimas salían como si fueran un río desbordado ¿y quién estaba allí? Louis.
Él sabía desde antes que Harry estaba enamorado de ella y nunca se lo dijo por miedo a dañar su amistad. También por otra fuente –Constance- sabía que a Sammie le gustaba un chico hace mucho tiempo pero nunca le dijo quién.
Ahora que ya sabía, Louis logró juntar las piezas y entendió cuando se alarmó al momento en que Niall Horan dijo delante de Sara que era su novio.
—bien preciosa, me voy a trabajar—le dijo Louis desde la puerta—no hagas locuras ¿sí? —se acercó y la abrazó—hay un bote de helado todo para ti.
—gracias ¿Cuándo lo compraste?
—cortesía de Ele.
—ya veo—sonrió y se separó de su primo—que te vaya bien Lou.
—gracias pequeña—Louis le dedicó una última sonrisa y se fue a su trabajo.
Sammie se quedó allí parada, mirando la nada hasta que reaccionó y se dirigió a paso pesado a su cuarto.
¿Por qué enamorarse era tan complicado? ¿Por qué no hicieron un manual de cómo expresar los sentimientos?. Deberían hacerlo, sería todo más fácil.
Cuatro años guardando su amor por él, y cuando por fin tenía la esperanza que Niall la viera como más que una “amiga” él le dice lo contrario. Simplemente había quedado desilusionada. Y claro, nadie tampoco la mandó a enamorarse del chico que tuvo popularidad de inmediato.
Niall Horan era el chico popular completamente distinto al de las películas. No era malo, era un pan de Dios. No tomaba, no fumaba, no se drogaba, no salía mucho a fiestas. Era sanito. Era popular por sus clasificaciones y por ser el capitán del equipo de bascketball. Era algo como “High School Musical”.
Pero Sam no era Gabriella, era una de las chicas extras de la película.

Ahora se preguntaba que estarían haciendo en la escuela, ¿preguntándose por ella? Quizás no o sí. ¿haciendo la tarea? Por parte de Connie y Harry definitivamente no.
Y ahora que se ponía a pensar en la escuela.
Este era su último año allí, y después tendría que pensar en qué hacer. Tenía planeado estudiar diseño en Doncaster, pero con el tema de sus padres, que hayan regresado sus planes se arruinaban por completo. Y más con Eleanor y Louis esperando un hijo. Todo se complicó de la noche a la mañana y ya no sabía que hacer respecto a eso.
¿Louis lograría hacer que se quede con él?
Era la duda que más la abrumaba. No se lo decía nadie, no quería preocupar a sus amigos ni a l mismo Louis.
—esto es una mierda—dijo de pronto mientras estaba tumbada en su cama.
El teléfono comenzó a sonar y Sammie bajó las escaleras rápidamente. ¿Quién llamaría a las 8.15 de la mañana? ¿Quién?. Alcanzó el teléfono que estaba en el living y contestó.
—¿hola? —pregunto.
—¡cariño! ¿no deberías estar en la escuela—era Sara. Perfecto, justo cuando pensaba en ella aparecía.
—no fui, no me sentía bien—dijo.
—¿quieres que te vaya a ver?
—¡no! —exclamó rápidamente—estoy bien. ¿Qué sucede Sara?
—soy tu madre, Samantha.
—Sara, no tengo todo el tiempo, necesito ir a descansar—Sara Tomlinson estaba equivocada si pensaba que Sammie le diría “mamá”
—de acuerdo—suspiró—quería hablar con tu primo.
—Louis se fue a trabajar.
—¿y te dejó sola?
—claro, él me mantiene con ese trabajo. Cosa que no hacen tú y papá lo hace él—silencio. Su madre había callado.
—de acuerdo, después llamo. Adiós—fue tan corta su despedida que ni siquiera alcanzó a despedirse.
Colgó el teléfono y se dirigió de nuevo hacia arriba y se tumbó nuevamente en su cama.
Cerró los ojos para seguir pensando pero una vibración a su lado la hizo abrirlos y suspirar con pesar. Tomó su celular y vio que era un mensaje de Connie.

“Sammie ¡Whatssssuuuup! ¿por qué faltaste? Te extrañamos todos, en especial uno. ¿te parece si te vamos a ver en la tarde?”

Eso era lo que decía. ¿especial uno? De seguro era Harry.

“Connie, ¡hey! Falté porque no me siento bien. Y claro, vengan, yo los espero”. Envió. A los minutos después llegó otro en respuesta.

“entonces Darling, nos tendrás a los cuatro allá… o quizás cinco”.

—¿cinco? —preguntó hablando sola confundida la pelinegra—¿Quién es el quinto? —preguntó otra vez en voz alta. Entonces, decidió contestar:

“de acuerdo, los espero. Dile a todos que los amo xx.”

Y fue lo último que envío, ya que suspiró con frustración, y de tanto pensar en Niall y en sus padres, se durmió.

(…)

El timbre sonaba innumerables veces y la cabeza de Samantha estaba por explotar por eso. Como odiaba ese jodido timbre, jamás le gustó y a Louis tampoco. Una vez trataron de cambiarlo y lo único que lograron fue incendiar parte de césped que tenía en el jardín delantero en esos momentos la casa. Sí, fue algo épico.
Aquel estúpido sonidito la despertó haciendo que se levantara de golpe. Tambaleándose caminó hacia la puerta de su habitación y salió de allí.
Bajó las escaleras mientras bostezaba y cuando estuvo en la puerta de la casa, antes de abrir se refregó los ojos y luego, abrió.
—¡sorpre…—iba gritar Connie, pero al ver el estado de Samantha calló—¿Sammie? —preguntó confundida.
—¡Connie! —dijo con una sonrisa—¡chicos! —dijo mirando a Liam, a Harry y bueno, por obviedad a Niall.
—te ves fatal—dijo Harry mirándola sorprendido.
—gracias, yo igual te amo Harold—ironizó—¿vienen a verme o a decirme lo mal que luzco?
—lo sentimos—dijo Liam—pensamos que estarías vestida y bueno, no así—sonrió.
—pasen ya—ella se corrió de la puerta y los dejó entrar a los cuatro. Al momento de entrar Niall, ella agachó su cabeza y suspiró. Sus cuatro amigos se fueron al living y ella cerró la puerta. Luego caminó hacia allá y los vio sentados, mirando hacia su dirección.
—¿les pasa algo?
—¿por qué faltaste? —preguntó Harry—¿fue por el golpe de ayer?
—oh no—sonrió—no me sentía bien y Lou me dejó faltar—ella caminó y se sentó entre Constance y Harry.
—¿segura que fue solo eso? —preguntó no muy convencido Liam
—sí Leeyum, segura. ¿quieren algo?
—no, gracias—dijeron todos.
—¡oh! Casi lo olvido—dijo Constance—Liam, necesito que me acompañes a buscar lo que se me quedó en tu casa!
—¿Qué cosa se te quedó en mi casa? —Connie le lanzó una mirada asesina y el castaño entendió su mensaje—oh… esa cosa. Claro, vamos y volvemos chicos—Constance y Liam se fueron por donde entraron tan rápido como el viento. Sam frunció el ceño y miró a Harry quien estaba a su lado y miró a Niall.
—¿y que me cuentan ustedes dos? —les preguntó sonriendo. A pesar de estar horriblemente mal, ella seguía con esa actitud.
—te cuento que Anne me necesita en casa, me acaba de llegar un mensaje—se paró Harry y la miró—nos vemos al rato cariño—le besó la frente y también se fue tal como lo hicieron Constance y Liam.
¿Qué demonios les sucedía?
Un silencio incómodo se hizo presente, y ninguno de los dos seres humanos en la sala hablaba. Pero eso fue roto, por la misma Sam.
—¿Qué me cuentas tú Niall? —dijo mirándolo y sonriendo. Él quedó impresionado ante su actitud.
—¿cómo lo haces? —preguntó frunciendo el ceño
—¿Qué cosa?
—sonreír… sé que… no estás bien—soltó de pronto. La sonrisa de Sammie se rompió. Tampoco sabía cómo lo hacía, quizás era buena actriz.
—no lo sé. No veo por qué estar disgustada—mintió—o quizás sí. Pero si le doy vuelta al asunto ahora, quizás…olvídalo Niall.
—es que yo… bueno yo—las palabras no le salían. Quería pedirle disculpas e invitarla a salir mañana.
—nada tu Niall. quédate tranquilo, hagamos algo—propuso—lo que sucedió ayer, lo dejaremos como que nunca pasó ¿de acuerdo?
—¡no! No puedo hacer que nunca pasó por que mentí—Sammie abrió sus ojos sorprendida y miró a Niall. ¿mintió?
—¿mentiste? —preguntó confundida
—sí, mentí Sam. Era mentira eso de “te quiero como amiga”… —agachó la cabeza apenado. Jamás le había pasado con una chica, pero con Sam sí. Era diferente a las demás, por eso le sucedía esto.
—¿mentira? —preguntó atónita—¿por qué mentira?
—por qué bueno… tú sabes… tú me gus… creo que olvidé la palabra—dijo nervioso. Samantha quería morirse de la felicidad. Sabía a lo que iba.
—¿yo qué? —preguntó sonriendo.
—tú lo sabes—dijo Niall mirándola—sé que lo sabes, no sé cómo, pero estoy seguro que presientes que tú me gustas—Niall se sorprendió por la torpeza de sus palabras
—¿yo te gusto? —ella quería rodar por el piso en esos momentos. Pero no, se aguantó. Siempre esperé este momento y por fin estaba sucediendo.
—sí… y mucho—confesó sonriendo avergonzado. Sammie comenzó a reír y Niall la miró confundido. ¿Cómo es que se reía después de confesarle aquello? —¿te estás burlando?
—hagamos esto—dijo ella cesando su risa—el martes, es tu cumpleaños ¿no?
—sí—dijo sonriendo.
—ese día arreglaremos todo. Por mientras, lo dejaremos como “nos gustamos” ¿de acuerdo?
—¿por qué? —preguntó frunciendo el ceño
—dah, es tu cumpleaños—dijo obvia.
—sí, es mi cumpleaños pero…
—pero nada, dejémoslo así—sonrió—¿quieres comer algo?
—claro—sonrió—ambos se levantaron y se fueron a la cocina.

Los dos reían y de vez en cuando intercambiaban sonrisas y miradas tiernas mientras comían lo que ambos habían cocinado.
Niall pensaba que a pesar de haber dicho aquello en la enfermería y haberla hecho derramar algunas lágrimas, Samantha Woods era una chica fuerte y siempre con una sonrisa en su rostro. Y eso le gustaba, le gustaba que ella fuese alegre, risueña. Pensó que si iba con los chicos a su casa, Sam no le cerraría la puerta en la cara, pero entonces se dio cuenta que ella no era ese tipo de chicas. Si hay algún error, ella trata de olvidarlo y hacer como si nada.
Pero el tema, es que no fue un error.
Es más, si no hubiese hecho lo que hizo, no estaría teniendo este agradable momento con ella.
Y más importante, no le hubiese dicho que le gusta y que antes de irse le diría que la quiere.