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El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 11
9 Años.
Estábamos jugando cartas afuera, en el pórtico, y mi madre y Susannah estaban bebiendo margaritas y jugando su propio juego de cartas. El sol comenzaba a bajar, y pronto las madres irían dentro por palomitas y hot dogs. Pero no aún. Primero jugarían cartas.
—Laurel, ¿Por qué llamas a mama “Beck” cuando todo el mundo la llama Susannah? —Louis quería saberlo. Él y mi hermano, Steven, estaban en un equipo, e iban perdiendo. Los juegos de cartas aburrían a Louis, y él siempre buscaba alguna cosa más interesante que hacer, por ejemplo platicar.
—Porque es su nombre de soltera —explicó mi madre, apagando un cigarro. Ellas sólo fumaban cuando estaban juntas, así como en ocasiones especiales. Mi mamá dice que fumar con Susannah la hacía sentirse joven otra vez. Yo dije que podría acortar su vida unos años, pero ella hizo un ademan de indiferencia por mis preocupaciones y me llamó una exagerada.
— ¿Qué es un nombre de soltera? —preguntó Louis. Mi hermano destapó la mano de cartas de Louis y siguió jugando, pero Louis lo ignoró.
—Es el nombre de una dama antes de que se casara, tonto —dijo Zayn.
—No lo llames tonto, Zayn —dijo automáticamente Susannah, señalándolo con su mano.
— ¿Pero porque tuvo que cambiar su nombre del todo? —inquirió Louis.
—No lo sé. Yo no lo hice. Mi nombre es Laurel Dunne, el mismo desde el día en que nací. Lindo, ¿eh? —A mamá le gustaba sentirse superior que Susannah por no cambiar su nombre—. Después de todo, ¿Por qué una mujer debería cambiar su nombre por un hombre? Ella no debió.
—Laurel, por favor, cállate —dijo Susannah, lanzando un par de cartas en la mesa— Gané.
Mi madre suspiró, y lanzó sus cartas abajo también —No quiero jugar este juego nunca más. Déjame jugar algo más. Déjame jugar Go Fish con los chicos.
—Mala perdedora.
—Mamá, no estamos jugando Go Fish. Estamos jugando Corazones y tú no juegas porque siempre tratas de hacer trampa —dije.
Zayn era mi pareja, y era muy seguro que nosotros ganáramos. Lo escogí a propósito. Zayn era bueno para ganar. Él era un rápido nadador, el mejor jugador de fútbol, y él siempre, siempre ganaba en las cartas.
Susannah aplaudió y rió —Laur, esta chica me recuerda todo de ti.
Mi madre dijo —No, Cami es parecida a su padre —y ellas intercambiaron esa mirada secreta que me hacía decir— ¿Qué, qué? —pero sabía que mi madre nunca lo diría. Ella era buena para guardar secretos, siempre lo era. Y supongo que me parecía más a mi padre: Tenía sus ojos que eran un poco rasgados, una pequeña versión femenina de su nariz, su barbilla poco sobresaliente. Todo lo que tenía de mi madre eran sus manos.
Luego el momento terminó y Susannah me sonrió y dijo —Tienes absolutamente la razón, ______. Tu madre hace trampa. Siempre hace trampa en Corazones. Los tramposos nunca cambian, niños.
Susannah siempre nos llamaba niños, pero la cosa era, que yo ni siquiera lo notaba. Normalmente lo haría. Pero la manera en que Susannah lo decía, no parecía como una cosa mal, no como si nosotros fuéramos pequeños y unos bebes. Sonó como si tuviéramos nuestras vidas enteras en
frente de nosotros.
9 Años.
Estábamos jugando cartas afuera, en el pórtico, y mi madre y Susannah estaban bebiendo margaritas y jugando su propio juego de cartas. El sol comenzaba a bajar, y pronto las madres irían dentro por palomitas y hot dogs. Pero no aún. Primero jugarían cartas.
—Laurel, ¿Por qué llamas a mama “Beck” cuando todo el mundo la llama Susannah? —Louis quería saberlo. Él y mi hermano, Steven, estaban en un equipo, e iban perdiendo. Los juegos de cartas aburrían a Louis, y él siempre buscaba alguna cosa más interesante que hacer, por ejemplo platicar.
—Porque es su nombre de soltera —explicó mi madre, apagando un cigarro. Ellas sólo fumaban cuando estaban juntas, así como en ocasiones especiales. Mi mamá dice que fumar con Susannah la hacía sentirse joven otra vez. Yo dije que podría acortar su vida unos años, pero ella hizo un ademan de indiferencia por mis preocupaciones y me llamó una exagerada.
— ¿Qué es un nombre de soltera? —preguntó Louis. Mi hermano destapó la mano de cartas de Louis y siguió jugando, pero Louis lo ignoró.
—Es el nombre de una dama antes de que se casara, tonto —dijo Zayn.
—No lo llames tonto, Zayn —dijo automáticamente Susannah, señalándolo con su mano.
— ¿Pero porque tuvo que cambiar su nombre del todo? —inquirió Louis.
—No lo sé. Yo no lo hice. Mi nombre es Laurel Dunne, el mismo desde el día en que nací. Lindo, ¿eh? —A mamá le gustaba sentirse superior que Susannah por no cambiar su nombre—. Después de todo, ¿Por qué una mujer debería cambiar su nombre por un hombre? Ella no debió.
—Laurel, por favor, cállate —dijo Susannah, lanzando un par de cartas en la mesa— Gané.
Mi madre suspiró, y lanzó sus cartas abajo también —No quiero jugar este juego nunca más. Déjame jugar algo más. Déjame jugar Go Fish con los chicos.
—Mala perdedora.
—Mamá, no estamos jugando Go Fish. Estamos jugando Corazones y tú no juegas porque siempre tratas de hacer trampa —dije.
Zayn era mi pareja, y era muy seguro que nosotros ganáramos. Lo escogí a propósito. Zayn era bueno para ganar. Él era un rápido nadador, el mejor jugador de fútbol, y él siempre, siempre ganaba en las cartas.
Susannah aplaudió y rió —Laur, esta chica me recuerda todo de ti.
Mi madre dijo —No, Cami es parecida a su padre —y ellas intercambiaron esa mirada secreta que me hacía decir— ¿Qué, qué? —pero sabía que mi madre nunca lo diría. Ella era buena para guardar secretos, siempre lo era. Y supongo que me parecía más a mi padre: Tenía sus ojos que eran un poco rasgados, una pequeña versión femenina de su nariz, su barbilla poco sobresaliente. Todo lo que tenía de mi madre eran sus manos.
Luego el momento terminó y Susannah me sonrió y dijo —Tienes absolutamente la razón, ______. Tu madre hace trampa. Siempre hace trampa en Corazones. Los tramposos nunca cambian, niños.
Susannah siempre nos llamaba niños, pero la cosa era, que yo ni siquiera lo notaba. Normalmente lo haría. Pero la manera en que Susannah lo decía, no parecía como una cosa mal, no como si nosotros fuéramos pequeños y unos bebes. Sonó como si tuviéramos nuestras vidas enteras en
frente de nosotros.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 12
El Sr. Fisher venía poco en el verano, un fin de semana de vez en cuando y siempre la primera semana de agosto. Él era un banquero, y alejarse del mundo real por un tiempo, de acuerdo con él, era simplemente imposible. Y de todos modos, era mejor sin él aquí, que cuando estaba con
nosotros. Cuando el Sr. Fisher venía a la ciudad, lo cual no era muy a menudo, me paraba un poco más recta de lo normal. Todos lo hacían. Bueno, excepto Susannah y mi madre, por supuesto. La cosa divertida era que mi madre había conocido al Sr. Fisher al mismo tiempo que Susannah lo hizo. Los tres había ido a la universidad juntos, y su escuela era pequeña.
Susannah siempre me dijo que llamara al Sr. Fisher “Adam”, pero nunca pude hacerlo. No sonaba correcto. Sr. Fisher sonaba adecuado, así que lo llamaba de esa manera, y Steven también lo llamaba así. Creo que algo en él inspiraba a las personas a llamarlo por Sr., no sólo los niños. Creo que él lo prefiere de esa manera.
Él llegó a la hora de cenar la noche del viernes, y nosotros lo esperábamos. Susannah le había preparado su bebida favorita.
Mi madre se burlaba de ella por esperarlo, pero a Susannah no le importaba. Mi madre bromeaba con el Sr. Fisher también, de hecho. Él se burlaba de ella de regreso. Quizás bromear no era la palabra correcta. Eran más como peleas. Ellos peleaban mucho, pero sonreían también. Era divertido: Mi madre y mi padre rara vez pelearon, pero no sonreían mucho tampoco.
Supongo que el Sr. Fisher era muy guapo para ser un papá. Él era más guapo que mi padre, pero también era más vanidoso que él. No sabía porque él era guapo mientras que Susannah era hermosa, pero eso podría ser porque yo amo a Susannah más que cualquier otra persona, ¿Y quién sabe cómo medir el atractivo de una persona? Algunas veces las personas son un millón de veces más atractivas para ti en tu mente. Es como si tú los vieras por un lente especial—pero quizás así es como tú realmente lo ves. Como el árbol que cae en el forestal.
El Sr. Fisher nos daba a los niños un billete de veinte para que nos fuéramos a alguna parte. Zayn era el que siempre se hacía cargo de él.
—Para los helados —decía—. Cómprense algo dulce —Algo dulce. Era siempre algo dulce. Zayn lo adoraba. Su papá era su héroe. Por un largo tiempo, de todos modos. Más largo que la mayoría de las personas. Creo que mi papá dejo de ser mi héroe cuando lo vi con una de sus estudiantes de post-grado después de que él y mi madre se separaran. Ella ni siquiera era bonita.
Podría ser fácil culpar a mi padre de todo esto—el divorcio, el nuevo apartamento. Pero si yo culpaba a alguien, era a mi madre. ¿Por qué ella tuvo que ser tan calmada, tan plácida? Al menos mi padre lloró. Al menos estaba sufriendo. Mi madre no dijo nada, no reveló nada. Nuestra familia
estaba rota, y ella quería seguir. No estaba bien.
Cuando llegamos de la playa ese verano, mi padre ya se había mudado—su primera edición de Heming, su juego de ajedrez, sus CDs de Billy Joel, Claude. Claude era su gato, y le pertenecía a papá en una manera que a nadie más le pertenecía. Era justo que él tomara a Claude. Sin
embargo, yo estaba triste.
En cierto modo, que Claude se fuera fue casi tan malo como mi padre, porque vivía permanentemente en nuestra casa, habitaba cada espacio. Era como si fuera el dueño del lugar.
Mi papá me llevó a comer a Applebee, y dijo disculpándose —Siento tomar a Claude. ¿Lo extrañas? —Él usaba su barba estilo ruso, nuevamente dejándola crecer, para la mayoría de las comidas. Era molesto. La barba era molesta; el almuerzo era molesto.
—No —dije. No podía levantar la mirada de mi sopa de cebolla— Él es tuyo, de cualquier modo.
Así mi padre obtuvo Claude, y mi madre nos obtuvo a Steven y a mí. Salió bien para todos. Miramos a mi padre casi todos los fines de semana. Nos quedábamos en su nuevo departamento que olía a moho, no importaba cuanto incienso encendiera.
Odio el incienso, y lo mismo mi madre. Me hace estornudar. Creo que hacía que mi padre se sintiera exótico e independiente poder encender todo el incienso que él quisiera, en su nueva plataforma, como él lo llamaba. Tan pronto como entré en el apartamento, dije acusadoramente, “¿Has encendido incienso aquí?” ¿Se olvido de mi alergia ya?
Culpable, mi padre admitió que sí, él había encendido algunos inciensos, pero no lo haría más. Aún lo hace, sin embargo. Lo hace cuando no estoy ahí, abre la ventana, pero aún puedo oler la cosa.
Era un apartamento de dos dormitorios; él dormía en la habitación principal, y yo dormía en la otra, una con una pequeña cama con sábanas rosas. Mi hermano dormía en el sofá-cama. Lo cual, estaba realmente celosa, porque podía quedarse mirando la televisión. Todo lo que había en la
habitación era una cama y un tocador blanco que apenas usaba. Sólo un cajón tenía ropa dentro. El resto de los cajones estaban vacíos. Hay un librero también, con libros que mi padre había comprado para mí. Mi padre estaba siempre comprándome libros. Mantenía la esperanza que me volviera inteligente como él, alguien quien ama las letras, ama leer. Me gusta leer, pero no ese estilo que él quiere para mí. No ese estilo, como un erudito. Me gustan las novelas, no el género no-ficción. Y odié esas sábanas rosas. Si él me hubiera preguntado, podría haberle dicho amarillo, no rosa.
Sin embargo, él lo intentó. A su manera, lo intentó. Me compró un piano de segunda mano y lo colocó en el comedor, sólo para mí. Así podrás practicar aunque te quedes aquí, dijo. Difícilmente lo hice —el piano estaba fuera de tono, y nunca tuve el corazón para decírselo.
Esa parte era la razón del por qué anhelaba el verano. No quería quedarme en el triste departamento de mi padre. No era que no me gustara verlo: me gusta. Lo extraño mucho. Pero ese departamento, era deprimente. Deseo poder verlo en nuestra casa. Nuestra casa real. Deseo que fuera como solía ser. Y mientras mi madre nos tenía casi la mayoría del verano, él nos llevaba de viaje cuando regresábamos. Normalmente era a Florida a ver a nuestra abuela. La llamó Abue. Era un viaje deprimente también—Abue pasaba el tiempo completo tratando de convencerlo de regresar junto a mi madre, a quien adoraba. “¿Has hablado con Laurel últimamente?” Preguntaba,
incluso mucho después del divorcio.
Odio escucharla dándole lata al respecto; no era como si él tuviera el control de ello. Era humillante, pero fue mi madre quién lo botó. Fue ella quien precipitó el divorcio, había empujado toda esta cosa, lo sabía hasta estar segura. Mi padre hubiera sido perfectamente feliz viviendo en nuestra casa con Claude y todos sus libros.
Mi padre me dijo que Winston Churchill dijo que Rusia era un enigma, envuelto en un misterio, dentro de un enigma. De acuerdo con mi papá, Churchill había estado hablando sobre mi madre. Esto fue antes del divorcio, y lo dijo medio-amargado y medio-respetuoso. Porque incluso cuando la odiaba, la admiraba.
Creo que él se habría quedado con ella para siempre, tratando de averiguar el misterio. Él era un jugador de rompecabezas, el tipo de personas quienes gustan de teoremas, teorías. X siempre tenía alguna cosa de igual. Eso no podía ser X.
Para mí, mi madre no era ese misterio. Era mi madre. Siempre razonable, siempre segura de sí misma. Para mí, era tan misteriosa como un vaso de agua. Sabe lo que quiere; sabe lo que no quiere. Y que iba a casarse con mi padre. No estoy segura si ya no sentía nada o si nunca lo estuvo.
Enamorada, quiero decir.
Cuando estábamos con mi abuela, mi madre se iba a unos de sus viajes. Ella va a lugares tan lejos como Hungría o Alaska. Siempre va sola. Toma fotos, pero no le he preguntado si me deja verlas, y ella nunca me pregunta si quiero hacerlo.
El Sr. Fisher venía poco en el verano, un fin de semana de vez en cuando y siempre la primera semana de agosto. Él era un banquero, y alejarse del mundo real por un tiempo, de acuerdo con él, era simplemente imposible. Y de todos modos, era mejor sin él aquí, que cuando estaba con
nosotros. Cuando el Sr. Fisher venía a la ciudad, lo cual no era muy a menudo, me paraba un poco más recta de lo normal. Todos lo hacían. Bueno, excepto Susannah y mi madre, por supuesto. La cosa divertida era que mi madre había conocido al Sr. Fisher al mismo tiempo que Susannah lo hizo. Los tres había ido a la universidad juntos, y su escuela era pequeña.
Susannah siempre me dijo que llamara al Sr. Fisher “Adam”, pero nunca pude hacerlo. No sonaba correcto. Sr. Fisher sonaba adecuado, así que lo llamaba de esa manera, y Steven también lo llamaba así. Creo que algo en él inspiraba a las personas a llamarlo por Sr., no sólo los niños. Creo que él lo prefiere de esa manera.
Él llegó a la hora de cenar la noche del viernes, y nosotros lo esperábamos. Susannah le había preparado su bebida favorita.
Mi madre se burlaba de ella por esperarlo, pero a Susannah no le importaba. Mi madre bromeaba con el Sr. Fisher también, de hecho. Él se burlaba de ella de regreso. Quizás bromear no era la palabra correcta. Eran más como peleas. Ellos peleaban mucho, pero sonreían también. Era divertido: Mi madre y mi padre rara vez pelearon, pero no sonreían mucho tampoco.
Supongo que el Sr. Fisher era muy guapo para ser un papá. Él era más guapo que mi padre, pero también era más vanidoso que él. No sabía porque él era guapo mientras que Susannah era hermosa, pero eso podría ser porque yo amo a Susannah más que cualquier otra persona, ¿Y quién sabe cómo medir el atractivo de una persona? Algunas veces las personas son un millón de veces más atractivas para ti en tu mente. Es como si tú los vieras por un lente especial—pero quizás así es como tú realmente lo ves. Como el árbol que cae en el forestal.
El Sr. Fisher nos daba a los niños un billete de veinte para que nos fuéramos a alguna parte. Zayn era el que siempre se hacía cargo de él.
—Para los helados —decía—. Cómprense algo dulce —Algo dulce. Era siempre algo dulce. Zayn lo adoraba. Su papá era su héroe. Por un largo tiempo, de todos modos. Más largo que la mayoría de las personas. Creo que mi papá dejo de ser mi héroe cuando lo vi con una de sus estudiantes de post-grado después de que él y mi madre se separaran. Ella ni siquiera era bonita.
Podría ser fácil culpar a mi padre de todo esto—el divorcio, el nuevo apartamento. Pero si yo culpaba a alguien, era a mi madre. ¿Por qué ella tuvo que ser tan calmada, tan plácida? Al menos mi padre lloró. Al menos estaba sufriendo. Mi madre no dijo nada, no reveló nada. Nuestra familia
estaba rota, y ella quería seguir. No estaba bien.
Cuando llegamos de la playa ese verano, mi padre ya se había mudado—su primera edición de Heming, su juego de ajedrez, sus CDs de Billy Joel, Claude. Claude era su gato, y le pertenecía a papá en una manera que a nadie más le pertenecía. Era justo que él tomara a Claude. Sin
embargo, yo estaba triste.
En cierto modo, que Claude se fuera fue casi tan malo como mi padre, porque vivía permanentemente en nuestra casa, habitaba cada espacio. Era como si fuera el dueño del lugar.
Mi papá me llevó a comer a Applebee, y dijo disculpándose —Siento tomar a Claude. ¿Lo extrañas? —Él usaba su barba estilo ruso, nuevamente dejándola crecer, para la mayoría de las comidas. Era molesto. La barba era molesta; el almuerzo era molesto.
—No —dije. No podía levantar la mirada de mi sopa de cebolla— Él es tuyo, de cualquier modo.
Así mi padre obtuvo Claude, y mi madre nos obtuvo a Steven y a mí. Salió bien para todos. Miramos a mi padre casi todos los fines de semana. Nos quedábamos en su nuevo departamento que olía a moho, no importaba cuanto incienso encendiera.
Odio el incienso, y lo mismo mi madre. Me hace estornudar. Creo que hacía que mi padre se sintiera exótico e independiente poder encender todo el incienso que él quisiera, en su nueva plataforma, como él lo llamaba. Tan pronto como entré en el apartamento, dije acusadoramente, “¿Has encendido incienso aquí?” ¿Se olvido de mi alergia ya?
Culpable, mi padre admitió que sí, él había encendido algunos inciensos, pero no lo haría más. Aún lo hace, sin embargo. Lo hace cuando no estoy ahí, abre la ventana, pero aún puedo oler la cosa.
Era un apartamento de dos dormitorios; él dormía en la habitación principal, y yo dormía en la otra, una con una pequeña cama con sábanas rosas. Mi hermano dormía en el sofá-cama. Lo cual, estaba realmente celosa, porque podía quedarse mirando la televisión. Todo lo que había en la
habitación era una cama y un tocador blanco que apenas usaba. Sólo un cajón tenía ropa dentro. El resto de los cajones estaban vacíos. Hay un librero también, con libros que mi padre había comprado para mí. Mi padre estaba siempre comprándome libros. Mantenía la esperanza que me volviera inteligente como él, alguien quien ama las letras, ama leer. Me gusta leer, pero no ese estilo que él quiere para mí. No ese estilo, como un erudito. Me gustan las novelas, no el género no-ficción. Y odié esas sábanas rosas. Si él me hubiera preguntado, podría haberle dicho amarillo, no rosa.
Sin embargo, él lo intentó. A su manera, lo intentó. Me compró un piano de segunda mano y lo colocó en el comedor, sólo para mí. Así podrás practicar aunque te quedes aquí, dijo. Difícilmente lo hice —el piano estaba fuera de tono, y nunca tuve el corazón para decírselo.
Esa parte era la razón del por qué anhelaba el verano. No quería quedarme en el triste departamento de mi padre. No era que no me gustara verlo: me gusta. Lo extraño mucho. Pero ese departamento, era deprimente. Deseo poder verlo en nuestra casa. Nuestra casa real. Deseo que fuera como solía ser. Y mientras mi madre nos tenía casi la mayoría del verano, él nos llevaba de viaje cuando regresábamos. Normalmente era a Florida a ver a nuestra abuela. La llamó Abue. Era un viaje deprimente también—Abue pasaba el tiempo completo tratando de convencerlo de regresar junto a mi madre, a quien adoraba. “¿Has hablado con Laurel últimamente?” Preguntaba,
incluso mucho después del divorcio.
Odio escucharla dándole lata al respecto; no era como si él tuviera el control de ello. Era humillante, pero fue mi madre quién lo botó. Fue ella quien precipitó el divorcio, había empujado toda esta cosa, lo sabía hasta estar segura. Mi padre hubiera sido perfectamente feliz viviendo en nuestra casa con Claude y todos sus libros.
Mi padre me dijo que Winston Churchill dijo que Rusia era un enigma, envuelto en un misterio, dentro de un enigma. De acuerdo con mi papá, Churchill había estado hablando sobre mi madre. Esto fue antes del divorcio, y lo dijo medio-amargado y medio-respetuoso. Porque incluso cuando la odiaba, la admiraba.
Creo que él se habría quedado con ella para siempre, tratando de averiguar el misterio. Él era un jugador de rompecabezas, el tipo de personas quienes gustan de teoremas, teorías. X siempre tenía alguna cosa de igual. Eso no podía ser X.
Para mí, mi madre no era ese misterio. Era mi madre. Siempre razonable, siempre segura de sí misma. Para mí, era tan misteriosa como un vaso de agua. Sabe lo que quiere; sabe lo que no quiere. Y que iba a casarse con mi padre. No estoy segura si ya no sentía nada o si nunca lo estuvo.
Enamorada, quiero decir.
Cuando estábamos con mi abuela, mi madre se iba a unos de sus viajes. Ella va a lugares tan lejos como Hungría o Alaska. Siempre va sola. Toma fotos, pero no le he preguntado si me deja verlas, y ella nunca me pregunta si quiero hacerlo.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 13
Estaba sentada en una silla Adirondack comiendo tostadas y leyendo una revista cuando mi madre salió y se unió a mí. Tenía esa mirada seria en su rostro, su mirada de determinación, la única que tenía cuando quería tener una de sus pláticas madre-hija. Temía esas pláticas de la misma manera que temía mi periodo.
— ¿Qué vas a hacer hoy?
Metí el resto de mi tostada en la boca — ¿Esto?
—Quizás puedes comenzar tu verano leyendo el manual vocacional, —dijo, extendiendo su mano y cepillando algunas migajas fuera de mi barbilla.
—Sí, estaba planeando hacerlo —dije, aunque no lo había hecho. Mi madre aclaró su garganta — ¿Zayn está en drogas? —me
preguntó.
— ¿Qué?
— ¿Zayn está en drogas?
Casi me ahogué — ¡No! ¿Por qué me preguntas de todos modos? Zayn no habla conmigo. Pregúntale a Steven.
—Ya lo hice. Él no sabe. Él no me mentiría —dijo, mirándome.
—Bueno, ¡Yo tampoco lo hago!
Mi madre suspiró —Lo sé. Beck está preocupada. Él esta actuado diferente. Dejó el fútbol…
—Yo deje de bailar —dije, rodando mis ojos—. ¿Y me has visto corriendo alrededor con una pipa de crack?
Frunció sus labios — ¿Prometes decirme si escuchas algo?
—No sé… —dije bromeando. No necesitaba prometérselo. Sabía que Zayn no estaba drogándose. Una cerveza era una cosa, pero él nunca consumiría drogas. Apostaría mi vida por ello.
—Cami, esto es serio.
—Mamá, tranquilízate. Él no está consumiendo drogas. ¿Cuándo te volviste un agente antidroga? Tú eres la única que debería de hablar —Le di un codazo juguetón.
Reprimió una sonrisa y negó con su cabeza —No comiences.
Estaba sentada en una silla Adirondack comiendo tostadas y leyendo una revista cuando mi madre salió y se unió a mí. Tenía esa mirada seria en su rostro, su mirada de determinación, la única que tenía cuando quería tener una de sus pláticas madre-hija. Temía esas pláticas de la misma manera que temía mi periodo.
— ¿Qué vas a hacer hoy?
Metí el resto de mi tostada en la boca — ¿Esto?
—Quizás puedes comenzar tu verano leyendo el manual vocacional, —dijo, extendiendo su mano y cepillando algunas migajas fuera de mi barbilla.
—Sí, estaba planeando hacerlo —dije, aunque no lo había hecho. Mi madre aclaró su garganta — ¿Zayn está en drogas? —me
preguntó.
— ¿Qué?
— ¿Zayn está en drogas?
Casi me ahogué — ¡No! ¿Por qué me preguntas de todos modos? Zayn no habla conmigo. Pregúntale a Steven.
—Ya lo hice. Él no sabe. Él no me mentiría —dijo, mirándome.
—Bueno, ¡Yo tampoco lo hago!
Mi madre suspiró —Lo sé. Beck está preocupada. Él esta actuado diferente. Dejó el fútbol…
—Yo deje de bailar —dije, rodando mis ojos—. ¿Y me has visto corriendo alrededor con una pipa de crack?
Frunció sus labios — ¿Prometes decirme si escuchas algo?
—No sé… —dije bromeando. No necesitaba prometérselo. Sabía que Zayn no estaba drogándose. Una cerveza era una cosa, pero él nunca consumiría drogas. Apostaría mi vida por ello.
—Cami, esto es serio.
—Mamá, tranquilízate. Él no está consumiendo drogas. ¿Cuándo te volviste un agente antidroga? Tú eres la única que debería de hablar —Le di un codazo juguetón.
Reprimió una sonrisa y negó con su cabeza —No comiences.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 14
13 Años.
La primera vez que ellas lo hicieron, pensaron que no lo sabríamos. En realidad, fue muy estúpido de ellas, porque fue una de esas raras noches cuando todos estábamos en casa. Nosotros estábamos en la sala. Zayn escuchaba música en sus auriculares, y Louis y Steven jugaban un video juego.
Estaba recostada en el sofá leyendo Emma—sobre todo porque pensé que me haría verme intelectual, no porque lo disfrutara. Si estuviera leyendo de verdad, estaría encerrada en mi habitación con Flores en el Ático o algo y no Jane Austen.
Creo que Steven lo olió primero. Él miró alrededor, olfateó como un perro, y luego dijo — ¿Huelen eso, chicos?
—Te dije que no te comieras todos esos frijoles al horno, Steven —dijo Louis, sus ojos concentrados en la pantalla de televisión.
Me reí. Pero no era gas; lo olía también. Era marihuana —Es marihuana —dije, en voz alta. Quería ser la primera que lo dijera, para probar cuán sofisticada y bien informada yo era.
—De ninguna manera —dijo Louis.
Zayn se quitó sus auriculares y dijo —Cami tiene razón. Es un porro.
Steven pausó el juego y se giró para mirarme — ¿Cómo sabes a lo que huele un porro, Cami? —preguntó suspicaz.
—Porque, Steven, me la paso drogándome todo el tiempo. Voy afuera a fumar ¿No lo sabías? —Odio cuando Steven saca su papel de hermano mayor, especialmente en frente de Zayn y Louis. Era como si tratara de hacerme sentir pequeña a propósito.
Él me ignoro — ¿Viene de arriba de las escaleras?
—Es mi mamá —dijo Zayn, poniéndose sus auriculares de nuevo—. Por su quimio.
Podía decir que Louis no lo sabía. Él no dijo nada, pero parecía herido y confundido por su manera en rascar su nuca y mirar hacia el espacio por un minuto. Steven y yo intercambiamos una mirada. Era horroroso, el cáncer que fuera que Susannah tenía, los dos lo desconocíamos. No sabíamos qué decir, así que no dijimos nada. Casi pretendimos que no ocurrió nada, de la manera en que Louis lo hizo.
Sin embargo, mi madre no lo hizo. Ella estaba casi-de-hecho, calmada, de la manera en que actuaba en todo. Susannah dijo que mi madre la hacía sentirse normal. Mi madre era buena en eso, haciendo que las personas se sintieran normales.
Seguras. Como si mientras ella estuviera allí, nada realmente malo podría ocurrir.
Cuando ellas bajaron las escaleras un poco más tarde, reían como dos adolescentes quienes lograron colarse en el gabinete de licor de sus padres. Claramente, mi madre había participado con Susannah fumando.
Steven y yo intercambiamos otra mirada, esta vez una horrorizada. Mi madre era probablemente la última persona en la tierra que fumaria un porro, con la excepción de nuestra abuela Gran, su madre.
— ¿Se comieron todos los Cheetos, niños? —Preguntó mi madre, hurgando en un armario—. Me muero de hambre.
—Sí —dijo Steven. Él ni siquiera podía mirarla.
— ¿Qué hay de esta bolsa de Fritos? Toma esa —ordenó Susannah, viniendo detrás de mi sofá. Tocó mi cabello ligeramente, como me gustaba.
Susannah era mucho más cariñosa que mi madre en este tipo de formas, y siempre me llamaba la hija que nunca tuvo. Amaba compartirme con mi madre, y a mi madre no le importaba. A mí tampoco.
— ¿Cuánto te está gustando Emma hasta ahora? —me preguntó. Susannah tenía una manera de enfocarse en ti como si tú fueras la persona más interesante en la habitación.
Abrí mi boca para mentir y decirle cuan grandioso pensaba que era, pero antes de que pudiera, Zayn dijo en voz muy alta —No ha pasado una página en más de una hora —Estaba todavía usando sus audífonos.
Lo fulminé con la mirada, pero por dentro estaba emocionada de que él lo notara. Por una vez, había estado observándome. Pero por supuesto que él lo notó—Zayn se da cuenta de todo. Zayn podría notar si el perro del vecino tenía el ojo derecho más grande que el izquierdo, o si el repartidor de pizza manejaba un auto diferente. En realidad, no era un cumplido ser notada por Zayn. Era una cuestión de hecho.
—Te encantará una vez que comiences —me aseguró Susannah, barriendo mi flequillo que cruzaba mi frente.
—Siempre me toma un tiempo adentrarme en un libro —dije, en una manera que sonó como una disculpa. No quería hacerla sentir mal, ya que fue ella quien me lo recomendó.
Entonces mi madre entró en la habitación con una bolsa de Twizzler y media bolsa de Fritos. Le lanzó un Twizzler a Susannah y dijo, tardíamente — ¡Atrápalo!
Susannah extendió su mano, pero cayó al suelo, y rió tontamente mientras lo recogía —Que torpe de mí —dijo, masticando un extremo como si fuera un popote—. ¿Qué sabor me has dado?
—Mamá, todos sabemos que estaban fumando porro arriba —dijo Zayn, apenas balanceando su cabeza por la música que él únicamente podía escuchar.
Susannah cubrió su boca con la mano. No dijo nada, pero parecía genuinamente molesta.
— ¡Ups! —Dijo mi madre— Supongo que no hay nada más, Beck. Chicos, su madre está tomando marihuana medicinal para ayudarla con la náusea de su quimio.
Steven no apartó la mirada de la televisión cuando dijo — ¿Qué hay de ti, mamá? ¿Estás tomando por tu quimio también?
Sabía que estaba tratando de aligerar el ambiente, y funcionó. Steven era bueno en eso.
Susannah ahogó una carcajada, y mi madre lanzó un Twizzler a la parte de atrás de la cabeza de Steven —Que listo. Estoy ofreciéndole apoyo moral a mi mejor amiga en el mundo. Hay cosas peores.
Steven tomó el Twizzler y lo comió antes de que estallara en su boca
— ¿Así que supongo que estará bien si fumo también?
—Cuando tengas cáncer de mama —Le dijo mi madre, intercambiando una sonrisa con Susannah, su mejor amiga en el mundo.
—O cuando tu mejor amiga lo haga —dijo Susannah.
A lo largo de todo esto, Louis no dijo nada. Sólo se mantuvo mirando hacia Susannah y luego de regreso a la televisión, como si su preocupación se desvanecería en el aire si se giraba de espalda.
Nuestras madres pensaron que estaríamos en la playa esta tarde. No sabían que Louis y yo nos habíamos aburrido y decidimos regresar a la casa por un aperitivo. Mientras subimos los escalones del pórtico, las escuchamos gritando a través de la ventana.
Louis se detuvo cuando escuchó a Susannah decir —Laur, me odio a mi misma por siquiera pensarlo, pero creo que prefiero morir antes que perder mi pecho.
Louis dejó de respirar mientras estaba ahí, escuchado. Luego él se sentó, y yo lo hice también.
Mi madre dijo —Sé que no querías decir eso.
Odio cuando mi madre dice eso, y supongo que Susannah lo hace también porque ella dijo —No me digas lo que quiero decir —y nunca escuché su voz como eso antes—dura, enojada.
—Bien. Bien. No lo haré.
Susannah comenzó a llorar entonces. Y a pesar de que no podíamos verlas, sabía que mi madre estaba masajeando la espalda de Susannah en círculos, la misma manera en que me lo hacía a mí cuando estaba molesta.
Deseé poder hacer eso por Louis. Sabía que podía hacerlo sentirse mejor, pero no pude. En cambio, extendí mi brazo y agarré su mano y la apreté con fuerza. Él no me miró, pero no se apartó tampoco. Fue el momento cuando nosotros nos hicimos verdaderos, reales amigos.
Luego mi madre dijo en su más seria, más inexpresiva voz —Tus tetas son jodidamente asombrosas.
Susannah estalló en una carcajada que sonó como una foca, y entonces estaba riendo y llorando al mismo tiempo. Todo iba a estar bien. Si mi madre estaba maldiciendo, si Susannah estaba riendo, todo podría salir bien.
Solté la mano de Louis y me levanté. Él lo hizo también. Caminamos de regreso a la playa, ninguno dijo nada. ¿Qué se puede decir? “¿Lamento que tu mamá tenga cáncer?” “¿Espero que no pierda una teta?”
Cuando regresamos a nuestro tramo de playa, Zayn y Steven acababan de salir de agua con sus tablas de surf. Aún no decíamos nada, y Steven lo notó. Supongo que Zayn también, pero él no dijo nada. Fue Steven quien dijo — ¿Qué pasa, chicos?
—Nada —dije, tirando de mis rodillas hacia mí pecho.
— ¿Tuvieron su primer beso o algo? —dijo, sacudiendo el agua de sus shorts hacia mis rodillas.
—Cállate —Le dije. Tuve la tentación de bajar sus shorts para cambiar de tema. El verano pasado, los chicos habían pasado por una obsesión de bajarse los pantalones los unos a los otros en público. Nunca participé, pero en este momento realmente quería.
—Ahh, lo sé —dijo, golpeando mi hombro. Me lo quité de encima y le dije otra vez que se callara. Comenzó a cantar, —. Amor de verano, amor de verano, todo ocurrió tan rapido…
—Steven, deja de ser tan tonto —dije, negando con la cabeza y rodando mis ojos con Louis.
Pero luego Louis se levantó, se sacudió la arena de sus shorts, y comenzó a caminar hacia el agua y lejos de nosotros, lejos de la casa.
— ¿Estás en tu periodo o algo, Louis? ¡Estaba bromeando, hombre! —Lo llamó Steven. Louis no se dio la vuelta; se mantuvo caminando por la orilla—. ¡Vamos!
—Déjalo en paz —dijo Zayn. Los dos no parecían particularmente cercanos, pero había veces cuando veía cuán bien se entendían el uno al otro, y esta era una de ellas. Ver a Zayn protector con Louis me hizo sentir un enorme aumento de amor por él—sentí como una ola en mi pecho
me arrasaba. Lo cual me hizo sentirme culpable, porque no debería sentirme enamorada cuando Susannah tenía cáncer.
Puedo decir que Steven se sintió mal, y algo confundido. Apenas diferenciabas al Louis que caminaba lejos. Él siempre era el primero en reírse, en regresar una broma.
Y porque se sentía como frotar sal en la herida, dije —Eres un imbécil, Steven.
Steven se giró hacia mí —Caray, ¿Qué hice?
Lo ignoré y caí de nuevo sobre la toalla y cerré mis ojos. Deseé tener los auriculares de Zayn. Quería olvidar lo que ocurrió en el día.
Más tarde, cuando Zayn y Steven decidieron ir a pescar de noche, Louis declinó, a pesar de que pescar de noche era su favorito. Siempre estaba tratando de hacer que la gente fuera a pescar de noche con él. Esa noche dijo que no estaba de humor. Así que ellos se fueron, y Louis se quedó atrás, con nosotras. Miramos televisión y jugamos cartas. Pasamos gran parte del verano haciendo eso, sólo nosotros. Consolidamos las cosas entre nosotros ese verano. Él me despertó temprano algunas mañanas, y fuimos a coleccionar conchas o cangrejos de arena, o montar en bicicleta a la
heladería a tres kilómetros de distancia. Cuando era sólo nosotros dos, él no hacia tantas bromas, pero era todavía Louis.
Desde ese verano me sentí más cerca de Louis de lo que estaba de mi propio hermano. Louis era agradable. Quizás porque era el hermano menor de alguien también, o quizás porque él era ese tipo de personas. Era agradable con todo el mundo. Tenía un talento para hacer que las personas
se sintieran confortables.
13 Años.
La primera vez que ellas lo hicieron, pensaron que no lo sabríamos. En realidad, fue muy estúpido de ellas, porque fue una de esas raras noches cuando todos estábamos en casa. Nosotros estábamos en la sala. Zayn escuchaba música en sus auriculares, y Louis y Steven jugaban un video juego.
Estaba recostada en el sofá leyendo Emma—sobre todo porque pensé que me haría verme intelectual, no porque lo disfrutara. Si estuviera leyendo de verdad, estaría encerrada en mi habitación con Flores en el Ático o algo y no Jane Austen.
Creo que Steven lo olió primero. Él miró alrededor, olfateó como un perro, y luego dijo — ¿Huelen eso, chicos?
—Te dije que no te comieras todos esos frijoles al horno, Steven —dijo Louis, sus ojos concentrados en la pantalla de televisión.
Me reí. Pero no era gas; lo olía también. Era marihuana —Es marihuana —dije, en voz alta. Quería ser la primera que lo dijera, para probar cuán sofisticada y bien informada yo era.
—De ninguna manera —dijo Louis.
Zayn se quitó sus auriculares y dijo —Cami tiene razón. Es un porro.
Steven pausó el juego y se giró para mirarme — ¿Cómo sabes a lo que huele un porro, Cami? —preguntó suspicaz.
—Porque, Steven, me la paso drogándome todo el tiempo. Voy afuera a fumar ¿No lo sabías? —Odio cuando Steven saca su papel de hermano mayor, especialmente en frente de Zayn y Louis. Era como si tratara de hacerme sentir pequeña a propósito.
Él me ignoro — ¿Viene de arriba de las escaleras?
—Es mi mamá —dijo Zayn, poniéndose sus auriculares de nuevo—. Por su quimio.
Podía decir que Louis no lo sabía. Él no dijo nada, pero parecía herido y confundido por su manera en rascar su nuca y mirar hacia el espacio por un minuto. Steven y yo intercambiamos una mirada. Era horroroso, el cáncer que fuera que Susannah tenía, los dos lo desconocíamos. No sabíamos qué decir, así que no dijimos nada. Casi pretendimos que no ocurrió nada, de la manera en que Louis lo hizo.
Sin embargo, mi madre no lo hizo. Ella estaba casi-de-hecho, calmada, de la manera en que actuaba en todo. Susannah dijo que mi madre la hacía sentirse normal. Mi madre era buena en eso, haciendo que las personas se sintieran normales.
Seguras. Como si mientras ella estuviera allí, nada realmente malo podría ocurrir.
Cuando ellas bajaron las escaleras un poco más tarde, reían como dos adolescentes quienes lograron colarse en el gabinete de licor de sus padres. Claramente, mi madre había participado con Susannah fumando.
Steven y yo intercambiamos otra mirada, esta vez una horrorizada. Mi madre era probablemente la última persona en la tierra que fumaria un porro, con la excepción de nuestra abuela Gran, su madre.
— ¿Se comieron todos los Cheetos, niños? —Preguntó mi madre, hurgando en un armario—. Me muero de hambre.
—Sí —dijo Steven. Él ni siquiera podía mirarla.
— ¿Qué hay de esta bolsa de Fritos? Toma esa —ordenó Susannah, viniendo detrás de mi sofá. Tocó mi cabello ligeramente, como me gustaba.
Susannah era mucho más cariñosa que mi madre en este tipo de formas, y siempre me llamaba la hija que nunca tuvo. Amaba compartirme con mi madre, y a mi madre no le importaba. A mí tampoco.
— ¿Cuánto te está gustando Emma hasta ahora? —me preguntó. Susannah tenía una manera de enfocarse en ti como si tú fueras la persona más interesante en la habitación.
Abrí mi boca para mentir y decirle cuan grandioso pensaba que era, pero antes de que pudiera, Zayn dijo en voz muy alta —No ha pasado una página en más de una hora —Estaba todavía usando sus audífonos.
Lo fulminé con la mirada, pero por dentro estaba emocionada de que él lo notara. Por una vez, había estado observándome. Pero por supuesto que él lo notó—Zayn se da cuenta de todo. Zayn podría notar si el perro del vecino tenía el ojo derecho más grande que el izquierdo, o si el repartidor de pizza manejaba un auto diferente. En realidad, no era un cumplido ser notada por Zayn. Era una cuestión de hecho.
—Te encantará una vez que comiences —me aseguró Susannah, barriendo mi flequillo que cruzaba mi frente.
—Siempre me toma un tiempo adentrarme en un libro —dije, en una manera que sonó como una disculpa. No quería hacerla sentir mal, ya que fue ella quien me lo recomendó.
Entonces mi madre entró en la habitación con una bolsa de Twizzler y media bolsa de Fritos. Le lanzó un Twizzler a Susannah y dijo, tardíamente — ¡Atrápalo!
Susannah extendió su mano, pero cayó al suelo, y rió tontamente mientras lo recogía —Que torpe de mí —dijo, masticando un extremo como si fuera un popote—. ¿Qué sabor me has dado?
—Mamá, todos sabemos que estaban fumando porro arriba —dijo Zayn, apenas balanceando su cabeza por la música que él únicamente podía escuchar.
Susannah cubrió su boca con la mano. No dijo nada, pero parecía genuinamente molesta.
— ¡Ups! —Dijo mi madre— Supongo que no hay nada más, Beck. Chicos, su madre está tomando marihuana medicinal para ayudarla con la náusea de su quimio.
Steven no apartó la mirada de la televisión cuando dijo — ¿Qué hay de ti, mamá? ¿Estás tomando por tu quimio también?
Sabía que estaba tratando de aligerar el ambiente, y funcionó. Steven era bueno en eso.
Susannah ahogó una carcajada, y mi madre lanzó un Twizzler a la parte de atrás de la cabeza de Steven —Que listo. Estoy ofreciéndole apoyo moral a mi mejor amiga en el mundo. Hay cosas peores.
Steven tomó el Twizzler y lo comió antes de que estallara en su boca
— ¿Así que supongo que estará bien si fumo también?
—Cuando tengas cáncer de mama —Le dijo mi madre, intercambiando una sonrisa con Susannah, su mejor amiga en el mundo.
—O cuando tu mejor amiga lo haga —dijo Susannah.
A lo largo de todo esto, Louis no dijo nada. Sólo se mantuvo mirando hacia Susannah y luego de regreso a la televisión, como si su preocupación se desvanecería en el aire si se giraba de espalda.
Nuestras madres pensaron que estaríamos en la playa esta tarde. No sabían que Louis y yo nos habíamos aburrido y decidimos regresar a la casa por un aperitivo. Mientras subimos los escalones del pórtico, las escuchamos gritando a través de la ventana.
Louis se detuvo cuando escuchó a Susannah decir —Laur, me odio a mi misma por siquiera pensarlo, pero creo que prefiero morir antes que perder mi pecho.
Louis dejó de respirar mientras estaba ahí, escuchado. Luego él se sentó, y yo lo hice también.
Mi madre dijo —Sé que no querías decir eso.
Odio cuando mi madre dice eso, y supongo que Susannah lo hace también porque ella dijo —No me digas lo que quiero decir —y nunca escuché su voz como eso antes—dura, enojada.
—Bien. Bien. No lo haré.
Susannah comenzó a llorar entonces. Y a pesar de que no podíamos verlas, sabía que mi madre estaba masajeando la espalda de Susannah en círculos, la misma manera en que me lo hacía a mí cuando estaba molesta.
Deseé poder hacer eso por Louis. Sabía que podía hacerlo sentirse mejor, pero no pude. En cambio, extendí mi brazo y agarré su mano y la apreté con fuerza. Él no me miró, pero no se apartó tampoco. Fue el momento cuando nosotros nos hicimos verdaderos, reales amigos.
Luego mi madre dijo en su más seria, más inexpresiva voz —Tus tetas son jodidamente asombrosas.
Susannah estalló en una carcajada que sonó como una foca, y entonces estaba riendo y llorando al mismo tiempo. Todo iba a estar bien. Si mi madre estaba maldiciendo, si Susannah estaba riendo, todo podría salir bien.
Solté la mano de Louis y me levanté. Él lo hizo también. Caminamos de regreso a la playa, ninguno dijo nada. ¿Qué se puede decir? “¿Lamento que tu mamá tenga cáncer?” “¿Espero que no pierda una teta?”
Cuando regresamos a nuestro tramo de playa, Zayn y Steven acababan de salir de agua con sus tablas de surf. Aún no decíamos nada, y Steven lo notó. Supongo que Zayn también, pero él no dijo nada. Fue Steven quien dijo — ¿Qué pasa, chicos?
—Nada —dije, tirando de mis rodillas hacia mí pecho.
— ¿Tuvieron su primer beso o algo? —dijo, sacudiendo el agua de sus shorts hacia mis rodillas.
—Cállate —Le dije. Tuve la tentación de bajar sus shorts para cambiar de tema. El verano pasado, los chicos habían pasado por una obsesión de bajarse los pantalones los unos a los otros en público. Nunca participé, pero en este momento realmente quería.
—Ahh, lo sé —dijo, golpeando mi hombro. Me lo quité de encima y le dije otra vez que se callara. Comenzó a cantar, —. Amor de verano, amor de verano, todo ocurrió tan rapido…
—Steven, deja de ser tan tonto —dije, negando con la cabeza y rodando mis ojos con Louis.
Pero luego Louis se levantó, se sacudió la arena de sus shorts, y comenzó a caminar hacia el agua y lejos de nosotros, lejos de la casa.
— ¿Estás en tu periodo o algo, Louis? ¡Estaba bromeando, hombre! —Lo llamó Steven. Louis no se dio la vuelta; se mantuvo caminando por la orilla—. ¡Vamos!
—Déjalo en paz —dijo Zayn. Los dos no parecían particularmente cercanos, pero había veces cuando veía cuán bien se entendían el uno al otro, y esta era una de ellas. Ver a Zayn protector con Louis me hizo sentir un enorme aumento de amor por él—sentí como una ola en mi pecho
me arrasaba. Lo cual me hizo sentirme culpable, porque no debería sentirme enamorada cuando Susannah tenía cáncer.
Puedo decir que Steven se sintió mal, y algo confundido. Apenas diferenciabas al Louis que caminaba lejos. Él siempre era el primero en reírse, en regresar una broma.
Y porque se sentía como frotar sal en la herida, dije —Eres un imbécil, Steven.
Steven se giró hacia mí —Caray, ¿Qué hice?
Lo ignoré y caí de nuevo sobre la toalla y cerré mis ojos. Deseé tener los auriculares de Zayn. Quería olvidar lo que ocurrió en el día.
Más tarde, cuando Zayn y Steven decidieron ir a pescar de noche, Louis declinó, a pesar de que pescar de noche era su favorito. Siempre estaba tratando de hacer que la gente fuera a pescar de noche con él. Esa noche dijo que no estaba de humor. Así que ellos se fueron, y Louis se quedó atrás, con nosotras. Miramos televisión y jugamos cartas. Pasamos gran parte del verano haciendo eso, sólo nosotros. Consolidamos las cosas entre nosotros ese verano. Él me despertó temprano algunas mañanas, y fuimos a coleccionar conchas o cangrejos de arena, o montar en bicicleta a la
heladería a tres kilómetros de distancia. Cuando era sólo nosotros dos, él no hacia tantas bromas, pero era todavía Louis.
Desde ese verano me sentí más cerca de Louis de lo que estaba de mi propio hermano. Louis era agradable. Quizás porque era el hermano menor de alguien también, o quizás porque él era ese tipo de personas. Era agradable con todo el mundo. Tenía un talento para hacer que las personas
se sintieran confortables.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 15
Había estado lloviendo por tres días. Para las cuatro en punto del tercer día, Louis estaba volviéndose loco. Él no era el tipo de persona que permanecía dentro; siempre estaba moviéndose. Siempre en camino hacia algún lado nuevo. Dijo que no podía soportarlo más y preguntó quien quería ir al cine. Sólo había un cine en Cousins, dentro de un centro comercial.
Zayn estaba en su habitación, y cuando Louis se acercó y le preguntó por venir, dijo que no. Él pasaba un montón de tiempo a solas, en su habitación, y podía decir que hería los sentimientos de Steven. Él se iría pronto a un viaje por las universidades con nuestro papá, y a Zayn no
parecía importarle. Cuando Zayn no estaba trabajando, estaba ocupado tocando su guitarra y escuchando música.
Por lo tanto sólo fuimos Louis, Steven, y yo. Los convencí de ver una comedia romántica sobre dos cuidadores de perros quienes caminaban la misma ruta y se enamoraban. Era lo único que estaban pasando. La siguiente película no comenzaría hasta dentro de otra hora. Unos cinco
minutos dentro, Steven se levanto, disgustado, —No puedo ver esto — dijo—. ¿Vienes, Lou?
Louis dijo —Nop, me quedo con Cami.
Steven pareció sorprendido. Se encogió de hombros y dijo — Encuéntrenme cuando termine.
Estuve sorprendida también. Fue bastante grosero.
No mucho después de que Steven se fuera, un gran chico corpulento se sentó en el asiento de la derecha frente a mí.
—Inclínate hacia mí —susurró Louis.
Pensé que estaba bromeando y decirle “Está bien”, pero decidí seguirle el juego. Este era Louis, después de todo. No tenía por qué ser cortés. En cambio dije gracias y me apoyé contra él. Para ver la pantalla de Louis tenía que seguir estirando el cuello hacia la derecha y él inclinarse hacia mí. Su cabello olía a peras asiáticas, ese caro champú que Susannah utiliza. Era divertido. Él era un alto jugador de fútbol ahora, y olía tan dulce. Cada vez que él se inclinó, respiré el dulce olor de su cabello. Deseé que mi cabello oliera como eso.
A mitad de la película, Louis se levanto repentinamente. Se fue por un par de minutos. Cuando regreso, tenía un gran refresco y un paquete de Twizzler. Extendí mi brazo por el refresco y tomar un sorbo, pero no había popotes —Olvidaste los popotes —Le dije.
Arrancó el plástico de la caja de Twizzler y mordió los extremos de dos Twizzler. Luego los puso dentro del vaso. Él sonrió ampliamente. Parecía muy orgulloso de sí mismo. Había olvidado lo de nuestros popotes de Twizzler. Solíamos hacerlo todo el tiempo.
Tomamos un sorbo de los popotes al mismo tiempo, como en un comercial de Coca-cola de 1950—cabezas inclinadas, casi tocando las frentes. Me pregunté si la gente pensaba que estábamos en una cita.
Louis me miró, y me sonrió de esa familiar manera, y de pronto tuve este loco pensamiento. Yo pensé,Louis Fisher quiere besarme.
Lo cual, era una locura. Este es Louis. Él nunca me ha mirado así, y para mí, Zayn era el único que me gusta, incluso cuando está de mal humor e inaccesible como ahora. Siempre había sido Zayn. Nunca había seriamente considerado a Louis, nunca con Zayn estando aquí. Y por supuesto, Louis nunca me había mirado antes de esta manera, tampoco. Era su pareja. Su pareja para ver una película, la chica que compartía el baño con él, para compartir secretos. Yo no era la chica que él besaría.
Había estado lloviendo por tres días. Para las cuatro en punto del tercer día, Louis estaba volviéndose loco. Él no era el tipo de persona que permanecía dentro; siempre estaba moviéndose. Siempre en camino hacia algún lado nuevo. Dijo que no podía soportarlo más y preguntó quien quería ir al cine. Sólo había un cine en Cousins, dentro de un centro comercial.
Zayn estaba en su habitación, y cuando Louis se acercó y le preguntó por venir, dijo que no. Él pasaba un montón de tiempo a solas, en su habitación, y podía decir que hería los sentimientos de Steven. Él se iría pronto a un viaje por las universidades con nuestro papá, y a Zayn no
parecía importarle. Cuando Zayn no estaba trabajando, estaba ocupado tocando su guitarra y escuchando música.
Por lo tanto sólo fuimos Louis, Steven, y yo. Los convencí de ver una comedia romántica sobre dos cuidadores de perros quienes caminaban la misma ruta y se enamoraban. Era lo único que estaban pasando. La siguiente película no comenzaría hasta dentro de otra hora. Unos cinco
minutos dentro, Steven se levanto, disgustado, —No puedo ver esto — dijo—. ¿Vienes, Lou?
Louis dijo —Nop, me quedo con Cami.
Steven pareció sorprendido. Se encogió de hombros y dijo — Encuéntrenme cuando termine.
Estuve sorprendida también. Fue bastante grosero.
No mucho después de que Steven se fuera, un gran chico corpulento se sentó en el asiento de la derecha frente a mí.
—Inclínate hacia mí —susurró Louis.
Pensé que estaba bromeando y decirle “Está bien”, pero decidí seguirle el juego. Este era Louis, después de todo. No tenía por qué ser cortés. En cambio dije gracias y me apoyé contra él. Para ver la pantalla de Louis tenía que seguir estirando el cuello hacia la derecha y él inclinarse hacia mí. Su cabello olía a peras asiáticas, ese caro champú que Susannah utiliza. Era divertido. Él era un alto jugador de fútbol ahora, y olía tan dulce. Cada vez que él se inclinó, respiré el dulce olor de su cabello. Deseé que mi cabello oliera como eso.
A mitad de la película, Louis se levanto repentinamente. Se fue por un par de minutos. Cuando regreso, tenía un gran refresco y un paquete de Twizzler. Extendí mi brazo por el refresco y tomar un sorbo, pero no había popotes —Olvidaste los popotes —Le dije.
Arrancó el plástico de la caja de Twizzler y mordió los extremos de dos Twizzler. Luego los puso dentro del vaso. Él sonrió ampliamente. Parecía muy orgulloso de sí mismo. Había olvidado lo de nuestros popotes de Twizzler. Solíamos hacerlo todo el tiempo.
Tomamos un sorbo de los popotes al mismo tiempo, como en un comercial de Coca-cola de 1950—cabezas inclinadas, casi tocando las frentes. Me pregunté si la gente pensaba que estábamos en una cita.
Louis me miró, y me sonrió de esa familiar manera, y de pronto tuve este loco pensamiento. Yo pensé,Louis Fisher quiere besarme.
Lo cual, era una locura. Este es Louis. Él nunca me ha mirado así, y para mí, Zayn era el único que me gusta, incluso cuando está de mal humor e inaccesible como ahora. Siempre había sido Zayn. Nunca había seriamente considerado a Louis, nunca con Zayn estando aquí. Y por supuesto, Louis nunca me había mirado antes de esta manera, tampoco. Era su pareja. Su pareja para ver una película, la chica que compartía el baño con él, para compartir secretos. Yo no era la chica que él besaría.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 16
14 Años.
Sabía que traer a Taylor era un error. Lo sabía. Lo sabía y lo hice de todas maneras. Taylor Jewel, mi mejor amiga. Los chicos en nuestro grado la llaman Jewel, ella pretende odiarlo pero secretamente lo ama.
Taylor solía decir que cada vez que volvía de la casa de verano, ella tenía que recuperarme otra vez. Ella hacía que quisiera estar aquí, lejos de mi vida real con la escuela, los chicos de la escuela y los amigos de la escuela. Trataba de emparejarme con el amigo del chico con quien estaba obsesionada todo el tiempo.
La acompañaba, y quizás íbamos a ver películas o a Waffle House, pero yo nunca realmente estaba allí, no completamente. Esos chicos no se comparan con Zayn o Louis. Entonces ¿Cuál es el punto?
Taylor siempre fue la más bonita, la que los chicos miraban más. Yo era la divertida, quien hacía que los chicos se rieran. Pensé que traerla probaría que era bonita también. ¿Ves? Ve, a ella le agrado; somos las mismas. Pero no lo éramos, y todo el mundo lo sabía. Pensé que traer a Taylor me garantizaría una invitación de los chicos para caminar por la tarde-noche en el paseo marítimo y sus noches en la playa durmiendo en sacos de dormir. Pensé que podría abrir mi mundo social ese verano, que podría finalmente, finalmente estar en el centro de las cosas.
Estaba en lo cierto sobre esta parte, por lo menos.
Taylor me había estado pidiendo que la trajera desde siempre. Había resistido, diciéndole que habría mucha gente, pero era muy persuasiva. Fue mi propia culpa.
Yo presumía mucho de los chicos. Y en el fondo, la quería a ella aquí. Era mi mejor amiga, después del todo. Ella odiaba que no compartiéramos todo—cada momento, cada experiencia. Cuando se incorporó al club de Español, insistió en que me uniera también, a pesar de que yo no hablo
español. “Para cuando vayamos a Cabo después de la graduación”, dijo. Yo quería ir a las Islas Galápagos para mi graduación, ese era mi sueño. Quería ver a los animales exóticos. Mi padre me dijo que él me llevaría. Sin embargo, no se lo dije a Taylor. No le agradaría.
Mi madre y yo fuimos por Taylor al aeropuerto. Salió del avión con shorts y una delgada blusa que nunca antes le había visto. La abracé, traté de no sonar celosa cuando dije — ¿De dónde has sacado eso?
—Mi mamá me llevó a comprar cosas para la playa justo antes de irme —dijo, dándome una de sus maletas—. Lindo, ¿no?
—Sí, lindo —su maleta era pesada. Me preguntaba si olvidó que sólo se quedaría una semana.
—Se siente mal, ella y papi se están divorciando por lo que me compra todo tipo de cosas —continuó Taylor, rodando sus ojos—. Nosotras incluso nos hicimos manicure juntas ¡Mira! —Taylor levantó su mano derecha. Sus uñas estaban pintadas de color frambuesa, y eran largas y cuadradas.
— ¿Son reales?
— ¡Sí! Yo no uso nada falso, Cami.
—Pero yo pensé que tenias que mantener las uñas cortas por el violín.
—Oh, eso. Mi mami finalmente me permitió dejar el violín.
Culpabilidad por el divorcio —dijo a sabiendas—. Tú sabes cómo es eso.
Taylor era la única chica que conocía de nuestra edad que aún llama a su madre Mami. Era la única que también podía salirse con la suya.
Los chicos pusieron atención de inmediato. Ellos la miraron desde lejos, inspeccionaron sus pechos talla B y su cabello rubio. Es sostén con relleno, quería decirles. Eso es medio champú aclarador de pelo. Su cabello no era realmente rubio. No es que a ellos les importara de todas maneras.
Mi hermano, por el otro lado, apenas levantó la mirada del televisor. Taylor lo irritaba, siempre lo hacía. Me pregunté si él les había advertido a Zayn y a Louis sobre ella.
—Hola, Ste-ven —dijo con voz cantarina.
—Hola —murmuró.
Taylor me miró y cerró sus ojos. Gruñón, musitó, con énfasis en la palabra.
Reí —Taylor, este es Zayn y Louis. Ya conoces a Steven —tenía curiosidad sobre a quién elegiría ella, quien creería que es más lindo, divertido. Mejor.
—Hola —dijo ella, mirándolos de arriba hacia abajo y pude decir que Zayn fue el elegido. Y me alegré. Porque sabía que Zayn nunca, nunca coquetearía con ella.
—Hola —dijeron ellos.
Luego Zayn se giró de regreso hacia la televisión como sabía que haría. Louis le dio una sonrisa ladeada y dijo —Así que eres amiga de Cami ¿eh? Pensábamos que ella no tenía amigas.
Esperé que me sonriera para demostrarme que sólo bromeaba, pero no miró hacia mí —Cállate, Louis —dije, y entonces me sonrió, pero fue superficial y rápido, y regresó la mirada hacia Taylor.
—Cami tiene muchos amigos —informó Taylor de manera ligera—. ¿Me veo como alguien quien se junta con un perdedor?
—Sí —dijo mi hermano desde el sofá. Asomó su cabeza—. Lo haces.
Taylor lo fulminó con la mirada —Que buena broma, Steven —se giró hacia mí y dijo—. ¿Por qué no me muestras nuestra habitación?
—Sí, ¿Por qué no haces eso, Cami? ¿Por qué no te llevas a Tay-Tay? — dijo Steven. Luego se recostó otra vez.
Lo ignoré —Vamos, Taylor.
Tan pronto como llegamos a mi habitación, Taylor se lanzó sobre la cama junto a la ventana, mi cama, en la que siempre había dormido —Oh, mi Dios, él es tan lindo.
— ¿Cuál?
—El moreno, por supuesto. Amo un hombre moreno.
Interiormente rodé mis ojos ¿Hombre? Taylor sólo ha salido con dos chicos, ninguno de ellos está de cerca de ser un hombre.
—Dudo que ocurra algo —Le dije—. A Zayn no le interesan las chicas —Sabía que no era verdad; Él salía con chicas. Le había importado lo suficiente esa chica Angie el verano pasado como para ir detrás de ella ¿O no?
Los ojos café de Taylor brillaron —Me encantan los retos ¿No gané ser la presidenta de la clase el año pasado? ¿Y la secretaria de la clase el año anterior a ese?
—Claro que lo recuerdo. Fui tu jefa de campaña. Pero Zayn es diferente. Él es… —vacilé, buscando la palabra justa para asustar a Taylor—. Casi, como, perturbado.
— ¿Qué? —gritó.
Rápidamente me retracte. Quizás “perturbado” era una palabra fuerte. —No quise decir “perturbado” exactamente, pero él puede ser realmente intenso. En serio. Deberías ir tras Louis. Creo que él es más tu tipo.
— ¿Y qué quieres decir con eso, Cami? —Demandó Taylor—. ¿Qué no soy profunda?
—Bueno… —Ella era tan profunda como una piscina inflable para
niños.
—No me respondas —Taylor abrió su maleta y comenzó a sacar sus cosas—. Louis es lindo, pero Zayn es el único que quiero. Voy a hacer que ese chico se vuelva loco por mí.
—No digas que no te lo advertí —Ya estaba lista esperando para decirle “Te lo dije”, siempre que ese momento llegue. Esperaba que fuera más pronto que tarde.
Ella levantó un bikini de lunares amarillos —Este bikini tentará suficiente aZayn, ¿Qué piensas?
—En ese bikini ni cabría Bridget —dije. Su hermana pequeña Bridget tenía siete, y era pequeña para su edad.
—Exactamente.
Rodé mis ojos —No digas que no te lo advertí. Y esa es mi cama, en la que estas sentada.
Las dos nos cambiamos nuestras ropas—Taylor en su diminuto bikini y yo en mi traje de baño deportivo con soporte en los pechos y de cuello alto. Mientras nos cambiábamos, ella me miró y dijo — ¡Cami, tus pechos son realmente grandes!
Tiré de mi camisa por encima de mi cabeza y dije —No realmente.
Pero era cierto, eran grandes. No lo tenía así de grande el verano anterior, eso era seguro. Las odio. Me hacen lenta: no podía correr más rápido—era demasiado embarazoso. Era el por qué usaba camisas grandes y trajes de baño de una pieza. No podía soportar escuchar lo que los chicos
podrían decir al respecto. Ellos se burlarían por eso, era seguro, Y Steven podría decirme que me pusiera más ropa encima, lo cual haría que deseara morirme.
— ¿Qué talla eres ahora?
—B —mentí. Era más bien como C.
Taylor parecía aliviada —Oh, bueno, estamos en lo mismo entonces, porque prácticamente soy B. ¿No quieres usar uno de mis bikinis? Parece que estas usando un traje del equipo de natación en una pieza —Ella levantó uno de rayas azul con blanco y lazos rojos en los costados.
—Estoy en el equipo de natación —Le recordé. Me había unido en invierno en el equipo de natación de mi vecindario. No podía competir en verano porque siempre estaba en Cousins. Estar en el equipo de natación me hacía sentir conectado con mi vida de verano, como si fuera una cuestión de tiempo para que estuviera de regreso en la playa.
—Ugh, no me lo recuerdes —dijo Taylor. Movió el bikini de un lado a otro—. Este se verá tan lindo en ti, con tu cabello castaño y tus nuevos pechos.
Hice una mueca y empujé el bikini lejos.
Una parte de mí quería mostrarme y sorprenderlos con lo mucho que había crecido, como era una chica real ahora, pero otra parte más sensata sabía que sería un deseo de muerte.
Steven lanzaría una toalla sobre mi cabeza, y me sentiría de diez años en lugar de trece —Pero, ¿Por qué?
—Me gusta dar largos en la piscina —dije. Era cierto. Lo haría.
Ella se encogió de hombros —De acuerdo, pero no me culpes cuando los chicos no hablen de ti.
Me encogí de hombros de regreso —No me preocupa si ellos hablan de mí o no, no pienso en ellos de esa manera.
— ¡Sí, claro! Lo haces, al igual que estás obsesionada con Zayn desde que te conozco. Ni siquiera hablaste con cualquiera de los chicos de la escuela el año pasado.
—Taylor, eso fue hace mucho tiempo atrás. Ellos son como mis hermanos para mí, como Steven —dije, tirando de mi short de gimnasia—. Habla de ellos todo lo que quieras.
La verdad era que me gustaban ambos en diferentes maneras y no quería que ella lo supiera, porque cualquier chico que ella eligiera sería como quedarme con las sobras. Y no quería influir en Taylor. Ella iba por Zayn en ambos sentidos. Quería decírselo, cualquier persona menos Zayn,
pero no sería justo, no completamente. Podría sentirme celosa si ella elegía a Louis también, porque él era mi amigo, no de ella.
Taylor tomó un par de lentes de sol que combinaban con su bikini (había traído cuatro pares), además de dos revistas y su bronceador. Para cuando salimos afuera, los chicos estaban ya en la piscina.
Me quité mi ropa de inmediato, lista para saltar, pero Taylor vaciló, su toalla estaba firmemente apretada alrededor de sus hombros. Podía decir que estaba nerviosa por su pequeño bikini, y me alegré. Estaba un poco harta de cómo se exhibía.
Los chicos ni siquiera nos prestaron atención. Había estado preocupada de que con Taylor aquí, ellos no harían las cosas que usualmente hacen, que actuaran diferentes.
Pero ellos estaban ahí, mojándose los unos a los otros.
Pateé mis sandalias, dije —Entremos a la piscina.
—Quiero broncearme un poco primero —dijo Taylor. Ella finalmente dejó caer su toalla y la extendió en una larga silla—. ¿No quieres broncearte también?
—No. Hace calor y quiero nadar. Además, ya estoy bronceada —Y lo estaba. Estaba volviéndome de un color caramelo oscuro. Parecía una persona completamente diferente en el verano, lo cual era la mejor parte.
Taylor untó en su mano la crema pastosa y brillante como una masa de galletas. Tenía el presentimiento que ella me alcanzaría rápidamente, sin embargo. Ella era buena en eso.
Me quité mis lentes y los puse encima de mi ropa. Luego me acerqué ala parte más profunda y salté dentro. El agua se sintió como si sacudiera mi cuerpo, de la mejor manera posible. Cuando salí por aire les lancé a los chicos agua —Juguemos Marco Polo —dije.
Steven, quien estaba ocupado tratando de alcanzar a Zayn, se
detuvo y dijo —Marco Polo es aburrido.
—Juguemos Gallina —sugirió Louis.
— ¿Qué es eso? —dije.
—Es cuando dos equipos de personas se suben sobre los hombros del otro y tratas de empujarse para que caiga, —explicó mi hermano.
—Es divertido, lo juro —me aseguró Louis. Luego llamó a Taylor—. ¿Quieres jugar gallina con nosotros, Tyler? ¿O eres demasiada gallina?
Taylor levantó la mirada de su revista. No podía ver sus ojos por sus lentes de sol, pero sabía que estaba molesta —Es Tay-lor, no Tyler, Lewis. Y no, no quiero jugar.
Steven y Zayn intercambiaron una mirada. Sabía lo que estaban pensando —Vamos, Taylor, será divertido —dije, rodando mis ojos—. No seas una gallina.
Ella hizo un gran espectáculo suspirando, y luego bajó su revista y se levanto, alisando su bikini de la parte de atrás — ¿Tengo que quitarme mis lentes?
Louis le sonrió —No si estas en mi equipo. No te caerás.
Taylor se las quitó de todos modos, noté que los equipos eran desiguales, y que alguien tendría que sentarse —Yo voy a ver —ofrecí, a pesar de que quería jugar.
—Está bien. Yo no voy a jugar —dijo Zayn.
—Juguemos en dos rondas —dijo Steven.
Zayn se encogió de hombros. —Eso está bien, —Él nadó hacia un lado de la piscina.
—Elijo a Tay-lor —anunció Louis.
—No es justo; ella pesa menos —se quejó Steven. Luego me miró y vio la expresión en mi rostro—. Sólo es porque eres más alta que ella, eso es todo.
Ya no quería jugar más — ¿Por qué no solo me siento, entonces? Odiaría romper tu espalda, Steven.
Louis dijo —Te elijo a ti, Cami. Vamos a hacer caer a estos chicos. Creo que eres probablemente un poco más pesada que Tay-lor.
Taylor bajó los escalones de la piscina lentamente, tanteando la temperatura —Soy muy fuerte, Lewis —dijo.
Luego Louis se puso en cuclillas en el agua, y me apresuré a subirme en sus hombros. Él estaba resbaladizo, así que fue difícil equilibrarme al principio. Entonces él se levantó y se enderezó.
Me removí y me balanceé con mis manos en su cabeza — ¿Soy demasiada pesada? —pregunté en voz baja. Él era tan delgado, tenía miedo de romperlo.
—Tú pesas, como, nada—mintió, respirando con fuerza y agarrando mis piernas.
Quería besarlo en la cima de su cabeza en ese momento.
Frente a nosotros Taylor estaba encaramada sobre los hombros de Steven, riendo y tirando de su cabello para mantenerse equilibrada. Steven parecía listo para lanzarla en la piscina.
— ¿Listos? —preguntó Louis. En voz baja me dijo—. El truco es mantenerte equilibrada.
Steven asintió, y nos movimos hacia el centro de la piscina.
Zayn, quien estaba por un lado, dijo —Uno, dos, tres.
Taylor y yo nos empujamos con los brazos la una a la otra, empujando y sacudiéndonos. Ella no podía dejar de reír, y cuando le di un fuerte empujón, dijo — ¡Oh, mierda! —y ellos cayeron hacia atrás.
Louis y yo reímos fuertemente y chocamos nuestras manos. Cuando ellos aparecieron, Steven fulminaba con la mirada a Taylor y dijo — Te dije que estuvieras equilibrada.
Ella le salpicó el rostro y dijo — ¡Lo estaba! —Su delineador de ojos estaba desapareciendo y su rímel comenzaba a correrse. Aún parecía bonita, sin embargo.
Louis dijo — ¿Cami?
Dije — ¿Hmm? —estaba comenzado a estar bastante cómoda allí arriba, tan alta.
—Ten cuidado —Luego se tambaleó hacia adelante, y estaba volando hacia el agua, era típico en él. No podía dejar de reír, y tragué un montón de agua, pero no me importaba.
Cuando nuestras cabezas aparecieron, fui directamente hacia él y lo tomé por sorpresa con un buen chapuzón.
Entonces Taylor dijo —Juguemos de nuevo. Estaré con Lewis esta vez. Steven, tu puedes ser la pareja de Cami.
Steven aún parecía molesto, y dijo —Zayn, toma mi lugar.
—De acuerdo —dijo Zayn, pero su voz decía que él no lo quería del todo.
Cuando nadó hacia mí, dije defensivamente —No soy tan pesada.
—Nunca dije que lo fueras —Luego se inclinó frente a mí, y subí en él. Sus hombros eran más musculosos que los de Louis, más fuertes.
— ¿Estás bien ahí arriba?
—Sí.
Frente a nosotros Taylor estaba teniendo problemas para subirse en los hombros de Louis. Ella se estaba balanceando y riendo. Estaba divirtiéndose mucho. Demasiada diversión. Los miré celosamente, y casi olvidé ser consciente del hecho de que Zayn estaba agarrando mis piernas, y hasta donde podía recordar, él nunca había ni siquiera accidentalmente tocado mis piernas.
—Apresúrense y juguemos —dije. Mi voz sonaba celosa incluso para mis propios oídos. Odié eso.
Zayn tuvo menos problemas para moverse hacia el centro de la piscina. Estaba un poco sorprendida por lo fácil que se movía con mi peso extra sobre sus hombros.
— ¿Listos? —Zayn dijo hacia Louis y Taylor, quien finalmente
logró aferrarse.
— ¡Sí! —gritó Taylor.
En mi cabeza dije, Vas a caer, Jewel —Sí —dije en voz alta.
Me incliné hacia adelante y usé mis dos manos para darle un fuerte empujón. Ella se balanceó de un lado pero no se cayó — ¡Hey!
Sonreí —Hey —dije, empujándola de nuevo.
Taylor entrecerró sus ojos y me empujó de regreso, fuerte pero no lo suficiente duro.
Entonces, ambas estábamos empujándonos, sólo que esta vez me era mucho más fácil porque me sentía segura. La empujé una vez, con firmeza, y ella se inclinó hacia adelante, pero Louis estaba todavía recto. Aplaudí fuertemente. Eso fue muy divertido.
Estuve sorprendida cuando Zayn levantó su mano para chocarla con la mía. Él no era de los que chocaban manos.
Cuando Taylor reapareció esta vez, no estaba riendo. Su cabello rubio estaba enredado en su cabeza y dijo —Este juego apesta. No quiero jugar más.
—Perdedora —dije, y Zayn me bajó hacia el agua.
—Buen trabajo —dijo, dándome una de sus raras sonrisas. Me sentí como si hubiera ganado la lotería por recibir esa sonrisa.
—Juego para ganar —Le dije. Sabía que él lo hacía también.
14 Años.
Sabía que traer a Taylor era un error. Lo sabía. Lo sabía y lo hice de todas maneras. Taylor Jewel, mi mejor amiga. Los chicos en nuestro grado la llaman Jewel, ella pretende odiarlo pero secretamente lo ama.
Taylor solía decir que cada vez que volvía de la casa de verano, ella tenía que recuperarme otra vez. Ella hacía que quisiera estar aquí, lejos de mi vida real con la escuela, los chicos de la escuela y los amigos de la escuela. Trataba de emparejarme con el amigo del chico con quien estaba obsesionada todo el tiempo.
La acompañaba, y quizás íbamos a ver películas o a Waffle House, pero yo nunca realmente estaba allí, no completamente. Esos chicos no se comparan con Zayn o Louis. Entonces ¿Cuál es el punto?
Taylor siempre fue la más bonita, la que los chicos miraban más. Yo era la divertida, quien hacía que los chicos se rieran. Pensé que traerla probaría que era bonita también. ¿Ves? Ve, a ella le agrado; somos las mismas. Pero no lo éramos, y todo el mundo lo sabía. Pensé que traer a Taylor me garantizaría una invitación de los chicos para caminar por la tarde-noche en el paseo marítimo y sus noches en la playa durmiendo en sacos de dormir. Pensé que podría abrir mi mundo social ese verano, que podría finalmente, finalmente estar en el centro de las cosas.
Estaba en lo cierto sobre esta parte, por lo menos.
Taylor me había estado pidiendo que la trajera desde siempre. Había resistido, diciéndole que habría mucha gente, pero era muy persuasiva. Fue mi propia culpa.
Yo presumía mucho de los chicos. Y en el fondo, la quería a ella aquí. Era mi mejor amiga, después del todo. Ella odiaba que no compartiéramos todo—cada momento, cada experiencia. Cuando se incorporó al club de Español, insistió en que me uniera también, a pesar de que yo no hablo
español. “Para cuando vayamos a Cabo después de la graduación”, dijo. Yo quería ir a las Islas Galápagos para mi graduación, ese era mi sueño. Quería ver a los animales exóticos. Mi padre me dijo que él me llevaría. Sin embargo, no se lo dije a Taylor. No le agradaría.
Mi madre y yo fuimos por Taylor al aeropuerto. Salió del avión con shorts y una delgada blusa que nunca antes le había visto. La abracé, traté de no sonar celosa cuando dije — ¿De dónde has sacado eso?
—Mi mamá me llevó a comprar cosas para la playa justo antes de irme —dijo, dándome una de sus maletas—. Lindo, ¿no?
—Sí, lindo —su maleta era pesada. Me preguntaba si olvidó que sólo se quedaría una semana.
—Se siente mal, ella y papi se están divorciando por lo que me compra todo tipo de cosas —continuó Taylor, rodando sus ojos—. Nosotras incluso nos hicimos manicure juntas ¡Mira! —Taylor levantó su mano derecha. Sus uñas estaban pintadas de color frambuesa, y eran largas y cuadradas.
— ¿Son reales?
— ¡Sí! Yo no uso nada falso, Cami.
—Pero yo pensé que tenias que mantener las uñas cortas por el violín.
—Oh, eso. Mi mami finalmente me permitió dejar el violín.
Culpabilidad por el divorcio —dijo a sabiendas—. Tú sabes cómo es eso.
Taylor era la única chica que conocía de nuestra edad que aún llama a su madre Mami. Era la única que también podía salirse con la suya.
Los chicos pusieron atención de inmediato. Ellos la miraron desde lejos, inspeccionaron sus pechos talla B y su cabello rubio. Es sostén con relleno, quería decirles. Eso es medio champú aclarador de pelo. Su cabello no era realmente rubio. No es que a ellos les importara de todas maneras.
Mi hermano, por el otro lado, apenas levantó la mirada del televisor. Taylor lo irritaba, siempre lo hacía. Me pregunté si él les había advertido a Zayn y a Louis sobre ella.
—Hola, Ste-ven —dijo con voz cantarina.
—Hola —murmuró.
Taylor me miró y cerró sus ojos. Gruñón, musitó, con énfasis en la palabra.
Reí —Taylor, este es Zayn y Louis. Ya conoces a Steven —tenía curiosidad sobre a quién elegiría ella, quien creería que es más lindo, divertido. Mejor.
—Hola —dijo ella, mirándolos de arriba hacia abajo y pude decir que Zayn fue el elegido. Y me alegré. Porque sabía que Zayn nunca, nunca coquetearía con ella.
—Hola —dijeron ellos.
Luego Zayn se giró de regreso hacia la televisión como sabía que haría. Louis le dio una sonrisa ladeada y dijo —Así que eres amiga de Cami ¿eh? Pensábamos que ella no tenía amigas.
Esperé que me sonriera para demostrarme que sólo bromeaba, pero no miró hacia mí —Cállate, Louis —dije, y entonces me sonrió, pero fue superficial y rápido, y regresó la mirada hacia Taylor.
—Cami tiene muchos amigos —informó Taylor de manera ligera—. ¿Me veo como alguien quien se junta con un perdedor?
—Sí —dijo mi hermano desde el sofá. Asomó su cabeza—. Lo haces.
Taylor lo fulminó con la mirada —Que buena broma, Steven —se giró hacia mí y dijo—. ¿Por qué no me muestras nuestra habitación?
—Sí, ¿Por qué no haces eso, Cami? ¿Por qué no te llevas a Tay-Tay? — dijo Steven. Luego se recostó otra vez.
Lo ignoré —Vamos, Taylor.
Tan pronto como llegamos a mi habitación, Taylor se lanzó sobre la cama junto a la ventana, mi cama, en la que siempre había dormido —Oh, mi Dios, él es tan lindo.
— ¿Cuál?
—El moreno, por supuesto. Amo un hombre moreno.
Interiormente rodé mis ojos ¿Hombre? Taylor sólo ha salido con dos chicos, ninguno de ellos está de cerca de ser un hombre.
—Dudo que ocurra algo —Le dije—. A Zayn no le interesan las chicas —Sabía que no era verdad; Él salía con chicas. Le había importado lo suficiente esa chica Angie el verano pasado como para ir detrás de ella ¿O no?
Los ojos café de Taylor brillaron —Me encantan los retos ¿No gané ser la presidenta de la clase el año pasado? ¿Y la secretaria de la clase el año anterior a ese?
—Claro que lo recuerdo. Fui tu jefa de campaña. Pero Zayn es diferente. Él es… —vacilé, buscando la palabra justa para asustar a Taylor—. Casi, como, perturbado.
— ¿Qué? —gritó.
Rápidamente me retracte. Quizás “perturbado” era una palabra fuerte. —No quise decir “perturbado” exactamente, pero él puede ser realmente intenso. En serio. Deberías ir tras Louis. Creo que él es más tu tipo.
— ¿Y qué quieres decir con eso, Cami? —Demandó Taylor—. ¿Qué no soy profunda?
—Bueno… —Ella era tan profunda como una piscina inflable para
niños.
—No me respondas —Taylor abrió su maleta y comenzó a sacar sus cosas—. Louis es lindo, pero Zayn es el único que quiero. Voy a hacer que ese chico se vuelva loco por mí.
—No digas que no te lo advertí —Ya estaba lista esperando para decirle “Te lo dije”, siempre que ese momento llegue. Esperaba que fuera más pronto que tarde.
Ella levantó un bikini de lunares amarillos —Este bikini tentará suficiente aZayn, ¿Qué piensas?
—En ese bikini ni cabría Bridget —dije. Su hermana pequeña Bridget tenía siete, y era pequeña para su edad.
—Exactamente.
Rodé mis ojos —No digas que no te lo advertí. Y esa es mi cama, en la que estas sentada.
Las dos nos cambiamos nuestras ropas—Taylor en su diminuto bikini y yo en mi traje de baño deportivo con soporte en los pechos y de cuello alto. Mientras nos cambiábamos, ella me miró y dijo — ¡Cami, tus pechos son realmente grandes!
Tiré de mi camisa por encima de mi cabeza y dije —No realmente.
Pero era cierto, eran grandes. No lo tenía así de grande el verano anterior, eso era seguro. Las odio. Me hacen lenta: no podía correr más rápido—era demasiado embarazoso. Era el por qué usaba camisas grandes y trajes de baño de una pieza. No podía soportar escuchar lo que los chicos
podrían decir al respecto. Ellos se burlarían por eso, era seguro, Y Steven podría decirme que me pusiera más ropa encima, lo cual haría que deseara morirme.
— ¿Qué talla eres ahora?
—B —mentí. Era más bien como C.
Taylor parecía aliviada —Oh, bueno, estamos en lo mismo entonces, porque prácticamente soy B. ¿No quieres usar uno de mis bikinis? Parece que estas usando un traje del equipo de natación en una pieza —Ella levantó uno de rayas azul con blanco y lazos rojos en los costados.
—Estoy en el equipo de natación —Le recordé. Me había unido en invierno en el equipo de natación de mi vecindario. No podía competir en verano porque siempre estaba en Cousins. Estar en el equipo de natación me hacía sentir conectado con mi vida de verano, como si fuera una cuestión de tiempo para que estuviera de regreso en la playa.
—Ugh, no me lo recuerdes —dijo Taylor. Movió el bikini de un lado a otro—. Este se verá tan lindo en ti, con tu cabello castaño y tus nuevos pechos.
Hice una mueca y empujé el bikini lejos.
Una parte de mí quería mostrarme y sorprenderlos con lo mucho que había crecido, como era una chica real ahora, pero otra parte más sensata sabía que sería un deseo de muerte.
Steven lanzaría una toalla sobre mi cabeza, y me sentiría de diez años en lugar de trece —Pero, ¿Por qué?
—Me gusta dar largos en la piscina —dije. Era cierto. Lo haría.
Ella se encogió de hombros —De acuerdo, pero no me culpes cuando los chicos no hablen de ti.
Me encogí de hombros de regreso —No me preocupa si ellos hablan de mí o no, no pienso en ellos de esa manera.
— ¡Sí, claro! Lo haces, al igual que estás obsesionada con Zayn desde que te conozco. Ni siquiera hablaste con cualquiera de los chicos de la escuela el año pasado.
—Taylor, eso fue hace mucho tiempo atrás. Ellos son como mis hermanos para mí, como Steven —dije, tirando de mi short de gimnasia—. Habla de ellos todo lo que quieras.
La verdad era que me gustaban ambos en diferentes maneras y no quería que ella lo supiera, porque cualquier chico que ella eligiera sería como quedarme con las sobras. Y no quería influir en Taylor. Ella iba por Zayn en ambos sentidos. Quería decírselo, cualquier persona menos Zayn,
pero no sería justo, no completamente. Podría sentirme celosa si ella elegía a Louis también, porque él era mi amigo, no de ella.
Taylor tomó un par de lentes de sol que combinaban con su bikini (había traído cuatro pares), además de dos revistas y su bronceador. Para cuando salimos afuera, los chicos estaban ya en la piscina.
Me quité mi ropa de inmediato, lista para saltar, pero Taylor vaciló, su toalla estaba firmemente apretada alrededor de sus hombros. Podía decir que estaba nerviosa por su pequeño bikini, y me alegré. Estaba un poco harta de cómo se exhibía.
Los chicos ni siquiera nos prestaron atención. Había estado preocupada de que con Taylor aquí, ellos no harían las cosas que usualmente hacen, que actuaran diferentes.
Pero ellos estaban ahí, mojándose los unos a los otros.
Pateé mis sandalias, dije —Entremos a la piscina.
—Quiero broncearme un poco primero —dijo Taylor. Ella finalmente dejó caer su toalla y la extendió en una larga silla—. ¿No quieres broncearte también?
—No. Hace calor y quiero nadar. Además, ya estoy bronceada —Y lo estaba. Estaba volviéndome de un color caramelo oscuro. Parecía una persona completamente diferente en el verano, lo cual era la mejor parte.
Taylor untó en su mano la crema pastosa y brillante como una masa de galletas. Tenía el presentimiento que ella me alcanzaría rápidamente, sin embargo. Ella era buena en eso.
Me quité mis lentes y los puse encima de mi ropa. Luego me acerqué ala parte más profunda y salté dentro. El agua se sintió como si sacudiera mi cuerpo, de la mejor manera posible. Cuando salí por aire les lancé a los chicos agua —Juguemos Marco Polo —dije.
Steven, quien estaba ocupado tratando de alcanzar a Zayn, se
detuvo y dijo —Marco Polo es aburrido.
—Juguemos Gallina —sugirió Louis.
— ¿Qué es eso? —dije.
—Es cuando dos equipos de personas se suben sobre los hombros del otro y tratas de empujarse para que caiga, —explicó mi hermano.
—Es divertido, lo juro —me aseguró Louis. Luego llamó a Taylor—. ¿Quieres jugar gallina con nosotros, Tyler? ¿O eres demasiada gallina?
Taylor levantó la mirada de su revista. No podía ver sus ojos por sus lentes de sol, pero sabía que estaba molesta —Es Tay-lor, no Tyler, Lewis. Y no, no quiero jugar.
Steven y Zayn intercambiaron una mirada. Sabía lo que estaban pensando —Vamos, Taylor, será divertido —dije, rodando mis ojos—. No seas una gallina.
Ella hizo un gran espectáculo suspirando, y luego bajó su revista y se levanto, alisando su bikini de la parte de atrás — ¿Tengo que quitarme mis lentes?
Louis le sonrió —No si estas en mi equipo. No te caerás.
Taylor se las quitó de todos modos, noté que los equipos eran desiguales, y que alguien tendría que sentarse —Yo voy a ver —ofrecí, a pesar de que quería jugar.
—Está bien. Yo no voy a jugar —dijo Zayn.
—Juguemos en dos rondas —dijo Steven.
Zayn se encogió de hombros. —Eso está bien, —Él nadó hacia un lado de la piscina.
—Elijo a Tay-lor —anunció Louis.
—No es justo; ella pesa menos —se quejó Steven. Luego me miró y vio la expresión en mi rostro—. Sólo es porque eres más alta que ella, eso es todo.
Ya no quería jugar más — ¿Por qué no solo me siento, entonces? Odiaría romper tu espalda, Steven.
Louis dijo —Te elijo a ti, Cami. Vamos a hacer caer a estos chicos. Creo que eres probablemente un poco más pesada que Tay-lor.
Taylor bajó los escalones de la piscina lentamente, tanteando la temperatura —Soy muy fuerte, Lewis —dijo.
Luego Louis se puso en cuclillas en el agua, y me apresuré a subirme en sus hombros. Él estaba resbaladizo, así que fue difícil equilibrarme al principio. Entonces él se levantó y se enderezó.
Me removí y me balanceé con mis manos en su cabeza — ¿Soy demasiada pesada? —pregunté en voz baja. Él era tan delgado, tenía miedo de romperlo.
—Tú pesas, como, nada—mintió, respirando con fuerza y agarrando mis piernas.
Quería besarlo en la cima de su cabeza en ese momento.
Frente a nosotros Taylor estaba encaramada sobre los hombros de Steven, riendo y tirando de su cabello para mantenerse equilibrada. Steven parecía listo para lanzarla en la piscina.
— ¿Listos? —preguntó Louis. En voz baja me dijo—. El truco es mantenerte equilibrada.
Steven asintió, y nos movimos hacia el centro de la piscina.
Zayn, quien estaba por un lado, dijo —Uno, dos, tres.
Taylor y yo nos empujamos con los brazos la una a la otra, empujando y sacudiéndonos. Ella no podía dejar de reír, y cuando le di un fuerte empujón, dijo — ¡Oh, mierda! —y ellos cayeron hacia atrás.
Louis y yo reímos fuertemente y chocamos nuestras manos. Cuando ellos aparecieron, Steven fulminaba con la mirada a Taylor y dijo — Te dije que estuvieras equilibrada.
Ella le salpicó el rostro y dijo — ¡Lo estaba! —Su delineador de ojos estaba desapareciendo y su rímel comenzaba a correrse. Aún parecía bonita, sin embargo.
Louis dijo — ¿Cami?
Dije — ¿Hmm? —estaba comenzado a estar bastante cómoda allí arriba, tan alta.
—Ten cuidado —Luego se tambaleó hacia adelante, y estaba volando hacia el agua, era típico en él. No podía dejar de reír, y tragué un montón de agua, pero no me importaba.
Cuando nuestras cabezas aparecieron, fui directamente hacia él y lo tomé por sorpresa con un buen chapuzón.
Entonces Taylor dijo —Juguemos de nuevo. Estaré con Lewis esta vez. Steven, tu puedes ser la pareja de Cami.
Steven aún parecía molesto, y dijo —Zayn, toma mi lugar.
—De acuerdo —dijo Zayn, pero su voz decía que él no lo quería del todo.
Cuando nadó hacia mí, dije defensivamente —No soy tan pesada.
—Nunca dije que lo fueras —Luego se inclinó frente a mí, y subí en él. Sus hombros eran más musculosos que los de Louis, más fuertes.
— ¿Estás bien ahí arriba?
—Sí.
Frente a nosotros Taylor estaba teniendo problemas para subirse en los hombros de Louis. Ella se estaba balanceando y riendo. Estaba divirtiéndose mucho. Demasiada diversión. Los miré celosamente, y casi olvidé ser consciente del hecho de que Zayn estaba agarrando mis piernas, y hasta donde podía recordar, él nunca había ni siquiera accidentalmente tocado mis piernas.
—Apresúrense y juguemos —dije. Mi voz sonaba celosa incluso para mis propios oídos. Odié eso.
Zayn tuvo menos problemas para moverse hacia el centro de la piscina. Estaba un poco sorprendida por lo fácil que se movía con mi peso extra sobre sus hombros.
— ¿Listos? —Zayn dijo hacia Louis y Taylor, quien finalmente
logró aferrarse.
— ¡Sí! —gritó Taylor.
En mi cabeza dije, Vas a caer, Jewel —Sí —dije en voz alta.
Me incliné hacia adelante y usé mis dos manos para darle un fuerte empujón. Ella se balanceó de un lado pero no se cayó — ¡Hey!
Sonreí —Hey —dije, empujándola de nuevo.
Taylor entrecerró sus ojos y me empujó de regreso, fuerte pero no lo suficiente duro.
Entonces, ambas estábamos empujándonos, sólo que esta vez me era mucho más fácil porque me sentía segura. La empujé una vez, con firmeza, y ella se inclinó hacia adelante, pero Louis estaba todavía recto. Aplaudí fuertemente. Eso fue muy divertido.
Estuve sorprendida cuando Zayn levantó su mano para chocarla con la mía. Él no era de los que chocaban manos.
Cuando Taylor reapareció esta vez, no estaba riendo. Su cabello rubio estaba enredado en su cabeza y dijo —Este juego apesta. No quiero jugar más.
—Perdedora —dije, y Zayn me bajó hacia el agua.
—Buen trabajo —dijo, dándome una de sus raras sonrisas. Me sentí como si hubiera ganado la lotería por recibir esa sonrisa.
—Juego para ganar —Le dije. Sabía que él lo hacía también.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 17
Un par de días después de que compartiéramos los Twizzler en el cine, Louis anunció —Voy a enseñarle a Cami como manejar hoy.
— ¿Qué quieres decir? —dije entusiasta. Era un día claro; el primero de toda la semana. Un perfecto día para manejar. Era un día para que Louis saliera, y no podía creer que deseara pasarlo enseñándome como conducir. Y le había estado rogando desde el año pasado que me enseñe— Steven trató y renunció después de la tercer clase.
Steven negó con la cabeza y tomó un trago del jugo de naranja que estaba sobre la mesa — ¿Quieres morir, hombre? Porque Cami los matara a ambos, por no mencionar tu auto. No lo hagas. Te lo digo como tu amigo.
— ¡Cállate, Steven! —Grité, pateándolo debajo de la mesa—. Sólo lo dices porque fuiste un terrible maestro… —Steven se rehusó a entrar conmigo en el auto después de que accidentalmente chocara su defensa cuando me enseñaba como estacionarme correctamente.
—Tengo confianza en mis habilidades de enseñanza—dijo Louis—. Para cuando termine con ella, será mejor que tú.
Steven resopló —Buena suerte —Luego frunció el ceño—. ¿Cuánto tiempo vas a estar fuera? Pensé que íbamos a salir hoy.
—Puedes venir con nosotros —ofrecí.
Steven me ignoró y le dijo a Louis —Necesitas un poco más de sentido común, amigo.
Miré hacia Louis, quien me miró y vaciló —Regresaré para el almuerzo. Podemos ir después —dijo.
Steven rodó sus ojos —Excelente —Noté que estaba molesto y un poco herido, haciéndome sentir petulante y lamentarlo por él. No estaba acostumbrado a quedarse fuera de las cosas como yo lo estaba.
Salimos a practicar en el camino que conducía al otro lado de la playa. Estaba tranquilo. No había nadie más en el camino, sólo nosotros. Escuchamos el viejo CD Nevermind de Louis.
—No cualquier chica linda puede manejar mi auto —explicó Louis sobre Kurt Cobain—. Esto demuestra que ella es confiada, ella debe saber lo que hace.
Puse el auto en primera y lentamente solté el embrague —Pensé que a los chicos les gustaba las chicas indefensas.
—También les gusta eso. Pero yo prefiero a las chicas listas y confiadas.
—Claro. Te gustó Taylor, y ella no es así.
Él gimió y sacó su brazo por la ventana — ¿Tenías que sacar eso de nuevo?
—Sólo estoy diciendo. Ella no es lista y confiada.
—Quizás no, pero ella definitivamente sabía lo que estaba haciendo — dijo, antes de reír fuertemente.
Lo golpeé en el brazo, con fuerza —Eres tan tonto —dije—. Y eres también un mentiroso. Sé que de hecho no llegaron ni a segunda.
Él dejó de reír —Está bien, bien. No lo hicimos. Pero era una buena besadora. Sabía a chicles.
Taylor ama los chicles. Ella siempre tenía alguno en su boca, como vitaminas, como si fueran buenos para ella. Me pregunté si debía preguntarle a Taylor si él era un buen besador.
Lo miré por el rabillo del ojo, y él debió de haber visto mi cara, porque rió y dijo —Pero tú, tú fuiste la mejor, Mille.
Le di un puñetazo en el brazo, y aún así no dejó de reír. Es decir, fue memorable para mí, fue mi primer beso y había sido Louis. Pero el hecho de que él lo recordara, eso me hacía reír también.
—Fuiste mi primer beso —dije. Sintiéndome como si pudiera decirle cualquier cosa en este momento. Se sentía como usualmente solía ser entre nosotros antes de que creciéramos y las cosas se complicaran. Se sentía fácil, amigable y normal.
Él apartó la mirada, avergonzado —Sí, lo sé.
— ¿Cómo lo sabías? —demandé. ¿Fui tan terrible besando que él lo sospechó? Que humillante.
—Um, Taylor me lo dijo. Después.
— ¡Que! No puedo creer que ella hizo eso ¡Esa Judas! —Casi detuve el auto. De verdad, no podía creerlo. Pero se sentía como una traición.
—No es la gran cosa —Pero sus mejillas estaban sonrojadas—. Quiero decir, la primera vez que besé a una chica fue una broma. Ella me dijo que lo estaba haciendo mal.
— ¿Quién? ¿Quién fue tu primer beso?
—No la conoces. No importa.
—Vamos —persuadí— Dime.
Me detuve a un lado del camino, y Louis dijo —Sólo pon el pie en el embrague y ponlo en neutral.
—No hasta que me digas.
—Bien. Fue Christi Turnduck —dijo, inclinando su cabeza.
— ¿Besaste a Turnduck? —Ahora estaba riendo. Conocí a Christi Turnduck. Ella solía estar en Cousins Beach tan regular como nosotros, sólo que ella vivió aquí cerca de un año.
—Ella estaba enamorada de mí —dijo Louis, encogiéndose de hombros.
— ¿Le dijiste a Zayn y Steven?
—Diablos, no, y no les diré que besé a Turnduck —dijo—. Y será mejor que tu tampoco. Pinky promesa.
Le ofrecí mi meñique, y los sacudimos.
—Christi Turnduck. Era buena besando. Me enseñó todo lo que sé. Me pregunto qué pasó con ella.
Me pregunté si Turnduck había sido mejor besando que yo, también. Debió de haberlo sido, si le enseñó a Louis.
Nos detuvimos de nuevo —Esto apesta. Me rindo.
—No debes rendirte en manejar —ordenó Louis—. Vamos.
Suspiré y arranqué el auto de nuevo. Dos horas más tarde, lo tenía. Más o menos. Todavía me desesperaba, pero habíamos avanzado algo. Estaba conduciendo. Louis dijo que era natural en mí.
Para cuando regresamos a la casa, eran después de las cuatro y Steven se había marchado. Supuse que se canso de esperar y se fue al campo de prácticas solo. Mi madre y Susannah estaban mirando viejas películas en la habitación de Susannah. Estaba oscuro, y tenían las cortinas cerradas.
Me quedé de pie en su puerta un minuto, escuchándolas reír. Me sentí excluida. Envidiaba su relación. Ellas eran exactamente como copilotos, en perfecto balance. Yo no tenía ese tipo de amistad, el tipo de amistad que durara toda la vida, sin importar qué.
Entré en la habitación, y Susannah dijo — ¡___! Ven a ver películas
con nosotras.
Me metí en la cama entre ellas dos. Recostada en la cama en la semioscuridad, se sentía cómodo, como si estuviéramos en una cueva —Louis ha estado enseñándome a manejar —Les dije.
—Que buen chico —dijo Susannah, sonriendo débilmente.
—Valiente, también —dijo mi madre. Pellizcó mi nariz.
Me acurruqué debajo del edredón. Era bastante grande. Fue agradable que él me enseñara a conducir cuando nadie más quería hacerlo. El hecho de que hubiera chocado el auto un par de veces, no significa que yo no fuera a terminar siendo un excelente conductor, como los demás. Gracias a él, podía manejar ahora. Iba a ser una de esas chicas con confianza, del tipo que saben
lo que hacen. Cuando obtuviera mi licencia, iba a manejar hasta casa de Susannah y llevar a Louis de paseo, para agradecerle.
Un par de días después de que compartiéramos los Twizzler en el cine, Louis anunció —Voy a enseñarle a Cami como manejar hoy.
— ¿Qué quieres decir? —dije entusiasta. Era un día claro; el primero de toda la semana. Un perfecto día para manejar. Era un día para que Louis saliera, y no podía creer que deseara pasarlo enseñándome como conducir. Y le había estado rogando desde el año pasado que me enseñe— Steven trató y renunció después de la tercer clase.
Steven negó con la cabeza y tomó un trago del jugo de naranja que estaba sobre la mesa — ¿Quieres morir, hombre? Porque Cami los matara a ambos, por no mencionar tu auto. No lo hagas. Te lo digo como tu amigo.
— ¡Cállate, Steven! —Grité, pateándolo debajo de la mesa—. Sólo lo dices porque fuiste un terrible maestro… —Steven se rehusó a entrar conmigo en el auto después de que accidentalmente chocara su defensa cuando me enseñaba como estacionarme correctamente.
—Tengo confianza en mis habilidades de enseñanza—dijo Louis—. Para cuando termine con ella, será mejor que tú.
Steven resopló —Buena suerte —Luego frunció el ceño—. ¿Cuánto tiempo vas a estar fuera? Pensé que íbamos a salir hoy.
—Puedes venir con nosotros —ofrecí.
Steven me ignoró y le dijo a Louis —Necesitas un poco más de sentido común, amigo.
Miré hacia Louis, quien me miró y vaciló —Regresaré para el almuerzo. Podemos ir después —dijo.
Steven rodó sus ojos —Excelente —Noté que estaba molesto y un poco herido, haciéndome sentir petulante y lamentarlo por él. No estaba acostumbrado a quedarse fuera de las cosas como yo lo estaba.
Salimos a practicar en el camino que conducía al otro lado de la playa. Estaba tranquilo. No había nadie más en el camino, sólo nosotros. Escuchamos el viejo CD Nevermind de Louis.
—No cualquier chica linda puede manejar mi auto —explicó Louis sobre Kurt Cobain—. Esto demuestra que ella es confiada, ella debe saber lo que hace.
Puse el auto en primera y lentamente solté el embrague —Pensé que a los chicos les gustaba las chicas indefensas.
—También les gusta eso. Pero yo prefiero a las chicas listas y confiadas.
—Claro. Te gustó Taylor, y ella no es así.
Él gimió y sacó su brazo por la ventana — ¿Tenías que sacar eso de nuevo?
—Sólo estoy diciendo. Ella no es lista y confiada.
—Quizás no, pero ella definitivamente sabía lo que estaba haciendo — dijo, antes de reír fuertemente.
Lo golpeé en el brazo, con fuerza —Eres tan tonto —dije—. Y eres también un mentiroso. Sé que de hecho no llegaron ni a segunda.
Él dejó de reír —Está bien, bien. No lo hicimos. Pero era una buena besadora. Sabía a chicles.
Taylor ama los chicles. Ella siempre tenía alguno en su boca, como vitaminas, como si fueran buenos para ella. Me pregunté si debía preguntarle a Taylor si él era un buen besador.
Lo miré por el rabillo del ojo, y él debió de haber visto mi cara, porque rió y dijo —Pero tú, tú fuiste la mejor, Mille.
Le di un puñetazo en el brazo, y aún así no dejó de reír. Es decir, fue memorable para mí, fue mi primer beso y había sido Louis. Pero el hecho de que él lo recordara, eso me hacía reír también.
—Fuiste mi primer beso —dije. Sintiéndome como si pudiera decirle cualquier cosa en este momento. Se sentía como usualmente solía ser entre nosotros antes de que creciéramos y las cosas se complicaran. Se sentía fácil, amigable y normal.
Él apartó la mirada, avergonzado —Sí, lo sé.
— ¿Cómo lo sabías? —demandé. ¿Fui tan terrible besando que él lo sospechó? Que humillante.
—Um, Taylor me lo dijo. Después.
— ¡Que! No puedo creer que ella hizo eso ¡Esa Judas! —Casi detuve el auto. De verdad, no podía creerlo. Pero se sentía como una traición.
—No es la gran cosa —Pero sus mejillas estaban sonrojadas—. Quiero decir, la primera vez que besé a una chica fue una broma. Ella me dijo que lo estaba haciendo mal.
— ¿Quién? ¿Quién fue tu primer beso?
—No la conoces. No importa.
—Vamos —persuadí— Dime.
Me detuve a un lado del camino, y Louis dijo —Sólo pon el pie en el embrague y ponlo en neutral.
—No hasta que me digas.
—Bien. Fue Christi Turnduck —dijo, inclinando su cabeza.
— ¿Besaste a Turnduck? —Ahora estaba riendo. Conocí a Christi Turnduck. Ella solía estar en Cousins Beach tan regular como nosotros, sólo que ella vivió aquí cerca de un año.
—Ella estaba enamorada de mí —dijo Louis, encogiéndose de hombros.
— ¿Le dijiste a Zayn y Steven?
—Diablos, no, y no les diré que besé a Turnduck —dijo—. Y será mejor que tu tampoco. Pinky promesa.
Le ofrecí mi meñique, y los sacudimos.
—Christi Turnduck. Era buena besando. Me enseñó todo lo que sé. Me pregunto qué pasó con ella.
Me pregunté si Turnduck había sido mejor besando que yo, también. Debió de haberlo sido, si le enseñó a Louis.
Nos detuvimos de nuevo —Esto apesta. Me rindo.
—No debes rendirte en manejar —ordenó Louis—. Vamos.
Suspiré y arranqué el auto de nuevo. Dos horas más tarde, lo tenía. Más o menos. Todavía me desesperaba, pero habíamos avanzado algo. Estaba conduciendo. Louis dijo que era natural en mí.
Para cuando regresamos a la casa, eran después de las cuatro y Steven se había marchado. Supuse que se canso de esperar y se fue al campo de prácticas solo. Mi madre y Susannah estaban mirando viejas películas en la habitación de Susannah. Estaba oscuro, y tenían las cortinas cerradas.
Me quedé de pie en su puerta un minuto, escuchándolas reír. Me sentí excluida. Envidiaba su relación. Ellas eran exactamente como copilotos, en perfecto balance. Yo no tenía ese tipo de amistad, el tipo de amistad que durara toda la vida, sin importar qué.
Entré en la habitación, y Susannah dijo — ¡___! Ven a ver películas
con nosotras.
Me metí en la cama entre ellas dos. Recostada en la cama en la semioscuridad, se sentía cómodo, como si estuviéramos en una cueva —Louis ha estado enseñándome a manejar —Les dije.
—Que buen chico —dijo Susannah, sonriendo débilmente.
—Valiente, también —dijo mi madre. Pellizcó mi nariz.
Me acurruqué debajo del edredón. Era bastante grande. Fue agradable que él me enseñara a conducir cuando nadie más quería hacerlo. El hecho de que hubiera chocado el auto un par de veces, no significa que yo no fuera a terminar siendo un excelente conductor, como los demás. Gracias a él, podía manejar ahora. Iba a ser una de esas chicas con confianza, del tipo que saben
lo que hacen. Cuando obtuviera mi licencia, iba a manejar hasta casa de Susannah y llevar a Louis de paseo, para agradecerle.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 18
14 Años.
Después de que Taylor saliera de la ducha, ella comenzó a rebuscar en su maleta y me recosté sobre mi cama y la observe. Sacó tres diferentes vestidos de verano —uno con impresiones de hojas Hawaiano, y uno de lino negro — ¿Cuál debería usar esta noche? —me preguntó. Hizo la pregunta como si fuera una prueba.
Estaba cansada de sus pruebas y tener que defenderme todo el tiempo. Dije —Sólo vamos a comer en la cocina, Taylor. No es una ocasión especial.
Negó con su cabeza hacia mí, y la toalla en su cabeza rebotó hacia atrás y adelante —Vamos a ir al paseo marítimo esta noche ¿Lo recuerdas? Tenemos que vernos lindas para eso. Ahí habrá chicos. Déjame escoger algo para ti ¿De acuerdo?
Usualmente dejaba que Taylor eligiera mi ropa, me sentía como una chica nerd que era transformada para el baile de graduación, en el buen sentido. Ahora me sentía como si fuera su mamá quien no sabía cómo vestirse adecuadamente.
Yo no había traído ningún vestido conmigo. De hecho, nunca he tenido. Nunca pensaba en ellos. Sólo tengo dos vestidos en casa —uno que mi abuela me compró para Semana Santa y uno que compré para mi graduación en octavo grado. Nada parecía verse bien en mí últimamente. Las cosas apretaban demasiado en la entrepierna o en mi cintura. Nunca he pensado mucho en vestidos, pero mirándola a ella con todos esos vestidos sobre la cama estuve celosa.
—No usare un vestido para el paseo marítimo —Le dije.
—Déjame ver que tienes —dijo, caminando hacia mi armario.
— ¡Dije no, Taylor! Eso es lo que voy a usar —señalé hacia mis short de corte bajo y mi playera con estampado de Cousins Beach.
Taylor hizo una mueca, pero se apartó de mi armario y regreso hacia sus tres vestidos de verano —Bien. Hazlo a tu manera, enojona. Ahora, ¿Cuál debería yo usar?
Suspiré —El negro —dije, cerrando mis ojos—. Ahora, apresúrate y
vístete.
Esa noche cenamos espárragos y vieiras. Cuando mi madre cocinaba, siempre era una especia de mariscos con limón y aceite de oliva y verduras. Todo el tiempo. Susannah solo cocinaba de vez en cuando, como en la primera noche, lo cual era siempre un caldo de pescados, después no sabías
lo que pensaba cocinar. Ella podía pasar toda la tarde alrededor de la cocina, haciendo algo que nunca había hecho antes, como pollo marroquí con higos. Ella sacaba las recetas de un libro de cocina para principiantes que dejaba con las esquinas llenas de mantequilla, divirtiendo a mi madre. O podía hacer tortillas de queso americano con salsa de tomate y tostadas. Nosotros los niños nos hacíamos cargo una noche a la semana también, y normalmente significaba hamburguesa o pizza congelada. Pero la mayoría de las noches, comíamos lo que queríamos, cada vez que sentíamos ganas de comer. Me encantaba eso en la casa de verano. En casa, nosotros cenábamos cada noche a las seis y media, como un reloj. Aquí, era como si cualquier cosa te relajara, incluso mi mamá.
Taylor se inclinó hacia adelante y dijo —Laurel ¿Qué es la cosa más loca que tú y Susannah hicieron cuando eran de nuestra edad? —Taylor le hablaba a las personas como si estuvieran en una fiesta de pijamas, siempre. Adultos, chicos, la señora de la cafetería, a todo el mundo.
Mi madre y Susannah se miraron entre ellas y sonrieron. Ellas lo sabían, pero no iban a decirlo. Mi madre se limpió su boca con la servilleta y dijo —Nos colamos en un campo de golf una noche y plantamos margaritas.
Sabía que no era verdad, pero Steven y Louis rieron. Steven tuvo que decir algo a su manera molesta —Ustedes eran aburridas incluso cuando eran adolescentes.
—Creo que es de verdad dulce —dijo Taylor, apretando la botella de salsa de tomate en su plato. Taylor comía todo con salsa de tomate… huevos, pizza, pasta, cualquier cosa.
Zayn, quien yo pensaba que no había estado escuchando, dijo — Ustedes están mintiendo. Esa no fue la cosa más loca que hicieron.
Susannah puso sus manos al aire, como, rindiéndose —Las mamás también tienen sus secretos —dijo—. Yo no les pregunto a los chicos por sus secretos ¿O lo hago?
—Sí, lo haces —dijo Louis. La señaló con su tenedor—. Tú me preguntas todo el tiempo. Si yo tuviera un blog, lo leerías.
—No, no lo haría —ella protestó.
Mi madre dijo —Sí, tú lo harías.
Susannah miró a mi madre —Nunca lo haría —Luego miró hacia Zayn y Louis sentados el uno junto al otro—. Bien, podría hacerlo, pero sólo el de Zayn. Él es tan bueno para mantener todo dentro de sí mismo, nunca sé que está pensando. Pero no tu, Louis. Tú, mi niño, eres como un libro abierto —Ella extendió el brazo y tocó la manga de su sudadera.
—No, no lo soy—protestó él, apuñalando el esparrago de su plato—. Tengo secretos.
Fue entonces cuando Taylor dijo —Seguro que los tienes, Lewis — con ese realmente asqueroso coqueteo.
Él le sonrió a ella, lo cual hizo que quisiera ahogarme con mis espárragos.
Dije —Taylor y yo vamos a ir al paseo marítimo esta noche ¿Una de ustedes podría ir a dejarnos?
Antes de que mi madre o Susannah pudiera responder, Louis dijo
—Ooh, el paseo marítimo. Creo que nosotros deberíamos ir también — Girándose hacia Zayn y Steven, agregó—. ¿Verdad, chicos? — Normalmente estaría emocionada de que alguno de ellos quisiera ir a algún lugar donde yo fuera a ir, pero no esta vez. Sabía que no era por mí.
Miré hacia Taylor, quien repentinamente estaba ocupada cortando sus espárragos en pequeñas piezas. Ella sabía que era por ella, también.
—El paseo marítimo apesta —dijo Steven.
Zayn dijo —No estoy interesado.
— ¿Quién los invito de todas maneras? —dije.
Steven rodó sus ojos —Nadie invita a alguien al paseo marítimo. Sólo va. Es un país libre.
— ¿Es un país libre? —Mi madre reflexionó—. De verdad quisiera creer en esa declaración, Steven. ¿Qué pasa con las libertades civiles? ¿Son realmente libres si…?
—Laurel, por favor —dijo Susannah, negando con su cabeza—. No hablemos de política en la mesa.
—No sé cuándo es un mejor momento para hablar de política —dijo mamá con calma. Luego me miró a mí. Abrí mi boca, Por favor detente, y ella suspiró. Era mejor detenerla justo ahora antes de que se extendiera con el tema—. De acuerdo. Bien. No más política. Voy a la librería del pueblo.
Puedo dejar a las chicas de camino.
—Gracias, mamá —dije—. Sólo seremos Taylor y yo.
Louis me ignoró y se giró hacia Steven y Zayn—Vamos, chicos, —dijo—. Será asombroso —Taylor había estado diciendo asombroso todo el día.
—Bien, pero yo voy a la galería —dijo Steven.
— ¿Zayn? —Louis miró a Zayn, quien negó con la cabeza.
—Vamos, Zayn —dijo Taylor, señalándolo con su tenedor—. Ven con nosotros.
Él negó con su cabeza, y Taylor hizo una mueca —Bien, Nos aseguraremos de divertirnos mucho sin ti.
Louis dijo —No te preocupes por él. Se divertirá mucho aquí, leyendo la enciclopedia Británica —Zayn ignoró eso, pero Taylor se río y colocó un mechón de su cabello detrás de sus orejas, lo que me hizo saber que le gustaba ahora Louis.
Luego Susannah dijo —No salgan sin algo de dinero para un helado —podía decir que ella estaba feliz que todos saliéramos juntos, excepto por Zayn, quien parecía preferir pasárselo solo este verano. Nada hacía a Susannah más feliz que planear actividades para que los niños las hicieran.
Creo que realmente sería una excelente directora de campamento.
En el auto esperamos a mi mamá y los chicos, entramos, y suspiré — Pensé que te gustaba Zayn.
Taylor rodó sus ojos —Nah. Él es aburrido. Creo que voy tras Lewis.
—Su nombre es Louis —dije con acritud.
—Sé eso —Entonces me miró, y sus ojos se ampliaron—. ¿Te gusta ahora él?
— ¡No!
Ella dejó escapar un suspiro impaciente — Cami, tienes que elegir uno. No puedes tener ambos.
—Sé eso —espeté—. Y para tu información, no quiero a ninguno de ellos. No es como si ellos me miraran de esa manera. Me ven como Steven lo hace. Como su hermana menor.
Taylor tiró del cuello de mi camisa —Bueno, quizás necesites mostrar un poco mas…
Me encogí de hombros y la aparté de mí —No voy a mostrar “un poco mas”. Te dije que no me gusta ninguno de ellos. Ya no mas.
— ¿Así que no te importa que vaya detrás de Lewis? —preguntó. Sabía que la única razón por la que preguntaba era para absolverse de cualquier posible culpa. Dudo que pudiera sentir alguna culpa.
Así que dije —Si te digo que me gusta, ¿Te detendrías?
Ella lo pensó por, como, un segundo —Probablemente, si a ti real, realmente te importa. Pero luego iría tras de Zayn. Estoy aquí para divertirme, Cami.
Suspiré. Al menos era honesta. Quiero decir, pensé que estaba aquí para divertirse conmigo. Pero no lo dije.
—Ve tras él —Le dije—- No me importa.
Taylor movió sus cejas hacia mí, algo que siempre pudo hacer— ¡Yupi! ¡Manos a la obra!
—Espera —Agarré su muñeca—. Prométeme que serás amable con él
—Claro que seré amable. Siempre soy amable —Me dio una palmada en el hombro—. Te preocupas demasiado, Cami. Te lo dije, sólo quiero divertirme.
Fue cuando mi madre y los chicos llegaron, y por primera vez no hubo peleas. Louis calmó a Steven fácilmente.
Cuando llegamos al paseo marítimo, Steven se dirigió directamente hacia las galerías y pasó toda la noche allí. Louis caminó alrededor de nosotras, incluso montó en el carrusel, a pesar de que yo sabía que él lo consideraba infantil. Él se subió a un animal y fingió dormir mientras Taylor
y yo brincábamos de arriba hacia abajo en los caballos, el mío era un palomino rubio y el de ella un semental negro. (Belleza Oscura era aún su libro favorito, a pesar de que no lo admitiera). Luego Taylor le hizo conseguirle un Piolín en un juego del tiro al blanco en el cuarto lanzamiento. El Piolín era enorme, casi tan alto como ella lo era. Él lo cargó por ella.
Yo debería no haber ido. Pude haber predicho la noche entera, hasta llegué a sentirme invisible. Todo el tiempo deseé haber estado en casa, escuchando a Zayn tocar la guitarra a través de la pared de mi dormitorio, o mirando las películas de Woody Allen con Susannah y mi madre. Ni
siquiera me gustaba Woody Allen. Me pregunté si de esta manera sería el resto de la semana. Me había olvidado que Taylor cuando ponía el ojo sobre algo, ella fijaba todo su tiempo en conseguirlo. Acababa de llegar, y ya se había olvidado de mí.
14 Años.
Después de que Taylor saliera de la ducha, ella comenzó a rebuscar en su maleta y me recosté sobre mi cama y la observe. Sacó tres diferentes vestidos de verano —uno con impresiones de hojas Hawaiano, y uno de lino negro — ¿Cuál debería usar esta noche? —me preguntó. Hizo la pregunta como si fuera una prueba.
Estaba cansada de sus pruebas y tener que defenderme todo el tiempo. Dije —Sólo vamos a comer en la cocina, Taylor. No es una ocasión especial.
Negó con su cabeza hacia mí, y la toalla en su cabeza rebotó hacia atrás y adelante —Vamos a ir al paseo marítimo esta noche ¿Lo recuerdas? Tenemos que vernos lindas para eso. Ahí habrá chicos. Déjame escoger algo para ti ¿De acuerdo?
Usualmente dejaba que Taylor eligiera mi ropa, me sentía como una chica nerd que era transformada para el baile de graduación, en el buen sentido. Ahora me sentía como si fuera su mamá quien no sabía cómo vestirse adecuadamente.
Yo no había traído ningún vestido conmigo. De hecho, nunca he tenido. Nunca pensaba en ellos. Sólo tengo dos vestidos en casa —uno que mi abuela me compró para Semana Santa y uno que compré para mi graduación en octavo grado. Nada parecía verse bien en mí últimamente. Las cosas apretaban demasiado en la entrepierna o en mi cintura. Nunca he pensado mucho en vestidos, pero mirándola a ella con todos esos vestidos sobre la cama estuve celosa.
—No usare un vestido para el paseo marítimo —Le dije.
—Déjame ver que tienes —dijo, caminando hacia mi armario.
— ¡Dije no, Taylor! Eso es lo que voy a usar —señalé hacia mis short de corte bajo y mi playera con estampado de Cousins Beach.
Taylor hizo una mueca, pero se apartó de mi armario y regreso hacia sus tres vestidos de verano —Bien. Hazlo a tu manera, enojona. Ahora, ¿Cuál debería yo usar?
Suspiré —El negro —dije, cerrando mis ojos—. Ahora, apresúrate y
vístete.
Esa noche cenamos espárragos y vieiras. Cuando mi madre cocinaba, siempre era una especia de mariscos con limón y aceite de oliva y verduras. Todo el tiempo. Susannah solo cocinaba de vez en cuando, como en la primera noche, lo cual era siempre un caldo de pescados, después no sabías
lo que pensaba cocinar. Ella podía pasar toda la tarde alrededor de la cocina, haciendo algo que nunca había hecho antes, como pollo marroquí con higos. Ella sacaba las recetas de un libro de cocina para principiantes que dejaba con las esquinas llenas de mantequilla, divirtiendo a mi madre. O podía hacer tortillas de queso americano con salsa de tomate y tostadas. Nosotros los niños nos hacíamos cargo una noche a la semana también, y normalmente significaba hamburguesa o pizza congelada. Pero la mayoría de las noches, comíamos lo que queríamos, cada vez que sentíamos ganas de comer. Me encantaba eso en la casa de verano. En casa, nosotros cenábamos cada noche a las seis y media, como un reloj. Aquí, era como si cualquier cosa te relajara, incluso mi mamá.
Taylor se inclinó hacia adelante y dijo —Laurel ¿Qué es la cosa más loca que tú y Susannah hicieron cuando eran de nuestra edad? —Taylor le hablaba a las personas como si estuvieran en una fiesta de pijamas, siempre. Adultos, chicos, la señora de la cafetería, a todo el mundo.
Mi madre y Susannah se miraron entre ellas y sonrieron. Ellas lo sabían, pero no iban a decirlo. Mi madre se limpió su boca con la servilleta y dijo —Nos colamos en un campo de golf una noche y plantamos margaritas.
Sabía que no era verdad, pero Steven y Louis rieron. Steven tuvo que decir algo a su manera molesta —Ustedes eran aburridas incluso cuando eran adolescentes.
—Creo que es de verdad dulce —dijo Taylor, apretando la botella de salsa de tomate en su plato. Taylor comía todo con salsa de tomate… huevos, pizza, pasta, cualquier cosa.
Zayn, quien yo pensaba que no había estado escuchando, dijo — Ustedes están mintiendo. Esa no fue la cosa más loca que hicieron.
Susannah puso sus manos al aire, como, rindiéndose —Las mamás también tienen sus secretos —dijo—. Yo no les pregunto a los chicos por sus secretos ¿O lo hago?
—Sí, lo haces —dijo Louis. La señaló con su tenedor—. Tú me preguntas todo el tiempo. Si yo tuviera un blog, lo leerías.
—No, no lo haría —ella protestó.
Mi madre dijo —Sí, tú lo harías.
Susannah miró a mi madre —Nunca lo haría —Luego miró hacia Zayn y Louis sentados el uno junto al otro—. Bien, podría hacerlo, pero sólo el de Zayn. Él es tan bueno para mantener todo dentro de sí mismo, nunca sé que está pensando. Pero no tu, Louis. Tú, mi niño, eres como un libro abierto —Ella extendió el brazo y tocó la manga de su sudadera.
—No, no lo soy—protestó él, apuñalando el esparrago de su plato—. Tengo secretos.
Fue entonces cuando Taylor dijo —Seguro que los tienes, Lewis — con ese realmente asqueroso coqueteo.
Él le sonrió a ella, lo cual hizo que quisiera ahogarme con mis espárragos.
Dije —Taylor y yo vamos a ir al paseo marítimo esta noche ¿Una de ustedes podría ir a dejarnos?
Antes de que mi madre o Susannah pudiera responder, Louis dijo
—Ooh, el paseo marítimo. Creo que nosotros deberíamos ir también — Girándose hacia Zayn y Steven, agregó—. ¿Verdad, chicos? — Normalmente estaría emocionada de que alguno de ellos quisiera ir a algún lugar donde yo fuera a ir, pero no esta vez. Sabía que no era por mí.
Miré hacia Taylor, quien repentinamente estaba ocupada cortando sus espárragos en pequeñas piezas. Ella sabía que era por ella, también.
—El paseo marítimo apesta —dijo Steven.
Zayn dijo —No estoy interesado.
— ¿Quién los invito de todas maneras? —dije.
Steven rodó sus ojos —Nadie invita a alguien al paseo marítimo. Sólo va. Es un país libre.
— ¿Es un país libre? —Mi madre reflexionó—. De verdad quisiera creer en esa declaración, Steven. ¿Qué pasa con las libertades civiles? ¿Son realmente libres si…?
—Laurel, por favor —dijo Susannah, negando con su cabeza—. No hablemos de política en la mesa.
—No sé cuándo es un mejor momento para hablar de política —dijo mamá con calma. Luego me miró a mí. Abrí mi boca, Por favor detente, y ella suspiró. Era mejor detenerla justo ahora antes de que se extendiera con el tema—. De acuerdo. Bien. No más política. Voy a la librería del pueblo.
Puedo dejar a las chicas de camino.
—Gracias, mamá —dije—. Sólo seremos Taylor y yo.
Louis me ignoró y se giró hacia Steven y Zayn—Vamos, chicos, —dijo—. Será asombroso —Taylor había estado diciendo asombroso todo el día.
—Bien, pero yo voy a la galería —dijo Steven.
— ¿Zayn? —Louis miró a Zayn, quien negó con la cabeza.
—Vamos, Zayn —dijo Taylor, señalándolo con su tenedor—. Ven con nosotros.
Él negó con su cabeza, y Taylor hizo una mueca —Bien, Nos aseguraremos de divertirnos mucho sin ti.
Louis dijo —No te preocupes por él. Se divertirá mucho aquí, leyendo la enciclopedia Británica —Zayn ignoró eso, pero Taylor se río y colocó un mechón de su cabello detrás de sus orejas, lo que me hizo saber que le gustaba ahora Louis.
Luego Susannah dijo —No salgan sin algo de dinero para un helado —podía decir que ella estaba feliz que todos saliéramos juntos, excepto por Zayn, quien parecía preferir pasárselo solo este verano. Nada hacía a Susannah más feliz que planear actividades para que los niños las hicieran.
Creo que realmente sería una excelente directora de campamento.
En el auto esperamos a mi mamá y los chicos, entramos, y suspiré — Pensé que te gustaba Zayn.
Taylor rodó sus ojos —Nah. Él es aburrido. Creo que voy tras Lewis.
—Su nombre es Louis —dije con acritud.
—Sé eso —Entonces me miró, y sus ojos se ampliaron—. ¿Te gusta ahora él?
— ¡No!
Ella dejó escapar un suspiro impaciente — Cami, tienes que elegir uno. No puedes tener ambos.
—Sé eso —espeté—. Y para tu información, no quiero a ninguno de ellos. No es como si ellos me miraran de esa manera. Me ven como Steven lo hace. Como su hermana menor.
Taylor tiró del cuello de mi camisa —Bueno, quizás necesites mostrar un poco mas…
Me encogí de hombros y la aparté de mí —No voy a mostrar “un poco mas”. Te dije que no me gusta ninguno de ellos. Ya no mas.
— ¿Así que no te importa que vaya detrás de Lewis? —preguntó. Sabía que la única razón por la que preguntaba era para absolverse de cualquier posible culpa. Dudo que pudiera sentir alguna culpa.
Así que dije —Si te digo que me gusta, ¿Te detendrías?
Ella lo pensó por, como, un segundo —Probablemente, si a ti real, realmente te importa. Pero luego iría tras de Zayn. Estoy aquí para divertirme, Cami.
Suspiré. Al menos era honesta. Quiero decir, pensé que estaba aquí para divertirse conmigo. Pero no lo dije.
—Ve tras él —Le dije—- No me importa.
Taylor movió sus cejas hacia mí, algo que siempre pudo hacer— ¡Yupi! ¡Manos a la obra!
—Espera —Agarré su muñeca—. Prométeme que serás amable con él
—Claro que seré amable. Siempre soy amable —Me dio una palmada en el hombro—. Te preocupas demasiado, Cami. Te lo dije, sólo quiero divertirme.
Fue cuando mi madre y los chicos llegaron, y por primera vez no hubo peleas. Louis calmó a Steven fácilmente.
Cuando llegamos al paseo marítimo, Steven se dirigió directamente hacia las galerías y pasó toda la noche allí. Louis caminó alrededor de nosotras, incluso montó en el carrusel, a pesar de que yo sabía que él lo consideraba infantil. Él se subió a un animal y fingió dormir mientras Taylor
y yo brincábamos de arriba hacia abajo en los caballos, el mío era un palomino rubio y el de ella un semental negro. (Belleza Oscura era aún su libro favorito, a pesar de que no lo admitiera). Luego Taylor le hizo conseguirle un Piolín en un juego del tiro al blanco en el cuarto lanzamiento. El Piolín era enorme, casi tan alto como ella lo era. Él lo cargó por ella.
Yo debería no haber ido. Pude haber predicho la noche entera, hasta llegué a sentirme invisible. Todo el tiempo deseé haber estado en casa, escuchando a Zayn tocar la guitarra a través de la pared de mi dormitorio, o mirando las películas de Woody Allen con Susannah y mi madre. Ni
siquiera me gustaba Woody Allen. Me pregunté si de esta manera sería el resto de la semana. Me había olvidado que Taylor cuando ponía el ojo sobre algo, ella fijaba todo su tiempo en conseguirlo. Acababa de llegar, y ya se había olvidado de mí.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 19
Justo acabábamos de llegar, y ya era hora de que Steven se fuera. Él y nuestro papá harían un viaje en carretera por algunas universidades, y en lugar de regresar a Cousins después, él iba a ir a casa. Supuestamente para comenzar a estudiar para los exámenes de admisión, pero era más para
pasar el rato con su nueva novia.
Fui a su habitación para verlo empacar. Él no trajo mucho, sólo una pequeña maleta. Estaba repentinamente triste por verlo irse. Sin Steven todo perdería el equilibro—Él era el bufón, el recordatorio de que en la vida real nada cambia, que todo puede permanecer igual. Porque, Steven nunca cambió. Él era insoportable, el insufrible Steven, mi gran hermano, la ruina de mi existencia. Él era como nuestra vieja manta de franela que olía a perro mojado—apestosa, confortable, una parte de la infraestructura que compone mi mundo. Y con él aquí, todo podía ser de la misma manera, los tres contra una, chicos contra chicas.
—Desearía que no te fueras —dije, tirando de mis rodillas hacia mi pecho.
—Te veré en un mes —me recordó.
—Un mes y medio —Lo corregí de mal humor—. Te perderás mi cumpleaños, ya sabes.
—Te daré tu regalo cuando te vea en casa.
—No es lo mismo —Sabía que estaba siendo un bebé, pero no pude evitarlo—. ¿Al menos me enviaras una postal?
Steven cerró la cremallera de su maleta —Dudo que tenga tiempo. Te enviare un mensaje de texto, sin embargo.
— ¿Podrías traerme un suéter de Princeton? —No podía esperar para usar un suéter de universidad. Era como un distintivo que decía que era madura, ya lista para ir a la universidad. Deseaba tener un cajón lleno de ellas.
—Si lo recuerdo —dijo.
—Te lo recordaré —dije—. Te enviaré un texto.
—De acuerdo. Será tu regalo de cumpleaños.
—Trato —Me dejé caer en su cama y empujé mis pies contra su pared. Él odiaba cuando hacía eso—. Probablemente te extrañaré un poco.
—Estarás demasiada ocupada babeando por Zayn para notar que me fui —dijo Steven.
Steven se fue muy temprano la siguiente mañana. Zayn y Louis iban a llevarlo hasta el aeropuerto. Quería ir con él a despedirme, pero no lo intenté porque sabía que él no me quería allí. Él quería algo de tiempo, sólo ellos, y por una vez lo dejé irse sin una pelea.
Cuando me abrazó a modo de despedida, me dio su mirada condescendiente —ojos tristes y una media mueca— y dijo —No hagas nada estúpido, ¿De acuerdo? —Lo dijo en manera significativa, como si tratara de decirme algo importante, como si debería de entenderlo.
Pero no lo hice. Dije —No hagas nada estúpido, tampoco, cabeza de chorlito.
Él suspiró y negó con la cabeza hacia mí como si fuera una niña.
Traté de no dejar que me incomodara. Después de todo, él estaba yéndose, y las cosas no serian lo mismo sin él. Por lo menos debería intentar dejarlo ir sin enfrascarnos en una pelea —Dile a papá que dije hola —dije.
No regrese a la cama de inmediato. Me quedé en el pórtico un rato, sintiéndome triste y un poco llorona —nunca lo admitiría frente Steven.
En muchos sentidos era como el último verano. Este otoño, Zayn comenzaría la universidad. Él iría a Brown. No podía volver para el próximo verano. Podía tener prácticas, o escuela de verano, o podía hacer un viaje de mochila por toda Europa con sus nuevos compañeros de dormitorio. Y
Louis, él podía estar en el campo de fútbol que tanto habla. Había un montón de cosas que podrían ocurrir entre ahora y ese entonces. Se me ocurrió que iba a tener que sacarle máximo provecho a este verano, hacer que realmente cuente, en caso de que no hubiera otro que se le parezca. Después de todo, tendría dieciséis pronto. Estaba creciendo también. Las cosas no podrían permanecer de la misma manera para siempre.
Justo acabábamos de llegar, y ya era hora de que Steven se fuera. Él y nuestro papá harían un viaje en carretera por algunas universidades, y en lugar de regresar a Cousins después, él iba a ir a casa. Supuestamente para comenzar a estudiar para los exámenes de admisión, pero era más para
pasar el rato con su nueva novia.
Fui a su habitación para verlo empacar. Él no trajo mucho, sólo una pequeña maleta. Estaba repentinamente triste por verlo irse. Sin Steven todo perdería el equilibro—Él era el bufón, el recordatorio de que en la vida real nada cambia, que todo puede permanecer igual. Porque, Steven nunca cambió. Él era insoportable, el insufrible Steven, mi gran hermano, la ruina de mi existencia. Él era como nuestra vieja manta de franela que olía a perro mojado—apestosa, confortable, una parte de la infraestructura que compone mi mundo. Y con él aquí, todo podía ser de la misma manera, los tres contra una, chicos contra chicas.
—Desearía que no te fueras —dije, tirando de mis rodillas hacia mi pecho.
—Te veré en un mes —me recordó.
—Un mes y medio —Lo corregí de mal humor—. Te perderás mi cumpleaños, ya sabes.
—Te daré tu regalo cuando te vea en casa.
—No es lo mismo —Sabía que estaba siendo un bebé, pero no pude evitarlo—. ¿Al menos me enviaras una postal?
Steven cerró la cremallera de su maleta —Dudo que tenga tiempo. Te enviare un mensaje de texto, sin embargo.
— ¿Podrías traerme un suéter de Princeton? —No podía esperar para usar un suéter de universidad. Era como un distintivo que decía que era madura, ya lista para ir a la universidad. Deseaba tener un cajón lleno de ellas.
—Si lo recuerdo —dijo.
—Te lo recordaré —dije—. Te enviaré un texto.
—De acuerdo. Será tu regalo de cumpleaños.
—Trato —Me dejé caer en su cama y empujé mis pies contra su pared. Él odiaba cuando hacía eso—. Probablemente te extrañaré un poco.
—Estarás demasiada ocupada babeando por Zayn para notar que me fui —dijo Steven.
Steven se fue muy temprano la siguiente mañana. Zayn y Louis iban a llevarlo hasta el aeropuerto. Quería ir con él a despedirme, pero no lo intenté porque sabía que él no me quería allí. Él quería algo de tiempo, sólo ellos, y por una vez lo dejé irse sin una pelea.
Cuando me abrazó a modo de despedida, me dio su mirada condescendiente —ojos tristes y una media mueca— y dijo —No hagas nada estúpido, ¿De acuerdo? —Lo dijo en manera significativa, como si tratara de decirme algo importante, como si debería de entenderlo.
Pero no lo hice. Dije —No hagas nada estúpido, tampoco, cabeza de chorlito.
Él suspiró y negó con la cabeza hacia mí como si fuera una niña.
Traté de no dejar que me incomodara. Después de todo, él estaba yéndose, y las cosas no serian lo mismo sin él. Por lo menos debería intentar dejarlo ir sin enfrascarnos en una pelea —Dile a papá que dije hola —dije.
No regrese a la cama de inmediato. Me quedé en el pórtico un rato, sintiéndome triste y un poco llorona —nunca lo admitiría frente Steven.
En muchos sentidos era como el último verano. Este otoño, Zayn comenzaría la universidad. Él iría a Brown. No podía volver para el próximo verano. Podía tener prácticas, o escuela de verano, o podía hacer un viaje de mochila por toda Europa con sus nuevos compañeros de dormitorio. Y
Louis, él podía estar en el campo de fútbol que tanto habla. Había un montón de cosas que podrían ocurrir entre ahora y ese entonces. Se me ocurrió que iba a tener que sacarle máximo provecho a este verano, hacer que realmente cuente, en caso de que no hubiera otro que se le parezca. Después de todo, tendría dieciséis pronto. Estaba creciendo también. Las cosas no podrían permanecer de la misma manera para siempre.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 20
11 Años.
Los cuatro estábamos recostados en una gran manta en la arena. Zayn, Steven, Louis, y luego yo en el borde. Ese era mi lugar. Cuando ellos me dejaban estar con ellos. Este era uno de esos raros días.
Era ya media tarde, hacía tanto calor que mi cabello se sentía como envuelto en fuego, y ellos jugaban cartas mientras yo los escuchaba.
Louis dijo — ¿Preferirías ser hervido en aceite de oliva o desollado vivo con un cuchillo caliente para mantequilla?
—En aceite de oliva —dijo Zayn con confianza—. Es más rápido.
—Aceite de oliva —concordé.
—Cuchillo de mantequilla —dijo Steven—. Hay más de una oportunidad de que pueda cambiar el papel y yo le desollé a él.
—Esa no era una opción —Le dijo Zayn—. Es una pregunta sobre la muerte, no sobre cambiar papeles con alguien.
—Bien. Aceite de oliva —dijo Steven molesto—. ¿Y tú, Louis?
—Aceite de oliva —dijo Louis—. Ahora tu vas, Zayn
Zayn entrecerró los ojos hacia el sol y dijo — ¿Preferirías vivir un día perfecto una y otra vez o vivir tu vida sin días perfectos pero un poco decentes?
Louis no dijo nada por un minuto. A él le encanta este juego. Le gusta reflexionar sobre las diferentes posibilidades —Con ese día perfecto, ¿Puedo saber que lo estoy reviviendo, como en Atrapados en el tiempo?
—No.
—Entonces, tomó el día perfecto —decidió.
—Bueno, si el día perfecto envuelve… —comenzó Steven, pero luego me miró y dejó de hablar, cómo lo odiaba—. Tomo el día perfecto, también.
— ¿Cami? —Zayn me miró—. ¿Qué eliges?
Mi mente corría en círculos tratando de encontrar la respuesta correcta —Umm. Yo elijó vivir mi vida con días decentes. De esa manera, aún podía esperar por ese día perfecto —dije—. No quiero tener una vida que sólo es un día una y otra vez.
—Sí, pero no sé —argumentó Louis.
Me encogí de hombros —Tú sabes lo que escogerías, muy en el fondo.
—Eso es estúpido —dijo Steven.
—No creo que sea estúpido. Creo que estoy de acuerdo con ella — Zayn me dio esa mirada, el tipo de mirada que los soldados se dan los unos a los otros cuando están jugando contra equipos contrarios. Era como si estuviéramos juntos en esto.
Le di a Steven una mirada arrogante. No pude evitarlo — ¿Lo ves? — dije—. Zayn está de acuerdo conmigo.
Steven me imitó —Zayn está de acuerdo conmigo. Zayn me ama. Zayn es asombroso…
— ¡Cállate, Steven! —grité.
Él sonrió y dijo — Mi turno para preguntar. Cami ¿Preferirías comer mayonesa todos los días o tener el pecho plano por el resto de tu vida?
Me giré de un lado, agarré un puñado de arena, y se lo lancé a Steven. Él estaba en medio de una risa, y un puñado entró en su boca y se pegó en sus mejillas húmedas. Gritó — ¡Estas muerta, Cami!
Entonces se abalanzó sobre mí, y rodé lejos de él —Déjame en paz — dije desafiante—. No puedes lastimarme o le diré a mamá.
—Eres un dolor de culo —escupió, agarrándome de mi pierna—. Voy a lanzarte al agua.
Traté de resistirme, pero sólo lograba patear arena hacia su rostro. Lo cual sólo lo enojaba más.
Zayn dijo —Déjala en paz, Steven. Vamos a nadar.
—Sí, vamos —dijo Louis.
Steven dudó —Bien —dijo, escupiendo arena—. Pero aún estás muerta, Cami —me señaló, y luego me hizo una seña obscena con el dedo.
Le regresé la seña con mi dedo y me levanté, pero por dentro estaba temblando. Zayn me defendió. A Zayn le preocupa que no esté muerta.
Steven estuvo enojado el resto del día, pero valió la pena. Fue algo irónico, Steven burlándose de mí por mi pecho plano, pero dos veranos más tarde estuve usando sostén, pero de los de verdad.
11 Años.
Los cuatro estábamos recostados en una gran manta en la arena. Zayn, Steven, Louis, y luego yo en el borde. Ese era mi lugar. Cuando ellos me dejaban estar con ellos. Este era uno de esos raros días.
Era ya media tarde, hacía tanto calor que mi cabello se sentía como envuelto en fuego, y ellos jugaban cartas mientras yo los escuchaba.
Louis dijo — ¿Preferirías ser hervido en aceite de oliva o desollado vivo con un cuchillo caliente para mantequilla?
—En aceite de oliva —dijo Zayn con confianza—. Es más rápido.
—Aceite de oliva —concordé.
—Cuchillo de mantequilla —dijo Steven—. Hay más de una oportunidad de que pueda cambiar el papel y yo le desollé a él.
—Esa no era una opción —Le dijo Zayn—. Es una pregunta sobre la muerte, no sobre cambiar papeles con alguien.
—Bien. Aceite de oliva —dijo Steven molesto—. ¿Y tú, Louis?
—Aceite de oliva —dijo Louis—. Ahora tu vas, Zayn
Zayn entrecerró los ojos hacia el sol y dijo — ¿Preferirías vivir un día perfecto una y otra vez o vivir tu vida sin días perfectos pero un poco decentes?
Louis no dijo nada por un minuto. A él le encanta este juego. Le gusta reflexionar sobre las diferentes posibilidades —Con ese día perfecto, ¿Puedo saber que lo estoy reviviendo, como en Atrapados en el tiempo?
—No.
—Entonces, tomó el día perfecto —decidió.
—Bueno, si el día perfecto envuelve… —comenzó Steven, pero luego me miró y dejó de hablar, cómo lo odiaba—. Tomo el día perfecto, también.
— ¿Cami? —Zayn me miró—. ¿Qué eliges?
Mi mente corría en círculos tratando de encontrar la respuesta correcta —Umm. Yo elijó vivir mi vida con días decentes. De esa manera, aún podía esperar por ese día perfecto —dije—. No quiero tener una vida que sólo es un día una y otra vez.
—Sí, pero no sé —argumentó Louis.
Me encogí de hombros —Tú sabes lo que escogerías, muy en el fondo.
—Eso es estúpido —dijo Steven.
—No creo que sea estúpido. Creo que estoy de acuerdo con ella — Zayn me dio esa mirada, el tipo de mirada que los soldados se dan los unos a los otros cuando están jugando contra equipos contrarios. Era como si estuviéramos juntos en esto.
Le di a Steven una mirada arrogante. No pude evitarlo — ¿Lo ves? — dije—. Zayn está de acuerdo conmigo.
Steven me imitó —Zayn está de acuerdo conmigo. Zayn me ama. Zayn es asombroso…
— ¡Cállate, Steven! —grité.
Él sonrió y dijo — Mi turno para preguntar. Cami ¿Preferirías comer mayonesa todos los días o tener el pecho plano por el resto de tu vida?
Me giré de un lado, agarré un puñado de arena, y se lo lancé a Steven. Él estaba en medio de una risa, y un puñado entró en su boca y se pegó en sus mejillas húmedas. Gritó — ¡Estas muerta, Cami!
Entonces se abalanzó sobre mí, y rodé lejos de él —Déjame en paz — dije desafiante—. No puedes lastimarme o le diré a mamá.
—Eres un dolor de culo —escupió, agarrándome de mi pierna—. Voy a lanzarte al agua.
Traté de resistirme, pero sólo lograba patear arena hacia su rostro. Lo cual sólo lo enojaba más.
Zayn dijo —Déjala en paz, Steven. Vamos a nadar.
—Sí, vamos —dijo Louis.
Steven dudó —Bien —dijo, escupiendo arena—. Pero aún estás muerta, Cami —me señaló, y luego me hizo una seña obscena con el dedo.
Le regresé la seña con mi dedo y me levanté, pero por dentro estaba temblando. Zayn me defendió. A Zayn le preocupa que no esté muerta.
Steven estuvo enojado el resto del día, pero valió la pena. Fue algo irónico, Steven burlándose de mí por mi pecho plano, pero dos veranos más tarde estuve usando sostén, pero de los de verdad.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
¡LA AMOOOOO! Es del tipo de cosas que leería una y otra vez...estoy pensando en comprarme el libro, me puedes decir quien es el autor?
Por favor síguela pronto, hace mucho no leía una así, del tipo que no puedo dejar de leer y que me meten en la historia
Por favor síguela pronto, hace mucho no leía una así, del tipo que no puedo dejar de leer y que me meten en la historia
kariAC
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
kariAC escribió:¡LA AMOOOOO! Es del tipo de cosas que leería una y otra vez...estoy pensando en comprarme el libro, me puedes decir quien es el autor?
Por favor síguela pronto, hace mucho no leía una así, del tipo que no puedo dejar de leer y que me meten en la historia
Karii :) en la ficha está el nombre, y ahorita subiré otro capítulo, a mi también me encanta es tan laksgrbaewrulf! que Dios no se como decirlo pero por eso la subí porque es de esas en las que te mete y no quieres dejar de leer. :)
Dey xx
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Capítulo 21:
La noche que Steven se marchó, me dirigí a la piscina para uno de mis nados de medianoche, y Zayn y Louis y este vecino. Clay vivía calle abajo, y había estado viviendo a Cousins Beach por casi tanto tiempo como nosotros.
Él era un año mayor que Zayn. A nadie ni siquiera le agradaba mucho. Sólo era una persona con la cual pasar el rato, supongo.
De inmediato me puse rígida y sostuve la toalla más cerca de mi pecho. Me pregunté si debería regresarme. Clay siempre me ponía nerviosa. No tenía que nadar esta noche. Podía hacerlo hasta la noche siguiente. Pero no, tenía tanto derecho a estar ahí afuera como ellos. Más, incluso.
Me acerqué a ellos, fingiendo sentir confianza –Hola, chicos, -dije. No aparté mi toalla. Se sentía raro estar de pie con la toalla y el bikini cuadno ellos estaban totalmente vestidos.
Clay levantó la mirada hacia mí, sus ojos se entrecerraron –Hola, Cami. Cuanto tiempo sin verte –Palmeó su silla-. Siéntate.
Odio cuanto las personas dicen, “Cuanto tiempo sin verte”. Era una manera tonta de decir hola. Pero me senté de todas maneras.
Se inclinó hacia mí y me abrazó. Olía a cerveza y loción masculina -¿Cómo has estado? –preguntó.
Antes de que pudiera responder, Zayn dijo –Ella está bien, y ahora es hora de irse a la cama. Buenas noches, Cami.
Traté de no sonar como una niña de cinco años cuando dije –No voy a irme a dormir aún, voy a nadar.
-Deberías regresar después –dijo Louis, poniendo su cerveza hacia abajo- . Tu mamá va a matarte si te ve bebiendo.
-Hola, no estoy bebiendo –Le recordé.
Clay me ofreció un Corona –Aquí –dijo, guiñándome un ojo. Parecía borracho.
Vacilé y Zayn espetó irritado –No le des eso. Es una niña, por el amor de Dios.
Lo fulminé con la mirada –Deja de actuar como Steven –Por un segundo o dos considere tomar la cerveza de Clay. Podría ser mi primera. Pero entonces sólo lo estaría haciendo para molestar a Zayn, y no iba a dejar que él controlara lo que hacía.
-No, gracias- Le dije.
Zayn asintió imperceptiblemente –Ahora regresa a la cama como una niña buena.
Sentía como cuando él, Steven y Louis usualmente me dejaban afuera de las cosas a propósito. Pude sentir mis mejillas arder mientras dije –Soy sólo dos años menor que tú.
-Dos y un cuarto –corrigió automáticamente.
Clay rió, y pude oler su aliento a cerveza –Mierda, mi novia tenía quince –luego me miró-. Exnovia.
Sonreí débilmente. Por dentro quería apartarme de él y su aliento. Pero la manera en que Zayn nos estaba mirando, bueno, me gustó. Me gustó apartar a su amigo de él, incluso si sólo era por cinco minutos –No es eso ¿Cómo ilegal? –Le pregunté a Clay.
Él rió otra vez –Eres linda, Cami.
Pude sentirme sonrojar –Entonces, um, ¿Por qué terminaron? –pregunté, como si no lo supiera ya. Terminaron porque Clay es un idiota, ese era el porqué.
Clay siempre ha sido un idiota. Él normalmente trataba de alimentar a las gaviotas con Alka-Seltzer porque escuchó que hacia estallar sus estómagos.
Clay rascó su nuca –No sé. Ella tenía que ir a un campamento de verano o algo así. Las relaciones de larga distancia apestan.
-Pero puede ser sólo por el verano –protesté-. Es tonto romper por un verano –Yo estuve enamorada de Zayn durante todos los años de la escuela. Mi enamoramiento sobrevivió meses, años. Era como la comida.
Podía sostenerme. Si Zayn fuera mío, no habría manera de que terminara con él por un verano… o por un año escolar, no importa.
Clay me miró con sus parpados pesados, sus ojos soñoliento, y dijo -¿Tienes novio?
-Si, -dije, y no pude evitarlo… miré hacia Zayn cuando dije eso. Ves, quería decirle, no soy una estúpida chica de doce años con un tonto enamoramiento nunca más. Soy una persona real. Con un novio real. ¿A quién le importa que sea una mentira? Zayn parpadeó, pero su rostro fiue el mismo, sin expresiones. Louis, sin embargo, me miraba roprendido.
-Cami, ¿Tienes novio? –Fruncí el ceño-. Nunca lo mencionaste.
-No es anda serio –cogí un hilo del cojín de la silla para desenredarlo. Ya estaba lamentando haberlo dicho-. De hecho es algo muy casual.
-¿Ves?¿Cúal es el punto de las relaciones durante el verano?¿Qué pasa si conoces a alguien? –Clay me guiño el ojo en broma-. Como en este momento.
-Ya nos conocemos, Clay. Como, desde hace diez años –No es como si él alguna vez me hubiera puesto atención.
Me dio un codazo en la rodilla- Un gusto de conocerte. Soy Clay.
Reí, incluso si pensé que no era gracioso. Sólo por tener algo que hacer –Hola, soy Cami.
-Así que, Cami, ¿Vendrás a mi noche de fogata mañana en la noche?-me preguntó.
-Um, seguro –dije, tratando de no sonar demasiada emocionada.
Zayn, Steven y Louis iban a la gran fogata de Cuarto de Julio cada año. Clay lo hacía en su casa porque había un montón de fuegos artificiales en el extremo de la playa. Su mamá siempre sacaba bombones para tostar. Una vez hice que Louis me llevara, y lo hizo. Los bombones parecían goma y estaban quemados, pero aún así los comí, y todavía estaba agradecida con Louis por ello. Fue como una pequeña fiesta. Ellos nunca me dejan ir, y nunca traté de ir. Veía los fuegos en la parte de atrás de nuestro pórtico, en mi pijama, con Susannah y mi madre. Ellas bebían champagne y yo sidra.
-Pensé que viniste a nadar –dijo Zayn abruptamente.
-Caray, dale un respiro, Zay –dijo Louis-. Si ella quiere nadar, va a nadar.
Intercambiamos una mirada, nuestra mirada que quería decir, ¿Por qué Zayn está actuando como un jodido padre? Zayn tiró su cigarrillo sobre la lata –Haz lo que tú quieras –dijo.
-Lo haré –dije, sacándole la lengua a Zayn y levantándome. Me quité la toalla y me zambullí en el agua, un salto perfecto. Me quedé bajo el agua durante un minuto, luego comencé a nadar con mi espalda abajo para poder espiar sus conversaciones.
En voz baja escuche a Clay decir –Hombre, Cousins está comenzando a ser aburrido. Quiero que pase el verano para irme.
-Si, yo también.
Así que Zayn esta listo para irse. A pesar de que una pequeña parte de mi lo sabía, aún dolía. Quería decir: Entonces vete ya. Si no quieres estar aquí, no te quedes. Solo vete. Pero no iba a permitir que Zayn me molestara, no cuando las cosas comenzaban a salir bien.
Al menos estaba invitada a la fogata del cuatro de julio de Clay Bertolet. Era una chica grande ahora. La vida era buena, o iba a conseguir que lo fuera, de todos modos.
Pensé en lo que iba a usar todo el día. Como nunca había ido, no tenía idea de que usar. Probablemente haría frío, pero, ¿Quién quería abrigarse en una fogata? No sería la primera. No quería que Zayn y Louis se la pasaran molestándome si me abrigaba demasiado. Me imaginé que con unos shorts, una blusa sin tirantes, y sin zapatos era una manera segura de ir.
Cuando llegamos allí, vi que hice la elección equivocada. Las otras chicas vestían vestidos veraniegos y faldas cortas. Si tuviera una amiga en Cousins, hubiera sabido eso –No me dijiste como se vestían las chicas –siseé hacia Louis.
-Te ves bien. No seas tonta –dijo, caminando directamente hacia el barril. Había un barril. No había galletas, no más bombones que puediera ver.
Realmente nunca había visto un barril antes en mi vida. Sólo en las películas. Comencé a seguirlo, pero Zayn agarró mi brazp –No bebas esta noche –advirtió-. Mamá me matara si te dejo beber.
Me lo quité de encima-Tú no me “dejaras” hacer anda.
-Vamos, ¿Por favor?
-Ya veremos –dije, alejándome de él y dirigiéndome hacia el fuego. No estaba segura ni siquiera de querer beber. A pesar de haber visto a Clay bebiendo la noche antes, aún esperaba ver bombones.
Ir a la fogata era una buena idea, pero realmente había algo más. Louis estaba platicando con alguna chica de bikini rojo, blando y azul, que usaba una falda de mezclilla, y Zayn estaba hablando con Clay y otros chicos que no reconocí, después de que Clay había coqueteado conmigo anoche, pensé que al menos vendría a decir hola, pero no lo huzo. Tenía su mano en la espalda de una chica.
Me quedé de pie frente a la fogatan sola, fingiendo calentar mis manos a pensar de que no tuviera frío, eso fue hasta que lo vi. Él estaba solo también, bebiendo una botella de agua. No se parecía a cualquier otro chico que conociera, él tenía su proprio estilo. Parecía como de mi edad, pero había algo en él que parecia seguro y cómodo, como si fuera más joven que yo a pesar de que no lo era. Me tomó unas cuantas miradas imaginar que era. Cuando finalmente lo encontré, fue como, ¡AHHH!.
Eran sus pestañas. Eran tan largas que prácticamente llegaban a sus pómulos. Por supuesto, sus pómulos eran altos, pero aun así. Además, él tenía una pequeña marca de nacimiento, y su piel estaba limpia y suave, su piel del color del como rallado, del tipo que ponen en los helados. Toqué mi mejilla y sentí alivio de que el sol secara mi grano de hace dos días. Su piel era perfecta.
Para mis ojos, todo en él era perfecto.
Él era alto, tan alto como Steven o Louis, quizás más que Zayn.
Él parecía quizás medio americano, medio japonés, o quizás coreano. Era tan lindo que sentí ganas de dibujar su cara, y ni siquiera sé como dibujar.
Me pilló mirándolo, y aparté la mirada. Luego lo miré de regreso y me pilló otra vez. Levantó la mano y saludó, ligeramente.
Pude sentir mis mejillas arder. No me había dicho “Hola”, pero me acerqué con mi mano extendida, e inmediatamente me arrepentí. ¿Quién se saluda con la mano?
Él tomó mi mano y la sacudió. No dijo nada al principio. Sólo me miró fijamente, como si estuviera tratando de recordar algo –Me pareces familiar –dijo al fin.
Traté de no sonreír. ¿No era eso lo que los chicos dicen a las chicas cuando coquetean en un bar? Me pregunté si él me había visto en la playa con mi nuevo bikini de lunares. Nunca lo hbaía usado antes, pero quizás este chico me había notado esa vez -¿Quizás en la playa?.
Negó con su cabeza –No… allí no.
Así que no me había visto en mi bikini, entonces. Lo intenté de nuevo. –Quizás en Scoops, ¿La heladería?
-No, tampoco allí –dijo. Entonces fue como si una pequela luz se encendiera en su cabeza, porque sonrió repentinamente-. ¿Tomaste clases de latín?
¿cómo lo sabe? –Uh… sí.
-¿Fuiste a la convención de Latín en Washington, DC? –preguntó.
-Sí –dije ¿Quién era este chico?
Asintió, satisfecho –Yo también fui. En octavo grado, ¿verdad?
-sí… -En octavo grado aun usaba lentes. Odié, odié que me conociera desde ese entonces. ¿Por qué no pudo conocerme ahora, con mi bikini de lunares?
-así fue como te conocí. He estado aquí tratando de recordarlo –sonrió-. Soy Cam, pero mi nombre en Latín es Sextus. Salve.
Repentinamente, las risas de mi pecho escaparon como burbujas de soda. Era divertido –Salve, soy Flavia. Quiero decir, Cami. Es decir, mi nombre es Camille, pero todo el mundo de llama Cami.
-¿Por qué? –me miró como si realmente quisiera saber el porqué.
-Mi papá me apodo así desde que era pequeña. Pensó qu Isabel era un nombre demasiado largo –expliqué-. Todo el mundo terminó llamándome así. Es tonto.
Ignoró la última parta y dijo -¿Por qué no Izzy, entonces?¿O Belle?.
-No lo se. En parte es porque la gelatina Jelly Belfys es mi favorita, y mi papá y yo normalmente jugamos este juego. Él me preguntaba de qué tipo de humor estaba, y trataba de adivinar el sabor de la gelatina que prefería. Decía ciruela si yo estaba de nbuen humor… -mi voz se desvaneció. Yo balbuceaba cuando estaba nerviosa, y estaba definitivamente nerviosa. Siempre odie mi nombre, Cami… en parte porque no era un nombre verdadero. Era un apodo de niña, no un nombre en absoluto. Isabel, por otra parte, era el nombre de un tipo de chica exótica, el tipo de chica quien va a lugares como Marruecos y Mozambique, que usan sus uñas de rojo durante todo el año y tenían el cabello negro. Cami era el tipo de nombre que evoca imágenes de niñas regordetas-. De todos modos, odio el nombre Izzy, pero desearía que las personas me llamaran Camil. Es muy bonito.
Asintió –Eso es lo que quiere decir también. Hermoso.
-Lo sé- dije-. Estoy en clases de francés.
Cam dijo algo en francés, tan rápido que no pude entenderlo.
-¿Qué? –dije. Me snetí estípida. Es vergonzoso hablar francés cuando no estás en un salón de clases. Conjugar verbos es una cosa, pero hablarlo realmente con una persona que es de verdad francesa era algo totalmente diferente.
-Mi abuela es francesa –dijo-. Crecí hablándolo.
-Oh –Ahora me sentía estúpida por alardear por estar en clases de francés.
-Sabes, la v se supone que se pronuncia como la w.
-¿qué?
-En Flavia. Se supone que lo pronuncias Fla-wia.
-Claro que sé eso –espeté-. Gané el segundo premio en oración.
Pero Flawia suena tonto.
-Gane el primer premio –dijo, tratando de no sonar petulante. Tuve el repentino recuerdo de un chico en camisa negra y una corbata a rayas, con sus Catulluis, quién ganó el primer lugar. Fue él-. ¿Por qué lo escogiste si pensabas que sonaba tonto?
Suspiré –Porque Cornelia había sido elegido. Todos querían ser Cornelia.
-Sí, todo el mundo quería ser Sextus también.
-¿Por qué? –dije. Inmediatamente me arrepentí-. Oh. Olvídalo.
Cam rió –El humor de un chico de octavo grado no está muy desarrollado.
Reí también. Entonces dije -¿Así que te quedas en una casa por aquí?.
-Estamos rentando al casa a dos calles de aquí. Mi mamá me hizo venir –dijo Cam, rascando arriba de su cabeza tímidamente.
-Oh –deseé poder dejar de decir “oh”, pero no podía pensar en otra cosa.
-¿Y qué hay de ti? ¿Por qué viniste, Camille?
Me sorprendió que utilizara mi nombre real. Dejó mi boca seca. Me sentía como el primer día en la escuela. Pero me gustó –No lo sé –dije-. Supongo, porque Clay me invitó.
Todo lo que salía de mi boca sonaba tan genérico. Por alguna razón quería impresionar a este chico. Quería gustarle. Perdia sentirlo juzgándome, juzgándome por las cosas que decía. Soy inteligente también, quería decirle. Me dije a mi misma que estaba bien, no importa si él piensa si soy lista o no.
Pero lo hacía.
-creo que voy a irme pronto –dijo, terminándose su agua. No me miró cuando lo dijo-. ¿Necesitas un aventón?
-No –dije. Tragé mi decepción por que se marchara-. Bien con esos chicos de allá. –Señalé a Zayn y a Louis.
Él asintió –Lo imaginé por la manera en que tu hermano no deja de mirarte.
Casi me ahogué- ¿Mi hermano? ¿Quién? ¿Él? –Señale a Zayn. Él no estaba mirándonos. El miraba a una chica rubia con una gorra de los Media Rojas, y ella estaba mirándonos de regreso. El rió, y pel nunca reía.
-Si.
-No es mi hermano. Trata de actuar como si lo fuera, pero no lo es –dije-. Cree que es el hermano mayor de todos. Es tan condescendiente… ¿por qué te vas de todos modos? Vas a perderte los fuegos artificiales.
Aclaró su garganta como sui estuviera avergonzado –Um, voy a ir a casa a estudiar.
-¿Latín? –cubrí mi boca con mi mano para no reírme.
-No. Estoy estudiando a las ballenas. Quiero hacer una pasantía en un barco de observación de ballenas, y tengo que tomar un examen el siguiente mes –dijo, frotando la cima de cabeza.
-Oh. Eso es genial –dije. No deseaba que se fuera. No quería que se fuera. Era agradable. De pie a su lado, me sentía como Pulgarcita, pequeña y linda. Eran tan alto. Si se iba, me quedaría sola-. Sabes, quizás podría aceptar ese aventón. Espérame aquí. Ahorita vuelvo.
Me apresuré a ir hacia Zayn, camiando tan rápido que levantaba arena detrás de mí –Oye, conseguí un aventón –dije sin aleinto.
La rubia de los Media Rojas me miró de arriba abajo –Hola –dijo ella.
Zayn dijo- ¿con quién?
Señale hacia Cam. –Él.
-No tendrás un aventón con alguien que ni siquieras conoces –dijo rotundamente.
-Lo conozco. Es Sextus.
Entrecerró sus ojos -¿Sex que?
-No importa. Su nombre es Cam, está estudiando las ballenas, y puedo decidir quién me lleva a casa. Solo te lo dejo saber, como una cortesía. No estaba pidiéndote permiso –Comencé a caminar lejos, pero él me agarró el codo.
-No me importa lo que está estudiando. No va pasar –dijo casualmente, pero su agarre era apretado-. Si quieres irte, te llevaré.
Tomé una respiración profunda. Tenia que mantener la calma. No iba a dejarlo que me tratara como un bebé, no en frente de toda esta gente –No, gracias –dije, tratando de caminar de nuevo. Pero él no dejó que me fuera.
-¿Pensé que ya tenías un novio? –su tono era burlón, y supe que había visto mi mentira la noche anterior.
Quería tanto lanzarle un puñado de arena en el rostro. Traté de deshacerme de su agarre - ¡Déjame ir! ¡Eso duele°
Me soltó de inmediato con su rostro enrojecido. No me doli+o realmente, pero quería avergonzarlo de la misma manera en que él me avergonzó. Dije en voz alta -¡Prefiero irme con un desconocido que con alguien que ha estado bebiendo!
-Sólo ha sido una cerveza –espetó-. Pero ciento setenta y cinco libras. Espera media hora y te llevare. Deja de portarte como una mocosa.
Podía sentir mis lagrimas arder debajo de mis parpados. Mire por encima de mi hombro para ver si Cam estaba observándonos. Él lo estaba. –Eres un imbécil –dije.
Me miro con sus ojos sin vida y dijo –Y tú eres una niña de cuato años.
Mientras me alejaba, escuche a la chica preguntar - ¿Es tu novia?
Me di vuelta y ambos dijimos -¡NO! – al mismo tiempo.
Confundida, ella dijo –Bueno, ¿es tu hermana menor? –como si yo no estuviera allí. Su perfume era pesado.
-No, no soy su hermana menor –Odie que esta chica fuera testigo de todo esto. Era, humillante. Y ella era bonita, en la misma manera que Taylor era linda, lo cual de alguna manera hacia las cosas peor.
Zayn dijo –Su mamá es la mejor amiga de mi mamá -¿Así que eso era todo para él? ¿La hija de la mejor amiga de su mamá?
Tomé una respiración profunda, y sin pensarlo, le dije a la chica –Conozco a Zayn toda la vida. Asi que puedo decirte que estas ladrándole al árbol equivocado. Zayn nunca amará a nadie tanto como a sí mismo, si sabes lo que quiero decir… -Levanté mi mano y moví mis dedos.
-Cállate, Cami –advirtió Zayn. Sus oídos estaban volviéndose rojos brillantes. Fue un golpe bajo, pero no me importó. Se lo merecía.
La chica de los Media Roja frunció el ceño- ¿De qué está hablando, Zayn?
Hacia ella, espeté –Oh, lo siento, ¿no sabes lo que significa “ladrándole al árbol equivocado”?
Su bonita cara se torció –Es un poco infantil –siseó
Pude sentirme temblar. Deseé poder retractarme. Nunca había estado envuelta en una pelea con una chica antes, o cualquier otra persona en esa materia.
Gracias a Dios, Zayn interrumpió y señaló hacia la fogata –Cami, regresa allí, y espera a que valla por ti –dijo duramente.
Fue entonces cuando Louis caminó hacia nosotros –Hey, hey, ¿Qué esta pasando? –preguntó, sonriendo de esa ridícula manera.
-Tu hermano es un imbécil –dije- Es esta pasando.
Louis puso su brazo alrededor de mí. Olía como a cerveza –Pórtense bien ¿Me escuchan?
Me encogi de hombros para quitármelo de encima y dije –Estoy portándome bien. Dile a tu hermano que se porte bien.
-Espera, ¿Ustedes son hermano y hermana también? –preguntó la chica.
Zayn dijo –Ni se te ocurra irte con ese chico.
-Zay, deja de enfadar –dijo Louis-. Ella no se va. ¿verdad, Cami?
Él miró, y apretó sus labios y asintió. Entonces le di la mirada mas molesta que pude hacer, y le dispare otra a la chica también, cuando estuve lo suficiente lejos de ella pude ser capaz de levantar mi mano y tocar mi cabello. Me acerqué de nuevo a la fogata, tratando de mantener mis hombros rectos y altos, cuando por dentro me sentía como una niña a la que le gritaron en su propia fiesta de cumpleaños. No era justo, fui tratada como una niña cuando no lo era. Apuesto a que esa chica tenía mi misma edad.
Cam dijo -¿Qué fue todo eso?
Conteniendo las lágrimas dije –Vámonos.
Él vacilo, mirando de regreso hacia Zayn –No creo que sea un buena idea, Flavia. Pero me quedaré aquí contigo a pasar un rato. Las ballenas pueden esperar.
Quería besarlo por ello. Quería olvidar que conocía a Zayn y quedarme aquí, en la burbuja que existía en este momento. Los primeros fuegos artificiales aparecieron, en algún lugar sibre nosotros. Sonaban como una tetera silbando fuerte y orgullosa. Eran de oro, explotando en millones de partículas doradas, como confeti sobre nuestras cabezas.
Nos sentamos junto al fuego y él me habló sobre las ballenas y yo le dije cosas estúpidas, como que era la secretaría del club de francés, y que mi comida favorita eran los sándwich de jamon. Él dijo que era vegetariano. Estuvimos sentados por una hora. Pude sentir a Zayn observándonos todo el tiempo, y tuve la tentación de hacerle una seña obscena –odio cuando él gana.
Cuando comenzó a hacer frio, frote mis brazos, y Cam se quitó su sudadera y me la dio. Fue como un sueño hecho realidad –tener frio y que un chico de verdad me diera su dudadera en vez de regodearse de lo inteligente que fue por haber traido una.
Por debajo, su camisa decía STRAIGHT EDGE, con una imagen de una hoja de afeitar, de tipo con las cuales se afeitan- ¿Qué quiere decir? –pregunté, cerrando la cremallera de su sudadera. Era cálida y olía a chico, pero de la buena manera.
-Soy Straight Edge –dijo-. No bebo o consumo drogas. Solía ser una des esas personas que no toman medicinas o beben cafeína, pero deje eso.
-¿Por qué?
-¿Por qué no tomaba medicamento y cafeína o porque lo deje?
-Las dos cosas.
-No creo en contaminar tu cuerpo con cosas que no son naturales –dijo-. Lo deje porque estaba volviendo loca a mi mamá. Y también porque veía Dr. Pepper.
Me gusta Dr. Pepper también. Me alegre de no haber estado bebiendo. No quería que el pensara mal de mi. Quería que el creyera que era genial, del tipo de chicas que no le importan lo que las personas piensen, del tipo de persona que el obviamente era. Quería ser su amiga. Quería besarlo.
Cam se levantó cuando no íbamos. Se puso de pie tan pronto como vio a Louis venir a buscarme –Llegó la hora, Flavia –dijo.
Comencé a bajar la cremallera de su sudadera, y dijo –Esta bien. Me la puedes dar más tarde.
-Aquí, te daré mi número –dije, tomando el teléfono de su mano. Nunca le había dado a un chico mi numero antes. Mientras escribia mi numero, me senti orgullosa de mi misma por ofrecérselo.
Apartándome, él puso el teléfono dentro de su bolsillo y dijo, -Hubiera encontrado la manera de conseguir tu número. Soy listo, ¿recuerdas? El primer lugar en oratoria.
Trate de no sonreir mientras él caminaba lejos –No eres tan listo, -grité. Sentía como si fue el destino quien hizo que lo conociera. Se sentía como la cosa mas romántica que me hubiera ocurrido, y lo era.
Observe a Zayn despedirse de la chica de los Media Rojas. Ella lo abrazo, y él la abrazó a ella, pero fue superficial. Estaba feliz de haberle arruinado la noche, aunque fuera un poco.
De camino hacia el auto una chica me detuvo. Ella llevaba su cabello rubio-castaño en dos trenzas, y usaba una camisa rosa de corte bajo -¿Te gusta Cam? –me preguntó la chica casualmente. Me pregunte cuanto lo conocía ella… pensé que el era un don nadie como yo.
-Apenas lo conozco –Le dije, y su rostro se relajo. Estaba aliviada. Note esa mirada en sus ojos –soñadores y esperanzados. Debía de haber sido la manera en que yo me veía cuando normalmente hablaba sobre Zayn, trate de no pensar en su nombre en esta conversación. Me sentí triste por ella, por mi.
-Vi la manera en que Nicole te hablo –dijo abruptamente-. No te preocupes por ella. Apesta como persona.
-¿La chica de los Media Rojas? Sí, ella es del tipo que apesta siendo una persona –concordé. Luego me despedí de ella mientras Louis y Zayn y yo hicimos nuestro camino hacia el coche.
Zayn manejó. Estaba completamente sobrio, y yo lo había sabido todo el tiempo. Él checó la sudadera de Cam, pero no dijo nada. No nos dirigíamos la palabra el uno al otro. Louis y yo nos sentamos en el asiento trasero, y él trató de bromear, pero nadie rió. Estaba tan ocupada pensando, recordando todo lo que había ocurrido esa noche. Me dije a mi misma, Esa ha sido la mejor noche de mi vida.
En mi anuario el año anterior, Sean Kirkpatrick escribió que yo tengo “Los ojos tan claros que él puede ver dentro de mi alma”. Sean era un nerd amante del drama, pero y qué. Aún me hizo sentir bien, Taylor se rió cuando se lo mostre. Dijo que solo Sean Kirkpartick. Este era Cam, un chico de verdad quien me notó antes de que fuera linda.
Estaba cepillando mis dientes en el baño de arriba cuando Louis entró, cerro la puerta detrás de él. Extendió su brazo hacia su cepillo de dientes, dijo -¿qué ocurrió entre tú y Zay? ¿Porqué están tan molestos el uno con el otro? –fue hasta el lavamanos.
Louis odia cuando al gente pelea. Era la razón por la cual él siempre la hacía de payaso. Él se encargaba de aligerar cualquier situación. Era dulce pero también un poco molesto.
Con la boca llena de pasta de dientes dije –Um, ¿Por qué él es un maldito controlador?
Ambos reímos por eso. Recordando las veces que habíamos dicho lo mismo desde hace varios veranos.
Aclaró su garganta –Hablando en serio, no seas tan dura con él. Esta pasando por algunas cosas.
Esta noticia era nueva para mi -¿Qué? ¿Qué cosas? –pregunté.
Louis dudó –No puedo decírtelo.
-Vamos. Nos decimos todo el uno al otro, Lou. No hay secretos, ¿recuerda?
Él sonrió –Lo recuerdo. Pero aun no puedo decírtelo. No es mi secreto.
Frunciendo el ceño, me di vuelta y cerré la llave –Siempre estás de su lado.
-No estoy de su lado. Sólo estoy diciendo que lo comprendas.
-Es la misma cosa.
Extendió su mano y tocó las esquinas de mi boca hacia arriba. Era uno de uss viejos trucos; no importaba qué, me hacía sonreír –No pucheros Mille, ¿Recuerdas?
No pucheros era una regla que Zayn y Steven inventaron un verano. Creo que yo tenía ocho o nueve. La cosa era que solo se aplicaba en mi. Ellos incluso pusieron un letrero en la puerta de mi dormitorio. La quité, por supuesto, y corrí a decirla Susannah y a mamá. Esa noche tuve dos porciones de postre, recuerdo. Cada vez que estaba ligeramente triste o infeliz, uno de los chicos comenzaba gritando, “No pucheros. No pucheros”. Y quizás hacia un poco de pucheros, pero nunca podía salirme con la mía. En cierto modo, fue incluso mas duro ser la chica en ese entonces. Y de cierto modo no.
La noche que Steven se marchó, me dirigí a la piscina para uno de mis nados de medianoche, y Zayn y Louis y este vecino. Clay vivía calle abajo, y había estado viviendo a Cousins Beach por casi tanto tiempo como nosotros.
Él era un año mayor que Zayn. A nadie ni siquiera le agradaba mucho. Sólo era una persona con la cual pasar el rato, supongo.
De inmediato me puse rígida y sostuve la toalla más cerca de mi pecho. Me pregunté si debería regresarme. Clay siempre me ponía nerviosa. No tenía que nadar esta noche. Podía hacerlo hasta la noche siguiente. Pero no, tenía tanto derecho a estar ahí afuera como ellos. Más, incluso.
Me acerqué a ellos, fingiendo sentir confianza –Hola, chicos, -dije. No aparté mi toalla. Se sentía raro estar de pie con la toalla y el bikini cuadno ellos estaban totalmente vestidos.
Clay levantó la mirada hacia mí, sus ojos se entrecerraron –Hola, Cami. Cuanto tiempo sin verte –Palmeó su silla-. Siéntate.
Odio cuanto las personas dicen, “Cuanto tiempo sin verte”. Era una manera tonta de decir hola. Pero me senté de todas maneras.
Se inclinó hacia mí y me abrazó. Olía a cerveza y loción masculina -¿Cómo has estado? –preguntó.
Antes de que pudiera responder, Zayn dijo –Ella está bien, y ahora es hora de irse a la cama. Buenas noches, Cami.
Traté de no sonar como una niña de cinco años cuando dije –No voy a irme a dormir aún, voy a nadar.
-Deberías regresar después –dijo Louis, poniendo su cerveza hacia abajo- . Tu mamá va a matarte si te ve bebiendo.
-Hola, no estoy bebiendo –Le recordé.
Clay me ofreció un Corona –Aquí –dijo, guiñándome un ojo. Parecía borracho.
Vacilé y Zayn espetó irritado –No le des eso. Es una niña, por el amor de Dios.
Lo fulminé con la mirada –Deja de actuar como Steven –Por un segundo o dos considere tomar la cerveza de Clay. Podría ser mi primera. Pero entonces sólo lo estaría haciendo para molestar a Zayn, y no iba a dejar que él controlara lo que hacía.
-No, gracias- Le dije.
Zayn asintió imperceptiblemente –Ahora regresa a la cama como una niña buena.
Sentía como cuando él, Steven y Louis usualmente me dejaban afuera de las cosas a propósito. Pude sentir mis mejillas arder mientras dije –Soy sólo dos años menor que tú.
-Dos y un cuarto –corrigió automáticamente.
Clay rió, y pude oler su aliento a cerveza –Mierda, mi novia tenía quince –luego me miró-. Exnovia.
Sonreí débilmente. Por dentro quería apartarme de él y su aliento. Pero la manera en que Zayn nos estaba mirando, bueno, me gustó. Me gustó apartar a su amigo de él, incluso si sólo era por cinco minutos –No es eso ¿Cómo ilegal? –Le pregunté a Clay.
Él rió otra vez –Eres linda, Cami.
Pude sentirme sonrojar –Entonces, um, ¿Por qué terminaron? –pregunté, como si no lo supiera ya. Terminaron porque Clay es un idiota, ese era el porqué.
Clay siempre ha sido un idiota. Él normalmente trataba de alimentar a las gaviotas con Alka-Seltzer porque escuchó que hacia estallar sus estómagos.
Clay rascó su nuca –No sé. Ella tenía que ir a un campamento de verano o algo así. Las relaciones de larga distancia apestan.
-Pero puede ser sólo por el verano –protesté-. Es tonto romper por un verano –Yo estuve enamorada de Zayn durante todos los años de la escuela. Mi enamoramiento sobrevivió meses, años. Era como la comida.
Podía sostenerme. Si Zayn fuera mío, no habría manera de que terminara con él por un verano… o por un año escolar, no importa.
Clay me miró con sus parpados pesados, sus ojos soñoliento, y dijo -¿Tienes novio?
-Si, -dije, y no pude evitarlo… miré hacia Zayn cuando dije eso. Ves, quería decirle, no soy una estúpida chica de doce años con un tonto enamoramiento nunca más. Soy una persona real. Con un novio real. ¿A quién le importa que sea una mentira? Zayn parpadeó, pero su rostro fiue el mismo, sin expresiones. Louis, sin embargo, me miraba roprendido.
-Cami, ¿Tienes novio? –Fruncí el ceño-. Nunca lo mencionaste.
-No es anda serio –cogí un hilo del cojín de la silla para desenredarlo. Ya estaba lamentando haberlo dicho-. De hecho es algo muy casual.
-¿Ves?¿Cúal es el punto de las relaciones durante el verano?¿Qué pasa si conoces a alguien? –Clay me guiño el ojo en broma-. Como en este momento.
-Ya nos conocemos, Clay. Como, desde hace diez años –No es como si él alguna vez me hubiera puesto atención.
Me dio un codazo en la rodilla- Un gusto de conocerte. Soy Clay.
Reí, incluso si pensé que no era gracioso. Sólo por tener algo que hacer –Hola, soy Cami.
-Así que, Cami, ¿Vendrás a mi noche de fogata mañana en la noche?-me preguntó.
-Um, seguro –dije, tratando de no sonar demasiada emocionada.
Zayn, Steven y Louis iban a la gran fogata de Cuarto de Julio cada año. Clay lo hacía en su casa porque había un montón de fuegos artificiales en el extremo de la playa. Su mamá siempre sacaba bombones para tostar. Una vez hice que Louis me llevara, y lo hizo. Los bombones parecían goma y estaban quemados, pero aún así los comí, y todavía estaba agradecida con Louis por ello. Fue como una pequeña fiesta. Ellos nunca me dejan ir, y nunca traté de ir. Veía los fuegos en la parte de atrás de nuestro pórtico, en mi pijama, con Susannah y mi madre. Ellas bebían champagne y yo sidra.
-Pensé que viniste a nadar –dijo Zayn abruptamente.
-Caray, dale un respiro, Zay –dijo Louis-. Si ella quiere nadar, va a nadar.
Intercambiamos una mirada, nuestra mirada que quería decir, ¿Por qué Zayn está actuando como un jodido padre? Zayn tiró su cigarrillo sobre la lata –Haz lo que tú quieras –dijo.
-Lo haré –dije, sacándole la lengua a Zayn y levantándome. Me quité la toalla y me zambullí en el agua, un salto perfecto. Me quedé bajo el agua durante un minuto, luego comencé a nadar con mi espalda abajo para poder espiar sus conversaciones.
En voz baja escuche a Clay decir –Hombre, Cousins está comenzando a ser aburrido. Quiero que pase el verano para irme.
-Si, yo también.
Así que Zayn esta listo para irse. A pesar de que una pequeña parte de mi lo sabía, aún dolía. Quería decir: Entonces vete ya. Si no quieres estar aquí, no te quedes. Solo vete. Pero no iba a permitir que Zayn me molestara, no cuando las cosas comenzaban a salir bien.
Al menos estaba invitada a la fogata del cuatro de julio de Clay Bertolet. Era una chica grande ahora. La vida era buena, o iba a conseguir que lo fuera, de todos modos.
Pensé en lo que iba a usar todo el día. Como nunca había ido, no tenía idea de que usar. Probablemente haría frío, pero, ¿Quién quería abrigarse en una fogata? No sería la primera. No quería que Zayn y Louis se la pasaran molestándome si me abrigaba demasiado. Me imaginé que con unos shorts, una blusa sin tirantes, y sin zapatos era una manera segura de ir.
Cuando llegamos allí, vi que hice la elección equivocada. Las otras chicas vestían vestidos veraniegos y faldas cortas. Si tuviera una amiga en Cousins, hubiera sabido eso –No me dijiste como se vestían las chicas –siseé hacia Louis.
-Te ves bien. No seas tonta –dijo, caminando directamente hacia el barril. Había un barril. No había galletas, no más bombones que puediera ver.
Realmente nunca había visto un barril antes en mi vida. Sólo en las películas. Comencé a seguirlo, pero Zayn agarró mi brazp –No bebas esta noche –advirtió-. Mamá me matara si te dejo beber.
Me lo quité de encima-Tú no me “dejaras” hacer anda.
-Vamos, ¿Por favor?
-Ya veremos –dije, alejándome de él y dirigiéndome hacia el fuego. No estaba segura ni siquiera de querer beber. A pesar de haber visto a Clay bebiendo la noche antes, aún esperaba ver bombones.
Ir a la fogata era una buena idea, pero realmente había algo más. Louis estaba platicando con alguna chica de bikini rojo, blando y azul, que usaba una falda de mezclilla, y Zayn estaba hablando con Clay y otros chicos que no reconocí, después de que Clay había coqueteado conmigo anoche, pensé que al menos vendría a decir hola, pero no lo huzo. Tenía su mano en la espalda de una chica.
Me quedé de pie frente a la fogatan sola, fingiendo calentar mis manos a pensar de que no tuviera frío, eso fue hasta que lo vi. Él estaba solo también, bebiendo una botella de agua. No se parecía a cualquier otro chico que conociera, él tenía su proprio estilo. Parecía como de mi edad, pero había algo en él que parecia seguro y cómodo, como si fuera más joven que yo a pesar de que no lo era. Me tomó unas cuantas miradas imaginar que era. Cuando finalmente lo encontré, fue como, ¡AHHH!.
Eran sus pestañas. Eran tan largas que prácticamente llegaban a sus pómulos. Por supuesto, sus pómulos eran altos, pero aun así. Además, él tenía una pequeña marca de nacimiento, y su piel estaba limpia y suave, su piel del color del como rallado, del tipo que ponen en los helados. Toqué mi mejilla y sentí alivio de que el sol secara mi grano de hace dos días. Su piel era perfecta.
Para mis ojos, todo en él era perfecto.
Él era alto, tan alto como Steven o Louis, quizás más que Zayn.
Él parecía quizás medio americano, medio japonés, o quizás coreano. Era tan lindo que sentí ganas de dibujar su cara, y ni siquiera sé como dibujar.
Me pilló mirándolo, y aparté la mirada. Luego lo miré de regreso y me pilló otra vez. Levantó la mano y saludó, ligeramente.
Pude sentir mis mejillas arder. No me había dicho “Hola”, pero me acerqué con mi mano extendida, e inmediatamente me arrepentí. ¿Quién se saluda con la mano?
Él tomó mi mano y la sacudió. No dijo nada al principio. Sólo me miró fijamente, como si estuviera tratando de recordar algo –Me pareces familiar –dijo al fin.
Traté de no sonreír. ¿No era eso lo que los chicos dicen a las chicas cuando coquetean en un bar? Me pregunté si él me había visto en la playa con mi nuevo bikini de lunares. Nunca lo hbaía usado antes, pero quizás este chico me había notado esa vez -¿Quizás en la playa?.
Negó con su cabeza –No… allí no.
Así que no me había visto en mi bikini, entonces. Lo intenté de nuevo. –Quizás en Scoops, ¿La heladería?
-No, tampoco allí –dijo. Entonces fue como si una pequela luz se encendiera en su cabeza, porque sonrió repentinamente-. ¿Tomaste clases de latín?
¿cómo lo sabe? –Uh… sí.
-¿Fuiste a la convención de Latín en Washington, DC? –preguntó.
-Sí –dije ¿Quién era este chico?
Asintió, satisfecho –Yo también fui. En octavo grado, ¿verdad?
-sí… -En octavo grado aun usaba lentes. Odié, odié que me conociera desde ese entonces. ¿Por qué no pudo conocerme ahora, con mi bikini de lunares?
-así fue como te conocí. He estado aquí tratando de recordarlo –sonrió-. Soy Cam, pero mi nombre en Latín es Sextus. Salve.
Repentinamente, las risas de mi pecho escaparon como burbujas de soda. Era divertido –Salve, soy Flavia. Quiero decir, Cami. Es decir, mi nombre es Camille, pero todo el mundo de llama Cami.
-¿Por qué? –me miró como si realmente quisiera saber el porqué.
-Mi papá me apodo así desde que era pequeña. Pensó qu Isabel era un nombre demasiado largo –expliqué-. Todo el mundo terminó llamándome así. Es tonto.
Ignoró la última parta y dijo -¿Por qué no Izzy, entonces?¿O Belle?.
-No lo se. En parte es porque la gelatina Jelly Belfys es mi favorita, y mi papá y yo normalmente jugamos este juego. Él me preguntaba de qué tipo de humor estaba, y trataba de adivinar el sabor de la gelatina que prefería. Decía ciruela si yo estaba de nbuen humor… -mi voz se desvaneció. Yo balbuceaba cuando estaba nerviosa, y estaba definitivamente nerviosa. Siempre odie mi nombre, Cami… en parte porque no era un nombre verdadero. Era un apodo de niña, no un nombre en absoluto. Isabel, por otra parte, era el nombre de un tipo de chica exótica, el tipo de chica quien va a lugares como Marruecos y Mozambique, que usan sus uñas de rojo durante todo el año y tenían el cabello negro. Cami era el tipo de nombre que evoca imágenes de niñas regordetas-. De todos modos, odio el nombre Izzy, pero desearía que las personas me llamaran Camil. Es muy bonito.
Asintió –Eso es lo que quiere decir también. Hermoso.
-Lo sé- dije-. Estoy en clases de francés.
Cam dijo algo en francés, tan rápido que no pude entenderlo.
-¿Qué? –dije. Me snetí estípida. Es vergonzoso hablar francés cuando no estás en un salón de clases. Conjugar verbos es una cosa, pero hablarlo realmente con una persona que es de verdad francesa era algo totalmente diferente.
-Mi abuela es francesa –dijo-. Crecí hablándolo.
-Oh –Ahora me sentía estúpida por alardear por estar en clases de francés.
-Sabes, la v se supone que se pronuncia como la w.
-¿qué?
-En Flavia. Se supone que lo pronuncias Fla-wia.
-Claro que sé eso –espeté-. Gané el segundo premio en oración.
Pero Flawia suena tonto.
-Gane el primer premio –dijo, tratando de no sonar petulante. Tuve el repentino recuerdo de un chico en camisa negra y una corbata a rayas, con sus Catulluis, quién ganó el primer lugar. Fue él-. ¿Por qué lo escogiste si pensabas que sonaba tonto?
Suspiré –Porque Cornelia había sido elegido. Todos querían ser Cornelia.
-Sí, todo el mundo quería ser Sextus también.
-¿Por qué? –dije. Inmediatamente me arrepentí-. Oh. Olvídalo.
Cam rió –El humor de un chico de octavo grado no está muy desarrollado.
Reí también. Entonces dije -¿Así que te quedas en una casa por aquí?.
-Estamos rentando al casa a dos calles de aquí. Mi mamá me hizo venir –dijo Cam, rascando arriba de su cabeza tímidamente.
-Oh –deseé poder dejar de decir “oh”, pero no podía pensar en otra cosa.
-¿Y qué hay de ti? ¿Por qué viniste, Camille?
Me sorprendió que utilizara mi nombre real. Dejó mi boca seca. Me sentía como el primer día en la escuela. Pero me gustó –No lo sé –dije-. Supongo, porque Clay me invitó.
Todo lo que salía de mi boca sonaba tan genérico. Por alguna razón quería impresionar a este chico. Quería gustarle. Perdia sentirlo juzgándome, juzgándome por las cosas que decía. Soy inteligente también, quería decirle. Me dije a mi misma que estaba bien, no importa si él piensa si soy lista o no.
Pero lo hacía.
-creo que voy a irme pronto –dijo, terminándose su agua. No me miró cuando lo dijo-. ¿Necesitas un aventón?
-No –dije. Tragé mi decepción por que se marchara-. Bien con esos chicos de allá. –Señalé a Zayn y a Louis.
Él asintió –Lo imaginé por la manera en que tu hermano no deja de mirarte.
Casi me ahogué- ¿Mi hermano? ¿Quién? ¿Él? –Señale a Zayn. Él no estaba mirándonos. El miraba a una chica rubia con una gorra de los Media Rojas, y ella estaba mirándonos de regreso. El rió, y pel nunca reía.
-Si.
-No es mi hermano. Trata de actuar como si lo fuera, pero no lo es –dije-. Cree que es el hermano mayor de todos. Es tan condescendiente… ¿por qué te vas de todos modos? Vas a perderte los fuegos artificiales.
Aclaró su garganta como sui estuviera avergonzado –Um, voy a ir a casa a estudiar.
-¿Latín? –cubrí mi boca con mi mano para no reírme.
-No. Estoy estudiando a las ballenas. Quiero hacer una pasantía en un barco de observación de ballenas, y tengo que tomar un examen el siguiente mes –dijo, frotando la cima de cabeza.
-Oh. Eso es genial –dije. No deseaba que se fuera. No quería que se fuera. Era agradable. De pie a su lado, me sentía como Pulgarcita, pequeña y linda. Eran tan alto. Si se iba, me quedaría sola-. Sabes, quizás podría aceptar ese aventón. Espérame aquí. Ahorita vuelvo.
Me apresuré a ir hacia Zayn, camiando tan rápido que levantaba arena detrás de mí –Oye, conseguí un aventón –dije sin aleinto.
La rubia de los Media Rojas me miró de arriba abajo –Hola –dijo ella.
Zayn dijo- ¿con quién?
Señale hacia Cam. –Él.
-No tendrás un aventón con alguien que ni siquieras conoces –dijo rotundamente.
-Lo conozco. Es Sextus.
Entrecerró sus ojos -¿Sex que?
-No importa. Su nombre es Cam, está estudiando las ballenas, y puedo decidir quién me lleva a casa. Solo te lo dejo saber, como una cortesía. No estaba pidiéndote permiso –Comencé a caminar lejos, pero él me agarró el codo.
-No me importa lo que está estudiando. No va pasar –dijo casualmente, pero su agarre era apretado-. Si quieres irte, te llevaré.
Tomé una respiración profunda. Tenia que mantener la calma. No iba a dejarlo que me tratara como un bebé, no en frente de toda esta gente –No, gracias –dije, tratando de caminar de nuevo. Pero él no dejó que me fuera.
-¿Pensé que ya tenías un novio? –su tono era burlón, y supe que había visto mi mentira la noche anterior.
Quería tanto lanzarle un puñado de arena en el rostro. Traté de deshacerme de su agarre - ¡Déjame ir! ¡Eso duele°
Me soltó de inmediato con su rostro enrojecido. No me doli+o realmente, pero quería avergonzarlo de la misma manera en que él me avergonzó. Dije en voz alta -¡Prefiero irme con un desconocido que con alguien que ha estado bebiendo!
-Sólo ha sido una cerveza –espetó-. Pero ciento setenta y cinco libras. Espera media hora y te llevare. Deja de portarte como una mocosa.
Podía sentir mis lagrimas arder debajo de mis parpados. Mire por encima de mi hombro para ver si Cam estaba observándonos. Él lo estaba. –Eres un imbécil –dije.
Me miro con sus ojos sin vida y dijo –Y tú eres una niña de cuato años.
Mientras me alejaba, escuche a la chica preguntar - ¿Es tu novia?
Me di vuelta y ambos dijimos -¡NO! – al mismo tiempo.
Confundida, ella dijo –Bueno, ¿es tu hermana menor? –como si yo no estuviera allí. Su perfume era pesado.
-No, no soy su hermana menor –Odie que esta chica fuera testigo de todo esto. Era, humillante. Y ella era bonita, en la misma manera que Taylor era linda, lo cual de alguna manera hacia las cosas peor.
Zayn dijo –Su mamá es la mejor amiga de mi mamá -¿Así que eso era todo para él? ¿La hija de la mejor amiga de su mamá?
Tomé una respiración profunda, y sin pensarlo, le dije a la chica –Conozco a Zayn toda la vida. Asi que puedo decirte que estas ladrándole al árbol equivocado. Zayn nunca amará a nadie tanto como a sí mismo, si sabes lo que quiero decir… -Levanté mi mano y moví mis dedos.
-Cállate, Cami –advirtió Zayn. Sus oídos estaban volviéndose rojos brillantes. Fue un golpe bajo, pero no me importó. Se lo merecía.
La chica de los Media Roja frunció el ceño- ¿De qué está hablando, Zayn?
Hacia ella, espeté –Oh, lo siento, ¿no sabes lo que significa “ladrándole al árbol equivocado”?
Su bonita cara se torció –Es un poco infantil –siseó
Pude sentirme temblar. Deseé poder retractarme. Nunca había estado envuelta en una pelea con una chica antes, o cualquier otra persona en esa materia.
Gracias a Dios, Zayn interrumpió y señaló hacia la fogata –Cami, regresa allí, y espera a que valla por ti –dijo duramente.
Fue entonces cuando Louis caminó hacia nosotros –Hey, hey, ¿Qué esta pasando? –preguntó, sonriendo de esa ridícula manera.
-Tu hermano es un imbécil –dije- Es esta pasando.
Louis puso su brazo alrededor de mí. Olía como a cerveza –Pórtense bien ¿Me escuchan?
Me encogi de hombros para quitármelo de encima y dije –Estoy portándome bien. Dile a tu hermano que se porte bien.
-Espera, ¿Ustedes son hermano y hermana también? –preguntó la chica.
Zayn dijo –Ni se te ocurra irte con ese chico.
-Zay, deja de enfadar –dijo Louis-. Ella no se va. ¿verdad, Cami?
Él miró, y apretó sus labios y asintió. Entonces le di la mirada mas molesta que pude hacer, y le dispare otra a la chica también, cuando estuve lo suficiente lejos de ella pude ser capaz de levantar mi mano y tocar mi cabello. Me acerqué de nuevo a la fogata, tratando de mantener mis hombros rectos y altos, cuando por dentro me sentía como una niña a la que le gritaron en su propia fiesta de cumpleaños. No era justo, fui tratada como una niña cuando no lo era. Apuesto a que esa chica tenía mi misma edad.
Cam dijo -¿Qué fue todo eso?
Conteniendo las lágrimas dije –Vámonos.
Él vacilo, mirando de regreso hacia Zayn –No creo que sea un buena idea, Flavia. Pero me quedaré aquí contigo a pasar un rato. Las ballenas pueden esperar.
Quería besarlo por ello. Quería olvidar que conocía a Zayn y quedarme aquí, en la burbuja que existía en este momento. Los primeros fuegos artificiales aparecieron, en algún lugar sibre nosotros. Sonaban como una tetera silbando fuerte y orgullosa. Eran de oro, explotando en millones de partículas doradas, como confeti sobre nuestras cabezas.
Nos sentamos junto al fuego y él me habló sobre las ballenas y yo le dije cosas estúpidas, como que era la secretaría del club de francés, y que mi comida favorita eran los sándwich de jamon. Él dijo que era vegetariano. Estuvimos sentados por una hora. Pude sentir a Zayn observándonos todo el tiempo, y tuve la tentación de hacerle una seña obscena –odio cuando él gana.
Cuando comenzó a hacer frio, frote mis brazos, y Cam se quitó su sudadera y me la dio. Fue como un sueño hecho realidad –tener frio y que un chico de verdad me diera su dudadera en vez de regodearse de lo inteligente que fue por haber traido una.
Por debajo, su camisa decía STRAIGHT EDGE, con una imagen de una hoja de afeitar, de tipo con las cuales se afeitan- ¿Qué quiere decir? –pregunté, cerrando la cremallera de su sudadera. Era cálida y olía a chico, pero de la buena manera.
-Soy Straight Edge –dijo-. No bebo o consumo drogas. Solía ser una des esas personas que no toman medicinas o beben cafeína, pero deje eso.
-¿Por qué?
-¿Por qué no tomaba medicamento y cafeína o porque lo deje?
-Las dos cosas.
-No creo en contaminar tu cuerpo con cosas que no son naturales –dijo-. Lo deje porque estaba volviendo loca a mi mamá. Y también porque veía Dr. Pepper.
Me gusta Dr. Pepper también. Me alegre de no haber estado bebiendo. No quería que el pensara mal de mi. Quería que el creyera que era genial, del tipo de chicas que no le importan lo que las personas piensen, del tipo de persona que el obviamente era. Quería ser su amiga. Quería besarlo.
Cam se levantó cuando no íbamos. Se puso de pie tan pronto como vio a Louis venir a buscarme –Llegó la hora, Flavia –dijo.
Comencé a bajar la cremallera de su sudadera, y dijo –Esta bien. Me la puedes dar más tarde.
-Aquí, te daré mi número –dije, tomando el teléfono de su mano. Nunca le había dado a un chico mi numero antes. Mientras escribia mi numero, me senti orgullosa de mi misma por ofrecérselo.
Apartándome, él puso el teléfono dentro de su bolsillo y dijo, -Hubiera encontrado la manera de conseguir tu número. Soy listo, ¿recuerdas? El primer lugar en oratoria.
Trate de no sonreir mientras él caminaba lejos –No eres tan listo, -grité. Sentía como si fue el destino quien hizo que lo conociera. Se sentía como la cosa mas romántica que me hubiera ocurrido, y lo era.
Observe a Zayn despedirse de la chica de los Media Rojas. Ella lo abrazo, y él la abrazó a ella, pero fue superficial. Estaba feliz de haberle arruinado la noche, aunque fuera un poco.
De camino hacia el auto una chica me detuvo. Ella llevaba su cabello rubio-castaño en dos trenzas, y usaba una camisa rosa de corte bajo -¿Te gusta Cam? –me preguntó la chica casualmente. Me pregunte cuanto lo conocía ella… pensé que el era un don nadie como yo.
-Apenas lo conozco –Le dije, y su rostro se relajo. Estaba aliviada. Note esa mirada en sus ojos –soñadores y esperanzados. Debía de haber sido la manera en que yo me veía cuando normalmente hablaba sobre Zayn, trate de no pensar en su nombre en esta conversación. Me sentí triste por ella, por mi.
-Vi la manera en que Nicole te hablo –dijo abruptamente-. No te preocupes por ella. Apesta como persona.
-¿La chica de los Media Rojas? Sí, ella es del tipo que apesta siendo una persona –concordé. Luego me despedí de ella mientras Louis y Zayn y yo hicimos nuestro camino hacia el coche.
Zayn manejó. Estaba completamente sobrio, y yo lo había sabido todo el tiempo. Él checó la sudadera de Cam, pero no dijo nada. No nos dirigíamos la palabra el uno al otro. Louis y yo nos sentamos en el asiento trasero, y él trató de bromear, pero nadie rió. Estaba tan ocupada pensando, recordando todo lo que había ocurrido esa noche. Me dije a mi misma, Esa ha sido la mejor noche de mi vida.
En mi anuario el año anterior, Sean Kirkpatrick escribió que yo tengo “Los ojos tan claros que él puede ver dentro de mi alma”. Sean era un nerd amante del drama, pero y qué. Aún me hizo sentir bien, Taylor se rió cuando se lo mostre. Dijo que solo Sean Kirkpartick. Este era Cam, un chico de verdad quien me notó antes de que fuera linda.
Estaba cepillando mis dientes en el baño de arriba cuando Louis entró, cerro la puerta detrás de él. Extendió su brazo hacia su cepillo de dientes, dijo -¿qué ocurrió entre tú y Zay? ¿Porqué están tan molestos el uno con el otro? –fue hasta el lavamanos.
Louis odia cuando al gente pelea. Era la razón por la cual él siempre la hacía de payaso. Él se encargaba de aligerar cualquier situación. Era dulce pero también un poco molesto.
Con la boca llena de pasta de dientes dije –Um, ¿Por qué él es un maldito controlador?
Ambos reímos por eso. Recordando las veces que habíamos dicho lo mismo desde hace varios veranos.
Aclaró su garganta –Hablando en serio, no seas tan dura con él. Esta pasando por algunas cosas.
Esta noticia era nueva para mi -¿Qué? ¿Qué cosas? –pregunté.
Louis dudó –No puedo decírtelo.
-Vamos. Nos decimos todo el uno al otro, Lou. No hay secretos, ¿recuerda?
Él sonrió –Lo recuerdo. Pero aun no puedo decírtelo. No es mi secreto.
Frunciendo el ceño, me di vuelta y cerré la llave –Siempre estás de su lado.
-No estoy de su lado. Sólo estoy diciendo que lo comprendas.
-Es la misma cosa.
Extendió su mano y tocó las esquinas de mi boca hacia arriba. Era uno de uss viejos trucos; no importaba qué, me hacía sonreír –No pucheros Mille, ¿Recuerdas?
No pucheros era una regla que Zayn y Steven inventaron un verano. Creo que yo tenía ocho o nueve. La cosa era que solo se aplicaba en mi. Ellos incluso pusieron un letrero en la puerta de mi dormitorio. La quité, por supuesto, y corrí a decirla Susannah y a mamá. Esa noche tuve dos porciones de postre, recuerdo. Cada vez que estaba ligeramente triste o infeliz, uno de los chicos comenzaba gritando, “No pucheros. No pucheros”. Y quizás hacia un poco de pucheros, pero nunca podía salirme con la mía. En cierto modo, fue incluso mas duro ser la chica en ese entonces. Y de cierto modo no.
Deyca <3
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
Ame el capitulo, Cam es tan lindo de verdad parece como si el destino los hubiera hecho conocerse y es CAM Y CAMILLE C&C , ya hasta me los estoy imaginando de novios jajaja pero sé que ella quiere a Zayn aunque él sea así con ella y también esta la otra chica pero ...ya leeré como termina todo (:
Estaré mas que ansiosa esperando el sgte. cap
PC : gracias, ya leí el nombre del autor buscaré el libro
Estaré mas que ansiosa esperando el sgte. cap
PC : gracias, ya leí el nombre del autor buscaré el libro
kariAC
Re: El verano en el que me volví bonita (Zayn, Louis y Camille) 1era PARTE TERMINADA
CAPITULO 22
Esa noche dormi con la sudadera de Cam. Era una estupidez y algo cursi, pero no me importo. Y el día siguiente la usé afuera, a pesar del calor abrasador. Me encantaba la forma en que las mangas caían, la manera en que me hacía sentir vivía. Como un chico.
Cam era el primer chico que ponía su atención en mi, y el de verdad quería pasar tiempo conmigo. Y no se avergonzaba de ello.
Cuando desperté, noté que le di el numero de la casa. No sé por qué. Pude haberle dado mi numero de celular con la misma facilidad.
Me quede esperando a que el teléfono sonara. El teléfono nunca sonaba en la casa de verano, la única persona quien llamaba por teléfono en la casa de Susannah, tratando de ordenar el tipo de pescado que queríamos para la cena, o mi madre, llamando a Steven para que pusiera las toallas en la secadora, o para saber como estaba.
Me quedé afuera, tomando el sol y leyendo revistas con la sudadera da Cam en mi ragazo como si fuera un animal de peluche. Mantuve las ventanas abiertas, sabia que asi escucharía el teléfono sonar.
Me unté filtro solar, y luego dos capas de bronceador. No sabia cuales eran las enfermedades por el sol, pero mas valia prevenir que lamentar. Vertí un poco de Kool-Aid de cereza en una botella de agua, puse la radio, tenia mis lentes de sol, y las revistas. Los lentes eran un par que Susannah me había comprado años atrás. Susannah amaba comprarme regalos. Cuando ella iba de compras, siempre regresaba a casa con regalos. Cosas pequeñas, como este par de lentes de corazones rojos, ella dijo que tenía que tenerlos. Sabía exactamente lo que me gustaba, cosas que yo ji siquiera pensaría querer comprar. Cosas como crema de lavanda para pies o una pijama de seda.
Mi madre y Susannah habían salido temprano esa mañana a unos de sus viajes a las galerías de Dyrestown, y Zayn, gracias a Dios, se había ido ya a trabajar.
Louis seguía durmiendo. La casa era mía.
La idea de escuchar música a muy alto volumen fue una divertida teoría. Aquí recostada, tomando el sol y bebiendo un refresco, durmiendo como un gato gordo. Pero luego pensé que estaba actuando como una persona tediosa o aburrida. Y caliente. Siempre prefería flotar en el océano, estar acostada bajo el sudor del sol. Decían que te bronceabas mas cuando estas mojada, de todas maneras.
Pero esta mañana no tenía otra opción. En caso de que Cam llamara, quiero decir. Así que me quedé allí, sudando y tostándome como un trozo de pollo en una parrilla. Estaba aburrida, pero era necesario.
Justo después de las diez, el teléfono sonó. Di un salto y corrí hacia la cocina -¿Hola? –dije sin aliento
-Hola, Cami. Soy el Sr. Fisher.
-Oh, hola, Sr. Fisher –dije, traté de no sonar demasiada decepcionada.
Se aclaró la garganta –Así que, ¿Cómo te va allá?
-Bastante bien. Susannah no está en casa, sin embargo. Ella y mamá fueron a Dyerstown a visitar algunas galerías.
-Ya veo… ¿Cómo están los chicos?
-Bien… -nunca sabía que decirle al Sr. Fisher-. Zayn fue a trabajar y Louis aún duerme. ¿Quiere que lo despierte?
-No, no, esta bien.
Hubo una larga pausa, y me apresurpe a pensar en algo que decir.
-¿Vendrá este fin de semana? – pregunté.
-No, no este fin de semana –dijo. Su voz sonó verdaderamente distante-. Llamaré mas tarde. Diviértete, Cami.
Colgué el teléfono. El Sr. Fisher no vendría a Cousins aún. Él solía venir a Cousins el fin de semana después del cuatro de julio, porque era fácil apartarse del trabajo al pasar los días festivos. Cuando él llegaba, preparaba barbacoa para un largo fin de semana, y vestía un delantal “El mejor Chef”. Me pregunte si Susannah se pondría triste porque no viniera, o si los chicos les importarían.
Caminé hacia mi silla, dándole la espalda al sol. Estaba medio adormilada en mi silla cuando desperté porque Louis vertía el Kool-Aid en mi estómago.
-Quitate –dije enojada, sentándome. Estaba sedienta de mi extra dulce Kool-Aid (siempre lo hacía con doble azúcar) y me sentía deshidratada y sudorosa.
Él rió y se sentó a lo largo de mi silla -¿Esto es lo que harás todo el día?
-Sí –dije, limpiando mi estomago y luego limpiando mi mano en sus shorts.
-No seas aburrida. Ven a hacer algo conmigo –ordenó-. No tengo que trabajar hasta noche.
-Estoy trabajando en mi bronceado –Le dije.
-Ya estas bastante bronceada.
-¿Me dejarás conducir?
Dudó –Bien –dijo-. Pero tienes que bañarte primero. No quiero que mojes mis asientos de aceite.
Me levanté, tirando de mi cabello grasoso en una coleta alta –Iré ahora mismo. Solo espera –dije.
Louis me esperó en el auto, con la música a todo volumen. Él se sentó en el asiento del pasajero -¿A dónde vamos? –pregunté, entrando en el lado del conductor. Me sentía mucho mejor-. ¿Tennessee? ¿Nuevo México? Tenemos que ir lejos para que pueda practicar.
Cerró sus ojos y echó su cabeza hacia atrás –Sólo daremos una vuelta a la manzana.
-sí señor –dije, apagando la música y abriendo por completo las cuatro ventanas. Era mucho mejor manejar con las ventanas bajas. Sentía como si realmente fuera a algún lugar.
Él continuó dándome instrucciones, y luego nos dirigimos haca dentro de la cuidad -¿Hablas en serio?
-Tienes que practicar un poco como manejarlo –dijo, sonriendo como un loco.
Esperamos en una línea de autos, y cuando llego nuestro turno, un chico en un auto azul me grito algo. Dije - ¿Me dejarías conducir tu auto?
Me guiño un ojo y dijo –Eres tan bonita, te dejaría manejar mi auto.
Pude sentir mi rubor, pero me gustó. El chico era mayor que yo, pero de verdad me ponía atención, fue algo increíble. Lo había visto el verano anterior, y no me había mirado ni una vez.
Cuando el auto estuvo a mi lado, Louis murmuró –Maldito holgazán. Necesita conseguirse un trabajo de verda.
-¿Cómo un verdadero trabajo de salvavidas? –respondí.
Louis frunció el ceño –Solo conduce.
Cada vez que mi auto regresaba alrededor de la pista, el chico me saludaba. La tercera ve que lo hizo, le regrese el saludo.
Estuvimos alrededor de la calles un montón de veces, hasta que llegó el momento en que Louis iría a trabajar.
-Creo que es suficiente conducción por hoy –dijo Louis, frotándose el cuello-. Vamos a casa.
No discutí con él. Manejé a casa rápidamente, y lo estacioné en la acera y él se dirigió al trabajo. Di un paso dentro de la casa sintiéndome cansada y bronceada. Y también satisfecha.
-Alguien llamado Cam te llamó –dijo mamá. Estaba sentada en la mesa de la cocina, leyendo el periódico con sus lentes de armazón grueso para leer. No levanto la mirada.
-¿Lo hizo? –pregunté, cubriendo mi sonrisa con la palma de mi mano-. Bueno, ¿Dejó su número?.
-No –dijo-. Deijo que llamaría otra vez.
-¿Por qué no se lo pediste? –dije, y odie la decepción en mi voz, pero cuando se trataba de mi madre, era como si no pudiera evitarlo.
Fue entonces cuando me miró, perpleja –No lo sé. Él no lo ofreció. ¿Quién es el de todos modos?
-Olvidalo –Le dije, caminando hacia el refrigerador por un poco de limonada.
-como quieras –dijo mi madre, regresando hacia su papel.
Ella no insistió al respecto. Nunca lo hacía. Ella al menos pudo haber conseguido su numero. Si Susannah hubiera esta aquí abajo en vez de ella, habría cantado una canción y me habría bromas hasta que le dijera todo. Lo cual haría, con mucho gusto.
-El Sr. Fisher llamó esta mañana –dije.
Mi madre levantó la mirada otra vez -¿Qué dijo?
-No mucho. Sólo que no podría venir este fin de semana.
Ella frunció sus labios, pero no dijo nada.
-¿Dónde está Susannah? –pregunté-. ¿Está en su hatición?
-sí, pero no se siente bien. Está tomando una siesta –dijo mi madre. En otras palabras, no vayas y la molestes.
-¿Qué está mal con ella?
-Tiene un resfriado de verano –dijo mamá automáticamente.
Mi madre era una terrible mentirosa. Susannah había estado pasando mucho tiempo en su habitación, y había una tristeza en ella que no había estado allí antes.
Sabía que algo estaba pasando. Sólo que no estaba completamente segura de qué.
Esa noche dormi con la sudadera de Cam. Era una estupidez y algo cursi, pero no me importo. Y el día siguiente la usé afuera, a pesar del calor abrasador. Me encantaba la forma en que las mangas caían, la manera en que me hacía sentir vivía. Como un chico.
Cam era el primer chico que ponía su atención en mi, y el de verdad quería pasar tiempo conmigo. Y no se avergonzaba de ello.
Cuando desperté, noté que le di el numero de la casa. No sé por qué. Pude haberle dado mi numero de celular con la misma facilidad.
Me quede esperando a que el teléfono sonara. El teléfono nunca sonaba en la casa de verano, la única persona quien llamaba por teléfono en la casa de Susannah, tratando de ordenar el tipo de pescado que queríamos para la cena, o mi madre, llamando a Steven para que pusiera las toallas en la secadora, o para saber como estaba.
Me quedé afuera, tomando el sol y leyendo revistas con la sudadera da Cam en mi ragazo como si fuera un animal de peluche. Mantuve las ventanas abiertas, sabia que asi escucharía el teléfono sonar.
Me unté filtro solar, y luego dos capas de bronceador. No sabia cuales eran las enfermedades por el sol, pero mas valia prevenir que lamentar. Vertí un poco de Kool-Aid de cereza en una botella de agua, puse la radio, tenia mis lentes de sol, y las revistas. Los lentes eran un par que Susannah me había comprado años atrás. Susannah amaba comprarme regalos. Cuando ella iba de compras, siempre regresaba a casa con regalos. Cosas pequeñas, como este par de lentes de corazones rojos, ella dijo que tenía que tenerlos. Sabía exactamente lo que me gustaba, cosas que yo ji siquiera pensaría querer comprar. Cosas como crema de lavanda para pies o una pijama de seda.
Mi madre y Susannah habían salido temprano esa mañana a unos de sus viajes a las galerías de Dyrestown, y Zayn, gracias a Dios, se había ido ya a trabajar.
Louis seguía durmiendo. La casa era mía.
La idea de escuchar música a muy alto volumen fue una divertida teoría. Aquí recostada, tomando el sol y bebiendo un refresco, durmiendo como un gato gordo. Pero luego pensé que estaba actuando como una persona tediosa o aburrida. Y caliente. Siempre prefería flotar en el océano, estar acostada bajo el sudor del sol. Decían que te bronceabas mas cuando estas mojada, de todas maneras.
Pero esta mañana no tenía otra opción. En caso de que Cam llamara, quiero decir. Así que me quedé allí, sudando y tostándome como un trozo de pollo en una parrilla. Estaba aburrida, pero era necesario.
Justo después de las diez, el teléfono sonó. Di un salto y corrí hacia la cocina -¿Hola? –dije sin aliento
-Hola, Cami. Soy el Sr. Fisher.
-Oh, hola, Sr. Fisher –dije, traté de no sonar demasiada decepcionada.
Se aclaró la garganta –Así que, ¿Cómo te va allá?
-Bastante bien. Susannah no está en casa, sin embargo. Ella y mamá fueron a Dyerstown a visitar algunas galerías.
-Ya veo… ¿Cómo están los chicos?
-Bien… -nunca sabía que decirle al Sr. Fisher-. Zayn fue a trabajar y Louis aún duerme. ¿Quiere que lo despierte?
-No, no, esta bien.
Hubo una larga pausa, y me apresurpe a pensar en algo que decir.
-¿Vendrá este fin de semana? – pregunté.
-No, no este fin de semana –dijo. Su voz sonó verdaderamente distante-. Llamaré mas tarde. Diviértete, Cami.
Colgué el teléfono. El Sr. Fisher no vendría a Cousins aún. Él solía venir a Cousins el fin de semana después del cuatro de julio, porque era fácil apartarse del trabajo al pasar los días festivos. Cuando él llegaba, preparaba barbacoa para un largo fin de semana, y vestía un delantal “El mejor Chef”. Me pregunte si Susannah se pondría triste porque no viniera, o si los chicos les importarían.
Caminé hacia mi silla, dándole la espalda al sol. Estaba medio adormilada en mi silla cuando desperté porque Louis vertía el Kool-Aid en mi estómago.
-Quitate –dije enojada, sentándome. Estaba sedienta de mi extra dulce Kool-Aid (siempre lo hacía con doble azúcar) y me sentía deshidratada y sudorosa.
Él rió y se sentó a lo largo de mi silla -¿Esto es lo que harás todo el día?
-Sí –dije, limpiando mi estomago y luego limpiando mi mano en sus shorts.
-No seas aburrida. Ven a hacer algo conmigo –ordenó-. No tengo que trabajar hasta noche.
-Estoy trabajando en mi bronceado –Le dije.
-Ya estas bastante bronceada.
-¿Me dejarás conducir?
Dudó –Bien –dijo-. Pero tienes que bañarte primero. No quiero que mojes mis asientos de aceite.
Me levanté, tirando de mi cabello grasoso en una coleta alta –Iré ahora mismo. Solo espera –dije.
Louis me esperó en el auto, con la música a todo volumen. Él se sentó en el asiento del pasajero -¿A dónde vamos? –pregunté, entrando en el lado del conductor. Me sentía mucho mejor-. ¿Tennessee? ¿Nuevo México? Tenemos que ir lejos para que pueda practicar.
Cerró sus ojos y echó su cabeza hacia atrás –Sólo daremos una vuelta a la manzana.
-sí señor –dije, apagando la música y abriendo por completo las cuatro ventanas. Era mucho mejor manejar con las ventanas bajas. Sentía como si realmente fuera a algún lugar.
Él continuó dándome instrucciones, y luego nos dirigimos haca dentro de la cuidad -¿Hablas en serio?
-Tienes que practicar un poco como manejarlo –dijo, sonriendo como un loco.
Esperamos en una línea de autos, y cuando llego nuestro turno, un chico en un auto azul me grito algo. Dije - ¿Me dejarías conducir tu auto?
Me guiño un ojo y dijo –Eres tan bonita, te dejaría manejar mi auto.
Pude sentir mi rubor, pero me gustó. El chico era mayor que yo, pero de verdad me ponía atención, fue algo increíble. Lo había visto el verano anterior, y no me había mirado ni una vez.
Cuando el auto estuvo a mi lado, Louis murmuró –Maldito holgazán. Necesita conseguirse un trabajo de verda.
-¿Cómo un verdadero trabajo de salvavidas? –respondí.
Louis frunció el ceño –Solo conduce.
Cada vez que mi auto regresaba alrededor de la pista, el chico me saludaba. La tercera ve que lo hizo, le regrese el saludo.
Estuvimos alrededor de la calles un montón de veces, hasta que llegó el momento en que Louis iría a trabajar.
-Creo que es suficiente conducción por hoy –dijo Louis, frotándose el cuello-. Vamos a casa.
No discutí con él. Manejé a casa rápidamente, y lo estacioné en la acera y él se dirigió al trabajo. Di un paso dentro de la casa sintiéndome cansada y bronceada. Y también satisfecha.
-Alguien llamado Cam te llamó –dijo mamá. Estaba sentada en la mesa de la cocina, leyendo el periódico con sus lentes de armazón grueso para leer. No levanto la mirada.
-¿Lo hizo? –pregunté, cubriendo mi sonrisa con la palma de mi mano-. Bueno, ¿Dejó su número?.
-No –dijo-. Deijo que llamaría otra vez.
-¿Por qué no se lo pediste? –dije, y odie la decepción en mi voz, pero cuando se trataba de mi madre, era como si no pudiera evitarlo.
Fue entonces cuando me miró, perpleja –No lo sé. Él no lo ofreció. ¿Quién es el de todos modos?
-Olvidalo –Le dije, caminando hacia el refrigerador por un poco de limonada.
-como quieras –dijo mi madre, regresando hacia su papel.
Ella no insistió al respecto. Nunca lo hacía. Ella al menos pudo haber conseguido su numero. Si Susannah hubiera esta aquí abajo en vez de ella, habría cantado una canción y me habría bromas hasta que le dijera todo. Lo cual haría, con mucho gusto.
-El Sr. Fisher llamó esta mañana –dije.
Mi madre levantó la mirada otra vez -¿Qué dijo?
-No mucho. Sólo que no podría venir este fin de semana.
Ella frunció sus labios, pero no dijo nada.
-¿Dónde está Susannah? –pregunté-. ¿Está en su hatición?
-sí, pero no se siente bien. Está tomando una siesta –dijo mi madre. En otras palabras, no vayas y la molestes.
-¿Qué está mal con ella?
-Tiene un resfriado de verano –dijo mamá automáticamente.
Mi madre era una terrible mentirosa. Susannah había estado pasando mucho tiempo en su habitación, y había una tristeza en ella que no había estado allí antes.
Sabía que algo estaba pasando. Sólo que no estaba completamente segura de qué.
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