Remember that Summer [HarryStyles]

Esto tiene que ser una broma. Una jodida y puta broma.

Me importa una mierda todo lo que podrán pensar en mi, solo necesito alejarme lo más rápido posible de esa absurda fiesta antes de que asesine a alguien. Al menos Louis no estuvo en ese momento, sino todo hubiera sido mucho peor con sus estúpidos consejos y palabras de aliento.

Me lo merezco, está bien, es verdad. ¡Lo merezco por ser un hijo de puta! ¡¿Pero era necesario tener que presenciar como Luna se ruborizaba por ese idiota?! ¿Cómo pude creer que no tendría un novio con lo hermosa que es? Oh peor, comprometida ¡Comprometida cuando ayer nos habíamos besado! Bien, no había sido un beso verdadero, solo uno tosco y rápido, pero era un beso ¡Lo fue!

Siento los ojos picar, mi garganta estrangulada y no puedo respirar bien. Suelto una carcajada vacía de humor y gracia, y solo sigo caminando derecho hacia la playa, donde una caminata me hará tranquilizarme, pensar bien las cosas, y quizás, solo volver a la fiesta para buscar a Louis y largarme. Ya me importa una mierda lo que me diga, si se enoja o no conmigo, o si mi padre vendrá en una semana ¡Ahora todo importa una mismísima mierda!

Llego a la playa y pateo un tacho de basura que está cerca de mí, haciendo que se caiga y todos los papeles se desparramen por la arena. Luna me mataría si me viera hacer esto, pero ahora lo que piense ya no me importa. No puedo creer que me hiciera esto, no puede caberme en la cabeza que haya jugado así conmigo ¡Como las cosas se devuelven! ¿Acaso ella también sintió este dolor agudo y punzante que sentí yo cuando la engañe? ¿Sintió esas ganas de que la tierra se abriera y te llevara al mismo infierno? ¿Por qué todo a mí alrededor está pesando más que antes? ¿Por qué tuvo que pasar esto antes de que pudiera siquiera demostrarle cuanto es mi amor por ella?

Solo puedo encontrar la respuesta de que me lo merezco y todo esto es una puta mierda. Una maldita mierda.

Me contengo para no regresar sobre mis pasos y golpear al pendejo, a su tal “prometido”. Pero más quiero golpear a Liam, estoy seguro de que si quería, no me hubiera invitado. Puede ser el hijo perfecto y todo, pero invitarme a su fiesta de compromiso no estaba en sus planes y tenía todo el derecho de negarme la entrada. La cuestión es que él sabía que estaría su futuro cuñado, lo sabía y quería hacérmelo saber a mí de la manera más cruda. Gran hijo de puta resulto ser el nene de papi.

Sigo caminando, sintiendo la brisa cálida del verano, además de la arena que marca mis pasos ante mi caminata rápida. Quisiera correr y tratar de olvidar todo, pero me resisto ante la idea. Dejaría que mis pies corran por donde quiera y mi mente se despeje, si se despeja, no pensare a donde iré y de impulso llegare nuevamente a esa fiesta de pacotilla. No quiero armar un escándalo y tener que soportar a Des y su gran regaño luego.

- ¡Harry! – escucho una voz familiar a lo lejos. Me paro y trato de pensar que debe ser mi imaginación, y cuando me convenzo, sigo caminando. - ¡Harry!

Finalmente, me doy la vuelta y allí esta Luna, corriendo hacia a mí con rapidez. Me digo a mi mismo que no corra hacia ella y la zamarreé para que me explique qué mierda está pasando, porque mierda está comprometida con ese tal Zayn y porque ha jugado así conmigo cuando nunca había sido así. ¿Sera que ella ha estado comprometida con él hace bastante tiempo? ¿Incluso antes de conocerme? Puede ser posible, o tal vez no; Luna me contaba todo, no había nada que se guardara y dudaba que ocultarme sobre un prometido fuera una cosa sin importancia. Hay algo que no me cierra.

Sigo caminando sin importarme los gritos que la castaña lanza en mi dirección, realmente no quiero escuchar nada de ella, por lo menos por ahora hasta que me calme. Necesito calmarme antes de que ella llegue hasta a mí. No sé que soy capaz de hacer, solo sé que quiero degollar a alguien, y me odiare si ese alguien es Luna, por más de que me haya ocultado algo tan importante.

Minutos después, cuando al fin mi cabeza está un poco más fría, siento que alguien toma con brusquedad mi brazo. Me contengo unos segundos y cuento hasta diez para no quitar mi brazo con brusquedad del suyo. Tiene que haber una explicación, tiene que haberla antes de que me vuelva loco.

- ¡Te estoy llamando desde hace media hora! – chilla una vez que consigue que me de vuelta.

- ¿Qué quieres? – mi voz sale dura y fría sin que yo quisiera, pero es así como me siento.

Su rostro cambia de uno molesto a uno lleno de pena y culpa. Genial.

- Yo… eh…

- ¿Tú qué? – insisto mientras la miro fijamente con una mirada glacial.

- No es lo que piensas – dice soltando un suspiro.

Meneo la cabeza. Siempre la misma mierda, siempre se dice esa estúpida frase cuando es en verdad lo que la persona piensa. Luna tiene un prometido y a mí me quería para un amor de verano. De acuerdo, lo acepto ¿Qué más puedo pedir? Me lo merezco, está bien.

Giro sobre mis pies y comienzo a caminar, queriendo alejarme de ella y de todos los recuerdos del verano de hace cuatro años, de los momentos que compartimos estos días y de ella, sobre todo lo que tenga que ver con ella, ya sea sus amigos, sus familiares, y cada parte que la compone. ¡Incluso voy a tirar a la mierda todos los cds de Green Day!

- ¡Harry! – grita cuando solo doy pocos pasos.

Dudo en detenerme, pero finalmente sigo caminando. Tengo que dejarla atrás, tengo que dejarla ir. Quizás, no está mal que Luna se comprometa con ese muchacho, se ve que es de buena familia y Liam se encargara de él si es un idiota. Quizás, fue una prueba de que Luna y yo no debemos estar juntos, de que todo es un error, tanto como este verano como el que compartimos hace años.

Quizás, solo necesitaba volver y cerrar esta historia, la cual permaneció en mi mente cuatro veranos enteros sin irse y latiendo persistente.

Solo quiero volver a Londres, hacerme cargo de la empresa, buscar una mujer y casarme para tener herederos. Mi vida será sencilla, saldré de viaje muchas veces, puede que tenga amantes por partes del mundo al igual que mi esposa tendrá los suyos. Solo necesito a una mujer que sea sana y limpia, una que sea amorosa con los niños y sepa criar a mi hijo con amor y atención. No pido mucho, ya no estoy pidiendo tener a Luna en mis brazos; me estoy conformando con el destino que yo mismo me he asignado.

Sigo caminando y vuelvo a ignorar el llamado de Luna, esta vez con la voz ahogada a causa de sus lagrimas. Cierro los ojos con fuerza y me resisto a no correr hacia ella para limpiar sus lágrimas.

Un amor de verano, eso fue simplemente.

Al otro día.

Cierro mi maleta y me siento en la cama, soltando un gran suspiro. Me tengo que ir lo más antes posible antes de que Luna aparezca en mi puerta o a que Louis se despierte. Le deje suficiente dinero en la mesa como para que tenga unas buenas vacaciones el resto de la temporada. Se lo merece por acompañarme y si se lo doy en la mano, lo rechazara y me obligara a sacar todo adentro de mi maleta.

Ayer le mande un mensaje contándole que debía estar lejos de esa fiesta al saber que Luna tenía un prometido. Le pedí que se quedara, que representara a los dos y le dijera a Geoff que estaba mal del estomago o alguna estúpida excusa. No quería quedar mal con él, se había tomado la molestia de darnos gratis la estadía y no quería ser descortés. Bastante lo fui ayer cuando rompí la copa y corrí prácticamente hacia fuera.

Tomo la maleta y me dirijo al cuarto de mi mejor amigo, el cual ayer volvió bastante tarde y borracho. Apenas llego, golpeo la puerta con fuerza, haciéndome levantar sobresaltado y con ganas de estrangularlo. Tuve que ayudarlo a que se quede en bóxer y se recostara, además, casi me viola prácticamente y ni siquiera me llamaba por el nombre, pensaba que yo era Runa.

Le dejo la carta arriba de la mesita de luz, explicando el porqué de mi partida y también porque su ojo esta morado. Bien, quizás no debí golpearlo y considerar que estaba demasiado ebrio, pero él también se había ido bastante a la mierda con eso de no soltarme para que duerma con él.

Suelto un suspiro y revoleo su pelo para luego sonreír. Definitivamente, le guste o no le guste, le comprare ese estúpido restaurante que quiere. Y todo por ser el mejor amigo que alguna vez se pudiera desear.

Salgo de la habitación y comienzo a dirigirme hacia el ascensor, pero una vez que llega, definitivamente pienso irme en las escaleras. Con brusquedad, me doy la vuelta y camino hacia las escaleras para comenzar a bajarlas lo más rápido que puedo, Luna me odiara si voy y mato a su prometido antes de su preciada boda. Zayn estaba con Ella hablando lo mas bien, hasta que me vieron, claramente.

Llego a la recepción y me cruzo con Runa, quien me mira sorpresivamente y luego emboza una sonrisa burlona en su rostro.

- Veo que al fin tomaste la decisión correcta, Harry.

- ¿Y tú cuando dejaras de ser tan insoportable? – suelto mientras la miro fulminante.

- Solo te quiero lejos de Luna, no es nada difícil – replica ofendida.

- Créeme que si lo es – espeto e inspiro con profundidad. – Adiós, Runa. Y trata bien a Louis mientras yo no estoy.

Sin esperar a que responda, retomo mi marcha hacia la salida. Paso las puertas corredizas y busco con la mirada un taxi para tomármelo directo hacia el aeropuerto. Quizás, no es necesario un vuelo a Londres, pero si lejos de las Bahamas. Siento que si permanezco aquí unos segundos más, me volveré loco y esa no es mi idea de este viaje. Tomare el primer vuelo a donde sea, pero lejos de aquí.

Voy a extrañar este lugar cuando me vaya. Sé que lo voy a extrañar tanto como sé que no volveré aquí en mi vida. Todo esto me recuerda a Luna, cada una de las cosas me recuerda a su rostro, a su voz, a cada una de sus expresiones y eso me mata. No quiero seguir permaneciendo más tiempo, solo quiero dejarlo en el pasado y avanzar.

- ¿Harry? – susurra alguien cerca de mí, por lo que miro en su dirección y me encuentro con los ojos azules-verdes de Luna. Corro la mirada y busco el número de taxis de la isla – Harry – dice aun más cerca de mí, y cuando me doy cuenta ella ya está al frente mío, pero solo la ignoro. – Harry, por favor, escúchame…

- ¿Hola? Disculpe, pero ¿podría enviar un taxi al hotel Payne? – pregunto una vez que soy atendido.

- Harry – me llama nuevamente, pero hago omiso a su llamado.

Antes de que pudiera responder, siento como me quitan el celular de mi mano. Luna cuelga la llama y me mira evidentemente molesta, pero también sé que esta herida ante mi comportamiento. Si hay algo que odia, es que la ignoren.

- ¿Qué carajo te sucede? – aprieto con fuerza los dientes y trato de no gritarle como desearía.

- ¡A ti qué carajo te sucede! – grita liberalmente, provocando que unas miradas recaigan en nosotros - ¡Te estoy hablando y lo único que haces es ignorarme!

- Si bajaras la voz, sería más maduro de tu parte – murmuro mientras extiendo la palma de mi mano para que me entregue el celular.

Disgustada al ver que tengo la razón, me lo entrega.

- ¿A dónde te vas? – pregunta con la voz cargada de pena.

- A Londres, México, Argentina. No lo sé.

- ¿Por qué? – insiste y comienza a morderse el labio inferior mientras entrecierra los ojos y comienza a pestañar rápidamente.

Luna esta por llorar, y todo por mi culpa.

- Porque, evidentemente, mi tiempo aquí se acabo, Luna.

- ¿Es por lo que te dijo mi padre, verdad? – solo suelto un suspiro, pero me quedo callado sin poder decir nada – Harry, Zayn no me gusta; el no es nadie importante.

- Sí, claro.

- No te estoy haciendo un cuento – replica y toma una de mis manos. Miro hacia abajo y observo como comienza a entrelazarlas – Harry, tú me gustas y no estoy bromeando. Enserio…

- Estas comprometida y no es sensato que te me declares – retiro lo menos brusco que puedo su mano de la mía y me aparto un paso hacia atrás. Aclaro mi garganta antes de hablar – Es mejor que me vaya, Luna. Mi vuelo está por salir y…

- Sé que también te gusto – interrumpe y sus lagrimas comienzan a redondear sus mejillas - Zayn es…

- Luna, basta.

- ¿Quieres escucharme? – musita con la voz ahogada. Saco un pañuelo de mi camisa y se lo paso. Ella lo toma confundida y comienza a secar sus lágrimas y a sonarse la nariz.

- Está bien – suelto un suspiro. No quiero seguir haciéndola llorar y menos delante mío. Además, se ve tierna cuando suena su nariz y salen todos sus mocos que se producen con el llanto.

- Zayn no es mi novio, es mi prometido – aclara. Mierda, ¿me dice esto para hacerme miserable o qué? – El es el novio de Ella.

Se me cae la maleta y dejo abrir mi boca tan grande al igual que mis ojos. ¡¿De qué carajo me estaba hablando?! Trato de buscarle la vuelta pero nada. ¿Enserio su mejor amiga estaba enamorada de su prometido, y el de su mejor amiga? No, Luna debe estar mintiéndome para retenerme, pero incluso se ve tan real y sincera, y aun me cuesta creerlo. Tiene que ser verdad.

Luna se da cuenta de mí con función e incredibilidad, por lo que saca su celular y me muestra fotos de Ella y Zayn, claramente en una relación, con besos y las manos entrelazadas.

- Este celular es de Ella, mientras que el mío lo tiene ella – sonríe medianamente – Es mejor hacernos las tontas de vez en cuando para “confundir” – levanta las manos y hace las comillas en el aire – y no puedan localizarnos. Sus padres no tienen mi número y mi padre ni mis hermanos tienen el de ella. Y si llegan a pedirse mutuamente, solo hacemos que ese era el número viejo y tenemos uno nuevo. Es fácil y sencillo – sonrió aun mas, como si estuviera orgullosa de su increíble plan.

Aun sigo sin creerlo, en verdad no me esperaba que Ella y ese muchacho tuvieran algo, y que encima, Luna los encubriera. Tengo muchas dudas, y sé que ella me las responderá, pero ahora solo quiero besarla. Y eso hago, la acerco hacia a mí y la beso por segundos interminables. Empujo mi lengua hacia sus labios, pidiéndole permiso para entrar en su boca, y cuando la abre, hay una gran batalla que se desata entre nuestras lenguas. Luna apoya sus manos en mis hombros y la estrecho más hacia a mí, intensificando el beso.

Besarla se siente tan bien. Se siente como si no hubiera nadie a nuestro alrededor, como si no tuviera que tener ojos para sentir cara parte de su cuerpo.

Cuando la escucho gemir en medio del beso, es cuando decido separarme. Nuestras respiraciones están agitadas y solo pienso en abrazarla y no querer soltarla. Ella corresponde el abrazo mientras su cabeza se apoya en mi pecho. Inevitablemente, comienzo a acariciarle el cabello.

- Sera mejor que vayamos a mi cuarto – digo separándome un poco. No es bueno que estemos tan acaramelados cuando Liam, Runa o Geoff nos pueden ver.

Luna se ruboriza al instante y me echo a reír al darme cuenta de que es lo que pasa por su cabeza.

- No sé de qué te ríes – murmura ella con las mejillas enrojecidas.

- Decía que vayamos a mi cuarto así dejaba mi maleta y evitaba que Louis vaya a buscarme al aeropuerto. No le avise que me iría y solo le deje una carta.

- Oh – asiente lentamente y luego se golpea la cabeza con su mano – Soy una tonta. Qué vergüenza.

Suelto otra carcajada sin evitarlo.

- Deberías saber que soy todo un caballero.

- Solo te conozco hace dos semanas. No me molestes – suspira y me mira con mala cara – Entremos por atrás, así nadie nos podrá ver.

Asiento, pero antes de dar siquiera un paso, junto mis labios con los suyos, provocando una sonrisa tímida en ella. La tomo de la mano y vamos directo hacia a la puerta de atrás, evitando ser vistos y escondiéndonos entre los arbustos y las palmeras altas. Una vez adentro, subimos las escaleras lo más rápido posible, aunque se me dificulta un poco por el hecho de tener la maleta de mierda.

Al llegar al piso siete, vuelvo a tomarla de la mano y a darle otro beso, el cual la hace soltar una risita. Ahora estoy feliz, estoy contento. Tal vez debí escucharla anoche, pero no podía pensar en otra cosa que no fuera negatividad y bronca. Ahora sé que está todo bien, que Luna está conmigo y que me pertenece; que es tanto mía como yo soy suyo.

- ¡Harry! – escucho una voz familiar gritar y cuando quito mi vista de la castaña, abro los ojos en grande al ver a Louis medio desnudo corriendo hacia a mí.

- Oh mi Dios – dice Luna. – No es que me haya fijado apropósito, pero su amigo está despierto.

Frunzo el ceño sin entenderla, pero en cuanto veo a Louis más cerca, veo que su pene está levantado.

Grandísimo, grandísimo idiota. Soy un estúpido ¿Por qué no me busque un amigo común y corriente? No, otra cosa que tenía que hacer mal.

Antes que pudiera tocarme, tiro la maleta al suelo y lo tomo de los hombros. Comienzo a arrastrarlo con rapidez hacia la suite antes de que los demás huéspedes lo vean con esas fachas. Se ve que apenas se levanto, leyó la nota antes de que pudiera siquiera bajar la erección. Se supone que esto nos pasa cuando somos pendejos ¡Louis ya es bastante grandecito como para que le pase estas cosas! ¿Y justo delante de Luna? Dios, y así quería salir con Runa.

Lo meto adentro de la suite y dejo que me abrace con fuerza allí.

- ¡Creí que te ibas y me dejabas solo, idiota! – chilla mientras su brazo se hacía cada vez más fuerte. Puedo observar por detrás de su hombro que Luna llegaba trotando con la maleta y cerraba la puerta. – ¡No sabes lo preocupado que estaba! ¡No quería que te vayas!

- Ya suéltame – mascullo apretando los dientes con fuerza – Que me sueltes.

Al darse cuenta de la seriedad de mi voz, me suelta y me sonríe. Lo miro de arriba abajo y le ordeno a que se vaya a cambiar. No quiero que siga así delante de Luna, quien hace todo lo posible por reírse a escondidas y no mirarlo.

Louis se va a cambiar después de saludar a Luna. Tomo mi maleta y le doy un beso en la mejilla, agradeciéndole por traerla. Solo asiente con la cabeza un poco sonrojada y me acompaña a mi cuarto, donde dejo la maleta arriba de la cama y me siento en ella, suspirando y sacándome la estúpida corbata que tenia. Irme vestido de traje no fue una gran idea, pero en cuanto llegue solo quise dormir, y cuando me desperté solo quise irme; ni siquiera me había bañado o me había vestido.

Luna se acerca con timidez, por lo que sonrió y la acerco con mis manos en su cintura, estrechándola hacia a mí.

- Yo tampoco quería que te vayas – susurro y se agacho un poco para darme un corto beso.

- Lo siento. Suelo ser bastante impulsivo.

Comienza a acariciar mi pelo, envolviendo sus dedos con mis rulos y tirándolos con delicadeza. Ante ese gesto, cierro los ojos y sonrió aun mas, dejándome llevar por la dulce sensación de tenerla tan cerca, de sentir esas caricias nuevamente.

- ¿Qué estás haciendo en mí, Harry? – murmura, por lo que abro los ojos y frunzo el ceño, confundido por su pregunta.

- No entiendo.

Ella suelta una pequeña risita y sonríe.

- A veces, hasta las cosas más sensatas no se entiende, y otras veces, las cosas más locas sí.

- Entonces, ¿lo que siento por si es algo sensato? – pregunto, dando una sonrisa torcida.

- Parece que los dos somos sensatos, pero no entendemos nada.