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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
In The Shadows
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: In The Shadows
Por fin subiste capiitulo!!
Hurra!!
:corre:
Jajaja!
Espero el proxiimo!! :3
Hurra!!
:corre:
Jajaja!
Espero el proxiimo!! :3
Lily12345678900
Re: In The Shadows
adivinen quien AL FIN les va a poder subir DOS capitulos ENORMES el domingo??? YOOOO!!! lo haria mañana pero me ire a conocer una universidad estoy MUY FELIZ ASDDGJHJKKVGV
Viany.
Re: In The Shadows
Capítulo 7
-Caminos entrelazados-
“No te preocupes por
las personas que no te valoran, ocúpate de las que si lo hacen”
-Caminos entrelazados-
“No te preocupes por
las personas que no te valoran, ocúpate de las que si lo hacen”
Todos
nos encontrábamos muy abrumados, Patrick, Alexander y Christopher habían ido a
buscar a Grace desde hace dos horas y aun no tenían respuestas, Eleonor no
paraba de llorar mientras que Nicholas solo estaba sentado viendo hacia el vacío.
La tensión se sentía a miles de kilómetros de la casa.
No
sabíamos lo que vendría ahora, el que ella sepa la verdad no estaba aún en los
planes de nadie. Foneira era el lugar más peligroso para ella, aun no podía
creer que el mismo pueblo quisiera su muerte ¿Qué era lo que buscaban? ¿A qué
le temían? No era una maga como toda la familia real, pero era de la realeza,
ella no tenía la culpa de lo que le había pasado.
-Artemis
le ha estado enviando cartas –Dijo Nicholas de repente- Ella ha querido verla
desde que se enteró que existía, solo quería ayudarla a verla. Pero todo se me
salió de las manos.
-Supongo
que también fue nuestra culpa –Hablo Eleonor en medio de su llanto- No debimos
sepáralas nada más porque sí.
-Todos
somos responsables de lo que paso, Artemis es demasiado inteligente, debimos
haber supuesto que tramaba algo cuando dijo que ya no se metería más en el tema
–Les conteste mientras me asomaba por la ventana, los demás aun no daban
señales de vida y eso no era algo muy bueno.
Ellos
ya no decían nada, mi comentario se había quedado en el aire, decidí ir al cuarto
de Grace.
Cuando
me acerque a la puerta escuche un crujido proveniente de mi pie, al agacharme
me encontré con el collar de la pequeña. Sonreí al ver aquel hermoso objeto,
ella siempre me había dicho que le encantaba. A pesar de que le gustara tanto,
ese collar estaba incompleto, era la mitad de un copo de nieve, ella siempre me
había dicho que parecía el sol asomándose por las montañas.
Siempre
buscaba lo que era pero siempre terminaba rindiéndose. Se suponía que le
daríamos la otra mitad al decirle la verdad, pues ese es su símbolo en Foneira.
Eleonor siempre dice que si Grace hubiera nacido con los dones, además de ser
una poderosa maga. Hubiera sido el ama del agua y de la luna, lo contrario de
Artemis, pues ella es el ama del fuego y el sol.
A
Patrick siempre le ha intrigado saber las razones de porque Grace no heredo los
poderes de su familia. A pesar de que no tuviera poderes, el decidió protegerla
dándole el collar, pero como es una especie de rastreador, decidió cortarlo a
la mitad.
Todos
en esta casa hemos hecho varias teorías, pero jamás encontramos algo, nadie ha
podido responder a la inquiétate pregunta respecto a las gemelas. Su madre
tampoco había podido, y lamentablemente desapareció cuando ellas tan solo tenían
cinco años.
La
vida no había sido del todo amable con ellas, nada parecía tener sentido en
nada. Era como si trataras de armar un rompecabezas al que le faltan más de la
mitad de las piezas.
-Se
le debió de haber caído –Escuche la voz de Eleonor detrás mío-
-Lo
mismo pienso –Dije mientras se lo entregaba- ella regresara, es de las mejores
personas que conozco.
-Le
hicimos mucho daño, yo no perdonaría lo que le hemos hecho, me sigo reprochando
cada paso que dimos. No teníamos derecho a…
-Pero
lo hicimos –Nos interrumpió Nicholas por detrás- Nadie está orgulloso de eso,
pero su seguridad les importo más que su integridad.
-¿No
crees que es más importante el que esté segura? –Respondí algo molesto-
-¿Acosta
de que Jason? La escuela entera la odia, la miran mal cada vez que camina por
los pasillos, las chicas no se acercan a ella ni a un metro, los chicos la
tachan de rara incluso los profesores la menosprecian ¿Crees que fue suficiente
el mantenerla segura? No he visto sonreír de verdad a mi hermana en años ¡AÑOS!
-¡Ya
basta! ¡Tú no entiendes nada! –Le grite de repente, odiaba cuando Nicholas se
ponía a discutir ese tema, no era porque creyera que estaba equivocado, más
bien era porque sabía que era todo lo contrario-
-El
que me calle no va a hacer que el pasado de MI hermana cambie –Después de eso
se retiró de ahí, después de unos segundos escuche un enorme portazo, se había
ido a la cancha de la escuela. Eso era lo que siempre hacia después de una
discusión.
-Hay
que ir a buscarla, no quiero quedarme aquí más tiempo. –Dijo Eleonor mientras
bajaba a la sala-
-Vamos,
yo tampoco quiero estar aquí. –Dije mientras los dos caminábamos hacia la
fuerte, con la esperanza latiente de encontrarla a salvo-
T
-¿Creen que soy un fenómeno?
–Dije sorprendida, no sabia si reírme o llorar-
-Piensan que estas malformada, y
que era tal la humillación de tu familia que decidieron expulsarte –Ahora si
quería llorar-
-¿Quién lo diría? Ni siquiera en
mi mundo soy aceptada.
-Pero no les debes de hacer caso,
solo son una bola de ignorantes que no tienen nada que hacer –Dijo Astrid
mientras se metía un enorme bocado de tarta a su boca-
-De hecho creo que es gracioso
–Si claro, gracioso- ¿Crees que algún día me acepten? –Ella encogió sus brazos,
no podía hablar ya que la tarta ocupaba todo el espacio de su boca-
Reí un poco para después tomar un
poco de la tarta de queso con la que Astrid tanto afamaba a su mamá, cuando al
fin logro pasarse su bocado la puerta se abrió y con ella unas voces comenzaron
a oírse.
Nuestros ojos se abrieron de par
en par, teníamos miedo de la reacción que podrían tener sus padres.
-¡Niamh! –Se escuchó la voz de
una mujer, supongo que era su madre pero ¿Por qué la llamo Niamh?-
-¿Niamh? –Pregunte algo molesta-
-Así me llamo en realidad, pero
es más común Astrid ¿No te parece?
Rodee los ojos y ella solo sonrió
ampliamente, su madre aun no llegaba a donde estábamos, pero antes de que lo
hiciera se comenzaron a oír otras voces, y para mi patética suerte, yo conocía
a esas voces.
El solo saber de quienes se
trataba mi mente borro todo pensamiento para dejar a cargo a una sola idea…
¡CORRE! Estaba decidida a cumplir esa orden, pero me vi interrumpida por la
pesada mano de Astrid. Ella estaba igual o más nerviosa que yo, sin embargo
ella no dejaba que me escondiera para evitar la sanción que muy seguramente nos
pondrían.
Los pasos se escuchaban cada vez más
cerca, las manos me sudaban y no podía dejar de morder mi labio inferior, no
quería verlos ni en pintura, pero eso no quitaba el miedo que le tenía a mi
madre.
-Ha ocurrido algo malo –Dijo una
señora pelinegra entrando a la habitación, su rostro demostraba una
preocupación desbordante, pero cuando me vio solo de surte no se le cayó la
mandíbula. Casi en seguida Eleonor cruzo la puerta. Sus mejillas estaban
completamente rojas, su nariz se veía hinchada y algo colorada, sus lindos ojos
verdes habían sido víctimas del llanto, las lágrimas corrían como una cascada,
su cabello castaño y ondulado estaba totalmente despeinado, algo que no era
nada común en ella.
Sus ojos se iluminaron al verme y
más lágrimas comenzaron a caer, sonrió ampliamente para después cubrirse la
boca con sus dos manos en forma de sorpresa.
-Aquí estas –Dijo apenas en un
hilo de voz para después correr hacia mí y darme uno de esos abrazos que había
necesitado tanto en mi niñez, pero que de alguna forma ahora me eran totalmente
indiferentes. Sus brazos me apretaban fuertemente y yo solo me quede callada,
no hacia ni decía nada. No le correspondí el abrazo.
Estaba aún molesta con todos
ellos, el coraje simplemente no se iría de un momento para otro. A la
habitación se unió Jason, él también sonrió, pero al ver mi seria expresión
borro aquella curva de su boca y bajo la cabeza.
-Estaba muy preocupada –Dijo
Eleonor susurrando en mi oído-.
-No debiste estarlo –Dije lo más
fría y seca posible, ella se separó lentamente de mí y su sonrisa fue sustituida
por la misma expresión del otro chico-.
-¿Cómo puedes decir eso? Tú eres mí…
-¿Hija? Podrás decir lo que
quieras, menos eso, una madre no le miente de esa forma a su hija. Dime que es
lo que en realidad soy para ti y para todos los mentirosos de tus amigos.
-No digas tonterías –Dijo Jason
desde la puerta-
-¡Tú te callas! –Dije de repente,
la expresión de todos era de sorpresa, jamás hablaba de esa forma-.
-¡Tu no tienes ni idea de lo que
estoy sintiendo en este momento! –Jason volvió a agachar la mirada, todo se quedó
en un silencio fantasmal-.
-Me llamo Alana, es un gusto
conocerte linda-. Dijo la pelinegra interrumpiendo ese tenso momento-.
-Es un gusto conocerla –Dije
mientras apartaba mi vista de Jason para posarla en el rostro de la alegre
señora. Le sonreí y ella amplio su sonrisa.
-Grace, ella es mi mamá. Alana
O´Neill –Voltee a ver a Astrid un tanto confundida, ella sonrió y dio un
pequeño suspiro.
-Si, mi verdadero apellido es
O´Neill, Niamh O´Neill, pero eso es en Foneira, aquí solo soy Astrid Smith. No
te lo dije por que no lo creí importante.
Sonreí un poco, gire mi cabeza y
pude ver a Jason y a mi madre igual de serios que hace un momento, permanecían
quietos y callados; pero eso no duro mucho tiempo.
-Tenemos que volver a casa- Dijo
Jason mientras se hincaba enfrente de mí y tomaba mis manos. Yo las retire casi
inmediatamente y cruce mis brazos.
-Define casa- Le dije mientras me
acostaba en el respaldo del suave sillón.
Una parte de mi quería permanecer
con el orgullo en alto, pero la otra estaba muerta de tristeza, solo quería
abrazarlos y pensar que todo era un sueño, o más bien, una horrible pesadilla
de la que pronto despertaría.
-¿Me acompañas un momento Grace?-
Dijo Niamh mientras comenzaba a caminar hacia una de las habitaciones de la
casa, la seguí por un pequeño pasillo, después ella entro a lo que yo creo era
su habitación.
-¿Te gusta el rosa?– Dije asombrada
mientras veía las miles tonalidades del color esparcidas por todas sus cosas.
Las dos únicas cosas que resaltaban en la habitación eran su cabello azul, y
yo, que era una enorme mancha negra ahí.
-¿Se nota?- Me pregunto con una
enorme sonrisa.
-Digamos que es como si tuvieras
un enorme letrero rosa brillante diciendo “I love pink”
-De hecho lo tengo- Dijo mientras
quitaba el tubo donde tenía algunas prendas y dejaba ver el enorme letrero con
luces que había detrás-
Ella se aventó a su cama y comenzó
a reír fuertemente igual que yo, después de un rato logramos controlarnos.
-Siéntate, mi cama es tu cama- Reí
un poco y después me senté en la orilla de su cómodo colchón.
Se pudo apreciar un enorme
silencio en toda la habitación. Aquellos silencios en los que no tienes la más mínima
idea de que decir. Esos momentos en los que miles de pensamientos cruzan tu
cabeza y ninguno llega a tener sentido.
-No creo que tu actitud sea la
mejor- Hablo Niamh interrumpiendo mis vagos pensamientos.
-¿A qué te refieres?- Pregunte
tratando de enfocar mi atención en sus palabras.
-Muy a pesar de las mentiras que
te han dicho, son tu familia, y les debes respeto.
-El respeto se gana Niamh, y créeme,
ellos no han hecho nada para ganárselo, de hecho, han hecho todo lo contrario.
Niamh no parecía estar contenta
con mi respuesta, había veces que simplemente no podía complacer a las personas
*¡Niamh!* se escuchó un grito proveniente de la sala, Ella se paró de la cama
sin decir nada y se fue. Me recosté en la cama y regrese a mi mundo, a mis
pensamientos.
Había un mundo totalmente
diferente, existían cosas que tal vez mi cabeza jamás imagino, criaturas
extrañas que tal vez se han paseado por mis sueños, paisajes nuevos, personas
diferentes, maneras de pensar con las cuales tal vez pueda coincidir.
Existían miles de cosas que yo no
conocía, fue entonces cuando entendí. Más que una mentira, más que una decepción
o una perdida, había ganado. Había encontrado el mundo en el que siempre creí
que sería feliz. Había encontrado una hermana, aquella en la cual sé que
siempre podre confiar, había encontrado a la amiga en la que siempre soñé.
No había perdido nada, de alguna
forma sabía que mis padres, mis hermanos y mi mejor amigo seguían ahí.
Esperando a que yo me decidiera a hablarles, pero también estaba dolida. La
forma en que sucedió todo no fue la más conveniente, ni la más linda.
Ya no estaba enojada, pero seguía
resentida, así, que me voy a encargar de que prueben un poco de su propio
chocolate.
Primero les voy a poder poner el resto del capitulo siete ya que el ocho tendra algunas MUCHAS modificaciones que afectaran el resto de la nove. me encantaria que pusieran las partes favoritas de la novela!!! para asi saber que les gusta ABRAZOS PSICOLOGICOS!!!
Viany.
Re: In The Shadows
Hola soy nueva lectora, quería decirte que tu novela es increíble y que por favor la sigas. ¿Podrías pasarte por mi novela? La estoy empezando y me gustaría tener tu opinion y te estaría muy agradecida si me dieras algún consejo, bueno este es el link: https://onlywn.activoforo.com/t38155-other-world#2035863 Gracias :)
meluxi
Re: In The Shadows
ok mis HERMOSAS lectoras, si lo se, las he dejado abandonadas por un largo rato, pero hay muchas razones, una de ellas es que como puse al principio de la novela, quiero publicar esta novela como un libro, y pues tengo que corregir, eso me ha estado absorbiendo mi tiempo, ademas de que tube hace un poco un bloqueo y no supe que poner, ahora ya que tengo que corregir no se como hacer los guiones largos en Word, y el texto que subo al foro se deforma como lo que vieron en la publicacion del capitulo 7 bueno el resto, espero me tengan paciencia hermosuras, lamento de todo corazon dejarlas sin cap :( LAS AMO y para que vean que no me he olvidado de ustedes, les voy a dejar una pequeña fraccion del capitulo 8 :D
Viany.
Re: In The Shadows
Una pequeña fraccion del ocho besos mis lindas lectoras!! (si es que aun tengo) :(
Capitulo 8
-Un mundo Nuevo-
“Hay veces que lo que mas nos huye, es lo que mas nos pertenece”
¬Baje las escaleras lentamente y con paso firme, lo cual hacia que mis estruendosas botas anunciaran mi legada al comedor por toda la casa. Jamás me habían gustado ese tipo de zapatos, digamos que me gustaba verlos en mi armario, pero no como se sentían en mis pies. Pero a mi mamá le molestaba, así que eso lo convertía en algo bueno, bueno, para mí era algo bueno.
-Lindos zapatos –dijo Nicho antes de tomar un sorbo de leche- supongo que son igual de incómodos.
-¿Te importa? –Dije mientras me sentaba a su costado. El se limito a encoger sus hombros y seguir desayunando.
-Las púas son un adorno o es parte de tu proyecto de “Defensa personal” –Los tres comenzaron a reír por el comentarios de mi castaño y odioso hermano Nicholas.
Y si, mi botín tenia púas justo en la punta del zapato. También en el grueso tacón de 12cm y en la plataforma, me gustaba el diseño. Pero tenia que admitir que eran bastante exagerados para un día de escuela. Lo que hace la gente por una venganza, a la que ahora no le encuentro sentido.
Segundos después, mamá traía en la mano un plato con hot-cakes que coloco enfrente de mí. Yo los empuje hacia el centro de la mesa.
-No quiero comer –dije mientras me paraba y caminaba hacia la sala. Eleonor se limito a dar un hondo suspiro.
-Necesitas comer, ya te lo había dicho.
-Y yo ya te dije que no quiero –Conteste mientras seguía mi caminado hacia el sillón donde estaba mi mochila- así que ya me voy.
Dije finalmente seguido de un fuerte azotón de puerta. Habían pasado tan solo tres semanas después de que les reprochara todas sus mentiras y me echara a correr como una completa desesperada, mi “venganza” no había sido del todo inteligente. Ignorarlos, tal vez parecía patético, pero de alguna forma así me había sentido los últimos años, además, no existía otra forma, aunque comienzo a creer que ni siquiera les ha afectado.
Seguí mi caminata por el camino de piedra que atravesaba el enorme patio para dirigirme a la salida de mi casa. Entonces escuche que abrían la puerta que ahora estaba a mis espaldas, voltee y me encontré con Christopher recargado de una de las columnas que alzaban el pequeño tejado de afuera. Se reía mientras negaba con la cabeza y aplaudía.
-¿Tu no cambias, cierto? –le dije mientras cruzaba mis brazos y le clavaba mi mirada, al mismo tiempo en que me quedaba parada en medio del camino.
-Tú tampoco, solo finges. Te conozco Blake, lo suficientemente bien como para saber que esto es una absurda idea de tu pequeña cabeza.
Para ser mi hermano y tratar de retenerme, debo decir, que lo hace completamente mal. Quería responder, pero para cuando abrí la boca el ya se había regresado a la casa.
Resople y salí de ahí. Me iría caminando, seria mejor que me fuera en patineta, pero después del pequeño accidente que tuve ayer no creo que la patineta pueda avanzar con tan solo dos de sus ruedas.
El viento era completamente helado, y tan fuerte que atravesaba la tela de mi sudadera gris, trataba de permanecer con tacto en mis manos, pero estaban prácticamente inmovilizadas por el frio. Decidí meterlas en la bolsa de la misma chamarra. Aquel clima había empezado de un momento para otro, el cielo se veía nublado y de un color gris, digno de una película de terror. El viento cada vez corría más y más fuerte. El cielo comenzó a resonar en truenos y relámpagos. Revise mi reloj y apenas eran las siete treinta de la mañana.
Me cruce de brazos tratando de encerrar el poco calor que aun quedaba en mi cuerpo, me sentía perdida, era el mismo camino de siempre, permanecía con la cara agachada. Alcé la mirada para poder ver si de verdad sabia donde me encontraba. Justo estaba pasando a un costado de un pequeño parque. Sentía algo extraño. Pare mi caminata tratando de identificar que era exactamente lo que sentía. Era una sensación de que alguien me estaba siguiendo, desde hacia varios pasos que lo había sentido, tal vez era mi cabeza que ya imaginaba cosas.
O tal vez de verdad me estaban siguiendo. Entonces un flash de un recuerdo vino a mí. Aquella vez que había huido de casa para encontrarme con Karim y Maia. Si, aun recordaba los nombres del par de locos que habían tratado de asesinarme hace unas semanas. Sentí la inexplicable sensación de querer salir corriendo de ahí. Estaba dispuesta a hacerle caso. Pero entonces escuche el rechinar de los columpios que eran agitados por las intensas ráfagas de viento.
Y me quede hipnotizada viendo el movimiento de estos. Mi mirada se había perdido en su movimiento, que inexplicablemente era mas lento cada segundo que pasaba. Mis ojos no podían despegar la mirada de ahí, todo comenzó a verse en escalas grises. Todo se quedo en un silencio profundo, las manecillas de mi reloj se oían lentas, cada vez iban siendo mas lentas hasta que desaparecieron del todo. El movimiento se había quedado inclinado sentí a el delicado viento entrar suavemente a mi oído acompañado de un mensaje
No hubo más, Salí disparada sin ningún control sobre mí. Mis piernas se alzaban lo más rápido que podían, entonces comencé a oír las pisadas de alguien corriendo justo detrás de mí. Y de una forma sobrenatural mis piernas se agilizaron más de lo que jamás habían hecho. Quería gritar y pedir ayuda, pero la sensación de miedo y terror no me dejaban ni siquiera pensar. Mis piernas comenzaban a traicionarme, sabía que en cualquier momento ellas se enredarían y yo terminaría en el suelo y servida en bandeja de plata a la persona que tenía detrás de mí. Y como me lo temía, caí al suelo dándome un gran golpe en la cabeza y quedando totalmente inconsciente.
Capitulo 8
-Un mundo Nuevo-
“Hay veces que lo que mas nos huye, es lo que mas nos pertenece”
¬Baje las escaleras lentamente y con paso firme, lo cual hacia que mis estruendosas botas anunciaran mi legada al comedor por toda la casa. Jamás me habían gustado ese tipo de zapatos, digamos que me gustaba verlos en mi armario, pero no como se sentían en mis pies. Pero a mi mamá le molestaba, así que eso lo convertía en algo bueno, bueno, para mí era algo bueno.
-Lindos zapatos –dijo Nicho antes de tomar un sorbo de leche- supongo que son igual de incómodos.
-¿Te importa? –Dije mientras me sentaba a su costado. El se limito a encoger sus hombros y seguir desayunando.
-Las púas son un adorno o es parte de tu proyecto de “Defensa personal” –Los tres comenzaron a reír por el comentarios de mi castaño y odioso hermano Nicholas.
Y si, mi botín tenia púas justo en la punta del zapato. También en el grueso tacón de 12cm y en la plataforma, me gustaba el diseño. Pero tenia que admitir que eran bastante exagerados para un día de escuela. Lo que hace la gente por una venganza, a la que ahora no le encuentro sentido.
Segundos después, mamá traía en la mano un plato con hot-cakes que coloco enfrente de mí. Yo los empuje hacia el centro de la mesa.
-No quiero comer –dije mientras me paraba y caminaba hacia la sala. Eleonor se limito a dar un hondo suspiro.
-Necesitas comer, ya te lo había dicho.
-Y yo ya te dije que no quiero –Conteste mientras seguía mi caminado hacia el sillón donde estaba mi mochila- así que ya me voy.
Dije finalmente seguido de un fuerte azotón de puerta. Habían pasado tan solo tres semanas después de que les reprochara todas sus mentiras y me echara a correr como una completa desesperada, mi “venganza” no había sido del todo inteligente. Ignorarlos, tal vez parecía patético, pero de alguna forma así me había sentido los últimos años, además, no existía otra forma, aunque comienzo a creer que ni siquiera les ha afectado.
Seguí mi caminata por el camino de piedra que atravesaba el enorme patio para dirigirme a la salida de mi casa. Entonces escuche que abrían la puerta que ahora estaba a mis espaldas, voltee y me encontré con Christopher recargado de una de las columnas que alzaban el pequeño tejado de afuera. Se reía mientras negaba con la cabeza y aplaudía.
-¿Tu no cambias, cierto? –le dije mientras cruzaba mis brazos y le clavaba mi mirada, al mismo tiempo en que me quedaba parada en medio del camino.
-Tú tampoco, solo finges. Te conozco Blake, lo suficientemente bien como para saber que esto es una absurda idea de tu pequeña cabeza.
Para ser mi hermano y tratar de retenerme, debo decir, que lo hace completamente mal. Quería responder, pero para cuando abrí la boca el ya se había regresado a la casa.
Resople y salí de ahí. Me iría caminando, seria mejor que me fuera en patineta, pero después del pequeño accidente que tuve ayer no creo que la patineta pueda avanzar con tan solo dos de sus ruedas.
El viento era completamente helado, y tan fuerte que atravesaba la tela de mi sudadera gris, trataba de permanecer con tacto en mis manos, pero estaban prácticamente inmovilizadas por el frio. Decidí meterlas en la bolsa de la misma chamarra. Aquel clima había empezado de un momento para otro, el cielo se veía nublado y de un color gris, digno de una película de terror. El viento cada vez corría más y más fuerte. El cielo comenzó a resonar en truenos y relámpagos. Revise mi reloj y apenas eran las siete treinta de la mañana.
Me cruce de brazos tratando de encerrar el poco calor que aun quedaba en mi cuerpo, me sentía perdida, era el mismo camino de siempre, permanecía con la cara agachada. Alcé la mirada para poder ver si de verdad sabia donde me encontraba. Justo estaba pasando a un costado de un pequeño parque. Sentía algo extraño. Pare mi caminata tratando de identificar que era exactamente lo que sentía. Era una sensación de que alguien me estaba siguiendo, desde hacia varios pasos que lo había sentido, tal vez era mi cabeza que ya imaginaba cosas.
O tal vez de verdad me estaban siguiendo. Entonces un flash de un recuerdo vino a mí. Aquella vez que había huido de casa para encontrarme con Karim y Maia. Si, aun recordaba los nombres del par de locos que habían tratado de asesinarme hace unas semanas. Sentí la inexplicable sensación de querer salir corriendo de ahí. Estaba dispuesta a hacerle caso. Pero entonces escuche el rechinar de los columpios que eran agitados por las intensas ráfagas de viento.
Y me quede hipnotizada viendo el movimiento de estos. Mi mirada se había perdido en su movimiento, que inexplicablemente era mas lento cada segundo que pasaba. Mis ojos no podían despegar la mirada de ahí, todo comenzó a verse en escalas grises. Todo se quedo en un silencio profundo, las manecillas de mi reloj se oían lentas, cada vez iban siendo mas lentas hasta que desaparecieron del todo. El movimiento se había quedado inclinado sentí a el delicado viento entrar suavemente a mi oído acompañado de un mensaje
No hubo más, Salí disparada sin ningún control sobre mí. Mis piernas se alzaban lo más rápido que podían, entonces comencé a oír las pisadas de alguien corriendo justo detrás de mí. Y de una forma sobrenatural mis piernas se agilizaron más de lo que jamás habían hecho. Quería gritar y pedir ayuda, pero la sensación de miedo y terror no me dejaban ni siquiera pensar. Mis piernas comenzaban a traicionarme, sabía que en cualquier momento ellas se enredarían y yo terminaría en el suelo y servida en bandeja de plata a la persona que tenía detrás de mí. Y como me lo temía, caí al suelo dándome un gran golpe en la cabeza y quedando totalmente inconsciente.
Viany.
Re: In The Shadows
Capitulo 8
-Un mundo Nuevo-
“Hay veces que lo que mas nos huye, es lo que mas nos pertenece”
-Un mundo Nuevo-
“Hay veces que lo que mas nos huye, es lo que mas nos pertenece”
¬Baje las escaleras lentamente y con paso firme, lo cual hacia que mis estruendosas botas anunciaran mi llegada al comedor por toda la casa. Jamás me habían gustado ese tipo de zapatos, digamos que me gustaba verlos en mi armario, pero no como se sentían en mis pies. Pero a mi mamá le molestaba, así que eso lo convertía en algo bueno, bueno, para mí era algo bueno.
-Lindos zapatos –dijo Nicho antes de tomar un sorbo de leche- supongo que son igual de incómodos.
-¿Te importa? –Dije mientras me sentaba a su costado. El se limito a encoger sus hombros y seguir desayunando.
-Las púas son un adorno o es parte de tu proyecto de “Defensa personal” –Los tres comenzaron a reír por el comentarios de mi castaño y odioso hermano Nicholas.
Y si, mi botín tenia púas justo en la punta del zapato. También en el grueso tacón de 12cm y en la plataforma, me gustaba el diseño. Pero tenia que admitir que eran bastante exagerados para un día de escuela. Lo que hace la gente por una venganza, a la que ahora no le encuentro sentido.
Segundos después, mamá traía en la mano un plato con hot-cakes que coloco enfrente de mí. Yo los empuje hacia el centro de la mesa.
-No quiero comer –dije mientras me paraba y caminaba hacia la sala. Eleonor se limito a dar un hondo suspiro.
-Necesitas comer, ya te lo había dicho.
-Y yo ya te dije que no quiero –Conteste mientras seguía mi caminado hacia el sillón donde estaba mi mochila- así que ya me voy.
Dije finalmente seguido de un fuerte azotón de puerta. Habían pasado tan solo tres semanas después de que les reprochara todas sus mentiras y me echara a correr como una completa desesperada, mi “venganza” no había sido del todo inteligente. Ignorarlos, tal vez parecía patético, pero de alguna forma así me había sentido los últimos años, además, no existía otra forma, aunque comienzo a creer que ni siquiera les ha afectado.
Seguí mi caminata por el camino de piedra que atravesaba el enorme patio para dirigirme a la salida de mi casa. Entonces escuche que abrían la puerta que ahora estaba a mis espaldas, voltee y me encontré con Christopher recargado de una de las columnas que alzaban el pequeño tejado de afuera. Se reía mientras negaba con la cabeza y aplaudía.
-¿Tu no cambias, cierto? –le dije mientras cruzaba mis brazos y le clavaba mi mirada,al mismo tiempo en que me quedaba parada en medio del camino.
-Tú tampoco, solo finges. Te conozco Blake, lo suficientemente bien como para saber que esto es una absurda idea de tu pequeña cabeza.
Para ser mi hermano y tratar de retenerme, debo decir, que lo hace completamente mal. Quería responder, pero para cuando abrí la boca el ya se había regresado a la casa.
Resople y salí de ahí. Me iría caminando, seria mejor que me fuera en patineta, pero después del pequeño accidente que tuve ayer no creo que la patineta pueda avanzar con tan solo dos de sus ruedas.
El viento era completamente helado, y tan fuerte que atravesaba la tela de mi sudadera gris, trataba de permanecer con tacto en mis manos, pero estaban prácticamente inmovilizadas por el frio. Decidí meterlas en la bolsa de la misma chamarra. Aquel clima había empezado de un momento para otro, el cielo se veía nublado y de un color gris, digno de una película de terror. El viento cada vez corría más y más fuerte. El cielo comenzó a resonar en truenos y relámpagos. Revise mi reloj y apenas eran las siete treinta de la mañana.
Me cruce de brazos tratando de encerrar el poco calor que aun quedaba en mi cuerpo, me sentía perdida, era el mismo camino de siempre, permanecía con la cara agachada. Alcé la mirada para poder ver si de verdad sabia donde me encontraba. Justo estaba pasando a un costado de un pequeño parque. Sentía algo extraño. Pare mi caminata tratando de identificar que era exactamente lo que sentía. Era una sensación de que alguien me estaba siguiendo, desde hacia varios pasos que lo había sentido, tal vez era mi cabeza que ya imaginaba cosas.
O tal vez de verdad me estaban siguiendo. Entonces un flash de un recuerdo vino a mí. Aquella vez que había huido de casa para encontrarme con Karim y Maia. Si, aun recordaba los nombres del par de locos que habían tratado de asesinarme hace unas semanas. Sentí la inexplicable sensación de querer salir corriendo de ahí. Estaba dispuesta a hacerle caso. Pero entonces escuche el rechinar de los columpios que eran agitados por las intensas ráfagas de viento.
Y me quede hipnotizada viendo el movimiento de estos. Mi mirada se había perdido en su movimiento, que inexplicablemente era mas lento cada segundo que pasaba. Mis ojos no podían despegar la mirada de ahí, todo comenzó a verse en escalas grises. Todo se quedo en un silencio profundo, las manecillas de mi reloj se oían lentas, cada vez iban siendo mas lentas hasta que desaparecieron del todo. El columpio se había quedado inclinado, sentí a el delicado viento entrar suavemente a mi oído acompañado de un mensaje <
No hubo más, Salí disparada sin ningún control sobre mí. Mis piernas se alzaban lo más rápido que podían, entonces comencé a oír las pisadas de alguien corriendo justo detrás de mí. Y de una forma sobrenatural mis piernas se agilizaron más de lo que jamás habían hecho. Quería gritar y pedir ayuda, pero la sensación de miedo y terror no me dejaban ni siquiera pensar. Mis piernas comenzaban a traicionarme, sabía que en cualquier momento ellas se enredarían y yo terminaría en el suelo y servida en bandeja de plata a la persona que tenía detrás de mí. Y como me lo temía, caí al suelo dándome un gran golpe en la cabeza y quedando totalmente inconsciente.
¿Cuántas veces ya me había desmayado? ¿Tres? Tal vez más. Jamás me había desmayado, pero al parecer a mi cuerpo ya le había gustado hacerlo a cada momento.
La sensación de terror que estaba experimentando era terrible. Ni siquiera quería despertar, un incesante grito aun estaba atorado en mi garganta. Sentí como mi cuerpo comenzaba a responder, pero yo simplemente me rehusaba a abrir mis ojos.
Habían pasado algunos minutos desde que había reaccionado y aun no sentía u oía nada. Decidí abrirlos, total, si voy a morir, por lo menos quiero saber a quien vendré a asustar por las noches.
¿Esto es enserio? Estaba en la enfermería de la escuela, me pare rápidamente de la camilla, pero al instante me volví a caer al piso. Al parecer aun me mareaba con los movimientos bruscos. Intente pararme de nuevo, esta vez más lentamente, no era exactamente el lugar en el que me
imaginaba terminar.
Tome mi mochila y Salí de ahí, camine por los pasillos, pero no me dirigía a mi salón, quería saber que me había pasado, y en ese momento la única persona que me las podía resolver, era la misma enfermera.
No la encontraba por ningún lado, buscaba con mi mirada en cada salón que pasaba. Revise toda la plante baja, y nada. Estaba por subir las escaleras cuando escuche una voz, pero no era cualquier voz, era la de Niamh. Cambie mi caminata conforme oía más próxima su voz. Entonces la vi, estaba hablando con el director, después de unos segundos este le dio la mano y ella sonrió respondiendo al mismo tiempo el saludo.
Ella comenzó a caminar hacia mí, me escondí detrás de la pared, escuchaba cada vez más próximos sus pasos, y cuando creía que ya estaba lo suficientemente cerca.
-¿Qué haces aquí? –Dije mientras salía de mi escondite encontrándome con su rostro totalmente pálido.
-¿Estás loca? –Me contesto- ¡Casi me matas del susto!
-Aun no contestas –Dije mientras la miraba acusadoramente.
-¿Qué? ¿Esa es la forma de tratar a tu nueva compañera? –Eso si me había tomado por sorpresa, una muy grata sorpresa. Desde el día que la
conocí, no parábamos de hablar y de jugar. A veces salíamos al pequeño parqué que está cerca de mi casa. Justamente donde oí el dichoso mensaje.
-¿De verdad?
-¡Claro! –Ella asintió gustosa. Íbamos caminando de lo más normal por el corredor. Hubo un momento en el que ella me reviso con la mirada.
-¿Qué onda con tu ropa? –Dijo a punto de partir en risas.
-¿Qué onda con la tuya? –Dije mientras revisaba si alguna parte de ella aparte de su chaqueta blanca no era rosa. Una linda blusa de seda de un rosa pastel, un pantalón ajustado color salmón y unas zapatillas como de bailarina, mientras que su largo cabello azul estaba atado en una coleta alta con un listón… ¿Adivinen de qué color? ROSA.
-Está bien, tendremos que omitir por completo los comentarios sobre nuestra ropa. –Dijo Niamh mientras se comparaba con la mirada a si misma conmigo.
-Estoy totalmente de acuerdo contigo. –Las dos nos dimos la mano burlándonos de los juramentos.
-¿Tu cabello es azul natural? –Dije mientras tomaba uno de sus lacios mechones, era un lindo azul celeste, pero hablando del lugar del que venía, supongo que podría ser normal.
-¡Claro que no! ¿En qué planeta vives? –La vi con mis ojos entrecerrados, su comentario había sido del todo irónico. Al percatarse de lo que había dicho, comenzó a reír fuertemente. Yo le seguí, pero fue más por su reacción que por el comentario.
-Entonces ¿De qué color es tu cabello?
-Soy pelirroja, bueno, ¿anaranjado? Pff yo no sé de gamas de colores querida.
Comencé a reír, ella era totalmente lo que imaginaba en una amiga, pero quién diría que encontraría eso en una chica que es totalmente opuesta a mí.
-¿No sería más lógico que lo pintaras de rosa? –Pregunte como si fuera de lo más obvio.
-¿Qué? ¡No! Eso sería demasiado rosa incluso para mí. –Dijo como si yo hubiera dicho lo más estúpido que ella hubiera oído en su vida. Rodee mis ojos y di un gran suspiro.
-Ay Niamh… ¿Quién te entiende?
-¡Oh! Qué bueno que me lo recuerdas, en la escuela no podrás llamarme Niamh, Aquí me llamo Astrid ¿Recuerdas lo que te comente sobre mi identidad?
-No te preocupes A-S-T-R-I-D –Dije tratando de recalcar cada letra de su nombre-. Aunque no entiendo para que tanto alboroto con eso.
-Solo llámame Astrid y ya deja de hacer preguntas.
Estábamos a unos pasos del salón donde se supone que debería estar, pero entonces pare en seco.
-¿Qué te pasa? –Dijo Niamh mientras se paraba enfrente de mí.
-¿No se supone que tenemos horarios diferentes? –Una enorme sonrisa se formó en su rostro, después comenzó a desdoblar un pequeño papel que saco de su pantalón.
-Préstame tu horario –Dijo mientras extendía su mano. Yo lo saque de mi chaqueta y se lo entregue. -¿Lo ves? Tenemos el mismo horario.
-¿Eso es posible? –Dije mientras veía los dos papeles.
-Pues según tú hace unos días, los antrofotis no existían.
Sonreí mientras la miraba de una manera sospechosa e incriminatoria. Ella simplemente siguió su camino hacia el salón, pero entonces un triste pensamiento llego a mi cabeza.
-No puedes hablarme en la escuela –Dije de repente, ella se volteó confundida- No tengo la mejor de las posiciones aquí. La popularidad y amistades son de mis hermanos, mías, pues, dejémoslo en que la última amiga que tuve. Fue en primer año, de primaria.
Ella sonrió de lado, negaba con la cabeza un poco divertida. No se veía feliz por mi comentario, pero tampoco había quitado la curva de su boca.
-No dejare que ellos acaben con nuestra amistad –Dijo mientras comenzaba a caminar hacia mí.
-Y yo no dejare que te humillen igual que a mí. –Dije a punto de estallar en lágrimas- No dejare que acaben contigo igual que lo hicieron conmigo, solo aléjate y ya, finge que no me conoces.
-Parece que la que no me conoce eres tú. –Dijo mientras ponía su mano en mi hombro. –Confía en mí, ellos no van a hacerme nada. Además, ¿Sabías que las bolas de fuego son sencillas de hacer? –Dijo mientras alzaba sus cejas insinuantemente.
Yo reí un poco por eso, ella me regalo una sonrisa, continuamos con la caminata hacia el aula. Me aterraba entrar a ese lugar, cada día rogaba porque algo impidiera que entrara, pero el orgullo hacia que no faltara. Aunque ¿A quién engaño? Ya me lastimaron todo lo que podían, no creo que puedan hacer algo más.
-¿Puedo pasar? –Dije mientras me asomaba por la puerta del salón.
-Claro señorita Anderson, me informaron que estaba en la enfermería ¿Ya se siente mejor? –Dijo la maestra mientras abandonaba la pizarra y se acercaba a mí.
-Si profesora, ya estoy mejor. –Trate de parecer lo mas sincera posible, pero la verdad era la siguiente. Siempre que entraba a ese salón, una especie de nauseas inundaban mi estomago, así que teóricamente, no estaba bien.
Ella asintió con una sonrisa y me dejo pasar. Era una señora de unos 50 años, cabello café y corto hasta un poco debajo de la oreja, usaba unos delgados lentes que cubrían sus ojos azules, una señora que tenía las arrugas suficientes como para delatar su edad. Tenía una piel blanca. Era la profesora Twincle. Su apellido siempre me recordaba a un gato gris que tuve cuando era niña. Era la única maestra que de verdad me agradaba, y justamente daba tres de mis materias favoritas. Historia, Literatura y Teatro.
-Buenas noches fenómeno –Escuche la “cálida” bienvenida de Derek Thompson. Era un patético rubio de ojos color lodo que me fastidiaba la vida desde tercer grado de primaria. Era el “chistosito” de la clase, siempre tratando de hacer el ridículo, aunque a mi parecer no hace ningún esfuerzo. Nunca había entendido que era lo que lo hacia sentirse superior a los demás. No era guapo, ni caballeros, mucho menos inteligente, es mas. Lo único que lo destacaba un poco era que sabia jugar bien football, pero en estos días ¿A quien le interesa?
-Porki ¿Tarde otra vez? –Menciona Pamela Sullivan, una morena con ojos del mismo color que Derek. Tenía su oscuro cabello amarrado en una coleta alta. Con ella mi confusión era peor. En ella, tenia que admitir que era “linda”, a pesar de los varios kilos que peleaban por escapar de la ajustada blusa rosa fosforescente que usaba. Ella siempre se la pasaba insultando a medio mundo. Ella era una de las amigas de la más lista del salón.
También de la mas graciosa y de la deportista, pero solo eso. Ella no era ninguna de las anteriores, ni siquiera era la más linda. ¿Qué tenia para sentirse mejor que yo?
Ignore los dos comentarios, maldecía el momento en el que la maestra nos asigno en el mismo escritorio. No paraban de hablar cosas sin sentido ¿Quién tiene los pechos más grandes? ¿Quién ha tenido más novios? ¿Cuáles han sido las parejitas? En mi cabeza trataba de averiguar de donde salían preguntas tan estúpidas. Por que estaba segura, de que cerebro, no tenían.
Alce la vista y Niamh apenas estaba ingresando al aula. La señorita Twincle se veía bastante sonriente, mientras que Niamh tenia la sonrisa más fingida que le había visto, eso me hizo reír.
-Jóvenes –Dijo la maestra atrayendo la atención de todos- Les presento a su nueva compañera, la señorita Astrid Smith.
Pude notar como inmediatamente Pamela le guiñaba el ojo a Sara Miller, la “inteligente”, yo no creía en la idea que tener un expediente académico lleno de dieces demostraba lo inteligente que podías ser, o mas bien, quería ignorar la idea de que una chica que hablaba como si se hubiera tragado una ardilla, que todo el tiempo hablaba de ropa y que se había acostado con mas de la mitad de la comunidad varonil de la escuela, fuera mas inteligente que yo.
Y así era como funcionaban las cosas allí. Las chicas de mi grado se dividían en dos, y no es broma. Nunca me interese en buscarles un nombre, pero primero, estaba el de Sara. Las chicas que eran las mejores en cualquier cosa. Podías encontrar a la chica de la boleta de dieces, que era la
líder, o sea Sara Miller.
Las mejores en los deportes, Anne Hunter y Ruth Clayton. La más graciosa, y la mejor amiga de Sara, Stephan Scheffer. La mas tonta, o como la llaman aquí, la mas coqueta, Tracy Swallow y la mas… bueno. Y Pamela Sullivan. Astrid había entrado en su grupo, ya que los ojos aprobadores de Pamela y Sara se habían conectado.
Brianna Klein, la líder del segundo grupo, se había limitado a encoger los hombros mientras veía a Rachel Riggs, su mejor amiga. El segundo grupo estaba conformado, por, bueno. Realmente no se que decir acerca del segundo. No eran malas, de hecho, la mayoría del tiempo de mí primaria la había pasado con ellas, o bueno, detrás de ellas. Solo había una chica que no podía soportar, y esa era Samanta Jackson.
Ella era para mi la mas tonta y fea del salón. No soy juzgona ni nada por el estilo, pero admitámoslo, la chica es fea, esa su naturaleza y punto. Y por deprimente que suene, creo que ella es más feliz que yo. Tenia amigas, algo que yo no había podido conseguir en 6 años, hasta que llego Niamh, bueno, Astrid. A pesar de eso, aun recuerdo que en la primaria, Rachel me defendía de Samanta. Pero decidí alejarme, creo que fue lo más digno que podía hacer.
-Señorita Anderson –Dijo la profesora sacándome de mis pensamientos- Se cambiara de lugar, compartirá escritorio con la señorita Smith.
Celebraba con confeti en mi interior. Me pase al escritorio que estaba junto al mío. Nimah me guiño un ojo, esa chica hacia mas que solo controlar el fuego, parecía poder mover todo a su conveniencia.
-¿Cómo rayos lo hiciste? –Pregunte justo cuando ella se sento.
-¿Qué? ¿Ahora es un pecado tener suerte? -Dijo con una enorme sonrisa.
Viany.
Re: In The Shadows
SISISI!!! SUBELO POR FAVOR Y PERDON POR NO LEERLA PERO ES QUE NO TENIA INTERNET Y EL QUE TENIA ERA EL DEL CEL!!! LO SIENTO!!!! PERDONAME!!! AHORA!!!! SIGUELA!!! A por cierto, tienes face o twitter??? mi face es Astrid Bustillos Cancino y tiene una foto de perrie edwards y mi twitter es @LittleThing_1D Besos!!! :ilusion:
Astrid Bustillos
Re: In The Shadows
Astrid!!! no te preocupes, yo entiendo :) sip si tengo face y twitter, te agrgare despues por Face, me llamo Pervi (es la aberbiacion de mis dos nombres) y te seguire en twitter :D bueno pues por ti y por Mel, les dejo el cap 9.
-Pregunte por ella en la dirección. Pero me dijeron que ella no ha estado en toda la mañana, dicen que llamo para avisar que tenía un problema personal. –Dijo Niamh mientras se acercaba a la mesa en la que estaba sentada.
-¡Genial! Y ahora a quien se supone que le preguntare. –Dije mientras jugaba con la verdura de mi plato.
-Te diré algo, pero no quiero que te enojes conmigo. –Voltee a verla confundida. Ella tenía una sonrisa algo coqueta y estaba jugando con unos de sus mechones de cabello.
-Debes admitir que tus hermanos son bastante lindos. –Dijo miraba hacia el frente.
La luz que se filtraba por las puertas que eran totalmente de cristal me lastimaba un poco. Me restregué los ojos y pude ver lo que ella veía. Eran Nicholas, Christopher y Alexander caminando hacia mí. ¿Desde cuándo ellos me hablan en la escuela?
-De nada –Fue lo primero que dijo Chris cuando se sentó en una de las sillas de la mesa, al igual que los otros dos.
-¿De qué hablan? –Dije mirándolos seriamente.
-Nosotros fuimos los que te llevamos a la enfermería –Continuo Alex- Por cierto, linda forma de aterrizar.
Mi piel se erizo, al igual que lo hace un gato cuando se enoja. Ellos reían, yo baje la mirada y voltee a ver a Niamh. Ella me veía con tristeza, después volteo a verlos. Tenía la mirada seria y una sonrisa maliciosa, no sé si fue mi imaginación, o de verdad sus ojos se volvieron rojos por un instante.
Regrese mi mirada a ellos, de la nada unas flamas de fuego aparecieron en sus brazos. Antes de que pasara algo, las mismas desaparecieron.
-Búscate otro juego –Dijo Nicho de una forma despreciativa mientras veía a mi amiga.
-Y tú búscate a otra hermana. –Dije mientras me paraba de la mesa.
-Nunca he tenido una –Fue lo último que escuché salir de su boca. Después de sus mismas carcajadas unidas a las de otros chicos, hasta ese momento me había dado cuenta que lo habían escuchado. Camine con la cara agachada. Apretaba fuertemente mis puños al igual que mis ojos, batallaba por no romper a llorar en ese instante.
-Awww la bebita va a llorar. –Escuche decir a Derek mientras atravesaba la puerta.
Después de salir al patio sentí la presencia de alguien a mi lado, pero no fue necesario alzar la cara para saber de quien se trataba.
-Si te sirve de algo… Nicholas es adoptado –Escuche la bromista voz de Christopher. Se formuló una sonrisa en mi rostro, al mismo tiempo que las lágrimas salieron.
-Solo ignóralo, sabes que él es un idiota.
-Solo déjame sola. –Dije mientras limpiaba mis lágrimas, mi voz sonaba débil, y era así exactamente como me sentía.
-Pero princesa, yo solo…
-¡Dije que me dejes sola! –Grite con las pocas fuerzas que le quedaban a mis cuerdas vocales-. No quiero ensuciar al mariscal de campo con mi asquerosa presencia. –Dije mientras alzaba la cara y lo miraba a los ojos. El dio un gran suspiro, tenía agachada la cabeza y sus ojos desbordaban tristeza, pero ya no quería estar con ellos, Nicholas había dicho bien. Nosotros no somos nada, desde hace mucho dejamos de serlo.
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-Eres un idiota –Dijo Niamh justamente cuando Christopher había ido detrás de Blake.
-No es mi problema que sea tan sensible –Respondió el castaño.
Niamh estaba que ardía de la furia, y literalmente estaba ardiendo. Alexander le golpeo en el hombro, ella se percató de que su mano estaba en llamas. Cuando se dio cuenta lo apago inmediatamente.
-Eres un insensible –Dijo la chica mientras tomaba sus cosas y se largaba de ahí.
Alexander miraba furioso al menor, pero realmente no sabía que era lo que había estado pensando. Nicholas siempre la defendía cuando ella no estaba. Pero cuando Blake se aparecía, él se transformaba a la persona más miserable del mundo.
Niamh miraba por todo el patio, pero no sabía dónde se pudo haber metido, entonces se encontró con Chris hecho una mar de lágrimas.
-¿Dónde está Blake? –Pregunto furiosa, él no pensaba contestarle de buena manera, pero la ojimiel hizo que su cabello tomara un color rojo oscuro al igual que sus ojos, mientras que su mano derecha ya tenía una bola de fuego. Christopher sabía que los antrofotis no eran de lo más gentiles cuando se transformaban.
-Está en el árbol –Dijo de mala gana mientras se limpiaba sus lágrimas y se perdía dentro de la escuela.
Niamh regreso a su estado natural, camino por el patio hasta que vio unas piernas escondida detrás de un árbol. Camino lentamente, pero se espantó con lo que veía.
Blake tenía la mirada perdida en el horizonte, su semblante era duro, tenía una mirada fría. Sin embargo, sus ojos estaban llenos de lágrimas, eran unas cascadas realmente grandes. Sus mejillas se veían irritadas y de vez en cuando ella parpadeaba, para eliminar las lágrimas que se quedaban atoradas entre sus pestañas.
-¿Has sabido algo de Jason? –Menciono Niamh mientras se sentaba a un lado de Blake.
Pero se arrepintió en el momento. La pelinegra abrazo sus rodillas, sus sollozos eran estruendosos y negaba con la cabeza sin dejar a aquella posición. Entonces una sombra cubrió el cuerpo de Blake. Niamh alzo la cabeza y se encontró con la dura mirada de Jason. Ella entendió aquello, decidió treparse a una de las ramas del enorme roble. Jason ocupo su lugar.
-¿Recuerdas lo que te dije el día de tu cumpleaños? –Blake levanto la mirada como si fuera un resorte. Aquella imagen destrozo al moreno. La pequeña asintió lentamente.
-¿Sabes que era para siempre? ¿No? –Blake simplemente se abalanzo al chico sollozando aún más fuerte.
-No puedes ser fuerte todo el tiempo –Dijo Jason mientras acurrucaba a su amiga en su pecho.
-Desearía serlo –Susurro la chica con una voz apenas audible- ¡Dijo que nunca fui su hermana! ¡Lo dijo! ¡Lo dijo!
Grito continuando con un llanto más fuerte. Jason había extrañado tanto a su pequeña. Pero odiaba que la razón por la que se hubieran unido, fuera por el comentario de Nicholas.
-¿Sabes que es lo peor? –Dijo Blake mientras se sentaba sobre sus rodillas y comenzaba a secarse el llanto- Que yo sé que él tiene razón.
Jason la miraba fijamente y sonrió levemente. Blake estaba hecha un desastre. Su cabello estaba totalmente alborotado. Su ropa estaba llena de tierra al igual que su cara. Jason acomodo unos de sus mechones de la chica detrás de su oreja. Pero eso ni siquiera lograba cambiar un poco su inusual look.
-Esto también me afecta a mí. –Dijo Niamh mientras se colgaba de cabeza sobre la rama. Jason y Blake volearon a verla esperando a que se explicara. –Ahora tendré que tachar a Nicho de mi lista de conquistas. Jason rodo los ojos y Blake esbozo una enorme sonrisa.
-¿Qué? Te dije que me parecía lindo –Blake la jalo de su coleta haciendo que perdiera el equilibrio y callera encima de Jason. Blake comenzó a reír fuertemente sin poder parar–. Lo siento –Dijo Niamh tratando de parar el mareo que tenía por haber estado de cabeza.
-No te preocupes –Dijo Jason con una enorme sonrisa, Niamh se sonrojo ante aquella reacción.
-¿En serio? –Interrumpió Blake mientras los veía con burla. Los otros dos chicos rodaron los ojos e instintivamente Niamh se abalanzo a Blake.
-¿No estabas llorando? –Dijo la chapeada chica, Blake se encogió de hombros y boto a Niamh a un lado.
-¿Nos vamos? –Dijo Jason mientras les extendía las dos manos, las dos chicas las tomaron, Niamh parecía desesperada sacudiendo todo el polvo que tenía en la ropa. Blake solo reía por su desesperada amiga.
-Ahorita regreso, necesito ir al baño –Dijo Niamh mientras señalaba su coleta desacomodada. Blake asintió con una sonrisa para después ver como su amiga se alejaba.
-Lamento haberte ignorado este tiempo Jason –Dijo Blake mientras abrazaba al chico. El sonrió y se limitó a regresarle el abrazo.
-No importa, ahora lo único que interesa, es arreglar los malos entendidos. –Dijo Jason mientras comenzaba a caminar con Blake colgada como un Koala con sus piernas enroscadas en la cintura del moreno y sus brazos apretando el cuello del mismo.
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Al final de la escuela, decidí ir con Niamh y Jason a mi casa, pero no me sentía con ánimos de verle la cara a Nicho, así que Jason nos llevó a su casa, tenía una especie de emoción, ya que nunca había ido.
-Entonces aquí vives. –Dije viendo la enorme casa que se alzaba frente a mí.
-Linda casa –Dijo como si nada Niamh, yo le di un codazo y ella solo alzo los hombros.
Jason no había dicho nada en todo el camino. Abrió la puerta y nos hizo una seña para que entráramos. Ya adentro, me di cuenta de lo lujosa que era su casa ¿Le pagan por cuidarme? Porque si lo hacían como creía, podría trabajar en eso. Me senté en el sillón blanco de piel que estaba al frente de la sala. Niamh hizo lo mismo, las dos parecíamos niñas pequeñas revisando toda la casa con la mirada.
-¿Qué paso hoy en la mañana? –Dijo por fin Jason con seriedad.
-¿A qué te refieres? .Dije un poco confundida, aunque ya sabía de qué estaba hablando.
-Es cierto, jamás me dijiste porque estabas buscando a la enfermera. –Dijo Niamh mientras me veía como si estuviera en un interrogatorio.
-Solo estaba corriendo, mis piernas se enredaron y tropecé. Y para cuando abrí los ojos ya estaba en la enfermería. –Dije como si fuera de lo más normal. Jason me veía serio, él sabía que no estaba diciendo toda la verdad.
-Claro, y yo soy de hielo ¿no? –Dijo Niamh con un toque de sarcasmo crudo. Reí un poco, pero mi sonrisa se borró inmediatamente con las duras miradas que mis amigos me dirigían.
-Es complicado –Comencé a decir seguido de un largo suspiro- Me sentía un poco paranoica en la mañana, después, fue como si el viento me hubiera dicho “corre” yo solo lo obedecí, después de unos pasos sentí que alguien corría detrás de mí, fue cuando me caí y me desmaye.
Jason se veía como antes, no se veía sorprendido ni nada por el estilo. Niamh solo se me quedo viendo con una ceja arriba. Yo comencé a jugar con mis manos esperando una respuesta por parte de cualquiera de los dos.
-Necesito explicarte todo. –Dijo de la nada Jason.
-Yo voy por algo para comer. –Dijo Niamh mientras se iba hacia la cocina.
-¿Qué es lo que necesitas explicarme? –Dije acercándome más a él.
-Acerca de mí, necesito explicarte de dónde vienes y de donde vengo. Pero tú también necesitas explicarme, como rayos te enteraste de todo. –Mi corazón se aceleró de repente, ¿Era malo que Artemis me lo haya dicho? ¿Debía decirle que fue mi hermana la que me dijo todo? ¿Y ahora qué?
-Me lo conto un pajarito. –Dije con toda la inocencia que tenía.
-Sí, un pajarito llamado Artemis ¿Cierto? –Dijo Jason mientras me miraba y alzaba una ceja.
-¿Acaso importa el nombre del pajarito? –Jason se golpeó la frente con mi respuesta, y escuche una risita proveniente de la cocina.
-No ayudes Niamh –Dijo Jason un poco malhumorado.
Reí un poco, pero aún seguía algo tensa, era obvio que era Artemis, él ya lo sabía, pero yo no pensaba confirmar nada.
-En fin, Artemis es lo de menos. Ahora necesito aclararte, primera…
-¿Cuántos años tienes? –Dije antes de que el terminara la frase, yo necesitaba saber su edad real, era obvio que no tenía quince, su cuerpo hablaba.
-Tengo 18 –Mis ojos se abrieron como dos platos, el sonrió por mi reacción, aunque no sabía porque me sorprendía, o si, ya recordé.
-¿Cómo rayos lograste entrar en mi grado? –Dije bastante curiosa.
-Con un expediente falso y magia, te sorprendería lo ingenuos que son los humanos. –Lo mire desaprobatoriamente, se le había olvidado que yo era un humano.
-¡Hey! Estoy aquí, ¿Se te olvida que yo soy una humana?
-¡QUE! –Respondieron fuertemente Jason y Niamh, yo salte un poco sobre el sofá por la impresión. Después Jason comenzó a reír.
-¡No digas tonterías! El que tú no tengas poderes, no significa que seas humana, ¿Ahora entiendes porque necesito explicarte todo?
Bufe y me acomode en mi sillón, de alguna forma me sentía ofendida y aliviada a la vez. Ofendida por como describen a los humanos, y aliviada por no ser uno.
-¿Y entonces porque soy así? –Dije un tanto decaída, era horrible saber que vienes de un lugar totalmente diferente, en donde hay magia y cosas fantásticas. Y tú ser solo una persona más.
-No lo sé, nadie sabe. Pero yo confió en que solo hay que darte tiempo.
-¿Tiempo? ¡Tengo 15 años! ¿No crees que ya fue tiempo suficiente? –Estaba algo molesta, ¿ni siquiera sabían por qué? ¿Qué clase de magos son?
-Pues no, pero te estas desviando del tema, aun no te digo ni el nombre de…
-Foneira –Dije rápidamente- Niamh me lo dijo el día que la conocí.
Jason volteo a ver de una manera asesina a la chica que venía con una charola en las manos, ella al percatarse abrió bien los ojos y mejor dio media vuelta hacia la cocina.
-Entonces ya sabes cómo funcionan las cosas ahí ¿No? –Dijo aun molesto.
-No, solo me dijo el nombre de su especie, bueno, algunos otros pero eran demasiado raros como para recordarlos todos.
-Bueno, entonces empecemos por la especie de Niamh…
-¡Espera! –Dijo la chica mientras corría hacia la sala-. Ya, ahora sí, continúa.
-Bueno, como decía. Los antrofotis tienen la capacidad de crear y controlar el fuego además…
-¡Sí! Es fantástico, puedes convertirte en una pequeña flama o en una enorme explosión –Niamh interrumpió de la nada a Jason, el solo la veía enojado.
-¿Le tienen miedo al agua? –Dije curiosa
-No, te diría todo si cierta chica dejara de interrumpir –Dijo mirando acusadoramente a la chica del cabello de chicle. Niamh se levantó y se fue a la cocina.
-Como dijo Niamh, ella se puede convertir en lo que sea que tenga que ver con la energía, puede ser incluso un rayo, pero eso por lo general solo lo hace un antrofoti experto, a veces puede ser arriesgado. Sin embargo, a diferencia del fuego común, cuando ellos se convierten, la única forma de apagarlos es con un hechizo llamado “gínetai” que los regresa a su forma original.
-Sí, pero es muy doloroso, sientes como si te enterraran una navaja en el pecho. –Dijo Niamh mientras regresaba a mi lado.
-¿Y tú como lo sabes? –Pregunte con una ceja levantada.
-Un día, justamente cuando aprendí a transformarme, intente escapar de casa así, pero mamá se dio cuenta de que caía una bola de fuego desde mi ventana. Y bueno, ya te imaginaras el resto de la historia.
-Niamh… -Dijo Jason apretando los dientes, ella le sonrió.
-¿Quieres? –Dijo ella mientras le arrimaba la charola llena de fruta picada.
-Solo cállate –Dijo finalmente, ella se encogió de hombros y siguió comiendo.
-Bueno, no le tienen miedo al agua ni nada por el estilo. El agua es un material inerte, no les hace daño en lo absoluto, lo máximo que llega a hacer es apagar el fuego que crean, pero ellos pueden otra bola de fuego ¡Y listo!
-Debe ser genial poder hacer algo así –Dije con una sonrisa.
-Tus hermanos y tu hermana también son antrofotis. –Dijo Jason al ver mi reacción.
-¿También? ¿Se pueden ser varias cosas? –Dije mientras comía un poco de fruta.
-Sí, bueno no. Es complicado –Dijo Jason mientras se rascaba de cabeza.
-No es cierto –Dijo Niamh con la boca llena de sandía- Es porque tu familia es de la realeza, ellos son los únicos que pueden tener más de un poder.
-¡Niamh! ¿¡Podrías dejar de meterte!?
-Relájate Jason, de todos modos yo ya se lo había dicho.
-Sí, la verdad eso no me interesa, me gustaría saber que otras criaturas existen ¿Existen las aves fénix? ¿Y las hadas? ¿Los Pegasos y unicornios? ¿Existe una especie que los junte? ¿Qué tal los elfos? ¿Los vampiros? ¿O los hombres lobo?
-¡Blake! –Grito de repente Jason- Entiendo que tengas curiosidad, pero déjame empezar. Bueno, sí, si existen todo lo que acabas de mencionar.
-¿Existe una especie que junte al Pegaso y al unicornio? –Dije emocionada, siempre había soñado con alguna especie así.
-Se llama Etouka, y de hecho, es la unión de tres especies, el unicornio, el Pegaso y el ave fénix. Se dice que se creó de una gran explosión que ocasionaron las hadas hace mucho tiempo. Pero nadie sabe realmente de donde vino.
-¿Y tú que eres? –Pregunte mientras le sonreía.
-Soy un mago –Dijo con egolatría en su voz. Niamh se dio cuenta de eso también y rodo los ojos.
-Y… eso es bueno porque… -Dije esperando una respuesta de su parte.
-Los magos se creen superiores a los brujos –Dijo Niamh mientras veía con fastidio al chico.
-No nos creemos mejores, SOMOS mejores –Me golpee la frente con mi mano, ningunos de los dos había contestado del todo mi pregunta.
-Ellos se CREEN mejores, porque los brujos utilizan hechizos y pociones, mientras que los magos solo hacen que suceda. Yo digo que los magos son unos huecos descerebrados y que los brujos son los verdaderos maestros.
Yo sonreí por la clara respuesta de mi amiga. Jason no se veía contento por lo que la chica había dicho. Yo la verdad ni siquiera le tomaba sentido a su discusión.
-Da igual –Dijo Jason- los dos tenemos magia, pero cada uno la maneja diferente, un ejemplo es, que la mayoría de los hechizos para un brujo, necesitan ser hechos con una varita. Mientras que un mago solo lo dice o lo piensa.
-¿Cuál es la diferencia entre pensarlo y decirlo? –Dije yo tratando de encontrar un punto en contra de Jason.
-Cuando lo dices lo reafirmas, y por lo mismo es más fuerte. Un pensamiento es igual de fuerte para un mago. La varita es necesaria para el brujo, para los magos es solo un accesorio.
-Pues yo no le veo sentido a sentirse superiores –Dije finalmente llegando a una conclusión. Jason se molestó aún más y se fue de ahí, mientras que Niamh me guiño un ojo.
Mire la hora, ya eran las seis de la tarde. Habíamos salido a las tres de la escuela, por un proyecto de ciencias. Y al parecer habíamos hecho una hora de camino a la casa del moreno. Solo había estado ahí dos horas y ya tenía que irme.
-Ya nos vamos Jason –Dije mientras tomaba mi mochila.
-¡Pero no me he acabado mi fruta! –Reprocho Niamh mientras se aferraba al recipiente.
-Yo las llevo –Dijo Jason bajando por las escaleras.
-Pero tú no tienes auto –Dije, pero el levanto unas llaves y las sacudió en el aire. -O más bien, yo NO sabía que tenías un auto. –Jason rio y abrió la puerta de la casa. Niamh se llevó el recipiente, pero Jason se lo quito justo en la puerta. Ella le saco la lengua y salió de ahí, yo solo reía.
-Tu amiga es algo infantil –Dijo Jason mientras esperaba a que saliera.
-Entonces ya tienen algo en común. –Él me sonrió mientras rodaba los ojos.
Capítulo 9
-¿Y ahora qué?-
“La clave no está en hacer las cosas perfectas, sino en creer que siempre se pueden hacer mejor”
Con todo el alboroto de Niamh, se me había olvidado el incidente en el parque, ya era la hora del receso y seguía sin encontrar a la enfermera.-¿Y ahora qué?-
“La clave no está en hacer las cosas perfectas, sino en creer que siempre se pueden hacer mejor”
-Pregunte por ella en la dirección. Pero me dijeron que ella no ha estado en toda la mañana, dicen que llamo para avisar que tenía un problema personal. –Dijo Niamh mientras se acercaba a la mesa en la que estaba sentada.
-¡Genial! Y ahora a quien se supone que le preguntare. –Dije mientras jugaba con la verdura de mi plato.
-Te diré algo, pero no quiero que te enojes conmigo. –Voltee a verla confundida. Ella tenía una sonrisa algo coqueta y estaba jugando con unos de sus mechones de cabello.
-Debes admitir que tus hermanos son bastante lindos. –Dijo miraba hacia el frente.
La luz que se filtraba por las puertas que eran totalmente de cristal me lastimaba un poco. Me restregué los ojos y pude ver lo que ella veía. Eran Nicholas, Christopher y Alexander caminando hacia mí. ¿Desde cuándo ellos me hablan en la escuela?
-De nada –Fue lo primero que dijo Chris cuando se sentó en una de las sillas de la mesa, al igual que los otros dos.
-¿De qué hablan? –Dije mirándolos seriamente.
-Nosotros fuimos los que te llevamos a la enfermería –Continuo Alex- Por cierto, linda forma de aterrizar.
Mi piel se erizo, al igual que lo hace un gato cuando se enoja. Ellos reían, yo baje la mirada y voltee a ver a Niamh. Ella me veía con tristeza, después volteo a verlos. Tenía la mirada seria y una sonrisa maliciosa, no sé si fue mi imaginación, o de verdad sus ojos se volvieron rojos por un instante.
Regrese mi mirada a ellos, de la nada unas flamas de fuego aparecieron en sus brazos. Antes de que pasara algo, las mismas desaparecieron.
-Búscate otro juego –Dijo Nicho de una forma despreciativa mientras veía a mi amiga.
-Y tú búscate a otra hermana. –Dije mientras me paraba de la mesa.
-Nunca he tenido una –Fue lo último que escuché salir de su boca. Después de sus mismas carcajadas unidas a las de otros chicos, hasta ese momento me había dado cuenta que lo habían escuchado. Camine con la cara agachada. Apretaba fuertemente mis puños al igual que mis ojos, batallaba por no romper a llorar en ese instante.
-Awww la bebita va a llorar. –Escuche decir a Derek mientras atravesaba la puerta.
Después de salir al patio sentí la presencia de alguien a mi lado, pero no fue necesario alzar la cara para saber de quien se trataba.
-Si te sirve de algo… Nicholas es adoptado –Escuche la bromista voz de Christopher. Se formuló una sonrisa en mi rostro, al mismo tiempo que las lágrimas salieron.
-Solo ignóralo, sabes que él es un idiota.
-Solo déjame sola. –Dije mientras limpiaba mis lágrimas, mi voz sonaba débil, y era así exactamente como me sentía.
-Pero princesa, yo solo…
-¡Dije que me dejes sola! –Grite con las pocas fuerzas que le quedaban a mis cuerdas vocales-. No quiero ensuciar al mariscal de campo con mi asquerosa presencia. –Dije mientras alzaba la cara y lo miraba a los ojos. El dio un gran suspiro, tenía agachada la cabeza y sus ojos desbordaban tristeza, pero ya no quería estar con ellos, Nicholas había dicho bien. Nosotros no somos nada, desde hace mucho dejamos de serlo.
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-Eres un idiota –Dijo Niamh justamente cuando Christopher había ido detrás de Blake.
-No es mi problema que sea tan sensible –Respondió el castaño.
Niamh estaba que ardía de la furia, y literalmente estaba ardiendo. Alexander le golpeo en el hombro, ella se percató de que su mano estaba en llamas. Cuando se dio cuenta lo apago inmediatamente.
-Eres un insensible –Dijo la chica mientras tomaba sus cosas y se largaba de ahí.
Alexander miraba furioso al menor, pero realmente no sabía que era lo que había estado pensando. Nicholas siempre la defendía cuando ella no estaba. Pero cuando Blake se aparecía, él se transformaba a la persona más miserable del mundo.
Niamh miraba por todo el patio, pero no sabía dónde se pudo haber metido, entonces se encontró con Chris hecho una mar de lágrimas.
-¿Dónde está Blake? –Pregunto furiosa, él no pensaba contestarle de buena manera, pero la ojimiel hizo que su cabello tomara un color rojo oscuro al igual que sus ojos, mientras que su mano derecha ya tenía una bola de fuego. Christopher sabía que los antrofotis no eran de lo más gentiles cuando se transformaban.
-Está en el árbol –Dijo de mala gana mientras se limpiaba sus lágrimas y se perdía dentro de la escuela.
Niamh regreso a su estado natural, camino por el patio hasta que vio unas piernas escondida detrás de un árbol. Camino lentamente, pero se espantó con lo que veía.
Blake tenía la mirada perdida en el horizonte, su semblante era duro, tenía una mirada fría. Sin embargo, sus ojos estaban llenos de lágrimas, eran unas cascadas realmente grandes. Sus mejillas se veían irritadas y de vez en cuando ella parpadeaba, para eliminar las lágrimas que se quedaban atoradas entre sus pestañas.
-¿Has sabido algo de Jason? –Menciono Niamh mientras se sentaba a un lado de Blake.
Pero se arrepintió en el momento. La pelinegra abrazo sus rodillas, sus sollozos eran estruendosos y negaba con la cabeza sin dejar a aquella posición. Entonces una sombra cubrió el cuerpo de Blake. Niamh alzo la cabeza y se encontró con la dura mirada de Jason. Ella entendió aquello, decidió treparse a una de las ramas del enorme roble. Jason ocupo su lugar.
-¿Recuerdas lo que te dije el día de tu cumpleaños? –Blake levanto la mirada como si fuera un resorte. Aquella imagen destrozo al moreno. La pequeña asintió lentamente.
-¿Sabes que era para siempre? ¿No? –Blake simplemente se abalanzo al chico sollozando aún más fuerte.
-No puedes ser fuerte todo el tiempo –Dijo Jason mientras acurrucaba a su amiga en su pecho.
-Desearía serlo –Susurro la chica con una voz apenas audible- ¡Dijo que nunca fui su hermana! ¡Lo dijo! ¡Lo dijo!
Grito continuando con un llanto más fuerte. Jason había extrañado tanto a su pequeña. Pero odiaba que la razón por la que se hubieran unido, fuera por el comentario de Nicholas.
-¿Sabes que es lo peor? –Dijo Blake mientras se sentaba sobre sus rodillas y comenzaba a secarse el llanto- Que yo sé que él tiene razón.
Jason la miraba fijamente y sonrió levemente. Blake estaba hecha un desastre. Su cabello estaba totalmente alborotado. Su ropa estaba llena de tierra al igual que su cara. Jason acomodo unos de sus mechones de la chica detrás de su oreja. Pero eso ni siquiera lograba cambiar un poco su inusual look.
-Esto también me afecta a mí. –Dijo Niamh mientras se colgaba de cabeza sobre la rama. Jason y Blake volearon a verla esperando a que se explicara. –Ahora tendré que tachar a Nicho de mi lista de conquistas. Jason rodo los ojos y Blake esbozo una enorme sonrisa.
-¿Qué? Te dije que me parecía lindo –Blake la jalo de su coleta haciendo que perdiera el equilibrio y callera encima de Jason. Blake comenzó a reír fuertemente sin poder parar–. Lo siento –Dijo Niamh tratando de parar el mareo que tenía por haber estado de cabeza.
-No te preocupes –Dijo Jason con una enorme sonrisa, Niamh se sonrojo ante aquella reacción.
-¿En serio? –Interrumpió Blake mientras los veía con burla. Los otros dos chicos rodaron los ojos e instintivamente Niamh se abalanzo a Blake.
-¿No estabas llorando? –Dijo la chapeada chica, Blake se encogió de hombros y boto a Niamh a un lado.
-¿Nos vamos? –Dijo Jason mientras les extendía las dos manos, las dos chicas las tomaron, Niamh parecía desesperada sacudiendo todo el polvo que tenía en la ropa. Blake solo reía por su desesperada amiga.
-Ahorita regreso, necesito ir al baño –Dijo Niamh mientras señalaba su coleta desacomodada. Blake asintió con una sonrisa para después ver como su amiga se alejaba.
-Lamento haberte ignorado este tiempo Jason –Dijo Blake mientras abrazaba al chico. El sonrió y se limitó a regresarle el abrazo.
-No importa, ahora lo único que interesa, es arreglar los malos entendidos. –Dijo Jason mientras comenzaba a caminar con Blake colgada como un Koala con sus piernas enroscadas en la cintura del moreno y sus brazos apretando el cuello del mismo.
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Al final de la escuela, decidí ir con Niamh y Jason a mi casa, pero no me sentía con ánimos de verle la cara a Nicho, así que Jason nos llevó a su casa, tenía una especie de emoción, ya que nunca había ido.
-Entonces aquí vives. –Dije viendo la enorme casa que se alzaba frente a mí.
-Linda casa –Dijo como si nada Niamh, yo le di un codazo y ella solo alzo los hombros.
Jason no había dicho nada en todo el camino. Abrió la puerta y nos hizo una seña para que entráramos. Ya adentro, me di cuenta de lo lujosa que era su casa ¿Le pagan por cuidarme? Porque si lo hacían como creía, podría trabajar en eso. Me senté en el sillón blanco de piel que estaba al frente de la sala. Niamh hizo lo mismo, las dos parecíamos niñas pequeñas revisando toda la casa con la mirada.
-¿Qué paso hoy en la mañana? –Dijo por fin Jason con seriedad.
-¿A qué te refieres? .Dije un poco confundida, aunque ya sabía de qué estaba hablando.
-Es cierto, jamás me dijiste porque estabas buscando a la enfermera. –Dijo Niamh mientras me veía como si estuviera en un interrogatorio.
-Solo estaba corriendo, mis piernas se enredaron y tropecé. Y para cuando abrí los ojos ya estaba en la enfermería. –Dije como si fuera de lo más normal. Jason me veía serio, él sabía que no estaba diciendo toda la verdad.
-Claro, y yo soy de hielo ¿no? –Dijo Niamh con un toque de sarcasmo crudo. Reí un poco, pero mi sonrisa se borró inmediatamente con las duras miradas que mis amigos me dirigían.
-Es complicado –Comencé a decir seguido de un largo suspiro- Me sentía un poco paranoica en la mañana, después, fue como si el viento me hubiera dicho “corre” yo solo lo obedecí, después de unos pasos sentí que alguien corría detrás de mí, fue cuando me caí y me desmaye.
Jason se veía como antes, no se veía sorprendido ni nada por el estilo. Niamh solo se me quedo viendo con una ceja arriba. Yo comencé a jugar con mis manos esperando una respuesta por parte de cualquiera de los dos.
-Necesito explicarte todo. –Dijo de la nada Jason.
-Yo voy por algo para comer. –Dijo Niamh mientras se iba hacia la cocina.
-¿Qué es lo que necesitas explicarme? –Dije acercándome más a él.
-Acerca de mí, necesito explicarte de dónde vienes y de donde vengo. Pero tú también necesitas explicarme, como rayos te enteraste de todo. –Mi corazón se aceleró de repente, ¿Era malo que Artemis me lo haya dicho? ¿Debía decirle que fue mi hermana la que me dijo todo? ¿Y ahora qué?
-Me lo conto un pajarito. –Dije con toda la inocencia que tenía.
-Sí, un pajarito llamado Artemis ¿Cierto? –Dijo Jason mientras me miraba y alzaba una ceja.
-¿Acaso importa el nombre del pajarito? –Jason se golpeó la frente con mi respuesta, y escuche una risita proveniente de la cocina.
-No ayudes Niamh –Dijo Jason un poco malhumorado.
Reí un poco, pero aún seguía algo tensa, era obvio que era Artemis, él ya lo sabía, pero yo no pensaba confirmar nada.
-En fin, Artemis es lo de menos. Ahora necesito aclararte, primera…
-¿Cuántos años tienes? –Dije antes de que el terminara la frase, yo necesitaba saber su edad real, era obvio que no tenía quince, su cuerpo hablaba.
-Tengo 18 –Mis ojos se abrieron como dos platos, el sonrió por mi reacción, aunque no sabía porque me sorprendía, o si, ya recordé.
-¿Cómo rayos lograste entrar en mi grado? –Dije bastante curiosa.
-Con un expediente falso y magia, te sorprendería lo ingenuos que son los humanos. –Lo mire desaprobatoriamente, se le había olvidado que yo era un humano.
-¡Hey! Estoy aquí, ¿Se te olvida que yo soy una humana?
-¡QUE! –Respondieron fuertemente Jason y Niamh, yo salte un poco sobre el sofá por la impresión. Después Jason comenzó a reír.
-¡No digas tonterías! El que tú no tengas poderes, no significa que seas humana, ¿Ahora entiendes porque necesito explicarte todo?
Bufe y me acomode en mi sillón, de alguna forma me sentía ofendida y aliviada a la vez. Ofendida por como describen a los humanos, y aliviada por no ser uno.
-¿Y entonces porque soy así? –Dije un tanto decaída, era horrible saber que vienes de un lugar totalmente diferente, en donde hay magia y cosas fantásticas. Y tú ser solo una persona más.
-No lo sé, nadie sabe. Pero yo confió en que solo hay que darte tiempo.
-¿Tiempo? ¡Tengo 15 años! ¿No crees que ya fue tiempo suficiente? –Estaba algo molesta, ¿ni siquiera sabían por qué? ¿Qué clase de magos son?
-Pues no, pero te estas desviando del tema, aun no te digo ni el nombre de…
-Foneira –Dije rápidamente- Niamh me lo dijo el día que la conocí.
Jason volteo a ver de una manera asesina a la chica que venía con una charola en las manos, ella al percatarse abrió bien los ojos y mejor dio media vuelta hacia la cocina.
-Entonces ya sabes cómo funcionan las cosas ahí ¿No? –Dijo aun molesto.
-No, solo me dijo el nombre de su especie, bueno, algunos otros pero eran demasiado raros como para recordarlos todos.
-Bueno, entonces empecemos por la especie de Niamh…
-¡Espera! –Dijo la chica mientras corría hacia la sala-. Ya, ahora sí, continúa.
-Bueno, como decía. Los antrofotis tienen la capacidad de crear y controlar el fuego además…
-¡Sí! Es fantástico, puedes convertirte en una pequeña flama o en una enorme explosión –Niamh interrumpió de la nada a Jason, el solo la veía enojado.
-¿Le tienen miedo al agua? –Dije curiosa
-No, te diría todo si cierta chica dejara de interrumpir –Dijo mirando acusadoramente a la chica del cabello de chicle. Niamh se levantó y se fue a la cocina.
-Como dijo Niamh, ella se puede convertir en lo que sea que tenga que ver con la energía, puede ser incluso un rayo, pero eso por lo general solo lo hace un antrofoti experto, a veces puede ser arriesgado. Sin embargo, a diferencia del fuego común, cuando ellos se convierten, la única forma de apagarlos es con un hechizo llamado “gínetai” que los regresa a su forma original.
-Sí, pero es muy doloroso, sientes como si te enterraran una navaja en el pecho. –Dijo Niamh mientras regresaba a mi lado.
-¿Y tú como lo sabes? –Pregunte con una ceja levantada.
-Un día, justamente cuando aprendí a transformarme, intente escapar de casa así, pero mamá se dio cuenta de que caía una bola de fuego desde mi ventana. Y bueno, ya te imaginaras el resto de la historia.
-Niamh… -Dijo Jason apretando los dientes, ella le sonrió.
-¿Quieres? –Dijo ella mientras le arrimaba la charola llena de fruta picada.
-Solo cállate –Dijo finalmente, ella se encogió de hombros y siguió comiendo.
-Bueno, no le tienen miedo al agua ni nada por el estilo. El agua es un material inerte, no les hace daño en lo absoluto, lo máximo que llega a hacer es apagar el fuego que crean, pero ellos pueden otra bola de fuego ¡Y listo!
-Debe ser genial poder hacer algo así –Dije con una sonrisa.
-Tus hermanos y tu hermana también son antrofotis. –Dijo Jason al ver mi reacción.
-¿También? ¿Se pueden ser varias cosas? –Dije mientras comía un poco de fruta.
-Sí, bueno no. Es complicado –Dijo Jason mientras se rascaba de cabeza.
-No es cierto –Dijo Niamh con la boca llena de sandía- Es porque tu familia es de la realeza, ellos son los únicos que pueden tener más de un poder.
-¡Niamh! ¿¡Podrías dejar de meterte!?
-Relájate Jason, de todos modos yo ya se lo había dicho.
-Sí, la verdad eso no me interesa, me gustaría saber que otras criaturas existen ¿Existen las aves fénix? ¿Y las hadas? ¿Los Pegasos y unicornios? ¿Existe una especie que los junte? ¿Qué tal los elfos? ¿Los vampiros? ¿O los hombres lobo?
-¡Blake! –Grito de repente Jason- Entiendo que tengas curiosidad, pero déjame empezar. Bueno, sí, si existen todo lo que acabas de mencionar.
-¿Existe una especie que junte al Pegaso y al unicornio? –Dije emocionada, siempre había soñado con alguna especie así.
-Se llama Etouka, y de hecho, es la unión de tres especies, el unicornio, el Pegaso y el ave fénix. Se dice que se creó de una gran explosión que ocasionaron las hadas hace mucho tiempo. Pero nadie sabe realmente de donde vino.
-¿Y tú que eres? –Pregunte mientras le sonreía.
-Soy un mago –Dijo con egolatría en su voz. Niamh se dio cuenta de eso también y rodo los ojos.
-Y… eso es bueno porque… -Dije esperando una respuesta de su parte.
-Los magos se creen superiores a los brujos –Dijo Niamh mientras veía con fastidio al chico.
-No nos creemos mejores, SOMOS mejores –Me golpee la frente con mi mano, ningunos de los dos había contestado del todo mi pregunta.
-Ellos se CREEN mejores, porque los brujos utilizan hechizos y pociones, mientras que los magos solo hacen que suceda. Yo digo que los magos son unos huecos descerebrados y que los brujos son los verdaderos maestros.
Yo sonreí por la clara respuesta de mi amiga. Jason no se veía contento por lo que la chica había dicho. Yo la verdad ni siquiera le tomaba sentido a su discusión.
-Da igual –Dijo Jason- los dos tenemos magia, pero cada uno la maneja diferente, un ejemplo es, que la mayoría de los hechizos para un brujo, necesitan ser hechos con una varita. Mientras que un mago solo lo dice o lo piensa.
-¿Cuál es la diferencia entre pensarlo y decirlo? –Dije yo tratando de encontrar un punto en contra de Jason.
-Cuando lo dices lo reafirmas, y por lo mismo es más fuerte. Un pensamiento es igual de fuerte para un mago. La varita es necesaria para el brujo, para los magos es solo un accesorio.
-Pues yo no le veo sentido a sentirse superiores –Dije finalmente llegando a una conclusión. Jason se molestó aún más y se fue de ahí, mientras que Niamh me guiño un ojo.
Mire la hora, ya eran las seis de la tarde. Habíamos salido a las tres de la escuela, por un proyecto de ciencias. Y al parecer habíamos hecho una hora de camino a la casa del moreno. Solo había estado ahí dos horas y ya tenía que irme.
-Ya nos vamos Jason –Dije mientras tomaba mi mochila.
-¡Pero no me he acabado mi fruta! –Reprocho Niamh mientras se aferraba al recipiente.
-Yo las llevo –Dijo Jason bajando por las escaleras.
-Pero tú no tienes auto –Dije, pero el levanto unas llaves y las sacudió en el aire. -O más bien, yo NO sabía que tenías un auto. –Jason rio y abrió la puerta de la casa. Niamh se llevó el recipiente, pero Jason se lo quito justo en la puerta. Ella le saco la lengua y salió de ahí, yo solo reía.
-Tu amiga es algo infantil –Dijo Jason mientras esperaba a que saliera.
-Entonces ya tienen algo en común. –Él me sonrió mientras rodaba los ojos.
Viany.
Re: In The Shadows
DIOS! ES HERMOSA! SIGUELA YA POR FAVOR! TE AMO! GRACIAS POR PONERME! CIELO! ME SIGUES???? TENGO TU FACE??? JAJAJAJA NO SE!! ES ASTRID BUSTILLOS CANCINO https://www.facebook.com/Azztriid.Dee.Keynes.Hourani TE AMO LOCA!!! BESOS!!! :bye:
Astrid Bustillos
Re: In The Shadows
¡Hola! Soy nueva lectora. Me llamo Valeria Rojas y soy de Venezuela y tengo 15. Amo tu novela, es tan... ¡COOL! Espero que la sigas pronto eh? xq Elmo sabe donde vives. Besos ciberneticos y abrazos de oso gominola. BYE!
CrazyRojas...!
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O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.