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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
¿Quién quiere capítulo? ACÁ VIENE LA ACCIÓN (? Pero me van a tener que esperar un poquitín, porque lo tengo que editar y además este va a ser laaargo.
NotesOfLove~
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
Siiii creo que lucí y yo estamos que nos jalamos los pelos de la emoción para ver que pasa jajajaja ok nosotras esperamos y que mejor que sea largó :)
Blue sky
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
JAJAJAJJA si alep1Dforever no sé como te llamas ._.
Oye, una pregunta ¿te puedes pasar por mi novela? es nueva y no sé :/ por fis c: link.
Oye, una pregunta ¿te puedes pasar por mi novela? es nueva y no sé :/ por fis c: link.
Luci.
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
Capítulo VI.
He.
El último día había transcurrido después de una tarde poco convencional, y algo extraña. Hacía años que no me divertía tanto como lo hacía con María, y lo bueno era que no necesariamente tenía que ser en una salida especial, puesto que al volver del centro comercial al que habíamos ido a tomar unos cafés, la noche continuó con cinco películas románticas, entre las cuales estaba ‘A tres metros sobre el cielo’ la cual era mi película favorita y la mejor que había visto jamás.
Después de ser lo suficientemente estúpidas como para no pensar en que al día siguiente tendríamos que empezar las clases, la noche había concurrido con normalidad hasta que a plena madrugada habíamos recordado ese insignificante detalle.
Automáticamente nos recostamos y ella se durmió al instante, pero yo no pude. Había sido demasiado en poco tiempo y mi madre, mi hermana y mi padre no paraban de llamarme cada día para ver si algo nuevo se había presentado en cuanto a mi hermano, cosa que hacía sospechar a María de alguna forma.
No me había resignado, no aún. A pesar de tener escaso conocimiento sobre él, sobre sus gustos, su rutina y cosas como esas, estaba totalmente segura de que lo encontraría de la forma que fuese. Es más, me había apostado mentalmente a que lo haría.
Después de aquella horripilante y algo perturbadora madrugada que había pasado a base de café, desperté a mi compañera y le dejé como veinte minutos para que escogiera su conjunto, mientras yo me bañaba.
Una vez fuera de la tina, me puse la ropa interior y me cambié por unos jeans y una camisa suelta. Pero después de que María me diera un sermón acerca del primer día en la universidad y de las ‘buenas impresiones’ me tiró un vestido que había sacado de su armario y unos zapatos a conjunto. Intenté oponerme, pero ella ya había desaparecido entre el vapor que salía del cuarto de baño.
Suspiré y gruñí por lo bajo, para después sentarme en la cama y observar el vestido.
Azul oscuro. Suspiré.
Ay, como solía gustarme ese color.
Solía gustarme, pero ahora lo detestaba con todo mí ser. Y nadie más que él era el causante.
Y a pesar de pensar en él lo menos posible, de sonreír y tratar de ser fuerte, aún con el nudo en la garganta, todo se trataba de él.
Pero ¿Quién era él para mí? O mejor dicho, ¿Quién era yo para él? ¿Quién había sido yo para él? ¿Había, alguna vez, significado algo?
Cerré los ojos con fuerza y me percaté de la hora en cuanto el despertador comenzó a sonar. Marcaba las ocho treinta, lo que significaba que tenía tan solo media hora para prepararme y tratar de desayunar algo digno.
Me puse el vestido de inmediato y observé los tacones. Dorados.
Ah, pero este color sí lo odiaba. Es más, lo había aborrecido gran parte de mi vida. Pero no se lo debía a nadie, o al menos eso creía.
Eran bastante extravagantes para un simple día de universidad, lo que -para mí- era muy parecido a un día en la secundaria. Nada superficial.
Me tomé el atrevimiento de fijarme bajo la suela, tan solo para comprobar lo que ya creía cierto. Y así era, allí estaba. Gucci, marca más reconocida a nivel mundial.
Mi amiga resultaba ser, nada menos que una compradora compulsiva. Genial.
Me resigné y me los calcé con el único afán de parecer un poco más alta, sin quitar el hecho de que no quería otro sermón de media hora por parte de María.
Cepillé mi cabello y lo dejé suelto, provocando que las ondas en él se formaran y después saqué del armario el frasco del perfume que mi madre me había regalado para mi cumpleaños número diecinueve.
Me había sorprendido a plena madrugada, irrumpiendo en mi habitación con una cajita pequeña y colorida que sostenía entre sus manos. ‘Red door’ se leía con claridad y ahí supe cuán especial era. Sí, claro. Era un perfume importado, uno de los que toda persona en el mundo del dinero comenta.
A pesar de que la sorpresa más grande para mí había sido la visita de mis padres, también me habían conseguido un pasaje para unas cortas vacaciones por el Caribe. Y sí quieren saber cómo me fue, solo les diré con gusto podría irme a vivir allí.
Mi madre me había dicho que aquel perfume era un regalo especial y que solo tenía derecho a usarlo en ocasiones excepcionalmente especiales.
Pero no lo había usado nunca, puesto que en mi aburrida y normal vida, nunca nada especial se presentaba. Al menos, no lo suficiente como para utilizarlo.
Pero ¿Qué más daba? No iba a desperdiciar uno de los mejores regalos que había obtenido, en su empaque por el resto de mis días. ¿Y qué mejor que estrenarlo haciendo lo que me gusta, en el lugar que me gusta?
Abrí el pico y al instante el olor me embriagó. Ni siquiera tenía idea de a qué olía, pero ahora sabía que era simplemente mágico.
Y me remontó a las épocas en las que era más pequeña, y no sabía bien de quién se trataba, pero estaba mucho más que segura de que alguien cercano a mí utilizaba este perfume con frecuencia.
La voz de María pidiéndome que le alcanzara una toalla me sacó de mi ensimismamiento y me asustó de tal forma, que tuve que sostener el frasco rojo entre mis manos antes de que cayera al suelo y se hiciera trizas.
Suspiré aliviada y lo guarde nuevamente en el armario.
Después de entregarle la toalla a María y que ella saliera ya cambiada e increíblemente destellante, salimos rápidamente y cada una partió para un edificio diferente.
Había cuatro edificios con miles de salones en ellos, pero entre los papeles que nos había dado la recepcionista amargada durante la semana pasada, estaba el edificio y el número de salón correspondiente a cada una.
Y ahora que lo pienso, me sorprende que María no haya hecho ningún tipo de comentario acerca de la recepcionista, que resultaba ser aún más amargada que la enfermera que se hacía llamar ‘Maylené’.
Apenas entré al edificio que me tocaba, divisé el aula cuatro y sin más, entré entusiasmada.
El salón estaba casi vacío, puesto que aún no tocaba la campana de clases, pero algunas personas y hasta Nick estaban ahí.
–Hola, Nick. –Me acerqué a él y toqué su hombro, haciéndolo sobresaltar. Reí silenciosamente al ver como fruncía el ceño y colocaba su mano en su pecho, respirando dificultosamente.
– ¡Louise! ¡Por Dios, si me has dado un susto de muerte! –Exageró. Elevé mi ceja derecha, mirándolo divertida, hasta que relajó el rostro y me sonrió. Se bajó del banco en el que estaba sentado anteriormente y me abrazó por unos minutos que se me hicieron eternos, embriagada por el olor que impregnaba sus prendas. – ¿Cómo estás? ¿Nerviosa?
–Un poco. –Admití. –Hace mucho que no estudio, bueno, sé que esto es diferente y toda la cosa, pero… A quién engaño, ¡Si estoy nerviosa! –Solté con exasperación e instantáneamente oí su melodiosa risa, calmándome los nervios y haciéndome sentir como si estuviera flotando.
–Tranquilízate, esto es muy diferente a la secundaria. Y mira, si te hace sentir mejor, puedes sentarte conmigo. –Señaló la silla del acompañante vacía con un ademán y me senté de inmediato. El copió mi acción y me sonrió.
–Sí, me hace sentir mejor. Gracias. –Le sonreí sincera y me concentré en la entrada del salón en el momento en el que el timbre sonó y se llenó de estudiantes. –Suerte. –Le susurré.
–Suerte. –Dijo de igual manera.
El profesor ingresó al salón, interrumpiendo cualquier hilo de conversación entre los estudiantes que socializaban entre ellos y todos se sentaron sin decir ni una palabra más.
Tenía aspecto de haber pasado una mala noche, como imaginé que también yo lo tenía.
Podía notarlo en las ojeras que portaba bajo sus ojos cafés, en los que veía rastros de cafeína. Su rostro pálido y su cabello blanco, y revuelto. Tenía mejillas regordetas, increíblemente le hacían parecer de mayor edad a la que -suponía- que tenía.
A pesar de aquellas cosas, parecía amable, servicial y hasta un poco simpático.
Dejó el maletín negro sobre el escritorio y se sentó detrás de él, procurando comenzar con la clase. Bostezó.
–Buenos días, clase. –Saludó. –Mi nombre es Geoff Payne, pero ustedes se ven obligados a llamarme ‘señor Payne’. –Se levantó y divagó un poco en silencio por el salón, para finalizar y sentarse sobre su escritorio. –Sí ustedes están aquí es porque sus solicitudes fueron aceptadas y porque, por lo visto, tienen mucho para dar. Ahora quiero que se concentren en mi clase y si tienen algún tipo de dudas sobre el tema que vamos a tratar, no duden en consultármela. ¿Está claro? –Asentimos sincronizadamente y el también lo hizo. –Muy bien… Comencemos entonces. –Hizo un silencio dramático y sonrió por vez primera, de una forma muy agradable y que me transmitió confianza.
Pero antes de poder prestarle más atención a la clase, alguien en un descuido del profesor me lanzó un papel.
Miré a ambos lados y una morena que estaba sentada unas filas a la derecha me sonrió.
Pestañeé varias veces y devolví mi vista al bollito de papel que yacía sobre la mesa. Lo abrí con discreción y leí el contenido, que estaba escrito en letras increíblemente prolija y con plumón rosado.
‘Hola, ¿Cómo te llamas? ¿No te han dicho ya que eres igualita a Zayn Malik? Porque sí lo eres.
Lucía.’
Fruncí el ceño y le dirigí una última mirada.
***
Me colgué el bolso al hombro y después de dirigirle una última sonrisa a Nick, me dirigí a la entrada con pasos lentos. Pero una voz a mis espaldas me sobresaltó, haciéndome pegar un pequeño salto. Apreté la mandíbula y me di vuelta con una ceja en alto.
Era la morena, la de la carta.
–Lo siento, enserio no era mi intención asustarte. –Soltó de repente, hablando con más rapidez de lo normal. –Me presentaré. Soy Lucía. –Estiró su mano hacia mí.
–Ya, ya me lo habías dicho. –Susurré. –Yo soy Louise. –Tomé su mano y la sacudí.
–Y… ¿Enserio nunca te han dicho que te pareces?
–Eh… ¿Estás insinuando que parezco un hombre? –Rió.
–No, no. Claro que no, no. –Negó repetidas veces y con una energía desbordante, haciéndome reír. Observé sus ojos, marrones, cafés. Oh, siempre había querido ojos oscuros. –Pero eres cómo él en versión femenina.
–La verdad, me lo dicen mucho. –Mentí. Pero a pesar de que no era cierto, era su gemela, por lo que daba igual si mentía o no. –Tú… ¿Eres su fan o algo como eso?
–Claro que sí, ¿Cómo no amarlos? –Suspiró como boba enamorada y se sentó en un banco en medio del campus, deteniendo mi caminata también. Me senté a su lado y le sonreí. – ¿Y sabes cuál es la mejor parte?
– ¿Cuál?
– ¡Nuestro profesor se llama Geoff Payne! ¡Lo que significa únicamente que es el padre de Liam! – ¿Y quién es Liam? Fruncí el ceño.
–Perdona mi ignorancia, ¿Quién es Liam?
–Uno de la banda. – ¡Bingo! Eso era todo lo que necesitaba saber. Pero ahora… ¿Cómo haría para acercarme al hijo del profesor?
Después de ser lo suficientemente estúpidas como para no pensar en que al día siguiente tendríamos que empezar las clases, la noche había concurrido con normalidad hasta que a plena madrugada habíamos recordado ese insignificante detalle.
Automáticamente nos recostamos y ella se durmió al instante, pero yo no pude. Había sido demasiado en poco tiempo y mi madre, mi hermana y mi padre no paraban de llamarme cada día para ver si algo nuevo se había presentado en cuanto a mi hermano, cosa que hacía sospechar a María de alguna forma.
No me había resignado, no aún. A pesar de tener escaso conocimiento sobre él, sobre sus gustos, su rutina y cosas como esas, estaba totalmente segura de que lo encontraría de la forma que fuese. Es más, me había apostado mentalmente a que lo haría.
Después de aquella horripilante y algo perturbadora madrugada que había pasado a base de café, desperté a mi compañera y le dejé como veinte minutos para que escogiera su conjunto, mientras yo me bañaba.
Una vez fuera de la tina, me puse la ropa interior y me cambié por unos jeans y una camisa suelta. Pero después de que María me diera un sermón acerca del primer día en la universidad y de las ‘buenas impresiones’ me tiró un vestido que había sacado de su armario y unos zapatos a conjunto. Intenté oponerme, pero ella ya había desaparecido entre el vapor que salía del cuarto de baño.
Suspiré y gruñí por lo bajo, para después sentarme en la cama y observar el vestido.
Azul oscuro. Suspiré.
Ay, como solía gustarme ese color.
Solía gustarme, pero ahora lo detestaba con todo mí ser. Y nadie más que él era el causante.
Y a pesar de pensar en él lo menos posible, de sonreír y tratar de ser fuerte, aún con el nudo en la garganta, todo se trataba de él.
Pero ¿Quién era él para mí? O mejor dicho, ¿Quién era yo para él? ¿Quién había sido yo para él? ¿Había, alguna vez, significado algo?
Cerré los ojos con fuerza y me percaté de la hora en cuanto el despertador comenzó a sonar. Marcaba las ocho treinta, lo que significaba que tenía tan solo media hora para prepararme y tratar de desayunar algo digno.
Me puse el vestido de inmediato y observé los tacones. Dorados.
Ah, pero este color sí lo odiaba. Es más, lo había aborrecido gran parte de mi vida. Pero no se lo debía a nadie, o al menos eso creía.
Eran bastante extravagantes para un simple día de universidad, lo que -para mí- era muy parecido a un día en la secundaria. Nada superficial.
Me tomé el atrevimiento de fijarme bajo la suela, tan solo para comprobar lo que ya creía cierto. Y así era, allí estaba. Gucci, marca más reconocida a nivel mundial.
Mi amiga resultaba ser, nada menos que una compradora compulsiva. Genial.
Me resigné y me los calcé con el único afán de parecer un poco más alta, sin quitar el hecho de que no quería otro sermón de media hora por parte de María.
Cepillé mi cabello y lo dejé suelto, provocando que las ondas en él se formaran y después saqué del armario el frasco del perfume que mi madre me había regalado para mi cumpleaños número diecinueve.
Me había sorprendido a plena madrugada, irrumpiendo en mi habitación con una cajita pequeña y colorida que sostenía entre sus manos. ‘Red door’ se leía con claridad y ahí supe cuán especial era. Sí, claro. Era un perfume importado, uno de los que toda persona en el mundo del dinero comenta.
A pesar de que la sorpresa más grande para mí había sido la visita de mis padres, también me habían conseguido un pasaje para unas cortas vacaciones por el Caribe. Y sí quieren saber cómo me fue, solo les diré con gusto podría irme a vivir allí.
Mi madre me había dicho que aquel perfume era un regalo especial y que solo tenía derecho a usarlo en ocasiones excepcionalmente especiales.
Pero no lo había usado nunca, puesto que en mi aburrida y normal vida, nunca nada especial se presentaba. Al menos, no lo suficiente como para utilizarlo.
Pero ¿Qué más daba? No iba a desperdiciar uno de los mejores regalos que había obtenido, en su empaque por el resto de mis días. ¿Y qué mejor que estrenarlo haciendo lo que me gusta, en el lugar que me gusta?
Abrí el pico y al instante el olor me embriagó. Ni siquiera tenía idea de a qué olía, pero ahora sabía que era simplemente mágico.
Y me remontó a las épocas en las que era más pequeña, y no sabía bien de quién se trataba, pero estaba mucho más que segura de que alguien cercano a mí utilizaba este perfume con frecuencia.
La voz de María pidiéndome que le alcanzara una toalla me sacó de mi ensimismamiento y me asustó de tal forma, que tuve que sostener el frasco rojo entre mis manos antes de que cayera al suelo y se hiciera trizas.
Suspiré aliviada y lo guarde nuevamente en el armario.
Después de entregarle la toalla a María y que ella saliera ya cambiada e increíblemente destellante, salimos rápidamente y cada una partió para un edificio diferente.
Había cuatro edificios con miles de salones en ellos, pero entre los papeles que nos había dado la recepcionista amargada durante la semana pasada, estaba el edificio y el número de salón correspondiente a cada una.
Y ahora que lo pienso, me sorprende que María no haya hecho ningún tipo de comentario acerca de la recepcionista, que resultaba ser aún más amargada que la enfermera que se hacía llamar ‘Maylené’.
Apenas entré al edificio que me tocaba, divisé el aula cuatro y sin más, entré entusiasmada.
El salón estaba casi vacío, puesto que aún no tocaba la campana de clases, pero algunas personas y hasta Nick estaban ahí.
–Hola, Nick. –Me acerqué a él y toqué su hombro, haciéndolo sobresaltar. Reí silenciosamente al ver como fruncía el ceño y colocaba su mano en su pecho, respirando dificultosamente.
– ¡Louise! ¡Por Dios, si me has dado un susto de muerte! –Exageró. Elevé mi ceja derecha, mirándolo divertida, hasta que relajó el rostro y me sonrió. Se bajó del banco en el que estaba sentado anteriormente y me abrazó por unos minutos que se me hicieron eternos, embriagada por el olor que impregnaba sus prendas. – ¿Cómo estás? ¿Nerviosa?
–Un poco. –Admití. –Hace mucho que no estudio, bueno, sé que esto es diferente y toda la cosa, pero… A quién engaño, ¡Si estoy nerviosa! –Solté con exasperación e instantáneamente oí su melodiosa risa, calmándome los nervios y haciéndome sentir como si estuviera flotando.
–Tranquilízate, esto es muy diferente a la secundaria. Y mira, si te hace sentir mejor, puedes sentarte conmigo. –Señaló la silla del acompañante vacía con un ademán y me senté de inmediato. El copió mi acción y me sonrió.
–Sí, me hace sentir mejor. Gracias. –Le sonreí sincera y me concentré en la entrada del salón en el momento en el que el timbre sonó y se llenó de estudiantes. –Suerte. –Le susurré.
–Suerte. –Dijo de igual manera.
El profesor ingresó al salón, interrumpiendo cualquier hilo de conversación entre los estudiantes que socializaban entre ellos y todos se sentaron sin decir ni una palabra más.
Tenía aspecto de haber pasado una mala noche, como imaginé que también yo lo tenía.
Podía notarlo en las ojeras que portaba bajo sus ojos cafés, en los que veía rastros de cafeína. Su rostro pálido y su cabello blanco, y revuelto. Tenía mejillas regordetas, increíblemente le hacían parecer de mayor edad a la que -suponía- que tenía.
A pesar de aquellas cosas, parecía amable, servicial y hasta un poco simpático.
Dejó el maletín negro sobre el escritorio y se sentó detrás de él, procurando comenzar con la clase. Bostezó.
–Buenos días, clase. –Saludó. –Mi nombre es Geoff Payne, pero ustedes se ven obligados a llamarme ‘señor Payne’. –Se levantó y divagó un poco en silencio por el salón, para finalizar y sentarse sobre su escritorio. –Sí ustedes están aquí es porque sus solicitudes fueron aceptadas y porque, por lo visto, tienen mucho para dar. Ahora quiero que se concentren en mi clase y si tienen algún tipo de dudas sobre el tema que vamos a tratar, no duden en consultármela. ¿Está claro? –Asentimos sincronizadamente y el también lo hizo. –Muy bien… Comencemos entonces. –Hizo un silencio dramático y sonrió por vez primera, de una forma muy agradable y que me transmitió confianza.
Pero antes de poder prestarle más atención a la clase, alguien en un descuido del profesor me lanzó un papel.
Miré a ambos lados y una morena que estaba sentada unas filas a la derecha me sonrió.
Pestañeé varias veces y devolví mi vista al bollito de papel que yacía sobre la mesa. Lo abrí con discreción y leí el contenido, que estaba escrito en letras increíblemente prolija y con plumón rosado.
‘Hola, ¿Cómo te llamas? ¿No te han dicho ya que eres igualita a Zayn Malik? Porque sí lo eres.
Lucía.’
Fruncí el ceño y le dirigí una última mirada.
***
Me colgué el bolso al hombro y después de dirigirle una última sonrisa a Nick, me dirigí a la entrada con pasos lentos. Pero una voz a mis espaldas me sobresaltó, haciéndome pegar un pequeño salto. Apreté la mandíbula y me di vuelta con una ceja en alto.
Era la morena, la de la carta.
–Lo siento, enserio no era mi intención asustarte. –Soltó de repente, hablando con más rapidez de lo normal. –Me presentaré. Soy Lucía. –Estiró su mano hacia mí.
–Ya, ya me lo habías dicho. –Susurré. –Yo soy Louise. –Tomé su mano y la sacudí.
–Y… ¿Enserio nunca te han dicho que te pareces?
–Eh… ¿Estás insinuando que parezco un hombre? –Rió.
–No, no. Claro que no, no. –Negó repetidas veces y con una energía desbordante, haciéndome reír. Observé sus ojos, marrones, cafés. Oh, siempre había querido ojos oscuros. –Pero eres cómo él en versión femenina.
–La verdad, me lo dicen mucho. –Mentí. Pero a pesar de que no era cierto, era su gemela, por lo que daba igual si mentía o no. –Tú… ¿Eres su fan o algo como eso?
–Claro que sí, ¿Cómo no amarlos? –Suspiró como boba enamorada y se sentó en un banco en medio del campus, deteniendo mi caminata también. Me senté a su lado y le sonreí. – ¿Y sabes cuál es la mejor parte?
– ¿Cuál?
– ¡Nuestro profesor se llama Geoff Payne! ¡Lo que significa únicamente que es el padre de Liam! – ¿Y quién es Liam? Fruncí el ceño.
–Perdona mi ignorancia, ¿Quién es Liam?
–Uno de la banda. – ¡Bingo! Eso era todo lo que necesitaba saber. Pero ahora… ¿Cómo haría para acercarme al hijo del profesor?
***
Buenas noches, gente! Hubo algunos cambios.
Primero que todo, perdón por no haber subido ayer, enserio.
Y segundo, El capítulo de hoy tiene nombre, porque a partir de este capítulo la cosa va a cambiar un poco. No quiero adelantarles mucho, pero quiero que sepan eso solamente. Y por otro lado, les dejo la intriga. ¿Quién es ÉL?
Buenas noches, gente! Hubo algunos cambios.
Primero que todo, perdón por no haber subido ayer, enserio.
Y segundo, El capítulo de hoy tiene nombre, porque a partir de este capítulo la cosa va a cambiar un poco. No quiero adelantarles mucho, pero quiero que sepan eso solamente. Y por otro lado, les dejo la intriga. ¿Quién es ÉL?
NotesOfLove~
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
Ya subí, linda. Ojalá te guste.Luci. escribió:¡Hola!
¿cuando la vas a seguir?
NotesOfLove~
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
Ya la seguí! Ojalá te guste.alep1Dforever escribió:Soy nueva pero ya estoy ansiosa por el siguiente CAP
Cuando la sigues?
NotesOfLove~
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
AYUDENME A CONSEGUIR LECTORES LEE Y COMENTA MI NOVELA https://onlywn.activoforo.com/t30820-nhsace-nunca-habia-sentido-algo-como-esto-parte-1-one-direction?highlight=NHSACE :hug:
Kim Irwin Hemmings
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
Owww rayita tiene una oportunidad para volver a verlo :) estoy feliz!! Jejé bueno me encanto y no te preocupes nosotras esperamos
Besos
Besos
Blue sky
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
¡Hola! Me alegro de que te haya gustado :) Gracias por la paciencia. aksja, besos!alep1Dforever escribió:Owww rayita tiene una oportunidad para volver a verlo :) estoy feliz!! Jejé bueno me encanto y no te preocupes nosotras esperamos
Besos
NotesOfLove~
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
akjfasd ¡SALÍ YO! *baile de 5 segundos* WOHO! estoy enamorada de mis chicos, ah *suspira* ajkdask ok ya, mucho idiotez.
Me encanto el capitulo, ¿quién es él? aksda la intriga me mata, síguela pronto.
¿te pasas por mi novela? LINK. por fis c:
Síguela.
Te quiero.
-Luci xxo.
Me encanto el capitulo, ¿quién es él? aksda la intriga me mata, síguela pronto.
¿te pasas por mi novela? LINK. por fis c:
Síguela.
Te quiero.
-Luci xxo.
Luci.
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
¡SALISTE TÚ! YEY. Ya tendrás más protagonismo, lo prometo. Me alegro de que te haya gustado. ¿Quién es él? Les juro que cuando se enteren van a sorprenderse muuucho.Luci. escribió:akjfasd ¡SALÍ YO! *baile de 5 segundos* WOHO! estoy enamorada de mis chicos, ah *suspira* ajkdask ok ya, mucho idiotez.
Me encanto el capitulo, ¿quién es él? aksda la intriga me mata, síguela pronto.
¿te pasas por mi novela? LINK. por fis c:
Síguela.
Te quiero.
-Luci xxo.
Sí, ahora me hago un ratito y me paso por tu nove.
Hoy la sigo.
También te quiero! Gracias por leer, lovely! x
NotesOfLove~
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
NotesOfLove~ escribió:¡SALISTE TÚ! YEY. Ya tendrás más protagonismo, lo prometo. Me alegro de que te haya gustado. ¿Quién es él? Les juro que cuando se enteren van a sorprenderse muuucho.Luci. escribió:akjfasd ¡SALÍ YO! *baile de 5 segundos* WOHO! estoy enamorada de mis chicos, ah *suspira* ajkdask ok ya, mucho idiotez.
Me encanto el capitulo, ¿quién es él? aksda la intriga me mata, síguela pronto.
¿te pasas por mi novela? LINK. por fis c:
Síguela.
Te quiero.
-Luci xxo.
Sí, ahora me hago un ratito y me paso por tu nove.
Hoy la sigo.
También te quiero! Gracias por leer, lovely! x
Sip, akjsdas woho! *inserte voz de los chicos de BTR* no re preocupes, con tal de estar ahí y que sigas tu novela es genial :)
Mas vale que no me de un infarto, sino muero y no podría seguir leyendo :c
¡Yay! te agradecería mucho <3
Lots of love! <3
Luci.
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
Hola, chicas. Perdón si no contesto algún mensaje, vine a hacer un aviso rápido. No estoy segura de poder subir hoy, porque unas visitas cayeron de improvisto en mi casa y es importante que esté abajo, atendiéndolos y cenando con ellos. Haré todo lo posible para subir, ojalá pueda. Enserio, mil perdones y ojalá lo sepan entender.
PDs: Si es muy tarde cuando ellos se vayan, no creo poder subirles porque tengo que editarlo y eso, y las teclas de la notebook hacen ruido y de noche se escuchan y si me encuentran despierta a esa hora me matan.
Besos, y enserio perdónenme!
PDs: Si es muy tarde cuando ellos se vayan, no creo poder subirles porque tengo que editarlo y eso, y las teclas de la notebook hacen ruido y de noche se escuchan y si me encuentran despierta a esa hora me matan.
Besos, y enserio perdónenme!
NotesOfLove~
Re: Thirteen Reasons Why Smile -Harry y Louise Malik.
Vale cielo, no te preocupes, espero el capitulo <3
Luci.
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