Crazy In Love |Niall Horan| [Terminada]

Habían pasado tres semanas desde la llegada de los padres de Samantha.
Ella se había enterado de que se la querían llevar a Londres y que en esos momentos ellos se hospedaban en la casa de unos viejos amigos.
Habían sido un calvario para Sam estos días. Pues no la dejaban tranquila. La visitaban, la llamaban, la iban a buscar a la escuela y ella trataba de evitarlos a toda costa. Inclusive, la fueron a buscar a la casa de Harry, cosa que le incomodó bastante ya que sabía que Anne, la madre de su mejor amigo estaba molesta con ellos.

Lo bueno de esas tres semanas es que Liam y Niall se acercaron bastante a su “grupo” de amigos, que eran Harry y Constance. Samantha solía ayudar a Liam para invitar a salir a Connie, aquello la distraía así que con gusto lo ayudaba. Y obviamente, en las tutorías con Niall, había mejorado más en química y siempre después de esos ratos juntos, se iban a la heladería de Pepe a pasar el rato. Pues Niall también quería hacerla sentir mejor.

Era martes y Sammie caminaba junto a Liam hacia su clase de física. Ambos venían riendo acerca de lo que le había sucedido al castaño el fin de semana.
—no puedo creer que hayas hecho eso! —dijo Samantha riendo como loca.
—lo hice, y fue gracioso porque Connie quedó más que asustada con mi actitud… pero lo bueno, es que aceptó.
—Liam, llegar disfrazado de gato sólo porque a Constance le gustan e invitarla a salir de ese modo es lo más tonto pero efectivo que he oído en mi vida.
—pues, ya me ves, yo soy así—río—¿te sientas conmigo? —le preguntó Liam cuando entraron al salón.
—no, lo siento, pero Niall me pidió que me sentara con él, ayer—sonrió. Liam la miró y sonrió, levantado y bajando sus cejas—¡que insinúas Leeyum!
—nada, es que Niall y tú han estado muy unidos últimamente.
—somos amigos, los amigos pasan mucho tiempo juntos ¿no?
—no lo sé, eso no me convence—los dos rieron
—¿Qué no te convence Liam? —oyeron a sus espaldas. Los dos voltearon y vieron a Connie junto con Niall. La pelinegra con el castaño se miraron y volvieron a reír. ¡parejas cambiadas! Pensaron.
—nada Connie—dijo sonriendo Sam—y hola a los dos
—¿Qué tal? —dijo Connie riendo.
—todo bien—respondió Liam. Ambos se quedaron mirando, haciendo un juego de mirada en el cual Samantha y Niall no estaban invitados. Los dos últimos se retiraron de allí y buscaron un banco para sentarse. Cuando lo encontraron, Sam se fue corriendo a sentarse al lado de la ventana.
—no es justo! Siempre que me siento contigo estoy al lado del pasillo—le reclamó Niall riendo.
—adoro distraerme mirando hacia afuera—sonrió. El rubio negó con la cabeza y se sentó a su lado.
—y dime… ¿Cómo has estado? —Samantha lo miró y le sonrió ampliamente.
—he estado bien… mejor de lo que podría estar!
—estás muy feliz… eso me gusta.
—¿te gusta ver a la gente feliz? —bromeó Sam.
—me gusta verte a ti feliz—aclaró el ojiazul. Sam sintió otra vez esas punzadas en su estómago que sentía cada vez que él la se refería de esa forma hacia ella.
—pues, a mí también me gusta verme feliz—sonrió—ahora prestemos atención, el Señor Marshall acaba de llegar al salón.

Pasó una aburrida y lenta clase de física cuántica, la cual solamente dos personas prestaban atención y hacían apuntes. Niall y Liam.
Por un lado, estaba Connie quien se distraía mirando a Liam y de vez en cuando solía escribir su nombre en las hojas de atrás de su libreta.
Y por otro lado, estaba Sammie quien miraba por la ventana y trataba de no pensar en sus padres.
La palabra “Londres” ocupaba cada espacio de su mente. No podía creer que descaradamente le hayan dicho que se la llevarían a Londres.

/Flash Back/

—¡¿Qué nos iremos a dónde?! —exclamó ella molesta. Sus padres habían ido a visitarla a su casa con Louis y éste no estaba debido a su trabajo.
—ya escuchaste—dijo serio Josh—te irás con nosotros a Londres, pero claro, cuando termines tus clases.
—cariño, tienes que venir con nosotros—sonrió Sara—estarás mejor!
—¿mejor? ¿tienen el descaro de decirme que mejor? Ustedes, arruinaron mi vida y por ende, arrastraron a Louis a cosas que él no tenía que hacer. Yo me quedaré con él, con Eleanor y con mi sobrinito.
—hija, ellos no podrán cuidarte. Estarán a cargo de su familia…—dijo Josh suspirando.
—entonces, me quedaré con Harry.
—no molestarás a Anne—bufó su madre.
—tengo más amigos.
—te irás con nosotros y punto final—dijo su padre yéndose de la sala.

/Fin Flash Back/

Aquello la había destruido y daba gracias al cielo tener amigos que supieran levantarle el ánimo en dos segundos. Pues, si bien, ellos sabían que la venían a buscar, no estaban enterados de que se la llevarían tan lejos. Quería decirle a Liam porque él sabría que decirle. Pero sí le decía a Constance o peor, a Harry arruinaría más su existencia y la situación por la que pasaba ahora.

(…)

El timbre para salir de clases sonó y Sam estaba arreglando sus cosas para irse a su casa. La clase de aritmética la aburría, y se quedó dormida, así que tendría que pedirle los apuntes a Connie para copiarlos y luego entregárselos a Harry, quien estaba enfermo y por eso no había asistido a clases.
—Sam—de pronto escuchó a sus espaldas. Ella volteó y vio a Niall sonriéndole—¿tienes algo que hacer? —la pregunta la había tomado por desprevenida y abrió sus ojos turquesa de par en par.
—no, no tengo nada que hacer.
—¿te parece si salimos a algún lado?
—claro—sonrió—mientras más lejos de casa esté, mejor—tomó su mochila para disponerse a salir del salón, pero Niall la detuvo—¿Qué sucede James? —le preguntó confundida. A veces solía llamarlo por su segundo nombre ya que le gustaba y mucho.
—yo llevo tu bolso—dijo sonriendo mostrando su hermosa sonrisa. A Samantha le dio un pre-infarto por aquella sonrisa, pero como había logrado calmar sus emociones al estar cerca de Niall, lo supo disimular.
Niall le quitó delicadamente su bolso el cual lo cargaba en un hombro y se lo puso él.
—de acuerdo, pero si te comienza a molestar, me la pasas ¿sí?
—dudo que me moleste. Ahora vamos, te quiero mostrar un lugar—Niall y Samantha salieron del salón para dirigirse a la entrada de la escuela.
Iban riéndose acerca de cualquier cosa, pues Niall le decía bobadas sólo para oírla reír. No le gustaba para nada la situación por la cual aquella “interesante chica” que ahora es casi su mejor amiga, estaba pasando. Si bien la venía conociendo hace un mes y algo, sentía la necesidad de hacerla reír y hacerla sentir lo mejor posible.
Cuando llegaron al estacionamiento de autos de la escuela, Niall se dirigió al suyo y dejó los bolsos de él y de ella en la maletera. Luego, abrió la puerta del copiloto como el caballero que es, para que Sam subiese.
—nunca antes había subido a tu auto—dijo ella sonriendo, mientras él subía al otro lado.
—está algo antiguo… pero a mí me gusta
—a mí también me gustan los autos así—Niall la observó por un momento. Ella estaba mirando hacia abajo, como mirando sus zapatos. Un sentimiento de ternura embargó al rubio haciéndolo sentir feliz.
Samantha se dio cuenta que él la estaba mirando, y sus mejillas ligeramente se tornaron de color rosa. Odiaba que la miraran fijo. El único que la podía mirar fijo era Harry, ya que se había acostumbrado a que las esmeraldas del ruloso estuvieran siempre sobre ella.
Pero los ojos color cielo de Niall no. Es más, le era raro que él la estuviera mirando, ya que hace un tiempo, ella era una chica anónima para él.
El rubio dejó de mirarla al notar su expresión de vergüenza y sonrojándose un poco también, echó partir el auto y comenzó a conducir, hacia aquel lugar un tanto apartado de Doncaster.
—¿quieres que prenda la radio? —preguntó él para dejar aquel silencio incómodo que se estaba haciendo presente.
—¡claro! —Niall encendió la radio y justo estaba comenzando a sonar “Stereo Hearts” de Gym Class Heroes.
—¡me encanta esa canción! —exclamó él subiendo el volumen.
—¿sabes? ¡A mi igual! —ambos se miraron y rieron. Algo más en común que tenían.
Sin darse cuenta, los dos comenzaron a cantar la canción sin importar que jamás se hubieran escuchado cantar. Iban bastante emocionados hasta que Sam comenzó a escuchar a Niall.
Se impresionó al darse cuenta de otra virtud del muchacho. Cantaba hermoso. Tenía una voz de ángel que prefirió quedarse callada y solo escucharlo a él.
Cuando terminó la canción, continúo Summer Paradise de Simple Plan. Ahí, Niall bajó un poco más el volumen y miró a Samantha quien también lo estaba mirando y le sonrió.
—me dejaste solo cantando—dijo “enojado”.
—quería escucharte—confesó apenada—cantas muy bien.
—gracias. Es un hobbie la música… ¡mira! Ya llegamos—Samantha comenzó a bajar el vidrio de su puerta que hace función de ventana en todos los autos y se dio cuenta que estaban en una especie de campo, bastante verde, con muchos árboles y flores de todo tipo.
Ella quedó impresionada al ver un lugar así tan… hermoso.
Niall aparcó el auto en un costado de la carretera y apagó rápidamente el auto.
—quédate ahí, no te muevas—le dijo él sonriendo a Samantha
—¿por qué?
—solo, no te muevas—él bajó del auto y se dijo la vuelta al lado de Sam para abrirle la puerta y estirar su mano para que ella la sostuviera.
—¿me hiciste quedarme aquí solo para abrirme la puerta? —preguntó ella divertida, mientras tomaba por primera vez la mano del rubio y salir del auto.
—exacto—sonrió
—no soy una princesa, puedo bajarme por mi cuenta—le sonrió.
—si eres una princesa, estás encubierta—río—ahora ven, sígueme—ambos comenzaron a caminar y la pelinegra solo seguía a Niall.
Comenzaron a caminar por una especie de sendero, rodeado de árboles. Realmente para ella era un lugar bastante raro, ya que de campo pasó a ser casi pradera. Pero era lindo, muy linda. Además, caminar con Niall e ir conversando sobre cosas que quizás para muchos no tienen importancia, pero para ellos sí, hacía más lindo el lugar y el momento.
—¿A dónde vamos Niall?
—estamos cerca, tranquila—caminaron un poco más hasta llegar a una especie de arboleada, bastante hermosa, llena de árboles cuyo tipos de hojas y también habían flores de muchos colores que Samantha jamás había visto en su vida. Ella sonrió asombrada, además de que había una banquita como especie de columpio.
—¿te gusta? —le preguntó Niall mirándola. Ella lo miró y solo le sonrió asintiendo con la cabeza—¿quieres ir a sentarte?
—¡claro! —exclamó alegre. Caminaron hasta la banca –o mejor dicho mecedora – que había allí, y ambos se sentaron—¿Cómo descubriste este lugar? —le preguntó maravillada. Cada vez que lo veía no se lo creía. Niall sonrió al ver su expresión de fascinación y alegría por el lugar.
—pues… hace un año, cuando Becca terminó conmigo porque se había acostado con otro…—Sam hizo una mueca extraña. Como odiaba a esa perra con todo su cuerpo, mente y alma. Aquella chica hizo sufrir a Niall al tal punto de llegar a faltar a clases. Se le veía triste por los pasillos los días que iba, y la muy infeliz tenía el descaro de buscarlo y pedirle perdón. A Samantha solo le daban ganas de golpearla.
—¿Qué tiene que ver Becca en todo esto? —preguntó rápidamente—¿la habías traído aquí? —después preguntó horrorizada. Niall río ante sus expresiones.
—no Sammie… cuando terminé con Becca, un día de esos en los cuales no quería ir a la escuela, tomé el auto y me puse a conducir hacia donde me llevara el viento. Pues, me salí de Doncaster y por esas casualidades de la vida, topé con este lugar. Cuando lo vi, simplemente me encantó. Además que hace que me olvide de todos mis problemas por un rato, y eso me agrada…
—oh… pues, es uno de los mejores descubrimientos que he visto—río—es un hermoso lugar…
—lo es. Y ¿sabes? Eres a la primera persona que traigo este lugar…—ella lo miró sorprendida. ¿la primera persona? ¿ni sus ex’s después de Becca? ¿nadie antes? ¿ella era la primera?
—¿enserio?..., pues gracias por compartir tu lugar conmigo—le sonrió cálidamente.
—algo me dijo que debía traerte…
—¿lo dices para olvidarme de mis padres? —Niall la miró y le sonrió de lado. Por una parte, quería que se olvidara de sus problemas, pero por otra, lo había hecho por iniciativa propia.
—sí—mintió—no me gusta ver a mis amigos tristes. Además, tú eres la única chica que tengo como amiga. Las demás son falsas. Sólo les interesa ser mis amigos por ser el “popular” ¿y quieres que te diga otra cosa? Odio ser “popular” —Sammie río ante su explicación. Parecía ebrio pero tenía razón, sus amigos se contaban con los dedos de una mano, y los de ella igual.
—Harry, Connie y yo siempre fuimos los “raros” o “marginados” desde que somos niños. Éramos los “antisociales” nadie nos hablaba. Hasta hace un tiempo, tú y Liam fueron los primero en hablarnos y convertirse en nuestros amigos.
—si… me siento tonto por no haberles hablado antes—confesó.
—¿por qué?
—son… distintos. Se nota bastante que son unidos…
—cuando conoces a alguien desde que eras pequeño, es difícil no ser unidos.
—¿lo dices por Harry?
—y por Constance. Aunque claro, Harry siempre primero.
—sigo con la duda si ustedes se gustan o no—dijo un tanto incómodo. Samantha sólo río.
—todo el mundo piensa que somos novios por como actuamos, pero en realidad el hecho de ser unos “gemelos perdidos” nos hace más unidos que un negativo con un positivo.
—¡hey! Si prestas atención a mis tutorías—dijo riendo—admito que también pensé que eran novios, pero después de ese día que hablamos en el parque me quedó claro que no. Y ahora que lo recuerdo, jamás me dijiste realmente por que estabas llorando.
—supongo que ahora mereces saberlo. Verás, el hecho de que mis padres aparezcan justo ahora es debido a que Louis y su novia, serán padres. Y Louis, solamente debe ocuparse de mí y de ningún ser vivo más, el contrato de custodia dice que solamente tendrá abasto para cuidarme a mí.
—¿y que con eso? Serán una familia!
—pero si Louis tendrá un bebé, implica que tendrá que casarse con Eleanor, por que la tía Jay no dejará que lo tenga así no más—dijo riendo—así que cuando Eleanor sea Tomlinson, le pueden quitar mi custodia porque solamente yo estaba autorizada legalmente a portar su apellido. Si bien, me apellido así, hace cinco años solamente debía ser Samantha Tomlinson, y no Woods.
—pero en la escuela te siguen llamando Woods.
—es porque en los registros no quisieron distorsionar mis datos personales. Dijeron que seguiría siendo Woods hasta graduarme.
—esto es bastante confuso, pero de todas formas lo entiendo. ¿y cómo se enteraron de que Louis sería padre?
—no lo sé… es un misterio sin resolver. Pero no importa… yo me quedaré con Louis legal o ilegalmente. No me iré a Londres con ellos y tam…—de pronto calló. Había dicho algo que nadie sabía a excepción de Liam. Niall abrió sus ojos azules como plato al escuchar que ella se iba a Londres si sus padres se la llevaban.
—¿Qué? —preguntó confundido y atemorizado—¿te quieren llevar a Londres?
—demonios—susurró—eso no debió salirse jamás de mi estúpida boca… sí, me quieren llevar a Londres para estudiar allá y seguir viviendo con ellos, pero me niego! Me niego irme a Londres!
—me niego a que te lleven a Londres—dijo él sonriéndole.
—haremos una protesta para que no me lleven—ambos rieron al pensar en una protesta pero evitar aquello.
Niall al escuchar la sonora risa de Samantha sintió algo extraño. Bastante extraño. Se sintió alegre, y con ganas de saltar y correr y hacer el ridículo solo por seguir escuchando aquella risa.
—Liam tenía razón en algo—dijo de pronto Niall, interrumpiendo las risas.
—¿en qué tenía razón Leeyum?
—eres una chica bastante interesante…—inconscientemente dijo aquello. Samantha lo miró sorprendida. ¿Liam tenía idea de su existencia y le hablaba a Niall de ella? ¿o fue solo por ojo que dijo eso?.
Él al darse cuenta de lo que había dicho, la miró algo avergonzado.
—¿soy una chica interesante? —preguntó sonriéndole.
—bastante—confesó—por eso creo que fui un tonto al no darme de tu existencia junto con la de Harry y Constance antes. Son diferentes. En especial tú, jamás vi a una chica tan distraída como tú Sam! —ella río. Niall tenía razón, nadie podía superarla en cuanto a distracción.
—¿sabes?. Muchas gracias Niall…
—¿por qué? ¿por decir que eres interesante? —ambos rieron
—no, tonto. Por traerme aquí. Realmente haces que te olvides de todo. Creo que hasta olvidé mi nombre. ¿Cómo era que me llamaba? ¿manta? ¿cubro a las personas para dormir?
—eres bastante graciosa—dijo riendo. Ella también río—pero sí, haces que te olvides de todo lo malo.
—no podría estar más de acuerdo—sonrió—Niall, creo que es hora que volvamos. Quizás Lou ya esté en casa. Le ha pedido estos días permiso a su jefe para retirarse temprano y estar conmigo—dijo ella, levantándose y a la par Niall también.
—claro, también te iba a decir que se está haciendo tarde—ambos se sonrieron y comenzaron a caminar hacia el auto de Niall.
Cuando llegaron él repitió la acción de hace unas horas. Abrirle la puerta para que ella pudiese entrar al auto. Luego dio la vuelta y se sentó a su lado. Prendió el auto y lo echó a andar y a velocidad de carretera comenzó a andar.
Samantha se dedicó a contemplar el paisaje a través de la venta y pensó en el maravilloso rato que había pasado con Niall. No podía creer, que después de tantos llantos, de tantos helados y películas románticas y trágicas y de tantas veces que se decía a sí misma que era insuficiente para él, estaba junto a Niall, pasando el mejor rato de su vida. Simplemente había sido maravilloso, aquel gesto de preocupación por parte del rubio.
Mientras por otro lado, estaba Niall, pensando en qué tenía aquella chica de ojos turquesa y cabellera negra llamada Samantha. Era la primera chica con la que en verdad se sentía a gusto sin ser su novia. Sentía un cariño bastante grande por la pelinegra y no por nada la llevó hasta aquel lugar. Estaba seguro que más adelante volverían a ir juntos y no necesariamente para olvidar los problemas.

El camino retorno a Doncaster había sido silencioso, pero con un silencio de paz y comodidad. No como otras veces.
Cuando llegaron a la ciudad, Niall condujo directo a la casa de Sam, la cual estaba bastante no estaba tan lejos de la escuela.
Al momento de llegar a la casa de Samantha, él aparcó su auto afuera de su casa y sin decirle nada a ella, rápidamente se bajó dela auto y le abrió la puerta, ofreciéndole su mano como ayuda. Ella la aceptó y salió del vehículo quedando frente al rubio
—muchas gracias Nialler—le sonrió—en verdad, muchas gracias. Hiciste que me sintiera bien… bueno, me siento bien.
—no fue nada Sam. Sabes que siempre estaré ahí—sonrió—te cuidas ¿si? Y por favor, si sucede algo, no dudes en llamarme ¿de acuerdo?
—claro, no lo haré—ella lo miró y por un momento pensó en la típica película en donde él ahora tendría que besarla pero no. Eso no sucedió. Pero sí, él se acercó y la abrazó, depositando un tímido beso en su mejilla como señal de despedida.
—nos vemos mañana en la escuela, y recuerda que tenemos tutoría! —dijo mientras se subía al auto.
—tranquilo, ya se me hizo habitual pensar que los miércoles nos quedamos hasta tarde—sonrió.
—adiós Sam!
—adiós Nialler! —entonces, él se fue. Samantha suspiró y se acercó a su hogar. Buscó las llaves de su casa en su bolso y cuando las encontró entre la montonera de cosas que tenía, abrió la puerta. Dejó su bolso a un lado y las llaves las dejó en la mesita de recibidor y cerró la puerta.
Se iba a dirigir a su cuarto, cuando escuchó una voz femenina bastante conocida en la sala. Ella rápidamente corrió hacia allá topándose con una sorpresa

—E-Eleanor—dijo Sammie, haciendo presencia en la sala. La novia de su primo volteó y le sonrió de lado a Sam. Louis las miró a ambas y notó la cara de incomodidad que tenía su prima en esos momentos.
—¡Sammie! ¿Qué tal estás? —le preguntó amable Eleanor.
—bien, gracias.
—pensé que llegarías más temprano, Sammie—le dijo Louis serio.
—yo también—contestó seca—bueno, debo ir a hacer mis tareas—y se fue de allí rápidamente a su cuarto y se encerró allí.
Un sentimiento de angustia y enojo inundó el corazón de la joven. Ver a Eleanor le daba aquellas sensaciones. Y todo porque estaba esperando un hijo de su primo. Si bien, no tenían la culpa, Eleanor ocuparía su lugar cuando decidan llevársela y ella no quería permitir eso. No, no lo permitiría.
Dejó por un momento de pensar en la peligrosa situación familiar que estaba viviendo y decidió hacer su tarea de matemáticas. Aunque claro, se hubiera concentrado más, si no hubiese escuchado aquella horrible pelea entre Louis y Eleanor.
Al momento de escuchar los gritos de Ele, inmediatamente salió de su cuarto y se asomó por la escalera para escuchar la discusión.
—Eleanor, entiende, yo no dejaré que mis tíos se la lleven! —le grito desesperado Louis. Samantha se preocupó al oír de esa forma a su primo.
—¡por favor Louis! —dijo histérica Eleanor—ella ya es grande, no necesita de tu cuidado!
—claro que lo necesita!
—claro que no lo necesita! Samantha ya tiene dieciocho años, puede cuidarse sola, está grande Louis, acéptalo, ya no es la niña de trece años.
—para mí si lo es.
—estamos esperando un hijo Louis… yo no voy a aceptar que Samantha viva con nosotros cuando nuestro pequeño nazca… además, para ese entonces ella debería haberse ido con su padres ¿no?
—¿Qué? Olvídalo. Samantha es mi hermana, y no dejaré que se vaya con mis tíos. Sería estúpido dejarla ir después de todo lo que ha pasado.
—¿y a mí que me importa? Tendremos una familia…
—ella es parte de nuestra familia, te guste o no.
—¿sabes algo Louis? ¡vete al demonio! —Samantha se escondió por que Eleanor estaba en la puerta principal, justo al frente de la escalera. Tomó su chaqueta y su bolso y luego, se fue dando un gran portazo.
Samantha al ver la reacción de Eleanor bajó corriendo y del mismo modo se fue a la sala, para toparse con un Louis bastante herido por la pelea, sentado en el sillón y con tapando su cara con sus manos.
Ella se sentí culpable. Por su culpa él y su novia pelearon.
Lentamente y en silencio, se acercó a Louis y lo abrazó, brindándole suaves caricias en la espalda.
—soy un idiota—escuchó decir a Louis.
—no, no lo eres.
—lo soy. ¿te da cuenta como esto se ha salido de control?
—solo está molesta por que no acepta el hecho de que estoy yo primero—Louis río. Ella tenía razón. Se separó del abrazo de su prima y la miró. La hizo sentarse a su lado y le tomó ambas manos para acariciarlas.
—por mi culpa te has metidos un muchos líos.
—no son líos Louis.
—¡claro que sí! Por una irresponsabilidad mía y de mi novia te llevarán lejos… y para peor ¡tus padres!
—oye, es naturaleza que los novios hagan eso—Sam río mientras su primo se ponía rojo—así que nadie tiene la culpa ¿si? —a pesar de decir eso, se contradecía a su misma. ¡pero que más daba! Ella no quería ver a Louis triste.
—no te creo—dijo él sonriéndole de lado—eres mala mintiendo. Pero ¿sabes? Prefiero que estés así a que me trates como un idiota.
—cosa que no eres ¿de acuerdo?
—está bien, no soy idiota—los dos se miraron y comenzaron a reír. De algo tan serio pasaban a lo más estúpido—ahora Sammie, cambiando de tema… ¿por qué llegaste tarde?
—¿y a ti que te importa? —sonrió.
—me importa porque mi instinto dice que tiene que ver con un chico. ¿o me equivoco?
—quien sabe… quizás sí o no—río pícaramente. Louis la miró frunciendo el ceño y luego acompañó la risa de ella con la suya.
—oh vamos, Sammie… dime! No seas mala! ¿Dónde andabas? Con Harry no porque él está enfermo…
—¡hablando de Harry! —dijo ella levantándose rápidamente—debo entregarle unos deberes de la escuela! —abandonó a Louis para subir a buscar unos cuadernos e ir a la casa de Harry y entregárselos.
—¡Sammie! —gritó Louis—no tiene remedio—susurró riendo.
—¡Louis voy a la casa de Edward! —se despidió Sam, para salir de su casa y caminar unos cuantos pasos para ir a la casa de Harry.
Caminó hasta llegar a la casa de su ruloso amigo y se posicionó delante de la puerta para tocar. Cuando lo hizo, a los segundos después apareció la madre de Harry, Anne. Ella era como su otra madre.
—¡Samantha! —dijo Anne abrazándola. La joven le correspondió al abrazo
—¡Anne!
—¿Qué tal estás linda? —le preguntó, mientras se separaban y Sammie entraba a la casa de los Styles.
—pues, muy bien. Gracias. ¿y tu?
—excelente… solo que algo cansada de cuidar a tu amigo—río—¿deberes? —dijo al ver las libretas en las manos de Sam.
—así es… el pobre tiene mucha tarea—río—iré a entregársela.
—claro, pasa—sonrió—si está durmiendo, despiértalo, tiene que comer.
—de acuerdo—Sam le sonrió por última vez a Anne y subió hasta el segundo piso e ir a la habitación de Harry.
Cuando llegó, tocó la puerta para ver si su amigo estaba despierto pero no hubo respuesta alguna. Genial, tendré que despertarlo, pensó. Con cuidado, entró a su habitación y cerró la puerta detrás de ella. Al entrar, se percató que Harry dormía con un niño pequeño, enredado entre todas sus sábanas y mantas. Río para sí misma. A paso lento se acercó a él hasta llegar al borde de la cama y lo miró. Por un momento se sintió extraña ya que jamás se había dado cuenta de lo lindo que se veía durmiendo. De pronto se río al pensar eso, siempre era igual. Tenía al chico más guapo del instituto como su mejor amigo y nunca le ha gustado. Las chicas decían que ella era tonta al no tomar en cuenta a Harry y Constance siempre le decía que él sentía cosas “locas” por ella. Pero jamás le hizo caso, ellos eran como hermanos gemelos.
Dejó a un lado sus pensamientos y con cuidado comenzó a mover a Harry para que despertase.
—hey Harry…—dijo bajito mientras lo movía—despierta…
—no quiero—escuchó que dijo igual de bajito. Ella río
—Harold, por favor despierta.
—déjame mamá—se dio una media vuelta y siguió durmiendo. Samantha lo miró divertida.
—no soy tu madre idiota. Soy tu novia, Sammie—dijo para molestar.
—nunca le he pedido a Sammie ser mi novia—él río.
—eso no es cierto, me lo pediste ayer.
—deja de molestar Constance…
—¡ya basta Harold! —ahora estaba al borde del enojo. No porque la llamó Constance, si no su tiempo era escaso para estar allí.
—lo siento—de forma pesada, él se sentó en su cama y se acomodó sus rulos para luego mirar a su amiga—no seas tan gritona ¿si? Me duele la cabeza…
—sólo a ti te pasan estas cosas Harry—río—¿Qué tal estás?
—mejor que ayer—sonrió—¿traes los deberes?
—Sip. De toda la semana, me los conseguí por adelantado.
—que linda eres—dijo tomando las libretas—gracias.
—no hay de qué, para eso estoy.
—¿y tú que tal estás?
—pues, bien…
—¿pasó algo?
—Niall me invitó a un lugar muy lindo hoy y ¿sabes? Creo que gracias al cielo no morí! Además en física dijo que le gustaba verme feliz! ¿lo entiendes Harry? le gusta verme sonreír!—dijo como una niña emocionada. A Harry la sonrisa que llevaba en su rostro se le borró de inmediato al escuchar eso.
—que bien—fue lo único que logró decir. Ella lo miró extrañada.
—¿te pasa algo?
—nada.
—Harry. ¿te molesta que te hable de Niall? —dijo de inmediato. Uno de los peores temores que tenía Samantha era que Harry no aceptara a Niall. Es más, él siempre solía decirle que le molestaba antes de que fueran amigos.
—no, en absoluto—respondió rápidamente.
—estás mintiendo—dijo ella, borrando la sonrisa también completamente.
—no lo hago Samantha, odio mentir.
—te molesta, y mucho. Siempre me lo decías Harry y había olvidado aquello…
—¿Qué quieres que diga? ¿Qué te diga entonces que odio saber de Niall? —contestó interrumpiendo a Samantha. No se aguantó más. Ya era hora de decírselo. Aunque sabía las consecuencias, ella debía saberlo y que su pequeña conciencia pensara.
—¿sabes? —dijo ella—pues, me gustaría saber qué piensas. No soy egoísta como tú. Me gustaría saber más cosas de ti de las que ya sé, porque siento que me estás ocultando algo y Connie lo sabe.
—¿Qué crees que te podría estar ocultando? —dijo frunciendo el ceño. ¿Era tonta o qué? Claro que ocultaba algo, pero ella era la única idiota que no se daba cuenta.
—no lo sé… tal vez, ¿eres gay? —sonrió—no sé Harry. Pero dime, ¿Qué opinas de los últimos cambios que hemos tenido este último tiempo?
—¿quieres que sea sincero contigo? —la miró directamente a los ojos. Ella se ruborizó un poco y asintió con su cabeza—el único que me molesta es Niall.
—¿por qué? —dijo curiosa
—¿Qué no te das cuenta Sammie? Se roba la atención de lo que yo más quiero en todo este mundo.
—¿quieres a todo el curso? —preguntó ella más confundida. Harry río ante la torpeza de su amiga.
—no boba—le sonrió—tiene tú atención y eso me molesta.
—¿mi atención? Eso no es cierto, le doy la atención a todos por igual y espera ¿Qué? —Samantha se había dado cuenta de lo que había dicho Harry. ¿ella era lo que más quería?
—tú me pediste que fuera sincero contigo, y lo hice.
—¿Qué estás queriendo decir?
—oh vamos, no te hagas la tonta. Lo entendiste. Eres lo que más quiero, y Niall te está quitando de mí más rápido de lo que pensé.
—yo no soy lo que más quieres Harry...
—si lo eres. Y jamás te diste cuenta… ¡todos lo había hecho! Menos tu…
—Harry, yo no te gusto ni nada de eso! —exclamó un tanto horrorizada. No le podía estar pasando esto.
—¿sabes? Si quieres lo crees, si no, no. Yo ya fui bastante sincero, y si quieres saber lo mucho que te amo, pues siéntate y te explicaré, pero si no, ahí está la puerta. Puedes irte—Samantha abrió los ojos a más no poder al escuchar eso. Si algo odiaba de él era su forma de ser directo a la hora que debía serlo. Y esta era la hora.
—tu… estás… mal Harry—fue lo único que logró decir para luego salir corriendo de la habitación del ruloso. Pudo escuchar gritar su nombre pero no se devolvió.
Le informó a Anne que había despertado Harry y le dio las gracias y se marchó. Llegó en menos de dos segundos a su casa y entró por la puerta trasera.
En la sala aun estaba Louis, pero esta vez hablando por teléfono.
Al momento de oírla entrar, Louis cortó su llamada la cual era con Joshua y la miró sonriendo. Pero al ver la expresión de horror en la cara de su prima se le borró completamente la sonrisa.
—¿Qué sucede Sammie?
—na-nada—dijo mirando a su primo—Lou, tengo sueño, me voy a dormir, adiós, buenas noches! —y como un rayo veloz se fue a su cuarto. Se encerró allí y se tumbó en su cama de espaldas para mirar el techo y pensar.
¿por qué le había dicho? ¿era verdad que Harry gustaba de ella? ¿por qué no se lo dijo antes? ¿las cosas cambiarían desde ahora?
Muchas dudas abrumaban a Samantha. Se sentía realmente tonta y más al recordar que Harry le había dicho que era la única que no se había dado cuenta.

Pero es que, cuando ya te gusta otra persona, cuando ya amas a otro es imposible notar al resto. En tu mundo, solo está él y nadie más.

Ahora, sin permiso alguno, había entrado otra persona, a derrumbar sin querer aquel mundo.