Creaste mi mundo [Liam Payne&LorenaWoodson]

Mi cuerpo temblaba, el tan solo recordar las manos de aquellos tipos sobre mi cuerpo hacía que me inundara de asco, me sentía tocada, agradezco mil veces por la llegada Liam, sin él no sé que hubiera sido de mí, estaba demasiado nerviosa, quería gritar y llorar fuertemente de la desesperación, pero los tipos estaban cerca y Liam me tapaba la boca para que no gritara. Hubo un movimiento por parte de él, fue colocándome su chaqueta encima, me encontraba en ropa interior y eso me avergonzaba mucho, pero nada se comparaba al vacío que sentía en mi estómago gracias al miedo que me habían ocasionado esos idiotas.

– Tengo miedo –le susurré en el oído.

– Todo estará muy bien –tenía su rostro muy cerca del mío, respiraba entrecortadamente, la noche era silenciosa y al parecer ya todo rastro de aquellos sádicos había desaparecido, solo podía escucharse el fuerte silbido del viento rondando por todo el callejón, el chillido de los grillos también era presente y mi corazón ya había parado su ritmo acelerado.
Estar en los brazos de Liam me hacía sentir confiada, los mismos me arropaban, una mano de él comenzó a recorrer las pequeñas ondulaciones de mi cabello, acariciándolo una y otra vez.

– Debería llevarte a casa –me susurró.

– ¿Qué hora es? –Pregunté tiritando.

– Son las 2 de la mañana –se fue acomodando en el asiento.

– No quiero irme en este estado –dije preocupada.

– No dejaré que nadie te vea –en eso me abotonó la chaqueta que traía puesta y trató de bajarla lo más que pudo, por una vez en la vida había agradecido no ser tan alta, así que podría decirse que me quedaba un poco más abajo del muslo, me fui acomodando como pude y justo cuando iba bajando Liam me sostuvo en sus brazos, pasé uno de los míos por su cuello mientras me iba enganchando más a su pecho, por lo que pude darme cuenta que no tenía nada en él, su torso estaba completamente desnudo. Pasos silenciosos dejábamos mientras íbamos llegando al hotel, pasamos por otra puerta, la cual no era la principal obviamente, los nervios me inundaban, no quería que alguien nos viera en este estado, no pensarían de la mejor manera. Vaya que nos tardamos en llegar, suspiré por no habernos encontrado con alguien, afortunadamente.

– ¡Listo! –Exclamó a la vez que me dejaba en el suelo.

– Debería entregarte la chaqueta –comenté algo apenada, no me gustaba usar cosas de otras personas, si algo me habían enseñado era no pedir cosas prestadas, pero en ese momento fue necesario, aclarando que no fui yo la que se lo pedí, sino él que se ofreció.

– Creo que mejor deberías entrar a cambiarte de ropa y luego darme la chaqueta.

– Cierto –sonreí un poco mientras abría la puerta de la habitación–. Espérame aquí, ya vengo –dije algo nerviosa y luego entré, al trancar traté de no recordar lo que me habían intentado hacer, revolví mi cabello y luego busqué la ropa, escogí un mono fresco y una camiseta, me arreglé un poco y luego salí–. Gracias por todo –estreché mi mano para entregarle la chaqueta.

– No es nada, como ya te dije una vez, no te dejaré sola –su voz era rápida y dulce, sujeto su chaqueta, a la vez que se iba alejando.

– Espera Liam –hablé decidida.

– ¿Qué pasó? –Todavía estaba nerviosa por lo ocurrido hace unas horas y me negaba a dormir sola.

– Quédate esta noche conmigo –le dije casi de súplicas. Se acercó sigilosamente, mientras sentía como una mano de él pasaba un mechón tras mi oreja.

– Me encantan tus ondulaciones –me ruboricé al instante de escuchar eso, mi cabeza se agachó por eso y el tomó de mi cintura con una mano mientras que con la otra abría la puerta–. Si quieres te leo un cuenta antes de dormir –dijo divertido, pero eso hizo que recordara a Niall, cuando éramos chiquitos siempre hacíamos eso– ¿dije algo malo? –Preguntó al ver mi expresión.

– Nada, es solo que… me acordaste a Niall –Liam dio un fuerte suspiro.

– Lorena, Niall te quiere mucho pero ¿qué fue lo que te hizo para que te molestaras con él?

– Me mintió –eso fue lo único que me limité a responder. Pasamos a la habitación y me senté en la cama, Liam me siguió y trancó la puerta.

– ¿Puedo?

– ¿Qué cosa? -Pregunté tratando de salir de mis pensamientos.

– Sentarme en la cama –contestó naturalmente.

– Claro, por algo te pedí que durmieras conmigo.

– No sé –se rió– a lo mejor querrías que durmiera en el piso –la cama se hundió levemente, él estaba a mi lado y yo apoyé mi cabeza en su hombro, era cómodo, era confortable.

– Estoy confundida, no sé qué le pasa a Niall, últimamente está muy raro conmigo, o mejor dicho, desde que llegamos, no lo entiendo.

– Él solo quiere lo mejor para ti.

– ¿Entonces para qué me mintió? –Repliqué subiendo un poco mi tono de voz.

– ¿Qué fue lo que te dijo? –Respiré profundamente ante su pregunta, sabía que existían las posibilidades de que se molestara por lo que dijo Niall.

– Me dijo que tu acababas de salir de una relación y que no te dejaban salir con alguien en tan poco tiempo –crucé mis dedos por inercia, tal vez era la presión de que Liam se parara molesto y se fuera en dirección al cuarto de Niall a reclamarle.

– ¿Está loco? –Soltó una risa, tanto que a mí me sorprendió.

– ¿No estás molesto? –Pregunté atónita.

– Claro que no, es que Niall no pudo inventar otra excusa mejor –esas palabras de Liam hizo que me hirviera la sangre.

– ¿Cómo se te ocurre decir eso? ¿Por qué no me dices la verdad de una maldita vez? –Y esa fue la primera vez que una grosería de esa magnitud saliera de mi boca, gracias a la desesperación que me carcomía.

– No puedo –gritó de igual forma que yo– que te lo diga Niall –bufó.

– Pero si él no quiere decírmelo.

– Te lo iba a decir en el concierto –replicó– pero tu preferiste salir corriendo del lugar como una niñita.

– Bueno ¿y qué soy? –Esta discusión se estaba agrandando, no quería quedarme callada, mi punto de paciencia se había agotado.

– Eres una chica fuerte que ha pasado por miles de cosas, así que una estupidez como esta no puede afectarte.

– ¿Cuál es el problema con que tú me lo digas?

– Yo no soy el del problema, ¡es Niall! –bendito sea el creador, y otra vez volvimos a lo mismo, Niall me mentía, Liam no debía contármelo, convirtiéndose en un círculo vicioso.

– Déjalo así –suspiré cansada– mejor vamos a dormir –me acomodé en la cama y me acosté súbitamente, estaba boca arriba y Liam se posaba a mi lado. Escuchaba el susurro de su voz sobre mi oído, era una canción que reconocía.

And I can´t explain,
But there´s something about the way you look tonight
Takes my breath away

Sus labios rozaron mi frente.

Me gustaba demasiado y no sabía qué hacer.

En menos de lo que me había dado cuenta me quedé dormida en su pecho, abrí los ojos lentamente, creo que descansé más de lo previsto, todavía estaba junto él, no se había ido. Traté de pararme silenciosa, pero inmediatamente se despertó.

– ¡Buenos días! –murmuró algo adormilado, una sonrisa se me escapó.

– ¡Buenos días! –Dije tímida.

Me volví a recostar en su pecho, él acariciaba mi cabello y yo sonreía feliz, a pesar de la discusión de noche, me sentía como una estúpida ilusionada, pero se sentía bien, era espectacular sentirse entre sus brazos, él me salvó, él me protegió, él simplemente estaba al lado mío cuidándome.

– ¿Cómo dormiste? –Su voz sonaba ronca.

– Bien –dije bajito– gracias por todo.

– No me agradezcas, es lo mínimo que podía hacer por ti.

Di una sonrisa torcida recordando la noche después de que Liam acudió al salvarme, todo fue perfecto después, aunque todavía tenía la duda de por qué Niall estaba sí conmigo, pero eso era lo de menos, sabía que él iba a decirme tarde o temprano, así que no me daba mala vida, claro que le iba a insistir a cada rato hasta que no aguantara más y terminará contándome.

– Eres una gran persona –escuché una risilla de su parte.

– Gracias, –me contestó– tú lo eres más. Soñé contigo –soltó de repente.

– ¿Ah? –Pregunté confundida.

– Sí, soñé contigo. Estábamos bailando en un lugar que no conocía pero era hermoso, lo único que recuerdo es que tú podías verme y éramos felices.

– Ojalá se hiciera realidad –suspiré.

– Puede hacerse –habló entusiasmado– ¿tú no has intentado con una operación? a lo mejor puedas ver.

– ¿Tú crees? es que siempre me habían dicho que como soy ciega de nacimiento, es más difícil la cura.

– Nada es imposible, solo tienes que intentarlo.

– ¿Sabes algo? mejor olvidémonos de eso, no quiero ilusionarme como una tonta –dije desanimada.

– Algún día me harás caso y te acordarás de mí.

– Pues cuando llegué ese día seré feliz, mientras tanto hay que continuar, por cierto –me revolví el cabello– ¿qué hora es?

– Las 2 de la tar… –hizo una pausa– ¡LAS DOS DE LA TARDE! –Exclamó casi gritando, yo me paré sorprendida.

– ¿Hoy no tenías una entrevista temprano?

– Tenía, tú misma lo has dicho.

Mis pensamientos eran profundos, parpadeaba y las lágrimas caían por mi rostro, odiaba pelear con Niall, hace rato habíamos tenido una de las peores discusiones y todo por mi estúpida culpa, ahora me sentía la peor persona ilusionada por alguien que apenas estoy conociendo e ignorando a la persona que me quiere y ha estado a mi lado toda mi desgraciada vida, él era mi complemento, pero jamás se me pasaría lo que en verdad sentía por mí, siempre pensé que era un gran amor de mejores amigos pero ahora me doy cuenta de las cosas y me siento la persona más miserable, sus palabras retumbaban en mi mente destruyendo por completo lo que me quedaba de felicidad, y entonces es en ese momento cuando recuerdas cada una de las cosas y te preguntas ¿cómo fue qué no me di cuenta antes?, realmente te crees idiota, así me sentía yo y lo peor es que no había marcha atrás, luego de escuchar sus palabras me fui llorando a mi habitación empujando a los demás, no me importaba el tiempo y el qué dirán, solo quería estar sola, azoté la puerta y la tranqué con seguro, mi cuerpo se abalanzó contra la cama y no tuve otra mejor idea que llorar y no parar, ha pasado una hora y mis ojos están hinchados de tanto hacerlo, apenas y me calmaba 5 minutos cuando los recuerdos vagaban de nuevo en mi mente.

– Lorena… ¿puedo pasar? –Tocaba Harry insistentemente, yo no respondía, no quería hablar con nadie– por favor Lore, déjam…

– ¡No me digas Lore! –Grité con brusquedad, no quería recordar a Niall y el me decía así.

– Por favor, hazme caso –suplicaba mientras yo seguía aplastada en mi cama con la cara fundida en mi almohada, tenía ganas de gritar pero no lo hacía, solo me limitaba a llorar, esa era mi única manera de desahogarme. Odiaba hacer eso pero no me quedaba de otra.

– ¡¡VEETE‼

– No me iré hasta que salgas.

– Entonces esperarás un buen rato –chillé molesta.



*Narra Niall*

El entrevistador ya me tenía harto con sus preguntas sin sentido, quería irme a mi casa pero los minutos parecían pasarse más lentos.

– ¿Por qué fue que su compañero, Liam no vino con ustedes? –Preguntó el muy imbécil como por tercera vez.

– Ya le dijimos que no pudo venir –dije algo irritado.

– Aja, pero quisiera saber el por qué –volvió a insistir por chocancia, él se había dado cuenta de lo molesto que estaba.

– Cosas personales –se limitó a responder Louis.

Pasaron 10 minutos y por fin había terminado la entrevista, fue una de la más larga de mi vida, supongo que era por la desesperación de querer irme de ahí, revoleo los ojos y la veo entre la multitud, solo me concentraba en su cabellera castaña, era hermosa pero me partía el corazón ver como sus manos estaban entrelazadas con las de Liam, jamás pensé que fuera a odiar tanto a una persona por celos, pero en esos momentos no pensaba en nadie, tal vez era mi culpa por no confesarle desde un principio todo lo que siento a Lorena, no sabía qué hacer. Una mano se poso en mi hombro, volteo los ojos y está Louis con rostro sereno, me lo zafé de encima y pasé entre la multitud, sabía a donde quería ir, ya estaba cansado de todo esto.

– ¡Niall, espera! –gritó Louis mientras yo iba casi empujando a todas las fans para ir a ese objetivo, pude ver como Lorena había sentido mi rastro cuando estaba como a 40 centímetros de ellos.

– Hicimos un trato ¿recuerdas? –Pregunté con un nudo en la garganta mirando fijamente a los ojos de Liam, él se limitó a agachar la cabeza y me llamó hacia otro lugar, entramos a un camerino del canal de televisión donde nos encontrábamos, las fans no nos persiguieron, al contrario, se quedaron estáticas, creo que era por la cara no muy agraciada que tenía, la ira que me corría era increíble.

– Niall…

– ¡¿Niall qué?! –Dije molesto.

– Niall –habló de nuevo Liam– si he cumplido el trato, jamás lo he roto.

– ¿Piensas que soy un idiota? –Ataqué de nuevo. Miré los ojos de Lorena y estaban llenos de dolor– ¿Qué hiciste con Lorena?

– Nada Niall, no la besé, no rompí el maldito trato –escupió Liam, me acerqué a él desafiante pero Lorena me detuvo con la mano cuando estaba más cerca, mis ojos voltearon a verla y ella se sintió intimidada.

– Niall, dime de una vez –espetó furiosa– ¿cuál es el trato?

– Así que quiere saber ¿no? pensé que Liam ya te había contado.

– No Niall –gritó– él me dijo que tú tenías que contarme, ya me cansé de rodeos, dime de una vez por todas –me acerqué a ella y tomé de su quijada.

– No sabes cuanto te quiero Lorena –mis dedos rozaron sus labios, pude notar la irritabilidad de Liam– y no como una amiga Lorena, te quiero para mí porque yo no decidí esto, solo pasó, jamás me había dado cuenta de lo que siento por ti hasta que los celos invadieran mi mente, tal vez por la razón de que nadie te iba a gustar, solo fui un egoísta y ahora que te veo tan entusiasmada con Liam me duele, por eso hice un trato con él, no quería que esto quedara así entre nosotros dos, somos amigos ante todos, así que prometimos no acercarnos a ti más que como amigos, pero está más que claro que es muy difícil para ambos, Lorena es verdad todo lo que siento ¿acaso no te has dado cuenta? siempre lo he hecho, te he protegido, porque eres mi niña, te miro a los ojos y te veo de chiquita, jugando conmigo, pensé que con Liam iba a perderte y no quiero Lorena –bajé mi rostro para que luego una lágrima se escapara, por fin había confesado todo lo que tenía guardado, subí mi rostro para encontrarme con una Lorena triste, algo que me dolía realmente. Maldito Cupido que existe en el mundo y no sabe a quién flechar.

– Liam… –habló bajito– llévame al hotel.

– Vamos –la agarró por la cintura y me dejaron ahí parado solo sintiéndome como la peor persona del mundo por hacer sentir mal a una de las personas más importantes para mí. Había destrozado mi propio mundo, ella.

*Fin de narración*

Harry no dejaba de tocar, después de haberme enterado de todo le dije a Liam que me llevara, y cuando llegamos al hotel los muchachos se vinieron tras nosotros, Harry me había agarrado del brazo pero yo me zafé yéndome para la habitación y ahora estoy aquí, sintiéndome peor que nunca, estaba ilusionada por Liam, a veces podría ser la persona más idiota del mundo.

– Ahora es Niall, quiero hablar contigo –al escuchar su voz algo en mi corazón se movió, el sentimiento de culpabilidad era terrible. Abrí la puerta y mi cabeza se posó en su pecho dándole un gran abrazo.

– Discúlpame –dije en susurros.