Crazy In Love |Niall Horan| [Terminada]

Niall miraba preocupado del otro lado del salón a Sammie, quien nuevamente estaba decaída, y nadie sabía por qué. Pensó por un momento que era por qué se encontraba en geometría, pero no. A ella le gustaba jugar con su compás molestando a Harry con quien curiosamente no hablaba tanto como de costumbre. Era lunes y el ruloso había retomado las clases después de haber estado enfermo. Niall desde que llegó se dio cuenta que Sammie cambió su expresión facial a más nerviosa cuando vio llegar a Harry y se preguntaba qué demonios sucedía allí. Aquí había gato encerrado y no le cabía ni la menor duda.
—deja de mirarla, pareces acosador—le susurró Connie. Niall se exaltó un poco y miró a la que hoy era su compañera de puesto. Siempre iban rotando.
—¿de qué hablas? —dijo haciéndose el idiota
—está mirando mucho a Samantha y Harry pronto se dará cuenta, y créeme no te irá bien si sigues mirando hacia ellos.
—sigo sin entender de qué hablas—le sonrió y miró al pizarrón. Constance lo miró y negó divertida con la cabeza.
La peliroja sacó su celular y discretamente le envió un mensaje a Sammie.
Del otro lado del salón, Sam sintió como su bolsillo del pantalón vibraba y supo que era su celular. A escondidas, lo sacó y notó que tenían un mensaje de Connie. Ella miró a su amiga sentada con Niall y ésta le sonrió. Confundida, abrió el mensaje el cual decía

“Sammie, fíjate en unos minutos en quién te mira y por favor, quita tu cara de culo que preocupas a ESA persona y a Harry tampoco le agrada.
Connie (: xx
Pd: ¡fíjate en mi compañero!”

Samantha quedó un poco confundida con el mensaje de su amiga. Frunció el ceño y en vez de estar ahora con la cabeza apoyada en el banco, comenzó a mirar hacia el profesor Kroms.
Mientras prestaba “atención” notó ahora sí, como unos ojos la acosaban de cierta forma. Una mirada intensa y sabía que no era de Harry porque él miraba el pizarrón al igual que ella. Disimuladamente, giró la cabeza para toparse con lo que Constance le había dicho. Niall la observaba y dentro de su mirada había preocupación.
Su corazón comenzó a acelerarse y sus manos a sudar. Su respiración también se agitó y de nuevo miró a Niall, para saber si estaba en lo cierto y no estaba alterándose por nada y ahí seguía él, mirándola y sonriéndole. Volteó de nuevo a mirar al pizarrón pero ésta vez las esmeraldas de Harry se posicionaron en ella. Demonios, pensó. ¿Cómo es que podría soportar dos pares de hermosos ojos mirándola tan intensamente?. Si bien a ella no le gustaba Harry, desde siempre ha reconocido que los ojos del ruloso eran hermosos y antes le gustaba mucho que la observara por que la mirada de él irradiaba cariño y cierto dejo de: “te estoy vigilando con mi mirada, y es solo por protegerte”, pero desde que le dijo que estaba enamorado de ella, dejó de pensar así.
Trató de no prestarles más atención y se concentró en mirar al profesor y pensar respuesta a su calvicie temprana, para no torturarse la cabeza con geometría.

(…)

—¡Hay querida Sammie! —exclamó Constance mirando a su amiga mientras comían en la cafetería—esos hombres te vuelven loca ¿no?
—¿disculpa? —chilló Sammie mientras trataba de no atorarse con su jugo de manzana.
—que Niall y Harry te están volviendo loca. ¡Casi te comen con la mirada en plena clase!
—lo hubiera pasado por alto si no me hubieses mandado el mensaje.
—debía hacerlo—ahora Connie se puso seria—Niall está preocupado por ti. Sabe que no es normal que te encuentres así y el pobre ha estado viendo la forma de preguntarte que te sucede.
—¿y tú como sabes todo eso?
—Liam me lo dijo cuando salimos el sábado—confesó en susurro y sonrojándose. Samantha sonrío pícaramente y después comenzó a reír.
—¡quien lo diría! —exclamó aun riendo—siempre decías que los populares eran odiosos y pretenciosos y el sábado saliste con uno. ¡Qué irónico!
—calla Sammie si no quieres que te golpee!
—lo siento, lo siento. Entonces, ¿hablaron de mi?
—no de ti en específico… si no que, de todos nosotros. Liam me confesó que hace bastante tiempo había querido hablarte ya que te consideraba alguien interesante.
—eso lo sabía, Niall me lo dijo cuando me invitó a su lugar secreto—dijo sonriendo como boba.
—lo sé… y bueno, saltó el tema de tu comportamiento raro de la semana pasada y él me dijo que a Niall no le gustaba verte así, pues ellos dicen que eres la sonrisa personificada en una chica.
—¿por qué?
—siempre sonríes y te ríes y eso les gusta.
—¿a ti te gusta que sonría y ría? —preguntó subiendo y bajando sus cejas. Ambas rieron
—a todos nos gusta que te rías. Es común de ti…
—sí… soy como Lou en ese aspecto…
—¡eso! ¿dime cómo va lo de tus padres? —Samantha tomó una bocanada de aire y suspiró.
—no sé. Cada vez que le preguntó a Louis cómo va el asunto con el abogado no me contesta. Temo a que no lo logre Connie.
—amiga, él lo logrará, yo estoy segura!
—si lo logra, ahora tenemos de todas formas un segundo problema.
—¿Cuál?
—se llama Eleanor Calder.
—¿la novia de Louis?
—así es. El otro día, cuando Harry se me confesó antes de ir a su casa los escuché pelear. Fue horrible Connie, jamás los había escuchado pelear de esa manera… ¡y por mi culpa!
—Samantha, no es tú culpa lo que está sucediendo, sólo que Eleanor quizás no entiende la situación.
—ella dijo que el bebé no viviría bajo el mismo techo que yo—inmediatamente agachó su mirada mirando su plato de papas fritas. Las ganas de llorar al recordar las palabras de su “cuñada” le hacía daño.
Constance miró preocupada a su amiga, hasta que sintió unas manos en sus hombros sacándola del trance. Era Liam, quien también miraba a Sammie y tras él, Niall.
—¿Qué te sucede? —la voz de Niall se hizo presente en la mesa captando la atención de la pelinegra exaltándola un poco.
—nada—dijo sonriendo falsamente. Niall la observó
—¿Qué te parece si antes de entrar al último periodo damos una vuelta por la escuela? —le preguntó sonriéndole. Samantha miró a Connie y a Liam quienes le hacían señas de aprobación. Luego miró a Niall y asintió.
Los dos se levantaron tomando sus pertenencias y caminaron fuera de la cafetería, para dirigirse a cualquier lugar tranquilo de la escuela.
—Sam… volveré a preguntar y enserio quiero una respuesta—dijo Niall mirándola con preocupación. Ella levantó su mirada turquesa del suelo para mirarlo fijamente a los ojos.
—pregunta.
—¿Qué te sucede? Has estado muy extraña estos días… ¿es por lo de tus padres? —Sam suspiró pesadamente. No le quería decir lo de Harry por qué seguro diría que es una clase de estupidez o algo y no quería tampoco decirlo.
—en parte. Mi primo Louis peleó con su novia por el tema de mi custodia. Estoy harta ¿sabes? No quiero saber nada y de nadie. Sólo quiero desaparecer por unos momentos, pensar lo que tenga que pensar y ya—dijo sin respirar. Niall se impresionó ante la forma que contestó y lo que dijo.
—me preocupas—confesó—y no quiero verte triste. A la salida, ¿salimos a alguna parte?
—no quiero ser grosera Nialler, pero… tengo que hacer algo a la salida y en verdad, lo siento—sin decir más, se volteó del lado contrario por el cual caminaba junto a Niall y se fue a su próxima clase que era Inglés.
Niall se quedó ahí, inmóvil ante la respuesta de la chica y aún más preocupado quedó.
Suspiró con pesar y también caminó para su próxima clase.

(…)

El día de la escuela al fin había terminado y todos arreglaban sus cosas rápidamente para marcharse.
Sammie estaba al tanto de los movimientos de Harry ya que conversaría con él. Odiaba preocupar a Constance, a Liam y en especial a Niall. Se lamentará de por vida por haberlo rechazado pero en estos momentos Harry era prioridad.
Cuando el salón estaba casi vacío, y solo quedaban Samantha y Harry quienes eran los últimos siempre en salir, apareció Niall en la puerta y caminó hasta Sam. Harry, los miró atentamente.
—toma—dijo Niall—mañana te quiero allí ¿sí? —le sonrió entregándole una hoja doblada—ahí están “las instrucciones” —ella tomó el papel confundida y lo miró sonriendo
—no sé qué es, pero bueno—Nialler río y le besó la mejilla en forma de despedida
—cuídate ¿de acuerdo? Y vete de inmediato a casa
—sí papá—ironizó ella. El rubio le sonrió por última vez y se fue. Ella guardó el papel en su bolso y notó como Harry se estaba a punto de ir. No podía dejarlo escapar
—¡Harry! —gritó antes que el ruloso se fuera. Él volteó y le sonrió. Rápidamente ella corrió hacia él y se posicionó a su lado—necesito hablar contigo—le dijo sonriendo. Harry no dijo nada y solo caminó para que ella también lo hiciera.
Las calles de Doncaster estaban ligeramente frías ya que una brisa de invierno corría por la ciudad. Samantha y Harry caminaban bastante cerca por el frío de ambos sin emitir ninguna palabra. De vez en cuando, intercambiaban miradas pero Harry esperaba a que ella hablara para él hablar.
—Harry…—dijo Sam. Él volteó a mirarla—no quiero seguir así.
—yo tampoco—confesó suspirando—no sabes lo mal que me siento al verte así.
—no sabe lo mal que me siento al no haberme dado cuenta antes.
—no tenías por qué hacerlo.
—me siento mal por decirte que no.
—no te sientas así—le sonrió, tomando su mano como siempre lo hacía. Ella solo se dejó—yo debía habértelo dicho antes y ahorrarme los interrogatorios por parte de tus fans y Connie—los dos rieron ante el comentario de Harry. hace días que ella no reía así y con él.
—¿sabes? Tú y Connie son mis únicos fans.
—Niall y Liam también lo son.
—pero, no hablemos de ellos—trató de esquivar cualquier distractor en la conversación—dime… yo, en verdad… en verdad lo siento Harry. yo nunca antes había rechazado a alguien… siempre era a mí a quien rechazaban y…—Harry la interrumpió
—princesa… no debes sentirte así de mal. Es normal que sucedan estas cosas.
—no es normal rechaza a alguien con el que has estado toda vida
—¿sabes? Ya no importa Samantha… no vamos a dejar que por mi gran bocota se arruine nuestra amistad.
—tienes claro mejor que yo de que no serán igual las cosas.
—lo seguirán siendo. Actuaremos con naturalidad. Y cuando seas la novia de Horan, verás que todo esto se te olvidará.
—¡oye! Niall y yo no seremos novios…
—yo sé que sí. ¿no has notado como te mira? ¿no te has dado cuenta que siempre está al tanto de ti?
—lo mismo haces tú.
—es que yo estoy enamorado de ti. Y quizás él también—las mejillas de Sam se convirtieron en tomates en menos de tres segundos y Harry río por eso—que linda te ves sonrojada.
—ya cállate—dijo tratando de calmar su sangre acumulada en las mejillas—harás que muera por tanta sangre aquí.
—sólo digo la verdad…
—pues, no me gusta la verdad.
—debería. A muchas chicas les gustaría que yo dijese eso.
—y aquí viene tu estúpida arrogancia.
—oh vamos, ¿me dirás que no soy guapo?
—eres lindo—dijo riendo—pero Connie y yo no te encontramos un adonis. Quizás las otras locas fans tuyas en la escuela sí.
—¿tengo fans? Pero si yo soy alguien X en la escuela—ambos volvieron a reír
—lo sé, pero tú sabes, siempre va a ver un grupito que te conoce y te encuentra sexy—le sonrió—y Connie y yo no somos de ese grupito.
—arruinas mi autoestima Sammie!
—y tu subes la mía, cosa que no me gusta.
—¿me dirás que no te gusta que te diga linda? ¿Qué harás cuando tu novio te trate así? ¿lo golpearás?
—calla Harry. Mira ahí está tu casa—dijo mirando a un costado. Claro, ya habían llegado a su casa.
—siempre evadiéndome—le sonrió—pero tu sabes, siempre serás mi bonita. Ahora, a hacer los deberes
—lamentablemente—Harry la observó por un momento y si que ella estaba mal. ¡Era hermosa! ¡Era perfecta! Y ella odiaba que la trataran así.
Lentamente, se acercó y le besó la frente abrazándola como lo hacía siempre. Claro que ahora, no sintió lo de siempre si no que un poco de tensión en el cuerpo de ella, pero luego, se dejó y le correspondió
—Harry, prométeme algo—dijo susurrándole en el oído
—dime.
—nada cambiará entre nosotros ¿de acuerdo?
—tranquila Sammie, todo será igual.
—te quiero Harry.
—te amo Sammie—los dos deshicieron su abrazo y se sonrieron—nos vemos mañana.
—nos vemos mañana—y lentamente, los dos se dirigieron a sus casas y entraron.

Cuando Sammie llegó, era obvio que Louis estaba en el trabajo así que subió a su cuarto y se lanzó en su cama. Cerró los ojos tratando de descansarlos hasta que recordó la nota que le había entregado Niall a final del día. Rápidamente se incorporó y tomó su mochila para sacar la nota. Cuando ya la tuvo en sus manos, la desdobló y la leyó

“Sammie, mañana nos veremos a las 7.50 am afuera de la escuela. Lleva un bolso ligero sin libretas ni nada, quizás una muda de ropa. Y no le digas a nadie ¿de acuerdo? Ni siquiera a Liam o Constance o si no nos matarán.
Espero que lo hagas y nos vemos mañana.

Te quiere, Niall (: xx”

Sammie se volvió a dejar a caer en su cama y suspiró como una boba enamorada. Todo era claro. Se escaparía con él. Sonrió como estúpida al pensar que pasaría todo un día con Niall. Pero de pronto la sonrisa se le borró.
Se sentía mal por preocuparlo de aquella manera. Ella estaba consciente de que él haría eso para hacerla sentir y mejor y desearía que no lo hiciera sólo por eso, si no por que Niall quiere estar con ella.
Pero, ¡no importa! No importa el “por qué” se escapará con Niall, lo que importa es que es con él y solamente los dos. Cosa que lo hacía completamente especial y hacía sentir aquellas mariposas dentro del estómago de Samantha, que siempre sentía cuando estaba con él.