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Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
hay pobre Simon!!!!!!!! :lloro:
Nicik esta celoso de el!!
siguela!!!!!
Nicik esta celoso de el!!
siguela!!!!!
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Karli Jonas escribió:hahahahaha OMJ muero de risa con lo que
Le ha pasado a Simón pobrecito pero ahhh
Muero de risa hahahahaha
Plis siguelaaaaa ya quiero saber la reacción de la
Rayis cuando se entere que Valentín es su papa
Plis siguelaaaaaaaaa
xD Espera a ver lo que pasa! ;)
Ya la sigo! :D
X
Ya la sigo! :D
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:JAJAJAJJAJAJAJAJA SE PAS NIIICCKKK!!!!!.. PERO ESTA CELOSO DE SIMON!!! POR COMO LO SOSTIENE ____!!!!
JEJEJEJEJ Y BUENO AHORA SABEMOS UNA PARTE DE POR QUE LO HIZO SU MA!!!!!...
AAAII PON OOTROOOO
Lo sé, ese Nicho es cosa seria! :fiu:
Si celoso & todo lo que se le parezca! ;)
Ya la sigo! :D
X
Si celoso & todo lo que se le parezca! ;)
Ya la sigo! :D
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:hay pobre Simon!!!!!!!! :lloro:
Nicik esta celoso de el!!
siguela!!!!!
Oh ya se, pobresito de Simón & espera a ver que más le pasa! :$
Ya la sigo! ;)
X
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• EL RECUERDO DE ALGO BLANCO - CAPITULO 13 (PARTE 2) •
-Trae a Magnus –ordenó tajante-. Tenemos que hacer que Simon regrese.
-No nos precipitemos. –Nicholas sonreía de oreja a oreja en aquel momento, el muy burro, mientras alargaba una mano hacia Simon como si quisiera hacerle mimos-. Está mono así. Mira su varicilla rosa.
Simon le mostró unos largos dientes amarillentos e hizo un amago de morderle. Nicholas retiró apresuradamente la mano.
-Izzy, ve en busca de nuestro magnífico anfitrión.
-¿Por qué yo? –Isabelle adoptó una expresión petulante.
-Porque es culpa tuya que el mundano sea una rata, idiota –replicó él, y ______(tn) se sorprendió al darse cuenta de que raramente ninguno de ellos, aparte de Isabelle, pronunciaba el nombre de Simon-. Y no podemos dejarle aquí.
-Estarías encantado de dejarle aquí si no fuera por ella –replicó Isabelle, consiguiendo inyectar la palabra con el veneno suficiente para matar a un elefante.
La muchacha se alejó muy ofendida, con la falda bamboleándose alrededor de las caderas.
-No puedo creer que te dejara beber esa bebida azul –dijo ______(tn) a la rata que era Simon-. Ahora mira lo que has conseguido por ser tan tonto.
Simon lanzó unos chillidos irritados. ______(tn) oyó que alguien reía por lo bajo y al alzar la mirada se encontró con Magnus, que se inclinaba sobre ella. Isabelle estaba detrás de él, con expresión furiosa.
-Rattus norvegicus –dijo Magnus, mirando con atención a Simon-. Una rata común marrón, nada exótico.
-No me importa qué clase de rata sea –replicó ______(tn) enfadada-. Lo quiero de vuelta a su forma.
Magnus se rascó la cabeza pensativo, esparciendo purpurina.
-No tiene sentido hacerlo –repuso.
-Eso es lo que yo dije. –Nicholas pareció complacido.
-¿NO TIENE SENTIDO? –chilló ______(tn), tan fuerte que Simon ocultó la cabeza bajo su pulgar-. ¿CÓMO PUEDES DECIR QUE NO TIENE SENTIDO HACERLO?
-Porque volverá a ser él por si mismo en unas pocas horas –respondió Magnus-. El efecto de los cócteles es temporal. No tiene sentido elaborar un hechizo de transformación; simplemente lo traumatizaría. Demasiada magia resulta dura para los mundanos, sus sistemas no están acostumbrados a ella.
-Dudo también de que sus sistema esté acostumbrado a ser una rata –indicó ______(tn)-. Eres un brujo, ¿no puedes simplemente invertir el hechizo?
Magnus lo meditó.
-No –dijo.
-¿Quieres decir que no quieres hacerlo?
-No gratis, cariño, y tú no puedes pagar mis honorarios.
-No puedo llevarme a una rata a casa en el metro, tampoco –repuso ella, quejumbrosa-. Se me caerá, o uno de los de seguridad del metro me arrestará por llevar animales dañinos en el sistema de transporte. –Simon chirrió su fastidio-. No es que tú seas un animal dañino, desde luego.
A una chica que había estado gritando junto a la puerta se le unieron entonces otras seis o siete. El sonido de las voces enojadas se alzó por encima del zumbido de la fiesta y los sones de la música. Magnus puso los ojos en blanco.
-Perdonadme –dijo, retrocediendo al interior de la multitud, que se cerró tras él al instante.
Isabelle, balanceándose sobre sus sandalias, profirió un explosivo suspiro.
-Pues sí que nos ha ayudado.
-Sabes –dijo Alec-, siempre podrías meter a la rata en tu mochila.
______(tn) le miró con dureza, pero no encontró nada de malo en la idea, ya que ella no tenía ningún bolsillo donde poder meterla. La ropa de Isabelle no permitía bolsillos; era demasiado ajustada. A ______(tn) le sorprendía que Isabelle pudiera caber en ella.
Quitándose la mochila de la espalda, encontró un escondite para la pequeña rata marrón que antes había sido Simon, entre el suéter enrollado y el cuaderno de bocetos. El roedor se enroscó encima del billetero, con una expresión llena de reproche.
-Lo siento –dijo ella, afligida.
-No te preocupes –indicó Nicholas-. Es un misterio para mí por qué los mundanos insisten siempre en hacerse responsables de cosas que no son su culpa. Tú no obligaste a ese idiota a beberse el cóctel.
-De no ser por mí, él ni siquiera habría estado aquí –repuso ______(tn) con voz débil.
-No te hagas ilusiones. Ha venido por Isabelle.
Enojada, ______(tn) cerró de un tirón la parte superior de la bolsa y se puso en pie.
-Salgamos de aquí. Estoy harta de este lugar.
El apretado corrillo de gente que gritaba junto a la puerta resultó ser más vampiros, fácilmente reconocibles por la palidez de su tez y la intensa negrura de sus cabellos. “Se lo deben de teñir”, pensó ______(tn), no era posible que todos fueran morenos naturales, y además, algunos tenían las cejas rubias.
Se quejaban a voz en grito por sus motocicletas estropeadas y el hecho de que algunos de sus amigos estuvieran ausentes y no se les encontrara.
-Probablemente estén borrachos y desvanecidos en alguna parte –dijo Magnus, agitando los largos dedos blancos en actitud aburrida-. Ya sabéis el modo en que todos vosotros acostumbráis a convertiros en murciélagos y en montones de polvo cuando os habéis tomado demasiados bloodys marys.
-Mezclan su vodka con sangre auténtica –explicó Nicholas al oído de ______(tn).
La presión de su aliento le produjo un escalofrío.
-Sí, ya lo he entendido, gracias.
-No podemos ir por ahí recogiendo cada montón de polvo del lugar por si acaso resulta que por la mañana es Gregor –dijo una chica con un mohín en la boca y unas cejas pintadas.
-Gregor estará perfectamente. Yo raras veces barro –la tranquilizó Magnus-. No me importa enviar a cualquier rezagado de vuelta al hotel mañana… en un coche con los cristales pintados de negro, desde luego.
-Pero ¿qué pasa con nuestras motos? –preguntó un muchacho delgado, cuyas raíces aparecían por debajo de su teñido de poca calidad; un pendiente de oro en forma de estaca colgaba de su lóbulo izquierdo-. Nos llevará horas arreglarlas.
-Tenéis hasta el amanecer –respondió Magnus, que empezaba a perder los nervios-. Sugiero que os pongáis a ello. –Alzó la voz-. ¡Muy bien, SE ACABÓ! ¡La fiesta ha terminado! ¡Todo el mundo fuera! –Agitó las manos derramando una lluvia de purpurina.
Con un único y sonoro tañido, la banda dejó de tocar. Un zumbido de sonoras quejas se alzó entre los asistentes a la fiesta, pero se movieron obedientemente hacia la puerta.
Ninguno de ellos se detuvo para dar las gracias a Magnus por la fiesta.
-Vamos. –Nicholas empujó a ______(tn) en dirección a la salida.
La multitud era compacta, y ella sostuvo la mochila al frente, rodeándola protectora con las manos. Alguien chocó con fuerza contra su hombro, y ella lanzó un chillido y se hizo a un lado, alejándose de Nicholas. Una mano rozó la mochila. Alzó los ojos y vio al vampiro del pendiente con la estaca, que le sonreía de oreja a oreja.
-Hola, bonita –dijo-. ¿Qué hay en la bolsa?
-Agua bendita –respondió Nicholas, reapareciendo junto a ella como si lo hubiesen invocado igual que a un genio.
Un genio rubio y sarcástico con mala baba.
-Aaah, un cazador de sombras –exclamó el vampiro-. ¡Qué miedo!
Guiñando un ojo, se fundió de nuevo entre la multitud.
-Los vampiros son tan prima donna .suspiró Magnus desde el umbral-. Francamente, no sé por qué doy estas fiestas.
-Por tu gato –le recordó ______(tn).
Magnus se animó.
-Es cierto. Presidente Miau se merece todos mis esfuerzos. –Le dirigió una mirada a ella y al apretado grupo de cazadores de sombras, que iba justo detrás de ______(tn)-. ¿Os vais ya?
Nicholas asintió.
-No queremos abusar de tu hospitalidad.
-¿Qué hospitalidad? –inquirió el brujo-. Diría que ha sido un placer conoceros, pero no es cierto. Aunque no es que no seáis todos absolutamente encantadores, y en cuanto a ti… -Dedicó un reluciente guiño a Alec, que se mostró estupefacto-. ¿Me llamarás? Alec se ruborizó, tartamudeó y probablemente se habría quedado allí parado toda la noche si Nicholas no le hubiese agarrado por el codo y arrastrado hacia la puerta, con Isabelle pegada a sus talones. ______(tn) estaba a punto de ir detrás cuando sintió un leve golpecito en el brazo; era Magnus.
-Tengo un mensaje para ti –dijo-. De tu madre.
______(tn) se sorprendió tanto que casi dejó caer la mochila.
-¿De mi madre? ¿Quieres decir que te pidió que me dijeras algo?
-No exactamente –respondió él.
Sus ojos felinos, hendidos por las pupilas verticales como fisuras en una pared de un verde dorado, estaban serios por una vez.
-Pero la conocí en un modo en el que tú no la conociste. Hizo lo que hizo para mantenerte fuera de un mundo que odiaba. Toda su existencia, la huida, el ocultarse…, las mentiras, como tu las llamaste…, tenían la intención de mantenerte a salvo. No desperdicies sus sacrificios arriesgando tu vida. Ella no lo querría.
-¿No querría que la salvase?
-No si significaba ponerte a ti en peligro.
-Pero soy la única persona a la que le importa lo que le suceda…
-No –dijo Magnus-. No lo eres.
______(tn) pestañeó.
-No comprendo. Hay…, Magnus, si sabes algo…
Él la interrumpió con brutal precisión.
-Y una última cosa. –Sus ojos se desviaron veloces hacia la puerta, a través de la cual habían desaparecido Nicholas, Alec e Isabelle-. Ten en cuenta que cuando tu madre huyó del Mundo de las Sombras, no era de los monstruos de quienes se ocultaba. Ni de los brujos, los hombres lobo, los seres fantásticos, ni siquiera de los mismos demonios. Era de ellos. Era de los cazadores de sombras.
La estaban esperando fuera del almacén. Nicholas, con las manos en los bolsillos, estaba apoyado contra la barandilla de la escalera y observaba cómo los vampiros daban cautelosas vueltas alrededor de sus estropeadas motos, maldiciendo y lanzando palabrotas. Su rostro mostraba una tenue sonrisa. Alec e Isabelle estaban algo más allá. Isabelle se secaba los ojos, y ______(tn) sintió una oleada de rabia irracional; Isabelle apenas conocía a Simon. Aquello no era sus desastre. ______(tn) era quién tenía derecho a montar un número, no la cazadora de sombras.
Nicholas se separó de la barandilla cuando ______(tn) emergió, y empezó a andar a su lado, sin hablar.
Parecía absorto en sus pensamientos. Isabelle y Alec, que avanzaban a buen paso por delante, daban la impresión de estar discutiendo entre ellos. ______(tn) aceleró un poco el paso, estirando el cuello para oírles mejor.
-No es tu culpa –decía Alec.
El muchacho sonaba cansado, como si ya hubiera pasado por aquella clase de cosa con su hermana antes. ______(tn) se preguntó cuántos novios había convertido ella en ratas accidentalmente.
-Pero eso debería enseñarte a no ir a tantas fiestas del Submundo –añadió-. No valen la pena.
Isabelle sorbió sonoramente.
-Si le hubiese sucedido algo, no… no sé qué habría hecho.
-Probablemente lo que fuera que hacías antes –repuso Alec en tono aburrido-. Tampoco es que le conocieras tan bien.
-Eso no significa que no…
-¿Qué? ¿Qué le amas? –Alec se mofó, alzando la voz-. Tienes que conocer a alguien para amarle.
-Pero eso no es todo. –Isabelle sonaba casi triste-. ¿No te divertiste en la fiesta, Alec?
-No.
-Pensé que podría gustarte Magnus. Es simpático, ¿verdad?
-¿Simpático? –Alec la miró como si estuviera loca-. Los gatitos son simpáticos. Los brujos son… -Vaciló-. No –finalizó, sin convicción.
-Pensé que podríais congeniar. –El maquillaje de ojos de Isabelle centelleó tan brillante como las lágrimas cuando echó una rápida mirada a su hermano-. Que os haríais amigos.
-Tengo amigos –afirmó Alec, y miró por encima del hombro, casi como si no pudiera evitarlo, a Nicholas.
Pero Nicholas, con la dorada cabeza gacha, inmerso en sus pensamientos, no se dio cuenta.
Siguiendo un impulso, ______(tn) alargó la mano para abrir la mochila y echar una ojeada a su interior… y frunció el entrecejo. La bolsa estaba abierta. Rememoró rápidamente la fiesta: había levantado la mochila, cerrado la cremallera. Estaba segura de ello. Abrió de un tirón la bolsa, con el corazón latiendo violentamente.
Recordó la vez que le habían robado el billetero en el metro. Recordó haber abierto el bolso y no haberlo visto en su interior, haber sentido la boca seca por la sorpresa: “¿Se me ha caído? ¿Lo he perdido?”. Y haber comprendido: “Ha desaparecido”. Aquello era parecido, sólo que mil veces peor. Con la boca seca como un hueso, ______(tn) toqueteó el interior de la mochila, apartando ropa y cuaderno de bocetos, llenándose las uñas de mugre. Nada.
Había dejado de andar. Nicholas permanecía inmóvil justo delante de ella, con expresión impaciente. Alec e Isabelle estaban ya una manzana más allá.
-¿Qué sucede? –preguntó Nicholas, y ella se dio cuenta de que estaba a punto de añadir algo sarcástico; pero sin duda advirtió la expresión de su rostro, porque no lo hizo-. ¿______(tn)?
-Se ha ido –musitó ella-. Simon. Estaba en mi mochila…
-¿Ha trepado fuera?
No era una pregunta tonta, pero ______(tn), agotada y aterrorizada, reaccionó de un modo poco razonable.
-¡Desde luego que no! –le chilló-. ¿Es que crees que quiere acabar aplastado bajo el coche de alguien, asesinado por un gato…?
-______(tn)…
-¡Cállate! –le gritó, blandiendo la mochila contra él-. Tú fuiste quien dijo que no nos molestáramos en devolverle su aspecto…
Nicholas atrapó la mochila hábilmente cuando ella la balanceó. Quitándosela de la mano, la examinó.
-La cremallera está rota –dijo-. Por fuera. Alguien ha desgarrado la bolsa.
Sacudiendo la cabeza como atontada, ______(tn) sólo pudo musitar.
-Yo no…
-Lo sé.
La voz del muchacho era dulce.
-¡Alec! ¡Isabelle! ¡Adelantaos! Os alcanzaremos. –Gritó haciendo bocina con las manos.
Las dos figuras, ya muy por delante, se detuvieron; Alec vaciló, pero su hermana lo agarró del brazo y lo arrastró con firmeza hacia la entrada del metro. Algo presionó contra la espalda de ______(tn): era la mano de Nicholas, que la hizo girar con suavidad. Ella le dejó que la condujera hacia delante, dando traspiés en las grietas de la acera, hasta que volvieron a estar en la entrada del edificio de Magnus. El hedor a alcohol rancio y el olor dulzón y extraño que ______(tn) había acabado por asociar con los subterráneos inundaba el diminuto espacio. Retirando la mano de la mochila de la joven, Nicholas oprimió el timbre que había sobre el nombre de Magnus.
-Nicholas –dijo ella.
El bajó los ojos para mirarla.
-¿Qué?
______(tn) buscó las palabras.
-¿Crees que está bien?
-¿Simon?
El joven vaciló, y ella pensó en las palabras de Isabelle: “No le hagas una pregunta a menos que sepas que puedes soportar la respuesta”. En lugar de decir nada, él volvió a presionar el timbre, con más fuerza esta vez.
En esta ocasión, Magnus respondió, su voz retumbando a través de la diminuta entrada.
-¿Quién osa molestar mi descanso?
Nicholas pareció casi nervioso.
-Nicholas Wayland. ¿Recuerdas? Soy de la Clave.
-Ah, sí. –Magnus pareció haberse animado-. ¿Eres el de los ojos azules?
-Se refiere a Alec –dijo ______(tn) amablemente.
-No. Mis ojos se acostumbran a describir como dorados –indicó Nicholas al intercomunicador-. Y luminosos.
-Ah, eres ése. –Magnus pareció decepcionado; de no haber estado tan trastornada, ______(tn) habría lanzado una carcajada-. Supongo que será mejor que subas.
El brujo abrió la puerta vestido con un kimono de seda estampado con dragones, un turbante dorado y una expresión de irritación apenas contenida.
-Estaba durmiendo –dijo con altivez.
Nicholas pareció a punto de ir a decir algo desagradable, posiblemente respecto al turbante, así que ______(tn) le interrumpió.
-Lamentamos molestarte, pero…
Algo pequeño y blanco sacó el morro desde detrás de los tobillos del brujo. Tenía unas rayas grises en zigzag y orejas rosadas terminadas en unos mechones de pelo que le daban más el aspecto de un ratón grande que el de un gato pequeño.
-¿Presidente Miau? –adivinó ______(tn).
Magnus asintió.
-Ha regresado.
Nicholas contempló al pequeño gato atigrado con cierto desdén.
-Eso no es un gato –observó-. Tiene el tamaño de un hámster.
-Voy a olvidar muy amablemente lo que has dicho –indicó Magnus, usando el pie para empujar a Presidente Miau detrás de él-. Ahora, exactamente ¿a qué habéis venido aquí?
______(tn) alargó la mochila rota.
-Es Simon. Ha desaparecido.
-Ah –exclamó Magnus, con delicadeza-, ¿le ha desaparecido qué, exactamente?
-Desaparecido –repitió Nicholas-, se ha ido, ausente, no está presente, desvanecido.
-Quizá ha ido a esconderse en alguna parte –sugirió Magnus-. No puede resultar fácil acostumbrarse a ser una rata, en especial para alguien tan estúpido para empezar.
-Simon no es estúpido –protestó ______(tn) airadamente.
-Es cierto –coincidió Nicholas-. Simplemente parece estúpido. En realidad tiene una inteligencia más bien normal. –Su tono era ligero, pero sus hombros estaban tensos cuando se volvió hacia Magnus-. Cuando nos íbamos, uno de tus invitados pasó rozando a ______(tn). Creo que le desgarró la mochila y cogió a la rata. A Simon, quiero decir.
-¿Y? –inquirió Magnus, mirándole.
-Y necesito averiguar quién era –concluyó Nicholas sin apartar la vista-. Imagino que lo sabes. Eres el Gran Brujo de Brooklyn. Yo diría que no suceden demasiadas cosas en tu apartamento de las que no estés enterado.
Magnus se inspeccionó una reluciente uña.
-No te equivocas.
-Por favor, dínoslo –rogó la chica.
La mano de Nicholas se cerró con fuerza sobre la muñeca de ______(tn). Sabía que él quería que permaneciera callada, pero eso era imposible.
-Por favor.
Magnus dejó caer la mano con un suspiró.
-Está bien. Vi a uno de los vampiros de la guarida de la zona residencial marchar con una rata marrón en las manos. Francamente, imaginé que era unos de los suyos. A veces los Hijos de la Noche se convierten en ratas o murciélagos cuando se emborrachan.
Las manos de ______(tn) temblaban.
-¿Pero ahora crees que era Simon?
-Es sólo una suposición, pero parece probable.
Hay una cosa más. –Nicholas hablaba con bastante calma, pero estaba alerta ahora, igual que lo había estado en el apartamento antes de que encontraran al repudiado-. ¿Dónde está su guarida?
-¿Su qué?
-La guarida de los vampiros. Ahí es a donde fueron, ¿verdad?
-Eso diría yo. –Magnus daba la impresión de desear estar en cualquier parte menos allí.
-Necesito que me digas dónde está.
Magnus sacudió negativamente la cabeza cubierta con el turbante.
-No voy a ponerme a malas con los Hijos de la Noche por un mundano que ni siquiera conozco.
-Espera –interrumpió ______(tn)-. ¿Para qué querrían a Simon? Pensaba que no se les permitía hacer daño a la gente…
-¿Sabes lo que creo? –repuso Magnus, sin querer cruel-. Dieron por supuesto que era una rata domesticada y pensaron que sería divertido matar la mascota de un cazador de sombras. No les gustáis mucho, digan lo que digan los Acuerdos… y no hay nada en la
Alianza sobre no matar animales.
-¿Van a matarle? –inquirió ______(tn), mirándole fijamente.
-No necesariamente –se apresuró a decir él-. Podrían haber pensado que era uno de los suyos.
-En cuyo caso, ¿qué le sucederá? –quiso saber ella.
-Bueno, cuando recupere la forma humana, le matarán igualmente. Pero podríais tener unas cuantas horas más.
-Entonces tienes que ayudarnos –dijo ______(tn) al brujo-. De lo contrario Simon morirá.
Magnus la miró de arriba abajo con una especie de simpatía aséptica.
-Todos mueren, querida –repuso-. Será mejor que te acostumbres a ello.
Empezó a cerrar la puerta. Nicholas introdujo un pie, para impedírselo. Magnus suspiró.
-¿Ahora qué?
-Todavía no nos has dicho dónde esta la guarida –insistió el joven.
-No voy a hacerlo. Os dije que…
Fue ______(tn) quien le interrumpió, abriéndose paso frente a Nicholas.
-Me revolviste el Orebro –dijo-. Me arrebataste mis recuerdos. ¿No puedes hacer esta única cosa por mí?
Magnus entrecerró sus brillantes ojos felinos. En algún lugar a lo lejos, Presidente Miau chillaba. Lentamente, el brujo bajó la cabeza y se la golpeó una vez, no con demasiada suavidad, contra la pared.
-El viejo hotel Dumort –dijo-. En la zona residencial.
-Sé dónde está. –Nicholas parecía complacido.
-Necesitamos llegar allí inmediatamente. ¿Tienes un Portal? –inquirió ______(tn), dirigiéndose a Magnus.
-No. –Pareció molesto-. Los Portales son bastante difíciles de construir y representan un gran riesgo para su propietario. Cosas desagradables pueden pasar por ellos si no están protegidos correctamente. Los únicos que conozco en Nueva York son el que está en casa de Dorothea y el de Renwick, pero ambos están demasiado lejos para que merezca la pena molestarse en ir hasta allí, incluso aunque estuvierais seguros de que sus propietarios os dejarían usarlos, lo que probablemente no harían. ¿Entendido? Ahora marchad.
Magnus miró significativamente el pie de Nicholas, que seguía bloqueando la puerta. Nicholas no se movió.
-Una cosa más –dijo Nicholas-. ¿Hay algún sitio sagrado por aquí?
-Buena idea. Si vas a entrar en una guarida de vampiros tú solito, será mejor que reces antes.
-Necesitamos armas –repuso Nicholas, lacónico-. Más de las que llevamos con nosotros.
Magnus señaló con el dedo.
-Hay una iglesia católica bajando en la calle Diamond. ¿Servirá eso?
Nicholas asintió, retrocediendo.
-Eso…
La puerta se les cerró en la cara. ______(tn), jadeando, la siguió mirando fijamente hasta que Nicholas la cogió del brazo y la condujo escaleras abajo, de vuelta a la noche.
-No nos precipitemos. –Nicholas sonreía de oreja a oreja en aquel momento, el muy burro, mientras alargaba una mano hacia Simon como si quisiera hacerle mimos-. Está mono así. Mira su varicilla rosa.
Simon le mostró unos largos dientes amarillentos e hizo un amago de morderle. Nicholas retiró apresuradamente la mano.
-Izzy, ve en busca de nuestro magnífico anfitrión.
-¿Por qué yo? –Isabelle adoptó una expresión petulante.
-Porque es culpa tuya que el mundano sea una rata, idiota –replicó él, y ______(tn) se sorprendió al darse cuenta de que raramente ninguno de ellos, aparte de Isabelle, pronunciaba el nombre de Simon-. Y no podemos dejarle aquí.
-Estarías encantado de dejarle aquí si no fuera por ella –replicó Isabelle, consiguiendo inyectar la palabra con el veneno suficiente para matar a un elefante.
La muchacha se alejó muy ofendida, con la falda bamboleándose alrededor de las caderas.
-No puedo creer que te dejara beber esa bebida azul –dijo ______(tn) a la rata que era Simon-. Ahora mira lo que has conseguido por ser tan tonto.
Simon lanzó unos chillidos irritados. ______(tn) oyó que alguien reía por lo bajo y al alzar la mirada se encontró con Magnus, que se inclinaba sobre ella. Isabelle estaba detrás de él, con expresión furiosa.
-Rattus norvegicus –dijo Magnus, mirando con atención a Simon-. Una rata común marrón, nada exótico.
-No me importa qué clase de rata sea –replicó ______(tn) enfadada-. Lo quiero de vuelta a su forma.
Magnus se rascó la cabeza pensativo, esparciendo purpurina.
-No tiene sentido hacerlo –repuso.
-Eso es lo que yo dije. –Nicholas pareció complacido.
-¿NO TIENE SENTIDO? –chilló ______(tn), tan fuerte que Simon ocultó la cabeza bajo su pulgar-. ¿CÓMO PUEDES DECIR QUE NO TIENE SENTIDO HACERLO?
-Porque volverá a ser él por si mismo en unas pocas horas –respondió Magnus-. El efecto de los cócteles es temporal. No tiene sentido elaborar un hechizo de transformación; simplemente lo traumatizaría. Demasiada magia resulta dura para los mundanos, sus sistemas no están acostumbrados a ella.
-Dudo también de que sus sistema esté acostumbrado a ser una rata –indicó ______(tn)-. Eres un brujo, ¿no puedes simplemente invertir el hechizo?
Magnus lo meditó.
-No –dijo.
-¿Quieres decir que no quieres hacerlo?
-No gratis, cariño, y tú no puedes pagar mis honorarios.
-No puedo llevarme a una rata a casa en el metro, tampoco –repuso ella, quejumbrosa-. Se me caerá, o uno de los de seguridad del metro me arrestará por llevar animales dañinos en el sistema de transporte. –Simon chirrió su fastidio-. No es que tú seas un animal dañino, desde luego.
A una chica que había estado gritando junto a la puerta se le unieron entonces otras seis o siete. El sonido de las voces enojadas se alzó por encima del zumbido de la fiesta y los sones de la música. Magnus puso los ojos en blanco.
-Perdonadme –dijo, retrocediendo al interior de la multitud, que se cerró tras él al instante.
Isabelle, balanceándose sobre sus sandalias, profirió un explosivo suspiro.
-Pues sí que nos ha ayudado.
-Sabes –dijo Alec-, siempre podrías meter a la rata en tu mochila.
______(tn) le miró con dureza, pero no encontró nada de malo en la idea, ya que ella no tenía ningún bolsillo donde poder meterla. La ropa de Isabelle no permitía bolsillos; era demasiado ajustada. A ______(tn) le sorprendía que Isabelle pudiera caber en ella.
Quitándose la mochila de la espalda, encontró un escondite para la pequeña rata marrón que antes había sido Simon, entre el suéter enrollado y el cuaderno de bocetos. El roedor se enroscó encima del billetero, con una expresión llena de reproche.
-Lo siento –dijo ella, afligida.
-No te preocupes –indicó Nicholas-. Es un misterio para mí por qué los mundanos insisten siempre en hacerse responsables de cosas que no son su culpa. Tú no obligaste a ese idiota a beberse el cóctel.
-De no ser por mí, él ni siquiera habría estado aquí –repuso ______(tn) con voz débil.
-No te hagas ilusiones. Ha venido por Isabelle.
Enojada, ______(tn) cerró de un tirón la parte superior de la bolsa y se puso en pie.
-Salgamos de aquí. Estoy harta de este lugar.
El apretado corrillo de gente que gritaba junto a la puerta resultó ser más vampiros, fácilmente reconocibles por la palidez de su tez y la intensa negrura de sus cabellos. “Se lo deben de teñir”, pensó ______(tn), no era posible que todos fueran morenos naturales, y además, algunos tenían las cejas rubias.
Se quejaban a voz en grito por sus motocicletas estropeadas y el hecho de que algunos de sus amigos estuvieran ausentes y no se les encontrara.
-Probablemente estén borrachos y desvanecidos en alguna parte –dijo Magnus, agitando los largos dedos blancos en actitud aburrida-. Ya sabéis el modo en que todos vosotros acostumbráis a convertiros en murciélagos y en montones de polvo cuando os habéis tomado demasiados bloodys marys.
-Mezclan su vodka con sangre auténtica –explicó Nicholas al oído de ______(tn).
La presión de su aliento le produjo un escalofrío.
-Sí, ya lo he entendido, gracias.
-No podemos ir por ahí recogiendo cada montón de polvo del lugar por si acaso resulta que por la mañana es Gregor –dijo una chica con un mohín en la boca y unas cejas pintadas.
-Gregor estará perfectamente. Yo raras veces barro –la tranquilizó Magnus-. No me importa enviar a cualquier rezagado de vuelta al hotel mañana… en un coche con los cristales pintados de negro, desde luego.
-Pero ¿qué pasa con nuestras motos? –preguntó un muchacho delgado, cuyas raíces aparecían por debajo de su teñido de poca calidad; un pendiente de oro en forma de estaca colgaba de su lóbulo izquierdo-. Nos llevará horas arreglarlas.
-Tenéis hasta el amanecer –respondió Magnus, que empezaba a perder los nervios-. Sugiero que os pongáis a ello. –Alzó la voz-. ¡Muy bien, SE ACABÓ! ¡La fiesta ha terminado! ¡Todo el mundo fuera! –Agitó las manos derramando una lluvia de purpurina.
Con un único y sonoro tañido, la banda dejó de tocar. Un zumbido de sonoras quejas se alzó entre los asistentes a la fiesta, pero se movieron obedientemente hacia la puerta.
Ninguno de ellos se detuvo para dar las gracias a Magnus por la fiesta.
-Vamos. –Nicholas empujó a ______(tn) en dirección a la salida.
La multitud era compacta, y ella sostuvo la mochila al frente, rodeándola protectora con las manos. Alguien chocó con fuerza contra su hombro, y ella lanzó un chillido y se hizo a un lado, alejándose de Nicholas. Una mano rozó la mochila. Alzó los ojos y vio al vampiro del pendiente con la estaca, que le sonreía de oreja a oreja.
-Hola, bonita –dijo-. ¿Qué hay en la bolsa?
-Agua bendita –respondió Nicholas, reapareciendo junto a ella como si lo hubiesen invocado igual que a un genio.
Un genio rubio y sarcástico con mala baba.
-Aaah, un cazador de sombras –exclamó el vampiro-. ¡Qué miedo!
Guiñando un ojo, se fundió de nuevo entre la multitud.
-Los vampiros son tan prima donna .suspiró Magnus desde el umbral-. Francamente, no sé por qué doy estas fiestas.
-Por tu gato –le recordó ______(tn).
Magnus se animó.
-Es cierto. Presidente Miau se merece todos mis esfuerzos. –Le dirigió una mirada a ella y al apretado grupo de cazadores de sombras, que iba justo detrás de ______(tn)-. ¿Os vais ya?
Nicholas asintió.
-No queremos abusar de tu hospitalidad.
-¿Qué hospitalidad? –inquirió el brujo-. Diría que ha sido un placer conoceros, pero no es cierto. Aunque no es que no seáis todos absolutamente encantadores, y en cuanto a ti… -Dedicó un reluciente guiño a Alec, que se mostró estupefacto-. ¿Me llamarás? Alec se ruborizó, tartamudeó y probablemente se habría quedado allí parado toda la noche si Nicholas no le hubiese agarrado por el codo y arrastrado hacia la puerta, con Isabelle pegada a sus talones. ______(tn) estaba a punto de ir detrás cuando sintió un leve golpecito en el brazo; era Magnus.
-Tengo un mensaje para ti –dijo-. De tu madre.
______(tn) se sorprendió tanto que casi dejó caer la mochila.
-¿De mi madre? ¿Quieres decir que te pidió que me dijeras algo?
-No exactamente –respondió él.
Sus ojos felinos, hendidos por las pupilas verticales como fisuras en una pared de un verde dorado, estaban serios por una vez.
-Pero la conocí en un modo en el que tú no la conociste. Hizo lo que hizo para mantenerte fuera de un mundo que odiaba. Toda su existencia, la huida, el ocultarse…, las mentiras, como tu las llamaste…, tenían la intención de mantenerte a salvo. No desperdicies sus sacrificios arriesgando tu vida. Ella no lo querría.
-¿No querría que la salvase?
-No si significaba ponerte a ti en peligro.
-Pero soy la única persona a la que le importa lo que le suceda…
-No –dijo Magnus-. No lo eres.
______(tn) pestañeó.
-No comprendo. Hay…, Magnus, si sabes algo…
Él la interrumpió con brutal precisión.
-Y una última cosa. –Sus ojos se desviaron veloces hacia la puerta, a través de la cual habían desaparecido Nicholas, Alec e Isabelle-. Ten en cuenta que cuando tu madre huyó del Mundo de las Sombras, no era de los monstruos de quienes se ocultaba. Ni de los brujos, los hombres lobo, los seres fantásticos, ni siquiera de los mismos demonios. Era de ellos. Era de los cazadores de sombras.
*********************************
La estaban esperando fuera del almacén. Nicholas, con las manos en los bolsillos, estaba apoyado contra la barandilla de la escalera y observaba cómo los vampiros daban cautelosas vueltas alrededor de sus estropeadas motos, maldiciendo y lanzando palabrotas. Su rostro mostraba una tenue sonrisa. Alec e Isabelle estaban algo más allá. Isabelle se secaba los ojos, y ______(tn) sintió una oleada de rabia irracional; Isabelle apenas conocía a Simon. Aquello no era sus desastre. ______(tn) era quién tenía derecho a montar un número, no la cazadora de sombras.
Nicholas se separó de la barandilla cuando ______(tn) emergió, y empezó a andar a su lado, sin hablar.
Parecía absorto en sus pensamientos. Isabelle y Alec, que avanzaban a buen paso por delante, daban la impresión de estar discutiendo entre ellos. ______(tn) aceleró un poco el paso, estirando el cuello para oírles mejor.
-No es tu culpa –decía Alec.
El muchacho sonaba cansado, como si ya hubiera pasado por aquella clase de cosa con su hermana antes. ______(tn) se preguntó cuántos novios había convertido ella en ratas accidentalmente.
-Pero eso debería enseñarte a no ir a tantas fiestas del Submundo –añadió-. No valen la pena.
Isabelle sorbió sonoramente.
-Si le hubiese sucedido algo, no… no sé qué habría hecho.
-Probablemente lo que fuera que hacías antes –repuso Alec en tono aburrido-. Tampoco es que le conocieras tan bien.
-Eso no significa que no…
-¿Qué? ¿Qué le amas? –Alec se mofó, alzando la voz-. Tienes que conocer a alguien para amarle.
-Pero eso no es todo. –Isabelle sonaba casi triste-. ¿No te divertiste en la fiesta, Alec?
-No.
-Pensé que podría gustarte Magnus. Es simpático, ¿verdad?
-¿Simpático? –Alec la miró como si estuviera loca-. Los gatitos son simpáticos. Los brujos son… -Vaciló-. No –finalizó, sin convicción.
-Pensé que podríais congeniar. –El maquillaje de ojos de Isabelle centelleó tan brillante como las lágrimas cuando echó una rápida mirada a su hermano-. Que os haríais amigos.
-Tengo amigos –afirmó Alec, y miró por encima del hombro, casi como si no pudiera evitarlo, a Nicholas.
Pero Nicholas, con la dorada cabeza gacha, inmerso en sus pensamientos, no se dio cuenta.
Siguiendo un impulso, ______(tn) alargó la mano para abrir la mochila y echar una ojeada a su interior… y frunció el entrecejo. La bolsa estaba abierta. Rememoró rápidamente la fiesta: había levantado la mochila, cerrado la cremallera. Estaba segura de ello. Abrió de un tirón la bolsa, con el corazón latiendo violentamente.
Recordó la vez que le habían robado el billetero en el metro. Recordó haber abierto el bolso y no haberlo visto en su interior, haber sentido la boca seca por la sorpresa: “¿Se me ha caído? ¿Lo he perdido?”. Y haber comprendido: “Ha desaparecido”. Aquello era parecido, sólo que mil veces peor. Con la boca seca como un hueso, ______(tn) toqueteó el interior de la mochila, apartando ropa y cuaderno de bocetos, llenándose las uñas de mugre. Nada.
Había dejado de andar. Nicholas permanecía inmóvil justo delante de ella, con expresión impaciente. Alec e Isabelle estaban ya una manzana más allá.
-¿Qué sucede? –preguntó Nicholas, y ella se dio cuenta de que estaba a punto de añadir algo sarcástico; pero sin duda advirtió la expresión de su rostro, porque no lo hizo-. ¿______(tn)?
-Se ha ido –musitó ella-. Simon. Estaba en mi mochila…
-¿Ha trepado fuera?
No era una pregunta tonta, pero ______(tn), agotada y aterrorizada, reaccionó de un modo poco razonable.
-¡Desde luego que no! –le chilló-. ¿Es que crees que quiere acabar aplastado bajo el coche de alguien, asesinado por un gato…?
-______(tn)…
-¡Cállate! –le gritó, blandiendo la mochila contra él-. Tú fuiste quien dijo que no nos molestáramos en devolverle su aspecto…
Nicholas atrapó la mochila hábilmente cuando ella la balanceó. Quitándosela de la mano, la examinó.
-La cremallera está rota –dijo-. Por fuera. Alguien ha desgarrado la bolsa.
Sacudiendo la cabeza como atontada, ______(tn) sólo pudo musitar.
-Yo no…
-Lo sé.
La voz del muchacho era dulce.
-¡Alec! ¡Isabelle! ¡Adelantaos! Os alcanzaremos. –Gritó haciendo bocina con las manos.
Las dos figuras, ya muy por delante, se detuvieron; Alec vaciló, pero su hermana lo agarró del brazo y lo arrastró con firmeza hacia la entrada del metro. Algo presionó contra la espalda de ______(tn): era la mano de Nicholas, que la hizo girar con suavidad. Ella le dejó que la condujera hacia delante, dando traspiés en las grietas de la acera, hasta que volvieron a estar en la entrada del edificio de Magnus. El hedor a alcohol rancio y el olor dulzón y extraño que ______(tn) había acabado por asociar con los subterráneos inundaba el diminuto espacio. Retirando la mano de la mochila de la joven, Nicholas oprimió el timbre que había sobre el nombre de Magnus.
-Nicholas –dijo ella.
El bajó los ojos para mirarla.
-¿Qué?
______(tn) buscó las palabras.
-¿Crees que está bien?
-¿Simon?
El joven vaciló, y ella pensó en las palabras de Isabelle: “No le hagas una pregunta a menos que sepas que puedes soportar la respuesta”. En lugar de decir nada, él volvió a presionar el timbre, con más fuerza esta vez.
En esta ocasión, Magnus respondió, su voz retumbando a través de la diminuta entrada.
-¿Quién osa molestar mi descanso?
Nicholas pareció casi nervioso.
-Nicholas Wayland. ¿Recuerdas? Soy de la Clave.
-Ah, sí. –Magnus pareció haberse animado-. ¿Eres el de los ojos azules?
-Se refiere a Alec –dijo ______(tn) amablemente.
-No. Mis ojos se acostumbran a describir como dorados –indicó Nicholas al intercomunicador-. Y luminosos.
-Ah, eres ése. –Magnus pareció decepcionado; de no haber estado tan trastornada, ______(tn) habría lanzado una carcajada-. Supongo que será mejor que subas.
El brujo abrió la puerta vestido con un kimono de seda estampado con dragones, un turbante dorado y una expresión de irritación apenas contenida.
-Estaba durmiendo –dijo con altivez.
Nicholas pareció a punto de ir a decir algo desagradable, posiblemente respecto al turbante, así que ______(tn) le interrumpió.
-Lamentamos molestarte, pero…
Algo pequeño y blanco sacó el morro desde detrás de los tobillos del brujo. Tenía unas rayas grises en zigzag y orejas rosadas terminadas en unos mechones de pelo que le daban más el aspecto de un ratón grande que el de un gato pequeño.
-¿Presidente Miau? –adivinó ______(tn).
Magnus asintió.
-Ha regresado.
Nicholas contempló al pequeño gato atigrado con cierto desdén.
-Eso no es un gato –observó-. Tiene el tamaño de un hámster.
-Voy a olvidar muy amablemente lo que has dicho –indicó Magnus, usando el pie para empujar a Presidente Miau detrás de él-. Ahora, exactamente ¿a qué habéis venido aquí?
______(tn) alargó la mochila rota.
-Es Simon. Ha desaparecido.
-Ah –exclamó Magnus, con delicadeza-, ¿le ha desaparecido qué, exactamente?
-Desaparecido –repitió Nicholas-, se ha ido, ausente, no está presente, desvanecido.
-Quizá ha ido a esconderse en alguna parte –sugirió Magnus-. No puede resultar fácil acostumbrarse a ser una rata, en especial para alguien tan estúpido para empezar.
-Simon no es estúpido –protestó ______(tn) airadamente.
-Es cierto –coincidió Nicholas-. Simplemente parece estúpido. En realidad tiene una inteligencia más bien normal. –Su tono era ligero, pero sus hombros estaban tensos cuando se volvió hacia Magnus-. Cuando nos íbamos, uno de tus invitados pasó rozando a ______(tn). Creo que le desgarró la mochila y cogió a la rata. A Simon, quiero decir.
-¿Y? –inquirió Magnus, mirándole.
-Y necesito averiguar quién era –concluyó Nicholas sin apartar la vista-. Imagino que lo sabes. Eres el Gran Brujo de Brooklyn. Yo diría que no suceden demasiadas cosas en tu apartamento de las que no estés enterado.
Magnus se inspeccionó una reluciente uña.
-No te equivocas.
-Por favor, dínoslo –rogó la chica.
La mano de Nicholas se cerró con fuerza sobre la muñeca de ______(tn). Sabía que él quería que permaneciera callada, pero eso era imposible.
-Por favor.
Magnus dejó caer la mano con un suspiró.
-Está bien. Vi a uno de los vampiros de la guarida de la zona residencial marchar con una rata marrón en las manos. Francamente, imaginé que era unos de los suyos. A veces los Hijos de la Noche se convierten en ratas o murciélagos cuando se emborrachan.
Las manos de ______(tn) temblaban.
-¿Pero ahora crees que era Simon?
-Es sólo una suposición, pero parece probable.
Hay una cosa más. –Nicholas hablaba con bastante calma, pero estaba alerta ahora, igual que lo había estado en el apartamento antes de que encontraran al repudiado-. ¿Dónde está su guarida?
-¿Su qué?
-La guarida de los vampiros. Ahí es a donde fueron, ¿verdad?
-Eso diría yo. –Magnus daba la impresión de desear estar en cualquier parte menos allí.
-Necesito que me digas dónde está.
Magnus sacudió negativamente la cabeza cubierta con el turbante.
-No voy a ponerme a malas con los Hijos de la Noche por un mundano que ni siquiera conozco.
-Espera –interrumpió ______(tn)-. ¿Para qué querrían a Simon? Pensaba que no se les permitía hacer daño a la gente…
-¿Sabes lo que creo? –repuso Magnus, sin querer cruel-. Dieron por supuesto que era una rata domesticada y pensaron que sería divertido matar la mascota de un cazador de sombras. No les gustáis mucho, digan lo que digan los Acuerdos… y no hay nada en la
Alianza sobre no matar animales.
-¿Van a matarle? –inquirió ______(tn), mirándole fijamente.
-No necesariamente –se apresuró a decir él-. Podrían haber pensado que era uno de los suyos.
-En cuyo caso, ¿qué le sucederá? –quiso saber ella.
-Bueno, cuando recupere la forma humana, le matarán igualmente. Pero podríais tener unas cuantas horas más.
-Entonces tienes que ayudarnos –dijo ______(tn) al brujo-. De lo contrario Simon morirá.
Magnus la miró de arriba abajo con una especie de simpatía aséptica.
-Todos mueren, querida –repuso-. Será mejor que te acostumbres a ello.
Empezó a cerrar la puerta. Nicholas introdujo un pie, para impedírselo. Magnus suspiró.
-¿Ahora qué?
-Todavía no nos has dicho dónde esta la guarida –insistió el joven.
-No voy a hacerlo. Os dije que…
Fue ______(tn) quien le interrumpió, abriéndose paso frente a Nicholas.
-Me revolviste el Orebro –dijo-. Me arrebataste mis recuerdos. ¿No puedes hacer esta única cosa por mí?
Magnus entrecerró sus brillantes ojos felinos. En algún lugar a lo lejos, Presidente Miau chillaba. Lentamente, el brujo bajó la cabeza y se la golpeó una vez, no con demasiada suavidad, contra la pared.
-El viejo hotel Dumort –dijo-. En la zona residencial.
-Sé dónde está. –Nicholas parecía complacido.
-Necesitamos llegar allí inmediatamente. ¿Tienes un Portal? –inquirió ______(tn), dirigiéndose a Magnus.
-No. –Pareció molesto-. Los Portales son bastante difíciles de construir y representan un gran riesgo para su propietario. Cosas desagradables pueden pasar por ellos si no están protegidos correctamente. Los únicos que conozco en Nueva York son el que está en casa de Dorothea y el de Renwick, pero ambos están demasiado lejos para que merezca la pena molestarse en ir hasta allí, incluso aunque estuvierais seguros de que sus propietarios os dejarían usarlos, lo que probablemente no harían. ¿Entendido? Ahora marchad.
Magnus miró significativamente el pie de Nicholas, que seguía bloqueando la puerta. Nicholas no se movió.
-Una cosa más –dijo Nicholas-. ¿Hay algún sitio sagrado por aquí?
-Buena idea. Si vas a entrar en una guarida de vampiros tú solito, será mejor que reces antes.
-Necesitamos armas –repuso Nicholas, lacónico-. Más de las que llevamos con nosotros.
Magnus señaló con el dedo.
-Hay una iglesia católica bajando en la calle Diamond. ¿Servirá eso?
Nicholas asintió, retrocediendo.
-Eso…
La puerta se les cerró en la cara. ______(tn), jadeando, la siguió mirando fijamente hasta que Nicholas la cogió del brazo y la condujo escaleras abajo, de vuelta a la noche.
Bueno les dejo un capitulo más! ;)
Espero que les guste! ^.^
NOTA: Pongan atención al siguiente capi, porque es clave! ;)
además lo que pasa en el siguiente capi, se menciona en los
siguientes libros! ;)
Las leo después!
:hug:
Lu wH!*
X
Espero que les guste! ^.^
NOTA: Pongan atención al siguiente capi, porque es clave! ;)
además lo que pasa en el siguiente capi, se menciona en los
siguientes libros! ;)
Las leo después!
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
woooooow asombroso el CAP
Y ahhh el wampirito se llevó a la rata Simón!!!
Hahaha plis siguelaaaaa
Y si pondré atención
Siguela ya!!!!
Y ahhh el wampirito se llevó a la rata Simón!!!
Hahaha plis siguelaaaaa
Y si pondré atención
Siguela ya!!!!
Karli Jonas
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
POBREEE DE SIIIMOOOONNNN!!!!!!!..
AAAIII ENTONCES DE QUIEN SE TINEN QUE ALEJAR ____???
AAAIII YA QUIERO LEEER EL OTRO CAAAPIISS
AAAIII ENTONCES DE QUIEN SE TINEN QUE ALEJAR ____???
AAAIII YA QUIERO LEEER EL OTRO CAAAPIISS
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Karli Jonas escribió:woooooow asombroso el CAP
Y ahhh el wampirito se llevó a la rata Simón!!!
Hahaha plis siguelaaaaa
Y si pondré atención
Siguela ya!!!!
;) JAJAJAJAJ si pobre de Simón & pensar que aún le
falta un largo camino por recorrer.....
Ya la sigo! :D
X
falta un largo camino por recorrer.....
Ya la sigo! :D
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:POBREEE DE SIIIMOOOONNNN!!!!!!!..
AAAIII ENTONCES DE QUIEN SE TINEN QUE ALEJAR ____???
AAAIII YA QUIERO LEEER EL OTRO CAAAPIISS
Ya pobre! u.u
Ya la sigo! ;)
X
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• EL HOTEL DUMORT - CAPITULO 14 (PARTE 1) •
Por la noche, la iglesia de la calle Diamond resultaba espectral, con sus ventanales góticos reflejando la luz de la luna como espejos plateados. Una reja de hierro forjado rodeaba el edificio y estaba pintada de un negro mate. ______(tn) sacudió la verja delantera, pero un sólido candado la mantenía bloqueada.
-Está cerrada con llave –dijo, echando una ojeada a Nicholas por encima del hombro.
Éste blandió su estela.
-Déjame a mí.
______(tn) le observó mientras trabajaba con el candado, observó la delgada curva de su espalda, el ondular de los músculos bajo las mangas cortas de su camiseta. La luz de la luna le eliminaba el color de los cabellos, volviéndolos más plateados que dorados.
El candado golpeó contra el suelo con un sonido metálico, convertido en un retorcido pedazo de metal. Nicholas pareció complacido consigo mismo.
-Como de costumbre –declaró-. Soy sorprendentemente bueno en eso.
______(tn) se sintió repentinamente enojada.
-Cuando la parte de autofelicitación de la noche haya concluido, ¿podríamos regresar a la tarea de salvar a mi amigo de ser desangrado hasta la muerte?
-Desangrado –repitió Nicholas, impresionado-. Ésa es una gran palabra.
-Y tú eres un gran…
-Chist, chist –la interrumpió él-. No se deben decir palabrotas en la iglesia.
-Aún no estamos en la iglesia –masculló ______(tn), siguiéndole por el sendero de piedra hasta las dobles puertas delanteras.
El arco de piedra sobre la entrada estaba bellamente esculpido, con un ángel mirando al suelo desde su punto más alto. Agujas sumamente afiladas se recortaban negras en el cielo nocturno, y ______(tn) comprendió que era la iglesia que ya había vislumbrado aquella noche desde el McCarren Park. Se mordió el labio.
-En cierto modo, no parece correcto forzar la cerradura de la puerta de una iglesia.
El perfil de Nicholas parecía sereno bajo la luz de la luna.
-No vamos a hacerlo –contestó, deslizando su estela al interior del bolsillo.
Posó una delgada mano morena, marcada toda ella con delicadas cicatrices blancas como un velo de encaje, sobre la madera de la puerta, justo por encima del pestillo.
-En el nombre de la Clave –recitó-, solicito entrada a este lugar sagrado. En el nombre de la Batalla Que Nunca Termina, solicito el uso de tus armas. Y en el nombre del ángel Raziel, solicito tu bendición en mi misión contra las tinieblas.
______(tn) le miró con asombro. Él no se movió, aunque el viento nocturno le arrojó los cabellos a los ojos; parpadeó, y justo cuando ella estaba a punto de hablar, la puerta se abrió con un chasquido y un crujido de goznes. Giró hacia dentro con suavidad ante ellos, dando paso a un lugar vacío y fresco, iluminado por puntos llameantes.
Nicholas dio un paso atrás.
-Después de ti.
Cuando ______(tn) pasó al interior, una oleada de aire fresco la envolvió, junto con el olor a piedra y a cera. Hileras de bancos de iglesia, tenuemente iluminados, se extendían en dirección al altar, y un montículo de velas brillaba como un lecho de chispas sobre la pared opuesta. Se dio cuenta de que, aparte del Instituto, que en realidad no contaba nunca antes había estado dentro de una iglesia. Había visto cuadros, y visto el interior de iglesias en películas y en programas anime, donde aparecían regularmente. Una escena en una de sus series anime favoritas tenía lugar en una iglesia con un monstruoso sacerdote vampiro. Se suponía que uno debía sentirse a salvo dentro de una iglesia, pero ella no se sentía así. Formas extrañas parecían erguirse ante ella surgiendo de la oscuridad. Se estremeció.
-Las paredes de piedra mantienen fuera el calor –explicó Nicholas al advertirlo.
-No es eso –replicó ella-. ¿Sabes que nunca he estado en una iglesia antes?
-Has estado en el Instituto.
-Quiero decir en una iglesia auténtica. Para asistir a misa. Esa clase de cosa.
-¿De veras? Bueno, esto es la nave, donde están los bancos. Es donde se sienta la gente durante la
misa. –Avanzaron, sus voces resonando en las paredes de piedra-. Aquí arriba está el ábside. Aquí es donde estábamos nosotros. Y esto es el altar, donde el sacerdote celebra la Eucaristía, siempre en el lado este de la iglesia.
Se arrodilló frente al altar, y ella pensó por un momento que rezaba. El altar era alto, construido en granito oscuro y adornado con una tela roja. Detrás de él, se alzaba una ornamentada talla dorada, grabada con figuras de santos y mártires, cada uno con un disco plano dorado tras la cabeza representando un halo.
-Nicholas –murmuró-, ¿qué estás haciendo?
Él había posado las manos sobre el suelo de piedra y las movía de un lado a otro con rapidez, como si buscara algo, removiendo el polvo con las yemas de los dedos.
-Buscar armas.
-¿Aquí?
-Se supone que están ocultas, por lo general alrededor del altar. Guardadas para nuestro uso en caso de emergencias.
-¿Y esto es alguna clase de trato que tenéis con la Iglesia católica?
-No específicamente. Los demonios llevan en la Tierra tanto tiempo como nosotros.
Están por todo el mundo, en sus distintas formas: demonios griegos, daevas persas, asuras hindúes, oni japoneses. La mayoría de creencias tienen algún método para incorporar tanto su existencia como la lucha contra ellos. Los cazadores de sombras no se adhieren a ninguna religión única, y por su parte todas las religiones nos ayudan en nuestra batalla. Podría haber ido igualmente en busca de ayuda a una sinagoga judía o a un templo sintoísta o… Ah. Aquí está.
Quito el polvo con la mano mientras ella se arrodillaba a su lado. Esculpida en una de las piedras octogonales situadas ante el altar, había una runa. ______(tn) la reconoció, casi con la misma facilidad que si estuviera leyendo la palabra en su idioma. Era la runa que significaba “nefilim”.
Nicholas sacó su estela y tocó la piedra con ella. Con un chirrido, ésta se movió hacia atrás, mostrando un compartimiento oscuro debajo. Dentro del compartimiento había una caja alargada de madera; Nicholas alzó la tapa y contempló con satisfacción los objetos pulcramente dispuestos en el interior.
-¿Qué es todo esto? –preguntó ______(tn).
-Viales de agua bendita, cuchillos bendecidos, hojas de acero y plata –explicó él, amontonando las armas sobre el suelo a su lado-. Cable de oro argentífero…, aunque no nos sirve de gran cosa en este momento, pero siempre es bueno tener una reserva…, balas de plata, amuletos de protección, crucifijos, estrellas de David.
-Jesús –exclamó ______(tn).
-Dudo que él cupiera aquí.
-Nicholas. –______(tn) estaba consternada.
-¿Qué?
-No sé, no parece que esté bien hacer chistes como ése en una iglesia.
-En realidad no soy creyente –explicó él, encogiéndose de hombros.
______(tn) le miró sorprendida.
-¿No?
Él negó con la cabeza. Le cayeron cabellos sobre el rostro, pero estaba examinando un vial de líquido transparente y no alzó la mano para echarlos atrás. Los dedos de ______(tn) se morían de ganas de hacerlo por él.
-¿Pensabas que yo era religioso? –preguntó él.
-Bueno… -Vaciló-. Si hay demonios, entonces debe de haber…
-Debe de haber ¿qué? –Nicholas se metió el vial en el bolsillo-. Ah –siguió-. Te refieres a que si hay esto
–señaló abajo, al suelo-, debe haber esto. –Señaló arriba, en dirección al techo.
-Es lo lógico. ¿No es cierto?
Nicholas bajó la mano y levantó un cuchillo, examinando la empuñadura.
-Te diré algo –comenzó-. He estado matando demonios durante un tercio de mi vida.
Debo de haber enviado a quinientos de ellos de vuelta a cualquiera que fuera la dimensión demoníaca desde la que reptaron. Y en todo ese tiempo…, en todo ese tiempo…, no he visto nunca un ángel. Jamás he oído hablar siquiera de nadie que lo haya visto.
-Pero fue un ángel quien creó a los cazadores de sombras para empezar –replicó ______(tn)-. Eso es lo que Hodge dijo.
-Es una historia bonita. –Nicholas la miró a través de unos ojos entrecerrados, como los de un gato-. Mi padre creía en Dios –dijo-. Yo no.
-¿En absoluto?
No estaba segura de por qué le pinchaba; ella jamás había pensado en si ella misma creía en Dios y en ángeles y en todo eso, y de habérsele preguntado, habría dicho que no. No obstante, había algo en Nicholas que la impulsaba a querer presionarle, a quebrar aquel caparazón de cinismo y hacerle confesar que creía en algo, que sentía algo, que le importaba alguna cosa.
-Deja que lo exponga de este modo –continuó él, deslizando un par de cuchillos en su cinturón.
La poca luz que se filtraba a través de los vitrales proyectaba cuadrados de colores sobre su rostro.
-Mi padre creía en un Dios justo. Deus volt, ése era su lema: “Porque Dios lo quiere”.
Era el lema de los cruzados, y partieron a la batalla y los masacraron, igual que a mi padre. Y cuando le vi allí, muerto en un charco de su propia sangre, supe entonces que yo no había dejado de creer en Dios. Simplemente había dejado de creer que a Dios le importáramos. Puede que haya un Dios, ______(tn), y puede que no lo haya, pero no creo que tenga importancia. En cualquier caso, estamos solos.
Eran los únicos pasajeros en el vagón del metro que se dirigía al distrito residencial. ______(tn) permaneció sentada sin hablar, pensando en Simon. De vez en cuando, Nicholas le dirigía una mirada, como si estuviera a punto de decir algo, antes de volver a sumirse en un desacostumbrado silencio.
Cuando salieron del metro, las calles estaban desiertas; el aire era pesado y con regusto a metal; las tiendas de vinos y licores, las lavanderías automáticas y los centros de cobro de cheques permanecían silenciosos tras sus persianas nocturnas de chapa de acero. Tras una hora de búsqueda finalmente localizaron el hotel, en una calle lateral que salía de la 116. Pasaron dos veces por delante, pensando que no era más que otro edificio de apartamentos abandonado, antes de que ______(tn) viera el letrero. Se había desprendido de un clavo y colgaba oculto tras un árbol achaparrado. HOTEL DUMONT debería haber puesto, pero alguien había pintado encima de la N y la había reemplazado por una R.
-Hotel Dumort –leyó Nicholas cuando ella se lo señaló-. Encantador.
______(tn) sólo había hecho dos años de francés, pero fueron suficiente para entender el chiste.
-Du mort –dijo-. De la muerte.
Nicholas asintió. Todo él se había puesto en alerta, como un gato que ve un ratón escurriéndose tras un sofá.
-Pero no puede ser el hotel –observó ______(tn)-. Las ventanas están tapadas con tablones, y la puerta tapiada… Ah –finalizó, captando su mirada-. De acuerdo. Vampiros. Pero ¿cómo entran?
-Vuelan –respondió Nicholas, e indicó los pisos superiores del edificio.
Estaba claro que, en otra época, había sido un hotel elegante y lujoso. La fachada de piedra estaba bellamente decorada con esculturas de arabescos y flores de lis, oscuras y erosionadas por años de exposición al aire contaminado y la lluvia ácida.
-Nosotros no volamos –se sintió impelida a indicar ella.
-No –estuvo de acuerdo él-. Nosotros no volamos. Forzaremos una entrada.
Empezó a cruzar la calle en dirección al hotel.
-Lo de volar suena más divertido –bromeó ______(tn), apresurando el paso para ponerse a su altura.
-Justo ahora todo suena más divertido.
La muchacha se preguntó si lo decía en serio. Había una excitación en él, una expectación ante la caza, que le hizo pensar que no se sentía tan desdichado como afirmaba. “Ha matado más demonios que nadie de su edad.” Uno no mata tantos demonios haciéndose el remolón en una pelea.
Se alzó un viento tórrido, que agitó las ramas del árbol achaparrado situado frente al hotel e hizo rodar la basura de las alcantarillas y la acera por el pavimento. La zona estaba curiosamente desierta; por lo general, en Manhattan, siempre había alguien en la calle, incluso a las cuatro de la mañana. Varias de las farolas que bordeaban la acera estaban apagadas, aunque la más próxima al hotel proyectaba un tenue resplandor amarillo sobre el agrietado camino que conducía hasta lo que, en el pasado, había sido la entrada principal.
-Mantente fuera de la luz –advirtió Nicholas, tirándole de la manga para acercarla a él-. Podrían estar vigilando desde las ventanas. Y no mires arriba –añadió, aunque ya era demasiado tarde.
______(tn) ya había echado un vistazo a las ventanas rotas de los pisos superiores. Por un momento
pensó que le había parecido ver un leve movimiento en una de las ventanas, un destello blanco, que podría haber sido un rostro o una mano apartando una gruesa colgadura…
-Vamos.
Nicholas la arrastró con él para que se fundiera con las sombras más próximas al hotel. ______(tn) sintió su desbocado nerviosismo en la columna vertebral, en el pulso de las muñecas, en el fuerte martilleo de la sangre en los oídos. El tenue zumbido de coches distantes parecía muy lejano; el único sonido era el crujir de sus botas sobre la acera repleta de basura desperdigada. Deseó poder andar sin hacer ruido, como un cazador de sombras.
Quizá algún día le pediría a Nicholas que le enseñara.
Doblaron sigilosamente la esquina del hotel y entraron en un callejón, que probablemente había sido una entrada de servicio para las entregas. Era estrecho y estaba lleno de basura: cajas mohosas de cartón; botellas de cristal vacías; plástico hecho trizas; cosas esparcidas que ______(tn) pensó en un principio que eran mondadientes, pero que de más de cerca parecían…
-Huesos –afirmó Nicholas categórico-. Huesos de perro, huesos de gato. No mires con demasiada atención; revisar la basura de los vampiros raras veces resulta agradable.
______(tn) se tragó las náuseas.
-Bueno –repuso-, al menos sabemos que estamos en el lugar correcto. –Y se vio recompensada por la chispa de respeto que apareció, brevemente, en los ojos de Nicholas.- Desde luego que estamos en el lugar correcto –dijo él-. Ahora sólo tenemos que averiguar cómo entrar.
Era evidente que habían existido ventanas allí en el pasado, pero estaban tapiadas. No había ninguna puerta ni ningún letrero de una salida de emergencia.
-Cuando esto era un hotel –comenzó Nicholas despacio-, tenían que haber recibido las entregas aquí. Quiero decir que no les habrían entrado las cosas por la puerta principal, y no hay ningún otro lugar para que los camiones se detengan. Así que debe existir una entrada.
______(tn) pensó en las tiendecitas y colmados que había cerca de su casa en Brooklyn. Les había visto
recibir los suministros, temprano por la mañana mientras ella iba a la escuela; había visto a los propietarios de la charcutería coreana abrir las puertas de metal que estaban frente a las puertas de acceso, para así poder transportar las cajas de servilletas de papel y la comida de gato al interior de los sótanos que les servían de almacén.
-Apuesto a que las puertas están en el suelo. Probablemente enterradas bajo toda esta porquería.
Nicholas, justo detrás de ella, asintió.
-Eso es lo que estaba yo pensando –Suspiró-. Supongo que será mejor que movamos la basura. Podemos empezar con el contenedor. –Lo señaló con el dedo, con una expresión claramente poco entusiasta.
-Preferirías enfrentarte a una horda de demonios famélicos, ¿verdad? –dijo ______(tn).
-Al menos, ellos no estarían infestados de gusanos. Bueno –añadió pensativamente-, no la mayoría de ellos, de todos modos. Hubo aquel demonio, una vez, que perseguí y atrapé en las alcantarillas de debajo de Grand Central…
-No sigas –______(tn) alzó una mano a modo de advertencia-, no estoy realmente de humor en estos instantes.
-Ésta debe de ser la primera vez que una chica me dice eso a mí –reflexionó Nicholas.
-No te separes de mí y no será la última.
Las comisuras de la boca de Nicholas se crisparon.
-Éste no es precisamente el momento para bromas. Tenemos basura que acarrear. –Se aproximó con cuidado al contenedor y agarró uno de los lados-. Tú sujeta el otro. Lo volcaremos.
-Volcarlo hará demasiado ruido –argumentó ella, colocándose en el otro lado del enorme contenedor.
Era un contenedor de basura corriente de la ciudad, pintado de verde oscuro y salpicado de manchas extrañas. Apestaba, aún más que la mayoría de contenedores, a basura y a algo más, algo espeso y dulzón que le inundó la garganta y le provocó ganas de vomitar.
-Deberíamos empujarlo –indicó ella.
-Oye, mira… -empezó a decir él, cuando una voz habló, de improviso, surgiendo de las sombras detrás de ellos.
-¿Realmente creéis que deberíais estar haciendo esto? –preguntó.
______(tn) se quedó paralizada, con la vista fija en las sombras de la entrada del callejón. Por un aterrado instante se preguntó si había imaginado la voz, pero Nicholas también estaba paralizado, con el asombro pintado en el rostro. Era raro que nada le sorprendiera, más raro aún que nadie se le aproximara sin que se diera cuenta. El muchacho se apartó del contenedor, deslizando la mano hacia el cinturón, la voz apagada.
-¿Hay alguien ahí?
-Dios mío. –La voz era masculina, divertida, y hablaba con acento chicano-. No sois de este vecindario, ¿verdad?
Se adelantó, saliendo de las sombras más espesas. Su forma fue revelándose poco a poco: un muchacho, no mucho mayor que Nicholas y probablemente unos quince centímetros más bajo. Era delgado, con los enormes ojos oscuros y la tez color miel de una pintura de Diego Rivera. Llevaba pantalones deportivos negros y una cadena de oro alrededor del cuello, que centelleó débilmente cuando se acercó más a la luz.
-Podrías decirlo así –contestó Nicholas con cautela y sin apartar la mano del cinturón.
-No deberíais estar aquí. –El muchacho se pasó una mano por los gruesos rizos negros que se le derramaban sobre la frente-. Este lugar es peligroso.
“Se refiere a que es un mal vecindario.” A ______(tn) casi le entró la risa, a pesar de que no era en absoluto divertido.
-Lo sabemos –repuso ella-. Sólo nos hemos perdido un poco, eso es todo.
El muchacho indicó el contenedor con un gesto.
-¿Qué estáis haciendo con eso?
“No sirvo para improvisar mentiras”, pensó ______(tn), y miró a Nicholas, quien, esperó, sería excelente en eso.
Él la decepcionó inmediatamente.
-Intentábamos entrar en el hotel. Pensábamos que podría haber una puerta de un sótano detrás del cubo de la basura.
Los ojos del muchacho se abrieron de par en par, incrédulos.
-Puta madre… ¿por qué queréis hacer algo así?
-Para hacer una travesura, ya sabes –respondió Nicholas, encogiéndose de hombros-. Un poco de diversión.
-No lo entendéis. Este lugar está encantado, maldito. Mala suerte.
Meneó la cabeza enérgicamente y dijo varias cosas en castellano que ______(tn) sospechó tenían que ver con la estupidez de los malcriados chicos blancos en general y la estupidez de ellos dos en particular.
-Venid conmigo, os llevaré al metro.
-Sabemos dónde está el metro –replicó Nicholas.
El muchacho rió con una suave risa vibrante.
-Claro. Por supuesto que lo sabéis, pero si vais conmigo, nadie os molestará. No queréis problemas, ¿verdad?
-Eso depende –contestó Nicholas, y se movió de modo que su chaqueta se abriera ligeramente, mostrando el destello de las armas metidas en su cinturón-. ¿Cuánto te están pagando para mantener a la gente alejada del hotel?
El muchacho echó una ojeada a su espalda, y los nervios de ______(tn) vibraron mientras imaginaba la entrada del estrecho callejón llenándose con otras figuras sombrías, de rostros blancos, bocas rojas y con el destello de colmillos tan repentino como metal arrancando chispas de la acera. Cuando volvió a mirar a Nicholas, la boca de éste era una fina línea.
-¿Cuánto me está pagando quién, chico?
-Los vampiros. ¿Cuánto te están pagando? O es algo diferente… ¿te dijeron acaso que te convertirían en uno de ellos, te ofrecieron vida eterna, sin dolor, sin enfermedades, vivir para siempre? Porque no vale la pena. La vida se hace muy larga cuando uno no ve nunca la luz del sol, chico –dijo Nicholas.
El muchacho ni se inmutó.
-Mi nombre es Raphael. No chico.
-Pero sabes de qué te estamos hablando. ¿Sabes que hay vampiros? –preguntó ______(tn).
Raphael volvió la cabeza a un lado y escupió. Cuando les volvió a mirar, sus ojos estaban repletos de reluciente odio.
-Los vampiros, sí, esos animales bebedores de sangre. Ya antes de que tapiaran el hotel corrían historias, las carcajadas a latas horas de la noche, los animales pequeños que desaparecían, los sonidos… -Se detuvo, sacudiendo la cabeza-. Todo el mundo en el vecindario sabe que es mejor mantenerse apartado, pero ¿qué se puede hacer? No se puede llamar a la policía y decirle que tu problema son vampiros.
-¿Los has visto alguna vez? –preguntó Nicholas-. ¿O conoces a alguien que lo haya hecho?
El otro respondió lentamente.
-Hubo unos chicos una vez, un grupo de amigos. Pensaron que tenían una buena idea: entrar en el hotel y matar a los monstruos del interior. Llevaron pistolas, también cuchillos, todo bendecido por un sacerdote. Jamás salieron. Mi tía, ella encontró sus ropas más tarde, frente a la casa.
-¿La casa de tu tía? –inquirió Nicholas.
-Sí. Uno de los muchachos era mi hermano –explicó Raphael en tono cansino-. Así que ahora ya sabes por qué, a veces, paso por aquí en plena noche, de camino a casa desde la casa de mi tía, y por qué os advertí que os marchaseis. Si entráis ahí, no volveréis a salir.
Mi amigo está ahí dentro –declaró ______(tn)-. Hemos venido a buscarle.
-Ah –exclamó Raphael-, entonces tal vez no pueda hacer que os marchéis.
-No –repuso Nicholas-, pero no te preocupes. Lo que les pasó a tus amigos no nos pasará a nosotros.
Sacó uno de los cuchillos de ángel de su cinturón y los sostuvo en alto, la tenue luz que emanaba de él ilumino los huecos bajo sus pómulos y le ensombreció los ojos.
-He matado a gran cantidad de vampiros antes. Sus corazones no laten, pero pueden morir de todos modos.
Raphael aspiró con fuerza y dijo algo en castellano en voz demasiado baja y veloz para que ______(tn) lo entendiera. Fue hacia ellos, casi dando un traspié en un montón de envoltorios arrugados de plástico en su precipitación.
-Sé lo que sois…, he oído historias sobre los de vuestra clase, del anciano padre de Santa Cecilia. Pensaba que no era más que un cuento.
-Todos los cuentos son ciertos –dijo ______(tn), pero en un tono tan bajo que él no pareció oírla.
El muchacho miraba a Nicholas, con los puños apretados.
-Quiero ir con vosotros –dijo.
Nicholas negó con la cabeza.
-No, terminantemente no.
-Puedo enseñaros cómo entrar –indicó Raphael.
Nicholas titubeó, la tentación bien clara en su rostro.
-No podemos llevarte.
-Muy bien.
Raphael pasó majestuosamente por su lado y apartó de una patada un montón de basura apilada contra una pared. Allí había una rejilla de metal con delgados barrotes recubiertos de una fina capa de óxido marrón rojizo. Se arrodilló, sujetó los barrotes y alzó la rejilla, apartándola.
-Así es como mi hermano y sus amigos entraron. Desciende hasta el sótano, creo.
Alzó los ojos cuando Nicholas y ______(tn) se reunieron con él. ______(tn) contuvo a medias la respiración; el olor de la basura era abrumador, e incluso en la oscuridad podía ver las formas veloces de las cucarachas reptando por los montones.
Una fina sonrisa se había formado justo en las comisuras de los labios de Nicholas. Sostenía aún en su mano el cuchillo del ángel, y la luz mágica que surgía de él prestaba a su rostro un tinte espectral, recordando a ______(tn) el modo en que Simon había sostenido una linterna bajo su barbilla mientras le contaba historias de terror cuando los dos tenían once años.
-Gracias –dijo Nicholas a Raphael-. Esto servirá estupendamente.
El rostro del otro muchacho estaba pálido.
-Entrad ahí dentro y haced por vuestro amigo lo que yo no pude hacer por mi hermano.
Nicholas se volvió a meter el cuchillo serafín en el cinturón y echó una rápida mirada a ______(tn).
-Sígueme –dijo, y se escurrió a través de la rejilla en un único movimiento uniforme, con los pies por delante. Ella contuvo la respiración, aguardando oír un grito de dolor o de sorpresa, pero sólo hubo el suave golpe sordo de pies aterrizando sobre suelo firme.
-Está bien –le indicó él desde abajo con voz amortiguada-. Salta aquí abajo y yo te cogeré.
La muchacha miró a Raphael.
-Gracias por tu ayuda.
Él no dijo nada, se limitó a extender la mano, que ella usó para sujetarse mientras maniobraba en posición. El muchacho tenía los dedos fríos. La soltó cuando ella se dejó caer a través de la rejilla. La caída duró un segundo, y Nicholas la atrapó. El vestido se le subió por los muslos y las manos de él le rozaron las piernas mientras ella aterrizaba entre sus brazos.
El joven la soltó casi inmediatamente.
-¿Estás bien?
Ella tiró hacia abajo del vestido, contenta de que él no pudiera verla en la oscuridad.
-Estoy perfectamente.
Nicholas extrajo el cuchillo del ángel, levemente incandescente, del cinturón y lo alzó, dejando que su creciente luz cayera sobre lo que los rodeaba. Estaban de pie en un espacio llano, de techo bajo, con un suelo agrietado de hormigón. Se veían recuadros de mugre en los lugares donde el suelo estaba roto, y ______(tn) se fijó en enredaderas negras que habían empezado a enroscarse por las paredes. Una entrada, a la que faltaba la puerta, daba a otra habitación.
Un fuerte golpe sordo le hizo dar un brinco, y al volverse vio a Raphael que aterrizaba, con las rodillas dobladas, justo a pocos centímetros de ella. Les había seguido a través de la rejilla. Se irguió y sonrió como un maníaco.
Nicholas se puso furioso.
-Te dije…
-Y te oí. –Raphael agitó una mano en actitud desdeñosa-. ¿Qué vas a hacer? No puedo regresar por donde entramos, y no puedes simplemente dejarme aquí para que los muertos me encuentren… ¿no es cierto?
-Lo estoy pensando –replicó Nicholas.
Parecía cansado, advirtió ______(tn) con cierta sorpresa; las sombras bajo sus ojos eran más pronunciadas.
Raphael señaló.
-Debemos ir en esa dirección, hacia las escaleras. Ellos están arriba, en los pisos superiores del hotel. Ya veréis.
Se abrió paso por delante de Nicholas y atravesó la estrecha entrada. Nicholas le siguió con la mirada, negando con la cabeza.
-Realmente empiezo a odiar a los mundanos –exclamó.
-Está cerrada con llave –dijo, echando una ojeada a Nicholas por encima del hombro.
Éste blandió su estela.
-Déjame a mí.
______(tn) le observó mientras trabajaba con el candado, observó la delgada curva de su espalda, el ondular de los músculos bajo las mangas cortas de su camiseta. La luz de la luna le eliminaba el color de los cabellos, volviéndolos más plateados que dorados.
El candado golpeó contra el suelo con un sonido metálico, convertido en un retorcido pedazo de metal. Nicholas pareció complacido consigo mismo.
-Como de costumbre –declaró-. Soy sorprendentemente bueno en eso.
______(tn) se sintió repentinamente enojada.
-Cuando la parte de autofelicitación de la noche haya concluido, ¿podríamos regresar a la tarea de salvar a mi amigo de ser desangrado hasta la muerte?
-Desangrado –repitió Nicholas, impresionado-. Ésa es una gran palabra.
-Y tú eres un gran…
-Chist, chist –la interrumpió él-. No se deben decir palabrotas en la iglesia.
-Aún no estamos en la iglesia –masculló ______(tn), siguiéndole por el sendero de piedra hasta las dobles puertas delanteras.
El arco de piedra sobre la entrada estaba bellamente esculpido, con un ángel mirando al suelo desde su punto más alto. Agujas sumamente afiladas se recortaban negras en el cielo nocturno, y ______(tn) comprendió que era la iglesia que ya había vislumbrado aquella noche desde el McCarren Park. Se mordió el labio.
-En cierto modo, no parece correcto forzar la cerradura de la puerta de una iglesia.
El perfil de Nicholas parecía sereno bajo la luz de la luna.
-No vamos a hacerlo –contestó, deslizando su estela al interior del bolsillo.
Posó una delgada mano morena, marcada toda ella con delicadas cicatrices blancas como un velo de encaje, sobre la madera de la puerta, justo por encima del pestillo.
-En el nombre de la Clave –recitó-, solicito entrada a este lugar sagrado. En el nombre de la Batalla Que Nunca Termina, solicito el uso de tus armas. Y en el nombre del ángel Raziel, solicito tu bendición en mi misión contra las tinieblas.
______(tn) le miró con asombro. Él no se movió, aunque el viento nocturno le arrojó los cabellos a los ojos; parpadeó, y justo cuando ella estaba a punto de hablar, la puerta se abrió con un chasquido y un crujido de goznes. Giró hacia dentro con suavidad ante ellos, dando paso a un lugar vacío y fresco, iluminado por puntos llameantes.
Nicholas dio un paso atrás.
-Después de ti.
Cuando ______(tn) pasó al interior, una oleada de aire fresco la envolvió, junto con el olor a piedra y a cera. Hileras de bancos de iglesia, tenuemente iluminados, se extendían en dirección al altar, y un montículo de velas brillaba como un lecho de chispas sobre la pared opuesta. Se dio cuenta de que, aparte del Instituto, que en realidad no contaba nunca antes había estado dentro de una iglesia. Había visto cuadros, y visto el interior de iglesias en películas y en programas anime, donde aparecían regularmente. Una escena en una de sus series anime favoritas tenía lugar en una iglesia con un monstruoso sacerdote vampiro. Se suponía que uno debía sentirse a salvo dentro de una iglesia, pero ella no se sentía así. Formas extrañas parecían erguirse ante ella surgiendo de la oscuridad. Se estremeció.
-Las paredes de piedra mantienen fuera el calor –explicó Nicholas al advertirlo.
-No es eso –replicó ella-. ¿Sabes que nunca he estado en una iglesia antes?
-Has estado en el Instituto.
-Quiero decir en una iglesia auténtica. Para asistir a misa. Esa clase de cosa.
-¿De veras? Bueno, esto es la nave, donde están los bancos. Es donde se sienta la gente durante la
misa. –Avanzaron, sus voces resonando en las paredes de piedra-. Aquí arriba está el ábside. Aquí es donde estábamos nosotros. Y esto es el altar, donde el sacerdote celebra la Eucaristía, siempre en el lado este de la iglesia.
Se arrodilló frente al altar, y ella pensó por un momento que rezaba. El altar era alto, construido en granito oscuro y adornado con una tela roja. Detrás de él, se alzaba una ornamentada talla dorada, grabada con figuras de santos y mártires, cada uno con un disco plano dorado tras la cabeza representando un halo.
-Nicholas –murmuró-, ¿qué estás haciendo?
Él había posado las manos sobre el suelo de piedra y las movía de un lado a otro con rapidez, como si buscara algo, removiendo el polvo con las yemas de los dedos.
-Buscar armas.
-¿Aquí?
-Se supone que están ocultas, por lo general alrededor del altar. Guardadas para nuestro uso en caso de emergencias.
-¿Y esto es alguna clase de trato que tenéis con la Iglesia católica?
-No específicamente. Los demonios llevan en la Tierra tanto tiempo como nosotros.
Están por todo el mundo, en sus distintas formas: demonios griegos, daevas persas, asuras hindúes, oni japoneses. La mayoría de creencias tienen algún método para incorporar tanto su existencia como la lucha contra ellos. Los cazadores de sombras no se adhieren a ninguna religión única, y por su parte todas las religiones nos ayudan en nuestra batalla. Podría haber ido igualmente en busca de ayuda a una sinagoga judía o a un templo sintoísta o… Ah. Aquí está.
Quito el polvo con la mano mientras ella se arrodillaba a su lado. Esculpida en una de las piedras octogonales situadas ante el altar, había una runa. ______(tn) la reconoció, casi con la misma facilidad que si estuviera leyendo la palabra en su idioma. Era la runa que significaba “nefilim”.
Nicholas sacó su estela y tocó la piedra con ella. Con un chirrido, ésta se movió hacia atrás, mostrando un compartimiento oscuro debajo. Dentro del compartimiento había una caja alargada de madera; Nicholas alzó la tapa y contempló con satisfacción los objetos pulcramente dispuestos en el interior.
-¿Qué es todo esto? –preguntó ______(tn).
-Viales de agua bendita, cuchillos bendecidos, hojas de acero y plata –explicó él, amontonando las armas sobre el suelo a su lado-. Cable de oro argentífero…, aunque no nos sirve de gran cosa en este momento, pero siempre es bueno tener una reserva…, balas de plata, amuletos de protección, crucifijos, estrellas de David.
-Jesús –exclamó ______(tn).
-Dudo que él cupiera aquí.
-Nicholas. –______(tn) estaba consternada.
-¿Qué?
-No sé, no parece que esté bien hacer chistes como ése en una iglesia.
-En realidad no soy creyente –explicó él, encogiéndose de hombros.
______(tn) le miró sorprendida.
-¿No?
Él negó con la cabeza. Le cayeron cabellos sobre el rostro, pero estaba examinando un vial de líquido transparente y no alzó la mano para echarlos atrás. Los dedos de ______(tn) se morían de ganas de hacerlo por él.
-¿Pensabas que yo era religioso? –preguntó él.
-Bueno… -Vaciló-. Si hay demonios, entonces debe de haber…
-Debe de haber ¿qué? –Nicholas se metió el vial en el bolsillo-. Ah –siguió-. Te refieres a que si hay esto
–señaló abajo, al suelo-, debe haber esto. –Señaló arriba, en dirección al techo.
-Es lo lógico. ¿No es cierto?
Nicholas bajó la mano y levantó un cuchillo, examinando la empuñadura.
-Te diré algo –comenzó-. He estado matando demonios durante un tercio de mi vida.
Debo de haber enviado a quinientos de ellos de vuelta a cualquiera que fuera la dimensión demoníaca desde la que reptaron. Y en todo ese tiempo…, en todo ese tiempo…, no he visto nunca un ángel. Jamás he oído hablar siquiera de nadie que lo haya visto.
-Pero fue un ángel quien creó a los cazadores de sombras para empezar –replicó ______(tn)-. Eso es lo que Hodge dijo.
-Es una historia bonita. –Nicholas la miró a través de unos ojos entrecerrados, como los de un gato-. Mi padre creía en Dios –dijo-. Yo no.
-¿En absoluto?
No estaba segura de por qué le pinchaba; ella jamás había pensado en si ella misma creía en Dios y en ángeles y en todo eso, y de habérsele preguntado, habría dicho que no. No obstante, había algo en Nicholas que la impulsaba a querer presionarle, a quebrar aquel caparazón de cinismo y hacerle confesar que creía en algo, que sentía algo, que le importaba alguna cosa.
-Deja que lo exponga de este modo –continuó él, deslizando un par de cuchillos en su cinturón.
La poca luz que se filtraba a través de los vitrales proyectaba cuadrados de colores sobre su rostro.
-Mi padre creía en un Dios justo. Deus volt, ése era su lema: “Porque Dios lo quiere”.
Era el lema de los cruzados, y partieron a la batalla y los masacraron, igual que a mi padre. Y cuando le vi allí, muerto en un charco de su propia sangre, supe entonces que yo no había dejado de creer en Dios. Simplemente había dejado de creer que a Dios le importáramos. Puede que haya un Dios, ______(tn), y puede que no lo haya, pero no creo que tenga importancia. En cualquier caso, estamos solos.
********************************
Eran los únicos pasajeros en el vagón del metro que se dirigía al distrito residencial. ______(tn) permaneció sentada sin hablar, pensando en Simon. De vez en cuando, Nicholas le dirigía una mirada, como si estuviera a punto de decir algo, antes de volver a sumirse en un desacostumbrado silencio.
Cuando salieron del metro, las calles estaban desiertas; el aire era pesado y con regusto a metal; las tiendas de vinos y licores, las lavanderías automáticas y los centros de cobro de cheques permanecían silenciosos tras sus persianas nocturnas de chapa de acero. Tras una hora de búsqueda finalmente localizaron el hotel, en una calle lateral que salía de la 116. Pasaron dos veces por delante, pensando que no era más que otro edificio de apartamentos abandonado, antes de que ______(tn) viera el letrero. Se había desprendido de un clavo y colgaba oculto tras un árbol achaparrado. HOTEL DUMONT debería haber puesto, pero alguien había pintado encima de la N y la había reemplazado por una R.
-Hotel Dumort –leyó Nicholas cuando ella se lo señaló-. Encantador.
______(tn) sólo había hecho dos años de francés, pero fueron suficiente para entender el chiste.
-Du mort –dijo-. De la muerte.
Nicholas asintió. Todo él se había puesto en alerta, como un gato que ve un ratón escurriéndose tras un sofá.
-Pero no puede ser el hotel –observó ______(tn)-. Las ventanas están tapadas con tablones, y la puerta tapiada… Ah –finalizó, captando su mirada-. De acuerdo. Vampiros. Pero ¿cómo entran?
-Vuelan –respondió Nicholas, e indicó los pisos superiores del edificio.
Estaba claro que, en otra época, había sido un hotel elegante y lujoso. La fachada de piedra estaba bellamente decorada con esculturas de arabescos y flores de lis, oscuras y erosionadas por años de exposición al aire contaminado y la lluvia ácida.
-Nosotros no volamos –se sintió impelida a indicar ella.
-No –estuvo de acuerdo él-. Nosotros no volamos. Forzaremos una entrada.
Empezó a cruzar la calle en dirección al hotel.
-Lo de volar suena más divertido –bromeó ______(tn), apresurando el paso para ponerse a su altura.
-Justo ahora todo suena más divertido.
La muchacha se preguntó si lo decía en serio. Había una excitación en él, una expectación ante la caza, que le hizo pensar que no se sentía tan desdichado como afirmaba. “Ha matado más demonios que nadie de su edad.” Uno no mata tantos demonios haciéndose el remolón en una pelea.
Se alzó un viento tórrido, que agitó las ramas del árbol achaparrado situado frente al hotel e hizo rodar la basura de las alcantarillas y la acera por el pavimento. La zona estaba curiosamente desierta; por lo general, en Manhattan, siempre había alguien en la calle, incluso a las cuatro de la mañana. Varias de las farolas que bordeaban la acera estaban apagadas, aunque la más próxima al hotel proyectaba un tenue resplandor amarillo sobre el agrietado camino que conducía hasta lo que, en el pasado, había sido la entrada principal.
-Mantente fuera de la luz –advirtió Nicholas, tirándole de la manga para acercarla a él-. Podrían estar vigilando desde las ventanas. Y no mires arriba –añadió, aunque ya era demasiado tarde.
______(tn) ya había echado un vistazo a las ventanas rotas de los pisos superiores. Por un momento
pensó que le había parecido ver un leve movimiento en una de las ventanas, un destello blanco, que podría haber sido un rostro o una mano apartando una gruesa colgadura…
-Vamos.
Nicholas la arrastró con él para que se fundiera con las sombras más próximas al hotel. ______(tn) sintió su desbocado nerviosismo en la columna vertebral, en el pulso de las muñecas, en el fuerte martilleo de la sangre en los oídos. El tenue zumbido de coches distantes parecía muy lejano; el único sonido era el crujir de sus botas sobre la acera repleta de basura desperdigada. Deseó poder andar sin hacer ruido, como un cazador de sombras.
Quizá algún día le pediría a Nicholas que le enseñara.
Doblaron sigilosamente la esquina del hotel y entraron en un callejón, que probablemente había sido una entrada de servicio para las entregas. Era estrecho y estaba lleno de basura: cajas mohosas de cartón; botellas de cristal vacías; plástico hecho trizas; cosas esparcidas que ______(tn) pensó en un principio que eran mondadientes, pero que de más de cerca parecían…
-Huesos –afirmó Nicholas categórico-. Huesos de perro, huesos de gato. No mires con demasiada atención; revisar la basura de los vampiros raras veces resulta agradable.
______(tn) se tragó las náuseas.
-Bueno –repuso-, al menos sabemos que estamos en el lugar correcto. –Y se vio recompensada por la chispa de respeto que apareció, brevemente, en los ojos de Nicholas.- Desde luego que estamos en el lugar correcto –dijo él-. Ahora sólo tenemos que averiguar cómo entrar.
Era evidente que habían existido ventanas allí en el pasado, pero estaban tapiadas. No había ninguna puerta ni ningún letrero de una salida de emergencia.
-Cuando esto era un hotel –comenzó Nicholas despacio-, tenían que haber recibido las entregas aquí. Quiero decir que no les habrían entrado las cosas por la puerta principal, y no hay ningún otro lugar para que los camiones se detengan. Así que debe existir una entrada.
______(tn) pensó en las tiendecitas y colmados que había cerca de su casa en Brooklyn. Les había visto
recibir los suministros, temprano por la mañana mientras ella iba a la escuela; había visto a los propietarios de la charcutería coreana abrir las puertas de metal que estaban frente a las puertas de acceso, para así poder transportar las cajas de servilletas de papel y la comida de gato al interior de los sótanos que les servían de almacén.
-Apuesto a que las puertas están en el suelo. Probablemente enterradas bajo toda esta porquería.
Nicholas, justo detrás de ella, asintió.
-Eso es lo que estaba yo pensando –Suspiró-. Supongo que será mejor que movamos la basura. Podemos empezar con el contenedor. –Lo señaló con el dedo, con una expresión claramente poco entusiasta.
-Preferirías enfrentarte a una horda de demonios famélicos, ¿verdad? –dijo ______(tn).
-Al menos, ellos no estarían infestados de gusanos. Bueno –añadió pensativamente-, no la mayoría de ellos, de todos modos. Hubo aquel demonio, una vez, que perseguí y atrapé en las alcantarillas de debajo de Grand Central…
-No sigas –______(tn) alzó una mano a modo de advertencia-, no estoy realmente de humor en estos instantes.
-Ésta debe de ser la primera vez que una chica me dice eso a mí –reflexionó Nicholas.
-No te separes de mí y no será la última.
Las comisuras de la boca de Nicholas se crisparon.
-Éste no es precisamente el momento para bromas. Tenemos basura que acarrear. –Se aproximó con cuidado al contenedor y agarró uno de los lados-. Tú sujeta el otro. Lo volcaremos.
-Volcarlo hará demasiado ruido –argumentó ella, colocándose en el otro lado del enorme contenedor.
Era un contenedor de basura corriente de la ciudad, pintado de verde oscuro y salpicado de manchas extrañas. Apestaba, aún más que la mayoría de contenedores, a basura y a algo más, algo espeso y dulzón que le inundó la garganta y le provocó ganas de vomitar.
-Deberíamos empujarlo –indicó ella.
-Oye, mira… -empezó a decir él, cuando una voz habló, de improviso, surgiendo de las sombras detrás de ellos.
-¿Realmente creéis que deberíais estar haciendo esto? –preguntó.
______(tn) se quedó paralizada, con la vista fija en las sombras de la entrada del callejón. Por un aterrado instante se preguntó si había imaginado la voz, pero Nicholas también estaba paralizado, con el asombro pintado en el rostro. Era raro que nada le sorprendiera, más raro aún que nadie se le aproximara sin que se diera cuenta. El muchacho se apartó del contenedor, deslizando la mano hacia el cinturón, la voz apagada.
-¿Hay alguien ahí?
-Dios mío. –La voz era masculina, divertida, y hablaba con acento chicano-. No sois de este vecindario, ¿verdad?
Se adelantó, saliendo de las sombras más espesas. Su forma fue revelándose poco a poco: un muchacho, no mucho mayor que Nicholas y probablemente unos quince centímetros más bajo. Era delgado, con los enormes ojos oscuros y la tez color miel de una pintura de Diego Rivera. Llevaba pantalones deportivos negros y una cadena de oro alrededor del cuello, que centelleó débilmente cuando se acercó más a la luz.
-Podrías decirlo así –contestó Nicholas con cautela y sin apartar la mano del cinturón.
-No deberíais estar aquí. –El muchacho se pasó una mano por los gruesos rizos negros que se le derramaban sobre la frente-. Este lugar es peligroso.
“Se refiere a que es un mal vecindario.” A ______(tn) casi le entró la risa, a pesar de que no era en absoluto divertido.
-Lo sabemos –repuso ella-. Sólo nos hemos perdido un poco, eso es todo.
El muchacho indicó el contenedor con un gesto.
-¿Qué estáis haciendo con eso?
“No sirvo para improvisar mentiras”, pensó ______(tn), y miró a Nicholas, quien, esperó, sería excelente en eso.
Él la decepcionó inmediatamente.
-Intentábamos entrar en el hotel. Pensábamos que podría haber una puerta de un sótano detrás del cubo de la basura.
Los ojos del muchacho se abrieron de par en par, incrédulos.
-Puta madre… ¿por qué queréis hacer algo así?
-Para hacer una travesura, ya sabes –respondió Nicholas, encogiéndose de hombros-. Un poco de diversión.
-No lo entendéis. Este lugar está encantado, maldito. Mala suerte.
Meneó la cabeza enérgicamente y dijo varias cosas en castellano que ______(tn) sospechó tenían que ver con la estupidez de los malcriados chicos blancos en general y la estupidez de ellos dos en particular.
-Venid conmigo, os llevaré al metro.
-Sabemos dónde está el metro –replicó Nicholas.
El muchacho rió con una suave risa vibrante.
-Claro. Por supuesto que lo sabéis, pero si vais conmigo, nadie os molestará. No queréis problemas, ¿verdad?
-Eso depende –contestó Nicholas, y se movió de modo que su chaqueta se abriera ligeramente, mostrando el destello de las armas metidas en su cinturón-. ¿Cuánto te están pagando para mantener a la gente alejada del hotel?
El muchacho echó una ojeada a su espalda, y los nervios de ______(tn) vibraron mientras imaginaba la entrada del estrecho callejón llenándose con otras figuras sombrías, de rostros blancos, bocas rojas y con el destello de colmillos tan repentino como metal arrancando chispas de la acera. Cuando volvió a mirar a Nicholas, la boca de éste era una fina línea.
-¿Cuánto me está pagando quién, chico?
-Los vampiros. ¿Cuánto te están pagando? O es algo diferente… ¿te dijeron acaso que te convertirían en uno de ellos, te ofrecieron vida eterna, sin dolor, sin enfermedades, vivir para siempre? Porque no vale la pena. La vida se hace muy larga cuando uno no ve nunca la luz del sol, chico –dijo Nicholas.
El muchacho ni se inmutó.
-Mi nombre es Raphael. No chico.
-Pero sabes de qué te estamos hablando. ¿Sabes que hay vampiros? –preguntó ______(tn).
Raphael volvió la cabeza a un lado y escupió. Cuando les volvió a mirar, sus ojos estaban repletos de reluciente odio.
-Los vampiros, sí, esos animales bebedores de sangre. Ya antes de que tapiaran el hotel corrían historias, las carcajadas a latas horas de la noche, los animales pequeños que desaparecían, los sonidos… -Se detuvo, sacudiendo la cabeza-. Todo el mundo en el vecindario sabe que es mejor mantenerse apartado, pero ¿qué se puede hacer? No se puede llamar a la policía y decirle que tu problema son vampiros.
-¿Los has visto alguna vez? –preguntó Nicholas-. ¿O conoces a alguien que lo haya hecho?
El otro respondió lentamente.
-Hubo unos chicos una vez, un grupo de amigos. Pensaron que tenían una buena idea: entrar en el hotel y matar a los monstruos del interior. Llevaron pistolas, también cuchillos, todo bendecido por un sacerdote. Jamás salieron. Mi tía, ella encontró sus ropas más tarde, frente a la casa.
-¿La casa de tu tía? –inquirió Nicholas.
-Sí. Uno de los muchachos era mi hermano –explicó Raphael en tono cansino-. Así que ahora ya sabes por qué, a veces, paso por aquí en plena noche, de camino a casa desde la casa de mi tía, y por qué os advertí que os marchaseis. Si entráis ahí, no volveréis a salir.
Mi amigo está ahí dentro –declaró ______(tn)-. Hemos venido a buscarle.
-Ah –exclamó Raphael-, entonces tal vez no pueda hacer que os marchéis.
-No –repuso Nicholas-, pero no te preocupes. Lo que les pasó a tus amigos no nos pasará a nosotros.
Sacó uno de los cuchillos de ángel de su cinturón y los sostuvo en alto, la tenue luz que emanaba de él ilumino los huecos bajo sus pómulos y le ensombreció los ojos.
-He matado a gran cantidad de vampiros antes. Sus corazones no laten, pero pueden morir de todos modos.
Raphael aspiró con fuerza y dijo algo en castellano en voz demasiado baja y veloz para que ______(tn) lo entendiera. Fue hacia ellos, casi dando un traspié en un montón de envoltorios arrugados de plástico en su precipitación.
-Sé lo que sois…, he oído historias sobre los de vuestra clase, del anciano padre de Santa Cecilia. Pensaba que no era más que un cuento.
-Todos los cuentos son ciertos –dijo ______(tn), pero en un tono tan bajo que él no pareció oírla.
El muchacho miraba a Nicholas, con los puños apretados.
-Quiero ir con vosotros –dijo.
Nicholas negó con la cabeza.
-No, terminantemente no.
-Puedo enseñaros cómo entrar –indicó Raphael.
Nicholas titubeó, la tentación bien clara en su rostro.
-No podemos llevarte.
-Muy bien.
Raphael pasó majestuosamente por su lado y apartó de una patada un montón de basura apilada contra una pared. Allí había una rejilla de metal con delgados barrotes recubiertos de una fina capa de óxido marrón rojizo. Se arrodilló, sujetó los barrotes y alzó la rejilla, apartándola.
-Así es como mi hermano y sus amigos entraron. Desciende hasta el sótano, creo.
Alzó los ojos cuando Nicholas y ______(tn) se reunieron con él. ______(tn) contuvo a medias la respiración; el olor de la basura era abrumador, e incluso en la oscuridad podía ver las formas veloces de las cucarachas reptando por los montones.
Una fina sonrisa se había formado justo en las comisuras de los labios de Nicholas. Sostenía aún en su mano el cuchillo del ángel, y la luz mágica que surgía de él prestaba a su rostro un tinte espectral, recordando a ______(tn) el modo en que Simon había sostenido una linterna bajo su barbilla mientras le contaba historias de terror cuando los dos tenían once años.
-Gracias –dijo Nicholas a Raphael-. Esto servirá estupendamente.
El rostro del otro muchacho estaba pálido.
-Entrad ahí dentro y haced por vuestro amigo lo que yo no pude hacer por mi hermano.
Nicholas se volvió a meter el cuchillo serafín en el cinturón y echó una rápida mirada a ______(tn).
-Sígueme –dijo, y se escurrió a través de la rejilla en un único movimiento uniforme, con los pies por delante. Ella contuvo la respiración, aguardando oír un grito de dolor o de sorpresa, pero sólo hubo el suave golpe sordo de pies aterrizando sobre suelo firme.
-Está bien –le indicó él desde abajo con voz amortiguada-. Salta aquí abajo y yo te cogeré.
La muchacha miró a Raphael.
-Gracias por tu ayuda.
Él no dijo nada, se limitó a extender la mano, que ella usó para sujetarse mientras maniobraba en posición. El muchacho tenía los dedos fríos. La soltó cuando ella se dejó caer a través de la rejilla. La caída duró un segundo, y Nicholas la atrapó. El vestido se le subió por los muslos y las manos de él le rozaron las piernas mientras ella aterrizaba entre sus brazos.
El joven la soltó casi inmediatamente.
-¿Estás bien?
Ella tiró hacia abajo del vestido, contenta de que él no pudiera verla en la oscuridad.
-Estoy perfectamente.
Nicholas extrajo el cuchillo del ángel, levemente incandescente, del cinturón y lo alzó, dejando que su creciente luz cayera sobre lo que los rodeaba. Estaban de pie en un espacio llano, de techo bajo, con un suelo agrietado de hormigón. Se veían recuadros de mugre en los lugares donde el suelo estaba roto, y ______(tn) se fijó en enredaderas negras que habían empezado a enroscarse por las paredes. Una entrada, a la que faltaba la puerta, daba a otra habitación.
Un fuerte golpe sordo le hizo dar un brinco, y al volverse vio a Raphael que aterrizaba, con las rodillas dobladas, justo a pocos centímetros de ella. Les había seguido a través de la rejilla. Se irguió y sonrió como un maníaco.
Nicholas se puso furioso.
-Te dije…
-Y te oí. –Raphael agitó una mano en actitud desdeñosa-. ¿Qué vas a hacer? No puedo regresar por donde entramos, y no puedes simplemente dejarme aquí para que los muertos me encuentren… ¿no es cierto?
-Lo estoy pensando –replicó Nicholas.
Parecía cansado, advirtió ______(tn) con cierta sorpresa; las sombras bajo sus ojos eran más pronunciadas.
Raphael señaló.
-Debemos ir en esa dirección, hacia las escaleras. Ellos están arriba, en los pisos superiores del hotel. Ya veréis.
Se abrió paso por delante de Nicholas y atravesó la estrecha entrada. Nicholas le siguió con la mirada, negando con la cabeza.
-Realmente empiezo a odiar a los mundanos –exclamó.
Capitulo más!
Tenemos a un nuevo personaje, Raphael!
Atentas con él, lo veremos seguido! ;)
más adelante entenderán el porque!
(específicamente en el siguiente libro! ;))
Disfruten & yo vuelvo después con más! :D
Lu wH!;*
X
Tenemos a un nuevo personaje, Raphael!
Atentas con él, lo veremos seguido! ;)
más adelante entenderán el porque!
(específicamente en el siguiente libro! ;))
Disfruten & yo vuelvo después con más! :D
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
OOOOHH QUE MISTERIO MISTERIOSO ESCONDE RAPHAEL??????
Y AAAAAAAAAAHHHHHHH!!! MIIIISSS UÑAS SON LAS QUE SUUUFREEENNN!!!!
PERO VALE LA PENAAA!!... ESPERAREEE EL SIGUIENTE CAAAPIISSS!!!..
PD: YO TAMBIEN ME SIENTO RARA AL ENTARA A UNA IGLESIA O TEMPLO!!!!.. JAJAJAJAJ AHORA SE QUE NO SOY RARA!!!!.... PERO ME DAN COSITA Y ME PONGO DE NERVIOS!!!
AAAII SIGUELA PORFIISS
Y AAAAAAAAAAHHHHHHH!!! MIIIISSS UÑAS SON LAS QUE SUUUFREEENNN!!!!
PERO VALE LA PENAAA!!... ESPERAREEE EL SIGUIENTE CAAAPIISSS!!!..
PD: YO TAMBIEN ME SIENTO RARA AL ENTARA A UNA IGLESIA O TEMPLO!!!!.. JAJAJAJAJ AHORA SE QUE NO SOY RARA!!!!.... PERO ME DAN COSITA Y ME PONGO DE NERVIOS!!!
AAAII SIGUELA PORFIISS
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
awww quien Raphael??
que misterio!!!
me encanta!!!
paso de rapidito porque ando
muy ocupada con la escuela
es que ya casi salgo de vacaciones!!
siguela!!!!!!!!
que misterio!!!
me encanta!!!
paso de rapidito porque ando
muy ocupada con la escuela
es que ya casi salgo de vacaciones!!
siguela!!!!!!!!
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:OOOOHH QUE MISTERIO MISTERIOSO ESCONDE RAPHAEL??????
Y AAAAAAAAAAHHHHHHH!!! MIIIISSS UÑAS SON LAS QUE SUUUFREEENNN!!!!
PERO VALE LA PENAAA!!... ESPERAREEE EL SIGUIENTE CAAAPIISSS!!!..
PD: YO TAMBIEN ME SIENTO RARA AL ENTARA A UNA IGLESIA O TEMPLO!!!!.. JAJAJAJAJ AHORA SE QUE NO SOY RARA!!!!.... PERO ME DAN COSITA Y ME PONGO DE NERVIOS!!!
AAAII SIGUELA PORFIISS
JAJAJAJJA bueno ya verás que esconde Raphael! ^.^
Lo sé, me siento mal por tus uñas! u.u
Ya la sigo! ;)
X
Lo sé, me siento mal por tus uñas! u.u
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:awww quien Raphael??
que misterio!!!
me encanta!!!
paso de rapidito porque ando
muy ocupada con la escuela
es que ya casi salgo de vacaciones!!
siguela!!!!!!!!
;) Pronto lo vas a averiguar!
*-* Lo sé, estos días son pesados!
Pero ya vienen las vacaciones! :D
Ya la sigo!
X
*-* Lo sé, estos días son pesados!
Pero ya vienen las vacaciones! :D
Ya la sigo!
X
HeyItsLupitaNJ
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