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Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
omj!!! Ahhhhhh estaba soñando con Nick
Que bello hahahaha ame el CAP cada vez esta mejor la nove
Y awwww estoy emocionada saldrá la peli
Eso es maravilloso!!!
Y sip el chico nada que ver
Quería ver a Nick hahahaha
Plis siguelaaaaaaaaa!!
Que bello hahahaha ame el CAP cada vez esta mejor la nove
Y awwww estoy emocionada saldrá la peli
Eso es maravilloso!!!
Y sip el chico nada que ver
Quería ver a Nick hahahaha
Plis siguelaaaaaaaaa!!
Karli Jonas
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
#woohoo pág. Nueva :)
Karli Jonas
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Ahorita vuelvo con otro! ;)
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
nah dios mio me perdí x un tiempito de esta novela y tooooodo lo q tengo q leer no es nada normal.
dios creo q nunca te alcanzarte pero lo intentare xq cada vez me encanta mas esta nove
espero seguirte el ritmo pronto bye me voy a leer mas xD
dios creo q nunca te alcanzarte pero lo intentare xq cada vez me encanta mas esta nove
espero seguirte el ritmo pronto bye me voy a leer mas xD
ElitzJb
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• CIUDAD DE HUESO - CAPITULO 10 (PARTE 2)•
Se sentó en la cama de golpe, jadeante, con los cabellos pegados al cuello por un sudor frío. Le sujetaban las muñecas con fuerza; intentó desasirse, entonces comprendió quién la sujetaba.
-¿Nicholas?
-Sí.
Estaba sentado en el borde de la cama -¿cómo había llegado ella a una cama?- despeinado y medio despierto, con los cabellos de recién levantado y ojos soñolientos.
-Suéltame.
-Lo siento. –Los dedos de él resbalaron de las muñecas de ______(tn)-. Has intentado pegarme cuando he pronunciado tu nombre.
-Estoy un poco nerviosa, supongo.
Miró a su alrededor. Estaba en un pequeño dormitorio amueblado con madera oscura.
Por la tenue luz que penetraba por la ventana entreabierta, imaginó que amanecía, o que acababa de hacerlo. Su mochila estaba apoyada en una pared.
-¿Cómo he llegado aquí? No recuerdo…
-Te encontré dormida en el pasillo. –Nicholas parecía divertido-. Hodge me ayudó a meterte en la cama. Pensó que estarías más cómoda en un cuarto de invitados que en la enfermería.
-Vaya. No recuerdo nada. –Se pasó los dedos por los cabellos, apartándose desaliñados rizos de los ojos-. ¿Qué hora es, de todos modos?
-Sobre las cinco.
-¿De la mañana? –Le miró iracunda-. Será mejor que tengas una buena razón para despertarme.
-¿Por qué, tenías un sueño agradable?
Ella todavía podía oír música en sus oídos, sentir las pesadas joyas acariciando sus mejillas.
-No lo recuerdo.
Él se puso en pie.
-Uno de los Hermanos Silenciosos está aquí para verte. Hodge me ha enviado a despertarte. En realidad, ofreció despertarte él mismo, pero puesto que son las cinco de la mañana, imaginé que te sentirías menos irritable si tenías algo agradable que contemplar.
-¿Eso se refiere a ti?
-¿A qué otra cosa?
-No he accedido a verlos –le espetó ella-. A los Hermanos Silenciosos.
-¿Quieres encontrar a tu madre o no? –inquirió él.
Le miró fijamente.
-Sólo tienes que reunirte con el hermano Jeremiah. Eso es todo. Incluso puede que te guste. Tiene un gran sentido del humor para ser un tipo que nunca dice nada.
______(tn) se llevó las manos a la cabeza.
-Sal. Sal para que pueda cambiarme.
Sacó las piernas fuera de la cama en cuanto la puerta se cerró tras él. Aunque apenas había amanecido, un calor húmedo empezaba a acumularse ya en la habitación. Cerró la ventana y entró en el cuarto de baño para lavarse la cara y enjuagarse la boca, que le sabía a papel viejo.
Al cabo de cinco minutos, ya estaba metiendo los pies en sus zapatillas deportivas verdes. Se había puesto unos shorts vaqueros y una camiseta lisa negra. Si al menos sus delgadas piernas pecosas se parecieran más a las extremidades suaves y estilizadas de Isabelle. Pero no se podía hacer nada. Se recogió el cabello en una cola de caballo y fue a reunirse con Nicholas en el pasillo.
Iglesia estaba allí con él, farfullando y describiendo círculos nerviosamente.
-¿Qué le pasa al gato? –preguntó ______(tn).
-Los Hermanos Silenciosos le ponen nervioso.
-Suena como si pusieran nervioso a todo el mundo.
Nicholas le dedicó una leve sonrisa. Iglesia maulló cuando iniciaron la marcha por el pasillo, pero no les siguió. Al menos, las gruesas piedras de los muros de la catedral todavía retenían algo del frescor de la noche; los pasillos estaban oscuros y fríos.
Cuando llegaron a la biblioteca, a ______(tn) le sorprendió ver que las lámparas estaban apagadas. La habitación estaba iluminada únicamente por la luz lechosa que se filtraba a través de las altas ventanas situadas en el techo abovedado. Hodge se hallaba sentado tras el enorme escritorio, vestido con un traje, los cabellos canosos le brillaban plateados por la luz del amanecer. Por un instante, ______(tn) creyó que estaba solo en la habitación: que Nicholas le había gastado una broma. Entonces vio que una figura salía de la penumbra, y comprendió que lo que había creído que era un trozo de sombra más oscura era, en realidad, un hombre. Un hombre alto con una gruesa túnica que le cubría desde el cuello a los pies. La capucha estaba alzada, ocultando su rostro. La túnica misma era del color del pergamino, y los intrincados diseños rúnicos a los largo del repulgo y las mangas parecían haber sido pintadas allí con sangre que empezaba a secarse. A ______(tn) se le erizó el vello de los brazos y el cogote, pinchándola de un modo casi doloroso.
-Éste –presentó Hodge- es el hermano Jeremiah de la Ciudad Silenciosa.
El hombre avanzó hacia ellos, el grueso manto arremolinándose mientras se movía, y ______(tn) comprendió qué era lo que había en él que resultaba extraño: no hacía el menor ruido al andar, no se oía ni la más leve pisada. Incluso la capa, que debería haber susurrado, se movía silenciosa. Se preguntó si no era un fantasma…, pero no, se dijo cuando él se detuvo frente a ella, porque le envolvía un extraño olor dulzón, como de incienso y sangre, el olor de algo vivo.
-Y ésta, Jeremiah –dijo Hodge, alzándose del escritorio-, es la chica sobre la que les escribí. _____(tn) Fray.
El rostro encapuchado se volvió despacio hacia ella. ______(tn) se sintió helada hasta la punta de los dedos.
-Hola –dijo.
No hubo respuesta.
-Decidí que tenías razón, Nicholas –dijo Hodge.
-Claro que tenía razón –repuso él-. Por lo general la tengo.
Hodge hizo como si no oyera el comentario.
-Anoche envié una carta a la Clave sobre todo esto, pero los recuerdos de ______(tn) son de ella. Únicamente ella puede decidir cómo quiere ocuparse del contenido de su cabeza.
Si quiere la ayuda de los Hermanos Silenciosos, debería tener esa posibilidad.
______(tn) no dijo nada. Dorothea había dicho que existía un bloqueo en su mente, que ocultaba algo. Por supuesto que quería saber qué era. Pero la figura sombría del Hermano Silencioso era tan…, bueno, silenciosa. El mismo silencio emanaba de él igual que una oscura marea, negra y espesa como tinta. Le helaba los huesos.
El rostro del hermano Jeremiah seguía vuelto hacia ella, con nada excepto oscuridad visible bajo su capucha.
“¿Ésta es la hija de Jocelyn?”
______(tn) profirió una leve exclamación ahogada. Las palabras le habían resonado dentro de la cabeza,
como si las hubiese pensado ella misma; pero no lo había hecho.
-Sí –dijo Hodge, y añadió rápidamente-, pero su padre era un mundano.
“Eso no importa –dijo Jeremiah-. La sangre de la Clave es preponderante.”
-¿Por qué ha llamado Jocelyn a mi madre? –inquirió ______(tn), buscando en vano alguna señal de un rostro debajo de la capucha-. ¿La conoció?
-Los Hermanos mantienen registros de todos los miembros de la Clave –explicó Hodge-. Registros exhaustivos.
-No tan exhaustivos –indicó Nicholas-, si no sabían siquiera que ella seguía viva.
“Es probable que contara con la ayuda de un brujo para su desaparición. La mayoría de los cazadores de sombras no pueden escapar fácilmente de la Clave.”
No había emoción en la voz de Jeremiah; no parecía aprobar ni desaprobar las acciones de Jocelyn.
-Hay algo que no comprendo –dijo ______(tn)-. ¿Por qué iba a pensar Valentine que mi madre tiene la Copa Mortal? Si ella se tomó tantas molestias para desaparecer, entonces, ¿por qué iba a llevársela con ella?
-Para impedir que él le pusiera las manos encima –contestó Hodge-. Ella más que nadie debía de saber lo que sucedería si Valentine tenía la Copa. E imagino que no confiaba en que la Clave pudiera conservarla. No después de que Valentine se la hubiera arrebatado una vez.
-Supongo. –______(tn) no pudo mantener la duda alejada de su voz.
Todo ello parecía tan improbable. Intentó imaginarse a su madre huyendo al amparo de la oscuridad, con una gran copa de oro escondida en el bolsillo de su mono, y fracasó.
-Jocelyn se volvió contra su esposo cuando descubrió lo que pretendía hacer con la Copa –continuó Hodge-. Es razonable asumir que hubiera hecho todo lo que estaba a su alcance para impedir que la Copa cayera de nuevo en manos de Valentine. La Clave misma habría dirigido sus ojos primero hacia ella de haber pensado que seguía viva.
-Me parece –dijo ______(tn) con un tono incisivo- que nadie que la Clave considera muerto, está muerto en realidad. Quizá deberían invertir en historiales dentales.
-Mi padre está muerto –replicó Nicholas, con el mismo deje cortante en su voz-. No necesito historiales dentales para que me lo digan.
______(tn) se revolvió contra él con cierta exasperación.
-Oye, no quería decir…
“Es suficiente –interrumpió el hermano Jeremiah-. Se puede obtener verdad de esto, si son lo bastante pacientes como para escucharla.”
Alzó las manos con un gesto veloz y se echó la capucha atrás. Olvidando a Nicholas, ______(tn) contuvo el impulso de gritar. La cabeza del archivero era calva, lisa y blanca como un huevo, con oscuras muescas donde habían estado los ojos en el pasado. Ya no los tenía.
Los labios estaban entrecruzados con un dibujo de líneas oscuras que recordaban puntos de sutura. Comprendió entonces a qué se había referido Isabelle al hablar de mutilación.
“Los Hermanos de la Ciudad Silenciosa no mienten –dijo Jeremiah-. Si quieren la verdad de mí, la tendrán, pero les pido lo mismo a cambio.”
______(tn) alzó la barbilla.
-Yo tampoco soy una mentirosa.
“La mente no puede mentir. –Jeremiah fue hacia ella-. Son tus recuerdos lo que quiero.”
El olor a sangre y a tinta era sofocante. La muchacha sintió una oleada de pánico.
-Espere…
-______(tn). –Era Hodge, el tono de voz dulce-. Es totalmente posible que haya recuerdos que has enterrado o reprimido, recuerdos formados cuando eras demasiado joven para poseer una memoria consciente de ellos, y el hermano Jeremiah los puede alcanzar. Nos ayudaría mucho.
Ella no dijo nada, mordiéndose el interior del labio. Odiaba la idea de que alguien se introdujera en su mente, que tocara recuerdos tan personales y ocultos que ni siquiera ella podía llegar hasta ellos.
-Ella no tiene que hacer nada que no quiera hacer –dijo Nicholas de improviso-. ¿Verdad?
______(tn) respondió antes de que Hodge pudiera decir nada.
-Está bien. Lo haré.
El hermano Jeremiah asintió con un sucinto gesto, y avanzó hacia ella con aquella ausencia de sonido que hacía que ______(tn) sintiera escalofríos en la espalda.
-¿Dolerá? –musitó ella.
Él no respondió, pero sus estrechas manos blancas se alzaron para tocarle la cara. La piel de sus dedos era fina como pergamino, pintada toda ella con runas. ______(tn) sintió el poder que contenían, saltando como electricidad estática para aguijonearle la piel. Cerró los ojos, pero no antes de ver la expresión ansiosa que cruzó por el rostro de Hodge.
Se arremolinaron colores sobre la oscuridad que había tras sus párpados y sintió una presión, un fuerte tirón en la cabeza, las manos y los pies. Cerró con fuerza las manos, luchando contra el peso, la negrura. Sintió como si la estrujaran contra algo duro y rígido, como si la aplastaran lentamente. Se oyó jadear y de improviso sintió frío por todo el cuerpo, un frío invernal. Como en un fogonazo, vio una calle helada, edificios grises que se alzaban sobre su cabeza, una explosión de blancura que les azotaba el rostro con gélidas partículas…
-Es suficiente.
La voz de Nicholas se abrió paso a través del frío invernal, y la nieve que caía desapareció, convertida en una lluvia de chispas blancas. Los ojos de ______(tn) se abrieron de golpe.
Poco a poco la biblioteca fue apareciendo con claridad: las paredes repletas libros, los rostros inquietos de Hodge y Nicholas. El hermano Jeremiah estaba de pie, inmóvil, un ídolo tallado de marfil y tinta roja. ______(tn) percibió unos agudos dolores en las manos, y al mirar abajo vio líneas rojas surcando la piel en los lugares en los que se había clavado las uñas.
-Nicholas –dijo Hodge en tono reprobatorio.
-Mírale las manos.
Nicholas señaló en dirección a ______(tn), que cerró los dedos para tapar sus palmas lastimadas.
Hodge posó una amplia mano sobre el hombro de la muchacha.
-¿Te encuentras bien?
Ella movió lentamente la cabeza para asentir. El aplastante peso había desaparecido, pero podía notar el sudor que le empapaba los cabellos, que le pegaba la camiseta a la espalda igual que cinta adhesiva.
“Hay un bloqueo en tu mente –dijo el hermano Jeremiah-. No se puede llegar hasta tus recuerdos.”
-¿Un bloqueo? –preguntó Nicholas-. ¿Quiere decir que ha reprimido sus recuerdos?
“No; me refiero a que los han bloqueado de su mente consciente a través de un hechizo. No puedo romperlo aquí. Tendrá que venir a la Ciudad de Hueso y presentarse ante la Hermandad.”
-¿Un hechizo? –dijo ______(tn), incrédula-. ¿Quién puede haberme puesto un hechizo?
Nadie le respondió. Nicholas miró a su tutor. Éste estaba sorprendentemente pálido, teniendo en cuenta que aquello había sido idea suya.
-Hodge, ella no debería tener que ir si no…
-No pasa nada.
______(tn) inspiró profundamente. Le dolían las palmas allí donde se había herido con las uñas, y quería desesperadamente tumbarse en algún lugar oscuro y descansar.
-Iré. Quiero saber la verdad. Quiero saber qué hay en mi cabeza.
Nicholas asintió una sola vez.
-Estupendo. Entonces iré contigo.
-¿Nicholas?
-Sí.
Estaba sentado en el borde de la cama -¿cómo había llegado ella a una cama?- despeinado y medio despierto, con los cabellos de recién levantado y ojos soñolientos.
-Suéltame.
-Lo siento. –Los dedos de él resbalaron de las muñecas de ______(tn)-. Has intentado pegarme cuando he pronunciado tu nombre.
-Estoy un poco nerviosa, supongo.
Miró a su alrededor. Estaba en un pequeño dormitorio amueblado con madera oscura.
Por la tenue luz que penetraba por la ventana entreabierta, imaginó que amanecía, o que acababa de hacerlo. Su mochila estaba apoyada en una pared.
-¿Cómo he llegado aquí? No recuerdo…
-Te encontré dormida en el pasillo. –Nicholas parecía divertido-. Hodge me ayudó a meterte en la cama. Pensó que estarías más cómoda en un cuarto de invitados que en la enfermería.
-Vaya. No recuerdo nada. –Se pasó los dedos por los cabellos, apartándose desaliñados rizos de los ojos-. ¿Qué hora es, de todos modos?
-Sobre las cinco.
-¿De la mañana? –Le miró iracunda-. Será mejor que tengas una buena razón para despertarme.
-¿Por qué, tenías un sueño agradable?
Ella todavía podía oír música en sus oídos, sentir las pesadas joyas acariciando sus mejillas.
-No lo recuerdo.
Él se puso en pie.
-Uno de los Hermanos Silenciosos está aquí para verte. Hodge me ha enviado a despertarte. En realidad, ofreció despertarte él mismo, pero puesto que son las cinco de la mañana, imaginé que te sentirías menos irritable si tenías algo agradable que contemplar.
-¿Eso se refiere a ti?
-¿A qué otra cosa?
-No he accedido a verlos –le espetó ella-. A los Hermanos Silenciosos.
-¿Quieres encontrar a tu madre o no? –inquirió él.
Le miró fijamente.
-Sólo tienes que reunirte con el hermano Jeremiah. Eso es todo. Incluso puede que te guste. Tiene un gran sentido del humor para ser un tipo que nunca dice nada.
______(tn) se llevó las manos a la cabeza.
-Sal. Sal para que pueda cambiarme.
Sacó las piernas fuera de la cama en cuanto la puerta se cerró tras él. Aunque apenas había amanecido, un calor húmedo empezaba a acumularse ya en la habitación. Cerró la ventana y entró en el cuarto de baño para lavarse la cara y enjuagarse la boca, que le sabía a papel viejo.
Al cabo de cinco minutos, ya estaba metiendo los pies en sus zapatillas deportivas verdes. Se había puesto unos shorts vaqueros y una camiseta lisa negra. Si al menos sus delgadas piernas pecosas se parecieran más a las extremidades suaves y estilizadas de Isabelle. Pero no se podía hacer nada. Se recogió el cabello en una cola de caballo y fue a reunirse con Nicholas en el pasillo.
Iglesia estaba allí con él, farfullando y describiendo círculos nerviosamente.
-¿Qué le pasa al gato? –preguntó ______(tn).
-Los Hermanos Silenciosos le ponen nervioso.
-Suena como si pusieran nervioso a todo el mundo.
Nicholas le dedicó una leve sonrisa. Iglesia maulló cuando iniciaron la marcha por el pasillo, pero no les siguió. Al menos, las gruesas piedras de los muros de la catedral todavía retenían algo del frescor de la noche; los pasillos estaban oscuros y fríos.
Cuando llegaron a la biblioteca, a ______(tn) le sorprendió ver que las lámparas estaban apagadas. La habitación estaba iluminada únicamente por la luz lechosa que se filtraba a través de las altas ventanas situadas en el techo abovedado. Hodge se hallaba sentado tras el enorme escritorio, vestido con un traje, los cabellos canosos le brillaban plateados por la luz del amanecer. Por un instante, ______(tn) creyó que estaba solo en la habitación: que Nicholas le había gastado una broma. Entonces vio que una figura salía de la penumbra, y comprendió que lo que había creído que era un trozo de sombra más oscura era, en realidad, un hombre. Un hombre alto con una gruesa túnica que le cubría desde el cuello a los pies. La capucha estaba alzada, ocultando su rostro. La túnica misma era del color del pergamino, y los intrincados diseños rúnicos a los largo del repulgo y las mangas parecían haber sido pintadas allí con sangre que empezaba a secarse. A ______(tn) se le erizó el vello de los brazos y el cogote, pinchándola de un modo casi doloroso.
-Éste –presentó Hodge- es el hermano Jeremiah de la Ciudad Silenciosa.
El hombre avanzó hacia ellos, el grueso manto arremolinándose mientras se movía, y ______(tn) comprendió qué era lo que había en él que resultaba extraño: no hacía el menor ruido al andar, no se oía ni la más leve pisada. Incluso la capa, que debería haber susurrado, se movía silenciosa. Se preguntó si no era un fantasma…, pero no, se dijo cuando él se detuvo frente a ella, porque le envolvía un extraño olor dulzón, como de incienso y sangre, el olor de algo vivo.
-Y ésta, Jeremiah –dijo Hodge, alzándose del escritorio-, es la chica sobre la que les escribí. _____(tn) Fray.
El rostro encapuchado se volvió despacio hacia ella. ______(tn) se sintió helada hasta la punta de los dedos.
-Hola –dijo.
No hubo respuesta.
-Decidí que tenías razón, Nicholas –dijo Hodge.
-Claro que tenía razón –repuso él-. Por lo general la tengo.
Hodge hizo como si no oyera el comentario.
-Anoche envié una carta a la Clave sobre todo esto, pero los recuerdos de ______(tn) son de ella. Únicamente ella puede decidir cómo quiere ocuparse del contenido de su cabeza.
Si quiere la ayuda de los Hermanos Silenciosos, debería tener esa posibilidad.
______(tn) no dijo nada. Dorothea había dicho que existía un bloqueo en su mente, que ocultaba algo. Por supuesto que quería saber qué era. Pero la figura sombría del Hermano Silencioso era tan…, bueno, silenciosa. El mismo silencio emanaba de él igual que una oscura marea, negra y espesa como tinta. Le helaba los huesos.
El rostro del hermano Jeremiah seguía vuelto hacia ella, con nada excepto oscuridad visible bajo su capucha.
“¿Ésta es la hija de Jocelyn?”
______(tn) profirió una leve exclamación ahogada. Las palabras le habían resonado dentro de la cabeza,
como si las hubiese pensado ella misma; pero no lo había hecho.
-Sí –dijo Hodge, y añadió rápidamente-, pero su padre era un mundano.
“Eso no importa –dijo Jeremiah-. La sangre de la Clave es preponderante.”
-¿Por qué ha llamado Jocelyn a mi madre? –inquirió ______(tn), buscando en vano alguna señal de un rostro debajo de la capucha-. ¿La conoció?
-Los Hermanos mantienen registros de todos los miembros de la Clave –explicó Hodge-. Registros exhaustivos.
-No tan exhaustivos –indicó Nicholas-, si no sabían siquiera que ella seguía viva.
“Es probable que contara con la ayuda de un brujo para su desaparición. La mayoría de los cazadores de sombras no pueden escapar fácilmente de la Clave.”
No había emoción en la voz de Jeremiah; no parecía aprobar ni desaprobar las acciones de Jocelyn.
-Hay algo que no comprendo –dijo ______(tn)-. ¿Por qué iba a pensar Valentine que mi madre tiene la Copa Mortal? Si ella se tomó tantas molestias para desaparecer, entonces, ¿por qué iba a llevársela con ella?
-Para impedir que él le pusiera las manos encima –contestó Hodge-. Ella más que nadie debía de saber lo que sucedería si Valentine tenía la Copa. E imagino que no confiaba en que la Clave pudiera conservarla. No después de que Valentine se la hubiera arrebatado una vez.
-Supongo. –______(tn) no pudo mantener la duda alejada de su voz.
Todo ello parecía tan improbable. Intentó imaginarse a su madre huyendo al amparo de la oscuridad, con una gran copa de oro escondida en el bolsillo de su mono, y fracasó.
-Jocelyn se volvió contra su esposo cuando descubrió lo que pretendía hacer con la Copa –continuó Hodge-. Es razonable asumir que hubiera hecho todo lo que estaba a su alcance para impedir que la Copa cayera de nuevo en manos de Valentine. La Clave misma habría dirigido sus ojos primero hacia ella de haber pensado que seguía viva.
-Me parece –dijo ______(tn) con un tono incisivo- que nadie que la Clave considera muerto, está muerto en realidad. Quizá deberían invertir en historiales dentales.
-Mi padre está muerto –replicó Nicholas, con el mismo deje cortante en su voz-. No necesito historiales dentales para que me lo digan.
______(tn) se revolvió contra él con cierta exasperación.
-Oye, no quería decir…
“Es suficiente –interrumpió el hermano Jeremiah-. Se puede obtener verdad de esto, si son lo bastante pacientes como para escucharla.”
Alzó las manos con un gesto veloz y se echó la capucha atrás. Olvidando a Nicholas, ______(tn) contuvo el impulso de gritar. La cabeza del archivero era calva, lisa y blanca como un huevo, con oscuras muescas donde habían estado los ojos en el pasado. Ya no los tenía.
Los labios estaban entrecruzados con un dibujo de líneas oscuras que recordaban puntos de sutura. Comprendió entonces a qué se había referido Isabelle al hablar de mutilación.
“Los Hermanos de la Ciudad Silenciosa no mienten –dijo Jeremiah-. Si quieren la verdad de mí, la tendrán, pero les pido lo mismo a cambio.”
______(tn) alzó la barbilla.
-Yo tampoco soy una mentirosa.
“La mente no puede mentir. –Jeremiah fue hacia ella-. Son tus recuerdos lo que quiero.”
El olor a sangre y a tinta era sofocante. La muchacha sintió una oleada de pánico.
-Espere…
-______(tn). –Era Hodge, el tono de voz dulce-. Es totalmente posible que haya recuerdos que has enterrado o reprimido, recuerdos formados cuando eras demasiado joven para poseer una memoria consciente de ellos, y el hermano Jeremiah los puede alcanzar. Nos ayudaría mucho.
Ella no dijo nada, mordiéndose el interior del labio. Odiaba la idea de que alguien se introdujera en su mente, que tocara recuerdos tan personales y ocultos que ni siquiera ella podía llegar hasta ellos.
-Ella no tiene que hacer nada que no quiera hacer –dijo Nicholas de improviso-. ¿Verdad?
______(tn) respondió antes de que Hodge pudiera decir nada.
-Está bien. Lo haré.
El hermano Jeremiah asintió con un sucinto gesto, y avanzó hacia ella con aquella ausencia de sonido que hacía que ______(tn) sintiera escalofríos en la espalda.
-¿Dolerá? –musitó ella.
Él no respondió, pero sus estrechas manos blancas se alzaron para tocarle la cara. La piel de sus dedos era fina como pergamino, pintada toda ella con runas. ______(tn) sintió el poder que contenían, saltando como electricidad estática para aguijonearle la piel. Cerró los ojos, pero no antes de ver la expresión ansiosa que cruzó por el rostro de Hodge.
Se arremolinaron colores sobre la oscuridad que había tras sus párpados y sintió una presión, un fuerte tirón en la cabeza, las manos y los pies. Cerró con fuerza las manos, luchando contra el peso, la negrura. Sintió como si la estrujaran contra algo duro y rígido, como si la aplastaran lentamente. Se oyó jadear y de improviso sintió frío por todo el cuerpo, un frío invernal. Como en un fogonazo, vio una calle helada, edificios grises que se alzaban sobre su cabeza, una explosión de blancura que les azotaba el rostro con gélidas partículas…
-Es suficiente.
La voz de Nicholas se abrió paso a través del frío invernal, y la nieve que caía desapareció, convertida en una lluvia de chispas blancas. Los ojos de ______(tn) se abrieron de golpe.
Poco a poco la biblioteca fue apareciendo con claridad: las paredes repletas libros, los rostros inquietos de Hodge y Nicholas. El hermano Jeremiah estaba de pie, inmóvil, un ídolo tallado de marfil y tinta roja. ______(tn) percibió unos agudos dolores en las manos, y al mirar abajo vio líneas rojas surcando la piel en los lugares en los que se había clavado las uñas.
-Nicholas –dijo Hodge en tono reprobatorio.
-Mírale las manos.
Nicholas señaló en dirección a ______(tn), que cerró los dedos para tapar sus palmas lastimadas.
Hodge posó una amplia mano sobre el hombro de la muchacha.
-¿Te encuentras bien?
Ella movió lentamente la cabeza para asentir. El aplastante peso había desaparecido, pero podía notar el sudor que le empapaba los cabellos, que le pegaba la camiseta a la espalda igual que cinta adhesiva.
“Hay un bloqueo en tu mente –dijo el hermano Jeremiah-. No se puede llegar hasta tus recuerdos.”
-¿Un bloqueo? –preguntó Nicholas-. ¿Quiere decir que ha reprimido sus recuerdos?
“No; me refiero a que los han bloqueado de su mente consciente a través de un hechizo. No puedo romperlo aquí. Tendrá que venir a la Ciudad de Hueso y presentarse ante la Hermandad.”
-¿Un hechizo? –dijo ______(tn), incrédula-. ¿Quién puede haberme puesto un hechizo?
Nadie le respondió. Nicholas miró a su tutor. Éste estaba sorprendentemente pálido, teniendo en cuenta que aquello había sido idea suya.
-Hodge, ella no debería tener que ir si no…
-No pasa nada.
______(tn) inspiró profundamente. Le dolían las palmas allí donde se había herido con las uñas, y quería desesperadamente tumbarse en algún lugar oscuro y descansar.
-Iré. Quiero saber la verdad. Quiero saber qué hay en mi cabeza.
Nicholas asintió una sola vez.
-Estupendo. Entonces iré contigo.
Listo, Disfruten!
Las leo mañana! ;)
Gracias por sus comentarios! :D
Lu wH!;*
X
Las leo mañana! ;)
Gracias por sus comentarios! :D
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aww tiene un bloqueo??? Quien se lo puso?!
Su madre para que no recuerde que Valentine es su padres??
Siguela!!!!!
Su madre para que no recuerde que Valentine es su padres??
Siguela!!!!!
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Sunny escribió:Holis Hermanita!
Como te va? Yo muy bien, aca deseando que sean las vacaciones por fin!
Estoy muy perdida lamentablemente y no me pase muy seguido por esta increíble novela!
Yo se que a veces exagero, pero wow amo esta novela, me encanta, me fascina!
Dios, amo a Nicholas! Es tan asdfasdfasdasdasd 1313!
AJJAJAJAJAJJAJA No, enserio pero se me hace muy sexy....
Quiero mas, mucho mas! Voy a desespera si no la seguis pronto!
Juro que nesecito muchos capitulos mas, muchos mas:)
Aparte el trailer! God, va a estar buenisima esa pelicula!
Ya me considero una gran fan!Ya soy fan de crepusculo, The hunger games y ahora de esta!
Mi mama se va a enojar, me va que tener que comprar un monton de libros!
Aparte la chica es re linda, no se parece a mi lamentablemente! JAJAJAJJAJAJAJJAAJJA
Pero bueno, Algun día seré una sexy peliroja de ojos verdes! Solo me faltan los cabellos rojos y wuala! JAJAJJAJAJA
Te extraño un super montonazo! Ya casi no hablamos pero seguís siendo mi Big Sister, isn't you?
Te amoooooooooooooooooooooooooooooooo Besitos!
Hello my little sis! :)
Estoy muy bien! Gracias por preguntar! ;)
& tu como va todo! (?
pronto vacaciones no te preocupes! ;) todo saldrá bien! ^.^
Que bueno que te encante la nove! es genial!
& lo sé, la peli se ve va a estar super buena! :D can't wait!!!
JAJAJAJAJ lo siento por tu mami, tendra que gastar mucho! xD
Si seguimos siendo sisters! ;)
Love u too;*
X
Estoy muy bien! Gracias por preguntar! ;)
& tu como va todo! (?
pronto vacaciones no te preocupes! ;) todo saldrá bien! ^.^
Que bueno que te encante la nove! es genial!
& lo sé, la peli se ve va a estar super buena! :D can't wait!!!
JAJAJAJAJ lo siento por tu mami, tendra que gastar mucho! xD
Si seguimos siendo sisters! ;)
Love u too;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:GUUUAAUUUUUU!!!!!!!!!
QUEEE CAAAPIIIISSS!!!!
AAAIIIII Y LUEG YA ESTA POR HACER LA PELI!!!!
AAAAAIIII YA QUIEROO VERLAAAAA!!!
SI TIENES RAZON EL CHICO COMO UE NO CONCUERDA COO LO DESCRIBEN EN EL LIBRO!!!
AAAII SIGUELA PORFIISSS
Lo sé verdad, pero bueno ya la escogieron a él!
a esperar que haga bien el papel! ;)
Ya la sigo! :D
X
a esperar que haga bien el papel! ;)
Ya la sigo! :D
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:awww me encanta!!!
pero yo pienso que valentine es su padre
del trailer me gusto el que va ser Alec esta bien guapo
y creo que el que va ser valentine es mi amor hermoso ese actor me encanta
tienes razon no me gusta el que va a ser Jace
quedaria mejor Nick o no?? :P
siguela!!
JAJAJAJAJ que bueno que te gusto Alec! ;)
pq a mi el actor principal, sigue sin gustarme! u.u :scratch:
Lo se, sigo esperando que el Nicho haga la 2 peli! xD :fiu:
Ya la sigo! ;)
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pq a mi el actor principal, sigue sin gustarme! u.u :scratch:
Lo se, sigo esperando que el Nicho haga la 2 peli! xD :fiu:
Ya la sigo! ;)
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Karli Jonas escribió:omj!!! Ahhhhhh estaba soñando con Nick
Que bello hahahaha ame el CAP cada vez esta mejor la nove
Y awwww estoy emocionada saldrá la peli
Eso es maravilloso!!!
Y sip el chico nada que ver
Quería ver a Nick hahahaha
Plis siguelaaaaaaaaa!!
Si, todas soñamos con el nicho! :(L): :fiu:
Lo sé can't wait por la peli! ^.^
JAJAJJA la verdad que si, no pierdo la esperanza
para la segunda peli! ;)
Ya la sigo! :D
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Lo sé can't wait por la peli! ^.^
JAJAJJA la verdad que si, no pierdo la esperanza
para la segunda peli! ;)
Ya la sigo! :D
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
ElitzJb escribió:nah dios mio me perdí x un tiempito de esta novela y tooooodo lo q tengo q leer no es nada normal.
dios creo q nunca te alcanzarte pero lo intentare xq cada vez me encanta mas esta nove
espero seguirte el ritmo pronto bye me voy a leer mas xD
Lo sé, hace mucho que no te leía por acá! u.u
JAJAJAJAJ si me alcanzaras! ;)
Espero leerte pronto! :D
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JAJAJAJAJ si me alcanzaras! ;)
Espero leerte pronto! :D
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:aww tiene un bloqueo??? Quien se lo puso?!
Su madre para que no recuerde que Valentine es su padres??
Siguela!!!!!
;) Si fue su mamá, aunque no exactamente por Valentine!
Ya verás! :D
Ya la sigo!
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Ya verás! :D
Ya la sigo!
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HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad de Hueso NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• CIUDAD DE HUESO - CAPITULO 10 (PARTE 3)•
Abandonar el Instituto fue como introducirse en una bolsa de lona húmeda y caliente. El aire húmedo presionaba con fuerza sobre la ciudad, convirtiendo el aire en un caldo mugriento.
-No entiendo por qué tenemos que marcharnos separados del hermano Jeremiah – refunfuñó ______(tn).
Estaban de pie en la esquina frente al Instituto. Las calles estaban desiertas a excepción de un camión de la basura que circulaba pesadamente más adelante.
-¿Es que le avergüenza que le vean con cazadores de sombras o algo así?
-La Hermandad son cazadores de sombras –indicó Nicholas.
De algún modo, el joven conseguía parecer fresco a pesar del calor. ______(tn) sintió ganas de abofetearle por ello.
-Supongo que fue a buscar su coche –dijo ella con sarcasmo.
-Algo parecido.
La muchacha sacudió negativamente la cabeza.
-Me sentiría mucho mejor si Hodge hubiese venido con nosotros.
-Vaya. ¿No soy protección suficiente para ti?
-No es protección lo que necesito justo ahora…, es alguien que me ayude a pensar. – Recordando repentinamente, se llevó una mano a la boca-. Ah… ¡Simon!
-No, soy Nicholas –repuso éste pacientemente-. Simon es esa pequeña comadreja con el horrible corte de pelo y un pésimo sentido de la moda.
-Vamos, cállate –replicó ella, pero fue más algo automático que sentido-. Tenía la intención de telefonearle antes de irme a acostar. Saber si había llegado bien a casa.
Meneando la cabeza, Nicholas contempló los cielos como si estuvieran a punto de abrirse y revelar los secretos del universo.
-¿Con todo lo que está sucediendo, te preocupas por Cara de Comadreja?
-No le llames así. No se parece a una comadreja.
-Puede que tengas razón –repuso él-. He conocido a una o dos comadrejas atractivas en mis tiempos. Se parece más a una rata.
-Él no se…
-Probablemente esté en casa tumbado en un charco de su propia baba. Tú espera a que Isabelle se canse de él y tendrás que recoger los pedazos.
-¿Es probable que Isabelle se canse de él? –preguntó ______(tn).
Nicholas lo meditó.
-Sí –contestó.
______(tn) se preguntó si tal vez Isabelle no sería más lista de lo que Nicholas pensaba. Quizá comprendería el tipo tan alucinante que era Simon: lo divertido, lo listo, lo estupendo que era. A lo mejor empezarían a salir. La idea la llenó de indescriptible horror.
Absorta en sus pensamientos, tardó varios instantes en advertir que Nicholas le había estado diciendo algo. Cuando le miró pestañeando, vio que una sonrisa maliciosa se extendía por su rostro.
-¿Qué? –preguntó de mala gana.
-Ojalá dejaras de intentar desesperadamente atraer mi atención de este modo –dijo él-. Se ha vuelto embarazoso.
-El sarcasmo es el último refugio de los que tienen la imaginación en bancarrota –le respondió ella.
-No puedo evitarlo. Uso mi afilado ingenio para ocultar mi dolor interior.
-Tu dolor no tardará en ser exterior si no sales del tráfico. ¿Es que quieres que te atropelle un taxi?
-No seas ridícula –respondió él-. Jamás conseguiríamos un taxi con tanta facilidad en este vecindario.
Como si le hubiera oído, un alargado coche negro con ventanas tintadas se acercó a la acera con un retumbo sordo y se detuvo frente a Nicholas, con el motor ronroneando. Era largo, de líneas elegantes y muy pegado al suelo como una limusina, con las ventanillas curvándose hacia el exterior.
Nicholas miró a ______(tn) de soslayo; había regocijo en su mirada, pero también cierta urgencia.
Ella volvió a echar una ojeada al coche, dejando que su mirada se relajara, dejando que la fuerza de lo que era real perforara el velo de glamour para poder ver la realidad más allá del encantamiento.
Entonces el coche adoptó el aspecto de la carroza de Cenicienta, aunque en lugar de ser rosa, dorada y azul como un huevo de Pascua, era negra como el terciopelo, con las ventanillas tintadas. Las ruedas eran negras, las guarniciones de cuero todas negras. El asiento de metal negro del cochero lo ocupaba el hermano Jeremiah, sosteniendo un juego de riendas negras en sus manos enguantadas. Su rostro estaba oculto bajo la capucha de la túnica color pergamino. En el otro extremo de las riendas había dos caballos, negros como el humo, que rezongaban y piafaban en dirección al cielo.
-Entra –dijo Nicholas.
Al ver que ella seguía allí parada y boquiabierta, él la tomó del brazo y medio la empujó a través de la portezuela abierta del carruaje, montando tras ella. El carruaje se puso en movimiento antes de que hubiera cerrado la portezuela tras ellos. El joven cayó hacia atrás sobre su asiento, de lustroso tapizado afelpado, y dirigió una mirada a su compañera.
-Una escolta personal a la Ciudad de Hueso no es algo a lo que hacerle ascos.
-No le estaba haciendo ascos. Simplemente estaba sorprendida. No esperaba… Quiero decir, pensé que era un coche.
-Simplemente relájate –repuso Nicholas-. Disfruta de ese olor a carruaje nuevo.
______(tn) puso los ojos en blanco y giró la cabeza para mirar por las ventanillas. Habría pensado que un coche de caballos lo tendría muy difícil en el tráfico de Manhattan, pero se movían hacia el centro con facilidad, avanzando sigilosamente entre el rugir de taxis, autobuses y utilitarios que congestionaban la avenida. Frente a ellos, un taxi amarillo cambió de carril, cortándoles el paso. ______(tn) se puso tensa, preocupada por los caballos, pero entonces el carruaje dio un bandazo hacia arriba y los corceles saltaron ágilmente al techo del taxi. Ella sofocó una exclamación ahogada. El carruaje, en lugar de arrastrarse tras ellos por el suelo, se alzó en el aire detrás de los caballos, subiendo con suavidad y en silencio al taxi para pasar por encima de él y volver a descender en el otro lado.
______(tn) miró un momento para atrás cuando el vehículo tocó el suelo otra vez con una sacudida.
-Siempre pensé que los conductores de taxi no prestaban atención al tráfico, pero esto es ridículo –dijo con voz débil.
-Sólo porque ahora puedes ver a través del glamour…
Nicholas dejó que el final de la frase flotara delicadamente en el aire entre ellos.
-Sólo puedo hacerlo cuando me concentro –dijo ella-. Me produce cierto dolor de cabeza.
-Apuesto a que se debe al bloqueo que hay en tu mente. Los Hermanos se ocuparán de eso.
-¿Y entonces qué?
-Entonces verás el mundo como es: infinito –repuso él con una seca sonrisa.
-No me lances citas de Blake.
La sonrisa se tornó menos seca.
-No creía que fueras a reconocerlo. No me pareces alguien que lea mucha poesía.
-Todo el mundo conoce esa cita debido a los The Doors.
Nicholas la miró sin comprender.
-The Doors. Eran un grupo de música.
-Si tu lo dices –repuso él.
-Supongo que no tienes mucho tiempo para disfrutar de la música –comentó ______(tn), pensando en Simon, para quien la música era toda la vida-, dedicándote a lo que te dedicas.
Él se encogió de hombros.
-Quizá algún que otro coro gimiente de condenados.
______(tn) le miró rápidamente para comprobar si bromeaba, pero estaba inexpresivo.
-Pero ayer estabas tocando el piano –empezó-, en el Instituto. De modo que debes…
El carruaje volvió a ascender con un bandazo. ______(tn) se sujetó al borde de su asiento y se quedó boquiabierta: pasaban por el techo de un autobús de la línea M! que iba al centro de la ciudad. Desde aquella posición estratégica podía ver los pisos superiores de los edificios que bordeaban la avenida, minuciosamente esculpidos con gárgolas y cornisas decorativas.
-No hacia más que pasar el rato –respondió Nicholas, sin mirarla-. Mi padre insistió en que aprendiera a tocar un instrumento.
-Suena estricto, tu padre.
-En absoluto. –El tono del muchacho era cortante-. Me mimaba. Me lo enseñó todo: el manejo de las armas, demonología, tradiciones arcanas, lenguas antiguas. Me daba cualquier cosa que deseara. Caballos, armas, libros, incluso un halcón de caza.
“Pero armas y libros no son precisamente lo que muchos niños quieren por Navidad”, pensó ______(tn) mientras el carruaje volvía a caer al asfalto con un ruido sordo.
-¿Por qué no mencionaste a Hodge que conocías a los hombres con los que hablaba Luke? ¿Y que eran los que mataron a tu padre?
Nicholas bajó los ojos. ______(tn) le siguió la mirada hasta las manos. Eran delgadas y cuidadas, las manos de un artista, no de un guerrero. El anillo que ella había advertido antes centelleó en su dedo. ______(tn) pensó que debería haber algo de femenino en un muchacho que llevara un anillo, pero no lo había. El anillo mismo era sólido y confeccionado en plata oscura, con un dibujo de estrellas alrededor. Tenía grabada la letra W.
-Porque si lo hiciera –respondió él-, sabría que quiero matar a Valentine yo mismo. Y jamás me dejaría intentarlo.
-¿Te refieres a que quieres matarlo para vengarte?
-Para hacer justicia –repuso Nicholas-. Jamás supe quién mató a mi padre. Ahora lo sé. Ésta es mi oportunidad de corregirlo.
______(tn) no veía cómo matar a una persona podía corregir la muerte de otra, pero tuvo la sensación de que no iba a servir de nada decirlo.
-Pero tú sabías quién lo mató –dijo-. Fueron esos dos hombres. Dijiste…
Nicholas no la miraba, así que ______(tn) dejó que su voz se pagara. En aquel momento cruzaban Astor Place, esquivando por poco un tranvía morado de la universidad de Nueva York que se abría paso entre el tráfico. Los peatones que pasaban parecían aplastados por el aire pesado, igual que insectos inmovilizados bajo cristal. Algunos grupos de chicos sin techo estaban apelotonados alrededor de la base de una enorme estatua de latón, con carteles de cartón donde pedían dinero apoyados frente a ellos. ______(tn) vio a una muchacha de aproximadamente su edad, con la cabeza perfectamente afeitada, recostada contra un muchacho de piel morena con rastas y el rostro adornado con una docena de piercings. El muchacho giró la cabeza al pasar el carruaje como si pudiera verlo, y ella distinguió el destello de sus ojos. Uno estaba nublado, como si careciera de pupila.
-Tenía diez años –dijo Nicholas.
______(tn) volvió la cabeza para mirarle. No mostraba ninguna emoción. Siempre parecía palidecer cuando hablaba de su padre.
-Vivíamos en una mansión, en el campo. Mi padre siempre dijo que era más seguro estar lejos de la gente. Les oí venir por el camino que llevaba a la casa y fui a decírselo.
Me dijo que me escondiera, así que me escondí bajo las escaleras. Vi a esos hombres entrar. Llevaban a otro con ellos. No a hombres. Repudiados. Dominaron a mi padre y le cortaron el cuello. La sangre corrió por el suelo. Me empapó los zapatos. No me moví.
______(tn) tardó un momento en darse cuenta de que él había acabado de hablar, y otro en recuperar la voz.
-Lo siento mucho, Nicholas.
Los ojos del muchacho brillaron en la oscuridad.
-No entiendo por qué los mundanos siempre se disculpan por cosas que no son culpa suya.
-No me estoy disculpando. Es un modo de… establecer empatía. De decir que siento que seas desgraciado.
-No soy desgraciado –contestó él-. Sólo la gente sin un propósito es desgraciada. Yo tengo un propósito.
-¿Quieres decir matar demonios, o vengarte por la muerte de tu padre?
-Ambas cosas.
-¿Querría realmente tu padre que mataras a esos hombres? ¿Sólo por venganza?
-Un cazador de sombras que mata a uno de sus camaradas es peor que un demonio y debería ser suprimido igual que uno de ellos –replicó Nicholas, sonando como si recitara las palabras de un libro de texto.
-¿Pero son todos los demonios malvados? –preguntó ella-. Quiero decir, si todos los vampiros no son malvados, y todos los hombres lobos no son malvados, quizá…
Nicholas se revolvió contra ella, exasperado.
-No es la misma cosa en absoluto. Los vampiros, los hombres lobo, incluso los brujos, son humanos en parte. Parte de este mundo, nacidos en él. Pertenecen a este sitio. Pero los demonios vienen de otros mundos. Son interdimensionales. Llegan a un mundo y lo consumen. No saben construir, sólo destruir… No saben crear, sólo usar. Agotan un lugar hasta convertirlo en cenizas y cuando está muerto, se trasladan al siguiente. Es vida lo que quieren…, no sólo tu vida o la mía, sino toda la vida de este mundo, sus ríos y ciudades, sus océanos, todo ello. Y lo único que se interpone entre ellos y la destrucción de todo esto –señaló fuera de la ventanilla del carruaje, agitando la mano como si quisiera indicar todo en la ciudad, desde los rascacielos de la parte alta al atasco de tráfico de la calle Houston- son los nefilim.
-Ah –dijo ______(tn), pues no parecía que hubiera mucho más que decir-. ¿Cuántos otros mundos existen?
-Nadie lo sabe. ¿Cientos? Millones, tal vez.
-¿Y son todos… mundos muertos? ¿Agotados? –Sintió que el estómago le daba un vuelco, aunque podría haber sido la sacudida de cuando pasaron por encima de un Mini color morado, dando una vuelta de campana-. Eso parece tan triste.
-No he dicho eso.
La oscura luz anaranjada de la neblina de la ciudad se derramó al interior por la ventanilla, trazando su anguloso perfil.
-Probablemente existen otros mundos vivos como el nuestro. Pero únicamente los demonios pueden viajar entre ellos. En parte, debido a que son principalmente incorpóreos, aunque nadie sabe exactamente por qué. Gran número de brujos lo han intentado, y jamás ha funcionado. Nada de la Tierra puede atravesar las salvaguardas colocadas entre los mundos. Si pudiéramos –prosiguió-, podríamos cerrarles el paso para impedir que vinieran aquí, pero nadie ha conseguido nunca averiguar cómo hacer eso. De hecho, cada vez llegan más de ellos. En el pasado se trataba de pequeñas invasiones demoníacas, que podían contenerse fácilmente. Pero desde que tengo uso de razón, cada vez son más los que se filtran a través de las salvaguardas. La Clave se pasa el tiempo enviando cazadores de sombras, y en muchas ocasiones no regresan.
-Pero si tuvieran la Copa Mortal, podríais crear más, ¿verdad? ¿Más cazadores de demonios? –preguntó ______(tn) tímidamente.
-Claro –contestó Nicholas-. Pero hace ya años que no tenemos la Copa, y muchos de nosotros morimos jóvenes. De modo que nuestro número mengua.
-No se están, ah… -______(tn) buscó la palabra correcta-. ¿Reproduciendo?
Nicholas profirió una carcajada justo cuando el carruaje efectuó un repentino y pronunciado giro a la izquierda. El muchacho se sujetó bien, pero ______(tn) se vio arrojada contra él.
Éste la agarró, y la apartó con suavidad pero con firmeza. La joven sintió la presión fría del anillo de plata como una esquirla de hielo contra su piel sudorosa.
-Por supuesto –repuso él burlón-. Nos encanta reproducirnos. Es una de nuestras diversiones favoritas.
______(tn) se apartó de él, con el rostro ardiendo en la oscuridad, y giró la cabeza para mirar por la ventanilla. Corrían en dirección a una gruesa reja de hierro forjado, emparrada de oscuras enredaderas.
-Hemos llegado –anunció Nicholas mientras el suave rodar de ruedas sobre asfalto se convertía en el traqueteo de los adoquines.
______(tn) vislumbró palabras sobre un arco cuando pasaron bajo él: CEMENTERIO MARBLE DE LA CIUDAD DE NUEVA YORK.
-Pero dejaron de enterrar a gente en Manhattan hace un siglo… ¿no es cierto? – preguntó.
Avanzaban por un estrecho callejón con elevadas paredes de piedra a ambos lados.
-La Ciudad de Hueso ha estado aquí más tiempo que eso.
El carruaje se detuvo en seco con un bandazo. ______(tn) dio un brinco cuando Nicholas alargó el brazo, pero éste se limitaba a extenderlo por delante de ella para abrir la portezuela en su lado. El brazo estaba levemente musculazo y recubierto de vello dorado, fino como polen.
-¿Uno no tiene elección, verdad? –inquirió ella-. En lo de ser cazador de sombras. No puedes desentenderte de ello.
-No –respondió él.
La portezuela se abrió de par en par y dejó entrar una ráfaga de aire bochornoso. El vehículo se había detenido sobre una amplia plaza de césped verde rodeada de paredes de mármol cubiertas de musgo.
-Pero si tuviera elección, esto seguiría siendo lo que elegiría.
-¿Por qué?
Él enarcó una ceja, lo que hizo que ______(tn) se sintiera instantáneamente celosa. Siempre había deseado poder hacer aquello.
-Porque –contestó él-, es para lo que sirvo.
Saltó fuera del carruaje. ______(tn) se deslizó hasta el borde de su asiento, balanceando las piernas. Había una buena distancia hasta los adoquines. Saltó. El impacto le dejó los pies doloridos, pero no cayó. Se volvió en redondo, triunfal, y se encontró con Nicholas que la observaba.
-Te habría ayudado a bajar –dijo éste.
-No pasa nada –respondió ella, pestañeando-. No tenías por qué.
El joven echó un vistazo detrás de él. El hermano Jeremiah descendía de su puesto tras los caballos con una silenciosa caída de túnica. No proyectaba ninguna sombra sobre la hierba tostada por el sol.
“Vengan”, dijo. Se alejó majestuosamente del carruaje y las reconfortantes luces de la Segunda Avenida, yendo hacia el centro oscuro del jardín. Estaba claro que esperaba que lo siguieran.
La hierba estaba seca y crujía bajo los pies; las paredes de mármol a ambos lados eran lisas y nacaradas. Había nombres grabados en la piedra de las paredes, nombres y fechas. ______(tn) tardó un momento en comprender que se trataba de indicadores de sepulturas. Un escalofrío le recorrió la espalda. ¿Dónde estaban los cuerpos? ¿En las paredes, enterrados de pie como si los hubiesen emparedado en vida…?
Había olvidado mirar por dónde iba, y cuando chocó contra algo inconfundiblemente vivo, soltó un sonoro grito.
Era Nicholas.
-No chilles de ese modo. Despertarás a los muertos.
Ella le miró con el entrecejo fruncido.
-¿Por qué te detienes?
Él señaló al hermano Jeremiah, que se había detenido frente a una estatua sólo ligeramente más alta que él, cuya base estaba cubierta de musgo. Era la estatua de un ángel. El mármol estaba tan pulido que parecía transparente. El rostro del ángel era fiero, hermoso y triste, y en unas largas manos blancas sostenía una copa, en cuyo borde había joyas de mármol incrustadas. Algo en la estatua cosquilleó en la memoria de ______(tn) con una inquietante familiaridad. Había una fecha grabada en la base, 1234, y unas palabras alrededor de ella: NEPHILIM: FACILIS DESCENSOS AVERNI.
-¿Se supone que eso es la Copa Mortal? –preguntó.
Nicholas asintió.
-Y ése es el lema de los nefilim, de los cazadores de sombras, ahí en la base.
-¿Qué significa?
La amplia sonrisa de Nicholas fue un destello blanco en la oscuridad.
-Significa: Cazadores de sombras. Les sienta mejor el negro que a las viudas de nuestros enemigos desde 1234.
-Nicholas…
“Significa –dijo Jeremiah-: El descenso al infierno es fácil.”
-Bonito y optimista –indicó ______(tn), pero un escalofrío le recorrió la piel a pesar del calor.
-Tener eso ahí es una muestra del sentido del humor de los Hermanos –dijo Nicholas-. Ya lo verás.
La muchacha miró al hermano Jeremiah; éste había sacado una estela, que brillaba tenuemente, de algún bolsillo interior de su túnica, y con la punta trazaba el dibujo de una runa sobre la base de la estatua. De repente, la boca del ángel de piedra se abrió de par en par en un silencioso grito, y un enorme agujero negro apareció en la zona cubierta de césped a los pies de Jeremiah. Parecía una tumba abierta.
______(tn) se aproximó despacio al borde y atisbó al interior. Unos peldaños de granito conducían al
interior del agujero, con los bordes desgastados por años de uso. A intervalos, había antorchas colocadas a lo largo de los peldaños llameando con luz verde y azul hielo. El final de la escalera se perdía en la oscuridad.
Nicholas inició el descenso con la naturalidad de quien encuentra familiar una situación, aunque no precisamente cómoda. A mitad de camino de la primera antorcha, se detuvo y alzó la vista hacia ella.
-Vamos –dijo con impaciencia.
______(tn) apenas había puesto el pie en el primer peldaño cuando sintió que una mano helada le sujetaba el brazo. Levantó los ojos con sorpresa. El hermano Jeremiah le agarraba la muñeca; los gélidos dedos blancos se le clavaban en la carne. Distinguió el brillo óseo de su rostro desfigurado bajo el borde de la capucha.
“No temas –dijo su voz en el interior de la mente de ______(tn)-. Haría falta más que un simple grito humano para despertar a estos muertos.”
Cuando le soltó el brazo, la muchacha descendió con rápidos saltitos los peldaños, siguiendo a Nicholas, con el corazón martilleándole las costillas. Nicholas había sacado de su soporte una de las antorchas, que ardía con una luz verde, y la sostenía a la altura de la cabeza. El resplandor daba un tinte verde a su tez.
-¿Estás bien?
Ella asintió, incapaz de hablar. La escalera finalizó en un rellano plano; ante ellos se extendía un túnel, largo y negro, estriado por las raíces enroscadas de los árboles. Una tenue luz azulada se veía al final del túnel.
-Está tan.. oscuro –susurró ella.
-¿Quieres que te coja de la mano?
______(tn) colocó ambas manos a la espalda como una niña pequeña.
-No me hables en ese tono condescendiente, como si fuera una niñita.
-Bueno, no eres precisamente un gigante. Eres demasiado bajita. –Nicholas echó una veloz mirada detrás de ella, y la antorcha lanzó una lluvia de chispas debido al movimiento-. No hace falta tanta ceremonia, hermano Jeremiah –indicó, arrastrando las palabras-. Adelante. Iremos justo detrás de usted.
______(tn) dio un brinco. Todavía no estaba acostumbrada a las silenciosas idas y venidas del archivero. El hombre se movió sin hacer ruido del lugar donde había estado de pie tras ella y se encaminó al interior del túnel. Al cabo de un momento, ella le siguió, apartando a un lado la mano tendida de Nicholas al pasar.
La primera visión de ______(tn) de la Ciudad Silenciosa fue la de una hilera tras otra de altos arcos de mármol que se alzaban por encima de sus cabezas, desapareciendo a lo lejos como las ordenadas hileras de árboles de un huerto. El mármol mismo era de un inmaculado tono marfil ceniciento, compacto y pulido, con estrechas tiras de ónice, jaspe y jade insertadas en algunos lugares. A medida que se alejaban del túnel y avanzaban hacia el bosque de arcos, ______(tn) vio que en el suelo había grabadas las mismas runas que a veces decoraban la piel de Nicholas con dibujos de líneas, volutas y espirales.
Cuando los tres pasaron a través del primer arco, algo grande y blanco surgió a la izquierda de la joven, como un iceberg frente a la proa del Titanic. Era un bloque de piedra blanca, liso y cuadrado, con una especie de puerta insertada en la parte frontal.
Le recordó una casita de juguete del tamaño de un niño, casi lo bastante grande, pero no del todo, para que ella pudiese permanecer de pie en el interior.
-Es un mausoleo –explicó Nicholas, dirigiendo un destello de la luz de la antorcha hacia él, lo que permitió a ______(tn) ver que había una runa grabada en la puerta sellada con pasadores de hierro-. Una tumba. Enterramos a nuestros muertos aquí.
-¿A todos vuestros muertos? –inquirió ella, medio deseando preguntarle si su padre estaba enterrado allí, pero él ya había seguido adelante y no la habría oído.
Apresuró el aspo tras él, no queriendo quedarse sola con el hermano Jeremiah en aquel lugar fantasmal.
-Pensé que dijiste que esto era una biblioteca.
“Existen muchos niveles en la Ciudad Silenciosa –interpuso el hermano Jeremiah-. Y no todos los muertos están enterrados aquí. Existe otro osario en Idris, desde luego, mucho mayor. Pero en este nivel están los mausoleos y el lugar de cremación.”
-¿El lugar de cremación?
“Los que mueren en combate se incineran; sus cenizas se utilizan para construir los arcos de mármol que ves aquí. La sangre y los huesos de los cazadores de demonios son en sí mismos una poderosa protección contra el mal. Incluso en la muerte, la Clave sirve a la causa.”
“Qué agotador –pensó ______(tn)-, combatir toda tu vida y que luego esperen que sigas luchando incluso cuando tu vida ha terminado.”
En la periferia de su visión podía ver los cuadrados panteones blancos alzándose a ambos lados de ella en ordenadas filas de tumbas, cada puerta cerrada por fuera.
Comprendió entonces por qué a aquello se le llamaba la Ciudad Silenciosa: sus únicos habitantes eran los Hermanos mudos y los muertos a los que tan celosamente custodiaban.
Habían llegado a otra escalera, que descendía al interior de más penumbra; Nicholas alargó la antorcha frente a él, surcando las paredes de sombras.
-Vamos al segundo nivel, donde están los archivos y las salas del consejo –indicó, como para tranquilizarla.
-¿Dónde están los alojamientos? –preguntó ella, en parte para mostrarse educada y en parte por auténtica curiosidad-. ¿Dónde duermen los Hermanos?
“¿Dormir?”
La palabra flotó en la oscuridad que había entre ellos. Nicholas rió, y la llama de la antorcha que sostenía titiló.
-Tenías que preguntarlo.
Al final de la escalera había otro túnel, que se ensanchaba al final en un pabellón cuadrado, con cada esquina marcada por un chapitel de hueso tallado. Ardían antorchas en grandes soportes de ónice a los lados del cuadrado, y el aire olía a cenizas y a humo.
En el centro del pabellón había una gran mesa de basalto negro con vetas blancas.
Detrás de la mesa, en la pared oscura, colgaba una enorme espada de plata, con la punta hacia abajo y la empuñadura tallada en forma de alas extendidas. Sentada a la mesa había una hilera de Hermanos Silenciosos, cada uno cubierto y encapuchado con una túnica del mismo color pergamino que Jeremiah.
Jeremiah no perdió el tiempo.
“Hemos llegado. _____(tn), preséntate ante el Consejo.”
______(tn) echó una mirada rápida a Nicholas, pero éste pestañeaba, claramente confuso. El hermano Jeremiah debía de haber hablado sólo dentro de su cabeza. Contempló la mesa, la larga fila de figuras silenciosas enfundadas en sus gruesas túnicas. Cuadrados alternos componían el suelo del pabellón: de un color bronce dorado y de un rojo más oscuro.
Justo frente a la mesa había un cuadrado más grande, de mármol negro y adornado con un dibujo parabólico de estrellas plateadas.
______(tn) fue a colocarse en el centro del cuadrado negro como si se pusiera ante un pelotón de fusilamiento. Alzó la cabeza.
-De acuerdo –dijo-. ¿Ahora qué?
Los Hermanos emitieron un sonido, un sonido que a ______(tn) le erizó los pelos del cogote y los brazos. Fue un sonido parecido a un suspiro o un quejido. Al unísono, alzaron las manos y se echaron las capuchas hacia atrás, dejando al descubierto los rostros marcados con cicatrices y cuencas vacías.
Aunque había visto ya el rostro descubierto del hermano Jeremiah, a ______(tn) se le hizo un nudo en el estómago. Era como mirar una hilera de esqueletos, como uno de aquellos grabados medievales en los que los muertos andaban, hablaban y danzaban sobre los cuerpos amontonados de los vivos. Sus bocas cosidas parecían sonreírle burlonas.
“El Consejo te da la bienvenida, _____(tn) Fray”, oyó, y no fue sólo una voz silenciosa en su cabeza sino una docena, algunas bajas y ásperas, algunas suaves y monótonas, pero todas eran exigentes, insistentes, ejerciendo presión sobre las frágiles barreras que rodeaban su mente.
-Para –dijo, y ante su asombro su voz surgió firme y fuerte.
El barullo dentro de su cabeza cesó con la misma rapidez que un disco que ha dejado de girar.
-Pueden entrar en mi cabeza –dijo-, pero sólo cuando esté lista.
“Si no quieres nuestra ayuda, no hay necesidad de esto. Eres tú quien pidió nuestra colaboración, al fin y al cabo.”
-Ustedes quieren saber lo que hay en mi mente, igual que yo –repuso ella-. Eso no significa que no deben hacerlo con cuidado.
El Hermano que se sentaba en el centro juntó los delgados dedos blancos bajo la barbilla.
“Es un rompecabezas interesante, hay que reconocerlo –dijo. Y la voz en el interior de la cabeza de ______(tn) era seca y neutral-. Pero no hay necesidad de emplear la fuerza, si no te resistes.”
Ella apretó los dientes. Quería resistirse a ellos, quería arrancar aquellas voces molestas de su cabeza. Hacerse a un lado y no permitir tal violación de su ser más íntimo y personal…
Pero lo más seguro era que eso ya hubiese ocurrido, se recordó. Eso no era más que la restitución de un crimen del pasado, el robo de su memoria. Si funcionaba, lo que le habían quitado le sería devuelto. Cerró los ojos.
-Adelante –dijo.
El primer contacto llegó como un susurro dentro de su cabeza, delicado como la caricia de una hoja al caer.
“Declara tu nombre para el Consejo.”
“_____(tn) Fray.”
A la primera voz se unieron otras.
“¿Quién eres?”
“Soy ______(tn). Mi madre es Jocelyn Fray. Vivo en el 807 de Berkeley Place en Brooklyn. Tengo quince años. El nombre de mi padre era…”
Su mente pareció retroceder bruscamente sobre sí misma, igual que una goma elástica, y la muchacha empezó a tambalearse en silencio en el centro de un torbellino de imágenes proyectadas sobre el interior de sus párpados cerrados. Su madre la hacía avanzar rápidamente por una calle negra como la noche entre montones de nieve apilada y sucia.
Luego apareció un cielo encapotado, gris y plomizo, e hileras de árboles negros sin hojas. Un cuadrado vacío abierto en la tierra, un ataúd sin adornos introducido en él.
Ceniza a las cenizas. Jocelyn envuelta en su colcha de retazos, con lágrimas corriéndole por las mejillas, cerrando apresuradamente una caja y empujándola bajo un almohadón al entrar ______(tn) en la habitación. Volvió a ver las iniciales en la caja: J. C.
Las imágenes acudían más veloces ahora, como las páginas de unos de esos libros en las que los dibujos parecen moverse cuando se pasan de prisa. ______(tn) estaba de pie en lo alto de un tramo de escalera, contemplando un pasillo estrecho, y ahí volvía a estar Luke, con su bolsa de lona verde a los pies. Jocelyn estaba frente a él, meneando la cabeza y diciendo: “¿Por qué ahora, Lucian? Te creía muerto…”. ______(tn) parpadeó; Luke parecía diferente, casi un desconocido, con barba, los cabellos largos y enmarañados…, y unas ramas descendieron para impedirle ver; volvía a estar en el parque, y hadas verdes, diminutas como mondadientes, zumbaban entre las flores rojas. Alargó la mano para coger una con deleite, y su madre la alzó en brazos con un grito de terror. Luego volvía a ser invierno en la calle oscura, y avanzaban presurosas, acurrucadas bajo un paraguas, Jocelyn medio empujando y medio arrastrando a ______(tn) entre los imponentes terraplenes de nieve. Una entrada de granito se irguió surgiendo del manto blanco que caía; había palabras esculpidas sobre la puerta: “EL MAGNÍFICO”. Entonces se encontró en el interior de una entrada que olía a hierro y a nieve derritiéndose. Tenía los dedos ateridos de frío. Una mano bajo su barbilla la guió para que alzara los ojos, y vio una hilera de palabras garabateadas en la pared. Dos palabras atrajeron su atención, grabándose a fuego en sus ojos: “MAGNUS BANE”.
Un dolor repentino le asaeteó el brazo derecho. Chilló mientras las imágenes se desvanecían y giró en redondo hacia arriba, aflorando a la superficie de la conciencia como un submarinista abriéndose paso a través de una ola. Algo frío le presionaba la mejilla. Abrió los ojos con un esfuerzo y vio estrellas plateadas. Pestañeó dos veces antes de comprender que yacía en el suelo de mármol, con las rodillas dobladas a la altura del pecho. Cuando se movió, un dolor ardiente le recorrió el brazo.
Se incorporó con cautela. La piel que cubría el codo izquierdo estaba desgarrada y sangraba. Sin duda había aterrizado sobre él al caer. Había sangre en su camisa. Miró a su alrededor, desorientada, y vio a Nicholas mirándola, sin moverse, pero con una expresión tensa en la boca.
“Magnus Bane.” Las palabras significaban algo, pero ¿qué? Antes de que pudiera hacer la pregunta en voz alta, el hermano Jeremiah la interrumpió.
“El bloqueo en el interior de tu cabeza es más fuerte de lo que habíamos previsto –dijo-. Sólo puede anularlo sin peligro aquel que lo puso ahí. Si te lo quitáramos nosotros, te mataríamos.”
______(tn) se puso en pie apresuradamente, acunando el brazo lastimado.
-Pero yo no sé quién lo puso ahí. Si lo supiera, no habría venido aquí.
“La respuesta a eso está tejida en el entramado de tus pensamientos –dijo el hermano Jeremiah-. Lo viste escrito en tu sueño.”
-¿Magnus Bane? Pero…¡eso ni siquiera es un nombre!
“Es suficiente.”
El hermano Jeremiah se puso en pie. Como si aquello fuese una señal, el resto de los Hermanos se alzó con él. Inclinaron la cabeza en dirección a Nicholas, en un gesto de silencioso saludo, antes de desfilar por entre las columnas y desaparecer. Sólo el hermano Jeremiah permaneció, contemplando impasible cómo Nicholas se aproximaba presuroso a ______(tn).
-¿Está bien tu brazo? Déjame ver –pidió, agarrando la muñeca de la joven.
-¡Uy! Está perfectamente. No hagas eso, lo empeoras –dijo ella, intentando desasirse.
-Has sangrado sobre las Estrellas Parlantes –repuso él.
______(tn) miró y vio que tenía razón. Había una mancha de sangre sobre el mármol blanco y plata.
-Apuesto a que existe una ley en alguna parte sobre eso –siguió él.
El muchacho le movió el brazo, con más delicadeza de la que ella le habría creído capaz. Sujetó el labio inferior entre los dientes y silbó, ella echó una ojeada y vio que una capa de sangre le cubría el antebrazo desde el codo a la muñeca. Sentía punzadas en el brazo, que estaba agarrotado y dolorido.
-¿Es ahora cuando empiezas a romper tiras de tela de tu camiseta para vendarme la herida? –bromeó; odiaba la visión de la sangre, en especial la suya.
-Si lo que quieres es que me arranque la ropa, deberías habérmelo pedido. –Introdujo la mano en el bolsillo y sacó su estela-. Habría sido mucho menos doloroso.
Recordando el escozor que había sentido cuando la estela le había tocado la muñeca, ______(tn) se preparó, pero todo lo que sintió mientras el refulgente instrumento se deslizaba ligeramente sobre la herida fue un leve calorcillo.
-Ya está –anunció él, irguiéndose.
______(tn) flexionó el brazo maravillada; aunque la sangre seguía allí, la herida había desaparecido, igual que el dolor y el agarrotamiento.
-Y la próxima vez que planees hacerte daño para atraer mi atención, sólo recuerda que una charla dulce hace maravillas.
______(tn) notó que la boca se le crispaba en una sonrisa.
-Lo tendré en cuenta –respondió, y mientras él se alejaba, añadió-. Y gracias.
Él se metió la estela en el bolsillo posterior sin volverse para mirarla, pero a ella le pareció ver cierta satisfacción en la posición de sus hombros.
-Hermano Jeremiah –dijo él, frotándose las manos-, ha estado muy callado todo este tiempo. ¿Sin duda tendrá algunas ideas que le gustaría compartir?
“Se me ha encomendado conduciros fuera de la Ciudad Silenciosa, y eso es todo”, contestó el archivero.
______(tn) se preguntó si se lo imaginaba ella, o si no había un ligero tono agraviado en su “voz”.
-Podríamos ir hasta la salida nosotros mismos –sugirió Nicholas esperanzado-. Estoy seguro de recordar el camino…
“Las maravillas de la Ciudad Silenciosa no son para los ojos de los no iniciados – respondió Jeremiah, y les dio la espalda con un mudo revuelo de la túnica-. Por aquí.”
Cuando salieron al aire libre, ______(tn) aspiró profundamente varias veces el aire espeso de la mañana, saboreando el hedor a niebla tóxica, suciedad y humanidad. Nicholas miró a su alrededor pensativo.
-Va a llover –dijo.
Tenía razón, se dijo ______(tn), alzando los ojos hacia el cielo gris oscuro.
-¿Cogeremos un carruaje de vuelta al Instituto?
Nicholas miró al hermano Jeremiah, inmóvil como una estatua, y luego al carruaje, que se alzaba como una sombra negra en la arcada que conducía a la calle. Luego sonrió de oreja a oreja.
-Ni hablar –declaró-. Odio esas cosas. Vayamos a tomar un taxi.
-No entiendo por qué tenemos que marcharnos separados del hermano Jeremiah – refunfuñó ______(tn).
Estaban de pie en la esquina frente al Instituto. Las calles estaban desiertas a excepción de un camión de la basura que circulaba pesadamente más adelante.
-¿Es que le avergüenza que le vean con cazadores de sombras o algo así?
-La Hermandad son cazadores de sombras –indicó Nicholas.
De algún modo, el joven conseguía parecer fresco a pesar del calor. ______(tn) sintió ganas de abofetearle por ello.
-Supongo que fue a buscar su coche –dijo ella con sarcasmo.
-Algo parecido.
La muchacha sacudió negativamente la cabeza.
-Me sentiría mucho mejor si Hodge hubiese venido con nosotros.
-Vaya. ¿No soy protección suficiente para ti?
-No es protección lo que necesito justo ahora…, es alguien que me ayude a pensar. – Recordando repentinamente, se llevó una mano a la boca-. Ah… ¡Simon!
-No, soy Nicholas –repuso éste pacientemente-. Simon es esa pequeña comadreja con el horrible corte de pelo y un pésimo sentido de la moda.
-Vamos, cállate –replicó ella, pero fue más algo automático que sentido-. Tenía la intención de telefonearle antes de irme a acostar. Saber si había llegado bien a casa.
Meneando la cabeza, Nicholas contempló los cielos como si estuvieran a punto de abrirse y revelar los secretos del universo.
-¿Con todo lo que está sucediendo, te preocupas por Cara de Comadreja?
-No le llames así. No se parece a una comadreja.
-Puede que tengas razón –repuso él-. He conocido a una o dos comadrejas atractivas en mis tiempos. Se parece más a una rata.
-Él no se…
-Probablemente esté en casa tumbado en un charco de su propia baba. Tú espera a que Isabelle se canse de él y tendrás que recoger los pedazos.
-¿Es probable que Isabelle se canse de él? –preguntó ______(tn).
Nicholas lo meditó.
-Sí –contestó.
______(tn) se preguntó si tal vez Isabelle no sería más lista de lo que Nicholas pensaba. Quizá comprendería el tipo tan alucinante que era Simon: lo divertido, lo listo, lo estupendo que era. A lo mejor empezarían a salir. La idea la llenó de indescriptible horror.
Absorta en sus pensamientos, tardó varios instantes en advertir que Nicholas le había estado diciendo algo. Cuando le miró pestañeando, vio que una sonrisa maliciosa se extendía por su rostro.
-¿Qué? –preguntó de mala gana.
-Ojalá dejaras de intentar desesperadamente atraer mi atención de este modo –dijo él-. Se ha vuelto embarazoso.
-El sarcasmo es el último refugio de los que tienen la imaginación en bancarrota –le respondió ella.
-No puedo evitarlo. Uso mi afilado ingenio para ocultar mi dolor interior.
-Tu dolor no tardará en ser exterior si no sales del tráfico. ¿Es que quieres que te atropelle un taxi?
-No seas ridícula –respondió él-. Jamás conseguiríamos un taxi con tanta facilidad en este vecindario.
Como si le hubiera oído, un alargado coche negro con ventanas tintadas se acercó a la acera con un retumbo sordo y se detuvo frente a Nicholas, con el motor ronroneando. Era largo, de líneas elegantes y muy pegado al suelo como una limusina, con las ventanillas curvándose hacia el exterior.
Nicholas miró a ______(tn) de soslayo; había regocijo en su mirada, pero también cierta urgencia.
Ella volvió a echar una ojeada al coche, dejando que su mirada se relajara, dejando que la fuerza de lo que era real perforara el velo de glamour para poder ver la realidad más allá del encantamiento.
Entonces el coche adoptó el aspecto de la carroza de Cenicienta, aunque en lugar de ser rosa, dorada y azul como un huevo de Pascua, era negra como el terciopelo, con las ventanillas tintadas. Las ruedas eran negras, las guarniciones de cuero todas negras. El asiento de metal negro del cochero lo ocupaba el hermano Jeremiah, sosteniendo un juego de riendas negras en sus manos enguantadas. Su rostro estaba oculto bajo la capucha de la túnica color pergamino. En el otro extremo de las riendas había dos caballos, negros como el humo, que rezongaban y piafaban en dirección al cielo.
-Entra –dijo Nicholas.
Al ver que ella seguía allí parada y boquiabierta, él la tomó del brazo y medio la empujó a través de la portezuela abierta del carruaje, montando tras ella. El carruaje se puso en movimiento antes de que hubiera cerrado la portezuela tras ellos. El joven cayó hacia atrás sobre su asiento, de lustroso tapizado afelpado, y dirigió una mirada a su compañera.
-Una escolta personal a la Ciudad de Hueso no es algo a lo que hacerle ascos.
-No le estaba haciendo ascos. Simplemente estaba sorprendida. No esperaba… Quiero decir, pensé que era un coche.
-Simplemente relájate –repuso Nicholas-. Disfruta de ese olor a carruaje nuevo.
______(tn) puso los ojos en blanco y giró la cabeza para mirar por las ventanillas. Habría pensado que un coche de caballos lo tendría muy difícil en el tráfico de Manhattan, pero se movían hacia el centro con facilidad, avanzando sigilosamente entre el rugir de taxis, autobuses y utilitarios que congestionaban la avenida. Frente a ellos, un taxi amarillo cambió de carril, cortándoles el paso. ______(tn) se puso tensa, preocupada por los caballos, pero entonces el carruaje dio un bandazo hacia arriba y los corceles saltaron ágilmente al techo del taxi. Ella sofocó una exclamación ahogada. El carruaje, en lugar de arrastrarse tras ellos por el suelo, se alzó en el aire detrás de los caballos, subiendo con suavidad y en silencio al taxi para pasar por encima de él y volver a descender en el otro lado.
______(tn) miró un momento para atrás cuando el vehículo tocó el suelo otra vez con una sacudida.
-Siempre pensé que los conductores de taxi no prestaban atención al tráfico, pero esto es ridículo –dijo con voz débil.
-Sólo porque ahora puedes ver a través del glamour…
Nicholas dejó que el final de la frase flotara delicadamente en el aire entre ellos.
-Sólo puedo hacerlo cuando me concentro –dijo ella-. Me produce cierto dolor de cabeza.
-Apuesto a que se debe al bloqueo que hay en tu mente. Los Hermanos se ocuparán de eso.
-¿Y entonces qué?
-Entonces verás el mundo como es: infinito –repuso él con una seca sonrisa.
-No me lances citas de Blake.
La sonrisa se tornó menos seca.
-No creía que fueras a reconocerlo. No me pareces alguien que lea mucha poesía.
-Todo el mundo conoce esa cita debido a los The Doors.
Nicholas la miró sin comprender.
-The Doors. Eran un grupo de música.
-Si tu lo dices –repuso él.
-Supongo que no tienes mucho tiempo para disfrutar de la música –comentó ______(tn), pensando en Simon, para quien la música era toda la vida-, dedicándote a lo que te dedicas.
Él se encogió de hombros.
-Quizá algún que otro coro gimiente de condenados.
______(tn) le miró rápidamente para comprobar si bromeaba, pero estaba inexpresivo.
-Pero ayer estabas tocando el piano –empezó-, en el Instituto. De modo que debes…
El carruaje volvió a ascender con un bandazo. ______(tn) se sujetó al borde de su asiento y se quedó boquiabierta: pasaban por el techo de un autobús de la línea M! que iba al centro de la ciudad. Desde aquella posición estratégica podía ver los pisos superiores de los edificios que bordeaban la avenida, minuciosamente esculpidos con gárgolas y cornisas decorativas.
-No hacia más que pasar el rato –respondió Nicholas, sin mirarla-. Mi padre insistió en que aprendiera a tocar un instrumento.
-Suena estricto, tu padre.
-En absoluto. –El tono del muchacho era cortante-. Me mimaba. Me lo enseñó todo: el manejo de las armas, demonología, tradiciones arcanas, lenguas antiguas. Me daba cualquier cosa que deseara. Caballos, armas, libros, incluso un halcón de caza.
“Pero armas y libros no son precisamente lo que muchos niños quieren por Navidad”, pensó ______(tn) mientras el carruaje volvía a caer al asfalto con un ruido sordo.
-¿Por qué no mencionaste a Hodge que conocías a los hombres con los que hablaba Luke? ¿Y que eran los que mataron a tu padre?
Nicholas bajó los ojos. ______(tn) le siguió la mirada hasta las manos. Eran delgadas y cuidadas, las manos de un artista, no de un guerrero. El anillo que ella había advertido antes centelleó en su dedo. ______(tn) pensó que debería haber algo de femenino en un muchacho que llevara un anillo, pero no lo había. El anillo mismo era sólido y confeccionado en plata oscura, con un dibujo de estrellas alrededor. Tenía grabada la letra W.
-Porque si lo hiciera –respondió él-, sabría que quiero matar a Valentine yo mismo. Y jamás me dejaría intentarlo.
-¿Te refieres a que quieres matarlo para vengarte?
-Para hacer justicia –repuso Nicholas-. Jamás supe quién mató a mi padre. Ahora lo sé. Ésta es mi oportunidad de corregirlo.
______(tn) no veía cómo matar a una persona podía corregir la muerte de otra, pero tuvo la sensación de que no iba a servir de nada decirlo.
-Pero tú sabías quién lo mató –dijo-. Fueron esos dos hombres. Dijiste…
Nicholas no la miraba, así que ______(tn) dejó que su voz se pagara. En aquel momento cruzaban Astor Place, esquivando por poco un tranvía morado de la universidad de Nueva York que se abría paso entre el tráfico. Los peatones que pasaban parecían aplastados por el aire pesado, igual que insectos inmovilizados bajo cristal. Algunos grupos de chicos sin techo estaban apelotonados alrededor de la base de una enorme estatua de latón, con carteles de cartón donde pedían dinero apoyados frente a ellos. ______(tn) vio a una muchacha de aproximadamente su edad, con la cabeza perfectamente afeitada, recostada contra un muchacho de piel morena con rastas y el rostro adornado con una docena de piercings. El muchacho giró la cabeza al pasar el carruaje como si pudiera verlo, y ella distinguió el destello de sus ojos. Uno estaba nublado, como si careciera de pupila.
-Tenía diez años –dijo Nicholas.
______(tn) volvió la cabeza para mirarle. No mostraba ninguna emoción. Siempre parecía palidecer cuando hablaba de su padre.
-Vivíamos en una mansión, en el campo. Mi padre siempre dijo que era más seguro estar lejos de la gente. Les oí venir por el camino que llevaba a la casa y fui a decírselo.
Me dijo que me escondiera, así que me escondí bajo las escaleras. Vi a esos hombres entrar. Llevaban a otro con ellos. No a hombres. Repudiados. Dominaron a mi padre y le cortaron el cuello. La sangre corrió por el suelo. Me empapó los zapatos. No me moví.
______(tn) tardó un momento en darse cuenta de que él había acabado de hablar, y otro en recuperar la voz.
-Lo siento mucho, Nicholas.
Los ojos del muchacho brillaron en la oscuridad.
-No entiendo por qué los mundanos siempre se disculpan por cosas que no son culpa suya.
-No me estoy disculpando. Es un modo de… establecer empatía. De decir que siento que seas desgraciado.
-No soy desgraciado –contestó él-. Sólo la gente sin un propósito es desgraciada. Yo tengo un propósito.
-¿Quieres decir matar demonios, o vengarte por la muerte de tu padre?
-Ambas cosas.
-¿Querría realmente tu padre que mataras a esos hombres? ¿Sólo por venganza?
-Un cazador de sombras que mata a uno de sus camaradas es peor que un demonio y debería ser suprimido igual que uno de ellos –replicó Nicholas, sonando como si recitara las palabras de un libro de texto.
-¿Pero son todos los demonios malvados? –preguntó ella-. Quiero decir, si todos los vampiros no son malvados, y todos los hombres lobos no son malvados, quizá…
Nicholas se revolvió contra ella, exasperado.
-No es la misma cosa en absoluto. Los vampiros, los hombres lobo, incluso los brujos, son humanos en parte. Parte de este mundo, nacidos en él. Pertenecen a este sitio. Pero los demonios vienen de otros mundos. Son interdimensionales. Llegan a un mundo y lo consumen. No saben construir, sólo destruir… No saben crear, sólo usar. Agotan un lugar hasta convertirlo en cenizas y cuando está muerto, se trasladan al siguiente. Es vida lo que quieren…, no sólo tu vida o la mía, sino toda la vida de este mundo, sus ríos y ciudades, sus océanos, todo ello. Y lo único que se interpone entre ellos y la destrucción de todo esto –señaló fuera de la ventanilla del carruaje, agitando la mano como si quisiera indicar todo en la ciudad, desde los rascacielos de la parte alta al atasco de tráfico de la calle Houston- son los nefilim.
-Ah –dijo ______(tn), pues no parecía que hubiera mucho más que decir-. ¿Cuántos otros mundos existen?
-Nadie lo sabe. ¿Cientos? Millones, tal vez.
-¿Y son todos… mundos muertos? ¿Agotados? –Sintió que el estómago le daba un vuelco, aunque podría haber sido la sacudida de cuando pasaron por encima de un Mini color morado, dando una vuelta de campana-. Eso parece tan triste.
-No he dicho eso.
La oscura luz anaranjada de la neblina de la ciudad se derramó al interior por la ventanilla, trazando su anguloso perfil.
-Probablemente existen otros mundos vivos como el nuestro. Pero únicamente los demonios pueden viajar entre ellos. En parte, debido a que son principalmente incorpóreos, aunque nadie sabe exactamente por qué. Gran número de brujos lo han intentado, y jamás ha funcionado. Nada de la Tierra puede atravesar las salvaguardas colocadas entre los mundos. Si pudiéramos –prosiguió-, podríamos cerrarles el paso para impedir que vinieran aquí, pero nadie ha conseguido nunca averiguar cómo hacer eso. De hecho, cada vez llegan más de ellos. En el pasado se trataba de pequeñas invasiones demoníacas, que podían contenerse fácilmente. Pero desde que tengo uso de razón, cada vez son más los que se filtran a través de las salvaguardas. La Clave se pasa el tiempo enviando cazadores de sombras, y en muchas ocasiones no regresan.
-Pero si tuvieran la Copa Mortal, podríais crear más, ¿verdad? ¿Más cazadores de demonios? –preguntó ______(tn) tímidamente.
-Claro –contestó Nicholas-. Pero hace ya años que no tenemos la Copa, y muchos de nosotros morimos jóvenes. De modo que nuestro número mengua.
-No se están, ah… -______(tn) buscó la palabra correcta-. ¿Reproduciendo?
Nicholas profirió una carcajada justo cuando el carruaje efectuó un repentino y pronunciado giro a la izquierda. El muchacho se sujetó bien, pero ______(tn) se vio arrojada contra él.
Éste la agarró, y la apartó con suavidad pero con firmeza. La joven sintió la presión fría del anillo de plata como una esquirla de hielo contra su piel sudorosa.
-Por supuesto –repuso él burlón-. Nos encanta reproducirnos. Es una de nuestras diversiones favoritas.
______(tn) se apartó de él, con el rostro ardiendo en la oscuridad, y giró la cabeza para mirar por la ventanilla. Corrían en dirección a una gruesa reja de hierro forjado, emparrada de oscuras enredaderas.
-Hemos llegado –anunció Nicholas mientras el suave rodar de ruedas sobre asfalto se convertía en el traqueteo de los adoquines.
______(tn) vislumbró palabras sobre un arco cuando pasaron bajo él: CEMENTERIO MARBLE DE LA CIUDAD DE NUEVA YORK.
-Pero dejaron de enterrar a gente en Manhattan hace un siglo… ¿no es cierto? – preguntó.
Avanzaban por un estrecho callejón con elevadas paredes de piedra a ambos lados.
-La Ciudad de Hueso ha estado aquí más tiempo que eso.
El carruaje se detuvo en seco con un bandazo. ______(tn) dio un brinco cuando Nicholas alargó el brazo, pero éste se limitaba a extenderlo por delante de ella para abrir la portezuela en su lado. El brazo estaba levemente musculazo y recubierto de vello dorado, fino como polen.
-¿Uno no tiene elección, verdad? –inquirió ella-. En lo de ser cazador de sombras. No puedes desentenderte de ello.
-No –respondió él.
La portezuela se abrió de par en par y dejó entrar una ráfaga de aire bochornoso. El vehículo se había detenido sobre una amplia plaza de césped verde rodeada de paredes de mármol cubiertas de musgo.
-Pero si tuviera elección, esto seguiría siendo lo que elegiría.
-¿Por qué?
Él enarcó una ceja, lo que hizo que ______(tn) se sintiera instantáneamente celosa. Siempre había deseado poder hacer aquello.
-Porque –contestó él-, es para lo que sirvo.
Saltó fuera del carruaje. ______(tn) se deslizó hasta el borde de su asiento, balanceando las piernas. Había una buena distancia hasta los adoquines. Saltó. El impacto le dejó los pies doloridos, pero no cayó. Se volvió en redondo, triunfal, y se encontró con Nicholas que la observaba.
-Te habría ayudado a bajar –dijo éste.
-No pasa nada –respondió ella, pestañeando-. No tenías por qué.
El joven echó un vistazo detrás de él. El hermano Jeremiah descendía de su puesto tras los caballos con una silenciosa caída de túnica. No proyectaba ninguna sombra sobre la hierba tostada por el sol.
“Vengan”, dijo. Se alejó majestuosamente del carruaje y las reconfortantes luces de la Segunda Avenida, yendo hacia el centro oscuro del jardín. Estaba claro que esperaba que lo siguieran.
La hierba estaba seca y crujía bajo los pies; las paredes de mármol a ambos lados eran lisas y nacaradas. Había nombres grabados en la piedra de las paredes, nombres y fechas. ______(tn) tardó un momento en comprender que se trataba de indicadores de sepulturas. Un escalofrío le recorrió la espalda. ¿Dónde estaban los cuerpos? ¿En las paredes, enterrados de pie como si los hubiesen emparedado en vida…?
Había olvidado mirar por dónde iba, y cuando chocó contra algo inconfundiblemente vivo, soltó un sonoro grito.
Era Nicholas.
-No chilles de ese modo. Despertarás a los muertos.
Ella le miró con el entrecejo fruncido.
-¿Por qué te detienes?
Él señaló al hermano Jeremiah, que se había detenido frente a una estatua sólo ligeramente más alta que él, cuya base estaba cubierta de musgo. Era la estatua de un ángel. El mármol estaba tan pulido que parecía transparente. El rostro del ángel era fiero, hermoso y triste, y en unas largas manos blancas sostenía una copa, en cuyo borde había joyas de mármol incrustadas. Algo en la estatua cosquilleó en la memoria de ______(tn) con una inquietante familiaridad. Había una fecha grabada en la base, 1234, y unas palabras alrededor de ella: NEPHILIM: FACILIS DESCENSOS AVERNI.
-¿Se supone que eso es la Copa Mortal? –preguntó.
Nicholas asintió.
-Y ése es el lema de los nefilim, de los cazadores de sombras, ahí en la base.
-¿Qué significa?
La amplia sonrisa de Nicholas fue un destello blanco en la oscuridad.
-Significa: Cazadores de sombras. Les sienta mejor el negro que a las viudas de nuestros enemigos desde 1234.
-Nicholas…
“Significa –dijo Jeremiah-: El descenso al infierno es fácil.”
-Bonito y optimista –indicó ______(tn), pero un escalofrío le recorrió la piel a pesar del calor.
-Tener eso ahí es una muestra del sentido del humor de los Hermanos –dijo Nicholas-. Ya lo verás.
La muchacha miró al hermano Jeremiah; éste había sacado una estela, que brillaba tenuemente, de algún bolsillo interior de su túnica, y con la punta trazaba el dibujo de una runa sobre la base de la estatua. De repente, la boca del ángel de piedra se abrió de par en par en un silencioso grito, y un enorme agujero negro apareció en la zona cubierta de césped a los pies de Jeremiah. Parecía una tumba abierta.
______(tn) se aproximó despacio al borde y atisbó al interior. Unos peldaños de granito conducían al
interior del agujero, con los bordes desgastados por años de uso. A intervalos, había antorchas colocadas a lo largo de los peldaños llameando con luz verde y azul hielo. El final de la escalera se perdía en la oscuridad.
Nicholas inició el descenso con la naturalidad de quien encuentra familiar una situación, aunque no precisamente cómoda. A mitad de camino de la primera antorcha, se detuvo y alzó la vista hacia ella.
-Vamos –dijo con impaciencia.
______(tn) apenas había puesto el pie en el primer peldaño cuando sintió que una mano helada le sujetaba el brazo. Levantó los ojos con sorpresa. El hermano Jeremiah le agarraba la muñeca; los gélidos dedos blancos se le clavaban en la carne. Distinguió el brillo óseo de su rostro desfigurado bajo el borde de la capucha.
“No temas –dijo su voz en el interior de la mente de ______(tn)-. Haría falta más que un simple grito humano para despertar a estos muertos.”
Cuando le soltó el brazo, la muchacha descendió con rápidos saltitos los peldaños, siguiendo a Nicholas, con el corazón martilleándole las costillas. Nicholas había sacado de su soporte una de las antorchas, que ardía con una luz verde, y la sostenía a la altura de la cabeza. El resplandor daba un tinte verde a su tez.
-¿Estás bien?
Ella asintió, incapaz de hablar. La escalera finalizó en un rellano plano; ante ellos se extendía un túnel, largo y negro, estriado por las raíces enroscadas de los árboles. Una tenue luz azulada se veía al final del túnel.
-Está tan.. oscuro –susurró ella.
-¿Quieres que te coja de la mano?
______(tn) colocó ambas manos a la espalda como una niña pequeña.
-No me hables en ese tono condescendiente, como si fuera una niñita.
-Bueno, no eres precisamente un gigante. Eres demasiado bajita. –Nicholas echó una veloz mirada detrás de ella, y la antorcha lanzó una lluvia de chispas debido al movimiento-. No hace falta tanta ceremonia, hermano Jeremiah –indicó, arrastrando las palabras-. Adelante. Iremos justo detrás de usted.
______(tn) dio un brinco. Todavía no estaba acostumbrada a las silenciosas idas y venidas del archivero. El hombre se movió sin hacer ruido del lugar donde había estado de pie tras ella y se encaminó al interior del túnel. Al cabo de un momento, ella le siguió, apartando a un lado la mano tendida de Nicholas al pasar.
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La primera visión de ______(tn) de la Ciudad Silenciosa fue la de una hilera tras otra de altos arcos de mármol que se alzaban por encima de sus cabezas, desapareciendo a lo lejos como las ordenadas hileras de árboles de un huerto. El mármol mismo era de un inmaculado tono marfil ceniciento, compacto y pulido, con estrechas tiras de ónice, jaspe y jade insertadas en algunos lugares. A medida que se alejaban del túnel y avanzaban hacia el bosque de arcos, ______(tn) vio que en el suelo había grabadas las mismas runas que a veces decoraban la piel de Nicholas con dibujos de líneas, volutas y espirales.
Cuando los tres pasaron a través del primer arco, algo grande y blanco surgió a la izquierda de la joven, como un iceberg frente a la proa del Titanic. Era un bloque de piedra blanca, liso y cuadrado, con una especie de puerta insertada en la parte frontal.
Le recordó una casita de juguete del tamaño de un niño, casi lo bastante grande, pero no del todo, para que ella pudiese permanecer de pie en el interior.
-Es un mausoleo –explicó Nicholas, dirigiendo un destello de la luz de la antorcha hacia él, lo que permitió a ______(tn) ver que había una runa grabada en la puerta sellada con pasadores de hierro-. Una tumba. Enterramos a nuestros muertos aquí.
-¿A todos vuestros muertos? –inquirió ella, medio deseando preguntarle si su padre estaba enterrado allí, pero él ya había seguido adelante y no la habría oído.
Apresuró el aspo tras él, no queriendo quedarse sola con el hermano Jeremiah en aquel lugar fantasmal.
-Pensé que dijiste que esto era una biblioteca.
“Existen muchos niveles en la Ciudad Silenciosa –interpuso el hermano Jeremiah-. Y no todos los muertos están enterrados aquí. Existe otro osario en Idris, desde luego, mucho mayor. Pero en este nivel están los mausoleos y el lugar de cremación.”
-¿El lugar de cremación?
“Los que mueren en combate se incineran; sus cenizas se utilizan para construir los arcos de mármol que ves aquí. La sangre y los huesos de los cazadores de demonios son en sí mismos una poderosa protección contra el mal. Incluso en la muerte, la Clave sirve a la causa.”
“Qué agotador –pensó ______(tn)-, combatir toda tu vida y que luego esperen que sigas luchando incluso cuando tu vida ha terminado.”
En la periferia de su visión podía ver los cuadrados panteones blancos alzándose a ambos lados de ella en ordenadas filas de tumbas, cada puerta cerrada por fuera.
Comprendió entonces por qué a aquello se le llamaba la Ciudad Silenciosa: sus únicos habitantes eran los Hermanos mudos y los muertos a los que tan celosamente custodiaban.
Habían llegado a otra escalera, que descendía al interior de más penumbra; Nicholas alargó la antorcha frente a él, surcando las paredes de sombras.
-Vamos al segundo nivel, donde están los archivos y las salas del consejo –indicó, como para tranquilizarla.
-¿Dónde están los alojamientos? –preguntó ella, en parte para mostrarse educada y en parte por auténtica curiosidad-. ¿Dónde duermen los Hermanos?
“¿Dormir?”
La palabra flotó en la oscuridad que había entre ellos. Nicholas rió, y la llama de la antorcha que sostenía titiló.
-Tenías que preguntarlo.
Al final de la escalera había otro túnel, que se ensanchaba al final en un pabellón cuadrado, con cada esquina marcada por un chapitel de hueso tallado. Ardían antorchas en grandes soportes de ónice a los lados del cuadrado, y el aire olía a cenizas y a humo.
En el centro del pabellón había una gran mesa de basalto negro con vetas blancas.
Detrás de la mesa, en la pared oscura, colgaba una enorme espada de plata, con la punta hacia abajo y la empuñadura tallada en forma de alas extendidas. Sentada a la mesa había una hilera de Hermanos Silenciosos, cada uno cubierto y encapuchado con una túnica del mismo color pergamino que Jeremiah.
Jeremiah no perdió el tiempo.
“Hemos llegado. _____(tn), preséntate ante el Consejo.”
______(tn) echó una mirada rápida a Nicholas, pero éste pestañeaba, claramente confuso. El hermano Jeremiah debía de haber hablado sólo dentro de su cabeza. Contempló la mesa, la larga fila de figuras silenciosas enfundadas en sus gruesas túnicas. Cuadrados alternos componían el suelo del pabellón: de un color bronce dorado y de un rojo más oscuro.
Justo frente a la mesa había un cuadrado más grande, de mármol negro y adornado con un dibujo parabólico de estrellas plateadas.
______(tn) fue a colocarse en el centro del cuadrado negro como si se pusiera ante un pelotón de fusilamiento. Alzó la cabeza.
-De acuerdo –dijo-. ¿Ahora qué?
Los Hermanos emitieron un sonido, un sonido que a ______(tn) le erizó los pelos del cogote y los brazos. Fue un sonido parecido a un suspiro o un quejido. Al unísono, alzaron las manos y se echaron las capuchas hacia atrás, dejando al descubierto los rostros marcados con cicatrices y cuencas vacías.
Aunque había visto ya el rostro descubierto del hermano Jeremiah, a ______(tn) se le hizo un nudo en el estómago. Era como mirar una hilera de esqueletos, como uno de aquellos grabados medievales en los que los muertos andaban, hablaban y danzaban sobre los cuerpos amontonados de los vivos. Sus bocas cosidas parecían sonreírle burlonas.
“El Consejo te da la bienvenida, _____(tn) Fray”, oyó, y no fue sólo una voz silenciosa en su cabeza sino una docena, algunas bajas y ásperas, algunas suaves y monótonas, pero todas eran exigentes, insistentes, ejerciendo presión sobre las frágiles barreras que rodeaban su mente.
-Para –dijo, y ante su asombro su voz surgió firme y fuerte.
El barullo dentro de su cabeza cesó con la misma rapidez que un disco que ha dejado de girar.
-Pueden entrar en mi cabeza –dijo-, pero sólo cuando esté lista.
“Si no quieres nuestra ayuda, no hay necesidad de esto. Eres tú quien pidió nuestra colaboración, al fin y al cabo.”
-Ustedes quieren saber lo que hay en mi mente, igual que yo –repuso ella-. Eso no significa que no deben hacerlo con cuidado.
El Hermano que se sentaba en el centro juntó los delgados dedos blancos bajo la barbilla.
“Es un rompecabezas interesante, hay que reconocerlo –dijo. Y la voz en el interior de la cabeza de ______(tn) era seca y neutral-. Pero no hay necesidad de emplear la fuerza, si no te resistes.”
Ella apretó los dientes. Quería resistirse a ellos, quería arrancar aquellas voces molestas de su cabeza. Hacerse a un lado y no permitir tal violación de su ser más íntimo y personal…
Pero lo más seguro era que eso ya hubiese ocurrido, se recordó. Eso no era más que la restitución de un crimen del pasado, el robo de su memoria. Si funcionaba, lo que le habían quitado le sería devuelto. Cerró los ojos.
-Adelante –dijo.
El primer contacto llegó como un susurro dentro de su cabeza, delicado como la caricia de una hoja al caer.
“Declara tu nombre para el Consejo.”
“_____(tn) Fray.”
A la primera voz se unieron otras.
“¿Quién eres?”
“Soy ______(tn). Mi madre es Jocelyn Fray. Vivo en el 807 de Berkeley Place en Brooklyn. Tengo quince años. El nombre de mi padre era…”
Su mente pareció retroceder bruscamente sobre sí misma, igual que una goma elástica, y la muchacha empezó a tambalearse en silencio en el centro de un torbellino de imágenes proyectadas sobre el interior de sus párpados cerrados. Su madre la hacía avanzar rápidamente por una calle negra como la noche entre montones de nieve apilada y sucia.
Luego apareció un cielo encapotado, gris y plomizo, e hileras de árboles negros sin hojas. Un cuadrado vacío abierto en la tierra, un ataúd sin adornos introducido en él.
Ceniza a las cenizas. Jocelyn envuelta en su colcha de retazos, con lágrimas corriéndole por las mejillas, cerrando apresuradamente una caja y empujándola bajo un almohadón al entrar ______(tn) en la habitación. Volvió a ver las iniciales en la caja: J. C.
Las imágenes acudían más veloces ahora, como las páginas de unos de esos libros en las que los dibujos parecen moverse cuando se pasan de prisa. ______(tn) estaba de pie en lo alto de un tramo de escalera, contemplando un pasillo estrecho, y ahí volvía a estar Luke, con su bolsa de lona verde a los pies. Jocelyn estaba frente a él, meneando la cabeza y diciendo: “¿Por qué ahora, Lucian? Te creía muerto…”. ______(tn) parpadeó; Luke parecía diferente, casi un desconocido, con barba, los cabellos largos y enmarañados…, y unas ramas descendieron para impedirle ver; volvía a estar en el parque, y hadas verdes, diminutas como mondadientes, zumbaban entre las flores rojas. Alargó la mano para coger una con deleite, y su madre la alzó en brazos con un grito de terror. Luego volvía a ser invierno en la calle oscura, y avanzaban presurosas, acurrucadas bajo un paraguas, Jocelyn medio empujando y medio arrastrando a ______(tn) entre los imponentes terraplenes de nieve. Una entrada de granito se irguió surgiendo del manto blanco que caía; había palabras esculpidas sobre la puerta: “EL MAGNÍFICO”. Entonces se encontró en el interior de una entrada que olía a hierro y a nieve derritiéndose. Tenía los dedos ateridos de frío. Una mano bajo su barbilla la guió para que alzara los ojos, y vio una hilera de palabras garabateadas en la pared. Dos palabras atrajeron su atención, grabándose a fuego en sus ojos: “MAGNUS BANE”.
Un dolor repentino le asaeteó el brazo derecho. Chilló mientras las imágenes se desvanecían y giró en redondo hacia arriba, aflorando a la superficie de la conciencia como un submarinista abriéndose paso a través de una ola. Algo frío le presionaba la mejilla. Abrió los ojos con un esfuerzo y vio estrellas plateadas. Pestañeó dos veces antes de comprender que yacía en el suelo de mármol, con las rodillas dobladas a la altura del pecho. Cuando se movió, un dolor ardiente le recorrió el brazo.
Se incorporó con cautela. La piel que cubría el codo izquierdo estaba desgarrada y sangraba. Sin duda había aterrizado sobre él al caer. Había sangre en su camisa. Miró a su alrededor, desorientada, y vio a Nicholas mirándola, sin moverse, pero con una expresión tensa en la boca.
“Magnus Bane.” Las palabras significaban algo, pero ¿qué? Antes de que pudiera hacer la pregunta en voz alta, el hermano Jeremiah la interrumpió.
“El bloqueo en el interior de tu cabeza es más fuerte de lo que habíamos previsto –dijo-. Sólo puede anularlo sin peligro aquel que lo puso ahí. Si te lo quitáramos nosotros, te mataríamos.”
______(tn) se puso en pie apresuradamente, acunando el brazo lastimado.
-Pero yo no sé quién lo puso ahí. Si lo supiera, no habría venido aquí.
“La respuesta a eso está tejida en el entramado de tus pensamientos –dijo el hermano Jeremiah-. Lo viste escrito en tu sueño.”
-¿Magnus Bane? Pero…¡eso ni siquiera es un nombre!
“Es suficiente.”
El hermano Jeremiah se puso en pie. Como si aquello fuese una señal, el resto de los Hermanos se alzó con él. Inclinaron la cabeza en dirección a Nicholas, en un gesto de silencioso saludo, antes de desfilar por entre las columnas y desaparecer. Sólo el hermano Jeremiah permaneció, contemplando impasible cómo Nicholas se aproximaba presuroso a ______(tn).
-¿Está bien tu brazo? Déjame ver –pidió, agarrando la muñeca de la joven.
-¡Uy! Está perfectamente. No hagas eso, lo empeoras –dijo ella, intentando desasirse.
-Has sangrado sobre las Estrellas Parlantes –repuso él.
______(tn) miró y vio que tenía razón. Había una mancha de sangre sobre el mármol blanco y plata.
-Apuesto a que existe una ley en alguna parte sobre eso –siguió él.
El muchacho le movió el brazo, con más delicadeza de la que ella le habría creído capaz. Sujetó el labio inferior entre los dientes y silbó, ella echó una ojeada y vio que una capa de sangre le cubría el antebrazo desde el codo a la muñeca. Sentía punzadas en el brazo, que estaba agarrotado y dolorido.
-¿Es ahora cuando empiezas a romper tiras de tela de tu camiseta para vendarme la herida? –bromeó; odiaba la visión de la sangre, en especial la suya.
-Si lo que quieres es que me arranque la ropa, deberías habérmelo pedido. –Introdujo la mano en el bolsillo y sacó su estela-. Habría sido mucho menos doloroso.
Recordando el escozor que había sentido cuando la estela le había tocado la muñeca, ______(tn) se preparó, pero todo lo que sintió mientras el refulgente instrumento se deslizaba ligeramente sobre la herida fue un leve calorcillo.
-Ya está –anunció él, irguiéndose.
______(tn) flexionó el brazo maravillada; aunque la sangre seguía allí, la herida había desaparecido, igual que el dolor y el agarrotamiento.
-Y la próxima vez que planees hacerte daño para atraer mi atención, sólo recuerda que una charla dulce hace maravillas.
______(tn) notó que la boca se le crispaba en una sonrisa.
-Lo tendré en cuenta –respondió, y mientras él se alejaba, añadió-. Y gracias.
Él se metió la estela en el bolsillo posterior sin volverse para mirarla, pero a ella le pareció ver cierta satisfacción en la posición de sus hombros.
-Hermano Jeremiah –dijo él, frotándose las manos-, ha estado muy callado todo este tiempo. ¿Sin duda tendrá algunas ideas que le gustaría compartir?
“Se me ha encomendado conduciros fuera de la Ciudad Silenciosa, y eso es todo”, contestó el archivero.
______(tn) se preguntó si se lo imaginaba ella, o si no había un ligero tono agraviado en su “voz”.
-Podríamos ir hasta la salida nosotros mismos –sugirió Nicholas esperanzado-. Estoy seguro de recordar el camino…
“Las maravillas de la Ciudad Silenciosa no son para los ojos de los no iniciados – respondió Jeremiah, y les dio la espalda con un mudo revuelo de la túnica-. Por aquí.”
Cuando salieron al aire libre, ______(tn) aspiró profundamente varias veces el aire espeso de la mañana, saboreando el hedor a niebla tóxica, suciedad y humanidad. Nicholas miró a su alrededor pensativo.
-Va a llover –dijo.
Tenía razón, se dijo ______(tn), alzando los ojos hacia el cielo gris oscuro.
-¿Cogeremos un carruaje de vuelta al Instituto?
Nicholas miró al hermano Jeremiah, inmóvil como una estatua, y luego al carruaje, que se alzaba como una sombra negra en la arcada que conducía a la calle. Luego sonrió de oreja a oreja.
-Ni hablar –declaró-. Odio esas cosas. Vayamos a tomar un taxi.
Un Capi bastante largo! ;)
Bueno conoceremos a un personaje nuevo
en el siguiente capi! Magnus Bane!
Lo van a AMAR! se los juro! :fiu:
Juega un papel muy importante en la nove!
& más para alguien.....
Bueno las leo más tarde! (Espero! ;))
Lu wH!;*
X
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